net
Derechos de autor protegidos. Solo se permite la impresión y copia de este texto para
uso Personal y/o académico.
Abogado.
Licenciado en Derecho.
Licenciado en Criminología.
Detective Privado.
Máster en Prevención de Riesgos Laborales
Técnico Superior en PRL de las tres Especialidades.
2
INDICE
I. INTRODUCCIÓN.
2. CALIFICACIÓN CIVIL.
3. ELEMENTOS.
3
4. OCULTACIÓN DE ACTIVOS.
5. NO LLEVANZA DE CONTABILIDAD.
6. PERFECCIONAMIENTO.
7. AUTORÍA Y PARTICIPACIÓN.
8. PRESCRIPCIÓN.
9. CONSUMACIÓN.
1. INTRODUCCIÓN.
7. ACCIONES CIVILES.
9. ADMINISTRACIÓN CONCURSAL.
a. CONCEPTO.
b. CARACTERES.
c. COMPOSICIÓN DE LA ADMINISTRACIÓN
CONCURSAL.
d. DESIGNACIÓN DE MIEMBROS DE LA
ADMINISTRACION CONCURSAL.
4
e. SEPARACIÓN DE LOS ADMINISTRADORES.
f. INCAPACIDADES, INCOMPATIBILIDADES Y
PROHIBICIONES PARA SER ADMINISTRADOR
CONCURSAL.
h. RETRIBUCIÓN.
10. CONCURSADO.
a. CONCEPTO.
c. CONSECUENCIAS DE LA DECLARACIÓN
JUDICIAL DEL CONCURSO.
a. CONCEPTO.
d. CRÉDITOS CONCURSALES.
a. CONCEPTO.
5
c. LA MASA ACTIVA.
e. LA MASA PASIVA.
a. CONCEPTO.
b. SECCIÓN PRIMERA.
c. SECCIÓN SEGUNDA.
d. SECCIÓN TERCERA.
6
7. SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO DE 13 DE FEBRERO
DE 1992.
VI. BILIOGRAFIA.
9
RESUMEN
El Código Penal, viene a sancionar todas aquellas maniobras del deudor que
tienden a entorpecer, obstaculizar o impedir la satisfacción de un crédito para el que ya
se esté en fase de ejecución o de previsible ejecución, en perjuicio del titular de dicho
crédito.
PALABRAS CLAVES
11
LAS INSOLVENCIAS PUNIBLES
EN EL CÓDIGO PENAL DE 1995
I. INTRODUCCIÓN
El Capítulo VII del Título XIII del Libro II del Código Penal instrumenta la
punición de las insolvencias punibles, mediante dos figuras básicas:
13
II. EL ALZAMIENTO DE BIENES
1. TIPO PENAL
CAPÍTULO VII
Frustración de la ejecución
Artículo 257.
1. Será castigado con las penas de prisión de uno a cuatro años y multa de doce a
veinticuatro meses:
1.º El que se alce con sus bienes en perjuicio de sus acreedores.
2.º Quien con el mismo fin realice cualquier acto de disposición patrimonial o
generador de obligaciones que dilate, dificulte o impida la eficacia de un embargo o de
un procedimiento ejecutivo o de apremio, judicial, extrajudicial o administrativo,
iniciado o de previsible iniciación.
2. Con la misma pena será castigado quien realizare actos de disposición,
contrajere obligaciones que disminuyan su patrimonio u oculte por cualquier medio
elementos de su patrimonio sobre los que la ejecución podría hacerse efectiva, con la
finalidad de eludir el pago de responsabilidades civiles derivadas de un delito que
hubiere cometido o del que debiera responder.
3. Lo dispuesto en el presente artículo será de aplicación cualquiera que sea la
naturaleza u origen de la obligación o deuda cuya satisfacción o pago se intente eludir,
incluidos los derechos económicos de los trabajadores, y con independencia de que el
acreedor sea un particular o cualquier persona jurídica, pública o privada.
No obstante lo anterior, en el caso de que la deuda u obligación que se trate de eludir
sea de Derecho público y la acreedora sea una persona jurídico pública, o se trate de
obligaciones pecuniarias derivadas de la comisión de un delito contra la Hacienda
14
Pública o la Seguridad Social, la pena a imponer será de prisión de uno a seis años y
multa de doce a veinticuatro meses.
4. Las penas previstas en el presente artículo se impondrán en su mitad superior
en los supuestos previstos en los numerales 5.º o 6.º del apartado 1 del artículo 250.
5. Este delito será perseguido aun cuando tras su comisión se iniciara un
procedimiento concursal.
Artículo 258.
1. Será castigado con una pena de prisión de tres meses a un año o multa de seis
a dieciocho meses quien, en un procedimiento de ejecución judicial o administrativo,
presente a la autoridad o funcionario encargados de la ejecución una relación de bienes
o patrimonio incompleta o mendaz, y con ello dilate, dificulte o impida la satisfacción
del acreedor.
La relación de bienes o patrimonio se considerará incompleta cuando el deudor
ejecutado utilice o disfrute de bienes de titularidad de terceros y no aporte justificación
suficiente del derecho que ampara dicho disfrute y de las condiciones a que está sujeto.
2. La misma pena se impondrá cuando el deudor, requerido para ello, deje de
facilitar la relación de bienes o patrimonio a que se refiere el apartado anterior.
3. Los delitos a que se refiere este artículo no serán perseguibles si el autor,
antes de que la autoridad o funcionario hubieran descubierto el carácter mendaz o
incompleto de la declaración presentada, compareciera ante ellos y presentara una
declaración de bienes o patrimonio veraz y completa.
Serán castigados con una pena de prisión de tres a seis meses o multa de seis a
veinticuatro meses, salvo que ya estuvieran castigados con una pena más grave en otro
precepto de este Código, quienes hagan uso de bienes embargados por autoridad pública
15
que hubieran sido constituidos en depósito sin estar autorizados para ello.
2. CONCEPTO
17
c) un elemento tendencial o ánimo específico de defraudar las legítimas
expectativas generadas en el acreedor de poder cobrar sus créditos, intención ésta que
excede del resultado típico, ya que el alzamiento es un delito de mera actividad.
19
presente recurso (2, 4º y 5º), hemos de decir que la pretendida omisión de datos
esenciales acreditados por prueba documental no existió, porque, aun introduciendo
en el relato de hechos probados de la sentencia recurrida los relativos al valor del
derecho de Isidro, al cobro de la mitad del precio de la venta, ninguno de los delitos
objeto de la acusación se habrían cometido, ninguno de los tres examinados en este
Fundamento de Derecho (estafa del 532-2º, alzamiento de bienes o estafa ordinaria
del 528), ni tampoco los otros dos a que nos hemos referido antes (estafa del 531-2 y
falsedad).
21
3ª. Se constituye así esta figura penal como un delito de tendencia en el que
basta la intención de perjudicar a los acreedores mediante la ocultación que
obstaculiza la vía de apremio, sin que sea necesario que esta vía ejecutiva quede total
y absolutamente cerrada, ya que es suficiente con que se realice esa ocultación o
sustracción de bienes, que es el resultado exigido en el tipo, pues el perjuicio real
pertenece, no a la fase de perfección del delito, sino a la de su agotamiento.
Desde luego, no se puede exigir que el acreedor, que se considera burlado por
la actitud de alzamiento del deudor, tenga que ultimar el procedimiento de ejecución
de su crédito hasta realizar los bienes embargados (sentencia de 6-5-89), ni menos
aún que tenga que agotar el patrimonio del deudor embargándole uno tras otro todos
sus bienes para, de este modo, llegar a conocer su verdadera y real situación
económica.
22
Lo que se exige como resultado en este delito es una efectiva sustracción de
alguno o algunos bienes, que obstaculice razonablemente una posible vía de apremio
con resultado positivo y suficiente para cubrir la deuda, de modo que el acreedor no
tiene la carga de agotar el procedimiento de ejecución, precisamente porque el deudor
con su actitud de alzamiento ha colocado su patrimonio en una situación tal que no es
previsible la obtención de un resultado positivo en orden a la satisfacción del crédito.
26
STS de 21-10-1998. Dice el recurrente que no concurren los elementos que
configuran el ilícito penal por el que fue condenado el acusado, y al desarrollar el
motivo introduce una serie de factores y datos que no figuran en el factum de la
sentencia combatida procediendo, seguidamente, a hacer una crítica de la valoración
de la prueba efectuada por el Tribunal de instancia, quebrantando de esta manera la
esencia de esta vía impugnativa, que exige un absoluto respeto al relato de hechos
probados, que deben permanecer incólumes a todo tipo de añadido o de exclusión de
los que allí se contienen, a partir de los cuales sólo se permite el análisis de los
mismos a fin de determinar si la subsunción que se realiza en el fallo es o no ajustada
a la ley, Tiene declarado esta Sala que el delito de alzamiento de bienes es un tipo
penal de actividad o riesgo, o de resultado cortado, pues basta la existencia de una
situación de insolvencia parcial provocada para burlar la actuación judicial o
extraprocesal de los acreedores para que se produzca la consumación del mismo.
Igualmente es doctrina de esta sala que el mencionado delito requiere la concurrencia
de los siguientes presupuestos: a) la existencia de uno o más créditos contra el sujeto
activo, generalmente preexistentes y reales y, de ordinario, vencidos, líquidos y
exigibles, si bien es frecuente que los defraudadores, ante la inminencia del
vencimiento de un crédito, se adelanten a su advenimiento, frustrando las legítimas
expectativas de los acreedores mediante la adopción de medidas de desposesión de
sus bienes, tendentes a burlar los derechos de aquéllos y eludir su responsabilidad
patrimonial; b) un elemento dinámico consistente en destruir u ocultar su activo, real
o ficticiamente; c) un elemento tendencial o ánimo específico de defraudar las
legítimas expectativas generadas en el acreedor de poder cobrar sus créditos,
intención ésta que excede del resultado típico, ya que el alzamiento es un delito de
mera actividad, y d) que, como consecuencia de las maniobras defraudatorias,
devenga el deudor total o parcialmente insolvente, o experimente una acusada aunque
ficticia disminución de su patrimonio, imposibilitando o dificultando a sus acreedores
el cobro de sus créditos ( TS de 7 de abril y 26 de junio de 1.992, 20 de enero y 19 de
febrero de 1.993, 8 de octubre de 1.996, 31 de enero de 1.997, etc.). En cuanto al
llamado "ánimo de defraudar", se ha entendido como el dolo de este hecho punible y
que, por tanto, sólo requiere el conocimiento de los elementos del tipo objetivo del
delito y la voluntad de realización del mismo, que se deducen de tal conocimiento
27
(STS de 31 de mayo de 1.991, entre otras). También, la expresión "en perjuicio de
terceros" que emplea la dicción del art. 519 del C.P.A. ha sido interpretada por la
doctrina de esta Sala Segunda, no como exigencia de un perjuicio real y efectivo al
titular de un derecho de crédito, sino en el sentido de intención del deudor que
pretende poner a salvo algunos bienes o todo su patrimonio obstaculizando así la vía
de apremio de los acreedores, siendo suficiente para la consumación esa ocultación
de los bienes, ya que el perjuicio real pertenece no a la fase de perfección del delito,
sino a la de su agotamiento (STS de 13 y 14 de febrero, 13 de mayo y 17 de
septiembre de 1.992, 25 de febrero de 1.993, etc.). Pues bien, sobre la base de la
doctrina jurisprudencial anterior, resulta patente que los hechos declarados probados
en la sentencia de instancia reúnen todos y cada uno de los elementos objetivos del
tipo delictivo, en cuanto que allí constan con meridiana claridad las actividades del
acusado mediante las cuales se separan los bienes inmuebles de la masa de la quiebra
de la empresa, impidiendo al acreedor realizar sus derechos crediticios sobre dichos
bienes. Y, en cuanto al elemento subjetivo del tipo, también concurre. El Tribunal a
quo lo afirma de manera expresa en el "factum" de la sentencia, con técnica procesal
poco ortodoxa por cuanto esta misma Sala ha insistido en múltiples ocasiones en que
los propósitos, las intenciones y, en definitiva, los factores anímicos y subjetivos no
deben figurar en los hechos probados, precisamente por no tratarse de hechos, sino
solamente los elementos objetivos y fácticos de los que deducir en los Fundamentos
de Derecho la correspondiente inferencia sobre aquéllos. No obstante lo cual, y aun
excluyendo del relato histórico la frase en cuestión ("con la única finalidad de evitar
la nulidad de la aportación de las fincas"), permanece incólume la concurrencia del
ánimo defraudatorio del acusado que el Tribunal de instancia apreció y razonó en su
fundamentación jurídica, basándose para ello no sólo en la mecánica comisiva de esta
clase de infracciones, sino también en la falta de credibilidad que le mereció el
acusado cuando ante el propio Tribunal trató de excluir de su conducta el propósito
de defraudar las expectativas del acreedor. La Sala valoró las pruebas existentes sobre
los hechos, ponderó los factores indiciarios concurrentes, escuchó y vio al acusado en
sus explicaciones -lo que este Tribunal no puede hacer- y con todo ese bagaje formó
su convicción al respecto, convicción que en absoluto puede ser calificada de ilógica
o arbitraria, sino en todo ajustada a la razón y coherente con los elementos de juicio
28
utilizados que constan en los hechos probados, más que suficientes para apreciar la
concurrencia del elemento subjetivo de este delito.
Se recoge en la STS de 28-2-2002, que tanto el artículo 535 del Código Penal
de 1973, como el artículo 252 del vigente Código Penal, presentan dos modalidades
de apropiación indebida típica: bien que el sujeto se apropie o distraiga bienes que
hubiera recibido por un título adecuado, bien que niegue haberlos recibido. En la
primera modalidad, el sujeto ha recibido la cosa por algún título idóneo y, por tanto,
posee la cosa de forma legítima, si bien posteriormente la incorpora a su patrimonio
cuando estaba obligado a entregarla o devolverla o la destina a una finalidad distinta a
aquella para la que le fue entregada. En el supuesto que examinamos queda patente
que el acusado recibió por vía legítima importantes sumas de dinero para la
realización de diversos trabajos profesionales que no realizó, haciendo suyo el dinero
recibido que lo incorporó a su patrimonio, con ánimo de lucro. Concurren, pues,
cuantos elementos objetivos y subjetivos caracterizan el delito de apropiación
indebida objeto de acusación, siendo abundantes y muy razonados los fundamentos
jurídicos de la sentencia de instancia sobre lo correcto de dicha calificación jurídica.
En segundo lugar se cuestiona la concurrencia de cuantos elementos caracterizan el
delito de alzamiento de bienes por el que fueron condenados ambos recurrentes en la
sentencia recurrida. Es doctrina reiterada de esta Sala (Sentencias 14 de noviembre de
1999, 23 de septiembre de 1998 y 28 de febrero de 1996, entre otras muchas) que el
delito de alzamiento requiere para poder ser estimado la concurrencia de los
siguientes elementos: a) la existencia de un derecho de crédito por parte del acreedor
y, en consecuencia, de unas obligaciones dinerarias por parte del deudor,
generalmente vencidas, líquidas y exigibles; b) la ocultación, enajenación real o
ficticia, onerosa o gratuita de los propios bienes, o cualquier otra actividad que
31
sustraiga los bienes citados al destino solutorio al que se hallan afectos; c) situación
de insolvencia, total o parcial, real o aparente del deudor, consecuencia de dicha
actividad; y d) concurrencia de un elemento subjetivo tendencial, consistente en la
intención de causar perjuicio al acreedor, intención que excede del resultado típico,
ya que el alzamiento es un delito de mera actividad, perteneciendo el perjuicio real a
la fase de agotamiento del delito. A ello hay que añadir que el Código Penal de 1995,
en el apartado 2º del artículo 257, hace expresa mención, como conducta típica, de
aquel acto de disposición patrimonial o generador de obligaciones que dilate, dificulte
o impida la eficacia de un embargo o de un procedimiento ejecutivo o de apremio,
judicial, extrajudicial o administrativo, iniciado o de previsible iniciación; sin
embargo esa previsibilidad en la iniciación del proceso de reclamación, cuando el
acto generador de la deuda ya se había producido, está implícito en el texto derogado,
como ha sido recogido en reiteradas sentencias de esta Sala del Tribunal Supremo y
el legislador del Código de 1995 ha venido a incluir expresamente en el tipo lo que la
doctrina de esta Sala venía entendiendo igualmente abarcado por el delito de
alzamiento de bienes tipificado en el artículo 519 del Código Penal de 1973, es decir,
todos aquellos supuestos en los que se ha producido el hecho generador de la deuda
aunque ésta aún no se haya ejercitado y el deudor provoca una situación perjudicial
para los derechos económicos del acreedor.
32
que recordar que la deuda contraída, seguía impagada al tiempo de la redacción de la
sentencia de instancia, como ya se ha dicho, con lo que el delito no sólo está
consumado, sino agotado.
b) Existencia de un derecho de crédito por parte del acreedor sobre una deuda
licita, consistente en dar algo, contraída por el deudor, cualquiera que sea la
naturaleza de la misma, sin que sea necesaria que dicha deuda se encuentre vencida,
liquida y exigible en el momento del alzamiento.
33
satisfacción de su crédito, siendo indiferente la solvencia de cofiadores solidarios,
para apreciar la existencia del delito.
d) Dolo directo o voluntad del sujeto activo de "alzarse" con sus bienes con el
propósito o intención de provocar su insolvencia, eludiendo así la responsabilidad
patrimonial del deudor en perjuicio de sus acreedores, concretado en la defraudación
de sus legítimas expectativas de cobrar el crédito, no siendo necesario un perjuicio
real, siendo conocedor que su insolvencia provocará este resultado, no siendo por
tanto, admisible la comisión de este tipo delictivo por imprudencia o error
(Sentencias del Tribunal Supremo: 1133/2002; 388/2002; y 1117/2004 entre otras
muchas).
4. ELEMENTOS
Los elementos del tipo, recogidos en el art. 257 CP 1995, se descomponen así:
a) existencia de un derecho de crédito por parte de un acreedor y en consecuencia
unas obligaciones dinerarias por parte del deudor, generalmente vencidas, líquidas y
exigibles; b) ocultación, enajenación real o ficticia, onerosa o gratuita de los propios
bienes, simulación fraudulenta de créditos o cualquier actividad que sustraiga los
bienes citados al destino solutorio a que se hayan afectos; c) situación de insolvencia
total o parcial, real o aparente, del deudor como consecuencia de la actividad
dinámica antes mencionada, y d) concurrencia de un elemento subjetivo específico,
tendencial, consistente en la intención de causar perjuicio al acreedor, bien entendido
no obstante que el alzamiento es un delito de mera actividad, de riesgo, de resultado
cortado, con lo cual basta con que se lleve a cabo la ocultación de bienes, como
resultado exigido por el tipo en relación a la simple intención de perjudicar, pues el
perjuicio real pertenece no a la fase de perfección sino a la de su agotamiento.
34
El delito de alzamiento de bienes es un delito de mera actividad y de riesgo,
también denominado de resultado cortado.
35
1. Para que se consume el delito basta con que se haya llegado a una
insolvencia parcial provocada con el propósito de burlar la acción judicial (Sentencia
de 13 de junio de 1990).
36
La condición de comerciante constituye realmente un subtipo agravado en
función de la especial confianza pública que inspiran así como la mayor facilidad
para sus actividades jurídico-mercantiles, con todo lo cual se configura un "status"
caracterizado por una mayor exigencia en las obligaciones contraídas, un "plus" de
culpabilidad (Sentencias de 29 de noviembre de 1985 y 5 de julio de 1989) y en
conclusión un mayor rigor penal del artículo 519, cuya aplicación lleva consigo una
referencia necesaria al artículo 1 del Código de Comercio.
37
1990 y 6 de marzo de 1991) que ante la perspectiva de una deuda, ya nacida pero
todavía no ejercitable, se realice un verdadero alzamiento de bienes, a medio o por
medio de cualquier preparación previa para enmascarar o facilitar el fraude. Con la
infracción se protege indirectamente al acreedor respecto de las discriminaciones
patrimoniales fraudulentas provocadas por el deudor (Sentencia de 8 de mayo de
1990). Se ha dicho que al ser delito de tendencia, es suficiente la intención de
perjudicar a los acreedores mediante la maniobra fraudulenta para obstaculizar la vía
de apremio, en tanto que el perjuicio real pertenece no a la fase de perfección del
delito sino a la de su agotamiento. Por eso no se exige en el tipo penal que la
insolvencia a la que se llegue, sea real y efectiva, porque puede ser real o ficticia,
total o parcial. Como en tantas infracciones acontece, el elemento subjetivo del
injusto, o dolo intencional, si no surge por propia manifestación, ha de deducirse por
medios indirectos. El ánimo y deseo de defraudar legítimos derechos de los
acreedores ha pues de inferirse de cuantos datos externos o signos reveladores, no
meras sospechas, concurran. El primer motivo ha de ser desestimado porque ahora, a
la vista del "factum" asumido por los jueces, no concurren los requisitos del tipo
contenido en el artículo 519. 1. Para que se consume el delito basta con que se haya
llegado a una insolvencia parcial provocada con el propósito de burlar la acción
judicial (Sentencia de 13 de junio de 1990), mas aquí ni se ha producido insolvencia
de clase alguna ni los acusados principales buscaban ningún fraude, solo preservar
determinados bienes, de entre los muchos que constituían su patrimonio, de la acción
judicial, intención que, sea por las razones que fueren, no conculca en este caso
precepto penal alguno. 2. Si se protege al acreedor, o acreedores, respecto de
disminuciones patrimoniales fraudulentas provocadas por el deudor, esas
disminuciones se deben determinar , desde el punto de vista del delito, en relación al
valor general de los bienes, porque de lo contrario se establecería poco menos que
una obligación total de inamovilidad comercial del deudor, o deudores , cuando en
este caso el valor de los bienes enajenados representan una mínima parte del enorme
capital de los acusados principales, leas los padres que transmitieron a sus dos hijas
(Sentencia de 8 de mayo de 1990). 3. El delito exige la existencia de la deuda y la
enajenación o desaparición de algunos bienes del patrimonio, datos ahora
concurrentes. Más también exige, y estos requisitos no se dan aquí, el dolo y la
38
insolvencia. Y es que la ocultación de bienes razonablemente ha de suponer un
obstáculo para el éxito de la vía de apremio, sin que sea preciso que en cada caso se
haga la cuenta al deudor para ver si tiene o no más activo que pasivo. Pero lo que ha
de dejarse claro es que el delito, tal ahora acontece, es incompatible con la existencia
de bienes importantes, de valor suficiente, muy superior al conjunto de las deudas ,
que en ningún momento van a propiciar una dificultosa vía de apremio. No parece
lógico estimar la intención de perjudicar a los acreedores cuando se conserva un
capital de cerca de mil millones de pesetas sobre el total del pasivo (Sentencia de 26
de diciembre de 1989). El concepto de insolvencia debe referirse siempre a casos en
los que la ocultación de parte del activo del deudor produzca un impedimento
importante a la hora de la ejecución de las deudas, de modo tal que sea razonable
prever un fracaso en la eventual vía de apremio.
