ESPECIALIZACIÓN EN PROBLEMÁTICAS DE LAS CIENCIAS SOCIALES Y SU ENSEÑANZA
Argentina Contemporánea
Presentación
Continuamos, estimados colegas, con esta clase que trata sobre un acontecimiento
que significó un punto de quiebre en el siglo XX argentino. Punto de quiebre
decimos, por enmarcar una experiencia colectiva de características particulares: el
17 de octubre de 1945. Como en las clases previas, el acontecimiento abarca
distintas entradas que permiten asomarnos a algunos aspectos de la década que va
de 1945 a 1955.
Acontecimiento
Hacia 1945, el plan de Perón –describe el historiador Juan Carlos Torre– consistía
en fortalecer un fuerte liderazgo que asegurara la conciliación de clases y
permitiera desde el Estado un tránsito ordenado hacia una sociedad industrial de
masas. En la lógica del plan, las medidas tomadas por la Secretaría de Trabajo y
Previsión conjuraban el ascenso del comunismo. Y esto sucedía no solo porque se
atendían las demandas del mundo del trabajo siempre al borde del estallido, sino
también porque disciplinaban al capital, invitando a los empresarios a sacrificar una
pequeña parte de su omnímodo poder y así, conjuntamente, evitar la agudización
de la lucha de clases. Dice Torre:
Quizás por ello, cuando un mes más tarde la multitud irrumpe en el centro de la
capital, no es reconocida como sujeto político: será una murga, será una turba sin
nombre pero no un pueblo. Tampoco “auténtico proletariado”, aunque bien se sepa
la importancia decisiva que tuvieron los sindicatos nucleados en la CGT en el
reclamo de la libertad a Perón. Un día antes del 17 de octubre, se reúne el
Confederal de la central obrera para decidir una medida que, todos estiman, será el
llamado a un paro general.
“…si este cuerpo no resuelve la huelga general les puedo asegurar que será
impotente para contener la huelga que se producirá lo mismo por el estado emotivo
de los trabajadores. (…) El coronel Perón no sólo está en el corazón de los obreros
sino en el de todo el pueblo honrado” (Actas del Confederal de la CGT del 16 de
octubre de 1945)
Para seguir profundizando en el modo en qué fue interpretado el vínculo entre los
trabajadores y Perón, los invitamos a leer: “Los trabajadores como sujetos
políticos. Notas sobre una vieja polémica”.
Imágenes
Durante los años en que el peronismo fue gobierno hubo cambios en casi todos los
aspectos (sociales, culturales, políticos, educativos). Uno, poco abordado, es la
incorporación o resignificación de vocablos al léxico político local: justicialismo,
cegetista, descamisado, gorila, conductor, contrera, entre muchos otros. Apelar a la
etimología nos permitiría seguir su evolución diacrónica, pero nos abocaremos a
repasar uno de esos términos en relación con su contexto histórico. Es sabido que
con el paso del tiempo las palabras resplandecen o caducan y que los cambios y
transformaciones hacen mella en el habla cotidiana de una sociedad. La palabra en
cuestión es contrera. Oscar Conde arriesga una definición:
Una de las prácticas que definía al mandatario, sostiene, era apelar a un “recurso
dialéctico primario: inventaba la existencia de un adversario o una idea contraria
para tener a quien atacar y refutar como base de la argumentación que
desarrollaba. Utilizó con este fin la figura del oligarca y después, la del contrera,
palabra que inventó y define claramente esta peculiaridad” (del Carril, 2005: 20).
No es llamativo que así haya sido: la política, más aún si busca el sesgo de las
masas, constituye un contrincante con el cual poder diferenciarse. En una
publicación oficial, el poeta y escritor Carlos Abregú Virreira analiza cómo Perón
retoma la voz popular de giros, frases proverbiales, refranes en su lenguaje verbal.
Uno de los ejemplos que da, precisamente, es la palabra contra. Por ejemplo,
cuando dice: “Es un proceso que debe cumplirse. Observen ustedes que cuando me
hice cargo del gobierno, toda la administración era contra” (Abregú Virreira,
1952:191).
La figura del contrera tendría una clara representación gráfica en las láminas a
color realizadas por el ilustrador Luis Medrano durante 1951 y 1952 para la
revista PBT.
