El origen del fenómeno tributario está basado en, para nosotros, dos supuestos: en
primer lugar, una organización societaria de los hombres1 que denominamos Estado y en
segundo lugar, como consecuencia del anterior, la actividad del mismo.
Supuestos, por cuanto son objeto de otras disciplinas jurídicas, principalmente los
Derechos Constitucional y Administrativo, aun cuando para el Derecho Tributario bastaría
con la simple constatación empírica de su existencia.
Esa actividad del Estado implica necesariamente la utilización de bienes y servicios para
satisfacer las necesidades, principalmente colectivas, generales de los ciudadanos a fin
de que éstos tengan un buen nivel de vida o bienestar o simplemente obtengamos o nos
acerquemos a la obtención del bien común.
Para hacer frente a esos gastos, el Estado tiene que obtener recursos financieros,
ingresos, entradas. Esta actividad estatal, eminentemente instrumental, pues no puede
constituir un fin en sí misma, consistente en la obtención, administración y empleo de los
ingresos conforma la actividad financiera del Estado, cuya regulación por el derecho
positivo da origen al Derecho Financiero, ajeno a nuestra disciplina.
Los ingresos que puede obtener el Estado son de muy diversa índole y sus fuentes
podríamos agruparlas en tres:
1. El Estado tiene personalidad jurídica y por ende todos los atributos de la misma; así
tiene patrimonio que comprende tanto bienes, por ejemplo las empresas de la gran
minería del cobre —Codelco—, sanitarias, petroleras —Enap—, bancarias, etc., que
adecuadamente administradas, significarán utilidades o excedentes que se traducen en
recursos financieros para el Estado; como crédito, cuya utilización, a través del contrato
de mutuo, le proporcionará recursos aunque acompañados del correspondiente
endeudamiento.
3. El Estado, finalmente, en virtud del mismo poder de imperio, puede obligar a los
ciudadanos a que le entreguen determinadas cantidades de dinero o especies y estos
gravámenes constituyen los tributos.
En síntesis, el Estado impone cargas pecuniarias a los ciudadanos, a través de las que
obtendrá los recursos que le permitan cumplir con el mandato constitucional de obtener el
bien común.
Si bien existen innumerables definiciones de tributo, todas son muy similares y las
diferencias radican, por lo general, en la utilización de palabras distintas, pero de igual
significado.
Así el modelo de Código Tributario para América Latina lo define como "prestaciones en
dinero que el Estado, en ejercicio de su poder de imperio, exige con el objeto de obtener
recursos para el cumplimiento de sus fines".
Por su parte, la Ley General Tributaria Española entiende por tributo "toda prestación
pecuniaria exigible coactivamente por la Administración Pública en virtud de leyes
dictadas en ejercicio del Poder Tributario".
Entre los autores podemos citar a Giuliani Fonrouge que concibe el tributo como "una
prestación obligatoria, comúnmente en dinero, exigida por el Estado en virtud de su poder
de imperio"4.
Lo importante es que la definición contenga los elementos esenciales del tributo que
podemos sintetizar:
1. Contribuciones
a) Contribuciones de mejoras son las instituidas para costear una obra pública que
produce una valoración inmobiliaria y que tiene como límite total el gasto realizado y como
límite individual el incremento del valor del inmueble beneficiado.
b) Contribuciones especiales que son aquéllas cuya obligación tiene como hecho
generador beneficios derivados de la realización de obras públicas o de actividades
estatales y cuyo producto no debe tener un destino ajeno a la financiación de las obras o
las actividades que constituyen la fuente de la obligación.
Para Giuliani Fonrouge que le otorga bastante importancia a esta categoría aunque bajo
la denominación exclusiva de contribuciones especiales, se incluyen las contribuciones de
mejoras por valorización inmobiliaria a consecuencia de obras públicas como, por
ejemplo, cuando se pavimenta una calle o carretera o se construye un camino de acceso
a determinados lugares, los inmuebles colindantes aumentan su valor en forma
significativa; incluye también los gravámenes de peaje por utilización de vías de
comunicación como caminos, puentes, túneles, canales e incluso las cotizaciones
destinadas a financiar la seguridad social, actividades de fomento, etc., que nosotros
incluimos en el concepto de parafiscalidad.
Existen diversas legislaciones extranjeras que consideran las contribuciones como una
especie de tributos; así la Ley General Tributaria, en España, contemplaba tanto las
contribuciones de mejora, como las contribuciones por gastos especiales; las primeras
tenían como supuesto de hecho el aumento de valor de determinados bienes inmuebles,
debido a obras, servicios o instalaciones realizadas por el Estado y las segundas eran las
provocadas por determinadas personas, como el hecho de abrir, ensanchar o prolongar
una calle. Hoy día sólo contempla las contribuciones especiales que son tributos cuyo
hecho imponible consiste en la obtención por el sujeto pasivo de un beneficio o de un
aumento de valor de sus bienes, como consecuencia de la realización de obras públicas o
del establecimiento o ampliación de servicios públicos; o sea, une las dos clases de
contribuciones en una sola. Su contenido es claro, para financiar determinadas
actividades del Estado, que si bien pueden producir un beneficio para toda la sociedad,
originan una ventaja mayor para determinadas personas, es justo que se reparta el costo
o una parte del mismo entre las personas especialmente beneficiadas. Es lo que sucede
con el ejemplo de pavimentación de una calle a que aludimos anteriormente; todas las
personas son beneficiadas al usarlo efectiva o potencialmente; pero los predios
colindantes incrementan su valor y, por lo tanto, los propietarios aumentan su patrimonio,
por lo que resulta justo que cooperen, mediante una contribución especial, al
financiamiento de la obra. Su contribución será total o parcial, dependiendo de la que
podemos llamar Política Socioeconómica del Estado.
Entre nosotros no se debe dar mayor importancia a esta categoría pues sólo puede
originar confusiones y discusiones, ya que la ley utiliza el término en otro sentido. Así para
la Constitución de 1925 el término contribuciones coincidiría, en su contenido, con el dado
al tributo y de este modo el artículo 10 Nº 9 aseguraba a todos los habitantes de la
República la igual repartición de los impuestos y contribuciones y que sólo por ley podían
imponerse contribuciones directas o indirectas y más claro aún, el artículo 44 Nº 1
señalaba que sólo en virtud de una ley se podían imponer contribuciones de cualquier
clase o naturaleza, suprimir las existentes y determinar su proporcionalidad o progresión.
Dicho de otra forma, el Constituyente del año 1925 utilizó el término contribución en su
sentido natural y obvio, o sea, como cantidad de dinero que debe pagarse en
cumplimiento de una obligación o carga impuesta por el Estado.
2. Tasas
En el contexto de nuestro ordenamiento jurídico nuestra opinión sobre las tasas es muy
similar a la que vimos en relación a las contribuciones; carecen de significación en nuestra
legislación y fundamentalmente sirven para confundir al principiante y no tan principiante
en estas materias. Nos parece un simple reflejo de autores extranjeros que deben
referirse a las tasas por cuanto están establecidas en sus respectivas legislaciones.
Nuestro legislador utiliza la palabra tasa, pero con significación distinta y a la que nos
referiremos al tratar los elementos esenciales del tributo. Así el artículo 14 del D.L. Nº 825
sobre Impuesto a las Ventas y Servicios, señala que el Impuesto al Valor Agregado se
pagará con una tasa del 19% sobre la base imponible; idéntico sentido tiene el artículo 42
del mismo cuerpo legal, refiriéndose al impuesto adicional a determinadas bebidas. El
artículo 43, refiriéndose al impuesto que afecta a las rentas de los trabajadores
dependientes, el 52, al Impuesto Global Complementario y otros del D.L. Nº 824 sobre
Impuesto a la Renta; Ley Nº 17.235 sobre Impuesto Territorial, cuyo Título IV tiene como
epígrafe "De la tasa del impuesto"; sólo por citar algunos ejemplos. Se trata, por lo tanto,
del porcentaje que, aplicado a la base imponible, da como resultado el monto del
impuesto6.
En seguida afirma que no existe diferencia sustancial entre impuesto y tasa, y es difícil
establecer una distinción entre la tasa y los ingresos de derecho privado. Pero, más
adelante, expresa que —siguiendo a Giannini— el mejor criterio de diferenciación entre el
precio público y la tasa radica en la naturaleza de la relación entre el organismo público y
el usuario del servicio y en tal sentido debe analizarse si hay por medio una relación
contractual (pago fundado en la voluntad de las partes) o una relación legal (pago por
mandato de la ley); en el primer caso habrá ingreso de derecho privado o precio público y
en el segundo, tasa.
Nos parece suficiente con lo expuesto para demostrar una serie de contradicciones que
avalan nuestra opinión sobre el tema; así, nos dice que no hay diferencia entre impuesto y
tasa; ¿Debemos concluir que sólo se pretende crear confusión?; se lee en la definición
que la prestación afecta efectiva o potencialmente al obligado, después afirma que el
servicio no es en favor del obligado; afirma que es difícil establecer diferencia entre la tasa
y el precio público y después nos entrega un criterio diferenciador nítido y preciso. En
síntesis creemos que el autor mezcla diferentes opiniones doctrinales, basadas en
legislaciones que contemplan la tasa como tributo, obteniendo un fruto cuya digestión es
imposible.
La diferencia con el impuesto está dada por cuanto éste es una prestación debida a los
entes públicos para la cobertura del costo de los servicios en que no era posible
determinar el consumo de los mismos efectuado por cada contribuyente; en cambio la
tasa debe ser pagada en aquellos supuestos en que la individualización o divisibilidad del
servicio es posible. La tasa es una especie de tributo cuyo hecho imponible es la
prestación de servicios o la realización de actividades que afectan o benefician a los
sujetos pasivos.
En este momento pareciera que nos acercamos a la noción de precio público, pero es
posible señalar diferencias esenciales y así, mientras la tasa se rige por la ley, el precio
público lo hace por el contrato; el servicio o actividad del Estado que responde a la tasa
no puede ser prestado por los particulares, y si, por el contrario, es susceptible de ser
prestado por el sector privado, estaremos frente a un precio público; la tasa legalmente no
tiene el carácter de contraprestación, sí la tiene el precio público; la tasa debe tener en
cuenta el principio de la capacidad contributiva; el precio, la utilidad o beneficio del
obligado al pago; la tasa se regirá por la normativa propia de los tributos, el precio público
por las fuentes propias del tipo de contrato que se trate.
Debemos reconocer que el autor nos entrega un concepto bien delimitado, conformando
una especie diferenciada de tributo. Más aún para él es del todo necesario hacerlo por
cuanto en la legislación española existe una Ley de Tasas, lo que no ocurre entre
nosotros, por lo que reiteramos nuestra opinión de la inutilidad del concepto.
3. Los impuestos
Sin duda alguna es la principal especie o clase del tributo; más aún en nuestra
legislación por la irrelevancia que, según vimos, tienen las contribuciones y las tasas.
Mario y Héctor Fernández Provoste los definen como los gravámenes que se exigen
para cubrir los gastos generales del Estado sin que el deudor reciba otro beneficio que
aquel indeterminado que obtienen todos los habitantes de un país por el funcionamiento
de los servicios públicos9.
Massone concibe el impuesto como la obligación coactiva, establecida por la ley a favor
de un ente público, con el fin de enriquecerlo10.
Para el Código mexicano son impuestos las prestaciones en dinero o en especie que fija
la ley con carácter general y obligatorio, a cargo de personas físicas y morales, para cubrir
los gastos públicos.
Para la Ley General Tributaria de España son impuestos los tributos sin
contraprestación, cuyo hecho imponible está constituido por negocios, actos o hechos de
naturaleza jurídica o económica que ponen de manifiesto la capacidad contributiva del
sujeto pasivo, como consecuencia de la posesión de un patrimonio, la acumulación de los
bienes o la adquisición o gasto de la renta.
Creemos que más importante que cualquier definición, es establecer los elementos
esenciales del impuesto que toda definición o concepto debe contener, bajo pena de
adolecer de alguna deficiencia y que son12:
Giuliani Fonrouge13 expresa "El derecho tributario o derecho fiscal es la rama del
derecho financiero que se propone estudiar el aspecto jurídico de la tributación, en sus
diversas manifestaciones: como actividad del Estado, en las relaciones de éste con los
particulares y en las que se suscitan entre estos últimos".
Todos los impuestos, en cuanto especie de tributo, deben tener ciertos elementos
esenciales, infaltables y que los diferencian de cualquier otro concepto afín; estos
elementos comunes a todo tipo de impuesto, responden a tres interrogantes.
La primera pregunta la podemos formular: ¿Qué se grava con el impuesto? ¿De dónde
y cómo nace la obligación tributaria? La respuesta es el hecho gravado o hecho
imponible.
A. EL HECHO GRAVADO
1. Concepto
2. Elementos o características
a) El hecho gravado debe ser un hecho o hechos o circunstancias de la vida real que, al
ser regulados por la ley, adquieren el calificativo de hechos jurídicos; esos hechos reales,
objetivos, pueden revestir la más variada naturaleza, lo importante es que el legislador los
ha estimado como continentes de capacidad contributiva en la persona que los realiza.
Podemos señalar, entre otros:
b) El hecho gravado debe tener contenido económico; de no ser así, por un lado, es
posible que no manifieste capacidad contributiva; pensemos en hechos como el color de
la piel, de los ojos o del pelo; la estatura u otros similares. Por otro lado, se estaría
atentando, si no derechamente violando, algunas garantías constitucionales, como la
igualdad.
a) Hecho gravado simple si está formado por un solo hecho o circunstancia, así el
impuesto territorial de la ley Nº 17.235, pues basta la existencia de la propiedad de un
bien raíz;
b) Hecho gravado complejo —para algunos compuesto— que se presente cuando la ley
exige dos o más hechos reunidos, formando una unidad ideológica; lo encontramos en el
D.L. Nº 825 cuando exige, para conformar el hecho gravado venta la concurrencia de: una
venta, que esté referida o tenga por objeto la transferencia de dominio de los bienes que
la ley señala y además que la efectúe un vendedor, que, para esta ley, es quien tiene
habitualidad en su realización.
B. EL CONTRIBUYENTE
1. Concepto
Ahondando más en la misma idea podemos afirmar que contribuyente es el incidido por
el impuesto; es quien verá disminuido su patrimonio por efecto del impuesto.
Ahora bien, a veces el legislador ha establecido que sea otro sujeto el obligado a
enterar en arcas fiscales el monto del impuesto. Los ejemplos son varios; así el
contribuyente del Impuesto al Valor Agregado es el comprador o el beneficiario del
servicio; del bolsillo de éste sale el dinero para pagar el impuesto. Pero es el vendedor o
el prestador de servicios el que tiene el deber de enterarlo en arcas fiscales. En renta el
impuesto único a los trabajadores dependientes, artículo 42 Nº 1, afecta, grava las rentas
de ese tipo de trabajadores, pero el empleador se lo tiene que retener y pagarle al Fisco.
Surge aquí una categoría diferente al contribuyente, que se denomina sujeto del
impuesto, o más precisamente, sujeto pasivo del impuesto. Este puede ser conceptuado
como la persona que está obligada a pagar el impuesto al Fisco; no se ve afectado por el
impuesto, pues él lo recargará o retendrá al contribuyente. Doctrinariamente se pretende
que este sujeto sea persona, pero en nuestra legislación encontramos ejemplos de
sociedades de hecho y comunidades a quienes se les otorga la calidad de sujetos de la
obligación tributaria.
Este sujeto pasivo puede revestir una doble forma, como simple responsable o como
sustituto.
Asume el carácter de responsable, cuyo rasgo diferenciador radica en que está obligado
a pagar el impuesto junto con el contribuyente, cuando por ejemplo, el artículo 83 del D.L.
Nº 824, en su parte final, dispone que en un impuesto sujeto a retención, si el obligado a
efectuarla no lo hace, la responsabilidad por el pago recaerá también sobre las personas
obligadas a efectuar la retención, sin perjuicio de que el Servicio pueda girar el impuesto
al beneficiario de la renta afecta. Es meridianamente claro que el sujeto pasivo es sólo
responsable, pues el Fisco puede perseguir el pago de la obligación, tanto en el
contribuyente como en el sujeto pasivo, en otras palabras, responden los dos.
3. Alternativa terminológica
Quizás con el ánimo de utilizar palabras más afines al resto de las ramas jurídicas, se
han utilizado los términos de sujeto pasivo por deuda propia y sujeto pasivo por deuda
ajena; el primero tiene lugar cuando coinciden, en una sola persona, los conceptos de
contribuyente y sujeto pasivo, o sea, el incidido con el gravamen es también el obligado a
cumplir con la obligación tributaria frente al Fisco; en cambio, el sujeto pasivo por deuda
ajena se conformará cuando se diferencian el contribuyente y el sujeto pasivo. Si bien, a
primera vista, la denominación se muestra clarificadora, perfectamente puede discutirse,
desde el punto de vista legal, si la deuda es ajena o propia, desde el momento que es la
propia ley quien obliga al llamado sujeto pasivo por deuda ajena a pagar el respectivo
tributo.
4. Nuestra legislación
El Código Tributario utiliza la palabra contribuyente para referirse a quien debe cumplir
con la obligación tributaria; sólo a modo de ejemplo podemos destacar los artículos 16,
21, 24, 39, 54, 128; incluso, para evitar las excesivas repeticiones del término y/o
cacofonías, utiliza la palabra persona como en los artículos 17 y 23, entre otros.
En el D.L. Nº 824 sobre Impuesto a la Renta, opta también por el término contribuyente;
debemos reconocer que es el cuerpo legal en que encontramos mayor precisión, pero no
debido a precaución especial del legislador, sino al hecho objetivo que en esta ley, por
regla general, coinciden en la misma persona o ente, las calidades de incidido por el
gravamen y responsable de enterarlo en arcas fiscales.
d) El artículo 124 del C.T. exige que el reclamante de las materias que señala tenga
interés actual comprometido; ¿quién, en la situación en análisis, tiene interés actual
comprometido? Estimamos que los dos, pues está fuera de toda discusión que se trata de
un interés económico, patrimonial y ambos, evidentemente, lo tienen.
1. Concepto
a) Base imponible simple cuando consiste en una magnitud integrada por un solo
elemento; así el artículo 15 del D.L. Nº 825 señala que la base imponible del Impuesto al
Valor Agregado está constituida por el valor de las operaciones respectivas y así, en una
venta, la base impositiva será el precio.
b) Base imponible compleja se presenta cuando la magnitud está compuesta por dos o
más elementos o índices y así, para determinar la base imponible del impuesto de primera
categoría, en el D.L. Nº 824 se precisa:
Deducir el costo directo, artículo 30, que da como resultado Renta bruta.
Menos reajuste del capital propio inicial, de los aumentos del capital propio inicial y de
los pasivos no monetarios; artículo 32 Nº 1.
a) Sobre hechos reales: que tiene lugar cuando los elementos, índices o módulos que la
forman son efectivos, tomados de la realidad fáctica; así los ejemplos señalados en el
punto anterior en relación al Impuesto al Valor Agregado y al de primera categoría; tanto
en el Código Tributario como el D.L. Nº 824, cuando se produce esta situación en los
impuestos a la renta, se le denomina como renta efectiva.
a) Podemos afirmar que hoy en día principalmente lo hace el contribuyente y/o sujeto
pasivo. ¿Por qué? Porque le corresponde determinarla en los llamados impuestos de
declaración y pago simultáneos que son la mayoría y los más importantes, como los
creados por los decretos leyes Nºs. 824 y 825. Obviamente esto no significa que pueda
actuar la arbitrariedad o conveniencia del particular, pues para evitarlo, por una parte,
recae en él el peso de la prueba según el inciso primero del artículo 21 del Código
Tributario y, por otra, se le otorgan a la Administración amplias facultades fiscalizadoras,
sin mencionar la conciencia tributaria que debe tener todo ciudadano.
Contiene también el Código Tributario normas que, actuando cual espada de Democles,
facultan al SII para establecer una base imponible distinta y así el inciso tercero del
artículo 64 dispone que cuando el precio o valor asignado al objeto de la enajenación de
un bien mueble o al servicio prestado, sirva de base o sea uno de los elementos para
determinar un impuesto, el Servicio, sin necesidad de citación previa, puede tasar dicho
precio o valor en los casos que éste sea notoriamente inferior a los corrientes en plaza o
de los que normalmente se cobren en convenciones de similar naturaleza, considerando
las circunstancias en que se realiza la operación. Conveniente es destacar la última frase,
de la que se suele olvidar el Servicio y de esta forma por muy corriente que sea, en plaza,
el precio de un vehículo motorizado, no se podrá aplicar si está, por ejemplo, chocado.
En el inciso final del mismo artículo se otorga idéntica facultad en todos aquellos casos
en que proceda aplicar impuestos cuya determinación se base en el precio o valor de los
bienes raíces, si el precio fijado en el respectivo acto o contrato fuere notoriamente inferior
al valor comercial de los inmuebles de características y ubicación similares, en la localidad
respectiva.
D. TASA
1. Concepto
La tasa es la alícuota que, aplicada a la base impositiva, da como resultado el monto del
impuesto.
Por lo tanto, no se trata de un nuevo elemento del tributo propiamente tal, sino que
conforma o complementa el elemento anterior.
2. Clases de tasas
a) Tasa fija o proporcional es aquella que no varía al hacerlo la base impositiva, de tal
manera que el monto de la obligación tributaria aumenta en una proporción fija o
constante al aumentar la base impositiva. El ejemplo más conocido es el artículo 14 del
D.L. Nº 825 al establecer que los contribuyentes, afectos al Impuesto al Valor Agregado,
pagarán dicho impuesto con una tasa de 19% sobre la base imponible y, por lo tanto, sea
la base impositiva de un peso o de cien millones de pesos, la tasa será siempre el 19%.
II. EXENCIONES
1. Concepto
Incluso podríamos abreviar esa definición, omitiendo la frase "establecida por ley", pues
por mandato constitucional, como veremos en el capítulo IV, las exenciones sólo pueden
otorgarse en virtud de una ley de iniciativa exclusiva del Presidente de la República.
2. Clasificación
a) Según el elemento del impuesto sobre el que actúan, cabe distinguir entre
exenciones reales y personales, pudiendo agregar los mínimos exentos.
La exención real —objetiva para algunos— tiene lugar cuando se realiza el hecho
gravado, pero, por razones diversas, generalmente consideraciones de índole socio-
económica se libera de la obligación tributaria. El hecho eximido no va a concretar la
obligación tributaria. Ejemplos, en los artículos 39 del D.L. Nº 824 y 12 del D.L. Nº 825.
Como puede verse, en las primeras se realiza el hecho gravado, pero nadie estará
obligado a pagar el tributo; en las segundas, nace también el hecho gravado, pero unas
personas estarán obligadas y otras, las exentas, no.
La justificación de este capítulo está dada, por una parte, en la ley que diferencia, en su
tratamiento, a unos impuestos de otros y, por otra, en la calificación que, en diferentes
disciplinas, se hace de los impuestos; calificación que necesariamente implica
distinguirlos, clasificarlos.
b) Los externos se contienen en el Arancel Aduanero; los internos, en la ley que los
creó, y
En la misma línea está el artículo 55 ter que establece un crédito contra los referidos
impuestos de hasta 4,4 UF por cada hijo por pagos a instituciones de enseñanza
preescolar, básica, diferencial y media, reconocidas por el Estado, por concepto de
matrícula y colegiatura de sus hijos; también, pero siempre dentro del tope señalado,
pueden deducirse los pagos por cuotas de centro de padres, transporte escolar y de todo
otro gasto de similar naturaleza y directamente relacionado con la educación de sus hijos.
Exige, además, la norma que los hijos no sean mayores de 25 años, con un mínimo de
asistencia del 85% y las rentas del padre y de la madre no pueden exceder de 792 UF.
Los impuestos indirectos admiten un doble concepto, aun cuando se llega al mismo fin.
Son aquéllos en que la obligación tributaria puede trasladarse legalmente a otra
economía, a otro patrimonio; así el IVA en que las personas que realicen operaciones
gravadas con ese impuesto deben cargar a los compradores o beneficiarios del servicio,
una suma igual al monto del respectivo gravamen. Se entiende también por impuestos
indirectos aquellos que afectan la manifestación o utilización de la riqueza o, en otros
términos, el gasto o consumo; como ejemplo el Impuesto al Valor Agregado, por lo dicho
anteriormente.
Es de retención cuando se exige a una determinada persona, que será sujeto pasivo de
la obligación tributaria o sujeto pasivo por deuda ajena, retener o descontar el monto del
impuesto y enterarlo en arcas fiscales, al efectuar un pago a otra persona que será el
contribuyente. Así están obligados a retener y enterar en arcas fiscales el impuesto único
a las rentas de los trabajadores dependientes, todos los que paguen ese tipo de rentas.
a) Código Tributario, artículo 24, inciso penúltimo dispone que en los casos de
impuestos de recargo, retención o traslación que no hayan sido declarados
oportunamente, el Servicio puede girar de inmediato y sin otro trámite previo, los
impuestos correspondientes sobre las sumas contabilizadas, o sea, no se requiere de
liquidación y menos citación.
c) Código Tributario, artículo 128 señala que las sumas que un contribuyente haya
trasladado o recargado indebidamente o en exceso, por concepto de impuestos, debe
enterarlas en arcas fiscales y la solicitud de devolución sólo es posible cuando acredite
fehacientemente, a juicio exclusivo del Director Regional competente, haberse restituido
dichas sumas a las personas que efectivamente soportaron el gravamen.
e) Código Tributario, artículo 147, inciso sexto, establece que no procede ordenar la
suspensión del cobro de los impuestos por parte de las Cortes de Apelaciones o
Suprema, conociendo recursos de apelación o casación, respectivamente, cuando se
trata de impuestos de retención o recargo, en la parte de efectivamente se haya retenido
o recargado por el reclamante.
6. Impuestos sujetos a declaración y no declarables
Los impuestos sujetos a declaración los define el artículo 200 del Código Tributario,
como aquellos que deben ser pagados previa declaración del contribuyente o del
responsable del impuesto.
b) El artículo 200 del Código Tributario que la considera para el efecto de ampliar el
plazo de caducidad en la fiscalización, de 3 a 6 años, cuando se trata de impuestos
sujetos a declaración y ésta no se presentó o la presentada fue maliciosamente falsa.
Impuesto fijo es aquel que se encuentra determinado, en forma directa, exacta y precisa
por la ley, sin relación alguna con la base impositiva; quizá el ejemplo más conocido sea
el impuesto —hoy derogado— a los cheques, establecido en el D.L. Nº 3.475 sobre
Impuesto de Timbres y Estampillas.
En aquellas economías afectadas por inflación, la propia ley señala algún mecanismo
para superar los efectos de aquella y así, nuestra legislación contempla su reajustabilidad
semestral de acuerdo a la variación del Índice de Precios al Consumidor.
b) Progresivos son los impuestos en que la tasa aumenta a medida que aumenta la
base imponible; ejemplos importantes son el impuesto único a las rentas del trabajo
dependiente, cuyas tasas y tramos están contenidos en el artículo 43 del D.L. Nº 824, el
Impuesto Global Complementario, en el artículo 52 del mismo D.L.
I. CONCEPTO
Ese poder, siguiendo a Giuliani Fonrouge, lo podemos conceptuar como "la facultad o la
posibilidad jurídica del Estado, de exigir contribuciones con respecto a personas o bienes
que se hallan en su jurisdicción25.
Buscando una buena definición, que para serlo debe ser breve, podemos señalar que el
Poder Tributario es la facultad jurídica del Estado para crear tributos.
Ahora bien, esa facultad del Estado debe ejercerse en el marco normativo, propio de un
estado de derecho. Es decir, hoy en día es inconcebible un ejercicio discrecional de la
misma por quien es su titular.
Más aún, la mayoría de los Estados le han otorgado rango constitucional y es la norma
fundamental quien regula, en mayor o menor forma, el poder tributario.
La regulación del poder tributario o, como algunos la denominan, las limitaciones del
mismo serán objeto de estudio en este capítulo26.
El principio de la legalidad o de reserva de ley impide que los tributos sean establecidos
por alguna vía distinta a la ley. Es el reconocimiento constitucional del principio nullum
tributum sine lege27.
La primera de las normas señala que "Sólo son materias de ley: ...14) Las demás que la
Constitución señale como leyes de iniciativa exclusiva del Presidente de la República;".
Luego, sólo una ley puede crear tributos en Chile, tanto cualitativamente creando un
tributo nuevo, como cuantitativamente, aumentando uno ya existente, a través de
ampliación del hecho gravado, o subida de tasa, etc.
Pero, las normas citadas agregan tres aspectos que, a nuestro modo de ver,
profundizan el principio de reserva de ley y son:
A) Que no sólo el establecimiento del tributo debe efectuarse a través de una ley, sino
que también sólo la ley puede:
a) suprimir un tributo;
b) reducir un tributo;
c) condonar un tributo;
d) establecer exenciones, y
e) modificar exenciones.
Nos inclinamos por ver, en la primera opción, la posición correcta por cuanto:
Pero agrega el inciso segundo que la autorización no puede extenderse, entre otras, a
materias comprendidas en las garantías constitucionales.
Debe advertirse que el constituyente no dice que no puedan extenderse a las garantías
constitucionales, sino que a materias comprendidas en las garantías constitucionales.
Y es evidente que los tributos son una materia comprendida en las garantías
constitucionales; para ello basta leer el Nº 20 del artículo 19 de la Constitución, referido,
casi en su integridad a los tributos.
La conclusión, entonces, es evidente: no puede haber delegación de la facultad de
legislar en el Presidente de la República, para que éste, mediante la dictación de decretos
con fuerza de ley, cree, suprima, reduzca, o condone tributos o para que establezca o
modifique exenciones.
La igualdad ante la ley es, sin lugar a dudas, una de las garantías más preciadas por la
Constitución y así la asegura, para todas las personas en el Nº 2 del artículo 19 de la
Constitución Política del Estado. Se trata de una garantía general y, por lo tanto, puede
aplicarse también en materia tributaria. La garantía asegura a todas las personas que
estarán sometidas al mismo ordenamiento jurídico, no pudiendo existir diferencias
arbitrarias; en consecuencia serán posibles ciertas discriminaciones, siempre que sean
lógicas y razonables. Así se podrá diferenciar a los comerciantes de los no comerciantes,
pero no sería razonable discriminar entre los distintos sectores del comercio.
Pero, en materia tributaria, tenemos algo más y es así que el Nº 20 del artículo citado
asegura a todas las personas la "igual repartición de los tributos en proporción a las
rentas o en la progresión o forma que fije la ley (...) En ningún caso la ley podrá establecer
tributos manifiestamente desproporcionados o injustos".
Estimamos que la redacción no es muy feliz y que hubiera sido más apropiado evitar la
referencia a las rentas, pues de atenernos estrictamente al texto, perfectamente podría
tacharse de inconstitucionales los impuestos progresivos a la renta, como el impuesto
único a las rentas de los trabajadores dependientes y el impuesto global complementario,
por cuanto se trata de impuestos a la renta, pero no son proporcionales sino progresivos.
Obviamente, en el contexto constitucional, la afirmación no tiene fundamento, pues si los
impuestos a la renta, que afecten a las personas naturales, fueran proporcionales se
violaría groseramente la igual repartición de los tributos. Se echa de menos también, para
remarcar la igualdad del sacrificio de la carga tributaria, una referencia a la capacidad
contributiva de las personas, es decir, a la aptitud, la posibilidad del sujeto para absorber
la carga tributaria, sin que se vea en la imposibilidad de renunciar a la satisfacción de las
necesidades vitales. Más aún, estimamos que la satisfacción de esas necesidades debe
ser adecuada y decente; no debemos olvidar que parte de los tributos —como por
ejemplo, el IVA en la compra de un cuaderno de un niño que no puede ir al colegio en un
día de lluvia porque no tiene cómo defenderse de ella o la adquisición de un trozo de pan
que hace un cesante o el impuesto global complementario o único a las remuneraciones
de los trabajadores dependientes que ganen más de 13.5 U.T.A. o U.T.M.— van a
financiar modos de vida de un lujo superior, incluso de los de sus pares en los países más
desarrollados. Y será mejor dejar el tema hasta este punto y "a buen entendedor, pocas
palabras".
a) De manera proporcional, o sea, mediante una tasa o porcentaje fijo y único, como
sucede en el Impuesto al Valor Agregado y territorial;
Pero el constituyente busca algo más profundo e importante con esta garantía; creemos
que a través de la igualdad la Constitución quiere obtener la justicia en materia tributaria.
Lo que busca es un trato, un reparto igual en el gravamen, en el sacrificio para todos los
contribuyentes y, en consecuencia, lo más trascendente es desentrañar el contenido del
valor igualdad. Creemos casi imposible, humanamente hablando, obtener claridad y
precisión total; por eso, trataremos de establecer algunos parámetros que, al menos, nos
acerquen a la meta o nos introduzcan en el camino a la misma.
b) También está fuera de toda duda que la igualdad pretendida por el constituyente no
es compatible con una igualdad de tipo aritmético, creando cargas tributarias
numéricamente iguales para todos los ciudadanos; así nada más alejado de la igualdad
sería establecer un impuesto fijo de $ 1.000.000 para todos y cada uno de los ciudadanos.
Esto no significa que todo impuesto fijo atente contra la igualdad, al menos en forma
significativa; así estimamos que el antiguo impuesto fijo al giro de los cheques no
contraría el espíritu de la Constitución, pues el hecho gravado es indiciario, sin lugar a
dudas, de una capacidad contributiva. Además gravará no a todos los ciudadanos, sino
sólo a aquellos que sean titulares de cuentas corrientes bancarias.
d) También los impuestos progresivos están dentro del texto constitucional y pensamos
que contribuyen a la igualdad en mejor forma que los anteriores y hoy en día suponen el
avance más alto en la materia; paga más quien más gana y no por el simple hecho de
ganar más, sino porque la tasa o alícuota del gravamen aumenta a la par que la renta.
Sin duda que esta manera de imposición está más cerca que la anterior de la igualdad,
a que aspira la garantía constitucional. Pero tiene defectos, porque, aunque los ingresos
sean iguales, ¿tendrán la misma capacidad contributiva si estamos frente a un soltero o
soltera o más bien frente a un padre o madre de familia numerosa? Dicho en otra forma,
este tipo de imposición respeta la capacidad contributiva objetiva, general, absoluta, pero
prescinde de la capacidad contributiva subjetiva, individual, relativa; porque el gravamen
no será el mismo, aun cuando sean las mismas rentas y las mismas circunstancias
objetivas, si el contribuyente está afectado por alguna enfermedad a si goza de buena
salud y la misma reflexión puede hacerse si la salud o la enfermedad acompañan a
alguno de los miembros de la familia. Podemos poner otro ejemplo, como si, con igualdad
de ingresos y circunstancias, una persona no necesita de estudios o perfeccionamiento y
otro, sí, debiendo incurrir en gastos para obtenerlo.
Esta dificultad es superable a través de los créditos contra la base imponible y, mejor
aún, mediante créditos contra el impuesto, existentes en nuestra legislación hasta el año
1985 por cargas familiares. Pero el legislador prefirió derogarlos. A partir del año 2001,
con la ley Nº 19.753 que introdujo el artículo 55 bis en el D.L. Nº 825, vuelven los créditos
contra el impuesto global complementario e impuesto único a las rentas de los
trabajadores dependientes, por los intereses pagados, devengados por créditos con
garantía hipotecaria, destinados a la adquisición o construcción de viviendas. Hacemos
votos para que el legislador siga en esta línea y establezca créditos por gastos en salud,
adquisición de libros, revistas, elementos tecnológicos necesarios para un buen
desempeño en el trabajo. Parece que nos escuchó y en el año 2012, por ley Nº 20.630,
introdujo el artículo 55 ter que creó un crédito, contra los mismos impuestos, por gastos
en educación de los hijos.
Para algunos derivada de la igualdad, para otros premisa y para otros, simplemente
relacionada. El punto carece de trascendencia, pues estimamos que no hay valores
excluyentes, en ningún ámbito, y más bien todos, directa o indirectamente, forman
círculos concéntricos, con campos comunes y elementos diferenciadores. Y, por lo tanto,
todas las visiones, con correctas.
El principio pretende que los tributos abarquen a todas las personas y/o bienes que el
legislador ha previsto y querido comprender. El gravamen debe afectar a toda persona
cuya situación o conducta coincida con el hecho gravado descrito o tipificado por el
legislador.
La generalidad impide la existencia de privilegios fiscales a la antigua usanza.
a) En la definición de los hechos imponibles; en esta tarea el legislador debe evitar que
se graven unos hechos y se dejen otros al margen del gravamen de similar naturaleza y
manifestación de capacidad contributiva. Un buen ejemplo de lo que estamos tratando
puede ser la definición de venta que nos entrega el artículo 2º del D.L. Nº 825 sobre
Impuesto a las Ventas y Servicios31.
b) Las exenciones, ¿atentan contra la generalidad? Las exenciones reales, por regla
general, no, excepcionalmente sí, como, por ejemplo, si se concretara de manera tal que
el destinatario fuera manifiesto; pero, en este caso, se trataría de una exención personal
simulada. También cuando la exención real significara eximir hechos tan manifestantes de
capacidad contributiva como los que no se eximen.
Por ello, entre otras razones, las exenciones deben ser mínimas y muy bien
ponderadas.
4. El límite de la no confiscatoriedad
A pesar de ello, pensamos que existe un reconocimiento implícito del límite para el
poder tributario por cuanto:
b) Pero, con porcentajes inferiores, ¿se violentaría el límite? Los Tribunales argentinos
parecieran haber fijado un criterio en cuanto a estimar confiscatorio todo tributo cuya tasa
superara el 33%32. Cabe preguntarse ¿por qué establecer la línea divisoria en ese punto y
no en el 32 o el 34?
En la Ley de Impuesto a la Renta, los últimos tramos del impuesto único a la renta de
los trabajadores dependientes y del impuesto global complementario llegaron a ser del
58% y actualmente es del 40% y ni antes ni ahora se ha planteado su posible efecto
confiscatorio34.
5. Otras limitantes
Los principios descritos anteriormente no son los únicos. Se han señalado otros que nos
parecen más bien valores propios o genéricos, pero que no revisten la trascendencia de
los estudiados y así podemos nombrar:
Pero el principio tiene sus detractores y nuestra legislación es un buen ejemplo y así se
pretendió, en décadas pasadas, obtener el desarrollo hacia adentro para lo que se
establecieron derechos aduaneros superiores al 100% del valor de los bienes; en
términos generales, los impuestos a la renta han pretendido redistribuir la riqueza a través
de los impuestos progresivos y quizás si sea esta característica de justicia, equidad, y
solidaridad la que ha impedido la derogación de ese impuesto. Pues al menos en Chile, al
ser de una complejidad inconmensurable, supone una destinación de recursos tan grande
que no se justifica frente a su rendimiento; y pensemos que los recursos son destinados
tanto por parte del Estado, para fiscalizar el cumplimiento, como por parte de los
contribuyentes, para disminuir lo más posible la carga tributaria.
Más aún y en un plano más regional se está llegando a uniones que, en los casos más
avanzados, llegarán pronto a la eliminación de las fronteras y un poco más lejos nos
daremos cuenta que todos pertenecemos a la misma especie humana y habitamos el
mismo planeta.
Esta tendencia tiene su impronta en materia tributaria y nos encontramos con un Poder
Tributario limitado, en algunos casos, sin el ejercicio simultáneo de otro Poder Tributario y
en otros, por la concurrencia de otro u otros poderes tributarios.
Como ejemplo del primer tipo podemos señalar la llamada norma o cláusula del
tratamiento nacional del Acuerdo General de Aranceles y Comercio (GATT) que impide a
todo país miembro imponer a los productos que provengan de los países miembros del
Acuerdo una situación impositiva más gravosa que la que afecte a la producción interna35.
a) Artículo 3º del Decreto Ley sobre Impuesto a la Renta; grava a las personas
domiciliadas o residentes en Chile, por las rentas de cualquier origen, sea que la fuente
de entradas esté situada dentro o fuera del país y las personas no residentes en Chile
pagarán impuesto sobre sus rentas cuya fuente esté dentro del país. Esta disposición
significa doble imposición no solamente si otros países tienen una norma similar, sino
también si el país o países contraparte gravan sólo de acuerdo a uno de los criterios, vale
decir, sólo a los residentes o sólo por la renta de fuente nacional; en otros términos para
que esa disposición no produzca doble tributación la contraparte no debe gravar la renta.
b) Artículos 58 a 63, de la misma ley, que crean los impuestos adicionales que gravan a
personas sin domicilio ni residencia en Chile, causará doble tributación si el país
contraparte adopta como factor de imposición el domicilio o la residencia.
c) Artículo 4º del D.L. Nº 825 sobre impuesto a las Ventas y Servicios, grava las ventas
de bienes atendiendo a la ubicación del bien, sin importar el lugar en que se celebre la
convención; la doble tributación es evidente si otro Poder Tributario atiende al lugar en
que se celebre la convención.
1. En nuestra legislación
a) El artículo 5º del C.T. faculta al Presidente de la República para dictar normas que
eviten la doble tributación internacional o que eliminen o disminuyan sus efectos. Es una
disposición que, atendida su ubicación, es aplicable a todo nuestro sistema tributario. Es
una disposición sin aplicación práctica y nos atreveríamos a afirmar con algún contenido
de inconstitucionalidad por lo que señalamos en el principio sobre la legalidad de los
tributos. En efecto, la concreción de la disposición codificada tendría que darse mediante
el establecimiento de exenciones o de créditos contra el impuesto; ahora bien, estas
materias son propias de ley y no cabe la delegación de facultades. Luego, la aplicación
por esa vía sería contraria a la Constitución.
c) Una apreciación diferente amerita el párrafo 6º del Título II del D.L. Nº 824, artículos
41 A, 41 B y 41 C que contienen normas precisas relativas a la doble tributación
internacional. Si bien no es el momento de desentrañar su contenido, bien podemos
afirmar que se trata de eliminar el efecto de la doble tributación otorgando créditos contra
los impuestos a pagar en Chile, por los pagados en el extranjero.
Las razones de esa posibilidad pueden ser muchas como la existencia de una mayor
tasa en el país extranjero o un gravamen integral a toda la herencia y no a la asignación
de cada heredero, etc. El tope al crédito contra el impuesto a pagar en Chile está dado, en
forma indirecta, al señalar el legislador que el monto del impuesto a pagarse en Chile no
podrá ser inferior, en ningún caso, al que hubiera correspondido si sólo se hubieran
colacionado en el inventario los bienes situados en Chile.
Así, el artículo 9º del D.L. Nº 824 libera del pago del impuesto que establece a las rentas
oficiales u otras provenientes del país que los acredite, de los embajadores y otros
representantes diplomáticos, consulares u oficiales de naciones extranjeras, siempre que,
por una parte, exista reciprocidad con los representantes del Gobierno de Chile, en el
respectivo país y, por otra, que esos funcionarios no sean de nacionalidad chilena.
También exime de impuesto a la renta las remuneraciones oficiales que esos funcionarios
paguen a sus empleados, siempre que sean de su misma nacionalidad y exista
reciprocidad con los pares chilenos en el país de que se trate.
Las tendencias para solucionar el problema diferían y así mientras, principalmente, los
países europeos propiciaban que cada país gravara las rentas que en él se producían, los
norteamericanos, secundados por los ingleses, eran más bien partidarios de otorgar
créditos, contra los impuestos que debían pagarse en su país, por los que pagaban en los
países receptores de capitales. Aquí nacen los métodos del tax credit y tax sparing
clause; según el primero, se otorgaba un crédito contra el impuesto a pagar en el país
donde residía el contribuyente, igual al monto del impuesto pagado en el que produjo la
renta. Obviamente, si éste había otorgado alguna franquicia tributaria para atraer el capital
extranjero, ésta desaparecía. Con el segundo método se da un paso más adelante y el
crédito será equivalente al impuesto que debía haberse pagado de no existir la franquicia
o exención.