En cuanto al otro punto del motivo, respecto al pago a otro acreedor que el
hecho probado no niega tajantemente, omite la realidad del pago entre los
coprocesados, al contradecir que el recurrente José Ramón hubiese prestado dinero a
su suegro, el coprocesado Salvador, por lo que tal alegación del motivo, frontalmente
contraria al factum, determina su desestimación. Por la misma vía casacional que los
precedentes, sigue estimando la indebida aplicación del art. 519 del Código Penal "al
considerar existente el inexistente ánimo de defraudar de los condenados" (sic). El
motivo tiene que ser desestimado inexcusablemente, pues no respeta el hecho
probado, que se completa con los oportunos fundamentos jurídicos. Por la vía del art.
849,2º de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, se denuncia la violación del principio
de igualdad consagrado en el art. 14 de la Constitución Española. Se sostiene que otro
Banco presentó otra querella en otro Juzgado de Instrucción de Madrid, por los
43
mismos hechos aquí perseguidos y condenados y se archivó por no estimar los hechos
constitutivos de delito.
44
verdaderas o falsas, aunque ello no quiere decir que ese funcionario no tenga la
obligación moral y profesional de tratar de averiguar si lo expresado en el acto del
otorgamiento es fiel reflejo de una realidad y no contiene ninguna finalidad espuria o
ilegal. Partiendo de esa idea inicial de lo que constituye en esencia la fe notarial, la
referida escritura de 25 de Octubre de 1.982 lo único cierto que nos prueba, amén de
la fecha y de los intervinientes, es el dato objetivo de la transmisión, pero de forma
alguna si se pagó un precio cierto por parte del comprador, si fue simulada, ni, por
ende, si la intención del vendedor fue o no la real venta o, por el contrario, deshacerse
temporal y ficticiamente de sus bienes para provocar su insolvencia. O lo que es lo
mismo, esa posible intención defraudatoria ha de inferirse de los hechos antecedentes
y de los concomitantes que provocaron la escritura y subsiguiente inscripción
registral, así como de las consecuencias obtenidas con ella. En este sentido, es de
resaltar lo que sigue: a) Nadie pone en duda, ni es objeto de discusión, que el
recurrente-vendedor había contraído una importante deuda procedente de diversos
créditos obtenidos. b) Que como sustento o garantía de los mismos, además de
algunos avales prestados por otras personas, lo eran las fincas objeto de la tan
repetida compraventa. c) Que el adquirente de la transmisión y subsiguiente titular
registral, lo fue, según se ha dicho, un pariente próximo, menor de edad y con lógica
dificultad para pagar el precio de la compra, a lo que se ha de añadir, a efectos de una
mayor concreción simuladora del negocio jurídico, el dato de que el menor obtuvo su
capacidad de obrar en el mismo acto transmisorio a través del instrumento de la
emancipación. d) Que, finalmente, fue esa venta y subsiguiente inscripción, la que
imposibilitó a la entidad acreedora hacerse cobro de lo debido. Fácil es comprender,
por lo dicho, que la Sala de instancia no incidió en error alguno en la apreciación de
la prueba, ni, en concreto, en la interpretación de la escritura pública base de la
inculpación, debido esencialmente, y repetimos, por no haberse justificado de forma
alguna el pago del precio como elemento esencial del contrato, máxime cuando es
difícil imaginar a un recién emancipado (instantáneamente emancipado) con
disponibilidad económica suficiente para hacer pago de lo adquirido. Además, el
pago del precio, al que después nos volveremos a referir, ni ha sido demostrado y, ni
siquiera, se ha intentado hacerlo.
45
De una interpretación lógica de ese precepto se deduce que el tipo delictivo que
en él se describe se compone de dos elementos esenciales, uno objetivo y otro
subjetivo. El requisito objetivo que exige el tipo lo constituye la existencia de uno o
varios créditos reales y exigibles en su día de los que sea deudor el acusado del delito,
sin la necesidad de que esos créditos estén vencidos o fueran líquidos en el momento
del alzamiento, de ahí que digamos "exigibles en su día", pues entender la necesidad
del vencimiento como requisito comisorio sería tanto como desnaturalizar la esencia
de este acto defraudatorio, ya que es precisamente el temor a que llegue el momento
del cumplimiento de la deuda lo que induce en pura lógica al vendedor a evitarlo con
la necesaria anticipación, deshaciéndose de todos sus bienes o parte de ellos para así
caer en insolvencia total o parcial e impedir a los acreedores o dificultarles el cobro
de lo debido. En el caso que nos ocupa es obvio que este primer requisito se cumple
plenamente según anteriormente hemos indicado y nos señalan los hechos probados
de la sentencia.
46
En este último punto nos hemos de detener brevemente. De manera esencial la
Sala de instancia razona su inexistencia con el dato de la menor edad del comprador
que al ser emancipado en la misma escritura hace imposible su disponibilidad
económica. En contra de ello, y ante tal evidencia, el imputado reacciona en este
trámite de recurso alegando que tal pago se había efectuado con anterioridad por su
hermana, madre del menor, mediante la cesión de un crédito de siete millones de
pesetas que le había concedido la misma Caja de Ahorros. Sin embargo, y dicho
respetuosamente, este argumento nos parece un tanto absurdo y que de modo alguno
sirve para destruir el empleado por el Tribunal sentenciador, pues si bien la cesión de
créditos favorables a quien los cede puede ser una forma de pago, lo que no cabe es
que sirva para tal fin la cesión de deudas, que fue lo que, en definitiva, hizo la madre
del comprador a favor de su hermano, el vendedor, ya que si bien los referidos siete
millones de pesetas entraron inicialmente a formar parte de su patrimonio, quedaron
siempre sometidos a la obligación de devolverlos, por lo que de ningún modo
pudieron constituir el precio de la compraventa. Al no existir precio sólo existió ese
negocio jurídico de manera simulada, simulación provocada lógicamente por el
inculpado que así consiguió su insolvencia e impidió a sus acreedores satisfacer sus
derechos de cobro.
50
negocios jurídicos fingidos, que denotan el elemento subjetivo del tipo exigido por el
principio de culpabilidad.
Los elementos del tipo acogido en el art. 257 CP 1995 se descomponen así: a)
existencia de un derecho de crédito por parte de un acreedor y, en consecuencia, unas
obligaciones dinerarias por parte del deudor, generalmente vencidas, líquidas y
exigibles; b) ocultación, enajenación real o ficticia, onerosa o gratuita de los propios
bienes, simulación fraudulenta de créditos o cualquier actividad que sustraiga los
bienes citados al destino solutorio a que se hallan afectos; c) situación de insolvencia
total o parcial, real o aparente, del deudor como consecuencia de la actividad
dinámica mencionada, y d) concurrencia de un elemento subjetivo específico,
tendencial, consistente en la intención de causar perjuicio al acreedor, bien entendido,
no obstante, que el alzamiento es un delito de mera actividad, de riesgo, de resultado
cortado, con lo cual basta con que se lleve a cabo la ocultación de bienes, como
54
resultado exigido por el tipo en relación a la simple intención de perjudicar, pues el
perjuicio real pertenece no a la fase de perfección sino a la de su agotamiento.
Los elementos del tipo del art. 519 CP, acogido en la actualidad con mucha
mayor precisión en el art. 257 CP 1995, se descomponen así: a) existencia de un
derecho de crédito por parte de un acreedor y, en consecuencia, unas obligaciones
dinerarias por parte del deudor, generalmente vencidas, líquidas y exigibles; b)
ocultación, enajenación real o ficticia, onerosa o gratuita, de los propios bienes,
simulación fraudulenta de créditos o cualquier actividad que sustraiga los bienes
citados al destino solutorio a que están afectos; c) situación de insolvencia total o
parcial, real o aparente, del deudor como consecuencia de la actividad dinámica
mencionada, y d) concurrencia de un elemento subjetivo específico, tendencial,
consistente en la intención de causar perjuicio al acreedor, bien entendido, no
obstante, que el de alzamiento es un delito de mera actividad, de riesgo, de resultado
corto, con lo cual basta con que se lleve a cabo la ocultación de bienes, como
resultado exigido por el tipo en relación a la simple intención de perjudicar, pues el
perjuicio real no pertenece a la fase de perfección, sino a la de su agotamiento.
55
reiteración (ver la Sentencia de 24 de abril de 1995) los juicios de inferencia sobre las
intenciones de los intervinientes en los actos criminales no son hechos en sentido
estricto, y al no ser aprehensibles por los sentidos, no son objeto de prueba
propiamente dicha, quedando así fuera de la garantía constitucional, lo que es distinto
de que, a través del artículo 849.1 procesal, se puedan discutir los hechos en los que
el juicio de valor se apoya. El respeto, obligado en este cauce procesal, a los hechos
dados como probados por los Jueces de la instancia, acreditan y justifican la
infracción pues con base en los mismos es concluyente la existencia de todos y cada
uno de los requisitos exigidos para considerar conculcado el precepto penal.
Los elementos del tipo, hoy acogido con mucha mayor precisión en el artículo
257 del Código de 1995, se descomponen así: a) existencia de un derecho de crédito
por parte de un acreedor y en consecuencia unas obligaciones dinerarias por parte del
deudor, generalmente vencidas, líquidas y exigibles; b) ocultación, enajenación real o
ficticia, onerosa o gratuita de los propios bienes, simulación fraudulenta de créditos o
cualquier actividad que sustraiga los bienes citados al destino solutorio a que se
hayan afectos; c) situación de insolvencia total o parcial, real o aparente, del deudor
como consecuencia de la actividad dinámica antes mencionada; y d) concurrencia de
un elemento subjetivo específico, tendencial, consistente en la intención de causar
perjuicio al acreedor, bien entendido no obstante que el alzamiento es un delito de
mera actividad, de riesgo, de resultado cortado, con lo cual basta con que se lleve a
cabo la ocultación de bienes, como resultado exigido por el tipo en relación a la
simple intención de perjudicar, pues el perjuicio real pertenece no a la fase de
perfección sino a la de su agotamiento (Sentencias de 8 de octubre de 1996, 20 de
enero y 19 de febrero de 1993, 26 de junio y 7 de abril de 1992, etc.).
57
solutorio; c) situación de insolvencia real o aparente del deudor, consecuencia de la
actividad dinámica realizada por éste; d) intención de causar perjuicio al acreedor
pues el perjuicio real pertenece al agotamiento del delito que es de mera actividad; e)
se comete asimismo por aquellas personas que auxilian y colaboran a la desposesión
de bienes, auxiliándole con actos necesarios, y f) la autoría del delito puede recaer
sobre personas físicas o jurídicas. Además para la consumación del delito no es
necesario que el deudor quede en una situación de insolvencia total o parcial pues
basta que sea aparente, al tratarse de un delito de simple actividad o riesgo,
fundamentalmente tendencial con el fin de que los acreedores no encuentren
fácilmente bienes realizables. En el supuesto el acusado conocía la existencia de las
deudas contraídas por la empresa de la que era administrador único y al desposeerla
de los únicos bienes mediante su traspaso a otras sociedades por él, también,
regentadas hacía ilusorias las demandas y condenas judiciales que profusamente
habían fallado en su contra en los pleitos civiles instados por los múltiples
acreedores.
Los elementos típicos del delito de alzamiento de bienes –art. 257 y ss. CP
1995–, a saber: a) la existencia de uno o más créditos contra el sujeto activo,
generalmente preexistentes, reales y, de ordinario, vencidos líquidos y exigibles y
ello porque es muy frecuente que los defraudadores, ante la inminencia o proximidad
del advenimiento de un crédito futuro, augurando un evidente perjuicio para sus
intereses patrimoniales, se adelanten o anticipen a la materialización del crédito o
créditos, o a su vencimiento, liquidez o exigibilidad, frustrando o abortando las
legítimas expectativas de sus acreedores, mediante la adopción de medidas de
desposesión de sus bienes, tendentes a burlar los derechos de aquéllos y a eludir su
responsabilidad criminal; b) un elemento dinámico que puede estribar en destrucción
u ocultación de su activo, en enajenaciones reales o ficticias, onerosas o gratuitas; c)
un elemento tendencial o ánimo específico de defraudar al acreedor o acreedores,
burlando o eludiendo la responsabilidad patrimonial universal del deudor, consagrada
en los arts. 1111 y 1911 CC; y d) que, como consecuencia de tales maniobras,
58
devenga total o parcialmente insolvente o experimente una acusada, aunque ficticia,
disminución del acervo patrimonial, imposibilitando o dificultando, en grado sumo, a
sus acreedores, el cobro de sus legítimos créditos.
STS de 26/02/1999. El Motivo está abocado al fracaso una vez que se constata
como el fundamento jurídico primero de la sentencia recurrida pormenoriza de forma
minuciosa la situación deudora del acusado previa a la adquisición del maíz y
cereales, la cual evidencia que, a pesar de saber que no podía pagar, compraba todo lo
que le llevaban. Dicha conclusión está basada, no sólo en la existencia de hipotecas
constituidas sobre las fincas de "Maycer y Motrans", sobre las fincas del matrimonio
o privativas del cónyuge del acusado, sino a través de los movimientos de las cuentas
que a nombre de las entidades y del acusado, existían en Banesto y en el B.C.H. El
elenco de datos de que hace gala la combatida -extraídos de la abundante
documentación aportada a la causa y de declaraciones del propio acusado- pone de
relieve que los documentos citados en el motivo carecen de lo que se denomina
autarquía demostrativa tal como ya se ha apuntado precedentemente por no tener
virtualidad autónoma para acreditar la censura de equivocación judicial que, por lo
mismo, se rechaza. Desde un punto de vista sustantivo aunque con referencia a las
carencias probatorias que justificarían tan peculiar y conjunta censura, mantiene el
recurrente que falta el dolo defraudatorio característico del delito de estafa y que no
existe prueba de que se actuara con un plan preconcebido. La sustancial
incompatibilidad de ambas formulaciones en un solo Motivo ya es de por sí expresiva
de la fragilidad de una estructura casacional cuyo desarrollo pone de relieve que la
invocación del socorrido Principio presuntivo trata de reafirmar -aludiendo a la
ausencia de prueba- la aseveración recurrente de inexistencia de Dolo y engaño. El
planteamiento impugnativo no puede asumirse en modo alguno, no sólo porque
resulta ajeno a la ortodoxia casacional que exige el tratamiento diferenciado de
cuestiones tan dispares, sino porque la axiomática regla de respeto integral a los
hechos probados impuesta por la vía elegida se violenta clamorosamente por quién
recurre y el alegato referido a la inexistencia de prueba no encubre sino la realidad de
65
una paralela e invasiva valoración destinada a descalificar a través de ocho
conclusiones exculpatorias que resumen una interesada evaluación de la conducta de
sus patrocinados, la deducción inculpatoria obtenida por la Sala "a quo" que,
plasmada con precisión en los fundamentos jurídicos primero y segundo de la
combatida, contiene múltiples y expresas referencias a la prueba personal y
documental obrante en autos para explicar las contundentes conclusiones
incriminatorias proporcionadas por su detallado análisis que se resume en estos
términos:
1.- Por el reconocimiento del propio acusado, quién en el acto del juicio,
admitió que el dinero que obtuvo de vender los cereales comprados, lo dedicó a pagar
a otros acreedores (no consta tal pago en todo el proceso) y sobre todo para montar un
negocio de alimentación con unos checoslovacos y belgas en Tibi; negocio que
tampoco ha quedado acreditado ni siquiera indiciariamente; no existe en autos la más
mínima prueba no solo de que el negocio se llevara o no a efecto sino que no consta
ni que hubiere conversaciones previas con tales ciudadanos; no obstante, tampoco
puede entenderse como un negocio que no llega a formalizarse puede suponer una
pérdida de decenas de millones máxime cuando ni siquiera existió compra del
terreno, sino que este, en todo caso, se habría adquirido mediante una permuta que, en
el peor de los supuestos, y aunque se admitiese que la misma existió, únicamente
hubiera producido un desembolso en metálico de tres millones de pesetas;
Por ello, a partir de una narración fáctica inalterada -una vez que han fracasado
los Motivos destinados a conseguir su rectificación- no procede tachar de indebida la
aplicación del tipo descrito en el art. 528 del C. Penal a la conducta enjuiciada por
ausencia de Dolo, pues del "factum" fluye naturalmente el elemento subjetivo propio
de la estafa en tanto que se refleja la existencia de un conocimiento previo por parte
del acusado de la situación económica en la que se encontraba, la cual le impedía
66
hacer frente al pago de la mercancía que iba a adquirir. Así si se dice en el relato de
hechos probados: "siendo consciente de que no iba a poder abonar el precio del maíz
y cereales", y a pesar de ello, el acusado actúa y no paga disponiendo de la
mercancía, se está afirmando la existencia de un engaño omisivo en el que, como dice
la Sentencia de esta Sala de 7-2-97, "se ocultan datos significativos decisivos para
que la parte desinformada acceda a realizar la prestación y el consiguiente
desplazamiento patrimonial". Tal actitud lleva a los perjudicados a confiar en el
resultado de transacciones de años anteriores sin conocer la difícil situación
financiera del comprador que, de antemano, sabía que no cumpliría con el pago.
68
documento. Pero éste no es el caso en la presente causa. Por lo tanto, el contrato que
consta en escritura pública no puede tampoco proporcionar la prueba de su realidad.
Independientemente de ello, que ya sería suficiente para la inadmisión a trámite del
motivo, lo cierto es que el delito de alzamiento de bienes se comete tanto cuando se
produce una insolvencia ficticia como una insolvencia real (SSTS de 22-4-87; 9-5-81;
10-3-87; 6-3-90 entre muchas otras). Por lo tanto la supuesta realidad del contrato
carece de relevancia, dado que el delito de alzamiento de bienes no es un delito de
insolvencia, sino de frustración de la ejecución de las obligaciones por parte del
deudor y, a tales efectos, cuando en la jurisprudencia se hace referencia a la
insolvencia real o ficticia se quiere decir, en verdad, que ésta, como tal, es innecesaria
para la configuración del delito. En lo que concierne al elemento subjetivo del tipo, es
decir al dolo, es evidente que también es de apreciar, dado que los acusados sabían
que mediante el procedimiento de la enajenación hacían prácticamente imposible la
ejecución de la deuda. La afirmación de la Defensa relativa al pago a otros acreedores
que habría realizado el acusado F.H.R. con el producto de la enajenación a su hijo de
los bienes de DDDDDDDD S.A., no puede ser considerada en el marco del art.
849,1º LECr., dado que no surge de los hechos probados y no hubiera surgido de los
documentos invocados en el cuarto motivo del recurso, aunque el mismo hubiera sido
de estimar. El sexto y último motivo del recurso se basa en la infracción del art. 24
CE. Considera la Defensa que es lamentable que (la Audiencia) interprete que el
hecho de haber vendido un bien, con cuyo producto se ha pagado a varios acreedores,
persiguiese la intención de dejar de pagar a los Sres. G.M. El motivo debe ser
desestimado. La Audiencia no ha tenido por probado que el producto de la venta del
patrimonio inmobiliario de DDDDDDDD S.L. se haya destinado al pago de otros
acreedores. El recurrente no dice de qué elementos de la causa el Tribunal a quo
debería haber tenido por probado dichos extremos. Se limita a afirmar que no existen
pruebas claras en cuanto a los hechos. La jurisprudencia de esta Sala ha sostenido
reiteradamente que el razonamiento del Tribunal a quo sobre la prueba producida es
revisable en casación cuando infringe las reglas de la lógica, se aparta de las máximas
de la experiencia o de los conocimientos científicos. En la medida en la que la
Defensa no ha intentado siquiera fundamentar alguno de estos extremos es claro que
69
el motivo carece manifiestamente de contenido y que puede ser desestimado con
apoyo en el art. 885,1º LECrm.
Un sector doctrinal entiende que el alzamiento de bienes, al igual que las demás
insolvencias, es, en principio, una infracción patrimonial. En él se da esa doble
vertiente de lucro propio y daño ajeno, que son propias de las infracciones
patrimoniales de enriquecimiento. La referencia que, de forma expresa, se hace a los
acreedores en el número 1 del apartado 1 del artículo 257 demuestra que son los
derechos de éstos lo que debe ser objeto de protección jurídica. Es, por tanto, el
70
patrimonio de los acreedores lo que debe ser protegido. Por su parte otro sector
doctrinal entiende que no es de forma concreta el patrimonio de los acreedores el bien
jurídico sino el interés del acreedor a satisfacer su crédito con el patrimonio del
deudor. Es más bien el derecho del acreedor lo que se debe proteger y no su
patrimonio. Asimismo, y tras la reforma operada por la LO 1/2015, de 30 de marzo,
se tiende a proteger no solo al acreedor sino a la propia eficacia de la actividad
ejecutiva dirigida a satisfacer las deudas pecuniarias, de ahí que el legislador haya
modificado la nomenclatura del Capítulo VII y englobe dichas conductas bajo el
título "frustración de la ejecución".
Con respecto al derecho de crédito como bien jurídico protegido hay que hacer
las siguientes precisiones:
71
3. El derecho de crédito debe tener una configuración material y formal: En el
primer caso, es necesario que esa deuda exista realmente, cualquiera que sea la forma
en que se manifieste; y en el segundo, es necesario que esté reflejada en un título
formal que pueda ser exigido ante los tribunales.
STS de 26/12/2001. El artículo del Código Penal que se dice infringido tipifica
las insolvencias punibles y en su número segundo se refiere a unas específicas
insolvencias asimiladas al alzamiento de bienes y en concreto se castiga a quien con
el fin de perjudicar a sus acreedores realice cualquier acto de disposición patrimonial
o generador de obligaciones que dilate, dificulte o impida la eficacia de un embargo o
74
de un procedimiento ejecutivo o de apremio judicial, extrajudicial o administrativo,
iniciado o de previsible iniciación. En estas conductas delictivas el deudor trata de
obstaculizar o provocar la ineficacia de los procedimientos que se siguen para el
cobro de las deudas o que previsiblemente se iniciarán. No debe olvidarse que tanto
en esta modalidad delictiva como en las otras previstas en el mismo artículo del
Código Penal, la insolvencia constituye el elemento nuclear y común, de modo que se
requiere, en todo caso, que el deudor se encuentre en una situación de desequilibrio
patrimonial entre los valores realizables y las prestaciones exigibles, de modo que el
acreedor no encuentre en el patrimonio del deudor medios económicos con los que
pueda satisfacer sus crédito. Y tampoco debe olvidarse que no es la mera situación de
insolvencia lo que se persigue con estos delitos, ya que ello supondría reinstaurar una
proscrita prisión por deudas, sino aquella conducta dolosa que provoca o agrava la
situación de insolvencia del deudor en perjuicio de sus acreedores. En los hechos que
se declaran probados, que deben ser respetados, consta, sin duda, que el acusado
dificulta con la venta simulada de los vehículos las expectativas de los acreedores de
cobrar las importantes sumas que debe el recurrente, como tampoco cabe duda que el
acusado, consciente y voluntariamente provoca esa disminución patrimonial
aparentando una venta a sus hijas de bienes que pretende sustraer del pago de sus
deudas. Han concurrido, pues, los elementos objetivos y subjetivos que caracterizan
esta figura delictiva correctamente apreciada por el Tribunal sentenciador.
