Anda di halaman 1dari 5

“El amor de Dios”

Hay muchos paradigmas y pensamientos incorrectos respecto al amor.


A veces nos concentramos más en las palabras que en las acciones y
nos volvemos demasiado sentimentales.

Entonces nos ofendemos por cualquier cosa y necesitamos que nos


digan constantemente cuánto nos aman. Claro que decirlo es
importante, pero demostrarlo es mucho mejor.

Así que debemos aprender a manejar nuestros sentimientos y


sentimentalismo. En el deporte, por ejemplo, vemos que hay rudeza
entre los jugadores y muchas veces el entrenador ofrece las
instrucciones con palabras directas, incluso agresivas, pero nadie se lo
toma como una ofensa personal. Por el contrario, en la iglesia, donde
supuestamente debemos estar convencidos del amor de Dios y de los
hermanos, nos ofendemos por cualquier cosa. Esto debe cambiar en
la medida que aprendamos sobre el verdadero amor.

Jesús nunca le dijo directamente a alguien “te amo”, pero lo demostró


con su vida. Lo que sí pidió fue que nos amáramos unos a otros como
Él nos ha amado, así que expresó con palabras y obras que nos
amaba, aunque no abrazaba constantemente a las personas.

Ser cariñoso y romántico es bello. Al inicio y al final del día debemos


abrazar a nuestra esposa e hijos, diciéndoles: “Ven acá, dame mi
abrazo”. Amarlos y demostrárselos con palabras y acciones. Pero a
veces nuestra convicción sobre el amor de alguien es tan débil que
necesitamos más de las palabras y cariños que de las acciones
concretas. Entonces vemos esposas que se deprimen si el esposo no
les dice constantemente que las ama y si ellos se lo dicen, ¡ellas piden
que se los juren! Ese tipo de conductas revelan una gran inseguridad.

No ahogues a tu pareja con exigencias, mejor dedícate a amarla y


verás que recibirás lo mismo a cambio. Además, ama sin condiciones
o manipulaciones. En la iglesia sabemos que la expresión: “Quiero
decirte algo en el amor de Cristo”, significa que nos dirán algo
desagradable para lo que debemos prepararnos. No utilices el amor
de Dios para manipular a las personas, expresa lo que debas decir en
tu nombre, no en nombre del Señor.

Jesús vino a romper el paradigma del amor que debe expresarse más
con palabras que con acciones. Él nos enseña que el verbo amar debe
complementarse con circunstanciales como: fidelidad, lealtad y
respeto. Cónyuges, padres, hijos, amigos, todos debemos conjugar el
verbo amar con esas expresiones concretas que lo hacen realidad.

El amor de Dios es eterno


Jeremías 31:3 nos dice: "De lejos Yahvé se le apareció: «Con amor
eterno te he amado, por eso prolongaré mi cariño hacia ti."

El Señor dice que nos ha dado misericordia, es decir que nos ha dado
la gracia que no merecíamos porque nos ama. En ningún momento
dijo que nos escribirá cartas tiernas y cariñosas o que nos dará un
cálido abrazo. La expresión de Su amor es extendernos las
oportunidades de arrepentimiento por nuestras faltas. Su amor se
concreta en ofrecernos misericordia. Debemos buscar balance al decir
y demostrar el amor. Realmente no amamos si decimos: “te amo”
pero insultamos o maltratamos a la persona querida; la amamos de
verdad si le ofrecemos respeto y atención, aunque tal vez no se lo
digamos.

Probablemente te quejas de algo que no te gusta de tu cuerpo, pero


no le das gracias al Señor por aquello que sí te gusta. Tal vez te
quejas del barrio donde vives, pero no ves que otros están peor y no
agradeces tener donde vivir. El amor de Dios es eterno y nuestra vida
es prueba de ello.
El amor de Dios se corre riesgos
Dios se arriesga a amarnos porque sabe que es posible que en algún
momento nos olvidemos de Él y lo hagamos a un lado. Nuestro Padre
nos bendice a pesar de que al hacerlo, probablemente nos alejemos.
Los padres de familia lo comprendemos porque nos dedicamos a darle
lo mejor a nuestros hijos, aunque sabemos que ellos podrían irse y
olvidarse de nosotros.

