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REQUISITOS DEL OBJETO EN EL ACTO JUR~DICO


Y LAS CONSECUENCIAS DE SU INOBSERVANCIA

Por la licenciada Ma. del Carmen BACA VILLARREAL

INTRODUCCI~N
El presente estudio tiene como punto central de análisis "El objeto en el
Acto Jurídico", pero, ise podrá realizar el análisis del objeto sin hacer referen-
cia al consentimiento? La respuesta obvia es que no, porque cl objeto, siendo
uno de los elementos esenciales del Acto Jurídico, no tiene razón de ser sin una
voluntad que lo determine, que constituya la otra mitad necesaria para confi-
gurar un Acto Jurídico.
Ahora bien, nos enfrentamos a la determinación del ActoJurídico, frente a
la de Negocio Jurídico, utilizada por los alemanes y los italianos, y cuyo análi-
sis realizaré al inicio de la primera parte, así como señalar la diferencia entre
objeto y motivo o fin determinante y los antecedentes conceptuales del objeto
en el Derecho Romano.
En la segunda parte, presento al objeto tanto, como elemento esencial, co-
mo elemento de validez del contrato, para dar lugar al estudio de las conse-
cuencias jurídicas de no observar los requisitos que debe curnplir el objeto de
acuerdo con nuestra Legislación, que serán materia de una tercera parte.
En la cuarta y última parte se presentarán las conclusiones y propuestas que
en el desarrollo del trabajo cumplirán con las hipótesis del mismo:
1. ¿Es correcto utilizar el término "objeto" tanto para señalar las cosas
como para serialar las conductas que sean materia de una obligación con-
tractual?
2 . ¿No es ilógico que se utilice el término "imposibilidad jurídica", si la ley
debiera serialar lo que es posible conforme con ella?

MARCO CONCEPTUAL

ACTO J U R ~ D I C O

Se define el Acto Jurídico como "una manifestación de voluntad hecha con


la intención de engendrar, modificar o extinguir un derecho".'
1 Capiiatii Incrr>ducticiii. niirri 210. ritado por H o r a i i <S ~ Cáirrrs. en ' ' M L > ~ P T Iubjeto~
IIIS
<le 1 , ~ relacicín lorídt~.a".R e u ~ l adel (.',decio deAho<adu~d? 10 i'la~n. Tc>rn,,V111, N6rn. 15, JuILD~L.
1965. Arxrntina. Pii: 7 1
12 MA. DEL CARMEN BACA VILLARREAL

Esa voluntad es la que distingue un Acto Jurídico de un Hecho Jurídico,


pero en el derecho alemán, italiano y español, a lo que nosotros llamamos Ac-
to Jurídico, ellos le llaman Negocio Jurídico:
Raúl Ortiz Urquidiz cita a Federico de Castro y Bravo que al respecto se-
ñala:

. . . El termino negocio jurídico (traducción del alemán "RECHTGS-


GESCHAFT") se debe, . . . a la doctrina alemana del siglo xix.El vocablo "nego-
tium" se encontraba en los textos romanos y en los del antiguo Derecha espafiol, pe-
ro usado mn tanta variedad de sentidos que parecía inservible para el lenguaje téc-
nico jurídico. Por ello, no se introduce directamente en la ciencia jurídica sino des-
puCs de haberse dado especial relevancia al término de acto juridico; entonces se
empleará la frase negocio jurídico para nombrar un tipo especial de actos jurídicos
(negotium, contractum, sinallagma).

El mismo Ortiz Urquidi señala que la aclaración estriba en que el negocio


es una especie de género acto y éste a su vez una especie del género hecho.3
No es materia de este estudio ahondar en las diferencias y exactitud de estos
términos pero bástenos aclarar que no estamos errados cuando utilizamos el
término Acto Jurídico para señalar aquellos actos que se celebran con la inten-
ción de producir consecuencias de derecho, porque de nuestra legislación civil
así se desprende.
El Artículo 1859 del Código Civil para el Distrito Federal señala:
Las disposiciones legales sobre contratas serán aplicables a todos los comercios y a
otros actos jurídicos, en lo que no se oponga a la naturaleza de Cstos o a disposi-
ciones especiales de la ley sobre las mismos.
De aquí que para efectos nuestros, lo que los pandectistas alemanes dieron
en llamar negocio jurídico, sea en realidad y apegado al texto legal, el acto
jurídico.
Ahora bien, este acto jurídico d a lugar a una relación jurídica entre deter-
minados sujetos con un objeto, también determinados, que va a consistir en
un "deber a cargo de los sujetos de ella, se observa un cierto
comportamiento" .'
EL OBJETO

En el presente estudio del análisis del Objeto en el Acto Jurídico, lo hare-


mos a partir del objeto en las obligaciones y en los contratos, porque en
nuestro sistemajurídico, la obligación en su forma específica de contrato se ha
determinado como el tipo del acto jurídico, basándonos en el Artículo 1859 ya
citado.
2 Orfiz Urquidi, Raúl. Dnrrlio C i d , Ed. Porrúa, México, 1982, Pág. 236 y siguientes.
3 Op. cit. Pdg. 227.
4 Galindo Garfias, Ignacio. Dnnho Civil. Ed. Parrúa. México 1982, Pág. 236.
Pero no se puede hablar de objeto sin incluir a la voluntad, porque para que
éste exista se necesita de una voluntad que lo determine y lo constituya, y tan
es así que por cjernplo el Código Civil de la República de Chile5 inicia el tema
del objeto con el Artículo 1460 que a la letra dice "Toda declaración de volun-
tad debe tener por objeto una o más cosas que se trata, hacer o no hacer. El
mero uso de la cosa o su tenencia puede ser objeto de la declaración". Los
artículos siguientes que hablan del objeto lo mismo que éste, pertenecen al
apartado "De los actos y declaraciones de voluntad".
El objeto de una obligación es la conducta que se pretende obtener, una
conducta específica que puede consistir en una prestación o una abstención y
las cosas sobre las cuales recae la conducta.

El obeto como conducta xmnieral

Para Ortiz Urquidi el objeto directo o inmediato del negocio jurídico es la


producción de consecuencias jurídicas que consisten en crear, transmitir, mo-
dificar o extinguir derechos y obligacione~.~
Otros autores entre los que se encuentra Bejarano Sánchez,' señalan que
determinar esa conducta general como objeto directo del contrato y por tanto
de la obligación, es inútil e inexacto porque entonces todos los contratos
tendrían el mismo objeto.
La dificultad surge porque al no hacerse la aclaración se tiene por entendi-
da, se abstrae de la letra del Artículo 1792 del Código Civil vigente, y lo que sí
se aclara se da en los artículos siguientes."

El objeto como conducta especfica

En este apartado, los autores sí concuerdan que una obligación tiene por
objeto una prestación o una abstención.
Para el maestro Galindo Garfias. . "el objeto. . . está constituido por el
deber a cargo de los sujetos de ella, de observar un cierto ~omportamiento".~
Para Roberto de Ruggiero ". . . que una persona se obligue con respecto a
otra a dar, hacer o no hacer algo, toda manifestación o forma de la actividad
humana puede ser objeto de la ohligacióri".'"

