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Este escrito no es una verdad absoluta, sino un intento de comprender la disciplina como
tal. En la lectura de las sagradas escrituras y los libros del espíritu de profecía se da a
entender que uso de la disciplina conlleva a formar un carácter conforme a la voluntad
de Dios. Considero que debe darse un estudio teológico del tema para comprender con
más claridad la palabra disciplina descrita en la Biblia. En este escrito se aborda el
concepto de la disciplina, disciplina mental, condiciones previas y cómo realizar la
disciplina. Se espera que sea de ayuda y edificación para los miembros de la iglesia.
Invito a que se siga realizando la reflexión de este tema y así construir un mejor
conocimiento del asunto.
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LA DISCIPLINA
Es el proceso de discipular, enseñar e instruir a una persona. [1] Por eso la disciplina
vendría a ser el conjunto de reglas y restricciones bajo la realización de un objetivo
determinado.
El objeto de la disciplina está en que la persona ejerza el dominio propio (templanza)
siendo responsable de sí mismo. [2]
Disciplina mental
La mente controla todo nuestro ser. Todos los actos buenos o malos se encuentran en
la mente, por eso se dice que la capital del cuerpo es la mente. La mente tiene como
asiento físico al cerebro y desde aquí se domina todo el cuerpo a través de las
terminaciones nerviosas. [3] Se requiere la disciplina de la mente, que vendría a ser su
cultivo. “Un terreno abandonado sería semejante a una mente sin cultivar” [3]. En tal
sentido la disciplina mental nunca acabará, pues constantemente hay áreas que cultivar
en todos los ramos de la vida cotidiana. La mente se rige por pensamientos, por lo tanto
disciplinar la mente sería lo mismo que formar los pensamientos mediante los cuales
actuamos y decidimos, en el caso de un cristiano sujetarse a las leyes de Dios.
1) Porque nos permite prestar servicio a Dios con eficiencia y eficacia en maneras
diversas.
2) Capacitan a los hombres para adquirir los conocimientos que los califican para
ocupar cualquier puesto de influencia y utilidad.
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también el yo es humillado, desvaneciendo la autosufiencia que se traduce en
orgullo propio (Vanagloria).
Estudio constante de las escrituras. Esto nos dará conocimiento para saber qué
áreas de nuestro ser faltan ser educadas iniciando la disciplina respectiva.
Bibliografía
[2] E. G. White, La conducción del niño, Ellen G. White Estate, Inc. , 1964.
[3] E. G. de White, Mente, Caracter y personalidad, tomo I, EEUU: Ellen G. White Estate, Inc,,
2007.