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JURISPRUDENCIA

Roj: SAP M 2932/2016 - ECLI: ES:APM:2016:2932


Id Cendoj: 28079370172016100114
Órgano: Audiencia Provincial
Sede: Madrid
Sección: 17
Fecha: 11/03/2016
Nº de Recurso: 1515/2015
Nº de Resolución: 114/2016
Procedimiento: PENAL - APELACION DE JUICIO DE FALTAS
Ponente: JESUS FERNANDEZ ENTRALGO
Tipo de Resolución: Sentencia

Sección nº 17 de la Audiencia Provincial de Madrid


C/ de Santiago de Compostela, 96 , Planta 8 - 28035
Teléfono: 914934564,4443,4430
Fax: 914934563
IP 914934430
37050100
N.I.G.: 28.079.00.1-2015/0027400
251658240
AUDIENCIA PROVINCIAL DE MADRID
SECCIÓN DECIMOSÉPTIMA
ORDEN JURISDICCIONAL PENAL
RECURSO DE APELACIÓN
NÚMERO Y AÑO 1515/2015
PROCEDIMIENTO JUICIO DE FALTAS
NÚMERO Y AÑO 0404/2014
JUZGADO DE INSTRUCCIÓN
LOCALIDAD Y NÚMERO ALCOBENDAS 3
MAGISTRADO : Ilustrísimo Señor
Don Jesús Fernández Entralgo
La Sección Decimoséptima de la Ilustrísima Audiencia Provincial de Madrid, en la causa de referencia, ha
dictado,
EN NOMBRE DE S.M., EL REY,
la siguiente
SENTENCIA
NÚMERO 114/2016
En la Villa de Madrid, a once de marzo del dos mil dieciséis.
La Sección Decimoséptima de la Ilustrísima Audiencia Provincial de Madrid, constituida como órgano
unipersonal, y actuando, en tal concepto, el Ilustrísimo Señor Magistrado Don Jesús Fernández Entralgo, ha

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JURISPRUDENCIA

visto el recurso de apelación 1515/2015 interpuesto por Carolina , contra la Sentencia 385 del 2014, dictada,
con fecha dieciocho de septiembre del dos mil catorce, por el Juzgado de Instrucción número 3 de los de
Alcobendas, en Juicio de Faltas número 404 del 2014.
Intervino como parte apelante adhesiva, el Ministerio Fiscal.

ANTECEDENTES DE HECHO
Primero:
Con fecha dieciocho de septiembre del dos mil catorce, se dictó sentencia número 385 de ese año en Juicio
de Faltas número 404 del 2014 del Juzgado de Instrucción número 3 de los de Alcobendas .
En dicha resolución se fijaron los siguientes hechos, como probados:
«De lo actuado en el acto del juicio, queda probado y así se declara que el 17 de abril de 2014, sobre la 1:00
Carolina se encontrba en la discoteca Bambú situada en la Avenida de España de Alcobendas, en la que
trabajaba como camarera, cuando recriminó a Dimas , un de los tres socios propietarios, porque entendía que
unos amigos suyos no abonaban las consumiciones. A su vez Dimas le reprochó su trato hacia los clientes,
de una discusión que se tornó áspera, en la que ambos se gritaron en presencia de varias personas, entre ellas,
el profesor de salsa Fabio .
En un momento de la discusión Dimas le dijo a Carolina que estaba despedida y ésta puso en duda su
atuoridad para obrar de tal manera, por lo que efectuó una lamada telefónica a otro socio. Como la llamada
no fuera atendida, ambos continuaron la discusión en la zona de guardarropa, con reproches mutuos y en un
tono de voz elevado.
Mientras estaban los dos gritando en el guardarropas, salió del baño, situado cerca, un cliente Humberto , que
observó que se estaba desarrollando una itensa discusión. Como consecuencia de una acción de Carolina ,
Dimas le confirmó que estaba despedida, y finalmente Carolina ser marchó de la discoteca. »
Su parte dispositiva contenía el siguiente fallo:
«.Absuelvo a Dimas de la falta de lesiones del artículo 617.1 y de injurias del artículo 620.2 del C.P . que se le
imputaba en estos autos con declaración de las costas de este procedimiento de oficio. »
Segundo:
Contra dicha sentencia, se interpuso, en tiempo y forma, recurso de apelación por Carolina .
Tercero:
Se dio traslado a las demás partes personadas, a fin de que pudieran formular sus alegaciones.
El Ministerio Fiscal se adhirió al recurso principal.
Remitidas las actuaciones a este Tribunal, no se estimó precisa la celebración de vista; quedando pendiente
el procedimiento de resolución en esta segunda instancia.