1ª. Han de existir uno o varios derechos de crédito reales y existentes, aunque
puede ocurrir que cuando la ocultación se produce todavía no fueran vencidos o
fueran ilíquidos y, por tanto, aún no exigibles, porque nada impide que ante la
perspectiva de una deuda, ya nacida pero todavía no ejercitable, alguien realice un
verdadero y propio alzamiento de bienes.
3ª. Se configura así este tipo penal como un delito de tendencia en el que basta
la intención de perjudicar a los acreedores mediante la ocultación que obstaculiza la
vía de apremio, sin que sea necesario que esta vía ejecutiva quede total y
absolutamente cerrada, ya que es suficiente con que se realice esa ocultación o
sustracción de bienes, que es el resultado exigido en el tipo, pues el perjuicio real
pertenece, no la fase de perfección del delito, sino a la de su agotamiento.
77
total o parcial, real o ficticia (sentencias de 28-5-79, 29-10-88 y otras muchas),
porque no es necesario en cada caso hacerle la cuenta al deudor para ver si tiene o no
más activo que pasivo, lo cual no sería posible en muchos casos precisamente por la
actitud de ocultación que adopta el deudor en estos supuestos. Desde luego no se
puede exigir que el acreedor, que se considera burlado por la actitud de alzamiento
del deudor, tenga que ultimar el procedimiento de ejecución de su crédito hasta
realizar los bienes embargados (sentencia de 6-5-89), ni menos aún que tenga que
agotar el patrimonio del deudor embargándole uno tras otro todos sus bienes para, de
este modo, llegar a conocer su verdadera y real situación económica.
Volvemos a repetir que lo que se exige como resultado en este delito es una
efectiva sustracción de alguno o algunos bienes, que obstaculice razonablemente una
posible vía de apremio con resultado positivo y suficiente para cubrir la deuda, de
modo que el acreedor no tiene la carga de agotar el procedimiento de ejecución,
precisamente porque el deudor con su actitud de alzamiento ha colocado su
patrimonio en una situación tal que no es previsible la obtención de un resultado
positivo en orden a la satisfacción del crédito. Por lo tanto, producida la ocultación de
bienes con intención probada de impedir a los acreedores la ejecución de sus
derechos, ya no es necesario ningún otro requisito para la existencia del delito del
artículo 257.1.1º. Ahora bien, es incompatible este delito con la existencia de algún
bien no ocultado y conocido, de valor suficiente y libre de otras responsabilidades, en
situación tal que permitiera prever una posible vía de apremio de resultado positivo
para cubrir el importe de la deuda, porque en ese caso aquella ocultación no era tal y
resultaba inocua para los intereses ajenos al propio deudor y porque nunca podría
entenderse en estos supuestos que el aparente alzamiento se hubiera hecho con la
intención de perjudicar a los acreedores, pues no parece lógico estimar que tal
intención pudiera existir cuando se conservaron otros elementos del activo
patrimonial susceptibles de una vía de ejecución con perspectivas de éxito.
79
El bien jurídico común a todas las insolvencias punibles que se tipifican en el
Cap. VII CP 1995 es el derecho de crédito de los acreedores, concretado en el
derecho a la satisfacción que tienen sobre el patrimonio del deudor en el caso de que
éste incumpla sus obligaciones, como contrapartida del deber que el deudor tiene de
responder del incumplimiento de sus obligaciones con todos sus bienes presentes y
futuros –art. 1911 CC–. El derecho de crédito comprende dos intereses diferentes, y
que tienen distintas consecuencias; por un lado está el derecho que el acreedor tiene a
que el deudor cumpla con su obligación –aspecto que no sale de la esfera puramente
civil, siendo impune el mero incumplimiento de las obligaciones–, y por otro lado
está el derecho que el acreedor tiene a satisfacerse con cargo al patrimonio del deudor
en caso de que no cumpla con sus obligaciones, siendo esta última vertiente la única
que tiene trascendencia para la delimitación del bien jurídico protegido en los delitos
de insolvencia. Sólo cuando ese incumplimiento obligacional va acompañado o se
traduce en la frustración del interés del acreedor a satisfacerse en el patrimonio del
deudor, porque evade los bienes que están adscritos al incumplimiento de las
obligaciones, es cuando se justifica la intervención del Derecho penal a través de los
delitos de insolvencia.
81
8. AUTORÍA Y PARTICIPACIÓN
También, la expresión "en perjuicio de terceros" que emplea la dicción del art.
519 del C.P.A. ha sido interpretada por la doctrina de esta Sala Segunda, no como
exigencia de un perjuicio real y efectivo al titular de un derecho de crédito, sino en el
sentido de intención del deudor que pretende poner a salvo algunos bienes o todo su
patrimonio obstaculizando así la vía de apremio de los acreedores, siendo suficiente
para la consumación esa ocultación de los bienes, ya que el perjuicio real pertenece
no a la fase de perfección del delito, sino a la de su agotamiento.
84
STS de 31/05/1991. La insolvencia real del autor no es elemento necesario del
delito de alzamiento de bienes, dado que éste se consuma no con la frustración
definitiva del crédito del acreedor, sino con la frustración de la ejecución del mismo,
mediante una clara forma de fraude a la ley (art. 6.4 Código Civil), que consiste en
valerse de formas jurídicas legales para lograr una finalidad antijurídica. El llamado
"ánimo de defraudar" del delito de alzamiento de bienes (art. 519 CP) no es otra cosa
que el dolo de este hecho punible. Por lo tanto, sólo requiere el conocimiento de los
elementos del tipo objetivo del delito y la voluntad de realización del mismo, que se
deduce de tal conocimiento. Por lo tanto, el dolo será de apreciar cuando el autor o
autores hayan tenido conciencia de realizar operaciones que frustraban la ejecución
del crédito del acreedor. Tal conocimiento es indiscutible cuando el autor realiza
operaciones simuladas, por precios ficticios y transmisión a parientes próximos de la
propiedad de bienes, afectados directamente por la ejecución de un crédito, cuyo pago
sabe ha incumplido. El reconocimiento del crédito en la relación de acreedores del
procedimiento de la suspensión de pagos no modifica en lo más mínimo estos
elementos constitutivos del dolo, pues el autor al excluir sin causa lícita del
patrimonio los bienes que garantizaban el crédito, ha frustrado, de todos modos, la
ejecución normal del crédito, remitiendo al acreedor a un procedimiento, en principio,
de resultados inciertos.
1ª. Han de existir uno o varios derechos de crédito reales y existentes, aunque
puede ocurrir que cuando la ocultación se produce todavía no fueran vencidos o
fueran ilíquidos, y, por tanto, aún no exigibles, porque nada impide que ante la
perspectiva de una deuda, ya nacida pero aún no ejercitable, alguien realice un
verdadero y propio alzamiento de bienes.
3ª. Se configura así este tipo penal como un delito de tendencia en el que basta
la intención de perjudicar a los acreedores mediante la ocultación que obstaculiza la
vía de apremio, sin que sea necesario que esta vía ejecutiva quede total y
absolutamente cerrada, ya que basta con que se realice esa ocultación o sustracción de
86
bienes que es el resultado exigido en el tipo, pues el perjuicio real pertenece, no a la
fase de perfección del delito, sino a la de su agotamiento.
89
STS de 17/09/1992. El delito de alzamiento de bienes constituye una infracción
del deber de mantener íntegro el propio patrimonio como garantía universal en
beneficio de cualquier acreedor (artículo 1.911 del Código Civil). Aparece
sucintamente definido en el artículo 519 del Código Penal que utiliza dos expresiones
muy ricas en su significación, conforme han sido reiteradamente interpretadas por la
doctrina y por la jurisprudencia de esta Sala, "alzarse con sus bienes" y "en perjuicio
de sus acreedores". Prescindiendo del concepto tradicional que tuvo en nuestra
historia, referido al supuesto de fuga del deudor con desaparición de su persona y de
su patrimonio, en la actualidad alzamiento de bienes equivale a ocultación o
sustracción que el deudor hace de todo o parte de su activo de modo que el acreedor
encuentre dificultades para hallar bienes con los que poder cobrarse. Tal ocultación o
sustracción, en la que caben modalidades muy diversas, puede hacerse de modo
elemental apartando físicamente algún bien de forma que el acreedor ignore donde se
encuentra, o puede cometerse de modo más sofisticado, a través de algún negocio
jurídico por medio del cual se enajena alguna cosa en favor de otra persona,
generalmente parientes o amigos, o se constituye un gravamen que impide o dificulta
la posibilidad de realización ejecutiva, bien sea tal negocio real, porque efectivamente
suponga una transmisión o gravamen verdaderos pero fraudulentos, como sucede en
los casos tan frecuentes de donaciones de padres a hijos, bien se trate de un negocio
ficticio que, precisamente por tratarse de una simulación, no disminuye en verdad el
patrimonio del deudor, pero en la práctica impide la ejecución del crédito porque
aparece un tercero como titular del dominio o de un derecho real que obstaculiza la
vía de apremio. La expresión "en perjuicio de sus acreedores", que utiliza el
mencionado artículo 519, ha sido siempre interpretada por la doctrina de esta Sala, no
como exigencia de un perjuicio real y efectivo en el titular del derecho de crédito,
sino en el sentido de intención del deudor que pretende salvar algún bien o todo su
patrimonio en su propio beneficio o en el de alguna otra persona allegada,
obstaculizando así la vía de ejecución que podrían seguir sus acreedores. De tal
expresión así entendida se deducen tres consecuencias: 1ª. Han de existir uno o varios
derechos de crédito reales y existentes, aunque puede ocurrir que cuando la
sustracción se produce todavía no fueran vencidos o fueran ilíquidos, y, por tanto,
aún no exigibles, porque nada impide que ante la perspectiva de una deuda, ya nacida
90
pero aún no ejercitable, alguien realice un verdadero y propio alzamiento de bienes.
2ª. La intención de perjudicar constituye un elemento subjetivo del tipo que impide la
realización de este delito por imprudencia. 3ª. Se configura así este tipo penal como
un delito de tendencia en el que basta la intención de perjudicar a los acreedores
mediante la ocultación que obstaculiza la vía de apremio, sin que sea necesario que
esta vía ejecutiva quede total y absolutamente cerrada, ya que basta con que se realice
esa ocultación o sustracción de bienes que es el resultado exigido en el tipo, pues el
perjuicio real pertenece, no a la fase de perfección del delito, sino a la de su
agotamiento. En cuanto a este particular elemento subjetivo del delito de alzamiento
de bienes, conviene ahora poner de relieve que, como todos los de esta clase,
ordinariamente no puede acreditarse mediante prueba directa, por lo que es necesario
con frecuencia acudir a la de indicios, para deducir su concurrencia del conjunto de
circunstancias que rodearon el hecho de la ocultación o sustracción del
correspondiente activo patrimonial, circunstancias que han de estar plenamente
acreditadas (art. 1.249 del C.C.) y han de conducir al hecho necesitado de
acreditación porque haya un enlace preciso y directo según las reglas del criterio
humano (art. 1.253 del mismo Código). Ninguna prueba directa hubo en el caso
presente respecto de que los ahora recurrentes hubieran transmitido la explotación del
supermercado de autos a uno de ellos, concretamente a Guillermo, con intención de
impedir la ejecución del derecho de crédito de la entidad querellante. Siempre lo
negaron los procesados, quienes manifestaron haber actuado así para dejar a uno solo
de ellos que llevara el negocio, que no deba beneficios para poder vivir los tres, y
sacar así el dinero necesario para poder ir pagando las deudas y salir adelante. Se
hacía imprescindible, por tanto, acudir a la prueba de indicios, para cuyo éxito era
necesario concretar las circunstancias de esa transmisión para, una vez concretadas,
poder deducir de ellas si hubo o no esa intención de perjudicar a los acreedores. Pero
la sentencia de la Audiencia reconoció en el propio relato de hechos probados que no
llegaron a acreditarse "las condiciones en que la sociedad transmitió a Guillermo la
explotación del supermercado, la cual se llevó a cabo sin constancia documental".
Ante tal carencia de datos en relación con el hecho central de la pretendida infracción
penal, no cabe otra opción que la de negar la posibilidad de utilización de la prueba
de indicios al fin mencionado, porque falla el elemento básico en este especial
91
mecanismo probatorio, la acreditación de las circunstancias concretas de las cuales
pudiera inferirse la realidad de la mencionada intención. La sentencia recurrida en el
apartado d) de su fundamento de derecho 1º dice que "el acuerdo de los tres socios, la
ausencia de pruebas sobre el pago de otros créditos que hallándose en iguales
condiciones justificase su acción, la ausencia de contraprestación en la transmisión
con la que hace frente al crédito este, nos llevan de forma clara a estimar probada esta
intención. Entiende esta Sala que no es conforme con las reglas de la lógica tal
razonamiento de la Audiencia, porque las mencionadas circunstancias son
perfectamente compatibles con la explicación dada por los acusados, antes referida,
que es coherente y ofrece credibilidad teniendo en cuenta la forma en que los hechos
acaecieron. Conviene poner de manifiesto, aquí y para terminar, que en los casos en
que se somete al Tribunal de casación el resultado de una prueba de indicios, la Sala
"ad quem" ha de respetar los hechos básicos en que tal prueba se funda (a salvo
siempre su posibilidad de impugnación por carencia de prueba en base a la
presunción de inocencia o por la vía del n.º 2º del art. 849 de la L.E.Cr.); pero puede
revisar el mecanismo de inferencia del hecho necesitado de prueba y resolver en
contra del razonamiento del Tribunal "a quo" cuando éste no responda a las reglas del
criterio humano a las que se refiere el mencionado art. 1.253 del C.C. (sentencias de
esta Sala de 14-2-90, 11-3-91, 12-3-92 y 23-3-92, entre otras muchas).
94
Mas al argumentar así, olvida el recurrente, que el propio Código Civil que
invoca en su artículo 7º, establece que los derechos deberán ejercitarse conforme a las
exigencias de la buena fe y que la ley no amparará el abuso del derecho o el ejercicio
antisocial del mismo. Y mucho menos, que al amparo del ejercicio de un derecho
legítimo, se incida en una infracción del tipo penal, siendo aquel el medio "legal"
para su realización. Las capitulaciones matrimoniales, son válidas y ésta regulado su
otorgamiento por el ordenamiento civil entre los cónyuges, pero no cuando aquéllas
tienen una finalidad ilícita, cual es, salvaguardar la vivienda del procesado, de las
acciones, también legítimas, del trabajador dirigidas a obtener el resarcimiento de su
crédito. El delito de alzamiento de bienes, exige como uno de sus requisitos
esenciales, el de la ocultación, enajenación o desaparición de los bienes del deudor,
sea cual fuere el medio utilizado para ello, imposible de delimitar en un numerus
clausus, pudiendo indudablemente cometerse a través de un negocio jurídico ficticio
o bien real, pero con una finalidad que incida en dicho tipo penal. Procede, pues, la
desestimación del motivo.
95
de un elemento tendencial o ánimo específico de defraudar al acreedor o acreedores,
burlando y eludiendo la responsabilidad personal patrimonial universal del deudor de
los artículos 1111 y 1911, ambos C.C., elemento subjetivo que es preciso inferir de
los hechos externos, sin que sea necesario que el perjuicio efectivamente se haya
llegado a causar, pues la insolvencia es un delito de mera actividad y por ello la
causación efectiva del perjuicio es agotamiento del mismo. La Sala Provincial
establece la inferencia a partir de los hechos externos declarados en el "factum",
como razona correctamente en los fundamentos jurídicos primero y segundo,
teniendo en cuenta además las propias declaraciones del correcurrente Luis Alberto,
de donde se desprende el acomodo a las reglas de la lógica y experiencia de la
conclusión final. Por último, el invocado principio "in dubio pro reo" no constituye
un derecho que directamente puede invocar el acusado sino un principio que deberá
tener en cuenta el Tribunal cuando su convicción no alcance el grado de certeza
necesaria y sólo puede ser invocado en casación cuando a pesar de ello se haya
dictado una sentencia de condena. Tampoco cabe invocar el principio de igualdad en
relación con la absolución de las imputadas puesto que se trate de situaciones
distintas razonadas debidamente por la Audiencia. Afirmar que "se ha creado una
nueva sociedad para llevar a cabo un nuevo negocio y se podría haber constituido sin
la presencia de mi mandante, como así ya se efectuó por los otros acusados en un
primer momento al crear la segunda sociedad", es un argumento inane por cuanto el
propósito es diferente, como se infiere del hecho probado, pues la participación del
tercero dificulta la ejecución de los bienes aportados a dicha sociedad por parte del
acreedor. Igualmente la Jurisprudencia reiterada de esta Sala señala que no es preciso
ser deudor y disponer de un determinado patrimonio para ser condenado como autor
de un delito de alzamiento de bienes, sino que también debe serlo el cooperador que
colabora con la persona en la que concurran tales circunstancias, participación a título
de cooperador necesario que se ha aplicado correctamente en el presente caso,
teniendo en cuenta la Sala para ello la pluralidad de indicios concurrentes en el
"factum" de los que extrae dicha conclusión mediante el empleo de las presunciones
judiciales a que se refiere hoy el artículo 386 LEC., existencia entre el hecho
demostrado y el presunto de un enlace preciso y directo según las reglas del criterio
humano, y así argumenta la sentencia que ello "se infiere de los extremos básicos
96
acreditados por las declaraciones de Luis Alberto , en el sentido de que es
administrativo y nunca había realizado actividades mercantiles, y de que la sociedad
constituida no llegó a desarrollar su actividad ....., impidiendo con dicha conducta la
efectividad del embargo acordado en el procedimiento civil", sin olvidar que el
mismo día de la constitución de la sociedad, Luis Alberto otorgó poderes a favor de
los hermanos Blas para dirigir la citada mercantil. Según se desprende del factum de
la sentencia recurrida, el acusado desplegó una conducta que objetivamente podía
incardinarse en el art. 257 CP 1995 si no fuera porque no puede estimarse
concurrente el elemento subjetivo del injusto, integrado por el propósito de perjudicar
a los acreedores. Y así, es obvia la concurrencia de: a) la existencia de un derecho de
crédito real y exigible, reconocido además por sentencia firme; b) la enajenación real
y efectiva de la finca que constituye el único bien que patrimonialmente estaba
destinado a la satisfacción de los créditos; c) la situación de insolvencia provocada
por tal enajenación, y d) el ocasionamiento de un perjuicio objetivo a un acreedor, ya
que de no haberse producido la enajenación, el embargo trabado como consecuencia
del procedimiento iniciado por demanda en reclamación de cantidad presentada por
este acreedor sobre aquel único bien habría surtido sus efectos. Pues bien, a pesar de
darse tales requisitos, no puede desconocerse la ausencia del elemento subjetivo del
delito, pues ha quedado acreditado que ya en 1995 el acusado hizo gestiones para
vender la finca, y el día que tiene noticia del embargo, 8 Julio 1996, ya había
realizado la venta, que tuvo lugar el 26 Junio 1996. Frente a estos datos no figura
ninguno de signo contrario que dé base para entender que la actuación tuvo otros
móviles. En efecto, el acusado no oculta bien alguno por el acto de disposición
realizado, que se efectúa pública, abierta y conocidamente –escritura notarial–, y con
tal enajenación no obtiene ningún beneficio, ya que el importe de lo conseguido lo
aplica a la extinción de créditos distintos a los del querellante; eso sí, sin que se
conozcan las razones de la elección de los créditos a extinguir, lo que supone una
conducta arbitraria, y quizás egoísta, pero no típica, en cuanto no iba dirigida a
provocar la inefectividad de los créditos pendientes.
97
STS de 18/09/2001. La naturaleza de la censura obliga al más absoluto respeto
a los hechos probados. De ellos se colige, que el acusado desplegó una conducta, que
objetivamente podía incardinarse en el art. 257 del C. Penal, si no fuera porque el
Tribunal, no estimó concurrente el elemento subjetivo del injusto, integrado por el
propósito de perjudicar a los acreedores. En el caso de autos es obvio la concurrencia
de: a) existencia de un derecho de crédito real y exigible, reconocido además por
sentencia firme. b) enajenación real y efectiva del único bien que patrimonialmente
estaba destinado a la satisfacción de los créditos. c) situación de insolvencia
provocada por tal enajenación. d) ocasionamiento de un perjuicio objetivo a un
acreedor, ya que de no haberse producido la enajenación el embargo trabado habría
surtido sus efectos. Pues bien, a pesar de darse tales requisitos, no puede
desconocerse la ausencia del elemento subjetivo del delito, dadas las circunstancias
concurrentes en el hecho, a partir de las cuales y en racional inferencia el Tribunal
pudo alcanzar la convicción que el factum refleja. Ha quedado acreditado que ya en
septiembre de 1995 el acusado hizo gestiones para vender la finca y el día que tiene
noticia del embargo (8-julio-96), ya había realizado la venta, que tuvo lugar el 26 de
junio de 1996. Frente a estos datos no figura ninguno de signo contrario que dé base
para entender que la actuación tuvo otros móviles. En efecto, el acusado no oculta
bien alguno, por el acto de disposición realizado, que se efectúa pública, abierta y
conocidamente (escritura notarial). Con tal enajenación no se obtiene ningún
beneficio para el acusado, ya que el importe de lo conseguido lo aplica a la extinción
de créditos distintos a los del querellante; eso sí, sin que se conozcan las razones de la
elección de los créditos a extinguir, lo que supone una conducta arbitraria, y quizás
egoista, pero no típica, en cuanto no iba dirigida a provocar la inefectividad de los
créditos pendientes. Constituye doctrina de esta Sala, oportunamente recordada por el
Mº Público, que no hay alzamiento de bienes, cuando aquello que sustrae el deudor a
la posible vía de apremio del acreedor fue empleado en el pago de otras deudas
realmente existentes, pues lo que el art. 257 castiga es la exclusión de algún elemento
patrimonial a las posibilidades de ejecución de los acreedores en su globalidad y no
individualmente determinados, ya que esta figura de infracción criminal no es una
tipificación penal de la violación de las normas civiles o mercantiles relativas a la
prelación de créditos. La determinación de la preferencia entre los acreedores para la
98
satisfacción de sus respectivos derechos es una materia de Derecho privado cuya
inobservancia no constituye el objeto del delito ahora examinado.
