Introducción.

Decidí elegir este tema ya que la aparición de la fotografía en Francia cambió

drásticamente el arte pictórico del siglo XIX en Europa. La historia mostró que la
fotografía no acabó con la pintura, sino que, por el contrario, le abrió a esta última
nuevas posibilidades técnicas y artísticas. El surgimiento de la fotografía modifica la
forma en la que el hombre ve el mundo. Y a su vez, posibilita que el hombre
experimente con diferentes puntos de vista, ángulos y perspectivas.

Por ello, la presente monografía tiene como objetivo poder establecer y explicitar las
diversas influencias que ejerció la fotografía en el arte impresionista. A su vez, poder
establecer conexiones y similitudes entre la fotografía y el Impresionismo, tanto en la
pintura como en la literatura.

¿Qué influencias tuvo la fotografía en el movimiento impresionista?

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Marco Teórico.

Impresionismo.

El Impresionismo es un estilo pictórico que se origina en Francia, en la segunda mitad

del siglo XIX. Es necesario que conozcamos los antecedentes para la plena
comprensión del movimiento.

 Antecedentes.

Hacia la segunda mitad del siglo XIX, se emprendió en París, de la mano del barón
Georges-Eugène Haussmann una profunda renovación urbanística. Haussmann
ordenó derribar barrios enteros que fueron sustituidos por nuevos edificios que
flanqueaban cerca de 50 kilómetros de amplias avenidas arboladas (boulevares). La
ciudad fue casi rediseñada y se convirtió en una de las más modernas de Europa.

Paralelamente, tuvieron lugar profundos cambios demográficos: París duplicó su

población durante la primera mitad del siglo XIX, pasando a tener hacia 1850 en torno
al millón de habitantes. Durante el total del s.XIX la ciudad cuadruplicó su población.

Por otro lado, los efectos de los nuevos inventos que inundaron Europa durante el
siglo XIX, producto de la Revolución Industrial, eran plenamente patentes dondequiera
que se mirase en una ciudad moderna como París. Por todas partes se podían ver
nuevas aplicaciones de la tecnología facilitando la vida cotidiana, como puentes,
ferrocarriles, la iluminación de las calles y las lámparas de gas. Los impresionistas
fueron testigos de todos estos cambios, y plasmaban en sus cuadros escenas
cotidianas de su repercusión sobre las costumbres de la gente.

En la centuria que va desde finales del siglo XVIII hasta finales del XIX, Francia
protagonizó grandes cambios ideológicos y políticos con profundas repercusiones para
el resto de Europa y para el mundo entero. Después de la Revolución Francesa, llegó
la dictadura de Napoleón y una larga serie de guerras con diversos países europeos.
Aunque hubo unos años de calma relativa, el fervor revolucionario no llegó a apagarse
del todo: hubo revoluciones en 1830, en 1848 y la Comuna en 1873, después de la
guerra Franco-Prusiana.

Como se puede ver, la Francia del siglo XIX estaba sacudida por la constante
aparición de nuevas ideas basadas en la razón y el utilitarismo en el tratamiento de los
asuntos públicos, desplazando a la tradición como única guía de conducta cotidiana.

En este efervescente entorno es en el que surgieron y se formaron los impresionistas.

 Surgimiento y finalización.

El Impresionismo partió del desacuerdo con los temas clásicos y con las encorsetadas
fórmulas artísticas preconizadas por la Academia Francesa de Bellas Artes. La
Academia fijaba los modelos a seguir y patrocinaba las exposiciones oficiales del
Salón parisino.

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El movimiento impresionista se da a conocer en 1874 en una exposición celebrada en
París en el estudio del fotógrafo Nadar.

En esa muestra, celebrada de modo paralelo al Salón oficial, un grupo de pintores

(Bazille, Cézanne, Monet, Pisarro, Degas, Morisot, Renoir y Sisley) ponen de
manifiesto su voluntad colectiva de hacer un arte nuevo que rompa con el
academicismo y el adocenamiento artístico imperante en la época.

Las obras expuestas motivaron el rechazo generalizado de la crítica y del público. Un

cuadro de Monet titulado "Soleil levant, Impression" (Sol naciente, Impresión) sirvió al
crítico Leroy para bautizar al nuevo movimiento con el nombre despectivo de
"Impresionismo".

“…Termina con la octava exposición colectiva en 1886. El impresionismo se disuelve

por estas fechas como movimiento de grupo compacto, y comienza un nuevo período
posimpresionista que dura hasta 1906” (Hauser, 1951).

 Características.