Bello. Andris, Cidzqo Ciutl dt lo H,púhltcu de ('lizlr. Ministerio dc Educación. Caracas. Vctic~
zurla. 1955. P i s . 394 y siguicnces.
1, Op. ctl. Pág. 2 R 7 .
Rqaran<>Sánrhir. M a r i i i r l . Ohliy<irionr., Ciiizlr,. 2a Edición. Erl. Harla. México. 19112 I'ig.
68.
<:Ir (:Zdi,qoC ~ t ' ipl r o ti U i i l r r l o I<edera/ . Arr. 1 7 9 2 .
"p. P i s . 236.
rtr
"1 Kusgierii. Robcrio dr Innaunim~.r& U n r i h o Ctiitl Traduccirin d r l a .&a. Edic. Italiana por
a S S S S i i . E .R . M i l . 1'131 Pd$. 30.
14 MA. DEL CARMEN BACA VILLARREAL

De aqui podemos determinar que el objeto de una obligación es una presta-


ción o una abstención, es decir, que puede consistir una conducta de dar, ha-
cer o no hacer.
Articulo 201 1 del Código Civil, señala que en las obligaciones de dar, la
prestación de cosa puede consistir: 1. En la traslación de dominio de cosa cier-
ta. 11. En la enajenación temporal del uso o goce de cosa cierta; y 111. En la
restitución de cosa ajena o pago de cosa debida."
De este artículo se desprende claramente que el objeto es una conducta.
Ahora bien, por lo que corresponde a las conductas de hacer o no bacer, el
Articulo 1827, que más adelante analizaremos en profundidad, señala que el
hecho positivo o negativo, objeto del contrato, debe ser: 1. Posible, y 11.
Lícito. A este respecto, en lo que corresponde a las obligaciones de hacer o no
hacer, la legislación se maneja de manera negativa, pues en el Artículo 2027 se
menciona que si alguien se obliga a prestar un hecbo y no lo hace, el acreedor
tiene el derecho de pedir que a costa de aquél se ejecute por otro, cuando sea
posible la ~ustitución,'~de la misma forma si no lo hace como se convino, tiene
el acreedor derecho a pedir que se deshaga lo mal hecbo. La primera parte de
este articulo viene a complementar el 1829 que dice que no es imposible el
hecho que no puede ejecutar el deudor pero sí otra persona en lugar de él.'=
Roberto de Ruggiero categoriza las prestaciones, según sea que den naci-
miento, vida o extinción a las obligaciones, de la siguiente manera:"
A) Positivas o negativas, que consisten en un dar o en un hacer o en un no
bacer.
E) Simples y complejas, si se trata de una sola prestación o de varias, rela-
cionadas de tal forma que si no se observan todas la obligación no se tiene por
cumplida. Asimismo, también puede una misma prestación varios objetos
cuando una persona deba dar varias cosas o realizar varios actos.
C) Duradera o transitoria si se requiere que la acción o la omisión se agote
en un solo momento, o bien, que se prolongue o renueve de manera continua.

La cosa como objeto del contrato

Si determinamos que el objeto de una obligación es una conducta positiva o


negativa, la cosa vendría a ser objeto indirecto de ésta, pero la mayoria se trata
a propósito de los contratos, y el Articulo 1824 determina que son objeto de los
contratos: 1. La cosa que el obligado debe dar y 11. El hecho que el obligado
debe bacer o no bacer, colocando conductos y cosas en un mismo plano.15

11 Cfr. Cádipo Ctutl. . . Ari. 2011


12 Cfr. Código Ciuil. . . Articulo 2027.
15 Cfr. CÓdt@ Ciuil Art. 1829.
ir op &t. pag. 34.
15 Cfr. Cddiyo Ciuil. . Aniculo 1824.
La diferenciación se hace en los artículos 1827, ya citado, y el 1825 que se-
ñala que la cosa objeto del contrato debe: lo. Existir en la naturaleza. 20. Ser
determinada o determinable en cuanto su especie. 30. Estar en el comercio.16
Para Boffi Boggero" el objeto del acto jurídico puede tener dos acepciones:
el fin inmediato u objero que se propone el agente, y el contenido u objeto de
ese objeto que pueden ser cosas, hechos y derechos.

DIFERENCIA ENTRE OBJETO Y MOTIVO O FIN DETERMlNANTE

El último párrafo del apartado inmediato anterior, nos da lugar a aclarar la


diferencia entre el Objeto y el motivo o fin determinante, también llamado
causa de los contratos.
La diferenciación nos parece sencilla: para descubrir el objeto de una obli-
gación, de un contrato ha de formularse la pregunta iQué debo? y para en-
contrar el motivo o fin determinante, la pregunta ¿Por qué debo?
Trataré de explicar esto a través de un ejemplo sencillo:
A la primera incógnita, en un contrato de arrendamiento, la respuesta
sería: pagar la renta; a la segunda pregunta, la respuesta sería: porque celebré
un contrato de arrendamiento. Más profundamente, es la causa de la celebra-
ción del contrato, la pregunta seria ¿por qué un contrato de arrendamiento y
no otro contrato?, con las posibles respuestas de: porque no tengo dinero para
comprar el bien, o, porque el dueño del bien no quería prestármelo sin costo,
o porque, simplemente,

EL OB.JET0 EN EL DERECHO ROMANO

Para los romanos el objeto de la obligación siempre consiste en un acto y los


jurisconsultos romanos le llamaron a éste por medio de un verbo: Facere, que
nombraba a cualquier acto, aunque fuera una abstención, a lo cual PauloS8
sentenció: Facnc oporiere el hanc signiftcationem habet u1 abrtincat quir. . .
Junto con esta fórmula general, se manejarán en tres categorías los distintos
actos que podrían constituirse en obligación:
A) Dare. Que se utilizaba para transferir la pnipiedad de la cosa o constituir
un derecho real, sin incluir la donación que tenía su propio nombre: donare.
B) Pr<i~stare.Cuando se procuraba el disfrute de una cosa, pero sin consti-
tuir un derecho real.
C) Focere. Para localización de cualquier otro acto o aún para abstenerse.

'6 C f r . C a i p Czud . Arriculu 1825.


