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7 de Julio “Dia de la Conservación del Suelo”

“Manejo y conservación de
suelos en yerbales en la
Provincia de Misiones”

Estudiantes: Pelinski Agustina,


Terlecki Lucas, Ruff Crisitian, Stier
Michael

Profesor: Villasanti José

Curso: 5to año

Materia: Agroecología II

I.E.A Nº1

El suelo, constituye un recurso natural no renovable, que resulta afectado por la


degradación al ser destinado a la actividad agrícola sin un manejo adecuado,
restringiéndose de este modo su capacidad productiva y aptitud.

“Instituto de Enseñanza Agropecuaria Nº1” “Manejo y Conservación de suelos en yerbales”


Conocer la evolución de la calidad del suelo sujeto a diferentes prácticas
agrícolas, resulta importante para planificar el uso y manejo sustentable de
dicho recurso. Doran y Parkin (1994) definen la calidad de suelo como la
capacidad de un suelo a funcionar dentro de los límites del ecosistema para
sustentar la productividad biológica, mantener la calidad ambiental y promover
la salud vegetal y animal. Por ello la calidad del suelo puede servir como un
indicador de cambio (Parr et al., 1992) en la capacidad del suelo para producir
niveles óptimos de alimentos, manteniendo su integridad estructural y biológica.
La supresión de la cubierta natural en Misiones para dedicarla a cultivos
anuales inició en algunos casos degradación, con elevadas tasas de pérdidas
de suelos por erosión hídrica, con la eliminación de la capa arable. Esto se
acentúa con el aumento de la ondulación del relieve y las precipitaciones a
medida que se avanza hacia el nordeste, favorecido por el uso agrícola
continuo por la rápida mineralización de la materia orgánica, la pérdida de
estructura del horizonte superficial, y aumento de la escorrentía y la erosión.

Un poco de Historia

El origen de Ilex paraguariensis St. Hil. esta especie se sitúa en una región que
va desde el Este de Paraguay, pasando por el Norte de Misiones, hasta los
estados de Paraná y Santa Catarina en Brasil. Antes de la llegada de los
europeos a América, la yerba era consumida por los indígenas como una
infusión de hojas secas y trituradas, utilizando una bombilla rudimentaria
confeccionada de tacuara y fibras vegetales.
Hay indicios de comercio entre los guaraníes y los habitantes del imperio
incaico, aunque no se sabe su magnitud.
Los españoles, durante la conquista, prestaron atención a esta bebida y la
adoptaron rápidamente, en especial quienes estaban destacados en Asunción.
Desde allí organizaban expediciones para buscar el producto, bajo el sistema
de “encomiendas”, bastante resistido incluso por la sociedad de esa época. A
raíz de lo inhumano del sistema, en el siglo XVII se trató de luchar contra la
costumbre de beber mate, considerándola como un mal vicio.
Los jesuitas, quienes habían establecido reducciones, fueron viendo a lo largo
de ese siglo que los indios que tomaban mate se mantenían más tiempo
despiertos y eran más trabajadores, a la vez que sustituía el consumo de
bebidas alcohólicas como la chicha y el guarapo. Por ello, durante el sigo XVIII,
se comenzó la domesticación de esta planta y las reducciones contaban con
sus propios huertos yerbateros, aunque se continuó con la explotación de los
yerbales naturales, especialmente en la zona de Mbaracayú (actualmente en el
límite entre Paraguay y Brasil).
Luego de la expulsión de los Jesuitas se perdió la tradición Durante el siglo XIX
la Argentina consumió yerba importada de Brasil y especialmente de Paraguay.
A comienzos del siglo pasado se lograron las primeras plantaciones en San
Ignacio, Misiones.
En 1926 la Dirección Nacional de Tierras estableció la obligatoriedad de plantar
yerba mate entre 25 y 50 % de la superficie de los lotes de la Provincia de
Misiones, que eran entregados para cultivo. En 1935 habían unas 66.000 ha de
plantaciones. A partir de allí la implantación (y a veces la cosecha) estuvo
regulada por ley, con el propósito de ajustar la producción a la demanda, lo que
casi nunca se logró. A fines de la década de los ochenta existían cerca de
165.000 hectáreas de Yerba Mate implantadas.
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En esta misma época los productores estaban incentivados por el alto precio
obtenido, entonces hubo gran interés en mejorar los rendimientos, lo cual
podría alcanzarse interactuando en varios aspectos fundamentales, como
manejo del cultivo, manejo del suelo, uso racional de agroquímicos y manejo
integrado de plagas y enfermedades.
En el año 1991 se desreguló totalmente el cultivo, acentuando un proceso de
concentración de las plantaciones y sobreoferta de producto lo que, sumado a
lo anterior, trajo como consecuencia una gran baja de los precios de la hoja
verde.
A principios del actual siglo, el principal obstáculo a la tecnificación de la
producción es la escasa retribución que reciben los productores primarios por
su labor. No obstante, la productividad de las explotaciones continúa siendo
uno de los pilares de la economía yerbatera, que va en camino a
estar nuevamente regulada.

