Seminario

Concepciones pedagógicas, políticas educativas y sujetos de la

EDJA

Equipo EDJA unipe

Trayectoria educativa de Florencia (Egresada FinEs)

Estos son fragmentos de la historia de Florencia, egresada del FinEs.

Tiene 38 años, 3 hijos y enviudó hace cinco años.

“Esto del colegio también era algo pendiente. Yo empecé un CENS de

noche hace mucho tiempo. Hice primer año, dejé en segundo y era
como que me quedaba algo pendiente. Y ahora quiero ser gestora,
entonces necesito la secundaria, me enteré del Plan FinEs y me vine a
anotar. Igual yo primer año lo hice en otra sede de FinEs, después dejé
porque me hice celíaca, o soy celíaca, entonces eso a veces me trae
trastornos de… hoy estoy bien y mañana no. Y después, bueno retomé
acá”.

“Yo trabajo en mi casa, hago trabajos manuales, soy serigrafista pero no

puedo porque los químicos me hacen mal. Como soy celíaca... (…)
Aprendí serigrafía, tengo muchos cursos hechos. Sé hacer ramos de
novia, bueno muchas cosas... Pero lo que más me gusta es serigrafía, yo
siento que es lo mío. Empecé en un taller. Me contrató una señora que,
bueno, fue mi patrona y me ocupaba de hacer eso, pintar. (…) Ahora yo

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estoy cobrando el plan, el universal de mis hijos, viste, el universal por
hijo, y el plan FinEs. Yo soy una chica de una cooperativa. ¿Por qué?
Porque es difícil con mi enfermedad. A mí no me toman en blanco en
cualquier lado, estoy medio en el limbo con eso. Porque es una
enfermedad crónica y tampoco me corresponde una pensión. Y yo soy
muy sensible a esa enfermedad. Vos por ahí me ves bien ahora y
mañana... no me puedo ni levantar. Entonces que me tomen en blanco
en un trabajo es difícil, es difícil que entiendan. (…) Y en la cooperativa
estoy con los cursos de capacitación de lo que es lo laboral. Estoy en
plomería. Yo lo hice, ahora tengo que esperar, te dan el kit. Después
está albañilería, electricidad… Yo soy de Ellas Hacen. Primero se
estudia, después es una capacitación de trabajo, son 6 carreras, son 6
carreras, son 6, sintetizadas así ya te dije plomería, albañilería,
electricidad, desagües, son 6 cosas. Y después de eso la cooperativa se
encarga de lo que es barrer la calle, o te mandan a pintar escuelas, o te
mandan, según la cooperativa en la que vos estás. Eso se encarga la
cooperativista que maneja el trabajo del grupo”.

(…)

“Yo acá empecé en segundo año porque yo primero lo hice en otro lugar.
Después dejé por una cuestión de mi salud. Y después quise volver a
retomar porque la verdad es que a mí me gusta el programa FinEs.
Cuando llegué arranqué el primer cuatrimestre de segundo año.
Faltaban cuatro clases para terminar. Yo me puse a la altura de los
otros, hice todos los trabajos y ya tenían casi todo cursado. Me pidieron
mucho trabajo práctico. Y rendí oral también porque como yo entraba,
las faltas no me daban. Viste que es el 70%, bueno, tuve trabajo extra.
Porque tuve que compensar y ponerme a la altura de todos los demás
porque tampoco es justo para todos los demás...”

“Yo tengo mis hijos adolescentes así que todo el tiempo,

constantemente, no es que estoy tan desconectada del colegio, mis hijos
van a la secundaria y yo sé lo que es. Entonces no estaba tan ahí, como
veo gente que hace mucho que no estudia y están como “uy, ¿y esto qué

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es?”. Y es lo mismo que antes, solo que tiene otra dinámica y se enseña
distinto, pero es lo mismo”.

“Acá los profesores son accesibles y dan bien la materia. Aunque son 16
clases, cada programa, si uno pone el interés de aprender está
buenísimo. Lo que pasa es que no todos vienen en el grupo con esa
intención, hay gente que pone intereses y hay gente que no pone, es la
verdad… Uno viene acá a estudiar. Bah, yo no me llevo mal con los
profesores. Que me cueste una materia más que otra es una cuestión
también de cómo es el profesor. A mí me costó matemática en segundo,
pero no era que el profesor era malo, era que no le entendía su manera
de explicar. Yo nunca tuve problemas con ninguna materia. Igualmente
él se dio cuenta porque lo charlamos, yo le dije “la verdad que no
entiendo como vos explicás. Yo me acuerdo que lo hago de mis tiempos,
de mi secundaria y yo lo sé hacer pero no, no te entiendo a vos”. Nada
particular con el profesor. ¿Entendés? Igualmente la cursé lo más bien,
los profesores son accesibles, correctos, nosotros tenemos profesores...
no nos regalan notas, este año sobre todo, eh. Acá no…”

“Ayer agradecí a una profesora porque la verdad es que me enseñaron

un montón. Y más en las materias sociales. Y en las materias políticas.
¿Por qué? Porque uno habla de política y la verdad que a mí la
política… mirándolo de afuera digo “no, política yo no”, y me di cuenta
que estoy equivocada. Que política no es solamente lo que uno ve en la
tele, son muchas cosas. ¿Entendés? Entonces, eso me ayudó a
comprender acá… filosofía que yo nunca había visto, filosofía yo dije
“odio, ¿qué es esto?”. Y me resultó buenísimo. Me gustó, me encantó”.