Nunca dejaremos de apoyarlos para que crezcan y alcancen sus


metas o evitaremos que tengan éxito con tal de retenerlos a nuestro
lado. Pues lo mismo hace el Señor quien nos bendice, aunque al
hacerlo nos alejemos de Él.

¿Cuánta gente abandona a Dios luego de recibir bendición? Algunos


se acercan en bancarrota y enfermos, pero cuando ya ha sido
sanados, dejan de servir al Señor porque están muy ocupados y no
tienen tiempo. Dios está cansado de ver a su pueblo en servidumbre,
por eso decide bendecirnos y debemos demostrarle que somos
agradecidos, sirviéndole como se merece. No se puede amar sin
riesgos, incluso Dios lo sabe, y vale la pena hacerlo.

Ama a las personas aunque eso implique arriesgarte a sufrir una


decepción. Amar hasta que duela, a veces duele amar, pero es
necesario hacerlo, Dios lo hace, nos ofrece su ejemplo y debemos
imitarlo. Amar, incluso a los enemigos, eso es lo que Jesús nos mandó
hacer.
Dios es amor

1 Corintios 13:4-13 explica: El amor es sufrido, es benigno; el amor no


tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace
nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se
goza de la injusticia, más se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo
cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser; pero
las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará.
Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; más cuando
venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará. Cuando yo
era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño;
más cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño. Ahora vemos por
espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara.

Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido. Y


ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el
mayor de ellos es el amor.

En este pasaje de la Biblia que habla sobre el amor, perfectamente


podríamos sustituir la palabra “amor” por “Dios” y se comprendería
de la misma forma, porque Él es amor, así que Dios es sufrido y
benigno, no es jactancioso ni se envanece, no hace nada indebido, no
se irrita ni guarda rencor, todo lo sufre, todo lo cree y todo lo espera, Él
es el mayor y permanece. ¡Es maravilloso descubrir que Dios es la
esencia misma del amor!

Juan 13:16 afirma: Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha
dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se
pierda, mas tenga vida eterna.

La expresión más grande del amor de Dios es haber dado a Su Hijo


para que tuviéramos vida eterna. Aquel que no ama a sus semejantes
no puede decir que conoce a Dios porque Él es amor. Así que la señal
inequívoca de un verdadero cristiano es amar y entregarse sin
reservas, sin medida y sin condiciones. Si realmente amas, no tendrás
problema con esperar, creer y confiar en tus semejantes, porque el
amor verdadero se expresa de esa forma.

Cuando una persona amada te dice que cambiará su conducta


equivocada, tú debes confiar plenamente en que así será, porque el
amor todo lo espera y esa actitud de fe, tarde o temprano, provocará el
cambio en los demás. Ama a tu familia y a tus semejantes,
demostrándoles que tienes fe en ellos y en su cambio positivo.

El amor de Dios es extremo porque es eterno, te amó desde siempre y


hasta el fin de los tiempos, no lo dudes. Su amor también es extremo
porque se arriesga y no se acaba a pesar de las decepciones. Su
amor es extremo porque Él mismo es amor y es capaz de entregarse
sin medida. Su amor es tan inmenso que podría ser difícil
comprenderlo, pero acéptalo, agradécelo, disfrútalo y compártelo.

Abre los ojos a Sus expresiones de amor y decídete a amar con


acciones, más que con palabras. Jesús nos ama tanto que murió por
nosotros en la cruz. No dijo: “te amo”, pero lo demostró con Su propia
vida. Dale gracias por Su amor infinito más allá de todo entendimiento.
Pídele que te ayude a imitarle y amar en extremo, sin medida y con
total entrega.

¡CRISTO LOS AMA Y YO TAMBIEN!

Anda mungkin juga menyukai