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La doble mesa del Señor

En esta enseñanza vamos a centrarnos en los dos partes centrales de la misa:

 La liturgia de la Palabra (Lecturas, salmo, Evangelio, homilía, credo y


oración de los fieles.

 Liturigia Eucarística (ofertorio, consagración, comunión)

En Ambas Cristo que se nos comunica y alimenta:


 Por medio de su Palabra.
 Por la comunión con su Cuerpo y su Sangre

Test: “En la comunión diaria encontraras la fuerza que necesitas para seguirme”

Consideraciones previas:
 El sacrificio Eucarístico es “fuente y cima de toda la vida cristiana”. (LG
11) Toda la actividad misionera de la Iglesia brota de la Eucaristía como de
su Fuente y tiende a ella como a su fin.

 La Sagrada Eucaristía contiene todo el bien espiritual de la Iglesia,


es decir, Cristo mismo (PO).

En ella no solamente recibimos de una manera torrencial la gracia de la


santificación sino que recibimos al mismo “autor de la gracia”, a Cristo
mismo.

Es el “sacramento por excelencia”, como bien lo denominaba Pablo VI,


porque en él se encuentra Cristo mismo presente de una manera especial
con toda su gloria, y quien es fuente de todas las gracias.

 La Misa es la actualización del misterio pascual.

Es decir, cada vez que participamos en la misa, estamos participando en la


Pasión, Muerte y Resurrección del Señor.
EL Señor ordenó “hagan esto en memoria mia”, y cuando se celebra la
Eucaristía no es el simple recuerdo de la cena Pascual que celebro el Señor
el jueves Santo. La Pasión, Muerte y Resurrección del Señor se hace
sacramentalmente presente (EE 11).

Jesús nos ha dejado en la Eucaristía, el medio para participar de su sacrificio


“como si hubiéramos estado presentes” (EE 11).

Testimonio. Visión de la Pasión

Desarrollo de la enseñanza
La estructura fundamental de la eucaristía, desde el principio de la Iglesia, ha sido
siempre la misma.

Al igual que en la última cena siempre se ha celebrado primero una liturgia de la


Palabra, seguida de una liturgia sacrificial, en la que se entrega el cuerpo de Cristo
y se derrama su sangre, que luego se ofrecen en la comunión.

Ritos iniciales.
Canto de entrada y posesión, Veneración del altar, La señal de la Cruz, Saludo (in
persona Cristi), acto penitencia, gloria y oración colecta.

Test. In persona Cristi. P Vicente. Reinaldo

Por medio de ellos nos disponemos para participar en la misa.

Es importante participar con fervor, atención y activamente en todas las partes de


la misa. Con una actitud reverente y digna. Respondiendo fervientemente.
Liturgia de la Palabra.
Un poco de historia

En los comienzos de la Iglesia la liturgia de la palabra estaba separada de la


liturgia eucarística. Los discípulos participaban en el culto del templo. Allí
escuchaban la lectura de la Biblia, recitaban los salmos y las oraciones junto con
los demás hebreos; luego se reunían aparte en sus casas para "partir el pan", es
decir, celebrar la Eucaristía (Hech 2, 43).

Muy pronto esta prácctica se hizo imposible:

 tanto por la hostilidad respecto de ellos por parte de la comunidad hebrea,

 como porque las Escrituras habían adquirido ya para ellos un sentido nuevo,
orientado todo hacia Cristo.

Fue así como la escucha de la Escritura se trasladó del templo o de la sinagoga a


los lugares de culto cristiano, convirtiéndose en la actual liturgia de la palabra que
precede a la plegaria eucarística.

San Justino, en el siglo II, da una descripción de la celebración eucarística


en la que ya están presentes todos los elementos esenciales de la actual
Misa.

Consiste en las lecturas y el Salmo Responsorial, el Evangelio, la Homilía, el Credo


y la Oración de los fieles

La iglesia nos enseña que Cristo “está presente en su palabra, pues cuando
se lee en la Iglesia la sagrada Escritura, es él quien nos habla. (SC 7a).

En las lecturas, que luego desarrolla y explica la homilía, Dios habla a su Pueblo.

