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POLÍTICA DE NEGOCIOS

Apunte N° 1

Iniciándonos en el tema de Gestión Estratégica

En la actualidad, en toda América Latina se está produciendo un


proceso de transferencia desde el Sector Estatal al Sector Privado
como consecuencia de un importante giro en las políticas
macroeconómicas de los gobiernos: Esto origina una dinámica de
cuantiosas inversiones y sólo grandes inversionistas, con alguna
participación de inversionistas locales, usualmente empresas
internacionales, tienen acceso a ellas.

Sabemos, por otro lado, que el crecimiento y el desarrollo de nuestras


economías depende principalmente del desarrollo de la Pequeña y
Mediana Empresa, las cuales conforman el segundo tipo de negocio
en occidente, más intensivo en conocimientos y en "management" que
en toma de posición. Esto genera toda una gama de oportunidades y
desafíos de negocios. Sin embargo, todos los grandes negocios se
ven dominados, cada vez con más intensidad, por grandes redes
internacionales que ya no constituyen solo el patrimonio de una
Corporación, sino más bien de las diferentes alianzas que se producen
entre pequeños y grandes inversionistas que forman redes globales de
inversión.

Otro aspecto importante en este escenario se refiere al grado


creciente de competencia en todos los sectores de la actividad
económica. Es muy difícil encontrar nichos en los que una empresa
pueda desenvolverse con bajos niveles de competencia. Esta
globalización de los mercados y de las grandes redes internacionales
hace que los niveles de competencia sean mayores, disminuyendo los
márgenes de contribución de la mayoría de los negocios, obligándolos
a la aplicación de sofisticadas tecnologías y volúmenes de producción
más altos para poder sobrevivir.

En la medida que la sociedad incorpora mayores conocimientos y


nuevas tecnologías va aumentando su productividad y efectividad y, en
consecuencia, los niveles de todas las empresas que operan dentro de
este grupo social. La tecnología invade todas las actividades de
nuestra vida, los hogares, las escuelas, las universidades y, en
particular, las empresas. Esto conlleva mayores desafíos pues a mayor
tecnología al interior de las empresas se exige personal más
calificado, de más alto nivel cultural, de más alta escolaridad y de más
altas habilidades, aptitudes y destrezas.

El trabajador de la empresa más tecnificada, de mayor escolaridad y


mayores ingresos, no tiene las mismas motivaciones que el trabajador
de la línea de producción tradicional, esto obliga a que los
responsables de conducir las empresas, ejecutivos y jefes, deban
buscar nuevas formas de conducción y liderazgo que permitan
transmitir entusiasmo, energía y creatividad.

A partir de estos argumentos se observa que en América Latina está


surgiendo una empresa más liviana, más plana, más horizontal, con
menores niveles jerárquicos, más preocupada de los costos y muy
intensivas en conocimiento.

Hoy existen nuevas formas de financiamiento, el capital ya no tiene


nacionalidad, fluye por el mundo y está disponible para todo aquel que
tenga un buen negocio, una buena idea. Hoy las empresas
latinoamericanas están colocando sus acciones en la Bolsa de New
York. El Mercado de Capitales ofrece en la actualidad todo tipo de
opciones de financiamiento que el empresario moderno debe conocer
y utilizar, no solamente para financiar sus operaciones sino también
para disminuir su riesgo.

Anteriormente, cuando la economía era menos dinámica, se podían


usar estrategias estáticas. En ese mundo caracterizado por productos
durables, necesidades estables de los consumidores, mercados bien
definidos nacional y regionalmente y competidores claramente
identificados- la competencia era una guerra de posicionamiento,
donde la empresa tenía un mercado claramente definido como
ocupando cuadros en un tablero de ajedrez.

A medida que los mercados se fragmentan y proliferan, ser “dueño” de


un segmento de mercado se vuelve cada vez más difícil y menos
valioso. A medida que los ciclos de vida de los productos se aceleran
(duran menos), dominar segmentos de productos pierde importancia
comparado con el hecho de crear nuevos productos y explotarlos
rápidamente.
Paralelamente, la globalización de los mercados rompe barreras entre
mercados nacionales y regionales. En la actualidad, el consumidor ha
perdido la lealtad nacional en su decisión de compra. Nuevos
competidores aparecen permanentemente en los mercados locales
amenazando y muchas veces desplazando al productor nacional. En
la decisión de compra del consumidor prima el precio, la calidad, la
moda y la utilidad rápida, por sobre la utilidad permanente.