Ubicación sistemática de la yerba mate


Reino: Vegetal.
División: Espermatofitas.
Subdivisión: Angiospermas.
Clase: Dicotiledóneas.
Orden: Sapindales.
Familia: Aquifoliáceas.
Género: Ilex.
Especie: paraguariensis.
Nombre científico: Ilex paraguariensis.
Nombre común: Yerba Mate.

Manejo de suelos
Luego de un siglo de cultivo en la Argentina, la yerba mate ha experimentado
grandes cambios en lo que a manejo del suelo y laboreos se refiere. Hasta
fines de la década de 1980 era muy común la práctica del rastreado y carpida
en las explotaciones yerbateras. Estas labores se realizaban especialmente
para combatir malezas y proveer a las raíces de un suelo mullido para su
crecimiento.
En muchos casos el laboreo se realizaba varias veces por año, con pasadas
cruzadas de rastras y arados, produciendo efectos negativos (erosión por las
lluvias y/o combustión de la materia orgánica por el sol), agravados por el
aumento de potencia de los tractores y el incremento en tamaño de los
instrumentos de labranza. En la década del 80 se empezó a popularizar el uso
de herbicidas para la limpieza de yerbales. En un principio el costo elevado de
estos insumos y el desconocimiento de sus efectos, retardaron su
incorporación masiva, pero en los últimos años su uso se ha popularizado.
En otros cultivos se ha notado que la supresión de labores (labranza cero) no
produce pérdidas significativas en los rendimientos, mientras que mejoran
ciertos parámetros del suelo, como disminución de la mineralización de la
materia orgánica, mejoras en el contenido de nitrógeno y disminución de la
erosión hídrica.

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Con el objetivo de probar si estos resultados se repiten para el caso de la yerba
mate, se comenzó una serie de ensayos en 1992, en varias localidades de
Misiones y en Colonia Liebig, Corrientes, consistente en evaluar la respuesta
del suelo y del yerbal ante distintos tratamientos de manejo de suelos, que van
desde la labranza cero hasta la roturación completa, dos veces por año.
Los tratamientos realizados fueron:
1- L0: Labranza cero; control de las malezas mediante el uso del glifosato en
cobertura total, por lo menos una vez por año, en octubre o noviembre. En caso
necesario, se procedería a un segundo control en el otoño.
2- L0S: Subsolador cada tres años. Se procedió de igual forma al tratamiento
1, con el pasado de subsolador en el medio del entreliño en suelo seco en el
mes de noviembre o febrero.
3- RCH: Dos rastreadas anuales, cubiertas verdes y herbicida en liños . Se
trató que la traba de la rastra fuera la mínima necesaria para tapar las semillas
de caupí (noviembre) o de avena (marzo – abril).
4- RCHT: Igual al tratamiento 3, más arado “tatú” con tres púas cada tres años
en el medio del entreliño; en suelo seco; en los meses de noviembre o febrero.
5- L0T + Se procedió de igual forma al tratamiento 1, más arado “tatú” con tres
púas cada tres años en el medio del entreliño; en suelo seco; en el mes de
noviembre o febrero.
6- RH - Testigo: Dos rastreadas, una en noviembre y otra en otoño, con buena
traba y la aplicación de herbicida en los liños.