" APL'U Cáceres. Horacio S.
I H nuoii P ~ t i r .Euse~ir.Tratodo rúrnrnlol de Derecha Romano Edil. Naciond. México, 1969.
Pás. $14.
16 MA. DEL CARMEN BACA VILLARREAL

El maestro Margadant'g señala que además de esta categorización, podía


consistir el acto en un nonfoccrc o tolerare.
Como la obligación en el derecbo que se trata, tenía por objeto un acto del
deudor obligado personalmente, ni aún cuando ese acto consista en Dare,
transfiere por medio de la obligación ni la propiedad, ni ningún otro derecho
real, porque el deudor solamente efectuar esa transferencia en los modos espe-
ciales para eUo.
En el derecho antiguo la mancipatw y l a i n j w c ccssio eran los procedimientos
o modos que tenía el propietario para transferir voluntariamente su propiedad
a otro; la tmdiiw, de la época de Justiniano, era la entrega de una cosa que
hacía el propietario a otra persona con la intención de ambos de que ésta se
convirtiera en propietaria de la cosa.
Se decía:z0 "tradirionibus. . . dominia rerum, non nudis paclis, transfnuntur': es
decir, que el dominio de las cosas se transfiere por la tradición. . . "no por nu-
dos pactos", o sea, no por el solo contrato, que sólo producía la obligación.
El Derecho Romano, con claridad señalaba la separación entre derechos rca-
les y derechos de crédito u obligaciones, no solamente por sus características
distintas, sino por la forma en que cada uno se constituía y las acciones desti-
nadas a sancionarlos.
El derecbo de crédito, en el derecbo romano, es un derecho contra una per-
sona, el deudor, que le permite al acreedor exigir un hecho de aquél, y sólo es-
te deudor está obligado a satisfacer la prestación determinada.

Los elementos del Objeto, que nos hemos dado en llamar requisitos, por-
que se requiere del objeto determinadas características y cualidades, cumplen
con dos funciones:
A) En primer término las circunstancias en las cuales dotan al acto jurídico
de existencia.
B) En segundo término, las que dan lugar a la validez de los actos jurídicos.
En este orden realizaremos el análisis del objeto como elemento del Acto
Jurídico.
Cabe hacer la aclaración de aue la mayor carea de la existencia del Acto lu-
ridico por el objeto recae sobre las cosas, y la validez, sobre los actos, o con-
-
ductas objeto del mismo Acto.

19 .Margadant S., Guillermo F. EIDencho Romno f i a d o . Ed. Esfinge. México, 1986. Pág.
341.
20 Borja Soriano. Manuel. Tconá Gmrroldc lar Oblifacioncr. Ed. Porrúa. México. 1985. Pág.
140.
OBJETO DEL ACTO J U R ~ D I C O 17

Para que se pueda considerar existente un acto, éste debe tener dos elemen-
tos: Una manifestación de voluntad y un objeto.
Como ya aclaramos antes, el tratamiento que daremos al objeto tendrá co-
mo punto de apoyo la regulación que de él se hace en materia de contratos.
Así, el artículo 1794 determina que para la existencia del contrato se re-
quiere: 1. Consentimiento y 11. Objeto que pueda ser materia del contrato.2'
Para que el objeto cumpla con los requisitos necesarios para dotar de exis-
tencia al acto jurídico, debe:
1. Ser posible en la naturaleza.
2. Ser determinado o determinable en cuanto a su especie.
3. Estar en el comercio.
4. Ser posible jurídicamente

La primera parte del artículo 1825 del Código Civil vigente señala la posi-
bilidad de existir la cosa o b j e t ~en la naturaleza, y el 1827 la posibilidad dcl hecho
en compatibilidad con las leyes de la naturaleza a lo que se llania posibilidad fí-
sica.
En primer lugar parece muy conveniente la aclaración que Giuseppe
BrancaZ2hace con respecto a la posibilidad, pues señala que es muy distinto
hablar de prestación posible y de objeto posible (considera a éste como la
cosa). Sobre la primera dice que la prestación al momento de la obligación no
es importante que exista.. . pero Quesílo es al cum~lirsela condición o al vencer
el plazo para ella (llamada posibilidad superveniente), y que la posibilidad no
ha de confundirse con la actualidad; asimismo, señala que la posibilidad debe
ser absoluta, por razón de la prestación.
Con respecto a la posibilidad del objeto, señala que no es necesario que la
cosa ya exista al momento de la celebración del acto porque son posibles las
obligaciones, por cosas futuras, no existentes todavía.
Este criterio puede aplicarse al sistema que hemos venido empleando, sobre
el nivel que en nuestra legislación ocupan como objetos del Acto Jurídico, tan-
to los hechos como las cosas, porque el mismo artículo 1826 señala que las co-
sas futuras pueden ser objeto de un con~rato.~'
Ahora bien, como nadie puede obligarse válidamente a hacer algo impo-
sible o a entregar una cosa que no existe físicamente o no va a existir, esta im-
posibilidad debe ser absoluta, ya sea que el hecho que el obligado ha de reali-
zar o no, no pueda ser naturalmente efectuado ni por él, ni por otra persona

21 Cfr. C,ki,*iyoCiuzi. Articuio 1794.


Rrarira. C;iurrl>l>r Iriiiiiiuione~dc Brirrho U>uado Ed. Pr~rrúa.~ é x i c o .1979. pág. 253.
m Cfr. Cidir" Ccoii . Articulo 1826.
18 MA. DEL CARMEN BACA VILLARREAL

en sustitución de 61; o porque la cosa por naturaleza propia no sea o no pueda


llegar a ser.
Una situación completamente distinta es aquella en la que la cosa objeto de
la obligación pudiendo llegar a ser (una cosecha) no llegue a constituirse, por-
que entonces se tendrá la obligación, siendo válida, por no hecha, porque la
realización de 6sta quedó subordinada al nacimiento o a la producción de la
wsa.
En el derecho romano la imposibilidad física del objeto podía dar lugar a
que el deudor se defendiera con el impossi bilium nulla oblrgatio est, de Celso.2'
Además, se consideraba, al lado de la posibilidad física, que el objeto fuera va-
lorable en dinero, para que pudiera existir acción para defender el derecho.
En el Código de 1884, en el artículo 1304, se determinaba que la cosa obje-
to del contrato debe ser física. . . posible, y no será considerado como física-
mente imposible, sino aquello que lo sea de un modo absoluto, por razón de
la cosa.
Del Código vigente en el artículo que ya mencionamos, se desprende que
las cosas físicamente imposibles son aquellas que no pueden existir en la natu-
raleza.

