Pasando una brevísima revista a la historia universal, veremos que el mundo occidental ha sufrido
o disfrutado modificaciones trascendentes a los largo de los primeros diecinueve siglos de nuestra
era. En el siglo XX el mundo cambio más que en los diecinueve precedentes: la explosión científica
y tecnológica, el desarrollo de los medios de transporte, la conquista del aire y del espacio, el
dominio de las enfermedades, la universalización de la cultura, la rapidez de los medios de
comunicación, la automatización de la industria y las perspectivas de la ingeniería genética,
constituyen muestras de la humanidad que se modifica a si misma de modo sustancial en lapsos
menores que el de nuestra propia vida.
Desde la cibernética, definida por Norbers Wienner, en 1948, como la ciencia de control y la
comunicación entre el animal y la máquina, hasta la informática, que es la ciencia del tratamiento
automático de la información y que se utiliza con grandes fines comerciales e intereses
particulares, existe un gran abismo que está siendo aprovechado para conseguir objetivos que, aun
no poniendo en duda su legitimidad, ni son los únicos debe excluir a otros más importantes en
momentos como los que vive la humanidad en los que se está distorsionando la realización del
individuo en su cualidad básica: la persona
En el mundo jurídico, con la utilización de los modernos medios técnicos, el derecho adquirirán
precisión y claridad, tanto en su compresión como en su aplicación y las nuevas tecnologías
asociadas a la computadora, cambiaran los métodos y estructuras del pensamiento del jurista.
Es muy probable que, en los próximos años, los cambios a suscitarse sean aún más espectaculares
con la introducción de las modernas tecnologías en el tratamiento, comprensión e incluso
creación de nuevas metodologías de trabajo en las actividades profesionales. Las técnicas de
inteligencia artificial, con la posibilidad de toma de decisiones por las computadoras y la
multimedia, con el tratamiento de datos, imagen y sonido a través de redes de comunicaciones,
pueden revolucionar por completo el pensamiento y forma de actuar del profesional del derecho.
Por ello, debemos adaptarnos a estos métodos, de forma que retomemos los antiguos problemas
bajo una óptica diferente y adecuemos nuestra actividad jurídica al desarrollo tecnológico.
Cuando la cibernética se une al derecho, tenemos lo que se denomina Iuscibernetica (termino que
debemos a losano) siendo la informática jurídica su aspecto esencial.
La informática jurídica estudia las aplicaciones informáticas en el campo del derecho, mientras que
el derecho informático constituye la normativa dirigida a reglamentar el uso y a reprimir el abuso
del nuevo poder informático de posesión y comercio de la información o dicho de otro modo el
derecho informático es el conjunto de principios normas jurídicas que regulan la incidencia de la
informática en la sociedad y los conflictos con los derechos personales.
Informática jurídica decisoria: la informática jurídica decisoria suele presentarse a si misa como
una colección de métodos, medios y propuestas para auxiliar al decisor humano en su tarea antes
que para reemplazarlo. Busca formular previsiones sobre un cálculo de base empírica.
La autopistas de la información pueden ser definidas como una red global de alta velocidad capaz
de transportar hasta el abonado un conjunto de nuevos servicios interactivos, como la tele
enseñanza, la telemedicina, la consulta de las bases de datos, telecompra, televisión, etc. Las
autopistas se muestran como una verdadera revolución tecnológica y cultural llamada a borrar
fronteras geográficas, temporales y culturales.