EN LA UNIÓN
NEUROMUSCULAR
VI CICLO DE MEDICINA HUMANA I 2018-2
CURSO:
LABORATORIO DE FARMACOLOGÍA
ALUMNOS:
HORARIO:
10:15-11:45
DOCENTE:
I. ÍNDICE......................................................................................................... 2
II. INTRODUCCIÓN ......................................................................................... 3
III. OBJETIVOS ............................................................................................. 4
IV. MARCO TEÓRICO ................................................................................... 5
V. PROCEDIMIENTO .................................................................................... 11
VI. RESULTADOS ....................................................................................... 12
VII. DISCUSIONES ....................................................................................... 15
VIII. CONCLUSIONES ................................................................................... 17
IX. BIBLIOGRAFÍA....................................................................................... 19
2
I. INTRODUCCIÓN
3
II. OBJETIVOS
4
III. MARCO TEÓRICO
5
secundaria, de Ca2+) ocurren a través de un conducto catiónico intrínseco a la
estructura del receptor. Las regiones TM2 de las cinco subunidades forman el
perímetro interno del conducto. El sitio de unión al agonista se acopla
íntimamente con un conducto iónico; en el receptor de musculo, la unión
simultánea de dos moléculas agonistas da por resultado un cambio de
configuración rápido que abre el conducto. Tanto la respuesta de excitación
como de abertura muestran una cooperatividad positiva. Los detalles de la
cinética de la abertura del conducto han surgido de las técnicas
electrofisiológicas de “parche y pinza” que distinguen los fenómenos de abertura
y cierre individuales de un solo receptor (1).
Se ha identificado una proteína de unión a la acetilcolina homologa exclusiva del
dominio extracelular del receptor nicotínico en caracoles de agua dulce y salada
y se ha caracterizado su estructura y sus propiedades farmacológicas. Esta
proteína se ensambla como un pentámero homomérico y se une a los ligandos
de receptor nicotínico con una selectividad similar a los receptores de ACh
nicotínica neuronales. Su estructura de cristal revela la organización atómica
esperada del receptor nicotínico. Asimismo, la fusión de la proteína de unión a la
ACh y los intervalos transmembranosos del receptor genera una proteína
funcional que muestran la compuerta del conducto y los cambios en el estado
esperado del receptor. Esta proteína de fijación hace las veces de un sustitutivo
estructural y funcional del receptor y ha permitido comprender bien los factores
que determinan la especificidad del ligando del receptor nicotínico (1).
6
referente para todo el grupo. A las concentraciones alcanzadas en clínica
humana, la tubocurarina reduce la frecuencia de apertura del canal iónico
acoplado al receptor. Esta acción se manifiesta como una disminución de la
amplitud del EPP que, si desciende por debajo del 70% de su valor inicial, es
insuficiente para generar el potencial de acción muscular, lo que explicaría la
parálisis muscular que sigue a la administración de tubocurarina y demás
antidespolarizantes. El bloqueo neuromuscular causado por estos compuestos
se revierte tras el aumento de acetilcolina en la placa motriz, ya sea por la adición
directa de esta o, indirectamente, por la administración de anticolinesterásicos.
Todo ello sugiere un antagonismo de tipo competitivo (1).
Además de las acciones postsinápticas, la tubocurarina y otros fármacos de este
grupo pueden actuar presinápticamente sobre receptores nicotínicos, inhibiendo
la liberación de la acetilcolina durante la estimulación repetitiva de las
terminaciones nerviosas. Esta acción puede ser responsable del decaimiento
tetánico (tetanic fade) que se observa tras la administración de algunos de estos
derivados (1).
Efectos farmacológicos:Los efectos farmacológicos se deben, principalmente,
a la parálisis muscular motora que producen. Cuando se administra una dosis
adecuada por vía IV, la instauración de los efectos es rápida y se observa una
debilidad motora inicial que progresa a parálisis muscular. No todos los músculos
se afectan con la misma rapidez. Los primeros en paralizarse son los extrínsecos
oculares y los faciales. Después, se afecta la musculatura de las extremidades,
el cuello y el tronco. Finalmente, se paralizan los músculos intercostales y el
diafragma, lo que conduce a la apnea. La recuperación sigue un orden inverso,
y los músculos respiratorios son los primeros en retomar a la función normal.
Una característica particular de estos compuestos es la reversión de sus efectos
paralizantes por los anticolinesterásicos. Recientemente, ha podido describirse
que el derivado de la 7 -ciclodextrina, sugammadex, es capaz de revertir
rápidamente el bloqueo neuromuscular del rocuronio y, en menor grado, el del
vecuronio, por un mecanismo de encapsulación (2).
Además de las acciones sobre el músculo esquelético que comparten todos los
fármacos de este grupo, también ejercen acciones sobre otras estructuras, como
los ganglios vegetativos, los mastocitos y los receptores muscarínicos.
