Revista de Información y Debate ● Julio de 2005 Nº 17

www.revistapueblos.org

Hacia una ciudadanía parcial > Papeles y derechos humanos: la nueva esclavitud-
Mercado de trabajo e inmigración - Situación social y reconocimiento de derechos de la población
inmigrante - La mujer inmigrante, víctima añadida de explotación y discriminación

Respuestas gubernamentales > Políticas de integración de inmigrantes en Catalunya:

evolución y situación actual - Plan vasco de inmigración: entre las buenas intenciones y la escasez
de competencias - La política continuista del PSOE en materia de inmigración

Exclusión y estigmatización > ¿Integración o creación de guetos urbanos? El caso

IÓN
AC l
IGR pecia

de las banlieues en Francia - La funcionalidad del mito criminalizador del inmigrante -

Papel de los países de origen y tránsito en el control migratorio comunitario -
INM Es

Inmigrantes reflejados: una visión desde los medios de comunicación.

 Pueblos
Portada
Nº 17 (II época)
Julio de 2005
Periodicidad trimestral

Fundada en 1995
Segunda época ● 2002

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● ocho años (1975-1983) estudió pintura y dibujo anatómico en el “Estímulo de
(redacción@revistapueblos.org)
Bellas Artes”, de la mano del artista plástico argentino Carlos Fels.
Diseño: Amani Konan A partir del año 1983 participa en numerosas muestras colectivas y realiza
Maquetación: Manuel Ponce varias exposiciones individuales en renombrados centros culturales y prestigio-
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César Sánchez, Agustín Villafañe, José Antonio En 1994 comienza a investigar en el mundo del Arte Digital. Tres años más
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tarde, Margulis expone dos obras en la Primera Exhibición de Pintura Digital
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Promoción de Estudios Sociales - Vizcaya pintura digital realizada expresamente para la muestra. En el ámbito editorial,
Agradecimientos Margulis ha colaborado con diferentes revistas, realizando ilustraciones para
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Casado, Antonio Gil, Miguel Ángel Redondo, Susana Actualmente, Sebastián Margulis reside y trabaja en Madrid, donde ha par-
Férnandez, Inma Carrasco, Intered y todas aquellas ticipado en la Exposición grupal de dibujos realizada en el Instituto Europeo de
entidades y personas que con su colaboración han
hecho posible la elaboración de este número.
Diseño en el año 2002. El artista dispone de una página web en la que se pue-
den ver sus obras: www.sebastianmargulis.com
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 Sumario
Editorial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .4

Opinión
Globalización, diásporas y cultura (Mercedes Jabardo Velasco) . . . . . . . . . . . . . . .5

6 Hacia una ciudadanía parcial

Papeles y derechos humanos: la nueva esclavitud (Diego Lorente Pérez
de Eulate) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .6
Mercado de trabajo e inmigración (Ubaldo Martínez Veiga) . . . . . . . . . . . . . . . . . . .9
Situación social y reconocimiento de derechos de la población
inmigrante (Gabriel Ruiz Enciso) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .12
La mujer inmigrante, víctima añadida de explotación y discriminación
(Carlos Gómez Gil) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .15

18 Análisis
La inmigración en tiempos del neoliberalismo (Patxi Zabalo) . . . . . . . . . . . . . .18

21 Respuestas gubernamentales
Políticas de integración de inmigrantes en Catalunya: evolución
y situación actual (Núria Vives) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .21
Plan vasco de inmigración: entre las buenas intenciones
y la escasez de competencias (Agustín Unzurrunzaga) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .23
La política continuista del PSOE en materia de inmigración (Susana López) . .25

28 Entrevistas
Menores marroquíes en busca del “sueño europeo” (María Liñares)
De Rumanía a España: itinerario de una mujer inmigrante
. . . . . . . .28

(María Liñares) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .31

32 Debate
Las subvenciones como arma política de las instituciones . . . . . . . . . . . . . .32

35 Exclusión y estigmatización
¿Integración o creación de guetos urbanos? El caso de las banlieues
en Francia (Pablo Krasnopolsky) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .35
La funcionalidad del mito criminalizador del inmigrante (Daniel Wagman) . .38
Papel de los países de origen y tránsito en el control migratorio
comunitario (Sandra Gil Araujo) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .41
Inmigrantes reflejados: una visión desde los medios de comunicación
(José Carlos Sendín Gutiérrez) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .44

47 Nuevos horizontes
Las “nuevas economías” desde y para la inmigración (Decio Machado) . . . . .47

50 Recursos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .50

Información y debate ● PUEBLOS ● Julio ● 2005 ● 3

Editorial
Editorial
Los inmigrantes, el nuevo
subproletariado europeo
L
a inmigración está ligada al agua.
La iconografía más poderosa de la
inmigración del siglo XIX y prin-
cipios del XX está rodeada de barcos y
muelles. Pero la inmigración ya no evo-
ca grandes trasatlánticos y puertos inter-
nacionales sino pequeñas embarcaciones
y fronteras marítimas controladas por so-
fisticados radares. Los espaldas mojadas
atraviesan a nado el Río Grande, los bal-
seros cubanos intentan llegar a Florida en
balsas de neumáticos, los marroquíes y
subsaharianos tientan su suerte en rudi-
mentarias embarcaciones: las pateras. Los
movimientos migratorios se identifican
con fenómenos marítimos: hablamos de
corrientes migratorias, flujos migratorios,
olas migratorias o mareas humanas.
Diversos estudios han sugerido que
de aquí al año 2040 los países de la Unión
Europea requerirán de la entrada de 50
millones de inmigrantes, que constituyen
una parte insustituible en muchos secto-
res de la actividad productiva y de servi-
cios europea. Sin embargo el tratamiento
de la inmigración en función estricta de
las necesidades del mercado laboral aca-
ba derivando en políticas restrictivas y
ajenas a cualquier realidad.
No es sólo que la entrada de inmi-
grantes en Europa se limite casi exclusi-
vamente a los trabajadores necesarios pa-
ra la cobertura de ciertos segmentos del
mercado laboral; también se está intro-
duciendo la perspectiva del recorte de los
derechos sociales y económicos de los ya
residentes. Los inmigrantes clandestinos
se están convirtiendo en una especie de
“intocables”. Para ellos el futuro que les
está reservado es el presente que ya es-
tán padeciendo: sobreexplotación labo-
ral en el mercado negro de trabajo, se-
gregación social y discriminación insti-
tucionalizada. Nos encaminamos hacia
una sociedad donde la inmigración for-
mará parte de un gran mercado secunda-
4 ● 2005 ● Julio ● PUEBLOS ● Información y debate
rio de mano de obra que constituirá un
moderno subproletariado.
A pesar de la existencia en la Unión
Europea de problemas muy graves como
el desempleo o la precariedad laboral, las
campañas electorales centran una gran
parte de su discurso demagógico en la in-
migración y la delincuencia. No es de ex-
trañar que los partidos políticos de la mo-
derna extrema derecha ganen cada año
más apoyo. En gran medida su ascenso
está unido al fracaso de los gobiernos en
sus políticas de integración de la pobla-
ción inmigrante. Este fracaso tiene que
ver no tanto con los recién llegados sino
con aquéllos ya residentes en Europa que
durante décadas han tenido que soportar
una segregación socioeconómica.
No es cierto que Europa asista a “ole-
adas” de flujos migratorios sin control. En
la mayoría de los países de la UE, a ex-
cepción de España, Portugal e Italia, la
entrada de inmigrantes ha disminuido
sustancialmente. El alarmismo es intere-
sado: se sobredimensiona la inmigración
clandestina para justificar medidas muy
duras de control de fronteras y de control
interno de las migraciones.
En España la inmigración ha sido en
cierta manera inesperada y los poderes
públicos no han sabido desarrollar las po-
líticas adecuadas, manteniendo a miles de
inmigrantes en la clandestinidad durante
años y nutriendo el mercado de mano de
obra clandestino. Los problemas de los
inmigrantes son los mismos que en otros
países europeos pero aquí están más agu-
dizados porque el Estado cuenta con una
red de servicios públicos más limitada. La
segregación social de los inmigrantes en
nuestro país es importante y no pasarán
muchos años hasta que advirtamos esta
realidad que se está fraguando en lo seg-
mentos laborales precarizados, en la eco-
nomía clandestina y en la escuela públi-
ca cada año más deteriorada.❑

Globalización, diásporas y cultura
A
firmaban Gupta y Fergusson
(1992) en un artículo que ya a
comienzos de la década de los
noventa titularon “Más allá de la cul-
tura”, que los nuevos procesos socia-
les- y hacían referencia a fenómenos
como el multiculturalismo, las fronte-
ras o el postcolonialismo-estaban po-
niendo en cuestión la relación isomór-
fica entre lugar-cultura-lengua que tan
ligada ha estado a los debates antropo-
lógicos en torno al concepto de cultu-
ra. Desde los estudios postcoloniales,
subalternos y desde aquéllos que en el
terreno de las migraciones han abor-
dado fenómenos como las diásporas o
las fronteras, estos interrogantes han
sido habituales. Así lo planteaban au-
toras como Gick Shiller, Bash y Sznton
Blanc que enlazaron los estudios de las
migraciones con estos campos, en un
nuevo marco referencial que llamaron
“transnacionalismo”, sosteniendo que
“estos nuevos procesos obligan a re-
plantearse conceptos como cultura, na-
ción o ciudadanía.”
Las nuevas migraciones transna-
cionales, como no había sucedido en
otros momentos históricos, están re-co-
locando el Sur en el Norte. El grueso
de las migraciones contemporáneas es-
tá suponiendo el desplazamiento de los
habitantes del sur hacia Europa Occi-
dental y Estados Unidos; el centro de
ese nuevo referente que Appadurai
(1991) llama “imaginación social” y
que alimenta los sueños y las expecta-
tivas de los emigrantes. El Otro antro-
pológico se instala entre nosotros. Las
Opinión
Mercedes Jabardo Velasco *
nuevas migraciones suponen la etnici-
zación del centro. Sutton hablaba de
Caribinización de Nueva York en los
años noventa, pero cada vez más auto-
res han ido sumando Otros étnicamen-
te diferenciados para explicar la nueva
realidad de las ciudades norteamerica-
nas y europeas en el tránsito entre el si-
glo XX y el siglo XXI.
Subrayar la dimensión étnica enfati-
za la desigualdad entre un Nosotros (que
no tenemos ninguna adscripción de tipo
étnico) y el Otro, al que se minoriza di-
ferenciando. Pero no es ésta, además, la
única estrategia de diferenciación-ex-
clusión que las sociedades occidentales
están adoptando. Las políticas migrato-
rias de carácter restrictivo que han adop-
tado todos los países del sistema occi-
dental desde mediados de los ochenta es-
tán colocando a muchos de los inmi-
grantes, desplazados o refugiados que
quieren o pretenden entrar en lo que es-
tá siendo cada vez más una frontera in-
franqueable entre el norte y el sur, en una
situación de precariedad jurídica, de va-
cío existencial, que cuanto menos les co-
loca en la categoría que Appadurai y
Stenou definieron de una forma ex-
traordinariamente acertada de ciudada-
nía parcial, y cuanto más en la nada. Es-
te nuevo ordenamiento mundial -esta di-
ferenciación tan acusada entre el norte y
el sur que reproduce el -antiguo-mapa
colonial- está creando una categoría ju-
rídica que tiene un fuerte contenido so-
cial, los ilegales, los que podríamos de-
nominar los colonizados de la postmo-
dernidad.
Información y debate ● PUEBLOS ● Julio ● 2005 ● 5
Opinión
La ciudadanía parcial, en el pre-
cario destino migratorio, tiene una re-
lectura en el contexto de la globali-
zación. La articulación de poblacio-
nes en la diáspora hace que cada vez
sea más difícil tratar a los inmigran-
tes como no ciudadanos en absoluto.
Los inmigrantes que tienen esca-
sos derechos en cuanto al empleo, la
protección social o la ciudadanía,
pueden en cambio defender, en el
marco de los tribunales internaciona-
les, derechos de carácter cultural.
Tanto es así que en los contextos na-
cionales en los que se establecen,
donde los discursos y las prácticas ra-
cistas y xenófobas justifican -y per-
miten- la segregación espacial y su
exclusión jurídica, laboral y social,
se facilitan (y fomentan) espacios
donde tengan cabida manifestaciones
de tipo cultural.
No es, por tanto, paradójico que
sea en este contexto donde de forma
paralela a las prácticas y discursos de
minorización con la población inmi-
grante se usen conceptos como inter-
culturalismo e interculturalidad. Exis-
te un reconocimiento público de las
identidades culturales (fiestas, activi-
dades “interculturales”, fomento del
asociacionismo, etc.), pero continúa
manifestándose la diferenciación en
el acceso a la ciudadanía jurídica y a
la ciudadanía social.❑
*Mercedes Jabardo Velasco es profesora
Asociada del Área de Antropología Social de
la Universidad Miguel Hernández de Elche
Derechos humanos

Hacia una ciudadanía parcial

Papeles y derechos humanos:
la nueva esclavitud
Diego Lorente Pérez de Eulate*

El título de este artículo ilustra eficazmente el estado actual del tema de la

extranjería. Al analizar el status legal y social del extranjero en los países
europeos, nos topamos con los arduos problemas de documentación a los que
tiene que hacer frente y las consecuencias que éstos generan en su
integración y en su vida cotidiana. La cuestión de los papeles es el “gran
invento” de los países desarrollados para controlar a las personas de los
países menos favorecidos quienes, disconformes con la realidad que les ha
tocado malvivir, luchan por alcanzar una vida más digna.

E
l objetivo de este artículo es re-
pasar los distintos momentos
que conforman el itinerario de
un extranjero que llega a nuestro terri-
torio y mostrar los obstáculos legales
que ha de solventar así como las dis-
criminaciones que sufre, al toparse con
un entramado de leyes y normas, de es-
tricta puesta en práctica, con grandes
dosis de improvisación y con una gran
falta de formación e información. Se-
ría del gusto del articulista hablar en
otros términos, y mostrar una realidad
diferente, pero la conclusión a la que
hemos llegado nos lleva a hablar, co-
teóricamente infranqueable pero que
no hace sino mandarle guiños para su
venida. Una mano de obra barata y lo
menos reivindicativa posible es siem-
pre un buen instrumento a tener en
cuenta por los sistemas occidentales.
En este momento, toda idea de llegar
regular quedará en nada cuando esa
persona tenga la ingenua idea de acer-
carse a un Consulado español o de otro
país europeo. Diferentes corruptelas,
intermediarios, una lista interminable
de documentos e impresos a cumpli-
mentar, la distancia entre su ciudad y
el Consulado español más cercano le
Juanma Morales

mo en el título, de una esclavitud ba-
sada en unas cadenas no visibles, suti-
les, pero repletas de violaciones de de-
rechos humanos.
Primer objetivo: alcanzar
el “paraíso europeo”
El primer obstáculo con que puede to-
parse el extranjero es su entrada en el
“paraíso europeo”, donde se encontra-
rá con una supuesta Europa fortaleza
van a impedir soñar con un visado que
autorice su entrada. Y si logra presen-
tar toda la documentación, lo más ha-
bitual es que reciba una denegación sin
razón alguna. Así lo permite la actual Manifestación de inmigrantes en Madrid por la regularización sin condiciones.
legislación de extranjería.
Partimos de la base de que habla- canos, auspiciados por las potencias
mos de alguien que trata de mejorar desarrolladas, ni pensar en acudir a un
sus expectativas humanas y económi- Consulado. Su vida correrá peligro y
cas. Si nos referimos a alguien que la huida será la única salida. ¿Pero tie-
huye de uno de tantos conflictos afri- ne alguna posibilidad especial como

6 ● 2005 ● Julio ● PUEBLOS ● Información y debate


refugiado? La Convención de Gine-
bra de 1951, en teoría, le permite la
entrada irregular. Nada más lejos de
la realidad: no podrá ni suplicar a un
transportista que le lleve a lugar se-
guro. Las sanciones a estas compañí-
as, agravadas tras la última reforma de
la legislación de extranjería en Di-
ciembre del 2003, pesarán más en la
cabeza del transportista que su con-
ciencia y, tras revisar la falta de docu-
mentación del refugiado, inexistente
como es obvio, lo dejará en tierra, pi-
soteando el derecho de asilo.
En cualquiera de estos casos, tan-
to el inmigrante como
el refugiado, una vez
desechada la idea de
entrar legalmente, se
plantean la irregular,
con el consiguiente
riesgo para su vida, y
la necesidad imperio-
sa de acudir a una red
aparecer el inconveniente que supo-
nen para los países europeos estas per-
sonas que recuerdan lo injustamente
que está repartida la riqueza. Devolu-
ciones irregulares de las autoridades
españolas, realizadas sin cumplir si-
quiera lo dispuesto en la Ley de Ex-
tranjería, el posterior maltrato de la
policía marroquí y una deportación a
Argelia serán sus próximos sufri-
mientos. Y todo para volver de nuevo
a intentarlo, y de nuevo a sufrir estas
vejaciones.
Estas personas que tratan de me-
jorar su futuro, y que son tratadas pe-
or que delincuentes, no son los únicos
que van a padecer esta vulneración de
su derecho a la libertad de circulación
que, de forma estrictamente teórica,
reconoce el artículo 13 de la Declara-
ción Universal de Derechos Humanos
de 1948. A menudo se recibe en las
Derechos humanos
hoy por hoy, imposible, después de las
últimas reformas de la Ley de Extran-
jería, lo que supondrá al extranjero
años de irregularidad y explotación la-
boral y, no lo olvidemos, de pago de
impuestos indirectos, enriqueciendo
aún más a la vieja Europa, pero sin
una sola contraprestación de dere-
chos. Como mucho, ha de aspirar a
que un año o dos después de su entra-
da se apruebe un proceso especial de
regularización. Pero tampoco podrá
echar las campanas al vuelo. Lo más
seguro es que se encuentre con un Go-
bierno que, pensando en votos de al-
guien que no es él, porque él no tiene
ese derecho, establezca condiciones
tan gravosas y llenas de burocracia
que no hagan sino agravar la sensa-
ción de estar inmerso en una espiral
documental sin fin.
Le pedirán los antecedentes pena-
les de su país legalizados por sus au-
toridades, lo que para quien no tiene

“
de tráfico de perso- ni representación diplomática en el es-
nas, que le va a cobrar tado español, incluso en Europa, se
cuatro o cinco veces Una mano de obra barata y lo menos hace harto complicado. Y si consigue
más de lo que en teo-
ría le hubiera costado
el visado.
“
reivindicativa posible es siempre un buen
instrumento a tener en cuenta por los
sistemas occidentales
el certificado, tendrá que convencer a
su “jefe”, para que le dé el contrato, y
hacerle ir personalmente para presen-
Si procede del tar la documentación. Toda una expe-
Maghreb, verá la cos- riencia para un empleador que, digo
ta a 14 kilómetros y la yo, si contrata, será porque su tiempo
patera será el barco de escasea. Y todo con la idea, según
sus sueños, y si no tie- Oficinas de Denuncias de SOS Racis- quien gobierna, de sacar a relucir la
ne suerte, su último mo testimonio de alguien que, con sus economía sumergida y explotadora.
viaje. Si procede del papeles en regla, ha quedado en tierra Una gran contradicción cuando han
Africa subsahariana, de nadie por la falta de formación del de ser los empresarios quienes pre-
primero habrá de so- policía de frontera. Su desconoci- senten los papeles, ¿qué se pretende?,
portar pésimas condi- miento de que tal o cual papel, rosa, ¿que sufra el empleador una especie
ciones de vida en su amarillo, etc...sirve para documentar de arrepentimiento?
paso por los países a esta persona, mientras el caos de la Tras años de irregularidad, de ser
fronterizos con Euro- oficina de extranjería de la provincia invisible para evitar la expulsión, qui-
pa. Padecer el racis- donde reside resuelve meses después zás logre el permiso, pero no termi-
mo de estos países in- su solicitud, va a provocarle al ex- nan aquí sus problemas. Quedan las
termedios no va a ser tranjero una nueva violación de sus constantes renovaciones, una al año
su único quebradero derechos. de obtener el permiso y dos más cada
de cabeza. dos años, hasta los cinco años de re-
En la actualidad, Segundo paso: encontrar sali- sidencia, obtener el permanente y
con el desenfreno eu- da en el laberinto documental empezar a respirar. Hasta llegar ahí,
ropeo, en particular español e italia- Realizada la hazaña de rebasar la no hay mejor invento que lo que inti-
no, de externalizar el control de fron- frontera europea, el panorama no me- mida y hace permanecer en su sitio a
teras, padecerá los maltratos de go- jora. Al contrario, la exigencia de uno quien queremos explotar, es decir, el
biernos autoritarios que, a cambio del y otro documento se hace aún más in- instrumento de la expulsión. Porque
dinero europeo, pretenden hacer des- tensa. Obtener el permiso va a ser, el extranjero, si tiene la mala suerte

Información y debate ● PUEBLOS ● Julio ● 2005 ● 7

Derechos humanos

Hacia una ciudadanía parcial

de toparse con la Policía La nacionalidad o el
Nacional estando sin pape- reconocimiento de
les, no va a salir de su los derechos
asombro cuando vea que el El penúltimo obstáculo es
expediente sancionador que la obtención de la naciona-
le abren, no es para expul- lidad española. Un paso
sarlo, no (sólo se ejecutan el importante si quiere alcan-
30 % de los expedientes de zar cierta igualdad, sobre
expulsión que se inician), todo de trato institucional,
sino para hacerle aún más y lograr ejercer los dere-
difícil su integración legal y chos civiles que se le nie-
laboral. gan. Para esto tendrá que
Si el expediente sigue sufrir un nuevo via crucis
P. C. D.

todos sus trámites, quedará documental, de legaliza-

sin posibilidad alguna de re-
A la salida de las playas de Tarifa, los inmigrantes deben sortear los primeros obstáculos.
gularización no sólo en Es-
paña sino en toda la Unión
Europea, excepto Gran Bretaña e Ir-
landa, por un tiempo de 3 a 10 años.
Que se lo digan a los extranjeros que
tras meses de estancia sin sentido en
Ceuta, Melilla o las Islas Canarias,
son embarcados en aviones y barcos
que los llevan a la península, a quie-
nes en el mismo embarque les es en-
tregado su decreto de expulsión, que
nunca podrá cumplirse en su caso. De
haberse podido ejecutar, no estarían
en ese barco o avión. Este documen-
to, al hilo del título de este artículo,
puede considerarse un auténtico cer-
tificado de esclavitud, y durante la
marginalidad a la que son condena-
dos, un verdadero foco de racismo.
Volviendo a la necesidad de reno-
vación de quien ha logrado regulari-
zarse, su principal inconveniente va
a ser cumplir las condiciones labora-
les exigidas. A diferencia de lo que
marca el mercado laboral español,
donde el trabajo precario y mal re-
munerado es una constante, al ex-
tranjero le van a exigir seis meses de
cotización previos, y un nuevo con-
trato de al menos un año de duración
a tiempo completo. Algo impensable
para la mayoría de los trabajadores,
españoles o extranjeros. De no cum-
ner que caer en múltiples estafas pa-
ra renovar la documentación. Lo más
grave desde la óptica del nivel de xe-
nofobia es que todos estos problemas,
aparentemente sólo documentales pe-
ro con nefastas consecuencias socia-
les para el inmigrante, no sean enten-
didos por el trabajador español y no
se reflexione sobre quién es víctima
o culpable de este hecho.
A medida que se consigue renovar
los permisos, el listón de documentos
y exigencias disminuye, dejando una
sensación de discriminación en el ex-
tranjero, que se siente excluido en mu-
chos aspectos. Su integración social y
la de sus familias se verá afectada por
esta odisea. Las segundas y terceras
generaciones, víctimas también en oca-
siones de este laberinto documental, no
son por el momento tan habituales en
el estado español como en otros países
europeos, pero vamos camino de repe-
tir los mismos errores
El trato deficiente y discriminato-
rio en las Oficinas de extranjería du-
rante todos estos trámites aviva aún
más esta sensaciones. No puede ha-
blarse de igualdad si no se cambian
estas dinámicas.
ciones y tramitaciones,
hasta presentar la solicitud
correspondiente. Luego, a
esperar varios años, y cuando ya se
haya olvidado, le vendrá la respues-
ta, que puede ser negativa por el
simple hecho de no haber pagado
una multa de tráfico. Obtener la na-
cionalidad no le privará de seguir
siendo víctima de prejuicios por su
color de piel u origen, pero le va a
permitir aminorar considerablemen-
te la discriminación que supone de-
pender de unos “papeles”.
Esta descripción de la trayecto-
ria documental de un inmigrado que
decide establecerse en nuestro te-
rritorio puede haber sido redactada
de forma irónica, pero es seguro
que se basa en nuestra experiencia
como orientadores de inmigrantes.
Una experiencia cargada de nom-
bres y apellidos de seres humanos
que han padecido alguna de estas
realidades, muchos de los cuales no
aguantaron y tuvieron que irse, har-
tos de una discriminación que pue-
de parecer sutil, pero que va men-
guando la resistencia de cualquiera.
Cuando dependes de un papel,
cuando éste es el límite entre exis-
tir o ser invisible, se entiende mejor
la importancia que se le puede lle-
gar a dar a un simple carnet.❑

“
plir esta exigencia, volverá a quedar
irregular, con nueva amenaza de ex-
pulsión. Un panorama muy proclive,
irónicamente hablando, para la rei-
vindicación de los derechos labora-
Obtener la nacionalidad no le privará
de seguir siendo víctima de prejuicios
por su color de piel u origen
“ *Diego Lorente Pérez de Eulate es abogado de
extranjería y asilo, coordinador general y jurídico
les, y un campo abierto a aceptar de SOS Racismo Madrid y abogado del Servicio
cualquier forma de explotación y a te- Jurídico de CEAR Madrid

8 ● 2005 ● Julio ● PUEBLOS ● Información y debate

 Mercado laboral
Mercado de trabajo e inmigración
Ubaldo Martínez Veiga*

La inestabilidad, la
precariedad y la temporalidad,
características estructurales
básicas del mercado
laboral español, afectan de
manera particular al colectivo
inmigrante. Mientras que la
tasa de temporalidad de los
españoles se sitúa entre el 30
y el 40 por ciento, la de los
extranjeros no comunitarios
se eleva al 65 por ciento.
El trabajo agrícola y el
doméstico, que emplean un
alto porcentaje de mano de
obra inmigrante, son los
César Sánchez

ejemplos más representativos

de esta situación.

Los trabajadores agrícolas cambian continuamente de parcela y propietario, lo que favorece situaciones de precariedad laboral.

