Introducción:
En Argentina, los derechos de los consumidores no formaron parte de la agenda pública hasta
mediados de la década de los 90, cuando el proceso de privatizaciones de los servicios públicos
genero en la sociedad la noción de una identidad colectiva definida por oposición al prestador de
servicios básicos identificado como una “empresa privada”. En este sentido, el individualismo y el
principio de no intervención regían el rol del Estado en las relaciones de consumo, en las que por
hipótesis consumidor y empresario se encontraban en igualdad de condiciones, trajo aparejada
modificaciones en las modalidades de formulación de la oferta y contratación de los mismos. A su
vez las formas tradicionales de contratación, en materia de contratos de consumo, fueron
sustituidas por formas contractuales por adhesión en las que las conversaciones previas entre las
partes contratantes y las cláusulas negociadas cedieron su lugar a cláusulas predispuestas por el
empresario o proveedor que resultaba la parte más fuerte en la contratación.
La primer legislación sobre el tema es la Ley Nacional 24240 de Normas de Protección y Defensa
de los Consumidores (LDC), de 1993, que constituyó un hito central en la promoción de los
denominados derechos de tercera generación, destinada a reglamentar los derechos de los
consumidores plasmados en diversos artículos de la mencionada ley, ofreciendo una mayor
protección frente a las conductas anticompetitivas de los mercados afectando sus intereses
económicos, su dignidad y su buena fe al adquirir un bien o contratar un servicio.
Sin embargo, ello no fue suficiente ya que con el transcurso del tiempo, existía la necesidad de
proteger aun más los derechos de los consumidores, dada la complejidad de los mercados, los
diversos abusos y maltratos de parte de las empresas proveedoras de servicios surgiendo en el año
2008 la primera modificación de la Ley 24240 que fue la Ley 26361, que introduce cambios en la
legislación, incorporándose figuras como el daño punitivo y el daño directo en el artículo 40 bis, lo
que es de importancia ya que proporcionó un cambio sustancial en la defensa de los consumidores
y usuarios.
Esta normativa, es de orden público. Se impone a la voluntad de las partes esdecir, que las partes
no se pueden oponer o renunciar a los derechos y facultades de la norma.Los principios son
específicos porque la interpretación se dirige al consumidor en cuanto a que,es a este a quien
protege. También están las garantías del consumidor en cuánto a los vicios,ya que el que se
beneficia no queda exento de responsabilidad. Encuánto al silencio del consumidor, se tiene
que manifestar fehacientemente; por otro lado es solidaria en cuánto a las responsabilidades.No
es un derecho de excepción pero sus normas son específicas (especiales) y por tanto ante la ley se
prioriza la Ley del Consumidor incluso por encima del las normas del derecho común.Al punto que
en el caso, de las cláusulas abusivas del consumidor se tienen por no escritas,son nulas.
En el año 1994, con la Reforma Constitucional, los derechos de los consumidores adquieren rango
constitucional al ser incluidos en el capítulo II "Nuevos derechos y garantías". Este fue el segundo
gran hito a partir del cual se generó un cambio drástico en el derecho privado: la inclusión de los
derechos de los consumidores y usuarios en nuestra Carta Magna, en su artículo 42, ue instituyó el
derecho de los consumidores y los usuarios a la protección de su salud, su seguridad y sus
intereses económicos, como así también a una información adecuada y veraz, y a condiciones de
trato equitativo y digno. Asimismo, impone a las autoridades la protección de esos derechos
mediante la educación para el consumo, la defensa de la competencia, la calidad y la eficiencia de
los servicios públicos, y la promoción de la constitución de asociaciones de consumidores y de
usuarios, cuya participación será necesaria en los organismos de control.
A los fines de la protección de esos derechos, al igual que los del medio ambiente y los que tienen
incidencia colectiva en general, el artículo 43 habilita la acción de amparo como un medio expedito
y rápido; puede ser ejercida por los afectados, por las asociaciones constituidas a tales fines y por
el defensor del pueblo.
Por último, no podemos dejar de nombrar la reforma del Código Civil de Velez sancionada en
Agosto de 2015, dando inicio al nuevo Código Civil y Comercial de la Nación, que regula los
contratos de consumo en los arts. 1092 a 1122, pero NO DEROGA la Ley 24.240 de Defensa del
Consumidor.
Todas estas normas amparan, protegen y defienden al consumidor, que es el más débil en
larelación de consumo.