En el dinámico ambiente de negocios que se vive en la actualidad, la


estrategia se ha vuelto una herramienta fundamental. La competencia
es ahora una “guerra de movimientos” en la cual el éxito depende de,
al menos, dos grandes factores:

 Anticiparse a las tendencias del mercado y


 Rápida respuesta al cambio en las necesidades de los clientes.

El cliente es el centro de toda la atención de la empresa, el actual


cliente permite la sobrevivencia, el potencial cliente y el ex cliente nos
permiten el crecimiento y desarrollo. En este contexto una estrategia
cada día más difundida y aplicada en las empresas latinoamericanas
es la implementación de procesos de Calidad Total y Mejoramiento
Continuo como también la Certificación de Calidad de las Normas ISO,
todo con la finalidad de mantener la lealtad de los clientes a través de
productos de reconocida calidad como también cumplimiento en la
atención y la entrega oportuna.

Una Empresa que aspire a sobrevivir en el contexto actual, debe


dialogar con su público, debe ser capaz de interpretar las demandas
que recibe y de responder a ellas. Pero para poder dialogar con el
mercado, una Empresa debe ser capaz de mantener su propio diálogo
interno. En un contexto turbulento como el actual, nadie puede
sentirse fuerte por lo que es, la única fortaleza posible es la que
proviene de ser capaz de responder, de poder dejar de ser lo que se
es para ser lo que sea necesario. Existe siempre la posibilidad de que
la alta dirección haga su propia elección, por una parte mantenerse
dentro de la inercia de la Gerencia Bombera, apagando incendios
conforme se presentan las dificultades, o por el contrario proyectarse
hacia el futuro.
En esa proyección futurista, el Gerente General o Director o Rector,
dependiendo del tipo de organización, y su grupo de colaboradores
directos, son responsables de la determinación de los objetivos de la
Empresa y de los medios necesarios para su obtención. Ellos marcan
las pautas para la obtención y el uso de los recursos de la Empresa,
conforme al plan y organizan las tareas de los demás. Este grupo,
además, debe coordinar y controlar el desarrollo de las operaciones
según el plan, y reajustar las estructuras de la Empresa en respuesta
a cambios dinámicos que pueden ser internos o externos.

Ellos tienen como tarea principal modificar las relaciones entre la


Empresa y su entorno. Son el grupo que debe determinan las metas y
objetivos y las estrategias para alcanzarlos. En tiempos de bonanza es
relativamente fácil sobrevivir ya que el entorno permite tomar
decisiones sin prisa, el problema surge cuando la situación se torna
adversa, cambiando las condiciones y obligando a adaptarse a ellas.

Al igual que un navegante que no tiene definido su destino, o un


individuo que no sabe que desea llegar a ser, una Empresa que no
tiene definida su Misión, es decir su razón de ser, no podrá llegar a ser
efectiva y mucho menos competitiva en este mundo de cambios
permanentes.

Si se hiciera una radiografía de las diferentes empresas del mundo


actual, y evaluáramos sus estructuras, sus organizaciones, su grado
de adaptabilidad e innovación y, en particular, su capacidad para
enfrentar el reto del cambio del que somos causa-efecto, veríamos
que solamente sobreviven aquellas que tienen una clara visión
compartida del futuro y han entendido la misión de la organización.

En suma, podemos sostener que los cambios ocurren cuando nos


damos cuenta que es necesario mejorar, es decir, de lo que
obtenemos como resultado de nuestras acciones, reflexionamos y
pensamos como mejorar cuando llevamos este pensamiento a la
acción, planificando los resultados que deseamos, pero buscando
cumplir con la misión de "para qué" hacemos las cosas.
De acuerdo a lo leído, desarrolle, un macro análisis del ambiente
empresarial chileno:

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