“El impresionismo es un arte ciudadano por excelencia, y no solo, desde luego,

porque descubre la ciudad como paisaje y devuelve la pintura desde el campo a la
ciudad, sino también porque ve el mundo con ojos de ciudadano y reacciona ante las
impresiones exteriores con los nervios sobreexcitados del hombre técnico moderno; es
un estilo ciudadano porque describe la versatilidad, el ritmo nervioso, las impresiones
súbitas, agudas, pero siempre efímeras, de la vida ciudadana” (Hauser, 1951).

Podemos plantear algunas características propias del movimiento:

 Pinceladas: los pintores impresionistas utilizaron pinceladas rápidas,

espontáneas, flojas, grandes.

 Líneas: son a menudo borrosas, que no definen claramente un objeto de otro en

un lienzo. Tales líneas crean un efecto de niebla, añadiendo una atmósfera de
somnolencia y humor abstracto en la pintura.

 Iluminación: era uno de los puntos centrales del movimiento impresionista.

Pintores impresionistas como Monet mostraron la luz siempre cambiante sobre un
tema a través de su obra.

 Colores: rechazo de los colores oscuros, el negro queda proscrito. Aplicación

directa de los colores puros en la tela, sin mezclarlos previamente en la paleta, con
la finalidad de obtener coloraciones luminosas, "limpias" y transparentes.

 Temas: boulevares, calles, jardines, carreras de caballos, etc. Los impresionistas

escogieron la pintura al aire libre y los temas de la vida cotidiana.

 Fugacidad: otra de las características del impresionismo es captar en las obras la

fugacidad del tiempo. Lo fundamental era captar en un instante un momento fugaz.

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“La representación de la luz, del aire y de la atmósfera, la descomposición de las
superficies de color en manchas y puntos, la disolución de los colores locales en
valores de expresión atmosféricos y perspectivistas, el juego de las reflexiones de la
luz y las sombras iluminadas, el punto palpitante y tembloroso, y la pincelada abierta,
suelta, libre, toda la pintura improvisada, con su dibujo rápido, abocetado, el aspecto
fugitivo, aparentemente descuidado, y el descuido virtuosista de la reproducción, no
expresan, en última instancia, otra cosa que el sentimiento de aquella realidad en
movimiento, dinámica, concebida en constante modificación, que ha comenzado con la
subjetivación de la representación pictórica a través de la perspectiva” (Hauser, 1951).

Fotografía.

Joseph Nicéphore Niépce, fue un terrateniente francés, químico, litógrafo y científico

aficionado que inventó junto con Daguerre, el primer proceso fotográfico exitoso que
se conoce.

Niépce tuvo la idea de emplear una cámara oscura junto con las sales de plata
sensibles a la luz para tratar de conseguir imágenes fijas. Empezó utilizando la piedra
como soporte para fijar las imágenes, aunque desistió pronto por los grandes
problemas que acarreaba. Siguió entonces con el papel, luego con el cristal y, por
último, con diversos metales como el estaño, el cobre y el peltre.

Obtuvo las primeras imágenes fotográficas de la historia en el año 1824, aunque

ninguna de ellas se ha conservado. Se sabe de ellas por referencias en las cartas que
Niépce enviaba a su hermano. Eran fotografías en papel y en negativo, pero como a
muchos otros inventores de esa época, no le interesaba obtener imágenes negativas,
así que abandonó esta línea de investigación.

La fotografía más antigua que se conserva es una reproducción de la imagen conocida

como “Vista desde la ventana en Le Gras", obtenida en 1826 con la utilización de una
cámara oscura y una placa de peltre recubierta en betún.

Cuando Niepce comenzó sus investigaciones necesitaba un poco más de ocho horas
de exposición, a plena luz del día, para obtener sus imágenes. En 1827, Niepce entra
en contacto con Daguerre, quien se interesa por su invento e insiste en un acuerdo de
trabajo para que le revele su procedimiento, el cual logra firmar con Niepce poco antes
de su muerte en 1833.

Desde entonces, Daguerre continúa sus experimentaciones. En 1839 hace público,

con apoyo del Estado Francés y gran despliegue mediático, su proceso para la
obtención de fotografías sobre una superficie de plata pulida, a la que denominó
“daguerrotipo”.

Los daguerrotipos se distinguen de otros procedimientos porque la imagen se forma

sobre una superficie de plata pulida como un espejo. Para economizar, normalmente
las placas eran de cobre plateado, pues sólo era necesario disponer de una cara
plateada. Son piezas únicas e irrepetibles ya que la placa se introduce en la cámara
obteniendo un solo positivo directo. Además, resolvía algunos problemas técnicos del
procedimiento inicial de Niepce y reducía los tiempos necesarios de exposición, para
hacerlo más adecuado a los fines del retrato de personas.