S
ería conveniente, antes de abor-
dar el análisis del mercado de
trabajo inmigrante, hacer un
breve apunte sobre las teorías. Quizás
el punto de vista más extendido con-
sista en afirmar que el trabajo inmi-
grante está colocado en el sector se-
cundario, que se opone al primario,
ocupado básicamente por nativos. La
diferencia fundamental entre ambos
sectores reside en la estabilidad del
empleo, presente en el sector primario
y ausente en el secundario. Dobb
(1959), uno de los primeros teóricos de
la segmentación, afirmaba que “los sa-
larios bajos frecuentemente se combi-
nan con empleo fluctuante e incons-
tante” mientras que para Piore la cau-
sa del dualismo es la variabilidad e in-
certidumbre que caracteriza las econo-
mías industriales. Los trabajadores del
mercado primario son capaces de ais-
larse, mientras que los del mercado se-
cundario están expuestos a una situa-
ción de incertidumbre.
Con respecto a los salarios, las em-
presas del mercado primario están muy
poco afectadas por las fuerzas compe-
titivas del mercado, contrariamente al
secundario, donde los salarios y el em-
pleo son inestables. En lo referido a la
demanda de bienes, Sabel (1982)
afirma que ésta tiene un componente
estable, que se satisface con la oferta
de bienes estándar producidos en el
sector primario por trabajadores esta-
bles, y otro variable que se satisface
en el sector secundario con trabaja-
dores inestables. Desde el punto de
vista neoclásico nos referiremos a la te-
oría del capital humano y la teoría de
la discriminación. La primera, pro-
puesta por Gary Becker (1975), de-
fiende que el éxito en el mercado de
trabajo se asegura a través de inversio-
nes en educación y entrenamiento y
que el fracaso radica en la falta de ade-
cuación individual de los trabajadores.
Es difícil defender que el mercado de
trabajo refleje el capital humano de la
oferta ya que, intuitivamente, no es di-
fícil demostrar que riesgos del merca-
do de trabajo tales como la vulnerabi-
lidad al desempleo o los salarios bajos,
son afrontados básicamente por las mi-
norías étnicas, las mujeres, los disca-
pacitados y los jóvenes. La respuesta

Información y debate ● PUEBLOS ● Julio ● 2005 ● 9

Mercado laboral
Hacia una ciudadanía parcial
ortodoxa afirmará que estos grupos su-
fren discriminación en el sistema de
educación y los métodos de entrena-
miento y que, posteriormente, el mer-
cado refleja estas desigualdades. Si nos
adentramos en consideraciones más
concretas, parece clara la relación entre
el capital humano de los inmigrantes y
su inserción en el mercado de trabajo,
así como la estructura de este mercado.
En el caso español llama la atención que
los estudios sobre este particular no se-
an demasiado abundantes.
Imagen tomada en el interior de una chabola de Murcia que da alojamiento a los temporeros agrícolas.
La teoría de la discriminación
en el mercado de trabajo
Quizás el primer tratamiento sistemá-
tico de la discriminación económica es
el de Becker (1957). La teoría neoclá-
sica sobre los precios se basa en que al-
gunos individuos tienen “un gusto por
la discriminación” que se mide por el
precio que pagarían para satisfacerlo.
Los negros y otras minorías sufren dis-
criminación cuando el diferencial en-
tre el salario de blancos y negros es lo
suficientemente alto como para com-
pensar a los patronos por asociarse con
las minorías. Según Becker, la compe-
tición en el mercado eliminaría la dis-
10 ● 2005 ● Julio ● PUEBLOS ● Información y debate
criminación en cuanto que ésta obliga-
ría a los empleadores a afrontar costos
mayores que los que afrontan los que
no discriminan. Se venía a afirmar que
el mercado capitalista podía reducir la
discriminación de forma más eficien-
te que la política gubernamental. Las
críticas a las posturas de Becker parten
de la base de que el mercado no puede
eliminar la discriminación. Arrow
(1992), por ejemplo, introduce la teo-
ría sobre la “discriminación estadísti-
ca”, según la cual determinar la pro-
A. V.
ductividad real de los trabajadores
cuesta tiempo y dinero y, por eso, las
empresas se basan en características
observables tales como la raza, el gé-
nero, la etnicidad o el lugar de resi-
dencia. Basándose en las creencias
acerca del tipo o media del grupo al
que pertenece el individuo le ofrecen o
no un empleo.
Estas creencias estereotipadas im-
plican pensar que, de manera general,
las minorías más desfavorecidas tienen
una productividad media menor. Kirs-
chenmann y Neckermann (1991) pre-
sentan casos en los que, entre una per-
sona afroamericana y un inmigrante
blanco, siempre eligen al blanco por-
que piensan que el afroamericano es
peor trabajador. Lo considerado como
signo diacrítico de habilidad varía en
tiempo y lugar, por lo que es funda-
mental el análisis estrictamente histó-
rico de los fenómenos locales. La dis-
criminación estadística es hoy el me-
canismo básico de discriminación en
el mercado de trabajo. Marx, que con-
sidera el mercado de trabajo como un
fenómeno unitario, habla de la exis-
tencia de un excedente de trabajo, con-
figurado por los desempleados y los
parcialmente empleados, refiriéndose
a la reserva “latente” que se contrata
cuando el mercado lo exige y se ex-
pulsa cuando la demanda es mejor.
De todos modos, la temporalidad,
inestabilidad, precariedad y rotación en
el empleo es una característica estruc-
tural básica del mercado de trabajo es-
pañol que constituye algo fundamen-
tal en el manejo de la mano de obra y
que tiene como función no adaptar la
mano de obra a los ciclos económicos
o a la incertidumbre en la comerciali-
zación de los productos sino a la disci-
plina. Comprobar que esta inestabili-
dad afecta tanto al sector primario co-
mo al secundario hace que la distinción
entre ambos desaparezca, configuran-
do el mercado de trabajo como algo
unitario y no dual. El análisis de la En-
cuesta de Población Activa (EPA) de
Garrido y Toharia en 2003 revela que
las tasas de temporalidad de los espa-
ñoles se sitúan entre el 30 y 40% mien-
tras que entre los extranjeros no co-
munitarios son del 65%. Este resulta-
do es fundamental, ya que apoyaría la
idea de que el manejo de la mano de
obra inmigrante constituye una espe-
cie de banco de prueba del manejo de
la mano de obra en general y por eso,
entre otras cosas, la tasa de temporali-
zad es mucho más alta entre los inmi-
grantes que entre los nativos. Dos ca-
sos del trabajo inmigrante pueden
constituir una prueba de lo que acabo
de señalar.
Las actividades agrícolas
El trabajo agrícola en El Ejido, un tra-
bajo muy avanzado desde el punto de

vista tecnológico, ha sido, en mi opi-
nión, un banco de prueba del manejo
de la mano de obra inmigrante. Desde
un punto de vista estructural, El Eijido
es un auténtico distrito agroindustrial,
caracterizado precisamente por el he-
cho de que los trabajadores no tienen
una relación laboral estable con un em-
presario, sino que rotan y cambian con-
tinuamente de patrono. Es raro que un
trabajador lleve a cabo tareas para un
único patrono en una campaña. Quizás
el término más gráfico para designar
este fenómeno sea el de “rotación in-
terparcelaria”, ya que los trabajadores
cambian frecuentemente de parcela y
propietario.
En el marco de un trabajo, pregun-
té a los inmigrantes cuál era el periodo
más largo trabajado para un mismo pa-
trón en un año y me respondieron que
quince días de media. Nos referimos a
una actividad agro-industrial muy des-
centralizada, en la que los trabajadores
rotan por tiempos muy cortos entre las
diversas unidades productivas. Cuan-
do se produce la rotación, la primera se
desentiende absolutamente de los tra-
bajadores y así sucesivamente.
Existe un proceso de externaliza-
ción continua de los trabajadores, sin
que realmente “pertenezcan” a ningu-
na unidad productiva, lo que provoca
que se encuentren en un estado de pre-
cariedad y contingencia absoluta. Aun-
que, tomado el proceso productivo de
El Ejido en su conjunto, los trabajado-
res inmigrantes sean absolutamente ne-
cesarios y trabajen por un periodo muy
largo, por lo que el empleo debiera ser
considerado como fijo, el hecho de que
frecuentemente y por periodos cortos
cambien de patrono hace que nadie se
“responsabilice” de ellos y sean consi-
derados perpetuamente como trabaja-
dores que “pertenecen al vecino”.
El trabajo doméstico
Como es sabido, existen dos tipos de
trabajo doméstico: el interno, en el cual
la empleada vive en casa del emplea-
dor, y el externo, en el que vive fuera.
Una vez que las inmigrantes llevan
tiempo en el país, prácticamente el tra-
bajo interno se convierte en perma-
“
Lo que se considera pobreza absoluta está
presente entre los inmigrantes irregulares.
“
El origen de estos brotes de pobreza estaba
en todos los casos en la actuación de
patronos que no habían pagado el salario
nente, mientras que a su llegada éste es
muy inestable, con situaciones cada
vez más frecuentes de pago mínimo o
incluso de no pago después de haber
trabajado. Hay un tercer tipo, el traba-
jo “pseudoexterno” en donde los nive-
les horarios y la actividad equiparable
al interno, con la diferencia de vivir
fuera de la casa del patrono.
El trabajo emocional
Tanto en el interno como en el “pseu-
doexterno”, además de las actividades
de arreglo de la casa, se realizan fre-
cuentemente tareas de cuidado de an-
cianos, trabajo definido, con toda ra-
zón, como trabajo emocional. Estas ac-
tividades son, con mayor frecuencia,
realizadas por inmigrantes y, por su-
puesto, es un trabajo que se paga. En el
caso de las mujeres, las tareas de cui-
dado se enmascaran bajo el trabajo do-
méstico, produciendo una especie de
“doble estigma” desde el punto de vis-
ta salarial. Se paga poco porque se
efectúa dentro de las casas y porque es
un trabajo que, “naturalmente”, se
asigna a mujeres. Las trabajadoras in-
migrantes se oponen a esta situación ya
que, como explicaba una mujer ecua-
toriana, “por 350 euros quieren que
cuide la casa y atienda a los niños, y
encima dicen que tengo que darles ca-
riño. Yo estoy dispuesta pero eso hay
que pagarlo”. El arreglo de la casa in-
cluye una relación superficial de ca-
rácter emocional, mientras que el tra-
bajo de cuidado conlleva una relación
emocional profunda. Esta continuidad
hace parecer lógico que sea la misma
persona la que realiza las tareas do-
mésticas y la que cuide. Este fenóme-
no, además de abaratar los costos del
cuidado y conllevar una explotación la-
Información y debate ● PUEBLOS ● Julio ● 2005 ● 11
Mercado laboral
boral, parece encontrar su fundamento
en la “naturaleza de las cosas”. Nos ha-
llamos en presencia de una mistifica-
ción, pero pocas cosas están más mis-
tificadas en la historia humana que el
propio trabajo.
En el año 2003 se realizó un estu-
dio sobre las relaciones entre trabajo
irregular y situaciones de pobreza. Ba-
sado en 60 entrevistas a trabajadores
inmigrantes sin papeles, se descubrie-
ron elementos importantes: todos ha-
bían trabajado o estaban trabajando, to-
dos habían enviado o enviaban dinero
a su país de origen, y todos, salvo uno,
habían pasado por periodos de hambre
de más de dos semanas. Así se descu-
brió que lo que se considera pobreza
absoluta está presente entre los inmi-
grantes irregulares. El origen de estos
brotes de pobreza radicaba, en todos
los casos, en la actuación de patronos
que, después de que el inmigrante tra-
bajase para ellos durante un cierto
tiempo, no habían pagado el salario,
con lo cual el trabajador se encontraba
sin recursos para comer y sin posibili-
dad de reclamar por su situación de
irregular.
Algunos autores afirman que “en
las democracias avanzadas” es más
adecuado aplicar una definición de po-
breza relativa y no absoluta; sin em-
bargo es evidente que el hambre es una
situación de pobreza absoluta. La idea
parece inexacta, al menos en lo referi-
do a un grupo creciente de inmigran-
tes: los irregulares, cuyos derechos, en
el caso español, han sido continua-
mente recortados. Esta ausencia de de-
rechos puede ser calificada como ex-
clusión social e impide la participación
normal en la sociedad, lo que significa
una ciudadanía incompleta, con falta
de acceso al status, a los beneficios y a
las experiencias de los ciudadanos. Es-
te recorte de los derechos, o este fenó-
meno de exclusión social inducida por
el estado, acarrea las situaciones de po-
breza absoluta a las que nos hemos re-
ferido anteriormente.❑
*Ubaldo Martínez Veiga es catedrático
de Antropología Social de la Universidad Autónoma
de Madrid.
Derechos sociales

Hacia una ciudadanía parcial

Situación social y reconocimiento
de derechos de la población inmigrante
Gabriel Ruiz Enciso*

Juan José Millás publicó el pasado

año el libro “Hay algo que no es
como me dicen” en el que abordaba
un tema que nada tiene que ver con
este artículo -el acoso que sufrió una
concejala por parte del alcalde de
Ponferrada-, pero cuyo título es un
buen reflejo de lo que sucede con el
tratamiento que está recibiendo al
tema de la inmigración. Son muchos
los mensajes erróneos que nos llegan
escondiendo tras de sí unas
intenciones muy determinadas y, la
mayoría de las veces, no
José Antonio Martín

bienintencionadas.

L
a prueba es la presentación que a
menudo se hace de determinadas
políticas de inmigración, como
por ejemplo el proceso de normalización
que comenzó el 7 de febrero (con la en-
trada en vigor del nuevo reglamento de la
ley de extranjería) presentado por el go-
bierno y por los medios de comunicación
como la “gran iniciativa solidaria y pro-
gresista” que iba a dar una oportunidad
sin precedentes y una solución a todos los
inmigrantes que carecían de documenta-
ción. Incluso, durante estos meses, com-
pañeros de organizaciones en otros paí-
ses europeos, preguntaban sorprendidos
por este proceso, creyendo que el gobier-
no español había decidido poner en mar-
cha una nueva política de inmigración ba-
sada en la solidaridad.
La ley y la negación de los
derechos básicos
Nada más lejos de la realidad, y para ello
basta con echar una mirada detenida a la
Movilizaciones en Málaga durante el proceso de normalización que terminó el pasado mayo.
evolución de la política de inmigración
hasta ahora. En la actualidad, la Ley de
Extranjería que sigue vigente en nuestro
país es la Ley 14/2003, probablemente la
más represiva que hemos padecido hasta
ahora, (retrotrayéndonos a muchas de las
condiciones de la Ley 7/1985, pero aún
con mayor dureza en muchos aspectos).
Atrás quedaron ya los intentos por lograr
una ley de consenso en la que los inmi-
grantes y las organizaciones sociales tu-
viesen algo que decir (ej. Ley 4/2000, que
prácticamente no llegó a ser aplicada y re-
formada en numerosas ocasiones hasta
llegar a la actual).
Esta ley ha consolidado una situación
ya comenzada con las reformas anterio-
res, en las que derechos básicos como: el
derecho de asociación, manifestación,
huelga, sindicación o reunión, reconoci-
dos por nuestra constitución como dere-
chos fundamentales, fueron eliminados
para los inmigrantes en situación irregu-
lar. Todo ello a pesar de los recursos de
inconstitucionalidad presentados por dis-
tintas instituciones tras la presión de nu-
merosas organizaciones en nuestro país.
Incluso, el PSOE, presentó este recurso a
la ley 8/2000, (reforma de la ley 4/2000),
ya que restringía estos derechos, sin em-
bargo, paradójicamente, poco después
votaría favorablemente la ley de extran-
jería 14/2003 (la actual), que consolida-
ba la negación de estos derechos. Esta
misma ley ha dificultado también la rea-
grupación familiar, restringiendo el dere-
cho a vivir en familia de miles de inmi-
grantes; ha establecido también procedi-

12 ● 2005 ● Julio ● PUEBLOS ● Información y debate


mientos administrativos diferentes para
los inmigrantes incurriendo en una situa-
ción de clara discriminación1; y sigue ne-
gando el derecho a sufragio activo y pa-
sivo a los inmigrantes en situación regu-
lar en nuestro país.
Pero, sin duda, una de las innovacio-
nes más reprobables de la ley actual fue
la de posibilitar el acceso a los datos del
padrón a la policía. El acceso a derechos,
como los servicios sociales públicos o a
la atención sanitaria, estaban condiciona-
dos a la obtención previa del empadro-
namiento del inmigrante, y muchos deja-
ron de hacerlo por miedo a que sus datos
pudieran ser accesibles por la policía pa-
ra ser detenidos o expulsados. De este
modo, el acceso a determinados derechos
reconocido por la ley 4/2000, y aún no
modificado en las reformas legislativas
posteriores, quedaba finalmente anulado,
debido al miedo que produjo esta situa-
ción en los inmigrantes.
Una política de continuidad:
Del PP al PSOE
En un primer momento, el cambio de go-
bierno que se produjo en marzo del pasa-
do año llevó a muchos a pensar que im-
plicaría cambios en la política de inmi-
gración, e incluso en la ley de extranjería
para posibilitar un mayor reconocimien-
to de derechos. Sin embargo, desde el co-
mienzo, este gobierno ha continuado la
política de extranjería del gobierno ante-
rior. Así, ante esta situación legislativa de
clara vulneración de derechos, no ha ha-
bido ninguna respuesta por parte del go-
bierno actual, más bien al contrario. Va-
rios meses después de la llegada al poder,
deciden aprobar el nuevo reglamento de
esta ley de extranjería, confirmando su in-
tención de no modificar en absoluto la ne-
fasta ley aprobada junto con su “compa-
ñero de viaje”, el PP. Así, la aprobación
del reglamento fue precedida de conti-
nuas intervenciones por parte del Minis-
tro de Trabajo (Jesús Caldera) y la Secre-
taria de Estado de Inmigración (Consue-
1 A partir de las modificaciones que implicaba tam-
bién esta ley de Extranjería en la Ley 30/1992, de
26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Ad-
ministraciones Públicas y del Procedimiento Ad-
ministrativo Común.
“
La continua improvisación durante el
proceso, incorporando modificaciones
“
sobre la marcha ha mostrado, una vez
más, la falta de criterio a la hora de diseñar
una política de inmigración adecuada
lo Rumí), en las que afirmaban una y otra
vez que no era objetivo de este gobierno
modificar la actual ley de extranjería.
Límites y contradicciones del
proceso de normalización
La única concesión a la población inmi-
grante que parecía contemplarse, era la
puesta en marcha de un proceso de regu-
larización que tardaría en concretarse, se
trataría de un proceso de “normaliza-
ción”, incluido en una disposición adi-
cional del nuevo reglamento.
Una “normalización” , según el go-
bierno, y no una regularización, debido a
que, “se trataría de normalizar una situa-
ción que es un hecho”, refiriéndose al al-
to número de inmigrantes en situación
irregular en nuestro país que, sin embar-
go, están trabajando en distintos sectores
de nuestra economía y nutriendo abun-
dantemente nuestra economía sumergi-
da. Sin embargo, para acceder al proce-
so, uno de los requisitos imprescindibles
era el de demostrar la estancia en España
durante, al menos, seis meses antes de la
entrada en vigor del reglamento y el úni-
co documento admitido sería el certifica-
do de empadronamiento, el cual eviden-
temente miles de inmigrantes no poseían
por miedo a ser localizados por la policía
a través del padrón (gracias a la ley apro-
bada en el año 2003 por PP y PSOE).
Una prueba más del nivel de cinismo
e hipocresía de nuestros políticos: el par-
tido que ahora está en el poder exige un
documento que sabe que la mayoría de
los inmigrantes no puede presentar, ya
que hace tiempo que desconfían del em-
padronamiento, ese mismo partido se en-
cargó de ello hace casi dos años. Poste-
riormente este requisito ha sido flexibili-
zado y, en el mes de abril se presentó una
relación de siete documentos con los cuá-
les se podía demostrar también la estan-
Información y debate ● PUEBLOS ● Julio ● 2005 ● 13
Derechos sociales
cia de seis meses, a través del empadro-
namiento por omisión. Pero cuando esto
sucede, quedan sólo algo más de dos se-
manas para que finalice el proceso y si-
gue habiendo otras dificultades con otros
de los documentos requeridos: el certifi-
cado de antecedentes penales y la oferta
de trabajo.
El primero, resulta especialmente
costoso para muchos inmigrantes, en
muchos casos hay que pagar una tasa
de 50 euros o más al correspondiente
consulado, así como en ocasiones des-
plazarse a la provincia en la que éste se
encuentre. Para obtener la oferta de tra-
bajo, la situación creada con el proce-
so de “normalización”, ha hecho que
las amenazas de inspecciones del Mi-
nisterio de Trabajo, así como distintos
rumores hayan supuesto para muchos
inmigrantes la pérdida de su trabajo en
lugar de la oferta que necesitan para
acceder al proceso.
Un proceso de “regularización” con
muchas “sombras”, y pocas “luces”, que
desde su comienzo presentaba serias de-
ficiencias: nuevamente, el inmigrante es
considerado únicamente como “mano
de obra”, ya que no se contempla para
su regularización ningún otro supuesto
que el del trabajador por cuenta ajena,
así como quedan totalmente excluidos
los menores, autónomos o familiares de
inmigrantes trabajadores que tampoco
tienen documentación, negándoles una
vez más el derecho a vivir en familia
Avanzando a golpe de
improvisación
Por otro lado, la continua improvisación
durante el proceso, incorporando modi-
ficaciones sobre la marcha, ha mostrado
una vez más la falta de criterio a la hora
de diseñar una política de inmigración
adecuada al momento actual de la inmi-
gración. Nuevamente, el objetivo de es-
te tipo de procesos no parecer ser el de
regularizar a toda la población inmi-
grante en situación irregular, en caso
contrario los requisitos para acceder al
proceso serían mucho más sencillos y
lógicos. Probablemente, pesen dema-
siado otros intereses, como el negocio
que sigue suponiendo la economía su-
mergida (que no podría mantenerse si-
Mujer
Hacia una ciudadanía parcial
La Ley de Extranjería ha dificultado, entre otras cosas, el reagrupamiento familiar.
(Foto ganadora del concurso “Ésta es mi gente en España”, organizado por Correos/Western Union.)
no contase con la bolsa de inmigrantes
que trabajan de forma irregular).
La privación de derechos de la po-
blación inmigrante, sometiendo a miles
de personas a situaciones de precarie-
dad y exclusión social, parece formar
parte de una estrategia necesaria para
poder mantener este modelo económi-
co que proporciona grandes beneficios
económicos a determinados sectores.
Únicamente, cuando la presión social y
la movilización comienza a hacer pre-
sente esta situación, los gobiernos pare-
cen verse forzados a poner en marcha
mecanismos compensatorios como és-
te, que otorgan algunos derechos más al
inmigrante y ayudan a contener la si-
tuación, pero nunca suponen la regula-
rización de toda la población, ni siquie-
ra de una amplia parte de la misma, lo
que pondría en riesgo el mantenimien-
to de esta economía sumergida y perju-
dicaría determinados intereses.
Esto ha sido también puesto de ma-
nifiesto en numerosos estudios: en el
2003 un estudio publicado en Papeles de
la Economía Española (de la Fundación
de Cajas de Ahorros Confederadas), el 23
por ciento de la actividad económica es-
pañola es sumergida (sólo superada por
Grecia e Italia), lo que supone más de
130.000 millones de Euros; este mismo
año el Instituto de Estudios Fiscales (Ads-
crito al Ministerio de Hacienda) señalaba
14 ● 2005 ● Julio ● PUEBLOS ● Información y debate
Álvaro Hurtado
que la economía sumergida en España
había aumentado cinco puntos desde los
años 80 (precisamente cuando comenzó
a aumentar la inmigración).
La Europa de las “castas”
De igual modo, Europa no es ajena a es-
ta situación, más bien al contrario. El
Tratado Constitucional Europeo propo-
ne prácticamente la creación de una so-
ciedad de “castas”; de este modo si fi-
nalmente entra en vigor, sólo serían ciu-
dadanos de la UE, las personas que po-
sean la nacionalidad de alguno de los pa-
íses miembros, y por tanto serían los úni-
cos que disfrutarían de todos los dere-
chos reconocidos por el mismo. Más de
quince millones de personas disponen
de permiso de trabajo y/o residencia en
la UE, inmigrantes en situación regular,
sin embargo no podrían disfrutar de to-
dos los derechos, no son nacionales y
por tanto no son “ciudadanos” de la UE,
“
Este proceso no es ningún éxito, ni va a
lograr una mejora de los derechos de los
aunque logrará garantizar enormes
“
inmigrantes, como aseguraba el gobierno;
beneficios a ciertos sectores empresariales
es decir pertenecerían a una “segunda
categoría”, a pesar de ser una pieza fun-
damental para sostener la UE. Y final-
mente, todavía habría una tercera cate-
goría, la de los inmigrantes en situación
irregular, que no dispondrían práctica-
mente de ningún derecho, en una situa-
ción laboral realmente precaria, pero
sosteniendo también buena parte de
nuestras economías y, por supuesto, pa-
radójicamente, la UE.
Esta situación no beneficia a los tra-
bajadores inmigrantes ni a la población
en general, ya que una parte importante
de la riqueza que generan los inmigran-
tes en situación irregular queda única-
mente en manos del empresario. Por eso
cabría pensar que los distintos gobiernos
deberían priorizar que todas estas perso-
nas estuviesen en situación regular, con
la aportación que ello implicaría también
a nuestro estado del bienestar (a partir de
las aportaciones a la Seguridad Social,
I.R.P.F. y otros), pero esto no es así, y una
vez más nos lleva a pensar en los intere-
ses particulares que están detrás de las po-
líticas de inmigración.
En este momento, según estimacio-
nes del INE y otras organizaciones, hay
entre 1.600.000 y 2.000.000 de inmi-
grantes en situación irregular, con este
proceso de normalización el gobierno es-
peraba llegar a 800.000 inmigrantes re-
gularizados (cifra que probablemente
tampoco se alcance), pero quedarán más
de un millón de inmigrantes en situación
irregular y sin derechos.
Definitivamente hay muchas co-
sas que no son como nos dicen, y es-
te proceso no es ningún éxito, ni va a
lograr una mejora de los derechos de
los inmigrantes, como aseguraba el
Gobierno; aunque logrará garantizar
enormes beneficios a ciertos sectores
empresariales.
Mientras tanto nosotros seguiremos
reclamando una política de inmigración
que apueste por el reconocimiento del in-
migrante como ciudadano de hecho y de
pleno derecho.❑
*Gabriel Ruiz Enciso es psicólogo
y Coordinador del Programa de Integración
y Educación Sociosanitaria con Inmigrantes
de Médicos del Mundo en Málaga
 Mujer
La mujer inmigrante, víctima
añadida de explotación y discriminación
Carlos Gómez Gil*

La mayor presencia y visibilidad de la mujer en los procesos migratorios

contemporáneos es un fenómeno de gran importancia, no sólo desde una
perspectiva cuantitativa, sino también en lo referente a las nuevas
significaciones que la mujer aporta en el plano familiar, en su rol de madre, en su
pertenencia al mundo laboral, en su autonomía personal, en las
situaciones de abuso que sufre y en la reivindicación de su sexualidad.
Estos y otros muchos aspectos deben ser tenidos en cuenta ante la emergencia de
situaciones novedosas que necesitan respuesta.

