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COLOMBIA Y LATINOAMERICA ANTE LOS PROBLEMAS EDUCATIVOS Y

SOCIALES
(Pedro de Jesús Galindo González)

1. INTRODUCCIÓN.
Si analizamos la situación educativa en Colombia y Latinoamérica, encontramos
que hay un sinfín de problemas y situaciones que vale la pena analizar como la
lucha contra la pobreza, las desigualdades sociales que ha tenido en cada uno de
los países y el fortalecimiento de la situación política en cuanto a gobernabilidad
democrática objetivos que se unifican mutuamente siendo el motor o eje de
desarrollo humano en todas los países latinoamericanos cuyo régimen
democrático subsiste en la mayoría. En este trabajo, de acuerdo a las lecturas
dadas se plantea, se analiza y se cuestiona cómo el desarrollo de la democracia
ha sido una de las prácticas más comunes para cualquier sociedad en constante
desarrollo. El objetivo central del documento “Las Américas y el mundo” es
contribuir al análisis de las actitudes y percepciones de los latinoamericanos sobre
un amplio espectro de temas culturales, económicos, políticos, sociales y de
seguridad relacionados con la realidad mundial.
En el país encontramos que las políticas educativas y democráticas no son muy
claras, ya que ha habido en el transcurso de los años, quejas de sus habitantes
por el mal liderazgo de sus gobernantes que no cumplen a cabalidad las
propuestas enunciadas desde su gobierno, en cuanto apoyo a la educación y al
desarrollo permanente de los pueblos. Existe en los países latinoamericanos
analfabetismo, falta de empleo, desarrollo tecnológico y capacitación permanente
de sus habitantes para la transformación y progreso de los pueblos, donde la
política educativa de calidad, es slogan ya que los propósitos que persiguen los
gobernantes, no va acorde a los ideales que la mayoría de sus gentes necesita
para el cambio social.
Hoy por hoy existen varios retos sobre la importancia de la democracia que
inciden en la educación y que debe existir en los diferentes países de América
Latina , aunque varíe de un país a otro encontramos varios de estos desafíos que
son importantes para nuestras regiones y que vale la pena resaltar como lo son: El
incumplimiento de la normativa legal y falta de rendición de cuenta por parte de los
políticos, la debilidad de la cultura democrática, crisis de representación,
Intimidación política y violencia, y la pertinencia en una educación global; por lo
tanto, el reto para la educación superior, es reformar, crear y desarrollar sistemas
que preparan al individuo para trabajar en una economía sin fronteras y vivir en
una sociedad global, erradicando de nuestro entorno la pobreza y las
desigualdades sociales.
2. DESARROLLO
En países como México, Colombia, Guatemala y Ecuador, la economía se vio
afectada por el alto precio de los productos lo cuales eran consecuencia de los
reducíos salarios de las aéreas que los producía, en estas zonas la Iglesia
mantuvo un prestigio popular más grande y decisivo de acuerdo a esto se puede
hablar de la rivalidad con hubo con el estado la cual desemboco en guerras civiles
en algunos países; la educación se dedicó a formar burocracias para el auge del
modelo económico perjudicando a la clase media. El grupo de países que se
dedicó a los productos mineros (Chile y Bolivia) el modelo económico paso a
manos de compañías extranjeras que poseían poder financiero y suficiente
capacidad tecnológica que dio surgimiento a lo que se podía denominar
economías en Clave. Por lo tanto se genera en el transcurso de esta época una
integración social en la existencia de distintos movimientos sociales estudiantiles
en defensa y desarrollo de la educación pública estatal (Bernasconi y Rojas.
2004). En palabras de Zamora, M. (2016). Como elemento integrador “la
educación inicio proceso de nacionalización en el siglo XIX centralizando el
aparato estatal generalizando más o menos la participación política transmitiendo
valores de una identidad nacional, construyendo una legitimidad y patriotismo”, de
igual forma ayudó a ampliar el papel del estado en el territorio llegando a las
poblaciones marginales pero el sentido de ser homogeneizadora social y cultural
hizo a la educación un aspecto de mayor importancia.
