Anda di halaman 1dari 3

Justiniano

Emperador Bizantino

Nació en Iliria en el seno de una familia de cultura Romana y origen humilde a la que
encabezaba su tío Justino el cual había ascendido en el ejército hasta ser nombrado
emperador allá por el año 518. Fue adoptado por su tío Justino I, quien le proporcionó
una refinada y sólida formación en Constantinopla, gracias a la importante posición que
tenía su tío en la corte. Su nombre original era Petrus Sabbatius pero por adopción de su
tío el emperador Justino agregó el de Justiniano. Su tío Justino I no tuvo ninguna
descendencia y por eso tras su muerte Justiniano heredó su trono.

Justiniano es uno de los representantes más importantes del periodo de transición entre
Edad Antigua y la Edad Media. Tenía una personalidad de carácter fuerte, pero a pesar de
su carácter, sus sentimientos fueron doblegados al conocer y enamorarse de una actriz
llamada Teodora, su amor por ella lo hizo promulgar una ley donde eran permitidos los
matrimonios entre personas de distintas clases sociales. Es sobre todo conocido por haber
estado en el origen de un grupo de leyes muy importantes, el Código Justinianeo, que
rigió la vida del Imperio bizantino durante siglos e influenció fuertemente a Europa en la
época medieval.

La política interior de Justiniano tenía tres objetivos: reforma de la administración para


que funcionara de la forma más justa y eficaz posible; fortalecimiento de la economía
mediante la apertura de nuevas rutas comerciales y el apoyo a los comerciantes; y, por
último, la unidad religiosa de la Iglesia que se encontraba dividida tras la lucha monofisita,
que no es más que una doctrina que sostiene que en Jesús solo está presente la
naturaleza divina pero no la humana; en el plano religioso, tuvo un papel importante al
intentar unificar las creencias cristianas pero también imponer sus puntos de vista al papa.
En cuanto a la política religiosa, Justiniano fue un príncipe cristiano, defensor de la
ortodoxia y de la iglesia. Llevó adelante la restauración de la comunión de la iglesia
bizantina con la iglesia romana y actuó con decisión contra los creyentes del paganismo
que todavía existían.
El reinado de Justiniano marcó la transición desde el Imperio Romano al Imperio bizantino
al este del mar Mediterráneo. Justiniano quería alcanzar la grandeza del Imperio Romano,
pero éste desapareció desde el 476, en parte por las invasiones germánicas. Así pues, se
concentró en agrandar su imperio en la parte oriental.

La voluntad reformista de Justiniano también se reflejó en la reforma legislativa. Consiguió


la unidad de la legislación bizantina e implantó la enseñanza del Derecho para que las
leyes fueran conocidas y aplicadas por igual en todos los rincones del Imperio, Sin
embargo, Justiniano fue un emperador impopular. Justiniano lo que quería era reconstruir
el imperio romano, una tarea que consideraba factible dada la inestabilidad de los reinos
germánicos en Occidente, por ello en el ámbito militar dedico varios años a reconquistar
teniendo como intermediario al general Belisario. En el ámbito político convirtió varias
circunscripciones pequeñas en provincias de mayor extensión, dando más poder a los
gobernadores, sin embargo solo unos cuantos tenían el poder militar y civil a la vez, estos
en su mayoría eran de las provincias occidentales recién conquistadas. Sus campañas
exteriores y sus grandes construcciones arquitectónicas incrementaron los gastos del
Estado, haciendo aumentar la presión fiscal.

Justiniano trató de hacer menos corruptibles a los funcionarios, suprimiendo la costumbre


de comprar ilegalmente cargos públicos, toda esta renovación administrativa no sólo tenía
el objetivo de querer cambiar, sino que el objetivo más importante fue hacer más
funcional la administración para así conseguir y recaudar cada vez más dinero y poder
financiar sus proyectos.

Justiniano rigió el Imperio Romano de Oriente desde el año 527 al 565. Así como sus
acciones tuvieron una gran importancia en la vida de Justiniano, otra de sus acciones con
grandes relevancia fue el impulso que dio a la codificación del Derecho romano,
controlando personalmente una comisión de expertos que lo recopiló, simplificó, armonizó
y unificó en un Corpus Iuris Civilis. Este es el legado que nos dejo Justiniano
posteriormente recibió el nombre de Corpus Iuris Civilis, para distinguirlo del Corpus Iuris
Canonici, según las órdenes del emperador se tenían que eliminar las contradicciones y las
repeticiones, modificar los textos, precisarlo o conservar su claridad en el nuevo contexto
y sobre todo adaptarlos al derecho vigente.
Finalmente Justiniano el responsable de la unificación del derecho, ordenando, depurando,
y compilando todo el material jurídico existente, dando vida a la compilación definitiva,
que superará a todas las anteriores, por cuanto no solo incluirá las leyes. Para la
consecución de su obra fundamental, Justiniano concibió un ambicioso programa
legislativo que “se desarrolló por grados, y fue ampliándose y completándose hasta
alcanzar el plan de una reconstrucción de todo el sistema del derecho’’

El corpus Iuris Civilis estaba compuesto por un código de leyes imperiales vigentes (el
Código Justiniano), una recopilación de dictámenes jurídicos, cuyo significado es en
latín: “distribuido en forma sistemática” es una de las partes más importantes de la
compilación efectuada por el emperador Justiniano en el Corpus Iuris Civilis. Allí reunió los
iura o sea, las opiniones de los jurisconsultos, sin darles a los juristas ningún orden de
prelación, como sí había hecho la Ley de Citas, aunque las opiniones de los juristas
incluidos en ella, fueron los más consultados (el Pandectas o Digesto) y un manual
para la enseñanza del Derecho (Instituciones). Las leyes promulgadas por el propio
Justiniano después de la promulgación del Corpus Iuris Civilis fueron recopiladas y
añadidas a aquél en las Novelas. El auténtico esplendor del trabajo de Justiniano se
produjo unos seis siglos más tarde de la publicación de estas obras, cuando la cultura
europea adoptó su legado como una referencia cargada de autoridad y muy útil para la
formación de los nuevos juristas en un Derecho común. El gran mérito de la obra de
Justiniano fue condensar el saber jurídico de Roma y actuar como el eslabón de
continuidad para que ese pensamiento pasara a la conciencia jurídica europea
suponiendo, sin duda, el segundo gran momento de expansión del Derecho romano

Justiniano ha tenido una gran influencia en la historia debido a sus revolucionarias


medidas por las que organizó el derecho romano siguiendo la clasificación que se
convertiría en la base para el derecho en muchos países actuales.

Anda mungkin juga menyukai