L
as mujeres son protagonistas de
corrientes migratorias muy im-
portantes, en las que ellas inician
y mantienen sus proyectos migratorios;
a veces solas, otras veces manteniendo
estrechas vinculaciones con sus fami-
lias en los países de origen a las que en-
vían periódicamente dinero y, cada vez
más frecuencia, deciden emigrar con
sus esposos e hijos o reagruparse pos-
teriormente. Así, en muy pocos años,
las mujeres se han convertido en agen-
tes directos de los procesos migratorios,
abandonando sus países de origen para
insertarse en el mercado laboral e ini-
ciar una nueva vida. Esto no es casual,
en la medida en que las mujeres sufren
en primera persona el huracán de po-
breza que sacude sus países: la falta de
oportunidades afecta en mayor medida
a las mujeres, que ven en la emigración
una salida a situaciones dramáticas su-
fridas por familias enteras. Son las mu-
jeres quienes sustentan con su trabajo,
su esfuerzo y sus cuidados buena parte
de las unidades familiares en los países
del Sur, como proveedoras de recursos
esenciales.
Un colectivo doblemente
vulnerable
En los últimos años, a medida que la
importancia de la feminización de la
inmigración ha ido en aumento, ha cre-
cido también la magnitud de proble-
mas específicos que recaen sobre ellas,
en su doble condición de mujeres e
inmigrantes.
El fenómeno de la globalización tie-
ne repercusiones evidentes en los pla-
nos sociales, económicos y de convi-
vencia. Algunas son positivas, pero
otras muchas son dramáticas, como la
generación de un mercado de personas Sus ocupaciones son con frecuencia relegadas a ciertos
sujeto a explotación, que se nutre de las nichos laborales
personas más vulnerables, especial-
mente de mujeres cada vez más jóvenes uso sexual, en mano de obra barata, en
procedentes de los países más pobres. servidoras sumisas de esposos que se
La dimensión de pobreza es fundamen- niegan a perder ancestrales roles, o en
tal para comprender el funcionamiento compradoras de una sociedad de con-
de estas redes de tráfico y para entender sumo que trata de transformar a la mu-
el tratamiento y las respuestas que des- jer en esclava de productos superfluos.
de los países ricos damos a estas cues- Todo esto hace que las mujeres in-
tiones, al convertir a muchas mujeres en migrantes constituyan un colectivo es-
simples mercancías sobre las que nues- pecialmente vulnerable, sujeto a innu-
tra sociedad proyecta dimensiones de merables situaciones de maltrato, do-
consumo, convertidas en productos de méstico y familiar, a situaciones de ex-

Información y debate ● PUEBLOS ● Julio ● 2005 ● 15

Mujer
Hacia una ciudadanía parcial
plotación y a una vulneración
de sus derechos básicos en la
esfera personal, laboral, educa-
tiva, sanitaria, relacional o se-
xual. Estamos ante un colecti-
vo precisa una atención espe-
cial, tanto por la envergadura
de sus problemas como por la
particular indefensión en la que
se encuentra.
Las condiciones de espe-
cial vulnerabilidad que recaen
sobre ellas provienen de la ca-
rencia de redes sociales natu-
rales en las que puedan apo-
yarse, ya que el viaje desde sus
países ha originado una quie-
bra de los vínculos familiares,
relacionales y de amistad, di-
ficultando los apoyos a reci-
bir ante situaciones que re-
quieran ayuda. Todo esto sin
María Liñares
olvidar las dificultades econó-
micas, lingüísticas, adminis-
trativas, psicológicas o docu-
mentales, entre muchas otras.
La mujer de los países del Sur sustenta buena parte de las unidades familiares.
Detalle de una obra del artista congolés Kaba ( técnica de repujado sobre cobre).
Relación de dependencia
Por otro lado, la mujer inmigrante
presenta una fuerte dependencia de su
pareja, donde se mezclan numerosas
causas. En muchos países del Sur sub-
sisten situaciones patriarcales arcai-
cas de sometimiento de la mujer al
hombre, que tratan de mantenerse en
los países de acogida con el fin de be-
neficiar a los hombres. Al mismo
tiempo, su llegada a través de proce-
sos de reagrupación familiar iniciados
por sus maridos son argumentos es-
grimidos por éstos para mantener si-
tuaciones de dependencia o abuso; in-
cluso el hecho de que la mujer carez-
ca de documentación también es un
utilizado como amenaza, a lo que hay
que añadir las situaciones de carencia
de recursos económicos o de ingresos
propios. Así, la falta de creencias y
convicción de las propias mujeres en
cuanto a los derechos que les asisten
en los países de acogida, la trayecto-
ria de sometimiento y subordinación
a los hombres heredada de sus países
de origen (donde se dan sociedades
machistas sustentadas en la explota-
16 ● 2005 ● Julio ● PUEBLOS ● Información y debate
plica las dificultades de las
inmigrantes por acceder a
los servicios públicos espe-
cializados.
Al mismo tiempo, tam-
poco se deben ignorar las si-
tuaciones de desigualdad ju-
rídica que muchos hombres
tratan de mantener en Espa-
ña sobre sus mujeres por ra-
zones de sexo, tratándose de
amparar en la aplicación de
las normas islámicas del
Mualat en vigor en sus paí-
ses de origen, pero absoluta-
mente opuestas a nuestra so-
ciedad y nuestro Estado de
Derecho.
El número de mujeres
inmigrantes víctimas de vio-
lencia doméstica y de todo
tipo de maltrato es cada vez
mayor; siendo sus agresores
en muchas ocasiones com-
patriotas que intentan man-
tener situaciones de dominio
junto a comportamientos
machistas y agresivos. Re-
“
sulta llamativo el hecho de que, en
repetidos casos, los agresores son in-
Ante situaciones de maltrato, muchas migrantes casados y con hijos en sus
“
no denuncian por miedo a ser expulsadas
o a que pueda empeorar su ya de por sí
precaria situación administrativa
países de origen, pero que al llegar
hasta España han entablado relacio-
nes con otras mujeres a las que mal-
tratan, agraden e incluso acaban ase-
sinando.
Hay que destacar que el maltrato
y la violencia ejercida contra las mu-
ción y el sometimiento de la mujer), jeres no es algo inevitable, o un pea-
la carencia o déficit de redes de apo- je necesario en nuestras sociedades,
yo (familiar, personal y social) en los sino que forma parte de conductas tan
países de acogida, junto con las enor- rechazables como perseguibles, ven-
mes dificultades por los propios re- gan de donde vengan, siendo tan
querimientos administrativos de los crueles en personas inmigrantes co-
procesos de regularización y legaliza- mo en personas autóctonas. Nuestras
ción, son algunos de los factores que sociedades tienen que avanzar desde
pueden mencionarse. la base innegociable del respeto per-
Estos factores contribuyen a difi- sonal como bien supremo a partir del
cultar la necesaria independencia de cual pueden establecerse las bases de
las mujeres inmigrantes ante situa- nuestra convivencia. No hay excusas
ciones de maltrato, llevando a que ni pretextos de ningún tipo que justi-
muchas no denuncien por miedo a ser fiquen, atenúen o puedan contempo-
expulsadas o a que pueda empeorar rizar sobre estos hechos, pero en el
su ya de por sí precaria situación ad- caso de los inmigrantes tienen que
ministrativa, siendo la razón que ex- comprender que el respeto a la lega-

lidad y al ser humano es un principio
esencial que en modo alguno puede
refugiarse en el mantenimiento de
privilegios arcaicos o de ventajas
comparativas de las sociedades occi-
dentales. De esta forma, el maltrato
no es un elemento de cohesión, sino
que por el contrario, las aleja de esta
condición, sea cual sea su lugar de
nacimiento o de residencia, sean es-
pañolas o extranjeras.
Problemas específicos
La innegable importancia de la mujer
inmigrante en los flujos migratorios,
a nivel de toda España, se ha materia-
lizado en una mayor presencia y visi-
bilidad social y económica, cuya tra-
ducción más evidente es la importan-
te labor que desempeñan miles de mu-
jeres inmigrantes, no sólo como tra-
bajadoras, sino también como cabe-
zas de familias, en los procesos de re-
agrupación familiar que se están pro-
duciendo así como en la relación fun-
damental que mantienen con sus paí-
ses de origen.
Esta presencia creciente e inne-
gable tiene asimismo aspectos enor-
memente preocupantes que proyec-
tan sobre muchas de ellas una carga
añadida de sufrimiento, en tanto que
mujeres, a las que se añade su condi-
ción de inmigrantes, con problemá-
ticas específicas.
En primer lugar, sus ocupaciones
son con frecuencia relegadas a nichos
laborales donde desempeñan trabajos
en condiciones extremadamente pre-
carias (empleos de proximidad como
empleadas de hogar, limpieza a do-
micilio, cuidado y acompañamiento
de ancianos, menores y enfermos, y
tareas agrícolas).
En segundo lugar, en la medida
que su sueldo es esencial para su sus-
tento y el de sus familias, muchas se
ven obligadas a admitir salarios y tra-
bajos indignos, donde se producen
numerosos abusos; en la mayoría de
los casos sin contrato legal.
En tercer lugar, ante la extrema
dificultad o imposibilidad para regu-
larizar su situación, se las somete a
una continua angustia, lo que favo-
rece las situaciones de explotación y
abuso, ya que se les chantajea a cam-
bio de sus papeles.
Por otra parte, el aumento de redes
de prostitución y de tráfico de perso-
nas las ha convertido en “mercancía
valiosa” para explotadores y proxe-
netas, que comercian con ellas para
satisfacer la demanda de un mercado
de prostitución que ha encontrado una
inagotable fuente de ingresos.
Además, la notable actividad so-
cial y laboral de estas mujeres en los
países de acogida desplaza con fre-
cuencia antiguos roles patriarcales
mantenidos por sus maridos, que re-
nuncian a perder sus privilegios pre-
tendiendo vivir cómodamente en las
sociedades occidentales.
Finalmente, los procesos de mi-
gración y su dureza descomponen
familias enteras, añadiendo un sufri-
miento extraordinario a las madres,
que tienen que enviar dinero a sus
hijos y familiares en sus países de
origen.
“
Las condiciones de especial vulnerabilidad
en las que apoyarse
“
que recaen sobre ellas provienen
de la carencia de redes sociales naturales
Medidas a adoptar
Estos problemas exigen respuestas
específicas, donde las situaciones de
violencia, explotación y maltrato ten-
gan la adecuada cobertura, por lo que
es necesario que, junto a las medidas
que en la actualidad se están impul-
sando, se tenga en cuenta:
- Tomar en consideración las parti-
culares condiciones de vulnerabi-
lidad de las mujeres inmigrantes.
- Evitar cualquier discriminación en
la atención, denuncia, protección
o acceso de las mujeres inmigran-
tes indocumentadas.
- Desplegar medidas de acogida, se-
guimiento y apoyo especializado
cuando las mujeres inmigrantes
acuden a los servicios sociales o
Información y debate ● PUEBLOS ● Julio ● 2005 ● 17
Mujer
de atención a la mujer con motivo
de malos tratos.
- Analizar los datos relacionados
con las agresiones a mujeres in-
migrantes, su naturaleza y carac-
terísticas, las nacionalidades de
los implicados, el tipo de relación,
su situación personal, social y
económica, la existencia de rela-
ciones de sometimiento con el fin
de extraer las conclusiones ade-
cuadas y planificar las medidas
oportunas.
- Coordinar y unificar medidas de
atención e intervención de todos
los servicios públicos relacionados
con la atención a mujeres inmi-
grantes víctimas de malos tratos.
- Facilitar recursos específicos
adaptados a las necesidades de las
mujeres inmigrantes.
- Proporcionar formación especia-
lizada a los profesionales que
atienden a inmigrantes.
- Garantizar el acceso de las muje-
res inmigrantes a todos los recur-
sos sociales garantizados por ley.
- Estudiar medidas específicas para
propiciar el abandono de la pros-
titución por aquellas mujeres in-
migrantes que desean hacerlo, fa-
cilitando su normalización social.
- Poner en marcha programas para
prevenir conductas adictivas en
mujeres inmigrantes.
Asimismo, se hace imprescindi-
ble valorar el respeto a las mujeres
inmigrantes como un factor más de
aceptación e integración social de es-
te colectivo entre la sociedad espa-
ñola. Por eso, nuestra sociedad debe
avanzar en la eliminación de todo ti-
po de agresiones, discriminaciones y
situaciones de explotación contra las
mujeres y eliminar así el sufrimien-
to de tantas personas. Y los inmi-
grantes tienen también que compar-
tir estos criterios.❑
Carlos Gómez Gil es director del Seminario
Permanente de Inmigración de la Sede
Universitaria “Ciudad de Alicante” de la Universidad
de Alicante, y profesor en su Departamento
de Análisis Económico Aplicado.
cgomezgil@ua.es
Análisis
Análisis
Neoliberalismo e inmigración
Patxi Zabalo*

De acuerdo con el discurso oficial,

la globalización económica que
caracteriza los últimos treinta años
supone una creciente integración de
los mercados. Sin embargo, la
globalización a la que realmente
asistimos no es otra cosa que la
puesta en práctica del proyecto
neoliberal, que prepara el terreno de
juego para las empresas
transnacionales, los grandes bancos
y los fondos de inversión. Este
proyecto es particularmente
tramposo ya que construye un
mercado mundial para ciertas
cuestiones y no para otras. Así, la
globalización está muy presente en
el ámbito comercial, haciéndose
todavía más patente en el
financiero, si bien el Norte
económico sigue protegiendo su
agricultura y otros sectores sensibles
y la ausencia de una regulación
internacional eficaz de los mercados
provoca recurrentes crisis
financieras.

L
o que en otros mercados es exi-
gencia de liberalización que faci-
lite los flujos internacionales, en el
mercado de trabajo se convierte en cierre
generalizado de fronteras, salvo para cier-
to tipo de labores. Y es que no hay globa-
lización para las personas pobres del Sur
que buscan mejorar sus oportunidades
trabajando en el Norte, a no ser que éste
las necesite. Eso ocurre en ambos extre-
mos del mercado laboral, ya que afecta a
ciertas ocupaciones de alta cualificación
y remuneración, como por ejemplo la in-
formática o la sanidad, y a trabajos espe-
cialmente duros y mal retribuidos, como
la agricultura o el servicio doméstico. No
obstante, en los restantes casos es más
rentable explotarlas en el Sur que en el
Norte, donde resultarían más caras.
Una globalización excluyente
A esto hay que añadir, además, que en
consonancia con el ideario neoliberal,
quienes impulsan esta peculiar globa-
lización persiguen expresamente la
desigualdad, que consideran fuente de
riqueza porque la concentración de és-
ta en las manos de personas empren-
dedoras favorece el crecimiento eco-
nómico. Por eso, la flagrante y creciente
desigualdad en la distribución de la renta
mundial no es un desagradable efecto co-
lateral sino parte esencial del modelo ne-
oliberal. Esto ha sido así desde sus oríge-
nes en los años 1940, plasmados en la
obra Hayek y compañía, hasta su ascen-
so al poder en los países del Norte en la
década de los ochenta, de la mano de Tat-
cher y Reagan, y su posterior extensión
al resto del mundo vía ajuste estructural
del FMI y el Banco Mundial. Se trata, por
tanto, de una globalización excluyente, en
la que un cierto número de personas par-
ticipan crecientemente en ese mercado
mundial en construcción mientras mu-
chas otras se quedan al margen, exclui-
das. Esta situación contribuye a empujar
a una parte de estas poblaciones a emigrar
para intentar mejorar su situación.
De esta manera, la misma globaliza-
ción neoliberal que impulsa las migra-

18 ● 2005 ● Julio ● PUEBLOS ● Información y debate


ciones desde el Sur empobrecido cierra
las puertas, salvo en contadas ocasiones,
a quienes pretenden llegar al Norte don-
de se concentra la riqueza. De esta forma,
al margen de la reunificación familiar fa-
cilitada en algunos países, aunque no en
otros, a la inmensa mayoría de las perso-
nas del Sur que quieren mejorar sus con-
diciones de vida emigrando al Norte só-
lo les queda la puerta de atrás (inmigra-
ción irregular, sin papeles), mucho más
cara y más peligrosa, o la petición de asi-
lo. Yya es conocida la respuesta de la UE
y EEUU, cada cual a su manera pero en
el mismo sentido: más dinero para refor-
zar las fronteras y mayores restricciones
para las solicitudes de asilo1.
Unas cifras engañosas
Sin embargo, siguen existiendo rendijas
por las que se cuelan algunos seres hu-
manos excluidos de la economía del des-
pilfarro por haber nacido en otro lugar
del planeta, lo que no implica que en el
opulento Norte asistamos a una avalan-
cha de inmigrantes. Entre otras cosas
porque muchas de las cifras presentadas
para avalar semejante afirmación son en-
gañosas. Por ejemplo, en vez de conta-
bilizar los flujos de inmigración neta
(entradas menos salidas), se dan datos
anuales relativos a la entrada de inmi-
grantes sin señalar que también hay re-
tornos, o se manejan cifras de inmigra-
ción sin tener en cuenta el crecimiento
de la población total.
De hecho, los flujos migratorios son
hoy en día relativamente menos impor-
tantes que en otros momentos históricos.
Así, en Estados Unidos, principal país re-
ceptor, el número de personas inmigran-
tes ha crecido durante los últimos dece-
nios del siglo XX, superando entre 1991
y 2000 a las décadas precedentes e igua-
lando los niveles alcanzados a principios
del siglo XX, unos 9 millones por déca-
da. Sin embargo, a pesar de su incremen-
to, la población nacida fuera (o sea, in-
migrante internacional) supone en 2000
1 Bob Sutcliffe: “El paso de fronteras en el nuevo im-
perialismo”. Mientras Tanto nº 89, 2003. También
Chakravarthi Raghavan: “Globalización y movi-
mientos migratorios”. Alternativas Sur, vol.III, nº1,
2004.
“
Se trata, por tanto, de una globalización
excluyente, en la que un cierto número
de personas participan crecientemente
mientras muchas otras se quedan
al margen, excluidas
“
en ese mercado mundial en construcción
el 11 por ciento de la población total, in-
ferior al periodo 1860-1920, en el que se
situaba por encima del 13 por ciento. Por
su parte, Europa Occidental pasó de ser
emisor neto de emigrantes durante el si-
glo XIX y primera mitad del XX, a con-
vertirse en receptor de inmigración neta
después de la II Guerra Mundial. Aquí
también, en términos relativos a la po-
blación, el papel de la Europa emigrante,
sobre todo hasta la I Guerra Mundial, es
mucho más relevante que el de la recep-
tora de inmigración de las últimas déca-
das2. Por eso, en materia de migraciones
internacionales puede afirmarse que la
verdadera globalización tuvo lugar du-
rante el siglo XIX y comienzos del XX,
y no durante las últimas décadas.
Según los datos referidos al año 2000,
hay en el mundo 175 millones de perso-
nas que viven en un país distinto de aquél
en el que nacieron, lo que supone el 2,9
por ciento de la población mundial. En
términos relativos es una cifra equivalen-
te a la de 1990, si bien el número total de
migrantes internacionales es 21 millones
mayor. Esta cifra es notablemente supe-
rior a la de 1980, aunque una parte del in-
cremento se deba a ajustes estadísticos
tras de la disolución de la URSS, que al
desmembrarse en quince nuevos estados
independientes a comienzos de los no-
venta convirtió de manera involuntaria a
27 millones de personas en inmigrantes
internacionales. Como habían nacido en
un estado distinto al que residían, pasaron
de inmigrantes internos a internacionales
sin cruzar ninguna frontera. Sin contabi-
2 Los datos proceden de Migration Policy Institute (
www.migrationpolicy.org/ ) y de Angus Maddison:
La economía mundial. Una perspectiva milenaria.
OCDE / Mundi-Prensa. Madrid, 2002.
Información y debate ● PUEBLOS ● Julio ● 2005 ● 19
Análisis
lizarlas el porcentaje de migrantes inter-
nacionales sobre la población mundial se-
ría del 2,4 por ciento tanto en 1990 como
en 2000, es decir, ligeramente superior al
2,3 por ciento de 1980 y al 2,2 por ciento
de 1970, pero un poco menor que el 2,5
por ciento de 1960. En todo caso, no se
ha producido ninguna avalancha a nivel
global, si bien es cierto que el Norte reci-
be una parte creciente de la migración to-
tal. Así las economías del Norte han pa-
sado de acoger al 38 por ciento de la po-
blación migrante internacional en 1960 a
ser receptoras del 46 por ciento en 2000,
lo que en proporción a su población su-
pone pasar del 4 por ciento a algo más del
8 por ciento en 20003.
Los tres flujos migratorios
principales del planeta
De hecho, los flujos migratorios actuales
se producen tanto entre los propios países
del Sur económico (como son los casos,
por ejemplo, en Centroamérica, o entre
países de África Occidental, o entre In-
donesia y Malasia) como desde países del
Sur hacia países del Norte. Si realizamos
un análisis de los procesos migratorios
nos encontramos con tres flujos princi-
pales: dos desde el Sur hacia el Norte eco-
nómico, y otro, fundamentalmente intra-
asiático, que puede seguir clasificándose
como Sur-Sur, aunque los países de des-
tino sean relativamente ricos.
El primer gran flujo va desde Mé-
xico, Centroamérica y el Caribe y, en
menor medida, desde Asia Oriental
(desde aquí también a Australia y Nue-
va Zelanda) hacia Estados Unidos y
Canadá. Este es el más antiguo de los
señalados, aunque ha cambiado el ori-
gen de la inmigración, que ha pasado
de ser predominantemente europea a
mayoritariamente latinoamericana. El
segundo flujo recala en países de Euro-
pa Occidental, básicamente desde sus
antiguas colonias y Turquía. Sin olvi-
dar que hace un par de décadas hubo
varios años de inmigración neta nega-
tiva, hay que reseñar que salvo unos
cuantos años a finales de los ochenta y
3 Datos de Naciones Unidas: International Migration
Report 2002 y World Economic and Social Survey
2004. International migration.
Análisis
primeros noventa en los
que hubo una gran en-
trada en Alemania, la
inmigración neta es
ahora bastante menor
que la correspondiente
a EEUU, cuya pobla-
ción es notablemente
inferior a la de la Unión
Europea. Aunque, eso
sí, es mucho mayor que
Andrés Meléndez
la recibida por Japón,
cuyo proverbial cierre
de fronteras le mantie-
ne casi sin inmigrantes.
Y aunque es cierto
Alrededor del 2,9 por ciento de la población mundial vive en un país diferente al que le vio nacer.
que algunos países euro-
peos, como España o Ita-
lia, han pasado recientemente de ser ori-
gen de emigración internacional a con-
vertirse en importantes receptores netos
de inmigración, su presencia relativa to-
davía es menor que en otros países del
Norte, empezando por Estados Unidos
(11 por ciento). Pero sobre todo menor
que en Canadá, Australia y Nueva Ze-
landa, donde la población nacida fuera se
sitúa en torno al 20 por ciento del total.
Esos niveles sólo son superados entre los
países del Norte por Suiza (25 por cien-
to) y uno de los países más pequeños pe-
ro también más ricos del mundo, Lu-
xemburgo (37 por ciento), mientras que
el resto de los países europeos se sitúa por
debajo del 10 por ciento de población ex-
tranjera respecto del total. Con todo, no
es en países del Norte económico donde
se da la mayor presencia relativa de per-
sonas extranjeras, sino en ciertos países
árabes ricos exportadores de petróleo co-
mo por ejemplo los Emiratos Árabes Uni-
dos (74 por ciento), Kuwait (58 por cien-
to) o Arabia Saudí (26 por ciento), o en
Singapur (34 por ciento)4.
De hecho, el tercer gran flujo migra-
torio conduce desde mediados de los años
1970 de Asia Occidental y Meridional ha-
cia los países productores de petróleo del
Golfo Pérsico y Arabia, así como más re-
cientemente hacia algunas economías
4 Datos de Naciones Unidas. Las cifras de personas
nacidas fuera (inmigrantes internacionales en sen-
tido estricto) tienden a ser mayores que las de ex-
tranjería por las nacionalizaciones.
20 ● 2005 ● Julio ● PUEBLOS ● Información y debate
Análisis
asiáticas de reciente industrialización co-
mo Singapur, Malasia o Corea. Es ésta
una inmigración casi exclusivamente
temporal, ya que se trata de mantener una
separación estricta entre población na-
cional y la mano de obra extranjera, que
siempre ha tenido menos derechos civi-
les que la primera: quieren trabajadores,
no personas. Desgraciadamente, los paí-
ses de la UE y en menor medida Estados
Unidos siguen desde hace años una polí-
tica similar, en coherencia con el incohe-
rente neoliberalismo, que sólo abre las
puertas a las mercancías y los capitales, y
no a las personas... a no ser que las nece-
site, evidentemente.
Los refugiados o inmigrantes “for-
zados”
Además de los flujos migratorios de
carácter más o menos voluntario, la
llamada migración económica, tam-
bién existe la migración forzada o in-
voluntaria, es decir, personas que bus-
can refugio y/o solicitan asilo político
en otro país porque en el suyo son per-
seguidas por motivos de raza, religión,
nacionalidad, opinión política o perte-
nencia a determinado grupo social.
Procedentes del Sur económico, estas
personas se refugian con frecuencia en
un país vecino tan pobre como el de
origen, simplemente por carecer de
medios para llegar más lejos. Por eso,
la inmensa mayoría de los 16 millones
de seres humanos actualmente
derados como refugiados se cobija en
países de Asia y África
y no en el Norte econó-
mico. Esto no es preci-
samente una muestra de
solidaridad y, de hecho,
los países ricos hacen lo
posible para reducir al
mínimo este tipo de in-
migración, lo que
muestra bien a las cla-
ras la poca considera-
ción que al neoliberalis-
mo triunfante le mere-
cen las personas pobres
aunque peligre su vida
o su libertad.
En las migraciones,
sean del tipo que sean,
se trata ante todo de seres humanos y
de su bienestar. Desde este punto de
vista, relativo al desarrollo humano, no
habría que cerrar las fronteras del Nor-
te, sino abrirlas, entre otras cosas por-
que las remesas enviadas a sus países
de origen por las personas que han
emigrado contribuyen a conformar una
cierta redistribución de la renta mun-
dial. De hecho, para el conjunto de los
países del Sur, esta parte del fruto del
trabajo de sus paisanos y paisanas, a
menudo tan mal pagado, representa un
flujo financiero notablemente mayor
que la ayuda al desarrollo5. Y en algu-
nos países, como es el caso de Ma-
rruecos o El Salvador, resulta decisivo
para su economía. Pero también, y so-
bre todo, porque lo que está en juego
es el derecho de las personas a una vi-
da digna. Y es que, o el desarrollo al-
canza a todos los seres humanos o no
es auténtico desarrollo.❑
*Patxi Zabalo es miembro de Hegoa, Instituto
de estudios sobre desarrollo y cooperación
internacional de la Universidad del País Vasco -
Euskal Herriko Unibertsitatea.
5 Las remesas anuales hacia el Sur son como míni-
mo 80 millardos de dólares, según el Banco Mun-
dial. Otras fuentes las elevan a 200 o 300 millar-
dos. Respecto a 60 millardos de ayuda, son entre
1,3 y 5 veces mayores. Organización Mundial pa-
ra las Migraciones: Migraciones, setiembre de
2004. Sobre migración y desarrollo, véase Bob
Sutcliffe: Nacido en otra parte. Un ensayo sobre la
consi- migración internacional, el desarrollo y la equidad.
Hegoa. Bilbao, 1998.
 Catalunya
Respuestas gubernamentales
Políticas de integración de inmigrantes en
Catalunya: evolución y situación actual
Núria Vives*

La sociedad catalana ha
experimentado profundos cambios en
los últimos quince años. En la
Catalunya que sorprendía a un
visitante australiano de principios de
los 90 por la uniformidad de sus
habitantes (“¡qué extraño, sólo hay
blancos!”) viven hoy unas 765.000
personas extranjeras empadronadas,
que suponen el 11 por ciento de la
población. Más de 150.000 extranjeros
en situación irregular intentan superar
los obstáculos legales para acceder a
una residencia regular y estable. La
reagrupación familiar ha triplicado en
Esther Taboada

tres años las cifras de alumnado

extranjero, que representa el 9 por
ciento de la población escolar
catalana. Hoy, año y medio después de
las elecciones autonómicas de Participantes en los encierros realizados en la iglesia barcelonesa del Pi para reclamar la regularización sin condiciiones.

noviembre de 2003, podemos hacer ya

un primer balance de la actuación del
gobierno tripartito en materia de un cambio en la composición de la po- Departamentos. Tras un año de elabora-
inmigración. blación extranjera (Ecuador, Colombia, ción por parte del gobierno, entidades
Argentina y Rumanía se convierten en sociales, asociaciones de inmigrantes y

L
a inmigración extranjera extraco-
munitaria más antigua en Cata-
lunya la forman los exiliados la-
tinoamericanos y subsaharianos (sene-
galeses y gambianos, principalmente)
que llegaron durante los años 80. La dé-
cada de los 90 está marcada por la pre-
sencia de inmigrantes marroquíes, el co-
lectivo más numeroso en Catalunya, por
la visualización social progresiva del he-
cho migratorio y por las consecuencias
negativas de la ley de extranjería: ex-
plotación laboral, exclusión social, des-
protección jurídica, irregularidad,....
Desde el 2000 asistimos a tres cambios
fundamentales: el efecto social del dis-
curso criminalizador de la inmigración
lanzado desde el gobierno del PP, que
provoca el aumento del racismo social;
los colectivos más numerosos detrás de
Marruecos); y un rápido aumento de la
población extranjera, fruto tanto de los
flujos migratorios como del afloramien-
to de las personas en situación irregular
a través del empadronamiento.
Los primeros planes de acción
Las primeras iniciativas globales en po-
lítica migratoria partieron del movi-
miento asociativo. En 1991, un conjun-
to de organizaciones presentó las “Pro-
puestas de Girona”, que proponían ac-
tuar en ámbitos como la legislación, la
vivienda, la educación, el trabajo, etc.
para conseguir la integración de los in-
migrantes. En 1992 se creó la Comisión
Interdepartamental de Inmigración con
el fin de coordinar las políticas de los
sindicatos se presentó el I Plan Interde-
partamental de Inmigración 1993-2000.
En el año 2000 se creó la Secretaría de
Inmigración, adscrita a Presidencia; en
el 2001 se aprobó el II Plan Interdepar-
tamental de Inmigración 2001-2004 y el
Pleno del Parlament de Catalunya apro-
bó el documento elaborado por una Co-
misión de Estudios sobre políticas de in-
migración para orientar la actuación gu-
bernamental.
Como elementos positivos en este
período destacan la existencia de estas
iniciativas y la de un marco de debate en
el que participan las organizaciones so-
ciales, así como la orientación interde-
partamental de las políticas. En ocasio-
nes la Generalitat, y sobre todo los Ayun-
tamientos, suplieron la ausencia de po-

