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Universidad Alberto Hurtado

Pedagogía en música
ELAB II
Pr. Carlos Quevedo
Ariel Herrera Martínez

ESTUDIO DE CASO
ELAB II
En la ESCUELA NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN existe la lógica de dualidad de mundos en lo que
respecta a la música. Esta, en la praxis, pertenece netamente a los talleres extra programáticos y
no al aula. ¿Cómo sería posible, entonces, acabar con esa dualidad y fomentar la música en las
salas de clase? En el transcurso del presente estudio de caso se intentará responder a esta
interrogante, además de presentar otras problemáticas que rondan en torno a la fomentación de
la música, y propuestas para la solución de esta gran interrogante.

En esta institución la cuestión musical se desarrolla en torno a los talleres llevados a cabo por el
profesor Manuel Arriagada. Estos son motivados por cierto “honor” ante las demás instituciones, y
por ello, el taller siempre se presenta en eventos donde se congregan diversos colegios.

Lo complejo de esto es que la motivación de los estudiantes para estar en el taller no importa
tanto, pero sí el resultado del trabajo hecho por el profesor Arriagada. Aquí parte el problema,
primero: La escuela tiene una visión simplista de la música que sólo se reduce al ACLE de música y
no se desarrolla en las aulas; y segundo: los estudiantes son motivados a hacerlo por la insignia de
la escuela y no para su crecimiento como personas.

A esta problemática se suma la falta de instrumentación para aulas. ¿Cómo se podría enseñar
música en la sala de clases misma si la institución no cuenta con las herramientas necesarias? Lo
interesante de este punto es que en la escuela sí hay instrumentos, pero son de cuerda frotada y
el profesor Manuel desconoce la técnica de estos.

Quizá podríamos caer en culpar al ilustrísimo profesor Arriagada por no interiorizarse en los
instrumentos de cuerda frotada, pero estos se compraron muchos años después del comienzo de
la trayectoria de Manuel en la escuela NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN. ¿Para qué comprar,
entonces, instrumentos sin antes consultar al único profesor de música? Ni siquiera él entiende
por qué, pero puedo darme la licencia de especular y decir que probablemente a la dirección de la
escuela les motivó la idea utópica de tener un lindo coro con instrumentos de cuerda
acompañándoles para que fueran “el sello de la institución” (como una vez me dijo la directora del
colegio).

Me atrevo a decir que incluso el profesor Manuel, sabiendo la técnica de los instrumentos de
cuerda frotada, no podría usarlos en el aula. Esto es porque no hay una sala de música para tener
estos instrumentos afinados y en un lugar fijo, listos para usarse; además, ante esto, es obvio que
los instrumentos están en una bodega, y el traslado de estos a las salas es una total pérdida de
tiempo. Es así como a la falta de instrumentos correctos se agrega la cuestión del factor TIEMPO
mencionada por Quiroz (1992) y representada como una problemática en la escuela NUESTRA
SEÑORA DEL CARMEN QUILICURA.

Una tercera gran arista se agrega a las problemáticas antes mencionadas, y es que, la realidad en
el aula del 5°A nos presenta a dos estudiantes con necesidades educativas especiales. A simple
vista en este curso no se ven grandes situaciones vulnerables, no existe una cultura de bullying ni
estudiantes migrantes, pero a la hora de formarlos en grupo comienza la discriminación. Y está
claro que, cuando hay 6 grupos formados y sólo 2 estudiantes solos, hay algo que no anda bien.
Ello genera división y poca unión a la hora de pensar en la interpretación de un repertorio, esto
quiere decir que, incluso fomentada la música en el aula, la desunión entre sus pares estaría
latente.
Y es por estos 3 grandes factores, que me he propuesto pensar en que la música es aquella que
proveerá unión necesaria en el aula, y el buen trabajo musical en los cursos, lo que provocará
motivación en la dirección del establecimiento para generar un cambio en la estructura
instrumental. En base a lo antes dicho, presentaré dos soluciones para impulsar la música en las
aulas, pesando específicamente en el 5°A y el trabajo logrado hasta ahora con ellos.