Cuando se proclama después de las lecturas “Palabra de Dios”, no se quiere


afirmar solamente que esto es lo que Dios ha dicho en el pasado, y que
recordamos, sino que es la Palabra que Dios hoy nos está diciendo,

Por eso las lecturas bíblicas en la misa No tiene tanto el objetivo de conocer mejor
la Biblia, sino el de reconocer a quién se hace presente en la fracción del
pan, el de iluminar cada vez un aspecto del misterio que se va a recibir.
Esto es lo que se ve en el episodio de los dos discípulos de Emaús: escuchando
la explicación de las Escrituras, el corazón de los discípulos comenzó a
sensibilizarse de modo que luego fueron capaces de reconocerlo en la fracción
del pan.

En la misa, las palabras y los episodios de la Biblia no son solamente narrados,


sino revividos: Lo que sucedió "en aquel tiempo", tiene lugar "en este tiempo".

Nosotros no sólo somos oyentes de la palabra, sino interlocutores y actores en


ella. A nosotros, allí presentes, se nos dirige la palabra; somos llamados a
asumir el puesto de los personajes evocados.

Ej. Moises y la zarza ardiente “Quítate las sandalias.


Zaqueo: hoy quiero quedarme en tu casa.

Esto exige de los fieles escuchar con gran veneración.

San Agustín:

“Toda la solicitud que observamos cuando nos administran el Cuerpo de Cristo


para que ninguna partícula caiga en tierra de nuestras manos, ese mismo
cuidado debemos poner para que la Palabra de Dios que nos predican, hablando o
pensando en otras cosas, no se desvanezca de nuestro corazón”

La doble mesa del Señor..

El Vaticano II ve en la Eucaristía “la doble mesa de la Sagrada Escritura y de


la eucaristía” (PO 18; DV 21).

Desde la mesa del ambón se nos comunica a Cristo como palabra, y desde la mesa
del altar a Cristo como Pan de vida.

Debemos aprender a comulgar a Cristo-Palabra, así como comulgamos con


Cristo-Pan, y podemos aplicar incluso al Pan Eucarístico lo que dice la Escritura:
“No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”
(Dt 8,3; Mt 4,4)

“La Iglesia siempre ha venerado la Sagrada Escritura,


como lo ha hecho con el Cuerpo de Cristo” (DV 21)

Creemos en la presencia Real (por antonomasia, no por exclusión) de Cristo en


el pan consagrado,

También hemos de creer en la realidad de la presencia de Cristo cuando nos habla


en la liturgia.
La liturgia de la palabra concluye con:

 El Credo (en el caso de las fiestas y solemnidades) y con,


 La oración de los fieles.

Ambas constituyen la respuesta a la Palabra que se nos ha proclamado,


manifestando nuestra adhesión a ella (Creo), y orando con ella.

Liturgia del sacrificio o Liturgia Eucarística


Tiene varias partes:

1. Ofertorio

Consta de: Presentación del pan y vino y de los otros dones, Lavabo o purificación,
Orad Hermanos, Oración sobre las ofrendas

En el ofertorio la oración de los fieles se une a la de Cristo,


y uniéndose a Cristo víctima se disponen también a ofrecerse a Dios.

Test. Ofrenda de vida, música.

Plegaria Eucarística.

 En ella se da la cima del sacrificio Eucarístico.


 Es una plegaria de acción de gracias y consagración.
 En ella el sacerdote invita al pueblo a elevar el corazón en oración a Dios.

La oración Eucarística, pronunciada exclusivamente por el sacerdote, es la oración


suprema de la Iglesia. Va dirigida al Padre por medio de Jesucristo.

Consta de varias partes.

En ella cantamos el Santo. (Unidos a los ángeles)


La misa es celebrada en comunión con toda la Iglesia: Triunfante, Purgante y
Mlitante.

Test. Abuela de Laura.


Invocación al Espíritu Santo (Epíclesis 1ra)

El Sacerdote impone las manos sobre las ofrendas y pide al Espíritu Santo,
qua así como obró en la Encarnación del Hijo en el seno de la Virgen María,
descienda ahora sobre el pan y el vino, y obre la transustanciación de estos
dones ofrecidos en sacrificio, convirtiéndolos en el cuerpo y sangre del mismo
Cristo.

En ese momento el pan y el vino son transformados en el cuerpo y la sangre de


Jesús. Se transforma la sustancia pero se conservan los accidentes.

Milagros Eucarísticos.