Algunos pueden producir efectos farmacológicos de tipo vegetativo no
relacionados con el mecanismo primario de acción. El principal es el bloqueo de
los receptores nicotínicos ganglionares, que puede agravarse por la acción
adicional de la acetilcolina endógena sobre los receptores muscarínicos de los
ganglios vegetativos. A las dosis empleadas en terapéutica, la tubocurarina
podía producir este bloqueo, que se manifiesta como taquicardia e hipotensión.
Pero los efectos son menos evidentes con pancuronio y metocurina, y
prácticamente inexistentes con los fármacos más modernos, como vecuronio,
atracurio, pipecuronio y doxacurio (2).
7
La tubocurarina estimulaba, asimismo, la liberación de histamina de los
mastocitos, lo que contribuía a la aparición de hipotensión, broncoespasmo en
individuos sensibilizados (asmáticos) e hipersecreción salival y bronquial. El
pancuronio y el vecuronio se comportan en ocasiones como antagonistas de los
receptores muscarínicos, especialmente los cardíacos, por lo que su
administración causa taquicardia en algunos pacientes. También el pancuronio
puede producir una respuesta hipertensora si se administra rápidamente,
posiblemente como consecuencia de una estimulación ganglionar. Los nuevos
compuestos están prácticamente exentos de dichos efectos cardiovasculares (2).
B. FÁRMACOS BLOQUEANTES DESPOLARIZANTES
Mecanismo de acción: Decametonio y suxametonio actúan sobre los
receptores nicotínicos de la placa motriz como agonistas, es decir, de forma
similar a como lo hace la acetilcolina. Sin embargo, al no ser hidrolizados por la
acetilcolinesterasa, como sucede con la acetilcolina, su concentración se
mantiene elevada durante largo tiempo (en comparación con la acetilcolina) en
la unión neuromuscular. La activación repetida del receptor provoca una
reducción progresiva de la respuesta de este y pérdida de la excitabilidad
muscular. Este proceso no se observa con la acetilcolina, pues la rápida hidrólisis
evita la aparición de los procesos descritos previamente. Sin embargo, tras la
administración de dosis altas de anticolinesterásicos, se alcanza una
concentración elevada y persistente de acetilcolina en la placa motriz, que puede
conducir a un bloqueo neuromuscular similar al que causa el suxametonio. Por
estas razones, los anticolinesterásicos no consiguen revertir el bloqueo causado
por los bloqueantes neuromusculares despolarizantes e, incluso, pueden
empeorarlo (2).
La acción principal es la activación de los receptores nicotínicos con la abertura
del canal iónico. Como no son metabolizados por la acetilcolinesterasa, la
despolarización tiene mayor duración y se acompaña de estimulación repetitiva
que causa fasciculaciones musculares transitorias, a las que sigue un bloqueo
de la transmisión con parálisis muscular. La acetilcolina liberada por las
motoneuronas se une a los receptores de una placa motriz ya despolarizada e
incapaz, por lo tanto, de generar un EPP y, por ello, la aparición del potencial de
acción muscular. No todos los músculos ni todas las especies responden de igual
forma a los bloqueantes despolarizantes. Si bien la secuencia descrita aparece
en los mamíferos (incluidos los seres humanos), los animales que poseen una
inervación multifocal, como las aves, responden a la administración de estos
fármacos con una contractura, denominada parálisis espástica (2).
Efectos farmacológicos: Los principales efectos farmacológicos se manifiestan
en el músculo esquelético, pero también pueden producir aumentos del potasio
plasmático, liberación de histamina y efectos sobre ganglios vegetativos (2).
8
En la transmisión neuromuscular esquelética, el suxametonio induce
fasciculaciones musculares que se observan en tórax y abdomen, pero que, en
individuos con buena capacidad muscular, también son manifiestos en
extremidades inferiores (1). A continuación, se afectan el resto de los músculos
del organismo hasta producirse, al cabo de unos 2 min, una parálisis completa
que se mantiene durante unos 5 min más. Las fasciculaciones se deben a la
activación de receptores nicotínicos por el suxametonio, que genera una
descarga de potenciales de acción musculares con las subsiguientes
contracciones. Esta descarga continúa hasta que la despolarización prolongada
impide la transmisión de nuevos estímulos. Mientras que los efectos del
decametonio son de larga duración, los del suxametonio son breves por su
rápida hidrólisis en plasma. Los efectos de los bloqueantes despolarizantes
pueden resultar alterados tras su administración continuada o mantenida.
Inicialmente, se presentan las caracteristicas descritas de un bloqueo
despolarizante (fase I), pero, a continuación, aparecen algunas de las
propiedades asociadas al bloqueo no despolarizante (fase II). Este bloqueo es
parcialmente reversible con anticolinesterásicos. Al parecer, esto se debe a una
desensibilización del receptor nicotínico por la existencia continuada del agente
despolarizante. Cuando esto sucede, el potencial de membrana se restaura
parcialmente y, al mismo tiempo, la sensibilidad de la placa motriz a la
acetilcolina se reduce, como con tubocurarina (2).