Hoy en día no existe una contraposición de intereses tan marcada pues, cual más cual
menos, todos los países son exportadores y receptores de capitales extranjeros.
a) Celebración de tratados que, más que limitaciones al Poder Tributario Nacional, son
armonizaciones entre los diferentes sistemas tributarios que llega incluso a la cooperación
recíproca amplia que incluye información y ayuda en la percepción de los impuestos. Este
tipo de soluciones va de la mano de los procesos reales de integración.
Este camino se ha abierto paso, en forma expansiva, y es así como hoy día Chile tiene
convenios vigentes con: Australia, Bélgica, Brasil, Canadá, Colombia, Corea , Croacia,
Dinamarca, Ecuador, España, Francia, Irlanda, Malasia, México, Noruega, Nueva
Zelandia, Paraguay, Perú, Polonia, Portugal, Reino Unido, Rusia, Suecia, Tailandia y
Suiza; suscritos con Austria, Estados Unidos y Sudáfrica.
— tax credit o deducción del impuesto pagado en el país con el que se produce la doble
tributación;
— tax sparing o imputación del impuesto que debía pagarse de no existir tratamiento
tributario preferente;
Como corolario podemos afirmar que, como los procesos de integración se irán
acelerando cada día más, la solución por alguna de las vías expuestas o por otras está a
punto de alcanzarse.
CAPÍTULO V LA NORMA JURÍDICO-TRIBUTARIA
2. La ley
Ahora bien, el estudio de la ley es propio de otras disciplinas jurídicas razón por la que,
en el párrafo siguiente, nos referiremos solamente a los aspectos propios de la normativa
tributaria.
Son importantes en esta materia al igual que en el resto del ordenamiento jurídico.
Quizá no esté de más señalar que a veces nos encontramos con leyes tributarias más
casuísticas que los decretos supremos, como ocurre en el D.L. Nº 824 sobre Impuesto a
la Renta.
El artículo 6º letra A Nº 1 del C.T. faculta al Director de Impuestos Internos para fijar
normas, impartir instrucciones y dictar órdenes para la aplicación y fiscalización de los
impuestos.
El artículo 88 del C.T., en su inciso segundo, faculta a la Dirección del SII, a su juicio
exclusivo, para exigir el otorgamiento de facturas y boletas respecto de cualquier ingreso,
operación o transferencia que directa o indirectamente sirva de base para el cálculo de un
impuesto, estableciendo los requisitos que dichos documentos deban cumplir.
El artículo 2º del D.L. Nº 825 señala que corresponde al SII calificar a su juicio exclusivo
la habitualidad, elemento esencial para tipificar el hecho gravado en las ventas.
El artículo 3º del mismo decreto ley establece que la Dirección Nacional del SII puede
disponer el cambio de sujeto del Impuesto al Valor Agregado.
En el D.L. Nº 824 sobre Impuesto a la Renta, el artículo 31 le entrega al Director del SII
la calificación como gasto necesario, de los desembolsos efectuados para adquirir o
arrendar automóviles, station wagons y similares, cuando no sea, precisamente, ese el
giro del contribuyente y en el número 5º de la misma ley ordena a la Dirección fijar los
años de vida útil de los bienes físicos del activo inmovilizado.
Queda así sobradamente demostrado que las resoluciones del SII pueden significar o
conformar una fuente del Derecho Tributario.
El Derecho Tributario no hace excepción, en esta materia; por lo tanto, tiene la misma
significación que en las demás ramas jurídicas.
El artículo 3º del C.T. contiene una disposición, de carácter general en nuestra materia,
que reglamenta la entrada en vigencia de la ley tributaria, en la forma siguiente:
1. La ley que modifique una norma impositiva, establezca nuevos impuestos o suprima
uno existente, regirá desde el primer día del mes siguiente al de su publicación en el
Diario Oficial. Estimamos que no origina dificultad determinar si una ley crea o suprime un
impuesto. Pero no reviste la misma claridad establecer los límites de una norma
impositiva. Estimamos que se incluyen todas las disposiciones relativas a impuestos y así
no sólo abarcan a las leyes que establezcan impuestos, sino también al Código Tributario
en su integridad. Esto por cuanto si se refiriera sólo a los impuestos, propiamente tales,
habría utilizado esa palabra, como lo hace al referirse a la creación y supresión. Por eso
pensamos que el SII incurrió en un error cuando, en la circular Nº 32 del año 1984,
explicativa de la ley Nº 18.320, que modificó los plazos de caducidad del artículo 200 del
C.T., indicó, como fecha de vigencia, el día de su publicación en el Diario Oficial. Para
nosotros esa ley modifica una norma impositiva, como es el artículo 200 del C.T. y, por lo
tanto, entró en vigencia el primer día del mes siguiente al de su publicación.
2. La ley que modifique la tasa de los impuestos anuales o los elementos que sirvan
para determinar la base impositiva de los mismos, entrará en vigencia el día 1 de enero
del año siguiente al de su publicación.
Pero no se aplicaría esta norma, sino la anterior si se crea un nuevo impuesto anual o
se deroga uno existente.
3. Lógicamente, si, como sucede con frecuencia, la misma ley tributaria establece en
sus disposiciones la fecha de entrada en vigencia, habrá que atenerse a esta fecha, pues
el principio de la primacía de la ley especial por sobre la general obligaría a preferir ésta
por sobre el artículo 3º del C.T.
El inciso primero del artículo 3º del C.T., concordante con la norma general sobre la
materia, contenida en el artículo 9º del Código Civil, expresa que "en consecuencia, sólo
los hechos ocurridos a contar de dicha fecha —se refiere a la de entrada en vigencia—
estarán sujetos a la nueva disposición".
Sigue el C.T. prefiriendo la seguridad por sobre cualquier otro valor, acorde con todo
nuestro ordenamiento jurídico, consagrando la irretroactividad de la ley.
Situaciones de excepción:
Es además concordante con el artículo 18 del C.P. que otorga retroactividad a la ley
penal más favorable al acusado.
2. La norma sobre entrada en vigencia de las leyes que modifiquen la tasa de impuestos
anuales o los elementos que sirvan para determinar su base imponible, puede tener
efecto retroactivo en los impuestos anuales a la renta.
Esto por cuanto, según vimos, entra en vigencia el día 1 de enero del año siguiente al
de su publicación y los impuestos que deban pagarse a contar de esa fecha quedarán
afectos a la nueva ley.
Esto no sucede en otros impuestos anuales, como por ejemplo, en el impuesto territorial
de la ley Nº 17.235, porque los impuestos se pagan en el mismo año en que se devengan
y los impuestos que correspondan a un año determinado se pagan en los meses de abril,
junio, septiembre y noviembre de ese mismo año, como regla general.
3. Finalmente, el último inciso del artículo 3º del C.T. contiene una disposición que
puede tener efecto retroactivo.
Ordena esta norma que la tasa de interés moratorio será la que rija al momento del
pago de la deuda a que ellos accedan, cualquiera que fuere la fecha en que hubieren
ocurrido los hechos gravados.
La retroactividad, en este caso, no es tan nítida como en los anteriores, pues puede
pensarse que el hecho a regular es el pago atrasado de impuestos y, por tanto, se aplica
la tasa de interés que a esa fecha se encuentra vigente, no existiendo retroactividad
alguna.
Sin embargo, nos parece más acertado sostener que tiene efecto retroactivo, ya que el
hecho o hechos gravados que originaron la obligación tributaria es anterior a la vigencia
de la supuesta nueva tasa de interés y precisamente, a los impuestos que debían pagarse
por la realización de ese hecho o hechos gravados, se les aplicará la nueva tasa.
Lógico es concluir que debemos estar a lo preceptuado en el artículo 8º del Código Civil
según el cual la ley se presume conocida desde la fecha de su publicación en el Diario
Oficial.
¿Por qué, entonces, referirnos a este tema? Porque estimamos que existen dos
artículos en el Código Tributario que atenúan los efectos de esa presunción de
conocimiento de la ley.
Idéntico criterio aparece, pero con mayor nitidez, en el artículo 110 del Código Tributario
al disponer que en los procesos criminales generados por infracciones de las
disposiciones tributarias puede constituir la causal de exención de responsabilidad,
contenida en el Nº 12 del artículo 10 del Código Penal o bien, en su defecto, la
circunstancia atenuante calificada del número 1º del artículo 11 del mismo Código, cuando
se den los siguientes requisitos:
2. Por insuficiente ilustración o por otra causa justificada, haga presumir que ha tenido
un conocimiento imperfecto de las normas infringidas38.
En este caso, el infractor de escasos recursos que, por ejemplo, sea analfabeto, va a
ser liberado totalmente de responsabilidad penal porque tenía un conocimiento imperfecto
de la ley o, simplemente, la desconocía. En el peor de los casos se verá favorecido por
una atenuante calificada, que según el artículo 73 del Código Penal puede originar que la
pena se rebaje en uno, dos o tres grados respecto del mínimo que tenga señalado en la
ley que tipifica el delito.
La legislación tributaria tiene una peculiaridad en esta materia, cual es, la existencia de
organismos que tienen a su cargo la aplicación de la misma. Es así como el artículo 6º del
C.T., en su inciso primero, señala que corresponde al Servicio de Impuestos Internos, en
forma especial, la aplicación y fiscalización administrativa de las disposiciones tributarias.
Y la misma disposición en la letra A Nº 1 faculta al Director de Impuestos Internos para
dictar órdenes tendientes a la aplicación y fiscalización de los impuestos.
Reitera esa facultad el artículo 1º de la Ley Orgánica del Servicio de Impuestos Internos,
según el cual corresponde al SII la aplicación y fiscalización de todos los impuestos
internos actualmente establecidos o que se establecieren en el futuro, fiscales o de otro
carácter, a menos que su control está entregado especialmente, por ley, a una autoridad
diferente.
Podemos concluir que la ley impone al SII la obligación de velar por que los ciudadanos
cumplan con la legislación tributaria39.
Una mención especial, en esta materia, debemos hacer al Servicio de Tesorerías que
tiene a su cargo la recaudación de los tributos40.
El mismo artículo 6º del C.T., en la letra B Nº 1, señala que corresponde a los directores
regionales, dentro de su jurisdicción: 1º Absolver las consultas sobre la interpretación de
las normas tributarias.
Pero esta facultad de los directores regionales es sólo formal, encontrándose disminuida
en el inciso final de la disposición citada al ordenar que dichos funcionarios, en el ejercicio
de sus funciones, deberán ajustarse a las normas e instrucciones impartidas por el
Director y definitivamente eliminada, en el artículo 45 de la Ley Orgánica del SII, al
establecer que los informes que importen un cambio de doctrina o que se refieran a
materias sobre las que no haya precedentes, deberán ser sometidas a la aprobación del
Director.
b) Interpretación a petición de parte, vía consultas, propia tanto del Director como de los
directores regionales; éstos con las limitaciones señaladas en el punto anterior, contenida
en documentos de distinta denominación, principalmente oficios.
Esta interpretación obliga a los funcionarios del SII, pero no a los Tribunales de Justicia
ni a los particulares no funcionarios.
a) Obliga a los funcionarios del SII. Según la Ley Orgánica, el Director es el Jefe
Superior del Servicio y en consecuencia tiene la autoridad, atribuciones y deberes
inherentes a tal calidad; en forma especial, a este respecto, dicha ley le encomienda la
supervigilancia en el cumplimiento de las instrucciones que imparta y la estricta sujeción
de los dictámenes, resoluciones e instrucciones que, sobre las leyes y reglamentos, emita
la Dirección.
b) No obliga a los Tribunales de Justicia, pues éstos deben resolver de acuerdo a la ley.
c) Tampoco obliga a los particulares, a éstos los puede obligar una resolución del SII
que, en virtud de facultades entregadas por la ley, ordene, por ejemplo: que los
contribuyentes presenten un estado de situación, artículo 60 inciso segundo del C.T.; un
cambio de sujeto de los impuestos a las ventas y servicios, artículo 3º inciso tercero del
D.L. Nº 825, de 1974, etc., pero la interpretación administrativa no les obliga.
A este respecto es menester observar que, como la buena fe se presume, bastará con
alegar o expresar que se obró de buena fe.
Para limitar bien este requisito debemos distinguir las situaciones siguientes:
El Código Tributario no contiene norma alguna sobre esta materia; por lo tanto, debemos
atenernos a lo dispuesto en el artículo 2º que ordena, para estos casos, aplicar las
normas de derecho común contenidas en leyes generales o especiales.
En esta materia la remisión es a los artículos 19 al 22 del Código Civil que contienen las
normas hermenéuticas legales 44.
CAPÍTULO VI LA RELACIÓN JURÍDICO-TRIBUTARIA
I. CONTENIDO Y CONCEPTO
Como señalamos en el primer capítulo, la organización societaria que nos hemos dado
las personas, llamada Estado, requiere recursos para financiar sus actividades. Recursos,
que principalmente, son proporcionados por los particulares, mediante el pago de los
tributos.
Surgen de ese hecho una serie de flujos entre ambos que, reglamentados por la ley,
conforman la relación jurídico-tributaria.
Por su parte, los contribuyentes tienen el derecho a exigir la utilización óptima de los
tributos pagados.
Y ésta es la parte que exige una reglamentación adecuada. Reglamentación que bien
pudiera hasta incluir el derecho de los contribuyentes a la legítima defensa, consistente,
frente a una malversación o corrupción generalizada, en el no pago de los tributos 45. La
legislación debe ser urgente, para que la corrupción que nos aplasta, cualitativamente
hablando, no siga quedando impune46.
Los flujos periféricos los conforman una serie de obligaciones cuya finalidad es asegurar
el cumplimiento cabal y oportuno del pago de los impuestos. Ellas son, por ejemplo, los
enrolamientos, la presentación de declaraciones y otras que analizaremos.
Debemos reconocer un problema terminológico por cuanto hay quienes las denominan
obligaciones accesorias y hay quienes, secundarias. Éstos argumentando que no siguen
la suerte de la obligación principal y aquéllos, que no existe ninguna obligación primaria,
en relación a la cual, sean secundarias.
Según el Manual del SII es un registro numérico, a nivel nacional, en el cual se identifica
a todos los contribuyentes del país, de los diversos impuestos y, en general, a toda
persona o entidad que cause y/o deba retener impuestos, en razón de las actividades que
desarrolla. Tiene las características de ser único, seguro y actualizado. Obedece a un
sistema cuyo objetivo fundamental es mantener un control de cumplimiento tributario de
los contribuyentes, a fin de propender a su mejoramiento y proporcionar una mejor
atención a los mismos, simplificando y agilizando los procedimientos administrativos
(Manual del SII, vol. V, párrafo 5210).
Según el artículo 4º del D.F.L. Nº 3, de 1969, el SII otorgará el R.U.T. a las siguientes
personas o entes:
a) Las personas naturales, es innecesaria su obtención, pues hace sus veces la Cédula
Nacional de Identidad, deben acompañar esa cédula, salvo que se trate de personas a
quienes no se les otorga la referida cédula, en cuyo caso habrá que estar a lo que se dirá
en la letra d).
b) Las personas jurídicas, excepto las sociedades anónimas, deben acompañar copia
de la escritura de sociedad o de su modificación, en que conste su razón social o bien
copia de la inscripción en el Registro de Comercio, con certificado de vigencia, cuando se
trate de sociedades comerciales.
d) En los demás casos se deberá estar a los antecedentes que el Servicio de Impuestos
Internos señale.
En las oficinas del Servicio de Impuestos Internos; no existe norma que obligue a
solicitarla en alguna región u oficina determinada.
Según el artículo 10 del D.F.L. Nº 3, de 1969, deben exigir la exhibición del R.U.T., las
siguientes instituciones y funcionarios:
a) El Banco Central de Chile, el Banco del Estado, la CORFO, y, en general, todas las
instituciones de crédito, sean fiscales, semifiscales o de administración autónoma y los
bancos comerciales, en las tramitaciones de cualquier solicitud de crédito o préstamos o
las operaciones de carácter patrimonial que determine el Director de Impuestos Internos,
que se realicen a través de ellas.
Como ya sabemos, algunas de estas exigencias no se aplican desde que las personas
naturales cumplen con la obligación de exhibir, mostrando su cédula nacional de
identidad. Así lo establece el artículo 10 bis del D.F.L. Nº 3, de 1969.
k) Por su parte el artículo 12 del mismo D.F.L. ordena a los productores, distribuidores y
comerciantes mayoristas de bienes corporales muebles a dejar constancia, en las facturas
que emitan, del Rol único Tributario de los adquirentes que sean productores o
comerciantes o cuando, por la naturaleza del monto de la operación, sea presumible que
los bienes adquiridos serán objeto de posteriores transferencias.
Esta obligación deberá cumplirse también porque el artículo 69 del D.S. Nº 55, de 1977,
que contiene el Reglamento del D.L. Nº 825 sobre Impuesto a las Ventas y Servicios,
ordena en el Nº 5 que la factura debe contener, entre otros antecedentes, el número del
R.U.T. del comprador.
Esta obligación debe ser observada por los herederos y albaceas que deban cumplir
con las obligaciones tributarias de ese patrimonio.
b) Disolución de una persona jurídica: el R.U.T. debe ser entregado al SII dentro de los
60 días siguientes a la fecha en que tal persona jurídica haya dejado de ser causante y/o
retenedor de impuestos, en razón de haber terminado sus actividades.
c) En los demás casos; el R.U.T. debe ser devuelto al SII, dentro de los 60 días
siguientes a la fecha en que dejaron de ser causantes y/o retenedores de impuestos.
También debe inscribirse todo aquel que ejerza el mismo giro por encargo de otras
personas, como los comisionistas y martilleros.
Concretando esa disposición el artículo 9º del D.S. Nº 238, de 1975, que aprobó el
Reglamento del D.L. Nº 828, señala que el SII llevará registros en los que deben
inscribirse:
a) Los productores y comerciantes de tabaco en hojas.
El artículo 51 del mencionado decreto ley establece, para la fiscalización y control de los
contribuyentes de esa ley, que el SII lleve un Registro, con base en el Rol Único
Tributario. Con tal objeto las personas que inicien actividades, susceptibles de originar
impuestos creados por el referido decreto ley, deben solicitar su inscripción en el Rol
Único Tributario, antes de iniciar sus actividades. Esta última parte es innecesaria, al tenor
de la normativa general sobre el Rol Único Tributario que ya desarrollamos.
Por su parte, el artículo 67 del D.S. Nº 55, de 1977, que contiene el Reglamento del D.L.
Nº 825, obliga a los contribuyentes que inicien actividades susceptibles de originar
impuestos de ese decreto ley a inscribirse en el Rol Único Tributario, antes de dar
comienzo a dichas actividades, sin perjuicio de la declaración inicial de actividades a que
se refiere el artículo 68 del C.T.
El artículo 67 del C.T. faculta a las direcciones regionales del SII para exigir a las
personas que desarrollen determinadas actividades, la inscripción en registros especiales,
indicando, en cada caso, los datos o antecedentes que deban proporcionar los
contribuyentes para efectos de la inscripción.
Nos parece una norma superada por los avances tecnológicos que permiten al SII
obtener, vía ordenadores o computadores, listas o registros de todo tipo de
contribuyentes, como por ejemplo: retenedores del impuesto único a los trabajadores
dependientes; retenedores por pago de rentas del artículo 42 Nº 2 del D.L. Nº 824, de
1974; importadores; socios o directores de sociedades, etc.
La forma es tan sencilla que puede pasar desapercibida para el contribuyente; el inciso
cuarto del artículo 68 señala que el formulario único, para declarar la iniciación de
actividades, contendrá todas las enunciaciones requeridas para el enrolamiento del
contribuyente en cada uno de los registros en que deba inscribirse; mediante esa
declaración inicial el contribuyente cumple con la obligación y será el SII quien procederá
a efectuar las inscripciones pertinentes en los registros que corresponda.
III. INFRACCIONES RELATIVAS AL INCUMPLIMIENTO DE LA OBLIGACIÓN
Estamos frente a una infracción de escasa ocurrencia pues, por una parte, no existe
plazo para su cumplimiento y, por otra, bastará con solicitar la inscripción con anterioridad
a la realización del trámite o gestión que lo exige.
El artículo 16 del D.F.L. Nº 3, de 1969, sanciona a las personas que realicen los hechos
gravados en el D.L. Nº 825, de 1974, sin estar identificados en el Rol Único Tributario,
considerándolas como comerciantes o industriales clandestinos para los efectos de
aplicarles las penas contempladas en el artículo 97 Nº 9 del Código Tributario, que son:
a) Multa que puede ir desde el 30% de una Unidad Tributaria Anual a cinco Unidades
Tributarias Anuales;
Se describe esta infracción en el artículo 104 del Código Tributario, sancionando a las
personas mencionadas en los artículos 102 y 103 que infrinjan las obligaciones relativas a
exigir la exhibición y dejar constancia del R.U.T. o del certificado provisorio, en su caso,
en las situaciones previstos en el C.T., Reglamento del R.U.T. o en otras leyes.
Esas personas son:
1. Descripción
a) Personas que exploten bienes raíces a cualquier título, tributan con renta efectiva y
están referidos en el artículo 20 Nº 1 letra a) y contribuyentes que explotan bienes raíces
agrícolas, sean propietarios o usufructuarios, tributan con renta presunta y están referidos
en el artículo 34, ambos artículos del D.L. Nº 824, de 1974.
b) Personas que realicen alguna de las actividades señaladas en el artículo 20 Nº 3 del
D.L. Nº 824 y que son: industria, comercio, minería, explotación de las riquezas del mar,
las demás actividades extractivas, compañías aéreas, compañías de seguros, bancos,
asociaciones de ahorro y préstamo, sociedades administradoras de fondos mutuos,
sociedades de inversión o capitalización, empresas financieras y otras de actividad
análoga, constructoras, periodísticas, publicitarias, radiodifusión, televisión,
procesamiento automático de datos y telecomunicaciones.
d) Los que realicen alguna actividad que quede incluida en el artículo 20 Nº 5 del D.L.
Nº 824. Estamos frente a una norma residual por cuanto se incluyen todas las rentas,
cualquiera que fuera su origen, naturaleza o denominación, cuya imposición no esté
establecida expresamente en otra categoría ni se encuentren exentas. El SII posee una
enumeración abundante de rentas gravadas, en virtud de este número, como por ejemplo:
mayor valor obtenido en la enajenación de bienes del activo fijo o inmovilizado, premios
obtenidos por caballos de carrera propios, beneficio obtenido en la enajenación del
derecho de llaves, patentes y marcas comerciales.
El artículo 68 del C.T. faculta al Director del SII para eximir de esta obligación o para
establecer un régimen simplificado para su cumplimiento, mediante normas de carácter
general, aplicable a contribuyentes o a grupos de contribuyentes de escasos recursos
económicos o de escasa preparación. A los contribuyentes que puedan acogerse bien a la
exención, bien al régimen simplificado de declaración de iniciación de actividades, se les
permite optar por la declaración común de iniciación de actividades48.
Pensamos y por la misma razón lo mantenemos, que, por analogía, el SII debería
confirmar la misma doctrina en el procedimiento concursal de liquidación, creado por
la ley Nº 20.720.
El SII entiende por sociedad de hecho aquella que pretendió, en la voluntad de los
socios, ser una sociedad formal, con todos los requisitos y solemnidades exigidas por la
ley, pero por falta o incumplimiento de alguno de los requisitos no llegó a tener la calidad
de sociedad de derecho; por ejemplo, no se inscribió el extracto o no se efectuó la
publicación del extracto en el Diario Oficial o se hizo fuera de plazo.
Para efectos de tributación deben ser tratadas como si fueran comunidades, teniendo
presente que nuestro derecho hace aplicables las normas relativas a las comunidades
para la liquidación de las sociedades de hecho. Lo mismo hace el artículo 6º del D.L. Nº
824, estableciendo la responsabilidad solidaria de los socios o comuneros en la
declaración y pago de los impuestos a la renta, salvo que en su declaración individual de
renta individualicen a los otros comuneros o socios, indicando la cuota o parte que les
corresponde en la sociedad de hecho o comunidad.
Para que tanto las sociedades de hecho como las comunidades puedan ser tratadas
tributariamente de acuerdo a las normas relativas a las comunidades, debe probarse
fehacientemente, ante el SII, el dominio en común del negocio o empresa que generará
las rentas a distribuirse entre ellos.
En cuanto a la oficina del SII en que debe presentarse la declaración inicial, parece
lógico que debe hacerse en la del lugar en que tenga domicilio el declarante, pero no hay
norma legal que lo exija.
Estos antecedentes no están exigidos por la ley, sino que son simples instrucciones del
SII; es evidente que ninguna oficina del SII recepcionará la declaración si no se adjuntan,
pero también es evidente que procedería la presentación de un recurso de protección o
de amparo económico en su contra por atentar, si no violar, la libertad económica,
garantizada en la Constitución Política.
La declaración en que se designa debe ser firmada por todos los socios o comuneros,
autorizándose las firmas por un Notario Público.
En la práctica este plazo se verá reducido en todas aquellas situaciones, que serán casi
todas, en que el contribuyente tenga que emitir documentos timbrados por el SII, pues
para llevar un estricto control del timbraje, el SII exigirá la exhibición del comprobante de
iniciación de actividades.
10. Infracciones por incumplimiento de la obligación
Son muchas las disposiciones normativas que se refieren a ellos, pero citaremos sólo el
artículo 56 del D.L. Nº 825 por cuanto en él encontramos una enumeración completa de
los mismos y son:
Pareciera, entonces, que esos contribuyentes deben emitir facturas, sin importar el
adquirente y, podemos agregar, o el prestador de servicios, pudiendo —es facultativo—
emitir boletas cuando vendan directamente al consumidor.
Esto no es así por mandato del artículo 53 del D.L. Nº 825, norma especial en relación
al C.T. que ordena emitir facturas, incluso respecto de ventas o servicios exentos, en las
operaciones que realicen los contribuyentes afectos a los impuestos de esa ley con otros
vendedores, importadores y prestadores de servicios.
En síntesis, la factura deberá emitirse sólo en las operaciones que realicen entre sí los
vendedores, los importadores y los prestadores de servicios en su actuación como tales,
pero no si alguno de ellos actúa como "consumidor"; así deberá emitir boleta el
Servicentro que vende gasolina a un vendedor, importador o prestador de servicios para
un vehículo de su propio uso o de su familia.
De acuerdo al artículo 54 del D.L. Nº 825, modificado por la ley Nº 20.727, la factura
consistirá exclusivamente en documentos electrónicos.
c) Facturas de compra, se trata de un documento que refleja, al igual que los dos
anteriores, la realización de una venta y cuya particularidad radica en que la emite el
comprador, de ahí su nombre, al vendedor, en aquellos casos que existe cambio de sujeto
en los impuestos establecidos en el D.L. Nº 825; cambio de sujeto que puede estar
ordenado por la propia ley o por la Dirección Nacional del SII.
En virtud de lo dispuesto en el actual artículo 54 del D.L. Nº 825, debe emitirse sólo en
documento electrónico.
e) Liquidación factura, documento que tiene por objeto reflejar las ventas realizadas a
través de comisionista o mandatario y la comisión cobrada por éstos.
Debe emitirse, en conformidad al artículo 54 del D.L. 825 por medios electrónicos.
f) Facturas de inicio que según el inciso 2º del artículo 8º quater es "aquella que consta
en papel y en la que el agente retenedor es el comprador o beneficiario de los bienes y
servicios y que se otorga mientras el Servicio efectúa la fiscalización correspondiente del
domicilio del contribuyente".
Por mandato de la misma disposición, el SII debe establecer los requisitos que, aparte
del timbraje ordenado por la propia ley, debe cumplir.
Estos requisitos están contenidos en la resolución exenta Nº 12 de 1 de febrero de 2011
y son los siguientes:
— Deben cumplir con los requisitos señalados en el artículo 69 del D.S. Nº 55 que
contiene el Reglamento del D.L. Nº 825 y las características que indica la resolución del
SII Nº 1.661, de 1985.
— Las operaciones documentadas con estas facturas deben realizarse con otros
vendedores, importadores o prestadores de servicios.
— Deben llevar impreso dentro del recuadro verde el nombre del documento: "FACTURA
DE INICIO".
— La autorización de estas facturas debe hacerla la Unidad del SII bajo cuya
jurisdicción se encuentre el domicilio del contribuyente.
— El SII sólo autorizará estas facturas por el período que medie entre la fecha de inicio
de actividades y la fecha en que el SII haya efectuado el procedimiento de verificación de
actividad. Una vez realizada la verificación de actividades del contribuyente, éste deberá
solicitar la autorización de facturas; las facturas de inicio autorizadas y que no se hayan
emitido antes de la fecha de verificación deben ser anuladas y conservadas por el
contribuyente para ser exhibidas cuando sean requeridas para fines de fiscalización por
parte del SII.
Su emisión debe hacerse sólo vía electrónica, por disposición del artículo 54 del D.L. Nº
825.
A diferencia de las notas de crédito, en éstas la ley no señala las situaciones en que
deben emitirse, solamente el inciso segundo del artículo 57 del D.L. Nº 825 ordena a los
vendedores y prestadores de servicios emitir notas de débito por aumentos del impuesto
facturado.
Su emisión debe hacerse sólo como documento electrónico, según lo dispone el artículo
54 del D.L. Nº 825.
Los requisitos son de tres tipos: legales, reglamentarios y ordenados por el SII.
1) Los requisitos legales de los documentos están señalados en el inciso final del
artículo 17 del D.L. Nº 3.475 sobre Impuesto de Timbres y Estampillas y son el timbraje y
registro de los documentos en el Servicio de Impuestos Internos.
Estos requisitos están reiterados en el D.L. Nº 825 que ordena el timbraje de las boletas
y facturas en el artículo 54; de las guías de despacho, en el inciso quinto del artículo 55 y
de las notas de crédito y débito en el inciso tercero del artículo 57; el artículo 59 se refiere
al requisito externo del registro de las operaciones en el Libro de Compras y Ventas.
2) La ley Nº 19.983 obliga a emitir una copia (conocida como tercera copia), sin valor
tributario, de la factura, para los efectos de transferencia a terceros o cobro ejecutivo,
según lo que dispone dicha ley. Esta copia, que puede llegar a ser título ejecutivo, debe
emitirse en toda operación de compraventa, de prestación de servicios o en aquellas que
la ley asimile a tales operaciones.
Además, el vendedor o prestador de servicios deberá dejar constancia, en el original de
la factura y en la referida copia, del estado de pago del precio o remuneración y, en su
caso, de las modalidades de solución del saldo insoluto51.
b.1) Factura: sus requisitos están enumerados en la letra A del artículo 69 de la forma
siguiente:
En el caso de que se emitan en más ejemplares que los indicados, deberá consignarse
en forma impresa y visible el destino de cada documento;
3) Indicar el nombre completo del contribuyente emisor, número de Rol Único Tributario,
dirección del establecimiento, comuna o nombre del lugar, según corresponda, giro del
negocio, y otros requisitos que determine la Dirección Nacional de Impuestos Internos;
5) El vendedor deberá conservar los duplicados de las guías durante seis años, con
indicación del número de la correspondiente factura.
b.4) Notas de crédito y notas de débito que según el artículo 71 deben cumplir los
mismos requisitos exigidos para las facturas en la letra A del artículo 69, ya señalados, y
solamente pueden ser emitidas al mismo comprador o beneficiario del servicio para
modificar facturas otorgadas con anterioridad.
Debemos observar que estas notas, incluso la de crédito, se relacionan únicamente con
la factura, sin embargo, pensamos que la emisión de la nota de crédito puede emitirse
para modificar una boleta excesiva por dos razones; la primera porque no existe otra
forma de modificación; la práctica, aceptada por el SII, consistente en dejar en el talonario
tanto el original como la copia con la leyenda "nula", carece de base legal y la segunda,
porque los depósitos para garantizar la devolución de envases se incluyen en boletas,
difícilmente en facturas, y la única manera de corregir el monto de la boleta es mediante la
emisión de la nota de crédito.
b.5) Liquidaciones-factura que deben emitir los comisionistas deben estar numeradas
correlativamente y timbradas por el SII.
b) Numeradas en forma correlativa e impresa, usando una numeración especial que las
diferencie de las ventas habituales, y con aposición del sello oficial del Servicio de
Impuestos Internos en cada documento.
c) Indicar en forma impresa el nombre del contribuyente emisor, su razón social, número
del Rol Único Tributario (RUN o RUT), dirección del establecimiento, comuna o nombre
del lugar según corresponda, giro del negocio, número telefónico o de casilla, cuando ello
proceda, nombre o razón social del impresor y dirección de su establecimiento gráfico.
e) Indicar nombre completo, domicilio, comuna o nombre del lugar según corresponda,
giro o actividad, número de cédula de identidad, y RUT del vendedor del bien, o cualquier
otro antecedente que permita su identidad (Nº patente del vehículo, etc.).
c.3) El SII dictó la resolución Nº 1.661 exenta, de 1985, en que estableció una larga
enumeración de requisitos formales que deben cumplir las facturas, facturas de compra,
guías de despacho, liquidaciones factura, notas de débito y crédito, con sus respectivas
copias, sea que se emitan en forma manuscrita o por medios mecanizados o
computacionales, aparte de los ya señalados. O sea, se refiere a todos los documentos
con excepción de las boletas. Estas exigencias son:
c) El original del documento tendrá un fondo impreso de color celeste, tipo pantone
290C o 290U, con las siguientes frases intercaladas, de cinco líneas cada una:
"IMPRIMIÓ EL FONDO... (nombre o razón social del impresor del fondo, su dirección
completa, comuna y Nº de RUT)...".
"IMPRIMIÓ LOS TEXTOS... (nombre o razón social del impresor de los textos, su dirección
completa, comuna y Nº de RUT)...".
Las facturas de exportación pueden emitirse sin estos requisitos según Circular Nº 3 de
1986. Estas facturas deben tener numeración correlativa distinta y llevar impreso, en
forma destacada, la frase "Factura de Exportación" o, según el caso, "Nota de Débito de
Exportación" o "Nota de Crédito de Exportación".
d) El fondo en referencia, es decir, las cinco líneas con la frase "SU BOLETA ES BENEFICIO
PARA TODOS EXÍJALA, seguida de las cinco líneas con la frase IMPRIMIÓ EL FONDO... etc.,
continuando con las cinco líneas con la frase SU BOLETA ES BENEFICIO PARA TODOS
EXÍJALA, más las cinco líneas con la frase IMPRIMIÓ LOS TEXTOS... etc., para volver con la
frase SU BOLETA ES BENEFICIO PARA TODOS EXÍJALA, y así sucesivamente, deberá ser
impreso en letras tipo "Universal Medium", con cuerpo 8, interlíneas 9 y en alta. Además,
dichas leyendas deberán ser impresas en igual dirección y sentido que los textos del
documento.
e) El número de RUT del emisor del documento, el nombre del documento (factura, guía
de despacho, etc.) y su número correlativo, deberán ser impresos en un recuadro de
cuatro centímetros de altura por ocho centímetros de largo, enmarcado por un filete de un
milímetro de grosor. Dicho recuadro irá en el ángulo superior derecho del documento, a
0,5 centímetros del corte y será de color verde, tipo pantone "green U" o "green C". El
RUT y el nombre del documento deberán ser impresos en letra tipo "Univers Medium",
con cuerpo 18 y en alta, y en cuanto al número correlativo del documento, no podrá tener
un tamaño inferior a cuatro milímetros de altura. Todos los caracteres al interior del
recuadro deberán ser impresos en igual tipo de color verde;
f) Inmediatamente debajo del recuadro, definido en el número 1.5 anterior, deberá
consignarse la Unidad del Servicio de Impuestos Internos donde debe efectuarse el
timbraje respectivo (por ejemplo: SII Iquique, SII Stgo. Oriente, SII Angol, etc.), con la letra
"Univers Medium", con cuerpo 11 y de color verde, tipo pantone "green C" o "green U";
h) Las copias podrán emitirse con papeles y colores o tintas diferentes del original, y no
deberán llevar impreso ningún tipo de fondo, e
c.4) Por resolución exenta Nº 14, de 2005, el SII obliga en relación a la tercera copia de
las facturas, exigida por la ley Nº 19.983, a indicar su destino en el vértice inferior derecho
mediante la leyenda "c UADRUPLICADO COBRO EJECUTIVO-CEDIBLE", la que quedará en
poder del vendedor o prestador de servicios o de un tercero, a quien se traspase. En el
caso de emisión de guías de despacho, la frase que da cuenta del destino de la copia
deberá contener la expresión: cUADRUPLICADO COBRO EJECUTIVO-CEDIBLE CON SU
FACTURA".
Además, y al igual que las otras dos copias, incluirá la leyenda: "COPIA DE FACTURA NO
DA DERECHO A CRÉDITO FISCAL".
A. VENTAS
a) Factura. Por mandato del artículo 55 del D.L. Nº 825, de 1974, es preciso delimitar
tres situaciones:
— En los casos de ventas de bienes corporales muebles, las facturas deben emitirse en
el mismo momento en que se haga la entrega real o simbólica de las especies. El artículo
17 del Reglamento del decreto ley mencionado clarifica esos momentos diciendo que
existe entrega real del bien corporal mueble afecto al Impuesto al Valor Agregado, cuando
el vendedor permita al adquirente la aprehensión material de dicha especie y se considera
que existe entrega simbólica, entre otros casos, cuando el vendedor entrega al adquirente
las llaves del lugar en que se encuentra guardado el bien o, directamente, le entrega las
llaves de la especie; cuando el vendedor transfiere dicho bien a quien ya lo posee o
cuando el vendedor enajena una especie afecta al IVA conservando la posesión de la
misma, o cuando los bienes se encuentran a disposición del comprador y éste no los
retira por su propia voluntad.
Existe una boleta con reglamentación especial. Nos referimos a la boleta que debe
emitirse según resolución del SII Nº 22, del año 1988, fundamentándose en la facultad
que le entregó el inciso segundo del artículo 53 del D.L. Nº 825, de 1974, para amparar o
cubrir todas las ventas inferiores al monto mínimo por el cual deben emitirse boletas,
fijado por el SII. Esta boleta debe emitirse con la última numeración del día, es decir, se
emite al cerrar el negocio.
d) Notas de crédito y notas de débito. No existe norma general sobre la materia, por lo
tanto, se emitirá al momento de producirse el hecho que la justifica. La excepción tiene
lugar en la situación descrita en el artículo 21 Nº 2 del D.L. Nº 825, de 1977, y referido
anteriormente, según el cual si se trata de devoluciones la nota de crédito no puede
emitirse pasados los tres meses desde la entrega del bien.
B. SERVICIOS
a) Factura. En conformidad al inciso primero del artículo 55 del D.L. Nº 825, de 1977,
debe emitirse en el mismo período tributario en que la remuneración se perciba o se
ponga, en cualquier forma a disposición del prestador del servicio. Puede, entonces,
percibirse la remuneración y esperar hasta fin de mes para facturar.
b) Boletas. El inciso sexto del artículo citado exige que la boleta se emita en el momento
mismo en que la remuneración se perciba o se ponga, en cualquier forma, a disposición
del prestador del servicio53.
Según el artículo 52 del D.L. Nº 825, las personas que celebren cualquier contrato o
convención de los mencionados en los Títulos II y III de esa ley, deben emitir facturas o
boletas por las operaciones que efectúen, aun cuando no se apliquen impuestos o se trate
de convenciones exentas. Por lo tanto, podemos afirmar que, en la práctica, siempre que
se realice una venta o preste un servicio deberá emitirse factura o boleta, según
corresponda.
a) El artículo 88 del C.T., en su inciso sexto, entrega a la Dirección del SII la facultad de
determinar el monto mínimo por el que deben emitirse boletas.
b) El SII, en virtud de la facultad que le entrega el inciso 3º del mismo artículo 88, ha
liberado de la obligación de emitir documentos en varios casos, por ejemplo: cuando
opera el cambio de sujeto en el IVA como en la venta al público de diarios, revistas,
cigarrillos, etc.; venta de bebidas por máquinas expendedoras.
c) En el inciso final del artículo 23 del C.T. Faculta a la Dirección Regional para eximir,
mediante resolución fundada, de oficio o a petición del interesado y a su juicio exclusivo,
de la obligación de emitir boletas, por tiempo determinado, a los comerciantes
ambulantes, de ferias libres y propietarios de pequeños negocios de artículos de primera
necesidad.
También los puede eximir de la obligación de llevar libros de ventas diarias, en cuyo
caso, el Servicio tasará el monto mensual de las ventas afectas a impuesto.
5. Mantención de la documentación
Ahora bien, el plazo del SII para revisar según el artículo 200 del C.T. es, como regla
general, de tres años, pero excepcionalmente, tratándose de impuestos sujetos a
declaración, si ésta no se presenta o la presentada es maliciosamente falsa, el plazo es
de seis años.
Luego, el contribuyente deberá conservar los documentos durante el plazo de seis años;
plazo que se contará desde la expiración del plazo legal en que debió pagarse el
impuesto que corresponda.
De esa forma, en la práctica, los documentos deberán mantenerse por un plazo superior
a los seis años y así una factura, emitida en enero de un año cualquiera, va a ser básica
para determinar la base imponible de los impuestos a la renta cuyo plazo legal para
pagarlo vence el 30 de abril del año siguiente; por lo tanto, ese documento permanecerá
en poder del contribuyente más de siete años.
Encontramos una norma específica sobre este tema en el artículo 72 del Reglamento
del D.L. Nº 825, contenido en el D.S. Nº 55, de 1977, que faculta a los Administradores de
Zona —hoy Directores Regionales en virtud del artículo 6º del D.F.L. Nº 7 de 1980— para
autorizar la destrucción de los documentos cuando la obligación de mantenerlos durante
seis años produzca dificultades de orden material. La autorización debe otorgarse por
años comerciales completos y en ningún caso puede referirse a los tres últimos años,
salvo que se hubiese revisado la contabilidad del contribuyente y liquidado todos los
impuestos que le afecten. La destrucción debe ser presenciada por inspectores del SII,
debiendo levantarse acta de lo obrado.
Debemos señalar sobre este tema que la mantención puede hacerse en medios
distintos al papel, siempre que lo autorice el Director del SII, según lo dispone el artículo
92 bis del C.T. Esos medios, hoy en día, podrán ser los disquetes, cd u otros medios
utilizados en la informática.
6. Alternativa a la documentación
Los incisos tercero y cuarto del artículo 56 del D.L. Nº 825 establece facultad al SII para
autorizar el intercambio de mensajes mediante el uso de diferentes sistemas tecnológicos,
en reemplazo de los documentos tradicionales, pero deberá exigir los requisitos que sean
necesarios para resguardar el interés fiscal.
Si el SII ordena imprimir en papel los documentos reemplazados, ese documento tendrá
valor probatorio de instrumento privado emanado de la persona bajo cuya firma
electrónica se transmitió.
Hoy en día, los documentos electrónicos ya son una realidad y parece avizorarse en el
horizonte el final de los sufridos documentos en papel.
Con la entrada en vigencia de la ley Nº 20.727 que modifica el artículo 54 del D.L. Nº
825, las facturas, facturas de compra, liquidaciones facturas y notas de crédito y débito,
según vimos en cada caso, "consistirán exclusivamente en documentos electrónicos".