Información y debate ● PUEBLOS ● Julio ● 2005 ● 21

Catalunya
Respuestas gubernamentales
líticas y presupuestos estatales. Los pun-
tos débiles fueron la carencia de dota-
ción presupuestaria, la ausencia de una
práctica interdepartamental, y la falta de
reivindicación al gobierno estatal de as-
pectos que limitaban la acción autonó-
mica. Si bien en algunos momentos se
expresaron críticas a la ley de extranje-
ría, éstas prácticamente desaparecieron
cuando CiU buscó el apoyo del PP para
gobernar en Catalunya.
Entre 1999 y 2003, las reclamacio-
nes al gobierno central se focalizaron
en la reivindicación de competencias
para la contratación en origen y el con-
trol de flujos, sin definir qué modelo se
aplicaría si se contase con dichas com-
petencias. Tomó entonces fuerza el de-
bate identitario, con declaraciones des-
afortunadas que presentaban a la inmi-
gración, sobre todo la musulmana, co-
mo una amenaza para la lengua y la
cultura catalanas.
Balance de un año y medio
de gobierno tripartito
Las elecciones de 2003 posibilitaron
la formación de un gobierno integra-
do por el Partit dels Socialistes de Ca-
talunya (PSC), Esquerra Republicana
de Catalunya (ERC) e Iniciativa per
Catalunya-Verds (ICV). El tema de la
inmigración tuvo poca presencia du-
rante la campaña electoral, a excep-
ción de algunos alegatos xenófobos
del PP y de la racista “Plataforma per
Catalunya”, cuya mera existencia es
preocupante.
En el nuevo gobierno, la Secretaría
de Inmigración dependía de Presiden-
cia, pero la salida de Carod Rovira pro-
vocó que se coordinara desde Bienes-
tar y Familia, lo que favoreció que la
inmigración continuase siendo tratada
más como un apartado de las políticas
sociales que como un tema central de
la política general catalana.
En este año y medio se han impul-
sado políticas sectoriales interesantes,
pero con un déficit de modelo global.
Actualmente está en fase de elabora-
ción el “Plan de Ciudadanía e Inmi-
gración 2005-2008”, discutido con los
agentes sociales, que se presentará pró-
ximamente. La discusión del nuevo
22 ● 2005 ● Julio ● PUEBLOS ● Información y debate
Estatuto de Autonomía no es ajena al
tema migratorio, ya que plantea dere-
chos básicos como aspectos compe-
tenciales y concepto de ciudadanía. El
calado político del tema migratorio
exigiría la definición de un proyecto y
unas líneas generales, consensuadas
por los miembros del tripartito, que
orienten las relaciones del gobierno ca-
talán con la administración del estado,
el texto del nuevo Estatut, y las políti-
cas sectoriales que se desarrollen.
Entre las políticas iniciadas, cabe
destacar las siguientes:
-educación: creación de “aulas de
acogida” en los centros escolares y es-
tablecimiento de mecanismos de ma-
triculación para evitar la guetización.
La orientación es positiva, aunque el
tema lingüístico tenga quizá un exce-
sivo protagonismo. Los recursos son
insuficientes y no se ha abordado con
la necesaria valentía el tema de las es-
cuelas concertadas, que acogen sólo a
un 14 por ciento del alumnado extran-
jero a pesar de escolarizar al 40 por
ciento del conjunto del alumnado.
-sanidad: se han desarrollado me-
canismos para garantizar la igualdad
de acceso a la salud (intérpretes, cam-
pañas, especialidades,...), aunque los
recursos son insuficientes.
-políticas sociales: la inmigración
pone en evidencia la debilidad previa
del estado del bienestar, y el racismo
social se aviva ante la competencia por
unos recursos insuficientes, lejos de la
media europea. El nuevo gobierno es-
tá impulsando una “ley de barrios” que
mejorará las zonas más conflictivas y
degradadas, pero las mejoras urbanís-
ticas y de equipamientos deben verse
acompañadas de medidas sociales que
eviten segregaciones.
“
Las medidas no incluyen elementos
como la apuesta por el derecho al voto
“
y por una ciudadanía ligada a la residencia,
o la concreción de la universalización
de los servicios
El Plan de Ciudadanía
e Inmigración
El Plan de Ciudadanía e Inmigración, en
elaboración, parte de un discurso cohe-
rente y bien orientado donde aparecen
por primera vez elementos importantes:
el concepto de ciudadanía ligado a resi-
dencia y con referencia explícita al de-
recho al voto, la necesidad de una ac-
tuación reivindicativa hacia el estado pa-
ra permitir la ciudadanía plena, la críti-
ca de los planteamientos defensivos en
política migratoria, la voluntad de uni-
versalizar los servicios superando la se-
paración administrativa entre inmigra-
ción regular e irregular, el compromiso
de construir un proyecto cultural y polí-
tico abierto y plural, la necesidad de ac-
tuaciones transversales y coordinadas, la
dotación presupuestaria como condición
necesaria para una actuación eficaz.
Sin embargo, los ejes teóricos
desembocan en un conjunto de medi-
das muy concretas, sin que haya un
nivel intermedio de orientaciones po-
líticas y prioridades. Además, las me-
didas no incluyen elementos como la
apuesta por el derecho al voto y por
una ciudadanía ligada a la residencia,
o la concreción de la universalización
de los servicios.
Los próximos años serán funda-
mentales: la inmigración seguirá sien-
do un elemento constitutivo de la so-
ciedad catalana, y los hijos e hijas de
los inmigrantes tendrán una presencia
creciente. La igualdad de oportunida-
des es un reto central. No hay tiempo
que perder: el modelo de la Catalunya
del futuro debe ser claro, desarrollan-
do medidas que lo posibiliten: planes
de acogida, políticas de integración, lu-
cha contra la exclusión social, acceso
de toda la población a los derechos so-
ciales y políticos, sensibilización so-
cial, lucha contra el racismo. Hay que
avanzar simultánea y coordinadamen-
te en todos los frentes, empezando por
la presión política para combatir el
marco estructural discriminatorio que
crea la normativa de extranjería.❑
*Núria Vives es miembro de SOS
Racisme-Catalunya y de la Comisión Permanente
de la Federación Estatal de Asociaciones de SOS
Racismo del Estado español.
 Euskadi
Plan vasco de inmigración: entre las buenas
intenciones y la escasez de competencias
Agustín Unzurrunzaga*

e indicadores de resulta-
El Parlamento Vasco dos y, el segundo, de vin-
adoptó, el veinte de culación de objetivos y di-
octubre de 2000, un rectrices.
acuerdo por el que
instaba al gobierno a Una realidad menos
elaborar un plan de idílica
inmigración para la En la primera parte del
comunidad autónoma. plan, junto a la fotografía
En el Acuerdo de de la situación hay, a mi
Gobierno del tripartito juicio, un análisis insufi-
que ha gobernado la ciente de las contradiccio-
comunidad los últimos nes que se manifiestan en
cuatro años se recogía la percepción que la po-
la voluntad de blación autóctona tiene so-
concretar ese bre la inmigración. Se di-
mandato, propuesta ce que la población autóc-
que se materializó en tona ve la inmigración co-
el último trimestre de mo un fenómeno enrique-
2003 dando a la luz cedor, y que la mayoría se
un plan que se posiciona por una solida-
prolongará hasta ridad compartida y a favor
finales de 2005. de la extensión de los de-
rechos. Pero, junto a esto,
aparece que una parte
muy importante de la po-

E
M. Blázquez / M.O.

l Plan vasco de in- blación tiene un punto de

migración está re-
partido en tres par-
tes. En la primera, des-
criptiva, se hace un análi-
sis cuantitativo de la inmi- Una parte importante de la población vasca considera la inmigración básicamente como mano de obra brir determinados puestos
gración, su evolución, su
distribución en los tres te-
rritorios, los sectores en los que trabaja,
etc. En la segunda se concretan las ideas
y conceptos en los que se asienta: inte-
gración, ciudadanía inclusiva, intercul-
turalidad, en la que se explican los fun-
damentos político ideológicos que lo
conforman. En la tercera parte, operati-
vista muy funcional de la
inmigración. La ve bási-
camente como mano de
obra barata, útil para cu-
barata, útil para cubrir determinados puestos de trabajo. de trabajo, como reposi-
ción demográfica y garan-
va, se definen la áreas, divididas en ins- tía de pensiones futuras.
trumentales (dos áreas) y sustantivas (on- Ese punto de vista funcional, que es
ce áreas), en las que se va a centrar el tra- ambivalente, es, en más de una ocasión,
bajo: garantías jurídicas, laboral, inser- más problemático de lo que a primera
ción, sanidad, vivienda, educación, in- vista parece. Tiende a llevar las relacio-
terculturalidad... El Plan se completa con nes al terreno del coste beneficio, donde
dos anexos, uno de objetivos de gestión se difumina la relación humana, la soli-

Información y debate ● PUEBLOS ● Julio ● 2005 ● 23

Euskadi
Respuestas gubernamentales
daridad, el compartir. Su lado más nega-
tivo ha estado presente en el procedi-
miento de normalización que se abrió el
pasado siete de febrero, donde muchos
de los contratos suscritos en el régimen
especial de empleadas de hogar se han
hecho con el acuerdo, bajo manga, de
que la totalidad de las cotizaciones a la
Seguridad Social corrían a cuenta de la
trabajadora.
Me da la impresión de que la realidad
es menos idílica de lo que se refleja en el
plan de gobierno vasco, y que el punto de
vista funcional, unido a las dificultades
que impone la normativa de extranjería,
desde el otro lado, desde el lado de los y
las inmigrantes, se vive, en la realidad co-
tidiana, como discriminación, como im-
posición, como estás obligado a acceder
a un determinado tipo de puestos de tra-
bajo, te guste o no.
En la segunda parte se definen los
conceptos, las ideas, el punto de vista, so-
bre los que se asienta el plan. Se conside-
ra a la inmigración como un fenómeno
estructural de las sociedades modernas,
positivo, enriquecedor de la vida social.
Se apuesta por una política de integración
entendida como concepto bidireccional,
de adaptación recíproca. Se considera la
interculturalidad como cauce para la in-
tegración, como algo diferente a la con-
fluencia de identidades y a la asimilación,
como desarrollo de las diversas identida-
des en pie de igualdad e interactuando en-
tre ellas. Se considera la irregularidad ad-
ministrativa como un obstáculo estructu-
ral para conseguir una sociedad integra-
da. Se aboga por el reconocimiento de la
ciudadanía, que implica reconocimiento
de derechos y asunción de deberes. Se
propugna un nuevo estatuto de ciudada-
nía, desligado de la nacionalidad. Se de-
fiende la ciudadanía inclusiva, un estatu-
to de derechos civiles, políticos, sociales
y culturales para todas las personas, des-
ligado de elementos identitarios y basa-
do en la residencia de hecho, lo que pro-
fundiza la democracia.
La política vasca de inmigración se
basaría en un reconocimiento extensivo
de los derechos humanos y se concebiría
como parte de la política vasca de inte-
gración social y, se supone que nacería de
la voluntad de la sociedad vasca. Al mis-
24 ● 2005 ● Julio ● PUEBLOS ● Información y debate
“
Estas ideas van a contracorriente de la
“
política de extranjería e inmigración que se
está impulsando desde el gobierno central
y desde la Unión Europea
mo tiempo se reconoce que las compe-
tencias para hacer todo eso son escasas,
muy limitadas.
Y creo que en eso último está la con-
tradicción fundamental de ese apartado,
y en buena medida del propio plan.
Limitaciones impuestas
¿Todo lo que se dice en ese segundo apar-
tado lo asumía sin problemas la totalidad
del gobierno vasco, los tres partidos que
lo componían? Como mínimo, lo dudo.
En cualquier caso, lo cierto es que una
buena parte de las ideas de este segundo
apartado sintonizan bien con lo que dice
el grueso del movimiento asociativo que
trabaja con la inmigración. Pero estas ide-
as van a contracorriente de la política de
extranjería e inmigración que se está im-
pulsando desde el gobierno central y des-
de la Unión Europea. La Dirección de In-
migración y el propio gobierno vasco no
tienen las competencias necesarias para
poder convertirlas en políticas prácticas.
Está bien que el Plan de Inmigración
se sitúe en una determinada esfera de ide-
as, y está bien que estas ideas se difundan
y tengan respaldo institucional, pero el
gobierno vasco no es una ONG que cen-
tra su esfuerzo en la sensibilización de la
población. Se supone que tiene una ca-
pacidad normativa y de gestión que va
más allá de la sensibilización. Y es ahí
donde el agujero se nota demasiado. Lo
que se puede hacer y se hace, tiene una
relación más bien pequeña con lo que se
dice, con el discurso. Hay demasiada dis-
tancia, demasiada poca relación entre dis-
curso y hechos.
Pero se han hecho cosas de interés, li-
mitadas, pero de interés.
Aunque ha sido una especie de her-
manito pobre dentro del Gobierno, la
puesta en marcha de la Dirección de In-
migración ha sido un acierto. Le ha dado
al tema de la inmigración una presencia
institucional que antes no tenía. Asu vez,
se ha propiciado que en diferentes ayun-
tamientos haya técnicos de inmigración,
habitualmente trabajando dentro del de-
partamento de bienestar social. La elabo-
ración del plan ha propiciado que en di-
ferentes localidades se vayan haciendo
planes de inmigración. Se ha puesto en
marcha el servicio de asistencia jurídica
para inmigrantes Heldu, mediante con-
venio con los colegios de abogados de los
tres territorios y relación directa con los
servicios de base de los ayuntamientos.
Se ha trabajado con esos mismos ser-
vicios sociales, de manera que el tema de
la inmigración forme parte de su queha-
cer diario. Se ha puesto en marcha el Fo-
ro de la Inmigración, organismo consul-
tivo, a mi juicio poco operativo. De sus
comisiones de trabajo, que creo era lo
más interesante, el balance es más pobre
de lo que al principio cabía esperar, pero
no es mala vía. El Observatorio Vasco de
Inmigración, con mucho retraso, por fin
se ha puesto en marcha. Se ha apoyado al
movimiento asociativo vía subvenciones
y se ha propiciado el desarrollo de even-
tos y actividades de sensibilización.
Ahora bien, a pesar de lo arriba se-
ñalado, ¿se ha notado la existencia de la
Dirección de Inmigración o de los técni-
cos de inmigración en los ayuntamien-
tos, en un sentido fuerte, en un tema co-
mo el del empadronamiento por omisión
o retroactivo, en el que creo que era ne-
cesario tomar una postura abiertamente
contraria a la del Ministerio de Trabajo,
por poner un ejemplo? Mi impresión es
que, salvo excepciones, el conjunto ha
estado demasiado atenazado y constre-
ñido por la maquinaria institucional mu-
nicipal, que a su vez ha hecho una débil
defensa de eso que tantas veces suelen
mentar, la autonomía del municipio pa-
ra tomar decisiones. Y que desde donde
se podía asumir una función más abier-
tamente política, desde la propia Direc-
ción de Inmigración, hubiese venido bien
una mayor presión hacia EUDEL y los
propios municipios.❑
*Agustín Unzurrunzaga.
es responsable de la Oficina de Información y
Denuncia de SOS Racismo de Guipúzcoa.
 Estado español
La política continuista del PSOE en materia
de inmigración
Susana López*

El ascenso al poder del PSOE y

Coordinadora de asociaciones de inmigrantes de Castilla La Mancha

sus promesas de un giro hacia

políticas más sociales, más
igualitarias, despiertan unas
expectativas en materia de
inmigración que pronto se ven
defraudadas. La “nueva” dirección
que se imprime a la extranjería
recoge las concepciones más
retrógradas: consideración de la
inmigración exclusivamente como
mano de obra, regulándola en
función de las necesidades del
mercado laboral, mano dura con
las expulsiones de quienes
permanezcan en situación
irregular, etc. Parece no haber
ninguna perspectiva para una
modificación en positivo de la Ley
de Extranjería ya que la Colas ante la oficina de extranjería situada en Toledo.
promoción de los derechos sociales
y civiles, al parecer una de las
prioridades del gobierno, no figura muy fundamentadas- las demandas en tradas, dando al traste con las garantías
en la agenda de prioridades. ese sentido que se formularon al Defen- del Derecho de Asilo.
sor del Pueblo por parte de sindicatos, de Era el “producto estrella” del Go-

U
na de las cosas más llamativas, ONG y de Izquierda Unida, con nulo éxi- bierno Aznar -y uno de sus caballos de
tras el acceso del PSOE al go- to, en este caso, porque el presunto de- batalla en las campañas electorales, emu-
bierno es el manto de silencio fensor las ignoró. lando a la extrema derecha que lleva den-
que se ha extendido sobre la otrora de- La 14/2003, actualmente en vigor, tro- para estrechar el cerco de lo que lla-
nostada Ley de Extranjería (LO no sólo mantiene los contenidos im- man “lucha contra la inmigración ilegal”.
14/2003). Recordemos que primero fue pugnados de la anterior sino que endu- Pero, para sorpresa de mucha gente, el
la 8/2000, impuesta en solitario por el PP rece más aún la norma máxima, incor- PSOE la vota favorablemente, junto con
y que arrasaba con los mínimos avances porando enmiendas a otras Leyes, co- el PP, a cambio de que éste le acepte en-
de la 4/2000, hasta el punto de ser im- mo la de Procedimiento Administrativo miendas irrelevantes y una muy curiosa
pugnada ante el Tribunal Constitucional -que deja de ser Común, por introducir que desarrolla al detalle el funciona-
(TC) por una serie de artículos que ne- aspectos segregacionistas en el caso de miento de los Centros de Internamiento,
gaban derechos fundamentales a los ex- los extranjeros-, o la que regula el pa- que por primera vez aparecen regulados
tranjeros, en función de su situación ad- drón municipal, para permitir el acceso con rango de Ley Orgánica, en las antí-
ministrativa (irregular). Presentaron sen- policial al mismo, sin los requisitos exi- podas de la ya olvidada 4/2000.
dos recursos en el TC precisamente el gidos para los nacionales. También, el El refrendo por el PSOE de una nor-
PSOE (que disponía del número de di- traspaso de responsabilidades a las com- ma con contenidos por él mismo impug-
putados necesarios para ello), y el Parla- pañías de transportes, que pasan a jugar nados ante el TC por posible inconstitu-
mento Vasco, siendo innumerables -y un papel decisivo en el control de en- cionalidad le da un barniz de legitimidad

Información y debate ● PUEBLOS ● Julio ● 2005 ● 25

Estado español
Respuestas gubernamentales
a la ley ante la opinión pú-
blica, creando desconcierto
entre las organizaciones de-
fensoras de los derechos de
los inmigrantes. Y aunque
semejante éxito para el PP
supone un estímulo a sus
políticas represivas en este
frente, algunos sindicatos
y ONG empiezan a poner
sordina a sus feroces críti-
Paula Cabildo
cas de antaño y el movi-
miento a favor de la justi-
cia y la igualdad en mate-
ria de inmigración langui-
dece visiblemente.
El Reglamento en vigor -que en rea-
lidad sólo fue negociado con los sindica-
tos mayoritarios y la patronal, siguiendo
aquella concepción excluyente- mantie-
ne todo el rigor de la Ley y algunos as-
pectos considerados “aperturistas” (el
arraigo, la regularización por enferme-
dad grave o por razones humanitarias) no
tardarán en demostrarse difícilmente
asequibles, mientras iremos comproban-
do la “eficiencia” de sus aspectos más ne-
gativos (como se está viendo ya, por
ejemplo, con las renovaciones, a las que
se aplica el requisito -inalcanzable en
muchos casos- de 6 meses de cotización
a la Seguridad por año, en vez de los 3
meses anteriores).
Los “Elegidos” por la dictadura
del mercado laboral
En cuanto a la Transitoria Tercera y el
proceso de “normalización” reciente-
mente finalizado, deja clara su impron-
ta: nada de familiares, o de autónomos;
ninguna solución a los inexpulsables. Só-
lo los “elegidos” por los patrones en fun-
ción de sus necesidades de mano de obra
o del acuciante problema de la atención
a personas mayores o dependientes, con
lo que siguen llamando “servicio do-
méstico”, únicamente sostenible con in-
migrantes, que en este caso emblemáti-
co sirven para amortiguar una omisión
clamorosa del “Estado del Bienestar” y
un conflicto latente -por el envejeci-
miento de la población y la incorporación
de las mujeres al mercado laboral- que
pondría en pie de guerra a sectores am-
plios de las clases medias si no tuvieran
26 ● 2005 ● Julio ● PUEBLOS ● Información y debate
“
La economía sumergida es un mal
endémico de nuestro país (desde mucho
antes que la inmigración existiera), que
“
supone más del 20 por ciento del PIB y al
que ningún gobierno se atreve a meterle
el diente en serio
un “servicio doméstico” de plena dispo-
sición y asequible económicamente.
Ya es preocupante que se ufanen de
haber conseguido “aflorar” miles de
empleos sumergidos, pretendiendo ig-
norar lo que es del dominio público:
que muchos contratos han sido senci-
llamente comprados u obtenidos bajo
la condición de que el coste de la Se-
guridad Social correrá por cuenta del
“afortunado”... mientras dure, y que no
hay la mínima garantía de cumpli-
miento de la normativa laboral en ma-
teria de salarios, jornada, etc. ¿Alguien
puede creer que la Inspección de Tra-
bajo, con unos recursos tan escasos que
es incapaz de hacer frente al fraude co-
tidiano en la contratación de los propios
nativos o al incumplimiento de normas
que arrojan unas cifras dramáticas de
siniestralidad laboral estará en condi-
ciones de hacerlo?1
1 Según publicaba El País (31 de Marzo 2005, pág.
22) hay en todo el territorio del Estado un total de
1.573 Inspectores y Subinspectores para todos
los asuntos del proceloso mundo del mercado la-
boral, prevención de riesgos laborales (siniestra-
lidad), el fraude a la Seguridad Social, etc., a lo
En todo caso, bienve-
nidos sean los “papeles”
para esos 500.000,
600.000 o los que sea. Pe-
ro ¿y los miles que no han
conseguido -pese al sufri-
miento de colas intermina-
bles, de noches al raso, de
endeudamientos y súpli-
cas- el empadronamiento,
los penales o, finalmente,
el contrato salvador? ¿Y
aquéllos que tenían un tra-
bajo y han sido despedi-
dos, quedándose sin “nor-
malización”, clandestinos
y sin medios de subsistencia? ¿Y las fa-
milias -cónyuges, padres, madres, hijos
e hijas- de los ahora “normalizados”,
que no pueden compartir su fortuna y
seguirán clandestinos paradójicamente,
a menos que hayan encontrado también
un contrato de trabajo?
La economía sumergida,
un mal endémico
Más aún preocupa, sin embargo, los ob-
jetivos declarados para justificar un
proceso tan extremadamente duro y pe-
noso para el inmigrante: de un lado, di-
cen, combatir a la economía sumergi-
da, un mal endémico de nuestro país
(desde mucho antes que la inmigración
existiera), que supone más del 20 por
ciento del PIB y al que ningún gobier-
no se atreve a meterle el diente en se-
rio; de otro, evitar el “dumping” labo-
ral que supone la circulación de una
masa de mano de obra “incontrolada”,
pues en este asunto no parece conve-
niente fiar el justo equilibrio a las re-
que habría que sumar ahora las 500.000 inspec-
ciones (un promedio de 3.000 al día) solo para
controlar el empleo irregular de inmigrantes que
anuncia el Ministro de Trabajo. La Comunidad con
mayor número de irregulares y donde se han pre-
sentado el menor número de solicitudes es An-
dalucía, donde cuentan para todo con 259 fun-
cionarios; sigue Cataluña con 235 y en Madrid,
con el más alto índice de inmigración, se dispone
de 184, mientras otra de gran importancia como
la Comunidad Valenciana, cuenta con 165. Un
ejemplo extremo es Melilla, según el citado perió-
dico, con 6 Inspectores y más de 3.000 irregula-
res empadronados, donde, sin embargo, no llega
a la decena el número de solicitudes de regulari-
zación presentadas.

