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Octubre

27
Lección

04

Dar lectura al Informe Misionero de la


 El Discurso Maestro de Jesucristo, pág.123
Universidad en la Unión Filipina
1
Yendo ellos, uno le dijo en el camino:
1 Señor, te seguiré adondequiera que
vayas.
Y vino un escriba y le dijo: Maestro, te
seguiré adondequiera que vayas.
Mientras Jesús estaba preparando a los
discípulos para su ordenación, un
hombre que no había sido llamado se
presentó con insistencia entre ellos. Era
Judas Iscariote, hombre que profesaba
seguir a Cristo y que se adelantó ahora
para solicitar un lugar en el círculo
íntimo de los discípulos. Con gran fervor
y aparente sinceridad, declaró:
‘Maestro, te seguiré a donde quiera que
fueres.’ Jesús no le rechazó ni le dió la
bienvenida, sino que pronunció tan sólo
estas palabras tristes: ‘Las zorras tienen
cavernas, y las aves del cielo nidos; mas
el Hijo del hombre no tiene donde
recueste su cabeza.’ Judas creía que
TE SEGUIRÉ

Jesús era el Mesías; y uniéndose a los


apóstoles esperaba conseguir un alto
puesto en el nuevo reino, así que Jesús
se proponía desvanecer esta esperanza
declarando su pobreza.
Lucas 9:57, Mateo 8:19, El Deseado de Todas las Gentes, pág. 260
2
Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas,
2 y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo
del Hombre no tiene dónde recostar la
cabeza.
mundo, sólo el que le proveyeron la
bondad de sus amigos, y sin embargo,
estar en su presencia era el cielo. Día tras
día afrontó pruebas y tentaciones, pero
no cayó ni se desanimó. Siempre era
paciente y alegre, y los afligidos lo
saludaban como un mensajero de vida y
paz y salud. Su vida no tuvo nada que no
fuera puro y noble.
Jesús vino a este mundo en humildad. Era
de familia pobre. La Majestad de los
cielos, el Rey de gloria, el Jefe de las
huestes angélicas, se rebajó hasta aceptar
la humanidad y escogió una vida de
pobreza y humillación. No tuvo
oportunidades que no tengan los pobres.
El trabajo rudo, las penurias y privaciones
TE SEGUIRÉ

eran parte de su suerte diaria. ‘Las zorras


tienen cuevas—decía, —y las aves de los
cielos nidos; mas el Hijo del hombre no
tiene donde recline la cabeza.

Lucas 9:58; Refléjando a Jesús, pág. 29, El Ministerio de Curación, pág. 149
3
Y dijo a otro: Sígueme. Él le dijo: Señor, déjame
3 3
que primero vaya y entierre a mi padre.
Otro de sus discípulos le dijo: Señor, permíteme
que vaya primero y entierre a mi padre.
La puntualidad y la decisión en la obra de Dios
son fundamentales. Las demoras son virtuales
derrotas. Los minutos son de oro y deben ser
aprovechados de la mejor manera posible. Las
relaciones terrenales y los intereses personales
siempre deberían ser secundarios. Nunca
deberíamos permitir que la causa de Dios sufra
en lo más mínimo por causa de nuestros
amigos terrenales o nuestros parientes más
queridos.
Ningún lazo ni consideración terrenal debiera
pesar ni siquiera por un momento en la
balanza contra el deber a la causa y la obra de
Dios. Jesús cortó su conexión con todas las
cosas para salvar a un mundo perdido, y
requiere de nosotros una consagración plena y
completa. Hay sacrificios que deben hacerse
TE SEGUIRÉ

para favorecer los intereses de la causa de Dios.


El sacrificio de los sentimientos es el más
agudo que se requiere de nosotros; sin
embargo después de todo es un sacrificio
pequeño.
Lucas 9:59, Mateo 8:21; MCP, tomo 2, pág. 621, Testimonios para la Iglesia, tomo 3, pág. 548
4
Jesús le dijo: Sígueme; deja que los muertos
4 entierren a sus muertos.
Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a
sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios.
Cuando las almas se están decidiendo en favor
o en contra de la verdad os ruego que no
permitáis que se os aleje de vuestro campo de
labor. No lo abandonéis al enemigo aunque,
podríamos decir, haya un muerto en vuestra
casa. Cristo dijo: ‘Sígueme; deja que los
muertos entierren a sus muertos. Si tan sólo
pudieseis ver la importancia de la obra tal como
se me ha presentado, sacudiríais la parálisis que
afecta a muchos, y habría una resurrección de
los muertos y un surgimiento a la vida a través
de Jesucristo.
Si ocupamos decididamente nuestra posición
PRIMERA PRIORIDAD

