Saúl no creía que él era lo suficientemente bueno para ser rey. ‘Yo pertenezco a la
tribu de Benjamín, la más pequeña de Israel,’ le dice a Samuel. ‘¿Por qué dices
que seré rey?’ A Jehová le agrada Saúl porque no pretende ser grande e
importante. Por eso lo escoge para ser rey.
Los enemigos de los israelitas siguen estando fuertes. Poco después que se hace
rey a Saúl, los amonitas suben contra ellos. Pero Saúl reúne un ejército grande, y
vence a los amonitas. El pueblo se alegra de tener a Saúl como rey.
Pasan los años, y Saúl guía a los israelitas a muchas victorias. Saúl también tiene
un hijo valiente, Jonatán. Y Jonatán ayuda a Israel a ganar muchas batallas. Los
filisteos todavía son los peores enemigos de Israel. Un día, miles y miles de
filisteos vienen contra Israel.
Samuel le dice a Saúl que espere hasta que él venga y haga un sacrificio a
Jehová. Pero Samuel se tarda. Saúl teme que los filisteos empiecen la batalla, así
que se adelanta y hace el sacrificio él mismo. Cuando Samuel finalmente llega, le
dice a Saúl que ha sido desobediente. ‘Jehová escogerá a otra persona para que
sea rey sobre Israel,’ dice Samuel.
Más tarde, Saúl desobedece otra vez. Samuel le dice: ‘Mejor es obedecer a
Jehová que hacerle un regalo de las mejores ovejas. Porque no has obedecido a
Jehová, él no te seguirá teniendo como rey de Israel.’
De esto podemos aprender una buena lección. Nos muestra que es importante
obedecer a Jehová siempre. También, esto nos muestra que alguien bueno, como
lo había sido Saúl, puede hacerse malo. ¡Que nunca nos pase eso! ¿Verdad?
Llega el tiempo en que Jehová le dice a Samuel: ‘Toma algún aceite especial y ve
a la casa de Jesé en Belén. He escogido a uno de sus hijos para que sea rey.’
Cuando Samuel ve a Eliab, el hijo mayor de Jesé, se dice: ‘De seguro éste es.’
Pero Jehová le dice: ‘No mires a lo alto y hermoso que es. No lo he escogido para
ser rey.’
Así que Jesé llama a su hijo Abinadab y lo lleva a Samuel. Pero Samuel dice: ‘No,
Jehová no lo ha escogido a él tampoco.’ Después, Jesé trae a su hijo Sama. ‘No,
Jehová no ha escogido a éste tampoco,’ dice Samuel. Jesé trae siete de sus hijos
a Samuel, pero Jehová no escoge a ninguno. ‘¿Son éstos todos los muchachos?’
pregunta Samuel.
‘Queda el más joven. Pero está afuera atendiendo las ovejas,’ dice Jesé. Cuando
le traen a David, Samuel puede ver que es hermoso. ‘Éste es,’ dice Jehová.
‘Derrama el aceite sobre él.’ Y Samuel lo hace. Con el tiempo, David llegará a ser
rey de Israel.
David pregunta a algunos soldados: ‘¿Qué se le dará al que mate a este filisteo y
libre a Israel de esta vergüenza?’
‘Saúl le dará muchas riquezas,’ un soldado dice. ‘Y también le dará su propia hija
como esposa.’
Pero todos los israelitas le tienen miedo a Goliat debido a que es un hombre muy
grande. Él mide casi 3 metros, y tiene otro soldado que le carga el escudo.
Algunos soldados van y le dicen al rey Saúl que David quiere ir a pelear contra
Goliat. Pero Saúl le dice a David: ‘No puedes. Eres un niñito, y él ha sido soldado
siempre.’ David dice: ‘Yo maté un oso y un león que se llevaron las ovejas de mi
padre. Ahora este filisteo será como uno de ellos. Jehová me dará ayuda.’ Por
esto, Saúl dice: ‘Ve, y que Jehová esté contigo.’
David baja a un río y recoge cinco piedras lisas y las mete en su bolso. Entonces
sube con su honda a pelear contra el gigante. Goliat no puede creerlo. Le parece
que es cosa demasiado fácil matar a David.
‘Ven acá,’ dice Goliat, ‘y daré a comer tu cuerpo a los pájaros y los animales.’ Pero
David dice: ‘Tú vienes a mí con espada, una lanza y una jabalina, pero yo voy
contra ti con el nombre de Jehová. Hoy Jehová te dará en las manos mías y yo te
derribaré.’
Ahora David corre hacia Goliat. Saca de su bolso una piedra, la pone en su honda,
y la lanza contra Goliat con toda su fuerza. ¡La piedra entra en la cabeza de Goliat,
quien cae! David corre, toma la espada de Goliat y le corta la cabeza. Al ver a su
campeón caído, los filisteos huyen. Los israelitas los siguen y ganan la batalla.
1 Samuel 17:1-54.