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UNIVERSIDAD NACIONAL DE SANTIAGO DEL ESTERO

FACULTAD DE CIENCIAS EXACTAS Y TECNOLOGÍAS


DPTO. DE EDUCACIÓN Y FORMACIÓN COMPLEMENTARIA

HISTORIA DE LA EDUCACIÓN Y POLÍTICA


EDUCACIONAL ARGENTINA

TRABAJO PRÁCTICO N°3: JUAN BAUTISTA ALBERDI

EQUIPO CÁTEDRA:

LIC. DANIELA MISSIO

ALUMNOS:

ABREGU, ESTRELLA

CRUZ, RAMON

PEREZ, SILVIA

AÑO: 2018
Juan Bautista Alberdi

Juan Bautista Alberdi, el inspirador de la Constitución


Nacional y uno de los más grandes pensadores
argentinos, nació en Tucumán el 29 de agosto de 1810.
Su madre, Doña Josefa Rosa de Aráoz de Valderrama,
murió en el parto y el niño quedó al cuidado de su
Biografía (Datos padre, Don Salvador Alberdi. En 1816, mientras
relevantes) comenzaba a sesionar el Congreso de Tucumán,
Alberdi ingresaba a la escuela primaria que había
fundado Manuel Belgrano. A los once años perdió a su
padre, y sus hermanos Felipe y Tránsita se hicieron
cargo de él.
Fue un abogado, jurista, economista, político,
estadista, diplomático, diputado, escritor y músico
argentino, autor intelectual de la Constitución Argentina
de 1853.
Juan Bautista Alberdi murió en París (Francia) el 18
de junio de 1884, ciudad en la que se encontraba
exiliado tras la derrota del general argentino Justo José
de Urquiza.
 Su obra sociológica más importante fue publicada
después de su muerte por iniciativa del gobierno
argentino. El núcleo central de sus reflexiones gira
en torno a la creación de las bases de un derecho
público en toda América Latina. La generación del
'37 Entre sus obras destacan: Sistema económico y
Obras más rentístico de la Confederación (1854), Estudios
sobresalientes económicos (1895) y Ensayos sobre la sociedad
(1898).
(Políticas/Literarias/Ju
 La Constitución de 1853
rídicas) Producida la derrota de Juan Manuel de Rosas como
consecuencia de la batalla de Caseros, el 3 de febrero
de 1852, Alberdi de inmediato se puso a escribir un
tratado sobre la futura constitución argentina.
Esta fue su principal obra a la que denominó las Bases
y Puntos de Partida para la Organización Política de la
República Argentina, tratado de derecho público editado
por la imprenta del periódico El Mercurio, de Valparaíso.
Este libro lo llevó a la fama, tardó apenas un par de
semanas en escribirlo y lo publicó en mayo de ese
mismo año. Meses después lo reeditaría con
ampliaciones, incluyendo un proyecto de Constitución,
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basado en la Constitución Argentina de 1826 y en la de
los Estados Unidos.
En 1853 publicó un tratado complementario de Bases
llamado Elementos de derecho público provincial
argentino.
Todo el ideario Alberdi no tuvo como fundamento el
liberalismo tanto político cuanto económico.

Juan Bautista Alberdi fue uno de los tantos opositores


que tuvo el gobernador de la provincia de Buenos Aires,
Juan Manuel de Rosas. En noviembre de 1838, Juan
Bautista Alberdi se negó a prestar juramento al régimen
del gobernador porteño, enfrentando al régimen rosista
y a la persecución parapolicial de la Mazorca, creada
Figuras por Rosas para reprimir y aterrorizar a sus adversarios.
Se cruzó con Domingo Faustino Sarmiento en una
emblemáticas con polémica ideológica ,limitada dentro del liberalismo,
quienes Alberdi plasmada en las Ciento y una del sanjuanino y las
mantuvo Cartas quillotanas del tucumano. En este debate entre
los dos más importantes argentinos, ambos mostraron
oposición/disputas/ sus dotes de estadistas, sus semejanzas y sus
altercados diferencias políticas. Ambos fueron los padres de la
Constitución Argentina de 1853/60 que culminó con el
poder constituyente originario de ese estado.

Alberdi, al igual que Sarmiento fue un intelectual con


proyección en el campo político y jurídico. En Bases y
puntos de partida para la organización política de la
República Argentina, Alberdi analiza la situación política
y jurídica del país y propone su propio plan para superar
Concepción Política las dificultades que según su visión son un verdadero
e ideas de Nación obstáculo para el progreso de la Argentina. Es decir, en
dicha obra Alberdi, por un lado, diagnóstica los
problemas que a su criterio aquejan al país y, al mismo
tiempo, propone un plan político y una organización
jurídica que en su opinión podrán resolverlos. Vale
mencionar que Bases fue probablemente la obra que
más influyó en la Constitución de 1853. Ahora bien,
¿cuál es el diagnóstico que realiza Alberdi? Alberdi al
momento de escribir Bases entiende que tras la batalla
de Caseros el país se encuentra ante la gran
oportunidad de poder organizarse política y
jurídicamente. Ahora bien, ¿por qué la Argentina debe

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organizarse? Porque de acuerdo a Alberdi el país
carece de una organización política y jurídica. Lo deja
en claro cuando sostiene que:

 La República Argentina carece hoy de gobierno,


de constitución y de leyes generales que hagan
sus veces.