glas inmanentes del sacrosanto “mer-
cado” (son -somos- mercancía, pero
sin la libertad de circulación de que go-
zan éstas, o los capitales, sin ir más le-
jos). Y aquí yerran peligrosamente los
sindicatos, porque la precariedad y la
desregulación implacable del derecho
y de las condiciones de trabajo no han
venido de la mano de la inmigración
sino del retroceso de las luchas y el
progresivo debilitamiento del movi-
miento obrero en las últimas décadas.
En ambos casos, cargar el peso de
problemas de esta envergadura -nunca
a ella imputables ni por ella soluciona-
bles- sobre la inmigración, no sólo es
un tremendo disparate sino que hace
gratuita y especialmente lacerante la
injusticia, el inmenso sufrimiento que
ocasiona. Es como pretender matar a
un elefante con un pequeño alfiler, vul-
nerable, impotente para tan alto empe-
ño... pero fieramente humano.
Añadir a lo anterior que, particu-
larmente, no tenemos el menor apego
a los “procesos de regularización ex-
traordinarios”, ni a andar todos los dí-
as pidiendo “papeles para todos”, co-
mo intentan frivolizar. Por el contra-
rio, hemos reiterado que la solución
pasa por un sistema normalizado y re-
glado de regularización permanente,
como se hacía en la LO 4/2000, pues
los procedimientos extraordinarios
son la consecuencia del fracaso cal-
culado de las vías tenidas por ordina-
rias en las distintas versiones de la
Ley (el régimen general, los cupos o
contingentes, los acuerdos bilaterales,
lastrados de origen por el corto plazo
de validez de los permisos, unos re-
quisitos inalcanzables y un expediti-
vo régimen sancionador). De la mis-
ma forma sostenemos que dichos pro-
cesos, lejos de ser una concesión a los
inmigrantes o de responder a “razones
humanitarias”, sirven a los poderes
públicos y a los intereses económicos
como válvula de escape (y de elusión
del conflicto) cuando el volumen de
trabajadores y trabajadoras clandesti-
nos se les ha ido de las manos y exce-
de lo “razonable” para el buen fun-
cionamiento de un sistema que nece-
sita ese “ejército de reserva” -pero
“
El PSOE opta decididamente por el
parece querer demostrar que puede ser
aún más duro de lo que fue el PP
“
continuismo más conservador, e incluso
controlado y dentro de un orden- a fin
de mantener una presión constante so-
bre las condiciones de trabajo y los
costes de la mano de obra.2
”Efecto huida” de unos países
empobrecidos
Tampoco podemos dejar de hacer una
breve mención al cinismo imperante
cuando se habla de los países de ori-
gen, cuya situación, sometidos a los
intereses de los más poderosos -in-
cluidas sus guerras “liberadoras” y sus
intervenciones “humanitarias”-, hace
imposible vivir con dignidad y a ve-
ces simplemente vivir; o a los planes
de Cooperación al Desarrollo y otras
solidaridades por las que peleamos de
manera bienintencionada, pero que,
además de terminar beneficiando al
presunto benefactor (o justamente por
eso), no han impedido que las dife-
rencias Norte-Sur aumenten expo-
nencialmente. Más que de “efecto lla-
mada”, pues, deberíamos hablar de
“efecto huida”, cuyos responsables,
en un mundo al revés, culpan a los
damnificados -son los inevitables
“daños colaterales” y deberían asu-
mirlo- y se blindan-nos blindan (para
salvar nuestro bienestar) con fronte-
ras, policías y SIVEs, que cuestan un
dineral, a beneficio de... Porque lo
2 Estos procesos extraordinarios incluso resultan
rentables. El País del 4 de Mayo de 2005 (y cito
de nuevo esta fuente porque no es nada sospe-
chosa de tirar piedras al tejado gubernamental),
publica unos cálculos, a manera de “cuentas de
la vieja” y tirando a la baja, según los cuales el Es-
tado ingresará por cotizaciones al menos 118 mi-
llones de euros al mes tras el proceso de “norma-
lización” y habrá obtenido 100 millones más por
las tasas que deben satisfacer en el trámite em-
presarios y trabajadores, concluyendo que el es-
fuerzo desplegado por la Administración no solo
no costará un céntimo al contribuyente, sino que
se sacará un beneficio neto.
Información y debate ● PUEBLOS ● Julio ● 2005 ● 27
Estado español
cierto es que, mientras las causas en
origen perduren y continúen agraván-
dose, seguirán llegando, al tam-tam
de nuestra demanda. Y el problema
mayor no es para quienes pretende-
mos controlarles u ordenarles, con
apabullante despliegue de medios, si-
no para sus propios países que, de
continuar esta sangría de sus cerebros
y mano de obra más joven y valiosa,
nunca podrán levantar cabeza.
Para terminar y volviendo a lo
que motiva este artículo, un último
apunte sobre algo que caracteriza el
inicio (más de un año ya) de esta
“nueva etapa” con gobierno del
PSOE. A diferencia de las medidas
tomadas en otros ámbitos, pese a la
virulenta oposición de agentes influ-
yentes como la jerarquía eclesiástica
o el propio PP (Ley de matrimonio de
personas del mismo sexo, Ley del di-
vorcio), en el caso de la inmigración
el PSOE opta decididamente por el
continuismo más conservador, e in-
cluso parece querer demostrar que
puede ser aún más duro de lo que fue
el PP. Y es que el tratamiento de la in-
migración se ha convertido, hoy más
que nunca, en la “prueba del algo-
dón” de la democracia y del Estado
de Derecho, por cuanto lo que está
sobre el tapete, a nivel mundial, es el
control de la mano de obra disponi-
ble, para abaratar costes y ser “com-
petitivos” en una economía globali-
zada y en pleno auge del neolibera-
lismo más salvaje.¡¡Es el mercado,
estúpidos¡¡ ¡¡Y habláis de derechos
humanos¡¡
Aún con semejantes dificultades,
la reivindicación de una Ley que re-
gule realmente los derechos y liberta-
des de los extranjeros -trabajadores y
trabajadoras en su mayoría- y el res-
peto al Derecho de Asilo, junto a la lu-
cha contra la precarización del traba-
jo y de la vida, deben ser los elemen-
tos básicos para la movilización y el
encuentro de quienes apostamos por
otro mundo posible.❑
*Susana López es responsable del Área Federal
de Migraciones de Izquierda Unida
Entrevista
Khaled (15 años) y Mohamed (18 años), inmigrantes marroquíes
“En Marruecos la gente piensa que va a
subir aquí y encontrar dinero en el suelo”
Nadie advirtió a estos jóvenes de las condiciones de vida que les esperaban al “subir” a Europa.
Khaled y Mohamed llegaron solos
a España con 11 y 16 años
respectivamente. Ambos
arriesgaron sus vidas para
alcanzar el continente europeo:
tres días pasó Khaled sobre los ejes
de un camión, los mismos que
Mohamed en el mar a bordo de
una patera que, al poco de ponerse
en marcha, se quedó sin
combustible. Dos caminos y una
sola conclusión: desaconsejar a los
jóvenes marroquíes tratar de
alcanzar, como han hecho ellos, “el
sueño europeo”. Dos experiencias y
una única meta: salir adelante.
28 ● 2005 ● Julio ● PUEBLOS ● Información y debate
Entrevista
María Liñares*
Dani Sánchez
L
as imágenes de las sociedades
del Norte se han grabado a
fuego lento en las retinas de
los jóvenes marroquíes. Sin embargo,
barren la mirada por su entorno y, en
lugar de esas sociedades opulentas y
consumistas que la televisión prome-
te, se presenta ante sus ojos un país,
el suyo, azotado por la pobreza, con
desajustes sociales considerables y
con escasas expectativas de futuro
para los más jóvenes. Entonces, la
pregunta ineludible se impone: ¿Y
por qué ellos sí y nosotros no? La
respuesta, también ineludible, se ma-
terializa en acción: emigremos.
-Cuando decidisteis cruzar el es-
trecho erais todavía unos niños.
¿De dónde surgió la idea de venir a
España?
-Khaled: En Marruecos se vive muy
mal. Hay gente de mi barrio que está
en España y ¿sabes? yo quise inten-
tarlo también, no quería quedarme a vi-
vir como mi familia vive, trabajando
mucho y muriéndose de hambre...(si-
lencio). Bueno, no es verdad, no se
mueren de hambre; no tienen mucha
comida pero no se pasa hambre. Eso sí,
se tenía que trabajar mucho y yo no
quería trabajar de aquella manera...;
pero ahora es diferente, ahora ya tengo
ganas de ponerme a trabajar.
-¿Qué tipo de vida llevabais en Ma-
rruecos?
-Khaled: Yo soy de Tánger, vengo de
una familia pobre. Allí estudiaba, pero
desde los nueve años ya empecé a bus-
car el modo de subir a España. Lo inten-
té dos años, hasta que a los once lo con-
seguí. En casa, mis padres me decían que
tenía que trabajar al mismo tiempo que
estudiaba, y yo no aguantaba, faltaba mu-
cho a clase. Cuando estaba en Marrue-
cos, casi no dormía en casa tampoco. Las
cosas con mis padres no iban muy bien
y entonces decidí que iba a pasar. Esta-
ba siempre en la calle, con un amigo,
buscando la forma de subir a España. En
Marruecos no tienes ningún tipo de ayu-
da. Por lo menos aquí, cuando cumpla
los 18 años, puedo ponerme a trabajar y
después ayudar a mi familia.

-Mohamed: Yo vengo de un pueblo pe-
queño situado al norte de Marraketch.
Desde los 12 años estuve trabajando en
la recogida de olivas para ayudar a mi fa-
milia. Me pagaban diez euros por cada
día de trabajo. En donde yo vivía había
gente que se desplazaba 40 kilómetros en
coche, en caballo o andado para tener
agua para lavarse y yo, o a los 16 años,
tomé la decisión de venirme a buscar la
vida aquí.
-Y vuestras familias, ¿qué decían?
-Mohamed: Mi familia lo único que me
decía era que tenía que trabajar.
-¿Cómo hicisteis para atravesar el Es-
trecho?
-Mohamed: Yo subí a Tánger y me en-
contré a un hombre que me ofreció
traerme en patera. Me quedé en su casa
unos días y después partimos. Estuvi-
mos tres días dentro del mar, sin comer,
sin beber, sin nada... Justo después de
salir, la patera se quedó sin gasolina y
nos quedamos parados en el medio del
mar. El suelo de la patera se rompió por
dentro y el agua podía subir. Yo casi me
muero allí. Entonces llamaron a la poli-
cía, que vino a por nosotros. En la pa-
tera estábamos 52 personas, yo era el
más joven; el resto de los que iban con-
migo eran ya mayores.
-Las mafias organizan estos viajes en
patera y os hacen pagar una impor-
tante cantidad de dinero ...
-Mohamed: Sí, yo he pagado 1.000
euros para venir aquí: mil euros en Ma-
rruecos es mucho dinero. Para tener el
dinero estuve trabajando en la recogi-
da de olivas. Mi idea era venir a Espa-
ña para trabajar, pero por el momento
no puedo porque no tengo papeles y es-
toy estudiando.
-Khaled:Aellos, que vienen en pateras,
les hacen pagar. Yo no vine en patera
porque no se me ocurriría pagar por ve-
nir aquí. No doy dinero ni loco...porque
no lo tengo y no lo doy. Mi madre no po-
día dármelo tampoco. En una semana de
trabajo, ganabas seis euros y ese dinero
se lo daba a mi madre. Tuve muchísima
suerte porque vine debajo de un camión.
Muchos mueren en el intento.
“
Mohamed:
He pagado 1.000 euros para venir aquí:
“
mil euros en Marruecos es mucho dinero.
Para tener el dinero estuve trabajando en
la recogida de olivas
-¿Cómo es lo del camión?
-Khaled: En Tánger, cuando ves un
camión que pone España o Francia y
ves que se va a parar, esperas, y cuan-
do se para, aprovechas para ir co-
rriendo y meterte debajo. Todo va
muy rápido: tienes muy poco tiempo
para conseguirlo: es cuestión de se-
gundos. Nosotros vinimos tres chicos
debajo del mismo camión. Lo pasa-
mos muy mal porque cuando vas de-
bajo del camión, ves la carretera, te
mareas y piensas: si me caigo me
muero. Tienes mucho miedo... pero ya
está, ahora ya pasó. Ese hombre, el
conductor, ha parado para dormir pe-
ro nosotros nos quedamos ahí tam-
bién, debajo del camión. Los otros
dos chicos pasaron cuatro días hasta
llegar a San Sebastián. Yo, a los tres
días ya no pude continuar, tuve que
bajarme y lo hice en Málaga.
-Y al llegar a Málaga, ¿qué ocu-
rrió?
-Khaled: Cuando bajé del camión es-
taba todo negro, con la ropa sucia ...y
no puedes caminar ¿sabes?, sólo pue-
des estar así , en esta posición, senta-
do, en una esquina. Hasta que me ha
cogido un hombre y me ha metido en
un coche, me llevó a su casa y me dio
de comer. Yo no sabía español. Habla-
ba conmigo pero no lo entiendo. Me
quedé allí no sé cuánto tiempo, luego
me fui solo, y llegué a Madrid . En Ma-
drid estuve muy mal. Dormí en la ca-
lle durante más o menos cuatro meses.
Allí pasé un miedo...Porque a los 12
años todavía no podía entrar en el cen-
tro de acogida y, entonces, podían en-
viarme de vuelta a Marruecos. Vivía
con otros chicos, robábamos para bus-
car comida y también estábamos con
lo del pegamento y otras tonterías. A
Información y debate ● PUEBLOS ● Julio ● 2005 ● 29
Entrevista
veces lo único que teníamos para co-
mer en un día era una barra de pan.
-De alguna manera reconstruisteis en
las calles de Madrid un tipo de estruc-
tura familiar...
-Khaled: Sí, nos tratábamos como her-
manos; cuando a un amigo le ocurría al-
go buscábamos entre todos la manera de
ayudarlo, no teníamos dinero pero lo bus-
cábamos. Pero siempre estábamos meti-
dos en líos y en peleas con chicos ¿sabes?
Yo no quise seguir ahí. Yo ya paso de to-
do eso. Después me cogió la policía y me
trajo al centro.
-¿Tenéis contacto con vuestras
familias?
-Khaled: Yo tardé un año en hablar con
mi madre. Mi madre pensó que yo esta-
ba muerto, porque escucha decir que hay
niños muertos que se suben a los camio-
nes. En mi casa no hay teléfono, pero en
Madrid encontré a un chico de mi barrio
que es vecino y tiene teléfono y sus pa-
dres avisaron a los míos.
-¿Qué trato habéis recibido por parte
de la policía?
-Khaled:Aquí en España...bien...bueno,
algunos bien, otros regular. Pero en Ma-
rruecos la policía nos trata muy mal. Yo
tenía nueve años la primera vez que in-
tenté escapar, la policía me pilló debajo
del camión y me pegó con un cinturón.
Muchas veces me ha pillado la policía,
pero muchas también he escapado. En
Madrid la policía me paró por la calle, me
pidió los papeles y después me llevaron
con ellos. Estuvieron llamando a muchos
centros de acogida pero todos estaban lle-
nos, hasta que al final encontraron uno, al
que llevaron a también a Mohamed el
mismo día; fue allí donde nos conocimos.
-¿Qué pasó en ese primer centro en el
que estuvisteis?
Khaled: En ese centro nos trataron fa-
tal. Nos daban de comer cerdo, y eso
que éramos todos marroquíes, y nos
decían: “si quieres cómelo y si no pues
no lo comas”, y yo les decía que no
quería comer y me respondían: “pues
no lo comas, te queda para la cena”, y
si no lo comía lo tenía para el desayu-
Entrevista
no y a final, acabas por
comerlo, porque si no
te quedas con hambre.
-Mohamed: En el de
ahora por lo menos no
nos dan cerdo. Antes
los educadores traían
comida de casa y se
quedan arriba jugando.
Ahora han cambiado
Dani Sánchez
de educadores y han
traído nuevos y a ver si
la cosa va mejor. A mí
me van a echar del cen-
Estos jóvenes necesitan de una estructura social sólida sobre la que apoyarse.
tro porque voy a cum-
plir este año los 18 y ya
no tengo derecho a seguir viviendo
ahí. Después no sé qué voy a hacer.
-¿Y los papeles?
-Mohamed: Por el momento no los
tengo, pero me los están preparando.
-Khaled: En el primer centro que estu-
vimos nos dijeron que no podríamos te-
ner papeles. Yo también estoy esperan-
do, pero aunque coja papeles no puedo
bajar a Marruecos hasta que cumpla los
18. Yo quiero ver a mi familia, pero por
el momento no puedo bajar, y tampoco
quiero. Llevo cuatro años sin papeles,
sin dinero y sin nada... No puedo bajar
todavía, si voy a Marruecos después ya
no podré volver aquí, pero además es-
toy sin papeles, no tengo dinero y no
puedo volver así: la gente se va a reír de
mí. Van a decir que llevo cuatro años
aquí y que he bajado sin dinero y sin na-
da. No, así no voy a ir.
-En cuanto tengáis papeles...
-Mohamed: Nos pondremos a trabajar.
Nosotros tenemos pensado quedarnos a
vivir en España, conseguir un trabajo y
desde aquí ayudar a nuestras familias.
-Con respecto al racismo latente que
existe en la sociedad española ¿Habéis
sentido rechazo por el hecho de ser
árabes?
-Khaled: En el centro donde yo estu-
dio me dice siempre un compañero:
“fuera de aquí, moro de mierda, fue-
ra”. Yo no digo nada. Una vez lo dijo y
toda la gente que estaba allí se empe-
zó a reír. Yo no aguanté más y casi nos
30 ● 2005 ● Julio ● PUEBLOS ● Información y debate
Entrevista
pegamos. A mí me expulsaron tres dí-
as pero a él no le hicieron nada. Yo ten-
go muchos amigos españoles que me
llaman “moro” y me da igual que me
digan : “¡Ehh!, ¿qué pasa moro?”, pe-
ro que te llamen “moro de mierda” es
otra cosa, como si yo digo “español de
mierda”. .. También le va a sentar mal,
a ver. Pero yo ahora ya paso. Si me lla-
man moro de mierda y yo me enfado y
nos peleamos, ¿quién va a salir per-
diendo? Yo. A mí nadie va a defender-
me. Pero después, por ejemplo, me han
ayudado mucho mis profesores y mis
compañeros de clase con los proble-
mas que tenía para hablar, sobre todo
nuestro profesor de español que nos ha
enseñado a hablar y que también nos
ha escuchado. Yo no lo olvidaré. Tan
pronto como pueda bajar a Marruecos,
lo llevo conmigo a mi casa.
-Cuando estabais en Marruecos,
¿qué representaba Europa para
vosotros?
-Khaled: Europa es algo...es algo muy
importante. La gente que está en Ma-
rruecos piensa que va a subir aquí y
que se va a encontrar dinero por el sue-
“
Khaled:
Si me llaman moro de mierda y yo me
perdiendo? Yo. A mí nadie va a
defenderme
“
enfado y nos peleamos, ¿quién va a salir
lo. Ahora que me acuer-
do de esa cosa que pen-
sábamos... (Inclina la
cabeza, sonríe y cierra
los ojos).En serio, la
gente todavía continúa
pensando así.. Hay gen-
te que vende cosas muy
importantes para poder
pagarse el viaje hasta
España, venden, por
ejemplo, el coche o las
tierras y luego, cuando
están aquí, duermen en
la calle. Pero aquí si
vienes y no trabajas
pues no tienes nada. Y nosotros no po-
demos trabajar todavía.
-¿Nadie os advirtió de lo que os espe-
raba? ¿No teníais la menor idea de lo
que os podía suceder al llegar aquí?
-Khaled: No, no teníamos ni idea de
que esto iba a ser así. Nosotros veni-
mos con toda la ilusión y luego nos
encontramos con esto... yo conozco a
gente ya mayor que está aquí en Es-
paña sin papeles y que ha dejado en
Marruecos a mujer e hijos. Gente que
viene sólo para ganarse la vida. Yo no
entiendo por qué el rey no hace nada,
él tiene dinero guardado, no sé cómo
deja al país empobrecerse así, y que
su gente se marche en pateras o de-
bajo de los camiones y no dice nada.
Yo no lo entiendo. ¿Por qué no da el
dinero que tiene que es de todo Ma-
rruecos? Yo no digo que me lo dé a
mí, pero que se lo dé a los pobres
¿Qué pasa con el dinero que hay en
Marruecos?
-¿Recomendaríais a otros jóvenes
marroquíes seguir el mismo camino
que habéis tomado vosotros?
-Mohamed: No, yo no
-Khaled: Yo tampoco. Cuando hablé
con mi madre me dijo: “mira que tu
primo quiere subir” y yo le dije: “¿có-
mo que quiere subir?¡que no suba, que
aquí esto está muy mal!”.❑
*Redacción Pueblos
 Entrevista
Entrevista
Gabriela y Delia Vrînceanu, madre e hija, inmigrantes rumanas
“Lo más duro era no saber
si mis hijas iban a poder venir”
María Liñares*

Gabriela pertenece a ese grupo de mujeres, cada vez más numeroso, que
con las maletas repletas de esperanzas y fuerza de voluntad, emprende en
solitario un proceso migratorio no exento de riesgos. ¿Miedo? No, sólo el
dolor de dejar a sus dos niñas en Rumanía. Mientras ejercía las labores de
trabajadora doméstica albergaba en su interior un único objetivo: lograr
traer a sus hijas consigo.

G
abriela y Delia han logrado re- podré traer a mis hijas para que estén a mi
construir en un barrio de Toledo lado ! Fue muy duro...Yo no gastaba di-

el hogar familiar desestructurado
tres años atrás, cuando Gabriela decidió
emigrar a España para ejercer labores do-
mésticas en una casa. ¿Por qué España?
Por un simple concurrir de circunstancias.
“La abuela de Delia, que ya estaba aquí,
sabía que una familia necesitaba una mu-
jer para trabajar y, en dos semanas, me vi-
ne de Rumanía para aquí.”.
La idea inicial era cruzar el canal de la
Mancha. “Quería irme a Inglaterra, pero
pasar la frontera inglesa es más duro”. La
falta de expectativas laborales y la delica-
da situación económica que atravesaba el
país fueron los factores claves para em-
prender el proceso migratorio. “¿Qué iba
a hacer yo en Rumanía si no podía traba-
jar?” Después matiza: “trabajo hay, pero
pagan muy poco, yo no podía comprar, por
ejemplo un kilo de plátanos, porque la fru-
ta está muy cara, cinco fresones te cuestan
un euro...Yahora aquí por un euro ...¡¡nos
compramos una caja entera!!” Gabriela y
Delia se echan a reír.
Ambas tienen la risa franca y el buen
humor de quien ya ha dejado atrás mo-
mentos de dolor y desesperación. Los pe-
ores, la época que pasaron separadas. Ga-
briela vino a España con la intención de
traer lo antes posible a sus hijas que había
dejado solas en Rumanía. Delia tenía por
aquel entonces 13 años y su hermana ma-
yor, 15. “Cuando vine a España no tuve
miedo, sólo pensaba: ¡Madre mía cuándo
Dani Sánchez
nero en nada, sólo pensaba en traerlas aquí
conmigo. Lo más duro era no saber si lban
a poder venir o no... Antes de que vinieran
había adelgazado tanto, tanto...!” Delia co-
rrobora: “Cuando la vi me asusté...Me di-
je: pero ésta no es mi madre...”
Delia, que compagina trabajo con es-
tudios, pasó miedo en el viaje a España.
“Cuando me fui de Rumanía, tenía 15
años, y como viajaba sola, temía que no
me dejasen salir. Tienes que pasar contro-
les al salir de Rumanía y al entrar en Hun-
gría y en Austria.”. Gabriela afirma que es
en el viaje de regreso a Rumanía cuando
estuvo más nerviosa. Hubo de volver en
una sola ocasión, como consecuencia de
una de las mayores zancadillas que juegan
el azar al colectivo inmigrante: la pérdida
o el robo de su documentación. “Tuve que
ir para arreglar los papeles del pasaporte.
Mientras estaba en un locutorio hablando
por teléfono con Rumanía me robaron el
bolso y me llevaron todo”.
Las conversaciones telefónicas se
convertían en la única forma de comuni-
cación entre madre e hija. “Cuando nos
llamaba estaba siempre llorando. La pri-
mera vez que llamó dijo que se iba a que-
dar en España dos meses; la segunda ya
dijo que no, que primero iba a venir, mi
hermana, y que después yo. Y dije: “yo
no voy”. Nunca había salido de casa,
siempre había estado con mi madre...La
seguía a todas partes. Después mi her-
Gabriela (izquierda) y su hija Delia (derecha).
mana me llamó y me dijo, “sí vente”, que
es bonito...” Bonito, sí, pero duro para
una adolescente que deja un mundo co-
nocido para adentrarse en otro que nunca
vio. “Cuando llegué la primera vez aquí
lo pasé un poco mal. Sientes que la gen-
te te mira por la calle porque eres dife-
rente...Estuve casi tres meses sin salir de
casa. Me quedaba en casa leyendo, escri-
biendo...pero no salía. Mi madre me de-
cía:” sal fuera, vete a hacer las compras”,
pero no, yo no quería salir”
Un temor ante lo desconocido que
realiza un doble recorrido, del inmi-
grante al autóctono y viceversa La acli-
matación es un proceso prolongado y en
algunos casos delicado. Pero ahora sí,
ahora ya quieren quedarse a vivir en Es-
paña. Gabriela ha logrado acogerse a la
normalización puesta en marcha el pa-
sado mes de febrero y ahora, con las hi-
jas a su lado y su situación regularizada
puede, al fin respirar ¿tranquila? Relati-
vamente. “Cuando tenga un piso enton-
ces moriré tranquila porque mis hijas
tendrán algo; para lograrlo, tengo que
trabajar mucho”.❑
*Redacción Pueblos

Información y debate ● PUEBLOS ● Julio ● 2005 ● 31

Debate
Debate
Las subvenciones como arma política
de las instituciones
Peio M. Aierbe*

¿Cabe recurrir a fuentes de financiación institucionales sin que eso suponga una hipoteca que
desnaturalice el trabajo de las organizaciones no gubernamentales que denuncian la conculcación de
derechos por razones de nacionalidad, religión o pertenencia étnica? La respuesta es compleja y
admite múltiples matices, si bien es lícito señalar que el mayor peligro que reviste esta situación es la
instrumentalización de estas asociaciones por parte de los poderes públicos.
Dani Sánchez

E
xiste un lugar común acerca de
las ONG que dependen de fon-
dos públicos, a saber, que este he-
cho es un condicionante que coarta la ca-
pacidad de las organizaciones para de-
nunciar, entre otros, los atropellos de de-
rechos humanos que la Administración
pueda cometer.
Sin pretender negar que tal cosa pue-
da ocurrir y sin negar la gravedad que re-
viste una situación semejante, me pare-
ce de especial interés realizar algunas
precisiones sobre esta cuestión acerca de
las asociaciones que trabajan con el mun-
do de la inmigración.
La utilización de los fondos públi-
cos por parte de las distintas adminis-
traciones del Estado como instrumento
para influir en la actividad que desarro-
llan las ONG es un fenómeno que no es-
tá en discusión.
Por lo pronto, las ONG que reciben
subvenciones públicas siempre están,
de una u otra forma, condicionadas por
estas ayudas, dado que los proyectos
subvencionados habrán de amoldarse
a los objetivos políticos fijados por las
administraciones.
Las distintas administraciones (unas
más que otras, siendo en las de ámbito
autonómico y local donde, tal vez, esta
tendencia está menos acentuada) siem-
pre han utilizado los fondos públicos pa-
ra primar a determinadas asociaciones
frente a otras. Y en todo caso, siempre re-
sultan primadas las grandes organizacio-

