Emperador Bizantino
Nació en Iliria en el seno de una familia de cultura Romana y origen humilde a la que
encabezaba su tío Justino el cual había ascendido en el ejército hasta ser nombrado
emperador allá por el año 518. Fue adoptado por su tío Justino I, quien le proporcionó
una refinada y sólida formación en Constantinopla, gracias a la importante posición que
tenía su tío en la corte. Su nombre original era Petrus Sabbatius pero por adopción de su
tío el emperador Justino agregó el de Justiniano. Su tío Justino I no tuvo ninguna
descendencia y por eso tras su muerte Justiniano heredó su trono.
Justiniano es uno de los representantes más importantes del periodo de transición entre
Edad Antigua y la Edad Media. Tenía una personalidad de carácter fuerte, pero a pesar de
su carácter, sus sentimientos fueron doblegados al conocer y enamorarse de una actriz
llamada Teodora, su amor por ella lo hizo promulgar una ley donde eran permitidos los
matrimonios entre personas de distintas clases sociales. Es sobre todo conocido por haber
estado en el origen de un grupo de leyes muy importantes, el Código Justinianeo, que
rigió la vida del Imperio bizantino durante siglos e influenció fuertemente a Europa en la
época medieval.
Justiniano rigió el Imperio Romano de Oriente desde el año 527 al 565. Así como sus
acciones tuvieron una gran importancia en la vida de Justiniano, otra de sus acciones con
grandes relevancia fue el impulso que dio a la codificación del Derecho romano,
controlando personalmente una comisión de expertos que lo recopiló, simplificó, armonizó
y unificó en un Corpus Iuris Civilis. Este es el legado que nos dejo Justiniano
posteriormente recibió el nombre de Corpus Iuris Civilis, para distinguirlo del Corpus Iuris
Canonici, según las órdenes del emperador se tenían que eliminar las contradicciones y las
repeticiones, modificar los textos, precisarlo o conservar su claridad en el nuevo contexto
y sobre todo adaptarlos al derecho vigente.
Finalmente Justiniano el responsable de la unificación del derecho, ordenando, depurando,
y compilando todo el material jurídico existente, dando vida a la compilación definitiva,
que superará a todas las anteriores, por cuanto no solo incluirá las leyes. Para la
consecución de su obra fundamental, Justiniano concibió un ambicioso programa
legislativo que “se desarrolló por grados, y fue ampliándose y completándose hasta
alcanzar el plan de una reconstrucción de todo el sistema del derecho’’
El corpus Iuris Civilis estaba compuesto por un código de leyes imperiales vigentes (el
Código Justiniano), una recopilación de dictámenes jurídicos, cuyo significado es en
latín: “distribuido en forma sistemática” es una de las partes más importantes de la
compilación efectuada por el emperador Justiniano en el Corpus Iuris Civilis. Allí reunió los
iura o sea, las opiniones de los jurisconsultos, sin darles a los juristas ningún orden de
prelación, como sí había hecho la Ley de Citas, aunque las opiniones de los juristas
incluidos en ella, fueron los más consultados (el Pandectas o Digesto) y un manual
para la enseñanza del Derecho (Instituciones). Las leyes promulgadas por el propio
Justiniano después de la promulgación del Corpus Iuris Civilis fueron recopiladas y
añadidas a aquél en las Novelas. El auténtico esplendor del trabajo de Justiniano se
produjo unos seis siglos más tarde de la publicación de estas obras, cuando la cultura
europea adoptó su legado como una referencia cargada de autoridad y muy útil para la
formación de los nuevos juristas en un Derecho común. El gran mérito de la obra de
Justiniano fue condensar el saber jurídico de Roma y actuar como el eslabón de
continuidad para que ese pensamiento pasara a la conciencia jurídica europea
suponiendo, sin duda, el segundo gran momento de expansión del Derecho romano