Cierto. El dispositivo natural para el aprendizaje es el cerebro y éste aprende de muy diversas
maneras y, por ello, Salas Silva (2008) nos habla de los estilos de aprendizaje. Pero además, las
Neurociencias han establecido que existe una serie de condiciones para que se dé el
aprendizaje natural y efectivo, con mayor rendimiento.
Beber agua para aprender, dice Jensen (2004). Fisiológicamente, el aprendizaje se produce a
nivel interneuronal, en la sinapsis. El cerebro es 78% agua. No debemos dejar que se
deshidrate. Qué ocurre en el cerebro si se deshidrata? Por qué sentimos sed? Porque cuando
disminuye el contenido de agua en sangre, al bajar su porcentaje normal, aumenta la
concentración sanguínea de sal y esto acarrea un incremento de la liberación de fluidos desde
las células a la corriente sanguínea: la consecuencia inmediata es el aumento de la presión
sanguínea y el estrés.
Para los escolares es de sumo interés que tomen agua antes de comenzar cada hora de clase
porque este solo hecho mejora ostensiblemente el proceso de aprendizaje. La eficacia del agua
en el cuerpo es tan evidente que a los cinco minutos de haber ingerido agua, hay una notable
disminución de corticoides y acetilcolina, dos hormonas relacionadas con el aumento del
estrés, estado que afecta el aprendizaje. (Jensen, 2004; Ortiz Alonso, 2009).
Alimentación que exige el cerebro. Debido a que la nutrición tiene una gran relevancia en la
etapa infantil porque en ella se desarrollan las membranas de las células y de la mielina de las
neuronas, niñas y niños deben ingerir sistemáticamente alimentos ricos en proteínas: carnes
magras, pescados, mariscos, legumbres, lácteos con poca grasa.
También, el cerebro demanda un nivel de glucosa elevado y sucede que el cerebro no tiene
capacidad de reserva de carbohidratos, de modo que el suministro debe ser continuo a través
de azúcares, miel, pan integrado, legumbres, cereales, frutas, verduras, lactosa.