HECHOSPROBADOS
Se declara expresa y terminantemente probado que, sobre la una del día uno de abril del dos mil catorce,
Carolina se encontraba en la discoteca Bambú , situada en la Avenida de España, en Alcobendas, en la que
trabajaba como camarera.
A raíz de recriminar a uno de los tres socios propietarios, Dimas (nacido el NUM000 del mil novecientos
ochenta y seis) por permitir que algunos amigos de éste no pagaran sus respectivas consumiciones, se produjo
entre encargado y camarera una áspera discusión verbal, en cuyo curso el primero dio por inmediatamente
despedida a la segunda.
Carolina negó que tuviera, por sí solo, competencia para hacerlo, por lo que creía que habría que esperar a
sus socios para que retificaran su decisión.
Dimas llamó por teléfono a uno de ellos, sin conseguir comunicar con él, continuando la discusión con Carolina
, que se fue agravando hasta el punto de que el primero agarró fuertemente por los brazos a la segunda
propinándole un golpe en la cara.
Como consecuencia de lo anterior, Carolina sufrió contusiones en ambos brazos y contusión facial, que
curaron sin necesidad de más que una primera asistencia sanitaria con prescripción farmacológica ulterior.

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JURISPRUDENCIA

Estas lesiones se estabilizaron en cinco días, uno de los cuales estuvo Carolina imposibilitada para el normal
desarrollo de sus actividades acostumbradas.

FUNDAMENTOS DE DERECHO
Primero:
Se tienen por reproducidos los argumentos invocados en la resolución impugnada, que se comparten en lo
sustancial y coincidente.
Segundo:
El recurso de apelación contra las sentencias dictadas en primera instancia, cualquiera que sea el
procedimiento (juicio de faltas, o alguno de los modelos abreviados por delito), está construido sobre la idea
de la atribución de una plena cognitio al órgano decisor, con la única restricción que impone la prohibición
de la reforma peyorativa o reformatio in peius (Sentencias 54 y 84 de 1985, de 18 de abril y de 8 de julio,
respectivamente, del Tribunal Constitucional).
En orden a la valoración de la prueba, tanto el Juez de instancia como el de apelación son igualmente libres
para apreciarla en conciencia ( Sentencia 124/1983, de 21 de diciembre, del Tribunal Constitucional).
Esta concepción del recurso de apelación como oportunidad de revisión plena de la resolución impugnada
se vino manteniendo sin fisuras, durante casi veinte años, como doctrina constitucional.
Sin embargo, el propio Tribunal Constitucional en Pleno, a partir de su fundamental Sentencia 167/2002,
de 18 de septiembre , advierte que «... no basta con que en apelación el órgano ad quem haya respetado la
literalidad del art. 795 LECrim ., en el que se regula el recurso de apelación en el procedimiento abreviado
[aplicable, por remisión del 976, al juicio de faltas], sino que es necesario en todo caso partir de una
interpretación de dicho precepto conforme con la Constitución, hasta donde su sentido literal lo permita ...
para dar entrada en él a las exigencias del derecho fundamental a un proceso con todas las garantías ...»,
con especial atención a las exigencias de inmediación y de contradicción.
En síntesis, tanto en aquella Sentencia pionera como en las muchas que la siguieron (así, las 197/2002, de
28 de octubre ; 198/2002, de 28 de octubre ; 200/2002, de 28 de octubre ; 212/2002, de 11 de noviembre ;
230/2002, de 9 de diciembre ; 47/2003, de 27 de febrero ; 189/2003, de 27 de octubre ; 10/2004, de 9 de
febrero ; 12/2004, de 9 de febrero ; 40/2004, de 22 de marzo ; y 59/2005, de 14 de marzo ), en todas las cuales
se enjuiciaron demandas de amparo en casos en que una sentencia penal absolutoria en primera instancia
había sido revocada en apelación y sustituida por otra condenatoria, tras realizar una nueva valoración
de la credibilidad de testimonios (declaraciones de los acusados o declaraciones testificales) en la que
se fundamenta la modificación del relato de hechos probados y la conclusión condenatoria, el Tribunal
Constitucional reprobó este proceder, ya que se trataba de medios de prueba que, por su carácter personal,
no podían ser valorados de nuevo sin inmediación, contradicción y publicidad, esto es, sin el examen directo
y personal de los acusados o los testigos, en un debate público en el que se respetase la posibilidad de
contradicción.
Sin duda, estas exigencias reducen las posibilidades de que al resolver el recurso de apelación pueda revisarse -
especialmente en perjuicio del acusado- la valoración de las pruebas personales (el interrogatorio del acusado,
en cuanto puede contribuir a la formación de la convicción del órgano jurisdiccional; la prueba testifical y la
pericial en cuanto no se objetive estrictamente en documentos incorporados al proceso) hecha por el juzgador
en primera instancia.
Ello no obstante también ha afirmado expresamente el Tribunal Constitucional (en sus Sentencias 198/2002,
de 28 de octubre ; 230/2002, de 9 de diciembre ; y Autos 220/1999, de 20 de septiembre ; 80/2003, de
10 de marzo ; y 40/2004, de 22 de marzo ) que existen otras pruebas, y en concreto la documental, cuya
valoración sí es posible en segunda instancia sin necesidad de reproducción del debate procesal, porque, dada
su naturaleza, no precisan de inmediación.
Tercero:
La juzgadora en primera instancia considera, al fundamentar su fallo absolutorio, que la declaración de la
denunciante fue constante y clara, pero concluye que, confrontada con la descripción que de sus lesiones
se hace en los informes periciales médicos, son éstas escasamente compatibles con la dinámica lesiva que
ella refiere.
En efecto, se razona en la sentencia, se le apreciaron hematomas en ambos brazos y refirió contusión malar
(en realidad -como consta en el folio 9- además de contusiones en brazos se le apreció contusión facial, más