La figura del contrera fue retomada también en la radio. En junio de 1951, Enrique
Santos Discépolo fue invitado a sumarse a un micro radial titulado “Pienso y digo lo
que pienso”, en el que distintos actores mostraban su adhesión al gobierno. Tras
dudarlo, Discépolo aceptó a condición de escribir sus propios libretos. El 11 de julio
de 1951, en el marco de la campaña por la reelección presidencial, Discépolo inicia
su micro radial donde compone a Mordisquito, el interlocutor sin voz de sus
alocuciones: un personaje que representaba al opositor sistemático, reflejo de un
pasado histórico.
http://www.encuentro.gov.ar/sitios/encuentro/programas/ver?rec_id=118209
Discépolo fue hostigado por ciertos sectores de la sociedad con amenazas, insultos
y desprecios. Lo hostigan en los lugares públicos y, hasta Ricardo Balbín –candidato
presidencial de la UCR– lo agrede en un discurso. Discépolo le contesta el día
siguiente con su famoso monólogo “...yo no lo inventé a Perón, ni a Eva Perón”. El
peronismo triunfó en las elecciones y su líder valoró el trabajo del artista:
“Ganamos gracias al voto femenino y a Mordisquito”. (Discépolo, 2009: 99)
Ideas y escritos
Entre las ponencias nacionales es necesario destacar los trabajos de dos grandes
filósofos argentinos. Nos referimos a Carlos Astrada y Luis Juan Guerrero. Si los
mencionamos es porque no solo han sido dos de nuestros mayores filósofos sino
porque fueron muy importantes en la organización de un Congreso que
primariamente estuvo pensado para moverse con el apoyo oficial en las tranquilas
aguas del neoescolasticismo y que, a partir de sus intervenciones, tomó otra
dirección.
La tarea de Carlos Astrada constituyó, en cierto modo, una de las apuestas más
importantes del período para hacer efectiva otra configuración del campo intelectual
nacional. Se encargó de invitar a los más destacados filósofos europeos, casi todos
ellos formados en el ambiente cultural de la fenomenología y el existencialismo y,
además, de desplegar una severa crítica contra el tomismo local, muy influyente
por entonces en las instituciones educativas de nuestro país. En ese sentido
evidenció que en nuestro país había filósofos formados que, lejos de ahogarse en el
sagrado éxtasis del fervor religioso, podían discutir al nivel de los últimos avatares
de la filosofía europea.
Sin embargo, Astrada no tuvo tanto éxito con el aporte de sus ideas a la
fundamentación filosófica del peronismo. A pesar de su adhesión a las políticas del
gobierno en curso, en esta “batalla intelectual” su versión del existencialismo
heideggeriano no podrá definir las líneas maestras del texto fundacional de la
filosofía peronista. Fue muy difícil para Astrada influir lo suficiente en el discurso de
clausura del Congreso, cuyo ecléctico contenido fue advertido por los más diversos
intérpretes.
¿Y qué sucede con el clima existencialista de la época, clima del que formaba parte
el propio Carlos Astrada? De la lectura se desprende que tiene poco lugar en este
“mundo peronista” y que no representa para Perón más que el síntoma nihilista de
una impotencia individual que renuncia a toda transformación colectiva de la vida
en común. Solo la tercera posición justicialista ofrece una vía de salida a los males
de la posguerra.
Su música parece provenir de una marcha del club Barracas Juniors compuesta por
un músico autodidacta llamado Juan Streiff en 1931. La letra de la canción, que
identificaba a la institución deportiva, fue escrita por un tal Juan Mufarrich y, en sus
primeros versos, decía: “Vengan muchachos, y unidos, / todos juntos cantaremos /
y al mismo tiempo daremos / un hurra de corazón”.
autor de tangos exitosos y de la marcha “Por cuatro días locos”, y a los hermanos
Lomuto, compositores muy próximos a los militares del ‘43. Mientras tanto, la letra
de aquel himno deportivo compuesta por Mufarri en 1931 tendrá una serie de
adaptaciones, todas ellas carnavalescas o para repertorio popular, hasta que,
finalmente, en 1948 se transformará gracias a la pluma de Rafael Lauría en la
marcha de la Federación Gráfica Bonaerense, estrenándose públicamente el 2 de
mayo de 1948 en el Teatro Colón en homenaje a Eva Perón.
Se dirá que la labor de adaptación entre una marcha y la otra no ha sido de una
gran elaboración. Pero, al menos, Lauría incorporó una estrofa que contiene el
enigmático verso “combatiendo al capital”. Menos sutil quizás haya sido la
adaptación del controversial ministro de Educación de Perón, el médico Oscar
Ivanissevich, registrado como autor –finalmente– de la famosa Marcha.