7. Importancia de la documentación
a) Como medio de prueba. En esta materia el artículo 21 del C.T. establece que
corresponde al contribuyente probar con los documentos, libros de contabilidad u otros
medios que la ley establezca, en cuanto sean necesarios u obligatorios para él, la verdad
de sus declaraciones o la naturaleza de los antecedentes y monto de las operaciones que
deban servir para el cálculo del impuesto. Y, por otra parte, el SII no puede prescindir de
las declaraciones y antecedentes presentados o producidos por el contribuyente y liquidar
otro impuesto que el que de ellos resulte, a menos que no sean fidedignos.
b) Como medio de acreditar el crédito y débito fiscal en el D.L. Nº 825. Al momento de
determinar el monto del impuesto, el sujeto del impuesto cuantificará el débito fiscal con
base en los documentos emitidos y podrá deducir, como crédito fiscal, el impuesto que ha
soportado en la medida que esté debidamente documentado, según la normativa del
decreto ley citado.
c) La factura puede conformar un título ejecutivo, según vimos. Por esa razón no
amerita un tratamiento jurídico especial54.
A) No otorgar los documentos en los casos y forma exigidos por las leyes. Describe la
infracción el artículo 97 Nº 10 del C.T.
c) Uso de facturas, notas de crédito, notas de débito o guías de despacho sin el timbre
correspondiente.
Estas conductas son sancionadas con multa del cincuenta por ciento al quinientos por
ciento de la operación, con un mínimo de dos U.T.M. y un máximo de 40 U.T.A. y clausura
de hasta veinte días de la oficina, estudio, establecimiento o sucursal en que se cometió
la infracción.
El legislador define, para este efecto, la reiteración que tiene lugar cuando se cometen
dos o más infracciones entre las cuales no medie un período superior a tres años.
a) Si se debe y puede determinar el capital propio, la multa discurrirá entre una unidad
tributaria mensual y veinte unidades tributarias anuales, la que en ningún caso podrá
exceder del 15% del capital propio.
Para estos efectos debemos entender por capital propio el definido en el artículo 41 Nº 1
de la Ley sobre Impuesto a la Renta, o sea, la diferencia entre el activo y pasivo exigible,
vigente al inicio de año comercial en que ocurra la pérdida o inutilización, debiendo
rebajarse previamente los valores intangibles, nominales, transitorios y de orden.
a) Con multa de una unidad tributaria mensual a treinta unidades tributarias anuales, la
que, en todo caso, no podrá exceder del 25% del capital propio, o
Esta norma impone, además, una doble obligación al contribuyente que pierde o ve
inutilizados los documentos consistentes en tener que:
b) Reconstituir la contabilidad dentro del plazo y conforme a las normas que dicte el SII,
plazo que no puede ser inferior a treinta días.
Si el contribuyente no cumple con lo anterior será sancionado con multa de hasta diez
Unidades Tributarias Mensuales; no existe monto mínimo.
La sanción es una multa que puede variar entre el 10 por ciento y el 200 por ciento de
una unidad tributaria anual.
E. No otorgar boleta, última del día, por el total de las ventas inferiores al monto mínimo
por el que deben emitirse.
El artículo 53 del D.L. Nº 825, de 1974, hace aplicable, si no se emite, las sanciones
contempladas en el artículo 97 Nº 10, al que ya nos referimos.
Como la sanción incluye una pena de presidio se tipifica un delito tributario, con las
consecuencias que estudiaremos al tratar el tema de las infracciones.
1. Concepto
Podemos conceptuar la contabilidad como una técnica que tiene por objeto entregar
información clara y precisa de las operaciones realizadas permitiendo un perfecto control
de la empresa tanto por parte de su dueño como de terceros interesados. Más
brevemente podemos definirla como el registro ordenado cronológica y sistemáticamente
de las operaciones con contenido económico, realizadas en la empresa.
— Contabilidad completa que comprende todos los libros señalados en el artículo 25 del
Código de Comercio y que son el libro diario, el libro mayor o de cuentas corrientes y el
libro de balances. Todos estos libros pueden llevarse en forma separada o en uno solo,
llamado de Caja Americana o en forma computacional.
— Contabilidad simplificada que puede consistir, en unos casos, en una planilla con
detalle cronológico de las entradas y un detalle aceptable de los gastos; en otros, en un
solo libro de entradas y gastos y finalmente, en el caso de los profesionales liberales,
acogidos a la presunción de gastos, basta con el talonario de boletas emitidas.
b) El Código Tributario nos entrega otra clasificación con los siguientes extremos:
a) Los contribuyentes obligados a llevar contabilidad deben ajustar los sistemas de ésta
y los de confección de inventarios a prácticas contables adecuadas, que reflejen
claramente el movimiento y resultado de sus negocios; a esto obliga el artículo 16 inciso
primero del C.T.
Debe advertirse también que la libertad para elegir un sistema contable es sólo inicial,
ya que el cambio del sistema contable que ha servido de base para el cálculo de la renta,
debe contar con la aprobación del Director Regional del SII en conformidad a lo dispuesto
en el artículo 16 inciso sexto del C.T.
Esta obligación está establecida, en forma general, para todos los libros de contabilidad
en el artículo 17 del D.L. Nº 3.475 sobre Impuesto de Timbres y Estampillas.
Sin embargo, la misma disposición faculta al SII para que, mediante una resolución
fundada, autorice a determinados contribuyentes o grupos de contribuyentes y siempre
que no se disminuya o desvirtúe la base sobre la que deban pagarse los impuestos, lleven
contabilidad en moneda extranjera, en los casos siguientes:
Por su parte el SII puede revocar la autorización para llevar la contabilidad en moneda
extranjera, cuando los respectivos contribuyentes dejen de encontrarse en la condición o
condiciones que la justificaron. La revocación regirá a partir del año comercial siguiente a
la notificación de la referida resolución.
— Por su parte, en el D.L. Nº 825, las disposiciones referentes al débito y crédito fiscal,
concretamente el artículo 60, lo obligan a abrir dos cuentas homónimas.
Pero la respuesta específica a este tema nos la da el artículo 68 del D.L. Nº 824 sobre
Impuesto a la Renta, disposición que nos obliga a separar tres situaciones:
— Las personas naturales que realicen actividades de los números 3, 4 y 5 del artículo
20 de la Ley de Impuesto a la Renta, cuyos capitales destinados al negocio no excedan
de 2 U.T.A. y cuyas rentas anuales no sobrepasen, a juicio exclusivo de la Dirección
Regional, de 1 U.T.A., podrán ser liberados de llevar los libros de contabilidad completa.
No pueden acogerse a este beneficio los contribuyentes que se dediquen a la minería,
agentes de aduana y corredores de propiedades (artículo 23 C.T.)
Todos los demás contribuyentes deben llevar contabilidad completa, o sea, es la regla
general.
Conviene, en todo caso, señalar dos tipos de contribuyentes que, debido a su forma de
organización jurídica, deben siempre, sin excepción alguna, llevar contabilidad completa y
son las sociedades anónimas y las sociedades de profesionales.
Ahora bien, es perfectamente posible que la renta real supere con creces a la presunta;
esa renta será manifestada a través de los gastos de vida e inversiones, como viajes,
adquisición de todo tipo de bienes, etc.
Como se desprende del texto legal, la utilización de sistemas contables distintos sólo
tiene lugar cuando los negocios, comercios o industrias son de diferente naturaleza, es
decir, tiene que tratarse de actividades también diferentes.
La norma aplicable, y por lo mismo también los plazos que deben conservarse, es la
referida en materia de conservación de documentos; nos remitimos a lo dicho.
El inciso 8º del artículo 17 del C.T. otorga a las directivas regionales la facultad para
autorizar que el balance se practique el 30 de junio; desde hace varios lustros no es
ejercida y, más aún, las autorizadas se derogaron.
La sanción es sólo pecuniaria, consistente en una multa que puede correr entre una
unidad tributaria mensual y una anual.
Preciso es señalar también que el contribuyente puede verse compelido a cumplir con la
obligación mediante la aplicación del apremio, como veremos más adelante.
c) No llevar contabilidad:
El artículo 97 Nº 7 del C.T. tipifica una serie de conductas, relacionadas con esta
obligación, muy cercanas entre sí y que son:
— No llevar contabilidad
— No tener los libros auxiliares exigidos por Director o el Director Regional, de acuerdo
con las disposiciones legales.
La sanción es multa que puede variar entre una unidad tributaria mensual y una anual.
También, en estos casos, el SII puede solicitar la aplicación del apremio como medida
coercitiva para que el contribuyente cumpla con la obligación.
Esta declaración:
a) debe presentarse antes que exista liquidación o giro por parte del SII.
Pero también está relacionada, de manera indirecta, con otros impuestos que, aunque
determinados por la Administración, exigen del contribuyente la entrega de ciertos
antecedentes como en el impuesto territorial en que el contribuyente entrega al SII
antecedentes tales como superficie, dimensiones de la construcción, tipo y año de la
misma, etc.
Abrimos este apartado con el objeto de clarificar algunos tipos de declaraciones que, en
general, pretenden enmendar la declaración original por adolecer de inexactitudes.
Los tipos de declaraciones a que nos vamos a referir no las encontramos ni en el C.T.
—simplemente habla de declaraciones— ni tampoco en el D.S. Nº 910, de 1978, que en
su artículo 8º indica que el contribuyente que incurre en errores al calcular sus impuestos
puede efectuar una nueva declaración y pagar la diferencia resultante, y en el artículo 9º
faculta a Tesorería, frente a la constatación de diferencias de impuestos, por errores
manifiestos, a abonarlos o cargarlos, con las correspondientes sanciones y recargos, en
la cuenta única tributaria del contribuyente, procediendo a su imputación, devolución o
cobro en la forma establecida en el C.T.
c) Peticiones administrativas son aquellas que tienen por finalidad aumentar el monto
del impuesto declarado, pero que no implican un mayor pago de impuestos por existir
remanentes de crédito fiscal en IVA o exceso de pagos provisionales en Renta que
absorben totalmente el aumento56.
b) Las declaraciones deben presentarse por escrito y bajo juramento, pero la Dirección
podrá autorizar a los contribuyentes para que presenten sus declaraciones, en medios
distintos al papel, cuya lectura pueda efectuarse mediante sistemas tecnológicos (artículo
30 C.T.).
c) Deben presentarse en las oficinas del Servicio o en otras que señale la Dirección en
la forma y cumpliendo las exigencias que ésta determine (artículo 30 C.T.).
Hoy en día la mayoría de las declaraciones e informes puede hacerse por ese medio,
incluidas las declaraciones más importantes, como la Declaración y Pago Simultáneo
Mensual (formulario 29) y la declaración de los impuestos anuales a la renta (formulario
22); más aún, el SII sobrepasando el texto legal obliga a los contribuyentes, cuyos
ingresos superen los $ 300.000.000 anuales y no haya pago de impuestos, producto de la
declaración, a presentar su declaración vía internet.
e) Las declaraciones deben presentarse con los documentos y antecedentes que la ley,
los reglamentos o las instrucciones de la Dirección Regional exijan (artículo 33 C.T.).
Sobre esta materia el SII ha resuelto que los contribuyentes obligados a presentar
declaraciones anuales del impuesto a la renta no deben acompañar a dichas
declaraciones ningún tipo de documentos soportantes, sino que deben conservarlos en su
poder, para cuando el SII los requiera, en el desempeño de sus labores fiscalizadoras57.
El punto que nos preocupa es si esos plazos pueden prorrogarse o no. La respuesta es
afirmativa, por cuanto el C.T. señala tres formas de prórroga de los plazos, a saber:
a) Prórroga por el solo ministerio de la ley. El artículo 36 inciso tercero dispone que
cuando el plazo de declaración y pago de un impuesto venza en día feriado, en día
sábado o el día 31 de diciembre, se prorroga hasta el primer día hábil siguiente. Esta
prórroga no tiene incidencia alguna en la aplicación de reajustes e intereses, o sea, se
paga la misma cantidad de impuesto que si no hubiera existido la prórroga.
Aquí los impuestos deberán pagarse con los reajustes e intereses que corresponda,
salvo que exista condonación de éstos, pues la facultad del Director Regional es sólo para
presentar declaraciones y no para prorrogar el plazo para pagar los impuestos.
d) El inciso final del artículo 36 del C.T. faculta al Director del SII para ampliar el plazo
de presentación de aquellas declaraciones que se realicen por sistemas tecnológicos y
que no importen el pago de impuestos, respetando el plazo de los contribuyentes con
derecho a devolución de impuestos; en otros términos, la ampliación del plazo para
declarar no puede acarrear postergación en la devolución al contribuyente de excedentes
que legalmente le deben ser entregados.
Cabe afirmar que la cobertura del secreto es total y absoluta, salvo los casos
expresamente señalados en la legislación.
a) El mismo artículo 35, en el inciso tercero, permite a los jueces examinar las
declaraciones o solicitar información, en ellas contenida, cuando la información o examen
sea necesario para la prosecución de juicios sobre impuestos y sobre alimentos.
b) Idéntica facultad entrega a los fiscales del Ministerio Público cuando investiguen
hechos constitutivos de delito.
d) El artículo 168, inciso tercero, señala que el Servicio de Tesorerías, a través de los
funcionarios que designe nominativamente el Tesorero General, puede conocer, para el
solo efecto de determinar los bienes del contribuyente, todas las declaraciones del
contribuyente y todos los demás antecedentes que obren en poder del SII.
e) En virtud de lo dispuesto en el artículo 9º de la ley Nº 18.918, Ley Orgánica del
Congreso Nacional, los organismos de la Administración del Estado deberán proporcionar
los informes y antecedentes específicos que les sean solicitados por las Cámaras o por
los organismos internos autorizados por sus respectivos reglamentos, con excepción de
aquellos que por expresa disposición de la ley tengan el carácter de secretos o
reservados.
Pensamos, entonces, que el Congreso Nacional no puede ser informado de los datos
contenidos en las declaraciones tributarias que debe presentar el contribuyente.
b.1) Que esa declaración signifique el pago inmediato de algún impuesto de retención o
recargo; se sanciona con multa de diez por ciento de los impuestos que resulten de la
liquidación, siempre que dicho retardo u omisión no sea superior a 5 meses. Pasado este
plazo, la multa indicada se aumentará en un dos por ciento por cada mes o fracción de
mes de retardo, no pudiendo exceder el total de ella del treinta por ciento de los
impuestos adeudados.
Las razones de las deficiencias pueden ser la rebaja de un egreso como gasto
necesario, con lo que se disminuye la base imponible de los impuestos a la renta, o se
hace valer un crédito en contra del impuesto, en circunstancias que no procedían esas
deducciones.
Aquí el infractor comete un delito tributario, pues la ley contempla una pena privativa de
libertad. Por esto nos parece necesario especificar los elementos de esta figura delictiva y
serían:
La falsedad y/o la parcialidad debe ser maliciosa, o sea, el contribuyente actuó con la
finalidad de pagar un menor impuesto.
Estamos de nuevo frente a un delito tributario cuyos elementos estarían dados por:
— Que una ley tributaria exija la presentación de una declaración para la determinación
o liquidación de un impuesto.
— Que la omisión haya sido maliciosa, o sea, que no se haya presentado con el
propósito de privar al Fisco de tributos que legalmente debe percibir.
b) El artículo 22 del C.T. faculta al SII para fijar los impuestos que un contribuyente
adeude con el solo mérito de los antecedentes de que disponga, previa citación y
tasación, cuando no ha presentado declaración, teniendo la obligación de presentarla.
c) De acuerdo al artículo 200 inciso segundo del C.T., de cuando se trata de impuestos
sujetos a declaración y éste no se presenta o la presentada fuere maliciosamente falsa,
los plazos que tiene el SII para revisar, liquidar y girar los impuestos pertinentes aumenta
de tres a seis años60.
Es ley de vida que, por innumerables razones, un día cualquiera el contribuyente decide
o es obligado a cesar en su actividad. Este hecho no le es indiferente al legislador que no
desea que la inactividad de ese contribuyente permanezca en una nebulosa. Por ello
obliga a formalizar ese fin o cese de actividades, en el artículo 69 del C.T.
1. Contenido de la obligación
Si bien existe una referencia uniforme a la obligación de dar aviso de término de giro, en
realidad comprende tres obligaciones que es necesario diferenciar, porque de lo contrario
surgirán dificultades, algunas insolubles, sobre todo en materia de infracciones para el
caso de incumplimiento; esa trilogía está compuesta por:
b) Acompañar el balance final o los antecedentes que el propio SII estime necesarios.
Toda persona natural o jurídica que, por terminación de su giro comercial o industrial, o
de sus actividades, deje de estar afecta a impuestos.
El SII en la circular Nº 27-85 estima que "...se refiere sólo a impuestos normales y
propios que deriven del ejercicio regular del giro o actividad que termina y no a otros que
puedan seguir afectando al contribuyente por otras razones o por los actos liquidatorios
de la empresa o sociedad". Así un trabajador dependiente que paralelamente tiene una
actividad comercial y cesa en ésta, tendrá que dar aviso de término de giro, aun cuando
seguirá afecto a impuesto por las rentas que obtenga como trabajador dependiente.
Pensamos que esa puede haber sido la intención del legislador; más todavía, ese puede
ser el espíritu de la ley. Pero, la interpretación atenta contra la norma base de
interpretación de la ley, contenida en el artículo 19, inciso primero del C.C., que nos dice
"Cuando el sentido de la ley es claro, no se desatenderá su tenor literal, a pretexto de
consultar su espíritu".
Ahora bien, el sentido gramatical de la ley es clarísimo; exige que la persona por cesar
en sus actividades deje de estar afecta a impuestos. Y no cabe duda que, en el ejemplo
anterior, el trabajador dependiente sigue estando afecto al impuesto único que grava sus
remuneraciones; pensar lo contrario es negar la evidencia.
Con lo dicho la cuestión parecería zanjada; pero no es así, pues esa interpretación la
torna inaplicable, salvo en caso de muerte de la persona natural o disolución de la
persona jurídica. Efectivamente, mientras una persona se mantenga viva va a estar afecta
a impuestos, por cuanto la adquisición de los bienes indispensables para satisfacer las
necesidades vitales implica pagar el impuesto que afecta estas operaciones.
Por otro lado, la muerte libera a la persona natural de obligaciones; por lo tanto, sólo
afectaría a los procesos de liquidación de las personas jurídicas.
En síntesis, nos encontramos con una norma que no dice lo que quiso decir; parece
obvio qué quiso decir la interpretación del SII, pero utilizó términos que hacen ilegal tal
interpretación. Estamos frente a un ejemplo, de los tantos que existen en la legislación
tributaria, de utilización de una deficiente técnica legislativa.
3. Liberados de dar aviso de término de giro
a1) No es necesario dar aviso de término de giro cuando una empresa individual se
convierte en sociedad de cualquier naturaleza siempre que:
a2) En los casos de aporte de todo el activo y pasivo de una sociedad a otra, siempre
que:
No obstante, se estima conveniente dar aviso por escrito al SII del término de la
explotación en común, para precaverse de molestias que pudieran producirse en la
persecución de la responsabilidad solidaria que establece el artículo 6º del D.L. Nº 824, en
los casos de comunidad no hereditaria ni proveniente de la disolución de la sociedad
conyugal62.
b2) Liquidación de una asociación o cuentas en participación. Tampoco procede, en
este caso, exigir certificado de término de giro, por cuanto en estas asociaciones el socio
gestor es el responsable exclusivo del cumplimiento de las obligaciones tributarias
referentes a las operaciones que constituyen el giro de la asociación u objeto del encargo.
Y las rentas que correspondan a los partícipes se considerarán para el cálculo del
impuesto global complementario o adicional de éstos, sólo en el caso que se pruebe la
efectividad, condiciones y monto de la respectiva participación, según disposición expresa
del artículo 28 del C.T.63.
b3) No procede término de giro por cambio de razón social. Cuando una sociedad de
personas cambie su razón social, sin modificar el capital ni la actividad económica que
desarrolla, no procede el término de giro de sus actividades. Agregando que tampoco
habría mérito legal para denegar, a la nueva razón social, el uso tributario de las pérdidas
de arrastre acumuladas que experimentó la empresa, sobre todo si continúa con el giro la
misma persona jurídica con una distinta razón social64.
La respuesta legal a esta cuestión es clara; no existe término de giro parcial; el término
de giro es total o no existe; la obligación nace por la terminación del giro comercial o
industrial o de las actividades que se desarrollen. Por lo tanto, la posición del transportista
que vende uno o más de sus vehículos, pero sigue en su actividad es la misma que la de
cualquier contribuyente que vende un bien de su activo fijo, prosiguiendo con su giro. Este
tipo de operaciones puede tener consecuencias tributarias importantes en materia de
impuesto a la renta y a las ventas, pero no aquí.
El SII, ya en el año 1977, frente a una consulta del Servicio de Cooperación Técnica,
señalaba que se habían impartido instrucciones en cuanto a que el trámite de término de
giro parcial no es necesario en los casos de ventas de taxis, camionetas, ventas parciales
de activos y otras que no signifiquen necesariamente que el contribuyente ponga término
a su giro comercial o industrial o a sus actividades, ni que deje de estar afecto a
impuesto65.
Como siguieron las reincidencias, años más tarde, frente a constataciones de que
algunas direcciones regionales del Servicio siguen acogiendo a tramitación los llamados
"Términos de Giro Parciales", en casos de ventas de bienes del activo fijo o inmovilizado;
venta de uno o más vehículos destinados al transporte de carga o pasajeros, cuando se
trata de empresas que poseen este tipo de bienes y no obstante continúan desarrollando
su actividad; es decir, no están poniendo término a su actividad o giro comercial ni han
dejado de estar afectos a impuestos, y otras situaciones similares, el SII vuelve a reiterar
la misma doctrina.
Sobre la materia, cabe hacer presente que los "Términos de Giro Parciales" no tienen
su origen en ninguna disposición legal, como tampoco en instrucciones oficiales
impartidas por el Director del Servicio, en ejercicio de la facultad que le confiere el artículo
6º, letra A, Nº 1 del C.T. Por el contrario, en lo que se refiere a la venta de taxis,
camionetas y otras ventas parciales de activos, se impartieron instrucciones, señalando,
expresamente, que no es necesario, en estos casos, el término de giro toda vez que el
contribuyente no pone término a sus actividades y no ha dejado de estar afecto a
impuestos66.
5. Cierre de sucursales
Si bien la ley no se refiere a este tema, el SII ha impartido instrucciones obligando a los
contribuyentes a comunicar estos hechos a la misma Dirección Regional en que se avisó
la apertura de tales establecimientos. Incluso proporciona un formulario especial y agrega
que el plazo, para cumplir con esta obligación, es el mismo que el señalado en la ley para
dar aviso de término de giro.
En la misma circular interna el SII establece que cuando se cierre alguna sucursal, ésta
deberá tratarse como si fuera un término de giro, con el único objeto de llenar el actual
formulario 3239, no debiendo hacerse ningún trámite adicional. Se trata sólo de cumplir
con la primera parte de la obligación, es decir, del simple aviso del fin del funcionamiento
de la sucursal.
Pensamos que el SII no tiene facultades para establecer esta obligación pues, por una
parte, el artículo 69 del C.T. es claro al exigir el término de giro sólo cuando se pone fin a
las actividades y, por otra, el control de apertura y cierre de sucursales está entregado, al
menos en forma indirecta, a las municipalidades por la vía del pago de las patentes
municipales; es así como el artículo 25 del D.L. Nº 3.063, sobre Rentas Municipales,
obliga al contribuyente a presentar en la Municipalidad, en que se encuentra la casa
matriz, una declaración en que se señale el número total de trabajadores que laboran en
cada una de las sucursales, oficinas, establecimientos, locales u otras unidades de
gestión empresarial, con el objeto de prorratear entre todas ellas el monto a pagar por
concepto de patente municipal.
La obligación debe cumplirse dentro de los dos meses siguientes al término de giro o de
sus actividades.
De acuerdo a la operatividad del SII en esta materia, una vez presentado el aviso de
término de giro se procederá al examen de toda la contabilidad y documentación que
corresponda, a fin de determinar los impuestos que se adeuden o puedan adeudarse por
el contribuyente que dio el aviso.
Paralelamente el contribuyente deberá demostrar que ha pagado todos los tributos que
correspondan, exhibiendo los comprobantes pertinentes, por los períodos dentro de los
plazos que tiene el SII para fiscalizar. Si faltara alguno de esos comprobantes, se pedirá
un certificado a Tesorería, referido específicamente a los pagos no comprobados.
Una vez que el SII estime que la conducta tributaria del contribuyente que termina su
actividad está en orden, emitirá un certificado de término de giro.
¿Qué valor tiene ese certificado? La pregunta se refiere a si ese certificado tiene o no la
calidad de una sentencia judicial firme, que pueda servir de excepción de cosa juzgada
frente a una nueva fiscalización que pretenda el SII, dentro de los plazos de caducidad.
Si bien en algún momento se discutió sobre la infracción que se cometía por no cumplir
con la obligación de dar aviso de término de giro, ello se debió exclusivamente al hecho
de no separar claramente el contenido de la misma.
Aclarado el contenido, como hicimos, la solución es fácil, pudiendo darse las siguientes
alternativas:
a) El artículo 69, inciso quinto, establece que si el Servicio cuenta con antecedentes que
permitan establecer que una persona o entidad o agrupación sin personalidad jurídica ha
terminado su giro o cesado en sus actividades, sin que haya dado cumplido con la
obligación impuesta por el artículo en comentario, previa citación en conformidad al
artículo 63, podrá liquidar y girar los impuestos correspondientes, en la misma forma que
si hubiera cumplido con la obligación de dar aviso de término de giro.
Pues bien, en este contexto —agrega el inciso sexto del mismo artículo—, los plazos de
prescripción (mejor caducidad) del artículo 200 del Código Tributario, se entenderán
aumentados en un año contado desde la notificación legal de la citación referida, respecto
de la empresa, comunidad, patrimonio de afectación o sociedad respectiva, así como de
sus propietarios, comuneros, aportantes, socios o accionistas.
Ahora bien, la disolución de una sociedad implica que ha puesto fin a sus actividades y
consecuentemente que ha debido dar aviso de término de giro.
Por lo tanto, la escritura de disolución de una sociedad no podrá ser autorizada por un
notario, sin que se le presente el llamado certificado de término de giro.
c) El artículo 71 del Código Tributario dispone que cuando una persona cese en sus
actividades por venta, cesión o traspaso a otra de sus bienes, negocios o industrias, la
persona adquirente tendrá el carácter de fiador respecto de las obligaciones tributarias,
correspondientes a lo adquirido, que afecten al vendedor o cedente. El adquirente gozará
del beneficio de excusión, en el juicio ejecutivo en que se cobren los impuestos
respectivos, si se cumple lo dispuesto en los artículos 2358 y 2359 del Código Civil. Por
su parte, las actuaciones administrativas como la citación, liquidación y giro de los
impuestos referidos deberán notificarse tanto al vendedor o cedente como al adquirente.
Los artículos citados del Código Civil se refieren a las condiciones necesarias para
gozar del beneficio de excusión y los bienes que no se tomarán en cuenta para la
excusión68.
Esta responsabilidad debe mantenerse dentro de los límites que la norma indica y, por
lo tanto, no se puede extender a tributos que afecten al vendedor o cedente en cuanto
persona, como el impuesto global complementario o adicional.
Por otra parte, como la disposición pretende impedir que los bienes de un deudor
tributario se sustraigan furtivamente de la acción fiscal, imposibilitando su persecución
para lograr el pago de los tributos adeudados, no es aplicable a las enajenaciones que se
hagan en la realización de bienes del deudor, pues, aparte de las medidas de publicidad
contenidas en la Ley Nº 20.720 sobre reorganización y liquidación de empresas y
personas, el artículo 91 del C.T. obliga al Liquidador a comunicar, dentro de los cinco días
siguientes a la asunción de su cargo, la dictación de la resolución de liquidación al
Director Regional correspondiente al domicilio del fallido, situación que, unida a la
preferencia del Fisco por impuestos, garantiza plenamente el interés de aquél.
En este punto se plantean tres cuestiones, dos legisladas y claras y una tercera
solucionada por el Servicio de Impuestos Internos, bastante discutible.
¿Qué se hará con ese remanente de crédito fiscal? La respuesta nos la da el artículo 28
del D.L. Nº 825 sobre impuesto a las ventas y servicios.
En primer lugar ese crédito fiscal se puede imputar al Impuesto al Valor Agregado que
se origine con motivo de la venta o liquidación del establecimiento o de los bienes
corporales muebles o inmuebles que lo componen.
Si aún existiere remanente, sólo podrá imputarse al pago del impuesto a la renta de
primera categoría que adeudare por el último ejercicio, que será el que corresponde al
término de giro. Si todavía se produjere un remanente, el contribuyente no podrá hacer
uso de él, por disposición expresa de la ley al limitar la imputación. Tiene lógica la norma,
pues lo normal es que en cada etapa se agregue valor y, por lo tanto, la base imponible al
recargar el impuesto tiene que ser mayor que el soportado y lo contrario significaría no
agregar sino disminuir el valor.
Sin embargo, no tiene derecho a usar el crédito fiscal puesto que el titular del crédito
sigue siendo el contribuyente persona natural que realizó las operaciones, en este caso,
la importación. En efecto, desde un punto de vista estrictamente jurídico, no es posible
ceder o traspasar el crédito fiscal de una empresa individual a su continuadora, la
sociedad anónima de que se trata.
Estimamos, por decir lo menos, discutible la opinión del SII, pues si se traspasa todo el
activo, es todo el activo y no todo menos el crédito fiscal. Nos parece que, como en todo
el ordenamiento jurídico, la intransferibilidad requiere de norma expresa y ésta, no existe.
En otro oficio70 sostiene que sólo es posible que los herederos usen el crédito fiscal del
causante en la situación reglamentada en el artículo 5º del D.L. Nº 824 sobre Impuesto a
la Renta, y que tiene lugar cuando el patrimonio hereditario indiviso es considerado como
la continuación de la persona del causante y gozará y le afectarán, sin solución de
continuidad, todos los derechos y obligaciones que a aquél le hubieran correspondido.
Pero, en ningún otro caso.
Lo mencionado por cuanto el crédito fiscal no constituye un derecho que pueda ser
cedido a una tercera persona o transmitido por causa de muerte, sino que representa sólo
un mecanismo que la ley establece para la determinación del Impuesto al Valor Agregado,
y sólo puede emplearse en las formas contempladas de manera expresa en la ley.
Avala esa interpretación el artículo 28 del D.L. Nº 825 que, al establecer imputaciones
exclusivas del remanente de crédito fiscal, si efectuadas quedara aún remanente, éste se
pierde para el sujeto pasivo del impuesto.
Ahora bien, si fuera un crédito patrimonial que pudiera ser cedido, se trataría de una
norma confiscatoria, contraria a los principios constitucionales que aseguran el derecho
de propiedad.
En primer término, por cuanto la exclusividad en las imputaciones que señala el artículo
28 del D.L. Nº 825 se basan en la normalidad de las operaciones sobre los bienes afectos
al Impuesto al Valor Agregado. Como dijimos, el impuesto es sobre el valor que se añade
y, por lo tanto, el impuesto recargado debe necesariamente ser superior al soportado; por
consiguiente, la última imputación, al impuesto de primera categoría, ya supone un gesto
de generosidad hacia el contribuyente sobre la base de posibles liquidaciones, incluso
inferiores al costo de los bienes, hecha al finalizar las actividades. Lo lógico, entonces, es
que no exista remanente después de las imputaciones señaladas. Ni siquiera podemos
plantearnos la hipótesis de un negocio nuevo, que hace término de giro, con gran
impuesto soportado en la compra de bienes del activo fijo, pues la venta de estos bienes,
antes de doce meses, si dieron derecho a crédito fiscal, conforman hecho gravado,
asimilado a venta, según el artículo 8º letra m) del D.L. Nº 825.
Por otro lado, la intransferibilidad supone un enriquecimiento sin causa para el Fisco,
pues el impuesto soportado por ese sujeto pasivo, que conforma su crédito fiscal, ya fue
enterado en arcas fiscales, por los sujetos de las operaciones precedentes y al apropiarse
del remanente del aportante o cedente, lo hace sin causa para ello, pues la ley no lo
establece; ésta lo califica como crédito que se hace valer contra el Fisco.
Como hemos visto, la obligación de dar aviso de término de giro implica declarar y
pagar los impuestos a la renta que correspondan de acuerdo a la normativa general del
D.L. Nº 824. Sin embargo, ese decreto ley contiene un artículo, el 38 bis, que contiene
una norma específica para ciertos contribuyentes que hacen término de giro. A su
contenido nos referiremos en este punto.
En opinión del SII72 se incluirían, en ese grupo, todos aquellos contribuyentes que,
cumpliendo los requisitos para declarar con base en un régimen de renta presunta o de
acuerdo a las normas de Segunda Categoría, han optado por declarar su renta efectiva en
primera categoría. Entre éstos podemos mencionar a los agricultores, mineros y
transportistas que, cumpliendo los requisitos para tributar con renta presunta, opten por
hacerlo con renta efectiva por cuanto la ley les da esa opción; también a las sociedades
de profesionales, sea que permanezcan en Segunda Categoría, sea que hayan preferido
tributar conforme a las normas que rigen en Primera Categoría.
Este impuesto único lo declarará y pagará la empresa que pone término a sus
actividades, dentro del plazo establecido en el artículo 69 del C.T. para dar aviso de
término de giro.
La primera hipótesis tiene lugar cuando la empresa que termina haya tenido una
existencia igual o superior a tres ejercicios. En este caso las rentas o cantidades que
correspondan al empresario individual, socio o accionista, con motivo del término de giro,
se gravarán con una tasa de Impuesto Global Complementario equivalente al promedio de
las tasas marginales más altas de dicho impuesto que hayan afectado al contribuyente
(las personas naturales referidas) en los tres ejercicios anteriores al término de giro.
Entonces, suponiendo que las tasas más altas en los tres ejercicios anteriores fueron, del
5%, 25% y 45%, la aplicable estaría determinada por la siguiente operación: 5+25+45=
75: 3-25; ésta, 25%, sería la tasa de Global Complementario que gravaría las rentas en
estudio.
Si la empresa hubiera tenido una duración inferior a tres ejercicios, la tasa promedio se
calculará considerando los años de existencia efectiva que serán dos y habrá que
promediar las dos tasas más altas o sólo uno en cuyo caso bastará con aplicar la tasa
más alta que afectó al contribuyente en ese ejercicio.
Finalmente, la tercera posibilidad es que la empresa que termina hubiera existido sólo
durante el ejercicio en el que se le pone término al giro. En este caso las rentas o
cantidades que correspondan al empresario individual, socio o accionista se gravarán con
el Impuesto Global Complementario como ingresos de ese ejercicio, por lo que ese
contribuyente declarará todas las rentas que haya obtenido conforme a las normas
generales de aquel impuesto.
ii) El valor del capital aportado efectivamente a la empresa o sociedad, más los
aumentos y descontadas las disminuciones posteriores que se hayan efectuado del
mismo, todos ellos reajustados de acuerdo al porcentaje de variación del índice de precios
al consumidor entre el mes anterior a la fecha de aporte, aumento o disminución de
capital, y el mes anterior al término de giro. No se considerarán aquellas cantidades que
hayan sido financiadas con rentas que no hayan pagado, total o parcialmente, los
impuestos de esta ley.
No obstante, el empresario, socio o accionista podrá optar por declarar las rentas o
cantidades referidas como afectas al impuesto global complementario del año del término
de giro de acuerdo con las siguientes reglas:
2. Las rentas o cantidades indicadas en el número anterior gozarán del crédito del
artículo 56, número 3), el cual se aplicará con una tasa del 35%. Para estos efectos, el
crédito deberá agregarse en la base del impuesto en la forma prescrita en el inciso final
del número 1 del artículo 54.
El valor de costo para fines tributarios de los bienes que se adjudiquen los dueños,
comuneros, socios o accionistas de las empresas de que trata este artículo, en la
disolución o liquidación de las mismas, corresponderá a aquel que haya registrado la
empresa de acuerdo a las normas de la presente ley, a la fecha de término de giro.
En tanto las modificaciones que la ley Nº 20.780 introduce al D.L. Nº 824 entren en
plena vigencia, esto es, a partir del 1 de enero de 2017, el artículo 38 bis vuelve a ser
reemplazado para ajustarse a los distintos regímenes de tributación que la misma ley crea
o modifica. Así, las reglas que regulan los efectos del término de giro en la ley de la renta
serán:
"Al término de giro de los contribuyentes acogidos a las reglas de la primera categoría,
sea que se haya declarado por el contribuyente o cuando el Servicio, por aplicación de lo
dispuesto en el inciso quinto del artículo 69 del Código Tributario, pueda liquidar o girar
los impuestos correspondientes, se aplicarán las siguientes normas:
i) El saldo positivo de las cantidades anotadas en los registros a que se refieren las
letras a) y c), del número 4º, de la letra A), del artículo 14; y
ii) El monto de los aportes de capital enterados efectivamente en la empresa, más los
aumentos y descontadas las disminuciones posteriores que se hayan efectuado del
mismo, todos ellos reajustados de acuerdo al porcentaje de variación del índice de precios
al consumidor entre el mes anterior a la fecha de aporte, aumento o disminución de
capital, y el mes anterior al término de giro".
i) El saldo positivo de las cantidades anotadas en el registro a que se refiere la letra a),
del número 2º, de la letra B) del artículo 14; y
ii) El monto de los aportes de capital enterados efectivamente en la empresa, más los
aumentos y descontadas las disminuciones posteriores que se hayan efectuado del
mismo, todos ellos reajustados de acuerdo al porcentaje de variación del índice de precios
al consumidor entre el mes anterior a la fecha de aporte, aumento o disminución de
capital, y el mes anterior al término de giro.
Estos contribuyentes tributarán por esas rentas o cantidades con un impuesto del 35%,
el cual tendrá el carácter de único de esta ley respecto de la empresa, empresario,
comunero, socio o accionista, sin que sea aplicable a ellas lo dispuesto en el número 3º
del artículo 54. Contra este impuesto, podrá deducirse el saldo de crédito establecido en
la letra b), del número 2º de la letra B), del artículo 14. No obstante lo anterior, tratándose
del saldo acumulado de crédito establecido en el numeral i), de dicha letra, el referido
crédito se aplicará sólo hasta un 65% de su monto.
Con todo, el impuesto que se haya aplicado sobre la parte de las rentas o cantidades
que corresponda a propietarios, comuneros, socios o accionistas obligados a declarar su
renta efectiva según contabilidad completa, sujetos a las disposiciones de las letras A) o
B) del artículo 14, éstos lo incorporarán al saldo acumulado de crédito que establece la
letra f), del número 4º de la letra A), y la letra b), del número 2º de la letra B), del artículo
referido.
A estas rentas o cantidades se les aplicará una tasa de impuesto global complementario
equivalente al promedio de las tasas más altas de dicho impuesto que hayan afectado al
contribuyente en los 6 ejercicios anteriores al término de giro. Si la empresa hubiera
existido sólo durante el ejercicio en el que se le pone término de giro, entonces las rentas
o cantidades indicadas tributarán como rentas del ejercicio según las reglas generales.
4. Los contribuyentes acogidos a las disposiciones del artículo 14 ter, al término de giro
deberán practicar para los efectos de esta ley, un inventario final en el que registrarán los
siguientes bienes:
ii) Los bienes físicos de su activo inmovilizado, a su valor actualizado al término de giro,
ello conforme a los artículos 31, número 5º, y 41, número 2º.
La diferencia de valor que se determine entre la suma de las partidas señaladas en los
numerales i) y ii) precedentes y el monto de las pérdidas determinadas conforme a esta
ley al término de giro, se atribuirá en la forma dispuesta en el número 1º anterior.
6. El valor de costo para fines tributarios de los bienes que se adjudiquen los dueños,
comuneros, socios o accionistas de las empresas de que trata este artículo, en la
disolución o liquidación de las mismas a la fecha de término de giro, corresponderá a
aquel que haya registrado la empresa de acuerdo a las normas de la presente ley, a tal
fecha.
1. Obligación de retención
a) El artículo 74 Nº 1 del D.L. Nº 824, Ley de Impuesto a la Renta, obliga a todos los que
paguen rentas gravadas en el Nº 1 del artículo 42 de la misma ley, es decir, rentas que se
pagan a los trabajadores dependientes, a retener y deducir el monto del impuesto que
grava a dichas rentas.
Esta obligación no regirá para las personas obligadas a retener el impuesto establecido
en el artículo 25; se refiere a las empresas periodísticas, editoras, impresoras e
importadores de periódicos, revistas e impresos que vendan esos artículos a
suplementeros, deben retener el impuesto que les afecta, que asciende al 0,5% del valor
de venta al público de los productos señalados.
a) A informar al SII, antes del día 15 de marzo de cada año, el nombre y dirección de las
personas a las que hayan efectuado, durante el año anterior, el pago que motivó la
obligación de retener, como también el monto de las cantidades pagadas y retenidas.
b) Bajo las mismas circunstancias, deberán informar al SII las personas que paguen
rentas o cualquier otro producto de acciones, incluso de acciones al portador.
d) En los mismos términos, deben informar todos quienes paguen rentas a personas sin
domicilio ni residencia en Chile.
e) Los bancos e instituciones financieras, dentro del mismo plazo, deben informar los
intereses u otras rentas que paguen o abonen a sus clientes, durante el año
inmediatamente anterior a aquel en que deba presentarse el informe, por operaciones de
captación de cualquier naturaleza.
f) Las personas obligadas a retener el impuesto único a las rentas de los trabajadores
dependientes, quedan obligadas, pero sólo a petición del interesado, a certificar el total de
las rentas, los descuentos hechos a esas rentas por concepto de leyes sociales, el
número de personas por las que se les pagó asignación familiar y el monto del impuesto
retenido.
El incumplimiento de la obligación de certificar, habiendo solicitud del interesado, la
omisión de certificar parte de las rentas o la certificación de cantidades no descontadas
por concepto de leyes sociales y/o impuesto de Segunda Categoría, se sanciona con la
multa del Nº 6 del artículo 97 del C.T.
Estos antecedentes deben entregarse al Servicio cuando éste lo establezca, para fines
de fiscalización de impuestos.
Finalmente, tampoco se podrá informar sobre las adquisiciones efectuadas por una
persona determinada en el uso de las tarjetas de crédito.
El inciso final del artículo 69 del C.T. establece que no podrá efectuarse disminución de
capital de las sociedades sin autorización previa del Servicio.
Es una disposición que afecta por igual a toda clase de sociedades, sea cual fuera la
forma jurídica de la sociedad, la magnitud de la misma o la cantidad a disminuir.
El artículo 20 del C.T. prohíbe a los contadores confeccionar los balances que deban
presentarse ante el SII extrayendo los datos de simples borradores y firmarlos sin cerrar,
al mismo tiempo, el libro de inventarios y balances.
1. Concepto
También puede objetarse este aserto con base en el impuesto territorial, establecido en
la ley Nº 17.235, por cuanto los bienes raíces pueden ser subastados para obtener el
pago del impuesto que los grava. Aparte de significar un absurdo jurídico —implicaría
aceptar que los bienes raíces pueden ser sujetos pasivos de la obligación tributaria—, en
el contexto de la ley se ve con claridad que se trata solamente de una garantía especial
para proteger el interés fiscal.
Son los elementos de toda obligación, a saber: sujeto activo, sujeto pasivo y objeto.
La promulgación de la ley, por sí sola, no origina la obligación tributaria; para que ésta
nazca es necesario que se realice el hecho gravado, vale decir, ese hecho que, para el
legislador, acredita capacidad contributiva en quien lo realiza.