Recomendaciones generales.
las plantas de yerba crecen adecuadamente en varias condiciones de suelo,
pero a los fines de proteger a este último de los efectos nocivos de las lluvias
torrenciales o del sol, conviene reducir el número y la intensidad de
operaciones con herramientas. Cuando éstas sean indispensables, se
procederá a sembrar cubiertas verdes. Si ello no es posible, la labor deberá se
superficial, dejando una cobertura seca sobre el suelo. Los mejores meses
para realizar labores son noviembre y febrero, siempre que la humedad del
suelo sea adecuada.
El uso de cinceles o subsoladores podría ser necesario en el caso de mucha
compactación del suelo. En estos casos, y en los meses indicados
precedentemente, se debe esperar a tener poca humedad, para favorecer la
rotura de los terrones grandes.
El uso generalizado del herbicida glifosato modifica la composición botánica de
las malezas.
Con el tiempo, se lo utiliza nada más que en manchones que, dentro del yerbal,
tengan malezas competitivas. La cobertura natural se puede manejar con una
cubierta verde espontánea.

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Calles internas: Entre los distintos lotes del yerbal es deseable, para favorecer
el tránsito en todo momento, y especialmente en días de lluvia, la presencia de
gramíneas rizomatosas como el pasto jesuita o el horqueta. Para ello se debe
tener especial cuidado de evitar la aplicación de herbicidas en las calles
internas, cerrando la válvula al llegar a las cabeceras. Estos pastos responden
muy bien a los cortes con macheteadora, por lo que por lo menos 3 o 4 veces
al año, es recomendable una pasada con este implemento.
Cubiertas verdes: Un tratamiento especial al suelo del yerbal, cuando las
condiciones económicas, laborales y de tiempo lo permiten, es la siembra de
cubiertas verdes. Su principal función es el aporte de materia orgánica, de
manera de preservar las condiciones físicas y químicas del suelo.
Cuanto menor sea la densidad del yerbal, más importante es la cobertura del
suelo. Las plantas que naturalmente crecen en los yerbales y que compiten
poco con el cultivo son el falso trébol, (Oxalis sp), la lengua de vaca, (Rumex
sp) y el diente de león, (Taraxacum sp) en el invierno.
Abonos y fertilizantes: En las plantaciones tradicionales de yerba mate se
han hecho muchas pruebas, ensayos y aplicaciones de abonos y fertilizantes.
En muchos casos, los resultados erráticos desalentaron a muchos productores
y técnicos. La yerba mate requiere un uso racional de estos insumos para
lograr buenas productividades: a la fertilización se la debe tomar como una
técnica dentro de otras, y no como la salvadora y correctora de deficiencias.
Se entiende por abonos a aquellos productos de origen orgánico, como los
distintos estiércoles y compuestos, que son introducidos a la plantación.
En muchos casos se colecta una o dos veces al año ese material, y luego se lo
desparrama en el yerbal en la proyección de la copa, en dosis muy variables.
En algunas explotaciones también se usa (cuando las condiciones económicas
lo permiten) el estiércol de aves.
Análisis hechos en estiércoles, se tienen los siguientes valores promedio:
Aporte de nutrientes, cada 10 toneladas de abono por hectárea (en kg/ha)

