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Cómo cuidar la lavanda: casa, invierno y

maceta

¿Quieres cultivar lavanda en casa y no sabes qué cuidados requiere? Esta planta
aromática es muy fácil de mantener y, además de su intenso y característico olor, ofrece
un sinfín de propiedades beneficiosas que podrás aprovechar. Es por ello que en este
artículo de unComo queremos explicarte detalladamente cómo cuidar la lavanda para
que luzca hermosa en tu hogar.

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Instrucciones:
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En primer lugar, es necesario destacar que la lavanda o espliego es un arbusto silvestre,


de modo que si optamos por plantar lavanda en casa serán muy pocos los cuidados
que requerirá esta mata. De este modo, podrás beneficiarte de todas las propiedades de
la lavanda y usarla en sus múltiples usos cosméticos y relacionados con la salud.

El suelo que quiere la lavanda es semi arenoso. En climas templados (Argentina,


Chile, Uruguay) andará bien con una mezcla aproximada de 3 partes de tierra y 1 de
arena; en climas más cálidos (Perú, Bolivia, Brasil, Centro América, España, México)
suele recomendarse más la proporción de 3 partes de tierra y 2 partes de arena gruesa y
1 parte de arena fina.

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Si vas a plantar en tierra, directamente al suelo, lo mejor es ablandar con pala un
espacio de 50x50cm y 30cm de profundidad, allí realizar la mezcla. Primero debes
revisar con la yema de tus dedos la textura y brillo: ahí identificarás en seco y a penas
un poco de humedad, si tu tierra tiene ya de por sí algo de arena o arcilla en su
composición natural. Ten en cuenta este rápido análisis para adaptar la mezcla. En
cambio, si plantarás en una maceta, procura usar las cantidades aproximadas que
mencioné más arriba.

Especialmente deberás extraer todas las ramas y piedras que haya en ese espacio, a
demás de rompes terrones que hayan quedado. Así procederemos ahora, a fertilizar el
terreno de transplante con alguna de las siguientes técnicas (solo deberás elegir una):

• Residuos orgánicos: pon en la base del pozo algunos residuos crudos de fruta y
verdura que te hayan quedado al preparar la comida, especialmente las cáscaras.
Evita las semillas, ya que no queremos salgan plantas de otro tipo, y también
procura no incluir sus jugos (preferentemente enjuagar las cáscaras
previamente). También se puede incluir cáscara de huevo picada, la aplastas un
poco con los dedos y la rompes en pequeños trocitos.
• Preparados químicos: los hay de muchas clases y se venden en algunos
negocios de jardinería o el área de plantas que hay en supermercados. Vienen
algunos granulados o geles que se pueden colocar directamente en la base del
pozo, otros en líquido que se deben preparar para hacer el primer riego. Deberás
leer muy bien la instrucciones del envoltorio y tener mucho cuidado ya que
algunos pueden ser tóxicos.

Del mismo modo, para cuidar correctamente tu planta de lavanda, deberás asegurarte en
todo momento de que cuenta con un sistema de drenaje adecuado y en perfectas
condiciones; es por ello que se recomiendan sustratos secos y arenosos que no retengan
agua. Y es que esta planta necesita poco riego y, por lo tanto, deberás evitar en todo
momento el encharcamiento del agua, de lo contrario, las raíces se pudrirían y acabarías
así con el arbusto. Así pues, será muy importante también la ubicación que elijas para
cultivar la lavanda, puesto que requiere de abundante sol para crecer correctamente.

Como comentamos, a la hora de regar la lavanda no deberás excederte nunca, puesto


que es una planta de terrenos secos y soporta muy bien la sequía. Así pues, será
suficiente el riego semanal y siempre deberás asegurarte de que la tierra se ha secado
desde la última vez que le echaste agua.

Por otro lado, será muy importante que la lavanda disponga de suficiente espacio para
crecer, de modo que si la has plantado directamente en el suelo de tu jardín o huerto,
deberá tener una extensión de terreno considerable por el que esparcirse. En el caso de
la lavanda en maceta, podrás trasplantarla a una maceta de mayores dimensiones si la
que tiene es demasiado pequeña.

Entre los cuidados de la lavanda, cabe destacar también la poda del arbusto para
conseguir que crezca más fuerte. Así pues, será necesario podar la lavanda después de la
época de floración que, aunque puede variar, suele producirse entre primavera y verano.
De este modo, conseguiremos retirar todas aquellas ramas secas o deterioradas y, a su
vez, que las siguientes flores crezcan mucho más sanas.
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Si quieres transplantar la lavanda hay varias opciones si la tienes en plantín,


simplemente romper o cortar la maceta en donde viene ya de su compra, apoyarla en el
pozo realizado y buscar con la tierra extraída y la mezcla realizada que quede a una
altura adecuada: ni muy profunda, ni muy por encima del nivel de suelo. Eso
generalmente se mide observando el tallo o tronco, donde está la tierra que ya trae de
antemano y a penas unos dos dedos más alta que eso.

