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LAS OBLIGACIONES EN GENERAL

LA OBLIGACION

Derechos Reales y Personales.- Un grupo de derechos subjetivos se reúne bajo


denominación de derechos reales o derechos sobre cosas. Tal denominación no es
romana, pues la expresión ius in re, es propia de los romanistas del medievo; sin
embargo, la separación entre aquellos y los derechos personales o de obligación, es
patrimonio de los juristas clásicos romanos.

Distinción entre Derechos Reales y Derechos Personales.- Como características


de los derechos reales, tenemos:

1.- Constituyen facultades que el titular ejercita directamente sobre las cosas sin
necesidad de intermediario.

2.- Son derechos absolutos respecto de los cuales nadie tiene deber especial, sino
simplemente el de guardar aquella conducta de respeto y abstención que es general a
todos los miembros de la sociedad.

3.- Tienen acciones que pueden ser utilizadas, no contra determinada persona, sino
indistintamente contra el que perturbe al titular.

4.- Facultad de persecución de la cosa donde quiera que se encuentre. Al titular del
derecho real de usufructo, por ejemplo, nada le importa que la cosa sobre la cual este
recae, cambie varias veces de dueño, este en manos de quien este, el usufructuario la
recobrara para ejercitar su derecho real.

5.- Derecho de preferencia o poder de excluir a cuantos reclamen la cosa fundados en un


derecho de crédito o en un derecho real posterior.

Llámense derechos reales a aquellos que facultan a su titular para obtener provecho
de una cosa, sea en la forma más amplia (derecho de propiedad) o en una forma limitada
(derecho de usufructo).

Características de los Derechos Personales.- Se pueden citar como


características de estas las siguientes:

1.- Las facultades del titular no se ejercitan directamente sobre las cosas, sino de un
modo remoto, a través de otra persona que se las proporciona o modifica, o que cumple
actuaciones de índole diversa.

2.- Son derechos relativos, porque recaen sobre una persona determinada. Su ejercicio
requiere la colaboración de determinadas personas (deudore).

3.- Como consecuencia están protegidos por acciones de las llamadas personales, que
no entablan contra cualquiera, sino contra los obligados de antemano conocidos.
4.- El titular de estos derechos carece del derecho de preferencia

Se entiende por derecho personal o de crédito a la relación que existe


entre dos personas de las cuales una el acreedor, puede exigir de la otra, deudor, la
prestación de un hecho determinado.

Concepto de Obligación.- Las instituciones Gayanas no definen la


obligación; el comentario se inicia, con un simple nunc iranseamus ad obligationes. Una
definición que se atribuye a un glosador postclásico de Gayo se encuentra en las
instituciones justinianeas: obligatio est iuris vinculum,quo necessitate adstringimur
alicuius solvendae rei, secundum nostrae civitatis iura: La obligación es un vínculo de
derecho que nos constriñe en la necesidad de pagar alguna cosa según el derecho de
nuestra ciudad.

La expresión solvendae rei ha de entenderse como una referencia a


cualquier índole de prestación y no únicamente a la de entregar la cosa.

Si se examina con detenimiento la definición anterior, se ve que la misma esta


formulada en función del sujeto pasivo o deudor. Ello se debe a que la obligación es un
estado anormal, se limita la esfera de acción de una persona (deudor) en beneficio de otra
(acreedor); por eso no puede durar indefinidamente, está destinada a desaparecer, sea
cuando el obligado cumpla la prestación prometida, en cuyo caso se dice que hay solutio
(de solvere) y se produce la liberatio del deudor, o bien cuando surgen causas de
extinción del vínculo de otra índole.

En el viejo derecho romano la obligación era la sujeción n que se colocaba


una persona libre para garantizar la deuda que había contraído ella misma o por otra
persona. El caso típico, era la práctica de un préstamo seguido de un NEXUM por el cual
el deudor se entregaba en prenda al acreedor hasta que con su trabajo o por intervención
de un tercero extinguía la deuda y obtenía su libertad.

Elementos de la Obligación.- La obligación crea un lazo, una


liga-vinculum-, que presupone por lo menos dos sujetos: uno activo y otro pasivo; el
primero creditor sujeta en cierta forma segundo debitor para que le preste la conducta
debida. El vínculo que es un lazo de derecho, permite al acreedor usar los medios
coactivos para que el deudor preste el comportamiento debido. El objeto de la obligación,
consistía en la conducta que el deudor debía observar en provecho del acreedor; que
podía consistir en un dare, facere o praestare.