32 ● 2005 ● Julio ● PUEBLOS ● Información y debate


nes nacionales, tanto a la hora de conce-
sión de subvenciones como en el mo-
mento de darles representatividad para
su participación en diversos foros insti-
tucionales de representación. Las orga-
nizaciones fundamentalmente reivindi-
cativas son colocadas, por así decirlo, en
el polo opuesto.
Es evidente que, en este terreno, hay
que dirigir permanentemente una mira-
da crítica y de control hacia los poderes
públicos por esta práctica. Los fondos
públicos deberían administrarse con cri-
terios objetivos que tengan en cuenta la
calidad en los programas presentados y
en la gestión de los mismos. Y la admi-
nistración pública es la primera respon-
sable en no obrar de esta forma.
Proliferación de asociaciones de
diversa índole
Ahora bien, en esto, como en todo, no
vale generalizar. Si hacemos de las
ONG un lugar común, mal asunto. Pa-
rece obvio que hay notables diferencias
entre organizaciones compuestas por
nacionales (o, en ocasiones, mixtas pe-
ro dirigidas por nacionales) y aquéllas
formadas exclusivamente por inmi-
grantes; entre organizaciones “grandes”,
con estructura consolidada y organiza-
ciones “pequeñas” ligeras de equipaje;
entre organizaciones que se definen co-
mo esencialmente reivindicativas, sin
eludir la acción política, de aquéllas que
se proponen como objetivo la gestión de
recursos de tipo asistencial, cultural... y
que en ocasiones se definen, expresa-
mente, como “no políticas”; entre orga-
nizaciones de inspiración religiosa y las
que se definen como laicas; por su-
puesto, de los sindicatos, que también
operan en este ámbito.
Además, es preciso señalar que, de
la mano del rápido crecimiento de las ci-
fras de inmigración en los últimos años,
se está produciendo la irrupción de un
número muy significativo de asociacio-
nes, de dimensiones modestas, salidas
del mundo de la inmigración, repartidas
muy desigualmente por muchos munici-
pios, grandes y pequeños, y comunida-
des autónomas y sobre las que es muy
pronto para sacar conclusiones sobre sus
características y el sentido de su activi-
“
En la labor de oposición a las políticas
“
de extranjería impulsadas por el PP era
más complicado caer en políticas
de instrumentalización
dad, al ser un fenómeno bastante frag-
mentado y atomizado (lo cual, no tiene
porqué ser forzosamente negativo).
Teniendo en cuenta este panorama
tan variado, no puede extenderse sobre
todo su conjunto la sospecha de actuar
al dictado de las instituciones. Y es que
la mayor parte de las asociaciones, en
particular las que hoy en día están aflo-
rando en el mundo de la inmigración,
no alcanza a recibir subvenciones, o si
las recibe éstas representan una cuan-
tía ínfima. De modo que la reflexión
que estamos proponiendo ha de rela-
cionarse con aquellas organizaciones
(que son más bien pocas y sobre todo
autóctonas) que son las principales be-
neficiarias de las subvenciones y que
son las que operan de forma significa-
tiva en el espacio público.
“Do ut des”
No creo que sea muy atrevido pensar
que a la hora de recabar apoyos por par-
te del Gobierno para la aprobación del
nuevo Reglamento de extranjería, la in-
fluencia de este “factor monetario” se
haya dejado sentir. Porque no parece
muy congruente que quienes denuncia-
ban la vigente Ley de Extranjería por su
carácter restrictivo y reclamaban su
cambio, hayan pasado a participar en la
elaboración de un Reglamento que ha
de someterse al marco de dicha ley y
que, por lo tanto, consolida buena parte
de los aspectos más negativos de aque-
lla ley.
Ahora bien, conviene separar lo que
pueda haber en este sentido de otra
cuestión más de fondo, a saber, que en
no pocas ocasiones lo que hay es una fi-
losofía compartida. Cuando esto es así,
el problema podríamos decir que es más
estructural, como por ejemplo lo ocu-
rrido entre Gobierno y Sindicatos (bá-
sicamente CCOO y UGT), como se ha
Información y debate ● PUEBLOS ● Julio ● 2005 ● 33
Debate
podido comprobar también en el re-
ciente proceso de regularización, pacta-
do entre ellos y la patronal. Asimismo
está presente, en ciertas ocasiones, el
factor de competencia política. Algo de
eso puede observarse en algunos de los
posicionamientos contrarios a los en-
cierros que, principalmente en Barcelo-
na, han venido protagonizando en los
últimos años diversos colectivos de in-
migrantes, iniciativas que han sido im-
pulsadas desde opciones políticas radi-
calmente enfrentadas a esas grandes
asociaciones y sindicatos. Destaca, en
este último caso, el posicionamiento de
alguna asociación de inmigrantes en
Barcelona que parece actuar de punta de
lanza contra el “aventurerismo” de re-
clamar papeles para todos.
De estas consideraciones cabe de-
ducir que no es muy relevante indicar
que determinadas (grandes) asociacio-
nes que colaboran con políticas restric-
tivas de las distintas administraciones
están muy mediatizadas por las sub-
venciones oficiales que reciben. Esto
mismo ocurre con los grandes sindica-
tos, e incluso con los partidos políticos.
Su actual estructura y los recursos que
manejan serían inviables sin el recurso
a la ubre estatal. Pero esto tampoco pa-
rece levantar la ceja a nadie.
De ahí que la preocupación que en-
cierra el título de este artículo se circuns-
cribe a aquellas asociaciones de las que
cabría esperar que ése sí sea un proble-
ma que les preocupe y con las que pue-
da tener sentido establecer un marco de
reflexión. Estamos hablando de asocia-
ciones que tienen como objetivo princi-
pal denunciar la conculcación de dere-
chos que sufren las personas en función
de su origen nacional, de sus creencias o
de sus características étnicas y que rei-
vindican su equiparación de derechos
con el resto de la ciudadanía.
No hablamos, por tanto, tampoco de
asociaciones cuyo objetivo principal es
el de gestionar recursos asistenciales, cul-
turales... Esto algo legítimo, aunque so-
bre el papel que deban jugar haya todo
un debate sobre qué es lo que el Estado
debe asegurar por ley, de forma norma-
lizada, a través de la red de servicios pú-
blicos y qué hueco puede quedar para
Debate
otros campos de actuación, vía
el movimiento asociativo y
apoyado por fondos públicos.
Otra cosa es que, en ocasiones,
pasen a intervenir políticamen-
te en la esfera pública en apo-
yo de quien les subvenciona.
¿Son legítimas las
subvenciones?
Es en ese punto cuando surge
la discusión (referida entonces
a las asociaciones que hemos
convenido en denominar rei-
vindicativas) ¿cabe recurrir a
fuentes de financiación insti-
tucionales sin que eso supon-
ga una hipoteca que desnatu-
ralice a la asociación benefi-
ciaria de la misma? La res-
puesta no es sencilla.
No lo es porque, a dife-
rencia de épocas anteriores,
estas organizaciones también
Mauricio García
suelen llevar adelante progra-
mas de diverso tipo, entre los
que se incluyen los programas
asistenciales, basados en la fi-
nanciación pública. La reali-
zación de esos programas, que posibi-
litan a menudo una relación estrecha
con las personas destinatarias de los
mismos, hace necesaria una estructu-
ra que incluya, las más de las veces,
contar con gente permanente para ha-
cerlo posible. Esa financiación y esa
estructura suelen, a su vez, contribuir
a dotar de estabilidad a dichas asocia-
ciones y pueden contribuir de esta ma-
nera a hacer más eficaz su labor rei-
vindicativa. De ahí que una primera
respuesta a la pregunta anterior haya
de ser afirmativa. Pero no cabe que-
darse en este razonamiento, dado que
la tendencia de las Administraciones a
utilizar el dinero público de las sub-
venciones como arma de presión va a
estar siempre presente. Y además, la
mayoría de los servicios no normali-
zados, dirigidos de forma específica a
inmigrantes, son subvencionados o
concertados, así que en ese campo se
mueve mucho dinero.
No se trata tanto de que esas pre-
siones conlleven, forzosamente, una
34 ● 2005 ● Julio ● PUEBLOS ● Información y debate
Debate
rebaja en la labor de denuncia de las
violaciones de derechos (expulsiones,
discriminaciones, malos tratos...). An-
tes bien, esa actividad (además de re-
alizarse por convicción) puede “legi-
timar” a sus autores ante la opinión
pública y ante las instituciones (siem-
pre que se haga ateniéndose a ciertas
pautas) contribuyendo así al interés de
éstas por lograr consensos con dichas
organizaciones.
Lo que está en juego es la capaci-
dad para mantener la independencia
tanto de criterios como de actuación.
Y esta independencia puede ser nece-
saria tanto para mantener la posición
crítica ante políticas con las que no se
está de acuerdo, como para no verse
involucradas en el apoyo a políticas
institucionales sobre materias acerca
de las cuales no haya una reflexión
propia. Porque ése es precisamente el
valor añadido de estas organizaciones:
poder ejercer un contrapeso sin verse
atrapados por la rueda de las políticas
institucionales.
El peligro de la
instrumentalización
En la situación actual, con el
PSOE en el gobierno del estado,
y con gobiernos autonómicos y
locales en muchos casos osten-
tados por fuerzas de izquierda o
fuerzas nacionalistas progresis-
tas, este peligro es bastante real.
No hay más que ver el interés
mostrado por el PSOE en aso-
ciar tanto a sindicatos como a
diversas ONG a sus proyectos
en política de inmigración, léa-
se reforma del Reglamento de
Extranjería o la reciente Regu-
larización. Rememorando aque-
llo de “contra Franco luchába-
mos mejor” se puede decir que
en la labor de oposición a las
políticas de extranjería impul-
sadas por el PP era más compli-
cado caer en políticas de instru-
mentalización. Hoy en cambio
éste es un peligro mucho más
real sobre el que se echa en fal-
ta una reflexión por parte de las
organizaciones implicadas.
Esa reflexión no afecta úni-
camente, ni principalmente, a la posible
instrumentalización de estas organiza-
ciones desde el poder político sino que
afecta a los objetivos a perseguir, a la es-
tructura de funcionamiento de la que do-
tarse, al porcentaje de recursos que con-
sume la estructura de personal contrata-
do, al papel que atribuyen a la acción rei-
vindicativa y de denuncia, a la dedicación
o no de tratar de implicar en ella a secto-
res amplios de la sociedad, al papel acti-
vo y decisorio que en ellas tengan las per-
sonas no permanentes... Aun ramillete de
cuestiones, en fin, sobre las que la utili-
zación de subvenciones públicas afecta
de manera decisiva. Pero la clave, segu-
ramente, no estará tanto en las subven-
ciones como en los criterios que se ten-
gan sobre su papel y su utilización y so-
bre la modelación o no que suponga so-
bre la estructura y modos de actuar de las
organizaciones afectadas.❑
Peio M. Aierbe es director de la revista Mugak
y responsable de la oficina del Centro
de Documentación de SOS Arrazakeria
Revista Mugak.

Exclusión y estigmatización
¿Integración o creación de guetos urbanos?
El caso de las banlieues en Francia
Las condiciones de hábitat de los
inmigrantes y de su
descendencia en Francia son un
reflejo de las desigualdades que
sufren. A las discriminaciones
sociales y raciales se añaden las
espaciales. Las banlieues1 de las
grandes urbes francesas se han
convertido en los espacios de
relegación social por
excelencia. Por banlieues no
debemos entender los barrios del
extrarradio que designa
habitualmente este término, sino
las grandes aglomeraciones de
los barrios populares, las cités2
Es ahí donde se concentran los
demonios de la sociedad, tanto
en el imaginario colectivo como
en los clichés utilizados por los
Paula Cabildo
medios de comunicación:
el sentimiento de inseguridad, el
temor de la inmigración y, sobre
todo, de los jóvenes nacidos ya
en Francia pero procedentes de la
inmigración. Es ahí donde se pone de
manifiesto el fracaso de las llamadas
“políticas de integración”.
L
a asimilación de las cités de ban-
lieues a guetos sociales es perti-
nente, incluso si presenta algunas
limitaciones. Pertinente ya que señala una
1 Barrio de la periferia de las grandes ciudades fran-
cesas. La palabra banlieue en Francia está aso-
ciada a menudo con problemas sociales como la
delincuencia.
2 Concentración de edificios, mayoritariamente com-
puestos por viviendas sociales, que se encuentran
en los barrios periféricos de las grandes urbes fran-
cesas.
segregación real, un apartheid de facto
agravado por décadas de políticas libera-
les. No obstante, la referencia a estos gue-
tos es asimismo producto de la estigma-
tización y del discurso de los medios de
comunicación que diabolizan estas “cités
del terror” alimentando la amalgama ra-
cista: cités= inmigración=delincuencia.
Para intentar establecer la frontera en-
tre mito y realidad, comenzaremos por
evocar la historia del hábitat de los inmi-
grantes en Francia desde la segunda mi-
tad del siglo veinte.
Las residencias de inmigrantes
A pesar de que Francia ha puesto fin
oficialmente a la inmigración econó-
mica en 1974, las residencias de in-
Información y debate ● PUEBLOS ● Julio ● 2005 ● 35
Francia
Pablo Krasnoposlsky*
migrantes son, todavía hoy, la
forma emblemática de aloja-
miento de los inmigrantes solte-
ros. Concebidas en su origen co-
mo alojamiento temporal para
trabajadores provisionales, se
han convertido con el tiempo en
residencias definitivas para
aquéllos que no pueden pagar
un alojamiento mejor. Para es-
tos inmigrantes no es fácil con-
seguir el reagrupamiento fami-
liar, ya que no cuentan ni con
ingresos suficientes ni con un
lugar de residencia suficiente-
mente amplio para acoger a los
familiares, requisitos exigidos
por las autoridades. Algunos
permanecen en estas residencias
durante la casi totalidad de su
vida laboral e incluso se quedan
una vez jubilados. El empobre-
cimiento y el envejecimiento de
sus habitantes son característi-
cas de la evolución actual de las
residencias. El hacinamiento acentúa
la imagen degradada de estos aloja-
mientos percibidos como insalubres.
Pese a todo, no son baratas, pero a
los inmigrantes les resulta muy difí-
cil conseguir una vivienda en el ám-
bito privado, ya que son víctimas del
racismo de los propietarios y de las
agencias inmobiliarias.
De los barrios de chabolas a las
grandes aglomeraciones
En los años 60, los barrios de chabolas
reagrupaban principalmente a inmigran-
tes portugueses y argelinos. Si bien los
portugueses, más cualificados profesio-
nalmente, accedieron a una vivienda pri-
vada, no ocurrió lo mismo con los arge-
Francia
Exclusión y estigmatización
linos, más sujetos a situaciones de dis-
criminación. La presencia de familias
magrebíes y africanas se hacía cada vez
mayor en las viviendas sociales y cuan-
to más acogían éstas a familias inmi-
grantes, menos se interesaban las fami-
lias francesas por ellas. Según el INSEE3,
el porcentaje de extranjeros residentes en
viviendas sociales pasó del 12.6 por cien-
to en 1968 al 30.3 por ciento en 1989.
Dos fenómenos explican este aumento:
por una parte, la reagrupación familiar
fue el principal motivo de inmigración
tras el cese de la inmigración económica
en 1974, y por otra, los estratos superio-
res de la clase obrera francesa accedie-
ron a una nueva forma de vivienda: la
copropiedad o la propiedad individual.
El paso del barrio de chabolas a las
viviendas sociales fue percibido como
una promoción social entre el colecti-
vo inmigrante, pero la inmensa mayo-
ría de las familias permanecen de por
vida en estas viviendas. Las grandes
aglomeraciones se han degradado,
convirtiéndose en símbolos de relega-
ción social. El aumento de los índices
de paro y de precariedad laboral afec-
ta principalmente a los inmigrantes y a
sus hijos, ya franceses, que viven la
persistencia de actitudes discriminato-
rias, sobre todo en lo que concierne el
acceso al trabajo y a la vivienda. Una
especie de “techo de cristal” impide
cualquier forma de ascensión social o
movilidad residencial. Criados en es-
tos barrios, marcados por unas tasas de
paro y de fracaso escolar más altas que
la media, las nuevas generaciones rei-
vindican su cité de banlieue como un
territorio que conforma su identidad.
El estigma se convierte, de esta mane-
ra, en emblema.
Los hijos de los inmigrantes,
nueva clase peligrosa
Las representaciones estereotipadas
alimentadas por el discurso de los
medios de comunicación han conver-
tido al “joven procedente de la inmi-
gración” en blanco de todos los fan-
3 Instituto Nacional de Estadística y de Estudios Eco-
nómicos.
36 ● 2005 ● Julio ● PUEBLOS ● Información y debate
“
En 2005, una ley impone una historia oficial
de la colonización: “Los programas
“
escolares reconocen en particular el papel
positivo de la presencia francesa en ultra
mar, sobre todo en Africa del Norte”
tasmas: delincuencia, integrismo mu-
sulmán, violencia, droga... Estos fe-
nómenos existen, pero no afectan só-
lo a los jóvenes de banlieue. Los es-
tereotipos fomentan la idea de la exis-
tencia de un malestar entre los hijos
de inmigrantes por sentirse atrapados
entre dos culturas, razón que explica-
ría los problemas de la sociedad fran-
cesa de hoy en día. En realidad, exis-
te un gran abismo entre la integración
cultural de estos jóvenes y la exclu-
sión social que sufren. De nacionali-
dad francesa, estos jóvenes han sido
escolarizados en la enseñanza públi-
ca y no tienen pensado volver al país
de sus padres, quienes también se
quedarán en Francia. ¿Hasta cuándo
sentiremos la necesidad de referirnos
a ellos como “procedentes de la in-
migración”? Una duda persiste en la
sociedad francesa sobre su capacidad
a adquirir la plena ciudadanía.
Es ahí donde radica el fracaso de
las “políticas de la ciudad” que pre-
tendían poner fin a los guetos de las
banlieues. Estos jóvenes reclaman
acabar con las discriminaciones y no
un lavado de cara para vivir en un
“gueto dorado”, lo que significa po-
ner término a las orientaciones libe-
rales generadoras de desigualdades y
a las políticas de seguridad y de con-
trol de la inmigración fomentadoras
de representaciones racistas.
La primera toma de conciencia
significativa se remonta a la “Marcha
por la igualdad” en 1983. Jóvenes de
la banlieue de Lyon, hartos de la vio-
lencia policial, decidieron recorrer
Francia para denunciar el racismo.
Los participantes, que partieron de
Marsella en un clima de indiferencia
general, fueron recibidos por una
manifestación de 100. 000 personas
en París. Una nueva figura emerge
entonces en el espacio público: el
“beur”4, que reivindica tanto sus raí-
ces como su lugar en la sociedad
francesa: el derecho a la diferencia y
la igualdad de derechos. Francia des-
cubre una juventud procedente de la
inmigración que no volverá al país de
sus padres. Descartado el retorno, no
queda más remedio que tenerla en
cuenta. Ante las muestras de solida-
ridad que suscitó la Marcha por la
Igualdad, Mitterand recibe una dele-
gación y se logra la creación de la
tarjeta de residente por diez años,
quedando todavía pendiente el dere-
cho a voto de los inmigrantes, pro-
metido en 1981, y la disminución de
las desigualdades.
Favorecer el repliegue
identitario
Más de veinte años después, sopesa-
mos aún el camino que quedar por re-
correr en la vía de la igualdad. En las
banlieues la red social se ha degrada-
do, los servicios públicos y de preven-
ción han desaparecido progresivamen-
te, dejando el terreno abonado para el
repliegue identitario. Estos jóvenes,
más cualificados que sus progenitores,
son todavía víctimas de discriminacio-
nes. Entre los titulados, la tasa de paro
es de 5 por ciento para los franceses de
nacimiento, de 11 por ciento para los
naturalizados franceses y de 20 por
ciento para los magrebíes.
En contados casos, los guetos so-
ciales han servido como viveros a Al
Quaida. Entre los prisioneros france-
ses de la base de Guatánamo se en-
cuentran dos jóvenes de Minguettes,
barrio donde nacieron cuando se deci-
dió la Marcha por la igualdad. ¿Qué
imagen hay más representativa del fra-
caso político des los gobiernos que se
han sucedido desde entonces?
En el fondo ¿ qué se esconde de-
trás de la noción de “integración”? El
4 Palabra proveniente del “verlan”, procedimiento del
lenguaje popular que consiste en invertir el orden
de las sílabas. Por una doble inversión, la palabra
“arabe” se convierte en “rebeu” y después en “beur”

discurso oficial di-
simula mal sus
propósitos asimila-
cionistas y un pa-
ternalismo colo-
nial. Cuando a un
joven que ha vivi-
do siempre en
Francia se le pre-
gunta si está bien
“integrado” sólo
porque es hijo de
Andrés Meléndez
inmigrantes, se in-
digna. No habrá in-
tegración sin igual-
dad de derechos.
Una ley promulgada en el 2004 prohíbe a las musulmanas el uso del velo en la escuela.
Jacques Chirac
y los indígenas
El retorno de la derecha al gobierno
en el 2002 marca un endurecimiento
represivo. Los jóvenes de las cités son
más que nunca considerados como
una “clase peligrosa”. Una ley prohí-
be el reagrupamiento de los jóvenes a
las puertas de los edificios. Las con-
diciones de acceso a la residencia y a
la nacionalidad se endurecen: las
pruebas de “integración”, noción ar-
bitraria donde las haya, son ahora exi-
gidas sistemáticamente.
Estas medidas han sido fomenta-
das por una ofensiva ideológica y me-
diática que ha estigmatizado a los jó-
venes de las cités. Las televisiones
han trasmitido la idea de que la vida
cotidiana de las cités estaba marcada
por las violaciones colectivas. Los so-
ciólogos han demostrado que este fe-
nómemo ha existido siempre, repre-
sentando casos aislados que no con-
ciernen solamente a los jóvenes de las
banlieues. Pero el mal ya estaba he-
cho y el terreno abonado. La ideolo-
gía de la seguridad ha servido a refor-
zar el Estado penal en detrimento del
Estado social.
La estigmatización toma en el
2004 forma de ley que prohíbe a las
musulmanas el uso del velo en la es-
cuela. Poco importa que las jóvenes
musulmanas no vean en él una justi-
ficación de la opresión de las mujeres
sino la reivindicación de sus orígenes
y que, expulsándolas de la escuela pú-
Francia
programas de inves-
tigación universita-
ria otorgan a la his-
toria de la presencia
francesa de ultra
mar, sobre todo en
Africa del Norte, la
plaza que se merece.
Los programas esco-
lares reconocen en
particular el papel
positivo de la pre-
sencia francesa de
ultra mar, sobre todo
en Africa del Norte”.
Con el fin de de-
nunciar la omisión
oficial de las discri-
minaciones y de las
“
masacres coloniales, se desarrolló el
pasado mes de mayo una “Marcha de
El aumento de los índices de paro los Indígenas de la República”. Su
y de precariedad laboral afecta texto de reclamo establece una conti-
principalmente a los inmigrantes y a sus
hijos, ya franceses, que viven la
persistencia de actitudes discriminatorias
“ nuidad entre el pasado colonial de
Francia y las discriminaciones que su-
fren las poblaciones procedentes de la
inmigración postcolonial: “Hijos de
las colonias o de las antiguas colonias,
inmigrantes o hijos de inmigrantes,
blica, se les prive de un medio de ac- ayer éramos considerados como “sau-
ceso esencial al desarrollo personal: vageons” inasimilables y hoy como
la educación. Inmersos en una ola de las nuevas clases peligrosas. Nosotros
fobia islámica agudizada después de seríamos, en la teoría criminal del
los atentados del 11 de septiembre de “choc de civilizaciones” los agentes
2001, Chirac ha conseguido dividir a de la barbarie moderna. Nos llaman
la izquierda y al movimiento social “violentos”, “mujeres sumisas”, “vio-
sobre la cuestión, al contar con el im- ladores”, “ladrones”, “lapiladores”,
pacto de la ideología de la “Guerra de “padres negligentes”... La realidad:
las Civilizaciones” y con una conti- una nueva clase indigente está na-
nuidad de las representaciones racis- ciendo en Francia”.
tas: la imagen del chico árabe -el El 8 de mayo se celebraban los 60
“sauvageon” - y la visión colonial del
5 años de la victoria contra el nazismo y
indígena hipersexual, por naturaleza la masacre por parte del ejército colo-
peligroso para las mujeres. nial de los indígenas en las ciudades ar-
La permanencia de la ideología co- gelinas de Sétif y Guelma. Es la doble
lonial se revela a través de otras medi- cara de una República que le da la es-
das adoptadas por la derecha. En fe- palda a los valores universales de
brero de 2005, una ley impone una his- igualdad y fraternidad.❑
toria oficial de la colonización: “Los
*Pablo Krasnopolsky es profesor de historia
y geografía en la banlieue parisina y militante
5 El término peyorativo “sauvageon” significa hi- solidario del movimiento “Sans Papiers”
jo de salvaje o joven de carácter salvaje. Lo usó
el ministro de interior del gobierno Jospin, Che-
vènement, para designar a los jóvenes de ban-
Traducido por María Liñares
lieue.
Información y debate ● PUEBLOS ● Julio ● 2005 ● 37
Estigmatización
Exclusión y estigmatización
La funcionalidad del mito criminalizador
del inmigrante
Daniel Wagman*

Uno de los mitos más arraigados

y extendidos en nuestra sociedad es
considerar a los inmigrantes
responsables de un porcentaje
desproporcionado de los delitos
que se comenten. La
estigmatización criminalizadora es
el extremo de una serie de
estereotipos hacia las personas
inmigrantes que son presentadas
como una amenaza para la
sociedad española y a los que se les
atribuyen problemas de integración
social. Estas imágenes cumplen
una doble función: permitir el no
reconocimiento de los inmigrantes
como víctimas de abusos y crear
un mecanismo de control
Juanma Morales

fundamental del estrato más bajo

del mercado laboral.

L
a cuestión de la participación del
colectivo inmigrante en el merca-
do laboral es, quizás, la pieza cla-
ve para comprender tanto la llegada ma-
siva de trabajadores como las políticas
institucionales y las concepciones socia-
les que de ella se derivan, incluyendo la
estigmatización criminal.
La política oficial de la Unión Eu-
ropea hace hincapié en la concepción de
la inmigración como un fenómeno po-
sitivo, ya que la demanda actual de ma-
no de obra, y aún más en el futuro, hará
necesaria la llegada de trabajadores in-
migrantes. Sin embargo en este discur-
so se obvia algo básico: la demanda en
general es de mano de obra barata, y lo
más barata posible.
La criminalización de la inmigración juega un importante papel para el mantenimiento de la explotación laboral.
La competitividad en el mercado
global es cada vez más una eficaz ma-
quinaria para presionar a la baja el cos-
te de la mano de obra. Uno de los resul-
tados es el creciente porcentaje de pro-
ducción que se exporta a países del Ter-
cer Mundo, donde la mano de obra lle-
ga a suponer el 5 por ciento o menos de
los costes laborales en los países des-
arrollados. Pero es importante ver que
hay muchos tipos de trabajos que por su
naturaleza no pueden ser exportados y,
así, la presión es abaratarlos con la im-
portación de mano de obra del propio
Tercer Mundo. La agricultura, la cons-
trucción, la hostelería, el trabajo domés-
tico o el cuidado de enfermos y ancia-
nos, la prostitución y otros diversos ser-
vicios tienen que ser trabajos realizados
aquí y es en estos sectores donde están
trabajando cada vez más obreros inmi-
grantes. Mientras los ciudadanos de las
sociedades “del norte” vivan en situa-
ciones económicas cada vez más aco-
modadas la necesidad de trabajar en em-
pleos, o bien desagradables, o bien mal
renumerados, decrece.
Así, la clave para entender la reali-
dad de la inmigración en España es el
hecho de que hay un importante y cre-
ciente número de inmigrantes del Ter-
cer Mundo trabajando por muy poco

38 ● 2005 ● Julio ● PUEBLOS ● Información y debate

 Estigmatización
¿Integración o “civilización” del extranjero?