La educación tuvo una participación indirecta en la economía ya que la instrucción
de nuevos idiomas, especialidades comerciales tuvieron poca afluencia de
estudiantes ya que la base económica a finales del siglo XIX era a agricultura y en
esta no importaba si la mano de obra era instruida o analfabeta. En surgimiento
durante siglo XX en la diversificación de la economía la instrucción pública ocupó
importancia por su formación de la fuerza de trabajo, la política vio entonces a la
educación como una inversión de calidad. Es importante señalar que no
solamente prestaba un papel de “formación profesional” si no que con la
educación primaria se podía erradicar el analfabetismo que se presentaba en
muchos de los países latinoamericanos (María, B. 2011). Allard, R. (2011), afirma
que “la democracia se consolida como base para la protección de los derechos
humanos”, entre los cuales podemos desatacar el derecho a la educación que en
América Latina se ve muy insignificante en la realidad social. Es de vital
importancia pensar en la educación y su proceso de transformación de manera
que se puedan solucionar grandes problemas que lleven a la “superación de la
desigualdad” (Marchesi, A. 2000) y a la protección social, siendo importantes las
reformas fiscales, la cooperación educativa y científica, el intercambio cultural y las
nuevas tecnologías, entre otras. Este tema ha sido preocupante en el sistema
interamericano y la OEA justamente motivado, porque aunque las políticas
educativas han estado presentes en las formulaciones teóricas y en los discursos,
no lo han sido así históricamente en los hechos. Ante esta situación, según
Tickner, A., Cepeda, C., Rouvinski, V., Milanese, J. (2016, p.21), llama la atención
el relativo optimismo con el que la población colombiana evalúa la situación de
América Latina, la cual se estima mejor que la del mundo en general, pese a las
crisis políticas presentes en varios países de la región (Brasil, Chile y más
intensamente Venezuela, por solo mencionar algunos), acompañadas de notorios
escándalos de corrupción. De igual manera, la desaceleración que ha
experimentado la mayoría de las economías latinoamericanas en combinación con
el desplome en los precios de las materias primas (como el petróleo) no parece
haber afectado en demasía las percepciones de los colombianos sobre el estado
actual de la región.
En Colombia el problema educativo y los problemas sociales son un karma
permanente y vivo, se ha dado paso continuamente a presentar programas de
reforma y reestructuración con el fin y el objetivo de disminuir no solo las tazas de
analfabetismo que son muy altas, sino con idea de que las futuras generaciones
sean las que posibiliten el éxito que nosotros no hemos podido lograr. La
educación como tal, es uno de los pilares fundamentales que permite el desarrollo
y el progreso de una sociedad, pero lastimosamente aquí en Colombia y en
Latinoamérica la enseñanza ha sido derivado a un segundo o tercer plano, pues
no se le da la importancia necesaria que debiera tener los países a nivel político y
social (CEPAL, 2015). En las encuestas hechas por Tickner, A., Cepeda, C.,
Rouvinski, V., Milanese, J. (2016) afirman que “teniendo en cuenta esa salvedad,
se describen las percepciones de los colombianos sobre distintos asuntos
relacionados con la política exterior y el papel que juega el país en la arena
internacional. En cuanto a las percepciones sobre la situación mundial y la de
América Latina, los datos de 2015 exhiben un cambio significativo en la educación
respecto a las encuestas realizadas en años anteriores, en especial, después de
un período de evidente optimismo, se observa una disminución palpable en esta
tendencia en lo que respecta a la situación del mundo” (p.19).
Uno de los factores que afectan la educación y el desarrollo tecnológico en
Latinoamérica es la pobreza, cuyo terreno propicio fomenta la delincuencia y el
narcotráfico, que en amplias regiones de Colombia y países vecinos en zonas
urbanas y rurales aparecen como la única alternativa de ingresos para muchos
jóvenes y adultos. Por eso la tarea de reducir la pobreza es también, un requisito
para luchar contra el delito y mejorar las condiciones de seguridad. En ese orden
de ideas, la lucha contra la pobreza, la mejora en las condiciones de vida de las
poblaciones y el ofrecimiento de posibilidades de progreso son elementos
imprescindibles para consolidar las cuestiones democráticas latinoamericanas.
Unida a la pobreza está el desempleo, como uno de los fenómenos más temidos
de nuestros tiempos, el cual se concentra en ciertos grupos y/o regiones, donde se
generan situaciones de alienación social
Se observa que dentro del sistema educativo actual en Colombia, prima la política
mal sana atendiendo la mayor cantidad de estudiantes con la misma cantidad de
recursos humanos y materiales (Burgos, M & Riffo, J. 2014). Desde este punto de
vista práctico, es importante comenzar a ver a la educación no únicamente en
términos de cuántos estudiantes hay y en qué proporción asisten a cada
Institución Educativa, sino como un proceso de calidad educativa. La calidad hace
alusión a poder hacer de la educación un proceso integral y pertinente; pero
cuando las políticas estatales imponen tratamientos globales a los currículos
académicos y no permiten bajar estos a los problemas reales de los países que
particularicen su atención a los estudiantes, es muy difícil que la educación sea un
agente de cambio y se convierte en reproducción de un sistema marginal
excluyente.
