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Lección
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Lucas 9:58; Refléjando a Jesús, pág. 29, El Ministerio de Curación, pág. 149
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Y dijo a otro: Sígueme. Él le dijo: Señor, déjame
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que primero vaya y entierre a mi padre.
Otro de sus discípulos le dijo: Señor, permíteme
que vaya primero y entierre a mi padre.
La puntualidad y la decisión en la obra de Dios
son fundamentales. Las demoras son virtuales
derrotas. Los minutos son de oro y deben ser
aprovechados de la mejor manera posible. Las
relaciones terrenales y los intereses personales
siempre deberían ser secundarios. Nunca
deberíamos permitir que la causa de Dios sufra
en lo más mínimo por causa de nuestros
amigos terrenales o nuestros parientes más
queridos.
Ningún lazo ni consideración terrenal debiera
pesar ni siquiera por un momento en la
balanza contra el deber a la causa y la obra de
Dios. Jesús cortó su conexión con todas las
cosas para salvar a un mundo perdido, y
requiere de nosotros una consagración plena y
completa. Hay sacrificios que deben hacerse
TE SEGUIRÉ
Lucas 9:61; Testimonies for the Church, tomo 3, págs. 499, 500
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6 Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo
su mano en el arado mira hacia atrás,
es apto para el reino de Dios. Ningún
siervo puede servir a dos señores;
porque o aborrecerá al uno y amará al
otro, o estimará al uno y menospre-
ciará al otro. No podéis servir a Dios y
a las riquezas.
El Señor requiere una lealtad tan
suprema, individual e indivisa que la
más sagrada de las relaciones debe
subordinarse a ésta.
NO RETIRES LA MANO DEL ARADO
Lucas 9:62; 16:13; Living by Principle, págs. 26, 27, Mensajes para los Jóvenes, pág. 309,
Testimonios para la Iglesia, tomo 3, pág. 548
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Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya
7 alcanzado; pero una cosa hago: olvidando
ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome
a lo que está delante.
Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado
de Jesucristo. Ninguno que milita se enreda en los
negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que
lo tomó por soldado. Y también el que lucha como
atleta, no es coronado si no lucha legítimamente.
Pablo hacía muchas cosas. Era un sabio maestro.
Sus muchas cartas están llenas de lecciones
instructivas que exponen principios correctos.
Trabajaba con sus manos, porque era fabricante
NO RETIRES LA MANO DEL ARADO