División de las Obligaciones.- Las obligaciones pueden dividirse como


sigue:

I.- Obligaciones de Derecho Civil y de Derecho de Gentes.-Eran obligaciones del ius


civile, las derivadas de los contratos sancionados por el Derecho Quiritario: nexum,
sponsio, etc; y del derecho de gentes, las que se originaban en los contratos reconocidos
por este derecho: comodato, compraventa, etc. En un principio, solo se conocían las
obligaciones del Derecho Civil, que eran limitadas, formalistas y solo vinculaban a los
cives. Así, la sponsio que se verificaba mediante el empleo de palabras solemnes. Las
obligaciones del derecho de gentes no necesitaron el empleo de formalidades solemnes
para su perfeccionamiento, fueron además accesibles a los extranjeros, tales como las
que nacían del comodato, deposito, compraventa, etc.

II.- Civiles y honorarias.- En las instituciones de Justiniano se dice que la división


principal de las obligaciones se reduce a dos clases: civiles o pretorias; son civiles las
que han nacido por las leyes, o reconocidas por el derecho civil. Son pretorias, las que el
pretor ha establecido por su jurisdicción, llamadas también honorarias.

III.- De derecho estricto ( stricti iuris) y de buena fe (bonae fidei).- Las primeras
provenían del derecho quiritario (nexum, stipulatio y contrato litteris). El deudor en una
obligación de estas debía cumplir lo estrictamente pactado.

IV.- Civiles y naturales.- Las primeras, eran obligaciones provistas de una acción, que
permitía al acreedor compeler judicialmente al deudor en caso de incumplimiento; y las
segundas, eran aquellas que aun cuando carecían de acción producían consecuencias
jurídicas; así, el acreedor insatisfecho podía retener el importe de lo pagado
voluntariamente por el deudor, sin que este pudiera alegar pago de lo indebido. También
la obligación natural podía asegurarse su cumplimiento mediante garantía real o
personal, asimismo, podía ser novada y compensarse con una obligación civil. Como
casos de obligaciones naturales, se pueden citar los siguientes: las obligaciones de los
esclavos con extraños, cuando el hijo de familia recibía un préstamo en dinero y luego de
salir de la patria potestad lo cubría al mutuante

V.- Obligaciones divisibles e indivisibles.- una obligación es divisible cuando la


prestación es posible ejecutarla en partes sin alterar su esencia; y será divisible en caso
contrario. Son divisibles aquellas obligaciones cuyo objeto consiste en un dare. En
efecto, la propiedad y los demás derechos reales pueden constituirse pro parte. Sin
embargo, no lo son las servidumbres prediales pues su división alteraría su naturaleza.
Son indivisibles aquellas obligaciones que consisten en un facere, ejemplo: pintar un
cuadro, porque la prestación no puede fraccionarse. Las obligaciones indivisibles en el
derecho clásico, se estiman solidarias, mientras que el derecho justinianeo las considero
diversas de las solidarias

VI.- OBLIGACIONES GENERICAS Y OBLIGACIONES ESPECÍFICAS.- Son genéricas aquellas


cuyo objeto no está determinado individualmente, sino tan solo por sus rasgos generales,
ejemplo: un esclavo, diez sacos de trigo. La obligación es específica si versa sobre un
objeto cierto, individual y concreto, así: el esclavo Estico.

VII.- Obligaciones alternativas y facultativas.- Las primeras son aquellas en las que se
señalan varias prestaciones para que el deudor cumpla solo una de ellas, bien a elección
suya o bien del acreedor, ejemplo: dare hominem Tichum aut decem. En estas
obligaciones el aspecto de más interés es indudablemente el relativo a la elección de la
prestación a cumplir, lo normal es que la elección la haga el deudor, salvo convenio en
contrario. El deudor tenía la facultad de cambiar de opinión (ius variandi) hasta el
momento del pago, y si la elección compete al acreedor, el derecho a cambiar de opinión
duraba hasta la Litis contestatio (derecho clásico) o hasta que hubiere reclamado
judicialmente uno de los objetos (derecho justinianeo). El derecho de elección se
transmitía a los herederos del deudor o acreedor, según que lo tuvieran uno u otro.

FUENTES DE LAS OBLIGACIONES

Concepto de Fuente de las Obligaciones.- Se denominan fuentes de las


obligaciones a los hechos jurídicos que son presupuestos de su nacimiento.

