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El enfoque de género

Puede ser definido como una forma de entender la vida social que nos permite identificar las
diferencias en los roles y las tareas que realizan las mujeres y los hombres, así como las
asimetrías e inequidades en la forma en que se relacionan. Asimismo nos permite identificar
las causas que las producen para formular medidas (políticas, mecanismos, acciones
afirmativas, normas, etc.) que contribuyan a superar las brechas sociales producidas por la
desigualdad de género.
Se trata entonces de una herramienta analítica y metodológica que posee además una
dimensión política, en tanto busca la construcción de relaciones de género equitativas y
justas, y reconoce la existencia de otras discriminaciones y desigualdades derivadas del
origen étnico, social, orientación sexual e identidad de género, edad, entre otros (MINP 2016)
(MINP 2016).
A partir del enfoque de género, en las últimas décadas se han desarrollado políticas públicas
para erradicar la desigualdad entre hombres y mujeres a las que se denomina políticas de
igualdad de género. Su propósito es doble:

 Derribar las barreras impiden una verdadera equiparación entre hombres y mujeres

 Fomentar acciones que incentiven y potencien la igualdad

A lo largo de las últimas cinco décadas, el enfoque de género ha pasado a formar parte de las
políticas públicas. Sin embargo dado que se trata de fomentar cambios tanto dentro de la vida
social como en las instituciones públicas existen diferentes posiciones sobre la manera de
implementarlo. Más aún, estas han variado a lo largo del tiempo como resultado de la
necesidad de mejorar las experiencias previas. A grosso modo puede decirse que estas
políticas han pasado por cuatro fases (Bodelón 2008):
1. Fase de la legislación antidiscriminación liberal. La desigualdad sexual como un problema
de desigualdad de trato.
2. Fase de la legislación en favor de la igualdad de oportunidades.
3. Fase de la legislación de gender-mainstreaming.
4. Fase de la legislación de igualdad de género y la interseccionalidad.

El enfoque de género considera las diferentes oportunidades que tienen los hombres y las
mujeres, las interrelaciones existentes entre ellos y los distintos papeles que socialmente se
les asignan. Todas estas cuestiones influyen en el logro de las metas, las políticas y los planes
de los organismos nacionales e internacionales y por lo tanto, repercuten en el proceso de
desarrollo de la sociedad. Género se relaciona con todos los aspectos de la vida económica y
social, cotidiana y privada de los individuos y determina características y funciones
dependiendo del sexo o de la percepción que la sociedad tiene de él.

Los científicos sociales y los especialistas del desarrollo utilizan dos términos distintos para
referirse a las diferencias biológicas y a aquellas construidas socialmente, éstos
son sexo y género, respectivamente. Aun cuando ambos se relacionan con las diferencias
entre mujeres y hombres, las nociones de género y sexo tienen connotaciones distintas.

El sexo se refiere a las características biológicas que entre otras, son comunes a todas las
sociedades y culturas. Género, en cambio, se relaciona con los rasgos que han ido
moldeándose a lo largo de la historia de las relaciones sociales. Las divergencias biológicas
son el origen de las que se producen en materia de género, pero los modos en que se determina
el papel que desempeñan mujeres y hombres van más allá de las particularidades físicas y
biológicas que distinguen a cada sexo. Las diferencias en materia de género se construyen
socialmente y se inculcan sobre la base de la percepción que tienen las distintas sociedades
acerca de la diversidad física, los presupuestos de gustos, preferencias y capacidades entre
mujeres y hombres. Es decir, mientras las disimilitudes en materia de sexo son inmutables,
las de género varían según las culturas y cambian a través del tiempo para responder a las
transformaciones de la sociedad.
Las relaciones de género derivan de los modos en que las culturas asignan las funciones y
responsabilidades distintas a la mujer y al hombre. Ello a la vez determina diversas formas
de acceder a los recursos materiales como tierra y crédito, o no materiales como el poder
político. Sus implicaciones en la vida cotidiana son múltiples y se manifiestan por ejemplo,
en la división del trabajo doméstico y extra-doméstico, en las responsabilidades familiares,
en el campo de la educación, en las oportunidades de promoción profesional, en las instancias
ejecutivas, etc.

http://www.fao.org/docrep/004/X2919S/x2919s04.htm
https://revistaideele.com/ideele/content/el-enfoque-de-
g%C3%A9nero-como-propuesta-de-
pol%C3%ADticas-p%C3%BAblicas
¿Qué es la "perspectiva de género"?