U no de los conceptos clave a la hora de tratar la “problemática” de

la inmigración es el de integración. Se trata de un término que
manejan desde las ONG o grupos de solidaridad con los inmigrantes
hasta las voces que les profesan menos simpatía. De partida, hay que
sospechar de un uso tan universal de un concepto con un gra-
do tan alto de ambigüedad e indefinición sobre lo que es y lo que
implica como “solución”. Más aún cuando los discursos de la
integración encierran en muchos casos una visión claramente
xenófoba: la falta de integración de los inmigrantes se debe a sus pro-
pias deficiencias. Corolario a esta idea es que la integración requiere
que los inmigrantes se transformen, se eduquen y adquieran los va-
lores (superiores) “españoles”. Esta idea se puede encontrar incluso
entre muchas personas que expresan simpatía hacia los inmigrantes.
Estos últimos se desmarcan de un discurso explícitamente xenófobo
porque sostienen que el problema está en que la administración no
otorga suficientes recursos para impulsar que los inmigrantes em-
prendan esta transformación civilizadora. Y la imagen que relaciona
la inmigración con la criminalidad es un de los sustentos básicos de
esta concepción.
Es ilustrativo comparar el empleo del concepto de integración en
la España actual con el uso dado por los afroamericanos en su lucha
por los derechos civiles en los Estados Unidos de los años 60, para
quienes la demanda de integración era clave, ya que un racismo ins-
titucionalizado les obligaba a soportar una segregación física brutal.
Los afroamericanos no podían ni vivir en determinados barrios, ni asis-
tir a determinadas escuelas, ni acceder a muchos puestos de trabajo
o servicios públicos. En este contexto, la demanda de integración se
articuló para derribar las barreras de discriminación racial a la partici-
pación y al acceso a todas las esferas de la sociedad y a los derechos
fundamentales.
Esta situación ha dado actualmente un giro radical y el concep-
to de integración esconde en muchos casos la idea de que, pa-
ra que los inmigrantes puedan integrarse, tienen que modificar
su forma de actuar y sus valores. El problema no se localiza en
las barreras de discriminación existentes sino que reside en la na-
turaleza y en las deficiencias de los extranjeros y de sus culturas.
Hay varios problemas con este discurso. En primer lugar, se basa
en una visión mítica y muy alejada de la realidad de España como
una cultura y una sociedad unida, bondadosa, coherente y homo-
génea, con cuyos “valores” superiores (nunca nombrados por otro
lado) los no-españoles deben aprender a respetar para poder in-
tegrarse. En segundo lugar, parte de la idea de que el inmigrante
perturba, debilita y amenaza esta sociedad en “estado de gracia”.
En tercer lugar, permite ignorar las múltiples discriminaciones e in-
justicias que padecen los inmigrantes. Y, por último, encierra un
concepto fuertemente autoritario sobre la participación, obligacio-
nes y derechos de las personas.
Cabe preguntarse qué pasa con las personas que no pueden re-
gularizar su situación, que son víctimas de relaciones laborales ilega-
les y de un sinfín de prácticas discriminatorias, como denegarles el ac-
ceso a una vivienda, la entrada en un local o ser acosadas sistemáti-
camente por la policía, además de ser presentados en los medios de
comunicación, y vistos por la mitología social, como gentes peligrosas
y conflictivas.
Quizás uno de los retos más importantes que se debe plantear
este país en el futuro inmediato es cómo asegurar que el aumento
de la población inmigrante no llegue ser una fuente de tensiones
o conflicto. Un objetivo que dependerá no tanto de cómo actúen es-
tos nuevos convecinos, sino de las actitudes y acciones de la socie-
dad española y sus instituciones. Los cambios demográficos que im-
plica la inmigración pueden ser una fuente de enriquecimiento para to-
dos o una fuente de problemas y conflictos, depende de nosotros. Y
una de las claves fundamentales es la necesidad de luchar en
contra de la identificación entre inmigrantes y delito.

dinero. En ciertos sectores apuntados
anteriormente los inmigrantes llegan a
ser mayoritarios, de lo que se despren-
den varias conclusiones, como la de-
pendencia económica que existe no só-
lo de los inmigrantes con permiso, sino
también de los indocumentados, quie-
nes además de cobrar menos, ejercen
una constante presión a la baja en los
sueldos de los trabajadores con situa-
ción regular. La agricultura, la cons-
trucción, el trabajo doméstico, los ser-
vicios sexuales, la hostelería... se apro-
vechan de los trabajadores en situación
irregular. Y no sólo en empresas mar-
ginales; a través de redes de sub-sub-
contratos hay muchas personas traba-
“
La clave para entender la realidad
de la inmigración en España es el hecho
“
de que hay un importante y creciente
número de inmigrantes trabajando por
muy poco dinero
jando en sectores cuyos clientes finales
son grandes y respetables empresas.
Perpetuar la relación
de explotación laboral
En esta situación, la estigmatización de
los inmigrantes como conflictivos, pro-
blemáticos o criminales cumple una im-
portante función a la hora de asegurar el
mantenimiento de los altos niveles de ex-
plotación laboral. Primero, permite que
los inmigrantes se sientan temerosos a la
hora de organizarse, intentar defender sus
derechos o mejorar su situación laboral y
vital. Incluso la ley prohíbe a las personas
indocumentadas formar parte de asocia-
ciones o sindicarse. Segundo, permite un
clima social entre la población autóctona
de ver a los inmigrantes como amenazas,
dificultando que se puedan juntar para or-
ganizarse en los lugares de trabajo. Tam-
bién permite aprobar, con gran consenso
social, políticas más restrictivas sobre los
derechos de los inmigrantes, haciendo

Información y debate ● PUEBLOS ● Julio ● 2005 ● 39

Estigmatización
Exclusión y estigmatización
Paula Cabildo
aún más difícil disponer de herramientas
para la defensa de sus condiciones de tra-
bajo y vida. A la vez permite obviar las
necesidades sociales de los inmigrantes,
ya que existe una creciente percepción so-
cial de que los inmigrantes están disfru-
tando “injustamente” de una despropor-
cionada cantidad de recursos sociales1. In-
cluso la estigmatización de los inmigran-
tes opera entre ellos mismos, abriendo
brechas de mutua desconfianza entre per-
sonas de distintas procedencias. Esto no
sólo es un obstáculo más para no poder
trabajar juntos en la consecución de me-
jores condiciones de vida, sino que favo-
rece dinámicas de competencia entre
ellos por los empleos y los recursos.
La funcionalidad de la estigmatiza-
ción del inmigrante como conflictivo y
más propensa a la actividad delictiva es
clara. Esto no quiere decir que haya una
consciente y pensada, pero secreta, agen-
da política con este fin, pero es muy ilus-
trativo ver cómo, históricamente, este
proceso de estigmatización se repite de
forma sistemática contra los obreros in-
migrantes, y en algunos casos frente a mi-
norías étnicas autóctonas, e incluso en los
momentos de inmigración de las perso-
nas autóctonas del campo a la ciudad.2
Resulta casi universal en estas diná-
micas el invertir la situación, culpando a
1 Una creencia por otro lado completamente erró-
nea; los inmigrantes aportan mucho más dine-
ro al Estado que el coste de los recursos socia-
les que reciben.
2 Es fascinante ver la película Surcos, de Nieves
Conde, rodada en Lavapíés en 1952 sobre los
inmigrantes rurales de aquella época en este
barrio y el parecido con la realidad actual de los
inmigrantes extranjeros.
40 ● 2005 ● Julio ● PUEBLOS ● Información y debate
“
La estigmatización de los inmigrantes
como conflictivos, problemáticos
o criminales cumple una importante
“
función a la hora de asegurar
el mantenimiento de los altos niveles
de explotación laboral
las víctimas. Así, los problemas de los in-
migrantes no se deberían a que son vícti-
mas de discriminación, explotación, des-
igualdad y rechazo, sino que son ellos los
responsables de su propia situación de
desventaja debido a sus propias carencias,
deficiencias, y conflictividad. E incluso
más, se convierten en responsables de di-
versos males de la sociedad, como la “su-
puesta” amenaza que suponen a la iden-
tidad del país de acogida. Esta tendencia
se exacerba en momentos históricos de
mayor inseguridad o cuando la sociedad
está afectada por algún tipo de crisis, lo
que da lugar a la búsqueda de cabezas de
turco entre el colectivo inmigrante.
Una precisa comprensión de esta re-
alidad es una condición necesaria, e im-
prescindible para entender cómo es, có-
mo será la migración y cómo actuar po-
sitivamente sobre el fenómeno. Y, des-
de luego, mientras exista una amplia de-
manda de personas para trabajar en si-
tuaciones con alto nivel de explotación
e irregularidad, seguirán llegando per-
sonas para satisfacer esta llamada. La
demanda crea la oferta.3
Es más que irónica la manida y om-
nipresente relación entre inmigración e
3 Hawkins, D. (1995).
ilegalidad, desde el hecho mismo del uso
de la palabra “inmigrantes ilegales”, el ex-
cesivo hincapié en las mafias de la inmi-
gración clandestina como la causa básica
de la presencia de personas indocumen-
tadas, hasta el arraigado estigma del in-
migrante como causa del delito y la inse-
guridad. Irónica, porque el tema donde sí
se encuentra una verdadera relación en-
tre delito, ilegalidad e inmigración, tanto
en volumen, extensión y efectos destruc-
tivos sobre los inmigrantes y sobre el res-
to de la sociedad, está básicamente igno-
rado. Yes la grave situación de ilegalidad
que representan centenares de miles de
personas empleando a trabajadores ex-
tranjeros, sin y con papeles, en situacio-
nes laborales completamente irregulares,
ilegales y a menudo delictivas: sin con-
tratos, sin Seguridad Social, fraudulentas
de cara a Hacienda, pagando sueldos in-
feriores a los mínimos estipulados por la
ley, y con una sistemática violación de los
derechos laborales y humanos.
Por último, querríamos señalar que,
en caso de que existiera más actividad de-
lictiva entre los inmigrantes, habría que
preguntarse si, en realidad la causa más
importante radicaría en el hecho de que
ellos mismos ven atropellados sus dere-
chos, su dignidad y la posibilidad de in-
tegrarse en igualdad de condiciones en la
tierra donde viven.❑
*Daniel Wagman es investigador, escritor
y activista en contra del racismo, la guerra,
la cultura punitiva y el imperialismo.
Este artículo es un extracto de la ponencia
presentada en el IV Congreso sobre la
Inmigración en España: Ciudadanía
y Participación.
(Girona: 10-13 noviembre 2004)
 Europa
Papel de los países de origen y de tránsito
en el control migratorio comunitario
Sandra Gil Araujo*

Los pasos dados por la UE en países de tránsito y de origen de in-

materia de control migratorio en
los últimos veinte años han llevado
a la configuración de la
denominada Europa fortaleza y a
la creación de un cordón sanitario
conformado por Estados
amortiguadores en Europa central
y del este, la mayoría de lo cuales
son ahora parte de la UE. Las
últimas propuestas apuntan a
involucrar a nuevos y viejos
vecinos en las tareas de control
migratorio, dando lugar a la
emergencia del norte de África
como zona de retención, detención
y reclusión de migrantes
provenientes del Sur. El objetivo es
migrantes.1 Siguiendo estas sugeren-
cias, el Consejo Europeo de Tampere
(1999) recomendó la inclusión de
cláusulas de readmisión en todos los
acuerdos firmados con los países de
origen o tránsito de inmigrantes.2
La primera iniciativa en este sentido
no se hizo esperar. En febrero de 2000 se
introdujo una cláusula de readmisión en
la renovación del acuerdo de cooperación
(Convención de Lomé) con los países de
África, Caribe y Pacífico (ACP); cláusu-
la que este grupo de países, los más em-
pobrecidos del planeta, tuvieron que
aceptar a cambio de 13.500 millones de
euros en concepto de cooperación para el
periodo 2000-2005. Desde entonces la
Mauricio García

la extensión virtual de las fronteras vinculación entre política migratoria, po-

comunitarias a las costas del
Magreb. Un punto a considerar es
el tipo de relaciones que puede
promover esta globalización del
control, como una forma de
continuidad del colonialismo por
cauces diferentes
lítica comercial y ayuda al desarrollo se
ha generalizado.
La Política Europea
de Vecindad
Una de las últimas iniciativas en materia
de relaciones exteriores comunitarias es
el diseño y puesta en marcha de un pa-
quete de medidas para los países del sur
pliada: la Política Europea de Vecindad.3,
que, en palabras de la Comisión, es una
respuesta a los cambios producidos a ra-
íz de la ampliación de la UE. Su objetivo
es compartir los beneficios de la amplia-
ción con los países vecinos y renforzar la

L
a presidencia austriaca del Con-
sejo elaboró, en 1998, un Do-
cumento de Estrategia sobre la
Política de Migración y Asilo que re-
comendaba desarrollar un nuevo con-
cepto de control, que debía ser ejerci-
do en los distintos momentos y geo-
grafías que componen los desplaza-
mientos sur-norte/este-oeste, desde el
país de origen hasta los territorios de
destino. Asimismo desgranaba toda
una batería de medidas que buscaban
involucrar en el control a los diversos
y del este de la UE recientemente am-
1 Para más información ver Gil Araújo, Sandra
(2003) “Las migraciones en las políticas de la For-
taleza. Sobre las múltiples fronteras de la Europa
comunitaria” en S. Gil Araújo y M. Dahiri eds. Mo-
vimientos migratorios en el Mediterráneo occi-
dental. ¿Un fenómeno o un problema?, Córdoba,
Ayuntamiento de Córdoba.
2 Las cláusulas y acuerdos de readmisión obli-
gan a los países firmantes a aceptar la depor-
tación de sus ciudadanos y de toda persona
que haya ingresado de manera irregular a la
UE atravesando su territorio.
estabilidad, seguridad y bienestar para to-
dos los involucrados.
Se trata de prevenir la emergencia de
una nueva línea divisoria entre la UE am-
pliada y sus vecinos y posibilitar la parti-
cipación en varias actividades, a través de
la cooperación política, económica, cul-
3 En marzo de 2003 la Comisión presentó una Co
municación en la que definía a la inmigración ile-
gal como una de las amenazas a la seguridad co-
mún, por eso la UE debería ayudar a los países
vecinos a redoblar sus esfuerzos para combatirla.

Información y debate ● PUEBLOS ● Julio ● 2005 ● 41

Europa
Exclusión y estigmatización
tural y de seguridad. “La PEV puede tam-
bién ayudar a los objetivos de la UE en el
área de Justicia y Asuntos de Interior, en
particular en la lucha contra el crimen or-
ganizado, la corrupción, el lavado de di-
nero y todas las formas de tráfico, así co-
mo en lo relativo a las migraciones4.
La PEV se dirige a algunos viejos ve-
cinos y a los nuevos resultantes de la am-
pliación. En Europa se aplica a Rusia,
Ucrania, Bielorusia y Moldavia. En la re-
gión mediterránea a Argelia, Egipto, Is-
rael, Jordania, Líbano, Libia, Marruecos,
Siria, Túnez y la Autoridad Palestina. Se-
rá implementada a través de planes de ac-
ción, que cubrirán un número de áreas
clave para acciones específicas según un
calendario dispuesto para los próximos
tres y cinco años. La gestión de las fron-
teras será una prioridad en la mayoría de
los planes, ya que “sólo trabajando juntos
la UE y sus vecinos pueden gestionar
fronteras comunes más eficientemente,
con el fin de facilitar los movimientos le-
gítimos.”5 Deberán incluir medidas para
mejorar la eficiencia de la gestión fronte-
riza, como el apoyo a la creación y el en-
trenamiento de cuerpos de guardias de
frontera profesionales no militares y me-
didas para hacer los documentos de via-
je más seguros. Las prioridades de los pla-
nes de acción podrán incluir más adelan-
te la cooperación sobre migración, asilo,
políticas de visados, medidas para el com-
bate de terrorismo, el crimen organizado,
el tráfico de drogas y armas, el lavado de
dinero y los delitos económicos y finan-
cieros. “Los planes de acción deberían
también reflejar los intereses de la Unión
en concluir acuerdos de readmisión con
los países socios.”6
En septiembre de 2004, la Comisión
presentó la propuesta para una regulación
borrador estableciendo un Instrumento
Europeo de Vecindad y Paternariado, co-
mo una nueva herramienta que provee
asistencia económica comunitaria a los
4 Comission of the European Communities (2004)
Communication from the Commission. European
Neighbourhood Policy. Strategy Paper, 12 de ma-
yo, Bruselas, p. 6.
5 Ibidém, 16.
6 Ibidém, 17.
42 ● 2005 ● Julio ● PUEBLOS ● Información y debate
“
Los países que conforman las fronteras
“
exteriores de la UE están creando las
precondiciones para un nuevo régimen
fronterizo fuera de la UE
países PEV durante el próximo periodo
financiero 2007-2013. Su artículo segun-
do menciona específicamente la cuestión
migratoria dentro de los objetivos de asis-
tencia. Según el Informe anual sobre el
desarrollo de una política común sobre in-
migración ilegal, el “Instrumento Euro-
peo de Vecindad provee el marco estraté-
gico para intensificar la cooperación y el
diálogo sobre asilo y migración con los
países vecinos, entre ellos los de la cuen-
ca mediterránea, para poner en marcha
nuevas medidas.”7
Tres meses después, la Comisión hi-
zo pública una comunicación sobre los
planes de acción, que se centra en las áre-
as prioritarias de la PEV, constituyendo un
punto de partida para el desarrollo con-
junto de los futuros planes de acción, que
tendrán una duración mínima de tres años
y podrán ser renovados de mutuo acuer-
do.8 Esta comunicación presenta los re-
sultados de las consultas realizadas a par-
tir de informes sobre Israel, Jordania, Mol-
davia, Marruecos, Autoridad Palestina,
Túnez y Ucrania.
También se tratan temas como la po-
lítica de lucha contra las drogas y el lava-
do de dinero. En el caso de Marruecos se
reseña su política de visado y la firma de
acuerdos de readmisión bilaterales con los
países de la UE, informándose sobre la ne-
gociación en marcha de un acuerdo de re-
admisión comunitario. Se advierte que si
bien Marruecos tiene buenas relaciones
7 Commission of the European Communities (2004)
Commission Staff Working Paper Annual report on
the development of a common policy on illegal im-
migration, smuggling and trafficking of human
beings, external borders, and the return of illegal
residents, 25 de octubre, Bruselas, p. 22.
8 Commission of the European Communities (2004)
Communication from the Commission to the Coun-
cil on the Commission proposal for Action Plans
Under the European Neighbourhood Policy (ENP),
9 de diciembre, Bruselas.
con los paí-
ses subsaha-
rianos, esto
no se ha vis-
to reflejado
en la firma
de acuerdos
de readmi-
sión con
ellos. “Re-
cientemente,
sin embargo,
las autorida-
des han ges-
tionado la re-
patriación de
nacionales de países subsaharianos me-
diante una serie de operaciones ad hoc”.9
Como parte del Acuerdo de Asociación
de 2000, Marruecos y la UE han creado
un grupo de trabajo sobre temas sociales
y migraciones, que mantiene discusiones
regulares sobre una serie de cuestiones
como desarrollo, integración social, vi-
sas, migración ilegal y migración de trán-
sito. En el informe sobre Túnez se deta-
lla que patrullas marítimas ítalo-tuneci-
nas operan a lo largo del Estrecho de
Messina para combatir la inmigración ile-
gal hacia la UE.10 Como en el caso de
Marruecos, existe un grupo de trabajo so-
bre cuestiones sociales y migraciones.
Transfiriendo competencias
y evadiendo responsabilidades
El impulso de la Política Europea de Ve-
cindad coincidió con una iniciativa estraté-
gica: la propuesta del gobierno inglés de
crear los denominados safe havens en es-
tados vecinos y regiones de origen para de-
volver a los solicitantes de asilo a los paí-
ses de los que han huido. El primer paso se-
ría la inmediata transferencia de todos los
solicitantes de asilo que lleguen al territo-
9 Commission of the European Communities
(2004), Commission Staffe Working Paper, Euro-
pean Neighbourhood Policy. Countruy Report.
Morocco, 12 de mayo, Bruselas, p. 11.
10 Entre finales de 1998 y principios de 2003 las au-
toridades tunecinas prendieron a más de 37.000
personas, 20.000 de nacionalidad tunecina y el
resto fueron repatriados a sus países de origen.
Commission of the European Communities (2004),
Commission Staffe Working Paper, European
Neighbourhood Policy. Countruy Report. Tunisia,
12 de mayo, Bruselas.

rio de la UE
a centros de
tránsito loca-
lizados en
uno o dos
Estados
miembros,
donde las so-
licitudes se-
rán resueltas
en procedi-
mientos rápi-
dos, de no
más de un
mes. Aqué-
llos a quie-
nes se les reconozca su necesidad de pro-
tección serían distribuidos entre los países
de la UE. Los catalogados como migran-
tes económicos serían inmediatamente de-
portados a sus países bajo los acuerdos de
readmisión o enviados a centros de deten-
ción en sus regiones de origen.
Uno de los puntos de discusión fue la
localización de estos centros. El ACNUR,
que respalda el proyecto, sostiene que los
campos deberían ubicarse en territorio co-
munitario, pero Reino Unido y Dinamarca
pensaban en Albania y Ucrania.11 En rela-
ción a los refugios seguros (safe havens) en
las regiones de origen, fueron menciona-
dos Kenya y Tanzania como posibles lu-
gares de localización de campos para las
personas que huyen de Somalia12.
Si bien la propuesta británica fue re-
chazada en la cumbre de Salónica, en oc-
tubre de 2004 la UE abrió la puerta a otra
reforma polémica: el establecimiento de
centros piloto de acogida de solicitantes
de asilo en los países del Magreb. La di-
ferencia con la iniciativa inglesa es que a
estos centros solo serán enviadas las per-
sonas interceptadas en aguas internacio-
nales y los que lleguen a esos países sin
haber entrado en la UE. Los centros pilo-
tos estarán financiados por la Comisión
Europea (800.000 euros) y los Países Ba-
11 El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los
Refugiados Ruud Lubbers, tenía ideas similares
para campos de exiliados cuando estaba en el go-
bierno neerlandés, Statewatch (2004) “EU Buffer
States and UNCHR ‘processing’ centers and ‘sa-
fe havens’”, Statewatch on-line.
12 Ibidém.
“
En Marruecos, hay tantos campamentos
ad hoc como países en fuga,
principalmente en Tánger y en los
montes cercanos a Ceuta y Melilla
“ algunos casos llevan funcionando entre
jos (200.000 euros). El dinero será desti-
nado a mejorar los procedimientos de asi-
lo en Argelia, Marruecos, Libia, Túnez y
Mauritania, para que puedan “acoger a
miles de personas que utilizan su suelo
como tránsito hacia Europa”. Una parte
de los solicitantes que consigan el estatu-
to de refugiados podría acceder al territo-
rio comunitario.
Los portones de inmigración
Avanzando en este proceso de externaliza-
ción de los controles migratorios hacia las
periferias de la UE, Italia y Alemania pro-
pusieron la creación de lo que denomina-
ron portones de inmigración13, campos de
internamiento de migrantes en países no co-
munitarios, como Libia o Marruecos, am-
bos destinatarios de la Política Europea de
Vecindad.14 Pero en algunos casos no se tra-
ta de crear nuevos campos, sino de utilizar
los que ya existen. Distintas fuentes confir-
man el funcionamiento de campos de re-
fugiados y migrantes en Libia desde, al me-
nos, mediados de los noventa.
Las deportaciones de migrantes afri-
canos desde Italia a partir de octubre de
2004 constituyen la prueba de que el régi-
men ya está en marcha. Así, Libia se ha
convertido en el primer país no europeo
que permite que sus campos sean integra-
dos en las políticas de deportación de la
UE.15 En el caso de Marruecos, hay tantos
13 “La Comisión pondrá en marcha con la ONU cen-
tros de inmigrantes en el Magreb”, El País, 2 de
octubre de 2004.
14 Para Helmut Dietrich el segundo componente de
la propuesta ítalo-alemana sobre Libia es de na-
turaleza económica. Libia es el país suministrador
de petróleo no europeo más importante para Ale-
mania, mientras Italia y Alemania son los países
suministradores de mercancías más importantes
para Libia. Dietrich, Helmut (2005) “The desert front
- EU refugee camps in North Africa?”, Statewatch
on-line, marzo.
15 Ibidém.
Información y debate ● PUEBLOS ● Julio ● 2005 ● 43
Europa
campamentos ad hoc como países en fu-
ga, principalmente en Tánger y en los
montes cercanos a Ceuta y Melilla, que en
cuatro y cinco años. “Yo hablaría de ver-
daderos campamentos de refugiados, no
les llames campamentos de refugiados po-
líticos, llámale campamentos de refugia-
dos económicos. Allí no esta actuando na-
die. Porque no interesa, hay poca denun-
cia, hay muy poca presión a los Estados
europeos...”16
De manera silenciosa, los países que
conforman las fronteras exteriores de la UE
están creando las precondiciones para un
nuevo régimen fronterizo localizado fuera
de la UE. Así, se van transfiriendo compe-
tencias y responsabilidades sobre los mi-
grantes y solicitantes de asilo desde el nivel
estatal y Comunitario hacia enclaves ubi-
cados en países de dudoso prontuario en lo
referente a derechos, al margen de cualquier
tipo de control legal y social. En el núcleo
de estas prácticas está, por un lado, la eco-
nomización de recursos y, por otro, el in-
tento de superar la tensión entre las obliga-
ciones de un Estado de derecho y la vigen-
cia de la realpolitik.
La deslocalización del control migra-
torio hace pensar en la deslocalización in-
dustrial iniciada en los sesenta, que supuso
el traslado de la producción hacia países
con mano de obra barata, bajos niveles de
sindicalización y escaso respeto por los de-
rechos laborales. Algo similar sugiere Alain
Morice, “junto a la agricultura intensiva, las
minas, la explotación de niños y el turismo,
¿por qué no imaginar nuevas especializa-
ciones nacionales, lucrativas hoy pero ge-
neradoras de hambre mañana, tales como
la gestión a distancia de centros de deten-
ción deslocalizados, con ‘asesores técnicos’
y apoyo logístico occidentales?”17.❑
Sandra Gil Araujo es investigadora del programa
de Migraciones y Ciudadanía, del Instituto
Universitario de Investigación Ortega y Gasset.
16 Colectivo Al Jaima, capítulo 3 “Territorios del olvi-
do”, del programa Emigrar a toda costa, produci-
do por Blanca Diego y Leire Otegi, Radio Nether-
land Internacional, 2004.
17 Morice, Alain (2005) “Europa entierra el derecho
de asilo”, Europa: momentos decisivos. Le Mon-
de Diplomatique, edición española, febrero, p.45.
Comunicación
Exclusión y estigmatización
Inmigrantes reflejados: una visión
desde los medios de comunicación
José Carlos Sendín Gutiérrez*

De la misma forma que con el fenómeno de la pobreza, la inmigración

tiene un alto componente de percepción y de relación con el otro. En estos
momentos es un tema que se encuentra en el debate público y genera no
pocas controversias. Pero esto no significa que antes no existiera el
fenómeno migratorio. En el contexto español ha sido una realidad
constante durante buena parte de nuestra historia. Lo que sí ha variado es
que ahora son ellos y ellas los que vienen a España y, en su inmensa
mayoría, para encontrar mejores oportunidades para sus familias.

M
e acercaré al tema desde el án-
gulo de las representaciones y
construcciones mediáticas del
otro inmigrante. Antes que nada, con-
viene mencionar que en los procesos de
producción de noticias -materia prima
de los medios informativos- no es el
acontecimiento noticiable el que marca
la pauta interpretativa, sino que es la ne-
gociación o relación entre los profesio-
nales de los medios y sus fuentes -las eli-
tista en materia de inmigración, a una
política que pretende la integración le-
gal del hecho real que son los miles de
inmigrantes con los que convivimos en
nuestra sociedad, a través del proceso de
regularización que concluyó el pasado
mayo. Esto ya es una pauta que habrá
que analizar cómo se traduce en el trata-
miento mediático, pero con un poco más
de perspectiva temporal, puesto que el
cambio ha sido relativamente reciente.
Itziar Arriaga

tes- el que da las claves de lo que es o no

importante para los medios y cómo quie-
ren que se interpreten determinadas no-
ticias1. Es decir, las claves interpretati-
vas de por qué algo es noticia o deja de
serlo se sitúa no tanto en el hecho en sí,
como en el proceso de producción de es-
tas noticias por parte de los periodistas
con sus fuentes.
El cambio de gobierno el pasado 14
de marzo de 2004 nos da una clara ex-
plicación de la influencia de las elites -
en este caso política- en la forma de per-
cibir un fenómeno y en su traslación en
el tratamiento que le dan los medios, en
especial la televisión. Con el cambio de
signo político hemos pasado de una po-
lítica cuanto menos errática y oscuran-
1 Gaye Tuchman. “Métodos cualitativos en el es-
tudio de las noticias”.(99-115), En K.B. Jensen
/ N.W. Jankowski (Eds). 1993. Metodologías
cualitativas para la investigación de medios de
comunicación de masas. Barcelona Bosch Ca-
sa Editorial SA.
Dimensión del fenómeno
Antes de analizar las representaciones
mediáticas propongo acotar, siquiera sin-
téticamente, el fenómeno y realizar una
visión histórica para determinar, más allá
del tratamiento mediático, las dimensio-
nes del fenómeno de la inmigración.
Los datos del Instituto Nacional de
Estadística, -que no dan cuenta de toda
la realidad de la inmigración en España,
sino de los inmigrantes regularizados-
son muy llamativos en cuanto al au-
mento en el número de personas que vie-
nen a España y se quedan a trabajar. El
gráfico muestra que en los últimos 7
años se ha multiplicado por 5 el núme-
ro de inmigrantes en España.
La población total de España es de
43,97 millones de personas, de los cua-
les 3,69 millones son extranjeros, lo que
supone el 8,4 por ciento del total del em-
padronados, según el avance del Padrón
Municipal publicado por el Instituto Na-
cional de Estadística, publicado el pasa-
do abril.
Si bien son datos que reflejan un au-
mento importante de la población inmi-
grante en España, hay que ponerlos en
relación con otros países europeos, en
los que los flujos y las proporciones de
población inmigrante son mucho mayo-
res como Alemania, Bélgica, Reino Uni-
do o Francia.
Si a su vez ponemos en relación las
cifras mencionadas con el fenómeno
migratorio en la más reciente historia de
los países occidentales nos daremos
cuenta de que estamos perdiendo pers-
pectiva y sobredimensionamos los ac-
tuales flujos de entrada en nuestro país.
Sólo entre 1840 y 1940, 60 millones de
personas emigraron desde Europa a

