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El Facundo

Literatura Argentina
Año 2015

Alumno: Quiñonez Emanuel.


Facundo: Civilización y Barbarie

Guía de lectura para un análisis del pensamiento sarmientino.

1. ¿Cuál es la “tesis” que Sarmiento establece en la introducción del “Facundo” denominada el


“enigma argentino”?

2. Explique la relación existente, según Sarmiento, entre la geografía de la República Argentina


y la personalidad de Facundo Quiroga.

3. ¿En qué consiste la “lucha de opuestos” del ser argentino? ¿Cómo se manifiesta esa lucha en
Facundo Quiroga?

4. ¿Qué rasgos históricos-culturales encuentra Sarmiento en el gaucho que aportan a la


peculiaridad del ser argentino?

5. ¿Cuáles fueron los motivos de la Revolución de 1810, y que impulso de ideas y valores traía
consigo?

6. ¿Dónde y cómo se manifiesta en el “Facundo” el romanticismo de medios y el iluminismo de


fines?

7. ¿Cuál es el conjunto de dicotomías binarias que entran en juego en la transformación de


Facundo Quiroga en un caudillo? ¿Cuáles son las implicancias de esto mismo?

8. Explique el proceso histórico y de lucha que transforma a Facundo Quiroga en un caudillo


hegemónico en todo el litoral de los Andes.

9. ¿Cuáles son las valoraciones y particularidades, ideas y “banderas” que Facundo Quiroga
enarbola y propaga por toda la República Argentina?

10. ¿Qué papel y significado le asigna Sarmiento al general Paz en esta “lucha de opuestos”?

11. ¿Cuáles son las características de Facundo Quiroga, en su carácter, al vivir en la ciudad de
Buenos Aires?

12. Establezca los puntos de contacto y de ruptura que posee Rosas con las ideas y las “banderas”
que enarbola.

13. ¿En qué consiste la genuinidad del análisis de Sarmiento en el desarrollo del “Facundo”?

14. ¿Cómo, de que manera y en qué grado Sarmiento deja entrever su subjetividad y sus
valoraciones al realizar dicho análisis?
15. ¿Cuáles son las “recetas” que Sarmiento propone para “salvar” la lucha de opuestos del ser
argentino?

16. ¿Qué finalidad e intereses persigue Sarmiento al editar el “Facundo” quitando o agregando el
capítulo 15 según la coyuntura histórica?

17. Compare la gestión de Sarmiento como presidente y las “soluciones” propuestas en el


“Facundo”. ¿Cuáles fueron llevadas a cabo?

18. ¿En qué grado y con qué profundidad se realizaron? ¿Hay coherencia entre sus escritos y su
gestión presidencial? ¿En dónde la percibe?

Introducción

1. Explica las definiciones que realiza acerca de la Argentina, Facundo y Rosas.

2. Resume sus ideas acerca de la situación latinoamericana.

3. Explicita la acción que realiza Sarmiento al principio del libro y te recuerde alguna obra
clásica. Hipotetiza acerca de las razones de sus acciones.
Introducción

Este trabajo pretende ser un ejercicio, fundamentalmente teórico, sobre los dos primeros
capítulos de la obra de Domingo Faustino Sarmiento, FACUNDO, CIVILIZACIÓN Y BARBARIE,
trabajo fundacional de la narrativa latinoamericana post proceso de Independencia.

La biografía de Facundo es el pretexto que establece Sarmiento para establecer ante el lector, que
en el espíritu y praxis del gaucho, como hijo de la naturaleza y representante de la barbarie, se
encuentran los elementos que impiden la modernidad o civilización en la Argentina de mediados
del siglo XIX.

En su desarrollo nos hemos centrado en algunos elementos relevantes, como por ejemplo, que se
trata de una obra de difícil clasificación y que no se puede dejar de reconocer la relación con el
contexto del autor (aunque sea de soslayo). Además, revisar las partes en las cuales está
compuesto el discurso narrativo donde tres relatos constituyen una historia inteligible y, dentro de
ella la importancia que tiene la naturaleza, y su representante el gaucho, en una suerte de flirteo
antitético con lo que podría ofrecer el mundo citadino de la ciudad como representante del
progreso.

Para concluir en un intento de análisis del antagonismo entre dos ideas contrapuestas como son la
civilización y la barbarie, las que se ponen en la balanza como estructuras de crecimiento y de
destrucción de la obra humana. Centrándonos más en el análisis discursivo que en el histórico,
como ejercicio práctico de transdisciplinariedad.
Respuestas

1. “Como casi todos los textos de Sarmiento, Facundo responde a una circunstancia precisa e
inmediata; como casi todos ellos, también la trasciende, ampliando la motivación
concreta”. Así describen en sus apuntes Zanetti y Pontieri el proyecto y propósito del
Facundo de Sarmiento. Este libro, que comenzó a publicarse como folletín el 1° de mayo
de 1845 en Chile tiene tres objetivos principales, que pueden reunirse en: explicar la
problemática de la realidad nacional de acuerdo al orden histórico, geográfico y social,
estudiando la vida de Quiroga para comprender el gobierno de Rosas, remarcar la poca
atención y la crítica que el país recibe por parte de Europa, movilizar al lector a la acción,
incentivarlo a un proyecto de progreso que lo saque de la oscuridad en la que vive.
Además, Sarmiento relata en esta obra una historia que entrelaza tres conceptos
fundamentales: Facundo Quiroga, Juan Manuel de Rosas y el país de los argentinos. A
Facundo le corresponde una biografía no cronológica ni completa, sino mas bien una
basada en hechos y anécdotas que permiten resaltar sus características; a Rosas, una
permanente crítica a su persona, su gobierno y sus actos; a la Argentina, un análisis de su
situación desde el plano político y social.
Ya desde la introducción, Facundo aparece en su máxima expresión: una “sombra terrible”
a la que se evoca, a la que se pide respuestas por el presente dramático. Más adelante,
bajo el sobrenombre del `Tigre de los Llanos', se muestran sus características salvajes y
dominantes que infunden miedo a la gente. Cerca de su muerte se percibe una
`transformación' en la conducta de Facundo en Buenos Aires: aparece más tranquilo y
educado, con modales de señor y preferencias europeas (que se notan en su forma de
vestir y de vivir, por ejemplo). Sin embargo, en Barranca-Yaco y la campaña reaparece su
violencia y salvajismo.

En la introducción se plantea a Facundo como un fantasma inmortal, un ser que, aunque