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Cuando se presentó formalmente el proceso creado por Nicéphore Niépce y Louis
Daguerre en 1839 ante la Academia de Ciencias de París, inició el tiempo de la
revolución tecnológica. La fotografía coincidió con la inauguración de toda una era de
industrialización, tecnificación y consumo masivo.

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Desarrollo.

Desde los primeros daguerrotipos de finales de la década de 1830 y, sobre todo, tras
el descubrimiento en años posteriores de las técnicas de impresión fotográfica en
papel, la relación de la fotografía y la pintura fue muy estrecha. El ojo artificial de la
cámara, estimuló en Manet, Degas y en los jóvenes impresionistas el desarrollo de un
nuevo modo de mirar el mundo.

La fotografía le valió al impresionismo no solo como fuente iconográfica sino también

como inspiración técnica, tanto en la observación científica de la luz como en la
exploración de la espontaneidad y la ambigüedad visual.

El impresionismo y la fotografía comparten una idea básica, la intención de captar un

momento. No buscan crear una imagen narrativa, si no representar lo que está
pasando en ese instante.

El Impresionismo no se fijó en lo precisa, realista y exacta que puede ser una

fotografía. Hizo que los artistas vean el mundo de una manera muy personal y plasmó
la idea de ya no imitar lo que veían, si no lo que sentían. Es decir, el arte comienza a
desprenderse de la mímesis, ya no era necesario copiar la realidad. Los artistas
impresionistas se preocupaban más por el lenguaje pictórico que por la realidad.

El Impresionismo tomó los fallos, como el desenfoque y las fotografías borrosas y las
utilizó para sus cuadros. También se aprovechó de las limitaciones de la fotografía de
la época, como la imposibilidad de plasmar objetos en movimiento, y explotó esta
carencia.

Todo esto da como resultado cuadros que simulan el movimiento a través de la

representación de figuras borrosas y que buscan captar un momento, un instante, no
buscan trasmitir una historia si no una situación concreta.

Como ejemplo voy a tomar la pintura “Campo de Amapolas” (1873) de Claude Monet.

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Podemos observar que el artista plantea la línea del horizonte y las copas de los
árboles, otorgando a la pintura un movimiento fluido, en el que se aprecia la
tranquilidad del campo y la suave brisa del viento.

Otro recurso compositivo de inspiración fotográfica era el desplazamiento del punto de

interés del cuadro a alguno de los lados. A esto se le denomina “encuadre selectivo”, y
fue utilizado en alguna ocasión por los impresionistas.

El centro de la obra quedaba vacío y a esto se le añadía que también podían cambiar
el punto de enfoque, ya no tenían que representar las escenas desde el frente si no
que podían cambiar los ángulos de enfoque.

Esta técnica permitía que el espectador se sienta parte de la pintura. Además, la

fotografía es la que va a permitir que el hombre experimente con diferentes puntos de
vista.

Como ejemplo, voy a tomar la obra “La estrella” (1876) de Edgar Degas.

La mirada fotográfica cambia por completo la concepción espacial del cuadro y permite
proponer obras desde puntos de vista poco comunes.

Podemos observar que la bailarina es captada desde un ángulo superior, parece como
si nos encontráramos en un palco de la ópera, contemplando la actuación.

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La fotografía permitía captar con total fidelidad las luces efímeras de los paisajes y el
quehacer cotidiano de la gente. Pero la pintura de los impresionistas explotaba las
cualidades del medio, como el color, que la fotografía de la época no podía igualar.

Al ofrecer diversas versiones de un mismo estímulo con apariencias distintas, la

fotografía animó a los impresionistas a investigar sobre fenómenos perceptivos
relacionados con el color.

Desde que se inventó la fotografía, la luz era importante para obtener un buen
resultado. El Impresionismo fue un movimiento donde la luz era muy importante
también.

Como ejemplo voy a tomar la serie de pinturas tituladas “La Catedral de Rouen” (1892
- 1894) de Claude Monet.

La serie consiste en 31 lienzos que muestran la fachada de la catedral gótica de

Rouen bajo distintas condiciones de luz y clima. La rapidez del trazo refuerza la idea
de inmediatez que buscaba representar el movimiento impresionista.

El objetivo de todas estas pinturas era demostrar la capacidad de la pintura de

representar la cualidad dinámica de la luz y el ambiente, además de reflejar la
preocupación por captar un instante como si fueran auténticos fotógrafos de la
realidad.

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En cuanto a la literatura, voy a analizar como la fotografía en el siglo XIX, se ve
reflejada en la novela “Relato Soñado” de Arthur Schnitzler.

La obra trata de un joven médico vienés llamado Fridolin, acomodado, felizmente

casado y padre de una niña, durante unos carnavales se siente misteriosamente
arrastrado hacia lo desconocido, y se sumerge en un mundo a medio camino entre el
sueño y la vigilia, en el cual, atrapado por el deseo, vivirá experiencias de extraña y
fascinadora intensidad.

