Anda di halaman 1dari 5

Estela Aganchul, diciembre 2017

Editorial Alfa: entre exilios y crisis

Editorial Alfa nace en Montevideo en el año 1958 y su primera etapa tuvo lugar en la
década de los años sesenta del siglo pasado, alineada a lo que posteriormente se llamó el
“boom latinoamericano”, este proyecto no fue el único con estas características pero sí el
primero. Su fundador, Benito Milla, era un alicantino, secretario de la juventud libertaria de
Cataluña. Perseguido, después de la guerra civil tuvo que asilarse en Francia en 1945, desde
donde partió, en 1949, hacia Buenos Aires junto a su familia de la cual ya formaba parte su
hijo Leonardo. Desde allí se trasladó a Montevideo, ciudad a la que llegó en el año 1951.
Milla, quien había escrito y trabajado en publicaciones relacionadas con la resistencia
española decidió, como medio de vida, poner una librería ambulante en la plaza de la Libertad
de Montevideo, lo que lleva a recordar a los “(…) numerosos vendedores ambulantes que se
convirtieron en libreros y luego en editores” (Mollier, 2012).
La decisión de emprender el oficio de editor la toma algunos años más tarde, en 1958, y
el 5 de septiembre de ese año funda Editorial Alfa. Aunque el término bibliodiversidad aún
no se había acuñado ni tampoco el de “editoriales independientes”, este editor entendió la
edición como “la diversidad de lecturas, las implicancias que tienen los libros y materiales
de lectura en tanto bienes culturales para la constitución simbólica, imaginaria e identitaria
de los conjuntos sociales” (Mihal, 2011) y se decidió, como editor a llevar al libro nacional
“de una etapa oscura en la que había vegetado durante varios años a su verdadera función: la
de (…) entablar con [el público] un diálogo vivo (…)”. (Benito Milla (1961).
Editorial Alfa duró poco más de una década en territorio uruguayo, Benito Milla se
trasladó a Caracas en 1967 a solicitud del intelectual y político venezolano Simón Alberto
Consalvi para fundar, en 1968, la que sería hasta inicios de este siglo la editorial más grande
de Venezuela: la casa editora del estado venezolano Monte Ávila Editores.
Frente a Editorial Alfa quedó Leonardo Milla quien, en el año 1973, tras la instauración
de la represión y la dictadura toma la decisión de buscar refugio en Buenos Aires.
Editorial Alfa, durante su etapa en Montevideo, no sólo construyó un catálogo
excepcional, con nueve colecciones (Torres Torres, 2012) también visibilizó a autores como
Juan Carlos Onetti, Mario Benedetti, Ida Vilariño, Eduardo Galeano, Cristina Peri Rossi y
obras de exiliados españoles como José Carmona Blanco y ensayos del anarquista español
José Peirats.

Trabajo final / 1
Estela Aganchul, diciembre 2017

Al respecto, Benito Milla, como editor, detalla sus decisiones editoriales teniendo en
cuenta la recepción, en diferentes contextos, de los lectores respecto a los autores. Cuando
publicó a Juan Carlos Onetti, quien siempre había sido editado en Buenos Aires, anunció
que: “la publicación el año pasado [en Uruguay], de La cara de la desgracia lo revelan a un
público más numeroso y más dispuesto a compartir la aventura intelectual de sus escritores”
(Milla, 1961). El editor había detectado algo que muchos años después, Bordieu describe:
“Los intercambios internacionales están sometidos a un cierto número de factores
estructurales que son generadores de malentendidos. Primer factor: el hecho de que los textos
circulan sin su contexto” (Bordieu, 2002).
La estancia en Buenos Aires de Editorial Alfa y su nuevo director, Leonardo Milla, fue
corta. La muerte de Perón, el avance de la represión y el golpe de Estado de 1976 llevaron a
que en 1977 Leonardo Milla y su familia se trasladasen a Caracas. Esta ciudad sería la nueva
sede de Editorial Alfa. Para esa fecha Benito Milla aún estaba en Caracas, en 1980 regresa a
Barcelona donde emprende un nuevo y último proyecto editorial: Laia.
El momento político y económico de Venezuela al momento del arribo de Editorial Alfa
lo distingue de casi todo el resto de América Latina: “(…) viajamos a Venezuela, el único
país de América Latina con una situación política estable y una democracia que prometía
prosperidad, modernidad e igualdad social” relata Ulises Milla recordando lo que
seguramente oyó decir a sus padres.
En Venezuela no se percibía crisis alguna, ésta sólo comenzaría a dejarse notar hacia
finales de siglo y, si bien no existía una ley del libro ni un organismo rector del mismo, la
creación de la red de Librerías Kuai Mare (1982) incentivada por la Biblioteca Nacional, una
política de compras por parte de la Biblioteca como mínimo de un (1) ejemplar de cada título
nacional para cada una de sus 49 biblioteca con descuento de librería (las editoriales se
ahorraban el descuento a las distribuidoras) y la obligación de la red de librerías Kuai Mare
de comprar 5 ejemplares para cada una de sus sedes oxigenaban al sector, ayudado por un
gran interés dirigido hacia historias y autores nacionales. De acuerdo a estas políticas, se
puede deducir que ya en la década de los ochenta en Venezuela se entendía como política
pública “(…) favorecer el libro en bibliotecas, escuelas, librerías con la idea de que conservar
la pluralidad de la cultura del libro en un asunto de interés público’” (Mihal, 2011).