Para determinar la concurrencia del elemento subjetivo del art. 257 CP 1995,
que viene constituido por el dolo específico de causar un perjuicio a los acreedores,
han de tenerse en cuenta las diferentes circunstancias que concurren en el supuesto y
partir de las pruebas e indicios; entre esas circunstancias están las relativas a la
relación personal entre los sujetos que intervienen en las concretas operaciones que
dan lugar a que el bien o bienes de que se traten salgan del patrimonio del deudor
evitando toda posibilidad de ejecución sobre el mismo de las deudas de los
acreedores. En el caso, la sociedad deudora vende un piso de su propiedad a otra
sociedad constituida por las mismas personas, pero resultan acreditadas las
transferencias bancarias y hay diferencia en el precio de la venta en relación con el de
la compra realizada 3 años antes, por lo que no se considera probado que dicha venta
tuviese por objeto eludir el pago de los créditos, y se absuelve a los imputados. El
pago a otros acreedores –hipoteca, deudas a trabajadores por salarios y finiquitos–,
parece excluir el ánimo defraudatorio típico que da vida al delito de alzamiento de
bienes.
99
La figura del alzamiento de bienes es de naturaleza dolosa, pues uno de los
elementos que la caracterizan es el propósito deliberado de defraudar los derechos de
los acreedores, dolo o intención que, animando sus actos, le mueve a buscar su
insolvencia total o parcial. Significa esto que el sujeto tiene que realizar los hechos
con el conocimiento y voluntad de su específico fin; es una exigencia que ha de
cubrir cualquiera de los sujetos que interviene en la mecánica delictiva, en cualquier
forma de autoría, ya sea el autor directo, ya el que presta la cooperación necesaria
para llevar a cabo el propósito delictivo. No cabe la comisión por imprudencia.
Cuando son varios los sujetos que aparecen en el iter negocial que desemboca en la
puesta de bienes fuera del alcance de los acreedores, será preciso que medie una
probada y declarada confabulación –pactum scaeleris--y, en el caso de mediar
transmisión de bienes, –consilium fraudis-- que se dará cuando se conoce el propósito
y el alcance de la transmisión de bienes que efectúa el deudor, y se le presta al mismo
concurso de actividad con actos esenciales, anteriores, simultáneos o posteriores,
precisos para que el patrimonio quede oculto, disimulado o evadido, prestando así la
colaboración y el medio necesario para el alzamiento.
100
acreedores, sino que basta tan solo que el fin perseguido sea ése, el defraudar a los
acreedores, aunque finalmente ello no se consiga.
101
STS de 19/11/2002. Así pues, valorando que las acusaciones calificaban los
hechos como constitutivos de un delito de insolvencia punible, en cuanto entendían
que los acusados habían conducido dolosamente a la empresa a una situación de
quiebra; de un delito de alzamiento de bienes, en cuanto que sostenían que, existiendo
deudas, disponían de bienes y los ocultaron utilizándolos en las empresas
posteriormente creadas; y de un delito de estafa, en cuanto que afirmaban que
realizaron pedidos de material ocultando la situación de la empresa y sabiendo que no
iban a satisfacer su precio, puede apreciarse sin dificultad que las pruebas propuestas
tienden a demostrar la continuidad en la actividad mercantil de los acusados a través
de las empresas creadas con posterioridad al cierre empresarial al que se refieren los
hechos, lo cual puede resultar de importancia en el momento de valorar
conjuntamente la prueba. Sin perjuicio de su adecuada valoración en función de su
resultado y de las demás pruebas, lo que corresponde efectuar en el momento
oportuno al Tribunal de instancia, puede afirmarse ahora que las pruebas propuestas
son pertinentes en cuanto que se relacionan con lo que constituye el objeto del
proceso, concretamente lo que se califica por las acusaciones recurrentes como una
actuación fraudulenta de los acusados en el cierre del negocio y en su continuación a
través de otras entidades. Ha de reconocerse su posible relevancia, en cuanto que
están orientadas a demostrar esa continuidad en el ejercicio empresarial. Son útiles,
pues podrían contribuir a acreditar lo mantenido por quien las ha propuesto. Y,
finalmente, no consta en este momento de modo suficiente que su práctica no sea
posible. Así pues, debe considerarse que las pruebas fueron indebidamente
denegadas, lo que conduce a la estimación del motivo.
11. CONSUMACIÓN
106
dependen de una doble condición: el transcurso del tiempo y el efectivo desempeño
del trabajo durante ese período, de suerte que si falta este último dato, las mismas no
se devengarán. Así, quien deja su puesto de trabajo y, como consecuencia de ello,
deja de percibir ingresos, ni realiza un acto de disposición patrimonial ni genera una
obligación o deuda que dilate, dificulte o impida la eficacia de un embargo o de un
procedimiento ejecutivo. Evidentemente, la subsiguiente falta de ingresos
determinará la imposibilidad material –parcial o absoluta– de hacerse pago, al igual
que ocurre en el alzamiento de bienes, pero tal conducta, en sí misma considerada, no
cumple los elementos típicos descritos en el Código Penal. Procede, por tanto,
absolver al acusado del delito de alzamiento de bienes por el que se le condenó en la
instancia.
Este tipo delictivo está presente en el apartado primero del artículo expuesto.
Las conductas castigadas como alzamiento de bienes del artículo 257.1 del Código
Penal son:
- Enajenar u ocultar bienes antes de que los acreedores hayan entablado ningún
procedimiento de ejecución contra ellos.
107
- Enajenar u ocultar bienes, una vez pronunciada sentencia firme de ejecución
contra ellos, o éstos estuvieran ya embargados o puestos bajo su custodia en depósito.
La conducta del artículo 257.1 del código Penal exige cuatro elementos:
108
con medios de defensa de los que carecen los particulares, razón por la cual la
protección penal de aquel es, en esencia, diferente a la de estos últimos.
Este tipo penal se contempla en el apartado segundo del artículo 257 del
Código Penal, cuando dispone que "2º) Quien con el mismo fin (se entiende que es
alzarse con sus bienes) realice cualquier acto de disposición patrimonial o generador
de obligaciones que dilate, dificulte o impida la eficacia de un embargo o de un
procedimiento ejecutivo o de apremio, judicial, extrajudicial o administrativo,
iniciado o de previsible iniciación", y tiene como finalidad impedir las medidas
cautelares o ejecutivas. En este caso existen dos elementos: el objetivo y el subjetivo.
En cuanto a este último se exige, al igual que en el alzamiento de bienes estudiado,
que el sujeto activo busque defraudar las expectativas de cobro de sus acreedores; es
decir, que su conducta esté destinada a ese fin, por lo que este delito se configura
igualmente como un delito de peligro o mera actividad. En lo que se refiere al
elemento objetivo, éste es la conducta realizada por el agente y que consiste en:
"realizar cualquier acto de disposición patrimonial o generador de obligaciones".
Ahora bien, a estos actos sí se les exige un resultado: "que dilaten, dificulten o
impidan la eficacia" de ciertos procedimientos judiciales, que el Código Penal
enumera exhaustivamente. Debe existir, por tanto, un nexo causal entre el
comportamiento y el resultado. Este último aspecto es lo que diferencia este delito del
110
anterior ya que se exige la efectiva obstaculización de los embargos o procedimientos
de apremio existentes o que previsiblemente pudieran iniciarse, siendo necesario el
resultado expuesto para que el delito se consume.
STS de 23/07/2001. El actual art. 257 del Código Penal, no solo es el sucesor
del art. 519 que sancionaba el alzamiento de bienes, sino que además ha ampliado
notablemente su contenido, pues junto con el tipo básico de alzamiento, consistente
en la desaparición física del deudor con sus bienes, incluye una nueva modalidad de
alzamiento consistente en la realización de "....cualquier acto de disposición
patrimonial o generador de obligaciones....", siempre que a consecuencia de este acto
patrimonial u obligacional, el deudor se muestre insolvente ante la obligación, esta
ampliación del tipo ha reforzado la naturaleza del delito como de estructura abierta.
Esta nueva modalidad delictiva que supone un acto de disposición u obligacional en
perjuicio de un acreedor, puede entrar en colisión con la consolidada doctrina
jurisprudencial que tiene declarado que el delito de alzamiento castiga la insolvencia,
no la pretensión de acreedores, puesto que si el que recibe los bienes con injusta
preferencia, es en todo caso titular de un crédito, se tratará de un problema de
anulabilidad del negocio, situado extramuros del Código Penal. Es preciso deslindar
en cada caso los ámbitos del ámbito civil y penal o dicho de otro modo, separar el
negocio civil impugnable del delito de alzamiento de bienes. Se estará ante una
conducta de favorecimiento de acreedores, situada extramuros del Código Penal
cuando el futuro insolvente solventa sus deudas con alguno de los acreedores,
perjudicando al resto siempre que aquél no esté constreñido a satisfacer el crédito
pospuesto en el pago, por el contrario, cuando exista este constreñimiento jurídico
debe estimarse que no existe causa de justificación que ampare tal anticipación de
pago, y que en consecuencia en la medida que con el pago efectuado se ha constituido
en una situación de insolvencia, es decir sin bienes, ante el resto de los acreedores,
singularmente ante aquel acreedor que ostentaba un crédito ya realizable, ha de
estimarse tal acción como incursa en el nuevo supuesto contemplado en el art. 257-1º
párrafo segundo que solo exige que el crédito pretendido sea ejecutivo, habiéndose ya
iniciado la ejecución o siendo previsible su iniciación, debiéndose deducirse el
elemento subjetivo tendencial consistente en la intención de causar perjuicio a los
113
acreedores, como objetivo intentado, sin que se exija su efectividad, de la propia
prueba indiciaria que exista al respecto en el supuesto contemplado, ya que, la
acreditación de este elemento interno, como juicio de intenciones que anima la acción
del culpable, se acreditará más bien por prueba indirecta o indiciaria, que por prueba
directa -- STS de 20 de Enero de 1997--. En definitiva el nuevo tipo que se comenta
viene a sancionar todas aquellas maniobras del deudor que tienden a entorpecer,
obstaculizar o impedir la satisfacción de un crédito para el que ya se esté en fase de
ejecución o de previsible ejecución, en perjuicio del titular de dicho crédito.
114
Sentencia Tribunal Supremo (Sala de lo Penal), sentencia n.º 289/2009, 17 de
marzo. La jurisprudencia que interpretó las figuras de la complicidad y la coautoría
en el alzamiento de bienes o en las quiebras o insolvencias fraudulentas fue analizada,
con reiteración, por la jurisprudencia de la época. Basta citar por todas la STS de 10
de marzo de 1989, en la que se dice que, sin duda, el autor del delito de alzamiento de
bienes sólo puede serlo el deudor, pero soslayando la rica problemática que suscita la
cooperación en los delitos especiales strictu sensu, el Tribunal Supremo viene
llevando al campo de la autoría, por conducto de la cooperación necesaria del art.
28.b) CP, incluso a los que prestan actividades escasas, de trascendencia causal en el
alzamiento y que implican, necesariamente, dominio del acto.
En este caso se trata, de un allegado, sin cuyo concurso no hubiera podido tener
realidad formal la actividad defraudatoria de los acreedores. Hubo por tanto un
acuerdo que le hace acreedor a su calificación como cooperador necesario de los
autores juzgados y condenados.
116
vencimiento como requisito comisorio sería tanto como desnaturalizar la esencia de
este acto defraudatorio, ya que es precisamente el temor a que llegue el momento del
cumplimiento de la deuda lo que induce en pura lógica al vendedor a evitarlo con la
necesaria anticipación, deshaciéndose de todos sus bienes o parte de ellos para así
caer en insolvencia total o parcial e impedir a los acreedores o dificultarles el cobro
de lo debido».
Los elementos del tipo acogido en el art. 257 CP 1995 se descomponen así: a)
existencia de un derecho de crédito por parte de un acreedor y, en consecuencia, unas
obligaciones dinerarias por parte del deudor, generalmente vencidas, líquidas y
exigibles; b) ocultación, enajenación real o ficticia, onerosa o gratuita de los propios
bienes, simulación fraudulenta de créditos o cualquier actividad que sustraiga los
bienes citados al destino solutorio a que se hallan afectos; c) situación de insolvencia
total o parcial, real o aparente, del deudor como consecuencia de la actividad
dinámica mencionada, y d) concurrencia de un elemento subjetivo específico,
tendencial, consistente en la intención de causar perjuicio al acreedor, bien entendido,
no obstante, que el alzamiento es un delito de mera actividad, de riesgo, de resultado
cortado, con lo cual basta con que se lleve a cabo la ocultación de bienes, como
resultado exigido por el tipo en relación a la simple intención de perjudicar, pues el
perjuicio real pertenece no a la fase de perfección sino a la de su agotamiento.
2. CALIFICACIÓN CIVIL
121
3. ELEMENTOS
122
opinión de la doctrina. Mientras algunos autores requieren tal "animo de defraudar",
otros se limitan a exigir que el autor haya obrado con dolo, es decir, con
conocimiento, y en su caso voluntad, de la realización de la acción descrita en el tipo
penal. En la jurisprudencia se ha sostenido que es preciso que el autor haya obrado
con "ánimo de defraudar a los acreedores" y se ha considerado este elemento,
ocasionalmente, como dolo específico (ver SSTS 13-6-59; 29-3-68; 20-12-69; 23-6-
78; 23-3-79, entre otras). Sin embargo, la jurisprudencia ha reconocido que el delito
del art. 520 CP. puede ser cometido en forma imprudente, es decir, que puede ser
sancionado mediante el art. 565 CP (ver también entre otros SSTS 13-6-59; 9-4-69;
20-12-69; 27- 6-72; 20-6-77), punto de vista que da lugar a la cuestión de si este
ánimo de defraudar constituye realmente un elemento subjetivo diferente del dolo. En
efecto, por regla, la jurisprudencia ha excluido una aplicación del art. 565 CP. cuando
el delito requiera un especial elemento subjetivo no compatible con la realización
imprudente del tipo. De ello cabe deducir que cuando en los precedentes de esta Sala
se ha entendido que la punibilidad requiere que el autor haya obrado con ánimo de
defraudar, en realidad, ha hecho referencia simplemente al carácter doloso de la
acción típica. Esta visión del problema resulta, además, confirmada por la sencilla
razón que el carácter criminal de la quiebra fraudulenta no es consecuencia de una
actitud anímica especial del autor, sino que el disvalor de la conducta punible, al
menos en el caso de ocultamiento y alzamiento (art. 890,1º C.Com.), está ya
íntegramente dado en el caso en el que el autor sabe que oculta bienes a la masa, pues
ello implica necesariamente una reducción de las posibilidades de ésta de satisfacer
sus créditos. La cuestión de si todos los supuestos del art. 890 C. de comercio tienen
la misma estructura subjetiva que el número primero de dicho artículo, puede quedar
aquí abierta a nuevas consideraciones, dado que en el presente caso la Audiencia
aplicó dicho supuesto y el recurrente no cuestiona este aspecto de la sentencia
recurrida. b) Aclarada la configuración del tipo subjetivo del delito del art. 520 CP.,
aplicado en relación al art. 890,1º C. de com., la decisión del presente caso no resulta
problemática. En la medida en la que de los precedentes jurisprudenciales de esta
Sala no es posible deducir que el ánimo de defraudar sea un elemento distinto del
dolo, la pretensión del recurrente no puede prosperar, dado que se fundamenta en una
exigencia que la ley no establece y que la jurisprudencia no ha entendido necesaria.
123
Tampoco cabe pensar en una vulneración del art. 24.2 CE., dado que el derecho a la
presunción de inocencia no puede ser vulnerado por la falta de prueba de un elemento
que no constituye un presupuesto de la punibilidad recogido en el tipo (garantía) del
delito, es decir, en aquella forma más general del tipo penal que recoge íntegramente
todos los presupuestos que condicionan la punibilidad. Por lo demás, si el procesado
supo -como ha establecido el hecho probado- que entregaba parte de los bienes a un
tercero y que otros los trasladaba fuera de la sociedad quebrada, sin comunicarlo a los
interventores de la suspensión de pagos y sin asentarlo registralmente, no puede haber
ignorado que, de esa manera, excluía del activo bienes sobre los que no sería posible
la ejecución, pues difícilmente podrían ser encontrados por los acreedores.
Acreditado esto no ofrece dudas que el saber lo que hacía, el recurrente también sabía
que perjudicaba a sus acreedores.
4. OCULTACIÓN DE ACTIVOS
129
5. NO LLEVANZA DE CONTABILIDAD
Es cierto que el CP, en sus arts. 523 y 524, verificaba una remisión a los arts.
888 a 890 C. Com., regulando los distintos supuestos de quiebra culpable y de
insolvencia fraudulenta. También lo es que el CP 1995, en sus arts. 257 a 262, no
contiene esa remisión normativa, ni tampoco distingue entre quiebra fraudulenta y
culpable. Sin embargo, de tales datos no puede extraerse la consecuencia que
pretenden los recurrentes en su adaptación de los motivos al CP 1995 –supuesta
despenalización de la carencia de contabilidad–, pues es obvio que si bien falta la
enumeración que efectuaba el C. Com. y que era aplicable en el ámbito penal por
remisión de las normas correspondientes del CP, no menos cierto es que la no
llevanza de contabilidad en la anterior legislación era una simple presunción –
reprobable siempre e inaplicable en el ámbito penal–, aunque constituía un supuesto
autónomo para estimar culpable o fraudulenta la quiebra, como se deduce del art.
889.1 C. Com. Pero todos los supuestos de los preceptos citados de dicho cuerpo
legal están incluidos también, obviamente, en el art. 261 CP 1995, por lo que debe ser
rechazada la pretensión.
6. PERFECCIONAMIENTO
7. AUTORÍA Y PARTICIPACIÓN
131
proceso penal. Consta el elemento causal consistente en que la situación de crisis
económica o la insolvencia sea causada o agravada dolosamente. En el caso, ello se
patentiza con la enajenación de las participaciones de la empresa descapitalizada por
parte del recurrente al coacusado, venta que tuvo la consecuencia de propiciar la
inactividad de la empresa, con la correspondiente pérdida de los posibles activos que
tenía a su favor, pendientes de cobro, e imposibilitando el pago de los créditos que los
proveedores tenían contra ella. Consta el elemento tendencial de naturaleza subjetiva
de efectuar tales operaciones en perjuicio de la masa de acreedores, con el objetivo de
eludir las responsabilidades contraídas por la mercantil. Y en relación a la condición
de comerciante, es claro que concurre en el recurrente en su condición de director
único de la empresa, de la que era, además, socio mayoritario y administrador
solidario junto con su esposa. Precisamente esa condición de director, que le
facultaba para disponer de ella, como hizo al venderla al coacusado, le legitima como
responsable penal, ya que manteniéndose el dogma de que la sociedad no delinque, su
lógico correctivo que impide la impunidad de la delincuencia societaria, es la
atribución de la responsabilidad, de conformidad con el art. 31 CP 1995, al
administrador o a aquel que tenga la representación legal o voluntaria de la empresa.
134
8. PRESCRIPCIÓN
9. CONSUMACIÓN
135
previsto en el art. 260 CP 1995, concretado en agravar dolosamente la situación de
crisis económica de la empresa, ya que la disminución del activo fue inexorable
consecuencia de cumplir la obligación previamente adquirida con los acreedores que
hacen efectivo su derecho crediticio, resultado que hubiera sido el mismo de ser
cualquier otro acreedor el que hubiese ejercitado su derecho. De otro lado, dado que
el pago de los créditos de que eran titulares los acusados se realizó con anterioridad a
la solicitud de declaración de quiebra voluntaria, tampoco podría ser aplicable el art.
259 del Código. En consecuencia de todo lo expuesto, los acusados deben ser
absueltos.
136
Sentencia del Tribunal Supremo (Sala de lo Penal), sentencia n.º 146/2009, 18
de febrero. En el caso objeto del recurso resuelto por el Tribunal Supremo alega el
recurrente en el presente caso que no es posible que la sentencia penal se extienda a
hechos distintos de los que sustentan la declaración y calificación de la quiebra en el
orden civil, que, a tal fin, no contempla esos desplazamientos patrimoniales.
138
Y con carácter específico, en relación al delito del art. 260 CP y al contenido
de sus apartados 3 y 4, se infiere que a los efectos de la eventual persecución penal de
un quebrado, lo esencial no es ya el dato jurídico-formal del resultado del juicio que
su gestión empresarial mereciera al Juez civil, sino la efectiva calidad de ésta,
evaluada de manera autónoma en el marco de la causa que se hubiera abierto al
respecto. Esto no quiere decir —como ya precisó la anteriores sentencias 682/2004,
de 28 de mayo, y 1316/2005, de 9 de noviembre, que el contenido de las actuaciones
seguidas en aquella jurisdicción y su resultado sean inútiles o indiferente; por el
contrario, podrían ser de indudable utilidad, siempre que, como es lo más normal,
arrojen luz sobre las peculiaridades de la conducta a examen, es decir, pese a que
eventualmente pueda ser valorada esa calificación como prueba reveladora del ánimo
del quebrado, la mera calificación civil de la quiebra no impone automáticamente su
aceptación en vía penal, ni siquiera suministra una presunción probatoria gozando la
jurisdicción penal de plena soberanía para evaluar el carácter delictivo o no de la
quiebra previamente calificada en otro orden jurisdiccional.
1. INTRODUCCIÓN
Dentro de las nuevas leyes que disciplinan la materia concursal está la Ley
22/2003, de 9 de julio, Concursal, que ordena el concurso de acreedores, tanto en lo
que se refiere a los aspectos sustantivos como a los aspectos procesales del mismo.
De otro lado, la Ley Orgánica 8/2003, para la reforma concursal, que supone la
140
creación de los juzgados de lo mercantil competentes, entre otras materias, para
conocer de cualquier concurso, también lleva a cabo una determinación de aquellas
limitaciones a los derechos fundamentales que resultan de la declaración de concurso
(intervención de las comunicaciones, entrada y registro del domicilio del deudor).
1. Objetivo
2. Presupuesto subjetivo
Pueden ser sujetos del concurso tanto las personas naturales como las personas
jurídicas (artículo 1.1).
3. Presupuesto formal
143
acreedores, se encuentre en el estado que se encuentren, bien pendientes de finalizar,
bien tan sólo iniciadas, procediéndose a la acumulación de las mismas.
Sancionándose con la nulidad de pleno derecho a la ejecución que contraviniera lo
anterior. Así dispone el artículo 55 que "Declarado el concurso, no podrán iniciarse
ejecuciones singulares, judiciales o extrajudiciales, ni seguirse apremios
administrativos o tributarios contra el patrimonio del deudor.
Los créditos de los diversos acreedores van a sufrir durante el concurso una
determinación inicial de la cuota de responsabilidad que a cada uno de ellos
corresponde.
144
Se produce al mismo tiempo, y para la definición de dicha cuota una
paralización en el devengo de los intereses generados por cada uno de los créditos
(artículo 59).