Con el devengo nació el derecho para el Sujeto Activo de la obligación; pero ese hecho
no lo faculta para exigir, hacer efectivo ese derecho; se trata de un concepto diferente al
devengo que, incluso, está separado cronológicamente. Así, en materia de Impuesto al
Valor Agregado, el devengo se produce el emitir el documento que normalmente
coincidirá con la entrega real o simbólica del bien, tratándose de ventas; en cambio, el
Fisco no podrá exigir coactivamente su cumplimiento mientras no transcurran los primeros
12 días del mes siguiente a aquel en que se redujo el devengamiento.
Como ésta se hace mediante la base imponible y la tasa, simplemente nos remitimos a
lo dicho en el capítulo II.
PÁRRAFO IX EXTINCIÓN DE LA OBLIGACIÓN TRIBUTARIA
I. EL PAGO
A. CONCEPTO
El artículo 1568 del Código Civil nos dice que "El pago efectivo es la prestación de lo
que se debe". Es la manera normal de dar cumplimiento a una obligación y el concepto es
perfectamente aplicable en materia tributaria. Entonces, la obligación tributaria se
extinguirá por haberse cumplido, cuando el sujeto pasivo entregue al Fisco la cantidad de
dinero —teóricamente puede ser cantidad de bienes— a que asciende la obligación
tributaria respectiva.
El pago debe hacerse en moneda nacional, según lo dispone el artículo 18 del C.T.,
incluso cuando el SII autorice a presentar las declaraciones de todos o algunos de los
impuestos en la moneda extranjera en que se lleve la contabilidad. En estos casos, se
pagará de acuerdo al tipo de cambio vigente a la fecha de pago.
— exigir o autorizar que los contribuyentes sin domicilio ni residencia en Chile paguen
en moneda extranjera el impuesto de la ley Nº 17.235 (impuesto territorial o a los bienes
raíces) con los reajustes, intereses y multas que les sean aplicables.
En primer término, según lo dispone el artículo 38 del Código Tributario, el pago de los
impuestos se hará por medio de dinero efectivo o bien mediante alguno de los
documentos que el mismo artículo señala y que son la letra bancaria girada "a la orden"
de la Tesorería respectiva, vale vista o cheque extendidos "a la orden" de la Tesorería
correspondiente.
Ahora bien, si se hace a través de alguno de los documentos nombrados es del todo
aconsejable cumplir con las especificaciones dispuestas en el artículo 40 del mismo
Código, que ordena colocar al reverso:
— Una especificación del impuesto que con él se paga; ejemplo: Impuesto Global
Complementario, Impuesto Territorial con ciudad y rol pertinente;
— Período al que corresponde; siguiendo con los mismos ejemplos, año 2001 o primera
cuota del año 2001;
— Número del rol; habrá que colocar el número del rol único tributario, salvo que se
trate de personas naturales en cuyo caso será el número de la cédula nacional de
identidad.
Por su parte, el artículo 39 inciso segundo del C.T. señala que si existiera algún error u
omisión en los documentos que impida el pago de todo o parte de los impuestos en arcas
fiscales, dentro del plazo legal, hace incurrir al contribuyente en las sanciones e intereses
penales pertinentes.
Antes de optar por efectuar el pago mediante el envío del documento, por carta
certificada, debe considerarse la normativa del Código Tributario al respecto, debiendo
destacar:
— El tesorero ingresa los valores y envía, también por carta certificada, al contribuyente,
los recibos, en el mismo día en que reciba los valores.
— Todo error, omisión o atraso de cualquiera naturaleza que sea, que impida en todo o
parte el pago de los impuestos en arcas fiscales, dentro del plazo legal, hace incurrir al
contribuyente en las sanciones e intereses penales pertinentes.
Pareciera, entonces, que los impuestos se entienden pagados el día en que la oficina de
correos recibe la carta para su despacho, sólo en la medida que no haya algún error,
omisión o atraso. De lo contrario, deberíamos concluir que si, por ejemplo, el cheque es
protestado por el Banco, el impuesto estaría pagado, con lo que se atentaría contra el
artículo 37 de la Ley sobre Cuentas Bancarias y Cheques según el cual el cheque girado
en pago de obligaciones no produce la novación de éstas cuando no es pagado.
Merece destacarse que los términos "otros medios" evitarán la necesidad de modificar
la ley cuando la tecnología haga aconsejable otras formas de pago, como vía internet con
cargo automático en cuenta corriente.
Además, esta forma de pago tiene otro trámite adicional, pues al tratarse de un pago a
través de sistemas tecnológicos, el inciso final del artículo 39 establece que corresponde
al Director del SII autorizar esa forma de pago, tratándose de impuestos que deban
declararse y pagarse simultáneamente.
Si bien el artículo 38 del Código Tributario indica que el lugar para pagar los impuestos
es Tesorería, hoy en día Tesorería no recibe el pago de los impuestos. La razón la
encontramos en la facultad que el artículo 47 del Código otorga al Tesorero General de la
República consistente en facultar al Banco del Estado de Chile, a los bancos comerciales
y a otras instituciones, para recibir de los contribuyentes el pago de cualquier impuesto,
contribución o gravamen en general, con sus correspondientes recargos legales, aun
cuando se efectúe fuera de los plazos legales de vencimiento.
Esta facultad se concretó en el D.S. de Hacienda Nº 668 de 1981, según el cual las
instituciones financieras, en general, que deseen actuar como delegados del Servicio de
Tesorerías en la recaudación de toda clase de obligaciones tributarias fiscales internas
deben pedir autorización, por escrito, al Servicio de Impuestos Internos.
Una vez autorizadas, si desean retirarse del sistema, deben comunicarlo, por escrito, al
Director del Servicio de Impuestos Internos con, a lo menos, seis meses de anticipación.
Las cantidades recaudadas deben depositarse, dentro del tercer día hábil siguiente al
de la percepción, en la Cuenta Única Fiscal que Tesorería General de la República
mantiene en el BancoEstado.
Pudiera pensarse que esa norma permite el pago parcial de los impuestos adeudados.
Pero no es así; la disposición sencillamente contiene una norma especial de imputación
en materia tributaria, cuando por alguna razón el pago no ha sido total, lo que puede
suceder tanto en el caso de la norma de excepción del artículo 147, como por aplicación
de lo dispuesto en el inciso segundo del artículo 48 del C.T. que permite a los
contribuyentes determinar los recargos legales por concepto de reajustes, intereses y
multas, para enterarlos en arcas fiscales conjuntamente con el impuesto. Entonces, el
cálculo puede adolecer de errores, que induzcan a pagar una cantidad menor a la debida,
en cuyo caso se aplicará lo dispuesto en el artículo en comento.
¿Qué significado tiene este artículo 50? Que la imputación de un pago parcial no queda
al arbitrio de las partes y tampoco favorece al acreedor, como ocurriría si se pagaran
primero los reajustes, intereses y multas y el saldo se abonara al impuesto, ni al deudor
como sucedería si primero se abonara a los impuestos adeudados y el saldo a reajustes,
intereses y multas.
Supuestos:
— Se practica liquidación final el día 30 de agosto de 1979; a esta fecha el reajuste era
de un 54,8% y el interés, 30%.
Pasos a seguir:
— Se suman las dos cantidades de los puntos anteriores, cuyo resultado servirá de
base para determinar los coeficientes de distribución: 130,6 + 23,51 = 154,11.
$ 324.450 $ 99.280
Total $ 500.000
($ 271.751) $ 81.525
Total $ 353.276
Cada ley que crea un impuesto establece la o las fechas en que debe pagarse; así el
artículo 64 del D.L. Nº 824 sobre Impuesto a las Ventas y Servicios dispone que se
pueden pagar hasta el día 12 de cada mes, los impuestos devengados en el mes anterior;
por su parte, el artículo 69 del D.L. Nº 824 sobre Impuesto a la Renta dice que las
declaraciones anuales exigidas por dicha ley se presentarán en el mes de abril de cada
año, en relación a las rentas obtenidas en el año anterior82.
La razón de referirnos al tema, en este momento, radica en las disposiciones del Código
Tributario que permiten prorrogar esos plazos y son:
c) Podemos señalar también la facultad que el artículo 31 del Código Tributario entrega
al Director Regional del Servicio de Impuestos Internos para ampliar el plazo para la
presentación de declaraciones, siempre que, a su juicio, existan razones fundadas.
Pero la única utilidad que tiene esta prórroga es evitar posibles multas por no
presentación de declaraciones, pues los impuestos se pagarán con los reajustes e
intereses penales hasta la fecha de pago efectivo, conforme lo señala la misma
disposición en el inciso segundo, aun cuando pudiera solicitarse la condonación de
intereses al Director Regional, conforme al inciso final del artículo 56 del C.T. La frase
tiene una finalidad exclusivamente aclaratoria, pues la facultad del D.R. es sólo para
prorrogar el plazo establecido para la presentación de declaraciones y no el que
corresponde al pago de los impuestos, aunque coincidan ambos plazos.
Según el artículo 38 del C.T. el pago se acredita con el correspondiente recibo, a menos
que se trate de impuestos que deban solucionarse por medio de estampillas u otras
especies valoradas.
Ahora bien, ese recibo extingue la obligación tributaria hasta el monto de la cantidad
enterada en arcas fiscales, pero por sí solo no acredita que el contribuyente esté al día en
el cumplimiento de la obligación tributaria; esta disposición contenida en el artículo 48,
inciso primero, del Código Tributario, es lógica y acorde con la normativa tributaria, ya que
por ejemplo, en el caso contrario, impediría al SII cualquier tipo de fiscalización, pues si el
contribuyente tiene un documento que le acredita estar al día en el cumplimiento de la
obligación tributaria, no se le podrían determinar diferencias de impuestos.
Como muchos de los impuestos son periódicos pudiera pensarse que los tres últimos
recibos hacen presumir el pago de los periodos anteriores, por aplicación del artículo
1570del Código Civil; sin embargo, el artículo 49, inciso segundo, del Código
Tributario deja esa disposición sin efecto, en esta materia, al disponer que los tres últimos
recibos de pago de un determinado impuesto no hace presumir el pago de períodos o
cuotas anteriores. Esta norma tiene su contrapartida, en el inciso primero del mismo
artículo que impide a Tesorería, hoy instituciones financieras autorizadas, negarse a
recibir el pago de un impuesto por adeudarse uno o más períodos anteriores.
a) Dispone el artículo 126 del C.T. que puede pedirse la devolución de sumas pagadas
doblemente, en exceso o indebidamente a título de impuestos, reajustes, intereses y
multas, así como también aquellos ordenados por una ley de fomento o que establezca
franquicias tributarias.
Esta solicitud debe presentarse dentro del plazo de tres años contado desde el acto o
hecho que le sirva de fundamento.
El SII entendió que el plazo era de un año, por cuanto la imputación debía hacerse
cuando el contribuyente acompañaba a Tesorería copia de la resolución del SII en la que
constara que determinadas cantidades estaban en condiciones de ser imputadas.
Obviamente, esa resolución del SII sólo era posible en la medida que se solicitara dentro
del antiguo plazo, establecido, para la devolución, por el artículo 126 que era de un año.
Al modificarse el plazo señalado en el artículo 126, de uno a tres años, se unifican los
plazos que tiene el contribuyente bien para pedir la devolución bien la imputación;
estimamos que, como la devolución es más ventajosa que la imputación, el artículo 51 va
a perder aplicación práctica.
— El contribuyente reclama de esa liquidación efectuada sobre hechos más allá de los
tres años.
— Dentro del plazo para reclamar y conjuntamente con el escrito de reclamación puede
también solicitar la rectificación de las declaraciones o pagos de impuestos
correspondientes al período reliquidado; período que comprende todos los años tributarios
o todo el espacio de tiempo que comprende la revisión practicada por el Servicio.
La regla general es que se imputan sin intereses, lo que no parece muy justo y menos
equitativo si tenemos presente que el contribuyente, cuando le debe al Fisco, debe pagar
con interés del 1.5% por mes o fracción de mes. Excepcionalmente la devolución o
imputación se hará con interés del 0.5% por mes completo, cuando:
Agrega el artículo 53, en su inciso segundo, que los impuestos pagados fuera de plazo,
pero dentro del mismo mes calendario de su vencimiento, no serán objeto de reajuste.
Norma innecesaria, por cuanto en estos casos coinciden los dos extremos que enmarcan
el principio y fin del plazo de reajuste; así, si el plazo para pagar un impuesto vence el día
12 de marzo y se paga el día 30 del mismo mes, la reajustabilidad a aplicar sería la que
corresponda a la variación del índice de precios al consumidor en el período comprendido
entre el día 31 de enero —último día del segundo mes que precede al vencimiento— y el
31 de enero —último día del segundo mes que precede al pago—; obviamente ese
reajuste es igual a 0, pues se trata del mismo día.
El Servicio de Impuestos Internos tiene una práctica en el cómputo del plazo ajena a lo
que dispone la ley. Por ejemplo, un impuesto que deba pagarse el día 12 de un mes
determinado y se paga antes del día 13 del mes siguiente; según el Servicio de Impuestos
Internos, la tasa de interés que debe aplicarse es del 3%, por cuanto, tenemos una
fracción de mes desde el día 13 del mes en que debía pagarse el impuesto hasta el fin de
ese mes y una segunda fracción desde el día 1 del mes siguiente hasta el día 13, o
alguno de los días anteriores, en que efectivamente se pagó el impuesto. Dicho de otra
manera, el Servicio cuenta una primera fracción de mes hasta el término del mes
calendario y después sigue determinando el plazo por mes calendario o fracción del
mismo.
Aplicando esta norma, en el caso propuesto la tasa de interés con que debe recargarse
el impuesto reajustado será del 1.5 por ciento, ya que el plazo transcurrido es como
máximo de un mes; en efecto, desde el día 13 del mes en que debió pagarse el impuesto
—primer día del primer mes— hasta el día 13 del mes calendario siguiente sólo ha
transcurrido un mes completo como máximo, pues, si se paga antes del día 13, el lapso
transcurrido será sólo de una fracción de mes.
Ambas formas de aplicación del interés coincidirán cuando el impuesto se paga una vez
cumplido el mes, según la normativa legal, y hasta el término del mes calendario
pertinente, como si en el ejemplo analizado, el impuesto se pagará después del día 13 y
hasta el último día de ese mes calendario, pues tendríamos, en ambos casos, un mes
completo y una fracción de mes, con lo que la tasa ascendería a un tres por ciento.
Esa afirmación no nos parece exacta desde el punto de vista legal, aunque pueda serlo
en la práctica. Lo primero porque, si bien no existe en el Código Tributario una descripción
específica que sancione ese incumplimiento, salvo la señalada en el Nº 11 del artículo 97,
contiene, en el artículo 109, una infracción genérica que al sancionar con multa toda
infracción a las normas tributarias que no tenga señalada una sanción específica,
sancionará la mora en el pago de los impuestos, pues infringe la norma que ordena
pagarlos y establece el plazo para hacerlo, norma que evidentemente posee la calificación
de tributaria.
La práctica puede ser diferente por cuanto el no pago oportuno de los impuestos forma
parte del tipo de otra conducta ilícita, principalmente la sancionada en el Nº 2 del artículo
97 del C.T.
d) El apremio y cobro ejecutivo tienen en común ser formas coactivas que obligan a
cumplir con la obligación tributaria y su estudio lo haremos en el Capítulo IX.
II. LA COMPENSACIÓN
En nuestra materia, para que tenga lugar, el contribuyente debe ser acreedor del Fisco,
situación que no se dará con frecuencia, por cuanto el contribuyente tiene la posibilidad
de solicitar la devolución cuando ha efectuado un pago que no debía, o lo ha hecho en
exceso o dos veces, bien por la vía general del artículo 126 del Código Tributario, bien por
la normativa específica existente en el D.L. Nº 824 sobre Impuesto a la Renta, relativa al
exceso de Pagos Provisionales Mensuales por sobre los Impuestos a la Renta que deban
pagarse, y en el D.L. Nº 825 sobre Impuesto a las Ventas y Servicios, referente a la
posibilidad de pedir devolución de exceso de remanente de crédito fiscal en determinados
casos, conforme lo dispone el artículo 27 bis.
En términos generales, la compensación tendrá lugar en dos oportunidades, la primera
cuando el contribuyente que ha pagado en forma indebida, o lo ha hecho en exceso o
doblemente, en vez de solicitar su devolución en virtud del artículo 126 del Código
Tributario, pide su imputación al pago de otros impuestos que adeude en el presente o en
el futuro, y la segunda cuando ha reclamado de un pago o de una liquidación o giro
reclamados y le ha sido favorable la sentencia y pide se impute ese pago a otros
impuestos.
Esa facultad está establecida en el artículo 6º letra B Nº 8 del C.T. que señala, entre las
facultades de los directores regionales, la de ordenar, a petición de los contribuyentes,
que se imputen al pago de sus impuestos o contribuciones de cualquiera especie las
cantidades que le deban ser devueltas por pagos en exceso de lo adeudado o no debido
por ellos; estas resoluciones deben remitirse a la Contraloría General de la República
para la toma de razón.
Esta compensación o imputación puede tener por objeto deudas tributarias actuales o
pasadas aun cuando se encuentren siendo materia de cobro ejecutivo, por disposición
expresa del inciso cuarto del artículo 177 del Código Tributario, como también a
obligaciones tributarias futuras por cuanto el artículo 51 del Código Tributario señala que
las tesorerías procederán a ingresar las cantidades —las que el Tribunal Tributario haya
ordenado imputar al resolver bien la petición administrativa del artículo 126, bien un
reclamo— como pagos provisionales de impuestos.
III. PRESCRIPCIÓN
El artículo 201 del Código Tributario nos dice que la acción del Fisco para perseguir el
pago de los impuestos, intereses y demás recargos, prescribirá en los mismos plazos
señalados en el artículo 200 y computados en la misma forma.
Esto significa que, por regla general, Tesorería tendrá un plazo de tres años contados
desde la expiración del plazo legal en que debió efectuarse el pago.
Nos parece necesario referirnos al plazo real, sin duda alguna también legal, por cuanto
los plazos señalados no son aplicables en la realidad, ya que Tesorería no tiene
conocimiento ni del inicio ni del término de esos plazos.
En la práctica, los plazos de prescripción van de la mano de los que tiene el Servicio de
Impuestos Internos, para fiscalizar al contribuyente, pero en forma distinta a la señalada
expresamente por la ley y que acabamos de exponer.
En efecto, Tesorería va a tener conocimiento de la morosidad por los giros que haga el
Servicio de Impuestos Internos y que el contribuyente no pague dentro de los plazos que
tiene para hacerlo en forma voluntaria.
Por lo tanto, los plazos de prescripción para ejercer la acción de cobro comenzarán
realmente a partir de la fecha en que se notifique el giro al contribuyente y serán siempre
de tres años.
Pero si el plazo lo contamos desde la fecha en que debió efectuarse el pago puede
alcanzar hasta 9 años y cuatro meses; esto puede suceder si un contribuyente no
presenta declaración o la presentada fuere maliciosamente falsa, en cuyo caso el Servicio
de Impuestos Internos tiene un plazo de 6 años para fiscalizar; ahora bien, ese plazo
puede ampliarse en tres meses, según lo dispone el artículo 63 del C.T., cuando el
contribuyente ha sido citado y si el contribuyente obtiene prórroga para contestar la
citación que puede ser hasta de un mes, el plazo de prescripción aumenta en los mismos
términos que la prórroga; en consecuencia, el Servicio puede girar hasta en el plazo de 6
años y cuatro meses; si se notifica el giro el último día del plazo, Tesorería tendrá tres
años más para proceder al cobro y sólo vencido este plazo —hemos llegado a 9 años y
cuatro meses— habrá prescrito la acción del Fisco para cobrar forzadamente la deuda
tributaria. Incluso puede aumentarse o renovarse por tres meses más, cuando el
funcionario de Correos no encuentre, en su domicilio, al contribuyente que debe ser
notificado por carta certificada o no retiren la enviada a la casilla o apartado postal en el
plazo de quince días, contados desde su envío.
D. INTERRUPCIÓN DE LA PRESCRIPCIÓN
El mismo artículo 201 señala tres causales de interrupción de la prescripción; las tres
tienen como base la realización de alguna actividad por parte, bien del acreedor, bien del
deudor, lo que es propio de la interrupción de la prescripción, desde el momento que ésta
se basa en el transcurso del tiempo y en la inactividad de acreedor y deudor; producido el
acto interruptor, comienza un nuevo plazo de acuerdo a la normativa de cada caso.
Interrumpida que sea la prescripción, comienza a correr la de largo tiempo del artículo
2515 del Código Civil, según el cual el plazo es en general de tres años para las acciones
ejecutivas y de cinco para las ordinarias; la acción ejecutiva se convierte en ordinaria por
el lapso de tres años y convertida en ordinaria dura dos años más.
Este hecho se configura cuando el Fisco, a través de Tesorería, inicia el cobro ejecutivo
según las normas del Título V, del Libro III del Código.
Aquí el Código Tributario no señala un nuevo plazo que empiece a correr, como en las
dos situaciones anteriores. La razón es sencilla y general en nuestro ordenamiento
jurídico; requerido de pago el contribuyente moroso, comienza el procedimiento
pertinente, dentro del cual no cabe la institución de la prescripción y la inactividad del
demandante puede sancionarse por la vía del abandono del procedimiento.
E. SUSPENSIÓN DE LOS PLAZOS DE PRESCRIPCIÓN
a) El inciso final del artículo en estudio dice que los plazos de prescripción se
suspenderán durante el período en que el Servicio esté impedido, según lo dispone el
inciso segundo del artículo 24, de girar la totalidad o parte de los impuestos comprendidos
en una liquidación cuyas partidas o elementos hayan sido objeto de una reclamación
tributaria.
Esto significa que notificada que sea una liquidación de impuestos se suspende el plazo
de prescripción que estaba corriendo hasta que haya transcurrido el plazo de noventa
días, si el contribuyente no ha reclamado contra dicha liquidación o, si ha presentado
reclamo, hasta que el Tribunal Tributario y Aduanero haya dictado sentencia de primera
instancia sobre la reclamación presentada.
d) El artículo 103 del D.L. Nº 824 sobre Impuesto a la Renta contiene una cuarta causal
de suspensión de la prescripción, señalando que la prescripción de las actuaciones del
Fisco por impuesto se suspende en caso que el contribuyente se ausente del país por el
tiempo en que él esté ausente del país. Pero, transcurridos diez años no se tomará en
cuenta esa suspensión, en otros términos, transcurrido el plazo de diez años la obligación
tributaria se encontraría prescrita.
d) Según el Nº 3º del artículo 165 del Código Tributario, se suspenden los plazos de los
artículos 200 y 201 durante el periodo a que se refiere dicho artículo; habrá que entender
que es el periodo que dure el procedimiento especial de aplicación de sanciones,
reglamentado en dicho artículo.
IV. DECLARACIÓN DE INCOBRABILIDAD
Está reglamentada en los artículos 196 y 197 del Código Tributario, la primera de las
disposiciones nombradas contiene las causales, indicando que el Tesorero General podrá
—facultativo— declarar incobrables los impuestos o contribuciones morosos que se
hubieren girado y que correspondan a:
b) Las de un monto superior al 10% de una unidad tributaria mensual, siempre que se
reúnan los siguientes requisitos:
— hayan transcurrido dos años desde la fecha en que se hayan hecho exigibles;
— que no se conozcan bienes que puedan realizarse para hacer efectivo el cobro.
d) Las deudas de los contribuyentes fallidos que no se hayan podido pagar una vez
liquidados sus bienes.
e) Las deudas de los contribuyentes que hayan fallecido sin dejar bienes.
f) Las deudas de contribuyentes que se encuentren ausentes del país tres o más años y
siempre que no se conozcan bienes sobre los cuales puedan hacerse efectivas.
g) Las deudas originadas en el impuesto territorial y que no alcancen a ser pagadas con
el precio obtenido en la subasta pública del bien raíz correspondiente.
h) Las deudas que correspondan a contribuyentes que hayan deducido querella por
haber sido estafados o defraudados en dineros entregados para el pago de determinados
impuestos y siempre que se haya condenado a los culpables por sentencia ejecutoriada o
se haya decretado a su respecto la suspensión condicional del procedimiento. En este
caso la declaración de incobrabilidad tiene tope que, si se trata de impuestos mensuales o
esporádicos —Impuesto al Valor Agregado, mutuos, etc.— es de 50 unidades tributarias
mensuales por período si son mensuales o por impuesto si son esporádicos y si se trata
de impuestos anuales, en la parte que no exceda de 120 unidades tributarias mensuales
por período.
La segunda disposición citada reglamenta esta declaración de incobrabilidad, indicando
que la hace el Tesorero General de la República, de acuerdo con los antecedentes que le
proporcione el Departamento de Cobranza del Servicio de Tesorería, quien eliminará los
giros y órdenes respectivos y remitirá la nómina de deudores incobrables a la Contraloría
General de la República.
V. DACIÓN EN PAGO
Esta disposición está inserta en el Título V del Libro III del Código Tributario sobre cobro
ejecutivo de las obligaciones tributarias en dinero.
Frente a esa situación, el Abogado Provincial puede solicitar que el bien o bienes raíces
sean adjudicados al Fisco por el avalúo fiscal de dichos bienes.
Agrega la disposición que si existiera un saldo del valor a favor del ejecutado, será
devuelto al mismo, previamente a la suscripción de la escritura de adjudicación.
VI. LA LEY
— Además, declaró prescritos por el solo ministerio de la ley los tributos fiscales y sus
recargos adeudados al día 31 de diciembre de 1986 que a la fecha de publicación de la
ley se encontraban declarados, liquidados o girados o se declararan o pidieran que se
giraran dentro del plazo de los sesenta días siguientes a la publicación de la ley. No se
aplicaba la norma a aquellos impuestos de contribuyentes contra quienes se hubiera
interpuesto querella a la fecha de publicación de la ley, salvo que posteriormente fueran
sobreseídos definitiva o temporalmente por alguna de las causales señaladas en los tres
primeros números del artículo 409 del Código de Procedimiento Penal.
Se señaló en la nota al pie de página 46a la poca transcendencia que tienen los
derechos del contribuyente enumerados en el artículo 8º bis del C.T. Sin embargo, "como
lo cortés no quita lo valiente", debe reconocerse que se ha ido avanzando en este tema y
así la ley Nº 20.494 introduce los artículos 8º ter y 8º quater que, muy tímidamente y digo
tímidamente no porque falte explicitud, sino porque su importancia es menor y tan menor
que es muy parecido a la nada misma, sigue abriendo camino, estableciendo los
siguientes "derechos":
l. Los contribuyentes que opten por la facturación electrónica tendrán derecho a que se
les autorice, en forma inmediata, la emisión de los documentos tributarios electrónicos
que sean necesarios para el desarrollo de su giro o actividad.
La primera vez que soliciten los contribuyentes autorización para emitir facturas
electrónicas, deberán adjuntar, so pena de no ser autorizados, una declaración jurada
simple sobre la existencia de su domicilio y la efectividad de las instalaciones que
permitan la actividad o giro declarado.
La Dirección del SII podrá diferir, revocar o restringir las autorizaciones otorgadas
conforme a este artículo, mediante resolución fundada, cuando a su juicio exista causa
grave que lo justifique. Agrega el artículo 8º ter que, para estos efectos, se considerarán
causas graves, entre otras, las siguientes:
e) Si de los antecedentes en poder del SII se acredita algún impedimento legal para el
ejercicio del giro solicitado.
Sin perjuicio de lo anterior, el SII tiene la facultad de diferir, por resolución fundada, el
timbraje de dichos documentos, hasta hacer la fiscalización correspondiente, en los casos
en que exista causa grave justificada, debiendo entender por causas graves, las
señaladas en el punto anterior. Creemos que la agregación del adjetivo calificativo
"justificada" exige la existencia de razones o antecedentes fehacientes que acrediten la
existencia de la causa, no bastando una sencilla apreciación subjetiva de los funcionarios
del SII.
3. El mismo artículo, en su inciso segundo, establece que los contribuyentes que
declaren iniciación de actividades tienen derecho a requerir el timbraje inmediato de
facturas cuando éstas no den derecho a crédito fiscal en conformidad al D.L. Nº 825 y
facturas de inicio, que deberán cumplir con los requisitos que establezca el SII mediante
resolución.
El inciso final del artículo 8º quater crea un delito cuya conducta consiste en la venta o
facilitación a cualquier título de las facturas de inicio con el fin de cometer alguno de los
delitos descritos en el artículo 97 número 4º; la sanción será presidio menor en sus grados
mínimo a medio y multa de hasta veinte Unidades Tributarias Anuales.
3. El Servicio de Aduanas, según el artículo 73 del C.T., debe remitir al SII, dentro de los
diez primeros días de cada mes, copia de las pólizas de importación y exportación
tramitadas en el mes anterior.
a) Debe dejar constancia del pago del Impuesto al Valor Agregado en los documentos
que den cuenta de una convención afecta a ese impuesto, y si bien deben autorizar
siempre los documentos, no pueden entregarlos a los interesados ni otorgar copias sin
que previamente se encuentre pagado ese impuesto. En la actualidad esta obligación,
establecida en el artículo 75 del C.T., se aplica a las escrituras públicas de venta de
inmuebles, en cuyo caso se entiende cumplida la obligación dejando constancia del
número y fecha de la factura correspondiente.
c) Por su parte, el artículo 76 del C.T. los obliga a comunicar al SII, antes del día 1 de
marzo de cada año, todos los contratos otorgados ante ellos, que se refieran a
transferencia de bienes, hipotecas y otros asuntos que sean susceptibles de revelar la
renta de cada contribuyente y celebrados durante el año anterior.
d) Están también obligados a vigilar el pago de los tributos que corresponda aplicar, en
conformidad a la Ley de Timbres y Estampillas, respecto de las escrituras y documentos
que autoricen o protocolicen y son solidariamente responsables del pago de ese
impuesto; además deberán firmar, si fuera procedente, la declaración del impuesto junto
con el obligado a su pago.
e) Artículo 73 D.L. Nº 825 deben enviar mensualmente al SII los contratos de venta de
vehículos motorizados usados que obren en su poder y que no hayan sido autorizados
por ellos.
6. Los jueces de Letras y jueces Árbitros deben vigilar el pago de los impuestos
establecidos en la Ley de Timbres y Estampillas, en los juicios que conocieren. Obligación
prácticamente inexistente, desde que desapareció la obligación de litigar en papel sellado.
7. Los secretarios de los juzgados debe dar cuenta especial de toda infracción que
notaren en los escritos y documentos presentados en la causa; es válida la observación
anterior.
8. Los relatores deben dar cuenta al tribunal de haberse pagado debidamente los
impuestos establecidos en la Ley de Timbres y Estampillas.
1. Legalidad
De acuerdo al artículo 63 del C.T. el SII puede hacer uso de todos los medios legales
para comprobar la exactitud de las declaraciones presentadas por los contribuyentes y
para obtener todas las informaciones y antecedentes relativos a los impuestos que se
adeuden o pudieran adeudarse.
El sentido de la norma es evidente; el SII puede utilizar todos y sólo los medios
señalados en la ley que es muy distinto a la práctica del SII que entiende por medios
legales todos aquellos medios que no son ilegales, o sea, todos los que la ley no prohíbe
expresamente93.
2. Materia
El SII puede fiscalizar las materias de tributación fiscal interna que sean de su
competencia.
Debemos entender por tributación fiscal, aquella establecida a favor del Fisco y
contrapuesta a la tributación que tiene, como beneficiarias, a las municipalidades.
Por interna, toda la tributación, salvo la que grava las operaciones originadas en el
tráfico internacional de los bienes como importaciones, exportaciones o simple tránsito de
mercaderías.
Se puede concluir de esa disposición que si una ley tributaria no le entrega el control a
algún organismo distinto al SII, éste gozará de la competencia pertinente.
3. Oportunidad
Las actuaciones del SII deben practicarse en días y horas hábiles, a menos que por la
naturaleza de los actos fiscalizados deban realizarse en días u horas inhábiles, según el
artículo 10 inciso 1º del C.T.
Los funcionarios del SII pueden, por consiguiente, realizar actuaciones en días y horas
inhábiles en empresas o establecimientos que funcionen en días y/u horas inhábiles,
como pueden ser los destinados a hostelería, gastronomía y, en general, los que trabajan,
por turnos, en forma ininterrumpida o permanente.
Pero agrega que los plazos de días insertos en los procedimientos administrativos,
como es la materia de este capítulo, establecidos en el C.T., son de días hábiles,
entendiéndose que son inhábiles los sábado, domingo y festivos95.
Las presentaciones que debe hacer un contribuyente, dentro de un plazo fatal, pueden
ser entregadas hasta las 24 horas del último día del plazo respectivo, en el domicilio del
funcionario habilitado especialmente para el efecto. Para tal fin, los domicilios de los
funcionarios se encontrarán expuestos al público, en un sitio destacado en cada oficina
institucional.
4. Tiempo
a) El artículo 60, inciso sexto, aumenta los plazos anteriores en un año cuando el
Servicio ha podido establecer que un contribuyente no ha cumplido con la obligación de
presentar declaración de término de giro; en cuyo caso, puede, previa citación del artículo
63 del C.T., liquidar o girar los impuestos correspondientes en la misma forma que
hubiere procedido de cumplirse con las obligación. Ese aumento se computa desde la
notificación de la citación.
b) El artículo 63, inciso tercero, del C.T. que establece que la citación produce el efecto
de aumentar los plazos de prescripción en los términos del inciso 3º del artículo 200
respecto de los impuestos que se indiquen determinadamente en ella.
A su vez, esa disposición establece que los plazos anteriores se aumentarán por el
término de tres meses desde que se cite96 al contribuyente, en conformidad al artículo 63
u otras disposiciones que establezcan el trámite de la citación para determinar o reliquidar
un impuesto respecto de los impuestos derivados de las operaciones que se indiquen
determinadamente en la citación.
Por otro lado, el inciso segundo del artículo 63 faculta al contribuyente citado a solicitar
la ampliación del plazo para contestar a la citación, pudiendo el Jefe de la Oficina que citó
acceder a la solicitud, por una sola vez y hasta por un mes. Si se prorroga el plazo para
contestar la citación, se entienden ampliados, por igual lapso, los plazos anteriores, según
lo ordena el inciso tercero del artículo 200 del C.T.
c) El artículo 11 del C.T. amplía también el plazo cuando no ha sido posible notificar al
contribuyente por carta certificada, al disponer en el inciso tercero que si el funcionario de
correos no encontrare en el domicilio al notificado o a otra persona adulta o éstos se
negaren a recibir la carta certificada o a firmar el recibo, o no retiraren la carta remitida a
la casilla o apartado postal dentro del plazo de 15 días, contados desde su envío, se
dejará constancia de este hecho en la carta, bajo la firma del funcionario o del Jefe de la
Oficina de Correos que corresponda y se devolverá al SII, aumentándose o renovándose
por este hecho los plazos del artículo 200 en tres meses, contados desde la recepción de
la carta devuelta.
Entonces, si se tratara de notificar una citación, los plazos máximos llegarían hasta tres
años siete meses o seis años siete meses, sin perjuicio de un plazo mayor en caso de
que el plazo no se aumente sino que se renueve.
b) Sólo puede examinar los últimos treinta y seis97 períodos mensuales por los que se
presentó o se debió presentar declaraciones, para lo cual requerirá al contribuyente para
que, dentro del plazo de dos meses, presente al SII los antecedentes correspondientes; la
ley no indica cuáles son estos antecedentes, por lo que el SII tiene amplia libertad
siempre que sean pertinentes como por ejemplo: las copias de las declaraciones, libro de
compras y ventas, documentación soportante.
c) El SII tiene un plazo fatal de seis meses, contado desde que venza el plazo para
presentar los antecedentes requeridos, para citar, liquidar o girar diferencias de impuestos
por el lapso examinado.
5. El secreto profesional
Dentro del C.T. tenemos un señalado ejemplo de norma en contrario y así el artículo 34
obliga a atestiguar bajo juramento sobre puntos contenidos en una declaración, entre
otros, a los que las hayan firmado y a los técnicos y asesores que hayan intervenido en la
confección o en la preparación de ellas o de sus antecedentes, siempre que el Servicio lo
requiera, dentro de los plazos de prescripción.
6. Secreto bancario
Este criterio fue aceptado por la Excma. Corte Suprema al resolver que la cuenta de
ahorro y la documentación de soporte son documentos de índole privada, pues trasuntan
el movimiento de depósitos y giros de una cuenta, que privativamente conciernen al titular
y al Banco encargado del manejo; por ello, no obstante lo específico del artículo 61 —se
nombra sólo la cuenta corriente— el carácter privado de las operaciones bancarias va
más allá de la cuenta corriente, incluyendo prácticamente todas las operaciones
realizadas por el particular con el Banco99.
4. Acorde con las legislaciones de otros Estados, es necesario, para minimizar los
perniciosos efectos que conlleva el lavado o blanqueo de dinero, con la secuela de
actividades ilícitas de tan alta gravedad como el tráfico ilícito de estupefacientes, la trata
de blancas, el contrabando de armas, la piratería y otras que se aprovechan de la
existencia de nichos de impunidad que la existencia de secretismos entregan al producto
obtenido de aquéllos.
En este punto cabe preguntarse si el Director puede delegar esta facultad o atribución y
la respuesta debe ser afirmativa por cuanto, al no existir disposición expresa que lo
impida, rige en toda su amplitud la letra j) del artículo 7º de la Ley Orgánica del Servicio de
Impuestos Internos, según la cual el Director puede "Autorizar a los Subdirectores,
Directores Regionales o a otros funcionarios para resolver determinadas materias o para
hacer uso de alguna de sus atribuciones, actuando 'por orden del Director', sin otras
limitaciones que las que determine el propio Director".
Procedimiento:
Como el Código utiliza las palabras "notifica al banco" y no existe disposición especial,
la notificación se hará según lo dispuesto en el artículo 11 del C.T., es decir,
personalmente, por cédula o por carta certificada dirigida al domicilio del banco, a menos
que éste haya solicitado ser notificado por correo electrónico.
Esta comunicación deberá efectuarse por carta certificada, enviada al domicilio que
tenga registrado en el banco o por correo electrónico, cuando así se haya convenido o
autorizado expresamente.
El titular puede responder el requerimiento al banco, dentro del plazo de quince días
contado a partir del tercer día desde el envío de la comunicación (notificación, dice aquí la
ley) por carta certificada o correo electrónico. Si el titular autoriza la entrega de la
información, el banco dará cumplimiento al requerimiento del Servicio sin más trámite,
dentro del plazo conferido.
4. Dentro de los cinco días siguientes a aquel en que venció el plazo para que el titular
de la información responda al banco, éste deberá informar al Servicio si se ha producido
la respuesta o no y de su contenido; en la misma comunicación el banco deberá indicar el
domicilio señalado en él por el titular de la información, de su correo electrónico si el
banco cuenta con este antecedente y, si fuera el caso, si ha dejado de ser cliente del
banco.
Cabe notar que el plazo para enviar esta comunicación puede vencer antes que el
señalado por el Servicio para entregar la información.
c) El Tribunal citará a las partes —SII y contribuyente— a una audiencia que fijará a
más tardar el decimoquinto día contado desde la fecha de la notificación de dicha citación.
7. Infracciones:
a) El retardo u omisión total o parcial en la entrega de la información por parte del banco
configura la infracción del artículo 97 Nº 1º del C.T.
7. Procedimiento
A partir de esa fecha, comienza a correr un plazo fatal de nueve meses, dentro del cual
el SII podrá citar, liquidar o girar.
— Cuando se efectúe una fiscalización sobre precios de transferencia, es decir, los que
pagan y/o cobran empresas multi o transnacionales, pertenecientes a una misma persona
o grupo económico, por ventas o prestación de servicios realizados entre ellas.
— También tendrá el SII un plazo de doce meses, contados desde la fecha de solicitud,
para fiscalizar y resolver las peticiones de devolución relacionadas con absorción de
pérdidas.
8. Competencia
El inciso final del artículo 59 del C.T. faculta a los Jefes de oficina para ordenar la
fiscalización de contribuyentes o entidades domiciliadas, residentes o establecidas en
Chile, aun cuando sean de otro territorio jurisdiccional, cuando estas últimas hayan
realizado operaciones o transacciones con partes relacionadas que estén siendo
fiscalizadas. Ahora bien, el Jefe de oficina que lleva la fiscalización debe comunicarle la
orden al Jefe de Oficina con jurisdicción sobre el otro contribuyente. Agrega el artículo 59
del C.T. que las reclamaciones que interpongan cualquiera de los dos contribuyentes
deberán presentarse y tramitarse ante el Juez Tributario y Aduanero correspondiente al
territorio jurisdiccional del Jefe de oficina que emitió la orden de fiscalización referida.
La ley ha entregado al SII una serie de medios para ejercer su labor fiscalizadora; para
efecto de un mejor ordenamiento, los dividiremos en dos grupos; el primero, que podemos
denominar medios de fiscalización indirectos, tienen por denominador común la
circunstancia de ser ejercidos sobre terceros que, por alguna razón, han tenido
participación en las actividades del contribuyente y por lo mismo pueden proporcionar
información útil para la labor controladora; el segundo, medios de fiscalización directos,
son ejercidos directamente sobre el contribuyente sujeto a fiscalización.
1. El artículo 34 del C.T. faculta al SII para requerir a los técnicos y asesores que hayan
intervenido en la confección o preparación de una declaración o de sus antecedentes, que
atestigüen, bajo juramento, sobre puntos contenidos en una declaración.
2. De acuerdo al artículo 60, inciso octavo, el SII puede pedir declaración jurada por
escrito o bien citar a declarar, también bajo juramento, sobre hechos, datos o
antecedentes de cualquiera naturaleza relacionados con terceros a toda persona
domiciliada dentro de la jurisdicción de la oficina que la cite.
Tampoco alcanza la obligación a las personas que deben guardar el secreto profesional.
La posible contradicción que pudiera existir con lo señalado en el artículo 34, debiera
resolverse por la vía de la especialidad, primando la obligación que sobre los técnicos y
asesores impone este artículo, circunscrita, obviamente, a la declaración específica o a
sus antecedentes.
d) Los que, por enfermedad grave u otro impedimento calificado por el tribunal, se
hallaren en imposibilidad de hacerlo.
3. El artículo 73 del C.T. ordena a las Aduanas a remitir al Servicio, dentro de los diez
días de cada mes, copia de las pólizas de importación o exportación tramitadas en el mes
anterior.
La información sobre las importaciones se relaciona principalmente con el IVA y por eso
el artículo 31 del D.S. Nº 55, de 1977, que contiene el Reglamento del D.L. Nº 825 sobre
impuesto a las ventas y servicios dispone que el Servicio de Aduanas debe indicar en los
documentos de importación la suma del valor aduanero y los gravámenes aduaneros
correspondientes que servirán para determinar la base imponible del IVA. Para ese efecto
empleará un timbre especial que deberá contener las menciones relativas a la base
imponible, tasa, impuesto determinado, nombre completo y firma del funcionario
responsable. Un ejemplar de cada documento aduanero de importación, con indicación
del pago, deberá ser enviado mensualmente a la Subdirección de Operaciones del
Servicio. De esta manera dan cumplimiento a la obligación impuesta por el artículo 73 del
C.T., respecto del envío de las pólizas de importación.