Trabajo final / 2
Estela Aganchul, diciembre 2017

En este contexto, Editorial Alfa se instaló en Caracas como Alfa Grupo Editorial
Venezuela conformado por pequeñas empresas: Alfadil Ediciones 2000 CA, Distribuidora
Códice a las que, con el tiempo, se sumaron Librerías Ludens (I y II) y Alejandría 332 AC
(I, II y III). Su catálogo ofreció nuevas colecciones como “Colección Orinoco” para narrativa
venezolana, donde fueron publicados autores como Luis Britto García, Isaac Chocrón,
Alfredo Armas Alfonzo, Julio Miranda.
Es imprescindible señalar que la actividad como importadores de libros fue clave para
que este grupo fuese sustentable, esta importación se beneficiaba por un dólar bajo y pocas
trabas, lo que también perjudicó a otras pequeñas editoriales dedicadas sólo a la edición, que
vieron crecer sus deudas y algunas cerraron definitivamente en la década de los ochenta.
Entre los sellos traídos al país por la distribuidora del Grupo destacan Anagrama, Siruela y
Tusquets.
En 2008, Alfa Grupo Editorial aunque hace énfasis en que es un grupo: “dedicado a la
edición, promoción, distribución nacional, importación y exportación de libros y revistas
culturales” se redefine como: “un verdadero promotor cultural y un grupo distribuidor de
libros humanísticos extranjeros y nacionales, con objetivos comerciales que son siempre
respuestas imaginativas y anticipadas a las necesidades del mercado venezolano”.
En 2008 muere en Caracas su director Leonardo Milla. Su hijo mayor, Ulises Milla
asume la dirección de la empresa. Hasta 2011 el sector editorial en Venezuela creció
enormemente, las medidas tomadas desde el gobierno en cuanto a la alfabetización y la
promoción del libro y la difusión de la lectura daban resultados evidentes y se reflejaban en
la concurrencia a las ferias internacionales anuales de Venezuela y a las ferias locales como
el Festival de la Lectura de Chacao, y las ferias del libro de la Universidad de Carabobo y la
Universidad de los Andes y, también, en el alza de las ventas.
La polarización de la sociedad, en aumento, paradójicamente beneficiaba al sector libro
ya que había público tanto para los libros a muy bajo costo ofrecidos en la cadena de librerías
estatales como para los libros bastante más costosos vendidos en las librerías convencionales,
en ambos casos tanto de producción nacional como importados. Los grandes grupos como
Random House Mondadori ofrecían sus novedades pero también el sello Debate se nutría de
títulos de autores nacionales que se vendían casi como best sellers (Chávez sin uniforme, del
escritor Alberto Barrera Tizska es un ejemplo).