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allá, por tanto de las meras referencias de la explorada), pero la denunciante explicó que «... fue agarrada por
los brazos, empujada contra la pared, tirada al suelo y arrastrada hasta la salida, además de recibir un golpe
o bofetón en la cara ...».
No se trata , pues, de una valoración exclusiva de la prueba personal practicada en juicio, que en poco
contribuye a aclarar lo sucedido, pero sí a discernir la corrección del juicio inferencia de la juzgadora
en primera instancia a partir de indicios objetivos resultantes del informe pericial médico de sanidad,
contrastados con la dinámica lesiva descrita por la apelante principal.
Porque manifestó que fue agarrada de los brazos, y el informe pericial médico revela que se le apreciaron
contusiones en ellos, lo que se corresponde con lo alegado por Carolina ; y ésta añade que sufrió un golpe
o bofetón en la cara, y en ese mismo informe se registra que se le apreció contusión facial.
Por tanto, y partiendo de que entre ella y el denunciado se suscitó una «áspera discusión», la declaración
de la lesionada, avalada por el resultado de la peritación médica, puede funcionar como prueba de cargo
regularmente obtenida en juicio y suficiente para enervar la afirmación interina (o presunción impropia) de
inocencia , objeto del derecho fundamental declarado por el inciso final del apartado 2 del artículo 24 de la
vigente Constitución del Estado Español. No se trata de sustituir la valoración de una prueba personal por otra
sino de verificar la corrección lógica del proceso de inferencia por el que la juzgadora en primera instancia
llega al fallo absolutorio, lo que no está prohibido por las doctrinas constitucional y jurisprudencial.
Cuarto:
Así las cosas, el acusado ha de ser condenado como autor penalmente responsable de una falta de lesiones
tipificada y penada por el artículo 617.1 del Código Penal vigente en la fecha del hecho enjuiciado.
No, en cambio, por la posible falta de injurias ya que, en cuanto a ella, sólo se cuenta con el testimonio de
cargo de la denunciante y la manifestación contraria del denunciado, sin que el resto de la prueba testifical
aporte información de la que pueda concluirse con certidumbre la realidad de las afirmaciones hechas por
aquélla, ya que sólo acredita que se produjo un enfrentamiento verbal entre las partes en conflicto, sin constar
el contenido de lo dicho por ellas.
Quinto:
La Ley Orgánica 1/2015, de 30 de marzo, por la que se modifica la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre,
del Código Penal contiene varias Disposiciones Transitorias para resolver los problemas de su cesión
normativa.
[a] Disposición Transitoria Primera. Legislación aplicable
«... 1. Los delitos y faltas cometidos hasta el día de la entrada en vigor de esta Ley se juzgarán conforme a
la legislación penal vigente en el momento de su comisión. No obstante lo anterior, se aplicará esta Ley, una
vez que entre en vigor, si las disposiciones de la misma son más favorables para el reo, aunque los hechos
hubieran sido cometidos con anterioridad a su entrada en vigor.
2. Para la determinación de cuál sea la ley más favorable se tendrá en cuenta la pena que correspondería al
hecho enjuiciado con la aplicación de las normas completas del Código en su redacción anterior y con las del
Código resultante de la reforma operada por la presente Ley y, en su caso, la posibilidad de imponer medidas
de seguridad.
3. En todo caso, será oído el reo. ...»
El punto de conexión cronológico para fijar la legislación aplicable, se estará a la vigente en la fecha de
ocurrencia del hecho enjuiciado.
Excepcionalmente se aplicará la posterior si resulta más favorable a la persona acusada o condenada.
Lo anterior es coherente con lo ya previsto por el artículo 2 del Código Penal :
«... 1. No será castigado ningún delito ni falta con pena que no se halle prevista por ley anterior a su
perpetración . Carecerán, igualmente, de efecto retroactivo las leyes que establezcan medidas de seguridad.
2. No obstante , tendrán efecto retroactivo aquellas leyes penales que favorezcan al reo, aunque al entrar
en vigor hubiera recaído sentencia firme y el sujeto estuviese cumpliendo condena . En caso de duda sobre
la determinación de la ley más favorable, será oído el reo. Los hechos cometidos bajo la vigencia de una ley
temporal serán juzgados, sin embargo, conforme a ella, salvo que se disponga expresamente lo contrario. ...»
[b] Disposición Transitoria Cuarta. Juicios de faltas en tramitación