A modo de cierre
En esta clase nos propusimos pensar algunos objetos e ideas alrededor del primer
peronismo, conscientes de que se trata de un fenómeno histórico de enorme
significado y, por eso, imposible de agotar o desarrollar en tan poco espacio.
Hemos optado, entonces, por ingresar a la cuestión a través de elementos quizás
menos desarrollados o menos conocidos, como excusa para estimular indagaciones
más profundas o más extensas. Así, hicimos hincapié en el arco que va del Golpe
de 1943 a un acontecimiento fundador como el 17 de octubre, pero recuperando en
el camino otra manifestación, no siempre mencionada, como la Marcha de la
Constitución y de la Libertad realizada unas semanas antes. Indagamos también en
las formas que el humor gráfico y radial procesó los años peronistas y el modo en
que trabajó sobre sus significantes centrales, y en la historia de la “Marcha
peronista” (tema central pero no único de la banda de sonido de aquella época).
Por otro lado, dedicamos también un espacio a desarrollar algunas ideas en torno a
la relación (tensa) entre pensamiento filosófico y peronismo, encarnada sobre todo
en la figura de Carlos Astrada y en el discurso pronunciado por Perón en el cierre
del Congreso de Filosofía de 1949.
Foro
Los invitamos a participar del Foro “En torno al Peronismo” a partir de la
siguiente consigna:
Luego de leer la clase les proponemos que elijan un tema (o una imagen, o un
concepto, o una cita) que remita al primer peronismo con el objeto de compartir
con los colegas de qué modos lo transmitirían a sus estudiantes desde su campo de
saber específico. Hecha la elección les proponemos que compartan brevemente
cómo presentarían el tema en cuestión (o la imagen, el concepto, la cita), qué
materiales utilizarían, qué actividades, preguntas, recursos, o, de otro modo, qué
secuencia de trabajo en el aula propondrían, etc.
• Aniceto Alpuy, N., Álvarez, B., Arpesella, A.,Andreotti F., Blanco, F.,
Bustamante, R., Carballido, D., Caprara, J., Conditi, C., D´Alesio, N., Ferrari,
L., Griffo, J., Larrosa, P., Lombardia, R., Píccolo, M., Pérez, B., Perazzolo, J.,
Parrilli, A., Pautasso, B., Platas, A., Pontieri, S., Manso, J., Mendez, J.,
Malvicini, A., Nazca, F., Nigrelli, J., Seijo, E. y Tejada, R.(1973) Acta de la
reunión del Comité Central Confederal del 16 de octubre de 1945, en Pasado
y Presente, Nº 2/3, Nueva serie.
• AA.VV.,(1949) Actas del Primer Congreso Nacional de Filosofía, Universidad
Nacional de Cuyo, Mendoza, Argentina, Marzo 30-Abril 9, Tomos I-II-III.
• Abregú Virreira, Carlos “El lenguaje popular de Perón”, en AAVV, Una nación
recobrada. Enfoques parciales de la Nueva Argentina, Presidencia de la
Nación, Buenos Aires, 1952.
• Baschetti, Roberto (2005) “El primer congreso nacional de filosofía en la
Argentina”, La Biblioteca, ¿Existe la filosofía argentina?, Argentina, Nº 2-3,
pp. 360-367.
• Cabrera, Hilda y Nudler, Darío, La Marcha: los muchachos peronistas,
Buenos Aires, Ejercitar la Memoria Editores, 2010.
• Conde, Pedro Diccionario etimológico del lunfardo, Buenos Aires, Taurus,
2004.
Bibliografía complementaria
• Bernetti, Jorge y Puiggrós, Adriana Peronismo: cultura política y educación
(1945-1955), Buenos Aires, Galerna, 1993.
• Del Campo, Hugo Sindicalismo y peronismo, Buenos Aires, Siglo XXI, 2012.
• Gené, Marcela Un mundo feliz. Imágenes de los trabajadores en el primer
peronismo. 1946-1955, Buenos Aires, FCE, 2005.
• Ghioldi, Américo Alpargatas y libros en la historia argentina, Buenos Aires,
La Vanguardia, 1946.
• James, Daniel Doña María. Historia de vida, memoria e identidad política,
Buenos Aires, Manantial, 2004.
• Rapoport, Mario y Spiguel, Claudio Relaciones tumultuosas. Estados Unidos
y el primer peronismo, Buenos Aires, Emecé, 2009.
• Rougier, Marcelo La economía del peronismo, Buenos Aires, Sudamericana,
2012.
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