muerto, sigue vivo en el recuerdo popular, casi mistificado y eterno. A él se recurre frente a la
necesidad de soluciones (“te levantes a explicarnos [...] de un noble pueblo”) y a él se lo
compara, irónicamente, con la figura de Rosas (“... su heredero, su complemento”). Este
Facundo ha tenido una muerte muy violenta y sangrienta (“sacudiendo el ensangrentado
polvo que cubre tus cenizas” y “trágica muerte”) que Sarmiento explica detalladamente en el '.
Las primeras características que se le atribuyen a Facundo son el instinto, la tendencia, la
iniciación, a diferencia del “sistema, efecto y fin” de Rosas. Luego de tildarlo de bárbaro,
provinciano, valiente y audaz, Sarmiento explica que Facundo fue lo que fue “no por un
accidente de su carácter, sino por antecedentes inevitables y ajenos de su voluntad”, que lo
convirtieron en “una manifestación de la vida argentina”, en “el tipo más ingenuo del carácter
de la guerra civil de la República Argentina; la figura más americana que la revolución
presenta”.
2. “La inmensa extensión del país que está en sus extremos es enteramente despoblada, y
ríos navegables posee que no ha surcado aún el frágil barquichuelo. El mal que aqueja a la
República Argentina es la extensión: el desierto la rodea por todas partes y se le insinúa en
las entrañas…”.
“Lo que por ahora interesa conocer es que los progresos de la civilización se acumulan
sólo en Buenos Aires; la pampa es un malísimo conductor para llevarla y distribuirla en las
provincias, y ya veremos lo que de aquí resulta”.
“Así, pues, la civilización es del todo irrealizable, la barbarie es lo normal…”.
La República Argentina está caracterizada en Facundo de una manera muy dura y
detallada. La primera frase en la que aparece es ya una crítica: la tilda de mujer y, por lo
tanto, de cobarde, y de tigre, por lo sanguinario (“un día vendrá [...], Nuevo Mundo”).
En la introducción evoca a la República Argentina como un país que llama la atención de
Europa por sus particularidades en cuanto al gobierno y la situación interna: muchos
europeos han tratado de estudiarla, pero se han quedado en lo superficial, alegando que
“es un volcán subalterno, sin nombre, de los muchos que aparecen en la América, pronto
se extinguirá”.
Es por eso que analiza las disposiciones del terreno y la consecuente distribución de la
población, y dice que “el mal que aqueja a la República Argentina es la extensión...”. Por
esto, van a haber poblaciones separadas de otras por miles de kilómetros, que van a
impedir que haya algún tipo de progreso porque, además de todo, los ríos no están
navegados.
3. El tema de la obra es la lucha de civilización y barbarie, Sarmiento vive esa lucha por
eso asocia CIVILIZACION a ciudad y a Europa, y BARBARIE a la campaña pastora y América.
En la introducción Sarmiento, presenta los objetivos de su trabajo: buscar la explicación de
lo que está ocurriendo en el país a través de la interpretación de los hechos del pasado
colonial, las características geográficas, las costumbres y tradiciones. Para iniciar
puntualmente dicha explicación convoca a Facundo, un hombre irracional y primitivo, una
especie de héroe romántico movido por las pasiones y una firme voluntad.
Además, Facundo es el personaje más notable, es el espejo que se refleja las creencias,
necesidades y hábitos de una Nación en una época dada de su historia. Enlaza y eslabona
todos los elementos de desorden que se daba en aquellas provincias; El hace de la guerra
local, la guerra Nacional Argentina y se presenta triunfante. en Sarmiento es la ciudadanía.
Sarmiento no recurre a fundamentos esencialistas. Su nacionalidad es una nacionalidad
“cívica”, siendo el Estado quien la otorga. Como dice Althuser se ha pasado del tándem
familia - Iglesia al tándem familia - escuela[4]. No obstante Sarmiento pretende un futuro
común para los argentinos, ya los concibe como una unidad de destino. No es un mero
nacionalista, el se ocupa de crear la identidad nacional, es su mentor, como si poseyera la
sabiduría necesaria para entender, como indica Weber, que “la nación no es una realidad
dada sino en desarrollo, un modelo de algo que debe construirse y que, al propio tiempo
se considera una realidad por razones políticas”[5]. Como intelectual se anticipa a la
conciencia nacional.
4. El Facundo constituye un análisis del gaucho argentino a través de la personalidad y el
hombre político de Facundo Quiroga, un caudillo que crece en las llanuras riojanas, que
como muchos gauchos –pensará Sarmiento- llevó una vida errante, sin rumbo fijo, sólo
con su caballo y su cuchillo, sin sentirse atado a nada: ni a un territorio en particular, ni a
la escuela a la que de pequeño concurrió (Facundo se iba de la escuela cuando quería,
golpeaba a las maestras, las desafiaba, es decir, nunca pudo someterse a la autoridad).
Vivió casi en un estado de naturaleza, teniendo que ser más fuerte que la naturaleza
misma, ganarse la vida (Sarmiento nos cuenta en este sentido una anécdota en la que
perseguido por un tigre que lo quiere devorar, Facundo, con la ayuda de sus amigos, se
abalanza sobre la fiera y la destroza con su cuchillo).
Es decir, este gaucho cultivó, de pequeño, modales rudos, se hizo valiente a fuerza de
sobrevivir en un medio hostil, a la vez que se hizo fuerte y, fundamentalmente, bruto.
Pero vivió al margen de la ley, matrero, perseguido. Su ámbito de encuentro eran las
pulperías, donde se emborrachaba, jugaba, y terminaba en gresca con otros paisanos: era
el momento en donde el cuchillo y la muerte definían la contienda.
La llanura, la pampa o la extensión, contribuyen a modelar la figura de este gaucho. La
extensión es libertad sin límites, es misterio de donde pueden surgir los sentimientos más
irracionales y hasta las alucinaciones o el abismo. No está poblada, sólo hay pequeños
pueblitos separados por miles de kilómetros, incomunicados. En el medio está el desierto,
los indios que atacan con sus malones y saquean todo lo que encuentran. No hay caminos,
no hay posibilidad de un comercio estable, porque todo es inseguro. El costo del
transporte recarga mucho el precio de las mercaderías.
Sólo existe posibilidad de crecimiento, desarrollo del comercio y de la industria, en las
ciudades. El ejemplo es Bs. As. , donde hay extranjeros, de origen europeo, instruidos, que
han leído las ideas de la Ilustración, que tienen buenas costumbres, refinadas, educados,
civilizados.
Residen en un lugar fijo, se adaptan a las leyes, a la vida en sociedad, en fin, a la civilidad.
De chicos asisten a la escuela, de grandes se dedican a su trabajo, a progresar, a ganar
dinero. Porque la vida en la ciudad despierta necesidades, y eso lleva a querer "tener más"
y mejorar la calidad de vida. En cambio el gaucho no necesita nada. Vive tranquilo con su
caballo, su cuchillo, su poncho y su boleadora. Es frugal, y eso lleva al atraso, porque ¿qué
industria puede florecer, qué comercio, con una persona que se siente bien sin consumir,
con lo poco que tiene, que ni siquiera le interesa leer, porque la sabiduría que tiene le
alcanza para manejarse con éxito en su medio natural?.
El gaucho es un obstáculo para traer la Europa civilizada y sus costumbres. La pampa
también. Facundo, caudillo, tirano, arbitrario y despótico, es el producto de todo esto.
Puede ejercer su tiranía sólo entre gauchos que lo admiran , le temen, o lo respetan. Rosas
puede gobernar del mismo modo, gracias a las mismas circunstancias, porque la barbarie
se extendió por toda las ciudades hasta abalanzarse sobre Bs As. La base de la dictadura
rosista es el gaucho y sus costumbres, la pampa y su extensión.
El gaucho es una persona que hace gala de conservar sus tradiciones, vestir siempre con
su chiripa, su poncho, mientras que rechaza la levita, el frac, la moda que llega a Bs. As.
gracias a que es una ciudad portuaria, abierta al mundo. La moda es sinónimo de libertad,
de no estar atado a un tradición, de ir cambiando el modo de vestir, los usos y
costumbres. Pero el gaucho desdeña todo esto. No conoce otro mundo que el que lo
rodea, siempre igual, eternamente inmutable. Es un bárbaro, un tártaro. Son muchas las
similitudes que Sarmiento encuentra entre la tiranía de los caudillos y las tiranías asiáticas
o africanas.
Facundo, es decir, un tipo ideal de gaucho argentino, tiene dificultades para vivir bajo los
parámetros de la ley, porque creció en un estado de naturaleza, obedeciendo sólo a sus
instintos, y eso lo lleva a chocar con sus pares por una mujer, por una payada, por una
borrachera, y así nace la pelea y la muerte.
Muchos gauchos deambulan sin llevar el "conchavo" -lo que mostraría que trabaja para un
estanciero, certificado por él y por el juez de paz-. De esta forma, suelen quedar
enfrentados a la autoridad que se ve obligada a perseguirlos , a detenerlos o a mandarlos
a la frontera para que cumplan alguna función útil. La mirada de Sarmiento es por tanto la
mirada de alguien que piensa en la construcción de un Estado, por eso se sitúa desde las
necesidades del poder central, y busca los obstáculos que impiden estructurar ese poder.
Por el contrario, la mirada de Hernández, se sitúa más abajo, en la repercusión que tiene
en el gaucho la aplicación del proyecto liberal europeísta que Sarmiento contribuyó a
diseñar.
Para Sarmiento el Gaucho ni siquiera tiene las aptitudes que se requieren para formar un
ejército profesional, disciplinado, con cadena de mando-obediencia, con disciplina para
adiestrarse en el arte de la guerra. Por eso es hábil sólo para formar las montoneras, que
son como malones que atacan de modo desordenado, basando toda su estrategia en las
fuerzas de caballería.
La mirada negativa de Sarmiento respecto al gaucho hay que entenderla dentro del
contexto en que se escribe Facundo. Es decir, un Sarmiento exiliado, en plena dictadura
Rosista, que sufre como periodista e intelectual la censura en carne propia. A su vez,
escribe su obra apurado por los acontecimientos y por provocar un efecto político en los
lectores. Este elemento, sumado a otros, no le dio tiempo a despegar la figura de Rosas
como tirano respecto al gaucho a quien veía como el elemento esencial que formaba la
plataforma social de la dictadura rosista.
Si bien Sarmiento tiene una concepción antropológica negativa acerca del gaucho, no
debemos entender que se trata de una visión pesimista acerca de la naturaleza humana.
Las características del gaucho están determinadas por el lugar en el que vive, por la forma
en que se educó y creció. Pero el hombre en sí mismo, no es visto como "el lobo del
hombre", al menos en Facundo.
Estas reflexiones las podemos registrar en algunos pasajes de Facundo, cuando Sarmiento
habla acerca de la obra que va a realizar el futuro e hipotético gobierno que reemplace a
Rosas:
"Porque él -nos dice acerca de Rosas- ha desenvuelto todos los malos instintos de la
naturaleza humana………el nuevo gobierno..…trabajará por estimular las pasiones nobles y
virtuosas que ha puesto Dios en el corazón del hombre....".
En otro pasaje nos dice lo siguiente:
"…..es desconocer mucho la naturaleza humana creer que los pueblos se vuelven
criminales, y que los hombres extraviados que asesinan, cuando hay un tirano que los
impulse a ello, son, en el fondo, malvados. Todo depende de las preocupaciones que
dominan en ciertos momentos, y el hombre que hoy se ceba en sangre, por fanatismo, era
ayer un devoto inocente, y será mañana un buen ciudadano, desde que desaparezca la
excitación que lo indujo al crimen…".
Es decir, los gauchos que hoy –pensará Sarmiento- apoyan la dictadura rosista, o se suman
a sus crímenes constituyéndose en eslabones funcionales de su máquina del terror, están
siendo estimulados por un régimen que desata sus instintos más salvajes. Eso no quiere
decir que sean irrecuperables, o que sean esencialmente malos. Habrá un futuro gobierno,
que encaminándose por la senda de la razón y del progreso, los conducirá por los caminos
del buen ciudadano.
En este punto queda planteada, a nivel teórico, una oportunidad para el gaucho, un lugar
en el nuevo régimen que supuestamente reemplazará a Rosas. Pero, para que el gaucho
tenga un lugar en aquel régimen, Sarmiento le pide demasiado: debe dejar de ser gaucho.
Estas últimas reflexiones, si bien no forman parte del texto literal de la obra de Sarmiento,
se desprenden de la lógica general con la cual está escrita. El gaucho, tal como lo ve
Sarmiento cuando escribe Facundo, sería inútil para el tipo de proyecto político y social
que él está pensando. Un proyecto en el que para salir de la barbarie –los caudillos, Rosas,
el modo de vida del gaucho argentino- hay que importar la civilización, que se caracteriza
por estar en sus antípodas, con lo cual ambos términos se transforman en dos realidades
incompatibles.

5. Podemos reconstruir la idea sarmientina de la nación en la constelación de sus


principales temas y obstinaciones, en los enigmas e interrogantes que lo siguieron a lo
largo de su vida, en el modo como proyectó en sus escritos políticos el presente, el pasado
y el futuro de la Argentina. Destacamos algunas:

El primero corresponde al significado dado a la Revolución de la Independencia argentina,


a la que le dedica un capítulo de Facundo. Con una frase elocuente dirá, en el discurso
dedicado al General Belgrano, que la patria como la bandera “surge inventada de la nada
colonial”. Se refiere así a la revolución como un inicio que rompía radicalmente con lo
todo lo anterior. Se trataba entonces de construir una sociedad posrevolucionaria, en
proximidad con los modelos franceses leídos en Cousin y en Guizot, Michelet, Leroux o
Tocqueville. Esta construcción suponía traer a lo real las ideas y los principios: el Estado–
nación, principio de centralización en el orden temporal, y la libertad y la igualdad,
principios de despliegue del espíritu humano en el orden espiritual. Principios que son
contrarios pero que se conjugan en el gobierno representativo, en el cual se realiza
históricamente la esencia de la civilización. En ese sentido, la historia tiene una dirección
ineluctable porque es la realización de una idea.
En ese marco construye un relato conceptual en el cual el término revolución sólo será
aplicado a los movimientos cuyo fin es la libertad. Y en ese sentido, la nación será cívica
porque se funda en la libertad bajo el respeto de la ley, oponiéndose al despotismo y al
arbitrio de un caudillo o de un jefe incuestionable. En Facundo, la revolución es a la vez
enigma y drama; enigma porque en esa sociedad salida del mundo colonial, la revolución
abrió la puerta a las luchas y a la anarquía en la que se vio sumido el país; drama porque
su futuro era incierto y poco probable su éxito final. La explicación que da en Facundo es
conocida “la revolución puso en contacto dos sociedades que habían coexistido sin
conocerse. La fórmula acuñada por Sarmiento para presentar una primera matriz
explicativa de los males políticos que quería interpretar se despliega en una serie de
figuras “la ciudad” y “las campañas pastoras”, las tradiciones retrógradas y “bárbaras”,
legadas por el dominio colonial, y la vida en sociedad, “la civilización”, en las que proyecta
su visión del pasado, del presente y del provenir desde los principios de una razón que se
despliega en la historia.
6. En el libro “Facundo”, encontramos distintos símbolos como palabras o imágenes,
argumentados por la estética, para así poder llegar a los lectores por la vía de la
sensibilidad.

