Anda di halaman 1dari 44

1

Normas APA Psicofácil Canal (No más de 12 palabras)

APA Style By Psicofácil Youtube (Título Centrado y en dos idiomas)

Autor 1 (Centrados los nombres)

Autor 2

Autor 3

Afiliación (Ej: Universidad X)

Nota del Autor

Autor 1, Afiliación Institucional, dirección electrónica; Autor 2, igual al 1. Autor 3…

igual; Nombre del Instructor (ej. Trabajo presentado para el área de Investigación dirigido por

el/ la docente X)
2

Tabla de contenido

Tabla de contenido ..................................................................................................................... 2

F63 Trastorno de los hábitos y del control de los impulsos. ...................................................... 4

F63.0 Ludopatía. ........................................................................................................................ 4

F63.2 Cleptomanía. .................................................................................................................. 11

F63.3 Tricotilomania................................................................................................................ 12

F63.8 Otros trastornos del habito y del control de los impulsos.............................................. 14

F64 Trastorno de la identidad sexual. ...................................................................................... 14

F64.0 Transexualismo. ............................................................................................................. 14

F64.1 Tansvestismo no fetichista. ............................................................................................ 14

F64.2 Trastorno de la identidad sexual en la infancia. ............................................................ 17

F64.8 Otros trastornos de identidad sexual. ............................................................................. 21

F64.9 Trastornos de la identidad sexual sin especificación. .................................................... 21

F65 Trastornos de la inclinación sexual................................................................................... 22

F65.0 Fetichismo...................................................................................................................... 22

F65.1 Transvestismo fetichista ................................................................................................ 23

F65.2 Exhibicionismo. ............................................................................................................. 25

F65.3 Escoptofilia (voyeurismo). ............................................................................................ 28

F65.4 Paidofilia. ....................................................................................................................... 29

F65.5 Sadomasoquismo. .......................................................................................................... 31

F65.6 Trastornos múltiples de la inclinación sexual. ............................................................... 32

F65.8 Otros trastornos de la inclinación sexual. ...................................................................... 32


3

F65.9 Trastorno de la inclinación sexual sin especificación. ................................................... 32

F 66 TRASTORNOS PSICOLÓGICOS Y DEL COMPORTAMIENTO DEL

DESARROLLO SEXUAL ...................................................................................................... 33

F66.0 Trastorno de la maduración sexual ................................................................................ 34

F66.1 Orientación sexual egodistónica .................................................................................... 35

Clasificación ........................................................................................................................ 36

Diagnostico .......................................................................................................................... 36

F66.2 Trastorno de relación sexual .......................................................................................... 37

F66.8 Otros trastornos del desarrollo psicosexual ................................................................... 37

Etiología ............................................................................................................................... 37

F66.9 Trastorno del desarrollo psicosexual sin especificación ................................................ 38

F68 Otros trastornos de la personalidad y del comportamiento del adulto.............................. 38

F68.0 Elaboración psicológica de síntomas somáticos ............................................................ 38

F68.1 Producción intencionada o fingimiento de síntomas o incapacidades somáticas o

psicológicas (trastorno ficticio)................................................................................................ 39

F68.8 Otros trastornos de la personalidad y del comportamiento del adulto especificado...... 40

F69 Trastorno de la personalidad y del comportamiento del adulto sin especificación .......... 40

PRESENTACION DEL CASO ............................................................................................... 41

Bibliografía .............................................................................................................................. 43
4

F63 Trastorno de los hábitos y del control de los impulsos.

Esta categoría incluye ciertos trastornos de comportamiento que no son clasificables en otros

apartados. Están clasificados por actos repetidos que no tienen una motivación racional clara

y que generalmente dañan los intereses del propio enfermo y de lo demás. El enfermo suele

decir que el comportamiento se acompaña de impulsos a la acción que no pueden ser

controlados. La etiología de estos trastornos no está clara y se agrupan juntos debido a las

grandes semejanzas descriptivas, pero no porque se sepa que comparten cualquier otro rasgo

importante. Por convención se excluyen de este apartado los trastornos de consumo de

alcohol o otras sustancias psicótropas (F10- F19) y los trastornos de impulsos y hábitos que

afectan al comportamiento sexual (F65.-) y a la conducta alimentaria (F58.-).

F63.0 Ludopatía.

Este trastorno consiste en la presencia de frecuentes y reiterados episodios de juegos de

apuestas, los cuales dominan la vida del enfermo en perjuicio de los valores y obligaciones

sociales, laborales, materiales y familiares del mismo.

Los afectados por este trastorno pueden arriesgar sus empleos, acumular grandes deudas,

mentir o violar la ley para obtener dinero o evadir el pago de sus deudas. Los enfermos

describen la presencia de un deseo imperioso e intenso a jugar que es difícil de controlar,

junto con ideas e imágenes insistentes del acto del juego y de las circunstancias que lo

rodean. Estas preocupaciones o impulsos suelen aumentar en los momentos en los que la vida

se hace más estresante.

Este trastorno es también llamado juego compulsivo, pero este término es menos adecuado

debido a que el comportamiento no es compulsivo en el sentido técnico ni el trastorno esta

relacionado con los trastornos obsesivo- compulsivo

Pautas para el diagnostico


5

El rasgo esencial es la presencia de: un jugar apostando de manera constante y reiterando que

persiste a menudo se incrementa a pesar de sus consecuencias sociales adversas tales como la

fortuna personal, deterioro de las relaciones familiares y situaciones personales críticas.

Incluye: juego compulsivo

Juego patológico

Ludomanía

Diagnóstico diferencial

La ludopatía debe distinguirse del:

a) Juego social y habitual (Z72.6, se trata de personas que frecuentemente apestan por la

emoción o en un intento de hacer dinero y es probable que pudieran dominar y

detener su habito si se enfrentaran a fuertes pérdidas u otros efectos adversos del

juego).

b) Juego excesivo en enfermos maniacos (F30.-).

c) Juego en el trastorno disocial de la personalidad (F60.2) (en este caso los individuos

presentan una alteración más persistente y generalizada del comportamiento social,

puesta de manifiesto por actos que son agresivos o que demuestran de otra manera

una clara falta de preocupación por el bienestar y los sentimientos de los demás).

DSM-V Juego patológico 312.31 (F63.0).

 Especificadores. - La gravedad se basa en el número de criterios que se cumplen. Las

personas con juego patológico leve presentan sólo 4-5 de los criterios, siendo los más

frecuentes aquellos relacionados con la preocupación por el juego y por "recuperar"

las pérdidas. Las personas con juego patológico moderadamente grave manifiestan

más criterios (p. ej., 6-7). Los jugadores patológicos más graves cumplen todos o la
6

mayoría de los nueve criterios (p. ej., 8-9). Los criterios que se cumplen con menor

frecuencia, y que ocurren sobre todo entre los que tienen un trastorno más grave, son

poner en peligro las relaciones o las oportunidades laborales debido al juego y

depender de otros para obtener el dinero perdido en el juego. En general, las personas

que acuden a tratamiento de juego patológico suelen tener formas de moderadas a

graves del trastorno

 Desarrollo y curso. - El inicio del juego patológico puede aparecer durante la

adolescencia o en los adultos jóvenes, pero en algunos individuos se manifiesta en la

edad adulta media o incluso más adelante. Generalmente, los trastornos de juego se

desarrollan durante el curso de los años, aunque la progresión parece ser más rápida

en las mujeres que en los hombres. La mayoría de las personas manifiesta un patrón

de juego que aumenta gradualmente, tanto en la cantidad como en la frecuencia de las

apuestas. Ciertamente, las formas más leves pueden convertirse en casos más graves.

La mayoría de las personas afirma tener problemas con uno o dos tipos de juegos de

azar,- aunque otros participan en muchas variedades de juego. Los individuos tienen

mayor tendencia a participar en algunos tipos de juegos de azar (p. ej., la compra

diaria de boletos de rascar) con más frecuencia que en otros (p. ej., jugar

semanalmente a las máquinas tragaperras o al blackjack en el casino). La frecuencia

de los juegos de azar puede estar más relacionada con el tipo de juego que con la

gravedad del trastorno. Por ejemplo, la compra de un billete de rascar cada día podría

no ser problemático, mientras que jugar menos frecuentemente en el casino, en

acontecimientos deportivos o a las cartas podría indicar un trastorno. Del mismo

modo, las cantidades de dinero que se gastan en las apuestas no son en sí mismas

indicativas de juego patológico. Algunos individuos pueden apostar miles de euros al

mes y no tienen problemas con el juego, mientras que otros pueden apostar cantidades
7

mucho más pequeñas, pero pueden experimentar dificultades sustanciales

relacionadas con el juego. Los patrones de juego pueden ser regulares o episódicos, y

pueden ser persistentes o estar en remisión. El juego puede aumentar durante las

épocas de estrés o de depresión, y durante los períodos de consumo de sustancias o de

abstinencia. Pueden aparecer períodos en los que exista un cuadro de juego patológico

y problemas asociados graves, períodos de abstinencia total y épocas en las que se