Alberdi realiza un análisis que no se limita sólo a la


República Argentina. Además de contemplar la
Constitución Argentina de 1819 y de 1826, realiza un
análisis conciso de las diferentes constituciones de Sud
América. Alberdi entiende que el derecho constitucional
en Sud América no está en sintonía con la realidad.
Considera que el derecho constitucional en dicha región
es obsoleto porque responde a necesidades de otra
época: la época de la independencia, la época de la
lucha contra el dominio europeo. En Bases Alberdi
entiende que Sud América debe acercarse a Europa
porque la etapa de la independencia ya pasó, ya quedó
atrás y por ende la situación en la que está inmiscuida
es totalmente diferente a la de la época de la
emancipación. Como consecuencia, en su opinión, no
se debería ver al viejo continente como un enemigo
ansioso de conquistas como sucedió en la etapa de la
independencia, por el contrario, habría que verlo como
medio, como un aliado para alcanzar el progreso. Al
respecto manifiesta:

 El derecho constitucional de la América del Sud


está en oposición con los intereses de su progreso
material e industrial, de que depende hoy todo su
porvenir. Expresión de las necesidades
americanas de otro tiempo, ha dejado de estar en
armonía con las nuevas exigencias del presente.
Ha llegado la hora de iniciar su revisión en el
sentido de las necesidades actuales de América.

 La América de hace treinta años sólo miró la


libertad y la independencia; para ellas escribió sus
constituciones. Hizo bien, era su misión de
entonces. El momento de echar la dominación
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europea fuera de este suelo, no era el de atraer
los habitantes de esa Europa temida.

La Constitución de Chile, superior en redacción a


todas las de Sud América, sensatísima y profunda en
cuanto a la composición del poder ejecutivo, es
incompleta y atrasada en cuanto a los medios
económicos de progreso y a las grandes necesidades
materiales de la América española.
Es decir, en dicho caso, Alberdi señala los aspectos
negativos de la Constitución chilena dejando a salvo la
composición del poder ejecutivo.
Luego de haber quedado atrás la etapa de la
independencia, ¿cuáles deben ser las prioridades de los
pueblos sudamericanos según Alberdi? Lo manifiesta
claramente cuando dice:

 Así como antes colocábamos la independencia,


la libertad, el culto, hoy debemos poner la
inmigración libre, la libertad de comercio, los
caminos de fierro, la industria sin trabas, no en
lugar de aquellos grandes principios, sino como
medios esenciales de conseguir que dejen ellos
de ser palabras y se vuelvan realidades.

Alberdi desea que Argentina a través de una nueva


constitución encabece un cambio en América, que a
través de una nueva constitución pueda atender sus
necesidades. Esa nueva constitución para Alberdi
deberá reconocer y garantizar determinados derechos
tanto a argentinos como a extranjeros, es decir, a todos
los habitantes del territorio argentino, pero no a través
de meras promesas sino a través de verdaderas
garantías para de esta manera fomentar la inmigración
que el país tanto necesita. Al respecto sostiene que la
Constitución debe “asimilar los derechos civiles de los
extranjeros, de que tenemos vital necesidad, a los
derechos civiles del nacional, sin condiciones de una
reciprocidad imposible, ilusoria y absurda”[9]. Para
Alberdi esa nueva Constitución, por ejemplo, “debe
reconocer, entre sus grandes fines, la inviolabilidad del
derecho de propiedad y la libertad completa, del trabajo

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y de la industria”.
La inmigración es un tema central en el pensamiento
de Alberdi. De hecho, en varias partes de Bases se
puede observar que la falta de población en los países
de Sud América es una preocupación recurrente en su
pensamiento. Alberdi considera que los países de Sud
América están despoblados, desiertos y que dicha
situación constituye un verdadero obstáculo para que
puedan comenzar a transitar la senda del progreso.
Entonces, piensa que los países de Sud América deben
crear las condiciones necesarias para fomentar la
inmigración y que la inmigración impulsará el progreso
de dichos países. En lo que se refiere específicamente
al territorio argentino, a tal punto considera que la falta
de población es un problema grave que entiende que la
Argentina ni siquiera constituye una nación, es decir, la
falta de población según su pensamiento trae aparejada
consecuencias políticas y jurídicas. Sobre este aspecto
sostiene:

 Con un millón escaso de habitantes por toda


población en un territorio de doscientas mil
leguas, no tiene de nación la República
Argentina sino el nombre y el territorio. Su
distancia de Europa le vale el ser reconocida
nación independiente. La falta de población que
le impide ser nación, le impide también la
adquisición de un gobierno general completo.
En el siglo XIX Alberdi, como Sarmiento, planificó un
proyecto de país. Expresó sus ideas políticas y jurídicas.
Fue un intelectual comprometido con la cosa pública.
Hoy los argentinos quizás deberíamos intentar darnos
un debate sobre diferentes aspectos de nuestra
realidad. En el siglo XIX Alberdi y Sarmiento discutieron
dos proyectos de país. ¿Podremos hacer lo mismo en el
siglo XXI? Hay muchos temas que merecen ser
discutidos. Por ejemplo, debatir sobre qué proyecto de
nación queremos, sobre si debemos iniciar un proceso
de industrialización sostenido a largo plazo o no, y en
caso de optar por dicho proceso de industrialización,
qué tipo de industria deberíamos desarrollar. También
podríamos debatir sobre nuestro sistema de gobierno:
¿deberíamos continuar con el sistema presidencialista o

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deberíamos adoptar el sistema parlamentarista? En
caso de preferir el sistema presidencialista, sistema que
actualmente nos rige, ¿deberíamos dejarlo tal cual está
o introducirle alguna modificación? Obras como Bases,
más allá de coincidir o no con el pensamiento de
Alberdi, nos invitan a reflexionar sobre la necesidad de
discutir un proyecto de país.

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Alberdi y Sarmiento no dista mucho uno de otro.
Ambos políticos buscaban llenar un vacío territorial,
cultural y educativo dejando atrás el legado español.
¿Cuál era el ideal de civilización de Alberdi? ¿Cómo
construir el Estado nacional? ¿Bajo qué criterios? Las
aspiraciones civilizatorias de Alberdi se centraban en
torno a la transformación que debía producirse en
Argentina siguiendo el ejemplo de los países más
desarrollados. Bajo la máxima alberdiana “Gobernar es
poblar” proponía un trasplante poblacional que
reemplazara a la población nativa por la extranjera que
sería más civilizada. Alberdi pretendía fomentar la
educación con el propósito de realizar un trasplante
cultural, orientado a la conformación de la identidad
nacional. La estrategia alberdiana se basaba en
transformar las herencias culturales hispánicas
Ideas y aportes a (heredadas de la colonización) con la llegada de
hombres y mujeres más civilizados de Europa, cuyos
la educación hábitos y costumbres se extendieran a través de todo el
territorio. A esta práctica, Alberdi la llamó educación por
las cosas, estaba convencido de su meta cuando en
Bases expresó que “la educación por medio de las
cosas es el medio de instrucción que más conviene a
pueblos que empiezan a crearse.” A diferencia de
Sarmiento, Alberdi no consideraba que en la educación
primaria se encontraba el punto clave para civilizar al
pueblo, más aun, consideró a esta como maliciosa y de
no formar de manera efectiva a los estudiantes.
La propuesta educativa de Alberdi apuntaba a
sectores sociales con prestigio, el impulso para la
creación de colegios nacionales tenía como objetivo
formar la conciencia moral de los jóvenes, la instrucción
secundaria y la universidad debían ser los pilares de
dicha enseñanza. Como se ha señalado en el apartado
anterior, la instrucción orientada a la industria era
primordial para el crecimiento económico del país,
por ello Alberdi proponía fundar escuelas en áreas
mercantes cuya currícula contemple materias
relacionadas con las ciencias exactas e ingeniería
siendo el principal objetivo proveer a los jóvenes
herramientas necesarias para que apliquen su
conocimiento en aquel modelo de país que soñaba
Alberdi. “La industria es el gran medio de

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moralización. Facilitando los medios de vivir,
previene el delito, hijo las más veces de la miseria y
del ocio.” Queda claro que la asociación de la
moralización enlazada con la concepción religiosa
implicaba el progreso de la república desde la
mirada de Alberdi.
Alberdi lo explica mejor cuando sostiene que
“para civilizar por medio de la población es preciso
hacerlo con poblaciones civilizadas; para educar a
nuestra América en la libertad y en la industria es
preciso poblarla con poblaciones de la Europa más
adelantada en libertad y en industria, como sucede
en los Estados Unidos.”
Consideraba (“Escritos póstumos”) que “la instrucción
es una parte de la educación, pero sólo una parte; la
instrucción es la cultura de la inteligencia; la educación
es la cultura de la voluntad, la formación del carácter, la
composición del temperamento”. Tal era la “doble
cultura” en que residía “la cuestión general de la
educación”. Educación e instrucción, “no sólo no son la
misma cosa, sino que a menudo están separadas y se
excluyen recíprocamente. De ahí los ejemplos infinitos
de hombres perversos y dañinos que son inteligentes e
instruidos, y de hombres ignorantes llenos de bondad y
de cultura en su conducta”. En las “Obras completas”,
hay un párrafo sobre las matemáticas. Decía que “los
estudios matemáticos no son necesarios por la utilidad de sus
fórmulas: semejante interés sería muy secundario. Su
conveniencia viene de que las matemáticas son el mejor medio
de educar nuestras cabezas orientales y españolas en las
prácticas del método, de la lógica y del orden.

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