Enumeración de las Fuentes según Gayo y Justiniano.- Según Gayo, las


obligaciones derivan de dos fuentes: el contrato y el delito: Omnis enin obligatio vel ex
contractu nascitur vel ex delicto: toda obligación o nace del contrato o nace del delito.
Pero en la Res cottidiane surge una clasificación tripartita de la causa de las
obligaciones: Las obligaciones nacen del contrato o del delito, o por un cierto derecho
peculiar de varias especies de causas” la doctrina se inclina hoy por creer que tal división
no es clásica y que las Res Cottidiane que se atribuyen a GAYO no son de este. Los
jurisconsultos romanos indicaban a veces que la obligación se desarrollaba en ellos de
un modo parecido como se desenvolvía la procedente de un contrato determinado o de
los delitos.

Insuficiencia de dicha enumeración.- La enumeración de las fuentes de las


obligaciones que nos dejó Justiniano es insuficiente. En efecto, aparte de las
mencionadas por el emperador, podemos citar las siguientes: la vecindad fue fuente de
obligaciones desde antes de la Ley Decenviral, la paternidad originaba obligaciones
desde fines de la época clásica, quien poseía un testamento estaba obligado a mostrarlo,
la sentencia sobre todo la injusta, era fuente de las obligaciones, y también la ley.

EL CONTRATO Y SUS ELEMENTOS

Concepto de Contrato.- Entre las fuentes de las obligaciones tiene capital


importancia el contrato, o sea el acuerdo de voluntades entre dos o más personas,
reconocido y amparado por la ley, encaminado a crear una o varias obligaciones. El
tratadista Eugenio Pettit, fundándose en la forma como se creaban las convenciones en el
Derecho Romano, nos dio el siguiente concepto de contrato: unas convenciones que
están destinadas a producir obligaciones y que han sido sancionadas y nombradas por el
Derecho Civil.

Así pues, un contrato, para que realmente lo fuera en el Derecho Romano, requería
que estuviese sancionado con una acción y que tuviera nombre.

Comparación entre Pacto y Contrato.- Todo contrato lleva dentro un pacto, pues
sin acuerdo de voluntades no existe contrato. En Roma el pacto era el acuerdo de
voluntades entre dos o más personas respecto de un objeto determinado. Las partes que
celebraban el pacto o convención, podían proponerse crear, modificar o extinguir un
derecho; sin embargo, el simple pacto no bastaba para crear una obligación civil, no era
así respecto del contrato que ya se dijo antes estaba provisto de acción y tenía un
nombre.

Elementos esenciales y accidentales del contrato.- Podemos decir que un


contrato para que tenga validez requiere de los siguientes elementos esenciales: sujetos,
consentimiento, objeto, causa y forma.

Ineficacia de los negocios jurídicos. Convalidación y Conversión de los Negocios.-


Se entiende por ineficacia de un negocio jurídico su carencia de efectos jurídicos. La
invalidez puede asumir dos formas: la nulidad que ocurre cuando la falta de existencia del
negocio se produce por sí misma, es decir, nació sin vida y no necesita que se declare; y
la anulabilidad, que acontece cuando el negocio teniendo existencia jurídica adolece, sin
embargo, de un vicio o defecto que puede dar lugar a pedir su anulación.

Se pueden citar como casos de nulidad radical los siguientes:

a) Imposibilidad de la prestación

b) Contenido inmoral

c) Infracción de norma legal

d) Imposibilidad de la condición

e) Falta de capacidad jurídica o de obrar, aun cuando los subordinados al jefe de la


familia podían realizar negocios válidos para este.

f) Vicios o defectos formales

g) Vicios de la voluntad

LOS SUJETOS

La capacidad de las partes.- Cuando estudiamos los elementos de la


obligación, expresamos que en esta concurren normalmente a integrar la relación jurídica
de dos sujetos: el acreedor y el deudor, estos deben de gozar de capacidad para
obligarse; la capacidad es la regla, la incapacidad es la excepción, y es establecida en
cada caso por la ley. El derecho romano consideraba incapaces en forma total para
realizar actos jurídicos a los infantes sui iuris menores de 7 años, a los mente capti y a
los furiosi, salvo (estos) en los momentos de lucidez. Los sui iuris varones entre los 7 y
los 14 años y las mujeres, de los 7 a los 12 años, podían realizar todos los actos jurídicos
que tendieran a mejorar su situación. Los menores de 25 años tenían también una
capacidad limitada, así, para obligarse el consentimiento del tutor. Posteriormente, esta
tutela se suavizo y desapareció en tiempos de Teodosio II.

