Respuestas racionales
A pesar de las creencias populares, los Guardacostas de los Estados Unidos y otras
fuentes citan estadísticas que indican que el número de incidentes que involucran
aviones y buques perdidos no es mayor que en otra parte del mundo igual de transitada.
Mientras que se ha demostrado que muchos de los supuestos misterios no eran tales al
analizarlos con detalle, teniendo inexactitudes que circulan durante décadas, algunos
pocos todavía no tienen una explicación.
Las erupciones periódicas de metano podrían producir regiones de agua espumosa que
podría no dar sustentación suficiente a los barcos. Si se formara un área de este tipo
alrededor de un buque, éste se hundiría muy rápidamente sin aviso. Los experimentos
en el laboratorio han probado que las burbujas pueden realmente hundir a un barco a
escala, debido a que se disminuye la densidad del agua.192021
Algunos escritores han sugerido que este hidrato de metano liberado repentinamente en
la forma de burbujas gigantes de gas, con diámetros comparables al tamaño de un barco,
podrían hundirlo.22
Mientras que al realizar el experimento con un avión se denota que se podría haber
alterado los indicadores de velocidad, altímetros, medidores de OAT (temperatura
exterior del aire), indicadores de viraje e inclinación lateral (giroclinómetro), brújulas,
indicadores de velocidad vertical y giroscopios, lo cual haría que se notara que el avión
está subiendo a una altura peligrosa y eventualmente haría que este descendiera, al
descender podría llegar incluso a chocar con el agua, o si no, como se ha escrito
anteriormente, podría lograr alterar su brújula y adentrarse al medio del triángulo hasta
que este se quede sin combustible y eventualmente se desplomará en el agua.
El término fue creado en 1953 por varios escritores que publicaron artículos en revistas
acerca de la presunta peligrosidad de la zona. Sin embargo científicos han registrado
olas en esa zona de 18 metros de altura y teorizan que pudieran alcanzar los 30 metros
de altura, con lo que al menos explica el temor del tráfico marítimo. 123
Contexto
Las embarcaciones que viajaban a Europa pasaban continuamente por esta zona para
aprovechar los vientos dominantes y la corriente del Golfo. Luego, con el desarrollo de
las máquinas de vapor y los barcos con motores de combustión interna, gran parte del
tráfico del Atlántico Norte siguió cruzando (y todavía lo hace) a través del área del
llamado «Triángulo de las Bermudas».
La corriente del Golfo, un movimiento superficial de las aguas del océano que trae
aparejado un tiempo muy inestable (con sus característicos huracanes), también pasa por
el triángulo al abandonar el mar Caribe. La combinación de un denso tráfico marítimo y
el tiempo tempestuoso pueden explicar la mayor parte de las desapariciones alegadas.4
Otras áreas que a menudo se insinúa que poseen características inusuales son:
Historia
La primera mención documentada acerca del Triángulo de las Bermudas se hizo en
1950: Edward Van Winkle Jones —periodista de Associated Press— escribió respecto a
algunos barcos perdidos en la zona de las Bahamas.56 Jones dijo que las desapariciones
de barcos, aviones y pequeños botes eran «misteriosas». Y le dio a esta zona el apodo
de «Modo Diablo».
Un año después, en 1951, George X. Sand afirmó en un artículo de revista Fate que en
esa zona sucedían «extrañas desapariciones marinas».7
Popularización
1909, noviembre: The Spray, un pequeño yate del aventurero canadiense Joshua
Slocum (20 de febrero de 1844 - 14 de noviembre de 1909, o días después).
1917: se hunde el SS Timandra, que se dirigía a Buenos Aires desde Norfolk
(Virginia) con una carga de carbón y una tripulación de 21 personas. No emitió
ninguna señal de radio, a pesar de que tenía la capacidad para ello.
1919: se hunde la nave carguera USS Cyclops (AC-4) con 308 hombres a bordo,
debido a un huracán.
1921: se hunde la nave carguera Carroll A. Deering en el cabo Hatteras (a
1050 km al oeste de las islas Bermudas y unos 800 km al noroeste del triángulo).