juegue de manera no problemática. En ocasiones puede producirse la remisión natural

o espontánea del juego patológico. Sin embargo, algunas personas subestiman su

vulnerabilidad a desarrollar este trastorno o a recaer en el juego patológico después de

la remisión. Cuando se encuentran en el período de remisión, pueden suponer

incorrectamente que no van a tener ningún problema para controlarse y que pueden

jugar de una manera no problemática, y vuelven a retornar al patrón de juego

patológico. La expresión inicial del trastorno es más frecuente entre los hombres que

entre las mujeres. Las personas que comienzan a jugar en la juventud a menudo lo

hacen con sus familiares o amigos. El desarrollo precoz del juego patológico parece

estar asociado con la impulsividad y el abuso de sustancias. Muchos de los estudiantes

de secundaria y universitarios que desarrollan juego patológico se recuperan del

trastorno con el tiempo, pero para algunos seguirá siendo un problema durante toda la

vida. La aparición del trastorno en las etapas intermedias o tardías de la vida es más

frecuente entre las mujeres que entre los hombres. Hay variaciones por edad y género

en el tipo de juegos de azar y en las tasas de prevalencia. El juego patológico es más

frecuente entre los jóvenes y en las personas de mediana edad que entre los adultos

mayores. Entre los adultos jóvenes y los adolescentes, el trastorno es más frecuente en

los hombres que en las mujeres. Las personas más jóvenes prefieren diferentes formas

de juego (p. ej., las apuestas deportivas), mientras que los adultos mayores tienen más
8

tendencia a desarrollar problemas con las máquinas tragaperras y el bingo. Aunque la

proporción de individuos que buscan tratamiento para el juego patológico es baja en

todos los grupos de edad, es especialmente poco probable que los individuos más

jóvenes acudan a tratamiento. Los hombres tienen mayor tendencia a comenzar a

jugar precozmente y son más jóvenes en conjunto que las mujeres, quienes tienen

mayor tendencia a comenzar a jugar más tarde a lo largo de la vida y a desarrollar el

trastorno en un marco temporal más corto. Las mujeres con juego patológico tienen

más probabilidades que los varones de padecer trastornos depresivos, bipolares y

ansiosos. Las mujeres también tienen una edad más tardía de inicio del trastorno y

buscan tratamiento antes, aunque las tasas de búsqueda de tratamiento son bajas (< 10

%) entre las personas con juego patológico independientemente del género.

 Factores de riesgo y pronóstico. - Temperamentales. El juego que se inicia en la niñez

o la adolescencia temprana se asocia con mayores tasas de juego patológico. El juego

patológico parece asociarse al trastorno antisocial de la personalidad, a los trastornos

bipolares y depresivos, y a otros trastornos por consumo de sustancias, en particular a

los trastornos por consumo de alcohol. Genéticos y fisiológicos. El juego patológico

puede tener agregación familiar, y este efecto parece estar relacionado con factores

genéticos y medioambientales. Los problemas de juego son más frecuentes en los

gemelos monocigóticos que en los gemelos dicigóticos. Se ha observado que es más

prevalente entre los familiares de primer grado de las personas con un trastorno por

consumo de alcohol de moderado a grave que en la población general. Modificadores

del curso. Muchas personas, incluidos los adolescentes y los adultos jóvenes,

resuelven el trastorno con el tiempo, a pesar de que los problemas previos con el

juego son precisamente un fuerte predictor de futuros problemas con el juego.


9

 Aspectos diagnósticos relacionados con el género. - Los varones presentan tasas más

elevadas de juego patológico que las mujeres, aunque esta brecha de género se podría

estar estrechando. Los varones tienden a apostar en diferentes formas de juego en

comparación con las mujeres, siendo los juegos de cartas, los deportes y las carreras

de caballos más prevalentes entre los varones, y las máquinas tragaperras y el bingo

más frecuente entre las mujeres.

F63.1 Piromanía.

Se trata de un comportamiento caracterizado por la reiteración de actos o intentos de prender

fuego a las propiedades u objetos, sin motivo aparente junto con una insistencia constante

sobre temas relacionados con el fuego y la combustión. Estas personas pueden estar también

interesadas de un modo anormal por coches de bomberos u otros equipos de lucha contra el

fuego, con otros temas relacionados con los incendios y en hacer llamadas a los bomberos.

Pautas para el diagnostico

Los rasgos esenciales son:

a) Prender fuego repentinamente sin motivo aparente, tal como seria obtener una

ganancia monetaria, venganza o extremismo político.

b) Intenso interés en observar la combustión del fuego.

c) La referencia a sentimientos de aumento de tención antes del acto y de una excitación

emocional intensa inmediatamente después que se ha llevado a cabo.

Diagnóstico diferencial.

La piromanía debe diferenciarse de:

a) Incendio deliberado provocado por una persona normal (Z03.2, observación por

sospecha de trastorno mental) (en cuyo caso hay motivos obvios).


10

b) Incendio provocado por un joven con un trastorno disocial (F91.1) (evidencia de otros

trastornos de comportamiento como robar, agresiones o novillos)

c) Incendio provocado por un adulto con un trastorno disocial de la personalidad (F60.2)

(evidencia de otra alteración persistente del comportamiento social como agresiones u

otros indicadores de despreocupación de los intereses y sentimientos de los demás).

d) Incendio provocado por esquizofrénico (F20.-) (en estos caos es característico que el

incendio sea a consecuencia de ideas delirantes u órdenes de voces alucinatorias).

e) Incendio accidental en los trastornos psiquiátricos orgánicos (F00-F09) (en estos

casos el fuego empieza accidentalmente como resultado de un estado confusional, de

una amnesia, de una falta de previsión sobre las posibles consecuencias del acto, o

como una combinación de estos factores. La demencia y los estados orgánicos agudos

pueden desencadenar incendios inadvertidos de este tipo. Son otras causas análogas la

embriagues aguda, el alcoholismo crónico y las intoxicaciones por sustancias

psicótropas (F10-F19).

DSM-5 Piromanía 312.33 (F63.1)

 Desarrollo y curso. - No hay suficientes datos para establecer una edad típica de inicio

de la piromanía. La relación entre provocar incendios en la infancia y la piromanía en

la edad adulta no está bien documentada. En los individuos con piromanía, los

incidentes en los que se provoca fuego son episódicos y pueden fluctuar en

frecuencia. Se desconoce su curso longitudinal. A pesar de que la provocación de

incendios es un problema importante en niños y adolescentes (cerca del 40 % de los

detenidos por delitos de incendio en Estados Unidos es menor de 18 años), la

piromanía en la infancia parece ser rara. Provocar incendios en una etapa juvenil suele

asociarse con el trastorno de conducta, el trastorno por déficit de

atención/hiperactividad o un trastorno de adaptación.


11

 Aspectos diagnósticos relacionados con el género. - La piromanía se presenta más

frecuentemente en los hombres, especialmente en aquellos con peores habilidades

sociales y problemas de aprendizaje.

F63.2 Cleptomanía.

Se trata de un trastorno que se caracteriza por que el individuo reiteradamente fracasa en el

intento de resistir los impulsos de robar objetos que no se utilizan para un uso personal o por

fines lucrativos. Por el contrario, los objetos pueden desecharse, regalarse o esconderse.

Pautas para el diagnóstico.

El enfermo suele describir la presencia de una sensación de tensión emocional antes del acto

y una sensación de gratificación durante e inmediatamente después. A pesar de que suele

llevarse a cabo un cierto esfuerzo por esconderse, no se aprovechan todas las ocasiones para

hacerlo. El robar es un acto solitario, que no se lleva a cabo con cómplices. El enfermo puede

presentar entre los episodios de robar en las tiendas (u otros locales) ansiedad, abatimiento y

culpabilidad, lo que no impide su repetición. Los casos que abarca esta descripción y que no

son secundarios a uno de los trastornos citados abajo, son poco frecuentes.

Diagnóstico diferencial

La cleptomanía debe distinguirse de:

a) los hurtos recurrentes en tiendas en ausencia de trastorno mental manifiesto (Z03.2

observación por sospecha de trastorno mental. En estos casos los actos están

planeados con mayor cuidado y hay un motivo obvio de ganancia personal)

b) trastorno mental orgánico F00 F09 (en cuyo caso hay un olvido

c) reiterado de pagar los objetos como consecuencia de un deterioro de la memoria u

otro tipo de deterioro intelectual) y


12

d) hurtos de los depresivos (F30 F39). Los enfermos depresivos que roban pueden

hacerlo repetidamente mientras que persiste el trastorno depresivo).

DSM-5 Cleptomanía 312.32 (F63.2)

 Desarrollo y curso. - La edad de inicio de la cleptomanía es variable, aunque el

trastorno empieza a menudo en la adolescencia. Sin embargo, el trastorno puede

empezar en la infancia, en la adolescencia o en la edad adulta, y en raras ocasiones en

la edad adulta tardía. Hay poca información sistemática sobre el curso de la

cleptomanía, aunque se han descrito tres cursos típicos: esporádico, con episodios

breves y largos períodos de remisión; episódico, con largos períodos en los que se

roba seguidos de períodos de remisión, y crónico, con algunos grados de fluctuación.

