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LOS OBJETIVOS DE LAS REFORMAS BORBONAS

A comienzos del siglo XVIII, el imperio español se encontraba sumido en una


grave crisis económica y política la decadencia de España contrastaba
vivamente con la creciente prosperidad de Francia e Inglaterra, potencias
rivales que incluso amenazaban el dominio español sobre sus colonias
americanas.

En vista de esta situación, la nueva dinastía en el poder, la de los borbones,


llevo a cabo un amplio conjunto de medidas de reforma del imperio con el fin de
superar la decadencia y recuperar para España el lugar de principal potencia
europea. Estas medidas conocida como las reformas borbonas que
comenzaron a aplicarse en américa con la llegada al trono de Carlos III en la
segunda mitad del siglo XVIII, tenían como objetivo principal fortalecer los lazos
que unían a España con sus colonias. Para ello se llevaron a cabo una serie de
reformas administrativas económicas y militares que impactaron fuertemente
en la sociedad americana, especialmente en el Rio de la Plata.

UN DIAGNOSTICO SOMBRÍO

El diagnostico sobre el poder regio en las colonias americanas era sumamente


preocupante o y la corrupción para las autoridades metropolitanas. El
contrabando y la corrupción administrativa estaban generalizados, la burocracia
estaba dominada por las elites americanas, la recaudación fiscal y las remesas
a España eran insuficientes y las áreas de frontera estaban amenazadas por
Portugal, Francia e Inglaterra.

Para superar esta situación de debilidad y aumentar el aprovechamiento de las


riquezas americanas, la monarquía debía fortalecer su poder en América
mediante un mayor y más eficiente control administrativo y militar. El primer
paso debía ser entonces, afirmar el poder absoluto del monarca y recortar el
espacio de influencia de las elites locales y la iglesia en los asuntos de
gobierno.

LA EXPULSIÓN DE LOS JESUITAS Y EL REGALISMO BORBÓNICOS

La política de afirmación de la soberanía regia, a la que se denominaba


regalismo, implicaba entre otras cosas, el control de la corona sobre la Iglesia,
lo que llevo al enfrentamiento con autoridad papal. La orden jesuítica jugo un
papel destacado en este enfrentamiento, ya que mantenía una fuerte política
de resguardo de la autonomía eclesiástica frente al poder de la monarquía. Por
tal motivo en 1767, Carlos III decretó la expulsión de los jesuitas de España y
sus colonias.

Los miembros de la orden fueron detenidos e inmediatamente embarcados


hacia España y sus bienes confiscados y puestos bajo la administración
estatal. Franciscanos, mercenarios, dominicos, y ávidos administradores se
hicieron cargo de las misiones en córdoba., los franciscanos pasaron a
administra la universidad, donde se acentuó la tendencia a enseñar las
doctrinas regalistas. En buenos aires los bienes del colegio jesuita se utilizaron
para crear el Real Colegio de San Carlos. De esta forma, la educación superior
se puso al servicio de las reformas imperiales.

LA CREACIÓN DEL VIRREINATO DEL RIO DE LA PLATA.

Como uno de los objetivos de la reforma era dotar a las colonias de una
administración y defensa eficiente. La corona dividió el Virreinato del Perú en
unidades administrativas más pequeñas, con el objeto de facilitar el control de
los territorios. En 1739 creo el Virreinato de Nueva Granada y décadas más
tarde, en 1776, el del Rio de la Plata, que incluía gran parte de los territorios
actuales de la argentina. El Uruguay, Bolivia y el Paraguay. Buenos aires fue
nombrada su capital, donde se establecieron sus principales autoridades.

En 1785 se creó la audiencia de buenos aires con jurisdicción sobre el


Tucumán, el Paraguay y bueno aires, territorios que hasta entonces dependían
de las audiencias de Charcas. Para asegurar la viabilidad fiscal y económica
del virreinato, el Alto Perú, con sus ricas minas de plata, fue incorporado a la
nueva unidad administrativa y subordinado a Buenos Aires.