145
• Operaciones de reintegración: que con la intención de reintegrar o devolver al
patrimonio del deudor todos aquellos bienes o derechos que indebidamente salieron
del mismo en perjuicio de los acreedores, vienen reguladas, sustituyendo a los
anteriores institutos jurídicos previstos en la normativa del Código de Comercio, en
los artículos 71 a 73 de la Ley 22/2003, de 9 de julio, Concursal.
146
5. FORMAS DE TERMINACIÓN DEL PROCEDIMIENTO
CONCURSAL
147
6. Haber realizado dentro de los tres años anteriores a la fecha de solicitud del
concurso alguno de los siguientes actos:
v. Otros actos que hayan sido declarados en fraude de acreedores por sentencia,
aunque no haya alcanzado firmeza.
2. El convenio
3. La liquidación
Dentro de los diez días siguientes a la solicitud el juez dictará auto abriendo la
fase de liquidación.
Además, el artículo 143 regula los supuestos en los que se abriría el periodo de
liquidación de oficio:
150
1. "No haberse presentado dentro de plazo legal ninguna de las propuestas de
convenio a que se refiere el artículo 113 o no haber sido admitidas a trámite las que
hubieren sido presentadas.
El concurso concluye con el pago a los acreedores, aun cuando no haya bienes
suficientes para satisfacerlos a todos. (Artículo 176).
152
concurso con la finalidad de que se ejerciten acciones de reintegración, indicando las
concretas acciones que deben iniciarse o aportando por escrito hechos relevantes que
pudieran conducir a la calificación de concurso como culpable, salvo que se hubiera
dictado sentencia sobre calificación en el concurso concluido (Artículo 179).
7. ACCIONES CIVILES
153
Código Civil), y cuya compatibilidad con la acción rescisoria concursal, proclama el
artículo 71.6 de la Ley Concursal 2003. Y se establecen particularidades en cuanto a
la legitimación y competencia (artículo 72 de la Ley Concursal 2003), que son
comunes a todas las acciones de reintegración.
b) Acción revocatoria
Los acreedores también pueden impugnar los actos que el deudor haya
realizado en fraude de sus derechos (artículo 1111 del Código Civil), siendo la
rescisión por fraude a que se refiere el artículo 1291.3º del Código Civil, el
mecanismo típico de la revocación, si bien también resulta admisible la acción de
nulidad de un contrato por falta de algunos de los elementos esenciales (artículo 1261
del Código Civil), y así, resulta típica en el contexto de la insolvencia la acción por
simulación, por falta de causa; siendo frecuente que el acreedor ejercite la acción de
nulidad por simulación, y con carácter subsidiario, la rescisión del contrato por
fraude.
154
b) La producción de un concreto perjuicio para el acreedor, que ve mermada su
posibilidad de percibir su crédito (elemento objetivo o eventus damni), que no exige
acreditar la inexistencia total de bienes (Sentencia del Tribunal Supremo de 26 de
febrero de 2002, rec. 2787/1996);
c) Concurrencia de una intención fraudulenta por parte del deudor, sin que sea
preciso la intención de dañar, bastando la conciencia del perjuicio (elemento
subjetivo o sciencia fraudis, vg. Sentencias del Tribunal Supremo de 7 de noviembre
de 2002, rec. 1130/1997, 11 de febrero y 1 de diciembre de 1997, rec. 1334/1993); y
155
La jurisprudencia había declarado que corresponde al legislador ordinario optar
entre los diversos sistemas de reintegración de la masa, y que el sistema de nulidad
absoluta aunque próximo a la inconstitucionalidad por la inseguridad jurídica que
genera, era conforme con la Constitución (Sentencia del Tribunal Supremo de 22 de
marzo de 1985). En el derecho anterior de quiebras el sistema era mixto, aunque era
básicamente de nulidad absoluta, si bien dicha sanción fue matizada por la
jurisprudencia que declaró que la posible nulidad radical del artículo 878 del Código
de Comercio es susceptible de ser interpretada como relativa (Sentencias del Tribunal
Supremo de 12 de marzo de 1993, rec. 1589/1990, y 20 de noviembre de 1993), si no
se prueba el perjuicio a la masa (Sentencias del Tribunal Supremo de 20 de febrero de
2001, rec. 265/1996, 15 de marzo y 31 de octubre de 2002, rec. 981/1997).
1. Presupuestos
156
a) En virtud de éstos se proceda, al menos, a la ampliación significativa del
crédito disponible o a la modificación o extinción de sus obligaciones, bien mediante
prórroga de su plazo de vencimiento o el establecimiento de otras contraídas en
sustitución de aquéllas, siempre que respondan a un plan de viabilidad que permita la
continuidad de la actividad profesional o empresarial en el corto y medio plazo; y
1.º El acuerdo haya sido suscrito por acreedores cuyos créditos representen al
menos tres quintos del pasivo del deudor en la fecha de adopción del acuerdo de
refinanciación. En el caso de acuerdos de grupo, el porcentaje señalado se calculará
tanto en base individual, en relación con todas y cada una de las sociedades afectadas,
como en base consolidada, en relación con los créditos de cada grupo o subgrupo
afectados y excluyendo en ambos casos del cómputo del pasivo los préstamos y
créditos concedidos por sociedades del grupo.
2.º Se emita certificación del auditor de cuentas del deudor sobre la suficiencia
del pasivo que se exige para adoptar el acuerdo. De no existir, será auditor el
nombrado al efecto por el registrador mercantil del domicilio del deudor y, si éste
fuera un grupo o subgrupo de sociedades, el de la sociedad dominante.
B) Elemento objetivo o eventus damni, que se traduce en que los actos sean
perjudiciales para la masa activa. Sin embargo, a diferencia de las acciones
rescisorias civiles que tienen carácter subsidiario, la acción rescisoria concursal no es
subsidiaria de otras iniciativas, lo cual es lógico si se piensa que el presupuesto
objetivo de la declaración de concurso es la insolvencia del deudor (artículo 2 de la
Ley Concursal 2003).
D) Frente al plazo de cuatro años para ejercitar las acciones rescisorias civiles,
en el caso de la acción rescisoria concursal, pueden rescindirse los actos perjudiciales
realizados en los dos años anteriores a la declaración de concurso.
En general el perjuicio debe ser acreditado por el actor (artículo 71.4 de la Ley
Concursal 2003), pero la Ley establece unas presunciones de perjuicio, distinguiendo
según admitan o no prueba en contrario.
159
Como presunciones iuris e de iure, en las que el perjuicio patrimonial se
presume, sin admitir prueba en contrario, establece el artículo 71.2 de la Ley
Concursal 2003:
160
hermanos del concursado. Y si el concursado es persona jurídica, se consideran
personas especialmente relacionadas, a los socios que conforme a la ley sean personal
e ilimitadamente responsables de las deudas sociales y aquellos otros que sean
titulares de, al menos, un cinco por ciento del capital social, si la sociedad declarada
en concurso tuviera valores admitidos a negociación en mercado secundario oficial, o
un diez por ciento si no los tuviera (si los socios son personas naturales, se
considerarán también personas especialmente relacionadas con la persona jurídica
concursada las personas que lo sean con los socios conforme a lo dispuesto en el
apartado anterior); a los administradores, de derecho o de hecho, los liquidadores del
concursado persona jurídica y los apoderados con poderes generales de la empresa,
así como quienes lo hubieren sido dentro de los dos años anteriores a la declaración
de concurso. Los acreedores que hayan capitalizado directa o indirectamente todo o
parte de sus créditos en cumplimiento de un acuerdo de refinanciación adoptado de
conformidad con el artículo 71 bis o la disposición adicional cuarta, de un acuerdo
extrajudicial de pagos o de un convenio concursal, y aunque hayan asumido cargos en
la administración del deudor por razón de la capitalización, no tendrán la
consideración de personas especialmente relacionadas con el concursado a los efectos
de la calificación de los créditos que ostenten contra el deudor como consecuencia de
la refinanciación que le hubiesen otorgado en virtud de dicho acuerdo o convenio.
Salvo prueba en contrario, no tendrán la consideración de administradores de hecho
los acreedores que hayan suscrito el acuerdo de refinanciación previsto por el artículo
71 bis o la disposición adicional cuarta, por las obligaciones que asuma el deudor en
relación con el plan de viabilidad, salvo que se probase la existencia de alguna
circunstancia que pudiera justificar esta condición.
Por último, tendrán la misma consideración las sociedades que formen parte
del mismo grupo que la sociedad declarada en concurso y sus socios comunes,
siempre que éstos reúnan las mismas condiciones que en artículo 93.2.1º LC 22/2003.
Salvo prueba en contrario, se presumen personas especialmente relacionadas con el
concursado los cesionarios o adjudicatarios de créditos pertenecientes a cualquiera de
161
las personas anteriormente mencionadas, siempre que la adquisición se hubiere
producido dentro de los dos años anteriores a la declaración de concurso.
3. Legitimación
a) La administración concursal;
- el deudor;
4. Procedimiento
5. Recursos
6. Efectos de la rescisión
- a entregar el valor que tuvieran dichos bienes y derechos cuando salieron del
patrimonio del deudor concursado;
164
8. Norma de derecho internacional privado
9. ADMINISTRACIÓN CONCURSAL
a. CONCEPTO
165
b. CARACTERES
166
1. Ser abogado en ejercicio con cinco años de experiencia profesional efectiva
en el ejercicio de la abogacía, que hubiera acreditado formación especializada en
Derecho Concursal.
167
A tal efecto, el Registro Oficial de Auditores de Cuentas y los correspondientes
colegios profesionales presentarán, en el mes de diciembre de cada año, para su
utilización desde el primer día del año siguiente, los respectivos listados de personas
disponibles, incluidas las personas jurídicas. Los profesionales cuya colegiación no
resulte obligatoria podrán solicitar, de forma gratuita, su inclusión en la lista en ese
mismo período justificando documentalmente la formación recibida y la
disponibilidad para ser designados. Igualmente las personas jurídicas podrán solicitar
su inclusión, reseñando los profesionales que las integran y, salvo que ya figuraran en
las listas, su formación y disponibilidad. Las personas implicadas podrán solicitar la
inclusión en la lista de su experiencia como administradores concursales o auxiliares
delegados en otros concursos, así como de otros conocimientos o formación
especiales que puedan ser relevantes a los efectos de su función.
168
Como excepción a lo indicado:
A estos efectos, cuando el conjunto de las deudas con los trabajadores por los
créditos señalados estuviera incluida en el primer tercio de mayor importe, el juez
podrá nombrar como administrador acreedor a la representación legal de los
trabajadores, si la hubiere, que deberá designar un profesional que reúna la condición
de economista, titulado mercantil, auditor de cuentas o abogado, quedando sometido
al mismo régimen de incapacidades, incompatibilidades, prohibiciones, remuneración
y responsabilidad que los demás miembros de la administración concursal.
Como excepciones:
4. En aquellos concursos en que exista una causa de interés público que así lo
justifique, el juez del concurso, de oficio o a instancia de un acreedor de carácter
público podrá nombrar como segundo administrador concursal a una Administración
Pública acreedora o a una entidad de Derecho Público acreedora vinculada o
dependiente de ella. La representación de la administración deberá recaer sobre algún
empleado público con titulación universitaria, de graduado o licenciado, que
desempeñe sus funciones en el ámbito jurídico o económico, y su régimen de
170
responsabilidad será el específico de la legislación administrativa. Asimismo, la
representación de la administración concursal frente a terceros recaerá sobre el primer
administrador concursal. La Administración Pública acreedora o la entidad vinculada
a ella podrá renunciar al nombramiento.
171
En supuesto de concurrencia de justa causa, el Juez bien de oficio o a instancia
del deudor o de cualquiera de sus acreedores, y si se tratare del concurso de una
persona jurídica, el órgano de administración o de liquidación, en su caso (artículo
3.1 LC 22/2003), o de cualquiera de los demás miembros de la administración
concursal, podrá separar del cargo a los administradores concursales o revocar el
nombramiento de los auxiliares delegados (artículo 37.1 LC 22/2003).
1. Incapacidades
2. Inhabilitaciones
172
a) Por la Ley concursal en caso de sentencia en pieza de calificación que
califique al concurso como culpable (artículo 172 de la Ley Concursal 22/2003)
respecto de los inhabilitados.
3. Prohibiciones
1. Absolutas
2. Relativas
173
Cuentas, en relación con el propio deudor, sus directivos o administradores, o con un
acreedor que represente más del 10 por ciento de la masa pasiva del concurso.
4. Incompatibilidades
174
- Será de aplicación al representante de la persona jurídica designada el
régimen de incompatibilidades, prohibiciones, recusación y responsabilidad y
separación establecido para los administradores concursales que se superpone al de
las personas jurídicas, que también se someten al mismo régimen de
incompatibilidades y prohibiciones del artículo 28 LC 22/2003.
De forma específica:
176
cargo del propio administrador concursal asegurado de la obligación de indemnizar
por los daños y perjuicios causados en el ejercicio de su función (artículo 1 Real
Decreto 1333/2012).
h. RETRIBUCIÓN
177
El arancel se ajustará necesariamente a las siguientes reglas:
10 CONCURSADO
a. CONCEPTO
179
ostentan un privilegio en relación a buques o aeronaves (con la consiguiente
preferencia) o vienen postergados al ser declarado su crédito como subordinado.
Dos son los grandes pilares sobre los que asienta la estructura del proceso
concursal, a saber: se ha creado un concurso único, con una regulación aplicable tanto
a los comerciantes como, en principio, a cualquier ciudadano cuya situación
patrimonial y financiera venga a conformar el presupuesto objetivo que contempla la
Ley; de otra parte, el procedimiento se ha judicializado en todos sus niveles y fases,
creando el legislador una nueva figura en el organigrama de la planta judicial, el
Juzgado de lo Mercantil.
180
La unidad subjetiva sobre la base de la cual al concurso de acreedores queda
sometido el deudor común "personal natural o jurídica" (artículo 1.1 de la Ley
Concursal 22/2003) con independencia de su condición empresarial, acaba con la
tradicional dicotomía civil y mercantil en nuestro Derecho respecto del tratamiento de
las crisis económicas, encontrando dicha unidad su justificación en que, no obstante
las diferencias existentes entre quienes son empresarios y quienes no lo son (mayor
riesgo en la utilización del crédito y empleo predominante de la propiedad mobiliaria
frente a la inmobiliaria), se suscita la necesidad de dar idénticas soluciones a
problemas iguales planteados en torno a las crisis económicas. Con ello se sigue la
tendencia generalizada en el marco del Derecho comparado y, en particular, en los
modelos anglosajón y germánico que, tradicionalmente, han regulado unitariamente
el tratamiento de las crisis económicas con independencia de la condición del deudor.
En el caso del deudor es claro que se trata de un derecho ajeno a todas y cada
una de las relaciones jurídicas obligacionales que le vinculan con cada uno de sus
acreedores. Esto es, se trata de un derecho al cambio jurídico que tiene su fundamento
en la responsabilidad patrimonial universal (artículo 1911 del Código Civil) del
deudor insolvente, o que prevea su insolvencia inminente.
No obstante ello, se ha de señalar que aquél no está exento de probar con dicha
solicitud su condición de ""deudor común" (artículo 2.1 LC 22/2003) pero,
evidentemente, esto se produce automáticamente con la presentación de la
documentación a la que se refiere el artículo 6 de la Ley Concursal 22/2003 respecto
de todo lo que se refiere a su estado de insolvencia. Es decir, siempre que concurra
alguno de los presupuestos subjetivos del artículo 1, bastará la prueba de su
insolvencia para que resulte directamente legitimado.
184
carga de acreditación del estado de insolvencia en orden a evitar eventuales abusos
del deudor que pudiere pretender perjudicar a acreedores individuales, promoviendo
su propio concurso, con independencia de la realidad de su situación patrimonial.
El Juez debe tener por cierto el pasivo declarado por el deudor a los efectos de
derivar del mismo la certeza de la situación de insolvencia que se alega. La Ley
Concursal se refiere a la justificación del "estado de insolvencia" y a la "existencia de
alguno de los hechos previstos en el apartado 4 del artículo 2 u otros que acrediten la
insolvencia alegada por el deudor" (artículos 2.3 y 14.1 LC 22/2003). Cuando el
solicitante del concurso es el propio deudor, el hecho alegado basta para acreditar el
estado de insolvencia; esto es, resulta suficiente en estos casos invocar alguno de esos
hechos y acreditar documentalmente su existencia, para que el Juzgador tenga por
acreditada la situación de insolvencia del deudor. En la medida en que es el propio
deudor quien no sólo es que no se opone frente a la pretensión de un tercero sino que
es él mismo quien promueve su declaración de concurso y, al efecto, invoca como
justificación de su procedencia la concurrencia de uno de esos hechos, el Juez debe
considerar acreditada la concurrencia del presupuesto objetivo diseñado por la Ley.
185
o sociales-, la situación que se enuncia no es, por poco frecuente, absolutamente
inexistente, como la práctica judicial de los últimos años ha puesto de manifiesto.
Por eso se dice que el concurso es un proceso universal de ejecución pues: "...
si no existe la necesidad de repartir el total patrimonial del deudor entre sus
acreedores particulares de la manera justa que el procedimiento universal de quiebra
garantiza, porque las reclamaciones individuales a que, en principio, tienen derecho
los acreedores, caben en el activo patrimonial del comerciante por exceder del
montante de ellas, no puede hablarse de situación de quiebra..." (Sentencia del
Tribunal Supremo de 9 de enero de 1984). La pluralidad de acreedores debe ser real y
no deben contarse entre ellos los acreedores ficticios (que serían, entre otros, aquéllos
directamente vinculados al concursado, o sociedades participadas sobre las que se
tenga control).
186
c. CONSECUENCIAS DE LA DECLARACIÓN JUDICIAL DEL
CONCURSO
Pero en todo caso, es claro que por el mero hecho de la declaración de concurso
no se debe producir el efecto de la inhabilitación para el comercio del deudor o de los
administradores sociales. Este efecto ha de quedar a expensas de lo que resulte en la
pieza de calificación, reservándose para los casos en que el concurso venga declarado
como culpable y aquéllos vengan declarados personas afectadas por la calificación
(artículo 172 de la Ley Concursal 22/2003).
187
sobre sus propios bienes, y que no se recuperaban con la conclusión del
procedimiento sino antes bien con la rehabilitación. En el marco de la Ley Concursal,
la situación es diversa, en cuanto que la inhabilitación es un efecto que se reserva
para los supuestos de concurso calificado como culpable, en los que se impone con
carácter de sanción a las personas afectadas, y con una duración temporal
determinada. Se diferencian los efectos que se despliegan sobre la órbita personal y
sobre la órbita patrimonial del concursado. En el caso de que el concurso se califique
como fortuito, no se produce ningún efecto de inhabilitación.
188
generales, afectados en caso de persona jurídica, debiendo cesar en sus cargos
(artículo 173.1 LC 22/2003). Si el cese impidiese el funcionamiento del órgano de
administración o liquidación, la Administración concursal convocará junta o
asamblea de socios para proveer el nombramiento de quienes hayan de cubrir las
vacantes dejadas por razón de la inhabilitación de los anteriormente nombrados
(artículo 173.2 LC 22/2003). Ahora bien, la situación que se plantea es ciertamente
diversa según los casos en que el concurso se desenvuelva en solución liquidatoria o
en solución concordada.
190
13. DECLARACIÓN DEL CONCURSO
a. CONCEPTO
191
cuando no es susceptible su oportuna atención, todo ello en orden a hacer factible el
principio de igualdad de trato entre los mismos dentro del marco legal.
192
Si a través del procedimiento concursal se pretende, en líneas generales,
determinar de la manera más exacta posible el estado patrimonial o económico del
deudor a través de la determinación de su masa pasiva (deudas que tiene) y activa
(bienes y derechos patrimoniales con los que puede hacer frente a sus deudas y con
los que, igualmente, debe atenderse los gastos originados por y durante la tramitación
concursal que son a cargo del deudor) para, sobre su base, procederse a la satisfacción
de la pluralidad de créditos cuya ausencia de atención puntual ha sido la base de la
existencia del procedimiento concursal a través de alguna de las dos soluciones
dispuestas de manera alternativa (convenio del deudor con los acreedores que excluye
el reparto de su patrimonio o liquidación de éste a través de los cauces legalmente
dispuestos con reparto del numerario dispuesto entre todos aquellos), puede colegirse
de la distinción anterior que únicamente los créditos concursales se incluyen en la
masa pasiva referida, con la que nada tienen que ver en razón de su procedencia los
créditos contra la masa, excluidos por ello de las reglas contenidas en la Ley
Concursal sobre reconocimiento, graduación y clasificación de créditos, hasta el
punto de que se configuran con el carácter de prededucibles, lo que significa que
deben ser atendidos antes que los concursales (según el artículo 154.1 de la Ley
Concursal 22/2003"antes de proceder al pago de los créditos concursales, la
administración concursal deducirá de la masa activa los bienes y derechos necesarios
para satisfacer los créditos contra ésta"). Precisamente, ésta circunstancia ha llevado
al legislador a otorgar dicho carácter a determinados créditos que participan de la
naturaleza de los créditos concursales y que, merced a una decisión de política
legislativa en orden a asegurar su íntegra satisfacción, se ven conceptuados como
créditos contra la masa y, consecuentemente, privilegiado su tratamiento y abono (el
caso más paradigmático es el de determinados créditos salariales que posteriormente
se concretarán).
193
determinar la masa pasiva (atinente por tanto únicamente a los créditos concursales) y
siguiendo, sin ánimo exhaustivo, por el hecho de que las deducciones para atender el
pago de los créditos contra la masa deben hacerse a cargo de bienes y derechos no
afectos al pago de créditos con privilegio especial (que son créditos concursales y que
vienen integrados, esencialmente, por los créditos con garantía real), que la
realización del pago de créditos ordinarios con antelación no es factible si no está
suficientemente cubierto el pago de los créditos contra la masa (lógica consecuencia
de ser prededucibles) y que, en función de la posición que se adopte respecto los
contratos de tracto sucesivo en los que hubiere concurrido un incumplimiento previo
del concursado, es factible la existencia de comunicaciones entre ambos grupos de
créditos (artículos 61 y 62 de la Ley Concursal 22/2003).
Asimismo y fruto de ese diferente carácter, los puntos relativos a las deudas de
la masa se comprenden en la sección tercera del concurso junto, esencialmente, a las
cuestiones relativas a la determinación de la masa activa, mientras que la sección
cuarta comprende lo relativo a la determinación de la masa pasiva (es decir, los
créditos concursales) de manera fundamental, que abarca las cuestiones atinentes a la
comunicación, reconocimiento, graduación y clasificación de los créditos.