“Yo creo que en un salón debe haber respeto mutuo. Tanto del profesor
para los alumnos como de los alumnos para el profesor. Hay gente que
no hace eso y no respeta. Entonces cuando la profesora habla, están
cuchicheando, y después no entienden, porque no entienden de lo que
están hablando. Y no sé dan cuenta lo importante que es. A mí me
cargaban acá y es verdad, porque me decían “ella sabe todo”, y no es
así, yo vengo acá la verdad, tengo 40 años casi y yo quiero aprender.

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Quiero seguir una carrera, entonces yo le pongo toda la buena onda y
respeto a cualquier profesor en cualquier materia. Uno tiene que venir y
apuntar a la materia, no al profesor”.

“En las clases, según la materia, por ejemplo, lengua nos tomaron una
lectura, comprensión de lo que es la lectura, nos preguntaban y
nosotros teníamos que responder escrito. Entonces ahí ellos nos
preguntaban si sabíamos lo que eran los verbos, lo que eran los
adjetivos, como para saber en qué nivel estábamos todos. Algunos nos
acordábamos más y otros decían no, no me acuerdo, como para partir
de una base, ¿entendés? Todas las materias hicieron lo mismo, todas
las materias. Filosofía nos daba por ejemplo, no sé, Platón, nos traía
fotocopias el profesor y un trabajo práctico. Algunos profesores toman
evaluación y otros no, informática toma evaluación, otros, un cierre al
final de todo lo que fue el cuatrimestre, un cierre con un trabajo
práctico y al final el cierre de todos los trabajos prácticos”.

“Los profesores a medida que van pasando las clases, ellos se dan
cuenta realmente quién viene a estudiar y quién no, ellos se dan cuenta
hasta la manera de hablar de uno, la manera de expresarse, la manera
de escribir. Hay muchos chicos que bajaban los trabajos de google,
imprimían, pum, y la profesora se da cuenta. Entonces en esa
oportunidad ella se lo decía. No solo ella, todos. La profesora se da
cuenta quién va a venir con intención de copiarse o no copiarse, con
viveza o no viveza y la que realmente va a venir y va a decir “mirá, no
estudié”. Porque yo, por ejemplo, tuve un problema el año pasado que
falleció justo un pariente en la prueba de inglés y la verdad es que yo no
estaba como para hacer una prueba. Entonces vine y hablé con la
profesora, la profesora re jovencita, le dije “la verdad no tengo la cabeza
como para darte la prueba, vengo a darte la cara de que estoy mal y que
no me puedo concentrar en una prueba”. Y me dijo “bueno, ya que
estas acá son 5 preguntas, si vos querés intentálo y si no, no importa,
venís al recuperatorio”. La rendí y la rendí bien, me saque un 9”.

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Entrevistadora: Y ahora que terminaste, ¿qué es lo que te parece a vos
que aprendiste en el FinEs, o sea qué es, con qué cosas te vas, desde el
contenido, desde la experiencia, desde...?

“¿con qué cosas me voy? Sabés que las materias sociales y de política y
eso... Porque yo en la escuela no tuve esas materias en el secundario,
no me acuerdo, sinceramente, no me acuerdo. Yo tenía lengua,
matemática, química, física, cívica, no era tanto lo social. Eso me llamó
la atención, no sé, la problemática social, el desarrollo, comunicación y
medios, los medios de masas... eso me llamó mucho la atención. Yo no
lo había visto en otro lado. Eso me gustó de lo que es el programa, y
bueno, y las otras materias normales. Lengua, matemática, inglés,
informática... “

“Con la constancia de que terminé el secundario yo ya puedo comenzar

allá [en relación al terciario], [Y ese boletín significa] la satisfacción… no
te das una idea. Yo soy feliz con haber terminado el colegio, terminé la
secundaria, ya está, entendés, ya está. Yo con eso siento que hice algo,
es mi orgullo, y se lo enseño a mis hijos. Igualmente ellos están en la
secundaria. Tengo uno en primaria y dos en secundaria. Les enseño
que aprovechen, que estudien, que estudien, que no dejen el colegio, yo
sé que es pesado, que son un montón de años, que llega un momento
que uno dice no quiero más... pero ya que tengo 38 años intento
terminar porque me quiero superar, porque quiero un buen trabajo. A
ver, yo estoy de acuerdo con los planes en un punto pero en otro punto,
no, ¿entendés? Yo quiero trabajar y quiero que se me pague por el
trabajo que hago. Eso es desarrollarme en una carrera. Me hubiera
gustado ser abogada, ser perito criminalista, me hubieran gustado
todas esas cosas, pero gestora me encanta también. Así que arranqué
por ahí y voy a seguir estudiando siempre. (…) Yo te hablo todo, yo no
tengo ninguna vergüenza… A ver, hay que dar oral, yo no tengo
vergüenza, vergüenza es otra cosa. Y también alentaba a las otras
personas. Yo entiendo, mis compañeros decían “no, ¡me da vergüenza!”
“¿Vergüenza de qué? Vos tenés que expresarte, vos tenés que

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expresarte, ¿si no como te van a entender? ¿Cómo van a saber tu
interpretación? Vos olvidáte de todo el salón, mirá a la profesora, al
profesor y como te salga, con las palabras que te salgan…”, y bueno, así
fue.”