Derechos Colectivos: Derecho del Consumidor:
Normativas:
Constitución Nacional:
Conforme a la reforma de 1994, la constitución nacional ha incorporado los llamados derechos de
“tercera generación”, denominados como “derechos colectivos”, en la parte de “Nuevos derechos y
garantias”, en los que se destacan los derechos al medio ambiente y los relativos a derechos del
consumidor y de los usuarios.
En el artículo 41, establece que todo habitante tiene el derecho a gozar de un ambiente sano, y el
deber de preservarlo para generaciones presentes y futuras, a través de acciones que protejan el
medio ambiente, y de sanciones para quien lo dañe.
En cuanto al Estado, además de sancionar normas que obliguen a la preservación, y de dictar
castigos, debe dar informacion y educación ambiental.
Por su parte la protección de usuarios y consumidores, se sitúan en el artículo 42 de la
constitución, surge para subsanar la desifualdad existente en la relación comercial con el
proveedor o prestador de servicios (considerada la parte fuerte o dominante).
Este artículo incluye DERECHOS Y GARANTÍAS. Establece proteccion del consumidor, las garantías a
los competidores, y la transparencia del mercado. Posibilidad de elección y el derecho a variar de
elección, y mercado leal.
La defensa del consumidor se abre en dos campos: el de los derechos patrimoniales (seguridad de
no sugrir daño, intereses económicos, la libertad de elección, el trato equitativo y digno. La mayor
protección cuando en la relacion de consumo se costituya en la pate mas débil) y el de los
derechos personales (la protección de la salud, la seguridad de no sufrir menoscabo en aquella o
en la vida)
Más precisamente:
Derecho a la vida: "afectado por todos los riesgos y peligros que acechan en los servicios". Ej:
electricidad ( no mencionado en este artículo).
Derecho a la protección de la salud: que los productos alimentarios sean inocuos. También
referido a los medicamentos, no ser utilizados como conejillos de indias.
Comprende la protección de la "seguridad e intereses económicos de los consumidores". Esto es
la integridad psicofísica y el derecho a un ambiente sano, prevención de los daños.
Derecho a una información adecuada y veraz, esto incluye el control del Estado en la relación de
consumo, para impedir los abusos de la publicidad.
También garantiza la calidad y eficiencia de los bienes y servicios.
El amparo de los abusos por ej: en la "letra chica".
Por otra parte no podemos dejar de mencionar que en el art. 43, relativo al amparo, en su
segundo párrafo encontramos que “podrán interponer esta acción contra cualquier forma de
discriminación y en lo relativo a los derechos que protegen al ambiente, a la competencia, al
usuario y al consumidor, así como a los derechos de incidencia colectiva en general, el afectado, el
defensor del pueblo y las asociaciones que propendan a esos fines, registradas conforme a la ley,
la que determinará los requisitos y formas de su organización...”. A través del amparo colectivo se
defienden intereses difusos, que no pertenecen a un sujeto determiado, sino que están
diseminados entre los integrantes de una o varias comunidades.
Ley 24240-26361:
En torno a la LDC, en cuanto a las cuestiones que llevan al analisis de fallos y el trabajo
monográfico, consideramos importantes los artículos que giran en relación al objeto de la norma, y
la relación de consumo, además de la legitimación procesal de las asociaciones de consumidores y
usuarios, es por eso que citamos algunos de ellos:
Art. 1: Tiene por objeto la defensa del consumidor o usuario. aclara que se considerará asimismo
consumidor y usuario a quien sin ser parte de una relación de consumo, como consecuencia o en
ocasión de ella, adquiere o utiliza a título oneroso bienes o servicios como destinatario final; y la
otra a quien de cualquiera manera está expuesto a una relación de consumo.
Art. 3: define a la relación de consumo como el vínculo jurídico entre el proveedor y el consumidor
o usuario.
La ley 24.240 del 93 establecía que la defensa de los consumidores y usuarios estaba basada en
aquellas personas física o jurídica que contratan a título oneroso para su consumo final o beneficio
propio o de su grupo familiar o social. El régimen de protección del consumidor en ésta ley
resultaba contradictorio con la norma constitucional porque mientras ésta extendía su aplicación a
la relación de consumo, la ley lo hacía en el estrecho ámbito del contrato oneroso. Por eso
señalábamos que la ley 26.361 dio un gran paso, en ese sentido.