195
efectos que el concurso origina en los otros créditos) y de prioridad (al anteponerse su
pago a los restantes créditos en el concurso). Por otro lado, al caracterizarse por venir
originados durante el desarrollo del procedimiento concursal, su nacimiento no puede
más que situarse con su incoación, vinculándose, como ya se apuntó, a la
continuación de la actividad económica del deudor o al discurrir normal del
procedimiento haciendo factible el mismo. De ahí que tengan tal consideración, entre
otros, los créditos generados por el ejercicio de la actividad empresarial o profesional
del deudor tras la declaración del concurso, incluidos los créditos laborales; los
derivados de obligaciones válidamente contraídas durante el procedimiento por la
administración concursal o por el concursado sometido a intervención con la
autorización o conformidad de la misma; los que resulten de prestaciones a cargo del
concursado en los contratos con obligaciones recíprocas pendientes de cumplimiento
que continúen en vigor tras la declaración de concurso; los de costas y gastos
judiciales ocasionados por la solicitud y declaración de concurso, publicaciones
previstas en la Ley de las resoluciones judiciales y asistencia y representación del
concursado y de la administración concursal, así como la retribución de los
administradores concursales.
d. CRÉDITOS CONCURSALES
198
En dicha masa pasiva se integraran los créditos concursales calificándolos
como pertenecientes a alguna de las siguientes clases: privilegiados, ordinarios y
subordinados. A su vez, los créditos privilegiados se clasificarán en créditos con
privilegio especial, si afectan a determinados bienes o derechos, y créditos con
privilegio general, si afectan a la totalidad del patrimonio del deudor, teniendo
siempre presente que todo privilegio debe estar reconocido en la Ley Concursal.
199
posible. Dichas preferencias, excluyendo toda posibilidad de ejecución separada, son
idénticas a las de los créditos con privilegio especial en caso de convenio, mientras
que en los casos de liquidación su abono se realiza por el orden con que aparecen
enumerados en el artículo 91 de la Ley Concursal 22/2003 con cargo a los bienes y
derechos no afectos a privilegio especial que integren la masa activa, una vez
deducidos los necesarios para atender a los créditos contra la masa, siempre
prioritarios con exclusión de bienes y derechos afectos. Estos créditos con privilegio
general vienen constituidos, esencialmente, por créditos de Derecho Público,
salariales y por responsabilidad civil extracontractual dentro de ciertos límites,
teniendo también este carácter los créditos de que fuere titular el acreedor que hubiere
solicitado la declaración de concurso y que no tuvieren el carácter de subordinados
hasta la cuarta parte de su importe, privilegio éste último que se justifica en que el
acreedor, con su solicitud de concurso, actúa en beneficio de todos los acreedores,
sirviendo además para fomentar actuaciones de este tipo en los casos en que se den
los presupuestos del concurso y, por la razón que sea, el deudor no se presente
voluntariamente en dicho estado.
c) Créditos subordinados
Constituyen los créditos que disfrutan de peor condición dentro del concurso,
hasta el punto de haber sido considerados antiprivilegiados. Buena muestra de lo
expuesto es que, en caso de convenio, carecen de derecho de voto y, aunque quedan
sometidos a las mismas quitas y esperas establecidas en convenio para los créditos
ordinarios, los plazos de espera se les computan a partir del íntegro cumplimiento del
convenio respecto los créditos ordinarios. Si la solución del concurso es la
liquidación, solo se abonaran si previamente han sido satisfechos íntegramente los
créditos ordinarios, realizándose en tal caso su abono por el orden con que aparecen
relacionados en el artículo 92 de la Ley Concursal 22/2003.
200
(caso de las multas); por su carácter accesorio (intereses) o por haberse apreciado
mala fe en el titular del crédito con ocasión de su rescisión.
d) Créditos ordinarios
En caso de convenio habrá que estar, respecto los créditos cuyos titulares
resulten vinculados por el mismo en función de su calificación o comportamiento
seguido, a los términos del mismo, con la espera, quita o ambos efectos que puedan
haberse pactado dentro de los límites legales (respecto los créditos ordinarios, la quita
no puede exceder de la mitad del importe de cada uno de ellos, ni la espera superar
los cinco años a partir de la firmeza de la resolución judicial que apruebe el
convenio).
202
15. MASA ACTIVA Y PASIVA DEL CONCURSO
a. CONCEPTO
204
Si el deudor no hubiese presentado las cuentas anuales correspondientes al
ejercicio anterior a la declaración de concurso, serán formuladas por la
administración concursal, con los datos que pueda obtener de los libros y documentos
del deudor, de la información que éste le facilite y de cuanta otra obtenga en un plazo
no superior a quince días.
2. Lista de acreedores.
c. LA MASA ACTIVA
Los titulares de créditos con privilegios sobre los buques y las aeronaves
podrán separar estos bienes de la masa activa del concurso mediante el ejercicio, por
el procedimiento correspondiente, de las acciones que tengan reconocidas en su
legislación específica. Si de la ejecución resultara remanente a favor del concursado,
se integrará en la masa activa.
206
Además, en el ámbito del concurso de persona casada debe tenerse en cuenta
que los bienes adquiridos por ambos cónyuges con pacto de sobrevivencia se
considerarán divisibles en el concurso de cualquiera de ellos, integrándose en la masa
activa la mitad correspondiente al concursado.
Como es obvio los bienes de propiedad ajena que se encuentren en poder del
concursado y sobre los cuales éste no tenga derecho de uso, garantía o retención serán
entregados por la administración concursal a sus legítimos titulares, a solicitud de
éstos. En definitiva, los bienes ajenos en poder del concursado sin título que
justifique ni si quiera su uso y posesión no forman parte de la masa activa y se han de
devolver a sus legítimos titulares.
207
comunicar a la administración concursal, para su reconocimiento en el concurso, el
crédito correspondiente al valor que tuvieran los bienes y derechos en el momento de
la enajenación o en otro posterior, a elección del solicitante, más el interés legal.
En estos casos, el crédito que resulte a favor del titular perjudicado tendrá la
consideración de crédito concursal ordinario. Los efectos de la falta de comunicación
oportuna del crédito se producirán transcurrido un mes desde la aceptación por la
administración concursal o desde la firmeza de la resolución judicial que hubiere
reconocido los derechos del titular perjudicado.
Al inventario se añade una relación de todos los litigios cuyo resultado pueda
afectar a su contenido y otra comprensiva de cuantas acciones debieran promoverse, a
juicio de la administración concursal, para la reintegración de la masa activa. En
ambas relaciones se informará sobre viabilidad, riesgos, costes y posibilidades de
financiación de las correspondientes actuaciones judiciales.
208
Para la valoración de los bienes o para determinar la viabilidad de las acciones
a ejercitar la administración concursal puede asesorarse de expertos independientes,
en cuyo caso propondrá al Juez su nombramiento y los términos del encargo. Los
informes emitidos por los expertos y el detalle de los honorarios devengados con
cargo a la masa se unirán al inventario.
209
Se presume el perjuicio patrimonial, sin admitir prueba en contrario, en los dos
siguientes supuestos:
En los demás casos, esto es, cuando se trate de actos no comprendidos en las
presunciones anteriores, el perjuicio patrimonial deberá ser probado por quien ejercite
la acción rescisoria.
210
forma en que se hubieren realizado, y las garantías constituidas en ejecución de los
mismos, cuando:
1.º El acuerdo haya sido suscrito por acreedores cuyos créditos representen al
menos tres quintos del pasivo del deudor en la fecha de adopción del acuerdo de
refinanciación. En el caso de acuerdos de grupo, el porcentaje señalado se calculará
tanto en base individual, en relación con todas y cada una de las sociedades afectadas,
como en base consolidada, en relación con los créditos de cada grupo o subgrupo
afectados y excluyendo en ambos casos del cómputo del pasivo los préstamos y
créditos concedidos por sociedades del grupo.
2.º Se emita certificación del auditor de cuentas del deudor sobre la suficiencia
del pasivo que se exige para adoptar el acuerdo. De no existir, será auditor el
nombrado al efecto por el registrador mercantil del domicilio del deudor y, si éste
fuera un grupo o subgrupo de sociedades, el de la sociedad dominante.
211
b) Que el activo corriente resultante sea superior o igual al pasivo corriente.
Para ello, y para el anterior requisito, se tendrán en cuenta todas las consecuencias de
índole patrimonial o financiera, incluidas las fiscales, las cláusulas de vencimiento
anticipado, u otras similares, derivadas de los actos que se lleven a cabo, aun cuando
se produzcan con respecto a acreedores no intervinientes.
212
nombramiento se hará entre profesionales que resulten idóneos para la función.
Dichos expertos quedarán sometidos al régimen de incapacidades,
incompatibilidades, prohibiciones, recusación y responsabilidad establecido para los
administradores concursales y sus representantes y a las causas de incompatibilidad
establecidas para los auditores en la legislación de auditoría de cuentas.
e. LA MASA PASIVA
Constituyen la masa pasiva del concurso los créditos contra el deudor común
que conforme a la Ley Concursal no tengan la consideración de créditos contra la
masa. En caso de concurso de persona casada en régimen de gananciales o cualquier
otro de comunidad de bienes, no se integrarán en la masa pasiva los créditos contra el
cónyuge del concursado, aunque sean, además, créditos a cargo de la sociedad o
comunidad conyugal.
Como hemos indicado los créditos contra la masa se contraponen a los créditos
concursales y no integran la masa pasiva del concurso.
a) Los créditos por salarios por los últimos treinta días de trabajo efectivo
anteriores a la declaración de concurso y en cuantía que no supere el doble del salario
mínimo interprofesional.
d) Los de alimentos del deudor y de las personas respecto de las cuales tuviera
el deber legal de prestarlos, conforme a lo dispuesto en la de la Ley Concursal sobre
su procedencia y cuantía así como, en toda la extensión que se fije en la
correspondiente resolución judicial posterior a la declaración del concurso, los de los
alimentos a cargo del concursado acordados por el Juez de Primera Instancia en
alguno de los procesos a que se refiere el título I del Libro IV de la Ley de
Enjuiciamiento Civil.
215
Tendrán también esta consideración los créditos de este tipo devengados con
posterioridad a la declaración de concurso cuando tenga su origen en una resolución
judicial anterior.
g) Los que, en los casos de pago de créditos con privilegio especial sin
realización de los bienes o derechos afectos, en los de rehabilitación de contratos o de
enervación de desahucio y en los demás previstos en la de la Ley Concursal,
correspondan por las cantidades debidas y las de vencimiento futuro a cargo del
concursado.
216
j) Los que resulten de obligaciones nacidas de la de la Ley o de responsabilidad
extracontractual del concursado con posterioridad a la declaración de concurso y
hasta la cancelación del mismo.
217
títulos, documentos o escrituras de poder acompañados, quedarán en las actuaciones
testimonios bastantes autorizados por el secretario.
218
Cuando el concursado fuere persona casada en régimen de gananciales o
cualquier otro de comunidad de bienes, la administración concursal expresará,
respecto de cada uno de los créditos incluidos en la lista, si sólo pueden hacerse
efectivos sobre su patrimonio privativo o también sobre el patrimonio común.
219
c) Los créditos sometidos a condición suspensiva y los litigiosos serán
reconocidos en el concurso como créditos contingentes sin cuantía propia y con la
calificación que corresponda, admitiéndose a sus titulares como acreedores
legitimados en el juicio sin más limitaciones que la suspensión de los derechos de
adhesión, de voto y de cobro. En todo caso, la confirmación del crédito contingente o
su reconocimiento en sentencia firme o susceptible de ejecución provisional, otorgará
a su titular la totalidad de los derechos concursales que correspondan a su cuantía y
calificación.
e) Los créditos que no puedan ser hechos efectivos contra el concursado sin la
previa excusión del patrimonio del deudor principal se reconocerán como créditos
contingentes mientras el acreedor no justifique cumplidamente a la administración
concursal haber agotado la excusión, confirmándose, en tal caso, el reconocimiento
del crédito en el concurso por el saldo subsistente.
220
parcial, aunque éste no hubiere comunicado su crédito o hubiere hecho remisión de la
deuda.
221
considera que el principio de igualdad de tratamiento de los acreedores ha de
constituir la regla general del concurso, y que sus excepciones han de ser muy
contadas y siempre justificadas.
Las excepciones que la Ley admite son positivas o negativas, en relación con
los créditos ordinarios. Las primeras se concretan en los privilegios, especiales o
generales, por razón de las garantías de que gocen los créditos o de la causa o
naturaleza de éstos. A los acreedores privilegiados, en principio, sólo afectará el
convenio con su conformidad y, en caso de liquidación, se les pagará con prioridad
respecto de los ordinarios. Pero esos privilegios se reducen en número e incluso se
limitan en su cuantía a algunos de los tradicionalmente reconocidos, como los
tributarios y los de cuotas de la Seguridad Social (hasta el 50 por ciento de su importe
en cada caso).
222
Las excepciones negativas son las de los créditos subordinados, una nueva
categoría que introduce la ley para clasificar aquellos que merecen quedar
postergados tras los ordinarios, por razón de su tardía comunicación, por pacto
contractual, por su carácter accesorio (intereses), por su naturaleza sancionadora
(multas) o por la condición personal de sus titulares (personas especialmente
relacionadas con el concursado o partes de mala fe en actos perjudiciales para el
concurso). A estos efectos, conviene precisar que la categoría de créditos
subordinados incluye los intereses devengados y sanciones impuestas con ocasión de
la exacción de los créditos públicos, tanto tributarios como de la Seguridad Social.
Los titulares de estos créditos subordinados carecen de derecho de voto en la junta de
acreedores y, en caso de liquidación, no podrán ser pagados hasta que hayan quedado
íntegramente satisfechos los ordinarios.
223
Por exclusión los créditos ordinarios son aquellos que no se encuentren
calificados en la de la Ley Concursal como privilegiados ni como subordinados.
2. Los créditos garantizados con anticresis, sobre los frutos del inmueble
gravado.
224
los requisitos y formalidades previstos en su legislación específica para su
oponibilidad a terceros, salvo que se trate de hipoteca legal tácita o de los
refaccionarios de los trabajadores.
4. Los créditos tributarios y demás de Derecho público, así como los créditos
de la Seguridad Social que no gocen de privilegio especial conforme al apartado 1 del
artículo 90 LC 22/2003, ni del privilegio general del número 2 del artículo 91 LC
22/2003. Este privilegio podrá ejercerse para el conjunto de los créditos de la
Hacienda Pública y para el conjunto de los créditos de la Seguridad Social,
respectivamente, hasta el cincuenta por ciento de su importe.
7. Los créditos de que fuera titular el acreedor a instancia del cual se hubiere
declarado el concurso y que no tuvieren el carácter de subordinados, hasta el
cincuenta por ciento de su importe.
El nuevo artículo 94.2 Ley Concursal 22/2003, a los efectos de poder extender
los efectos de convenio a todos los créditos privilegiados, tanto especiales como
generales, distingue entre cuatro subclases de ambos:
4.º Resto de acreedores, entre los cuales se incluirán los acreedores por
operaciones comerciales y el resto de acreedores no incluidos en las categorías
anteriores.
1. El cónyuge del concursado o quien lo hubiera sido dentro de los dos años
anteriores a la declaración de concurso su pareja de hecho inscrita, o las personas que
convivan con análoga relación de afectividad o hubieran convivido habitualmente con
él dentro de los dos años anteriores a la declaración de concurso.
3. Las sociedades que formen parte del mismo grupo que la sociedad declarada
en concurso y sus socios comunes, siempre que éstos reúnan las mismas condiciones
que en el número 1.º del artículo 93.2 LC 22/2003.
229
La relación de los excluidos expresará la identidad de cada uno de ellos y los
motivos de la exclusión. En relación separada, se detallarán y cuantificarán los
créditos contra la masa, devengados y pendientes de pago.
230
Cuando las impugnaciones afecten a menos del veinte por ciento del activo o
del pasivo del concurso el juez podrá ordenar la finalización de la fase común y la
apertura de la fase de convenio o de liquidación, sin perjuicio del reflejo que las
impugnaciones puedan tener en los textos definitivos y las medidas cautelares que
pueda adoptar para su efectividad.
231
Sólo podrán continuarse aquellos procedimientos administrativos de ejecución
en los que se hubiera dictado providencia de apremio y las ejecuciones laborales en
las que se hubieran embargado bienes del concursado, todo ello con anterioridad a la
fecha de declaración del concurso, siempre que los bienes objeto de embargo no
resulten necesarios para la continuidad de la actividad profesional o empresarial del
deudor.
Así, los acreedores con garantía real sobre bienes del concursado afectos a su
actividad profesional o empresarial o a una unidad productiva de su titularidad no
podrán iniciar la ejecución o realización forzosa de la garantía hasta que se apruebe
un convenio cuyo contenido no afecte al ejercicio de este derecho o transcurra un año
desde la declaración de concurso sin que se hubiera producido la apertura de la
liquidación.
Tampoco podrán ejercitarse durante ese tiempo, cuando se refieran a los bienes
indicados en el párrafo anterior, las acciones tendentes a recuperar los bienes
vendidos en virtud de contratos inscritos en el Registro de bienes muebles o los
cedidos en arrendamientos financieros formalizados en documento que lleve
aparejada ejecución o haya sido inscrito en el referido registro, ni las resolutorias de
ventas de inmuebles por falta de pago del precio aplazado, aunque deriven de
condiciones explícitas inscritas en el Registro de la Propiedad.
a. CONCEPTO
233
Registro Mercantil, si la resolución fuera inscribible en éste, y a través de un portal en
Internet que se localizará dentro de la sede electrónica que determine el Ministerio de
Justicia. El Real Decreto 892/2013, de 15 de noviembre, por el que se regula el
Registro Público Concursal, en vigor desde el 3 de marzo de 2014, ha concretado el
funcionamiento del mismo.
En todo caso, el acceso al Registro será libre a través de Internet, sin necesidad
de acreditar legitimación alguna, público, gratuito y permanente. Asimismo, el
Registro publicará un extracto con los datos indispensables de las resoluciones
procesales de las que deba ofrecer publicidad, con referencia a los datos registrales
que hubieran causado anotación o inscripción en algún registro público, o con la
indicación de la pendencia de dicha circunstancia. La accesibilidad se limitará en los
supuestos de inhabilitaciones de sentencias de calificación culpable no firmes.
235
b. SECCIÓN PRIMERA
236
c. SECCIÓN SEGUNDA
d. SECCIÓN TERCERA
238
V. JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO
ANTECEDENTES DE HECHO:
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
242
al mencionado hijo; y c) la consecutiva insolvencia del acusado Bruno . Procediendo, en
perfecta congruencia con lo expuesto, la desestimación del único motivo subsistente del
recurso interpuesto por el acabado de citar Bruno y que, basado en el artículo 849,
número 1,°, de la Ley de Enjuiciamiento Criminal por aplicación indebida del artículo
519 del Código Penal , a la vista de su concreta fundamentación, más bien debió
sustentarse en el inciso primero del número 1 del artículo 851 de dicha Ley.
FALLO:
ANTECEDENTES DE HECHO:
Segundo: La referida sentencia estimó que los indicados hechos probados eran
constitutivos de un delito de alzamiento de bienes previsto y penado en el artículo 519
del Código Penal , siendo responsable en concepto de autor el procesado, sin la
concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal y contiene
el siguiente fallo: "Que debemos condenar y condenamos al procesado Plácido , como
autor responsable de un delito de alzamiento de bienes, ya definido, sin la concurrencia
de circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de seis meses y
un día de prisión menor, con las accesorias de suspensión de todo cargo público,
profesión, oficio y derecho de sufragio durante el tiempo de la condena impuesta, y al
pago de las costas procesales. Se declara la nulidad de la transmisión de los bienes
contenida en la escritura pública de donación de fecha 3 de octubre de 1979, con reserva
de usufructo otorgada ante el Notario de Santiago don Ildefonso Sánchez Mera, y la
también escritura pública de compraventa otorgada en fecha 31 de diciembre de 1979
ante el fedatario extrajudicial de Lalín don Agustín , como sustituto legal por vacante de
la Notaría de Silleda, anulando los asientos regístrales existentes en el Registro de la
245
Propiedad de La Estrada; para el cumplimiento de la pena impuesta se le abona todo el
tiempo que ha estado privado de la libertad por esta causa. Reclámese del Instructor la
pieza de responsabilidad civil y de situación personal. Finalmente debemos de absolver
y absolvemos al procesado Plácido del delito de estafa de que viene acusado en la
presente causa, con declaración de oficio de las costas procesales».
Tercero: Notificada dicha sentencia a las partes, se preparó contra la misma por
Plácido, recurso de casación por infracción de Ley que se tuvo por anunciado,
remitiéndose en consecuencia a esta Sala Segunda del Tribunal Supremo, por la
Audiencia de instancia, las pertinentes certificaciones para su sustanciación y
resolución.
Séptimo: Esta Sala, con suspensión del término para dictar sentencia, y haciendo
uso de la facultad concedida en el artículo 899 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal ,
acordó reclamar de la Audiencia de instancia la causa origen del recurso, lo que se
verificó; y recibida que ha sido, en proveído de 13 de mayo pasado, se acordó alzar la
suspensión del término para dictar esta resolución y que continuara el mismo luego de
notificarse tal proveído, lo que ha tenido lugar al siguiente día 14 de mayo.
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
Segundo: Por lo que atañe a la pretendida infracción, por aplicación indebida del
artículo 519 del Código Penal, mal cabe apreciar aquélla a tenor de un relato fáctico -
inmodificable por esta vía-, del que se desprende la concurrencia de cuantos requisitos o
elementos conforman el alzamiento de bienes: a) existencia de deudas legítimas, reales,
líquidas y, generalmente, vencidas y exigibles, ya que la acción correspondiente al tipo
penal puede ser posterior a la exigibilidad crediticia, siempre que se demuestre que
estaba encaminada a impedir la efectividad de los créditos conforme a las previsiones
del ordenamiento jurídico sentencias de 9 de mayo de 1981 y 16 de febrero de 1983);
b) ocultación, enajenación o desaparición de los bienes por cualquier medio, con
independencia -en cuanto a la enajenación- de que la misma sea real o ficticia, onerosa o
gratuita (sentencias de 18 de noviembre de 1985 y 10 de febrero y 7 de marzo de 1986),
y c) ánimo tendencial hacia la insolvencia, de forma que este elemento subjetivo del
injusto, además de rechazar la comisión culposa, refuerza la concepción del alzamiento
como delito de mero riesgo y resultado cortado, en el que la consumación se alcanza sin
necesidad de que se produzca el perjuicio efectivo del acreedor, o se llegue a la
insolvencia total ( sentencias de 14 de diciembre de 1985 y 9 de mayo y 9 de junio de
1986 ). En el caso de autos, el ahora recurrente -según el relato fáctico- reconoció en
documento privado de 26 de junio de 1979 ser deudor a la entidad mercantil "Galicia de
Automoción, SA.» de un saldo de 2.828.364 pesetas, "consecuencia de las relaciones
comerciales sostenidas en dicha sociedad», y se comprometió a su abono mediante
veinticuatro cambiales con vencimientos mensuales desde el 26 de julio de 1979 al 26
de junio de 1982, si bien cesó en sus pagos tras el abono de sólo cuatro cambiales, "y se
colocó en estado de insolvencia y en perjuicio de la entidad acreedora -Galicia de
Automoción, SA. (Galasa)- frente a las reclamaciones judiciales entabladas por ésta», y
248
ello mediante la donación de una finca a su hijo en escritura pública de 3 de octubre de
1979 y enajenación de otros inmuebles a sus hijos en escritura de 31 de diciembre de
igual año, lo que revela la concurrencia tanto de los elementos objetivos del tipo como
del ánimo tendencial defraudatorio.