El ordenamiento territorial se completo en 1782 con la división del territorio del


virreinato del rio de la plata en 8 intendencias: Buenos Aires (Buenos aires,
santa fe, entre ríos y corrientes) Córdoba del Tucumán (Córdoba, la rioja, san
luis, Mendoza y sanjuán) salta del Tucumán (salta, Jujuy, Tucumán, Santiago
del Estero Y Catamarca) Asunción del Paraguay, Charcas, Potosí,
Cochabamba y La Paz. Se constituyeron, además, cuatro gobiernos militares:
Montevideo, Misiones, Chiquitos y Moxos, que cumplían la función de
resguardad las fronteras frente a los portugueses.

Se creó así una nueva jerarquía territorial, en la cúspide estaba la capital del
virreinato, la seguían las ciudades cabeceras de las gobernaciones de
intendencias, a la que a su vez estaban supeditas a las ciudades subordinadas,
finalmente estaban las zonas rurales que dependían de los cabildos de sus
respectivas ciudades.

Al frente de cada intendencia estaba el intendente, un funcionario con amplias


atribuciones, como la recaudación de impuestos, el ejercicio de la justicia civil y
criminal, el cuidado de caminos y postas, el fomento de la agricultura y
ganadería, la persecución de los vagos, la provisión de los ejércitos y el pago
de los salarios de la tropa.
UN NUEVO FUNCIONARIADO

La vieja administración colonial estará compuesta en gran medida por


funcionarios con nula o escasa capacidad, mucho de los cuales habían
comprado sus cargos, y era dominada por las elites locales.

Frente a este panorama, los borbones se propusieron renovar la administración


en América. Para ello anularon la venta de cargos y promovieron el
nombramiento de funcionarios de carrera, con referencias para que no
provenientes de España, que dividían de un salario.

El avance del poder regio significo el desplazamiento de las elites americanas


de los puestos más destacados de la burocracia imperial. Se estima que en
Buenos Aires a finales del siglo XVIII el 64% de los hombres ocupaban cargos
en la administración colonial eran los españoles y en cargos altos, mientras que
solo el 36% era americano, se dio en los cargos de bajo rango.

A pesar de las prohibiciones, las élites locales lograron entablar vínculos


estrechos con los funcionarios de la colonia, sobre todo a través de los
matrimonios. De esta forma, las élites subsanada su falta de poder derivada de
su marginación de los cargos administrativos de alto rango y los funcionarios,
su falta de recursos económicos

EL RESGUARDO DE LAS FRONTERAS COLONIALES: LAS REFORMAS


MILITARES

La defensa del atlántico Sur se volvió una cuestión central para la corona
debido al crecimiento de poderío inglés y la estrecha relación entre Inglaterra y
Portugal. Además de los recurrentes conflictos limítrofes con Portugal. Francia
e Inglaterra comenzaron a utilizar la ruta de Cabo de Hornos para vincularse
con el pacífico. La necesidad de abastecimiento para navegación y lo que
ambas potencias melodía dan por las costa patagónica y que, incluso, fundarse
en asentamientos en las islas Malvinas en la década de 1760 y 1770.

Para defender el territorio de las amenazas extranjeras, se reforzó


notablemente la presencia militar española en la región rioplatense, mediante la
fundación de Montevideo, que luego sería el apostadero de la armada real, la
construcción de puentes y la modificación del número de tropas regulares
provenientes de España. Se inició un plan de defensa de las fronteras con los
pueblos indígenas de Chaco y La Pampa, para lo que se construyeron Fortines
a lo largo de la frontera sur entre Buenos Aires y Mendoza
Se emprendió a la tarea de organizar cuerpo milicianos, que, a diferencia del
ejército regular, no estaban integrada por oficiales o soldados profesionales,
sino por residentes locales que tenía la obligación de colaborar en la defensa
de su ciudad O pueblo en momentos de peligro. A pesar de los esfuerzos esta
tarea se cumplió con éxito avispado, como pudo comprobarse al momento de
la invasión inglesa, en 1806.

