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Esta propuesta para desarrollar un proyecto de Conciencia de Seguridad en los jóvenes

estudiantes, promoviendo el desarrollo y seguridad personal, generando los valores de la


sociedad y de la convivencia, el mantenimiento de una sociedad justa y democrática,
inculcando una cultura de la espiritualidad y la positividad.

La presente propuesta se origina por la creciente inseguridad que se está viviendo en


nuestros días, parte de un ejemplo la portada del diario PERU21 del día martes 12-03-13,
en donde se ve las diversas modalidades que emplea las organizaciones criminales para
atraer a los jóvenes y niños para internarlos en la prostitución y tráfico de órganos.

Este proyecto se basa en charlas o conferencias:

 Temas: Seguridad personal (tráfico humano y órganos pandillaje, prostitución,


Desarrollo personal (liderazgo, orientación vocacional, espiritualidad, mando y
poder)
 Dirigido: alumnos 3, 4 y 5 secundaria y universitarios
 Duración: 3 horas (vídeo) 30' (charla o conferencia)
 Objetivo: Motivar el desarrollo personal y seguridad personal en los alumnos a fin
de evitar sean víctimas de delincuentes que viven de la trata de personas y tráfico
de órganos
 Lugar: Auditorio de los colegios o local a disposición
 Costo: en estudio
 Contenido: diapositivas y vídeo
 Materiales: Proyector, laptop, ecran, fotocopias

La criminalidad y violencia en el Perú constituyen en la actualidad un problema político


social de primer orden, que exige la necesidad de implementar medidas concretas para
disminuir la violencia urbana en Lima y principales ciudades del país, en particular contra
la delincuencia común, cuyos efectos los padece transversalmente toda la población.

Esta violencia obedece a muchos factores causales de índole socioeconómico y cultural,


donde la familia, la escuela, la comunidad y los medios de comunicación constituyen
espacios de socialización muy importantes; sin embargo, éstos históricamente no han
articulado una clara orientación de sus objetivos, contribuyendo a una débil formación
ciudadana.

La formación de una ciudadanía competente comienza en el hogar, continúa y se


fortalece mediante una educación de calidad en las instituciones educativas, se consolida
en la comunidad mediante la práctica cotidiana; pero la crisis de valores que en nuestro
país tiene una raigambre social muy compleja, viene dando lugar a manifestaciones
preocupantes en el comportamiento social y que se manifiestan sobre todo en la
intolerancia, la corrupción, la agresividad, el atropello del orden social establecido, la falta
de respeto a los derechos humanos; y sobre todo, el incremento de la delincuencia común
y organizada.

El interés de la población que hace referencia a la delincuencia ha aumentado


enormemente en los últimos años, la seguridad es una condición necesaria para el
funcionamiento de la sociedad y uno de los principales criterios para asegurar la calidad
de vida.
La crisis de la seguridad y su correlativa necesidad de reforma han conducido a que
desde los ámbitos de gobierno se formulen recetas simplistas para actuar sobre los
síntomas y no sobre las causas.

El alto grado de inseguridad generado por la violencia y la delincuencia obstaculizan el


crecimiento económico y la reducción de la pobreza.

La falta de datos precisos impide formular en forma adecuada el problema, en el caso del
Perú este asunto es particularmente grave.

La inseguridad generada por la presencia de la violencia y la delincuencia no es un


problema reciente en la sociedad peruana, en los años 80 y 90, nuestro país sufre los
efectos de un fenómeno subversivo muy violento, que da como resultado cerca de 30000
muertos y aproximadamente 25 mil millones de dólares en pérdidas materiales.

La disminución de la violencia política a niveles inofensivos para la seguridad nacional


permitió ver con mayor claridad un fenómeno que viene desarrollándose desde la década
anterior y aumentando en estos últimos años, es la violencia delincuencial tanto adultos
como menores de edad.

Los nuevos retos de la política de seguridad del país están planteados por al actual
situación, los daños que produce la delincuencia son elevados para el tamaño de la
economía del país, generando un clima de desconfianza muy perjudicial para la
organización social.

A diferencia de lo que ocurrió con la subversión esta vez no se tiene al frente un problema
cuyas características podían ser definidas sin dificultad, en este caso la delincuencia
común es un fenómeno muy complejo que no responde a criterios organizacionales ni a
estrategias puntuales.

Estas expresiones fomenta de una u otra manera el sentimiento de la inseguridad de la


población mostrando los graves síntomas de problemas que radican en la sociedad, por lo
cual es una explicación parcial para este asunto.

La incapacidad institucional para hacer frente a esta realidad es un problema actual, es un


hecho que la policía se encuentra sumida en una profunda crisis institucional causado por
la pérdida de valores y la corrupción de algunos efectivos policiales que se hallan
comprometidos en actos delictivos, lo cual crea un problema grave para la sociedad, al no
poder tener confianza y respeto a esta institución pública del orden interno.

Asimismo, otras instituciones públicas como el Poder Judicial y el sistema penitenciario,


procesan sus propias crisis institucionales lo cual resulta inadecuado para las
circunstancias actuales que presenta la sociedad en estos momentos.

La seguridad ha devenido en un aspecto prioritario para la agenda que debe desarrollar el


gobierno de turno, la población se siente más amenazado que años anteriores por el
accionar delincuencial, los empresarios están preocupados por los costos de seguridad y
las autoridades buscan diseñar estrategias adecuadas para solucionar este grave
problema social.
Entre las causas de la violencia esta, la pobreza y la falta de empleo (69%), la falta de
valores y principios (37%) la ineficiencia de la policía y poder judicial (17%) la falta de
normas legales adecuadas (15%), es decir la asociación de las dificultades económicas y
el crecimiento delincuencial está muy presente en la realidad ciudadana la cual basa la
falta de seguridad.