249
FALLO:
ANTECEDENTES DE HECHO:
Segundo: El referido fallo se basó en el hecho probado del tenor literal siguiente:
Primer resultando probado y así se declara, que el procesado Matías , fue copropietario -
con otra persona ya juzgada- de un negocio comercial bajo el nombre de “Tapicars”,
dedicado a la tapicería del automóvil, funcionando como empresa con patrimonio
mercantil con cuentas bancarias y con dos locales comerciales, y con este carácter, y
bajo ese nombre comercial, el procesado y el otro condueño, mantuvieron relaciones
comerciales con la entidad “Géneros de Punto Nerva, S. A.”, entre los años 1977 y
1980, por una cuantía aproximada de 13.199.695 pesetas, de cuya cantidad la sociedad
citada reclama como pendiente 2.157.898 pesetas como parte del precio de mercancía
suministrada al procesado y su condueño, sin que éstos estuvieran conformes alegando
251
la necesidad de una liquidación por una posible o supuesta devolución de mercancías
por defecto de las mismas. Para hacer efectivo el precio de las mercancías, se aceptaron
por el procesado y la otra persona, letras de cambio, y en sustitución de alguna de ellas
que resultó impagada a su vencimiento, se libraron por los titulares de "Tapicars»
cheques o talones contra las cuentas corrientes de las que disponían conjuntamente los
dos condueños, y 3 de estos talones no se hicieron efectivos por el banco librado.
Durante las conversaciones entre las partes, sobre estas relaciones económicas, se
disolvió la asociación o comunidad del negocio comercial "Tapicars» y no habiéndose
pagado las cantidades reclamadas, la sociedad querellante instó ejecución,
procediéndose al embargo judicial de los establecimientos comerciales que el procesado
y su condueño regentaban en Fuenlabrada y Getafe respectivamente, o derechos que
sobre los mismos les correspondieran, la maquinaria y enseres que hubiera en los
mismos, muebles y enseres de las viviendas respectivas, depósitos y cuentas bancarias y
la propiedad de los pisos en que tenían su vivienda y al tratar de anotar el embargo
sobre el piso vivienda del procesado, se tuvo conocimiento de que éste y su esposa
habían otorgado capitulaciones adoptando el régimen de separación, y adjudicando
dicho piso, en propiedad, a la esposa por escritura de 11 de agosto de 1980. No se
acredita la continuación de la ejecución y tasación sobre los demás bienes embargados.
252
Cuarto: El Ministerio Fiscal y la representación del recurrido Matías , sé
instruyeron del recurso, quedando conclusos los Autos para señalamiento de vista
cuando por turno correspondiera.
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
254
procesado, mantuvieron relaciones comerciales hasta el año 1980, y que el procesado
otorgó la mentada escritura de capitulaciones con fecha 11 de agosto de 1980, de donde
claramente resulta, que no hay términos hábiles para saber si dicha escritura fue
otorgada en fecha anterior o posterior a aquella durante la cual las partes mantuvieron
relaciones comerciales y negociaciones sobre la fijación y forma de pagó de la deuda en
cuanto que se dice que las tuvieron en el año 1980, o sea, hasta el mismo en que fue
otorgada la escritura de capitulaciones, o sea que no hay datos precisos para saber si fue
antes p después de que él crédito fuese liquidó y exigible, anterior, p posterior a la fecha
de iniciación de las reclamaciones judiciales, al decretamiento de las embargos, etc., por
lo que, como la parte recurrente no ha interpuesto el correspondiente motivo de casación
tendente a que se completase el tan deficiente relato fáctico con los elementales datos,
referidos que son absolutamente imprescindibles para conocer si han concurrido o no,
todos los elementos integrantes del delito de alzamiento de bienes, la comisión del
mismo no puede darse por probada por no aparecer en el resultando de hechos
probados, con la necesaria claridad, los datos necesarios para comprobar si han
concurrido o no, los requisitos que lo integran, razón por la que procede desestimar el
primero de los motivos interpuesto al amparo del número 1 del artículo 849 de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal , denunciando la infracción de lo dispuesto en el artículo 519
del Código Penal.
255
disposición por la exigencia del ordenamiento legal que impone a los deudores el
mantenimiento íntegro del contenido de su patrimonio para evitar que se frustren
fraudulentamente las expectativas de los acreedores a la realización de sus créditos.
En consecuencia;
FALLO:
ANTECEDENTES DE HECHO:
256
la esposa del demandado María Virtudes, ambos mayores de edad y sin antecedentes
penales.
Ante lo cual, los procesados, aconsejados por su Abogado don Joaquín Arnau
Antonino, gestionaron ante la Caja de Ahorros y Socorros de Sagunto la concesión de
un préstamo para atender al pago de la deuda, siéndoles concedido el 2 de diciembre de
1980 por importe de 1.300.800 ptas. y documentado en el correspondiente contrato
intervenido por Corredor de Comercio el 5 de diciembre de dicho año figurando como
prestatario Jesús Carlos y como fiadores su esposa, María Virtudes , y los otros dos
procesados Tomás y Elisa , mayores de edad y sin antecedentes penales, a quienes, en
garantía de su posible responsabilidad para el afianzamiento del mencionado préstamo,
se les otorgó escritura de venta de las fincas embargadas por el Banco de Bilbao el 3 de
diciembre de 1980, que fue presentada al Registro de la Propiedad el mismo día para
anotación en el Diario, sin que el ejecutante pudiera anotar el embargo trabado sobre las
mismas fincas. Dicha compraventa, de carácter simulado, no fue más que una
transmisión en garantía de la posible responsabilidad que para los avalistas o fiadores-
compradores pudiera derivarse de la no devolución del préstamo concedido a Jesús
Carlos por la Caja de Ahorros de Sagunto el que, una vez cancelado, o extinguida la
fianza prestada por los compradores implicaría el retorno de las fincas a la titularidad
del vendedor.
Dedúzcase testimonio de esta sentencia y de los folios 166 y 167 de la causa así
como del apartado A-3 del escrito de proposición de prueba de la defensa de Jesús
Carlos y María Virtudes de 8 de octubre de 1986, fotocopias de los cheques aportados
con el mismo, y certificaciones de la Caja de Ahorros y Socorros de Sagunto de 27 de
octubre de 1986 y del Banco de la Exportación de 6 de noviembre de 1986 para su
remisión al Juzgado de Instrucción Decano de Sagunto por si la actuación de don
Alberto fuera constitutiva de delito, interesando acuse de recibo con indicación de las
diligencias que se incoen para su averiguación.» Tercero: Notificada la sentencia a las
partes, se preparó recurso de casación por infracción de ley, por el acusador particular
«Banco de Bilbao, S. A.», que se tuvo por anunciado, remitiéndose a esta Sala Segunda
del Tribunal Supremo las certificaciones necesarias para su sustanciación y resolución,
formándose el correspondiente rollo y formalizándose el recurso.
258
Sexto: Hecho el señalamiento se celebró la vista prevenida el día 24 del pasado
mes de abril, con asistencia e intervención del Letrado don Juan Carlos Tobal Montero,
defensor de los recurridos que impugnó el recurso y del Ministerio Fiscal que asimismo
lo impugnó. El Letrado defensor del recurrente no compareció.
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
Único: El único motivo del recurso del acusador particular se funda en el art.
849.2.° de la Ley de Enjuiciamiento Criminal . En él se expone que de los hechos
probados surge que los procesados han obrado con dolo. Afirma el recurrente que si
fuera verdad que la venta realizada por los procesados respondía al fin de pagar la deuda
que éstos tenían con los presuntos compradores, hubieran vendido otras propiedades
pertenecientes a la esposa «y no única y exclusivamente los bienes embargados por el
Banco de Bilbao».
Concluye la representación del banco que debe quedar claro «que la venta
realizada en fecha 3 de diciembre de 1980, no fue, ni mucho menos, para garantizar las
responsabilidades derivadas de la póliza de préstamos suscrita con la Caja de Ahorros y
Socorros de Sagunto por don Jesús Carlos y su esposa, en la que figuran como garantes
don Tomás y su esposa». El motivo debe ser desestimado, a) Si bien el recurso ha sido
deducido por la vía del art. 849.2.° de la Ley de Enjuiciamiento Criminal , es lo cierto
que su fundamentación no se apoya en la errónea determinación del hecho probado, sino
en lo que en opinión del recurrente es una errónea subsunción del mismo. Por lo tanto,
las cuestiones planteadas se deben tratar según lo establecido en el hecho probado en
relación a su subsunción. Concretamente, por lo tanto, en relación a la existencia o no
de los elementos del tipo, dado que el recurrente no señala documento alguno que
demuestre el error en el que habría incurrido el a quo.
Precisamente ésta es la situación que refleja el hecho probado, dado que los
procesados saldaron con el importe recibido, por el préstamo para el que entregaron las
propiedades en garantía, la deuda que provenía del juicio ejecutivo número. 416/1980
del Juzgado de Sagunto, en el que el Banco de Bilbao reclamaba el pago de un crédito.
FALLO:
ANTECEDENTES DE HECHO:
262
cuantas trabas y embargos se hubieren constituido en sus piezas y ramos respecto de las
personas y bienes de dichos procesados.
263
Magdalena; con la comparecencia del Letrado recurrido don José Salvador González en
defensa de los recurridos procesados Daniel y Melisa, que impugnó el recurso, y del
Ministerio Fiscal, que también lo impugnó.
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
Tercero: En el segundo motivo, por infracción de ley y cita del número. 2.° del
art. 849 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, se dice haberse incurrido en error de
hecho en la apreciación de la prueba.
266
llevadas a término con precedencia, en definitiva, directa relación de causalidad entre el
alzamiento y la defraudación conseguida, haciéndose de tal modo inefectivos los
derechos crediticios de los acreedores, al devenir estéril el ejercicio de sus normales
pretensiones procesales de ejecución, tras el reconocimiento judicial del crédito y el
imperativo pronunciamiento de condena subsiguiente; situación fáctica del deudor que
obstruye el juego normal de la responsabilidad universal proclamada por el art. 1.911
del Código Civil , ya de una manera absoluta, ya relativa, poniéndose en peligro o
afectándose de alguna manera el derecho de satisfacción del acreedor, verdadero bien
jurídico protegido en el delito de alzamiento de bienes, al crearse un riesgo anormal
para sus intereses a través de conductas del deudor que van más allá de los razonables
límites de la libertad contractual y del normal poder de disposición; siendo reiterada la
jurisprudencia que, de forma más o menos pormenorizada, viene refiriéndose a los
enumerados elementos como requisitos configuradores del delito de alzamiento de
bienes, cabiendo citar, entre otras muchas, las Sentencias de 20 de marzo de 1974, 30 de
junio de 1975, 15 de abril de 1978, 28 de mayo de 1979, 9 de mayo de 1981, 16 de
diciembre de 1982, 16 de febrero de 1983, 29 de mayo de 1985, 7 de marzo de 1986, 22
de abril de 1987 y 27 de octubre de 1988.
267
449.481 ptas. en favor del acreedor al que había hecho cesión de bienes inmuebles en
pago de deudas.
FALLO:
268
ANTECEDENTES DE HECHO:
269
sin antecedentes penales, hijas del procesado, que aceptan intervenir en la compraventa,
sin pagar el precio pactado, sabedoras de la verdadera finalidad de tal contrato, esto es,
evitar el embargo de las cuatro fincas de Cosme, padre y abuelo del procesado y las
procesadas. Con tal operación los procesados consiguieron que en el juicio ejecutivo
seguido por Banca March, S.A., contra Cosme, interpuesta la demanda en fecha 23-11-
83, no se pudiera hacer traba de las fincas, dictándose sentencia de remate en fecha 4-5-
84, y, por último, el procesado Víctor en fecha 22-11-83 solicitó la declaración de
estado de suspensión de pagos. Las fincas compradas por las procesadas son, en el
aspecto registral, la NUM001 inscrita en el tomo NUM002, libro NUM002, folio
NUM003; la NUM004 y NUM005 inscritas al tomo NUM006, libro NUM007, folio
NUM008 y NUM009 y la NUM010, folio NUM011 del libro NUM012, tomo NUM013
del Archivo, todas del Registro de la propiedad de Puigcerdá".
270
3.- Notificada la sentencia a las partes, se preparó recurso de casación por
infracción de ley, por los procesados que se tuvo por anunciado, remitiéndose a esta
Sala Segunda del Tribunal Supremo las certificaciones necesarias para su sustanciación
y resolución, formándose el correspondiente rollo y formalizándose el recurso.
Segundo. Por infracción de ley, al amparo del nº 2º del art. 849 de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal, al haberse incurrido también en el error sobre la comisión del
delito de alzamiento de bienes, desde el punto de vista de los elementos subjetivos del
injusto penal, o lo que es lo mismo, desde el punto de vista de la culpabilidad, en
relación a su vez al art. 1 del Código Penal, ya que la sentencia recurrida en la
descripción fáctica, y en los Fundamentos de Derecho, declara la culpabilidad del
recurrente, al considerar que la conducta del procesado ha sido finalisticamente dirigida
a defraudar a sus acreedores, y es obvio que en el sumario se ha acreditado lo contrario.
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
271
PRIMERO.- El primero de los motivos del presente recurso se canaliza por el
art. 849,2º LECr. y se fundamenta en la falta de prueba de la insolvencia real del
procesado. La Defensa apoya su punto de vista en la existencia de "una resolución
judicial de carácter civil", que acredita la solvencia, es decir, que se refiere al auto
dictado por el Juzgado de 1ª Instancia de Puigcerdá, de 6 de julio de 1985, que obra al
folio 135 del sumario, por el que se aprobó el expediente de suspensión de pagos.
Por lo tanto, el dolo será de apreciar cuando el autor o autores hayan tenido
conciencia de realizar operaciones que frustraban la ejecución del crédito del acreedor.
Tal conocimiento es indiscutible cuando el autor realiza operaciones simuladas, por
precios ficticios y transmisión a parientes próximos de la propiedad de bienes, afectados
directamente por la ejecución de un crédito, cuyo pago sabe ha incumplido.
FALLO:
273
7-SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO DE 13 DE FEBRERO DE
1992
ANTECEDENTES DE HECHO:
275
pesetas, que fue abonado en la cuenta de crédito y del que dispuso el procesado, efectos
que fueron devueltos por manifestar el librado, no correspondían a deuda real".
4.- El recurso interpuesto por la representación del procesado Iván se basó en los
siguientes MOTIVOS DE CASACION:
277
849 de la L.E.Cr. infringido el art. 109 del C.P. y 110 en relación con el art. 240.2 de la
L.E.Cr.
5.- Instruido el Ministerio Fiscal de los recursos interpuestos la Sala admitió los
mismos, quedando conclusos los autos para señalamiento de vista cuando por turno
correspondiera.
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
278
circunstancias que se reputan omitidas, unas no son propias de este apartado de la
sentencia, y otras son innecesarias dada la estructura del delito de alzamiento de bienes
que luego será examinada, lo que obliga a rechazar este motivo.
Del mismo tenor son los motivos primeros de los otros dos recurrentes.
Todos ellos han de ser desestimados, porque lo que denuncian nada tiene que
ver con el defecto de forma a que se refiere la norma procesal en que se fundan (851-
1º), sino que constituye una errónea calificación jurídica, y como tal será tratado
después en el fundamento de derecho 11º.
Tanto este motivo, como los segundos de los otros dos recurrentes, coincidentes
en lo sustancial, tratan de hacer ver que no hubo situación de insolvencia porque
quedaban bienes en el patrimonio de los deudores suficientes para cubrir las deudas
tanto del Banco de Madrid como de la querellante Pilar.
279
Los Documentos que se citan en estos motivos como acreditativos del error de
hecho, en realidad nada importante acreditan que pudiera ser contrario a lo que se da
como probado por la Audiencia. En lo sustancial la Sala de instancia afirma que
existieron unos actos fraudulentos de enajenación de parte del patrimonio de los
deudores Iván y Mónica en favor del marido de esta última, y es evidente, como luego
se razonará, que ello se hizo con clara intención de perjudicar a los acreedores. Frente a
ello poco importa:
A). Que haya un Documento que acredite que el Banco de Madrid cobró una
cantidad procedente de una subasta pública en procedimiento judicial (ni siquiera se
dice cuánto se cobró, aunque al Director de esta entidad que declaró en el juicio dijo que
no cubría el importe de la deuda). Tal percepción no excluye el delito y sólo habrá de
servir para la liquidación final de la deuda.
C) Que Pilar pudiera afirmar en alguna ocasión que debía alguna cantidad a los
hijos de su difunto marido por haber pagado éstos unos impuestos que eran de su cargo,
ya que siempre habrá de hacerse una liquidación. Sobre todo, ha de tenerse en cuenta
que la deuda a favor de esta señora consiste en un derecho a cobrar una pensión mensual
cuya cuantía va aumentando a medida que pasan los meses y no se le abona.
B) El que tal piso tuviera o no alguna otra carga además de la que se recoge en la
sentencia.
C) El valor que pudiera tener la nave adjudicada a Aurelio por 4 millones de pts.
Luego, Aurelio, en su motivo 6º, por la misma vía procesal, dice que se violó el
mismo art. 519 del C.P. porque esas enajenaciones se hicieron sin intención de
perjudicar a los acreedores, aduciendo que la afirmación de tal intención es un juicio de
valor recurrible en casación, que ahora debe revisar esta Sala, ya que, en realidad hubo
281
un pago a favor de Aurelio de créditos realmente existentes, pues no existe este delito
cuando se paga a unos acreedores con preterición de otros.
1ª. Han de existir uno o varios derechos de crédito reales y existentes, aunque
puede ocurrir que cuando la ocultación se produce todavía no fueran vencidos o fueran
ilíquidos, y, por tanto, aún no exigibles, porque nada impide que ante la perspectiva de
una deuda, ya nacida pero aún no ejercitable, alguien realice un verdadero y propio
alzamiento de bienes.
3ª. Se configura así este tipo penal como un delito de tendencia en el que basta la
intención de perjudicar a los acreedores mediante la ocultación que obstaculiza la vía de
apremio, sin que sea necesario que esta vía ejecutiva quede total y absolutamente
cerrada, ya que basta con que se realice esa ocultación o sustracción de bienes que es el
resultado exigido en el tipo, pues el perjuicio real pertenece, no a la fase de perfección
del delito, sino a la de su agotamiento.
Desde luego no se puede exigir que el acreedor, que se considera burlado por la
actitud de alzamiento del deudor, tenga que ultimar el procedimiento de ejecución de su
crédito hasta realizar los bienes embargados (sentencia de 6-5-89), ni menos aún que
tenga que agotar el patrimonio del deudor embargándole uno tras otro todos sus bienes
para, de este modo, llegar a conocer su verdadera y real situación económica.
Volvemos a repetir que lo que se exige como resultado en este delito es una
efectiva ocultación de alguno o algunos bienes que obstaculice razonablemente una
posible vía de apremio con resultado positivo y suficiente para cubrir la deuda, de modo
que el acreedor no tiene la carga de agotar el procedimiento de ejecución, precisamente
porque el deudor con su actitud de alzamiento ha colocado su patrimonio en una
situación tal que no es previsible la obtención de un resultado positivo en orden a la
satisfacción del crédito.
Para razonar esta conclusión, hemos de partir, dada la vía procesal utilizada por
los recurrentes en los motivos ahora examinados, del relato de hechos probados que nos
presenta la Audiencia Provincial en la sentencia ahora recurrida.
284
Ante tales dificultades, para seguir operando con el Banco de Madrid, Iván y su
hermana Mónica que eran los titulares de la referida Sociedad Limitada en proporción
del 60 y el 40 por ciento respectivamente, firmaron con dicha entidad bancaria una
póliza de afianzamiento personal garantizando las deudas de dicha sociedad hasta un
límite de seis millones de pesetas, y realizaron al efecto, como es habitual en estos
casos, unas declaraciones de bienes de ambos fiadores comprometiéndose expresamente
a no enajenarlos ni gravarlos mientras subsistiera esta fianza.
285
provecho de una familiar próximo, el otro procesado, Aurelio, que así ha de responder
como cooperador necesario del nº 3º del art. 14 del C.P.
Por otro lado, ha de añadirse que nada importa a estos efectos la fecha del
vencimiento ni la constancia de la liquidez de las deudas, pues lo único que interesa
sobre este particular para la apreciación de este delito es la realidad de uno o varios
créditos verdaderamente existentes, aunque aún pudieran estar sin vencer o sin concretar
su cuantía cuando los actos fraudulentos se realizaran, ya que, como antes se ha dicho,
es posible que,ante la perspectiva de una deuda pendiente sobre el patrimonio de una
persona, incluso cuando ésta sea exigible sólo en un momento posterior, existan actos
de disminución del patrimonio del deudor que encajen en la figura penal ahora
examinada.
286
Asimismo ha de insistirse ahora en que la Audiencia no estimó como probado
que Aurelio fuera acreedor, y por ello ha de rechazarse el argumento de que se pagó a
unos acreedores con postergación de otros, pues tal supuesto aquí no existió.
Por último, hay que decir que hubo prueba de indicios acreditativa de que todos
los ahora recurrentes obraron con la finalidad de perjudicar, al menos, a los dos
acreedores, que actuaron como acusadores en la presente causa, el Banco de Madrid y
Pilar.
Se hacen dos escrituras por las que dos inmuebles pertenecientes a dichos
deudores pasan a la propiedad de dicho Aurelio, sin que se entregue dinero alguno por
el comprador, porque se dice que había unos créditos de Aurelio contra Iván por
importe superior al valor de dichos inmuebles.
Todo ello se hace en el breve plazo de unos meses, con una proximidad insólita
entre la constitución de la fianza a favor del Banco de Madrid con la correspondiente
declaración de bienes y la primera de las enajenaciones a favor de Aurelio.
287
demostrar existe un enlace preciso y directo según las reglas del criterio humano (art.
1.253 del mismo código).
No parece serio poner en duda que Aurelio, esposo de Mónica, y que tuvo
intervención en muchas operaciones del negocio de "DIRECCION000.", como se
acredita con los numerosos Documentos por él mismo aportados a la presente causa, y
que accedió a fingir la realidad de la deuda en cuyo pago se enajenaron a su favor los
dos inmuebles de autos, obró, desde luego, a sabiendas de los propósitos defraudadores
de su esposa y cuñado.