Romanticismo:

“Una nube torva y negra se levanta sin saber de donde, se extiende sobre el cielo,
mientras se cruzan dos palabras y de repente el estampido del tueno anuncia la tormenta
que deja frío al viajero, y reteniendo el aliento por temor de atraerse un rayo de dos mil
que caen en torno suyo. La oscuridad se suspende después a la luz: la muerte está por
todas partes; un poder terrible, incontrastable, le ha ahecho en un momento
reconcentrarse en sí mismo y sentir su nada en medio de aquella naturaleza irritada; sentir
a Dios, por decirlo de una vez, en la aterrante magnificencia de sus obras. (…) ¿Cómo no
ha de ser poeta el que presencia estas escenas imponentes?

En esta cita, encuentro una retórica de carácter Romántico en la cual Sarmiento describe
una tormenta en la Pampa.

“Lagarteen, el Poeta; o los de Thiers y Guizot, historiadores, y siempre por todas partes, en
la tribuna, en los congresos, en el gobierno, sabios y no labriegos o pastores rudos, como
los que vosotros habéis armado del poder absoluto para vuestro daño?

Aquí, encontramos el nombre de un poeta dónde podemos ver la importancia del arte en
la escritura.

“Cuando he escrito sobre educación, he manifestado mi firme creencia de que la


perfección y los estímulos en la lectura pueden influir poderosamente en la civilización del
pueblo. En mí no ha tenido otro origen mi afición a instruirme que el haber aprendido a
leer muy bien.(…)Aquello, pues, que llamamos hoy plagio, era entonces erudición y
riqueza; y yo prefiriera oír por segunda vez a un autor digno de ser leído cien veces, a los
ensayos incompletos de la razón y del estilo que aun están en embrión, porque nuestra
inteligencia nacional no se ha desenvuelto lo bastante para rivalizar con los autores que el
concepto del mundo reputa digno de ser escuchado.”

Se pueden ver dos movimientos, por un lado el Iluminismo, habla de poder, el poder de
instruirse para perfeccionarse y estimularse, por el otro lado, habla de autores que
enaltecen las artes ó sea el Romanticismo.

“Era mi plan hacer pasar una generación de niñas por sus aulas, recibirlas a la puerta,
plantas tiernas formadas por la mano de la Naturaleza, y devolverlas por el estudio y las
ideas, esculpido en su alma el tipo de la matrona romana”

Se habla desde un deseo, un sentimiento, como así también nombra la Naturaleza que es
uno de los rasgos más importantes del romanticismo, la añoranza de la Naturaleza y la
mística de la misma. En él también se añora una cultura.

El Romanticismo valora lo auténtico, lo propio, lo original y distintivo de cada cultura,


valora a los llamados simples, es decir aquellos que están más cerca de la Naturaleza y de
la Tierra.

Su eje es el sentimiento, la imaginación, vivencias y añoranzas.

Por eso, creó que Sarmiento ve al gaucho como parte de la barbarie, degradándolo, como
así también le da un lugar

Algunos aspectos del Romanticismo:

Imaginación, emociones, sentimiento.

Predilección por lo excepcional frente a lo convencional.

Se admitirá el gran hombre, el genio, el héroe, lo individual sobre las convenciones


colectivas.

Naturaleza concebida y representada en sus aspectos más sublimes.


Determinismo mesológico: concepción que postula la influencia del medio sobre los tipos
humanos que emergen de él.
• Concepción dinámica de la historia como acción, como drama que surge del conflicto de
oposiciones.
• Costumbres, normas de conducta, música, poesía, lugares de reunión típicos del gaucho
en el siglo XIX.
• Los personajes de la historia como la expresión singular de un pueblo.
• Lecturas de un hombre culto del siglo XIX.

• El ocio y el trabajo: Las razas americanas viven en la ociosidad y se muestran incapaces,


aun por medio de la compulsión, para dedicarse a un trabajo duro y seguido.
• Miseria: La villa nacional...: niños sucios y cubiertos de harapos, viven con una jauría de
perros...
• Juego: ...porque en Facundo, era el juego una pasión feroz, ardiente, que le resecaba las
entrañas.
• Venganza: Estas venganzas sobre el primer objeto que se presentaba, son frecuentes en
su vida.
• Terror: (Facundo) ponía el terror como expediente para suplir el patriotismo y la
abnegación.
• Muerte: Esta inseguridad de la vida... imprime... en el carácter argentino, cierta
resignación para la muerte violenta.
7. A pesar de los cambios que poseen las diferentes ediciones uno de los temas centrales
del Facundo siempre fue el mismo: el caudillismo, visto por Sarmiento como el gran drama
a superar si se quería lograr la gobernabilidad en el naciente Estado. La estrategia
sarmientina en esta tercera edición consistirá en realizar usos del caudillismo con la “Vida
del Chacho” (el nuevo escrito que compone) para mostrarse como el indicado para la
presidencia porque conocía esta problemática y, sobre todo, la había vencido como
gobernador de San Juan[2]. En base a lo expresado configuramos la hipótesis de este
trabajo, en la cual manifestamos que la tercera edición del Facundo tiene un doble objeto
para Sarmiento: destruir los argumentos que lo acusaban de ser un mal gobernante y ser
el asesino del Chacho, e imponer otro discurso con esta nueva edición, en general y el “El
Chacho, último caudillo de la montonera de los llanos”, en particular; que lo legitime como
el más apto para la presidencia. Sarmiento para destruir los discursos que lo atacaban será
mediante la valoración de sus dotes militares y de las acciones que concretó para
enfrentar a la montonera. El conocimiento de la historia y del modo de guerrear de los
caudillos había permitido a Sarmiento ver cuál era la principal falencia de las tropas
nacionales que no podían vencer a la montonera, cuya fortaleza estaba en la caballería
(tanto en el Facundo como ahora en el Chacho, destacaba que los gauchos eran grandes
jinetes), y por ello debía crearse un cuerpo de caballería para lograr vencerla. Sarmiento
no desconocía la existencia de caballería en el ejército nacional, pero veía que la misma
durante las guerras civiles perdió la disciplina que San Martín le había impartido cuando la
creo para luchar por la independencia; ahora que él tomaba las riendas del poder tenía la
misión de recomponer el legado sanmartiniano y encaminar al nuevo cuerpo por la senda
de la civilización para lograr de una vez por todas la victoria sobre los caudillos.
Sarmiento quiere demostrar que sus acciones en el campo militar tendieron a vencer al
caudillismo desde el único ámbito que se podía: desde la civilización. Por ello todo lo que
realiza marca un quiebre en la historia militar argentina, porque con él en el gobierno se
llevó adelante la “purificación” de todo lo bárbaro que anteriormente había llevado a la
derrota de la fuerzas de la civilización cuando fueron conducidas por “malas copias
europeas”. Pero ahora con alguien como Sarmiento, propio de la civilización, el verdadero
cambio se había producido, por ello al referirse a la lucha que se desató en “Las Lagunas”,
donde la montonera fue derrotada, Sarmiento la califica gloriosamente: “Este hecho de
armas estaba destinado a hacer crisis en la historia de la caballería arjentina i destruir la
preponderancia de la montonera”.
Recapitulemos, en el Facundo, cuando las tropas de Lavalle y La Madrid intentaron
derrocar a Rosas fueron vencidas porque en el fondo también eran bárbaros como Rosas;
y el único militar que podía vencer al gobernador porteño porque era propio de la
civilización, el General Paz, había sido capturado. En cambio, en la “vida del Chacho”, la
historia tomará otro rumbo, ya no vencerá la barbarie, antes personificada en Quiroga y
Rosas y luego en Peñaloza, porque ahora si hay un héroe de la civilización, ahora
Sarmiento estuvo al frente de las fuerzas y las comandó civilizadamente y por ello logró
vencer.
8. Facundo describe la vida de Juan Facundo Quiroga, un militar y político gaucho del
Partido Federal, que se desempeñó como gobernador y caudillo de la Provincia de La Rioja
durante las guerras civiles argentinas, en las décadas de 1820 y 1830. El historiador Felipe
Pigna afirma en el documental Algo habrán hecho por la historia argentina que «El
Facundo fue mucho más que un libro, fue un panfleto contra Rosas, ahí Sarmiento
describe al caudillo y propone eliminarlo». El federal Juan Manuel de Rosas gobernó la
provincia de Buenos Aires entre 1829 y 1832 y nuevamente de 1835 hasta 1852; en el
curso de los enfrentamientos entre unitarios y federales, Sarmiento, miembro del bando
unitario, se exilió en dos oportunidades en Chile (1831 y 1840), y en la segunda
oportunidad escribió el Facundo. Sarmiento ve a Rosas como un heredero de Facundo:
ambos son caudillos y, según Sarmiento, representan la barbarie que deriva de la
naturaleza y la falta de civilización presente en el campo argentino. Como explica Pigna,
«Facundo, a quien odia y admira a la vez, es la excusa para hablar del gaucho, del caudillo,
del desierto interminable, en fin, de todos los elementos que representan para él el atraso
y con los que hay que terminar».

A lo largo del texto, Sarmiento explora la dicotomía entre la civilización y la barbarie.


Como observa Kimberly Ball, «la civilización se manifiesta mediante Europa, Norteamérica,
las ciudades, los unitarios, el general Paz y Rivadavia», mientras que «la barbarie se
identifica con América Latina, España, Asia, Oriente Medio, el campo, los federales,
Facundo y Rosas». Es por esta razón que Facundo tuvo una influencia tan profunda. Según
González Echevarría: «al proponer el diálogo entre la civilización y la barbarie como el
conflicto central en la cultura latinoamericana, Facundo le dio forma a una polémica que
comenzó en el periodo colonial y que continúa hasta el presente».
9. el riojano Facundo Quiroga, apodado "El tigre de los Llanos" fue uno de los más famosos
caudillos federales de la Argentina en el siglo XIX.
Es decir, Quiroga era uno de los que pensaba en el federalismo como sistema para
organizar a la Argentina, federalismo es cuando cada estado (en Argentina provincia) que
compone a un país elige a sus propios gobernadores, diputados, senadores, posee su
propia constitución etc. y aún así acepta formar parte de una unidad mayor (el estado
nacional, que en este caso es Argentina) que posee un gobierno nacional y un congreso y
constituciones nacionales que representan a todos los estados.