El trastorno puede continuar durante años a pesar de las condenas por robo en tiendas.

 Factores de riesgo y pronóstico Genéticos y fisiológicos. No hay estudios controlados

sobre los antecedentes familiares de la cleptomanía. Sin embargo, los familiares de

primer grado de los individuos con cleptomanía pueden presentar unas tasas más altas

de trastorno obsesivo-compulsivo que la población general. También parece haber

una tasa de trastornos por consumo de sustancias, incluido el trastorno por consumo

de alcohol, más alta entre los familiares de los individuos con cleptomanía que entre

la población general.

F63.3 Tricotilomania.

Se trata de un trastorno caracterizado por una pérdida apreciable de cabello debida al fracaso

reiterado para resistir los impulsos de arrancarse el pelo. Este comportamiento suele ser

precedido por un aumento de tensión y se sigue de una sensación de alivio o gratificación.

Este diagnóstico no debe hacerse si existe previamente una inflamación de la piel o si el pelo

es arrancado como respuesta a una idea delirante o a una alucinación.


13

Excluye: Movimiento estereotipados (de estirarse del pelo) (F98.4)

DSM-5 Tricotilomanía (trastorno de arrancarse el pelo) 312.39 (F63.3)

 Desarrollo y curso. - El acto de arrancarse el pelo se puede observar en los bebés, y

este comportamiento generalmente se resuelve durante el desarrollo temprano. El

comienzo de la actividad de arrancarse el pelo en la tricotilomanía coincide o sigue

habitualmente a la llegada de la pubertad. Los sitios donde se arranca pelo pueden

variar con el tiempo. El curso normal de la tricotilomanía es crónico y fluctuante si el

trastorno no recibe tratamiento. Es posible que los síntomas empeoren en las mujeres

acompañando a los cambios hormonales (p. ej., la menstruación, la peri menopausia).

Para algunas personas, el trastorno puede aparecer y desaparecer durante semanas,

meses o años. Una minoría de individuos experimenta la remisión sin recaída

posterior a los pocos años del inicio.

 Marcadores diagnósticos. - La mayoría de los individuos con tricotilomanía admiten

que se arrancan el pelo, por lo que rara vez se requiere un diagnóstico

dermatopatológico. La biopsia de piel y el examen con dermatoscopia son capaces de

diferenciar el trastorno de otras causas de alopecia. En la tricotilomanía, la

dermatoscopia muestra una serie de características, entre las que están la disminución

de la densidad del cabello, el vello corto y los pelos rotos con diferentes longitudes.

 Consecuencias funcionales de la tricotilomanía La tricotilomanía se asocia con

angustia, así como con discapacidad social y ocupacional. Puede haber un daño

irreversible en el crecimiento del pelo y en la calidad del mismo. Las consecuencias

médicas de la tricotilomanía son infrecuentes: púrpura, lesiones musculo esqueléticas

(p. ej., síndrome del túnel carpiano, dolor de espalda, hombro y cuello), blefaritis y

daño dental (p. ej., dientes desgastados o rotos debidos a morder el vello). La

ingestión de pelo (tricofagia) puede llevar a tricobezoares, con la consiguiente


14

anemia, dolor abdominal, hematemesis, náuseas y vómitos, obstrucción intestinal e

incluso perforación.

F63.8 Otros trastornos del habito y del control de los impulsos.

Esta categoría debe usarse para otras clases de comportamiento des adaptativo repetido y

persistente, no secundario a un síndrome psiquiátrico reconocido y en el cual el enfermo

fracasa repetidamente en su intento de resistirse a los impulsos de llevarlo a cabo. Además,

hay un período prodrómico de tensión y un sentimiento de alivio en el momento de realizar el

acto.

Incluye: trastorno explosivo intermitente.

F64 Trastorno de la identidad sexual.

F64.0 Transexualismo.

Consiste en el deseo de vivir y ser aceptado como un miembro del sexo opuesto, que suele

acompañarse por sentimientos de malestar o desacuerdo con el sexo anatómico propio y de

deseos de someterse a tratamiento quirúrgico u hormonal para hacer que el propio cuerpo

concuerde lo más posible con el sexo preferido.

Pautas para el diagnóstico

La identidad transexual debe haber estado presente constantemente por lo menos durante dos

años y no ser un síntoma de otro trastorno mental, como esquizofrenia, o acompañar a

cualquier anomalía intersexual, genética o de los cromosomas sexuales.

F64.1 Tansvestismo no fetichista.

Consiste en llevar ropas del sexo opuesto durante una parte de la propia existencia a fin de

disfrutar de la experiencia transitoria de pertenecer al sexo opuesto, pero sin ningún deseo de

llevar a cabo un cambio de sexo permanente y menos aún de ser sometido a una intervención
15

quirúrgica para ello. Debe ser distinguido del transvestismo fetichista, en el que hay una

excitación sexual acompañando a estas experiencias de cambio de vestido Incluye: trastorno

de la identidad sexual en la adolescencia o en la edad adulta de tipo no transexual

Excluye: transvestismo fetichista

DSM-5 Disforia de género en adolescentes y adultos 302.85 (F64.1)

 Marcadores diagnósticos. - Los sujetos con un trastorno somático del desarrollo

sexual presentan alguna correlación de la identidad sexual final con el grado de

producción y de utilización prenatal de andrógenos. Sin embargo, la correlación no es

lo suficientemente sólida como para que el factor biológico, donde se pueda

comprobar, pueda sustituir a la evaluación, mediante una entrevista diagnóstica

integral, de la disforia de género.

 Consecuencias funcionales de la disforia de género. - La preocupación relacionada

con deseos de cambio de sexo puede aparecer a cualquier edad tras los primeros 2-3

años de infancia y a menudo interfiere con las actividades diarias. En los niños

mayores, la incapacidad de adquirir las habilidades y las relaciones que son típicas

para la edad con los compañeros del mismo sexo puede conducir al aislamiento social

y producir malestar. Algunos niños pueden negarse a ir al colegio por las burlas y el

acoso o por la presión para vestirse con atuendos asociados con su sexo asignado.

Además, en los adolescentes y adultos, la preocupación por los deseos de cambio de

sexo a menudo interfiere con las actividades diarias. Son frecuentes las dificultades en

las relaciones, incluidas las sexuales, y puede deteriorarse el funcionamiento escolar o

laboral. La disforia de género, junto con la expresión atípica del sexo, se asocia a altos

niveles de estigmatización, discriminación y victimización, lo que genera conceptos

negativos sobre uno mismo, altas tasas de comorbilidad por trastornos mentales,
16

abandono escolar y marginación económica, incluido el desempleo, con riesgos

sociales y mentales concomitantes, especialmente en los sujetos de entornos con

pocos recursos familiares. Además, el acceso de estos sujetos a los servicios de salud

y a los servicios de salud mental puede verse impedido por barreras estructurales,

como el desagrado institucional o la inexperiencia para trabajar con pacientes de esta

población.

 Diagnóstico diferencial. - Inconformidad con los roles sexuales. La disforia de género

debería distinguirse del simple inconformismo hacia la conducta sexual estereotipada

por el gran deseo de ser de un sexo distinto al asignado y por la extensión y

globalidad de las actividades e intereses variantes respecto al sexo primario. El

diagnóstico no trata sólo de describir el inconformismo con la conducta sexual

estereotipada (p. ej., "marimacho" en las chicas, "mariquita" en los chicos, vestimenta

ocasional del otro sexo en los hombres adultos). Dada la gran apertura de expresiones

sexuales atípicas a través de todo el espectro transgenérico, es importante que el

diagnóstico clínico se limite a los sujetos cuyo malestar y deterioro cumplan criterios

específicos. Trastorno de travestismo. El trastorno de travestismo se observa en

varones adolescentes y adultos heterosexuales (o bisexuales) (raramente en mujeres)

en quienes la conducta de vestirse con ropa del otro sexo genera excitación sexual y

causa malestar o deterioro sin que se cuestione el sexo primario. Se acompaña

ocasionalmente de disforia de género. Un sujeto con trastorno de travestismo que

también tiene disforia de género clínicamente significativa puede recibir ambos

diagnósticos. En muchos casos de disforia de género de comienzo tardío de

individuos nacidos varones con ginefilia, el precursor es la conducta travestista con

excitación sexual. Trastorno dismórfico corporal. El sujeto con trastorno dismórfico

corporal se centra en la alteración o la eliminación de una parte corporal específica


17

porque se percibe como formada de modo anormal, no porque represente un sexo

asignado que se repudie. Cuando la presentación en un sujeto cumpla los criterios de

la disforia de género y del trastorno dismórfico corporal, se deben realizar ambos

diagnósticos. Los sujetos que desean que se les ampute un miembro sano (etiquetado

por algunos como trastorno de la identidad de la integridad corporal) porque les hace

sentirse más "completos", normalmente no desean cambiar de sexo, sino que desean

vivir como una persona amputada o discapacitada. Esquizofrenia y otros trastornos

psicóticos. En la esquizofrenia puede haber raramente delirios de pertenencia a otro

sexo distinto. En ausencia de síntomas psicóticos, la insistencia de un sujeto con

disforia de género de que él o ella es de otro sexo distinto no se considera un delirio.