El articulo 1825 del Código Civil vigente señala la determinación o deter-


minabilidad en cuanto a su especie a la cosa objeto del contrato.
La necesidad de regular la determinación de la cosa objeto, obedece a la ne-
cesidad de evitar que el deudor de la obligación pueda liberarse realizando una
prestación sin valor. o con un valor mínimo en comparación con la contrapres-
tación25
El Código de 1884 señalaba en el artículo 1306 que: "Son legalmente im-
posibles. . . 111 Las cosas cuya especie no es ni puede ser determinada".
La determinación de la cosa obieto del contrato. no es necesaria al momen-
to de la celebración, pero sí deben aclararse las circunstancias en las cuales se
determinará. Por utilidad pragmática, la cosa objeto del contrato debiera al
momento de la celebración de &te, ser determinada en su individualidad, aún
y cuando pudiere darse el caso de cosas futuras.
Al respecto Baudry-Lacantinerie et Barde,z6 señalaba que cuando la cosa
que constituye el objeto de la obligación no es fungible, está forzosamente de-
terminada en cuanto a su individualidad, y que la especie no es más que una
limitación del género, pero la limitación debe ser bastante precisa para que el
vínculo de la obligación sea serio.
En el derecho romano se consideraba como vicio del objeto un exceso de
vaguedad, es decir de indeterminación, o la imposibilidad de determinarlo.
24 Op nr. Pag. 342.
25 Ga~demct,Eugene. Teoría Gmcroldr lar Obli~o&ncr. Ed. Porrúa. México, 1974. Pág. 107.
Bmja Soriano, Manuel. Op. cit. Pág. 143.
26 A P U D
También es importante, además de la especie, la calidad de la cosa, porque
al no ser ésta determinada se puede dar lugar a que el deudor entregue una co-
sa de calidad distinta a la esperada por el acreedor, aún y cuando el valor de la
prestación de éste, se haga suponer la calidad de la cosa que ha de recibir. No
consideramos exce~ilioel que la legislación pudiera con&mplar la calidad como elmunto de
la determinación o dctmninabilidad de la cosa objeto independientemente dc que el artículo
2016 hablo dc entregar una cosa de mediana calidad
Con respecto a la conducta objeto no hace la legislación aclaración alguna,
tratándose del contrato, de que aquélla debe ser determinada, pues sólo seiia-
la, como ya comentamos, la posibilidad y se regulan las conductas en los apar-
tados específicos de cada tipo de contrato.

Comncialidad del oqieto


El artículo 1825 del Código Civil menciona en.su última parte que la cosa
objeto del contrato debe estar en el comercio.
En el Código de 1884, el artículo 1306 señalaba: "Son legalmente impo-
sibles. . . 1 Las Cosas que están fuera del comercio, por la naturaleza o por
disposición de la Ley".
Nótese que se cambió la regulación de un precepto negativo a uno positivo,
y que el complemento al citado artículo 1825 lo encontramos en los siguientes
artículos: Artículo 747: "Las cosas pueden estar fuera del comercio por natu-
raleza o por disposición de la Ley", Artículo 749: "Están fuera del comercio
por su naturaleza los que no pueden ser poseídos por algún individuo exclusi-
vamente, y por disposición de la ley, las que ella declara irreductibles a pro-
piedad particular".
De los artículos anteriormente citados, que pertenecen al apartado relativo
a los bienes en general, podemos deducir que aquellos bienes que no pueden
ser poseídos en exclusividad por un individuo (el mar, la luz del sol) están por
su naturaleza fuera del comercio, asimismo aquellos bienes que la ley declara
irreductibles a propiedad particular son los bienes de uso común y los que es-
tán destinados a servicios públicos.
Consideramos que estas aclaraciones podrían incluirse en el texto legal, ya
como ampliación o bien referenciar el artículo 1825 con e! 747, 748 y 749.
Por lo que respecta a la incomerciabilidad de las cosas, Ferrara señala: "la
incomerciabilidad es sustracción al régimen jurídico privado en la totalidad de
sus relaciones, incapacidad de tomar parte del patrimonio. Así, hay cosas que
están en el patrimonio individual, pero de las cuales la transmisión está irnpe-
dida o limitada, sea en interés general, sea en interés de determinadas perso-
nas especialmente protegidas o por razones parti~ulares".~'
Conviene aclarar que el uso del término "comercio" no tiene el sentido de
hacer alusión a los actos de comercio regulados por el Código de Comercio, si-
20 MA. DEL CARMEN BACA VILLARREAL

no se refiere a la susceptibilidad de las relaciones jurídicas, por tanto,


aquellas cosas que están fuera del comercio no son susceptibles de ser objeto de
un contrato.

Posibilidadjurídica

En el apartado anterior sólo hablamos de las cosas susceptibles de estar en el


comercio, porque los hechos por su naturaleza propia no pueden estarlo, pero
al hablar de posibilidad iurídica s í hemos de referirnos tanto a las cosas como a
los hechos.
Hemos dejado en último lugar este requisito del objrto del contrato porque
engloba las consideraciones anteriores.
El Código de 1884 señalaba en su artículo 1304 que la cosa objeto del
contrato debe ser física o legalmente posible; en el 1305, que no será conside-
rado como físicamente imposible sino aquello que lo sea de un modo absoluto,
por razón de la cosa; y en el 1306 que son legalmente imposibles las cosas que
están fuera del comercio.
En el Código vigente la posibilidad jurídica de las cosas está en razón de
que existan en la naturaleza o puedan existir, de que sean determinadas o de-
terminable~en cuanto a su especie, y que estén en el comercio, para que pue-
dan ser materia de un contrato. Asimismo, señala que para que los hechos
puedan ser posibles jurídicamente deben ser compatibles con una ley de la na-
turaleza o con una norma jurídica que deban regirlo necesariamente y que no
sean un obstáculo insuperable para su realización (Art. 1828).
La doctrina, para simplificar la explicación de la posibilidad jurídica, ha op-
tado por la utilización del término imposibilidad jurídica, y señala que la impo-
sibilidad jurídica no es la transgresión de la ley, sino lo que según la ley no
puede existir porque es contrario a los supuestos lógico jurídicos de la
misma.z8
Ahora bien, si el objeto del contrato es imposiblejurídicamente, el acto no na-
cerá y por lo tanto no podrá producir ningún efecto.
La tendencia del legislador es elaborar preceptos negativos. Consideramos
mucho más sencillo que se señalaran las circunstancias en las cuales se consi-
dera a la conducta objeto del contrato, posible, pudiendo agregarse esto en la
fracción 1 del artículo 1827, lo que haría más clara la situación porque de la
manera en que actualmente se encuentra, la redacción nos reduce a lo que no
es, pudiendo señalarnos lo que debe de ser, porque las cosas no sólo son en la
medida en que se diferencian de otras, sino que también son por característi-
cas propias, y en lógica, nos parece más acertado determinar primero las cosas
por sí mismas, y luego por las circunstancias en las cuales no son.
Si la cosa objeto cumple con lo señalado en el artículo 1825 y el hecho obje-
to del contrato, es de acuerdo a la modificación que proponemos, posible, no
necesitamos de enunciarlo a contrario, sino que se explica por sí mismo.
28 Zbidrm. P6g. 145.
OBJETO DEL ACTO J U R ~ D I C O 21

Consideraciones doct~inales
No consideramos en la exposición incluir algunas características del objeto
que determinados autores han señalado de manera aislada, y que para no de-
jar fuera de este estudio, a continuación mencionamos.
Siguiendo al derecho romano se señala que el objeto de una obligación debe
constituir para el acreedor una ventaja apreciable en dinero, porque de no eje-
cutarse el acto prometido, el acreedor no tendrá otro recurso que el de obtener
daños y perjuicios.
Esto es adecuado, por ejemplo por el maestro Gaudemet,Zqque señala que
el objeto debe ser útil, es decir, debe dar lugar a una ventaja par;%el acreedor el
comportamiento del deudor. Además, señala que no es necesario la apre-
ciación pecuniaria que viene del derecho romano, porque es bastante con que
la ventaja sea de interés moral, y se ejemplifica con la estipulación en favor de
tercero, en la que una persona ~ u e d eestipular en favor de un tercero, la pres-
tación que deberá observar otra persona, por tanto el promitente queda obli-
gado hacia el estipulante, aunque éste no tenga interés pecuniario en la presta-
ción porque ésta se realizará en beneficio del tercero.
Horacio L. Cáceresl" llama idoneidad del objeto a la reunión de las
características que éste debe tener para ser capaz de dar lugar a la creación de
un acto jurídico.