Contra los federales se levantaban los unitarios que buscaban un país en el cual las
provincias estuvieran directamente sometidas al gobierno central (ubicado en la Ciudad de
Buenos Aires).
10. CONTRAPOSICIÓN: QUIROGA – PAZ como ejemplificaciones de las dos tendencias que
se baten
En La Tablada se miden las fuerzas de la campaña y la ciudad, Sarmiento toma a Facundo y
a Paz como dignas ejemplificaciones de las tendencias que se disputarán el domino de la
República. FACUNDO, ideal del gaucho malo, que no conoce otro poder que la fuerza
brutal, dominándolo todo por la violencia y el terror, confianza plena en el caballo. PAZ,
hijo de la ciudad, representando los ieales civilizados, no cree solo en el valor, debe
subordinarlo a la táctica y la estrategia, producto de educación militar europea.
Matemático y calculador, espera de la ciencia lo que otros de la fuerza bruta.
Años más tarde, el noble y provinciano Paz organizará en Corrientes el ejército que
peleará contra Rosas, con la ayuda de Paraguay, Uruguay y Brasil, además de aliados
internacionales como Francia e Inglaterra. Dice Sarmiento que por su condición de
provinciano, Paz no sacrificaría jamás las Provincias a Buenos Aires como lo hace Rosas.
Finalmente, Paz triunfa en La Tablada, dando un nuevo aire y una oportunidad a Córdoba:
aquella ciudad clerical y conservadora bajo el gobierno de Bustos, tiene ahora una
esperanza para el futuro, puede encaminarse ahora en el camino de las luces. Córdoba
siempre tuvo a bien la CIENCIA, el respeto por las luces, que es lo que más privilegia el
cordobés de todas las clases. Esto explica el por qué de la adhesión casi total por parte de
los ciudadanos a la Revolución cívica planteada por Paz. Sarmiento ve aquí casi vencido el
obstáculo que oponía Córdoba al progreso.
Sarmiento dirá mas adelante que los retratos de Lamartine servían de modelos en las
clases de dibujo cordobesas, y el nivel de la prensa cordobesa era el europeo; mientras
que con Rosas, en Buenos Aires, la prensa toma un rumbo semibárbaro. Se invierten los
papeles de ambas provincias.

11. ATOS HISTÓRICOS Y PRIMERAS ACCIONES DE FACUNDO FUERA DE LA RIOJA


1825 - Buenos Aires insta a las Provincias a reunirse en un Congreso para el
establecimiento de una forma de gobierno general.
A su vez, Buenos Aires encarga a las provincias la formación de un regimiento propio, en la
preparación de la Guerra con Brasil. A este encargo venía a Tucumán, enviado por Buenos
Aires, el coronel LAMADRID, que, para facilitar la organización, derroca al gobierno
provincial y sube él. Buenos Aires malentiende este hecho, y encarga a Facundo que
reestablezca las autoridades provinciales.
Se produce el enfrentamiento de EL TALA, la primera batalla ganada de Facundo. Lamadrid
escapa herido, pero con vida.
Se comienza a utilizar el color colorado para vestir a las montoneras. Sarmiento hace una
reseña sobre este color, y llega a la conclusión de que es representativo de los bárbaros,
ya que gustan de él. Cree que "toda civilización se expresa en trajes, y cada traje indica un
sistema de ideas entero" (p. 137). Facundo y Rosas hacen una guerra obstinada al frac y la
moda europeizada, y con ellos, a la Civilización entera.
Menciona la génesis de la "funesta cinta colorada", y cómo Rosas empapelaría de colorado
la ciudad para lograr uniformidad de opinión, disciplinando así a la ciudad.
"El terror es una enfermedad del ánimo que aqueja a las poblaciones (...) ¡Mirad que sois
españoles y la Inquisición educó así a la España! Esta enfermedad la traemos en la sangre."
(p. 139)
¿Facundo era realmente federal? ¿Por qué obraba así?
Facundo mentía sobre los motivos que le impulsaban a declararse opositor a la
Presidencia. Facundo arremete contra el que le había hecho el encargo, como arremete
contra Aldao en La Rioja, y su único motivo es que se siente fuerte, su instinto es ciego y
va en contra de todo lo que represente Civilización. Se siente el gaucho malo que
arremete contra la vida de la ciudad como una misión encomendada desde lo Alto.
Hay un debate en esa época por Ley de Libertad de Cultos que Buenos Aires quería dar a
los inmigrantes. En la ciudad esta es una cuestión política y de economía, a fin de atraer
más inmigrantes, más población. En las provincias, en cambio, se levanta casi una
Inquisición, tornándose en una cuestión de religión, con partidarios de ambos bandos.
Facundo se presenta en SAN JUAN y, oportunista, toma partido extremo por la religión.
Los conservadores comienzan a llamarlo "el enviado de Dios", dado que venía en su
auxilio.
Vale aclarar que Facundo no tenía fe religiosa, no oía misa, no rezaba y él mismo decía que
no creía en nada.
Los caudillos provinciales que adoptaron ese lema como propio, lo hacen solo con el fin de
polemizar con la ciudad, porque eran totalmente indiferentes a los intereses clericales o
conservadores. Una vez más, esto muestra cómo el tercer elemento demuestra desprecio
por el colonialismo, lo conservador, así como por las tendencias modernas en las ciudades.
Estas son escenas en las que Facundo ensaya sus fuerzas: todavía no fusila, pero sí ultraja,
humilla a los habitantes respetables de la ciudad, y de esta manera va imponiendo su
nombre. Rosas, simultáneamente, en Buenos Aires, ya es grande en la campaña, pero no
tiene nombre ni títulos.

12. La muerte de Quiroga fue un desenlace político: él representaba el núcleo de la guerra


civil, y la expresión más clara de una de las fuerzas que luchó en la Argentina durante los
últimos 30 años. El asesinato fue un acto oficial.
El 5 de abril de 1835 (un mes después del asesinato y ya con el camino libre), Rosas
comienza su gobierno con Facultades Extraordinarias. Fue un gobierno deseado por la
voluntad popular: la campaña lo aclamaba como símbolo de su victoria, los unitarios le
eran indiferentes y los lomos negros lo recibían, pero con desdén.
Sarmiento dice: "¿qué necesidad tiene de ser electo un jefe que ha arraigado el poder en
su persona?", justificando que solo haya habido tres votos en su contra.
Sarmiento relaciona el gobierno de Rosas con FE con las dictaduras temporales ROMANAS,
que tenían por fin reestablecer el orden por tiempo limitado; y sin embargo éstas, al final,
legitimaron la dictadura perpetua que fue el fin del Imperio. ¡Del mismo modo, Rosas,
revestido con la Suma del Poder Público en 1835, aún en 1845 cuenta con ese poder!
Rosas se desenvuelve en el gobierno "como un Platón": la política es la tabla rasa donde va
a llevar a cabo su obra prodigiosa, fruto de su ingenio, una obra original y sin precedentes.
Destruirá a su paso toda institución civilizada, toda garantía, toda obra de la Civilización, y
sin embargo promete no atentar contra la propiedad privada.
A partir de aquí, Sarmiento hará un examen de las nuevas instituciones que surgen bajo el
gobierno de Rosas, y las comparará en su función y características con lo que considera
"antecedentes históricos" europeos:
El colorado como símbolo: la cinta colorada
Hace una génesis acerca de cómo el COLOR COLORADO se constituyó en símbolo del
terror de los ciudadanos, elemento representativo del rosismo. El colorado "como símbolo
de adhesión a la causa federal" surge luego de un año entero de fiestas federales, donde
el retrato de Rosas es idolatrado y venerado como a un Dios.
(Recordemos las ideas que tiene Sarmiento acerca del color colorado, que fueron
expresadas en capítulos anteriores).
La Mazorca como fuerza policíaca
Comienzan ya a organizarse los grupos armados rosistas: bajo el nombre de Sociedad
Popular, primero, y Mazorqueros luego, que llevan el puñal a la cintura y el chaleco
colorado.
De las fiestas federales se desprenderá la MAZORCA ROSISTA en todo su esplendor: como
grupo policíaco que tiene como fin castigar y/o degollar a los opositores al régimen.
(Sarmiento encuentra de estos grupos un antecedente europeo: las fuerzas policíacas
degolladoras del duque de Borgoña, en la Francia de la Edad Media. "¡Qué instructiva es la
Historia!... ¡cómo se repite a cada rato!..." dice, y de esta manera intenta fundamentar sus
concepciones historicistas).
El Censo de las Opiniones
El gobierno rosista recaudaba información de todos los ciudadanos a través de un censo,
clasificando a los mismos bajo las categorías de federal, federal neto, unitario o
indiferente y asentándolo en registros. El objetivo del gobierno era deshacerse, en esos
diez años, de la oposición destruyendo a las personas adversas al régimen. Para estos fines
tuvo muchas veces la ayuda incondicional de la raza negra, muchas veces infiltrada en las
familias como fuentes de este tipo de información.
(Sarmiento compara este método con el de la Inquisición, al buscar un antecedente
histórico.)
El tipo de ejecución y sus instrumentos
Se cambia el modo de ejecución: fusilar se sustituye por degollar. El instrumento adoptado
por la Justicia es el cuchillo.
Creador de sentidos y símbolos, fijados por repetición
El epíteto "unitarios" deja de ser el distintivo de un partido, y pasa a expresar todo lo que
es odiado o adverso. Frases como "¡Mueran los salvajes, asquerosos, inmundos
unitarios!", "¡Viva el Gran Restaurador!" y otras por el estilo fueron repetidas hasta el
cansancio y marcadas a fuego en el imaginario colectivo, aunque los unitarios no entrasen
en escena en muchos casos, y utilizadas en un sentido extendido a todos los opositores.
Influencias de la educación de Rosas en su método de gobierno
Rosas, remarca Sarmiento, introduce un plan de gobierno que se evidencia "en desprecio
del sentido común, de la tradición, de la conciencia y de la práctica inmemorial de los
pueblos civilizados", plan político influenciado por la educación que recibió, ligada a la
tradición de la Inquisición, por un lado, y a la vida en la Estancia de ganados, por otro.
Por un lado, su educación familiar estuvo ligada a las antiguas costumbres señoriales (el
silencio, la rudeza, la autoridad y la servidumbre). Por otro, su propia vida en la estancia
(lugar donde permaneció 30 años, y a donde habia sido desterrado por su padre) termina
de aleccionarlo en el manejo y administración. Administra con severidad y disciplina la
hacienda.
Rosas es un gaucho criado en la pampa, y como tal, posee todas sus características: el
cuchillo es para él como la vida misma, es un excelente jinete (Sarmiento afirma
románticamente "el mejor" del país, y casi podría decir del mundo) y tiene de vez en vez
esos arrebatos pasionales, debidos según Sarmiento, a un "exceso de vida" (al igual que
Napoleón y Lord Byron, ejemplifica).
Los hábitos ganaderos son traspasados directamente al ámbito político:
Monografias.com
Así, la intención de Rosas es la de DOMAR a los ciudadanos como se doma al ganado.
Hasta su respeto por la propiedad se corresponde con que el gaucho gobernador es
propietario.
Federación y unidad: "la unidad se realiza a fuerza de negarla"
"Pero el vulgo no ha visto en la muerte de Quiroga y el enjuiciamiento de sus asesinos,
más que un crimen horrible. La Historia verá otra cosa: en lo primero, la fusión de la
República en una unidad compacta, y en el enjuiciamiento de los Reinafé, gobernadores
de una provincia, el hecho que constituye a Rosas, jefe del Gobierno unitario absoluto,
que desde aquel dia y por aquel acto se constituye en la República Argentina. Rosas,
investido del poder de juzgar a otro gobernador, establece en las conciencias de los demás
la idea de la autoridad suprema de que está investido." (p. 234).
Facundo ha creado en las ocho provincias que dirigía una unidad que quedó huérfana
cuando lo asesinaron, unidad que venía formándose desde 1831, y que se consolida bajo
la figura de autoridad de Rosas investido de la Suma del Poder Público, facultades
inicialmente válidas para Buenos Aires, pero que se extenderán a toda la Nación.
Por ejemplo: decretó que ningún gobierno de las demás provincias sea reconocido como
válido mientras no obtenga su aprobación; y mediante otro decreto deroga todas las leyes
de la República que fueron dadas desde 1810.