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«... 1. La tramitación de los procesos por falta iniciados antes de la entrada en vigor de esta Ley, por hechos
que resultan tipificados como delitos leves , continuará sustanciándose conforme al procedimiento previsto
para el juicio de faltas en el Libro VI de la vigente Ley de Enjuiciamiento Criminal.
2. La tramitación de los procesos por falta iniciados antes de la entrada en vigor de esta Ley por hechos
que resultan por ella despenalizados o sometidos al régimen de denuncia previa, y que lleven aparejada
una posible responsabilidad civil, continuarán hasta su normal terminación, salvo que el legitimado para ello
manifestare expresamente no querer ejercitar las acciones civiles que le asistan, en cuyo caso se procederá
al archivo de lo actuado, con el visto del Ministerio Fiscal .
Si continuare la tramitación, el juez limitará el contenido del fallo al pronunciamiento sobre responsabilidades
civiles y costas, ordenando la ejecución conforme a lo dispuesto en la Ley de Enjuiciamiento Criminal . ...»
[b.1] La primera hipótesis contempla casos en los que un hecho constituía con anterioridad una falta, y
actualmente está tipificado como delito leve.
Se considera que el nuevo tratamiento es más gravoso para el investigado o acusado, por lo que se
aplica el punto cronológico de conexión ordinario y, por lo mismo, se enjuiciarán con arreglo al precedente
procedimiento del Juicio de Faltas.
[b.2] La segunda hipótesis contempla casos en los que, antes de la entrada en vigor de la Ley Orgánica 1/2015,
se haya iniciado un procedimiento penal por un hecho que constituía con anterioridad una falta, y actualmente
está despenalizado por completo sin tratamiento alternativo y siempre que la persona perjudicada no haya
renunciado expresamente a ejercitar las acciones civiles que pudieran corresponderle para demandar el
resarcimiento de los daños y perjuicios sufridos.
Sólo entonces podrá continuar el juicio de faltas exclusivamente para obtener un pronunciamiento sobre la
procedencia y el alcance de ese resarcimiento.
De otro modo, se procederá al archivo de lo actuado, con el visto del Ministerio Fiscal .
Sexto:
De acuerdo con el artículo 617.1 del Código Penal en su redacción vigente al tiempo de ocurrir el hecho
enjuiciado ,
A su tenor, «... 1. El que, por cualquier medio o procedimiento, causare a otro una lesión no definida como
delito en este Código, será castigado con la pena de arresto de tres a seis fines de semana o multa de uno
a dos meses.
Actualmente, su artículo 147 dispone:
«... 1. El que, por cualquier medio o procedimiento, causare a otro una lesión que menoscabe su integridad
corporal o su salud física o mental, será castigado, como reo del delito de lesiones con la pena de prisión de
tres meses a tres años o multa de seis a doce meses, siempre que la lesión requiera objetivamente para su
sanidad, además de una primera asistencia facultativa, tratamiento médico o quirúrgico. La simple vigilancia
o seguimiento facultativo del curso de la lesión no se considerará tratamiento médico.
2. El que, por cualquier medio o procedimiento, causare a otro una lesión no incluida en el apartado anterior,
será castigado con la pena de multa de uno a tres meses .
... 4. Los delitos previstos en los dos apartados anteriores sólo serán perseguibles mediante denuncia de la
persona agraviada o de su representante legal. ...»
Consecuentemente, la ley vigente al tiempo de la comisión de la falta resulta más beneficiosa para el acusado
que la que ha venido a sustituirla, ya que esta última amplía en un mes la pena de multa prevista en la primera,
sin que importe la inclusión, en la actual, de un requisito objetivo de procedibilidad como es la necesidad de
previa denuncia de la persona agravada o de su representante legal, porque en todo caso se ha cumplido
en este caso esta condición.
Por tanto procederá aplicar lo establecido por el apartado 1 de la transcrita Disposición Transitoria Cuarta:
la tramitación del proceso continuará sustanciándose conforme al procedimiento previsto para el juicio de
faltas en el Libro VI de la vigente Ley de Enjuiciamiento Criminal .
Podría objetarse que la ley anterior prevé alternativamente la imposición de pena de tres a seis fines de
semana, más aflictiva en cuanto privativa de libertad; mas, como en el caso concreto no se pretendió su
imposición, cabe concluir que la comparación ha de hacerse entre las respectivas penas pecuniarias.
Séptimo:

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El Ministerio Fiscal concretó la multa en cuarenta días, y la acusación particular en cuarenta y cinco.
La primera de ellas se encuentra justo en el medio de ambas mitades del total de la pena y pudiera parecer
más proporcionada a la gravedad objetiva de la pena, sin embargo no se puede desconocer que en esta
ocasión el acusado se comportó con un cierto grado de machismo y de prepotencia laboral al imponer su
voluntad para sofocar un reproche que no dejaba de tener cierto sentido si la camarera percibía comisiones
por las consumiciones de los clientes, por lo que se opta por asumir la propuesta de la acusación particular.
Una cuota diaria de seis euros parece ajustada al calculable nivel de ingresos del culpable.
Octavo:
Por lo que toca al resarcimiento de las lesiones causadas, el Ministerio Fiscal y la acusación particular
(implícitamente) coinciden en cuantificarlo en trescientos euros.
Una vez más surge el problema de valorar económicamente la lesión a la integridad física de una persona que,
por su propia naturaleza, está sustraída a la negociación en el mercado de bienes y servicios, lo que impide
acudir a este punto de referencia para determinar su precio.
Por eso se ha generalizado la utilización de las reglas contenidas en el sistema desarrollado como anexo
delReal Decreto Legislativo 8/2004, de 29 de octubre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley sobre
responsabilidad civil y seguro en la circulación de vehículos a motor.
Ciertamente, está previsto para un contexto muy específico pero, si se tiene en cuenta que el daño corporal
es el mismo en todo caso (al margen de los posibles límites de cobertura por un seguro de suscripción
obligatoria), la estimación podrá extrapolarse y contará siempre con la autoridad que le presta haber sido
fijada por los representantes democráticamente elegidos por el Pueblo soberano.
Así las cosas, está muy extendida la convicción de que el resarcimiento de las consecuencias lesivas y
perjudiciales de un hecho constitutivo de infracción penal no debieran ser inferiores a las procedentes en
caso de un siniestro circulatorio. El sistema de referencia funcionaría entonces como una «ley de mínimos».
Con todo, no se puede desconocer que la experiencia común de la vida enseña que la aflictividad de una lesión
es superior cuando se ha causado deliberadamente, por lo que asimismo se asume que la indemnización
final resultante de las reglas de aquel sistema puede incrementarse mediante la aplicación de un porcentaje
variable en proporción a la intensidad del daño moral adicional.
En este caso, las lesiones sufridas por Carolina se estabilizaron -sin secuela ni deformidad- a los cinco días,
uno de los cuales estuvo imposibilitada para realizar normalmente sus actividades acostumbradas.
De acuerdo con la Tabla V del Sistema de referencia, la indemnización básica por día impeditivo se cifra en
58,24 euros, y la del no impeditivo en 31,34 euros.
Según lo anterior, esa indemnización básica ascendería a 183,60 euros.
A ella habrá que añadir un diez por ciento correspondiente al factor aumentativo por perjuicios económicos
presupuestos, lo que daría un total de 202,46 euros.
Dadas las demás circunstancias concurrentes, no parece que los trescientos euros pretendidos puedan
reputarse excesivos.
Noveno:
Las costas del juicio serán impuestas, por imperativo del artículo 123 del Código Penal , a los penalmente
responsables del delito o falta.
De acuerdo con el párrafo 2 del numeral 1º del arrtículo 240 de la Ley de Enjuicimiento Criminal , no se
impondrán nunca las costas a los procesados que fueren absueltos.
Décimo:
El artículo 398.2 de la vigente Ley de Enjuiciamiento Civil , aplicable supletoriamente - con arreglo a su artículo
cuarto- a los recursos penales ordinarios, a falta de precepto específico regulador, establece:
«... En caso de estimación total o parcial de un recurso de apelación, extraordinario por infracción procesal o
casación, no se condenará en las costas de dicho recurso a ninguno de los litigantes. ...»
Por cuanto antecede,