La nueva ley utiliza un enfoque subjetivo para su aplicación; ya que describe al consumidor como
sujeto protegido y guarda silencio acerca de la aplicación de la relación de consumo, pero éste
resulta aplicable porque la Constitución Nacional lo dispone como área de protección a la relación
de consumo
Art. 52: ...podrán iniciar acciones judiciales cuando sus intereses resulten afectados o
amenazados...En las causas judiciales que tramiten en defensa de intereses de incidencia colectiva,
las asociaciones de consumidores y usuarios que lo requieran estarán habilitadas como
litisconsortes de cualquiera de los demás legitimados por el presente artículo, previa evaluación
del juez competente sobre la legitimación de éstas.
Art. 55: Legitimación. Las asociaciones de consumidores y usuarios constituidas como personas
jurídicas reconocidas por la autoridad de aplicación, están legitimadas para accionar cuando
resulten objetivamente afectados o amenazados intereses de los consumidores o usuarios...
Fallo Inédito:
“Unión de Usuarios y Consumidores c/ Telefónica de Argentina S.A. s/ Sumarísimo”.
La presente contienda negativa de competencia se origina en la demanda que promovió la Unión
de Consumidores de Argentina (asociación civil inscripta en el Registro Nacional de Asociaciones
de Consumidores) en los términos de los arts. 52 de la ley 24.240 y 51 de la ley 25.156, contra
Telecom Argentina S.A., Telefónica de Argentina S.A. -así como contra quien. resulten ser
accionistas de ambas empresas- y el Estado Nacional, a fin de obtener que se deje. sin efecto la
operación de concentración económica autorizada por la resolución 148/1 O de la Secretaría de
Política Económica del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, la cual -a su entender- se
encuentra prohibida por la ley de defensa de la competencia y resulta violatoria de la Constitución
Nacional y de la ley de defensa del consumidor.
el juez a cargo del Juzgado Nacional en lo Civil y Comercial Federal N° 5 declaró su incompetencia
para conocer en estas actuaciones. la Cámara Nacional en lo Penal Económico (sala B) también se
declaró incompetente, al entender que en autos no se verificaba ninguno de los supuestos
respecto de los cuales la ley de defensa de la competencia le atribuía competencia para intervenir
como tribunal de alzada, ni dicho texto legal preveía la intervención de los juzgados de primera
instancia en lo penal económico para tramitar denuncias o demandas relacionadas con esa
materia; Por ello, dispuso devolver los autos al juez en lo civil y comercial federal. Este último
consideró planteado el conflicto de competencia y, en consecuencia elevó la causa a V.E. para que
dirima la contienda, por intermedio dela cámara del fuero. la Unión de Consumidores de Argentina
inició la demanda de autos en resguardo de los derechos de los usuarios y consumidores, que
considera lesionados a raíz de la autorización otorgada por la resolución 148110 de la Secretaría de
Política Económica del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas a la operación de concentración
económica por la cual Telefonica S.A, paso a ser controlante de Telecom Argentina S.A., situación
que produce efectos competitivos en el mercado de las telecomunicaciones, por lo que pide, se
deje sin efecto aquel acto administrativo. Pretende que Telefonica de Argentina S.A., Telecom
Argentina S.A. y el Estado Nacional indemnicen a los usuarios y consumidores en forma solidaria,
por los daños y perjuicios que pudieran haber
sufrido como consecuencia de la operación cuestionada. no obsta la circunstancia de que el
conflicto negativo de competencia haya quedado trabado entre un juez nacional en lo civil y
comercial federal y la Cámara Nacional en lo Penal Económico, pues es conocida la atribución
excepcional de que goza la Corte -como órgano supremo de la magistratura-, de declarar la
competencia de un tercer magistrado que no intervino en la contienda.
Opino, por tanto, que este proceso debe continuar su trámite ante la justicia nacional en lo
contencioso administrativo federal.
Autos y Vistos: De conformidad con lo dictaminado por la señora Procuradora Fiscal, se declara que
resulta competente para conocer en las actuaciones la justicia nacional en lo contencioso
administrativo federal, a cuyo fin, remítase la causa a la cámara de apelaciones de dicho fuero.
Hágase saber al Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil y Comercial Federal n° 5, por
intermedio de la Sala I de la cámara de apelaciones de dicho fuero y a la Sala B de la Cámara
Nacional de Apelaciones en lo Penal Económico. CARLOS S. FAYT - RICARDO LUIS LORENZETTI -
ELENA I. HIGHTON de NOLASCO - ENRIQUE S. PETRACCHI - E. RAUL ZAFFARONI - CARMEN M.