13. Ya desde un principio en la “Advertencia del autor” Sarmiento recurre a una


puntualización que crea realismo y predispone al lector a creer en los datos y argumentos
a los que va a recurrir a lo largo de su obra. En esta introducción Sarmiento da la razón a
aquellos lectores que le han ofrecido correcciones por inexactitudes en su obra, pero
después de hacernos presente su modestia, nos señala, que en lo esencial hay una
exactitud intachable en todas sus informaciones. Muy al contrario, los datos que
Sarmiento ofrece no son tan intachables como el autor hace creer, pues continuamente
vemos que para justificar sus opiniones y darle peso a las informaciones que utiliza recurre
a anécdotas y retóricas propias del relato ficticio.

Caligrafía

Para reforzar su estrategia Sarmiento invita al lector a cotejar lo que dice con los
documentos públicos en los que dice basarse. Pero es dudoso que unos documentos
públicos puedan ofrecernos caracterizaciones personales que describan en profundidad la
sicología de sus protagonistas. Estas caracterizaciones van más allá del genero de los
documentos informativos. Notamos claramente que estos complementos provienen del
autor mismo. Sería en verdad un buen tema de investigación, para alguien que pueda
tener acceso a dichos documentos y pueda analizar de que manera y hasta que punto
Sarmiento complementa los documentos en los que él dice basarse. A la espera de esta
investigación podemos afirmar que el recurso de fundamentar sus argumentos en fuentes
documentales aportan a este escrito un alto grado de verosimilitud, aunque en ninguna
parte nos señale donde se encuentran, ni en notas al pie de página ni en una bibliografía.

No, no se trata de una investigación en toda regla, ni es esta su intención, si bien el autor
hubiese sido muy capaz de desarrollarla. Se trata de una novela que para eludir su ficción
se confunde, a traves de la forma del ensayo, con la crónica histórica. De esta forma
Sarmiento encubre su intencionalidad política explícita y la intención de fundar una
identidad nacional. Esta identidad deseada por Sarmiento se formula recurriendo a la
herencia que ha dejado la historia en el país. El resultado de ésta es un amalgama de indio,
español, criollo, negro y mestizo. Sarmiento introduce al inmigrante como una figura que
trae la esperanza a la Argentina. Los inmigrantes europeos son los destinados a llenar ese
vacío, más que demográfico, de civilización del que adolece la Argentina.
14. Sarmiento se erige como el portavoz del partido de la Civilización, de la que él y su
pluma son todo. Con su pluma recurre, cuando le interesa, a determinados próceres
(Rivadavia, San Martín) y convierte a otros en sus enemigos. No necesita de nadie más.
Cuando intenta tomar partido en los hechos, como su participación en la campaña de el
Ejército Grande, se arrepiente rápidamente de verse inserto en esa guerra civil a su gusto
interminable y que considera por si misma bárbara. En vez de participar en la lucha
prefiere escabullirse y se aleja. Parece encontrarse a sus anchas lejos de los
acontecimientos.

En esa labor que emprende por la civilización utiliza como única arma la pluma, pero más
importante que ésta le resulta la imprenta, pues ésta fija sus pensamientos y facilita su
distribución. Sarmiento trata de formar a la opinión pública, que no son todos, ni siquiera
la mayoría. Son sólo unos pocos. Aquellos que tienen acceso a la prensa extranjera y son
letrados, pero también aquellos extranjeros a los que quiere hacer que comprendan la
situación dramática de Argentina, para que influyan en sus gobiernos en contra de la
tiranía. aunque Sarmiento-personaje resulta una constante, la trama se concentra en la
descripción del personaje esencial, Juan Facundo Quiroga, el cual no es una caricatura ni
una descripción objetiva, sino un tipo ideal de inspiración kantiana18, aunque suponemos
que nuestro autor no conocía detalladamente la obra de este filósofo, en tanto surge el
modelo desde la figura del 'gaucho malo' en el inicio del texto y continua con el perfil de
las acciones de nuestro autor, dentro de las cuales curiosamente no se señala como origen
de su barbarismo su extracción social, en tanto corresponde a las capas acomodadas de la
sociedad argentina de entonces, sino que se identifica esta causa en un contexto que da
lugar a un tipo humano bien definido. Ni siquiera nuestro autor requiere de la
caricaturización en tanto es incluso capaz de reconocer virtudes y actos altruistas en
nuestro personaje, él es el representante de un tipo social bien definido y su acción es
producto de sí mismo, pero también de sus circunstancias.

Identificamos a Facundo como personaje esencial, hilo desde el cual se articula el relato
que se humaniza desde la práctica de una escala de valores diferentes, los cuales son
reconocidos aún asumiendo su barbarismo. Aquí es donde la polifonía se expresa en la
capacidad de Sarmiento-autor, para sorprenderse con un sistema de valores que le es
extraño: "En San Juan le trajeron un francés, Berreau, que había escrito de él lo que un
francés puede escribir. Facundo le pregunta si es el autor de los artículos que tanto le
habían herido, y con la respuesta afirmativa que espera usted ahora? -réplica Quiroga. -
Señor, la muerte. Tome usted estas onzas y váyase enhoramala"19. Ejemplos como éste
abundan, donde la polifonía se expresa en la sorpresa del autor frente un sistema de
valores que no es el suyo y frente al cual se sorprende; sin embargo, Sarmiento no apela
solamente a la irracionalidad del bárbaro para explicar estos valores: "Aún en los
caracteres más negros hay una chispa de virtud que alumbra por momentos y se oculta…".
Dentro de la misma expresión de la polifonía narrativa, en esta obra son recatados ciertos
elementos del espíritu gaucho, como lo es la vocación poética propia del tipo de sujeto
popular que describe. Pero el 'hombre nuevo' que la nación argentina necesita no es,
según Sarmiento, ni el letrado proveniente de la tradición barroca hispano-lusitana, ni el
gaucho salvaje, sino un tipo distinto que imita las instituciones y los valores europeos,
pero que es capaz de contextualizarlos por medio de un procesamiento científico-
tecnológico de las relaciones sociales, el cual tendría como base un conocimiento
científico y acabado del bárbaro. Así, la dimensión ensayística abre paso a la descripción
estética: es necesario por ello reconocer incluso en sus virtudes a ese otro salvaje sujeto
de redención.
15. La sociedad imaginada de Sarmiento
Mediante el periódico va creando una comunidad imaginada al llegar a algunos letrados y
hablar de los argentinos como si fuesen una realidad en sí. No se puede recurrir a la
proximidad del trato, se ha de crear esta ficción, olvidando que uno no llega a la mayoría
analfabeta. Por ahora el pueblo puede que permanezca ajeno a la idea de nación, quizás
sus identificaciones coincidan más con lo local o provincial. Más difícil es considerar que
los miembros de las tribus indias se consideren a si mismos como argentinos. Puede
Sarmiento quererlos asimilar ya que los considera como un ingrediente más que se suma
al ser argentino.

Sarmiento acepta esas aportaciones, aunque de los indios prácticamente no quiere nada y
de los negros sólo agradece el que vayan perdiendo su oscuridad al mezclarse. Sarmiento
reconoce a los negros por haber participado en la guerra de la independencia; por
ejemplo, nos nombra al coronel Barcala como un negro ilustre que tomó parte en la
guerra de la independencia.Caligrafía

Sarmiento concibe que los distintos componentes raciales (españoles, indígenas, negros,
europeos y sus mezclas) han ido aportando las características que les son propias al
argentino dando como resultado un todo homogéneo en el que prevalece la ociosidad y la
incapacidad para ejercer toda industria. Él mantiene una imagen pesimista del gaucho,
fruto de todos esos cruces y del ambiente. De tal estado el argentino sólo puede salir
mediante la educación o por la exigencia, fruto de una mayor posición social. Sarmiento
insiste en que por medio de la educación se puede llegar a modificar las características de
un pueblo. Su nacionalismo no es del que recurre al pasado para legitimar el presente, su
actitud es la de un forjador de una identidad nacional, que analiza los ingredientes con los
que cuenta y las aportaciones de cada uno de ellos, observa sus pros y sus contras, busca
del exterior ingredientes que aporten beneficios (inmigración) y busca métodos
(educación, trabajo) para modificar lo que resulta contraproducente. No ve ningún peligro
en recibir inmigrantes, sino que al contrario ve que el gobierno debe favorecerlo. Tampoco
ve peligro en que estos posean una lengua diferente al castellano o profesen otra religión.
Postula una nación abierta y tolerante con las otras religiones, adoptando las legislaciones
al respecto de las naciones civilizadas que abogan por la “libertad de culto”. La migración
le parece beneficiosa dado que incrementaría la población y favorecería el progreso de la
agricultura y la industria.