BROMURO DE VECURONIO
9
• Es el único bloqueador neuromuscular con menor tiempo de latencia (30
– 60 seg) y de acción corta (6 – 8 minutos luego de una dosis de 1 mg/kg).
• Ideal para facilitar la intubación endotraqueal y para procedimientos
quirúrgicos cortos. Su principal indicación es la intubación de urgencia en
pacientes con estómago lleno, dentro del plan de inducción de secuencia
rápida. Otra posible indicación es el manejo de laringoespasmo.
• A diferencia de los bloqueadores neuromusculares no despolarizantes, su
acción no puede ser revertida y la recuperación debe ser espontánea, por
acción de la pseudocolinesterasa plasmática.
• Su acción es potenciada por los anticolinesterásicos.
10
IV. PROCEDIMIENTO
Fármacos
Animales: 2 codornices
11
V. RESULTADOS
1. SUCCINILCOLINA.
2. BROMURO DE VERUCONIO
• En movimiento. • Al minuto
• Cabeza erguida y • Ojos cerrados (comienza
levantada por la musculatura más
• Ojos abiertos y en pequeña, ocular)
movimiento • Cabeza flácida y caída.
• Aleteadas constantes. • Relajación muscular total.
• Hiperactividad • Frecuencia cardiaca y
BROMURO DE • Frecuencia cardiaca y respiratoria muy baja.
VECURONIO respiratoria normal. • Más flácido.
• Tono muscular tónico • Murió a los 7 minutos
y consistente.
12
• Su musculatura pone
resistencia al ser
movido.
MEDICAMENTO PARALISIS
SUCCINILCOLINA 0.5 min
BROMURO DE VERUCRONIO 1 min
PARALISIS
1.2
1 min
1
0.8
0.4
0.2
0
SUCCINILCOLINA BROMURO DE VERUCRONIO
MEDICAMENTO MUERTE
SUCCINILCOLINA 3 min
BROMURO DE VERUCRONIO 7 min
13
MUERTE
1.2
7min
1
0.8
0.6 3 min
0.4
0.2
0
SUCCINILCOLINA BROMURO DE VERUCRONIO
14
VI. DISCUSIONES
SUCCINILCOLINA
BROMURO DE VECURONIO
15
movimiento; Sim embargo, sucedió lo contrario cuando se le administró
por vía intramuscular el bromuro de vecuronio; por lo que los efectos en
la paloma fueron los siguientes: ojos cerrados, cabeza caída, relajación
muscular total, frecuencia respiratoria muy baja, y finalmente, a los siete
minutos de administrada la droga, la paloma murió. Estos datos clínicos
se pueden explicar según Goodman y Gilman (1): En el estado basal se
desarrolla un potencial de acción presináptico, con despolarización de la
membrana presináptica, lo que lleva a la liberación de calcio intracelular
que provoca la liberación de acetilcolina en la hendidura sináptica para
que posteriormente, dicho transmisor pueda unirse a los receptores
nicotínicos, principalmente a las subunidades alfa; lo que sigue es la
apertura de los canales de Na y K y la generación de un potencial
postsináptico excitador, que produce la salida de calcio al citosol y la
contracción muscular.
Al momento de administrar Bromuro de vecuronio por vía intramuscular,
según Farmacología de Flores (4) los efectos que produce se debe a lo
siguiente: este fármaco ejerce un antagonismo competitivo por los
receptores nicotínicos de la ACH, lo cual reduce la frecuencia de apertura
del canal iónico acoplado al receptor. Esta acción se manifiesta como una
disminución de la amplitud del EPP que, si desciende por debajo del 70%
de su valor inicial, es insuficiente para generar el potencial de acción
muscular, lo que explicaría la parálisis muscular que sigue a la
administración de Bromuro de Vecuronio. Por lo tanto, al reducir la
abertura de los canales de Na y K, no se generaría el potencial
postsináptico y por lo tanto tampoco la contracción muscular. La clínica
de la paloma en la cual se vio al minuto, ojos cerrados, cabeza flácida y
caída, relajación muscular total, frecuencia cardiaca y respiratoria muy
baja, y murió a los 7 minutos. Todo ello se corrobora con la clínica
mencionada en la literatura; la cual nos dice que la parálisis motora va en
orden cráneo caudal. Los primeros en paralizarse son los extrínsecos
oculares y los faciales. Después, se afecta la musculatura de las
extremidades, el cuello y el tronco. Finalmente, se paralizan los músculos
intercostales y el diafragma, lo que conduce a la apnea, y finalmente a la
muerte.
16
VII. CONCLUSIONES
17
los receptores colinérgicos de la placa motora, reduciendo de esta forma
la respuesta de la placa motora a la acetilcolina. Este tipo de bloqueo
neuromuscular, habitualmente, se antagoniza por los anticolinesterásicos.
También tiene actividad vagolítica.
18
VIII. BIBLIOGRAFÍA
19