El Derecho Notarial se ubica dentro del Derecho público, constituyéndose en una rama
del Derecho Público, pues el Estado a través del Derecho Notarial tutela el orden público
delegando en el Notario la facultad de dar fe pública.
Por otro lado las normas del Derecho Notarial son normas de orden público que regulan
las formalidades de los actos y contratos para darles autenticidad y publicidad. El Notario
ejerce una función pública en representación del Estado. Sus actos son de cumplimiento
obligatorio.
En otras definiciones se dice que el derecho notarial es la rama del derecho empresarial,
corporativo y público que estudia y regula la actuación notarial al igual que los
instrumentos notariales, los cuales por cierto son protocolares y extraprotocolares, al
igual que los procesos notariales. En cuanto a su ubicación existen pocos autores que
han estudiado la del derecho notarial, sin embargo, de acuerdo a las investigaciones es
en el derecho público. Por lo cual es claro que los requisitos de los instrumentos
notariales no pueden ser acordados o modificados por acuerdo de partes, sino que son
los que establecen las correspondientes normas notariales, y de otras ramas del derecho
como por ejemplo del derecho civil.
En el caso de los literales a), b), c) y d) del artículo 21, el colegio de notarios
comunicará que ha operado la causal de cese al Consejo del Notariado, para
la expedición de la resolución ministerial de cancelación de título.
Asimismo, luego de transcurridos dos (02) años del cese, el colegio de notaries
entregará al Archivo General de la Nación el acervo documentario del notario
cesado”.(*)
Por su parte, el demandado, alega que si bien podría sostenerse que el problema de
la actualización y diligencia de los notarios es independiente de la edad y que ello
podría solucionarse con mecanismos menos intensos como la evaluación periódica y
la fiscalización constante del ejercicio de la función notarial, sin embargo, existe una
finalidad respecto de la cual no existe otra medida menos intensa que la imposición
de una edad tope para el desempeño del cargo, lo que solo se logra a su vez con la
equiparación del Notario a un funcionario público: la renovación parcial y periódica del
cuadro de notarios.
Ante indicios razonables que hagan prever el cese del notario por pérdida de
calidades señaladas para el ejercicio del cargo, de acuerdo a lo señalado en el artículo
10 de la presente ley y en tanto se lleva adelante el procedimiento señalado en el
artículo 21 inciso i) precedente, el Consejo del Notariado mediante decisión motivada
podrá imponer la medida cautelar de suspensión del notario. Procede recurso de
reconsideración contra dicha resolución, el mismo no suspende la ejecución de la
medida cautelar.
Son instrumentos públicos notariales los que el notario, por mandato de la ley
o a solicitud de parte, extienda o autorice en ejercicio de su función, dentro de los
límites de su competencia y con las formalidades de ley.
Artículo 24.- Fe Pública Los instrumentos públicos notariales otorgados con arreglo a lo
dispuesto en esta ley, producen fe respecto a la realización del acto jurídico y de los
hechos y circunstancias que el notario presencie. Asimismo, producen fe aquéllos que
autoriza el notario utilizando la tecnología de firmas y certificados digitales de acuerdo
a la ley de la materia. Concordancias: P.R.D.L. 1049, Art. 17
Comentario:
Gattari define la fe pública como “aquella cualidad ínsita en los documentos emitidos
por el Estado o por quienes éste autoriza para resguardar su veracidad y seguridad ”49.
Para Giménez-Arnau, la fe pública es la presunción legal de veracidad respecto a ciertos
funcionarios a quienes la ley reconoce como probos y verdaderos, facultándolos para
darla a los hechos y convenciones que pasan entre los ciudadanos. Sin duda que existe
acuerdo unánime en la doctrina en señalar a la fe pública como el axioma fundamental
y la razón de ser del Derecho Notarial. Se han escrito, hasta el día de hoy, volúmenes
enteros que ilustran acerca del origen de aquélla y la manera cómo, en la evolución de
la ciencia notarial, se ha eregido en la esencia de toda la función notarial. No
desarrollaremos aquí -por no ser el lugar que corresponde- un estudio erudito de
carácter doctrinario respecto de este principio medular de nuestra disciplina. Más bien
ensayaremos una exposición de ideas que sirva de panorama en el afán de comprender
mejor la formulación que intentamos.