Sarmiento tiene la intención de fundar una literatura nacional y en el Facundo introduce el


programa al que se podría adscribir ésta. Quiere emular la literatura norteamericana del
tipo de El último de los Mohicanos de Fenimore Cooper que narra la guerra entre los
indígenas y la raza sajona. Aduce que los elementos con los que cuenta Argentina son los
mismos. La misma lucha, el mismo paisaje y semejantes personajes. Los indios serían los
otros, los enemigos de esas historias, el obstáculo a sortear o el salvaje a domar.

Sarmiento nos enumera los personajes que podrían entrar a formar parte de esa literatura
nacional: el rastreador, el baqueano, el gaucho malo y el cantor (Facundo: cap.2
"Originalidad y caracteres argentinos"). Son personajes desempeñados por blancos,
criollos y específicamente gauchos. También los desea ver desaparecer, convertirlos en
personajes de novela, en épica. Sin embargo sus papeles serán de protagonistas dentro de
un escenario constituido por amplios espacios abiertos (cuando Sarmiento pretende verlos
delimitados ya sea por zanjas o alambrado) y ganados e indios en estado salvaje. Un
espacio temible en el que el hombre sólo, sin la protección que ofrece la civilización, se
llega a parecer a él al intentar adaptarse al medio. Lugar de aventuras y peligros que
quiere alejar de la realidad.

Sarmiento en la construcción de su sociedad ideal argentina no se preocupa por dar


preeminencia del castellano y de la religión católica, elementos que identifican al criollo y
forman parte de la identidad del gaucho. Sarmiento considera la lengua y la religión como
fundamento de la identidad, pero se niega a establecer una Inquisición para defenderla.
Argumenta que los conservadores, los que claman por la defensa de estos valores
esenciales de la argentinidad, lo único que buscan es poner obstáculos al progreso.

Sarmiento no cree que su Nación y la raza que lo integra sea la mejor, pero sí cree que
estas están destinadas a desempeñar un gran papel, un “destino manifiesto” entre las
naciones civilizadas del mundo, para cumplir ese papel es muy importante moldear la raza.

CaligrafíaSarmiento culpa de la decadencia racial a la incorporación de los indígenas. Pues


para Sarmiento estos viven en la ociosidad, siendo incapaces de dedicarse al trabajo duro
sino es por medio de la compulsión. Habla de la “mala sangre” de a la aportación india,
contraponiéndola a la “buena sangre” blanca. Sarmiento construye así su autobiografía,
preocupándose por no ser tomado por descendiente de indios o por mulato. Es la misma
preocupación de la Argentina en crearse una imagen blanca y europea, y que la metrópolis
la considere como tal, como un país respetable, despegado de la América.

Es importante ver que Sarmiento nunca se define como particularidad, sin embargo a los
indios grupalmente los considera una particularidad sociológica que en ningún caso porta
la totalidad humana. Sarmiento se incluye en el bando del progreso, de la civilización, en la
raza blanca, que porta el estandarte del desarrollo de la Humanidad. Por el contrario, para
Sarmiento, los indios en todo lo que hacen no muestran nada que se asemeje a la
civilización: Si portan banderas las considera harapos, si tienen estrategias de ataque las
llama malones, sus lenguas son dialectos y sus jefes son caciquejos. Se trata de denigrarlos
antes de hacerlos desaparecer. Hacer visible que no se pierde nada y que su destino se lo
merecen. Incluso en el tratamiento de sus cuerpos es necesario su denigración, son
torturados, cazados, muertos.

Sarmiento da mucha importancia a los símbolos, a la bandera, de la que resalta que “los
colores argentinos son el celeste y blanco” que simbolizan “la paz y la justicia para todos”;
el escudo, del que se eliminan los trofeos guerreros, “dos manos en señal de unión
sostienen el gorro frigio del liberto”, son las ciudades las que sostienen la unión (baluartes
de la civilización frente a la campaña bárbara). Al color le concede un valor simbólico, los
soldados del ejército, visten azul oscuro, a la europea. Al contrario los ejércitos de Rosas y
sus montoneras visten el color "colorado", enarbolan una bandera negra, son colores de
naciones bárbaras, de piratas. Son símbolo de la violencia, de la sangre y de la barbarie
nacionales (Facundo: cap. 8 "Ensayos").

Sarmiento resalta en su libro (Facundo: cap.8 "Ensayos") el carácter simbólico que posee
el traje en una civilización: El "frac" es el traje de la civilización europea. Para conocer al
grado de barbarie a que se ha llegado en una determinada provincia preguntará al recién
llegado al exilio que cuantos hombres visten frac, cuantos a la manera civilizada y con
sombrero de copa. Mientras Sarmiento apoya el traje de la ciudad y de la civilización, los
rosistas tratan de establecer un vestuario que va en contra al gusto de la gente de la
ciudad. Los rosistas imponen su símbolo entre la gente de la ciudad, humillándola. El
símbolo obligatorio de vestimenta es la cinta colorada que viene a expresar la
uniformidad de opinión. El símbolo utilizado como método de uniformización y
acatamiento al tirano. A este símbolo se le suman «el retrato del Restaurador sobre el
corazón en señal de amor intenso y los letreros “mueran los salvajes inmundos unitarios”»
(Facundo: cap.8 "Ensayos").Los rosistas son el partido americano que usa «pantalón ancho
y suelto, el chaleco colorado, la chaqueta corta, el poncho, como trajes nacionales,
eminentemente americanos» y que combaten todo lo llegado de Europa.
16. La sociedad imaginada de Sarmiento
Mediante el periódico va creando una comunidad imaginada al llegar a algunos letrados y
hablar de los argentinos como si fuesen una realidad en sí. No se puede recurrir a la
proximidad del trato, se ha de crear esta ficción, olvidando que uno no llega a la mayoría
analfabeta. Por ahora el pueblo puede que permanezca ajeno a la idea de nación, quizás
sus identificaciones coincidan más con lo local o provincial. Más difícil es considerar que
los miembros de las tribus indias se consideren a si mismos como argentinos. Puede
Sarmiento quererlos asimilar ya que los considera como un ingrediente más que se suma
al ser argentino.
Sarmiento acepta esas aportaciones, aunque de los indios prácticamente no quiere nada y
de los negros sólo agradece el que vayan perdiendo su oscuridad al mezclarse. Sarmiento
reconoce a los negros por haber participado en la guerra de la independencia; por
ejemplo, nos nombra al coronel Barcala como un negro ilustre que tomó parte en la
guerra de la independencia.Caligrafía

Sarmiento concibe que los distintos componentes raciales (españoles, indígenas, negros,
europeos y sus mezclas) han ido aportando las características que les son propias al
argentino dando como resultado un todo homogéneo en el que prevalece la ociosidad y la
incapacidad para ejercer toda industria. Él mantiene una imagen pesimista del gaucho,
fruto de todos esos cruces y del ambiente. De tal estado el argentino sólo puede salir
mediante la educación o por la exigencia, fruto de una mayor posición social. Sarmiento
insiste en que por medio de la educación se puede llegar a modificar las características de
un pueblo. Su nacionalismo no es del que recurre al pasado para legitimar el presente, su
actitud es la de un forjador de una identidad nacional, que analiza los ingredientes con los
que cuenta y las aportaciones de cada uno de ellos, observa sus pros y sus contras, busca
del exterior ingredientes que aporten beneficios (inmigración) y busca métodos
(educación, trabajo) para modificar lo que resulta contraproducente. No ve ningún peligro
en recibir inmigrantes, sino que al contrario ve que el gobierno debe favorecerlo. Tampoco
ve peligro en que estos posean una lengua diferente al castellano o profesen otra religión.
Postula una nación abierta y tolerante con las otras religiones, adoptando las legislaciones
al respecto de las naciones civilizadas que abogan por la “libertad de culto”. La migración
le parece beneficiosa dado que incrementaría la población y favorecería el progreso de la
agricultura y la industria.

Sarmiento tiene la intención de fundar una literatura nacional y en el Facundo introduce el


programa al que se podría adscribir ésta. Quiere emular la literatura norteamericana del
tipo de El último de los Mohicanos de Fenimore Cooper que narra la guerra entre los
indígenas y la raza sajona. Aduce que los elementos con los que cuenta Argentina son los
mismos. La misma lucha, el mismo paisaje y semejantes personajes. Los indios serían los
otros, los enemigos de esas historias, el obstáculo a sortear o el salvaje a domar.

Sarmiento nos enumera los personajes que podrían entrar a formar parte de esa literatura
nacional: el rastreador, el baqueano, el gaucho malo y el cantor (Facundo: cap.2
"Originalidad y caracteres argentinos"). Son personajes desempeñados por blancos,
criollos y específicamente gauchos. También los desea ver desaparecer, convertirlos en
personajes de novela, en épica. Sin embargo sus papeles serán de protagonistas dentro de
un escenario constituido por amplios espacios abiertos (cuando Sarmiento pretende verlos
delimitados ya sea por zanjas o alambrado) y ganados e indios en estado salvaje. Un
espacio temible en el que el hombre sólo, sin la protección que ofrece la civilización, se
llega a parecer a él al intentar adaptarse al medio. Lugar de aventuras y peligros que
quiere alejar de la realidad.

Sarmiento en la construcción de su sociedad ideal argentina no se preocupa por dar


preeminencia del castellano y de la religión católica, elementos que identifican al criollo y
forman parte de la identidad del gaucho. Sarmiento considera la lengua y la religión como
fundamento de la identidad, pero se niega a establecer una Inquisición para defenderla.
Argumenta que los conservadores, los que claman por la defensa de estos valores
esenciales de la argentinidad, lo único que buscan es poner obstáculos al progreso.

Sarmiento no cree que su Nación y la raza que lo integra sea la mejor, pero sí cree que
estas están destinadas a desempeñar un gran papel, un “destino manifiesto” entre las
naciones civilizadas del mundo, para cumplir ese papel es muy importante moldear la raza.

CaligrafíaSarmiento culpa de la decadencia racial a la incorporación de los indígenas. Pues


para Sarmiento estos viven en la ociosidad, siendo incapaces de dedicarse al trabajo duro
sino es por medio de la compulsión. Habla de la “mala sangre” de a la aportación india,
contraponiéndola a la “buena sangre” blanca. Sarmiento construye así su autobiografía,
preocupándose por no ser tomado por descendiente de indios o por mulato. Es la misma
preocupación de la Argentina en crearse una imagen blanca y europea, y que la metrópolis
la considere como tal, como un país respetable, despegado de la América.

