Senador:
ERNESTO MACÍAS TOVAR
Presidente
Senado de la República
Bogotá D.C.
3. Las medidas cautelares en nuestro país, son empleadas con el fin de proveer las
condiciones necesarias para la protección de la comunidad, en especial de las
víctimas. La prevención que se persigue en este caso está asociada a los riesgos y
efectivas vulneraciones que, en el supuesto de no ser aplicadas las respectivas
medidas, probablemente se seguirían para derechos fundamentales de terceros o
de las víctimas. Esta causal de justificación encuentra su fundamento, en el principio
de la prevalencia del interés general y en los fines esenciales del Estado, de servir
a la comunidad, promover la prosperidad general y garantizar los principios,
derechos y deberes constitucionales. Así mismo se cumple con los objetivos
estatales de asegurar la convivencia pacífica entre los ciudadanos, la vigencia de
un orden justo y hacer efectivo el mandato, según el cual, las autoridades de la
República se encuentran instituidas para proteger a todas las personas residentes
en Colombia, en su vida, honra, bienes, creencias, y demás derechos y libertades,
y para asegurar el cumplimiento de los deberes sociales del Estado y de los
particulares.
5. Hoy en día, resulta utópico pensar que los procesos penales en Colombia; pueden
surtir todas sus etapas en un año; ya que como bien lo señala el Sr Fiscal, la media
de duración de todos los procesos es de 1 año y 8 meses, guarismo claramente
superior al propuesto en la reforma (12 meses); sin considerar el término de
duración de la apelación o la casación, llegándose al absurdo de que un condenado
podría acceder a la libertad mientras se resuelven tales recursos; por ende
consideramos, que para que una propuesta de este tipo pueda ser viable en nuestro
país; debe resolverse primero el grave problema de congestión del sistema penal
acusatorio donde hay represadas actualmente unas 45.000 audiencias ante los
jueces de conocimiento, sin contar las más de 10.000 audiencias represadas ante
los jueces de control de garantías.
6. Limitar la detención preventiva a un año sería un duro golpe a la lucha frontal que
desde las regiones venimos librando contra la criminalidad; puesto que además de
impulsar una política criminal errática, al desconocer no solo la gravedad de los
delitos o la peligrosidad del presunto responsable; sino lo complejo y complicado
que puede resultar en un País como el nuestro, el realizar las acciones
investigativas y de juzgamiento; se le estaría enviando a los ciudadanos un
mensaje confuso, donde solo se pondera la libertad del procesado y no los derechos
de las víctimas, la sociedad y los deberes propios de la administración de justicia;
los cuales son los que aportan la cuota de sacrificio cuando la liberación del
imputado o acusado está supeditado al mero paso del tiempo y no a la superación
de las razones constitucionales que condujeron a que se ordenara su detención
preventiva.
Cordialmente;