La esquizofrenia (u otros trastornos psicóticos) puede concurrir con la disforia de

género. Otras presentaciones clínicas. Algunos sujetos con deseo de masculinización

y que desarrollan una identidad sexual alternativa, ni varón ni mujer, tienen una

presentación que cumple los criterios de la disforia de género. Sin embargo, algunos

hombres buscan la castración o la penectomía por razones estéticas o para eliminar los

efectos psicológicos de los andrógenos sin cambiar la identidad masculina; en estos

casos no se cumplen los criterios de la disforia de género.

F64.2 Trastorno de la identidad sexual en la infancia.

Se trata de trastornos que suelen manifestarse por primera vez durante la primera infancia

(siempre mucho antes de la pubertad) caracterizados por un malestar intenso y persistente

debido al sexo propio, junto al deseo (o insistencia) de pertenecer al sexo opuesto. Hay una

preocupación constante con el vestido o las actividades del sexo opuesto o un rechazo hacia

el propio sexo. Se cree que estos trastornos son relativamente raros y no deben confundirse

con la falta de conformidad con el papel sexual socialmente aceptado, que es mucho más

frecuente. El diagnóstico del trastorno de la identidad sexual en la infancia requiere una


18

profunda alteración en el sentimiento normal de masculinidad o feminidad. No es suficiente

la simple masculinización de los hábitos en las chicas o el afeminamiento en los chicos. El

diagnóstico no puede realizarse cuando el individuo ha alcanzado la pubertad. Debido a que

el trastorno de identidad sexual en la infancia tiene muchos rasgos en común con otros

trastornos de la identidad de esta sección, se ha considerado más conveniente clasificarlo en

F64. en lugar de F90 F98.

Pautas para el diagnóstico

La característica diagnóstica esencial es el deseo general y persistente del enfermo de ser (o

insistencia de que se es) del sexo opuesto al propio, junto a un intenso rechazo del

comportamiento, atributos y atuendos del mismo. Se manifiesta por primera vez durante los

años pre escolares. Para poder ser diagnosticado debe haber aparecido antes de la pubertad.

En ambos sexos puede existir, aunque es muy raro el rechazo de las estructuras anatómicas

del propio sexo. Lo más típico es que los niños con un trastorno de la identidad sexual

nieguen sentirse afectados por el, aunque pueden sentir malestar debido al conflicto generado

por las expectativas de su familia o compañeros y por las burlas o rechazo al cual pueden

estar sometidos.

Estos trastornos han sido mejor estudiados en chicos que en chicas. Lo más característico es

que desde los años de pre escolar los chicos se interesan por juegos y otras actividades que

corrientemente se asocian con mujeres y suele haber una preferencia por vestirse con

atuendos femeninos. Sin embargo, este transvestismo no es causa de excitación sexual (a

diferencia del transvestismo fetichista en adultos, F65.1). Puede existir un intenso deseo de

participar en los juegos y pasatiempos de las chicas y, las muñecas son un juguete favorito y

por lo general prefieren a las chicas como compañeros de juego. El ostracismo social tiende a

presentarse durante los primeros años de la escolarización y tiende a alcanzar su


19

máximo en la segunda infancia con la presencia de bromas humillantes por parte de los

compañeros. Los comportamientos abiertamente femeninos pueden disminuir durante la

adolescencia temprana pero los estudios de seguimiento demuestran que de 1/3 a 2/3 de los

chicos con un trastorno de la identidad sexual en la infancia presentan una orientación

homosexual durante la adolescencia y después de ella. Sin embargo, muy pocos presentan

transexualismo en la vida adulta (aunque muchos adultos con transexualismo refieren haber

presentado problemas de identidad sexual en la infancia).

En estudios clínicos, los trastornos de la identidad sexual son menos frecuentes en chicas que

en chicos, pero no se sabe si esta proporción se mantiene en la población general. Tanto en

chicas como en el caso de los chicos, existe a menudo un interés temprano hacia formas de

conducta características del sexo opuesto. Las chicas con este trastorno suelen tener

compañeros de juego masculinos y demuestran un ávido interés en deportes y juegos rudos.

En cambio, no demuestran interés en muñecas o por representar papeles femeninos en juegos

tales como "papás y mamás" o "las casitas". Las chicas con un trastorno de la identidad

sexual tienden a no padecer el mismo grado de ostracismo social que los chicos, aunque

pueden padecer burlas en la infancia tardía y la adolescencia. La mayoría abandonan su

insistencia exagerada por actividades y atuendos masculinos a medida que se acercan a la

adolescencia, pero mantienen una identificación masculina y continúan presentando una

orientación homosexual en la vida adulta.

En raras ocasiones un trastorno de la identidad sexual puede presentarse asociado un rechazo

persistente de las estructuras anatómicas del sexo propio. En chicas este hecho se puede

poner de manifiesto por afirmaciones repetidas de que tienen o va a crecerles un pene, por un

rechazo a orinar en posición sentada o por la afirmación de que no quieren que les crezcan los

pechos o les aparezca la menstruación. Este trastorno puede manifestarse en chicos por

afirmaciones repetidas de que su desarrollo somático será el de una mujer, de que el pene y
20

los testículos son repugnantes o que desaparecerán o que sería mejor no tener pene o

testículos.

Excluye: orientación sexual egodistónica (F66.1)

trastornos de la maduración sexual

DSM-5 Disforia de género 302.6 (F64.2)

A. Una marcada incongruencia entre el sexo que uno siente o expresa y el que se le asigna,

de una duración mínima de seis meses, manifestada por un mínimo de seis de las

características siguientes (una de las cuales debe ser el Criterio Al):

1. Un poderoso deseo de ser del otro sexo o una insistencia de que él o ella es del sexo

opuesto (o de un sexo alternativo distinto del que se le asigna).

2. En los chicos (sexo asignado), una fuerte preferencia por el travestismo o por simular

el atuendo femenino; en las chicas (sexo asignado), una fuerte preferencia por vestir

solamente ropas típicamente masculinas y una fuerte resistencia a vestir ropas

típicamente femeninas.

3. Preferencias marcadas y persistentes por el papel del otro sexo o fantasías referentes a

pertenecer al otro sexo.

4. Una marcada preferencia por los juguetes, juegos o actividades habitualmente

utilizados o practicados por el sexo opuesto.

5. Una marcada preferencia por compañeros de juego del sexo opuesto.

6. En los chicos (sexo asignado), un fuerte rechazo a los juguetes, juegos y actividades

típicamente masculinos, así como una marcada evitación de los juegos bruscos; en las

chicas (sexo asignado), un fuerte rechazo a los juguetes, juegos y actividades

típicamente femeninos.

7. Un marcado disgusto con la propia anatomía sexual.


21

8. Un fuerte deseo por poseer los caracteres sexuales, tanto primarios como secundarios,

correspondientes al sexo que se siente.

B. El problema va asociado a un malestar clínicamente significativo o a un deterioro en lo

social, escolar u otras áreas importantes del funcionamiento.

F64.8 Otros trastornos de identidad sexual.

DSM-5 Otra disforia de género especificada 302.6 (F64.8)

Esta categoría se aplica a presentaciones en las que predominan síntomas característicos de

disforia de género que causan un malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social,

laboral u otras áreas importantes del funcionamiento, pero que no cumplen todos los criterios

de disforia de género. La categoría de otra disforia de género especificada se utiliza en

situaciones en las que el clínico opta por comunicar el motivo específico por el que la

presentación no cumple los criterios de disfunción sexual. Esto se hace registrando "otra

disforia de género especificada" seguido de un motivo específico (p. ej., "disforia de género

breve"). Un ejemplo de una presentación que se puede especificar utilizando la designación

de "otra especificada" es el siguiente: El trastorno actual cumple los criterios sintomáticos de

disforia de género pero su duración es inferior a seis meses.

F64.9 Trastornos de la identidad sexual sin especificación.

Incluye: trastorno del papel sexual sin especificación

DSM-5 Disforia de género no especificada 302.6 (F64.9)

Esta categoría se aplica a presentaciones en las que predominan los síntomas característicos

de la disforia de género que causan un malestar clínicamente significativo o deterioro en lo

social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento, pero que no cumplen todos los

criterios de la disforia de género. La categoría disforia de género no especificada se utiliza en

situaciones en las que el clínico opta por no especificar el motivo del incumplimiento de los
22

criterios de una disforia de género, e incluye las presentaciones en las que no existe suficiente

información para hacer un diagnóstico más específico.

F65 Trastornos de la inclinación sexual.

Incluye: parafilias

Excluye: problemas asociados con la orientación sexual

F65.0 Fetichismo.