49 GATTARI, Carlos Nicolás. Op. cit pp. 301-2 50 GIMENEZ-ARNAU, Enrique. Derecho
Notarial. EUNSA. Pamplona, 1976, p. 37 En su sentido lato, fe equivale a confianza.
Pero también a seguridad. Pues cuando se dice que el notario ‘da fe’ de algo se está
afirmando que su testimonio otorga seguridad al hecho que él certifica. Dice Couture
que fe pública es la calidad genérica que la ley acuerda, independientemente de su
eficacia probatoria, a determinados documentos notariales, en razón de la investidura
propia del notario que los autoriza. Entonces, podemos apreciar que el contenido del
concepto de fe está asociado al de la figura del notario. La fe que hoy detenta el notario
no es demasiado distinta la fe que posee el hombre desde hace centurias: es la fe
religiosa pero también la fe mundana de los albores de la Humanidad. Recordemos que
los oficiales públicos de la Antigüedad tuvieron su razón de existir en, precisamente, la
fe que en ellosse tenía. Es decir, lossujetos partes en un acto o transacción económica
actuaban con la confianza que su conducta poseía el respaldo de aquellos oficiales. La
fe pública es la piedra angular sobre la que se edifica todo el Derecho Notarial. Es el
principio rector que ordena elsistema. Ahora bien, al notario le ha sido confiada aquélla.
Es decir, el notario fue investido por el Estado para que actuara en su nombre y
representación. La figura del notario representa así a la autoridad. Y entonces el notario
es el depositario de la fe pública. Es el funcionario que reviste de legalidad a los
contratos que ante él se celebran. Otorga seguridad jurídica a los mismos. Actúa como
funcionario real que da validez a los hechos de los particulares. Sin embargo, y no
obstante originarse en el Derecho Público, el Derecho Notarial reclama su autonomía.
Yel notario, así, pasará de funcionario, de emisario del monarca, a profesional del
Derecho que desarrolla una función pública. Jurisprudencia EXPS. ACUMS.
CERTIFICACIONES
- Entrega de Cartas Notariales
- Expedición de copias certificadas
- Legalización de firmas
- Legalización de reproducciones
- Legalización de aperturas de Libros
DEFINICIÓN
El artículo 25° de la Ley señala que son instrumentos públicos protocolares las
escrituras públicas y demás actas que el Notarioincorpora a su protocolo notarial. El
Notario deberá conservar los documentos originales y expedir los traslados que la ley
determina.
Respecto a la distinción entre escrituras públicas y actas, Núñez Lagos advierte que las
escrituras tienen por contenido una declaración de voluntad, un negocio jurídico,
mientras que las actas recogen un mero hecho que típicamente no es declaración de
voluntad. Más adelante, cuando definamos a los Instrumentos Públicos
Extraprotocolares, desarrollaremos con más amplitud lo relacionado a las actas.
IMPORTANCIA DEL INSTRUMENTO PÚBLICO PROTOCOLAR
Cabe resaltar de manera especial la importancia probatoria de los Instrumentos
Públicos Protocolares, como medio que sirve para asegurar la eficacia de los
efectos jurídicos del hecho, acto o negocio jurídico que contienen. Constituyen los
medios de prueba más eficaces ante cualquier circunstancia, más aún
ante procesos judiciales, arbitrales o de conciliación, en los cuales los instrumentos
públicos protocolares ostentan un valor probatorio pleno El valor probatorio de un
instrumento notarial es pleno según la totalidad de las leyes procesales, pero este valor
está asistido de una presunción juris tantum, o sea que admite prueba en contrario. La
matriz que conserva el Notario es de indudable utilidad para los otorgantes y para toda
persona que requiera seguridad jurídica respecto al hecho o acto jurídico celebrado.