Cubrir el hueco con la mezcla y sin aplastar, acomodar suavemente con los dedos
esparciendo de forma pareja por todo donde fuera necesario. Si falta tierra, puedes usar
la que había anteriormente allí, sin necesidad de mezclarla con más arena.

Recuerda dejar hecha "la taza", esa forma que se da con una canaleta de algunos
centímetros de profundidad en rededor, para que pueda acumular el agua re diego y
lluvia y amborverla adecuadamente. La regla que yo utilizo es: sobre el tronco y tallo de
la planta, debe quedar un montículo de tierra que lo cubra y de firmeza, puedes
presionarlo con tus manos para que compacte. Luego, unos 30 hasta los 50cm donde
habíamos demarcado el terreno de transplante, una canaleta de no más de 5cm de
profundidad, bien prolija y procurando la tierra quede suelta. Si nos sobró mezcla o
tierra, hacer un reborde exterior a todo eso.

Cabe destacar que la recolección de flores de lavanda está recomendada a partir de la


segunda floración del arbusto o mata. Así mismo, a la hora de secar plantas de lavanda,
será importante que las cortes durante días secos y las pongas bocabajo en un lugar
sombrío; después podrás guardar la lavanda en botes para utilizarla cuando precises.

De esta forma, podrás aprovechar la lavanda cultivada en casa para preparar infinidad
de remedios caseros y productos cosméticos que te ayudarán a mantenerte radiante:
Cómo hacer agua de lavanda, Cómo hacer aceite de lavanda casero, Cómo hacer jabón
de lavanda casero

Si deseas leer más artículos parecidos a Cómo cuidar la lavanda: casa, invierno y
maceta, te recomendamos que entres en nuestra categoría de Jardinería y plantas.

Consejos

• La primera semana regar por la noche tarde o a primera hora, suficiente agua
para llenar la cazuela y sin mojar las hojas ni el tronco. Si es verano en zonas
cálidas, se puede reforzar con un riego a media tarde, pero no tan abundante. La
segunda semana, regarar en menor cantidad, ir disminuyendo de a poco la
frecuencia: día por medio, cada tres días y así.
• La lavanda para que se desarrolle saludable y tenga aroma fuerte, buenas flores y
un color vivo, es mejor regar sólo dos veces a la semana.
• En épocas de abundante sol y calor, si ves que se vuelve opaca (más de su color
característico normal, que de por sí ya lo es), rociala suavemente con un poco de
agua para que refresque y limpie su follaje, pero solo un poco, limitadamente.
• En invierno ni lo pienses, eso hará que con el frío se congelen sus hojas y muera.
• En época de floración es bueno regarla con el agua donde hayas hervido dos
huevos, al menos cada 15 días; igual que poner algunos clavos de hierro
pequeños en la mezcla de tierra para que aporten estos minerales (calcio por los
huevos y hierro por el óxido que se formará).
• La lavanda es una planta que resiste muy bien las altas temperaturas, pero si vas
viendo que marchita o pierde color, quizás necesite un poco de agua adicional,
presta atención, en especial en épocas donde comienza la floración primaveral.
• Remueve su tierra al comenzar el otoño, en los últimos calores de verano. Allí
puedes adicionar un poco de mantillo o tierra negra de compost para dicionar
nutrientes en la etapa invernal, sin olvidar que deberás adicionar también una
porción de arena gruesa también. Durante los fríos invernales debes reducir al
máximo el riego, solo haciéndolo en caso de días cálidos que pueda haber y
mucho sol. Solo riega con un vaso o dos de agua, sin que toque las hojas ni el
tronco. Yo personalmente las riego una vez al mes. Promediando el invierno,
corta solo las hojas de más abajo que puedan estar marchitas o ya secas; igual
que las flores que hayan quedado secas de la temporada anterior. No es
recomendable darle forma como si fuera un arbusto, si aún así deseas podar más,
procura hacerlo en la parte externa de la planta y no muy cerca de los troncos y
ramas principales (las más gruesas). Durante el resto del año, mejor no tocarla,
salvo alguna ramita o flor que querramos sacar para aromatizar, tendremos que
elegirlas con cuidado. Mímala, no la tengas sola en medio del jardín. Es una
planta que necesita otras en rededor, ya que las avejas son una fuente de
polinización muy importante, y si está sola, dificilmente atraiga muchas avejas
como necesita. Esta polinización provee mayor floración y crecimiento, cosas de
la biología. Si vas a plantar varias lavanda, procura que tengas espacio suficiente
entre ellas. La regla que uso yo y describen algunos manuales de botánica es,
como mínimo,

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