Fomentar la música en el aula para lograr la integración


Partamos por la base diciendo que no hay instrumentos útiles para aula, ¿cómo entonces hacerlos
tocar si no están los implementos necesarios? Mi respuesta para esto es: el canto. No hay flautas,
melódicas, e instrumentos de percusión, pero sí tienen sus voces. Entendiendo entonces que el
timbre más natural que pueda efectuar el ser humano será la solución a la cuestión de la
instrumentación, pasemos a revisar la problemática de la integración.

Diría que de mis clases planificadas, llevadas a cabo en la práctica, más difíciles fue la primera. Esto
ocurrió el 3 de Octubre del presente año. Luego de una pequeña exposición de 20 minutos sobre 4
estilos latinoamericanos populares, les di indicaciones para que se juntasen en grupo y escogiesen
un repertorio en base a algún estilo revisado ese día. Cuando me pedían “grupos de a 2” noté el
problema, 6 grupos estaban bien formados pero 2 estudiantes estaban solos. Ante esto, yo los
integré a 2 grupos diferentes, pero los grupos no respondían muy bien ante esto, más que
palabras, sus rostros me demostraban molestia.

Luego el 10 de octubre con todos los grupos armados comenzamos a trabajar. La actividad
consistía en cambiar la letra del repertorio elegido. Entregué las letras, esbocé algunas ideas para
el cambio y comenzaron a trabajar (no en mucho silencio). Lo interesante ocurrió en el transcurso
de la clase, a medida que surgían ideas para cambiar la música, los estudiantes generaron diálogo
e intercambio de ideas, lo que me llevó a concluir que no hay mejor forma de integrar a los
estudiantes con NEE que fomentando la música en el aula por medio de grupos de trabajo.

Finalmente el 17 del mismo mes comenzaron los ensayos del cambio de letras, y me llevé la grata
sorpresa de notar alegría en el trabajo llevado a cabo en gran parte de los grupos (5 de 6).

Se concluye entonces que el fomentar la música en el aula ayuda a los estudiantes a vivir en un
clima de soporte entre ellos, integrando a todos sin excluir a nadie. Y es muy llamativo que esto
último nos entrega un propósito para entregarle música a los estudiantes en las salas de clase,
porque ya no es solamente para que brillemos como institución ante otros establecimientos, sino
que, mucho más importante aún, lograr la unión e integración de todos.
Bibliografía
Quiroz, R. (1992) El tiempo cotidiano en la escuela secundaria, Nueva Antropología, vol. 12 Numero 42
ANEXO: INFORMACIÓN GENERAL

Datos establecimiento Datos del curso

Nombre: ESCUELA NUESTRA SEÑORA DEL Nivel: 5°A


CARMEN QUILICURA N° de estudiantes: 40
Comuna: QUILICURA N° de estudiantes por género:
Dependencia: ESCUELA 24 hombres
IVE: 57,6% 16 mujeres
Modalidad de enseñanza: Clases teóricas, IVE del curso: Segunda prioridad
trabajo en grupo y autónomo. N° de Estudiantes con NEE: 2
N° de Estudiantes extranjeros: 0

Programación curricular disciplinar


Unidad curricular: Unidad 3: La música
latinoamericana. OFT:

N° de sesiones: 4 1. Escuchar música latinoamericana de forma


abundante, poniendo énfasis en la música del
Contenidos: nuevo milenio.
Música latinoamericana popular 2. Expresar sensaciones, emociones e ideas
Cumbia que les sugiere la música escuchada, usando
Bachata diversos medios expresivos (verbal, corporal y
Bolero musical).
Reggaetón 3. Cantar al unísono y a más voces y tocar
instrumentos de percusión y melódicos.
Habilidades: 4. Crear nuevas ideas musicales en base al
Escuchar repertorio conocido.
Observar 5. Presentar su trabajo musical al curso, en
Analizar forma grupal, con responsabilidad y dominio.
Comunicar
Interpretar
Crear

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