Nutriente Estiércol vacuno Estiércol de aves

Nitrógeno 42 110
Fósforo 24 320

Potasio 26 168

Materia Orgánica 1564 6542

Agua 5910 2250

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Los abonos tienen la ventaja de aportar todos los nutrientes, además de
bacterias y materia orgánica, que mejoran al suelo en aspectos químicos,
biológicos y físicos.
Los fertilizantes son productos de la industria química, la que toma distintos
elementos, como rocas, aire o minerales para elaborarlos. En general, son
ricos solo en algunos nutrientes y no aportan materia orgánica ni bacterias.
El objetivo principal de la fertilización es lograr un aumento en la producción de
la yerba mate, optimizando la eficacia y la rentabilidad.
Antes de realizar esta práctica se deben tener presentes ciertos aspectos que
colaborarán en su logro:
_ Dosis
_ Época
_ Localización
_ Forma química o tipo de fertilizante
_ Sistema de aplicación
Dosis: la yerba mate necesita para su crecimiento, mayores cantidades de
nitrógeno y potasio, y menores de fósforo. Una parte importante de estos
nutrientes los provee el suelo, por lo cual hay que saber su disponibilidad
(fertilidad). Un análisis de suelo es la herramienta adecuada para ajustar las
dosis necesarias de fertilizantes.
Época: la mayor absorción de los nutrientes por la yerba ocurre entre octubre y
noviembre y
entre febrero y marzo. Para que haya buena disponibilidad de los nutrientes,
setiembre, es el mes de elección para realizar la fertilización.
Localización: el producto se debe depositar en la zona del perfil del suelo
donde se encuentren la mayor cantidad de raíces activas. Esto ocurre
generalmente en los 10 cm superficiales. Por ello la recomendación es hacerlo
a ambos lados de la planta, en surcos situados a 0,50 – 0,75 m del tronco.
Tipo: considerar forma química y costo para la elección del fertilizante a
aplicar. En la tabla siguiente se tienen los principales fertilizantes en el
mercado.

• Las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) combinan una serie de tecnologías y


técnicas destinadas a obtener productos frescos saludables, de calidad
superior, con altos rendimientos económicos, haciendo énfasis en el manejo
integrado de plagas y enfermedades, conservando los recursos naturales y el
medio ambiente, minimizando los riesgos para la salud humana.

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“En la zona productora de yerba mate, un centímetro de suelo
tarda entre 80 y 100 años en formarse, y ese mismo centímetro de
tierra se pierde “

CUBIERTAS VERDES:
Las variedades de cubiertas utilizadas en la Provincia de Misiones

• El Rye grass anual o Azeven es una gramínea de ciclo anual de 190-210


días. Se siembra durante los meses de marzo y julio a razón de 10-15 kg/ha al
voleo o en línea. Posee resiembra natural, y produce 5-7 toneladas de materia
seca /ha / año.

• Nabo forrajero: crucífera de ciclo anual de 150-200 días. Se siembra durante


los meses de marzo – julio a razón de 8-10 kg/ha al voleo o en línea. Posee
resiembra natural y produce 3-5 toneladas de materia seca /ha(año.

• La cebadilla criolla (Bromus unioloides) es una forrajera. Se siembra en


marzo–abril a razón de 15-25kg/ha. Tiene crecimiento erecto y forma matas.
Produce un forraje de alto valor nutritivo. Posee resiembra.
Poroto sable Mucuna Nabo forrajero

Nab
o

Soja Negra Guandu Crotalaria

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Raigrass

LAS CUBIERTAS VERDES cumplen una importante función en los suelos


rojos de climas subtropicales húmedos como el de Misiones, los principales
beneficios son: proteger el suelo de las lluvias, disminuir o evitar erosiones y
facilitar la infiltración
de las aguas; incorporar materia orgánica; disminuye la influencia de malezas y
de la mano de obra necesaria para mantenimiento de los cultivos, influye en el
rendimiento y calidad de producción de los cultivos consociados con o sobre
las cubiertas verdes.

POROTO SABLE
Su nombre científico es "Canavalia ensiformis". Es una leguminosa anual o
bianual, arbustiva, erecta, que puede llegar al metro de altura y aún más. Es
rústica, no posee guías, aunque hay años que se manifiesta en cierto grado el
desarrollo de guías1. Pero las mismas no afectan las plantaciones en
consociación como podría ser en el caso de la Yerba Mate.