4. El artículo 76 impone, por una parte, a los notarios la obligación de comunicar al SII
todos los contratos otorgados ante ellos referidos a transferencias de bienes, hipotecas y,
otros asuntos que sean susceptibles de revelar la renta de cada contribuyente, y por otra,
a los funcionarios encargados de registros públicos, encontraremos entre éstos
principalmente a los Conservadores, que deben comunicar al SII los contratos que les
sean presentados para su inscripción.
Estas comunicaciones deben enviarlas a más tardar el día 1 de marzo de cada año
relacionando los contratos otorgados o inscritos durante el año anterior. Sin embargo, el
SII por resolución Nº 6.181, de 1997, obliga a notarios y conservadores a entregar la
información dentro de los diez primeros días de cada mes, sobre las operaciones del mes
anterior.
5. El artículo 78 impone otra obligación a los notarios, cual es la de vigilar el pago de los
tributos que corresponda aplicar en conformidad a la Ley de Timbres y Estampillas
respecto de las escrituras y documentos que autoricen o documentos que protocolicen.
Estimamos que esta obligación está subsumida en la contenida en el artículo 87; norma
más amplia tanto en relación a las personas como en cuanto a la materia.
7. Según el artículo 81 los tesoreros municipales deben enviar al SII copia del rol de
patentes industriales, comerciales y profesionales en la forma que el propio SII determine.
10. El artículo 87, en su inciso primero, obliga a los funcionarios fiscales, semifiscales de
administración autónoma y municipales a proporcionar al SII todos los datos y
antecedentes que éste solicite para la fiscalización de los impuestos.
El SII según circular Nº 154, de 1976, estableció que será él quien, mediante la
resolución respectiva, señale a qué personas o instituciones se les exige el referido
registro y las indicaciones que deberán consignarse en él.
a) Las personas que tengan obligación de retener impuestos deben presentar, antes del
día 15 de marzo de cada año, un informe detallado con nombres y direcciones de las
personas a quienes se les haya retenido; los montos pagados y las cantidades retenidas.
Esta información es la causa de muchas comunicaciones a contribuyentes para que
aclaren la disconformidad entre lo informado por los retenedores y las propias
declaraciones.
b) Las personas que paguen rentas o cualquier otro producto de las acciones:
c) Los bancos o bolsas de comercio por las rentas o cualquier otro producto de acciones
nominativas que, sin ser de su propiedad, figuren inscritas a nombre de dichas
instituciones.
d) Los bancos e instituciones financieras deben informar al SII, antes del día 15 del mes
de marzo de cada año, los intereses u otras rentas que hayan pagado o abonado a sus
clientes durante el año inmediatamente anterior, por operaciones de captación.
e) Los empleadores deben certificar las rentas del artículo 42 Nº 1 de la misma ley que
hayan pagado en el año calendario, de los descuentos por leyes sociales, el monto del
impuesto de segunda categoría y el número de personas por quienes se les pagó
asignación familiar. Esta certificación la harán cuando el trabajador la pida y deberá
acompañarla a su declaración anual; sabemos que esta obligación de acompañar
antecedentes a la declaración no está vigente en la práctica.
a) Multa del 5% de una Unidad Tributaria Anual a cuatro Unidades Tributarias Anuales.
b) Si reincidiere un período de dos años, la pena pecuniaria tiene como monto mínimo
media Unidad Tributaria Anual, manteniendo el tope máximo.
c) Se le pueden aplicar las demás sanciones que contemplen los estatutos que rijan sus
funciones.
1. Examen de documentación; según el inciso primero del artículo 60 del C.T., para
verificar la exactitud de las declaraciones del contribuyente u obtener información, el SII
puede examinar los inventarios, balances, libros de contabilidad, hojas sueltas o sistemas
tecnológicos que sustituyan dichos libros y documentos del contribuyente, en todo lo que
se relacione con los elementos que deban servir de base para la determinación del
impuesto o con otros puntos que figuren o debieran figurar en la declaración.
También puede examinar los libros y documentos de las personas obligadas a retener
un impuesto.
Para iniciar una fiscalización conforme al artículo 59 del C.T., puede asimismo el
Servicio requerir toda la información y documentación referida al correcto cumplimiento
tributario. En este caso, la documentación e información podrá requerirse telefónicamente
o por cualquier medio expedito, sin perjuicio de la correspondiente notificación indicando
que no se trata de una fiscalización, materias consultadas y el plazo para aportarlos. La
falta de antecedentes por parte del contribuyente o su cumplimiento incompleto o inexacto
podrá completarse en el procedimiento de fiscalización pertinente y sólo será considerada
como un elemento más para el proceso de selección de contribuyentes para fiscalización.
Sin embargo, si el Director Regional lo exige, deben incluirse los vehículos terrestres,
marítimos y aéreos de uso personal.
También puede exigir el Director Regional que el estado de situación incluya el valor de
costo y fecha de adquisición de los bienes que especifique.
b) Para que se incluya el valor de costo y fecha de adquisición de los bienes, incluidos
en el estado de situación, el Director Regional debe señalar detalladamente de qué bienes
requiere esos antecedentes; en otras palabras, sería ilegal que pidiera a un contribuyente
la presentación de un estado de situación indicando el valor y fecha de adquisición de los
bienes que en él se incluyan; esto por cuanto no habría especificación de bienes por parte
del Director Regional.
c) También pueden confrontar los inventarios del contribuyente con las existencias
reales, siempre que no interfieran el normal desenvolvimiento de la actividad
correspondiente.
d) Que los resultados obtenidos respecto de un contribuyente sean consistentes con los
resultados asimismo obtenidos de otros contribuyentes comparables de la plaza,
utilizando la misma técnica de auditoría o certificaciones obtenidas de entidades técnicas
reconocidas por el Estado.
PÁRRAFO V LA CITACIÓN
1. Concepto
En efecto, el contribuyente sólo podrá ser citado para presentar una declaración omitida,
cuando se ha detectado que no fue presentada oportunamente y esto sólo pudo ser
posible a través de la fiscalización, realizada por los medios señalados en el párrafo
anterior.
c) El delegatario, cuando cite, debe anteponer a su firma las palabras "por orden del
Director Regional"; sin embargo, la omisión de la frase no produce ningún efecto, por
cuanto la eficacia de la actuación del funcionario no está dada por los referidos términos,
sino por la existencia de una efectiva delegación de facultades.
2. Contenido de la citación
b) Numerada correlativamente.
d) Debe indicarse, con toda claridad, cada una de las partidas que a juicio de los
funcionarios fiscalizadores hayan merecido reparos; estas partidas deben identificarse en
forma clara, señalando el libro de contabilidad y número de folio en que aparezcan
contabilizadas, valor o cantidad a que asciende el reparo y una explicación de las
verificaciones hechas y de los motivos por los que se incluyen tales partidas en la citación.
i) Debe firmarse por el jefe de la oficina respectiva del SII o por el funcionario autorizado
mediante la delegación de facultades.
3. Notificación de la citación
Las actuaciones del SII que requieren ser puestas en conocimiento del interesado
sólo producen efecto en la medida que sean notificadas en conformidad a la ley; la
situación es similar a las resoluciones judiciales.
Deberá llevarse a cabo por un funcionario del SII facultado para tal efecto y serán,
según el artículo 86, quienes han sido revestidos de la calidad de ministros de fe,
nominativa y expresamente por el Director del SII. Pueden también notificar todos y cada
uno de los funcionarios pertenecientes al Escalafón de Fiscalizadores, pues les confiere
ese carácter el artículo 51 de la Ley Orgánica.
El ministro de fe debe dejar constancia, bajo su firma, en el expediente, del lugar, día y
hora en que se realizó la notificación.
— La notificación por cédula debe contener copia íntegra de la citación y será entregada
por el ministro de fe, en el domicilio del citado, a cualquiera persona adulta que se
encuentre en él, y si no hubiera persona adulta que la reciba, dejará la cédula en ese
domicilio105.
¿Cuál es, para este efecto, el domicilio del citado? Cualquiera de los siguientes:
En la constancia de la notificación por cédula debe expresarse, aparte del día, hora y
lugar en que se practicó, la individualización de la persona a quien se entregó la citación o
la circunstancia de no haber encontrado persona adulta que la recibiera y, en este caso,
enviarse un aviso al notificado, el mismo día, mediante carta certificada; pero la omisión o
extravío de la carta no invalida la notificación.
Por ende, si la carta certificada devuelta es recibida por el SII, antes de que haya
vencido el plazo de prescripción (más propiamente caducidad) que estaba corriendo, se
produce un aumento de tres meses a contar del último día del plazo y, si es recibida
cuando el plazo de prescripción había vencido, éste se renueva por el término de tres
meses a contar de la fecha de recepción por parte del SII. El legislador se preocupa de
que la circunstancia de no recibir la carta no signifique perjuicio al interés fiscal por
cumplirse, en el entretanto, el plazo de prescripción que estaba corriendo; en otras
palabras, el transcurso del tiempo no favorece al deudor y más bien lo hace a favor del
acreedor, pues el término de tres meses es, por una parte, superior al transcurrido y, por
otra, suficiente para que el SII efectúe la notificación personal o por cédula.
Esta norma puede originar problema si la realidad se aparta y llega al destinatario antes
o después de los tres días. Si se anticipa, la solución es sencilla, los plazos no
comenzarán a correr hasta pasados los tres días contados desde el envío. Lo mismo se
había pensado si la carta llegaba después o no llegaba; la disposición se aplicaba
literalmente, pues no ofrece dificultad en su inteligencia. Sin embargo, la Excma. Corte
Suprema106 ha resuelto, acogiendo un recurso de queja que el artículo 11 contempla
una presunción simplemente legal, que admite prueba en contrario, como ocurre en el
asunto debatido al acreditarse que el Servicio de Correos no cumplió con la entrega sino
varios días después del envío, de lo contrario se obliga al contribuyente a un imposible,
como es, deducir un recurso de hecho dentro de un plazo en que la carta certificada
notificatoria ni siquiera llegaba aún a sus manos. Ahondando más en el tema, un voto de
minoría resuelve que según el artículo 11 del C.T. la carta debe ser entregada por el
funcionario de Correos que corresponda en el domicilio del notificado a cualquiera
persona adulta que se encuentre en él, debiendo ésta firmar el recibo respectivo; como
esto no se cumplió, puede generarse responsabilidad civil y/o administrativa para Correos
y/o funcionario incumplidor, mas no validar una notificación que por esa omisión no se
haya llevado al fin. Consecuencialmente, la prescripción del inciso tercero del mismo
artículo de que en esta forma de notificaciones los plazos empiezan a correr tres días
después de su envío, debe interpretarse de manera tal que exista la debida
correspondencia y armonía con los dos incisos anteriores, siendo la dicha la única
interpretación que lo consigue.
— Como estamos dentro del proceso de fiscalización, de acuerdo al inciso final del
artículo 13 del C.T., podrá ser notificado a través del sitio personal del contribuyente
disponible en la página web del Servicio. ¿Cuándo es procedente esta forma de
notificación? Cuando:
— se han hecho al menos dos intentos de notificación, sin resultado, mediando, entre
ambos intentos al menos 15 días.
4. Clases de citación
El inciso segundo del artículo 63 del C.T. contiene dos tipos de citación:
a) Facultativa que el SII podrá, en aquellos casos en que del análisis y evaluación de los
antecedentes reunidos durante el proceso de fiscalización aparezca como necesario, citar
al contribuyente, y
Importancia de la distinción
Esta nulidad deberá ser invocada antes de hacer cualquier gestión principal en el pleito
—artículo 84 del C.P.C. aplicable en virtud del artículo 148 del C.T.—.
Estimamos que es posible tanto la declaración de oficio en primera instancia por las
disposiciones citadas y también por la Corte de Apelaciones en virtud de lo dispuesto en
el artículo 140 del C.T. aun cuando aceptamos la legitimidad de la duda en este punto.
Avala nuestra opinión la sentencia de la Excma. Corte Suprema que lo califica de trámite
esencial107.
5. Efecto de la citación
a) Según el artículo 63 inciso final y 200 inciso cuarto los plazos de prescripción —
caducidad— de este artículo se aumentan en tres meses desde que se cite al
contribuyente y si se prorroga el plazo que tiene el contribuyente para contestar la
citación, se entenderán aumentados igualmente los plazos del artículo 200.
Este plazo puede prorrogarse a solicitud del contribuyente, pero sólo por una sola vez y
hasta por un mes más. Por ende, si se concede prórroga por un plazo inferior a un mes,
no puede prorrogarse de nuevo, pues sólo es posible legalmente una prórroga.
La solicitud de prórroga debe efectuarse antes del vencimiento del plazo original, pues
si ha vencido no es procedente su prórroga; ésta es factible en el plazo vigente, vivo, no
en el vencido, muerto.
Transcurrido el plazo, el SII estará en condiciones de tasar y/o liquidar los impuestos y
partidas incluidas en la citación.
En este caso, el SII estará en condiciones de liquidar los impuestos y/o diferencias de
impuestos, con los reajustes, intereses y multas si procedieren.
Si convence al SII, será el fin del procedimiento, pues significa que los reparos de aquél
no tenían consistencia suficiente y la actuación cuestionada del contribuyente fue
correcta.
Si no convence al SII, no se desvirtúan sus objeciones a juicio del propio SII, éste
procederá a la tasación o liquidación correspondiente.
También puede existir una situación intermedia si son varias las partidas y/o impuestos
objetados, lo que será el resultado de la aceptación de la postura del contribuyente en
algunos de ellos y el rechazo de otros.
1. Concepto
1. Concepto
d) Domicilio del contribuyente, dirección completa del contribuyente dice el Manual del
SII.
3. Notificación de la liquidación
Al no existir disposición especial al respecto, son aplicables los artículos 11, 12 y 13 del
C.T. y, por ende, se notificará personalmente, por cédula o por carta certificada o por
correo electrónico o a través de la página web del Servicio, de acuerdo al inciso final del
artículo 13 y referido en la citación siendo la regla general, hasta ahora, en la praxis del
SII, la carta certificada113.
a) Si estima que no tiene objeción contra la misma, pedir que el SII gire los impuestos
y/o diferencias de impuestos para pagar.
b) No hacer nada y entonces, cumplido el plazo de 90 días que señala el artículo 24 del
C.T., el SII girará para que el contribuyente pague el impuesto o las diferencias del
mismo, y
c) Reclamar, dentro del plazo de 90 días que establece el inciso tercero del artículo 124
del C.T.
5. Liquidación y reliquidación
De ahí que sea lícito preguntarse ¿son dos palabras para un mismo concepto? O más
bien, partiendo de la precisión, exactitud y cuidado que debe exigírsele al legislador en la
utilización del idioma, ¿responderán a contenidos diferentes? Y de ser así ¿cuál será el
significado de cada una?
1. Concepto
Giro "es una orden escrita, dirigida a una o más personas, mediante la cual la
administración financiera dispone el pago de un impuesto"115.
Mirado desde un punto de vista opuesto, lo podemos definir como la orden, emanada
del SII y/o Tesorería para que los bancos e instituciones financieras autorizadas puedan
recibir el pago del tributo.
2. Clasificaciones
a) En cuanto al origen, el giro puede provenir del SII es la regla general, y de Tesorería
en virtud de la facultad que le otorga el artículo 48 del C.T., incisos segundo y cuarto.
— Tiene lugar cuando existe una diferencia entre lo pagado por el contribuyente y el
monto realmente adeudado. Estas diferencias deberán ser detectadas por los
antecedentes de la propia declaración y/o pago que realiza el contribuyente, por cuanto
Tesorería no puede indagar otros antecedentes en la conducta tributaria de aquél;
radicarán en un errado cálculo de reajustes, intereses y multas efectuado por el propio
contribuyente en virtud de lo dispuesto en el artículo 48 inciso tercero del C.T.
— No rige la limitación del artículo 37 inciso tercero, es decir, estos giros deberán ser
emitidos por cantidades inferiores al 10% de una U.T.M. El artículo referido faculta al SII
para omitir el giro por sumas inferiores a esa cantidad y acumularlas hasta por un
semestre calendario, respecto del total de impuestos que deban pagarse
simultáneamente en una misma oportunidad.
b) El artículo 37 del C.T. establece dos tipos de giros que denomina roles y órdenes de
ingreso.
El ejemplo más significativo serían los giros emitidos por el SII para el pago del
impuesto territorial, establecido en la ley Nº 17.235, cuyo orden se basa en la ubicación
del inmueble respectivo.
— Rol anual de contribuciones emitido por el SII, por comunas, para el cobro del
impuesto a los bienes raíces.
— Rol de reemplazo que contiene todas las modificaciones que impliquen rebaja de la
contribución anotada en los roles anuales, como puede suceder al declarar una exención.
Las órdenes de ingreso o giros propiamente tales son giros individuales que tiene por
objeto cobrar impuestos y/o diferencias de impuestos cuyo origen se encuentra en
fiscalizaciones efectuadas por el SII.
Los casos en que procede el giro sin previa liquidación serían en conformidad al inciso
cuarto del artículo 24 del C.T.:
— El inciso sexto del artículo 64 señala que puede girarse de inmediato y sin otro
trámite previo el impuesto que corresponda, cuando se trata de impuestos cuya
determinación se basa en el precio o valor de bienes raíces y el fijado en el acto o
contrato fuere notoriamente inferior al valor comercial de los inmuebles de características
y ubicación similares, en la localidad respectiva.
La respuesta la encontramos en el inciso segundo del artículo 24 del C.T. que nos
obliga a distinguir:
c) Si el contribuyente lo desea, pueda solicitar al SII que gire los impuestos con
anterioridad a las oportunidades señaladas; aunque a primera vista aparezca sin sentido
una petición de esa naturaleza, debemos tener presente que tiene efectos favorables para
el contribuyente, como la ampliación del plazo para reclamar de sesenta días a un año e
impedir, en caso de perder o no interponer el reclamo, que se sigan devengando
intereses.
Situaciones en que es posible el giro autónomo, vale decir, sin ningún trámite previo:
La ley no señala las especificaciones que debe tener el giro, tan sólo el artículo 124 del
C.T. limita la posibilidad de reclamar del giro al que le haya precedido una liquidación, a la
situación en que el giro no se conforme a la liquidación; debemos entender que la
normalidad, en las actuaciones del SII implica la conformidad entre la liquidación y el giro
pertinente.
— Numeración correlativa;
— Monto del impuesto a pagar que incluirá, según corresponda, impuestos; reajustes,
intereses y multas;
No existe norma especial y en consecuencia, por aplicación del artículo 11 del C.T., se
efectuará personalmente, por cédula, por carta certificada, por correo electrónico o a
través de la página web del SII.
I. INTRODUCCIÓN
Así, intentando formular una especie de "norma antielusiva general" al estilo español o
alemán, el Código Tributario consagra un complejo procedimiento para revelar el abuso
de formas jurídicas o la simulación de negocios jurídicos o de una serie de ellos, cuando
su causa es fundamentalmente evitar o postergar el devengo de hechos gravados o
disminuir artificiosamente su base imponible.
El principio de legalidad tributaria exige que sea la ley quien tipifique una conducta como
la expresión de capacidad contributiva. De esta manera, el contribuyente tiene la
seguridad que existe una vinculación entre la tipificación de la conducta y el nacimiento
del hecho gravado. Lo que se quiere con los procedimientos antielusivos es revisar si una
conducta configura o no un hecho gravado, pero quien realiza la vinculación no es la ley,
sino la Administración tributaria o la justicia.
Son expresiones de la elusión tributaria los actos y negocios jurídicos que conjugan el
principio de la autonomía de la voluntad con el resultado económico que se quiere
obtener, el abuso del derecho, el fraude a la ley, la simulación, la fiducia o trust, los
negocios indirectos. En general, podemos hablar de negocios jurídicos elusivos.
Los principios generales de Derecho son desde luego aplicables en esta materia,
fundamentalmente aquellos que informan la Teoría General de las Obligaciones, pero,
además, el Código Tributario agrega los siguientes:
a) Que la ley tributaria se aplica a los negocios y situaciones jurídicas por ella previstas,
con independencia de la forma o nomenclatura que les den las partes o de los vicios o
defectos que los afecten.
En virtud de este primer principio, se quiere dar a entender que la ley tributaria grava
capacidades contributivas en su aspecto económico y no necesariamente jurídico.
La buena fe en este contexto se refiere a que los efectos de los negocios jurídicos
celebrados por los contribuyentes no buscan necesariamente eludir impuestos.
De acuerdo al texto del nuevo artículo 4º bis, se entiende que existe elusión de los
hechos imponibles en los casos de abuso o simulación.
Fundamentalmente este procedimiento busca velar por las garantías del contribuyente.
Plazos de caducidad, citación obligatoria, cuantía mínima.
La declaración judicial de elusión, ejecutoriada que ésta sea, habilita al Servicio para
prescindir de la forma jurídica y liquidar, girar o resolver conforme al propósito económico
de negocios celebrados.
El nuevos artículo 4º ter sanciona el abuso de las forma jurídicas para efectos tributarios
como aquella situación en que el contribuyente otorga actos o negocios jurídicos que
tienen por objeto evitar total o parcialmente la realización del hecho gravado, o que
disminuyen la base imponible o la obligación tributaria, o se postergue o difiera el
nacimiento de dicha obligación, no provocando otros efectos económicos relevantes para
los otorgantes o para los terceros distintos a los meramente tributarios.
Con el objeto de intentar establecer una línea divisoria, el inciso segundo de esta norma
precisa que es legítima la razonable opción de conductas y alternativas contempladas en
la legislación tributaria.
Sin perjuicio de lo anterior, la norma establece ciertas pautas para definir la racionalidad
de la conducta. Así, no constituye abuso:
— Que el acto jurídico escogido, o conjunto de ellos, no genere efecto tributario alguno
o bien lo genere de manera reducida o difiera en el tiempo o en menor cuantía siempre
que así lo establezca la ley tributaria.
Pensamos que estos casos son meramente ilustrativos y que buscan orientar al juez en
su labor de precisar la racionalidad de la conducta.
Al mismo tiempo, somos de la opinión que en todos los casos de abuso se deberá
probar el fraude de la norma tributaria.
Desde una perspectiva técnica, esta norma es altamente compleja, sin contornos
definidos y, como se ve, los parámetros de la racionalidad a su tiempo también quedan en
falta de contornos definidos. El trabajo de calificación del abuso resultará, salvo los casos
absurdos e ineptos, de muy escasa aplicación práctica ya que ni se trata de analizar un
acto o negocio, sino una serie de ellos con una individualidad jurídica propia, y muchas
veces ni siquiera relacionados directamente con efectos tributarios.
La línea divisoria entre planificación y elusión no ha sido fijada por el legislador, y somos
de la idea de que, dada la alta complejidad de los procesos de planificación fiscal, esta
norma no será utilizada con frecuencia.
Es importante señalar que en los casos de abuso la norma precisa expresamente que
se restablecerá la aplicación de la norma tributaria defraudada.
En este caso, también para efectos tributarios, la declaración de simulación tiene por
efecto que la ley tributaria se aplicará a los hechos efectivamente realizados por la partes.
Pensamos que, a diferencia del abuso, los casos de simulación comparten de mejor
forma la doctrina privada. Son aplicables en este caso fundamentalmente los conceptos
de simulación absoluta y relativa.
El Código Tributario reformado regula en sus nuevos artículos 4º quinquies y 160 bis, en
conjunto, el procedimiento para sancionar los negocios jurídicos elusivos. Se distinguen
dos fases o etapas en el procedimiento, en la primera, regula la actividad administrativa,
en la segunda, configura el estadio procesal del contencioso tributario.
I. FASE ADMINISTRATIVA
1. Requerimiento de antecedentes
Con la reforma al Código que comentamos, en adelante existirá una nueva facultad del
Servicio para vincular la norma tributaria a cierta capacidad contributiva.
El desarrollo de la citación en este caso se rige por las reglas generales, no siendo
aplicable la regla del artículo 59.
2. Petición judicial
1. Lo contencioso
2. La prueba
Expirado el término de emplazamiento, el tribunal fijará una audiencia para que las
partes expongan sobre los puntos de sus escritos.
Esta audiencia, que entendemos se regirá por la reglas de la oralidad, será fijada dentro
de un plazo no menor a 7 ni superior a 15 días contados desde la fecha en que dicha
resolución se notifique. Esta resolución cita la comparecencia de las partes a una
audiencia.
Terminada esta audiencia, o vencido el plazo para objetar los antecedentes presentados
en la misma, el tribunal fijará los hechos sustanciales pertinentes y controvertidos. En
contra de esta resolución sólo es procedente el recurso de reposición dentro del plazo de
5 días contados desde la notificación respectiva.
- Rigen las reglas contenidas en el artículo 132, por lo que, los actos solemnes sólo se
prueban con su respectiva solemnidad. Esto supone una incompatibilidad que
seguramente será reparada por el legislador.
La sentencia deberá fundar la calificación del abuso y/o simulación tributaria en los
hechos y en derecho, y al mismo tiempo determinar los impuestos adeudados con
reajustes, intereses y multas.
4. Recursos
Lo anterior es sin perjuicio de la procedencia del recurso de hecho conforme a las reglas
generales.
En este punto insistimos que la vinculación del tributo a la capacidad contributiva sólo
puede ser determinada por la ley, y no por la Administración, por lo que somos de la
opinión que el Tribunal Tributario y Aduanero deberá ser cauteloso a la hora de vincular la
aplicación de una norma tributaria a cierta capacidad contributiva.
CAPÍTULO IX PROCEDIMIENTO GENERAL DE RECLAMACIONES Y PROCEDIMIENTOS ESPECIALES
GENERALIDADES
4. Es un procedimiento escrito.
6. Todos los plazos son de días hábiles según disposición contenida en el artículo
131 del Código Tributario. Como estamos en campo jurisdiccional, en materia de días
hábiles rige en plenitud el artículo 59 del Código de Procedimiento Civil según el cual son
días hábiles los no feriados y por lo tanto, los días sábado son hábiles.
Agrega el artículo 131 que se consideran hábiles los días de feriado judicial a que se
refiere el artículo 313 del Código de Procedimiento Civil —1 de febrero a 1 de marzo—
siempre que las actuaciones, resoluciones y notificaciones deban cumplirse por o ante el
Tribunal Tributario y Aduanero. Nos parece superflua la limitación que pudo tener alguna
aplicación cuando el juez de primera instancia era el Director Regional del SII pero en el
procedimiento actual no nos imaginamos ninguna actuación, "pronunciamiento" o
notificación que no sean efectuadas por o ante el Tribunal Tributario y Aduanero.
7. Procede el "abandono de la instancia" o abandono de procedimiento por una doble
razón y una sinrazón; las dos razones son la derogación del artículo 146 del C.T. que la
declaraba improcedente, en el antiguo procedimiento, cuando los Directores Regionales
del SII eran también jueces de primera instancia y la aplicación del Libro I del Código de
Procedimiento Civil en las materias no sujetas a disposiciones especiales en el presente
Libro —se refiere al Libro III del C.T. y cuyo título XVI se refiere al abandono del
procedimiento; la sinrazón que parece ser la razón de esa derogación, sería que, en el
procedimiento anterior, la improcedencia del abandono corría a favor del SII —se
consideraba demandante— y ahora lo haría a favor del reclamante —contribuyente—
demandante.
10. Notificaciones
a) Como regla general, las resoluciones dictadas por el Tribunal Tributario y Aduanero
se notificarán a las partes mediante la publicación de su texto íntegro en el sitio en
Internet del Tribunal.
b) La sentencia definitiva, la resolución que recibe la causa a prueba, las que declaren
inadmisible el reclamo y las que pongan término al juicio o hagan imposible su
continuación se notificarán al reclamante por carta certificada. Cuando tiene lugar este
tipo de notificación, se entiende practicada al tercer día hábil, contado desde aquel en que
la carta fue expedida por el tribunal; ahora bien, la carta será considerada como expedida
cuando pase a manos o al ámbito de la empresa de correos. Pensamos que por
seguridad jurídica el Secretario del Tribunal, en su calidad de ministro de fe, debería
certificar este hecho en el expediente.
Las resoluciones señaladas deben ser publicadas también en el sitio en Internet del
Tribunal, pero la falta de publicación no acarrea la nulidad de la notificación.
Para llevar a cabo la notificación por carta certificada, el reclamante debe designar, en
la primera gestión que realice ante el Tribunal, un domicilio dentro del radio urbano de una
localidad ubicada en alguna de las comunas de la Región sobre cuyo territorio tiene
competencia el Tribunal, la que subsistirá mientras no indique otra el reclamante. Si no
cumple el reclamante, el Tribunal dispondrá que lo haga dentro del plazo de cinco días,
bajo apercibimiento de notificarle las resoluciones mediante la publicación del texto
íntegro en el sitio en Internet del Tribunal.
c) La notificación al SII de la resolución que le confiere traslado del reclamo, se
efectuará por correo electrónico a la dirección que el Director Regional respectivo deberá
registrar ante el Tribunal Tributario y Aduanero de su jurisdicción. Dicha dirección se
entenderá vigente mientras no se informe al tribunal su modificación.
d) Cualquiera de las partes podrá solicitar para sí el aviso, mediante correo electrónico,
del hecho de haber sido notificado de una o más resoluciones. Pero la falta de este aviso
no anulará la notificación.
e) Las notificaciones que deban hacerse o "se dirijan a terceros ajenos al juicio" se
harán por carta certificada.
11. Es un procedimiento secreto durante su tramitación; dice el artículo 130 del C.T.,
refiriéndose a los autos, que "Durante la tramitación, sólo las partes podrán imponerse de
ellos". No puedo dejar pasar esta novedad introducida por la ley Nº 20.322 que atenta, por
decir lo menos, contra la transparencia y que es digna seguidora de la ley Nº 19.398, D.O.
de 4 de agosto de 1995, en que muy conscientemente sustituyó el inciso cuarto del
artículo 35 del C.T. que contenía un sabio mandato que, por imperativo moral transcribo
"No obstante lo dispuesto en los incisos anteriores, en cada una de las Unidades del
Servicio que determine el Director, se mantendrá a disposición del público una lista en
que aparezcan, por orden alfabético, los nombres de todos los contribuyentes afectos a
impuestos de acuerdo con las declaraciones anuales que deban presentar. En estas listas
se indicará, además, la renta imponible de los impuestos de categoría, global
complementario y adicional, como asimismo el impuesto anual que por los referidos
tributos le ha correspondido a cada contribuyente. Podrá indicarse también en estas listas
el monto de las rentas exentas del impuesto global complementario; pero, si así no se
hiciere, la información respectiva se proporcionará a cualquiera persona que lo solicite".
Debo reconocer que la sustitución del texto no produjo mayores efectos por la sencilla
razón que ya no estaba en práctica; pero fue un grave error porque bien pudo
transformarse en uno de los mejores medios de fiscalización; transparentar esos datos
implica automáticamente una justificación o quizás una falta de justificación de gastos e
inversiones frente a la sociedad; el reproche social que se originaría frente a montos
relativamente pequeños pagados por "nobles y connotados ciudadanos" los haría sonrojar
y algo más. Pero, bueno, así se escribe la historia y valga esta transcripción como
homenaje a un "viejo roble" legislativo.
El tema está tratado, principalmente, en los artículos 124 y 126, de donde se desprende
que puede reclamarse:
1. De la totalidad o algunas de las partidas o elementos de una liquidación.
Por lo tanto podrá reclamarse siempre del giro cuando éste es autónomo, es decir, no
fue precedido de liquidación, como puede ocurrir en las situaciones a que se refiere el
inciso cuarto del artículo 24 del C.T. y en la fiscalización de acuerdo a la ley Nº 18.320, en
que el SII frente a las alternativas de citar, liquidar o girar, opta derechamente por el giro.
En cambio, si fue precedido de liquidación, el giro sólo será reclamable en la medida que
no se conforme con la liquidación que le precedió; luego, si por conformidad y/u olvido no
reclamó de la liquidación, el contribuyente no tiene defensa por cuanto el giro, en estas
circunstancias, no puede ser impugnado.
3. De la totalidad o alguna de las partidas del pago, pero si hubo giro y pago, éste sólo
será susceptible de reclamación si no se conforma con el giro. El reclamo por este
concepto será de muy rara ocurrencia, por cuanto los bancos e instituciones financieras
aceptarán el pago sólo en la medida que se conforme con el giro; en otros palabras, no
existe posibilidad entre giro y pago; y si no fue precedido del giro se tratará generalmente
de una determinación de impuesto, efectuada por el contribuyente y la enmienda deberá
ceñirse a corregir el error propio en los términos del artículo 126 del C.T. o mediante un
giro, emitido por Tesorería, en conformidad al artículo 48 del mismo Código, incisos
segundo y cuarto.
6. De la tasación y giro que efectúe el SII cuando proceda aplicar impuestos, cuya
determinación se basa en el precio o valor de los bienes raíces y en el acto o contrato se
ha fijado un valor notoriamente inferior al valor comercial de inmuebles de características
y ubicación similares, en la localidad respectiva, según dispone el inciso final del artículo
64 del C.T. Como puede pensarse, esto no es más que un ejemplo de la resolución
referida en el punto 4 anterior, pero la particularidad reside en que "la tasación y giro
podrán ser impugnadas, en forma simultánea, a través del procedimiento" general de
reclamaciones.
Esta limitación está íntimamente relacionada con la exigencia impuesta por el artículo
124 del C.T. para reclamar, que requiere tener un interés actual comprometido. En este
caso, al tratarse de actuaciones abstractas y/o teóricas, carecen de ese interés requerido.
3. Las resoluciones dictadas por el Director Regional o por la Dirección Regional sobre
materias cuya decisión haya entregado el C.T. u otras leyes, a su juicio exclusivo. Así, por
ejemplo, el artículo 106 del C.T. dispone que las sanciones pecuniarias pueden ser
remitidas, rebajadas o suspendidas, a juicio exclusivo del Director Regional cuando el
contribuyente prueba la existencia de circunstancias que hagan excusable la acción u
omisión en que hubiere incurrido o si el implicado se ha autodenunciado.
Esta materia puede originarnos dificultad cuando la ley no entrega la decisión a juicio
exclusivo del Director Regional o de la Dirección Regional, sino que a juicio exclusivo del
SII como sucede, por ejemplo, en el Nº 3º del artículo 2º del D.L. Nº 825 que dice
"Corresponderá al Servicio de Impuestos Internos calificar, a su juicio exclusivo, la
habitualidad". En esta situación, la resolución del Director Regional ¿será susceptible de
reclamo? A nuestro juicio, la respuesta la encontramos en el inciso segundo del artículo
42 de la Ley Orgánica del SII al establecer que cuando las leyes se refieran o le otorguen
facultades o atribuciones al SII se entenderá que la referencia o facultades se encuentran
conferidas al Director o a los Directores Regionales indistintamente.
Esta disposición nos lleva necesariamente a concluir que las materias cuya decisión es
entregada por la ley a juicio exclusivo del SII no pueden equipararse a las que
corresponden a juicio exclusivo del Director Regional, pues las primeras también estarían
bajo la competencia del Director, eliminando la exclusividad de ambas direcciones y, por
lo tanto, las materias en comento serían susceptibles de reclamación.
Ahora bien, el contribuyente sólo podrá aportar la prueba pertinente en una contienda
con la Administración, más específicamente, con el SII, que se ventilará a través del
procedimiento general de reclamaciones pues, por una parte, encaja perfectamente
dentro de las resoluciones reclamables, concretamente, dentro de las que sirven para la
determinación de un impuesto y, por otra, la ley no contempla un procedimiento especial
para esta materia.¿Luego, la calificación de habitual de una venta, cuya determinación es
entregada por la ley a juicio exclusivo del SII, es reclamable.
El artículo 123 bis establece la procedencia de este recurso en contra de los actos a que
se refiere el artículo 124, vale decir, de la liquidación, giro y pago con las condicionantes
ya señaladas y de la resolución que incida en el pago de un impuesto o en los elementos
que sirvan para determinarlo.
1. El plazo para interponerlo es de quince días contados desde la notificación del acto
reclamado.
2. Como los plazos se regulan por la ley Nº 19.880, serán de días hábiles,
entendiéndose que son inhábiles los días sábado, los domingo y los festivos.
1. Primera instancia
Existe un Tribunal Tributario y Aduanero en cada una de las Regiones del país, con
asiento en la comuna-capital de Región y con jurisdicción en le Región respectiva.
El Segundo Tribunal, las comunas de Cerro Navia, Colina, Curacaví, Estación Central,
Huechuraba, Lampa, Lo Prado, Pudahuel, Quilicura, Quinta Normal, Renca, Til Til,
Conchalí, Maipú, Cerrillos, Padre Hurtado, Peñaflor, Talagante, El Monte, Melipilla, San
Pedro, Alhué y María Pinto.
El Tercer Tribunal, las comunas de San Miguel, La Cisterna, San Joaquín, Pedro
Aguirre Cerda, Lo Espejo, La Granja, San Ramón, La Pintana, San Bernardo, Calera de
Tango, Buin, Paine y El Bosque.
c) Formará una lista o nómina con un mínimo de cinco y un máximo de diez nombres,
con sujeción al procedimiento establecido para el nombramiento de altos directivos
públicos del primer nivel jerárquico, que enviará a la Secretaría de la respectiva Corte de
Apelaciones.
d) De no haber al menos cinco candidatos al cargo que cumplan con los requisitos para
integrar la nómina, el Consejo podrá ordenar que se efectúe un nuevo concurso para
completar la lista; aunque la ley utiliza el verbo "podrá", debe entenderse "deberá" por
cuanto la nómina debe tener al menos cinco concursantes.
e) La Corte de Apelaciones puede rechazar todos o algunos —¿habrá que concluir que
no puede rechazar a alguno, en singular?— de los nombres contenidos en la lista. Si el
número restante fuera inferior a cinco, la Corte lo comunicará al Consejo para que
complete la nómina.
f) El Consejo llamará a nuevo concurso para completar la nómina; por lo tanto, no puede
completar la lista con nombres de postulantes del o de los concursos, entre los que se
conformó la lista en la que estaban los rechazados.
h) Para conformar la terna, los postulantes deberán ser recibidos por el pleno de la
Corte de Apelaciones, en una audiencia pública, citada especialmente al efecto. Cada
Corte establecerá la forma en que se desarrollará la audiencia.
2. Segunda instancia
Puede suceder, como en la Región del Bío Bío, que el Tribunal Tributario y Aduanero
cuya jurisdicción abarca la de dos Cortes de Apelaciones, las de Concepción y Chillán; en
estos casos, los recursos de apelación serán conocidos por la Corte de Apelaciones en
cuyo territorio jurisdiccional tenga asiento el Tribunal Tributario y Aduanero; en este caso,
Concepción que es la ciudad asiento del Tribunal Tributario y Aduanero, según lo ordena
el artículo 3º de la ley Nº 20.322.
3. Tribunal de casación
Según el artículo 140 del C.T. en contra de la sentencia de primera instancia no procede
el recurso de casación en la forma y tampoco su anulación de oficio. Los vicios en que se
hubiere incurrido deben ser corregidos por la respectiva Corte de Apelaciones.
Entonces los recursos de casación, tanto en la forma como en el fondo, sólo procederán
en contra de las sentencias de segunda instancia y lógicamente, el Tribunal competente
será la Corte Suprema.
PÁRRAFO IV LA COMPARECENCIA
1. Personal, es decir, el reclamante actúa en nombre propio, sin valerse de los servicios
de un tercero, o
a) Legal, que es la que emana de la ley; así el juez es representante del demandado o
ejecutado en el remate de un bien raíz y tiene lugar en el juicio ejecutivo tendiente a
obligar coactivamente al contribuyente a cumplir con la obligación tributaria, cuando se
llegue a la etapa de remate.
b) Voluntaria, que tiene lugar cuando una persona confiere a otra poder para
representarla; se hace mediante el contrato de mandato y el aceptante recibe el nombre
de apoderado, procurador o, en forma más general, mandatario, término que usa la norma
en comentario.
1. El artículo 9º del C.T. está inserto en el Libro I de dicho Código, que regula la
administración, fiscalización y pago de los impuestos, por lo que toda la normativa está
referida y es aplicable sólo en sede administrativa y no judicial.
2. Porque el artículo 148 del C.T. ordena que en las materias no sujetas a disposiciones
especiales en el Libro III, se aplicarán, en cuanto fueren compatibles con la naturaleza de
las reclamaciones, las normas establecidas en el Libro Primero del Código de
Procedimiento Civil.
Ahora bien, como la constitución del mandato no está reglamentada en el Libro III del
C.T. deberemos remitirnos no al artículo 9º del Libro I del mismo Código, sino al artículo
6º del Código de Procedimiento Civil, según el cual el mandato debe conferirse:
Han existido voces señalando que es posible la agencia oficiosa, pues el inciso segundo
del artículo 9º del C.T. la contempla al decir que "El Servicio aceptará la representación
sin que se acompañe o pruebe el título correspondiente, pero podrá exigir la ratificación
del representado o la prueba del vínculo dentro del plazo que él mismo determine, bajo
apercibimiento de tener por no presentada la solicitud o por no practicada la actuación
correspondiente".
Bajo ningún concepto puede pensarse que la ley autoriza la agencia oficiosa, sino que
el Servicio aceptará la representación sin que acompañe, acredite o pruebe in actum el
título o mandato correspondiente.
El inciso segundo del mismo artículo 129 del C.T. obliga, en materia de comparecencia,
dar cumplimiento a la ley Nº 18.120 que establece normas sobre comparecencia en juicio,
salvo que se trate de causas cuya cuantía sea inferior a treinta y dos unidades tributarias
mensuales, en cuyo caso las partes podrán comparecer sin patrocinio de abogado.
PÁRRAFO V EL PROCEDIMIENTO
A. ETAPA O FASE DE DISCUSIÓN
1. Partes en la contienda
De las materias que detallamos en el párrafo I puede reclamar toda persona siempre
que invoque un interés actual comprometido.
Por lo tanto, será parte el reclamante, que bien podemos identificar con el demandante,
en términos del Código de Procedimiento Civil.
b) También podrá hacerlo toda persona que tenga interés actual comprometido.
Además, el interés debe ser actual, o sea, caería dentro de este concepto todo interés
que pretenda resolver un litigio pendiente; no reunirá esa característica la prevención de
un litigio que se puede vislumbrar seguro, pero en el futuro.
Caben, en esta materia, algunas interrogantes como por ejemplo: ¿pueden los socios
reclamar de una actuación o resolución del SII referida a la sociedad? El SII entiende que,
por regla general, el socio —y lo mismo vale para el accionista— no tiene derecho a
reclamar de esas actuaciones por carecer de interés actual comprometido, salvo en los
casos siguientes:
— Cuando la actuación de la cual se reclame afecte a una situación personal del socio.
— Cuando el socio actúa por la sociedad sea porque ésta no tiene debidamente
constituida su representación o por otra causa.
Nuestra opinión es diferente y pensamos que, salvo algunas excepciones en que pueda
pensarse que no existe efecto para el socio como pudiera ser algún crédito contra el
impuesto de primera categoría, el socio tiene siempre interés actual comprometido; así, si
se rechaza un gasto a la sociedad, acarreará como consecuencia un aumento de retiros
presuntos a incluir en la renta bruta global del socio, etc. Y consecuentemente, el socio
podrá reclamar siempre de una actuación o resolución del SII que incida en la sociedad
de que es socio.
Otro interrogante puede plantearse en los procesos de quiebra: El SII practica una
liquidación a la empresa en quiebra ¿podrá reclamar un acreedor valista, lo haga o no el
Síndico? Nuestra respuesta es afirmativa; en efecto, un crédito del Fisco o simplemente
un aumento del mismo, al ser privilegiado, va a significar un pago menor o simplemente
ningún pago para los acreedores valistas o con crédito privilegiado, pero posterior al del
Fisco por impuestos adeudados; y por lo tanto, es evidente su interés actual
comprometido en la actuación del SII, luego, también es sujeto de la acción de
reclamación.