Invocación al Espíritu Santo (2da)

Si en la cruz Cristo se ofreció al Padre él solo, en el altar litúrgico se ofrece


ahora con su Cuerpo místico, La Iglesia

Y puesto que hay dos "ofrendas" y dos "dones" en el altar -el que se debe
transformar en el cuerpo y la sangre de Cristo (el pan y el vino) y el que se debe
transformar en el cuerpo místico de Cristo-, hay también dos "epíclesis" en la
misa, es decir, hay dos invocaciones del Espíritu Santo.

 En la primera se dice: "Por eso, Señor, te suplicamos que santifiques por el


mismo Espíritu estos dones que hemos separado para ti, de manera que
sean cuerpo y sangre de Jesucristo"

 En la segunda, que se recita después de la consagración, se dice: "Y llenos


de su Espíritu Santo, formemos en Cristo un solo cuerpo y un solo espíritu.
Que él (el Espíritu) nos transforme en ofrenda permanente".

Epíclesis de Comunión, donde imploramos de nuevo la presencia del Espíritu


Santo, con el deseo de que la Víctima sea agradable al Padre y los fieles se
ofrezcan también a sí mismos.
La comunión

Padre nuestro

La paz

La asidua participación en la Eucaristía va haciendo de los cristianos hombres de paz,


pues en la misa reciben una y otra vez la paz de Cristo, y eso los hace cada vez más
capaces de comunicar a los hermanos la paz que han recibido.

Fracción del pan

Es un gesto propio de Cristo, el cual realiza varias veces estando con sus
discípulos. En la última cena: “tomó el pan, lo bendijo, lo partió y lo dio a sus
discípulos”.

El sacerdote toma el pan consagrado, lo parte sobre la patena y deja caer una parte del mismo en el
cáliz, diciendo en secreto: El Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, unidos en este cáliz,
sean para nosotros alimentos de vida eterna.

Cordero de Dios •Antes de comulgar decimos el “Señor no soy digno…” usando las palabras del
centurión de Cafarnaún cuando se reconocía indigno de recibir a Jesús en su casa

La Sagrada Comunión

Es el encuentro espiritual mas amoroso y profundo, mas cierto y santificante que


podemos tener con Cristo en este mundo.

Cristo se entrega en la comunión como alimento y va transformando en él a


quienes lo reciben.

La comunión no implica para nada una digestión del cuerpo físico del Señor.

Gracias a la eucaristía, el cristiano es verdaderamente lo que come.

Hace ya mucho tiempo, escribía san León Magno:

"Nuestra participación en el cuerpo y sangre de Cristo no tiende a otra


cosa que a convertirnos en aquello que comemos".

En ella recibimos la sanación de las enfermedades espirituales y se acrecienta en


nuestros corazones la acción del Espíritu Santo.
Disposiciones exteriores

Ayuno eucarístico (una hora sin consumir alimentos a excepción de agua y


medicinas)

Disposiciones interiores

San Pablo habla sobre la posibilidad de comulgar indignamente

Frutos de la Eucaristía

 Al recibir la Eucaristía, nos adherimos íntimamente con Cristo Jesús, quien


nos transmite su gracia.

 Se renuevan las gracias de nuestro Bautismo y confirmación

 La comunión nos separa del pecado, es este el gran misterio de la redención,


pues su Cuerpo y su Sangre son derramados por el perdón de los pecados.

 La Eucaristía fortalece la caridad, que en la vida cotidiana tiende a


debilitarse; y esta caridad vivificada borra los pecados veniales.

 La Eucaristía nos preserva de futuros pecados mortales, pues cuanto más


participamos en la vida de Cristo y más progresamos en su amistad, tanto
más difícil se nos hará romper nuestro vínculo de amor con Él.

 La Eucaristía es el Sacramento de la unidad, pues quienes reciben el Cuerpo


de Cristo se unen entre sí en un solo cuerpo: La Iglesia. La comunión
renueva, fortifica, profundiza esta incorporación a la Iglesia realizada ya por
el Bautismo.

 La Eucaristía nos compromete a favor de los pobres; pues el recibir el


Cuerpo y la Sangre de Cristo que son la Caridad misma nos hace caritativos.

Oración después de la comunión

Silencio y Acción de Gracias:


•Después de comulgar seguimos rezando y cantando ya que estamos en comunión

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