Pluralidad de sujetos: Activos y Pasivos.- En toda obligación normalmente existen


dos sujetos, uno activo y otro pasivo, pero nada impide que concurran varios, ya sea
desde el punto de vista activo o pasivo. El derecho romano admitió que en una obligación
intervinieran varios acreedores o deudores, es decir que cada acreedor tuviera el derecho
de exigir la totalidad de la prestación y a su vez, cada deudor quedaba obligado a
cumplirla de la misma manera.

También se emplea aunque con menos frecuencia para denominar a los


acreedores o deudores la palabra correus , de donde provienen las expresiones
correalidad y obligación correal.

La obligación correal, se puede definir así: cuando existiendo pluralidad de


acreedores o deudores, cualquiera de aquellos puede en virtud de la cláusula del acto que
le dio origen o de una disposición de la ley, exigir de cualquiera de los últimos el
cumplimiento íntegro de la prestación.

La correalidad admite las siguientes situaciones:

a) Activa, si son varios los acreedores y uno solo el deudor, este último puede ser
perseguido por cualquiera de los acreedores.

b) Pasiva, cuando hay pluralidad de deudores, y solo existe un acreedor, este puede
obligar a cualquiera de ellos al cumplimiento total de la prestación.

c) Mixta, si hay pluralidad de deudores y de acreedores, cualquiera de estos últimos


puede exigir a cualquiera de los deudores la totalidad de la prestación.

Sin embargo, la obligación solo se extinguía respecto de uno de los sujetos,


cuando se daban las siguientes hipótesis:

a) La capitis deminutio de cualquiera de los deudores solidarios

b) Por confusión originada entre acreedor y cualquiera de los deudores, como sucedia en
el supuesto de la sucesión.

c) La restitutio in integrum concedida ad personam

d) En el pacto de non petendo in personam


Correalidad y Solidaridad.- Las obligaciones correales o solidarias, se suelen
distinguir por algunos en dos clases: Obligaciones correales propiamente dichos, que
nacían de contratos y solos se extinguían por cumplimiento efectivo o por la Litis
contestatio, y las obligaciones puramente solidarias, que nacían de un delito u otros
hechos antijurídicos que solo se extinguían por cumplimiento efectivo. La cuestión se
suscitó por las alteraciones e interpolaciones en los textos clásicos llevadas a cabo por
la facultad de representar, es de compiladores justinianeos.

La representación en juicio.- Se puede decir que el derecho romano no conoció la


facultad de representar, es decir, la posibilidad de terminar por cuenta y en nombre de
otro un negocio (representación directa). Conoció tan solo la posibilidad de realizar un
negocio por cuenta de otro, pero no en nombre de otro (representación indirecta). Así el
que administraba los asuntos de otro ya fuera por razón de oficio, tutor, curador, ya por
convenio, procurador, mandatario, o en fin, por decisión voluntaria: gestor sin mandato,
terminaba un negocio en interés del representado, pero los efectos del negocio
repercutían en el representante, el adquiría, se obligaba y solo mediante un nuevo acto las
consecuencias del negocio se transferían al representado (representación indirecta).

En algunos casos, sin embargo, los efectos recaían directamente sobre el


representado, como era a propósito del representantes procesal, así; el cognitor y el
procurator. El primero representante típico judicial, se le designaba solemnemente ante el
magistrado. El segundo era el administrador o representante común y ordinario, que se
presentaba en juicio sin ninguna formalidad.

Contratos a favor de Terceros.- En el derecho romano clásico, los contratos así


formulados se consideraban nulos, no solo en cuanto a terceros, sino también en cuanto
a los contratantes. Sin embargo, pese a la nulidad citada se podía asegurar la realización
de la prestación en favor de terceros mediante una stipulatio poenae (promesa de una
pena), de modo que si alguien se comprometía en un contrato a realizar una prestación
en beneficio de un tercero, y no la cumple, debe indemnizar al otro contratante. En la
época clásica se aceptó la estipulación, cuando el estipulante tenía interés en que la
prestación en favor del tercero se cumpliera, ejemplo: si el tutor cede a su cotutor la
administración del patrimonio del pupilo puede estipular haciéndose prometer del cotutor
que administrara con diligencia tal patrimonio. En el derecho justinianeo se reconoció
validez a la estipulación en favor de tercero, se otorgó acción a este para pedir el
cumplimiento de la prestación hecha en su favor. Así, el que dio en alquiler un fundo y
después lo vende, pacta con ,el comprador que respetara al inquilino.

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