La representación del SII, para los fines señalados, la tienen los Directores Regionales,
dentro de los límites de sus respectivas jurisdicciones territoriales, sin perjuicio de las
facultades del Director, quien podrá, en cualquier momento, asumir dicha representación.
Como regla general, el plazo para reclamar es de noventa días contados desde la
notificación correspondiente, según lo ordena el inciso tercero del artículo 124 del C.T. es
plazo fatal y de días hábiles, considerándose hábiles los días del feriado judicial, pues
todo el procedimiento, en primera instancia, se debe cumplir por o ante el Tribunal
Tributario y Aduanero.
c) Se exime del pago de intereses; beneficio importante por la alta tasa de interés que
se aplica a las deudas tributarias —1.5% por mes o fracción de mes—.
3. Requisitos de la reclamación
a) Consignar el nombre o razón social, número del rol único tributario, domicilio,
profesión u oficio del reclamante y, en su caso, de la o las personas que lo representan y
la naturaleza de la representación. En cuanto al número del rol único tributario debemos
entender que se aplica a las personas jurídicas y a las naturales que no pueden obtener
cédula nacional de identidad, por cuanto, por regla general, no procede el otorgamiento
del rol único tributario a las personas naturales; las personas naturales deberán consignar
en la reclamación el número de la cédula nacional de identidad que hace las veces de rol
único tributario.
Este requisito tiene una excepción, por cuanto no es necesario acompañar aquellos
documentos que por su volumen, naturaleza, ubicación u otras circunstancias, no puedan
agregarse al reclamo —solicitud, la llama el legislador—.
e) El escrito que contiene la reclamación debe ser firmado; no existe disposición legal o
reglamentaria que ordene la suscripción del escrito pertinente, pero es la forma de darle
autenticidad, en cuanto sólo mediante la firma se evidenciará que proviene del reclamante
o de su mandatario; sin firma, en nuestro contexto cultural actual, el reclamo carece de
autor; quizá por esa razón el legislador no exigió la firma.
El inciso final del artículo 125 del C.T. establece la sanción que debe aplicarse al
contribuyente cuyo reclamo no cumple con los cuatro primeros requisitos señalados
precedentemente. Es así como dispone que el Tribunal Tributario y Aduanero dictará una
resolución ordenando que se subsanen las omisiones en que se hubiese incurrido,
señalando un plazo para hacerlo, bajo apercibimiento de tener por no presentada la
reclamación; ese plazo no podrá ser, por regla general, inferior a tres días;
excepcionalmente, respecto de las causas en que se permita la litigación sin patrocinio de
abogado —son aquellas cuya cuantía no supere las treinta y dos unidades tributarias
mensuales—, dicho plazo no podrá ser inferior a 15 días.
a) Es un plazo judicial, lo fija el juez y no puede ser inferior a los días indicados.
b) Es plazo de días hábiles, así lo establece el artículo 131 del C.T. de aplicación
general en el Libro III del C.T.
c) No es plazo fatal, lo que implica que las deficiencias pueden subsanarse, aun cuando
el plazo haya vencido y mientras el tribunal no dicte la resolución que lo declare incurso
en el apercibimiento.
b) El reclamante no subsanó las deficiencias; en este caso el juez debe dictar una
resolución declarando que se tiene por no presentada la reclamación; en otras palabras,
se hace efectivo el apercibimiento.
Como el hecho gravado establece la diferencia entre los diferentes impuestos, debemos
concluir que la aplicación de la disposición exige que se trate del mismo impuesto;
además, como estamos en un juicio, debe gravar al mismo contribuyente que reclamó.
La disposición parece evidente, por cuanto sería absurdo que se obligara a pagar un
impuesto en circunstancias que se está discutiendo su legalidad y procedencia.
d) Si se reclama contra un giro —nos parece la única hipótesis para que se haya girado
antes del reclamo—, el Fisco puede interponer y tramitar las acciones procedentes para
su cobro (inciso primero del artículo 147 del C.T.).
Frente a esto, se faculta al Director Regional para disponer la suspensión total o parcial
del cobro judicial por el plazo que determine o hasta que se dicte sentencia de primera
instancia, cuando se trate de impuestos girados con anterioridad a la reclamación (inciso
cuarto del mismo artículo y Código). Esta suspensión podrá ser decretada de oficio o a
petición de parte, por cuanto la ley no distingue; en la práctica, habrá que solicitarla.
Nos parece ésta, una norma que debió ser modificada por la ley Nº 20.322 a objeto de
traspasar esta facultad al Tribunal Tributario y Aduanero, por ser éste el Tribunal que está
conociendo del reclamo y, por lo tanto, con todos los antecedentes del caso y resultaría
más consistente o lógico, considerando que esta facultad la tienen las Cortes de
Apelaciones o Corte Suprema, cuando estos juicios se encuentran, respectivamente, en
recursos de apelación o casación.
— Junto con cada escrito deberán acompañarse tantas copias cuantas sean las partes
a quienes deba comunicarse la providencia o resolución que en él recaiga, las que se
entregarán a la otra u otras partes o se dejarán, cuando la notificación no sea
personalmente o por cédula (en este procedimiento no existen estas dos formas de
notificación), en secretaría del tribunal, a disposición de ellas. No será necesario dejar
copias cuando se trate de diligencias de mero trámite como acusar rebeldías, pedir
apremios, prórrogas de términos, señalamiento de vistas o su suspensión, etc. Si no se
dejan copias, no le correrá plazo a la contraparte y el tribunal deberá imponerle una multa
y ordenar a la parte que acompañe la o las copias dentro de tercero día, bajo
apercibimiento de tener por no presentado el escrito. No son apelables las resoluciones
que se dicten en conformidad" a este artículo" (artículo 31).
— Todo escrito deberá ser presentado al tribunal para su despacho por el secretario el
mismo día que se presente o al día siguiente hábil si la entrega se hace después de la
hora designada al efecto.
7. Medida cautelar
a) Causales:
— Cuando las facultades del contribuyente no ofrezcan suficiente garantía; de más está
decir que se refiere a facultades de tipo económico-financiero; o
— Cuando haya motivo racional para creer que procederá a ocultar sus bienes y así
poder eludir un posible resultado desfavorable.
c) Oportunidad: en los procesos de reclamación, según dispone el artículo 137 del C.T.
estimamos —parafraseando al Código Civil en el concepto de existencia de juicio— que
estaríamos "en proceso de reclamación" desde que es notificado el SII de la resolución
que le confiere traslado del reclamo interpuesto por el contribuyente.
e) Límites: estarán dados por la suficiencia de los bienes y/o derechos para responder
de los resultados del proceso. Preferentemente, se aplicará sobre bienes y/o derechos
cuyo gravamen no afecte el desenvolvimiento del giro del contribuyente.
i) En contra de la resolución que se dicte proceden sólo los recursos de reposición y/o
apelación.
El plazo para interponer ambos recursos es de cinco días contado desde la notificación
de la resolución.
b) Si el escrito de reclamación cumple con las formalidades exigidas por la ley o bien se
subsanaron adecuadamente, el Tribunal Tributario y Aduanero conferirá traslado al SII.
Esta resolución, reiteramos, será notificada al SII por correo electrónico, a la dirección
que el Director Regional haya registrado —es obligatorio fijarla para el D.R.— en el
Tribunal Tributario y Aduanero; tal dirección no es para una reclamación en concreto, sino
para todas las reclamaciones que los contribuyentes interpongan; por ello, la designación
de la dirección del correo electrónico se entenderá vigente mientas no se informe al
tribunal de su modificación.
El SII deberá contestar el traslado dentro del plazo de veinte días. El escrito de
contestación deberá contener:
En la resolución que dicte el Tribunal, señalará también los puntos sobre los que deberá
recaer la prueba.
La y/o las partes podrán alzarse contra esa resolución mediante la interposición de los
recursos de reposición y apelación; si se interpone la apelación, debe hacerse siempre en
subsidio de la reposición y procederá sólo en el efecto devolutivo.
El plazo para interponer uno o ambos recursos es de cinco días, contados desde la
notificación.
El recurso de apelación se tramitará en cuenta y en forma preferente.
— Cuando hayan de practicarse diligencias probatorias fuera del lugar en que se sigue
el juicio; deberemos pensar que el lugar es la comuna o
La ampliación puede ser por una sola vez, por el número de días necesarios, no
pudiendo exceder en ningún caso de diez días, contados desde la fecha de notificación de
la resolución que ordene la ampliación.
Los medios de prueba van más allá no sólo de los referidos en el Código Tributario, sino
de los contemplados en los Códigos Civil y de Procedimiento Civil, desde que el inciso
décimo del artículo 132 nos dice que "se admitirá, además, cualquier otro medio
probatorio apto para producir fe".
Lo importante en este punto es, por una parte, que debe tratarse de antecedentes
solicitados por el fiscalizador "determinada y específicamente", lo que no tendría lugar
ante una petición de "toda la documentación soportante" o "libros de contabilidad" o
"facturas y boletas", etc. y, por otra, que el reclamante puede probar siempre que no
acompañó la documentación en el plazo señalado, por causas que no le han sido
imputables.
— Testigos: dentro de los dos primeros días del probatorio cada parte deberá
acompañar una nómina o lista de testigos, individualizándolos mediante la expresión de
nombre y apellido, domicilio y profesión u oficio. Si no están en la lista no se podrán
examinar; podríamos concluir por esta palabra que sería posible que declararan.
Por cada punto de prueba podrán declarar hasta un máximo de cuatro testigos.
— Contratos solemnes: los actos o contratos solemnes sólo pueden acreditarse por
medio de la solemnidad prevista en la ley; por ej.: la compraventa de un bien raíz sólo
podrá probarse por medio de escritura pública.
— Informes de peritos: los informes de peritos se regirán por los mismos plazos
indicados para evacuar la respuesta a los oficios y se contarán desde la aceptación del
cargo. El uso del género plural "los mismos plazos" nos lleva a concluir que los fijará el
tribunal no pudiendo exceder de quince días y podrá ser ampliado por el tribunal a
solicitud del solicitante de la pericia o del perito designado y juramentado.
b) Plazo para decretarlas. Según el artículo 159 del CPC estas medidas deben
decretarse dentro del plazo que tiene el tribunal para dictar sentencia y este plazo, según
el inciso final del artículo 132 del C.T., es de sesenta días.
c) Medidas que pueden decretarse. Por la razón señalada serán las indicadas en el
artículo 159 del CPC, a saber, agregación de documentos que el tribunal estime
necesarios para esclarecer el derecho de los litigantes, la confesión judicial que, como
dijimos, sería sólo del reclamante pues el reclamado no puede hacerlo, inspección
personal, informe de peritos, comparecencia de testigos que hayan declarado en el juicio
para que aclaren o expliquen sus dichos oscuros o contradictorios y la presentación de
otros autos (expedientes judiciales) que tengan relación con la reclamación.
d) Plazo para cumplirlas. Según la norma citada del Código de Procedimiento Civil, las
medidas deben cumplirse necesariamente dentro del plazo de veinte días, contados
desde la notificación de la resolución que las ordenó; de no cumplirse, en dicho plazo, se
tienen por no decretadas y el Tribunal deberá dictar sentencia sin más trámite.
3. Apreciación de la prueba
Agrega, además, el artículo 132 del C.T. que, en general, tomará en especial
consideración la multiplicidad, gravedad, precisión, concordancia y conexión de las
pruebas o antecedentes del proceso que utilice, de manera que el examen conduzca
lógicamente a la conclusión que convence al sentenciador.
Nos parece una disposición destacable, por cuanto explicita y exige lo que debe ser una
buena sentencia, vale decir, una argumentación llevada al extremo por su consistencia,
solidez y contundencia; hoy quizás sea un idealismo, pero bien está para comenzar; nos
parece elemental que, para obtener sentencias con esa categoría, se comience por incluir
en las mallas curriculares de la Academia Judicial la Lógica, como asignatura obligatoria.
El inciso final del artículo 132 del C.T. es claro y preciso en la materia: el tribunal tiene
un plazo de sesenta días para dictar sentencia, contado desde el vencimiento del término
probatorio.
2. La sentencia
Deberá contener los requisitos señalados en el artículo 170 del CPC, aplicable en virtud
de lo dispuesto en el artículo 148 del C.T. Estas exigencias o requisitos, adaptados a la
reclamación tributaria, los podemos enunciar así:
f) La decisión del asunto controvertido, debiendo pronunciarse sobre todas las acciones
y excepciones que se hayan hecho valer en el reclamo, pudiendo omitirse la resolución de
aquellas que sean incompatibles con las aceptadas.
Esta decisión sobre el asunto controvertido debe disponer, por mandato del artículo 136
del C.T. y siempre que fuera el caso, la anulación o eliminación de los rubros del acto
reclamado que correspondan a revisiones efectuadas fuera de los plazos de prescripción;
debería decir más bien de los plazos de caducidad señalados en el artículo 200 del C.T.
PÁRRAFO VI RECURSOS
A. EN CONTRA DE LAS RESOLUCIONES DICTADAS DURANTE LA TRAMITACIÓN DEL RECLAMO
1. Regla general
Según el artículo 133 del C.T. las resoluciones que se dicten durante la tramitación del
reclamo sólo pueden ser impugnadas mediante el recurso de reposición que se interpone
ante el Tribunal Tributario y Aduanero y para que él resuelva.
2. Excepciones
a) De acuerdo al artículo 132 del C.T. inciso segundo, en contra de la resolución que
recibe la causa a prueba, según dijimos, proceden los recursos de reposición y apelación.
De interponer éste, será en el solo efecto devolutivo y debe hacerse siempre en subsidio
de la reposición.
El plazo para interponerlos será dentro de los cinco días siguientes a la notificación de
la resolución.
c) Según el artículo 139 del C.T. inciso segundo, en contra de la resolución que declare
inadmisible el reclamo o haga imposible su continuación, proceden los recursos de
reposición y apelación; si se interpone ésta, deberá ser siempre en subsidio de la
reposición. La apelación será en el solo efecto devolutivo y se tramitará en cuenta y en
forma preferente.
1. Procede sólo el recurso de apelación, dice el artículo 139 del C.T. que deberá
interponerse dentro del plazo de quince días, contado desde la notificación de la
sentencia definitiva.
Si bien el artículo 139 del C.T. no contempla este requisito, se ha hecho aplicable, por
parte de todas las Cortes de Apelaciones, la disposición del Código de Procedimiento
Civilsobre la materia; si nos atenemos a la ley, no debiera ser así, por cuanto el Libro I
del Código de Procedimiento Civil sólo es aplicable cuando se trate de materias no
sujetas a disposiciones especiales en el Libro III del C.T. y éste reglamenta la apelación
en el artículo 139. Y como no es posible experimentar con el cliente y además sería una
falta a la ética profesional hacerlo, el escrito deberá ser fundado y contener peticiones
concretas.
Estos recursos no suspenden el plazo para apelar, pero en contra de las resoluciones
que dispongan aclaraciones, agregaciones o rectificaciones a un fallo, se puede
interponer el recurso de apelación.
No señala el inciso final del artículo 139 del C.T. el plazo para apelar, pero como el
inciso primero establece un plazo de quince días para apelar de la sentencia definitiva y
ser este un asunto que es parte de dicha sentencia y dentro del mismo artículo,
estimamos que el plazo es también de quince días.
Los vicios en que hubiere incurrido deben ser corregidos y/o salvados por la Corte de
Apelaciones que corresponda. Esos vicios serán, principalmente, no fundar o fundamentar
el fallo y/o dictarlo sin los requisitos sobre la apreciación de la prueba a que nos referimos
anterior y oportunamente y que establece el inciso décimo cuarto del artículo 132 del C.T.
No es legal alguna antigua praxis de algunos tribunales de alzada que ordenaban al de
primera instancia corregir errores o salvar omisiones, ya que deben ser ellos mismos
quienes los corrijan o salven, por mandato expreso del legislador.
Cualquiera de las partes puede solicitar alegatos, dentro del plazo de cinco días,
contado desde el ingreso de los autos en la Secretaría de la Corte de Apelaciones. En
este escenario, transcurrido el referido plazo de cinco días, el tribunal de alzada ordenará
traer los autos en relación.
4. Como, por regla general, en esta tramitación, no hay actividad que sea de iniciativa
de las partes, pues queda radicada solamente en el Tribunal, no será posible la
prescripción del recurso.
b) Debe decretarse previo informe del Servicio de Tesorería; esto significa que la Corte
de Apelaciones proveerá la solicitud de suspensión con la siguiente frase "ofíciese al
Servicio de Tesorerías para que informe al tenor de la solicitud" u otra de igual significado.
6. En todo lo demás se aplican las disposiciones del Libro I del Código de Procedimiento
Civil, por ejemplo, en materia de interposición del recurso de hecho si no se concede la
apelación, notificación de resoluciones, alegatos, etc.
Según el artículo 145 del C.T., tanto el reclamante como el SII pueden interponer los
recursos de casación en la forma y/o en el fondo.
Por su parte el artículo 122 del C.T. señala que estos recursos deben ser conocidos por
la Corte Suprema.
De acuerdo al inciso segundo del artículo 145 del C.T., estos recursos se sujetarán a las
reglas contenidas en el Título XIX del Libro Tercero del Código de Procedimiento Civil.
Sin embargo, debemos señalar la disposición contenida en el inciso quinto del artículo
147 del C.T. que, refiriéndose a la suspensión total o parcial del cobro por la Corte de
Apelaciones, agrega "Igualmente y también por un plazo determinado renovable, podrá
hacerla la Corte Suprema conociendo los recursos de casación".
b) Que se requiere informe del Servicio de Tesorerías, pero si no informa dentro del
plazo de quince días de recibida la petición del Tribunal, puede resolver sin el informe.
1. Derechos protegidos:
En conformidad al artículo 155 del C.T. los derechos protegidos son los contemplados
en el artículo 19 de la Constitución Política de la República, numerales "21º.- El derecho a
desarrollar cualquier actividad económica que no sea contraria a la moral, al orden público
o a la seguridad nacional, respetando las normas legales que la regulen...";
"24º.— El derecho de propiedad en sus diversas especies sobre toda clase de bienes
corporales o incorporal es...".
3. Protección:
El particular que considere vulnerados dichos derechos por un acto u omisión del SII
puede recurrir al Tribunal Tributario y Aduanero, en cuya jurisdicción se haya producido tal
acto u omisión para que restablezca el imperio del derecho.
4. Plazo:
La acción deberá interponerse dentro del plazo fatal de quince días hábiles contado,
bien desde la ejecución del acto u ocurrencia de la omisión o bien, desde que se haya
tenido conocimiento cierto de los mismos, circunstancia que se hará constar en autos.
5. Procedimiento:
d) En caso contrario la acogerá a tramitación y dará traslado al SII por diez días.
f) El término probatorio es de diez días en el cual las partes deberán rendir todas sus
pruebas.
h) El fallo debe dictarse dentro del plazo de diez días, desde el vencimiento del término
probatorio. Debe contener:
— Todas las providencias que el Tribunal juzgue necesarias para restablecer el imperio
del derecho y asegurar la debida protección del solicitante; con la libertad dada al tribunal
parece meridianamente claro que no es posible el ultra petita; todo ello sin perjuicio de los
demás derechos que pueda hacer valer el solicitante ante la autoridad o los tribunales
competentes.
6. Recurso.
8. Legislación supletoria:
De conformidad al artículo 157 del C.T., en lo no establecido en este párrafo segundo y
en cuanto la naturaleza de la tramitación lo permita, se aplicarán las demás normas
contenidas en el Procedimiento General de Reclamaciones.
A. CAMPO DE APLICACIÓN
1. Las reclamaciones de los avalúos asignados a los bienes raíces en las tasaciones
generales;
a) Errores de transcripción y copia al pasar los avalúos de los registros o de los fallos de
los reclamos a los roles de avalúo o contribuciones;
f) Omisión de bienes en la tasación del predio de que forman parte; debiendo agregar la
situación contraria, inclusión de bienes que no existían.
Según el artículo 149 del C.T. pueden reclamar tanto los contribuyentes como las
municipalidades afectadas.
1. Si se reclama del avalúo fijado en una tasación general, debe hacerse dentro del mes
siguiente al de la fecha de término de exhibición de los roles de avalúo. El plazo
corresponde a un mes calendario; para determinar cuál es, habrá que estar a la exhibición
que haga el SII de las listas con los nuevos roles de avalúo que también se notifican a los
afectados por envío de un aviso postal simple dirigido a la propiedad afectada. Nos
parece poco afortunada la palabra "exhibición".
Estimamos que se trata de una forma especial de notificación, pues otra opinión nos
llevaría a la inseguridad; en efecto, la alternativa está dada por la notificación mediante el
envío del aviso postal simple que contendría el nuevo avalúo; pero tiene el inconveniente
de no tener data fija ni de recepción por parte de la empresa de Correos de Chile ni
menos de la fecha en que es entregada al destinatario; esas constancias son propias y
exclusivas de las cartas certificadas.
Según el artículo 149, la reclamación deberá tener sólo alguna de las siguientes
causales:
2. Aplicación errónea de las tablas de clasificación, respecto del bien gravado o de una
parte del mismo así como la superficie de las diferentes calidades del terreno.
4. Inclusión errónea del mayor valor adquirido por los terrenos con ocasión de mejoras
costeadas por particulares, en los casos en que ese valor deba ser excluido, según vimos.
E. TRIBUNALES
2. En segunda instancia:
En cada ciudad de las señaladas, debe haber dos tribunales especiales de alzada; uno
que conoce las apelaciones en contra de las resoluciones, dictadas por el Director
Regional, referidas a bienes de la primera serie o Bienes Raíces Agrícolas y otro para los
bienes de segunda serie o Bienes Raíces no Agrícolas.
Los dos miembros del Tribunal, nombrados por el Presidente de la República, deben
estar en posesión del título de ingeniero agrónomo, técnico agrícola o de alguna profesión
universitaria relacionada con la agricultura, cuyo título haya sido otorgado por una
Universidad o por un Instituto Profesional. Es evidente que cuando el Código se refiere a
profesión universitaria no debe entenderse como alguno de aquellos títulos que otorgan
exclusivamente las universidades; la inclusión de los técnicos agrícolas y los institutos
profesionales demuestra que lo importante es sólo que la profesión esté relacionada con
el agro y que el título de esa profesión lo entregue algún establecimiento de educación de
las categorías señaladas.
— El Director del SII debe designar un funcionario que actuará de Secretario de estos
Tribunales Especiales de Alzada.
F. TRAMITACIÓN
2. Ordena el artículo 151 del C.T. que son aplicables las normas del Título II del Libro III,
o sea, las normas que reglamentan el procedimiento general de reclamaciones, en cuanto
la naturaleza de la tramitación lo permita. Por lo tanto, se aplicará la normativa referente al
traslado al SII, término probatorio, prueba, notificaciones, etc.
G. SENTENCIA
2. Plazo:
El recurso de apelación debe interponerse dentro del plazo de quince días, contado
desde la notificación de la sentencia.
a) Debe fundarse sólo en alguna de las causales señaladas en el artículo 149, es decir,
las mismas que justifican la interposición del reclamo.
4. Partes en recurso:
Según el artículo 153 del C.T. la causa se fallará sin más trámite que la fijación del día
para la vista de la causa.
Pero si el Tribunal lo estima conveniente, puede oír las alegaciones de las partes.
El fallo debe dictarse dentro de los dos meses siguientes a la fecha de ingreso del
expediente en la Secretaría del Tribunal. El incumplimiento de este plazo no acarrea
ninguna sanción especial.
Sin embargo, las pruebas deberán rendirse, para lo cual, aunque la ley nada diga,
deberá el Tribunal Especial de Alzada abrir un término probatorio y si se ofreció prueba
testimonial, deberá señalarse una audiencia para rendirla.
III. PROCEDIMIENTO PARA LA DETERMINACIÓN JUDICIAL DEL IMPUESTO DE TIMBRES Y
ESTAMPILLAS
1. Juez competente
Según el artículo 118 del C.T. es juez competente el de Letras en lo Civil de Mayor
Cuantía del:
c) En todos los demás casos, es juez competente el del domicilio del recurrente, es
decir, ésta sería la regla general.
3. Procedimiento contencioso
Estimamos lo contrario, por cuanto el artículo 158, en su inciso tercero, establece que el
Servicio será considerado, para todos los efectos legales, como parte de estas diligencias.
Sin duda alguna se trata de una parte con intereses contrapuestos a los del solicitante.
Desde otro punto de vista, la opinión contraria nos llevaría al absurdo de estimar que el
reclamante y el SII deberían obrar conjuntamente, constituyendo un solo mandatario, por
aplicación del artículo 19 del C.P.C.
4. Titular de la acción
La determinación del impuesto puede ser solicitada por el contribuyente y, además, por
cualquiera otra persona que tenga interés comprometido, que tenga dudas acerca del
impuesto que deba pagarse con arreglo a las normas de la Ley de Timbres y Estampillas.
5. Tramitación
c) Con el informe del Servicio o sin él, si ha transcurrido el plazo sin evacuarlo, el
Tribunal dictará sentencia, fijando el monto del impuesto.
No se establece plazo especial para la presentación del recurso debiendo estimarse que
el plazo es el establecido en el Título II, para el procedimiento general de reclamaciones,
por la remisión que hace a dicho título, el inciso quinto del artículo 158, es decir, de 15
días128.
CAPÍTULO X COBRO COACTIVO DE LOS IMPUESTOS
Como en todo orden de conductas, lo normal es que los contribuyentes cumplan cabal y
oportunamente con la obligación de pagar los impuestos que les gravan. Pero como
existen excepciones, el ordenamiento jurídico se sitúa también en esa hipótesis y entrega
herramientas jurídicas para obligar, desde el simple remolón hasta el recalcitrante
incumplidor, a entregar al Fisco esas cantidades de dinero que conforman los impuestos.
Esas vías o herramientas son tres, una administrativa no coactiva y dos judiciales
coactivas que son el juicio ejecutivo y el apremio. A las tres nos referiremos en los
siguientes párrafos.
Este tipo de cobranza, también llamada extrajudicial, por cuanto se realiza fuera del
ámbito judicial tiene su fundamento en el inciso final del artículo 170 del C.T. según el cual
la Tesorería Regional o Provincial129 podrá, en forma previa, concomitante o posterior,
enviar comunicaciones administrativas a los deudores morosos y efectuar las diligencias
que determinen las instrucciones del Tesorero General.
No hay trámite en la ley a este respecto, pero el sentido común indica que se
comunicará al contribuyente moroso, por cualquier medio, como telefónico, epistolar,
personal, correo electrónico, etc., su situación para que concurra a pagar o se procederá,
si no se ha hecho, al cobro judicial.
Un resultado positivo, reviste gran ventaja, tanto para Tesorería como para el deudor,
pues evita la tramitación y costo propios de todo juicio, no en vano acuñaron nuestros
antepasados aquel adagio que enseña "más vale un mal arreglo que un buen pleito".
A esta forma de cobranza también le es aplicable lo dispuesto en el artículo 192 del C.T.
y por lo tanto:
1. Tesorería puede otorgar facilidades para pagar la deuda, en cuotas periódicas, hasta
en un plazo de dos años; esta facultad la ejercerá mediante normas o criterios de general
aplicación, que determinará el Tesorero General de la República.
El juicio ejecutivo es un procedimiento judicial, contencioso, que tiene por objeto obtener
el cumplimiento forzado de una obligación.
Esa obligación consta en un título evidente, fehaciente e indubitado que entrega al titular
una acción ejecutiva y que tiene también el calificativo de ejecutivo.
C. EL TÍTULO EJECUTIVO
El título ejecutivo, en materia tributaria, lo crea el artículo 169 del Código Tributario al
establecer que constituyen título ejecutivo, por el solo ministerio de la ley, las listas o
nóminas de deudores que se encuentren en mora, las que contendrán:
6. Lugar y fecha.
Las listas pueden confeccionarse por orden de roles, como sucede tratándose del
impuesto territorial; por orden alfabético de los apellidos de los contribuyentes morosos;
por orden del rol único tributario de los mismos u otros.
El Tesorero General tiene la facultad, que hará valer a través de una resolución
fundada, para excluir del procedimiento ejecutivo, aquellas obligaciones tributarias que
por su escaso monto o por otras circunstancias calificadas, no resulte conveniente
efectuar la cobranza judicial; esta resolución puede ser modificada en cualquier momento,
obviamente, mientras no hayan transcurrido los plazos de prescripción.
Puede también, mediante una resolución interna, ordenar la exclusión del procedimiento
ejecutivo de contribuyentes que, encontrándose o no demandados, tengan deudas
morosas cuyo valor por formulario, giro u orden, no exceda de 2 U.T.M., vigente a la fecha
de la respectiva resolución.
En este juicio ejecutivo especial, el Tesorero Provincial o Regional actúa como juez
sustanciador, es decir, conduce el juicio, en conformidad a las normas procesales, hasta
ponerlo en una etapa más avanzada en la tramitación.
También puede notificarse válidamente por carta certificada en las áreas urbanas y
cuando lo determine el juez sustanciador, atendidas las circunstancias del caso;
estimamos que pudiera ser una de esas circunstancias el hecho de no encontrar a
ninguna persona adulta en el domicilio del deudor. Esta forma de notificación deberá
contener copia íntegra del requerimiento de pago.
Esta forma de notificación por carta certificada servirá para notificar todas las
resoluciones que se dicten, en esta etapa, salvo cuando la ley establezca una forma
distinta de notificación.
e) Como el título ejecutivo está constituido por una lista de deudores, señala el artículo
175 que las notificaciones producen efecto separadamente para cada uno de los
ejecutados; por lo tanto, los plazos corren separadamente para cada deudor.
Embargados los bienes, se hace entrega real o simbólica al depositario, que puede ser
el mismo deudor.
Acto seguido se levanta un acta en que se deja constancia de los bienes embargados,
calidad, estado y avalúo de los mismos; la firman el ministro de fe y el deudor o persona
adulta de su domicilio y si no quieren firmar, el recaudador fiscal dejará constancia de este
hecho. La firma del deudor en cuanto significa aceptación del cargo de depositario, puede
tener gran importancia en el supuesto que los bienes no estuvieran al momento de
retirarlos para su posterior remate, pudiendo configurarse el delito de depositario alzado.
— El recaudador fiscal puede exigir a los deudores morosos una declaración jurada de
sus bienes. Si no lo hace y su negativa hiciere insuficiente o impracticable el embargo, el
abogado provincial puede pedir a la Justicia Ordinaria apremios corporales en contra del
rebelde (artículo 171).
— El Tesorero puede ordenar la ampliación del embargo, cuando haya justo motivo
para temer que los bienes embargados no basten para cubrir las deudas de impuestos
morosos, reajustes, intereses y multas (artículo 174 C.T.).
Finalmente, si la persona que deba efectuar la retención y/o entrega de las cantidades
embargadas, no da cumplimiento al embargo trabado por el recaudador fiscal, queda
solidariamente responsable del pago de las sumas que haya debido retener (artículo 170
del C.T.).
El acta será firmada por el deudor o por persona adulta de su domicilio y si no quisieren
firmar, el recaudador dejará constancia de ese hecho.
Una copia del acta entregará al deudor o a la persona adulta que haya presenciado la
diligencia. Si no fue presenciado ni por el deudor ni por persona adulta que lo represente,
el recaudador fiscal le enviará, por carta certificada, dirigida al deudor, una copia del acta
de embargo (artículo 174 del C.T.).
Siguiendo lo dispuesto en el artículo 177 del C.T., la oposición del ejecutado debe
fundarse en alguna de las siguientes excepciones:
— Errores o vicios manifiestos; señala el artículo 177, inciso tercero, que el Tesorero
Regional o Provincial puede, en cualquier estado de la causa, de oficio o a petición de
parte, dictar las resoluciones que procedan para corregir los errores o vicios manifiestos
de que adolezca el cobro, como duplicidad o modificación posterior de boletines u
órdenes de ingreso que le sirvan de fundamento; a su vez, el artículo 178 inciso segundo
faculta al mismo Tesorero para acoger las alegaciones o defensas que se fundamenten
en errores o vicios manifiestos de que adolezca el cobro. Es evidente, entonces, que
aunque el C.T. no la enumera como excepción, la considera una defensa del ejecutado
que es, precisamente, en lo que consisten las excepciones132.
De acuerdo al artículo 176 el ejecutado puede oponerse a la ejecución dentro del plazo
de diez días hábiles, contados desde la fecha del requerimiento de pago. Este plazo
puede ampliarse por aplicación de la tabla de emplazamiento a que se refiere el artículo
259 del C.P.C.133.
La facultad del juez sustanciador es sólo para acoger esas excepciones, en forma
íntegra. Si las acoge dictará una resolución en tal sentido, que se notificará al demandado
por cédula.
Si no las acoge, las excepciones serán resueltas por el abogado del Servicio de
Tesorerías o la Justicia Ordinaria en subsidio, según lo expresa el artículo 178, inciso
tercero del C.T.
b) Si el Tesorero no acoge las excepciones del ejecutado dentro del plazo de cinco días,
se entienden reservadas al abogado, a quien se remitirán en cuaderno separado
conjuntamente con el principal, una vez que hayan vencido también los plazos de que
dispongan los contribuyentes, contra quienes se ha dirigido la acción134.
El inciso final del artículo 178 del C.T. entrega a cada ejecutado en particular la facultad
de solicitar la remisión inmediata de los antecedentes al abogado, cuando la mantención
del embargo le causare perjuicios; en este caso sólo se le enviará el cuaderno separado
con las compulsas del principal que sean necesarias para resolver la oposición.
El expediente se enviará al abogado con la certificación de no haberse opuesto
excepciones dentro de plazo o con el respectivo escrito, incorporado en el expediente,
según el caso.
La resolución del abogado sobre las excepciones debe ser sólo para acogerlas, por
cuanto, si no se acogen, según el inciso penúltimo del artículo 179, debe presentar el
expediente ante el Tribunal Ordinario solicitándole que se pronuncie sobre la oposición.
El plazo que tiene el abogado para pronunciarse sobre todas las excepciones opuestas,
aunque sólo para acogerlas, es de cinco días contados desde la recepción de los
antecedentes.
d) Los abogados, en términos generales, según el artículo 193, deben velar por la
estricta observancia de la legalidad en los procedimientos empleados por las autoridades
administrativas.
Por su parte, los contribuyentes pueden reclamar ante el abogado, de los abusos
cometidos por el juez sustanciador o sus auxiliares, debiendo aquél dictar las resoluciones
que tengan por fin poner pronto remedio al mal que motiva la reclamación; estas
resoluciones obligan a los funcionarios administrativos; además, el abogado informará al
Tesorero Provincial o Regional que corresponda para que adopte las medidas
administrativas y aplique las sanciones que procedan; disposición absurda, si quien
incurrió en el abuso fue el juez sustanciador, que es el propio Tesorero Provincial o
Regional, al tener que sancionarse a sí mismo.
a) Este procedimiento no es administrativo; éstos son los regulados por la ley Nº 19.880
o por alguna ley que establezca procedimientos administrativos especiales: entre ellos
puede caber la cobranza administrativa a que se refiere el artículo 168 del C.T. que
separa claramente la cobranza administrativa y judicial y el inciso final del artículo 170 del
mismo Código reitera y separa, en forma tajante, ambas cobranzas al señalar: "Sin
perjuicio de la ejecución, la Tesorería Comunal [ahora serán regional o provincial] podrá
en forma previa, concomitante o posterior, enviar comunicaciones administrativas a los
deudores morosos y efectuar las diligencias que determinen las instrucciones del
Tesorero General". Por consiguiente, la ley separa claramente la actuación del Tesorero
Regional o Provincial en "la ejecución", en calidad de juez sustanciador, de la que puede
tener en las "comunicaciones administrativas" que evidentemente conforman la instancia
o cobranza administrativa.
b1) En la disposición transcrita pues sería, por decir lo menos, absurdo que sobre todo,
en forma "concomitante o posterior" se apliquen dos procedimientos administrativos sobre
el mismo asunto.
b2) El procedimiento se inicia con la constitución de un título ejecutivo, artículo 169 del
Código Tributario y éste siempre da comienzo a un juicio ejecutivo y nunca a un
procedimiento administrativo.
b4) Leemos en el artículo 176 del C.T.: "El ejecutado podrá oponerse a la ejecución..." y
la ejecución es propia de los juicios ejecutivos, nunca de procedimiento administrativos.
b5) Una vez requerido de pago el deudor, el C.T. se refiere a él como "el ejecutado" así
en los artículos 176, 177, 178, 179, todos dentro del procedimiento ejecutivo en la esfera
del juez substanciador que, como sabemos, es el Tesorero Regional o Provincial.
c1) Este procedimiento no está entre aquellos en que no puede alegarse según el
artículo 157 del código citado.
c2) El artículo 2º del Código Tributario establece que "en lo no previsto por este Código
y demás leyes tributarias —cuyo es el caso— se aplicarán las normas de derecho común
contenidas en leyes generales o especiales" —en este caso los artículos 152 al 157 del
Código de Procedimiento Civil—.
La primera resolución que dicte el Tribunal Ordinario se notificará por cédula; las
siguientes por el estado diario, como regla general, siguiendo las normas pertinentes del
C.P.C.
2. Si hubo oposición137:
d) Si estima que es necesaria la prueba, recibirá la causa a prueba y fijará los puntos
sobre que deba recaer.
e) El plazo para rendir la prueba será de diez días hábiles y si se desea rendir prueba
testimonial, deberá presentarse una lista, donde se individualizarán los testigos, dentro de
los primeros cinco días del término probatorio.
Este plazo puede ampliarse hasta por diez días más a petición del acreedor, pero la
solicitud deberá presentarla antes del vencimiento del término legal y correrá sin
interrupción después de éste.
Por acuerdo de ambas partes, el juez puede conceder los términos extraordinarios que
ellas designen.
h) Vencido ese plazo, hayan o no presentado escritos las partes, y sin nuevo trámite, el
tribunal citará a las partes para oír sentencia.
i) La sentencia debe dictarse dentro del término de diez días y se notificará por cédula.
F. APELACIÓN
Debe ser fundado tanto fáctica como jurídicamente y contener peticiones concretas, de
acuerdo a lo establecido en el artículo 189 del Código de Procedimiento Civil, aplicable en
virtud de lo dispuesto en el artículo 182 del Código Tributario.
1. Consignar, a la orden del Tribunal que concedió la apelación, dentro del plazo de
cinco días hábiles, contados desde la notificación de la resolución que concedió el
recurso, una suma equivalente a la cuarta parte de la deuda, sin considerar los intereses y
multas, a menos que la ejecución sea por multas, en cuyo caso, se consignará una
cantidad equivalente a la cuarta parte de las mismas.
a) El abogado pedirá:
— nombramiento de martillero;
b) El Juez:
— designará martillero;
Las especies retiradas serán entregadas al martillero para su inmediata subasta, salvo
que se haya autorizado su permanencia y remate en el lugar de origen.
b) La subasta puede efectuarse cualquiera que sean los embargos o prohibiciones que
les afecten, decretados por otros juzgados.
d) Los avisos que deben hacerse, en conformidad a lo dispuesto en el artículo 489 del
C.P.C., se reducirán a dos publicaciones en un diario de los de mayor circulación del
Departamento o de la cabecera de provincia, si en aquél no lo hay;
e) Los avisos deben contener, a lo menos, las siguientes menciones: nombre del dueño
del inmueble, ubicación del mismo, tipo de impuesto y período, número de rol si lo hubiere
y el tribunal que conoce del juicio. Obviamente, aunque la ley no lo dice, deberá indicar
también día y hora de la audiencia en que se realizará la subasta y el mínimo de la
misma.
f) El Servicio de Tesorerías deberá emplear los medios a su alcance para dar la mayor
publicidad posible a la subasta139140.
El dinero producto del o de los remates, se depositará en la cuenta corriente del tribunal;
se efectuará la liquidación de la deuda; se pagará a Tesorería y si existiere un saldo a
favor del deudor, tendrá que serle devuelto.
1. Por celebración de un convenio de pago; según el inciso cuarto del artículo 192, ese
hecho implica la inmediata suspensión de los procedimientos de apremio respecto del
contribuyente que lo haya suscrito. Esta suspensión se mantiene mientras el deudor se
encuentre cumpliendo y mantenga vigente su convenio de pago.
2. El inciso final del artículo 177 consagra como causal justificada, para solicitar ante
quien corresponda —será el juez que esté conociendo de la ejecución— la suspensión de
los apremios hasta por sesenta días, la circunstancia de ser el ejecutado acreedor del
Fisco, sin importar que no posea los demás requisitos que hacen procedentes la
compensación.
3. El artículo 5º del Estatuto Orgánico del Servicio de Tesorerías 141 enumera las
atribuciones y deberes del Tesorero General y en la letra p) lo faculta para suspender,
hasta por sesenta días, los apremios judiciales que se hayan decretado en contra de
determinados contribuyentes morosos, en casos calificados. La ley no señala requisitos
específicos; por lo tanto, no importa su naturaleza, como sociales, financieros de cualquier
origen, etc.
4. El artículo 147, inciso cuarto del C.T., otorga al Director Regional del SII la facultad de
suspender total o parcialmente el cobro judicial, por un plazo determinado o hasta que se
dicte sentencia de primera instancia, cuando se trate de impuestos correspondientes a
una reclamación, que se hubieren girado con anterioridad al reclamo.
7. De acuerdo al inciso sexto del artículo 147 del C.T., las Cortes de Apelaciones y
Suprema, pueden ordenar la suspensión total o parcial del cobro de los impuestos, por un
plazo determinado que puede renovarse, cuando estén conociendo los recursos de
apelación y casación, respectivamente.
8. Los jueces de garantía, a petición del querellante, pueden ordenar la suspensión del
cobro judicial de los impuestos respectivos, cuando el contribuyente ha deducido querella
por haber sido estafado o defraudado en dineros entregados para el pago de impuestos
determinados.
PÁRRAFO III EL APREMIO COMO MEDIO COACTIVO PARA OBTENER EL CUMPLIMIENTO DE LAS
OBLIGACIONES TRIBUTARIAS
A. CONCEPTO
Se asemeja plenamente a una pena privativa de libertad, pero sólo es una medida
coercitiva para obligar a la persona a realizar una determinada conducta.
No es exclusiva del Código Tributario, nuestro ordenamiento jurídico la considera en
otras materias, como por ejemplo, para obligar al alimentante a pagar las pensiones
alimenticias.
Dentro del Código Tributario no sólo es un mecanismo para compeler al pago de ciertos
impuestos, sino que también tiene cabida, como veremos, en otras obligaciones.
1. En contra de las personas que, habiendo sido citadas por segunda vez en
conformidad a lo dispuesto en los artículos 34 o 60, penúltimo inciso, durante la
recopilación de antecedentes que servirán de fundamento a la decisión del Director, bien
para interponer la denuncia o querella por delito o crimen tributario, bien para ordenar el
procedimiento de aplicación de multa, contenido en el artículo 161 del C.T., no concurran
sin causa justificada.
En otros términos cualquier persona puede ser citada a declarar, tan sólo estarían libres
de esta obligación, salvo en los casos de sucesión por causa de muerte o comunidades
en que sean comuneros los parientes —en estos dos casos no se salva nadie—, el
cónyuge, los parientes por consanguinidad en la línea recta o dentro del cuarto grado en
la colateral, el adoptante, el adoptado, los parientes por afinidad en la línea recta o dentro
del segundo grado en la colateral de dichos terceros y las personas obligadas a guardar
secreto profesional.
