EDITORIALES DE AQUÍ Y
DE ALLÁ
Ray Eames y Lina Bo
Bardi. El viaje como
laboratorio
Mara Sánchez Llorens y
Fermina Garrido López
Ediciones Asimétricas
2018
De la nota de los editores de
esta publicación en tapa
blanda, escrita en
castellano, extraemos lo
siguiente:
Una vez puesto en funcionamiento El Tamá cubrió todas las expectativas pasando a ser el más
importante de toda la región, seguido del Aguas Calientes, también de la extinta CONAHOTU,
ubicado en la población de Ureña. Su excelente localización y poderosa imagen moderna hicieron
que se convirtiera en referencia para los habitantes de San Cristóbal, habiendo llegado a alcanzar
la categoría de cuatro estrellas en 1974.
El hotel pasó a manos de Corpoturismo a partir del año 1974 por traspaso de la Procuraduría
General de la República y fue objeto de una remodelación integral en 1988. Tras el proceso de
privatización emprendido por el Fondo de Inversiones de Venezuela en 1991 (quien reportaba para
esa fecha el excelente estado de conservación del inmueble), en 1993 fue comprado por el
Consorcio Integral Andino 92, C.A y funcionó con este consorcio hasta el año 2002. Entre 1992 y
2002, el hotel cae en una profunda crisis financiera debido a que se dejan de pagar los impuestos
correspondientes, creando así una deuda de aproximadamente mil quinientos millones de
bolívares de la época. A esto se le sumaría otra deuda de aproximadamente quinientos cincuenta
millones de bolívares por motivos de liquidación de empleados en el año 2002, cuando decide
cerrar y dejar de prestar sus servicios al publico. Desde ese momento hasta la fecha, el hotel El
Tama pasó a una Depositaria Judicial hasta tanto la deuda fuera cancelada. Tras sucesivos
intentos por rescatarlo y anuncios gubernamentales de que “volverá a brillar para seguir siendo el
templete del turismo tachirense”, El Tamá sigue a la espera.
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