Educar debe constituirse dentro de las instituciones educativas básicas, medias y
superiores, en un proceso social que conlleve a la integración del hombre a la
sociedad, brindándole las herramientas necesarias que lo lleven a desarrollar
capacidades para conocer y transformar el mundo que lo rodea. Lograr este
objetivo no es tarea fácil, ya que los sistemas educativos actuales en nuestro
continente, enfatizan más en la labor práctica del educar, es decir, en el saber y en
el hacer, antes que en el ser, esencia misma del ser humano. La educación actual
se ve a como una mercancía en la cual lo importante es ser competente; de
hecho, las políticas educativas basan los currículos en las competencias y logros,
donde el docente se convierte en el instrumento para este fin (Flecha, R. 2000).
Frente a esta realidad, la tarea de las instituciones educativas y universidades
deben ser la de enseñar a pensar, ejercitar el sentido común y dar rienda suelta a
la imaginación creativa e innovadora. “Se trata de que el aprendizaje vaya más
allá de los conocimientos enciclopédicos en un campo determinado y se centre en
las capacidades intelectuales y los valores universales” (Jonás, H. 1995).
El historiador colombiano Guillermo Hoyos establece que el principal desafío de la
universidad en la actualidad es el de “vida y muerte”, en tanto se halla en una
carrera incesante por replantearse constantemente. La investigación acarrea
muchos cambios. La universidad es el espacio del inter-culturalismo, de la ética,
del saber responsable, en donde se comunican distintos tipos de saberes e
ideales. Ante la urgencia de la globalización, la universidad debe plantearse
nuevos retos, para lo cual surge como primera necesidad, el profundizar el sentir
de este fenómeno, no sólo desde la mirada economicista, sino desde su sentido
epistemológico, ético y político; tan sólo abordando esta problemática desde su
mirada holista, se podrá establecer verdaderas respuestas.
Según Tickner, A., Cepeda, C., Rouvinski, V., Milanese, J. (2016) “La desigualdad
entre los estados ricos y pobres en el mundo se percibe como un asunto de
importancia relativamente alta a nivel personal (61 %), pese a que un número
mayor de los encuestados (79 %) identifica este asunto como algo que afecta
mucho al país” (p.34). Ante esta situación, Lizcano, F; Ripa, L & Salum, E. (2009)
dice que, ante la globalización se debe generar una serie de “desafíos” tales como
el defender el valor cultural, la economía y la educación; se debe propender hacia
la formación de estudiantes, con una relación directa no sólo con el mercado, sino
especialmente con la sociedad; además la formación de profesores debe girar en
torno a la vocación. Debe ser el rescate de las políticas públicas, en el que se
recobre la identidad y la cultura de cada contexto social.
La educación superior debe sustentarse en principios como la calidad con
equidad, pertinencia social e internacionalización; estos deben ser los retos de la
educación superior en la actualidad. “La universidad colombiana no puede
quedarse impasible, neutral y silenciosa ante este acontecer mundial; su reflexión
sobre lo universal y lo local debe ser permanente porque tiene que ir al ritmo de
los tiempos modernos, la pertinencia referida al pasado y al presente debe
atravesar su quehacer en medio de un acelerado ritmo globalizador” (Zubieta, H &
Zirahuén, C. 2011).
De la misma manera dice Zamora, M. (2016). “En la actual sociedad de la
información sin fronteras, la educación tiene que ser capaz de responder a las
demandas adicionales de un mundo que se globaliza rápidamente mediante la
sensibilización del medio ambiente, la paz, la diversidad cultural y social, el
aumento de la competitividad, y el concepto de la aldea global. Este tipo de
educación es un conocimiento o sociedad de la información lo que la educación
secundaria fue a una economía industrial. La educación prepara al individuo para
conectar - y vivir en armonía - con el entorno que le rodea. La globalización ha
cambiado el tamaño, la naturaleza y la calidad de ese entorno. El reto para la
educación superior, por lo tanto, es reformar, crear y desarrollar sistemas que
preparan al individuo para trabajar en una economía sin fronteras y vivir en una
sociedad global. En otras palabras, nuestras instituciones educativas deben formar
ciudadanos globales”.
