Elaborado por:
Vargas, Nayla
Castel, Verónica
García, Mariana
La len
La lengua es un producto social, que sirve de medio de comunicación entre
seres humanos que comparten un mismo código. Dicho constructo conjuga y coloca
en un mismo grado de importancia al sistema y al uso del mismo, relacionando la
estructura y la función, siendo este uno de los postulados de M.A.K Halliday, pues
para el teórico, el lenguaje está condicionado por las funciones que cumple y las
elecciones que los hablantes /escritores realizan sobre ellas, ya que solo a través de su
empleo, se logrará abarcar todos sus componentes. Entonces, puede decirse que el
sistema lingüístico se conforma de subsistemas que se encargan de representar los
"usos sociales de la lengua y este subsistema, a su vez, será delineado por (y
representación de) el sistema social." (Domínguez Ibid : 116)
Dentro de este contexto, cabe desatacar que los discursos políticos son un
medio que permiten ver de manera total y eficaz todos los elementos anteriormente
presentados. Pese a ser construcciones de significado hechas con un fin ideológico
determinado, los textos con fines políticos suelen ser un reflejo de la teoría expuesta
por Halliday, pues son el principal constructor de jerarquías sociales hechas, además,
por una alta cabeza de mando. En torno a esto, el lingüista sociólogo norteamericano
William Stewart, citado por Halliday (1978), afirmó que “gran parte de la conducta
humana está condicionada socialmente y no genéticamente”, por lo que puede verse
una relación íntima entre el lenguaje y los modos de pensamiento, que se transmiten
mediante la palabra, emitida por una figura de poder. Año fecha.
Asimismo, la obra del gran lingüista norteamericano Benjamin Lee Whorf (ob
cit.) sobresale, pues postula que, con frecuencia, “hay un modo aceptado de utilizar
las palabras anteriores a ciertas líneas de pensamiento y a algunos modos de
conducta”. El autor subrayó que, en los usos determinados del lenguaje, como en los
discursos políticos, puede verse cómo se ordenan palabras y se recogen datos para
estructurar la sociedad, a través de términos determinados, que jerarquizan la
sociedad, mediante la forma de dirigirse hacia diversos componentes de la misma,
que pueden ser vistos como superiores o inferiores a quienes habla, según como se
refiera a estos.
Berstein (ob cit.) señala que “el nexo entre lenguaje, cultura y pensamiento se
establece mediante la estructura social, pues la misma determina mediante su efecto
las consecuencias de las modalidades del habla”. En este sentido, para algunos
autores, el ex – presidente venezolano Hugo Rafael Chávez Frías (1954 – 2013) era
un experto en elaborar estructuras sociales en su discurso político, pues el mandatario
se caracterizó por hacer uso de adjetivos peyorativos en sus textos para referirse a
quienes consideraba inferiores a él.
Por ello, dentro de este marco teórico, surge la necesidad de trabajar con los
contenidos anteriormente presentados de una manera práctica. En este contexto, surge
el siguiente objetivo:
Objetivo:
Justificación
Dicha tarea se llevará a cabo mediante la técnica del análisis del discurso, que
consistirá en hacer una revisión exhaustiva de diversos discursos políticos del ex –
presidente venezolano, con el fin de extraer el corpus, que se busca que esté formado
por los adjetivos descalificativos más utilizados. Para Sayago (2014), dicha técnica:
El análisis del discurso es una técnica de análisis potente y precisa, que resalta
por su ductilidad. Por un lado, puede ser utilizada por metodologías
hipotético-deductivas, inductivas y abductivas (según la clasificación de
Samaja). En las primeras, la instancia de la construcción teórica precede a la
instancia del trabajo empírico; en las segundas, la instancia del trabajo
empírico precede a la instancia de la construcción teórica; en la última, ambas
instancias se desarrollan paralelamente, en un constante movimiento de ida y
vuelta.
Corpus
En consecuencia, puede verse que el corpus estará formado por los siguientes
adjetivos calificativos:
Burgués: En la última actualización de la Real Ademia Española, realizada
en el año 2017, se define este término de la siguiente manera:
1. adj. Natural o habitante de un burgo medieval. U. t. c. s.
El término hace referencia gente de clase social media, con una cierta estabilidad
económica.
Apátrida: La Real Academia Española (ob cit.) lo define de la siguiente
manera:
Entonces, fascista es el nombre que se les otorga a las personas que apoyan el
movimiento político conocido como fascismo, caracterizado por ser nacionalista y
totalitarista. También usado para denigrar de forma política a otros líderes dado que
no se puede usar en un ciudadano común ya que no tiene vida dentro de la política.