Consiste en la dependencia de algún objeto inerte como estímulo para la excitación y la

gratificación sexuales. Muchos fetiches son extensiones del cuerpo humano tales como

artículos de ropa o calzado. Otros objetos frecuentes se caracterizan por alguna textura

particular como la goma, el plástico o el cuero. La importancia de los fetiches varía según el

individuo. En algunos casos sirven simplemente como refuerzo de la situación sexual

conseguida por medios ordinarios (por ejemplo, haciendo que la pareja lleve una determinada

vestimenta).

Pautas para el diagnóstico

El fetichismo se diagnosticará sólo si el fetiche es la fuente más importante de estimulación

sexual o si es esencial para la respuesta sexual satisfactoria. Las fantasías fetichistas son

frecuentes, pero no configuran un trastorno a no ser que lleven a rituales que sean tan

apremiantes e inaceptables como para interferir con la relación sexual y causar un malestar

individual.

El fetichismo se presenta casi exclusivamente en varones.

DSM-5 Trastorno de fetichismo 302.81 (F65.0)


23

 Desarrollo y curso. - Las parafilias normalmente se inician durante la pubertad, pero

los fetiches pueden desarrollarse antes de la adolescencia. Una vez establecido, el

trastorno de fetichismo tiende a tener un curso continuado que fluctúa en cuanto a la

frecuencia e intensidad de los comportamientos o deseos irrefrenables.

 Aspectos diagnósticos relacionados con el género. - No se ha comunicado de forma

sistemática que el trastorno de fetichismo se presente en mujeres. En las muestras

clínicas, el trastorno de fetichismo se ha descrito casi exclusivamente en hombres.

 Consecuencias funcionales del trastorno de fetichismo. - El deterioro típico asociado

al trastorno de fetichismo incluye la disfunción sexual en una relación de pareja

romántica, cuando el objeto fetiche preferido o las partes del cuerpo más deseadas

son inaccesibles durante la estimulación previa al coito o durante éste. Algunos

individuos con trastorno de fetichismo pueden preferir la actividad sexual en solitario

asociada a sus preferencias fetichistas, incluso aunque mantengan una relación de

pareja significativa y afectuosa. A pesar de que el trastorno de fetichismo es

relativamente poco común entre los agresores sexuales detenidos con parafilias, los

hombres con trastorno de fetichismo pueden robar y coleccionar sus propios objetos

particulares de deseo. Estos individuos han sido arrestados y acusados de

comportamientos antisociales no sexuales (p. ej., allanamiento de morada, robo,

asalto) que son motivados primariamente por su trastorno de fetichismo.

F65.1 Transvestismo fetichista.

Consiste en llevar ropas del otro sexo con el objetivo principal de obtener excitación sexual.

Pautas para el diagnóstico

Este trastorno debe distinguirse del fetichismo simple en el sentido de que los objetos

fetichistas o las ropas no sólo se llevan, sino que se llevan para crear la apariencia de ser una
24

persona del sexo opuesto. Normalmente se lleva más de un artículo y a menudo una

vestimenta completa incluso con peluca y maquillaje. El transvestismo fetichista se distingue

del transvestismo transexual por su clara asociación con la excitación sexual y con el fuerte

deseo de quitarse la ropa una vez que se alcanza el orgasmo y la excitación sexual declina.

Generalmente en los transexuales hay antecedentes de transvestismo fetichista como fase

anterior y probablemente en estos casos representa una etapa del desarrollo del

transexualismo.

Incluye: fetichismo transvestista.

DSM-5 Trastorno de travestismo 302.3 (F65.1)

 Desarrollo y curso. - En los hombres, los primeros síntomas del trastorno de

travestismo pueden empezar en la infancia en forma de fuerte fascinación por algún

atuendo femenino en particular. Antes de la pubertad, travestirse produce un

sentimiento generalizado de excitación placentera. Con la llegada de la pubertad, el

vestirse de mujer empieza a provocar erecciones del pene y, en algunos casos, lleva

directamente a la primera eyaculación. En muchos casos, el acto de travestirse

conlleva menos excitación sexual con la edad; finalmente, puede que no produzca

erección alguna discernible. El deseo de travestirse, al mismo tiempo, permanece o

incluso se hace más intenso. Los individuos que describen dicha disminución en la

respuesta sexual explican típicamente que su excitación sexual al travestirse se ha

visto sustituida por una sensación de confort o bienestar. En algunos casos, el curso

del trastorno de travestismo es continuo y en otros es episódico. No es extraño que

los hombres con trastorno de travestismo pierdan el interés por travestirse cuando se

enamoran por primera vez de una mujer y empiezan una relación, aunque esa

disminución normalmente es temporal. Cuando el deseo de travestirse regresa,


25

también lo hace el malestar asociado. Algunos casos de trastorno de travestismo

progresan hacia la disforia de género. Los hombres, en estos casos, que pueden ser

indistinguibles de otros con trastorno de travestismo en la adolescencia o en la

infancia temprana, gradualmente desarrollan deseos de mantener el rol femenino

durante períodos más largos y de feminizar su anatomía. El desarrollo de la disforia

de género se acompaña habitualmente de lo que el individuo refiere como una

reducción o eliminación de la excitación sexual asociada al travestirse. La

manifestación del travestismo en la erección y estimulación del pene, como la

manifestación de otros intereses sexuales normofílicos y parafílicos, es más intensa

en la adolescencia y en las primeras etapas de la edad adulta. La gravedad del

trastorno de travestismo es mayor en la edad adulta, cuando los impulsos travésticos

pueden causar con más probabilidad conflictos de rendimiento en las relaciones

sexuales heterosexuales y en los deseos de casarse y fundar una familia. Los hombres

mayores y de mediana edad con antecedentes de travestismo presentan con menor

probabilidad el trastorno de travestismo que la disforia de género.

 Consecuencias funcionales del trastorno de travestismo. - Los comportamientos de

travestismo pueden interferir o desvirtuar las relaciones heterosexuales. Esto puede

ser fuente de malestar en los hombres que desean mantener matrimonios

convencionales o relaciones de pareja con mujeres.

F65.2 Exhibicionismo.

Consiste en una tendencia persistente o recurrente a exponer los órganos genitales a extraños

(normalmente del sexo opuesto) o a gente en lugares públicos, sin incitarlos o intentar un

contacto más íntimo. Normalmente, aunque no siempre, suele haber una excitación sexual

durante el período de la exposición y el acto suele terminar en una masturbación. Esta

tendencia puede dar lugar a un comportamiento que se manifiesta sólo en períodos de crisis o
26

de tensiones emocionales, separados por otros períodos en los cuales está ausente el

comportamiento exhibicionista.

Pautas para el diagnóstico

El exhibicionismo se limita prácticamente a varones heterosexuales, que se exhiben a mujeres

adultas o adolescentes, normalmente confrontándolas, desde una distancia de

seguridad, en lugares públicos. Para algunos el exhibicionismo es su única descarga sexual,

pero otros simultanean este comportamiento con una vida sexual activa, con relaciones de

larga duración, a pesar de que sus impulsos exhibicionistas pueden ejercer una mayor presión

en momentos de conflicto en sus relaciones. La mayoría de los exhibicionistas encuentran

que sus impulsos son difíciles de controlar y son vivenciados como propios. Si el testigo se

sorprende, asusta o impresiona, suele aumentar la excitación del exhibicionista.

DSM-5 Trastorno de exhibicionismo 302.4 (F65,2)

 Subtipos. - Los subtipos del trastorno de exhibicionismo se basan en la edad o

madurez física de las personas que, sin su consentimiento, son objeto preferente de la

exposición genital. Estas personas que no dan su consentimiento pueden ser niños

prepúberes, adultos o ambos. Este especificador debería contribuir a prestar la debida

atención a las características de las víctimas de los individuos con trastorno

exhibicionista para prevenir posibles trastornos de pedofilia concurrentes que

pudieran pasarse por alto. Sin embargo, los indicios de que el individuo con trastorno

exhibicionista siente atracción sexual por mostrar sus genitales a niños no deberían

excluir un diagnóstico de trastorno de pedofilia.

 Desarrollo y curso. - Los hombres adultos con trastorno exhibicionista a menudo

refieren que la primera vez que se dieron cuenta de su interés sexual en exponer sus

genitales a personas desprevenidas fue durante la adolescencia, un poco más tarde del
27

desarrollo típico del interés sexual normativo en hombres o mujeres. Aunque no hay

una edad mínima establecida para diagnosticar el trastorno de exhibicionismo, puede

ser difícil diferenciar los comportamientos exhibicionistas de la curiosidad sexual

propia de la edad en la adolescencia. Mientras que los impulsos exhibicionistas

parecen surgir en la adolescencia o en las primeras etapas de la edad adulta, se conoce

poco sobre su persistencia en el tiempo. El trastorno exhibicionista requiere, por

definición, uno o más factores contribuyentes, que pueden variar con el tiempo, con o

sin tratamiento: malestar subjetivo (p. ej., culpa, vergüenza, frustración sexual intensa,

soledad), comorbilidad con un trastorno mental, hipersexualidad e impulsividad

sexual, deterioro psicosocial y propensión a comportarse sexualmente exponiendo los

genitales a personas desprevenidas. Por lo tanto, el curso del trastorno de

exhibicionismo es probable que cambie con la edad. Tal y como ocurre con otras

preferencias sexuales, el aumento de la edad puede asociarse a una disminución del

comportamiento y las preferencias sexuales de carácter exhibicionista.