EL RESGUARDO DE LAS FRONTERAS COLONIALES: LOS PLANES DE


LA COLONIZACIÓN

En la década de 1711, para resguardar la Patagonia del acecho de Inglaterra y


Francia, la corona llevó a cabo un plan de poblamiento de las costas de esa
región mediante la fundación de colonia San Nicolás. Para ello fueron
trasladadas más de 400 familias campesinas de Galicia y León hacia el Rio de
la Plata. La corona le facilito Semillas, aperos de labranza y todo lo necesario
para poner en funcionamiento las colonias. Derivaron 3 colonias: San Julián y
Puerto Deseado, ambas el actual provincia de Santa Cruz y Carmen de
Patagones, en la provincia de Buenos Aires. El clima riguroso no apto para la
agricultura, la falta de agua potabley la mala administración hicieron el proyecto
de colonización fracasara.

LA ATLANTIZACION DEL ESPACIO ECONÓMICO

Buenos Aires: de pequeña aldea a capital del Virreinato.

En El siglo XVIII se consolidó la tendencia hacia la atlantización del espacio


económico rioplatense. El mercado altoperuano fue perdiendo importancia
frente al gran crecimiento de Buenos Aires y Montevideo, las dos ciudades que
intensificaron su relación con los mercados atlánticos. La creciente demanda
de materias primas por parte de Europa, que estaba atravesando la primera
fase de la revolución industrial; la legalización de los puertos rioplatenses y la
creación de un importante aparato burocrático militar en la zona son las
principales causas del giro de la economía virreinal hacia el Rio de la Plata.

En aumento del comercio ultramarino provocó el crecimiento de la elite porteña,


cuya principal actividad económica se basó en el comercio de exportación de
plata y bienes pecuarios y la importación de productos de ultramar.

Hacia finales del siglo XVIII. Buenos aires era la ciudad más importante y
sofisticada de todo el territorio.
EL CRECIMIENTO ECONÓMICO DEL LITORAL

El mundo rural de la banda oriental, Santa Fe, Corrientes, Entre Ríos y Buenos
Aires también gozó de prosperidad durante el siglo XVIII. La creciente
demanda de cueros y en el mercado atlántico mismo que se abandonase la
práctica de la caza del ganado cimarrón y que comenzara la cría de ganado
vacuno en estancias y otros establecimientos menores. Esta actividad cobro
especial fuerza en Entre Ríos y el sur de Corrientes, donde la abundancia de
tierras disponibles favorecía el establecimiento de estancias.

Por el contrario, en la campaña de Buenos Aires y en la Banda Oriental el


cultivo de trigo., en menor medida, maíz, cebada y alfalfa., fue la principal
actividad agraria. El pan era uno de los componentes fundamentales de la dieta
desus habitantes,

También era importante en todo el espacio litoraleño la cría de ganado equino,


ovino y mular, las mulas se criaban sobre todo en el norte de la campaña
bonaerense y el sur de Santa Fe y desde donde eran enviadas a los mercados
de Salta y Jujuy.

LOS CIRCUITOS MERCANTILES REGIONALES: CAMBIOS Y


CONTINUIDADES

Una novedad propia del siglo XVIII fue la importancia creciente de Buenos
Aires, también de Montevideo dentro de esquema económico regional,. Hasta
entonces Potosí había sido el centro económico por excelencia, hacia el que se
habían dirigido desde el siglo XVI el grueso de los excedentes de las
producciones regionales. Paulatinamente, este papel fue disputado por Buenos
aires y, hacia finales del siglo XVIII, dos polos económicos estructuraban el
espacio económico virreinal: el Alto Perú y la región rioplatense. Las
producciones regionales (yerba, ponchos, aguardiente, vino, frutas secas, etc.)
encontraban en Buenos Aires, Montevideo y el espacio rural circundante un
gran mercado consumidor alternativo.