Su ciclo va desde los 170 a los 230 días, dependiendo en mucho de la época
de siembra. Las flores son de color violáceo y chauchas de color marrón,
aplanadas, un poco encorvadas de aproximadamente 30 cm. Contienen de 5 a
20 semillas por chaucha. La semilla es de color blanco y son grandes 1-2 cm.
Es una planta rustica resistente a la sequía y no tiene problemas con plagas.
De clima cálida húmedo y adaptada cualquier tipo de suelos de la zona, salvo
los muy ácidos o inundables. Resistente a la sequia.
Época y densidad de siembra

Para semillero: se recomienda realizar siembras tempranas desde fines de


agosto a setiembre, con distancia de siembra de 1 metro por 1 metro, ello
representa una cantidad de 30-40 kg por ha.
Para cobertura: se puede realizar con muchos cultivos dada su adaptación. Su
desarrollo es lento al principio, permitiendo la siembra al mismo tiempo que el
cultivo principal o de cosecha (anuales). En el caso de la Yerba Mate se realiza
la siembra entre hileras, pudiéndose realizar dos hileras en el caso de mayor
amplitud calle (3 metros entre hileras).
Para cobertura se puede realizar siembras desde setiembre a principios de
enero, siendo preferibles las más tempranas para obtener mayor cobertura y
masa verde.

Manejo y comportamiento

La siembra se realiza con suelos preparados, al menos en surcos, realizados


con subsolador; no suelos compactados. Las siembras posteriores pueden ser
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realizadas en forma directa.
Se siembra en forma manual con “taca taca”3; también en forma manual en
“cuevas” con azada u otros elementos. En superficies mayores al “voleo” en
tierra arada y luego pasando rastra ligera para cubrir la semilla.
Tiene un crecimiento inicial lento y luego explosivo, compitiendo muy bien con
malezas. En el caso de la mandioca se ha notado merma en el tamaño de los
tubérculos, no se han registrado cambios en el caso del maíz y otros cultivos.
Se realiza la incorporación cuando ya se han desarrollado las chauchas y se
encuentran verdes aún; pudiéndose acostar o incorporar con rastras u otros
elementos (rolos).
Se ha verificado influencia en la mejora de la fertilidad de los suelos,
observándose a simple vista los cambios en el caso de la Yerba Mate a partir
del 2do o 3er. año, dependiendo de las condiciones de los suelos al inicio.
La incorporación de nitrógeno se halla alrededor de los 57-90 kg por ha año4.
No tiene problemas con hormigas durante su ciclo, en ello se diferencia de las
“mucunas”.
En lugares donde no hela mucho el cultivo no muere, puede machetearse pero
los tallos vuelven a brotar permaneciendo en el rozado de un año a otro.

Consociaciones

Recomendable para la consociación con gran variedad de cultivos como la


Yerba Mate, tabaco, maíz, mandioca5, y otros cultivos. En el caso de la yerba
es muy recomendable pues limita la proliferación de malezas y reduce la mano
de obra en limpieza.
El sable en invierno cesa su crecimiento y en los años con heladas se produce
la muerte de las plantas, aún cuando no es muy afectada con los primeros
fríos.
Al ser un cultivo de verano, una vez incorporado, puede ser favorable efectuar
la siembra de coberturas verdes de invierno (raygras o avena) para dar
continuidad a la mejora de los suelos. En el caso de la yerba mate es posible la
siembra luego de la cosecha.

Mucuna enana

Nombre científico "Mucuna deeringianum". Pertenece a la familia de las


leguminosas, existiendo numerosas especies de “Mucunas”, siendo la “enana”
una planta anual, herbácea (de desarrollo menor a 1 metro en altura). Siendo
su ciclo completo (siembra a época de cosecha) de 150 días
aproximadamente. Llega a tener gran desarrollo en matas y con flores violetas
en racimos en las proximidades de la base del tallo. Las chauchas a van de 5 a
8 cm con pelusa negros al principio y mucha carnosidad, cuando secas son
negras y muy duras. Las semillas de color marrón y blanco marmoleadas o
”rayadas”. Requiere climas cálidos, no resiste a las heladas, pero sí en parte a
la seguía (en la temporada 2008-2009) con una dura sequía pudo obtenerse
cobertura e incluso producción de semillas.