ARGIBAY -
Se pretende la condena a la demandada a abonar a los usuarios que hayan sufrido interrupciones
en el servicio por más de tres días, el importe equivalente al doble del valor proporcional del
abono correspondiente a los días sin prestación, tal lo previsto en el reglamento del servicio.
La sala I de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal había confirmado la sentencia
de primera instancia que entendió que la asociación actora no tenía legitimación activa para
perseguir la reparación de daños esencialmente individuales, los que consideró no se encontraban
dentro de los derechos de incidencia colectiva previstos en el artículo 43 CN. A la vez, la Cámara
entendió que el art. 54 LDC en su texto modificado por la ley 26.361, no resultaba de aplicación al
caso puesto que la actora pretendía representar “intereses de carácter individual”.
Al igual que en la anterior sentencia, todos los jueces de la Corte remiten a los fundamentos y
conclusiones de la causa “PADEC” (considerando 4°, y votos concurrentes de los jueces Petracchi y
Argibay), subrayando la mayoría la naturaleza de los derechos involucrados en el caso, a los que
consideran como de incidencia colectiva referentes a intereses individuales homogéneos, dándose
los supuestos de viabilidad de la pretensión conforme las pautas fijadas en “Halabi”. Asimismo se
indica que debe darse intervención al Ministerio Público en función de lo establecido por los
artículos 25 inc. a y 41 de la Ley 24.946 y 52 de la LDC.
El art. 42 sienta el principio general de la libertad de elección y junto con el 43 el derecho “a la
defensa de la competencia.” El mismo art. 42 en su segundo párrafo establece que todas las
autoridades (por ende tanto legislativas como administrativas y en su defecto judiciales), deben
proveer lo necesario al “control de los monopolios naturales y legales.” En esto la Constitución está
a tono con los nuevos principios supranacionales del derecho administrativo europeo, que son
precisamente el “derecho de la competencia” o competition law, dentro del
cual se encuadran el control de los monopolios, la prohibición de abuso de posición dominante, la
prohibición de determinadas ayudas estatales, etc.
Aunque no haya abuso de poder dominante, el monopolio vuelve a ser una figura que genera por
sí, constitucionalmente, la defensa de los usuarios y consumidores.
La tendencia es que tales monopolios sean llevados hacia la libre competencia, eliminando los que
no tengan sustento fáctico suficiente. Ello nace del sistema constitucional.iv
“Unión de Usuarios y Consumidores c/ EN -SC- resol. 2925/99 y otros s/ proceso de conocimiento”.
Aquí la demanda fue dirigida contra el Estado Nacional -Secretaría de Comunicaciones-, y las
empresas Telefónica de Argentina S.A. y Telecom Argentina Stet France Telecom S.A., con el objeto
de que se deroguen los Anexos I y II de la resolución 2925/99 que posibilitaban el cobro a los
usuarios del servicio telefónico del servicio de “información detallada de factura”, el cese
inmediato del aludido cobro, el reintegro de las sumas percibidas en tal concepto, y la
disponibilidad de esa información de manera gratuita a todos los usuarios que no se opusieran a
recibirla.
En este caso, la Sala IV de la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal
confirmó la resolución de primera instancia que rechazó la excepción de falta de legitimación
activa de la asociación actora interpuesta por las demandadas. No obstante, el tribunal de alzada
dejó en claro que entendía que las asociaciones de consumidores no poseen legitimación para
demandar por intereses particulares e individuales de los consumidores, pero que en el caso sí
existía legitimación puesto que, de conformidad con lo previsto por los artículos 52, 55 y 56 de la
Ley 24.240, sí podían demandar que se aclare el alcance de la obligación de brindar la información
prevista en el artículo 4 de esa norma (texto según Ley 26.361) puesto que esta cuestión no
dependía de la situación individual de cada uno de los usuarios. Con ello, una asociación podía
eventualmente obtener una orden judicial para que se cumpliera con esa obligación. Por el
contrario, la CS, consideró que también aquí se encontraban involucrados derechos de incidencia
colectiva referentes a intereses individuales homogéneos, dándose los presupuestos para la
viabilidad de su juzgamiento colectivo. Igualmente se ordenó la intervención del Ministerio
Público.