Es importante ver que Sarmiento nunca se define como particularidad, sin embargo a los
indios grupalmente los considera una particularidad sociológica que en ningún caso porta
la totalidad humana. Sarmiento se incluye en el bando del progreso, de la civilización, en la
raza blanca, que porta el estandarte del desarrollo de la Humanidad. Por el contrario, para
Sarmiento, los indios en todo lo que hacen no muestran nada que se asemeje a la
civilización: Si portan banderas las considera harapos, si tienen estrategias de ataque las
llama malones, sus lenguas son dialectos y sus jefes son caciquejos. Se trata de denigrarlos
antes de hacerlos desaparecer. Hacer visible que no se pierde nada y que su destino se lo
merecen. Incluso en el tratamiento de sus cuerpos es necesario su denigración, son
torturados, cazados, muertos.

Sarmiento da mucha importancia a los símbolos, a la bandera, de la que resalta que “los
colores argentinos son el celeste y blanco” que simbolizan “la paz y la justicia para todos”;
el escudo, del que se eliminan los trofeos guerreros, “dos manos en señal de unión
sostienen el gorro frigio del liberto”, son las ciudades las que sostienen la unión (baluartes
de la civilización frente a la campaña bárbara). Al color le concede un valor simbólico, los
soldados del ejército, visten azul oscuro, a la europea. Al contrario los ejércitos de Rosas y
sus montoneras visten el color "colorado", enarbolan una bandera negra, son colores de
naciones bárbaras, de piratas. Son símbolo de la violencia, de la sangre y de la barbarie
nacionales.
Sarmiento resalta en su libro el carácter simbólico que posee el traje en una civilización: El
"frac" es el traje de la civilización europea. Para conocer al grado de barbarie a que se ha
llegado en una determinada provincia preguntará al recién llegado al exilio que cuantos
hombres visten frac, cuantos a la manera civilizada y con sombrero de copa. Mientras
Sarmiento apoya el traje de la ciudad y de la civilización, los rosistas tratan de establecer
un vestuario que va en contra al gusto de la gente de la ciudad. Los rosistas imponen su
símbolo entre la gente de la ciudad, humillándola. El símbolo obligatorio de vestimenta es
la cinta colorada que viene a expresar la uniformidad de opinión. El símbolo utilizado
como método de uniformización y acatamiento al tirano. A este símbolo se le suman «el
retrato del Restaurador sobre el corazón en señal de amor intenso y los letreros “mueran
los salvajes inmundos unitarios”».Los rosistas son el partido americano que usa «pantalón
ancho y suelto, el chaleco colorado, la chaqueta corta, el poncho, como trajes nacionales,
eminentemente americanos» y que combaten todo lo llegado de Europa.
17. Domingo Faustino Sarmiento fue ante todo un hombre de su tiempo, marcado por
profundas contradicciones y una enorme sinceridad que lo llevaba a ser siempre
políticamente incorrecto. Insultó a la oligarquía de su tiempo y pidió no ahorrar sangre de
los mismos gauchos a los que llamaba “el soberano” y se obsesionaba en educar. Todo
eso, no parte de ello, fue Sarmiento.

Nació el 15 de febrero de 1811 en el Carrascal, San Juan. Allí el joven Domingo conoció al
que sería el protagonista de su libro más importante: Facundo (Quiroga), quien tomó San
Juan y gran parte de Cuyo. (…) Sarmiento subtituló esta obra con la frase que sintetizaba
su pensamiento: “Civilización y Barbarie”. Así describía el autor su obra: “Remito a su
excelencia un ejemplar del Facundo que he escrito con el objeto de preparar la revolución
y preparar los espíritus. Obra improvisada, llena por necesidad de inexactitudes, a designio
a veces, no tiene otra importancia que la de ser uno de los tantos medios tocados para
ayudar a destruir a un gobierno absurdo y preparar el camino de otro nuevo”. La obra
literaria de Sarmiento estuvo marcada por su actuación política desde que escribió:
“…Facundo no ha muerto ¡Vive aún!; está vivo en las tradiciones populares, en la política y
las revoluciones argentinas; en Rosas, su heredero, su complemento…”

Sarmiento pensaba que el gran problema de la Argentina era el dilema entre la civilización
y la barbarie. Como muchos pensadores de su época, entendía que la civilización se
identificaba con la ciudad, con lo urbano, lo que estaba en contacto con lo europeo, o sea
lo que para ellos era el progreso. La barbarie, por el contrario, era el campo, lo rural, el
atraso, el indio y el gaucho. Este dilema, según él, sólo podía resolverse con el triunfo de la
"civilización" sobre la "barbarie". Decía en un lenguaje ciertamente bárbaro: “Quisiéramos
apartar de toda cuestión social americana a los salvajes por quienes sentimos sin poderlo
remediar, una invencible repugnancia”. En una carta le aconsejaba a Mitre: “…no trate de
economizar sangre de gaucho. Éste es un abono que es preciso hacer útil al país. La sangre
es lo único que tienen de seres humanos esos salvajes”.
Entre 1845 y 1847, por encargo del gobierno chileno, visitó Uruguay, Brasil, Francia,
España, Argelia, Italia, Alemania, Suiza, Inglaterra, Estados Unidos, Canadá y Cuba. En cada
uno de estos países se interesó por sus sistemas educativos, el nivel de enseñanza y las
comunicaciones. (…)

18.Cuando Sarmiento asumió la gobernación de San Juan dictó una Ley Orgánica de
Educación Pública que imponía la enseñanza primaria obligatoria y creaba escuelas para
los diferentes niveles de educación, entre ellas una con capacidad para mil alumnos, el
Colegio Preparatorio y una escuela destinada a la formación de maestras. Desde la
presidencia siguió impulsando la educación fundando unas 800 escuelas…

Sarmiento aprendió en Estados Unidos la importancia de las comunicaciones en un país


extenso como el nuestro. Durante su gobierno se tendieron 5.000 kilómetros de cables
telegráficos y en 1874, poco antes de dejar la presidencia, pudo inaugurar la primera línea
telegráfica con Europa. Modernizó el correo y se preocupó particularmente por la
extensión de las líneas férreas.

Desde el gobierno, Sarmiento intentó concretar proyectos renovadores como la fundación


de colonias de pequeños agricultores de Chivilcoy y Mercedes. La experiencia funcionó
bien, pero cuando intentó extenderla se encontró con la cerrada oposición de los
terratenientes nucleados en la recientemente fundada Sociedad Rural Argentina, que en la
persona de su presidente Enrique Olivera, le hizo saber a Sarmiento que el sindicato de los
terratenientes consideraba “inconveniente implantar colonias como la de Chivilcoy donde
ya estaba arraigada la industria ganadera”. Sarmiento se enojó y declaró: “Nuestros
hacendados no entienden jota del asunto, y prefieren hacerse un palacio en la Avenida
Alvear que meterse en negocios que los llenarían de aflicciones. Quieren que el gobierno,
quieren que nosotros que no tenemos una vaca, contribuyamos a duplicarles o triplicarles
su fortuna a los Anchorena, a los Unzué, a los Pereyra, a los Luros, a los Duggans, a los
Cano y los Leloir y a todos los millonarios que pasan su vida mirando cómo paren las vacas.
En este estado está la cuestión, y como las cámaras (del Congreso) están también
formadas por ganaderos, veremos mañana la canción de siempre, el payar de la guitarra a
la sobra del ombú de la Pampa y a la puerta del rancho de paja”.

En 1875, Sarmiento asumió como Director General de Escuelas de la Provincia de Buenos


Aires. Si bien estaba obsesionado por la educación primaria, limitaba a ese nivel de
enseñanza la conveniencia de la educación popular: “La educación más arriba de la
instrucción primaria la desprecio como medio de civilización. Es la educación primaria la
que civiliza y desenvuelve la moral de los pueblos. Todos los pueblos han tenido siempre
doctores y sabios, sin ser civilizados por eso”.
Durante la presidencia de Roca ejerció el cargo de Superintendente General de Escuelas
del Consejo Nacional de Educación y logró la sanción de la Ley 1420, que establecía la
enseñanza primaria, gratuita, obligatoria, gradual y laica.

Sarmiento murió el 11 de septiembre de 1888. De acuerdo con su voluntad, su cuerpo fue


cubierto con las banderas de Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay, y trasladado a Buenos
Aires. Pocos años antes, había dejado escrito una especie de testamento político: “…sin
fortuna que nunca codicié, porque era bagaje pesado para la incesante pugna, espero una
buena muerte corporal, pues la que me vendrá en política es la que yo esperé y no deseé
mejor que dejar por herencia millones en mejores condiciones intelectuales, tranquilizado
nuestro país, aseguradas las instituciones y surcado de vías férreas el territorio, como
cubierto de vapores los ríos, para que todos participen del festín de la vida, del que yo
gocé sólo a hurtadillas”.

1 El Facundo de Sarmiento se trata de un escrito político con un objeto explícito, el de


denunciar la dictadura personal de Rosas, y con un motivo implícito, no enunciado: la
formulación de la identidad argentina y las bases teóricas para una literatura argentina.

Para dar forma a la identidad argentina deseada Sarmiento trabaja con dualidades.
Primero trabaja con la separación entre ciudad y campaña, luego le añade a esta dualidad
el par civilización y barbarie, gente educada y chusma. Esta dualidad llega incluso a la
polarización entre blancos y no blancos. Estas juegos de parejas contrarias son núcleo
sobre el que gira toda su argumentación.

