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Poder, casería, medios y miedo.

La situación de dominación no ha cambiado desde la colonia. Cotidianamente vemos,


en diferentes situaciones, como el criollaje, a través de los que ostentan el poder
político, económico y militar, subestiman, mienten, humillan y sobrepasa los derechos
constitucionales y naturales de las Comunidades, persiguen y asesinan a los que se
atreven a reclamar y se revelan ante las injustas acciones de violencia que van en
detrimento del bienestar y de la dignidad como hombres.
La lucha por la posesión de la tierra no ha terminado. Los indios rebeldes no olvidan y
reclaman lo que les pertenece y los medios de comunicación juegan un rol importante,
al igual que el poder de turno justifican los asesinatos de los ahora “terroristas indios”.
Será, este nuevo mote, el justificativo para matar o seguir matando indios. Desde lejos
sin querer ver otros indios sumisos con cargos comprados observan la cacería y ni se
expiden repudiando el atropello por miedo a sus patrones, tendrá que llegar la sangre
al rio para que reaccionen. Algunos llegan a creer que en verdad sus hermanos son
terroristas. El poder crea y sustenta estos medios de comunicación que son de ellos y
los financian con sus pautas publicitarias oficiales por el simple hecho que estos medios
fabrican la “verdad” sobre la mentira para lavar cerebros.
Desde Buenos Aires los medios de comunicación dominan y manejan los pensamientos
de todo el país, En las alturas de Mina el Aguilar las voces de Jorge Lanata lava los
cerebros de los Kollas mineros. Los medios provinciales replican las “verdades” por
orden y mandato superior. Medios de comunicación que ponen al aire las voces de
sicarios en cultura india y en derecho indio. Medios de comunicación que tienen un
sentido ideológico de ser y estar donde están. Son los que inyectan la verdad colonial,
los que contagian la enfermedad de la “argentinidad racista”. Son estos medios los
misiles que destruyen la libertad de expresión y pretenden unificar en un solo
pensamiento y en una sola verdad su verdad, la de ellos y nada más. No es difícil darse
cuenta. Pero lamentablemente para el provinciano y para muchos hermanos de las
comunidades estos personajes periodísticos que desparraman sus ideales derechistas y
xenófobos a través de la televisión, las radios, los medios gráficos, etc. son la voz
autorizada de la única verdad. Lo que se ignora es que mienten a propósito, tergiversan
la información y la adecuan a sus pensamientos y por todo ello cobran muy bien. Lanata,
longobardi, Majul, Leucos, Feiman, Del Moro, Fantino, Paluch, Legrand, Gimenes, etc,
entre otras basuras. Los medios de Comunicación forman parte de las nuevas armas de
dominación y colonización eso está claro. Por otro lado los medio de comunicación
indios no existen prácticamente y si los hay solo transmiten entretenimiento y música a
unos pocos km a la redonda con eso no es posible generar un pensamiento crítico en los
oyentes, muchos de estos medios fueron lo que surgieron y se entregaron con gran
fiesta en el anterior gobierno, justificando así, una igualdad de derechos en la libertad
de expresión con los indios. Los indios como siempre recibieron contentos y conformes
los nuevos juguetes de muy baja potencia.
Para emparejar esta guerra mediática y aquí es donde se debe poner mucha atención,
los indios deben generar sus propios medios, radios y televisoras rebeldes,
contrarrestando la mentira organizada y no esperar a que vengan estos medios como
regalo, sino crear los propios y con la mejor tecnología posible. Los indios no son pobres
pueden hacerlo.
A pesar de que nos hagan creer de sus enfrentamientos y peleas a los de arriba, los une
una gran hermandad casi religiosa, sin importar el partido político al que pertenezcan,
unidos y hermanados por lo bajo organizan su violencia, planifican como dominar a los
indios, como dividir a los indios, y sobre todo como seguir ellos mismos, sustentándose
en el poder, traspasándose los mandos políticos de padres a hijos, de esposos a esposas,
de padrinos a ahijados, así de generación en generación, y en lo económico, son socios
en el robo al pueblo, dueños de las grandes empresas, shoppings, hoteles, imprentas, y
multimedios de comunicación, mientras tanto los indios domesticados, trabajan
sudando en las contiendas electorales, tocando el bombo, pegando carteles, llenan las
urnas y luego cuando gana el patrón y creían que ya eran aceptados en la organización
política criolla los descartan y allí tienen que volver a chupar las medias sucias o ser
tirasacos. Algunos logran un puestito pero siempre de servidumbre. Así pervive
humillado y denigrado, vilipendiado el pobre indio, el pobre kolla intentando ser un ser
digno. Para ser dignos de verdad el hombre de la tierra debe proyectase políticamente
apoyando a otros líderes revolucionarios que sientan y quieran volver a ser libres y
escupir a los traicioneros. El indio no es un perro, el indio no debe ser el que ande
mendigando en los comités y en las sedes de los partidos tradicionales, si realmente
quiere cambiar el destino de su vida y la de los hijos de sus hijos debe perder el miedo y
darle la espalada al criollaje centenariamente opresor y votar por un partido Indio, un
líder indio solo así será libre.

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