Todos estos desafíos llevan a concluir que las universidades tienen hoy una gran
tarea: la de adecuarse a los cambios, pues en el mundo globalizado, para no ser
excluido se necesita ser cada vez más competente; pero cabe aclarar que las
competencias conllevan la formación en el campo cognitivo, creativo, como la
formación en valores como la solidaridad, el civismo, la tolerancia, entre otros.
También se resalta que las universidades deben estar atentas para participar de
las comunidades académicas, que les permitan validar el conocimiento, fomentar
la investigación cualificada y vinculada con planes estratégicos y propuestas
desde el ejercicio conjunto de pensar la región, el país y la nación. No se debe
dejar de lado que en este contexto, un reto fundamental por el que debe luchar la
educación superior es la autonomía universitaria; su defensa es clave para
garantizar que la universidad siga siendo la conciencia crítica de la sociedad, el de
ser la instancia dialogante con las distintas esferas sociales, incluido el estado.
La desigualdad que priva en nuestras sociedades es "inadmisible" y es la que ha
generado enormes lastres y tensiones, tanto políticas como sociales, debemos
superar esos abismos de desigualdad, realizar reformas que se traduzcan en
beneficios tangibles en sus niveles de vida, ampliar y mejorar sustantivamente los
sistemas educativos y la elevación progresiva de la escolaridad obligatoria así
como la inversión prioritaria en ciencia y tecnología, la capacitación laboral, la
disminución consistente de las diferencias salariales y programas específicos de
empleo que reduzcan la economía informal, fortalecer las políticas sociales es una
condición clave para generar procesos de redistribución de la riqueza, que
atiendan a la equidad, inclusión social y la reducción de la pobreza (CEPAL 2014).
Los resultados de la encuesta Colombia, las Américas y el mundo, 2015, permiten
apreciar las principales tendencias de la opinión pública nacional respecto a
diversos temas internacionales y la política exterior colombiana. La encuesta se
realizó por cuarta vez en 2015 y sus resultados muestran algunas continuidades
alrededor de temas como la identidad nacional, el lugar de Colombia en la política
internacional y las relaciones con otros estados. Sin embargo, también aparecen
algunas rupturas o variaciones importantes respecto a las tendencias que se
habían mostrado en los años anteriores (Tickner, A., Cepeda, C., Rouvinski, V.,
Milanese, J. 2016)
Toral, R. (2003), menciona que no es de extrañarse que hoy las instituciones
educativas sean concebidas como una empresa, y como tales deben ser
administradas. Después de esto aparece el neo-desarrollismo que supone
básicamente una reconstrucción del papel activo del Estado, con énfasis en los
aspectos productivos y la atención de la problemática social, sin descuidar otras
dimensiones como la cultural o la ambiental, en base al fortalecimiento de los
acuerdos regionales y la búsqueda de consensos sociales amplios dentro de
fronteras.
Siguiendo a Díaz, E. (2009). La educación superior se encuentra frente a un gran
reto, con la llegada de la globalización los países latinoamericanos y en especial
Colombia, los gobiernos por medio de la educación deben ser capaces de hacer
frente a problemáticas relacionadas con el desempleo, la creciente población en
las ciudades, el aumento de los precios de los productos de la canasta básica,
entre otros. Y por ende las instituciones deben de ser capaces de brindar a sus
alumnos las herramientas necesarias para enfrentar esos grandes retos.
Los colombianos identifican de forma reiterada y contundente la protección y la
promoción de los derechos humanos como una de las mayores prioridades de la
política internacional. Aunque la democracia tal como se expresa en el documento,
“es un elemento fundamental para la vivencia del pluralismo y los derechos
humanos” y un desarrollo integrador de la vida en colectivo, hoy se pone en
evidencia, cuando modelos como el Venezolano no son ejemplo de mejoramiento
de las condiciones de vida y mucho menos participativo, dejando en entre dicho
las cuestionadas bondades del modelo, en donde miles de personas son excluidas
de cualquier forma de participación; igual caso el Colombiano, en donde aunque la
democracia a partir de la constitución política de Colombia fue fortalecida, 25 años
después no es tan fuerte, pues en situaciones como la educación se plantean
modelos pedagógicos o de enseñanza aprendizaje altamente excluyentes y de
réplica de modelos obsoletos y ya inútiles en Países de origen del dicho modelo,
aunque organizaciones como UNASUR, OEA, UNASUR, CEPAL, demanden de
los países incremento de la democracia a todos los niveles.