EI. OBJETO C O M O ELEMENTO DE VALIDEZ DEL ACTO J C R ~ D I C O

El objeto de un acto jurídico además de ser un elemento necesarísimo para


que éste exista, es un elemento que puede dar lugar a la validez del mismo en
una situación determinada: La licitud del objeto.
Al referirnos a este aspecto del objeto el tratamiento se concretará a los ac-
tos, porque las cosas no pueden ser lícitas, sino las conductas que tengan una
cosa como materia, para la realización de la prestación contenida en el Acto
Jurídico
De la misma forma en aue hicimos el análisis del obieto como elemento de
existencia de un contrato, lo realizaremos como elemento de validez, con la
legislación vigente sobre la materia como punto de apoyo.
Actos lícitos
El Código de 1884, en el artículo 1280 señalaba: "Es lícito lo que no es
contrario a la ley o a las buenas costumbres". El Código vigente cambió la
licitud por la ilicitud y señala en su artículo 1830: "Es ilícito el hecho que es
contrario a las leyes de orden público o a las buenas costumbres", en el
artículo 1795 se menciona que el contrato puede ser invalidado cuando el obje-
to sea ilícit<i.ll
2'3 0p iil Pág. 106.
'lo op ,,l. Pá,. 81
cfr c x a~ ~ i i ~, ~ ~
A ~ L Í C U I C I1795
22 MA. DEL CARMEN BACA VILLARREAL

Por tanto la licitud del objeto, no es un elemento de existencia del contrato,


sino de validez, pues siendo éste posible, de ser ilícito daría lugar a la nulidad,
ya absoluta, ya relativa, según lo disponga la ley, de acuerdo al artículo 2225
del Código vigente.32
En el caso de actos imposibles, no se Uega a crear la obligación objeto del
contrato, sin embargo, los actos ilícitos sí pueden darle vida al contrato pero
vician la vida de éste.
Por tanto, no es suficiente que exista un obieto en el contrato, y. que. aquél
sea posible, sino que es necesario además que sea lícito, que en contrario a lo
que establece el artículo 1830, son aquellos que van conforme a las leyes de
orden público o a las buenas costumbres.
Abelardo Levaggi,3' menciona que junto al problema de la licitud del obje-
to de los contratos está vinculada históricamente la figura de la usura. En
Roma se llama usura a los intereses que se agregan a un capital debido, por es-
tar estipulado o por mora, y al comienzo de la República se moderó la tasa de
los intereses. A principios del siglo 11, Caracalla prohibe la capitalización de los
intereses, y en el siglo rv los padres de la Iglesia condenan el interés producido
por el dinero, llamado usura, como contrario a la caridad, sosteniendo que la
única fuente lícita de riqueza es el trabajo y que el dinero, por símismo, es es-
téril ("ptcunia pccuniam parcre non potcst": el dinero no puede procrear dinero).
Más adelante en el tiempo, en el siglo xi los prestamistas, para evitar la ilici-
tud, simulan en ventas, prendas y letras de cambio a los préstamos, sin embar-
go los judíos sí dan sus bienes a usura pues el Pentateuco se las prohibe entre
sí, pero no con extraños. Acursio, que era un conocido usurero escapó a la
prohibición distinguiendo a la usura, del simple interés, en razón del riesgo y
el lucro cesante y dio inicio a la tendencia moderna a separar el interés (objeto
lícito) de la usura (objeto ilicito). En el tiempo de las ideas económicas libera-
les del siglo XIX se empezó a configurar el criterio de que los intereses, aún
siendo elevados, deben liquidarse si las partes lo convinieron, y la norma que
se invoca para limitarlos en la de la causa ilícita.

Actos ilícifns

La ilicitud del objeto del contrato, tiene su base en el artículo 1830, ya cita-
do. Un acto ilicito puede, efectivamente realizarse, ser posible, pero al conver-
tir la ley o las buenas costumbres, vicia la existencia del acto jurídico.
A partir de la clasificación de las leyes en permisivas o supletorias, probibi-
tivas, preceptivas o imperativas, veremos en contra de cuáles se configura el
acto ilícito, así como la consideración que del acto se hace cuando va contra
las buenas costumbres.

Cfr. Código Ciuil. . , Articulo 2225.


32
Levaggi, Abelardo. Historia & Dcrcchar & lar Obligarionrs, C ~ n t r o f o *Cosas,
33 ~ Ed. Permt. B .
Ains, Argentina, 1982, P6g. 29.
OBJETO DEL ACTO JURIDICO

Actos contra leyes pcrmisiuar o rupletoriar

Las leyes supletorias son aquellas que operan cuando los contratantes no
han expresado su voluntad y determinan los efectos de los contratos.
Se les llama permisivas también porque permiten que la voluntad de las
partes determine efectos del contrato, pero de no ser así, suplen la voluntad y
los determinan.
Contravenir una ley permisiva o supletoria no constituye un acto ilícito,
porque la misma coloca a la voluntad por encima de ella
Por ejemplo, el artículo 2121 del Código Civil vigente permite que los
contratantes aumenten o disminuyan convencionalmente los efectos de la evic-
ción, y aún convenir en que ésta no se preste en ningún c a ~ o , ~ ' en
s i un contra-
to se pactare que no se responderá de la evicción, aún y cuando va en con-
tra del artículo 2120, no se constituirá un acto ilícito.35

Actos contra @es prohibitivas

Una ley prohibitiva regula las relaciones sociales reprimiendo la voluntad


. .
de los oarticulares en aauellos casos en aue ~ u d i e s eésta dañar el orden v con-
vivencia social, pero la prohibición ha de ser expresa y no presumible.36
Por lo tanto, aquellos actos que contravengan leyes prohibitivas serán
ilícitos, pero con respecto a estas leyes existen diversos grados de ilicitud:
A) Si el objetivo de la ley es proteger un interés general, de orden público, el
acto ilícito tendrá como sanción la nulidad absoluta.
E) Si la ley prohibitiva protege intereses particulares determinados a ciertas
personas, la sanción para el acto ilícito es de nulidad relativa y el acto se
destruye sólo a petición del afectado.
C) Si la ley prohibitiva tutela el orden social, pero de la celebración del acto
se derivan consecuencias de derecho que necesitan también protegerse, es más
grave anular el acto que tolerar sus efectos."
A este respecto, Ferrara señala:3B". . el acto ilícito, en sentido técnico,
resulta de la contradicción de una declaración de voluntad con una Ly prohibi-
tiva perfecta. Dícese en sentido técnico, porque en general toda violación de la
prohibición puede considerarse como una ilicitud, pero este concepto forma
un significado específico para aquellas prohibiciones dictadas por un alto inte-
rés social y que tienen por fundamento la defensa de la seguridad jurídica".