 Aspectos diagnósticos relacionados con el género. - El trastorno de exhibicionismo es

muy inusual en mujeres, si bien pueden producirse episodios aislados de excitación

sexual exhibicionista con una frecuencia que, como mucho, llega a ser de la mitad en

comparación con los hombres.

 Consecuencias funcionales del trastorno de exhibicionismo. - Las consecuencias

funcionales del trastorno de exhibicionismo no se han abordado en los estudios de

individuos que no han actuado sexualmente exponiendo sus genitales a personas

desprevenidas pero que cumplen el Criterio B de experimentar un malestar emocional

intenso con esas preferencias.


28

F65.3 Escoptofilia (voyeurismo).

Se trata de una tendencia persistente o recurrente a mirar a personas comprometidas en una

actividad sexual o íntima, como desnudarse, lo que lleva normalmente a una excitación

sexual y a una masturbación, que se realiza sin que se sea observado por las otras personas.

DSM-5 Trastorno de voyeurismo 302.82 (F65.3)

 Curso y desarrollo. - Los hombres adultos con trastorno de voyeurismo a menudo se

dan cuenta por primera vez en la adolescencia de su interés por espiar a escondidas a

personas desprevenidas. Sin embargo, la edad mínima para el diagnóstico del

trastorno de voyeurismo es de 18 años por la dificultad que entraña diferenciarlo de la

curiosidad y la actividad sexual propias de la pubertad a esas edades. La persistencia

del voyeurismo a lo largo del tiempo no está clara. El trastorno de voyeurismo, sin

embargo, requiere por definición uno o más factores contribuyentes que pueden variar

con el tiempo con o sin tratamiento: malestar subjetivo (p. ej., culpa, vergüenza,

frustración sexual intensa, soledad), morbilidad psiquiátrica, hipersexualidad e

impulsividad sexual, deterioro psicosocial y propensión a comportarse sexualmente

espiando a personas desprevenidas desnudas o en actividad sexual. Por lo tanto, el

curso del trastorno de voyeurismo es probable que cambie con la edad.

 Factores de riesgo y pronóstico. - Temperamentales. El voyeurismo es una condición

previa necesaria del trastorno de voyeurismo; por consiguiente, los factores de riesgo

del voyeurismo deberían a su vez incrementar las tasas del trastorno de voyeurismo.

Ambientales. El abuso sexual en la infancia, el abuso de sustancias y la preocupación

sexual/hipersexualidad se han sugerido como factores de riesgo, aunque la relación

causal con el voyeurismo es incierta y la especificidad no está clara.

 Aspectos diagnósticos relacionados con el género. -El trastorno de voyeurismo es

muy raro en las mujeres en los contextos clínicos, mientras que la proporción entre
29

hombres y mujeres que realizan actos aislados de voyeurismo para alcanzar la

excitación sexual podría ser de 3:1.

F65.4 Paidofilia.

Se trata de una preferencia sexual por los niños, normalmente de edad prepuberal o de la

pubertad temprana. Algunos de los afectados sienten atracción únicamente por las chicas,

otros únicamente por los chicos y otros están interesados por ambos sexos.

La paidofilia se presenta raramente en mujeres. Los contactos entre adultos y adolescentes

sexualmente maduros es algo socialmente reprobado, en especial si los que intervienen son

del mismo sexo, pero esto no se acompaña necesariamente de una paidofilia. Un incidente

aislado, en especial si el que lo lleva a cabo es un adolescente, no es signo de la presencia de

la tendencia persistente o predominante que se requiere para el diagnóstico. No obstante,

entre los afectados de paidofilia, hay varones que manifiestan una preferencia por una

relación de pareja sexual adulta, pero que debido a que hay reiteradas frustraciones en sus

intentos de contactos adecuados, los han sustituido una manera habitual por niños. Los

varones que abusan sexualmente de sus propios hijos prepuberales suelen abordar en

ocasiones también a otros niños, pero en ninguno de estos casos hay nada más en su

comportamiento que sugiera una paidofilia.

DSM-5 Trastorno de pedofilia 302.2 (F65.4)

 Desarrollo y curso. - Los hombres adultos con trastorno de pedofilia pueden referir

que se dieron cuenta de su interés sexual intenso o preferente por los niños en la época

de la pubertad la misma etapa en la que los hombres que más tarde preferirán a

parejas físicamente maduras son conscientes de su interés sexual hacia los hombres o

las mujeres. Tratar de diagnosticar el trastorno de pedofilia a la edad en que se

manifiesta por primera vez es problemático por la dificultad que entraña diferenciarlo
30

durante la adolescencia del interés sexual por los iguales propio de la edad o de la

curiosidad sexual. De este modo, el Criterio C requiere el diagnóstico de un mínimo

de 16 años de edad y de al menos una edad de 5 años más que la del niño o los niños

del Criterio A. La pedofilia per se parece ser un trastorno de por vida. Sin embargo, el

trastorno de pedofilia incluye necesariamente otros elementos que pueden cambiar

durante el tiempo con o sin tratamiento: malestar subjetivo (p. ej., culpa, vergüenza,

frustración sexual intensa, sentimientos de aislamiento) o deterioro psicosocial, o la

tendencia a motivarse sexualmente con niños, o ambas. Por tanto, el curso del

trastorno de pedofilia puede fluctuar, aumentar o disminuir con la edad. Los adultos

con trastorno de pedofilia pueden referir que ya eran conscientes de su interés sexual

por los niños antes de que se iniciaran sus comportamientos sexuales en relación con

ellos o de autoidentificarse como pedófilos. El aumento de la edad es probable que

disminuya la frecuencia de los comportamientos sexuales con implicación de niños,

como sucede en otros comportamientos sexuales normofílicos y parafílicos.

 Factores de riesgo y pronóstico. - Temperamentales. Parece que existe una interacción

entre la pedofilia y el comportamiento antisocial, por lo que los hombres con ambos

rasgos es más probable que mantengan relaciones sexuales con niños. Por

consiguiente, el trastorno de la personalidad antisocial puede considerarse un factor de

riesgo para el trastorno de pedofilia en los hombres con pedofilia. Ambientales. Los

hombres adultos con pedofilia a menudo afirman haber sido objeto de abusos sexuales

en la infancia. No está claro, sin embargo, si esta correlación refleja una influencia

causal entre el abuso sexual en la infancia y la pedofilia en la edad adulta. Genéticos y

fisiológicos. Dado que la pedofilia es condición necesaria para el trastorno de

pedofilia, cualquier factor que incremente la probabilidad de la pedofilia incrementa a

su vez el riesgo de presentar el trastorno de pedofilia. Existen algunos indicios de que


31

una alteración del neurodesarrollo en el útero incrementa la probabilidad de

desarrollar una orientación pedófila.

 Aspectos diagnósticos relacionados con el género Las pruebas psicofisiológicas de

laboratorio que miden el interés sexual y que a veces son útiles para el diagnóstico del

trastorno de pedofilia en los hombres no son necesariamente útiles para diagnosticar

este trastorno en las mujeres, ni siquiera si los métodos empleados son idénticos (p.

ej., el tiempo de observación) o análogos (p. ej., pletismografía de pene y

fotopletismografía vaginal).

F65.5 Sadomasoquismo.

Consiste en una preferencia por actividades sexuales que implican el infringir dolor,

humillación o esclavitud. Si el enfermo prefiere ser el receptor de tales estimulaciones

entonces se denomina masoquismo, si es el que lo ocasiona se trata entonces de sadismo. A

menudo un individuo obtiene excitación sexual tanto de actividades sádicas como de

masoquistas.

Es frecuente que se utilicen en grados leves de estimulación sadomasoquista para potenciar

una actividad sexual que por lo demás sería normal. Esta categoría debe ser únicamente

utilizada si la actividad sadomasoquista es la fuente más importante para la estimulación o si

es necesaria para la gratificación sexual.

El sadismo sexual es difícil de distinguir de la crueldad en situaciones sexuales o de la cólera

no relacionada con el erotismo. El diagnóstico puede hacerse con claridad cuando la violencia

es necesaria para la excitación sexual.

Incluye: masoquismo sadismo


32

F65.6 Trastornos múltiples de la inclinación sexual.

Se incluyen aquí los casos de personas con más de un trastorno de la inclinación sexual, pero

ninguno de ellos predomina. La combinación más frecuente es la de fetichismo,

transvestismo y sadomasoquismo.

F65.8 Otros trastornos de la inclinación sexual.

Se incluyen aquí diferentes formas de inclinaciones sexuales y actividades consiguientes que

son todos ellos relativamente poco frecuentes. Entre ésta están el hacer llamadas telefónicas

obscenas, el frotarse contra otras personas para conseguir una estimulación sexual

("froteurismo"), el intentarlo con animales ("bestialismo"), el emplear la estrangulación o

anoxia para intensificar la excitación sexual y una preferencia por parejas con alguna

anomalía anatómica especial, como un miembro amputado.