Trabajo final / 3
Estela Aganchul, diciembre 2017

Para Ulises Milla “si bien la coyuntura política ha generado mucho libro basura, también
ha generado interés por leer y debatir, y el debate de ideas es fundamental en una sociedad
lectora” (elestimulo.com 2016). Al igual que su abuelo y su padre en su momento, Ulises
apuesta al ensayo, considera que el ensayo histórico venezolano tiene mucha fuerza y atrae a
muchos lectores, entre los 8 títulos que enriquecieron el catálogo de Alfa en 2016, seis
corresponden a este género.
En la actualidad, Editorial Alfa, con 59 años de actividad ininterrumpida repartida entre
Montevideo, Buenos Aires y Caracas (40 en esta última), ya no se identifica como Grupo y
se define así en su perfil de Facebook: “Editorial Alfa es una empresa familiar dirigida
actualmente por la tercera generación de editores. Es una editorial orientada a la publicación
de obras de divulgación con perfil humanístico y un amplio rango temático definido por sus
colecciones: ficción, actualidad, historia, política, psicología, filosofía, ambientalismo,
gastronomía y humor”.
Ya la distribución y las librerías no existen en su perfil, dentro del difícil contexto socio-
político-económico actual del país, con barreras para la adquisición de divisas que afecta
también la importación de libros e insumos de todo tipo, todo el sector libro es afectado,
incluido el sector público. Al respecto Ulises Milla declara: “La situación de Editorial Alfa
se ajusta a la difícil realidad económica del país” (elestimulo.com 2016), enfatiza que no se
han ido del país, pero sí que han debido reestructurar algunas áreas, principalmente la de
distribución e impresión. El cambio más importante es la creación de Alfadigital, un sello
digital que se vende en las plataformas Amazon y Mercadolibre entre otras, mientras se
espera la apertura de una plataforma propia del nuevo sello, aún en construcción.
Tal vez rememorando las reflexiones de su abuelo, cuando al inicio de Editorial Alfa
decía que había llegado la hora del libro nacional de cumplir con su función de entablar un
dialogo vivo con el lector, Ulises Milla opina que lo que se necesita en Venezuela “son más
escritores que piensen en la literatura como un medio de comunicación y no sólo como una
forma de expresión creativa”. Darle la función al libro de interactividad con el lector como
lo plantea B. Milla y pensar a la literatura como un medio de comunicación, de acuerdo con
U. Milla, lleva a concebir al libro “como un circuito de comunicaciones que va desde el autor
hasta el editor (…), el impresor, el expedidor, el librero y el lector” (Darnton, 2002).

Trabajo final / 4
Estela Aganchul, diciembre 2017

Ulises Milla agrega su impronta a la casa editorial familiar con la creación, en 2009, de
Ediciones Puntocero que, con 20 títulos en su catálogo “alberga todos los géneros de
destacados autores hispanoamericanos y de otras latitudes” bajo una sola condición, los
autores deben estar “dispuestos a transitar los nuevos caminos de la producción de contenido
literario por demanda”, una manera alternativa de sortear la crisis actual. Para esto cuenta
con distribución en Argentina, Chile, Colombia y Uruguay. Edición por demanda y edición
digital son los elementos más importantes de la reestructuración de Editorial Alfa en su etapa
actual, sumada a la exportación de títulos en lugar de la importación.
Siguiendo la ruta de esta editorial familiar, se visualiza la historia de exilios donde el
exiliado sólo lleva consigo lo que es: su oficio y, a veces, lo que tiene: su familia. Tal vez
adentrándose más en su historia, se podrían leer los contextos socio-políticos de cada uno de
los países por los que la editorial pasó y cómo la circulación de su producción editorial “(…)
modificó los pensamientos y las sensibilidades” (Chartier, 1994).

Bibliografía
Bordieu, Pierre (diciembre 2002). “Las condiciones sociales de la circulación internacional de las ideas”. ARSS (145).
Disponible en http://www.persee.fr/web/revues/home/prescript/articl e/arss_0335-5322_2002_num_145_1_2793
Chartier, Roger (1994). “De la historia del libro a la historia de la lectura” en Libros, lecturas y lectores en la Edad Moderna.
Madrid: Alianza.
Darnton, Robert (Princenton University, 2002). “¿Qué es la historia del libro?”. Prismas. Revista de historia intelectual (12)
Mihal, Ivana (2011). “Bibliodiversidad: una mirada a las políticas culturales estatales”. Tesis doctoral. Facultad de Filosofía
y Letras, UBA.
Milla, Benito (31 de octubre de 1961). “Resurge la literatura uruguaya” en Acción. Montevideo
Mollier, Jean-Yves (31 octubre al 2 de noviembre de 2012). “Historias nacionales e historia internacional del libro y la
edición” en Primer Coloquio Argentino de Estudios sobre el Libro y la Edición. La Plata
Torres Torres, Alejandra (31 octubre al 2 de noviembre de 2012). “Benito Milla y el proyecto nacional montevideano de
los años sesenta” en Primer Coloquio Argentino de Estudios sobre el Libro y la Edición. La Plata

Fuentes en línea
“Editorial Alfa logra persistir en esta Venezuela de dramas y lectores” (17 de septiembre de 2016) en Elestímulo, noticias
que te mueven. Disponible en http://elestimulo.com/blog/editorial-alfa-lograr-persistir-en-esta-venezuela-de-dramas-
y-lectores/
Vergara Jurado, Alida (2013). “La familia que hace libros” en Revista Gerente. Caracas. Disponible en
https://issuu.com/luisrodan/docs/revista_gerente_303/59.

Trabajo final / 5

Anda mungkin juga menyukai