Para que se decrete el apremio, en esta situación, se deben cumplir los requisitos
siguientes:
b) El supuesto infractor debe ser citado, por dos veces, en forma expresa, bajo
apercibimiento de solicitarse el apremio en su contra.
c) Las citaciones deben efectuarse por carta certificada y, a lo menos, para el quinto día
contado desde la fecha en que ésta se entiende recibida142.
d) Entre ambas citaciones debe mediar, a lo menos, un plazo también de cinco días;
e) Las citaciones —el apercibimiento dice el inciso tercero del artículo 95 del C.T.—
debe efectuarlas el SII;
Procedimiento:
El juez citará a una audiencia y con el solo mérito de lo que exponga el infractor o en su
rebeldía, resolverá bien aplicando el apremio, o bien suspendiéndolo si se alegaron
motivos plausibles.
Recursos:
a) No llevar contabilidad;
b) No llevar los libros auxiliares exigidos por el Director o Director Regional, de acuerdo
a las disposiciones legales143;
c) Mantenerlos atrasados, y
b) Que haya transcurrido el plazo de diez días hábiles como mínimo —el Servicio puede
fijar un plazo mayor— sin que se haya dado cumplimiento a la obligación;
Las obligaciones, en este caso, cuyo incumplimiento puede significar la aplicación del
apremio, son:
La ley no señala ningún tipo de requisitos específicos, pero como dispone el inciso
segundo del artículo 93, será necesario requerir al contribuyente en forma expresa para
que exhiba y/o no entrabe el examen, bajo apercibimiento de solicitarse el apremio en su
contra.
Sin embargo, a diferencia del procedimiento ejecutivo que es aplicable al cobro de todo
tipo de impuestos, éste sólo se aplica a los impuestos de retención, como el impuesto
único que afecta a las rentas de los trabajadores dependientes según el artículo 42 Nº 1
de la L.I.R., y a los de recargo, como el impuesto al valor agregado o los impuestos
específicos de los Títulos II y III del D.L. Nº 525, respectivamente.
a) Tesorería debe requerir al contribuyente para que pague los impuestos de retención o
recargo adeudados, en el término de cinco días hábiles, contado desde la fecha de la
notificación.
b) Este requerimiento se notificará por cédula según disposición expresa del inciso
tercero del artículo 96 del C.T. y notificado el requerimiento se entiende apercibido el
moroso.
c) Transcurrido el plazo sin que se haya pagado el impuesto, Tesorería enviará los
antecedentes al juez Civil del domicilio del contribuyente para la aplicación del apremio.
A. CONCEPTO
El bien jurídico protegido con la penalización de las infracciones tributarias es, de forma
directa unas veces e indirecta en otras, el patrimonio fiscal145.
Por lo tanto, son válidas las definiciones que la normativa y doctrina penal nos
proporcionan.
Sólo por vía ejemplar, el artículo 1º del Código Penal define el delito como "toda acción
u omisión penada por la ley".
En doctrina podemos señalar la que nos entrega el profesor E. Novoa que define el
delito como "la conducta antijurídica y reprochable, que lesiona el orden social en grado
tal de merecer pena"146. Y quizás la más socorrida por los estudiantes de derecho, debido
a su brevedad y precisión, delito es "la acción típica, antijurídica y culpable".
Reconocemos que esas, y otras definiciones que pudiéramos citar, no lo son del delito
tributario en forma exclusiva; para esto deberíamos agregar en la definición primera "en la
legislación tributaria" o "según la legislación tributaria" en la segunda.
Leyendo el Código Penal nos damos cuenta que el sujeto activo del delito lo expresa el
legislador en la tipificación del mismo delito, aun cuando sólo sea mediante las palabras
"el que...".
En el primero de los artículos citados indica el sujeto de las sanciones pecuniarias, que
es el contribuyente y las demás personas legalmente obligadas. Deben responder,
entonces, las personas —sean naturales o jurídicas— a quienes pueda imputarse la
conducta u omisión sancionadas.
Esta disposición tiene dos partes; la primera establece que los sujetos activos de los
delitos son quienes debieron cumplir con la obligación. En la segunda, aclara la
responsabilidad cuando se trata de personas jurídicas; la norma está sobre la hipótesis
que las personas jurídicas, al ser ficticias, no pueden responder penalmente y expresa
que por ellas responden los gerentes, administradores o quienes hagan sus veces y los
socios a quienes corresponda dicho cumplimiento. Dicho de otra forma, responden de las
sanciones corporales y apremios aquel o aquellos gerentes, administradores, o quienes
hagan sus veces y socios que debían cumplir con la obligación y por el contrario no
tendrán responsabilidad quienes revistiendo alguna de esas calidades no les corresponda
cumplir con la obligación incumplida.
Carece, por lo tanto, de asidero aquella opinión que pretende encontrar en estos
artículos el fundamento de una responsabilidad objetiva en materia infraccional tributaria,
haciendo responsable a cualquier gerente, administrador o a quien haga sus veces, aun
cuando no hayan tenido conocimiento de la infracción.
No existe razón alguna para pensar que la legislación tributaria, como principio, hace
excepción en esta materia a las ideas que sigue el Código Penal, que es lo mismo que
decir, que rige la culpabilidad o reprochabilidad, salvo cuando de la propia norma se
desprenda claramente lo contrario; el elemento subjetivo es esencial en la penalidad
tributaria, pues la definición legal de delito exige voluntariedad. No debemos olvidar a este
respecto que también rige, en virtud del artículo 2º del C.T., lo dispuesto en el inciso
segundo del artículo 1º del C.P. en cuanto a que las acciones u omisiones penadas por la
ley se reputan siempre voluntarias a no ser que conste lo contrario147.
Acatamos la doctrina reiterada por los Tribunales de Justicia, según la cual, si bien no
importa un elemento subjetivo del tipo, el legislador ha querido darle mayor realce,
obligando al juez a conceder especial atención a la prueba del dolo, sin bastarse con la
sola presunción establecida en el artículo 1º del Código Penal. Esta mayor atención debe
reflejarse en los considerandos de la sentencia, incluyendo los antecedentes o pruebas
que acrediten el dolo o intencionalidad con el propósito de defraudar el patrimonio fiscal.
B. CLASIFICACIÓN
1. La clasificación
Haremos referencia sólo a aquella clasificación que distingue entre crímenes, delitos y
simples infracciones tributarias150y que tiene por base la pena señalada en la ley.
Esto por cuanto según el artículo 21 del Código Penal la pena de presidio mayor
corresponde a los crímenes y esa pena es la que señalan las disposiciones citadas del
C.T.
b) Basándonos en el mismo artículo del Código Penal son delitos todas aquellas
conductas que están sancionadas en la ley con penas privativas o restrictivas de libertad;
en el caso del C.T. conformarían delitos todas las infracciones penadas con presidio o
relegación menores en cualquiera de sus grados.
c) Infracciones tributarias.
Conformarían este tercer grupo todas aquellas conductas, sancionadas en el C.T., pero
sólo con pena pecuniaria —multa— y, algunas veces, también clausura.
2. Importancia de la clasificación
Crímenes y simples delitos son competencia de los jueces del Crimen, quienes deberán
aplicar tanto las penas corporales como las multas. Las infracciones serán resueltas en
primera instancia por el Tribunal Tributario y Aduanero.
b) Procedimiento
Tratándose de crímenes y simples delitos se aplican los Libros I y II del Código Procesal
Penal, salvo en lo reglamentado en los artículos 162 y 163 del C.T.
c) Prescripción
El artículo 114 del C.T. señala que las acciones penales corporales y las penas
respectivas prescribirán de acuerdo con las normas señaladas en el Código Penal,
concretamente, artículos 94 y 96 de dicho Código.
Las infracciones, en cambio, prescriben, según el inciso tercero del artículo 200 del C.T.
en el plazo de tres años, como regla general; excepcionalmente, tratándose de impuestos
sujetos a declaración, si ésta no se presentó o se presentó una maliciosamente falsa, el
plazo aumenta a seis años151. También hace excepción la infracción descrita en el artículo
100 bis del Código Tributario que sanciona a quien ha diseñado o planificado los actos,
contratos o negocios, constitutivos de abuso o simulación, cuyo plazo de prescripción,
según el inciso final del referido artículo, es de 6 años.
Trata esta materia el artículo 108 del C.T., según el cual, las infracciones a las
obligaciones tributarias no producen la nulidad de los actos o contratos en que ellas
incidan.
Por lo tanto, una venta —hecho gravado con el IVA— será tan válida si se paga, elude o
evade dicho impuesto; se emita o no el documento correspondiente; un mutuo producirá
todos sus efectos, aun cuando no se paguen los impuestos del D.L. Nº 3.475, etc.
El artículo 106 del C.T., en su inciso primero, entrega a los Directores Regionales la
facultad de remitir, rebajar o suspender las sanciones pecuniarias.
El fundamento para que el Director Regional use esta facultad puede ser:
Esta facultad es entregada por el legislador a juicio exclusivo del Director Regional;
debiendo concluir que las resoluciones que adopte esa autoridad, sobre la materia, no son
susceptibles de reclamación. Pues bien, esas afirmaciones que son tan claras en la ley,
han sido modificadas en la interpretación realizada por los Tribunales Superiores de
Justicia. Así, por ejemplo, la Corte de Apelaciones de Santiago, en sentencia de 7 de julio
del año 1995, confirma lo resuelto en primera instancia que había aplicado una multa por
pérdida de facturas, pero agrega que se suspende el cumplimiento de la multa impuesta
mientras el contribuyente no incurra en nuevas infracciones tributarias dentro del lapso de
tres años, contados desde la presente infracción; en caso de una nueva infracción la
sentencia condenatoria que se dicte ordenará el cumplimiento de ambas sanciones.
El Consejo de Defensa del Estado interpone recurso de casación en el fondo señalando,
dentro de las normas infringidas, el artículo 106 del C.T.
En el inciso segundo se faculta a los Directores Regionales para anular las denuncias
notificadas por infracciones que no constituyan amenazas para el interés fiscal y para
omitir los giros de las multas que se apliquen en estos casos, de acuerdo a normas o
criterios de general aplicación que deberá fijar el Director.
Este inciso va más allá del primero; éste sólo permite la remisión, rebaja o suspensión
de las sanciones y, por lo tanto, la infracción permanece, lo que acarrea efectos
importantes, sobre todo, en materia de reiteración o reincidencia. En cambio, la facultad
del inciso segundo significa anular, dejar sin efecto la denuncia notificada,
desapareciendo la infracción para todos los efectos legales, en otros términos, la
infracción no existió.
Desde otro punto de vista, este inciso permitirá a los Directores Regionales enmendar
posibles actuaciones de los fiscalizadores que hayan actuado, por decirlo de alguna
forma, con excesivo celo funcionario.
Cabe advertir, finalmente, que entre ambos incisos aparece una diferencia en cuanto al
momento u oportunidad en su aplicación. Estimamos que el primero se aplica una vez
dictada la sentencia condenatoria y más aún, cuando esté firme o ejecutoriada, pues, en
situación contraria, siempre es posible su modificación mediante la interposición de los
recursos pertinentes. Por el contrario, el inciso segundo puede aplicarse después de
notificada la denuncia, pero antes que la sentencia definitiva esté firme o ejecutoriada, ya
que, en este estado, ya no es posible la anulación ni de la sentencia ni menos del proceso
que se ha seguido de acuerdo a las normas pertinentes, haciendo excepción la posibilidad
de omitir el giro de la multa, lo que no significa la nulidad de la sentencia, sino
simplemente el incumplimiento del todo o parte de la misma.
Están conformados por dos conductas genéricas, descritas en los incisos segundo,
tercero y cuarto, del Nº 4 del artículo 97 del C.T. y concisamente reiterados en el inciso
quinto del artículo 27 bis del D.L. Nº 825 sobre impuesto a las ventas y servicios.
El artículo 27 bis del D.L. Nº 825 describe la conducta a sancionar como la utilización de
cualquier procedimiento doloso para efectuar imputaciones, improcedentes o superiores a
las que corresponda.
a) Los que deben recargar un impuesto o retener impuestos al realizar una venta o
prestar un servicio, como los sujetos pasivos del IVA —vendedores y prestadores de
servicios afectos— o los sujetos pasivos de los impuestos adicionales, de los Títulos II y
III, respectivamente, del D.L. Nº 825, o los sujetos pasivos del impuesto a los
combustibles según el D.L. Nº 2.312;
b) Los que deben retener impuestos en conformidad a los artículos 73 y 74 del D.L. Nº
824, donde destaca la obligación para quienes paguen rentas del Nº 1 del artículo 42 de
retener el impuesto único que las grava.
3. La gravedad de la pena:
Ya la sanción pecuniaria es alta, sobre todo si tenemos en cuenta que no tiene tope
directo; sin embargo, esa sanción se muestra tolerable, frente a la drasticidad de la pena
corporal, comparable con la que el Código Penal contempla para el delito de homicidio
simple; pero los bienes o valores protegidos por uno y otro delito no admiten comparación
alguna, pues mientras el C.T. protege el patrimonio fiscal, el dinero del Estado, el Código
Penal ampara, al castigar el homicidio, la vida de las personas que constituye el bien más
preciado y sin el cual no son posibles los demás valores y menos la existencia del propio
Estado.
En síntesis no nos parece acorde ni con la penalidad general de nuestro ordenamiento
jurídico y menos aún con la conciencia social de reprochabilidad de las conductas
ilícitas154.
No podemos calificar la norma como de límites difusos, sino llanamente como sin
límites; esta técnica en la tipificación de las infracciones es la norma en la legislación
tributaria.
Obviamente no es buena técnica en una materia tan trascendente como la penal, pero
nos parece la mejor por la frondosidad imaginativa para idear formas y fórmulas que
disminuyan o eliminen la carga tributaria; una precisión en las acciones a sancionar
implicaría necesariamente, por una parte, una larguísima enumeración de las mismas y,
por otra, una agregación permanente de nuevas acciones a castigar.
Por su parte, el artículo 27 bis del D.L. Nº 825 sanciona con la misma pena la utilización
de cualquier procedimiento doloso encaminado a obtener devoluciones improcedentes o
superiores a las que realmente corresponda.
Estamos ante un delito similar al anterior y cuyos rasgos diferenciadores estarían dados
exclusivamente por:
C. AGRAVANTE ESPECIAL
El inciso final del Nº 4 del artículo 97 del C.T. contiene una agravante, aplicable sólo a
los dos delitos-crímenes, consistente en emplear como medio, para cometer los delitos
anteriores, facturas u otros documentos falsos, fraudulentos o adulterados; en cuyo caso,
se aplicará la pena mayor asignada al delito más grave, que será, en caso de
imputaciones, presidio mayor en su grado mínimo y si de devoluciones se trata, presidio
mayor en su grado medio.
Otro tipo de medios para cometer estos delitos son de rara ocurrencia y hasta pueden
ser calificados de infantiles, como adulterar o falsear las sumas en los libros de compras y
ventas, no incluir en el libro el total de las boletas, etc.
No cabe señalar como medio, para cometer los delitos, la simple omisión de emitir
boletas u otros documentos, por cuanto esta conducta está descrita, como infracción
especial, en el Nº 10 del mismo artículo 97 del C.T.
Están conformados por todas las demás infracciones que el C.T. sanciona con pena
corporal, además de la multa y/o clausura y que están descritas en el artículo 97 Nºs. 4, 5,
8, 9 10 inciso tercero, 12, 13, 14, 18, 22, 23 y en el artículo 100 del C.T. y artículo 31 Nº
12 del D.L. Nº 824 sobre Impuesto a la Renta.
Desde otro punto de vista, la simple confección de una declaración falsa o incompleta
no puede inducir a liquidar un impuesto inferior al que corresponda; la confección en sí
misma es inocua.
Otro problema que plantea la redacción de la norma es si el delito exige más de una
declaración o basta con una. El legislador utiliza el número plural prácticamente en todas
las infracciones, relativas a declaraciones, pretendiendo no la pluralidad para conformar la
conducta delictiva, sino indicando que al existir varios tipos de declaraciones —IVA,
Renta, etc.—, cualquiera de ellas puede servir de base para incurrir en la infracción.
Nos parece que existe sinonimia entre ambas palabras, aun cuando se pueden
encontrar opiniones discordantes, por cuanto una declaración que es incompleta, porque
no abarca toda la realidad, es necesariamente falsa y, a su vez, una declaración falsa
porque no responde a la realidad de los hechos declarados es también incompleta.
Para configurar el delito deberá acreditarse a través de una liquidación, practicada por el
SII, que el impuesto que debía pagarse es superior al que arroja la declaración
presentada por el contribuyente, como única forma de establecer que ésta puede inducir,
en definitiva, al pago de un impuesto menor que el que correspondía.
Para conformar el delito, el contribuyente ha debido actuar con dolo, con la voluntad,
con el propósito, con el objetivo de defraudar al Fisco privándolo de percibir, por concepto
de impuestos, cantidades a que tenía derecho.
a) El sujeto activo del delito sólo puede ser un contribuyente obligado a llevar
contabilidad.
b) El deseo del legislador de abarcar todas las operaciones y de ahí la inclusión de las
adquisiciones, mediante las cuales puede fiscalizar las enajenaciones de otros —
fiscalización cruzada— y las permutas cuyo tratamiento separado de las ventas lo
encontramos también en el D.L. Nº 825 sobre Impuesto a las Ventas y Servicios.
También debe destacarse que el legislador no explicita el dolo o malicia que debe
acompañar a la conducta sancionada; por lo tanto, el elemento subjetivo del delito no
requiere consideraciones especiales, bastando la presunción de voluntariedad establecida
por el artículo 1º del Código Penal.
Estamos ante un delito cometido con mayor frecuencia de la que pudiera parecer a
primera vista, principalmente a través de las boletas y facturas, como ocurre al utilizar
boletas que los compradores o beneficiarios de servicios no han retirado del local o la han
dejado en papeleros que, a ese efecto, se encuentran a la salida de los locales donde se
emiten; lo mismo, puede suceder con las facturas, pero con la coautoría del comprador o
beneficiario del servicio. Se trata, en síntesis, de un delito que si no estuviera descrito
específicamente, encuadraría dentro de la infracción tipificada en el Nº 10 del mismo
artículo 97, pues una de las operaciones no fue documentada.
El delito, obviamente, sólo puede ser cometido por quienes están obligados a emitir los
documentos referidos.
a) Empleo de cualquier procedimiento; el adjetivo doloso sobra; este requisito nos lleva
a afirmar que se trata de un delito de acción.
b) El procedimiento empleado está encaminado, dirigido a alterar el verdadero monto de
las operaciones realizadas o a burlar el impuesto. No se necesita que el fin haya sido
conseguido.
La pena para éste y para todos los delitos anteriores es mixta: multa, cuyos extremos
son el 50 por ciento y el 300 por ciento del valor del tributo eludido y pena privativa de
libertad, presidio menor en sus grados medio a máximo.
Pensamos que no se consiguió el fin, por cuanto para estar frente a una factura, notas
de débito o crédito o boleta, no basta con tener los formularios; éstos solos, no conforman
ninguno de los documentos; el documento sólo existe cuando los formularios han
cumplido con todos los requisitos legales y reglamentarios, contenidos en los artículos 54
y 56 inciso segundo del D.L. Nº 825 —timbraje— y artículos 69, 70 y 71, según los casos,
del D.S. Nº 55, de 1977, que contiene el Reglamento del D.L. Nº 825. En el caso que nos
preocupa, el único requisito que, aun faltando, daría lugar a la comisión del delito es el
timbraje, por texto expreso de la ley "con o sin el timbre del Servicio". Por tanto, la
confección, venta o facilitación de facturas, notas de débito o crédito o boletas, en blanco,
no configura el delito158.
El artículo 31 Nº 12 del D.L. Nº 824 sobre impuesto a la renta, establece como gasto
necesario para producir la renta, ciertos pagos efectuados al exterior hasta por un máximo
del 4% de los ingresos por ventas y servicios del giro, en el respectivo ejercicio. Dicho
límite no se aplica cuando entre el contribuyente y el beneficiario del pago no exista o no
haya existido relación directa o indirecta en el capital, control o administración de uno u
otro. Para que sea aceptable lo anterior, el contribuyente o su representante legal, deberá
formular una declaración jurada, dentro de los dos meses siguientes al del término del
ejercicio respectivo, en la que señale que, en dicho ejercicio no ha existido la relación
indicada. Esta declaración debe conservarse junto a los demás antecedentes de la
respectiva declaración anual de impuesto a la renta, para ser presentada cuando el
Servicio lo requiera. Pues, el que maliciosamente suscriba una declaración jurada falsa
será sancionado en conformidad con el artículo 97 Nº 4 del Código Tributario.
B. OMISIÓN MALICIOSA DE DECLARACIONES, ARTÍCULO 94 Nº 5 DEL C.T.
Su tipificación exige:
C. COMERCIO EJERCIDO SOBRE ESPECIES SIN HABER CUMPLIDO CON LAS OBLIGACIONES
TRIBUTARIAS, ARTÍCULO 97 Nº 8
b) Debe ejercerse el comercio sobre las mercaderías, valores o especies, o sea, debe
ejercerse alguno de los actos de comercio enumerados en el artículo 3º del C. de C.
El ejercicio efectivamente clandestino del comercio o de la industria con multa del treinta
por ciento de una unidad tributaria anual a cinco unidades tributarias anuales y con
presidio o relegación menores en su grado medio y, además, con el comiso de los
productos e instalaciones de fabricación y envases respectivos.
Descrito en el Nº 10 del artículo 97 del C.T. Se tratará en el párrafo siguiente por ser
efecto de la reiteración de la infracción.
Fuera del C.T., en el Reglamento del D.L. Nº 825, contenido en el D.S. Nº 55, de 1977,
se refieren a la aposición de sellos los artículos 95 y 96; según la primera disposición, en
casos determinados, los funcionarios del SII pueden exigir, a los productores,
elaboradores, importadores, envasadores, licoristas, fabricantes, comerciantes mayoristas
de alcoholes y bebidas alcohólicas, la habilitación de recintos cerrados y susceptibles de
ser sellados, a objeto de facilitar la realización de inventarios u otras finalidades que
permitan simplificar su labor fiscalizadora. Agrega el artículo 96 que, para el control de la
producción y existencias que permanezcan bajo sello oficial, el Servicio dispondrá, a su
juicio exclusivo, la aposición de éstos en los lugares que estime necesario, dejando
constancia de su ubicación en el libro de sellos correspondiente.
La comisión del delito puede suceder bien porque se rompe, se quiebra o se destruye
de cualquier forma el sello o cerradura o bien porque se emplea cualquiera otra operación
para desvirtuar la medida, como pudiera ser entrar al local levantando el techo,
desatornillando bisagras de las puertas o tapas de cajas o baúles, entrar por una ventana
a la oficina, etc.
Es de lógica elemental que las medidas conservativas han sido adoptadas por el
Servicio y más concretamente por el Director Regional —hoy Tribunal Tributario— en su
calidad de juez de primera instancia, pues nadie más que él, puede, en el campo del
derecho Tributario, adoptar ese tipo de medidas.
Las medidas conservativas tienen lugar en los casos señalados en el análisis del delito
anterior, artículo 161 Nºs. 3 y 10 y, en este caso las medidas habrán sido, por ejemplo:
documentación soportante y libros de compras.
Las especies deben haber quedado en poder del presunto infractor; éste tendría la
calidad de depositario de las especies, no requiere ningún otro título.
Los tres términos deben ser entendidos en su sentido natural y obvio, originando
problema sólo el último que tendría un contenido más amplio que el dado por nuestro
ordenamiento jurídico general160, incluyendo tanto la transmisión del dominio como de
algún derecho sobre la cosa.
Esta sentencia puede haberse dictado, tanto por el juez del Crimen cuando el Servicio
presentó denuncia o querella pretendiendo la aplicación de las penas pecuniarias y
corporales, como por el Director Regional, cuando se persiguió la aplicación exclusiva de
las penas pecuniarias, teniendo el comiso esta característica.
Como es lógico la oposición legal al cumplimiento de una sentencia que tiene lugar, a
través de los recursos procesales, no configura el delito, más aún, es un derecho del
litigante perdedor. Este delito exige el empleo de un impedimento ilegítimo, como pueden
ser la ocultación, distracción, disposición o cualquiera otra forma que, al margen de la ley,
impida el cumplimiento de lo resuelto en la sentencia.
Pensamos que se trata de un delito que bien podía derogarse pues, por una parte, las
fajas de control de impuestos desaparecen al traspasar la tributación de las bebidas
alcohólicas al D.L. Nº 825 sobre impuesto a las ventas y servicios y, por otra, si se
pretende sancionar la venta o la tenencia ilícita de entradas a espectáculos públicos,
debería estar en otro cuerpo legal y no en el C.T.
Al exigirse que los cuños y obviamente los medios tecnológicos sean verdaderos, se
requerirá autoría o coautoría o al menos complicidad de funcionarios del Servicio, salvo
que haya existido sustracción de los cuños o medios por parte de personas ajenas al
Servicio.
Ahora bien, como pensamos que el delito no está dirigido principalmente para sancionar
conductas de los funcionarios del Servicio que tengan a su cargo la custodia de los cuños,
no creemos equivocarnos si afirmamos que la descripción del delito fue errada y lo que
realmente se quiso sancionar fue la utilización de cuños, cualquiera fuera su naturaleza,
con potencialidad para defraudar al Fisco.
c) De alguna manera, este delito complementa los delitos contenidos en los artículos
180 y siguientes del Código Penal, que sanciona la falsificación de cuños y otros medios
para fabricar monedas y otras conductas similares.
Pero si bien la idea se justifica, su concreción fue lamentable y habría sido mejor haber
incluido, dentro de las disposiciones del Código Penal estos cuños y medios de
autorización del Servicio.
Este hecho quedó al descubierto el 11 de febrero pasado cuando un auxiliar del Servicio
de Impuestos Internos de esa ciudad detectó las facturas falsas.
El funcionario, antes de estampar el sello del SII, verificó un talonario y constató que
contenía tres facturas de otro contribuyente, con el mismo diseño y confeccionadas por la
misma imprenta.
Según informó el sitio web del SII este es el primer caso de delito tributario que enfrenta
el nuevo proceso penal.
Asimismo, es la primera vez que se aplica el artículo 97, Nº 22, del Código Tributario,
que sanciona el uso malicioso de los cuños del SII o de otros medios tecnológicos con la
intención de defraudar al Fisco. En efecto, se pretendía así obtener autorización indebida
de dicha documentación falsa, hecho que es sancionado por el artículo 97 Nº 22 del
Código Tributario, incorporado por la ley Nº 19.738 contra la evasión y elusión tributaria.
Ese artículo sanciona con la pena de presidio menor en su grado medio a máximo y una
multa de hasta seis unidades tributarias anuales al que maliciosamente utilizare los cuños
verdaderos u otros medios tecnológicos de autorización del Servicio para defraudar al
Fisco.
El juicio estuvo a cargo del juez Miguel García y se llevó a cabo mediante la aplicación
del procedimiento abreviado, previsto en la reforma procesal penal.
Al aplicar la pena de 541 días de presidio y una multa de una Unidad Tributaria Anual y
rechazar la aminorante del artículo 111 del Código Tributario (no haber causado perjuicio
fiscal), el juez acogió en su integridad los argumentos hechos valer por el SII.
El que concertado facilitare los medios para que en las referidas presentaciones se
incluyan maliciosamente datos o antecedentes falsos, será sancionado con la pena de
presidio menor en su grado mínimo y con multa de una unidad tributaria mensual a una
unidad tributaria anual.
Cada uno de los incisos contiene una conducta delictiva; el delito del primer inciso
exige:
Habrá que pensar que el legislador quiso sancionar, de manera menos gravosa, esta
conducta que es propiamente complicidad y no autoría.
El que dolosamente destine o utilice donaciones de aquellas que las leyes permiten
rebajar de la base imponible afecta a los impuestos de la Ley sobre Impuesto a la Renta
o que otorguen crédito contra dichos impuestos, a fines distintos a los que corresponden
a la entidad donataria de acuerdo a sus estatutos, serán sancionados con la pena de
presidio menor en sus grados medio a máximo.
Como comentario general y aun cuando son muy posibles opiniones diversas, me
parece que el legislador sigue la tónica de imponer penas excesivamente altas, si las
comparamos con las que impone cuando se trata de intereses ajenos al Fisco y aun
cuando los bienes jurídicos protegidos sean de mayor envergadura.
Cabe destacar que la donación debe implicar un menor pago de "algunos impuestos",
así, en plural. Luego, debemos concluir que no se configura el delito si sólo significa el
menor pago de un impuesto. Con ese silogismo, que no parece tener
contraargumentación, transformamos el delito en poco menos que imposible. En efecto, si
la donante es una persona jurídica, el menor impuesto será el de primera categoría y
ningún otro y si son personas naturales, el impuesto a rebajar será el global
complementario o el impuesto único a las rentas de los trabajadores independientes.
Cuando la persona natural sea contribuyente de primera categoría, rebajará el impuesto
de primera categoría o global, según quien formalmente haga la donación, pero no podría
rebajar ambos por la misma donación.
El inciso segundo describe un delito que pueden cometer los donatarios, pero no los
contribuyentes-donantes.
El que actúe como usuario de las Zonas Francas establecidas por ley, sin tener la
habilitación correspondiente o, teniéndola, la haya utilizado con la finalidad de defraudar al
Fisco, será sancionado con una multa de hasta ocho Unidades Tributarias Anuales y con
presidio menor en sus grados medio a máximo.
Estamos frente a un mismo delito en cuanto al hecho y finalidad del mismo, defraudar al
Fisco; pero con diferencia en cuanto al actor quien, en el inciso primero, es el usuario
habilitado o no y, en el segundo, a quien transa con él sabiendo que no cuenta con la
habilitación correspondiente o que, teniéndola, la utiliza con la finalidad de defraudar al
Fisco.
Según el SII, en circular Nº 26, de 2004, el delito debe relacionarse con una lesión a la
tributación fiscal interna y cuya fiscalización sea, de acuerdo a la ley, de competencia del
Servicio de Impuestos Internos. Lo aceptaremos por la ubicación de la norma, dentro de
las infracciones tributarias, pero gramaticalmente tiene un significado bastante más
amplio.
Para efectos de las Zonas Francas de Iquique y Punta Arenas es usuario toda persona,
natural o jurídica, que haya convenido con la Sociedad Administradora el derecho a
desarrollar actividades instalándose en la Zona Franca. Para la Zona Franca Industrial de
Tocopilla es usuario quien cuente con la certificación dada por el Intendente de la
Segundad Región de Antofagasta.
La ley Nº 18.502 creó el impuesto específico a los combustibles y en el inciso cuarto del
artículo 2º establece que ninguna instalación de combustibles podrá surtir gas natural
comprimido o gas licuado de petróleo a vehículos motorizados si no se encuentra
debidamente registrada por la Superintendencia de Electricidad y Combustibles,
organismo que informará al Servicio de Impuestos Internos los registros realizados.
Llama la atención que es la ley Nº 20.052 la que introduce este delito en la enumeración
del artículo 97 del Código Tributario y el texto actual del artículo 2º de la ley Nº 18.502, al
que remite la infracción y sin embargo, en el primero escribe autorizaciones y en el
segundo, debidamente registrada. Pues bien, como los proyectos de reforma de la
legislación tributaria nacen al amparo del Servicio de Impuestos Internos, si razonamos
con la misma finura que ese Servicio utilizó para negar la exención de IVA al servicio de
televisión por cable —recordemos que se fundó en que la exención favorece a los
concesionarios de canales de televisión y como las empresas de televisión por cable no
tienen concesión sino permiso y por lo tanto son permisionarias y no concesionarias, no
les alcanza la exención—. Entonces aquí como el inciso cuarto del artículo 2º de la ley Nº
18.502, exige el registro de las empresas y no autorización, el delito, descrito en esta
letra, sería imposible de cometer.
N. FALSEDADES O ACTOS DOLOSOS COMETIDOS POR CONTADORES, ARTÍCULO 100 DEL C.T.
1. El delito
La conformación del delito exige:
a) Un contador como sujeto activo del delito; puede ser cualquier profesional que posea
dicho título, pudiendo ser tanto los contadores generales como los contadores auditores;
en cambio, no podrá cometer este delito la persona que, ejerciendo la profesión de
contador, pero sin título, realice la conducta descrita en la norma. Como es lógico podrá
cometer el delito de ejercicio ilegal de la profesión o también tener participación en el
delito del contribuyente a quien le lleva la contabilidad.
d) Aunque no sea elemento del delito, conviene advertir que no se aplicará la sanción
del artículo 100 al contador que haya realizado la conducta sancionada si ella lo hace
copartícipe de un delito cometido por el contribuyente, razón por la cual le corresponde
una pena mayor a la señalada en el artículo en análisis.
2. Eximente especial
El inciso segundo del artículo 100 del C.T. crea una eximente especial cuya
conformación requiere:
a) Una declaración firmada por el contribuyente, dejando constancia que los asientos
corresponden a datos proporcionados por el contribuyente como fidedignos, y
Las personas que figuren como partes en los actos o contratos a que se refieren los
artículos precedentes de este capítulo, a quienes se les compruebe una acción dolosa
encaminada a burlar el impuesto y aquellas que, a sabiendas, se aprovechen del dolo,
serán sancionadas de acuerdo con el Nº 4 del artículo 97 del C.T.
En los casos a que se refiere este artículo, las sanciones tanto pecuniarias como
corporales serán aplicadas por la justicia ordinaria, previo requerimiento del Servicio.
Este inventario es el que debe confeccionarse, en los trámites de posesión efectiva, por
mandato del artículo 880 del Código de Procedimiento Civil y al que hace referencia el
artículo 1º de la ley Nº 16.271; el ocultamiento en otro tipo de inventario, no puede dar
lugar a la configuración del delito.
El delito sólo es posible cuando, entre los cónyuges, existió sociedad conyugal e
imposible en cualquier otro régimen de bienes en el matrimonio.
Tampoco se configura este delito si la no manifestación se refiere a bienes muebles,
cualquiera que sea su valor.
a.2) No se manifiestan bienes en el inventario que los herederos se han distribuido entre
sí.
a.3) El artículo 63 contiene varios actos, como, si las obligaciones impuestas a las
partes por cualquier contrato son efectivas, si realmente esas obligaciones se han
cumplido o si lo que una parte da en virtud de un contrato oneroso guarda proporción con
el precio corriente en plaza, a la fecha del contrato, de lo que recibe en cambio. Si el
Servicio comprobare que esas obligaciones no son efectivas o no se han cumplido
realmente, o lo que una de las partes da en virtud de un contrato oneroso es notoriamente
desproporcionado al precio corriente en plaza de lo que recibe a cambio, y dichos actos y
circunstancias hubieren tenido por objeto encubrir una donación o anticipo a cuenta de
herencia, dictará una resolución fundada, liquidando el impuesto que corresponda en
conformidad a la ley Nº 16.271.
c) Los sujetos activos de los delitos son las partes de los actos o contratos descritos en
la letra anterior y los profesionales cuya intervención haya sido dolosa, pretendiendo
defraudar el interés fiscal.
La norma está inserta en los pagos provisionales mensuales (PPM) que deben hacer los
contribuyentes de primera categoría, salvo los que tributan con renta presunta y los de
segunda señalados en el artículo 42 Nº 2 de la ley referida; pagos que tienen por finalidad
cancelar en cuotas mensuales, los impuestos anuales a la renta.
Pues bien, según el inciso final de la norma en comento, si ese estado de pérdidas y
ganancias es maliciosamente incompleto o falso, dará lugar a la aplicación del máximo de
las sanciones contempladas en el artículo 97 Nº 4 del C.T.
La sanción máxima en esa disposición del C.T. la contiene el inciso tercero y la menor el
inciso primero. ¿Cuál será la aplicable? A pesar del texto estimamos que es la sanción del
inciso primero del Nº 4 del artículo 97 del C.T. por dos razones.
3. Percepción indebida de remanentes de PPM, artículo 97 Nº 4º, inciso quinto del D.L.
Nº 824.
El contribuyente que perciba una cantidad mayor a la que corresponda deberá restituir
la parte indebidamente percibida, reajustada ésta, previamente, según el porcentaje de
variación del I.P.C. experimentado entre el último día del mes anterior al de devolución y
el último día del mes anterior al reintegro efectivo, más un interés del 1,5% mensual por
cada mes o fracción de mes, sin perjuicio de aplicar las sanciones que establece este
Código en su artículo 97 Nº 4, cuando la devolución tenga su origen en una declaración
o solicitud de devolución maliciosamente falsa o incompleta.
La última de las disposiciones nombradas grava con impuesto adicional del 30% las
cantidades pagadas o abonadas en cuenta a personas sin domicilio ni residencia en el
país, por el uso de marcas, patentes, fórmulas, asesorías y otras prestaciones similares,
sea que consistan en regalías o cualquier otra forma de remuneración, excluyéndose las
cantidades que correspondan a devolución de capitales o préstamos, a pago de bienes
corporales internados al país hasta un costo generalmente aceptado o a rentas sobre las
que se haya pagado impuesto en Chile.
Pues bien, el que suscriba maliciosamente una declaración jurada falsa será
sancionado en conformidad con el artículo 97 Nº 4, del Código Tributario.
Opinamos lo mismo que en los dos casos anteriores, pues la amplitud de las conductas
en la norma del Código convierte a estas otras disposiciones legales en simples
especificaciones.
PÁRRAFO IV SIMPLES INFRACCIONES TRIBUTARIAS
Están constituidas por aquellas conductas que llevan aparejada sólo pena pecuniaria y,
a veces, clausura; las tipifica el C.T. en los artículos 97 Nºs. 1, 2, 3, 6, 7, 10, 11, 15, 16,
17, 19 y 20, 101, 102, 103, 104 y 109165.
El inciso final configura una infracción con un matiz que la diferencia de la descrita en el
inciso primero y cuyos elementos serían:
3. El error debe ser de una entidad tal, que induzca a una liquidación de impuesto
inferior a la que corresponda; entonces, por una parte, debe tratarse de una declaración
que establezca los elementos para determinar un impuesto y, por otra, no se cometería la
infracción por una omisión o error, por ejemplo, en la individualización del contribuyente.
Los contribuyentes autorizados a sustituir sus libros de contabilidad por hojas sueltas
llevadas en forma computacional y aquellos autorizados a llevar sus inventarios,
balances, libros o registros contables o auxiliares y todo otro documento de carácter
tributario mediante aplicaciones informáticas, medios electrónicos u otros sistemas
tecnológicos, que entraben, impidan o interfieran de cualquiera forma la fiscalización
ejercida de acuerdo a la ley, con una multa equivalente de una unidad tributaria anual a
cien unidades tributarias anuales, con un límite equivalente al 5% del capital propio
tributario o el 10% del capital efectivo.
Otras conductas que tipifican la misma infracción y se sancionan en la misma forma, las
encontramos en:
El artículo 101 obliga a las personas que deban retener el impuesto de Segunda
Categoría sobre las rentas gravadas en el Nº 1 del artículo 42, a certificar, a petición del
respectivo trabajador o pensionado, las rentas pagadas de la citada disposición, en el año
calendario, los descuentos efectuados en razón de las leyes sociales, por impuesto de
Segunda Categoría y el número de personas por las que se haya pagado asignación
familiar y agrega: El incumplimiento de esta obligación, la omisión de certificar partes de
las rentas o la certificación de cantidades no descontadas por concepto de leyes sociales
y/o de impuesto de segunda categoría se sancionará con la multa que se establece en el
inciso primero del Nº 6 del artículo 97 del Código Tributario, por cada infracción.
El hecho de no llevar contabilidad o los libros auxiliares exigidos por el director o director
regional de acuerdo con las disposiciones legales, o de mantenerlos atrasados o
llevarlos en forma distinta a la ordenada o autorizada por la ley, y siempre que no se dé
cumplimiento a las obligaciones respectivas dentro del plazo que señale el Servicio, que
no podrá ser inferior a diez días, con multa de una unidad tributaria mensual a una
unidad tributaria anual.
Las disposiciones del D.L. Nº 825 y su Reglamento a que nos referimos en la infracción
anterior, señalan conductas a sancionar de acuerdo a este Nº 7º del artículo 97 del C.T.
Es así como el artículo 59 del D.L. Nº 825 obliga también a registrar en el Libro de
Compras y Ventas las compras, ventas y servicios utilizados y prestados; las anotaciones,
agrega el artículo 62, deben hacerse día a día y el cumplimiento de esas obligaciones se
sanciona conforme a este Nº 7º. Igual disposición contiene el artículo 74 del Reglamento
cuando los contribuyentes acogidos a tributación simplificada en el D.L. Nº 825 no anotan,
en el libro foliado y timbrado que deben llevar, las operaciones en forma global o las
compras o utilización de servicios que les den derecho al crédito del artículo 30 del D.L.
citado.
1. Que el contribuyente:
a) No lleve contabilidad; quizá bastaría con esta conducta, pues aquel contribuyente que
no lleve Libro Mayor, Libro Menor, Libro de Caja Americana, Hojas sueltas, según los
casos, Libro de Compras y Ventas, Libro de Existencias, exigidos por el Reglamento del
D.L. Nº 825, en su artículo 92, a personas que fabrican y/o comercian bebidas alcohólicas,
sencillamente no llevan contabilidad y cometerían la infracción.
d) Contribuyentes, afectos al IVA, salvo los de la letra siguiente, que no abran cuentas
especiales en su contabilidad para registrar los impuestos recargados y soportados;
f) Los importadores que no abran cuentas especiales para registrar los impuestos
pagados en sus importaciones y los tributos recargados en sus ventas;
g) Llevar los libros o abrir las cuentas, pero mantenerlos atrasados, llevarlos en forma
distinta a la ordenada o autorizada en la ley.
2. Que el SII le señale un plazo, no inferior a diez días, para que dé cumplimiento a la
obligación y el contribuyente no cumpla.
Sobre esta infracción existen dos puntos que se prestan para la discusión.
El primero se refiere al Libro de Remuneraciones. Se ha pretendido incluirlo dentro de
los señalados en la disposición comentada. Sin embargo, nos parece que no es correcta
esa opinión por la sencilla razón que se trata de un libro, que si bien tiene consecuencias
tributarias para efectos de justificación de gastos necesarios en el D.L. Nº 824, cuya
obligación emana del artículo 62 del Código del Trabajo y no es un libro de contabilidad
propiamente tal. Luego no cumpliría con la tipificación de la infracción.
El segundo dice relación con la frase que encontramos en el artículo 62 del D.L. Nº 825,
referida a los libros que esa ley exige, cuyo texto dice: "sin necesidad de la notificación
previa exigida en la última de dichas disposiciones", refiriéndose al Nº 7 del artículo 97 del
Código Tributario.
Pudiera pensarse que elimina la necesidad que el SII fije un plazo para cumplir con la
obligación, porque no hay nada más en la ley. Sin embargo, estimamos que es
simplemente letra muerta pues estando dentro de la esfera infraccional, la interpretación
debe ser estricta y si el legislador utiliza la palabra notificación, término con significación
precisa y exacta en materia legal, a ella tenemos que estar. Ahora bien, como el artículo
97 Nº 7 no se refiere a ningún tipo de notificación, más aún ni emplea esa palabra,
necesario será concluir que la frase carece de contenido.
Para los efectos de aplicar la clausura, el servicio podrá requerir el auxilio de la fuerza
pública, la que será concedida sin ningún trámite previo por el cuerpo de Carabineros,
pudiendo procederse con allanamiento y descerrajamiento si fuere necesario. En todo
caso, se pondrán sellos oficiales y carteles en los establecimientos clausurados.