M Cfr. C ó d t ~ oCcutl , Artículo 2121


'"Cfr. C&go CCII , Artículo 2120.
" Recordemos que al inicio del estudio señalamos que el objeto de un acto jurídico va indiso-
lublemcnte ligado a la voluntad. por tanto siendo ésta la que determina a aquél, en nuestra expli-
cación la aclaracinn no es necesaria.
3' Gutiérrez y Gondlrz, Erncsto Derecho de iai Ohli,goooncr Edii. Cajica. México, 1980. Pág.
262.
38 A ~ U Op.
U " t . Pág. 149
24 MA. DEL CARMEN BACA VILLARREAL

Actos contra leyes impnatiuas o preceptivas


Las leyes imperativas o preceptivas, ordenan el cumplimiento de conductas
determinadas aue interesan más directamente a la sociedad oue a los oarticu-
lares, o en otras palabras, prohiben a todos los individuos derogarlas impo-
niendo su voluntad.
Estas leyes ordenan o prohiben algo, por lo tanto contravenirlas, convinien-
do una conducta contraria a ellas, constituye al efectuarse un acto ilícito.
Actos contra las bumar costumbres
Conforme al artículo 1830, son ilícitos los actos contra las buenas cos-
tumbres, pero no se señala qué se debe entender por éstas.
Ya que el derecho es un producto de la convivencia social y que la sociedad
plasma en aquél lo que considera que debe ser lo mejor para la convivencia
pacífica de la colectividad, es obvio que la ley, expresión material del derecho,
se niegue a proteger contratos que tengan por objeto una conducta inmoral.
qué deberemos entender por "buenas costumbres"?
Según R. Demogue, las buenas costumbres no se determinan por un ideal
religioso o filosófico, sino de conformidad con los hechos y con la opinión
común.'g
Ripert dice que entre la regla moral y la regla jurídica no hay diferencia
alguna de dominio, de naturaleza y de fin."
Renard proclama la identidad fundamental de la Moral y del Derecho."
Consideramos que la fuente del ideal jurídico de no tuular actos inmorales no
sea la más importante, lo que realmnte es trascendente es que la sociedad, m su vida
común, dctmnina colectiuamcnte lo que es buno, y lo que no lo es, por tanto quedan
bien establecidas las buenas costumbres.
Ahora bien, el hecho de que se repitan los actos inmorales no los convierte
por esto en costumbre o en actos lícitos, porque de ser así, la colectividad,
toda, cambiaría su conceptualización de las cosas y no se llamaran inmorales.
Por tanto, mientras la sociedad no cambie los actos inmorales en morales,
aún y cuando aquellos se repitan, debe la ley sancionarlos. A final de cuentas
los actos inmorales serán siempre de excepción, ya sea que lo hayan sido desde
siempre o sean de determinación reciente.
Existe una regla de contenido moral, que se refleja en el campo del Derecho
procesal, pero que nos parece conveniente comentar brevemente.
La regla: "Nmo auditur própuiam turpitudinm allegans", que significa que
cuando se ha realizado un acto ilícito o inmoral, no puede una de las panes,
invocar este carácter, ni para exigir el cumplimiendo de las obligaciones que se
derivan de dicho acto, ni para repetir el monto de la prestación que hubiere
efectuad^.'^
39 A ~ u Op.
o $1. Pág. 88.
APUO Op. "1. Pág. 152.
41 Ibidrm.
42 Bonnecaie. Julirii. Elrmnlor de Dnecho Ciuil. Cárdenas Editores. México. 1985. Pag-.
OBJETO DEL ACTOJURÍDIC<> 25

La máxima anterior, no está en nuestra legislación civil aplicada, pero sí se


contempló que el que hubiere obtenido un beneficio de la realización de un
acto inmoral no se quede con dicho beneficio, sino que se le ha de privar de él
y del total el 50% se destinará a la Beneficencia Pública, y el otro 50% al que
lo entregó, y esto último por haber participado o contribuido a la realización
del acto inmoral, Artículo 1895 del Código Civil vigente.'l

CONSIDERACIONES

La doctrina concuerda en que el objeto de un contrato son las cosas y las


conductas, pero personalmente consideramos que es más correcto llamar a
la conducta, objcto del contrato, y a la cosa, rnattria del objeto, por la dificultad
que se presenta de estar haciendo la declaración entre, cómo debe ser la cosa
objeto y cómo debe ser la conducta objeto del contrato, lo que puede observar-
se claramente en el capítulo que aquí concluye.

CONSECUENCIAS DE LA INOBSERVANCIA
DE 1.0s REQUISITOS DEL OBJETO E N EL ACTO J U R ~ D ~ C O

El que no cumpla el objeto con los requisitos necesarios para darle existen-
cia al Acto Jurídico da lugar a la inexistencia del último, y si no se observan los
requisitos de validez del Acto puede ser anulable o nulo.
La división tripartita de considerar que los efectos del Acto Jurídico por
inobservancia de los requisitos de existencia y validez dan lugar a la inexisten-
cia, a la nulidad relativa o a la nulidad absoluta, tiene su origen en la teoría
clásica.
A continuación haremos el análisis de las consecuencias de la inobservancia
de los requisitos del objeto en el Acto Jurídico, en primer lugar la inexistencia
y en segundo lugar de las nulidades.

El Acto Jurídico puede ser inexistente tanto por la falta de objeto, como por
lo que se ha dado en llamar la imposibilidad jurídica del objeto.

Incxisimcia por falta de objeto

Se considera que el acto es inexistente, de acuerdo con el artículo 2224 del


Código Civil vigente, por la falta de objeto que pueda ser materia de él.
Cfr. C&fQo Civri . Artículo 1895.
26 MA. DEL CARMEN BACA VILLARREAL