Asimismo, los mercados porteños intensificaron su participación en el comercio


de productos manufacturados europeos y de esclavos y su control sobre el
tráfico de los productos regionales. Esto les permitiría captar una parte
sustancial del metálico producido en el Alto Perú que circulaba en las
economías regionales del interior del Virreinato como resultado de los
intercambios entre estas y la región minera. Si bien los rasgos principales del
comercio de la ciudad adquiridos durante el siglo XVII (la actividad económica
giraba en torno a la exportación de metales preciosos y la importación de
bienes de ultramar) continuaban vigentes, en el siglo XVIII los mercaderes
porteños pasaron a dominar ampliamente los circuitos mercantiles del interior y
la exportación de metales creció notablemente.
EL IMPACTO DE LA APERTURA DEL PUERTO DE BUENOS AIRES SOBRE
LAS ECONOMÍAS REGIONALES.

El impacto de las medidas liberalizadoras del comercio sobre las economías


del interior fue diverso, los textiles de algodón sufrieron la competencia de los
textiles importados, por lo que hacia la segunda mitad del siglo XVIII la
producción en el Tucumán y el Paraguay estaba en seria decadencia. Sin
embargo, esta crisis fue anterior a la apertura de los puertos y obedeció y
también al declive del sistema de encomienda., que había sido la base de la
producción textil tucumana, y a la desarticulación de las misiones jesuitas del
Paraguay. La producción de ponchos y telas de lana en córdoba, Catamarca y
San Luis no se vio muy afectada debido a la preferencia de los consumidores
por estos textiles que eran producidos por mujeres campesinas, quienes
realizaban todo el proceso en el marco de sus economías familiares. Esto les
permitía resistir la competencia de los textiles importados, a costa del
empobrecimiento familiar.

En Mendoza, la producción vitivinícola decayó como resultado de la


importación de vinos europeos. Los productores de san juan, por su lado,
lograron seguir colocando su producción de aguardiente en los mercados
litoraleños.

EL CRECIMIENTO DE LA POBLACIÓN

A finales del siglo XVII. Luego de la debacle demográfica producida por la


conquista, la población americana comenzó a crecer. En los territorios que
componen la actual argentina. Se calcula que la población del Tucumán
aumento una vez y media entre 1776 y 1812, y la de cuyo, casi dos veces. Por
su parte, la población del litoral y buenos aires creció dos veces y media, sobre
todo por la importación de esclavos y la llegada creciente de inmigrantes desde
el interior del virreinato y España atraídos por la bonzanza económica que les
ofrecia la zona.
EL COMERCIO DE ESCLAVOS

Desde la fundación de Buenos aires en 1580, un ramo fundamental del


comercio porteño fue la importación de esclavos de origen africano.

En el siglo XVIII, comenzó un amplio trafico legal realizado por los españoles,
que hasta entonces lo tenían vedado. Se calcula que unas 70.000 personas
fueron ingresadas por los puertos de Montevideo y buenos aires entre 1777 y
1812,

Los esclavos provenían del Brasil o África, eran capturados por cazadores que
los apresaban, o caían prisioneros en luchas interétnicas y luego vendidos .

Antes de ser embarcados eran golpeados para que se disciplinasen. Hacían el


viaje amontonados en las bodegas de los buques, en pésimas condiciones de
salubridad. Un porcentaje alto de los esclavos fallecía en ultramar.

Una vez en Buenos Aires, 75% de los esclavos eran vendidos en los mercados
de Tucumán, Salta y el Alto Perú. El 35% restante permanecía en el rio de la
plata, ocupado en la producción rural.

LAS MIGRACIONES HACIA LA REGIÓN RIOPLATENSE.

