revelación
Por el Movimiento
16/07/2018 16h09 Actualizado 16/07/2018 16h09
¿Ya paró para pensar que pasas buena parte del día dentro de un lugar
construido? Casa, trabajo, gimnasio, restaurante, mercado. Y, si se vive en las
ciudades -como es el caso del 84,4% de la población brasileña, según el IBGE - el
espacio al aire libre también está marcado por los edificios, característica tradicional
del paisaje urbano.
Invertir en la construcción de edificios verdes, o en la adecuación de edificios
antiguos a nuevas prácticas sostenibles, es uno de los caminos para la creación de
ciudades que ofrezcan más bienestar.
"Todo edificio traerá algún impacto. La cuestión es: ¿cómo hacerlo de manera no
destructiva, que traiga valor a la ciudad, crea espacios urbanos interesantes, y
estimule la convivencia? ", Observa Milene Abla, vicepresidenta y coordinadora del
Grupo de Trabajo de Sostenibilidad de Asbea (Asociación Brasil de las Oficinas de
Arquitectura).
Las edificaciones verdes siguen parámetros que varían según las características de los
proyectos: pueden ser para interiores, para nuevos edificios, para reformas de
edificios antiguos. Los patrones establecidos por órganos del sector o por el poder
público ayudan a organizar los criterios que definen un "edificio verde". En el caso de
que se produzca un cambio en la calidad de los materiales utilizados en la
construcción (como maderas certificadas), la calidad interna del aire, el confort
térmico, y la ubicación y el transporte cercano, por ejemplo.
Una construcción verde puede tener o no una certificación. El proceso es voluntario,
es decir, la persona o empresa responsable del edificio debe solicitar el sello y
adecuarse a las directrices que él establece. "En la práctica, las certificaciones
facilitan abordar la cuestión de la sostenibilidad, porque estipulan estándares, crean
un proceso, y también son una validación de esas prácticas para el edificio que las
adopta", explica Milene.
Áreas verdes
Además de ayudar a escurrir el agua de lluvia, la presencia de vegetación también
crea espacios de respiro en las construcciones y en las ciudades. Son alternativas para
evitar el efecto "isla de calor", común en las grandes ciudades. En las áreas
construidas, hay un aumento del calor provocado por el concreto. "Incentivar la
implementación de áreas verdes de diferentes formas, ya sea en techos verdes o en
paredes verdes, disminuye esa retención de calor", explica Milene Abla.
Otro punto importante es la recuperación de una biodiversidad natural. Utilizar
plantas nativas, adaptadas al sitio, ayuda a reanudar el ecosistema de la región. Una
planta exótica no tiene el mismo efecto. "Una planta exótica puede convertirse en un
jardín muerto, porque ningún pájaro de la región va a posar allí, por ejemplo. Si un
ave que está cruzando San Pablo para ir hasta la Sierra de la Cantareira percibe una
planta nativa, ella para. "Entonces tenemos la reanudación del bioma", observa Felipe
Faria.