Las practicas eróticas son tan diversas y muchas de ellas son tan excepcionales o particulares

que no se justifica un epígrafe propio para cada una de ellas. La ingestión de la orina, el

untarse excrementos o perforarse el prepucio o los pezones, pueden formar parte del

repertorio sadomasoquista. Son frecuentes los rituales de masturbación de varios tipos, pero

las prácticas más extremas, tales como la inserción de objetos en el recto o en la uretra

peneana, o la autoestrangulación parcial, cuando sustituyen otros tipos de contactos sexuales

ordinarios, alcanzan el grado de lo anormal. La necrofilia debe también ser codificada en este

apartado.

Incluye: froteurismo necrofilia

F65.9 Trastorno de la inclinación sexual sin especificación.

Incluye: Desviación sexual sin especificar

DSM-5 Trastorno parafílico no especificado 302.9 (F65.9)


33

 Esta categoría se aplica a presentaciones en las que predominan los síntomas

característicos de un trastorno parafílico que causan malestar clínicamente

significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del

funcionamiento, pero que no cumplen todos los criterios de ninguno de los trastornos

de la categoría diagnóstica de los trastornos parafílicos. La categoría del trastorno

parafílico no especificado se utiliza en situaciones en las que el clínico opta por no

especificar el motivo del incumplimiento de los criterios para un trastorno parafílico

específico, e incluye presentaciones en las que no existe información suficiente para

hacer un diagnóstico más específico.

F 66 TRASTORNOS PSICOLÓGICOS Y DEL COMPORTAMIENTO DEL

DESARROLLO SEXUAL

Nota: La orientación sexual en sí misma no se considera un trastorno.

“Los siguientes códigos de cinco caracteres pueden ser usados conjuntamente con las

categorías más arriba mencionadas para indicar variaciones del desarrollo y orientación

sexual que pueden ser problemáticas para el individuo” (Lopez Ibor, 1992, pag 273)

Heterosexualidad

Homosexualidad

Bisexual: Sólo debe ser utilizado cuando hay una clara evidencia de atracción sexual

hacia miembros de ambos sexos

Otra
34

F66.0 Trastorno de la maduración sexual

“El enfermo tiene una falta de claridad sobre su identidad genérica o de su orientación

sexual, lo cual produce ansiedad o depresión. Este trastorno se presenta con mayor frecuencia

en adolescentes que no están seguros sobre si su orientación es homosexual, heterosexual,

bisexual, o en individuos que después de un periodo de orientación sexual aparentemente

estable, a menudo tras una larga relación de pareja, encuentran que su orientación sexual está

cambiando” (Lopez Ibor, 1992, pag 214)

Ansiedad o depresión debido a la confusión por la orientación sexual.

Tal y como se puede comprobar, hay ciertos trastornos del desarrollo psicosexual que no

hacen daño a nadie, pero otros como la paidofilia o el exhibicionismo sí se convierten en un

malestar para terceras personas.

Como regla básica, cualquier desarrollo psicosexual equilibrado debe respetar la dignidad de

todas las personas y su consentimiento.

Cuando alguien no se siente satisfecha con su identidad sexual, o cree que tiene

problemas de desarrollo psicosexual, lo más indicado es consultarlo con un psicólogo y evitar

conductas que puedan dañarle a él u a otras personas.

La maduración sexual sigue una secuencia establecida en ambos sexos. La edad de

comienzo y la rapidez del desarrollo sexual varía y es influenciada por factores genéticos y

ambientales. En la actualidad, la maduración sexual se inicia antes que hace un siglo,

probablemente debido a las mejoras de la nutrición, la salud general y las condiciones de vida;

p. ej., la edad de la menarca ha disminuido alrededor de 3 años en los últimos 100 años. Los

cambios fisiológicos subyacentes a la maduración sexual están en Discutido en Endocrinología

reproductiva masculina y en Endocrinología reproductiva femenina.


35

En los varones, los cambios sexuales comienzan con el crecimiento del escroto y los

testículos, seguido de elongación del pene y aumento de tamaño de las vesículas seminales y

la próstata. A continuación, aparece el vello púbico. El vello axilar y facial aparece alrededor

de 2 años después del vello púbico. Por lo general, el estirón comienza un año después del

inicio del agrandamiento testicular. Factores psicológicos, culturales y biológicos inciden en la

mediana de la edad de la primera eyaculación (entre 12½ años y 14 años en los Estados

Unidos). que se produce alrededor de 1 año después de la aceleración de crecimiento del pene.

En los varones adolescentes jóvenes, es frecuente la ginecomastia, por lo general en forma de

botones mamarios, que suele resolverse en el término de varios años.

En la mayoría de las niñas, los botones mamarios son el primer signo visible de

maduración sexual, seguido de cerca por la iniciación del empuje de crecimiento. Poco

después, aparece vello púbico y axilar. Por lo general, la menarca se produce alrededor de 2

años después del comienzo del desarrollo mamario y cuando el aumento de talla se enlentece

tras alcanzar su máximo. La menarca se produce dentro de un amplio rango etario; en la

mayoría de las niñas de los Estados Unidos, aparece a los 12 o 13 años. Los estadios del

desarrollo mamario y del vello púbico.

Si hay una alteración en el orden de los cambios sexuales, el crecimiento puede ser anormal,

y el médico debe considerar motivos patológicos

F66.1 Orientación sexual egodistónica

“En estos casos la identidad genérica, la orientación sexual o la preferencia sexual no

se pone en duda, pero debido a la presencia de trastornos psicógenos o comportamentales, el

individuo desea que fuera diferente, lo que puede llevarle a buscar tratamiento con el fin de

cambiarlo” (Lopez Ibor, 1992, pag 274)


36

La orientación sexual egodistónica es un trastorno mental egodistónico descrito

cuando un individuo tiene una atracción u orientación sexual que no se corresponde con la

imagen ideal que tiene de sí mismo, lo que causa ansiedad y un deseo en esa persona de

cambiar o modificar sus preferencias sexuales.

Clasificación

La Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyó la orientación sexual egodistónica

en el manual de diagnóstico ICD-10, como un desorden del desarrollo sexual y la orientación.

El diagnóstico de la OMS se aplica cuando la identidad o la orientación sexual es clara, pero el

paciente la considera un trastorno psicológico o de comportamiento lo que le impulsa a querer

cambiarla.2 El manual de diagnóstico apunta que la orientación sexual en sí misma no es un

trastorno.3

La categoría diagnostica «homosexualidad egodistónica» se retiró del manual diagnóstico y

estadístico de los trastornos mentales (DMS) de la Asociación Estadounidense de

Psiquiatría en 1987 (con la publicación del DSM-III-R), aunque permanece todavía sin

explicitar en el DSM-IV bajo la categoría de «desorden sexual sin especificar» mencionado

como “angustia persistente y marcada por la propia orientación sexual.

Diagnostico

Cuando la OMS eliminó la homosexualidad de su listado de enfermedades mentales,

ICD-10, incluyó el diagnóstico de orientación sexual egodistónica entre los trastornos

psicológicos y de comportamiento asociados con el desarrollo y la orientación sexual. El

ICD.10 de la OMS diagnostica la orientación sexual egodistónica así:

La orientación o la preferencia sexual (heterosexual, homosexual o bisexual,) no está

en duda, pero el paciente desea que esto sea diferente por los trastornos psicológicos y del

comportamiento asociados y podría buscar tratamiento para cambiarla. (F66.1)


37

La OMS señala como código de conducta en F66 que: «La orientación sexual en sí

misma no debe considerarse un trastorno.»3

Este trastorno a menudo es el resultado de actitudes desfavorables e intolerantes de la

sociedad o por un conflicto entre las necesidades sexuales y el sistema de creencias religioso

F66.2 Trastorno de relación sexual

“El trastorno de la identidad genérica o de inclinación sexual es responsable de

dificultades para formar o mantener una relación de pareja” (Lopez Ibor, 1992, pag 274)

F66.8 Otros trastornos del desarrollo psicosexual

Etiología

La etiología de los trastornos sexuales es compleja y muy variable; probablemente en

ella desempeñan un papel sutiles factores constitucionales y hereditarios. Los andrógenos del

feto preparan el cerebro para la ulterior actividad sexual; la alteración de ese proceso puede no

ser lesiva en sí misma, pero sí hacer vulnerable a una persona frente a las influencias

ambientales dañinas durante su desarrollo psicosexual en la infancia.

También tiene importancia la actitud de los padres hacia la conducta sexual (v. también más

adelante Trastornos de identidad sexual). Por ejemplo, el rechazo, las prohibiciones y el

puritanismo en materia sexual, incluyendo el simple contacto físico, por parte de los padres

genera culpabilidad y vergüenza en el niño e inhibe su capacidad de disfrutar del sexo y

establecer relaciones saludables ya en la vida adulta. La relación con los padres puede verse

perjudicada por una excesiva distancia emocional, un comportamiento punitivo o, por el

contrario, una actitud seductora y explotadora. Igualmente, los niños expuestos a actitudes de

hostilidad, rechazo y crueldad es probable que acaben por padecer una mala adaptación sexual.