Como ya indicamos el objetivo político de la obra es descalificar el despotismo de Don


Manuel de Rosas, restarle apoyos, negarle aquellos que recibe por haberse declarado
“federal”. Sarmiento niega a Rosas la posesión una ideología y señala el carácter personal
de su poder. Carácter personal que es el carácter de un pueblo ejemplificado en la figura
de Facundo Quiroga. Esta figura es incapaz de someter sus actos como persona y como
gobernante a una regla. Facundo superpone a estos dos personajes, Rosas y Facundo. La
arbitrariedad de Facundo es para Sarmiento, en esencia, la misma arbitrariedad que ejerce
Rosas en el gobierno de Buenos Aires. Quiroga es el hombre del campo –un gaucho–, que
con sus hombres de a caballo, la montonera, amenaza la ciudad, símbolo de civilización.
2. Sarmiento escribe después de la Independencia haciendo ver que la revolución que
debía traer los aires de libertad fruto de las ideas de la Revolución Francesa fue
postergada. Pues la Revolución se veía reconducida a una larga guerra civil, que si en un
principio estaba ocasionada por divergencias en cómo se debía organizar la estructura del
Estado y cómo definir la Constitución, la contienda entre federales y unitarios fue
aprovechada, según Sarmiento, para traer a la palestra otra contienda mucho más
fundamental: la que se establece entre civilización y barbarie. Después de un primer
momento de unidad frente al enemigo común (la monarquía española), surgen los dos
partidos opuestos, pero un tercer grupo entra en escena. Este tercer grupo, que en la
anterior lucha no se manifestaba, es el partido que lucha contra la autoridad misma.
Frente a este tercer grupo, Sarmiento exige la unidad de los otros dos partidos. Esta nueva
lucha se entabla entre el partido europeo (que ha de formarse de los restos de los otros
dos partidos, dejando atrás las contiendas por el tipo de configuración del Estado) y el
partido americano. Como Sarmiento dice: “No se querellaban por formas de gobierno,
sino entre la parte civilizada de las ciudades y la parte bárbara de las campañas. La lucha
parecía política y era social”.[1]

Para Sarmiento la identidad argentina, por americana y salvaje, es una forma de ser que
necesita ser pulida. De la misma forma que los campos dan frutos cuando se trabajan, la
población argentina debe ser cultivada. El desarrollo económico y la difusión del progreso
(trabajar las tierras, relegando el pastoreo –ganadería extensiva–, cercando los campos
con vallas de espino, aprovechando sus ríos) han de venir según Sarmiento de la mano de
la transformación del carácter salvaje del argentino, poniéndole a trabajar, haciéndolo
vivir en ciudades o municipios, conectándole con la prensa, haciéndolo pasar por las
escuelas y sobre todo haciendo qué aprenda en que consiste la cosa pública. Sarmiento no
aprecia el mundo del gaucho, que vive en casas dispersas, sin formar municipios, que no
desarrolla una agricultura para la comercialización y que como labor ejerce una ganadería
de arreo y rodeo.
3. Mil novecientos noventa y cinco marcó el sesquicentenerio de la aparición de Facundo
—quizá su obra emblemática—. Cuando una creación —sea ésta artística, filosófica o de
cualquier otra índole— lleva por título el nombre de una persona, el nombrado se
convierte en la figura heroica de dicha obra, si el marco que lo contienen está investido del
aura sagrada que impone el debido "efecto de distanciamiento" con respecto a las
trivialidades de la vida cotidiana.Todo ello nos lleva a formular la siguiente pregunta: ¿qué
es un héroe? Según la concepción griega, héroe es aquel personaje que posee areté (a r e t
h ), es decir, la máxima excelsitud en algo, y supone, además, un oponente. Como dice el
crítico francés René Girard, en su libro Mentira romántica y verdad novelesca, "el héroe se
reconoce en el rival aborrecido"1 y la "Introducción" al Facundo2, en su primer bloque
temático, contiene —en germen, porque falta la maquinaria teatral— los elementos
esenciales que instauran una situación trágica.Ésta es la posición que quisiéramos
fundamentar en este trabajo.Para ello, haremos una síntesis de algunos conceptos acerca
del género trágico y veremos hasta qué grado —con ejemplos del texto— se confirma o no
esta teoría.
Max Scheler en el ensayo "Acerca del fenómeno de lo trágico", contenido en su libro El
santo, el genio, el héroe dice que"todo lo que se pueda denominar trágico se mueve en la
esfera de valores y relaciones de valores". [Trágica] "es la determinación de una eficiencia
en el hacer y en el padecer [¼ ]. Esta eficiencia debe tener una dirección determinada [¼ ]:
la dirección hacia una destrucción de un valor positivo de un determinado nivel jerárquico.
Y la fuerza que destruye no debe estar exenta de valores; debe ella misma representar un
valor positivo".3 Ahora bien, ¿qué valores se relacionan, qué eficiencia se manifiesta en el
hacer y en el padecer y qué dirección se sigue para lograr la destrucción de un valor
positivo?
En el texto de Don Domingo Faustino Sarmiento, aparecen dos valores contrapuestos,
claramente presentados: por un lado, Facundo, diez años después de su muerte, continúa
viviendo en el sistema axiológico que definen "las tradiciones populares, [¼ ] la política y
revoluciones argentinas"4, cuya eficiencia se muestra en el hacer y en el padecer de "la
naturaleza campestre, colonial y bárbara"5 e instaura el mito; por otro, esa fuerza
destructora, tampoco exenta de valores y acrisolada también por otros mitos,
representada por Rosas. En realidad, aquí vemos una relación refleja, manejada mediante
un juego de espejos, entre ambos agonistas: el "heredero", el "complemento" no es ni
más ni menos que el "otro molde, más acabado, más perfecto"6 de Facundo. La imagen
especular aparece duplicada en el "genio" (Rosas) cuya puesta abismal (mise en abyme) ha
metamorfoseado las virtudes del "instinto", la "iniciación" y la "tendencia",
transformándolas "en arte, en sistema y en política regular"7.
Es decir, el sistema de valores enfrentados propuesto por Scheler se manifiesta por
intermedio de un protagonista y su correspondiente antagonista, —el héroe y su rival,
según la cita previa del texto de René Girard—8.
Pero en este caso particular, hay una tercera voz, que es la del narrador-actor. Este actor,
según lo que pensamos, es el portavoz, el coreuta de un coro trágico virtual que está entre
bambalinas y cuyos integrantes serian todos los ciudadanos (como en la polis griega)
contrarias al régimen rosista. Son ellos los encargados de dar la palabra al ensayista
Sarmiento que efectúa las reflexiones"para desatar [el] nudo que no ha podido cortar la
espada, estudiar prolijamente las vueltas y revueltas de los hilos que lo forman, y buscar
en los antecedentes nacionales, en la fisonomía del suelo, en las costumbres y tradiciones
populares, los puntos en que están pegados"9.
Si consideramos este párrafo final de la "Introducción", que, como dijimos más arriba, es
netamente reflexivo, aquí se marca el ritmo de la prosa de todo el segundo bloque del
texto. El límite entre las dos partes que lo componen está señalado por el cambio
lingüístico-estilístico, significado fundamentalmente por el ritmo, la sintaxis y el
vocabulario.
Esta segunda masa estructural adhiere a los conceptos de George Steiner quien en su obra
La muerte de la tragedia manifiesta que "la sintaxis de la prosa encana la función central
que las relaciones causales y la lógica temporal desempeñan en los procesos del
pensamiento corriente"10.tal como hemos visto en el trozo leído previamente.
Entonces, ahora corresponde contraponer el tono lírico-trágico, tal como aparece en el
primer bloque estructural de esta "Introducción", del famoso pasaje que comienza así:
"¡Sombra terrible de Facundo, voy a evocarte, para que, sacudiendo el ensangrentado
polvo que cubre tus cenizas, te levantes a explicarnos la vida secreta y las convulsiones
internas que desgarran las entrañas de un noble pueblo! Tú posees el secreto:
¡revélanoslo!"11.
Como acabamos de observar, el tono elevado, enfático, imprecatorio y vocativo ha creado
la atmósfera trágica que ensalzará la figura del héroe, transformado en mito. George
Steiner confirma este "efecto de distanciamiento" —como diría Bertold Brecht, del que
hablábamos al comienzo de esta exposición— cuando dice que "el verso [¼ ] es límite
primordial entre el mundo realzado de la tragedia y el mundo de la existencia
ordinaria"12.
Si bien aquí no hay estrictamente versos en el sentido técnico del término ("tener metro o
rima o una pauta de repetición formal"13), sí hay una elevación "del discurso por arriba
del habla corriente con fines de invocación, adorno o rememoración", como también
manifiesta Steiner, ya que, además, "lo poético es un atributo [y] el verso [¼ es sólo] una
forma técnica"14. Por todo ello, y si como afirma Jacques Morel en La tragédie "le conflit
tragique est toujours celui de l’humain et du divin"15 ("el conflicto trágico es siempre el de
lo humano y el de lo divino"), el empleo de ese lenguaje elevado,
"modelado con más nobleza y complejidad que el nuestro [de cada día] nos impone una
distancia respetuosa [¼ y adquiere] una magnitud especial"16,
que es, según creemos, aquella que se dirige hacia lo sagrado.
El tema puede ser continuado, aunque sea en el análisis de connotaciones de toda índole,
desde la "Sombra terrible" —como un espectro, un espíritu o una figura fantasmagórica,
tales como las que aparecen en varias escenas del teatro shakespeariano— hasta el tema
del "secreto", motivo que obsesiona a las heroínas de la tragedia raciniana. Pero nos
detendremos aquí, ya que creemos que, en realidad, en la historia fáctica, Don Domingo
Faustino Sarmiento ha sido, también él, como una duplicación de sus personajes heroicos,
un héroe, y su areté consistió en haber vencido a "la Esfinge Argentina"17: la Ignorancia.
Pero, a pesar del final feliz —y esto lo aleja ilusoriamente del fatalismo trágico— el tiempo
no ha pasado en vano, desgraciadamente. Parafraseando a Nietzsche y a Mircea Eliade, el
mito del eterno retorno ha hecho que el tiempo circular —e irónicamente
"postmoderno"— engendrara al nuevo "monstruo que nos propone el enigma"18,
nuevamente trágico, que es el de la educación argentina actual. ¿Y qué salida
propondríamos aquí y ahora, ante semejante situación —valga el término trágico—
"patética"? Creemos que, para ello, Don Domingo nos ha legado la clave, el mensaje
esencial, a través de sus obras y lo invocaremos, parafraseándolo de esta manera,
diciendo: "¡Sombra sagrada de Sarmiento voy a evocarte! Tú posees el secreto revelado:
tus libros. ¡Argentinos, leámoslos!"
Conclusión
No cabe duda que el texto de Sarmiento "pone a prueba la capacidad de selección y de
organización del lenguaje mismo, cuando éste se ordena en esas unidades de discurso más
largas que la frase a las que podemos llamar textos"[11]. Donde el acto de narrar está
marcado por su carácter temporal, se desarrolla en el tiempo y bajo un contexto: el
territorio de la pampa argentina que ocupa las dos quintas partes del territorio nacional,
donde naturaleza y hombre (el gaucho) representan todo lo contrario a lo que la ciudad
puede ofrecer, a mediados del siglo XIX.
Civilización y barbarie, en este caso, son experiencias que tienen como referente común la
historia y la ficción centralizadas básicamente en un solo PROBLEMA, el de la ficción, el de
la historia y el del tiempo. En el relato las acciones de naturaleza y gaucho no son fines en
sí mismo, sino como referentes para explicar el retraso que puede enfrentar la República
Argentina para anidar los preceptos de la modernidad. Esta es la raíz de inteligibilidad de
la obra literaria, donde el discurso narrativo establece los acontecimientos de la acción, y
estos, a su vez, se desarrollan en un marco configurativo. Vida y narración como
elementos complementarios que permiten comprender mucho más intensa y claramente
la comunidad productora y la comunidad receptora en el texto estudiado, y la voluntad de
verdad que el contiene.
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