Los principales problemas de la sociedad percibidos en la encuestas son la corrupción


(36%) inseguridad, asaltos y robos (23%) narcotráfico (10%) terrorismo (06%) educación
deficiente (05%) inestabilidad económica (03%) pésimos sueldos (02%), si se une las
variables inseguridad, narcotráfico y terrorismo da un resultado de 39%, siendo el más
alto de los problemas en la sociedad.

La percepción de la ciudadanía sobre la inseguridad en su entorno ha aumentado en


medida que estima que aumenta los delitos delincuenciales, se mantiene o aumenta la
ineficacia o la corrupción de las instituciones tutelares que deben garantizar el orden
público.

La seguridad es la necesidad básica de la persona, grupos humanos y un derecho


inalcanzable, inalienable de la persona, de la sociedad y del Estado.

Por tanto denota:

 Confianza, es pensar que no debe pasar nada.


 Tranquilidad, no debe tener amenaza.
 Prevención, estar prevenido a todo riesgo.
 Protección, tomar medidas preventivas.
 Preservación, protegerse, cubrirse de algún riesgo.
 Previsión, anticiparse, adelantarse a un hecho.
 Defensa, resguardarse y estar a la defensiva.
 Control, dominar todo tipo de mala reacción.
 Estabilidad, firmeza antes, durante y después de algún riesgo.
 Garantía, asegurar y amparar alguna necesidad.

La falta de seguridad, la delincuencia, el pandillaje y los robos son los principales


problemas que afectan a los distritos de la ciudad, según encuestas realizadas en los
últimos meses.

Para la mayoría de las personas, la delincuencia es el principal problema que azota a la


ciudad, por lo cual no creen que se esté rumbo a una solución.

Conclusiones

La seguridad ciudadana requiere de la participación de todos los vecinos, municipios,


policía y autoridades políticas.

Se consideran problemas de seguridad ciudadana, el accionar de los pandilleros, los


drogadictos, las barras bravas, secuestradores, tráfico humano y prostitución, asaltos al
paso, entre otras acciones delincuenciales.
La proliferación de armas es peligrosa para la convivencia pacífica, la paz social y la
tranquilidad pública.

La lucha contra la delincuencia exige la participación de la ciudadanía organizada con sus


autoridades ediles.

Los comportamientos agresivos pueden ser aprendidos desde muy temprano y asimilados
no como una transgresión sino como actitudes habituales. Niños abandonados o pasando
una gran parte del día en las calles están aún más expuestos a estos contextos de
socialización negativa.

También la herencia de 15 años de violencia política con muchos episodios atroces han
llevado casi a la banalización de otros tipos de violencia. En los años 60 un episodio de
torturas podía convertirse en un escándalo político. Hoy en día apenas sería recogido por
las crónicas policiales. La sensibilidad de la opinión pública parece haber disminuido
luego de las cruentas experiencias de los años 80.

El modelo de inserción del país en la economía global mediante políticas de ajuste y libre
mercado está dejando rezagados, si no marginalizados, a amplios sectores de la
población cuyas economías tradicionales no tienen ni la productividad, ni la
competitividad, ni el acceso a la educación necesarios para incluirse en las esferas más
dinámicas y rentables. La expansión de las comunicaciones y el aumento de la cobertura
de la educación básica, que ocurren más rápidamente en las ciudades, no modifican esta
situación pero, paradójicamente, pueden estimular actitudes transgresoras pues
incrementan expectativas que van a quedar insatisfechas. Difunden estilos y niveles de
consumo que escapan a las posibilidades de dichos sectores pero los impulsan a forzar
su incorporación a modos de vida presuntamente superiores mediante comportamientos
que se ubican en los límites o fuera de la legalidad vigente.

El escenario político e institucional también tiene un impacto sobre los procesos de


inseguridad y de violencia. Fenómenos como la corrupción policial y judicial debilitan la
legitimidad de los discursos sobre la ley y desalientan las conductas regidas por ella. La
crisis de los partidos políticos y de las organizaciones populares supone una pérdida de
atracción de la actividad política y comunal. Los impulsos gregarios y contestatarios de los
niños y jóvenes pueden ser canalizados por grupos que los expresan en comportamientos
agresivos o ilegales.

Así, el conjunto de dimensiones involucradas configura a la inseguridad como un


problema complejo que requiere la intervención de diversos actores, públicos y privados,
en diferentes planos y aspectos de la vida social del Perú.

La inseguridad en el Perú, para su mejor estudio y análisis de la problemática, se puede


dar una forma de división de la siguiente forma:

1. Inseguridad externa
a. Político
b. Económico
c. Militar
2. Inseguridad interna
a. Robos y estafas
b. Homicidios
c. Secuestros
d. Narcotráfico
e. Violaciones
f. Homicidios
g. Trata de blancas y prostitución
h. Pandillaje
i. Terrorismo
3. Defensa civil

Para iniciar el estudio de la inseguridad, podríamos comenzar por hacer diversas


preguntas:

 Que es inseguridad
 Los riesgos y amenazas de la inseguridad
 Causas y origen de la inseguridad
o Realidad actual de la educación en el colegio y hogar
o Realidad actual de la familia y hogar
o Realidad actual de la comunidad
o Influencia de los medios de comunicación
o Crisis en los penales y reformatorios
o Crisis de valores y corrupción en la PNP
o Crisis de valores y corrupción en el poder judicial y otros organismos
o Ineficiencia de los gobiernos de turno
 Estadísticas
 Realizar la clasificación de la inseguridad
 Cuáles son los organismos encargados de la seguridad
 Consecuencias de la inseguridad
 Normas legales que combate la inseguridad
 Accionar del gobierno de turno y de los gobiernos anteriores

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