A nivel regional, lo que se percibe es una integración con propósitos económicos y
políticos con participación sesgada y para beneficio más sectorial que general,
pues si tenemos en cuenta a nivel de análisis sectores como el medio ambiente,
salud, educación, entre otros sectores sociales y como derechos se deben
garantizar, la verdad presentan grandes dificultades en la medida en que
entidades garantes de estos sectores, no ejercen sus funciones como debe ser y
es por eso que tenemos grandes explotaciones mineras ilegales y depredadoras
del medio ambiente, altos índices de desescolarización o deserción escolar,
grandes vacíos en la prestación de los servicios de salud y que nos dejan que
pensar sobre la democracia en américa latina.

3. CONCLUSIONES
Desde este análisis sobre los desafíos de América Latina en el siglo XXI, se busca
reflexionar y tratar de cambiar la idea de que quien tiene el dinero es el que tiene
el poder y la decisión sobre el resto de los países que no lo poseen, sin respetar la
autonomía, el orden, los limites y los derechos humanos, pues sin una educación
bien estructurada en todos los ciclos de formación que propenda el desarrollo de
los pueblos no habrá transformaciones sociales, igualdad de derechos y respeto
por el otro. Colombia ha sostenido conflictos políticos de alta visibilidad en los
últimos años, y frente a los que el discurso de algunos sectores políticos,
económicos e informativos, ha sido especialmente polarizante, la desfavorabilidad
de otros países como Cuba, Guatemala, Israel, Irán o Indonesia obedece a
criterios difíciles de precisar por fuera de los que el “sentido común”, con todos sus
prejuicios, puede insinuar. De la misma forma, no son fácilmente rastreables las
razones por las que otros países con los que Colombia no tiene vínculos intensos,
ni son visibles en los medios de comunicación, como Alemania, Australia o
Canadá que sí gozan de altos niveles de aprobación, mientras que otros con los
que ha habido esfuerzos ingentes por reforzar las relaciones bilaterales no tienen
altos niveles de aprobación.
Por tanto, la educación juega un papel primordial en la formación de los sujetos
sobre un amplio espectro de temas culturales, económicos, políticos, sociales y de
seguridad relacionado con la realidad mundial que conforman diversas sociedades
y que es la base de cualquier Estado que quiera surgir y mejorar las condiciones
de vida de sus pobladores tal como lo afirman Tickner, A., Cepeda, C., Rouvinski,
V., Milanese, J. (2016) en el documento sobre Colombia, las Américas y el mundo
2015. Opinión pública y política exterior, en las encuestas realizadas a los
colombianos sobre la relación de Colombia con países latinoamericanos y con
otros países fuera del continente.
De igual manera, con base en lo expuesto en el documento anterior, no cabe duda
que la educación en América Latina, tiene grandes deficiencias no solo en el
currículo, sino en el faltante de recursos como infraestructura, recursos didácticos-
tecnológicos, docentes mejor capacitados y una educación basada en la equidad e
igualdad entre las zonas rurales y urbanas. Una solución posible es la de dotar de
mayores recursos a la educación, un incremento en el Producto Interno Bruto
(PIB), haría factible la inserción de mejores insumos para las escuelas rurales, de
tal manera, que se genere condiciones similares de equidad en el proceso de
enseñanza y aprendizaje.
Las universidades ya han venido desapareciendo como Instituciones estatales y
han pasado a manos de los intereses privados y se han convertido en uno de los
mejores negocios para gobernantes y empresarios; como dice el profesor Zamora
"Tendencias internacionales del desplazamiento de lo Público a Privado" El
cambio estructural significa hacer un cambio cualitativo de las políticas de
producción de un país de acuerdo a su demanda interna y externa, planificando
más empleos dignos y respetables para la población, planificar las necesidades a
nivel profesional dejando el comercio dela educación y el de la salud que van de
la mano por lo menos en Colombia.
Para finalizar siguiendo las ideas de Moreira, C. 2011, se encuentra actualmente
un consenso que busca oponerse a las políticas reformistas de las décadas
anteriores, las alternativas que se presentan están con el propósito de avanzar
hacia un capitalismo sano pero están lejanas las posibilidades de un cambio
estructural.

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