Durante el siglo XVIII se acentuaron las inmigraciones desde el interior hacia el


rio de la plata. En el litoral los salarios eran mayores y se pagaba en gran parte
en metálico, a diferencia del frecuente pago en especie en el interior. La tierra
estaba apropiada solo parcialmente, lo cual permitía qué un inmigrante
accediese a una parcela de tierra fértil y se transformase en productor rural
independiente.

El incremente de las migraciones se explica también por el hecho de que era


muy común que los campesinos de Cuyo y el Tucumán trabajasen como
arrieros, troperos o carreteros. En la medida en que los flujos mercantiles entre
buenos aires y el interior se incrementaron también creció la circulación de
información entre la población rural sobre las posibilidades de prosperidad en la
región rioplatense, lo que estimulo la emigración.

LOS INMIGRANTES ESPAÑOLES.

A lo largo del siglo, numerosos españoles emigraron al rio de la plata, atraídos


por la prosperidad económica de la región, la mayoría de estos inmigrantes
eran pobres y emprendían el viaje a través del Atlántico, trabajando como
marineros, cuando llegaban a Montevideo o buenos aires desertaban y
continuaban su vida en otras ocupaciones. A diferencia de los migrantes del
interior. Casi todos eran hombres solteros, la migración familiar fue
excepcional. Aunque muchos tenían la expectativa de permanecer unos pocos
años y regresar enriquecidos a su país, la mayoría se estableció
definitivamente en el rio de la plata y contrajo matrimonio con mujeres nacidas
en América.

LAS REFORMAS MERCANTILES.

Entre los principales objetivos de las reformas borbónicas se encontraban el


interés de la corona por sacar el mayor provecho económico y fiscal de sus
colonias americanas. Para ello se implementaron una seria de medidas para
flexibilizar el sistema de intercambios entre España y América y transformarlo
en un libre comercio entre españoles. De este modo se esperaba fomentar las
exportaciones de bienes españoles hacia América y, además, mitigar el
contrabando.

En la década de 1749 se suprimió el sistema de flotas galeones y se habilito la


ruta del Cabo de Hornos para los navíos de registro que comerciaban con los
puertos del pacifico. Como consecuencia, la escala en buenos aires de navíos
autorizados se hizo cada vez más frecuente.

La apertura de los puertos del rio de la plata al comercio legal fue muy
beneficiosa, sobre todo para las casas mercantiles que comerciaban con
España. El arribo de naves de ultramar creció ostensiblemente y se
multiplicaron el comercio legal y la recaudación fiscal. Sin embargo, el
contrabando no desapareció.

LAS REFORMAS FISCALES

Durante el siglo XVIII la corona abandono prácticas de arrendar el cobro de


impuestos a particulares, bajo el nivel de algunas contribuciones para estimular
la producción y simplifico la prcecepción de otras para evitar la evasión,

Se establecieron aduanas tanto en los puertos para cobrar los derechos a la


importación y exportación, como en las principales ciudades para recaudar los
impuestos a la circulación de mercancías en el mercado interno.

El principal ingreso fiscal en la región rioplatense, al igual que en el siglo


anterior, provenía de los impuestos a la minería de plata, recaudados en el Alto
Perú. En la última década del siglo XVIII, el 70% de los ingresos de la llamada
caja real del Virreinato, es decir, la oficina encargada de administrar la
recaudación fiscal, provenía de los recursos potosinos. Esto implicaba que la
actividad económica minera subsidiaba el aparato burocrático militar asentado,
fundamentalmente en Buenos Aires y la Banda Oriental.
LAS REFORMAS Y LAS REBELIONES ANDINAS.

En la década de 1780, el orden colonial fue amenazado por el estallido de


insurrecciones indígenas. Las causas de esta “gran rebelión” son complejas y
se relacionan con las dinámicas de resistencia que los indígenas venían
desarrollando desde las décadas anteriores. Sin embargo es indudable que las
reformas borbónicas incidieron en la simultaneidad de los levantamientos.