Por Adolfo J. Castañeda

En los últimos años el feminismo ha desarrollado el concepto de


"perspectiva de género" o "equidad de género", con el propósito de
replantear todos aquellos temas que considera de vital importancia
para la mujer. Sin embargo, la perspectiva de género se ha convertido
en un concepto tan totalizante, que ya no es un término más en la lista
de la jerga del feminismo antivida, sino un nuevo modo de ver al ser
humano, una nueva perspectiva desde la cual reelaborar los conceptos
de hombre y mujer, sus respectivas vocaciones en la familia y la
sociedad, y la relación entre ambos. De este modo los conceptos de
sexualidad, matrimonio, vida y familia también se ven radicalmente
afectados. De ahí la importancia de analizar, siquiera sumariamente,
este concepto tan peligroso y revolucionario.
El concepto de "género", acompañado tanto de los términos "equidad"
como "perspectiva", a pesar de usarse mucho, por ejemplo, en el texto
del Foro de Mar del Plata, no está definido claramente. De hecho, el
programa mismo de este foro dice que: "Este concepto de equidad de
género aún no es una teoría acabada que sea objeto de consenso, sino
un objeto dinámico y un proceso de desarrollo."
Sin embargo, el texto también dice que: "Según este concepto, las
diferencias entre hombres y mujeres responden a una estructura
cultural, social y psicológica y no a condiciones biológicas." En otras
palabras, la sociedad inventa las diferencias entre los sexos, éstas no
tienen un origen natural. Como resultado, la perspectiva de género
niega que, biológicamente hablando, los seres humanos se distingan
simplemente en dos sexos: masculino y femenino, y afirma que son
más las combinaciones que resultan de las áreas fisiológicas del "sexo
biológico", es decir, de los órganos sexuales internos y externos. "No
existe el hombre ‘natura'' o la mujer ‘natura'", continúa diciendo el
texto del programa, "no hay conjuntos de características o de
conductas exclusivas de un sexo, ni siquiera en la vida psíquica." Por
eso, a continuación habla de un "continuum" de "intersexos", "cuyo
punto medio es el hermafroditismo". De ahí que considere la
heterosexualidad y la procreación, no como la sexualidad natural, sino
como "otra construcción social biologizada".
Las consecuencias de esta forma de pensar son aterradoramente
funestas. La perspectiva de género llega a una concepción tan amorfa
de la persona humana, que da pie a todo tipo de comportamiento, por
perverso que sea. El cuerpo y la naturaleza humana, en sus
expresiones de feminidad y masculinidad, pierden toda su relevancia
moral, para convertirse en puro instrumento al servicio del placer
egoísta.
Pero, no se trata solamente de una justificación ideológica del
hedonismo, es decir, del lesbianismo, el homosexualismo, la
anticoncepción, el aborto, etc., sino de todo un programa para
"reconstruir" la sociedad, imponiéndole una nueva forma de ver y
vivir la sexualidad. El texto dice: "Se plantea la desconstrucción del
género como un proceso de subversión cultural".
La perspectiva de género es una categoría analítica que acoge a todas
aquellas metodologías y mecanismos destinados al «estudio de las
construcciones culturales y sociales propias para los hombres y las
mujeres, lo que identifica lo femenino y lo masculino»1 con el
trasfondo de la desigualdad entre géneros en todas las clases sociales.
Se le denomina también "enfoque de género", "visión de género" y
"análisis de género", aunque aún se considera que existen
imprecisiones en el uso de estos términos.Su origen se remonta al
documento emanado de la Cuarta Conferencia sobre la
Mujer celebrada en Pekín en 1995, instancia en la que se utilizó por
primera vez como elemento estratégico para promover la igualdad
entre mujeres y hombres.4 Tal lógica incitó el surgimiento de una
serie de investigaciones y debates en torno al rol de la mujer en dicho
marco, aunque enfoques recientes incluyen también estudios sobre los
hombres y lo masculino, o su análisis desde el lesbianismo,
el masculinísimo y la homosexualidad.

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