como obreros de Dios y si decimos: ‘El Señor


nos ha dado un mensaje y no podemos ser
centinelas fieles a menos que permanezcamos
en nuestros puestos del deber; llevaremos a
cabo la obra a toda costa’, entonces
descubriremos que los ángeles de Dios
ministrarán a nuestras familias en el hogar y
dirán al enemigo: ‘Retírate’

Mateo 8:22, Lucas 9:60; Evangelismo, pág. 475


5
Entonces también dijo otro: Te seguiré,
5 Señor; pero déjame que me despida
primero de los que están en mi casa.
Deben ser conscientes del valor del
tiempo. No sois excusados por dejar lo
más importante, por no ser una labor
agradable, esperando poder dejar de
hacerlo o pensando que será menos
desagradable mientras ocupáis vuestro
tiempo con asuntos más placenteros no
tan importantes. Primero deben hacer la
obra que debe cumplirse y que envuelve
intereses vitales de la causa y sólo tomar
lo menos importante hasta que lo más
esencial ya se ha cumplido. Puntualidad
y decisión en la obra y causa de Dios son
altamente esenciales. Postergaciones
PRIMERA PRIORIDAD

son virtualmente defectos. Los minutos


son dorados y deben ser mejorados de
la mejor manera posible. Las relaciones
terrenales y los intereses personales
siempre deben ser secundarios. Nunca
la causa de Dios debe sufrir, en ningún
detalle, por causa de nuestros amigos
terrenos o queridos familiares.

Lucas 9:61; Testimonies for the Church, tomo 3, págs. 499, 500
6
6 Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo
su mano en el arado mira hacia atrás,
es apto para el reino de Dios. Ningún
siervo puede servir a dos señores;
porque o aborrecerá al uno y amará al
otro, o estimará al uno y menospre-
ciará al otro. No podéis servir a Dios y
a las riquezas.
El Señor requiere una lealtad tan
suprema, individual e indivisa que la
más sagrada de las relaciones debe
subordinarse a ésta.
NO RETIRES LA MANO DEL ARADO

Y otro dijo: Me he casado y por eso no


puedo ir.
Las súplicas de afecto y amor, los
anhelos de amistad no te conmoverán
para abandonar la verdad y el deber;
no sacrificarás el deber a la
inclinación.
Ningún lazo ni consideración terrenal
debiera pesar ni siquiera por un
momento en la balanza contra el
deber a la causa y la obra de Dios.

Lucas 9:62; 16:13; Living by Principle, págs. 26, 27, Mensajes para los Jóvenes, pág. 309,
Testimonios para la Iglesia, tomo 3, pág. 548
7
Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya
7 alcanzado; pero una cosa hago: olvidando
ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome
a lo que está delante.
Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado
de Jesucristo. Ninguno que milita se enreda en los
negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que
lo tomó por soldado. Y también el que lucha como
atleta, no es coronado si no lucha legítimamente.
Pablo hacía muchas cosas. Era un sabio maestro.
Sus muchas cartas están llenas de lecciones
instructivas que exponen principios correctos.
Trabajaba con sus manos, porque era fabricante
NO RETIRES LA MANO DEL ARADO

de tiendas, y de esta manera ganaba el pan de


cada día. Sentía una pesada responsabilidad por
las iglesias. Luchaba muy fervientemente para
mostrarles [a los miembros] sus errores, a fin de
que pudieran corregirlos y no ser engañados y
alejados de Dios. Siempre trataba de ayudarles en
sus dificultades; y sin embargo declara: ‘Una cosa
hago’... Las responsabilidades de su vida eran
muchas, sin embargo siempre mantenía frente a
él esa ‘una cosa’. La sensación constante de la
presencia de Dios lo obligaba a mantener su vista
mirando siempre a Jesús, el Autor y Consumador
de su fe.
Filipenses 3:13, 2 Timoteo 2:3-5; Conflicto y Valor, pág. 353

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