FALLO

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que, estimando en parte el recurso de apelación interpuesto por Carolina , contra la Sentencia 385 del 2014,
dictada, con fecha dieciocho de septiembre del dos mil catorce, por el Juzgado de Instrucción número 3 de
los de Alcobendas, en Juicio de Faltas número 404 del 2014, debo revocarla y la revoco también en parte,
condenando a Dimas como autor penalmente responsable, sin concurrencia de circunstancias modificativas
de la responsabilidad penal, de una falta de lesiones, a la pena de cuarenta y cinco días de multa, fijando
su cuantía diaria en seis euros, con advertencia de responsabilidad personalidad subsidiaria para caso de
pago total o parcial por insolvencia, al pago de la mitad de las costas de un juicio de faltas, y a que pague
trescientos euros a Carolina , en concepto de resarcimiento de las lesiones sufridas por ésta, confirmando la
libre absolución del acusado en cuanto a la falta de lesiones que se le imputaba cumulativamente, declarando
de oficio la mitad de las costas de la primera instancia y la totalidad de las de ésta.
Contra esta sentencia no cabe ulterior recurso.
Notifíquese al Ministerio Fiscal y a las demás partes procesales.
Devuélvanse los autos originales al Juzgado de Instrucción de su procedencia, acompañando testimonio de
ella, para su ejecución y cumplimiento.
Así, por esta sentencia, actuando como órgano unipersonal de apelación, lo pronuncio, mando y firmo.
PUBLICACIÓN. - La anterior sentencia ha sido publicada, en el día de su fecha y en audiencia pública, por el
Ilustrísimo Señor Magistrado Ponente.
Doy fe.

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