Cada sucursal se entenderá como establecimiento distinto para los efectos de este
número.
En los casos de clausura, el infractor deberá pagar a sus dependientes las
correspondientes remuneraciones mientras dure aquélla. No tendrán derecho los
dependientes que hubieren hecho incurrir al contribuyente en la sanción.
Coincide ese significado con el sentido que se le da en el lenguaje notarial y así se dice
que la escritura ha sido otorgada por notario desde el instante en que se completa con las
firmas correspondientes, no importando si las copias solicitadas por las partes han sido
retiradas de la notaría o todavía se encuentran físicamente en el recinto en que funciona.
¿Por qué hemos hecho hincapié en el sentido de un término cuyo contenido parece tan
claro?
Principalmente porque han sido varios los señores directores regionales del Servicio de
Impuestos Internos que, actuando como jueces de primera instancia, han multado
conductas por cuanto los documentos, boletas y facturas principalmente, no han sido
retirados del negocio u oficina en que fueron otorgados.
Cabe, además, desvirtuar la opinión del Servicio de Impuestos Internos por cuanto de
seguirla, en su aplicación integral, nos llevaría a situaciones absurdas, como por ejemplo,
si no se conserva la primera copia de la factura o el original de la boleta en poder del
vendedor o prestador de servicios, por pérdida o extravío, debería sancionarse también
como no otorgamiento, pues la conservación en poder del emisor está ordenada junto con
la entrega al cliente, en el mismo artículo 69 del mencionado D.S. de Hacienda 138, de
1980, en circunstancias que el Código Tributario, artículo 97 Nº 16, tipifica la infracción de
pérdida o inutilización de documentos.
Comparando los dos numerandos, se constata nítidamente que las infracciones tienen
un campo de aplicación perfectamente delimitado; la primera sanciona el no otorgamiento
y enseguida, la segunda, el no exigirla y el no retirarla del local o establecimiento del
emisor.
Necesariamente, en estos casos, las facturas van a permanecer algunas horas, o tal
vez días, en el establecimiento del emisor; pues obligadamente esas facturas estarán, en
el local del vendedor, desde el instante de su emisión hasta el envío por correo o hasta
que las retire el adquirente en el negocio de quien las emitió. Existe imposibilidad física
para impedir esa permanencia de la factura en el negocio.
b) No otorgarlos en los casos exigidos por las leyes. La disposición legal de mayor
alcance en esta materia es el artículo 52 del D.L. Nº 825 que obliga a todas las personas
que celebren cualquier contrato o convención de los mencionados en los Títulos II y III de
dicha ley a emitir boleta o factura, por las operaciones que efectúen, aun cuando se trate
de venta de bienes o prestación de servicios exentos de los impuestos que esa ley crea.
1) En toda venta o prestación de servicios o actos que la ley considera venta o servicio,
afectos al Impuesto al Valor Agregado, que conforman los contratos mencionados en el
Título II del D.L. Nº 825.
2) A nuestro modo de ver, quizás la aplicación práctica más destacable, por la confusión
que ha existido y existe aún, es la obligación de emitir boletas por los honorarios que se
perciban en el ejercicio de las llamadas profesiones liberales. Ya dijimos que existe
obligación de emitir documentos, facturas o boletas, cuando se celebran contratos
mencionados en el Título II del D.L. Nº 825, aun cuando se trate de la prestación de
servicios, exenta del Impuesto al Valor Agregado. Pues bien, entre las exenciones a ese
tributo encontramos en el artículo 12, letra E número 8 "Los ingresos mencionados en los
artículos 42 y 48 de la Ley de Renta" y si abrimos el primero de esos artículos, podemos
leer en su número 2. "Ingresos provenientes del ejercicio de las profesiones liberales o de
cualquiera otra profesión u ocupación lucrativa no comprendida en la primera categoría ni
en el número anterior, incluyéndose los obtenidos por los auxiliares de la administración
de justicia por los derechos que conforme a la ley obtienen del público, los obtenidos por
corredores que sean personas naturales y cuyas rentas provengan exclusivamente de su
trabajo o actuación personal, sin que empleen capital, y los obtenidos por sociedades de
profesionales que presten exclusivamente servicios o asesorías profesionales". Por
consiguiente, los ingresos provenientes del ejercicio de las profesiones liberales están
favorecidos por una exención, están exentos.
Luego, la obligación de emitir boleta por los honorarios percibidos por los profesionales
liberales, léase abogados, contadores, auditores, médicos, ingenieros, etc. está ordenada
por la ley y su omisión acarrea la aplicación de las sanciones contenidas en el número 10
del artículo 97 del Código Tributario.
3) Encontramos otra situación en el artículo 53 del mismo D.L. Nº 825 que obliga a los
contribuyentes a emitir diariamente una boleta por el valor total de las ventas o servicios
realizados por montos inferiores al mínimo por el que deban emitirse esos documentos.
No podemos terminar este acápite sin referirnos a la situación que puede presentarse
con dos documentos que responden a las mismas operaciones; estamos pensando en las
boletas y facturas. Los casos en que deben otorgarse esos documentos los establece el
artículo 53 del D.L. Nº 825 en la forma siguiente: "Los contribuyentes afectos a los
impuestos internos de esta ley estarán obligados a emitir los siguientes documentos:
a) Facturas, incluso respecto de sus ventas o servicios exentos, en las operaciones que
realicen con otros vendedores, importadores y prestadores de servicios y, en todo caso,
tratándose de ventas o promesas de venta de inmuebles o de los contratos señalados en
la letra c) del artículo 8º gravados con el impuesto del Título II de esta ley.
La ley, entonces, señala los casos en que deben otorgarse uno u otro documento.
Formal o fríamente analizada la conducta, no puede existir duda que la infracción está
cometida, se ha incurrido en ella y corresponde aplicar la sanción.
En todo caso, por lo que hemos podido apreciar, quizá por la razón dada por la Excma.
Corte Suprema, que la infracción no origina perjuicio al interés fiscal, el Servicio de
Impuestos Internos, consciente o inconscientemente, hace vista gorda de esa infracción y
la sentencia que señalamos es casi única.
Pero el mismo D.L. Nº 825 ordena que todos los documentos en análisis deben
contener las especificaciones que señale el Reglamento. El Reglamento está contenido
en el D.S. Nº 55, de 1977, según vimos en el Capítulo VI, Sección Primera, Párrafo III.
A su vez el Reglamento, siguiendo el ejemplo del legislador, facultó al SII para que fijara
otros requisitos obligatorios que deben cumplir los documentos referidos y otros
documentos, emanados de resoluciones del SII, como las facturas de compra y
liquidaciones-factura, y así se dicta la resolución Nº 1.661, de 1985, ya estudiada.
Junto a esa facultad en favor del Servicio de Impuestos Internos, el artículo 71 bis del
Reglamento del D.L. Nº 825 aclara que la emisión de las facturas y demás documentos
sin cumplir con los requisitos establecidos en el mismo Reglamento, o por la Dirección del
Servicio de Impuestos Internos, hará aplicable las sanciones que establecen el Nº 10
del artículo 97 o el artículo Nº 109 del Código Tributario, según corresponda.
Una segunda interpretación, que parece la más cercana al texto del inciso segundo del
artículo 71 bis del Reglamento del D.L. Nº 825, consistiría en sostener que, en el caso de
emitir los documentos sin las exigencias legales o reglamentarias, la sanción aplicable es
la del artículo 97 Nº 10 y si lo que falta son los requisitos ordenados por el Servicio, la
sanción sería solamente la multa contenida en el artículo 109, ambas disposiciones del
Código Tributario. Estimamos esta interpretación más acorde al texto de la norma, pues
ésta describe dos conductas, una emitir los documentos sin cumplir con los requisitos del
reglamento y otra, sin cumplir con las formalidades impuestas por el Servicio; a estas dos
conductas aplica las sanciones contenidas en los dos artículos citados; el primer artículo
señalado por la norma reglamentaria es el artículo 97 Nº 10, que sancionaría la primera
conducta descrita, o sea, emisión sin los requisitos reglamentarios y el segundo, es el
artículo 109 que se aplicaría a la segunda conducta tipificada, o sea, falta de los requisitos
exigidos por el Servicio, en la emisión de los documentos.
A nuestro entender la interpretación correcta está dada, hoy en día, por el Nº 3 del
artículo 19 de la Constitución Política del Estado al consagrar, como garantía, que
"ninguna ley podrá establecer penas sin que la conducta que se sanciona esté
expresamente descrita en ella". La palabra "expresamente" no se puede dejar sin
contenido; ese adverbio exige que la ley describa la conducta sancionada, sin posibilidad
de delegación o remisión a otra norma de rango inferior.
Frente a esa disposición, deben desecharse como inconstitucionales las
interpretaciones del Servicio de Impuestos Internos y la que pareciera reflejar el artículo
71 bis del decreto Nº 55, de 1977, Reglamento de la Ley sobre Impuesto a las Ventas y
Servicios, pues de manera más aberrante el primero y quizá discutible el segundo,
pretenden penar conductas que no están expresamente descritas en la ley.
¿Cuál es la forma exigida por la ley para extender los documentos? Una sola; deben
estar timbrados por el Servicio de Impuestos Internos.
Este argumento puede servir de fundamento para las sentencias de los Tribunales de
Justicia que no dieron lugar a la aplicación del artículo 97 Nº 10 del Código Tributario
cuando, por ejemplo, las guías de despacho no contenían la fecha y detalle de la
mercadería.
Hemos pensado al escribir lo anterior en el dicho que afirma que cuando se prueba
demasiado no se prueba nada; pero la norma constitucional está ahí, clara, nítida,
expresa y vigente.
No puede pensarse en la posibilidad de que sean esos dependientes los que sufran las
sanciones, pues expresamente el artículo 99 del Código Tributario ordena que las
sanciones corporales se aplican a quien debió cumplir la obligación y ése es el
contribuyente; además, y por si se quiere mayor claridad, agrega la misma disposición,
que tratándose de personas jurídicas, se aplicarán a los gerentes, administradores o a
quienes hagan las veces de éstos y a los socios a quienes corresponda dicho
cumplimiento. En ningún caso y por ningún motivo es posible aplicar las sanciones al
empleado o trabajador que incluso, dolosa o culpablemente, omitió la emisión del
documento.
Esto nos lleva a formular una crítica que no debe soslayarse. Esa persona, que en los
hechos comete la infracción, puede incluso pretender perjudicar al contribuyente con su
conducta. Cuando el dueño, socio o gerente hace el arqueo de caja, compara el monto
arrojado por los documentos emitidos, con el dinero en caja; por consiguiente, si no se
emite documento, el dinero sobrante no va a manos de la empresa sino del empleado a
cargo de la caja, del mismo modo que si falta dinero en comparación a la suma obtenida
de los documentos, se haría responsable al mismo dependiente.
Entonces, si bien para el trabajador puede tratarse de un acto voluntario, para quien va
a sufrir la sanción, puede en más de un caso revestir el carácter de infracción o delito
objetivo.
Se puede leer sobre esta infracción172que, para su configuración, basta con el mero
retardo, aunque no sea culpable o doloso, es decir, es suficiente que el pago se haga
fuera de plazo.
No nos parece correcto, por las razones expuestas en otras situaciones, principalmente
porque nuestro ordenamiento jurídico penal exige voluntariedad en las conductas que
sanciona y la responsabilidad objetiva sólo es posible cuando la propia ley, expresa o
tácitamente, la establece.
La tipificación no reviste dificultad, salvo que debe tenerse presente que dentro de los
impuestos sujetos a retención o recargo están, además de los propiamente tales, como el
IVA o el que afecta a las rentas de los trabajadores dependientes, aquellos que el
legislador incluyó en esa categoría, como por ejemplo, cuando el artículo 98 del D.L. Nº
824 establece que los pagos provisionales serán considerados para efectos de
declaración, pago y aplicación de sanciones como impuestos sujetos a retención,
siéndoles aplicables todas las disposiciones que ese D.L. y el Código Tributario
establecen a ese respecto.
En relación a este tema de los pagos provisionales, cabe analizar la situación en que el
contribuyente no los pagó oportunamente, pero cumplió cabalmente con el pago de los
impuestos a la renta en el plazo establecido por la ley. Creemos que la infracción se
cometió y el pago posterior no altera, en lo sustancial, la responsabilidad por la infracción;
tan sólo la disminuiría a través de la atenuante consistente en la reparación del mal
causado. Para que naciera una eximición de responsabilidad, debería la ley establecerla y
no lo ha hecho.
1. El artículo 34 del C.T. obliga a atestiguar, bajo juramento, sobre puntos contenidos en
una declaración a:
a) Los contribuyentes, los que la hayan firmado, los técnicos y asesores que hayan
intervenido en su confección o en la preparación de ella o de sus antecedentes, cuando el
SII lo requiera, dentro de los plazos que tiene para fiscalizar. Esta norma deja sin efecto la
obligación del secreto profesional.
b) Si el contribuyente es una sociedad anónima o en comandita, la misma obligación
recae sobre su presidente, vicepresidente, gerente, directores o socios gestores que,
según el caso, indique el Director Regional, y
2. El inciso penúltimo del artículo 60 del C.T. faculta al SII, para efectos de la aplicación,
fiscalización o investigación del cumplimiento de obligaciones tributarias, para pedir
declaración jurada por escrito o citar a toda persona domiciliada dentro de la jurisdicción
de la oficina que la cite, para que concurra a declarar, bajo juramento, sobre hechos,
datos o antecedentes de cualquiera naturaleza, relacionados con terceras personas. En
términos más claros, el SII puede pedir declaración de testigos y, si el testigo no concurre
a declarar, incurre en la infracción.
Esta obligación tiene excepciones; por un lado y salvo que se trate de sucesión por
causa de muerte o comunidades en que sean comuneros los parientes, no están
obligados a declarar:
— el cónyuge;
— el adoptante;
— el adoptado;
Por otra parte, tampoco están obligadas a declarar las personas obligadas a guardar el
secreto profesional. Obviamente no pueden ampararse en el secreto profesional
tratándose de técnicos y asesores que hayan intervenido en la confección o preparación
de una declaración o sus antecedentes, en lo referente a esa declaración.
a) Con multa de una unidad tributaria mensual a veinte unidades tributarias anuales, la
que, en todo caso, no podrá exceder del 15% del capital propio; o
b) Si los contribuyentes no deben determinar capital propio, resulta imposible su
determinación o aquél es negativo, con multa de media unidad tributaria mensual hasta
diez unidades tributarias anuales.
a) Con multa de una unidad tributaria mensual a treinta unidades tributarias anuales, la
que, en todo caso, no podrá exceder del 25% del capital propio; o
b) Reconstituir la contabilidad dentro del plazo y conforme a las normas que fije el
Servicio, plazo que no podrá ser inferior a treinta días.
Para los efectos previstos en los incisos primero y segundo de este número, se
entenderá por capital propio el definido en el artículo 41, de la Ley sobre Impuesto a la
Renta, vigente al inicio del año comercial en que ocurra la pérdida o inutilización.
c) Tanto los libros como los documentos deben servir para acreditar anotaciones
contables o estar relacionados con actividades afectas a algún impuesto.
a) Pérdida de los libros de contabilidad y/o documentos, es decir, se pierden todos los
libros y la documentación soportante, lógicamente unos y otros deben haber sido
utilizados o estar en condiciones de serlo, siendo requisito clarificador, para el caso
potencial de uso, el timbraje por parte del SII.
b) Inutilización de los libros de contabilidad y/o documentos, como puede suceder por
una filtración de aguas o acción de algún integrante de la fauna, que los tornen ilegibles.
c) Pérdida de algunos libros de contabilidad y/o algunos documentos: tiene cierta lógica
esta propuesta, aunque, desde el punto de vista gramatical, es objetable, pues los
términos "los libros..." comprenden todos los libros; tal vez habría que eliminar el artículo
determinado "Los".
a) Dar aviso al Servicio dentro de los diez días siguientes a la pérdida o inutilización, y
b) Reconstituir la contabilidad dentro del plazo y conforme a las normas que fije el
Servicio, plazo que no podrá ser inferior a treinta días.
El incumplimiento de esta obligación tipifica una infracción penada con multa que puede
llegar hasta diez unidades tributarias mensuales.
c) El texto señala que la sanción se hará efectiva con la sola notificación del acta de
denuncio y en su contra no procederá recurso alguno. Sin embargo, como reglamenta el
artículo 161, la aplicación de la sanción será el resultado de un proceso legal, establecido
por esta norma y contra la sentencia caben los recursos de reposición y apelación y la
sentencia de segunda instancia puede ser impugnada mediante los recursos de casación,
según explicaremos en el siguiente capítulo. Es lógico concluir que la frase en comento
bien podría suprimirse.
El inciso final del artículo 88 del C.T. impone, al adquirente o beneficiario del servicio, la
obligación de exigir y retirar del local o establecimiento del emisor, las boletas o facturas
que deban otorgarse.
La deducción como gasto o uso del crédito fiscal que efectúen, en forma reiterada, los
contribuyentes del Impuesto de Primera Categoría de la Ley de la Renta, que no sean
sociedades anónimas abiertas, de desembolsos que sean rechazados o que no den
derecho a dicho crédito de acuerdo a la Ley de la Renta o al D.L. Nº 825, de 1974, por
el hecho de ceder en beneficio personal y gratuito del propietario o socio de la empresa,
su cónyuge o hijos, o de una tercera persona que no tenga relación laboral o de
servicios con la empresa que justifique el desembolso o el uso de crédito fiscal, con
multa de hasta el 200% de todos los impuestos que deberían haberse enterado en
arcas fiscales, de no mediar la deducción indebida. La misma multa se aplicará cuando
el contribuyente haya deducido los gastos o hecho uso del crédito fiscal, respecto de los
vehículos y aquellos incurridos en supermercados y comercios similares, a que se
refiere el artículo 31, de la Ley sobre Impuesto a la Renta, sin cumplir con los requisitos
que dicha disposición establece.
La segunda está conformada por el uso o utilización como crédito fiscal de impuestos
soportados que no dan tal derecho.
Las demás circunstancias de las conductas sancionables son las mismas, a saber:
a) Esas conductas deben ser reiteradas; el legislador quiere sancionar sólo al infractor
contumaz que perpetra, realiza sucesivamente la misma conducta. El legislador no define
en esta materia la reiteración, sí lo hace el SII —aplica el concepto del artículo 112 del
C.T.— para quien incurra en alguna de las conductas sancionadas, en forma reiterada,
significa que se realiza "en más de una oportunidad dentro de un mismo o de distintos
períodos tributarios, pero siempre que estén comprendidos en el lapso de prescripción de
tres años de la acción del Servicio para perseguir la aplicación de sanciones". (Circular Nº
67 de 1998). Podemos aceptar esa interpretación sólo porque está dentro de la definición
de reiteración que da el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, según el cual,
reiteración es "la acción y efecto de reiterar" y este verbo significa "volver a hacer una
cosa".
b) Los infractores sólo pueden ser los contribuyentes de primera categoría que no sean
sociedades anónimas abiertas.
b) El contribuyente debe, por una parte, haber sido notificado personalmente, por cédula
o mediante el envío de carta certificada por dos veces y, por otra, tiene que haber
transcurrido un plazo de 20 días a contar de la fecha en que debió comparecer ante el
Servicio de Impuestos Internos.
l. En los artículos 8º ter y 8º quater se tipifican sendos delitos que fueron tratados en la
parte pertinente de la obligación de presentar declaraciones.
2. El artículo 75 bis del C.T. aplica la sanción del artículo 97 Nº 1 del mismo Código al
arrendador o cedente temporal, en cualquier forma, de un bien raíz agrícola que no
declare, en el documento pertinente, si tributa con renta efectiva o presunta en el
Impuesto de Primera Categoría de la L.I.R. lo mismo tratándose de pertenencias mineras.
Agrega además que los Notarios no autorizarán las escrituras públicas o documentos en
los que falte dicha declaración. La sanción al Notario infractor será la genérica del artículo
109 C.T. Lo destacable en esta infracción es que no se configura si no se extiende un
documento, es decir, si no se escritura.
3.- El artículo 100 bis sanciona a la persona natural o jurídica que haya diseñado o
planificado los actos, contratos o negocios, constitutivos de abuso o simulación según los
artículos 4º ter, 4º quater, 4º quinquies y 160 bis. La sanción sólo será aplicable si no se
reclama en contra de la respectiva liquidación, giro o resolución y los plazos para hacerlo
se encuentran vencidos o se interpuso reclamación y se encuentra resuelta (sic) por
sentencia firme o ejecutoriada; hacemos la advertencia, porque si se acoge la
reclamación por sentencia firme o ejecutoriada, no puede haber sanción; por consiguiente
el legislador debería haber usado otro verbo, por ejemplo: rechazada.
La multa asciende al 100% de todos los impuestos que deberían haberse enterado en
arcas fiscales de no mediar las conductas sancionadas. La multa tiene un tope de cien
unidades tributarias anuales.
Si la infracción fue cometida por una persona jurídica, la sanción será aplicada a los
directores, o representantes legales si hubieren infringido sus deberes de dirección y
supervisión.
4. Encontramos cinco infracciones que pueden ser cometidas por funcionarios del SII,
tipificadas en los artículos 101 del C.T. y 40 de la Ley Orgánica del SII y son las
siguientes:
La sanción es la suspensión de su empleo por un lapso que puede llegar hasta los dos
meses.
La ley no define la reincidencia, para este efecto, por lo tanto, según vimos en la
infracción del artículo 97 Nº 20, consistirá en volver a realizar la misma conducta.
La sanción es la suspensión del empleo hasta por dos meses, pudiendo llegar a la
destitución del cargo, sin perjuicio de las penas contenidas en el Código Penal, si se
comprueba que el funcionario solicitó o recibió remuneración o recompensa176.
La sanción es igual a la del Nº 1, o sea, suspensión del empleo por un lapso que puede
llegar hasta dos meses.
En caso de reincidencia, la sanción será la destitución de su cargo del funcionario
infractor; también procederá la destitución atendida la gravedad de la falta.
2. Que por su insuficiente ilustración o por alguna causa justificada, haga presumir que
ha tenido un conocimiento imperfecto de las normas infringidas.
1. El mismo artículo 110 del C.T. señala que los elementos indicados para conformar la
eximente de responsabilidad, puede constituir, en defecto de la eximente, la atenuante a
que se refiere el artículo 11 Nº 1º del Código Penal, o sea, la llamada eximente incompleta
o atenuante calificada.
Esta atenuante calificada tendrá lugar tanto si faltan los requisitos cuantitativa como
cualitativamente, es decir, puede simplemente faltar un elemento o pueden estar todos
presentes pero los recursos no son tan escasos y la ilustración no tan insuficiente.
Al igual que en el caso de la eximente, los hechos constitutivos deben ser apreciados en
conciencia por el Juez que conoce la causa.
Atenuante relacionada con el fin principal de los tributos, cual es, la obtención de
recursos para el erario nacional; de ahí que si la conducta no originó disminución en la
entrada de dinero, en arcas fiscales, la pena ha de disminuirse.
Para pagar las multas debe haberse dictado la sentencia que las impone. Ahora bien,
en los delitos tributarios las multas deben imponerse conjuntamente con la
correspondiente pena restrictiva o privativa de libertad, en la sentencia definitiva, dictada
por el Juez del Crimen; así lo ordena el inciso tercero, del artículo 105 del C.T. Por su
parte, las circunstancias atenuantes se determinarán por el mismo juez en la misma
sentencia. Luego, es imposible que la sanción pecuniaria pueda pagarse antes de que se
haya impuesto.
1. El inciso segundo del artículo 111 del C.T. describe, como circunstancia agravante de
responsabilidad la utilización, por parte del delincuente, de asesoría tributaria.
Tendrá que tratarse de una concertación para delinquir y en ningún caso sería
configurante de agravación de responsabilidad, la necesaria actuación conjunta de varias
personas para la realización de un negocio o celebración de un contrato.
La reflexión está referida al inciso segundo del referido artículo, en que leemos "Sin
perjuicio de lo dispuesto en el Nº 10 del artículo 97 —debería agregar e inciso primero del
Nº 24 del mismo artículo— en los demás casos de infracciones a las leyes tributarias,
sancionadas con pena corporal, se entenderá que existe reiteración cuando se incurra en
cualquiera de ellas en más de un ejercicio comercial anual". Según E. Charad, en la
página 587 de su obra El Código Tributario, "...expresión que estimamos poco clara y
dubitativa. ¿Qué sucede con las infracciones cometidas en menos de un ejercicio
comercial? ¿Y por qué éste debe necesariamente ser anual?". He preferido transcribir
esta opinión, a decir simplemente que es una frase ininteligible.
D. CIRCUNSTANCIAS HÍBRIDAS
El artículo 107 del C.T. enumera una serie de circunstancias, pero no las califica ni
como atenuantes ni como agravantes; simplemente, dice la norma que deben
considerarse en la aplicación de las sanciones —multa y/o clausura— que imponga el
Servicio o el Tribunal Tributario y Aduanero. Será, por consiguiente, el Servicio en los
casos señalados en el artículo 165 Nº 1º o el Tribunal Tributario y Aduanero en los
procedimientos de aplicación de sanciones que se lleven ante ellos, quienes, en definitiva,
le darán el carácter de atenuante y agravante; por lógica, deberán hacerlo de acuerdo a
las reglas de la sana crítica, que es la forma en que deben apreciar la prueba.
En este último número podemos concluir las demás atenuantes y también agravantes
de los artículos 12 y 13 del C.P.
El legislador sólo indica que dichas circunstancias deben considerarse, para aplicar las
sanciones dentro de los márgenes que corresponda.
Frente a esta parquedad legislativa, poco pueden ayudarnos los Tribunales Tributarios,
sobre todo porque opinamos que dos Tribunales, con calificación distinta, pueden llegar al
mismo resultado; ejemplifiquemos con una sanción cuyos límites sean una U.T.M. y una
U.T.A. y cuyos infractores sean reincidentes; imaginemos dos sentencias de diferentes
tribunales, pero en ambas la infracción se sanciona con seis U.T.M. de multa; esta
coincidencia ¿se deberá a que ambos jueces calificaron la reincidencia como agravante o
ambos como atenuante? No necesariamente; porque es posible que uno la considerara
atenuante y por eso no aplicó una U.T.A. y el otro la consideró agravante y
consecuentemente no aplicó una U.T.M.
1. Serán agravantes las reincidencias por el tratamiento que, en materia penal general,
se da a esa circunstancia.
Este procedimiento está reglamentado en el artículo 161 del C.T., aplicándose, en forma
supletoria, por mandato del Nº 9º de esa disposición, las normas contenidas en el Título II
del Libro III, es decir, en lo no reglamentado en este artículo se aplican las normas del
procedimiento general de reclamaciones.
B. CAMPO DE APLICACIÓN
Como se trata del procedimiento general, se aplicará siempre que la propia ley no
establezca uno especial. Esta premisa nos llevaría a concluir que, hoy en día, se aplica:
b) Cuando el Director del SII, haciendo uso de la facultad que le confiere el artículo 162
inciso tercero del C.T. opte, cuando la infracción está sancionada con multa y pena
corporal, por "enviar los antecedentes al Director Regional para que persiga la aplicación
de la multa que correspondiere a través del procedimiento previsto en el artículo anterior,
o sea, el artículo 161 del C.T. Se trata, entonces, de los delitos descritos en el artículo 97
del mismo Código, números 4, 5, 8, 9, 10 inciso tercero (este por especialidad o
especificidad, pues estamos frente a un presunto delito que el Director del SII decide no
perseguir salvo en lo relativo a la aplicación de la multa; la norma especial es la transcrita,
o sea, el artículo 162 inciso tercero y la general en el 165 Nº 2 ambas del C.T.), 12, 13,
14, 18, 22, 23, 24, 25, 26 y artículo 100 de dicho Código.
C. TRIBUNALES COMPETENTES
D. COMPARECENCIA
Por disposición del párrafo segundo del Nº 2 del artículo 161 del C.T., en las causas de
cuantía igual o superior a treinta y dos unidades tributarias mensuales, la primera
presentación de cada parte deberá ser patrocinada por un abogado habilitado para el
ejercicio de la profesión.
E. TRAMITACIÓN
Para las demás notificaciones que deban realizarse, se aplica, por disposición Nº 9 del
artículo 161 del C.T., la normativa que vimos en el Procedimiento General de
Reclamaciones.
Este funcionario competente debe tener el carácter de ministro de fe, pues tiene como
función levantar el acta y sobre todo, notificarla, para lo cual se requiere necesariamente
de ese carácter; en caso contrario, la notificación sería nula.
Los funcionarios del Servicio que tienen la calidad de ministro de fe, son:
Es necesario precisar que los ministros de fe lo son en cuanto a los actos en que
intervengan o hechos que constaten en sus actuaciones y, por lo tanto, carecen de fuerza
probatoria las apreciaciones, las opiniones, los razonamientos o juicios valorativos que
expresen; éstos son esencialmente cuestionables.
2. Medidas conservativas
a) Debe dictarse una resolución que las ordene; no podría, entonces, realizarlas el
ministro de fe a iniciativa propia, aun cuando las estimara indispensables al momento, por
ejemplo, de notificar el acta de denuncia.
b) En cambio, puede darse la situación en que el acta sea conocida por el Tribunal
Tributario con anterioridad a su notificación y ordenar que, una vez notificada, se proceda
inmediatamente a concretar las medidas conservativas decretadas previamente.
d) Contra la resolución que ordene esas medidas puede recurrirse ante el juez de Letras
de Mayor Cuantía en lo Civil que corresponda debiendo ser el que tenga jurisdicción en el
territorio donde tenga su sede el Director Regional. Contra lo que este Tribunal resuelva,
cabe interponer el recurso de apelación para ante la Corte de Apelaciones que tenga
jurisdicción sobre dicho Juzgado; recurso de apelación que se concederá en el solo efecto
devolutivo, o sea, se dará cumplimiento a lo resuelto, sin perjuicio de lo que se resuelva
en la apelación.
El juez de Letras debe resolver el reclamo con citación del jefe del Servicio del lugar
donde se haya cometido la infracción. Pensamos que lo más lógico es entender los
términos "con citación", como lo explica el artículo 69 del Código de Procedimiento Civil,
es decir, no puede llevarse a efecto sino pasados tres días desde la notificación de la
parte contraria, la que tendrá derecho a oponerse o deducir observaciones dentro del
plazo referido. Es cierto que esta disposición se refiere a la autorización u orden para
realizar alguna diligencia que favorece a una parte y puede perjudicar a otra; en cambio,
aquí estamos frente a Tribunal distinto al que conoce de la causa, pero de la misma
jerarquía y sin interposición de recurso, sino sólo frente a un "ocurrir" ante este otro
tribunal; además, la citación no está referida al Tribunal que conoce de la causa, sino a
una autoridad administrativa, como es, el jefe del Servicio del lugar en que se haya
cometido la infracción, quien es, en términos prácticos, la contraparte del contribuyente
supuesto infractor.
De más está señalar que, en contra del fallo de la Corte de Apelaciones, no proceden
los recursos de casación, pues no se trata de resoluciones que admitan su procedencia.
Esta norma amerita un comentario. No parece lógico que contra una resolución dictada
por el Juez Tributario y Aduanero pueda "ocurrirse ante el Juez de Letras de Mayor
Cuantía en lo Civil que corresponda", pues son tribunales de igual jerarquía. Cabría la
posibilidad que las medidas fueran dictadas por la autoridad administrativa, en este caso,
el Director Regional del SII; pero, en esta hipótesis la incongruencia sería mayor por
cuanto la medida sería dispuesta por una de las partes del contencioso. Creemos que
debe derogarse, salvo en la parte que permite el recurso de apelación.
3. Formulación de descargos
A partir de la notificación comienza a correr un plazo de diez días para que el afectado
formule descargos.
Los descargos deben presentarse por escrito; escrito que deberá cumplir, por mandato
del artículo 161 Nº 9º, los requisitos que el artículo 124 del C.T. ordenar para la
reclamación y, como ya sabemos son, en forma resumida: individualización del
reclamante, fundamentos fácticos y jurídicos; documentos y peticiones.
c) Como "en lo no establecido en este artículo" se aplican las normas del procedimiento
general de reclamaciones, si se pretende rendir prueba testimonial, deberá presentarse
lista o nómina de testigos dentro de los dos primeros días del probatorio y aplicar la
normativa que dicho procedimiento establece.
d) Al derogarse el Nº 6 del artículo 161 del C.T., se elimina la facultad que tenían las
Cortes de Apelaciones y Suprema de suspender el cobro y entonces cabe preguntarse
¿no es posible la suspensión del cobro? La respuesta debería ser afirmativa, pero en
realidad no es necesaria porque la sentencia no dispondrá el giro de la multa porque esa
orden de girar también estaba en el Nº 6 del art. 161 derogado.
5. Emplazamiento al SII
Vencido el plazo, haya o no contestado el SII, ordenará recibir la prueba que se hubiere
ofrecido, dentro del término que se señale. Por consiguiente, el Tribunal —no puede ser
nadie más— deberá determinar el plazo para rendir prueba y no cabe la aplicación del
término probatorio del procedimiento general de reclamaciones, por cuanto la ley ordena
que lo señale el Tribunal. Así lo dispone el Nº 4º del artículo 161 del C.T.
Junto con la fijación del término probatorio, deberá señalar los hechos sustanciales y
pertinentes controvertidos y fijar el día y hora de la audiencia pertinente para rendir la
prueba testimonial.
6. Sentencia
El Juez Tributario y Aduanero deberá dictar sentencia dentro del plazo de sesenta días,
contado desde el vencimiento del término probatorio; plazo establecido en el
procedimiento general de reclamaciones y, según vimos, aplicable a este procedimiento.
7. Recursos
b) El artículo 138 del C.T. no lo llama recurso, simplemente permite al Juez Tributario y
Aduanero, de oficio o a petición de parte, aclarar puntos oscuros o dudosos, salvar las
omisiones o rectificar errores, y
c) Tal vez porque errar es humano, nuestro sistema jurídico lo permite para la mayoría
de los procedimientos, a objeto de evitar un recurso de apelación en puntos o aspectos
obvios.
Nos referimos al inciso primero del artículo 106 del C.T. que faculta, al Director Regional
y a su juicio exclusivo, remitir, rebajar o suspender las sanciones pecuniarias, siempre
que el contribuyente pruebe que:
Por su parte el inciso segundo del mismo artículo, le otorga también al Director
Regional, la facultad de anular las denuncias notificadas por infracciones que no
constituyan amenaza para el interés fiscal u omitir los giros de las multas que se apliquen
en estos casos, de acuerdo a criterios generales que fije el Director. Si bien esta facultad
está concebida como de iniciativa del respectivo Director Regional, no existe
inconveniente que sea solicitada por el afectado.
Este inciso segundo demuestra que el interés fiscal es el bien jurídico protegido por el
legislador al tipificar las infracciones tributarias.
PÁRRAFO II PROCEDIMIENTO ESPECIAL DEL ARTÍCULO 165 Nº 1 DEL CÓDIGO TRIBUTARIO
B. CAMPO DE APLICACIÓN
Las multas que sancionan las infracciones descritas en el artículo 97 Nºs. 1 inciso
primero, 2 y 11 del C.T.
C. TRAMITACIÓN
El único trámite consiste en ser giradas por el SII o solucionadas por el contribuyente al
momento de presentar la declaración o efectuar el pago.
En los casos que sean giradas, puede reclamarse, dentro del plazo de quince días
hábiles, contados desde la fecha de notificación del giro ante el Tribunal Tributario y
Aduanero, aplicándose el procedimiento del Párrafo siguiente.
Al no aplicarse el inciso segundo del artículo 129 del C.T., según el Nº 6º del artículo
165 del C.T., no rige, en este procedimiento, la ley Nº 18.120 y, consecuentemente, los
reclamantes no requieren del patrocinio de abogado ni de representación por abogado o
procurador o por estudiante egresado de una Escuela de Derecho, en las condiciones
indicadas en dicha ley, podría, por lo tanto, comparecer personalmente.
B. CAMPO DE APLICACIÓN
C. TRIBUNAL COMPETENTE
D. NOTIFICACIONES
La notificación de los giros de las multas a que se refieren los números 1, inciso
primero, 2º y 11º del artículo 97 del C.T. se hará en conformidad a lo dispuesto en el
artículo 11 del C.T. —es una notificación que debe practicar el SII— y, por lo tanto, se
notificarán personalmente o por cédula o por carta certificada, a menos que el interesado
haya solicitado ser notificado por correo electrónico.
Notificado el giro de las multas de los números 1º inciso primero, 2º y 11º del artículo 97
del C.T. o las supuestas infracciones de los números 1º inciso segundo, 3, 6, 7, 10, 15,
16, 17, 19, 20 y 21 del mismo artículo y artículo 109 del citado Código, el contribuyente o
afectado puede reclamar, por escrito, ante el Juez Tributario y Aduanero.
1.- El plazo para reclamar es de 15 días hábiles, contado desde la notificación del giro
de la multa o de la infracción, según el caso.
Si transcurre dicho plazo sin que se haya reclamado, en el caso del giro deberá pagarse
o el SII lo enviará a Tesorería para el cobro ejecutivo y, si se trata de una infracción, el SII
estará en condiciones de proceder al giro respectivo.
Si se reclama, salvo que haya sido del giro de la multa, ésta no se puede girar hasta
que se resuelva sobre los descargos del contribuyente, es decir, una vez que
haya vencido el plazo para interponer el recurso de apelación en contra de la sentencia de
primera instancia o bien, una vez fallado el recurso de apelación si se interpuso. Esta
conclusión es evidente por dos razones:
2. La ley no establece requisitos y/o menciones que debe contener el escrito en que se
reclama; deberemos, entonces, por mandato del Nº 7º del artículo 165, aplicar el artículo
125 del C.T. que señala los requisitos de la reclamación en el procedimiento general y
que analizamos en su oportunidad. Por la misma razón, si se incurre en omisiones, el
Juez Tributario y Aduanero dictará una resolución, ordenando se subsanen, dentro del
plazo que señale, según vimos en el procedimiento general de reclamaciones.
El SII tiene un plazo de diez días hábiles para contestar el traslado y se atendrá, en
cuanto a la formalidad, a lo dispuesto en el artículo 132 del C.T., relatado al estudiar el
procedimiento general de reclamaciones.
Dentro de los dos primeros días del probatorio, las partes, si desean rendir prueba
testimonial, deberán acompañar una nómina de los testigos de que piensan valerse,
individualizándolos con "nombre y apellido, domicilio y profesión u oficio", no exige la ley
indicar cédula nacional de identidad, pero parece recomendable hacerlo. No pueden
declarar más de cuatro testigos por parte, aunque en la lista presentada se puede y quizá
es conveniente individualizar un número mayor.
5. El Juez Tributario y Aduanero debe dictar sentencia dentro del plazo de cinco días.
Dicho plazo se cuenta desde que los autos quedan en estado de sentencia, que será una
vez que ha vencido el término probatorio y/o se han cumplido las medidas para mejor
resolver.
El Nº 9º del artículo 165 del C.T. se refiere a este tema y según esa disposición la
suspensión del procedimiento se produciría si:
G. RECURSOS
El plazo para interponer el recurso es de quince días hábiles contado desde la fecha de
la notificación de la sentencia definitiva.
El escrito pertinente deberá ser fundado y contener peticiones concretas, por razones
de conveniencia y seguridad del cliente, según analizamos en el procedimiento general de
reclamaciones.
La Corte de Apelaciones debe ver la causa en forma preferente, en cuenta y sin esperar
la comparecencia de las partes, salvo que estime conveniente conocer el recurso previa
vista de la causa y en conformidad a las normas prescritas para los incidentes.
H. SUSTITUCIÓN DE LA MULTA
4. ¿En qué oportunidad? Una vez notificada la infracción o giro y hasta el cumplimiento
que tiene el supuesto infractor para reclamar, o sea, 15 días, debiendo individualizar a las
personas que participarán en los programas de capacitación.
6. ¿Existe plazo "para incurrir en las mismas conductas"? Pienso, al no existir norma
expresa, que se aplicará el plazo señalado en el inciso final del artículo 200 de Código
Tributario y que, como sabemos, es de tres años contados desde la fecha en que se
cometió la infracción.
B. CAMPO DE APLICACIÓN
C. TRAMITACIÓN
l. El Director del SII puede, a su arbitrio, interponer la denuncia o querella o bien, enviar
los antecedentes al Director Regional que corresponda para que persiga sólo la aplicación
de la multa ante el Tribunal Tributario y Aduanero, según el procedimiento —
administrativo según la calificación de la ley, pensamos que erróneamente pues
claramente es un procedimiento judicial—, reglamentado en el artículo 161 del C.T.
Agrega el inciso quinto del artículo 162 del C.T. que la circunstancia de haberse iniciado
el procedimiento para aplicar solamente la multa, no es impedimento para que se
interponga querella o denuncia. De ser así, el Tribunal Tributario y Aduanero se declarará
incompetente para seguir conociendo el asunto en cuanto se haga constar en el proceso
respectivo el hecho de haberse acogido a tramitación la querella o efectuado la denuncia.
¿Hasta qué momento el Director podrá presentar querella o denuncia, en las situaciones
que se ha iniciado el procedimiento para aplicar sólo la multa? Evidentemente no podrá
ejercer la facultad una vez que exista sentencia definitiva firme. Sostener lo contrario
atentaría contra el principio non bis in idem, contra la autoridad de la sentencia y, en
general contra la seguridad jurídica. Fin principal de todo ordenamiento jurídico.
Podríamos aventurar un límite anterior y que estaría dado por la dictación, o mejor,
notificación de la sentencia definitiva; esto por cuanto el Tribunal Tributario y Aduanero no
podría declararse incompetente —declaración que debe hacer por mandato legal— por
haberse producido el desasimiento.
La norma es clara, precisa y concisa; por lo tanto, lo único que pueden hacer quienes
tengan conocimiento de la "comisión de infracciones a las normas tributarias" y deseen
que se aplique la normativa sancionatoria pertinente, es efectuar la correspondiente
denuncia a la Dirección o Director Regional competente del SII, según lo dispone el
artículo 164 del C.T.
El Director del SII no tiene obligación de comparecer al llamado judicial, sino que será
interrogado en el lugar en que ejerce sus funciones o en su domicilio; el Director debe
proponer el lugar y la fecha para prestar declaración. Si no lo hiciere, lo fijará el Tribunal,
quien también podrá calificar las preguntas que se le dirigieren, teniendo en cuenta la
pertinencia de los hechos y su investidura.
5. En materia de prisión preventiva, se aplican las normas del Código Procesal Penal;
sin embargo, el inciso segundo del artículo 163 del C.T., se refiere a la situación en que
deba establecerse una caución para reemplazar la prisión preventiva, reglamentando que,
para determinar la suficiencia de la caución económica, el tribunal tomará especialmente
en consideración:
6. El Ministerio Público debe informar, a la brevedad, al SII los antecedentes que lleguen
a su conocimiento con ocasión de la investigación de delitos comunes, que puedan
relacionarse con delitos tributarios.
Hasta el día de hoy el SII los mantiene vigentes y de ahí la necesidad de una breve
referencia.
Esta instancia, comúnmente conocida por su sigla como "RAF", tiene como fundamento
el artículo 10 de la Ley Nº 18.575, Orgánica Constitucional de Bases Generales de la
Administración del Estado.
Se trata de una etapa, previa a la reclamación y que hoy sería aplicable sólo en aquellos
casos en que no proceda la reposición administrativa, reglamentada en el artículo 123 bis
del C.T.
Esas bondades son las que han permitido el exitoso resultado del sistema.