Acto de Contrición
"Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador y Redentor mío, por
ser vos quien sois, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo
corazón haberos ofendido. Propongo enmendarme y confesarme a su tiempo y
ofrezco cuanto hiciere en satisfacción de mis pecados, y confío por vuestra
bondad y misericordia infinita, que me perdonaréis y me daréis gracia para nunca
más pecar. Así lo espero por intercesión de mi Madre, María Santísima. Amén. "
Oración para todos los días
Bellísima y habilísima Jardinera, aquí tenéis a vuestros pies un corazón convertido
por sus culpas en bosque lleno de espinas y abrojos, donde tienen sus madrigueras
y hacen sus crías las pasiones más feas y vergonzosas: a vuestras órdenes están
millares de operarios pendientes de vuestros labios, que esperan les mandéis
arrancar de él todo lo malo y todo lo vicioso, y sembrar y plantar lo santo, lo bueno
y lo virtuoso. Yo os entrego, yo os doy el terreno de mi alma; mandad, Señora del
mundo, mandad, Reina de los Ángeles, y será transformado en un paraíso de
delicias para Vos y vuestro Hijo; mandadlo, y vuestras órdenes serán fielmente
ejecutadas. Yo os prometo que cooperaré a mi conversión con santos propósitos y
firmes resoluciones; mas ¡ay! éstas serán estériles si Vos no las fecundizáis. Yo soy
una tierra árida, seca, consumida y abrasada por los ardores de mi concupiscencia;
en vuestras manos están las llaves de aquella fuente cristalina y pura cerrada por
mis culpas... abridla, y los favores y las gracias y los dones del cielo correrán a
torrentes sobre mí. Yo soy un huerto sin muros abierto a todas las ilusiones del
ángel malo, al mundo y a sus vanidades. Yo os constituyo su guardiana, protegedle
y amparadle. Vos, oh amabilísima Hortelana, me pedís durante todo este mes flores
y yerbas aromáticas, ramilletes, guirnaldas y coronas, ¡ay de mí! En mi alma no hay
otra cosa que confusión, desorden, vergüenza, espinas y un bosque desarreglado.
Señora, ordenadle, cultivadle, sembrad en él la semilla de todas las virtudes; plantad
en él esas flores que buscáis, ponedlas en orden según sus especies. Aquí estoy,
vuestra propiedad soy, no me opondré, no resistiré, sino que cooperaré a la obra
santa que, en estos días, dedicados a vuestra gloria y al bien de mi alma, Vos os
proponéis hacer; principiadla, perfeccionadla y acabadla. Yo os ofrezco estos
ejercicios a honra vuestra y a la gloria de vuestro Hijo. Amén.
Florecilla para este día: Recitar el Regina Coeli (Reina del Cielo):
Reina del cielo, alégrate, aleluya,
porque El que mereciste engendrar, aleluya,
resucitó como lo había dicho, aleluya.
Ruega por nosotros a Dios, aleluya.
Regocíjate y alégrate, Virgen María, aleluya,
porque verdaderamente resucitó el Señor, aleluya.
Oración
Os bendecimos, alabamos y damos gracias, oh Señor Dios Padre, porque, haciendo
uso de vuestro infinito poder, tanto ensalzasteis a vuestra amable Hija la
humildísima Virgen María.
Padre nuestro…
Dios te salve, María, primogénita de Dios, gloria de la tierra, señora del mundo, reina
de los cielos, llena eres...
Gloria al padre…
Jaculatoria
Os bendecimos, alabamos y damos gracias, oh Señor Dios Hijo, porque, haciendo
uso de vuestro infinito saber, tanto adornasteis a vuestra amada Madre la purísima
Virgen María.
Padre nuestro…
Dios te salve, María, bella como la aurora, clara como el lucero, hermosa como la
luna, escogida como el sol, llena eres.
Gloria al padre…
Jaculatoria
Os bendecimos, alabamos y damos gracias, oh Señor Dios Espíritu Santo, porque,
haciendo uso de vuestro infinito amor, tanto agraciasteis a vuestra amante Esposa
la santísima Virgen María.
Padre nuestro…
Dios te salve, María, sola inmaculada, perfecta, virgen madre, llena eres...
Gloria al padre…
Jaculatoria
Petición
Omnipotente y sempiterno Dios, que, por obra del Espíritu Santo, preparasteis el
cuerpo y el alma de la gloriosa siempre virgen María para que llegase a ser madre
y digna habitación, de vuestro Hijo, concedednos que, por intercesión de la misma,
cuya memoria honramos se han cumplidos los favores que hoy te pedimos (hacer
la petición) Y por su amor seamos libres de los inminentes males, y no caigamos
en la muerte eterna. Por el mismo Jesucristo Señor nuestro.
Oración Final
Al llegar el fin de este homenaje filial y sincero, como hijos de una misma fe y
hermanos en cristo, manifestamos públicamente nuestra consagración y afecto a ti:
Te ofrecemos los trabajos y alegrías de nuestro pueblo; su futuro y su porvenir; sus
esperanzas y contrariedades: la vida de los que en Dios creen y las dudas de
aquellos que buscan y batallan.
Te ofrecemos, virgen santa maría, las primicias de las cosechas de cada día, para
que les imprimas la alegría, el optimismo y la serenidad en cada hora. Una vez más
como nuestros antepasados, proclamamos tu indispensable presencia. Como
virgen y patrona, presides los grandes acontecimientos de nuestro pueblo; como
madre cuidas de cada uno de tus hijos; como reina atraes hacia a ti el amor de todo
un pueblo, que te encumbra sobre el pavés de sus hombros.
Hoy una vez más y no será la última vez, venimos hasta tu santuario, para renovar
nuestro amor sin tregua y sin farsa hacia a ti ¡qué gran día, para ti y para nosotros
santa María!
Ante tu imagen dejamos las oraciones de los que ves y escuchas, las de aquellos
que no han venido; las intenciones de los de casa y los foráneos; la súplica por el
que te bendice y, la compasión, por el que blasfema. No olvides, desde tu trono
santo, a la gran familia de este pueblo, que, por el sendero de sus calles y plazas,
han soñado con verte a lo largo de su existencia; de tus hijos vivos y de tus hijos
muertos.
Aquí nos tienes hoy como ayer, madre de Dios y madre nuestra, nuestra fe esta en
cristo tallada con el cincel de la oración y de la esperanza. Día grande para todos
nosotros, para tu familia virgen santa María y con este gozo nuestra torva que es
oración emocionada. A todos desde tu trono santa María, llévanos siempre a Dios.
Amén.