El niño necesita sentirse aceptado y querido. De hecho, uno de los objetivos de la terapia

consiste en lograr que la persona confíe en que merece ser amada por ser quien es.
38

Los conflictos en las relaciones paterno-filiales contribuyen a crear disfunciones sexuales,

trastornos de identidad de género (p. ej., transexualismo y transvestismo) o parafilias (v. más

adelante). También puede ocurrir que el amor y la sensualidad queden disociados, de manera

que se establezcan vínculos emocionales con personas del mismo contexto social o cultural,

pero sólo puedan mantenerse relaciones sexuales con las consideradas inferiores, prostitutas,

por ejemplo, con las que no hay ninguna afinidad ni unión emocional. Dentro de ese marco, las

relaciones sexuales con el propio cónyuge pueden vivirse con culpa y ansiedad, mientras que

el desahogo sexual sólo se consigue con personas o actividades que no despiertan ternura ni

sentimientos amorosos.

La pauta de estímulo erótico está bastante bien desarrollada antes de la pubertad, de manera

que las causas de un trastorno de identidad de género o de una parafilia hay que buscarlas en

los años prepuberales. Tres son los factores implicados: la ansiedad interfiere con el desarrollo

psicosexual normal; a continuación, la pauta estándar de estímulo es sustituida por otra, que

permite a la persona experimentar placer sexual; por último, esta pauta adquiere un carácter

simbólico y condicionante (p. ej., un fetiche simboliza el objeto estimulante, pero puede

haberse elegido porque el fetiche se asociaba casualmente con curiosidad sexual, deseo y

excitación). Hay controversia respecto a si todo desarrollo transexual o parafílico es el

resultado de estos procesos psicodinámicos.

F66.9 Trastorno del desarrollo psicosexual sin especificación

F68 Otros trastornos de la personalidad y del comportamiento del adulto

F68.0 Elaboración psicológica de síntomas somáticos

“Se trata de un trastorno en el que síntomas somáticos compatibles con un trastorno,

enfermedad o incapacidad física confirmadas y originalmente debidos a uno de ellos, son

exagerados o prolongados debido al estado psicológico del enfermo. Así se desarrolla un


39

síndrome comportamental de búsqueda de atención (histriónico) que a menudo incluye

también quejas que no son de origen somático (y por lo general no especificas). El dolor o la

incapacidad física producen malestar y a menudo preocupación a veces justificada, por la

posibilidad de parecer un dolor o incapacidad o prolongados o progresivos. El trastorno

puede justificarse a ojos del que lo padece por la insatisfacción con el resultado del

tratamiento o investigaciones realizados o la decepción con el grado de atención personal

recibida en medios sanitarios. En algunos casos parece existir una clara motivación derivada

de la posibilidad de obtener indemnizaciones consecutivas o lesiones. Sin embargo, el

síndrome no remite necesariamente con rapidez cuando el litigio ha sido exitoso” (Lopez

Ibor, 1992,pag 275)

Incluye: Neurosis de renta.

F68.1 Producción intencionada o fingimiento de síntomas o incapacidades somáticas o

psicológicas (trastorno ficticio)

“Se trata de un trastorno en el que el enfermo finge síntomas de forma repetida y

consiste, en ausencia de un trastorno, enfermedad o incapacidad somática o mental

confirmados. En el plano somático el enfermo puede producirse a si mismo cortes o erosiones

para sangrar o inyectarse a si mismo sustancias toxicas. La simulación del dolor y la

insistencia sobre el hecho de la presencia de sangre puede ser tan convincente y persistente

que conduzca a investigaciones e intervenciones repetidas en varios hospitales o consultas

diferentes, a pesar de la obtención de hallazgos negativos repetidos. La motivación de este

comportamiento es casi siempre oscura y es presumiblemente intima y la mejor interpretación

de este cuadro es la de un trastorno caracterizado por conducta de enfermedad y buscadora

del papel de enfermo. Los enfermos con este comportamiento presentan a menudo signos de

otras anomalías marcadas de la personalidad y de las relaciones con los demás. La simulación

definida como la producción intencional o el fingimiento de síntomas o incapacidades


40

somáticas o psicológicas motivadas por incentivos o estrés externo, debe ser codificado de

acuerdo con los epígrafes Z76.5, y no mediante los códigos de este tomo.” (Lopez Ibor,

1992,pag 276)

Incluye: Síndrome de munchausen sin especificar

“Paciente Peregrinante”

Excluye: Simulación (Z76.5)

Dermatitis artefacta (L98.1)

Munchausen por poderes (malos tratos en la infancia, (T74.1)

F68.8 Otros trastornos de la personalidad y del comportamiento del adulto especificado

“Esta categoría debe usarse para codificar cualquier trastorno de la personalidad y del

comportamiento en adultos que no pueda ser encuadrado en ningún otro de los apartados

precedentes.” (Lopez Ibor, 1992, pag 276)

Incluye: Trastorno del carácter sin especificar

Trastorno de la relación sin especificar

F69 Trastorno de la personalidad y del comportamiento del adulto sin especificación

“Se debe usar este código como ultimo recurso, si se asume la presencia de un

trastorno de la personalidad y del comportamiento en un adulto, pero se carece de

información que permita su diagnóstico en una categoría especifica.” (Lopez Ibor, 1992,pag

276)
41

PRESENTACION DEL CASO

Paciente de 19 años de edad, masculino, blanco, casado, 10mo grado de escolaridad,

con antecedentes de atención psicológica a los 10 años por nerviosismo, ansiedad,

insomnio y timidez. Refiere el paciente que su atracción por el sexo es enfermiza, en

los ómnibus aprovecha la oportunidad para frotar a las mujeres, llegando a satisfacerse en

muchas ocasiones, cuando no puede lograrlo se dirige a su casa pensando en lo

que hizo, masturbándose y llegando a la satisfacción, realizando en el

día varios contactos sexuales con su esposa, pero predomina la satisfacción visual. La pone en

posiciones muy variadas para mirar y obtener el placer, en

ocasiones la agrede físicamente golpeándola para que llore y grite y esto lo

hace sentir más realizado, le gusta lo erótico, mira a través de los huecos, ¡cualquier cuerpo

de mujer incluyendo a su familia; llega a eyacular de ver a una mujer que le sea atractiva.

Las prendas de mujer, bloomer, ajustadores,

zapatos de tacones los obtiene a cualquier precio para satisfacerse.


42

Los animales (yeguas y chivas), también han formado

parte de satisfacción. Le atrae ver a los hombres desnudos, observarle los glúteos y

la musculatura. Se considera inferior a los demás porque no es atractivo, por eso se esfuerza en

mantener impecable su presencia. Comenzó así a los 15 años. Desde pequeño maltrataba

a los animalitos, los descuartizaba, reñía con los demás niños en el

aula , se ausentaba de la escuela, se fugaba cuando estaba becado, no participaba en las

labores agrícolas, faltaba el respeto a los maestros, no atendía a clases por lo que abandonó

la beca en el preuniversitario, por miedo a ser sorprendido mirando muchachitas, andaba

solo, no integraba el grupo, callado se golpeaba a sí mismo o a la pared para no agredir a su

madre, pero lo hace a su

hermana. Por tiempo odia a las mujeres, aunque después vuelve a quererlas. Fue maltratado

cuando niño por el padre que también maltrataba físicamente a la madre. Todo lo hace callado

porque no quiere que su problema se conozca.

Se siente mal, angustiado, ¡porque no quiere ser así; pero no puede librarse.

Examen físico: Negativo Examen psiquiátrico: Paciente que acude a la consulta vistiendo

ropa institucional, limpio, porte y aspecto impecable, se sienta de frente al médico, coopera

a la entrevista con lenguaje coherente, ansioso, sudoroso. Pensamiento: Solo piensa en

el sexo, esto lo distrae de las demás actividades.

Idea fija. Afectividad: Ansiedad, irritabilidad, angustia. Conativa: Intranquilidad, retraimiento

Neurovegetativo: Sudoración de las manos, cefalea, salto epigastrio. Sexuales: Voyeurismo,

froteurismo, bestialismo, fetichismo, masturbación, hipererotismo, sadismo.

Sueño: Insomnio predormicional, pesadillas.

Su perfil persono lógico lo describe como introvertido, inestable emocionalmente, irascible,

pesimista, reservado, poco sociable y temeroso, con manifestaciones hipocondríacas, esquivo,


43

dependiente, agresivo y tendiente al mal humor. Rx Cráneo: Normal

E.E.G (convencional): Actividad lenta región frontal T.A.C (cráneo): Normal

Resumen sindrómico: Síndrome ansioso Síndrome psicopático Diagnóstico

nosológico: Trastorno de la inclinación sexual

Bibliografía

Lopez Ibor, J. (1992). Trastornos mentales y del comportamiento. Madrid: Técnicas Gráficas

FORMA. S. A.
44

Anda mungkin juga menyukai