Oligarca: Para la RAE (ob cit.)
El término puede entenderse como “gobierno de unos pocos” y fue usado por
Aristóteles para referirse al gobierno de un grupo de hombres que no respetan la ley y
buscan bienes particulares. Independientemente de las definiciones que este medio
proporciona.
Escuálido: La RAE define a este término de dos maneras:
Procedimiento.
Burgués: Chávez tomó este término y lo utilizo de manera despectiva y
vulgar, para referirse a sus contrincantes, pues en su ideología “ser rico es malo”. En
consecuencia, ser burgués es igual a tener ínfulas de superioridad ante una clase
“menor”, explotada y ultrajada por esta clase social que, además, busca ser similar al
estilo de vida norteamericano.
En consecuencia, burgués se asocia con desarraigo a la patria, estilo de vida
lujoso, etc. Chávez utilizó este término como epíteto referente a la oposición. Sin
embargo, para los redactores del portal web Analítica, la palabra posee 5 significados
(polisemia):
El tercero es político, pues ser ciudadano, sobre todo durante los tiempos de la
revolución francesa, era ser igual a una persona con derechos y deberes
políticos. Los revolucionarios franceses, herederos de la Ilustración, y la
Ilustración, heredera del espíritu helénico, consideraban que sólo los
habitantes de las ciudades (Citoyens) podían ser personas políticas. Chávez
pasó de idiota campesino (Marx) a ser un habitante de la ciudad a la que con
todo el odio del campesino se empeña en destruir (delincuencia, basura,
denigración moral)
El cuarto es económico y fue re-inventado por Marx que, de modo muy fino,
diferenció entre Bourgeosie (palabra que pidió prestada al idioma francés) de
los conceptos alemanes Bürgertum (al que por proveniencia, yerno, amigos, y
esposa, debía mucho respeto) y Bürger (ciudadano), concepto al cual también
respetaba mucho, entre otras cosas porque él era un ciudadano (Bürger).
Bourgeoisie fue para Marx una clase social cuyas característica fundamental
era la de ocupar el lugar del propietario fabril (medio de producción), que se
apoderaba del plus-valor, derivado de la fuerza de trabajo no retribuido a su
propietario originario, el proletariado (el que como propiedad no tenía más
que su prole: hijos)
Cabe destacar que el término se asoció con personas como Lorenzo Mendoza,
dueño de las empresas Polar; Enrique Capriles Radonski, líder de la oposición; Rafael
Caldera, ex – presidente venezolano, símbolo de la 4ta República, repudiado por el
presidente Chavez, etc., que, según el mandatario, eran portadoras de grandes
cantidades de dinero, que utilizaban en contra del pueblo venezolano.
Apátrida: El presidente Chávez hacía uso del término para referirse a todo
aquel que no estuviera de acuerdo con su mandato y, en consecuencia, no quisiera a
su patria, a partir de esta ideología. Solía repetirla numerosas veces en su discurso,
calificando de “no-venezolano” a cualquiera que se opusiera a su presidencia,
apelando a la división y el desprecio por quienes no apoyan su gobierno,
considerando que no tienen arraigo por su nacionalidad y que son traidores a la patria.
Fascista: Nombre que se les otorga a las personas que apoyan el movimiento
político conocido como fascismo, caracterizado por ser nacionalista y totalitarista.
También usado para denigrar de forma política a otros líderes dado que no se puede
usar en un ciudadano común ya que no tiene vida dentro de la política.
Análisis de resultados
Esta visión del opositor lleva a la relexicalización del lenguaje por parte
del mandatario Chávez, que apoya la estratificación social, pues este fenómeno
lingüístico conlleva a que ideológicamente se agrupe a un sector de la sociedad
como los apátridas, burguess, majunches, fascistas, oligarcas, escuálidos o
pitiyanquis, siendo todos estos sinónimos de un mismo sector discriminado por su
pensamiento contrario al del líder político. Así, dicho personaje se apropia,
mediante la relexicalización, de las zonas de significados en los que va a
desarrollar su discurso, haciendo que este léxico sea asociado con sus adversarios
y que, además, sea adoptado por toda la sociedad, configurando la noción de
“opositor” a “inferior” y “menos venezolano”, afianzando la imagen del “yo como
salvador” en el “eje de cambio”, construida por Chávez.