Conforme con el Artículo 1825 de la legislación de la materia, y en concor-


dancia con el 2224 el acto puede ser inexistente si:
A) La cosa objeto del contrato no existe en la naturaleza, ni puede llegar a
existir, y esto último se desprende del artículo 1826 que señala que las cosas
futuras pueden ser objeto de contrato.
Para ilustrar el primer caso, si se celebra un contrato de compra-venta con
un pegaso como cosa objeto de la obligación, el acto es inexistente porque el
objeto no existe en la naturaleza ni puede llegar a existir. Si por ejemplo, se ce-
lebra un contrato de compra-venta sobre una cosecha, y no se lograse ésta, la
promesa se tendrá por no hecha, porque no existe cosa objeto del contrato.
B) La cosa objeto del contrato no puede ser determinada o determinable en
cuanto a su especie, es decir, se requiere que se conozca o se pueda llegar a co-
nocer, porque no es necesario que se determine al momento de la celebración
del contrato, pero deben quedar establecidos los criterios por los cuales se
determinará.
Cuando la cosa objeto de la obligación no es fungible, está forzosamente
determinada en cuanto a su individualidad.
C) La cosa objeto del contrato no está en el comercio aún y cuando exista
naturalmente y sea determinado, el hecho de no poder ser susceptible de apro-
piación exclusiva, determina que este objeto no existe y por tanto el Acto
Jurídico es inexistente.
Las circunstancias de incomerciabilidad de las cosas, las señala la ley, y en el
Código Civil vigente,
. del artículo 747 al 749, se mencionan cuáles son éstas.
(~ág.-20)
En estos tres casos se determina que no existe el objeto, por Ic tanto el acto
es inexistente, pero dentro de esta situación de inexistencia están los actos im-
posibles que pueden ser:
A) La conducta objeto del contrato que no es compatible con una ley de la
naturaleza.
B) La conducta objeto del contrato que no es compatible con una norma
jurídica.
En ambos casos, además, deben la ley natural y la norma jurídica regular
la conducta necesariamente y no ser un obstáculo insuperable para su reali-
zación.
Para el primer inciso, un ejemplo sencillo sería que alguien se obligara por
medio de un contrato a dejar de respirar por un tiempo determinado. Lo ante-
rior no es ~osible,dado que por una ley natural, una persona para vivir nece-
sita respirar.
Para el segundo inciso, el ejemplo seria que alguien se obligara en un
contrato a ser esclavo de otra persona, permanentemente o por tiempo deter-
minado. Nuestra Carta M a m a señala en su artículo 20... que . en nuestro país
está prohibida esclavitud, por lo tanto la conducta objeto del contrato, es
incompatible con una norma jurídica, y además no existe regulación, Iógica-
mente, para esa prestación.
En todos los casos anteriores, el Acto Jurídico es inexistente por falta de
objeto, por lo tanto, de acuerdo con el artículo 2224 del Código Civil vigente,
no produce efectos legales, ninguno, y no puede ser confirmado, ni valer por
prescripción, y puede la inexistencia invocarse por todo interesado.
No ser confirmable, quiere decir que aunque las partes acepten las conse-
cuencias y los efectos del acto, para la ley estos efectos y consecuencias no exis-
ten porque el acto no nació a la vida jurídica, y por lo tanto un acto que no
existe legalmente no puede tener efectos. ¿Cómo defender los derechos de un
hijo que aún no ha sido concebido? Es tal el caso de los actos inexistentes, no
son ni siquiera concebidos por la legislación, no fueron y por lo tanto no son.
No pueden valer por prescripción significa, que el transcurso del tiempo no
dará lugar a que el acto exista jurídicamente, pues si no se reconoce legalmen-
te el objeto, ni aún cuando pasaran muchos años podría éste existir.
Los Actos inexistentes legalmente, pueden tener efectos o consecuencias
pero sólo como si fueran hechos materiales, pero para el derecho no existen.
Pueden los actos inexistentes invocarse por todo interesado porque, aún y
cuando la legislación respeta los acuerdos de voluntades, no puede permitir
que las personas que obliguen a cosas o conductas que no pueden por determi-
nación de ley o por naturaleza existir, todo aquel que tenga interés en que al
acto no se reconozca existencia puede solicitarla. Por ejemplo, en el caso con
el que explicamos la contravención a una ley de la naturaleza, la madre, o la
hija, o la esposa, o cualquier persona que se entere que alguien se obligó a de-
jar de respirar, puede invocar la inexistencia del acto para que no pueda el
deudor ser obligado a cumplir, aún y cuando él esté de acuerdo en hacerlo.

Por GnposibiIidadjurídica del objeto

Como señalamos en el apartado 1.1.4, la posibilidad jurídica de las cosas y


de los hechos obietos de un contrato está en función de su concordancia con lo
previsto en los artículos 1825, 1827 y 1828, ya citados.
De aquí que si las cosas objeto de un contrato no existen en la naturaleza,
no son determinadas o determinables, o no están en el comercio, el acto es ine-
xistente porque no son las cosas susceptibles de constituirse en objeto de un
contrato.
Al contrario, si los hechos objeto de contrato no van de acuerdo con el
artículo 1828, es decir, si son compatibles con las leyes naturales y con las nor-
mas jurídicas y están regulados por éstas, pueden constituir el objeto del
contrato y darle existencia.
Sostenemos la posición de utilizar el término "posibilidad jurídica" en
lugar del de "imposibilidad jurídica" porque si algo no es porque la ley deter-
mine en qué circunstancias lo es, para qué señalar en qué situaciones no es.
Por tanto, si las cosas o los hechos objeto del contrato no son conformes a la
ley, el acto es inexistente.
28 MA. DEL CARMEN BACA VILLARREAL

La nulidad, a diferencia de la inexistencia, consiste en que el Acto Jurídico


sí nació pero su existencia está viciada, porque va contra leyes de orden públi-
co o contra las buenas costumbres, de acuerdo con los artículos 2225 y 1830
del Código Civil vigente.

Por s n el objclo ilícito

Se entiende por objeto ilícito, aquella conducta objeto del contrato que va
contra el tenor de las leyes.
De acuerdo con el articulo 1795 del Código Civil vigente, el contrato puede
ser invalidado porque su objeto sea ilícito, y el artículo 2225 determina que la
ilicitud en el objeto del acto, produce su nulidad ya absoluta, ya relativa,
según lo disponga la ley.4'

Nulidad absolua

La nulidad absoluta de un Acto Jurídico, da lugar a que se destruyan retro-


activamente los efectos que produjo hasta que el juez la pronuncie. Así lo seña-
la el artículo 2226 que aclara la nulidad absoluta no puede impedir que el acto
produzca provisionalmente efectos. Hasta que sea pronunciada por el juez y
que de ella puede prevalerse todo interesado, y que no desaparece por confir-
mación o prescripción'5 (estos conceptos ya se explicaron en el apartado rela-
tivo a la inexistencia).
Ahora bien, los actos contrarios a la ley pueden ser de interés general o pri-
vado.
Si los actos contrarios a leyes que protegen, intereses generales o a las
buenas costumbres, la nulidad que se determinará a aquellos actos, será abso-
luta.
En el apartado 11.2.2.2,señalamos los grados de ilicitud que pueden tener
los actos que tienen como objeto una conducta ilícita, por ir contra leyes prohi-
bitivas y mencionamos que serían afectados de nulidad absoluta, aquellos que
vayan contra la protección de intereses generales de orden público.
Por ejemplo, si una persona por medio de un contrato se obliga a privar de
la vida a un tercero, a cambio de una suma de dinero, este Acto Jurídico será
nulo absolutamente, porque es de interés general proteger el orden público y
evitar que so pretexto de una obligación contractual se prive de la vida a las
personas.
Además, la anulación del acto tendrá como efecto que la entrega de cosas, o
la realización de hechos dé marcha atrás y que deban las partes instruirse

44 Cfr. Código Civil. . Anículo 2225.


45 Cfr. Código Ciuti . , Artículo 2226.
mutuamente lo recibido o percibido en virtud o por consecuencia del acto anu-
lado; así lo señala el artículo 2239 del Código Civil vigente.'I6

Nulidad relariua

La nulidad relativa o anulabilidad, a diferencia de la nulidad absoluta,


siempre permite que el Acto Jurídico produzca provisionalmente sus efectos,
en tanto éste se confirme.
La nulidad relativa opera en aquellos casos en que la ley protege intereses
particulares, o bien le faitan al acto algunos otros elementos de validez como
son la capacidad, la ausencia de vicios del consentimiento y la falta de forma
establecida por la ley; esto último se desprende a contrario del artículo 1795
del Código Civil vigente."
En el primer caso señalado en el párrafo anterior, es necesario que la perso-
na que ve afectados sus intereses solicite al órgano jurisdiccional la anulabili-
dad del acto para quc pueda privársele de efcctos.