44 ● 2005 ● Julio ● PUEBLOS ● Información y debate


otros destinos2. La mayoría proce-
dían de Reino Unido e Irlanda, se-
guidas de Italia y Rusia. Los luga-
res de preferencia eran Estados
Unidos, Rusia asiática y Argentina,
sólo por citar los tres primeros pa-
íses de destino. Los flujos actuales
son sin duda importantes, pero na-
da comparables a los de hace más
de siglo y medio.
Para completar esta revisión
inicial del fenómeno, mencionar
que en la actualidad hay dos vías de en-
trada a nuestro país. Desde la Unión Eu-
ropea, donde existe libre circulación pa-
ra los firmantes del Tratado de Schengen
(los 15 más Noruega e Islandia); mien-
tras que los ciudadanos no comunitarios
llegan, bien con visado -de estancia o de
residencia-, o bien por la vía irregular,
que reviste cientos de formas, dentro de
las cuales la más llamativa es la patera,
que simboliza como ninguna la dimen-
sión más dramática del fenómeno.
El lenguaje es el recurso fundamen-
tal para la construcción social de la rea-
lidad y los medios juegan un papel cla-
ve en la creación del marco interpretati-
vo de las noticias; es decir, no sólo nos
dicen lo que pasa, seleccionando los
acontecimientos, sino que nos dicen có-
mo se han de interpretar de acuerdo a
unos criterios que responden a una de-
terminada ideología. Dentro de la crea-
ción de esta realidad social se encuentra
la configuración y reconfiguración de lo
que se denomina como identidades co-
lectivas, por medio del mecanismo de
asignación de determinados valores a
colectivos específicos, en función, de
nuevo, de patrones de interpretación ca-
si nunca declarados o, al menos, que no
se ponen en discusión abierta.
Presentación de la inmigración
como problema
Existen diversos estudios realizados so-
bre el tratamiento informativo de los in-
migrantes, tanto en otros países euro-
peos, como en nuestro país. La tónica
dominante en todos ellos y, en especial
2 Carr-Saunders. World population, pg 49 y 56, ci-
tado en R. Palmer y J. Colton. 1978 Historia
Contemporánea. Madrid. Akal.
Evolución de extranjeros residentes
1996 1998 1999 2000 2001 2002 2003
Fuente: INE
“
Los medios prefieren artículos sobre
sucesos negativos porque en general
se recuerdan mejor y, especialmente,
si se refieren a grupos marginales
“ De la misma forma señala que los
los realizados en nuestro país, es la vi-
sión negativa del otro (inmigrante), que
privilegia el marco de presentación de
la inmigración como un “problema”,
más allá de cualquier análisis del por-
qué de la emigración, de las circuns-
tancias que concurren en los países de
origen o de la contribución que los in-
migrantes realizan en nuestra sociedad.
La mayor parte de las noticias vienen
constituidas por dificultades y/o pro-
blemas con respecto a la inmigración,
tal como reflejan desde un enfoque
cuantitativo Carlos Muñiz y Juan José
Igartua3. Así como desde un enfoque
analítico cualitativo, en el que se ha
comprobado la asociación que se esta-
blece entre inmigración y dramatismo,
por un lado, y la concepción, por otro,
de la inmigración como una invasión,
en el trabajo de Andreu Casero4. Am-
bos trabajos, aunque desde perspecti-
vas diferentes, coinciden en señalar la
estrategia de marcar oposiciones del ti-
po ellos / nosotros, asignando elemen-
3 Carlos Muñiz y Juan José Igartua “Encuadres
noticiosos e inmigración. Un análisis de conteni-
do de la prensa y televisión españolas”. Revista
Zer Nº 16 , mayo 2004, Bilbao, (p. 6).
4 Andreu Casero “Informando sobre el otro: es-
trategias del discurso periodístico en la construc-
ción de la imagen de los inmigrantes”, en Sphe-
ra Pública, nº 4, 2004, Murcia, (p.235).
Información y debate ● PUEBLOS ● Julio ● 2005 ● 45
Comunicación
tos negativos a ellos y sólo los po-
sitivos a nosotros.
Trabajos como el realizado por
T.A.van Dijk reflejan estos mis-
mos elementos en buena parte del
tratamiento informativo por parte
de los medios, para destacar la
aparición de una variante de racis-
mo no explícito, un “racismo sim-
bólico”. Este autor confirma los
problemas que las personas tienen
en declarar abiertamente su oposi-
ción a la inmigración, o a calificarla co-
mo invasión u otros calificativos, y se es-
cudan en otro tipo de argumentos cana-
lizados por los medios5.
medios prefieren artículos sobre sucesos
negativos porque en general se recuer-
dan mejor y, especialmente, si se refie-
ren a grupos marginales. Esto significa
que existe un marco ideológico comple-
jo, dentro del cual la percepción entre
grupos, los prejuicios, la dominación de
los blancos, las estrategias cognitivas,
además de los valores que los periodis-
tas atribuyen a las noticias, contribuyen
en conjunto a una representación nega-
tiva de las minorías étnicas (1997:79),
en este caso en el análisis realizado so-
bre la prensa occidental.
Es cierto que no está documentada
la relación directa entre el tratamiento
mediático y el comportamiento huma-
no, como demuestran las investigacio-
nes realizadas, por ejemplo, sobre la in-
fluencia de la televisión en la transmi-
sión de patrones violentos. Existen mul-
titud de factores sociales, además de los
mediáticos, que confluyen para dar lu-
gar a determinados comportamientos.
Sin embargo, si partimos de la base de
que un importante porcentaje de la po-
blación española se informa mayorita-
riamente a través de los medios de co-
municación, aquello que digan los me-
dios acerca del fenómeno de la inmigra-
ción es importante. Ya en el año 2000, el
Centro de Investigaciones Sociológicas6
5 Teun A. van Dijk. 1997. Racismo y análisis críti-
co de los medios. Barcelona. Ed. Paidós (p.79).
6 Estudio CIS 2396, Julio de 2000. Los españoles
y los medios de comunicación. Madrid.
Comunicación
Exclusión y estigmatización
dejaba constancia mentar para mante-
de que un 79 por ner los niveles de
ciento de los es- competitividad y
pañoles ve la tele- producción. Sin em-
visión “todos o bargo, esto respon-
casi todos los dí- de a una situación
as”, frente a un 26 contradictoria de la
por ciento que economía española,
afirma leer casi que tiene dificultad
todos los días un para crear empleo,
solo diario de in- pero al mismo tiem-
formación gene- po necesita mano de
ral. El telediario obra barata para cu-
es el programa brir nichos laborales
más visto para el que los autóctonos
67 por ciento de no quieren, puesto
P.C.D.

la población en- que están mal remu-

cuestada. La patera representa en el imaginario colectivo la forma más dramática de inmigración clandestina.
nerados o requieren
Los medios baja cualificación.
tienen una respon- Nunca se plantea,
sabilidad importante a la hora de trans- migrantes, sino también a las razones de sin embargo, que se puede ampliar el
mitir contenidos relacionados con la in- fondo que se pueden encontrar detrás de estado del bienestar reduciendo el nú-
migración, puesto que los comporta- estos cambios. Como se ha demostrado mero de trabajadores y el de habitan-
mientos violentos contra colectivos de en otras ocasiones, los discursos pueden tes, aumentando las capacidades de la
inmigrantes siguen siendo noticia cada cambiar, y de hecho lo hacen, pero no población y reduciendo los consumos
día. Todavía quedan en nuestra memo- las concepciones ideológicas de fondo, superfluos7.
ria los sucesos de El Ejido, de 2000. Por por lo cual podríamos asistir a un dis- El informe de la división de pobla-
ello, no dejan de ser sorprendentes las curso revestido de “modernidad”, pero ción de la ONU marcó la pauta en es-
conclusiones de los trabajos menciona- basado en principios profundamente te sentido, al declarar que Europa pre-
dos acerca de los componentes negati- conservadores. cisará 160 millones de inmigrantes
vos asociados a la inmigración en los Algunos de estos patrones interpre- hasta el 2050, de los cuales España
medios de comunicación analizados. tativos tienen que ver con el conserva- precisaría 12 millones en este mismo
Es de esperar, sin embargo, en co- durismo demográfico y con el paradig- plazo. Lo que subyace es la preocupa-
herencia con la idea de que las noticias ma economicista a la hora de concebir ción por el número de seres humanos
son fruto de la negociación entre los pe- los flujos de población. Ambos pueden productivos, que son los que cuentan
riodistas y las elites, que el tratamiento aparecer de manera solapada en los dis- para los economistas.
informativo cambie si la elite política es- cursos tanto de la derecha como de la iz- El cambio más importante que la in-
tá desplegando un nuevo discurso sen- quierda. Y tienen que ver con la idea de migración implica es la nueva configu-
sible a la realidad de la inmigración. Es- que en nuestras sociedades la esperanza ración de la sociedad, hacia un esquema
to está aún por ver, aunque algunos ele- de vida es cada vez mayor, y el enveje- de convivencia multicultural, en el que
mentos se pueden ya observar en toda cimiento de la población justifica, de por el respeto por la diferencia y la curiosi-
una nueva serie de programas en las te- sí, la necesidad de inmigración. Es de- dad por descubrir otras formas de pen-
levisiones sensibles con el fenómeno de cir, se acepta a los inmigrantes como un sar y de organizar la vida sean ingre-
la inmigración, así como la aparición de mal menor, por conservadurismo de- dientes a potenciar, y en esta tarea los
medios escritos dirigidos específica- mográfico. medios de comunicación juegan un pa-
mente a colectivos de inmigrantes. El paradigma economicista viene a pel, sin duda, fundamental.❑
decir que la población tiene que au-
Una visión crítica de los

“
argumentos de fondo
*José Carlos Sendín es periodista. Trabaja
Me parece necesario hacer una última
reflexión referida a esos argumentos la-
tentes pero no expresados en los discur-
sos mediáticos sobre la inmigración.
“
La mayor parte de las noticias vienen
constituidas por dificultades y/o problemas
con respecto a la inmigración
en Cooperación al Desarrollo y es investigador
del Grupo de Estudios Africanos de la UAM

7 Antonio Izquierdo Escribano 2001”Inmigrantes

o habitantes, o cuando la ecuación se descom-
Conviene estar atentos no sólo a los pensa”. Pp. 199-221 En Claves demográficas del
cambios en el discurso acerca de los in- futuro de España. Colección Veintiuno. Madrid.

46 ● 2005 ● Julio ● PUEBLOS ● Información y debate

 Horizontes
Nuevos horizontes
“Nuevas economías” desde y para
la inmigración
Decio Machado*

Los inmigrantes ya forman parte esencial de la

economía española, pero entran por la puerta de
atrás. Con una tasa de actividad con respecto a la
población activa un 16’5 por ciento superior a la
de los trabajadores nativos, cuentan con más de
un millón de afiliados a la Seguridad Social , lo
que supone un 6’28 por ciento del total,
porcentaje que se incrementará tras el último
proceso de regularización. Como sector
creador de una demanda específica de bienes y
servicios, los inmigrantes se encuentran
perfectamente integrados en tanto que mano de
obra y consumidores, pero no en calidad de
sujetos con derechos laborales, sociales
o civiles.
Paula Cabildo

E
l crecimiento de la ocupación
en casi un millón de personas
que afloró en la revisión de la
Encuesta de Población Activa (EPA)
para el periodo 1996-2004, sumado a
los resultados del proceso de normali-
zación finalizado en mayo tendrán un
impacto positivo sobre el nivel del
Producto Interior Bruto (PIB) para
2005 y 2006.
Si bien es cierto que se espera un
importante aumento del empleo legal
tras el proceso de regularización , el
auge se concentra en los sectores de
servicio doméstico, construcción, hos-
telería y agricultura, actividades que
utilizan principalmente mano de obra
poco cualificada, lo que agudiza el es-
caso dinamismo de la productividad
nacional.
Disparidad de criterios
Para los teóricos del capitalismo espa-
ñol, los inmigrantes son la mano de
obra barata que salvará la competitivi-
dad económica y la pervivencia del sis-
tema de pensiones. Desde otra óptica
se les considera parásitos que destrui-
rán el precario Estado del bienestar, in-
terpretación adoptada por la presiden-
ta de la Comunidad Autónoma de Ma-
drid, Esperanza Aguirre, quien decla-
ró en su campaña electoral que “a los
inmigrantes les sale más barato pagar-
se el viaje para operarse aquí, que que-
darse en su país a esperar”, derivando
la responsabilidad de las listas de es-
pera en los hospitales públicos a la lle-
gada de estos nuevos trabajadores y
trabajadoras.
Una de las ideas más extendidas
cuando se habla de inmigración y eco-
nomía es que los inmigrantes hacen ba-
jar los salarios y aumentan el paro. Se-
gún un estudio publicado de la Funda-
ción de Cajas de Ahorro Confederadas
(FUNCAS), esta relación entre au-
mento de la inmigración y bajada de
los salarios no se ha podido demostrar
con datos empíricos fiables. El sindi-
cato CCOO sí relaciona la bajada de
sueldos en el sector de la construcción,
salarios que decrecieron un 13 por
ciento en términos reales entre 1996-
2000. Asismismo, desde el sector agra-
rio se hace referencia a los bajos sala-
rios por peonadas en Andalucía, cons-
tatando que en Almería y Huelva se en-
cuentran los convenios del campo pe-
ores pagados de la UE en las campañas
agrícolas basadas prácticamente en
mano de obra inmigrante.
Según informes de CCOO, el he-
cho de que la temporalidad en el em-
pleo inmigrante doble a la temporali-
dad de los trabajadores nativos -quie-
nes a su vez doblan la tasa de rotación

Información y debate ● PUEBLOS ● Julio ● 2005 ● 47

Horizontes
europea- se debe a la estacionali-
dad típica de los sectores que los
emplean. Un 65 por ciento de los
contratos firmados por inmigran-
tes pertenece al sector servicios,
especialmente en segmentos pre-
carios como la hostelería y el ser-
vicio doméstico.
La participación de los inmi-
grantes en la economía española
se refleja asimismo por los datos
de las remesas enviadas al extran-
jero, nada menos que 2800 millo-
nes de euros en 2003 según datos
del Banco de España. Los bancos
se interesan ya por captar este
segmento de mercado relacionado
con el envío de dinero al exterior,
actualmente en manos de empre-
sas especializadas. En este peque-
ño nicho financiero, los inmigran-
tes legales serán los nuevos “se-
ñores clientes”.
María Liñares
Los nuevos negocios
generados por los
inmigrantes
El barrio madrileño de Lavapiés acoge centenares de comercios de inmigrantes.
Las grandes ciudades como Ma-
drid y Barcelona han visto retro-
ceder el pequeño comercio tradicio-
nal sustituido por negocios de co-
merciantes chinos, paquistaníes, ma-
grebíes o latinos, cambio que dista de
ser plenamente aceptado.
Los comercios de inmigrantes ex-
tranjeros (locutorios, empresas de
mensajería, tiendas de alimentación,...)
y su efecto dinamizador sobre los ba-
rrios económicamente más deprimidos
del centro generan, a grosso modo, una
disparidad entre la actitud contraria de
los comerciantes autóctonos (y de la
Administración) y la actitud favorable
de las clases populares.
Los comercios de inmigrantes
son, en muchos casos, equiparados a
actividades marginales que hay que
controlar y frenar .Para los comer-
ciantes autóctonos, los comercios de
inmigrantes despiertan el fantasma
de la desvalorización por su doble
significación: “degradante” (como
actividad que malogra el entorno) y
“étnica” (que evoca “comunida-
des/barrios inmigrantes” que, a su
48 ● 2005 ● Julio ● PUEBLOS ● Información y debate
Nuevos horizontes
vez, evocan marginalidad). Por otro
lado, los comerciantes convierten a
sus colegas extranjeros en chivos ex-
piatorios de la crisis del pequeño co-
mercio tradicional.
En el 2001, en el céntrico barrio bar-
celonés de Ciutat Vella, se contabiliza-
ron 415 establecimientos regentados por
extranjeros. La apertura de comercios de
inmigrantes se produce en un contexto
de crisis prolongada del pequeño co-
mercio tradicional de base familiar, es-
pecialmente aguda en Ciutat Vella
De forma general, las zonas donde
más comercios de inmigrantes se han
“
Los datos sobre las remesas enviadas al
extranjero son de nada menos que 2800
millones de euros en 2003 según datos
del Banco de España
“ de los llamados por algunos autores
1 (datos e EARHA, 1991).
abierto coinciden con las zonas
más deprimidas comercialmente
en décadas anteriores: estos nego-
cios están “revitalizando”, para
usar un término utilizado con pro-
fusión en el discurso oficial, la ac-
tividad comercial, económica y
social en barrios decaídos y de-
gradados.
Para la Federación Nacional
de Trabajadores Autónomos, el
pequeño comercio había perdido
el 46 por ciento de su cuota de
mercado a favor de las grandes su-
perficies. Representando precisa-
mente la dinamización del peque-
ño comercio en un periodo de cri-
sis, las tiendas de inmigrantes son
denunciadas públicamente por los
comerciantes nativos como causa
esencial de la crisis del sector.
Similar es la situación del ba-
rrio madrileño de Lavapiés, donde
los comercios de inmigrantes han
ocupado una zona en la que el
abandono urbanístico había baja-
do el precio de los locales, a la vez
que el comercio tradicional perdía
peso ante la falta de un relevo ge-
neracional y el empuje de los super-
mercados.Allí hay 407 comercios étni-
cos, con un claro dominio de los nego-
cios establecidos por comerciantes chi-
nos -hasta un 70 por ciento del total-,
seguidos de los paquistaníes-19 por
ciento- y los magrebíes 7 por ciento-.
La literatura especializada es aún
muy escasa . Estamos ante un fenóme-
no muy reciente, si bien se destacan
elementos útiles para explicarlo: el re-
curso a una mano de obra autoexplota-
1
da -predominan los negocios familia-
res- y la respuesta de estos negocios a
una demanda no sólo económica por
parte de los inmigrantes. Las redes de
apoyo, tanto formales como informa-
les, facilitan el acceso a la financiación
y a los nichos de demanda procedentes
“enclaves étnicos”.
Este se ajusta a los comerciantes
chinos, que en Lavapiés centran su ac-
tividad en los almacenes mayoristas
que surten a otras tiendas y a la venta
ambulante. Es el sector más abierto a

la economía madrileña. A otra escala,
estos comercios son receptivos a la di-
versidad que puebla los barrios: los
clientes de una peluquería árabe o ca-
ribeña son normalmente gente de su
comunidad, pero muchos autóctonos
acuden porque son más baratas, po-
niendo en cuestión el término “co-
mercio étnico”.
¿Son los inmigrantes un
próspero nuevo mercado?
La idea más extendida es que este nue-
vo nicho de clientes está poco explota-
do, como se repitió hasta la saciedad
durante la jornada de “Marketing Cul-
tural” organizada por el Instituto de
Empresa el pasado marzo. La base del
problema radica en el desconocimien-
to acerca de la capacidad de compra de
los inmigrantes. La realidad es que, se-
gún informes del Instituto de Empresa
en colaboración con A.C. Nielsen, el
65 por ciento de los inmigrantes se ve
obligado a comprar con el “precio co-
mo primer condicionante”, aunque
dentro de ese nivel también demandan
calidad en los productos.
Los expertos aseguran que las em-
presas tienen miedo a apostar por este
segmento del mercado y hacer campa-
ñas por los posibles efectos negativos
sobre el resto de sus clientes, debido al
rechazo social que en algunos sectores
provoca la inmigración. La mayoría
del empresariado autóctono no consi-
dera que este colectivo tenga aún la su-
ficiente capacidad adquisitiva para
comprar ciertos productos.
Para abordar a ese otro 35 por
ciento que puede fijarse en más cues-
tiones que en el precio, hay que ana-
lizar sus necesidades inmediatas, a
medio y largo plazo. Según el Institu-
to de Empresas, éstas dependen de su
ciclo de estancia.
En un primer peldaño se encuen-
tran quienes residen en el estado es-
pañol desde hace unos 2 años -se es-
tima que un 79’3 por ciento-, que re-
quieren como necesidades constantes
la comunicación con su país, el envío
de dinero, la tramitación y gestión de
documentos, trabajo e información y
asesoramiento jurídico. En el segun-
do están los que llevan unos 5 años,
con necesidades similares pero con
posibilidades de traer a sus familiares
a través de pequeños créditos.
Y por último hay un tercer nivel
que engloba a los inmigrantes con
hábitos de consumo similares a los
españoles , que pueden comprar un
coche, financiar los estudios de sus
hijos, etc.
Estudios elaborados por grandes
consulting económicos indican que
básicamente los inmigrantes se adap-
tan a las costumbres españolas, al
tiempo que conservan en lo posible
sus comidas tradicionales. Estudios de
marketing del sector revelan que si
bien los inmigrantes gustan de los pla-
tos peninsulares, les resultan más in-
sípidos que los de sus países. Las
grandes cadenas alimentarias co-
mienzan a tener productos importados
de Latinoamérica.
La importancia de la inmigración
como consumidora de productos co-
mienza a ser tan importante que or-
ganizaciones como la Federación de
Asociaciones de Consumidores y
Usuarios de Andalucía (FACUA),
están desarrollando campañas de
formación e información bajo el tí-
tulo: Los inmigrantes y sus derechos
como consumidores,distribuyendo
una vanguardista guía en castellano,
inglés y francés para asesorar a los
inmigrantes sobre sus derechos, pre-
tendiendo evitar los abusos de los
que pueden ser objeto debido al des-
conocimiento del idioma, de los pro-
ductos y de sus derechos..
Consumo de los inmigrantes
Los estudios en este campo son aún
poco precisos, pero algunos datos
comienzan a configurar la realidad.
“
Los comerciantes convierten a sus
“
colegas extranjeros en chivos expiatorios
de la crisis del pequeño comercio
tradicional
Información y debate ● PUEBLOS ● Julio ● 2005 ● 49
Horizontes
En Catalunya se vendieron unas
20.000 monas de Pascua más que el
año pasado, ya que los inmigrantes
han acogido con gusto este dulce.En
el sector de servicios y comunica-
ciones, el gasto en telefonía de la po-
blación inmigrante estaría actual-
mente por encima de los 1.000 mi-
llones de euros anuales.
El tráfico aéreo de pasajeros en-
tre el estado español y Latinoaméri-
ca ha crecido en lo que va de año un
25 por ciento. La razón radica en que
muchos inmigrantes no regresaban a
sus países por temor a poder entrar
en el estado español, problema para
algunos solucionado tras el último
proceso de normalización. Es ésta
una realidad que ya no admite dis-
cusión: las entidades financieras afi-
lan las garras ante el nuevo botín.
Las principales cajas de ahorros y
bancos se han volcado en los inmi-
grantes generalizando a este grupo
sus servicios y los productos que ca-
racterizan su negocio con particula-
res y pequeñas empresas e ideando
soluciones para responder a las peti-
ciones de estos potenciales clientes.
Las entidades financieras han co-
menzado a contratar personal proce-
dente de estos países y a ofrecerles
atención telefónica “multi-idioma”.
Miguel Blesa, presidente de Caja
Madrid, destacó recientemente que el
15 por ciento de las hipotecas del año
pasado fueron para extranjeros.
Las entidades financieras buscan
conquistar a estos clientes. El seguro
de repatriación es un ejemplo. De es-
ta manera, el capital financiero y las
empresas importantes en los sectores
inmobiliario, telefonía, etc... demues-
tran con su interés especulativo y de
negocio que la inmigración es hoy ya
una realidad imparable, integrándola
a su manera en sus ámbitos de nego-
cio, lejos de discursos racistas y xe-
nófobos de la derecha más ignorante
y menos inteligente y por lo tanto me-
nos peligrosa.❑
*Miembro de la Comisión de Inmigración
CGT-Madrid y del Consejo de Redacción
del periódico Diagonal.
Recursos
WEBS
http://www.apdha.org/ ASOCIACIÓN
PRO DERECHOS HUMANOS DE
ANDALUCÍA. Vasto y documentado
número de comunicados e informes so-
bre cuestiones referidas a las migra-
ciones, de temáticas variadas, entre
otras referencias de interés.
http://www.ccoo.es/sindicato/migracio-
nes.html: CONFEDERACIÓN SIN-
DICAL DE COMISIONES OBRE-
RAS, SECRETARIA DE MIGRA-
CIONES. Propone temas relaciona-
dos con la normativa de las migracio-
nes y sentencias de interés.
http://www.cgt.es/ CONFEDERACIÓN
GENERAL DEL TRABAJO. Noti-
cias, material formativo y manual de
derechos del trabajador inmigrante,
ntre otras informaciones.
http://www.cear.es/home.php: COMI-
SIÓN ESPAÑOLA DE AYUDA AL
REFUGIADO (CEAR). Incluye, en-
tre otras, información sobre el trabajo
de la organización, un centro de docu-
mentación y un boletín de noticias.
http://www.caiclm.com COORDINADO-
RA DE ASOCIACIONES DE IN-
MIGRANTES DE CASTILLA LA
MANCHA. Página para inmigrantes
que incluye servicios, noticias de inte-
rés, mensajes, comunicados y asesora-
miento.
http://www.iom.int/ ORGANIZACIÓN
INTERNACIONAL PARA LAS
MIGRACIONES. Información sobre
los programas, las publicaciones, re-
vista de prensa...
http://www.icam.es/index.jsp ILUSTRE
COLEGIO DE ABOGADOS DE
MADRID. Aula de migración. Le-
gislación y jurisprudencia en materia
de extranjería, con información útil pa-
ra el empresario y el trabajador, noti-
cias de prensa e impresos de solicitud,
entre otras referencias.
50 ● 2005 ● Julio ● PUEBLOS ● Información y debate
Recursos
http://www.medicosdelmundo.org MEDI-
COS DEL MUNDO. Incluye infor-
mes, debates y noticias referidas a la
inmigración.
http://www.reicaz.es : REAL E ILUS-
TRE COLEGIO DE ABOGADOS
DE ZARAGOZA. Area de inmigra-
ción y extranjería. Se ofrecen infor-
maciones jurídicas, sociales y de for-
mación, permitiendo la descarga de im-
presos y formularios. Puesta en marcha
de un kiosko y un foro, entre otros da-
tos de interés.
http://www.redacoge.org/default.htm
RED ACOGE. Posibilidad de des-
carga de documentos y una nutrida red
de enlaces.
http://www.sosracisme.org SOS RACIS-
MO (Catalunya) Contiene informa-
ciones de actualidad, propone temas
para la reflexión y aborda las campa-
ñas e iniciativas puestas en marcha por
la asociación (La página
http://www.sosracismomadrid.org se
encuentra actualmente en proceso de
elaboración)
PUBLICACIONES
Trabajadores invisibles, Precariedad,
Rotación y pobreza de la inmigración en
España, de Ubaldo Martínez Veiga, Los
Libros de la Catarata, 2004.
Estas páginas proponen un análisis de al-
gunos aspectos relevantes del trabajo de los
inmigrantes en nuestro país. El mercado la-
boral en España se caracteriza por unos al-
tos niveles de rotación y precariedad, si-
tuación que afecta no sólo a la población
inmigrante sino al conjunto de la sociedad.
La integración ciudadana, una
perspectiva para la inmigración,
de Miguel Pajares, ed. Icaria, 2005.
En este libro el autor ahonda en la proble-
mática de la integración de los inmigran-
tes, tanto en el plano político como social,
al tiempo que analiza los factores y meca-
nismos de exclusión que sufre la población
inmigrada que se producen en un contexto
europeo de merma del Estado de bienestar.
La migración, un camino entre el
desarrollo y la cooperación,
coord. Nieves Zúñiga. Dirección General
de Inmigración, Cooperación al
Desarrollo y Voluntariado, Comunidad
de Madrid, ed. Centro de Investigación
para la Paz, 2005.
Este estudio explora tanto las causas que
motivan los actuales movimientos de po-
blación como su impacto en las socieda-
des implicadas. Se trata de un marco de
análisis de las migraciones como fenóme-
no global donde se sitúa una de las mayo-
res preocupaciones de nuestras sociedades:
la interculturalidad.
Imigraciones y desarrollo en
Marruecos. Joan Lacomba. Ed. Los
libros de la Catarata / IUDC, Madrid,
2004.
Son escasos los trabajos que se han adentrado
en el conocimiento de las potencialidades en-
tre el desarrollo y las migraciones, y menos
aún los que lo han hecho con un conocimien-
to profundo de una zona geográfica tan im-
portante como es Marruecos. Joan Lacomba,
especialista en el Islam y los países árabes, ha
escrito este trabajo pionero que sin duda abri-
rá nuevas líneas de trabajo e intervención pa-
ra impulsar las incipientes estrategias de co-
desarrollo, de las que tanto se habla y de las
que tanto se desconoce.
Informe Anual 2005 sobre el Racismo
en el Estado español. ed. Icaria, 2005.
El décimo informe publicado hasta el mo-
mento por SOS Racismo está compuesto
por nueve capítulos en los que se recogen
todas las manifestaciones del racismo en la
sociedad, tratando temáticas que van des-
de la derechización de Europa en materia
social, la falta de derechos de los inmi-
grantes irregulares, el ascenso de la extre-
ma derecha y el neonazismo o los abusos
perpetrados por los cuerpos de seguridad.
Mugak elabora una revista diaria de pren-
sa, que recoge lo publicado en una veinte-
na de diarios de todo el estado referido a
cuestiones de inmigración, racismo y xe-
nofobia. Su envío se hace de forma gratui-
ta a toda persona que lo solicite. Dirigirse
a komunikazioa@mugak.org