En la mayor parte de las personas, nuestra conducta es regida por los impulsos, los
cuales se conocen como deseos o emociones que lleva a realizar algo de manera
intempestiva y sin reflexión: “No sabía lo que hacía, fue solo un impulso", "Perdón, me deje
llevar por el impulso pero valió la pena”, “A veces hay que escuchar al corazón y actuar por
impulso: es la única forma de ser feliz”.
Estos impulsos disminuyen nuestra eficacia, por eso es necesario hacer autoconciencia
emocional:
• Impulsividad.
• Falta de autocontrol.
1.- Pensar antes de actuar: ante una situación que le altere, se debe detener y
pensar con la cabeza fría, a modo de evaluar que es lo que le está molestando y
así encontrar la mejor manera de reaccionar. Se necesitará tu esfuerzo para
intercambiar la respuesta automática que en otra circunstancia hubieras dado por
una más racional y analizada.
2.- Buscar otras alternativas: frente a una situación crítica, piensa “en lugar de
reaccionar así, reaccionare así”. Si eres capaz de decidir la reacción que tendrás
ante un problema, te comienzas a hacer dueño (a) de tus respuestas y de tus
emociones, pudiendo controlarlas y logrando enfrentar las dificultades con más
serenidad.
3.- Aprender de errores anteriores: revisar la forma reaccionar que has tenido
hasta ahora frente a situaciones problemáticas. Evite los patrones de
comportamiento que sabe le han perjudicado más que ayudarle a solucionar la
situación, el autocontrol requiere de la capacidad de analizar y comprender tus
impulsos, para así lograr contener la rabia, la hostilidad y la ansiedad. Si puedes
reconocer patrones disfuncionales de conducta anteriores, podrá evitarlo en el
futuro.
4.- Cuenta hasta 10: antes de actuar debe detenerse, calmarse, respirar profundo y
analizar la situación. En ese momento, evaluar que es específicamente lo que le
está molestando y siendo causa de su enfado. Aprenderá a controlar sus
impulsos más fácilmente si es capaz de identificar que es lo que le está alterando.
Luego de esto, podrá entregar una respuesta mucho más calmada y meditad a la
situación.
5.- Identificar los impulsos positivos: nuestros impulsos siempre nos perjudican,
naturalmente reaccionar en forma impulsiva ante situaciones conflictivas la
mayoría de las veces trae más problemas que soluciones, sin embargo, los
impulsos también pueden llevarnos a enfrentar conflictos que de otro modo no
hubiera afrontado, entregando la cuota de energía necesaria para hacerlo.