El interés en aumentar la recaudación fiscal había llevado a la corono a


duplicar las tasas que gravaba el comercio y a aumentar la cantidad de
aduanas recaudadoras. Estas medidas afectaron severamente a pequeños y
mediantes arrieros y comerciantes, la mayoría mestizos o indígenas.

Además en 1750, la corona había legalizado el reparto forzoso de mercancías,


que obligaba a las comunidades indígenas a comprar mercancías a precios
abusivos a los corregidores, funcionarios españoles con jurisdicción sobre los
pueblos de indios.

LA GRAN REBELIÓN EN LOS ANDES

En 1780, en el sur del virreinato del Perú y el norte del Virreinato del Río de la
Plata

Se sucedieron numerosos estallidos, que posteriormente convergieron en tres


movimientos insurreccionales. Uno de estos fue comandado por José Gabriel
Condorcanqui, un cacique indio que consiguió un gran reconocimiento en los
pueblos indígenas del Bajo Perú. En noviembre de 1780 fue proclamado inga-
rey, con el nombre de Tupa Amaru II. El otro movimiento de importancia surgió
en el alto Perú y fue liderado por un campesino, que había sido mitayo y
sacristán, Julian Apazam quien como el nombre de Túpac Katari. Otro foco
rebelde surgió al norte de potosí, dirigido por el cacique de Chayanta, tomas
Katari.

Los movimientos rebeldes contaron con un gran apoyo indígena y mestizo. Sin
embargo, a pesar de que numerosos pueblos fueron tomadoss y que las
ciudades de La Plata, La Paz y Cuzco fueron sitiadas, las dos alas principales
de la insurrección, la quechua, liderada por los Amaru, y la Aimara, liderada por
los Katari, no lograron eficaz coordinación., a finales de 17891, las autoridades
coloniales derrotaron estas rebeliones e iniciaron una feroz represión.
EL ARTE DE LAS MISIONES JESUÍTICAS.

La belleza está en la diversidad

desde su llegada al actual territorio argentino, a fines del siglo XVI, las misiones
jesuitas aplicaron la enseñanza del evangelio de una manera muy particular,
caracterizada por una asimilación pacifica de la cultura de los pueblos
originarios y la educación paulatina, ordenada y simplificada de los preceptos
cristianos a través del arte y la música. Los jesuitas fueron eximios arquitectos,
calladores, pintores, escultores y músicas. Fueron evangelizadores de
habitantes del litoral, el noroeste y la zona central de nuestro país.

En las estancias y reducciones, verdaderos pueblos que estos sacerdotes


erigían alrededor de una capilla, los indígenas aprendieron oficios y fueron
instruidos en la fe católica. Ese arte mestizo era una atractiva combinación de
la cultura originaria y la cultura europea, declino en una cultura exótica y
llamativa.

UNA COPIA MUY ORIGINAL.

Las tallas y pinturas salidas de los talleres jesuíticos se basaron en copias de


estampas o pequeñas pinturas que los sacerdotes traían de Europa. Pero los
indígenas hicieron su propia interpretación de esas imágenes. introdujeron
trágicas expresiones de tristeza en los rostros de santos, ondularon ropajes,
etc.

Les enseñaron a usar materiales que tenían a mano como la madera y las
fibras vegetales en las zonas litoraleñas y del noroeste. Y la piedra en el norte y
centro del país.

El resultado de la combinación de elementos de ambas culturas se denominó


sincretismo religioso.

Floran Paucke: un cronista del color.

El jesuita polaco Florian PAucke llegó a América en 1748. Recorriendo varias


ciudades de Argentina. En 1752 se hizo cargo de la reducción de San Javier,
al norte de la ciudad de Santa Fe. Allí este misionero realizo una extensa obra
de educación y observación, que dio por resultado el libro “Hacia allá y para
acá” en el que ilustro con profusión de colores la naturaleza fluvial del noreste
santafesino y las costumbres de los mocovíes.

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