JURISPRUDENCIA

Es importante señalar que la Suprema Corte deJusticia de la Nación ha es-


tablecido criterios específicos para el manejo de la inexistencia, la anulabilidad
o nulidad relativa y la anulación, o nulidad absoluta.
A ) En la tesis relacionada con jurisprudencia 199185, de número 197, del
Ramo Civil, se señala que la d ~ f e m c i aentre la inexistenciay la nulidad es mcramnte
I P , , ' I Z T ~ .p o r q u ~
C I I rralidad r n .iqiiilliis i asos cri qur I;i inrxistcniia rt obvia por
l.tli.l i I < . i,Iy<.ri,. iciirii ; i t i i i . r i r i . i.1 (:i;ilici, ('i\ i l liis tn~:j~tt.~;~
( 8 1 1 1 1 < 1 niilid;idr\. t . i n i i i >

son los siguientes casos:


1 . La transacción sobre sucesión futura (Artículo 2950).
2. La venta de cosa ajena (Artículo 2270).
3. El contrato rentavitalicia si la persona sobre cuya vida se constituye ha
muerto antes de su otorgamiento (Artículo 2779).
Comentario: Efectivamente en el primer caso la inexistencia es obvia, por-
que el mismo artículo 1826 señala que la herencia de persona viva no puede
ser objeto de contrato, aún cuando ésta preste su con~entimiento.'~
En el segundo caso es comprensible la nulidad y no la inexistencia, porque
el artículo 2271 permite que se revalide el contrato, si el vendedor, antes de
que ocurra la evicción adquiere la propiedad de la cosa vendida, por cualquier
título l e g í t i m ~ . ' ~
En el tercer caso, al morir la persona de cuya vida dependía el contrato, an-
tes de que fuera otorgado, deja al contrato sin una parte del objeto.
+b Clr. Códz,~~ .
Cwil . AnícuIu 2239.
Cfr. Códtgo aoct ., Artículo 1795.
48 Cfr. Códip Ci~il. , AnicuIo 1826.
'' Cfr. Cidip Ciuii. .. Anírulo 2271
30 MA. DEL CARMEN BACA VILLARREAL

B) En la Tesis Jurisprudencia con número 197, del Ramo Civil, se señala


que la nulidad absoluta es inconfirmable y perpetua, a diferencia de la nulidad
relativa que puede confirmarse, sin embargo en ambas el acto produce provi-
sionalmente sus efectos, los que se distribuirán retroactivamente si se declara
la nulidad absoluta.

CONCLUSIONES Y PROPUESTAS

Conclusiones

Se define el Acto Jurídico como una manifestación de voluntad hecha con


la intención de engendrar, modificar o extinguir un contrato.
Se utiliza en nuestro sistemajurídico el término "Acto Jurídico" porque la
doctrina después de analizar su diferencia con el de "Negocio Jurídico"
concluyó que éste es un tipo especial de Acto Jurídico.
Se estudia el objeto de un Acto Jurídico, en materia de contrato, porque se
ha determinado que la obligación contractual es el prototipo de los Actos Jurí-
dicos.
La voluntad y el objeto del contrato, son elementos que no explican su exis-
tencia el uno sin el otro.
El objeto de una obligación contractual es la conducta que se pretende se
observe, por tanto, las cosas son materia del objeto del contrato y no materia
directa de él.
El objeto como elemento de existencia de un contrato son: A) Las cosas que
existen o pueden existir en la naturaleza, son determinados o determinables, y
está en el comercio. B) Los hechos posibles por leyes naturales y Normas Jurí-
dicas que los regulen y no sean obstáculos insuperables para su realización.
Se llama imposibilidad jurídica del objeto a la situación de que no cumpla
éste lo establecido por la ley.
El objeto como elemento válido de un contrato lo constituyen los actos lícitos.
Si el objeto no cumple con los requisitos de esencia del Acto Jurídico, éste es
inexistente, si por otro lado no cumple el objeto con el requisito de licitud, el
Acto puede ser nulo, de manera absoluta o relativa.
La diferencia entre inexistencia y nulidad es que en la primera el Acto Jurí-
dico no llegó a crearse; en la segunda el Acto Jurídico sí se ha creado pero de
manera viciada.
La nulidad absoluta o anulación, no impide que el Acto Jurídico produzca
sus efectos, pero los destruye, al ser declarada por el juez, de manera retroacti-
va, no acepta la confirmación y opera contra actos que atacan los intereses ge-
nerales del ordpn público.
La nulidad relativa, o anulabilidad puede ser convalidada o confirmada y
permite que el acto produzca provisionalmente sus efectos.
OBJETO DEL ACTOJ U R ~ D I C O 31

J u r i ~ ~ r u d e n c i a l m e n tlas
e diferencias entre inexistencia y nulidad son sólo
teóricas, y ni la nulidad relativa ni la absoluta impiden que el Acto Jurídico
produzca provisionalmente sus efectos.

1 . Con base a la aclaración hecha, de que el objeto de una obligación


ccintractual es una conducta que puede consistir en dar, hacer o no hacer algo,
y que las cosas son materia del objeto, propongo que el artículo 1824 debiera
señalar:
"Es objeto del contrato el hecho que el obligado debe hacer o no hacer"
En el "hacer" queda comprendido el "dar".
2. Ser determinada o determinable en cuanto a su especie y calidad. Estar
en el comercio, conforme con el artículo 748.
3 . En el punto anterior agregué ladetemin~ciónde la calidad, para que quede
protegido el interés del acreedor, d e manera general y no específica como ac-
tualmente se hace en el artículo 2016, que ya no sería necesario.
4 . El artículo 1827 debiera contener lo siguiente: "El hecho positivo o ne-
gativo, ~ b j e t odel contrato debe ser:
1 . Posible, conforme a una ley d e la naturaleza, o con una Norma Jurídica
que deben regirlo necesariamente y que no constituyen un obstáculo insupe-
rablc para su realización.
11. Lícito".
Si la redacción de este artículo fuera como proponemos ya no sería necesa-
rio hablar de imposibilidad jurídica porque se desprende del texto mismo de
la ley.
5 . Con base en lo anterior ya no sería necesario el artículo 1828.
6 . Al hablar de comercialidad de la cosa materia me parece importante que
se referencie el artículo 1825 con el 748 que a su vez conducirízi a l a ampliación
hecha en el 749.

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