Recordemos que en los instrumentos públicos protocolares el N otario está obligado a
calificar jurídicamente el acto. Esto quiere decir que el Notario somete el acto que se
pretende formalizar a un test de legalidad; esto es, que examina si éste cumple con las
exigencias legales del tipo jurídico que contiene. Esta calificación es la evaluación de
los elementos e identificación del acto entre los distintos tipos legales que componen el
ordenamiento jurídico. De esta manera, el N otario cumple con velar por la legalidad de
los actos en los que participa dando fe. Con relación a la importancia del instrumento
público protocolar, Roberto BLANQUER UBEROS señala, por ejemplo,
quela Escritura Pública es vehículo formal de perfección del acto o contrato que se
otorga entre las partes, vehículo de presentación y eficacia fehaciente del mismo. Añade
que otorga la autenticidad material y formal del negocio contenido en la misma y a través
de ésta se producen efectos añadidos a su celebración válida como son: la presunción
de tradición posesoria; la eficacia legitimadora de las posiciones jurídicas derivadas del
negocio o disposición; la condición de título suficiente para la práctica de asientos
regístrales que a su vez prolongan y confirman la legitimación nacida del documento;
su trato como título ejecutivo y su valor legal como medio de prueba extra-procesal.
CARACTERÍSTICAS
Se incorporan al protocolo.
Son eminentemente formales
Gozan de la garantía de la autenticidad
Son medios de prueba ante terceros.
Son públicos
Producen efectos jurídicos
Son inscribibles.
Su contenido perdura a través del tiempo
Ostentan la calidad de prueba plena
Artículo 24.- Fe Pública Los instrumentos públicos notariales otorgados con arreglo a
lo dispuesto en esta ley, producen fe respecto a la realización del acto jurídico y de los
hechos y circunstancias que el notario presencie. Asimismo, producen fe aquéllos que
autoriza el notario utilizando la tecnología de firmas y certificados digitales de acuerdo
a la ley de la materia. Concordancias: P.R.D.L. 1049, Art. 17
Comentario:
Gattari define la fe pública como “aquella cualidad ínsita en los documentos emitidos
por el Estado o por quienes éste autoriza para resguardar su veracidad y seguridad”.
Para Giménez-Arnau, la fe pública es la presunción legal de veracidad respecto a ciertos
funcionarios a quienes la ley reconoce como probos y verdaderos, facultándolos para
darla a los hechos y convenciones que pasan entre los ciudadanos. Sin duda que existe
acuerdo unánime en la doctrina en señalar a la fe pública como el axioma fundamental
y la razón de ser del Derecho Notarial.
Pues cuando se dice que el notario ‘da fe’ de algo se está afirmando que su testimonio
otorga seguridad al hecho que él certifica. Dice Couture que fe pública es la calidad
genérica que la ley acuerda, independientemente de su eficacia probatoria, a
determinados documentos notariales, en razón de la investidura propia del notario que
los autoriza. Entonces, podemos apreciar que el contenido del concepto de fe está
asociado al de la figura del notario. La fe que hoy detenta el notario no es demasiado
distinta la fe que posee el hombre desde hace centurias: es la fe religiosa pero también
la fe mundana de los albores de la Humanidad.
El Notaria legitima y autentica los actos en los que interviene, revistiéndolo de fe pública,
misma que ha sido depositada u otorgada por El Estado y que se manifiesta cuando el
fedateario deja constancia de un hecho, suceso, situación, acto o contrato jurídico.
En virtud de esta fe pública, se presumen ciertas las manifestaciones del notario que
consten en los instrumentos y demás documentos autorizados por él.
COMENTARIO
Dice Neri que las correcciones en los instrumentos públicos son de viejo
abolengo. Explica que buscando antecedentes legislativos se observa , primero, que
Las Partidas calificaban de sospechosa e indigna de crédito la escritura que estuviese
raída, enmendada, sopuntada, testada, rota o tajada en alguna de las partes
esenciales, y querían por el contrario que fuese admitida como eficaz la que no tuviese
alguno de estos defectos. Segundo, la Novísima Recopilación en lo tocante a la
escritura extendida e el protocolo, preceptuaba que si “fuere algo añadido o
menguado, que el… escribano lo haya de salvar, y salvo en fin de tal escritura, antes
de las firmas, porque después no pueda haber duda de si la dicha enmienda es
verdadera o no”. Tercero, la Constitución de Maximiliano, en cuanto a la función
notarial dispuso: “Adviertan también los notarios que cuando en la redacción o
extensión de los documentos hagan raspaduras muy notables y en lugares
sospechosos, en una o varias líneas o palabras interlineadas, o las ponen en las
márgenes, de lo cual hay que abstenerse, entonces en el cuerpo del documento o por
lo menos en su inscripción, hagan mención y aprobación de todo ello, sobre todo
cuando tal interlineado está escrito al margen y no es de la propia mano de aquel que
ha extendido el contenido del documento”