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Épocas y densidad de siembra

Para semillero; se recomienda sembrar a partir de la última quincena de


agosto hasta fines de septiembre con una plantación de 1 metro por 1 metro,
para evitar la pudrición de la semilla en momentos de mucha humedad. Ello
representa aproximadamente 15-20 kg de semilla por ha.
Para cobertura; en combinación con otros cultivos, densidades no mayores a
0.50 m entre planta y 1 metro entre líneas, recomendándose en ambos casos
la siembra con “taca taca”1. Ello representa 35 a 40 Kg. Por ha. En cobertura
consociada el período de siembra va desde fines de octubre hasta diciembre,
de ésta forma se obtiene mucha masa verde para que permanezca luego seca
(en el invierno) y permite la siembra directa sobre la cubierta seca a finales del
invierno, y principios de primavera.

Manejo y comportamiento

Para la primer siembra es necesario dada su lentitud de desarrollo inicial


combatir otras plantas o malezas y cuidar el ataque de hormigas (es muy
susceptible), se prepara el suelo para sembrar en surco con tierra no
compactada. Las flores y vainas crecen sobre la tierra, debajo de las hojas de
las plantas, en épocas de lluvias o mucha humedad se descomponen con
facilidad, perdiéndose la producción.
Puede optarse por incorporar con rastra –sin traba- y/o rolo, acostando las
plantas contra el suelo. Otra opción será cortando con machete o guadaña las
plantas en el momento de la floración y formación de chauchas (80-100 días).
En su defecto, dejar cumplir el ciclo y esperar la muerte de la planta en forma
natural al completar el ciclo (150-160 días). La cantidad de nitrógeno que
incorpora por año va desde 70 a 280 kg por ha2.

Consociaciones

La cobertura seca es de fácil incorporación y descomposición por lo tanto es


menor que otro tipo de coberturas, por ello se recomienda aumentar la
densidad en caso de consociaciones con otros cultivos como es posible con
yerba mate, maíz, tabaco, frutales.

Cubiertas nativas o espontáneas


► De invierno: Diente de león (Taraxacum officinale),
Lengua de vaca (Rumex crispus), Cebadilla criolla (Bromus
unioloides), Avena silvestre (Avena sativa), Nabo
silvestre (Raphanus spp.), Curatu o Cilantro (Coriandrum
sativun), Trébol silvestre (Oxalis spp.).
► De verano: Buba o lanceta (Solidago spp.), Maní silvestre

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(Arachis spp.), Crotalaria (Crotalaria spp.), Pegapega
(Desmodium spp.).
Cubiertas implantadas
► De invierno: rey grass o Azeven (Lolium multiflorum),
Avena negra (Avena strigosa), Vicia villosa, Trébol de
carretilla (Medicago polynorpha), Nabo forrajero (Raphanus
sativus), Lupino.
► De verano: Poroto sable (Cannabalia ensiphormis),
Poroto caupí (Vigna sinensis), Mucuna (Stizolobium
sppp.), Maní guaicurú (Arachis hipogaea var.
Macrocarpa), Crotalaria (Crotalaria spp.), Guandú
(Cajanus cajan).

Mejoramiento de la
estructura compactación
La compactación es una capa endurecida de suelo no artificial que impide la
penetración de agua, aire y el desarrollo de raíces. Se trata de un problema
actual que se presenta en los suelos rojos y que actúa como severo relevante
en la producción.
¿Cómo se origina?
► Excesivas pasadas de tractor e implementos de roturación (rastras y
arados).
► Pisoteo de implementos con suelo húmedo.
► Falta de materia orgánica.
Consecuencias:
► Erosión.
► Limitado desarrollo de raíces.
► Bajo almacenamiento de agua.
► Cambio de la flora natural.
¿Qué hacer?

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Pasar un subsolador de una, dos o tres púas de acuerdo a la distancia de
plantación teniendo en cuenta que la mayor compactación es producida por las
ruedas del tractor.
Es importante realizar esta tarea en las estaciones de otoño e invierno, y en
condiciones de suelo seco.
Una vez realizada la descompactación, se recomienda continuar con un
sistema de manejo de suelo que comprenda: control de malezas (manual o
químico); mínima remoción; aporte de materia orgánica (cubiertas verdes y/o
abono) y fertilización.

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