Una de las características que comparten tanto el impresionismo como la fotografía es

el propósito de captar un instante, un momento. Esto podemos observarlo en la
novela, ya que se nombra constantemente los diferentes momentos y horas del día.
No hay una página del texto en la cual no se haga referencia el momento del día en el
cual se desarrolla la acción.

 “Una mañana gris los despertó demasiado pronto. Al marido, su profesión lo

obligaba a ir ya a primera hora a visitar a sus pacientes; y sus deberes de ama de
casa y madre apenas dejaban descansar algo más a Albertine. Por eso, las horas
transcurrieron prosaicas y predeterminadas, dedicadas a las tareas diarias y el
trabajo, y la noche anterior…”

Esta idea del instante también la podemos encontrar en aquellos fragmentos en los
que se utilizan las palabras “fugazmente; instante; rápidamente; momento;
apresuradamente”.

 “Me miró fugazmente…”

 “Eso lo dices en este instante, lo crees probablemente en este instante…”

 “En aquel momento, él lo sabía, muchos recuerdos la acosaban con insistencia…”

“El predominio del momento sobre la duración y la persistencia, el sentimiento de que

todo fenómeno es una constelación pasajera y única, una ola fugitiva del río en el que
no se baña uno dos veces, es la forma más simple a que puede ser reducido el
impresionismo” (Hauser, 1951).

Como planteé anteriormente el impresionismo aprovechó algunas de las limitaciones

de la fotografía, como la imposibilidad de plasmar objetos en movimiento. El principal
objetivo del Impresionismo es representar la realidad, no como un ser, sino como un
devenir.

En Relato Soñado podemos evidenciar el movimiento desde el principio hasta el final,

ya que el personaje principal, Fridolin, es el que está en constante desplazamiento.

Luego del carnaval, se dirige a atender a un paciente que estaba en muy mal estado,
después va al barrio donde fue estudiante, se encuentra con una prostituta,
posteriormente va a un bar con un viejo amigo, se dirige a buscar un disfraz, termina
en una fiesta en la que entra como intruso, hasta que finalmente vuelve a su casa.

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Todas estas vivencias desarrollan en una sola noche, por lo que al leer la novela, tuve
la sensación de que el personaje nunca se detenía, nunca descansaba.

La falta de nitidez, típica de la técnica impresionista, reflejando el instante y el

movimiento, lo podemos notar en la novela en las diversas situaciones que vive
Fridolin, que se vuelven un tanto difusas, borrosas.

 “… veía la ciudad, desdibujada en la niebla y centelleante con sus mil luces.”

No se trata únicamente del movimiento de los objetos o personajes, sino de los

cambios de clima y luz que transcurren en el día, es el carácter temporal y único de las
imágenes que los impresionistas se encontraban interesados en inmortalizar.

Tanto en la fotografía como en el Impresionismo la luz era un factor importante. Pero

además, el movimiento impresionista, retrataba un arte urbano, ya que convirtieron la
ciudad en un paisaje. Reflejaban un interés por la apariencia de las cosas.

El Impresionismo en la literatura trataba de suprimir el elemento intelectualista y

reflexivo en literatura, haciendo que el escritor se identificara con las cualidades del
objeto observado.

En la novela se relatan diversas descripciones en donde podemos ver esta

característica propia del Impresionismo.

 “El prado era claro y abigarrado, el bosque a nuestro alrededor estaba

deliciosamente cubierto de rocío y sobre la pared rocosa temblaban los rayos del
sol”.

 “Atravesó la plaza del Ayuntamiento, que brillaba apagadamente como un

estanque parduzco…”

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Conclusión.

Podemos considerar que la fotografía impulsó uno de los movimientos artísticos más
importantes.

La fotografía surge como un nuevo sistema de fijación y representación de la realidad,

una forma de capturar un instante y plasmarlo. Es evidente que la inmediatez del
nuevo procedimiento unido a la “verosimilitud” de sus resultados, convirtió a la
fotografía en una herramienta de trabajo, en fuente de información y en motivo de
inspiración tanto para los artistas como para múltiples actividades humanas.

A pesar de esto, el impresionismo no se debe únicamente a la fotografía ni mucho

menos se debe comparar con ella en términos de valor artístico. Los impresionistas
entendían esto, y se dedicaron a utilizarla como herramienta para llevar a cabo sus
ideales particulares.

Sin dudas, podemos afirmar que la mirada pictórica ha sido modificada y enriquecida
por la fotografía desde su aparición.

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Bibliografía.

Hauser, Arnold (1951) “Historia social de la Literatura y el Arte”.

Schnitzler, Arthur (1926) “Relato Soñado”.

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