Volviendo a las posibles explicaciones, los análisis menos fantasiosos apuntan a que las
fuertes corrientes y la profundidad de las aguas podrían explicar la ausencia de restos,
subrayando que varias de las desapariciones atribuidas a esta zona, ocurrieron en verdad
a más de 600 kilómetros. Además, cada día varios cientos de naves civiles y militares
atraviesan la región sin contratiempos.
Se estima que en los últimos 100 años por esa zona han pasado unas 10 millones de
naves (100 000 por año). Se cree que desde mediados del siglo XIX han desaparecido
un total de 50 barcos y 20 aviones.
Las desapariciones dentro de la zona, ya que si bien la zona es una de las que más
tráfico aéreo y marítimo registran, la frecuencia de los accidentes es proporcionalmente
muy baja, en comparación con otros puntos del globo. La aseguradora marina Lloyd de
Londres ha determinado que el triángulo no es más peligroso que cualquier otra área del
océano, y no cobra tarifas adicionales por el paso a través de esta región.
También hay desapariciones que no son tales, como las del caso de los buques de guerra
Proteus y el Nereus (1941) que está constatado que se hundieron en acciones bélicas.
Para el hundimiento del Rubicon, Berlitz mintió afirmando que desapareció en
circunstancias de clima normal cuando está comprobado que hubo una fuerte tormenta
en la zona. En otras ocasiones, recurrió a escribir sobre barcos ficticios, como el
Stavenger.
Además el Triángulo de las Bermudas es una de las zonas con más tráfico aéreo y naval
de todo el mundo y con incidencias climáticas como tormentas y huracanes que hacen
muy factible y explicable la cantidad de naves hundidas, sobre todo antes de la
invención de los sistemas de navegación actuales. Estos han desbaratado la invención de
Berlitz, ya que no se ha vuelto a registrar ni un solo caso de aeronave desaparecida en
una de las zonas con más tráfico aéreo del mundo, aunque supuestos "testigos" hablan
de los "incidentes" que sufrieron con sus avionetas particulares y que acabaron
felizmente.
Demostró que muchos de los casos citados por los difusores del supuesto misterio ni
siquiera existieron (presentaban números de vuelo falsos o de barcos inventados), y que
la mayoría de las tragedias que sí ocurrieron se situaron fuera de los límites del
Triángulo (ver enlace externo más abajo). Notó que había casos en que no se
informaron datos pertinentes, por ejemplo en el caso del navegante circunnavegador
Donald Crowhurst, que Berlitz presentó como un misterio, a pesar de que hubo
evidencia clara de que Crowhurst había fraguado el proyecto de su viaje y
probablemente se suicidó.
Según Kusche, la credibilidad de Berlitz «es tan baja que virtualmente es inexistente. Si
Berlitz informase de que un barco es rojo, las posibilidades de que fuera de otro color
constituirían casi una certeza. Dice cosas que simplemente no son ciertas. Deja de lado
todo material que contradiga su “misterio”».14
Otro ejemplo fue el barco-transporte que Berlitz describió como perdido sin rastro por
tres días en el Atlántico cuando estuvo perdido por tres días en un puerto del mismo
nombre (Manzanillo) en el océano Pacífico.
Kusche también argumentaba que un gran porcentaje de los incidentes que Berlitz
atribuye a la misteriosa influencia del Triángulo de las Bermudas realmente ocurrieron
muy lejos de allí. Kusche extrajo varias conclusiones:
Los críticos alegan que Berlitz y otros han exagerado los aspectos «misteriosos» de
algunos casos (Berlitz mismo no abogaba por ninguna explicación paranormal), y
arguyen que en el Triángulo de las Bermudas no hay más «desapariciones» que en
ninguna otra área comparable del océano. Es de notar que la empresa de seguros
Lloyd’s de Londres ha determinado que el triángulo no es más peligroso que ninguna
otra zona del océano, y no cobra ninguna tasa inusual de aseguramiento por pasar a
través de esa área. También la Guardia Costera confirma esto.13
En un estudio de 2013, el World Wide Fund for Nature identificó las 10 zonas marinas
más peligrosas para la navegación, y el «Triángulo de las Bermudas» no se encontraba
entre ellas.1516