Sin embargo, con relación a Iván se afirma, al final del relato de hechos
probados (hecho B), que era él quien llevaba directamente la gestión de la empresa
"DIRECCION000 ", es decir, Iván tenía la cualidad de comerciante en cuanto tal gestor
de un sociedad que por su propia naturaleza era mercantil. En cuanto actuara en calidad
de administrador o representante de tal empresa mercantil Iván tenía que ser reputado
comerciante, pero no así cuando, como ocurrió en el caso presente, obrara en su propio
nombre, precisamente ofreciendo su patrimonio personal en garantía de deudas ajenas,
aunque estas deudas fueran las de la propia sociedad limitada que él dirigía. Y más claro
aún aparece desvinculado del carácter de comerciante con relación a su acreedora Pilar,
que lo es sólo como titular de una pensión que le dejó su difunto esposo, padre de Iván y
Mónica, y con relación a los actos de enajenación hechos en favor de Aurelio, referidos
todos al propio patrimonio y al de su hermana, nunca a bienes de la mencionada
sociedad mercantil.
Por tanto, ha de entenderse que Iván en el comportamiento por el que aquí fue
condenado no actuó como comerciante.
289
tenido que ser condenado como comerciante en el correspondiente delito del art. 519,
por aplicación del art. 15 bis del C.P.
Cierto es que cuando se acusa a diversos condenados por distintos delitos en una
causa penal (sentencias de 14-4-87, 16-9-88, 21-10-88, 16-2-89, 15-6-90, 14-10-90, 22-
11-90, 7-5-91, 15-5-91, 11-5-91, 5-6-91, entre otras muchas) viene establecido el
reparto de las costas haciendo primero una distribución conforme al número de delitos,
dividiendo luego la parte correspondiente a cada delito entre los distintos condenados,
sin comunicación de responsabilidades de unos con otros en caso de insolvencia de
alguno, y declarando de oficio la porción relativa a los delitos o acusados que resultaran
absueltos, todo ello en aplicación del art. 109 del C.P. y 240-1º y 2º de la L.E.Cr.
FALLO:
290
HA LUGAR A LOS RECURSOS DE CASACION por infracción de ley
formulados por Iván, Mónica y Aurelio, por estimación de los motivos 4º del primero,
6º de la segunda y 8º del tercero, con desestimación de los demás, y, en consecuencia,
anulamos la sentencia que les condenó por delito de alzamiento de bienes, dictada por la
Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Zaragoza con fecha dieciséis de
noviembre de mil novecientos ochenta y siete, declarando de oficio las costas de esta
alzada y ordenando la devolución de los depósitos que se hubieran constituido para
recurrir.
SEGUNDA SENTENCIA
291
SEGUNDO.- Los de la anterior sentencia dictada por esta misma Sala en la
presente causa y fecha.
ANTECEDENTES DE HECHO:
292
para almacenarlo en su finca " DIRECCION000 " situada a la altura del km. NUM000
de la carretera de Córdoba-Palma del Río. En principio cuando el citado cereal sólo
podía venderse al SEMPA, el procesado actuaba como colaborador de esta Entidad,
siendo un simple almacenista y cuando el SEMPA se hacía cargo del trigo y se lo
abonaba al agricultor, éste le pagaba al procesado una cantidad por el tiempo de
almacenamiento. Después cuando el trigo fue liberalizado, la actividad del procesado
era también recibir dicho cereal y almacenarlo en su referida finca, para venderlo
mediante una comisión. En el mes de Junio de 1.984, el procesado concertó con Jesús
Ángel, DIRECCION003 de Elsa, propietaria de la finca denominada
"DIRECCION001", situada en el término de Córdoba, retirar parte de la cosecha de
dicho grano recolectado en el referido año. Como consecuencia de lo pactado, el
procesado retiró, después de haberlo limpiado en su almacén, de impurezas, partidas de
trigo de las clases de Cajeme, Yécora, y King, por un total de 442,761 kilogramos. El
precio de dicho trigo era de 23'53 pesetas kilogramo, por lo que el trigo retirado por el
procesado ascendió a la suma de 10.418,166 pesetas. Gregorio, al principio, según iba
vendiendo el trigo que retiraba empezó a pagar a Elsa, a través del DIRECCION003 de
ésta, algunas cantidades de dinero, la última el 21 de agosto de 1.984, que sumadas
todas ascienden a 3.512, 122 pesetas. A partir de esta fecha, no obstante las gestiones de
la agricultora, el procesado no atendió a las reclamaciones, por lo que, a pesar de haber
vendido el trigo, retuvo para sí el dinero, hasta el 16 de diciembre de 1.984, y, el día 17
de diciembre de 1.984, en que es remitida a la "DIRECCION001" una liquidación del
trigo retirado, en la que aparecen como deducciones los 3.512,122 pesetas ya abonadas
y 1.130,527 pesetas por gastos de transporte y limpieza, abonándose el trigo sólo a 19
pesetas kilo, resultando un saldo a favor de la Sra. Elsa de 3.760,820 pesetas. Si se
hubiera abonado el trigo a 23'35 pesetas desde luego, el saldo a favor de la Sra. Elsa y,
por lo tanto el dinero retenido desde que se vendió todo el cereal, aun admitiéndose
como correctas todas las deducciones, hubiera sido de 5.774,527 pesetas. En esta
liquidación se detallaba además la forma de pago del saldo, consistiendo ésta en plazos,
el primero de los cuales de 500.000 pesetas se abonaría el 26 de Diciembre de 1.984 y el
último el 15 de Junio de 1.985. Para el pago del primero de los plazos el día 17 de
Diciembre de 1.984, el procesado Gregorio , libró contra su cuenta corriente de la Caja
Rural Provincial de Córdoba, un cheque nominativo a favor del DIRECCION003 de la
293
Sra. Elsa, Jesús Ángel, por la cantidad de quinientas mil pesetas, fechado el 26 de
Diciembre de 1.984, y lo entregó en esta Capital a su acreedora, a través del
DIRECCION003 de ésta y presentado al cobro el mismo no fue abonado por la
inexistencia de saldo contra la cuenta contra la que fue librado.
294
estaba en una nave, como el acceso a éste se encontraba cerrado y el conductor habitual
Héctor , único presente, alegando que él sin autorización de Gregorio, que no se
encontraba allí, no se atrevía a abrir la puerta de la nave, se suspendió el precintaje y la
entrega del vehículo a Diego que se encontraba presente. Entre tanto la Jefatura de
Tráfico comunicó al Juzgado el 13 de marzo de 1.985 que no podía anotarse el embargo
porque desde el 15 de octubre de 1.984 había ya una anotación de venta del camión a
DIRECCION006. Actualmente, según informe de la Policía, el camión pertenece a
DIRECCION004. Sociedad ésta a la que después se hará referencia. En definitiva la
actora no pudo hacer efectivo su crédito, ni tampoco su esposo, porque el procesado
Gregorio ya en el año1.984, cuando su deuda era exigible, había enajenado todos sus
bienes, incluido el camión, en perjuicio de sus acreedores. Con posterioridad al 31 de
Julio de 1.986 Diego y Andrea han sido indemnizados por lo que han renunciado a las
acciones que les competan por estos hechos. El día 3 de Octubre de 1.984 el procesado
Gregorio , como consecuencia de unas mercancías que había adquirido, adeudaba a
Pedro Miguel la suma de 995.306 pesetas y el deudor en lugar de abonar dicha cantidad
aceptó una letra de cambio con vencimiento el 15 de diciembre de 1.984. Al no atender
el efecto, el procesado fue demandado por Pedro Miguel en juicio ejecutivo que se
tramitó con el nº 80/85 del Juzgado de 1ª Instancia nº uno de Córdoba. En dicho juicio
con fecha 14 de marzo de 1.985 se efectuó por la Comisión del Juzgado la diligencia de
requerimiento de pago, embargo y citación de remate, llevada a cabo en el domicilio
particular del ejecutado, que en tiempo pasado fue de la sociedad conyugal del mismo,
situado en la Avda. DIRECCION005 , nº NUM002 - NUM003 derecha. Esta diligencia,
al no estar presente ni el ejecutado ni su esposa, se hizo, así como la citación a través de
la empleada del hogar Diana, embargándose los siguientes bienes:
295
3-85 el piso DIRECCION005 y la parcela de tierra habían sido vendidos por el
procesado en el año 1.984 a "DIRECCION004."; En cuanto al Renault-5 se desconoce
la matrícula y por lo tanto si perteneció en alguna ocasión a Gregorio. En definitiva, el
procesado, había hecho desaparecer de su patrimonio la totalidad de sus bienes en
perjuicio de sus acreedores.
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
PRIMERO.- El primer motivo, deducido al amparo del núm. 2º del art. 849 de la
Ley de Enjuiciamiento Criminal, denuncia "error de hecho en la apreciación de la
prueba".
Alega la parte recurrente, en apoyo de este motivo, que "no entendemos cómo
puede la sentencia recurrida considerar probados tales hechos (en referencia a los
recogidos en el "factum" sobre las relaciones mercantiles habidas entre el procesado y
302
Jesús Ángel, DIRECCION003 de Elsa ) que de los particulares designados en el escrito
de preparación del recurso, cuarto párrafo de la declaración de Jesús Ángel (fº 47 del
sumario) y certificación de la entidad Campaña, S.A: (fº 66), se desprende que la
relación jurídica existente entre Don Gregorio y Dª Elsa fue una relación de
compraventa con pago aplazado, por lo que el trigo lo recibió el recurrente a título de
dueño del mismo, ..". Y, por lo que se refiere al cheque librado por el procesado a favor
de Jesús Ángel , "de fecha 26 de diciembre de 1984 fue entregado por el Sr. Gregorio el
17 de diciembre de 1984, según se establece en el particular designado relativo al
extracto de la cuenta corriente en la Caja Rural (fº 92 y 93), el 17 de diciembre de
1.984, existía saldo en la citada cuenta corriente de 517.056 pesetas, y que
posteriormente, la propia entidad bancaria ha ido atendiendo los descubiertos de la
cuenta". Finalmente, que la sentencia omite toda referencia a unos convenios de pago
aportados como prueba documental al escrito de conclusiones provisionales y adverados
en el acto del juicio oral por su anterior Letrado.
Baste, pues, recordar que, según reiterada y conocida jurisprudencia de esta sala, las
declaraciones de procesados y testigos no tienen carácter "documental, a efectos
casacionales, cualquiera que sea el momento procesal o la forma en que las hayan
prestado.
b) En cuanto al libramiento del cheque : que, a los folios 92 y 93, obra una
simple "fotocopia" del extracto de la cuenta corriente del procesado en la Caja Rural
303
Provincial de Córdoba, sin que, por lo demás, de la misma se desprenda que el saldo de
la misma fuese positivo y suficiente para atender el importe del mismo el día 17 de
diciembre, ya que el saldo de dicha cuenta fue "negativo" hasta el 23 de dicho mes, en
que figura un saldo positivo de "58.077 ptas.".
Por todo lo dicho, es manifiesto que el motivo carece de todo fundamento y debe
ser desestimado.
2º: El segundo motivo, al amparo del número 1º del artículo 849 de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal , denuncia infracción de ley "por indebida aplicación de los
artículos 535, 528 y 529-7º del Código Penal".
Alega la parte recurrente, en apoyo de este motivo, que "como hemos puesto de
manifiesto en el motivo anterior, ..., al existir entre las partes una relación jurídica de
compraventa con pago aplazado, el Sr. Gregorio recibió el trigo a título de dueño, lo que
unido a que ese trigo no lo vendió a terceras personas, sino que lo consumió para sus
cerdos, según sus propias manifestaciones del juicio oral (dato, por lo demás, no
reflejado en el "factum" -V. art. 884-3º Ley Enjuiciamiento Criminal-), impide la
aplicación del art. 535 del Código Penal.
304
3º.: El tercer motivo, al amparo del número 1º del art. 849 de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal, denuncia igualmente infracción de ley "por indebida
aplicación del art. 563 bis b) nº 1 del Código Penal", por cuanto --según dice la parte
recurrente-- la jurisprudencia establece que el cheque pierde su protección penal por la
"postdatación".
En el presente caso, es patente : 1º) que el talón de autos fué entregado para
pagar parte de la deuda contraída por el procesado con Dª Elsa , tras la "liquidación"
practicada el día 16 de diciembre de 1984 (v. "factum"); 2º) que la fecha de entrega (17
de diciembre) y la consignada en el cheque (26 de diciembre), son ciertamente muy
próximas; y 3º) que tanto en una como en la otra de dichas fechas el procesado carecía
de saldo positivo suficiente para que el cheque pudiera ser atendido por la entidad de
crédito contra la que había sido librado.
4º.: El cuarto motivo, al amparo del núm. 1º del art. 849 de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal , denuncia asimismo infracción de ley "por indebida aplicación
del art. 519 del Código Penal.".
Afirma la parte recurrente, en apoyo de este motivo, que, entre otros requisitos,
exige la jurisprudencia de esta Sala --para la existencia del delito de alzamiento de
305
bienes-- "a) Existencia de uno o varios créditos reales, legítimos y exigibles" y "d) un
resultado de insolvencia querida y buscada expresamente,..". Y, en este sentido, se
refiere a las concretas fechas de venta de sus bienes, y, seguidamente, a las del
vencimiento de los títulos de los acreedores (posteriores a aquéllas); añadiendo que
"además, el Sr. Gregorio tenía solvencia suficiente consistente en un derecho de crédito
por importe de 13.000.000 ptas., reconocido en escrituras públicas,..".
Tiene declarado esta Sala que los requisitos precisos para la existencia del delito
de "alzamiento de bienes" son los siguientes:
Es patente, por todo lo dicho, que el motivo carece de fundamento y debe ser
desestimado.
5º.: El quinto, y último de los motivos, deducido por el cauce procesal del núm.
1º del art. 849 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal , denuncia también infracción de
ley "por indebida aplicación del artículo 9, circunstancia 9ª en relación con la 10ª del
Código Penal ..".
FALLO:
307
Que debemos declarar y declaramos NO HABER LUGAR AL RECURSO DE
CASACION por Infracción de Ley, interpuesto por la representación del procesado
Gregorio , contra sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Córdoba, de fecha
siete de octubre de mil novecientos ochenta y nueve, en causa seguida al mismo, por
delito de apropiación indebida y cheque en descubierto.
ANTECEDENTES DE HECHO:
308
de vencimiento 8-6-85 y 14-8-85 arrojaban un saldo deudor que junto con otros
descubiertos por impagados ascendía a 35.633.397 Pts. en fecha 15 de octubre de 1985,
de cuyo pago fue requerido. Asimismo en póliza de crédito en cuenta corriente
concertada con el Banco de Santander, Juan Ignacio y su esposa Amanda, mayor de
edad y sin antecedentes penales, se obligaban igualmente como fiadores solidarios de la
citada sociedad, que a su vencimiento el de junio de 1985 arrojó un saldo deudor por
principal de 29.145.766 Pts. que junto con los intereses el 11 de octubre de 1985
ascendía a 30.941.208 Pts., de cuyo pago fueron requeridos ambos. Como garantía de
solvencia a ambos bancos aportaron una relación de bienes, entre ellos las siguientes
propiedades pertenecientes por mitad a los dos procesados: relacionado con el nº
NUM000 Piso en Tarragona C/ RAMBLA000 nº NUM001 , valorado en 15.200.000
Pts.; relacionado con el nº NUM002 , Casa en la Partida de DIRECCION000 , vivienda
y fábrica anexa con 3 naves industriales valorada en 47.000.000 Pts.; relacionado con el
nº NUM003 , vivienda chalet en DIRECCION001, valorada en 36.500.000 Pts. Tales
inmuebles fueron enajenados por los referidos cónyuges en escritura notarial otorgada el
1 de octubre de 1985 a favor de sus hijas también procesadas Aurora y Concepción de
20 y 18 años de edad respectivamente, con el fin de salvaguardarlos de posibles
ejecuciones por las deudas de que debían responder, quienes con conocimiento de ello
los adquirieron de la siguiente forma: ambas por mitad y pro indiviso compran parte de
la finca sita en DIRECCION000 y una posición de tierra de secano en la misma zona,
por la cantidad de 1.700.000 Pts. de las que se dice percibido parte del precio el resto se
aplaza en 10 anualidades. Concepción compra el piso de Tarragona RAMBLA000 por
el precio de 4.250.000 Pts. parte del cual se confiesa percibido y el resto se aplaza en 15
anualidades. Este piso constituye la vivienda familiar y en él siguiente residiendo los
padres vendedores.
309
el pacto sexto, procediendo la Comisión de Acreedores a la cancelación parcial de tales
garantías a medida que los suspensos vayan realizando los pagos establecidos, siendo la
propia comisión quién señala los bienes concretos que deben ser objeto de desafectación
por las sumas pagadas. Tales garantías reales consistieron en la constitución por los
deudores de hipotecas y prendas en escritura de 5 de marzo de 1987 sobre determinados
bienes de su patrimonio por un montante de casi mil millones de pesetas. Tal convenio
se encuentra en fase de cumplimiento, habiendo cancelado ya la comisión de acreedores
parte de las referidas garantías.
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
SEGUNDO.- Como quiera que los motivos alegados tienen que partir,
inexcusablemente, del hecho probado y acreditado en el relato fáctico de la resolución
impugnada, bueno es, diríase que imprescindible dada la naturaleza especial de los
hechos aquí debatidos, consignar ahora las declaraciones fundamentales acogidas por
aquella sentencia .
1./ El Banco Atlántico S.A., por medio de dos pólizas que vencían los días 8 de
junio y 14 de agosto de 1985 , era acreedor, según saldo del 15 de octubre del mismo
año , por un total de 35.633.397 pesetas (treinta y cinco millones seiscientas treinta y
tres mil trescientas noventa y siete pesetas).
3./ Los deudores, cónyuges y padres de las otras dos inculpadas, enajenaron por
escritura pública del 1 de octubre de 1985, antes pues de la definitiva liquidación y del
requerimiento de pago también último , a sus dos hijas citadas, a una de ellas un piso en
Tarragona, valorado en 15.200.000 pesetas (quince millones doscientas mil pesetas), en
la cantidad de 4.250.000 pesetas (cuatro millones doscientas cincuenta mil pesetas), a la
otra un chalet, valorado en 36.500.000 pesetas (treinta y seis millones quinientas mil
pesetas), por precio de 2.300.000 pesetas (dos millones trescientas mil pesetas), y
finalmente a las dos, por mitad y en pro-indiviso, una parte de la finca y tierra de secano
que se indica, por precio de 1.700.000 pesetas (un millón setecientas mil pesetas), sin
312
que el relato histórico concrete qué parte del total valorado en 47.000.000 pesetas
(cuarenta y siete millones de pesetas) fue objeto de la transferencia.
Por eso no se exige en el tipo penal que la insolvencia a la que se llegue, sea real
y efectiva, porque puede ser real o ficticia, total o parcial.
1./ Para que se consume el delito basta con que se haya llegado a una
insolvencia parcial provocada con el propósito de burlar la acción judicial (Sentencia de
13 de junio de 1990), mas aquí ni se ha producido insolvencia de clase alguna ni los
acusados principales buscaban ningún fraude, solo preservar determinados bienes, de
entre los muchos que constituían su patrimonio, de la acción judicial, intención que, sea
por las razones que fueren, no conculca en este caso precepto penal alguno.
314
bienes enajenados representan una mínima parte del enorme capital de los acusados
principales, léase los padres que transmitieron a sus dos hijas (Sentencia de 8 de mayo
de 1990).
CUARTO.- Por la falsedad ideológica del artículo 302.4 del Código Penal se
falta a la verdad en la narración de los hechos, también denominada falsedad espiritual.
FALLO:
316
dictada por la Audiencia Provincial de Tarragona, de fecha veintiuno de marzo de mil
novecientos noventa, en causa seguida a Juan Ignacio, Amanda, Aurora y Concepción,
por delitos de alzamiento de bienes y falsedad documental, de los que fueron absueltos.
Condenamos a dichos recurrentes al pago de las costas ocasionadas en el presente
recurso y a la pérdida de los depósitos constituidos en su día, a los que se dará el destino
legal oportuno.
ANTECEDENTES DE HECHO:
318
sustanciación y resolución, formándose el correspondiente rollo y formalizándose el
recurso.
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
PRIMERO.- El primer motivo del recurso, por la vía del artículo 5.4 de la Ley
Orgánica del Poder Judicial, aduce infracción del artículo 24.2 de la Constitución
Española en su concreta invocación del derecho a la presunción de inocencia por
entender que no existe prueba de cargo, ni aún indiciaria, que demuestre que la
enajenación de bienes por el deudor-procesado fuera una venta simulada en tanto que él
ignoraba que se había trabado embargo sobre sus bienes, como se demuestra por la
fecha que tal venta que fue anterior a la diligencia de requerimiento y embargo, de
modo que tal venta fue real y no simulada o fraudulenta, propia del delito imputado.
319
al deudor fugitivo. Más tarde al que disipa sus bienes en perjuicio de sus acreedores. Por
eso se dijo: decoctor ergo fraudatur. Finalmente, la cambiante morfología del elemento
objetivo de este delito se identifica con cualquier actividad que tienda a menoscabar
fraudulentamente el patrimonio del deudor haciendo ineficaz la acción de los acreedores
según dijo de manera paradigmática la antigua sentencia de 13 de mayo de 1882 luego
constantemente repetida por la posterior jurisprudencia, de cuya concepción se deduce
que estamos ante un delito de los llamados de tendencia y de resultado cortado, porque
el elemento subjetivo del injusto delatado por la locución finalista "en perjuicio",
anticipa el resultado que ya no es la efectiva causación del perjuicio a los acreedores,
sino el peligro de causarlo, que de producirse agotaría el delito ya consumado
jurídicamente, por lo que bien puede calificarse este delito como de actividad y de
riesgo. De otra parte el predominante elemento subjetivo o animus nocendi lleva a
cubrir tanto la insolvencia real como aparente, total como parcial, según notoria
jurisprudencia que es ocioso citar.
Por otra parte, si con arreglo al artículo 1º del Código de Comercio son
comerciantes los que se dedican habitualmente a ejercer el comercio (criterio objetivo)
prescindiendo de su matriculación o no como comerciantes (criterio subjetivo), al
primero de los cuales se adscribe el propio artículo 519 del Código Penal, se hace
evidente que si el procesado se asoció con Jose Pedro para la explotación y
comercialización de un negocio de puertas metálicas del que era propietario el segundo
de los nombrados, que a tal efecto abrieron una cuenta corriente común en la Sucursal
del Banco de Vizcaya de Torrelavega, con la que operaban y descontaban efectos
comerciales, y suscribieron una póliza de crédito con dicha entidad bancaria que ambos
socios suscribieron con carácter solidario que se pagó a su vencimiento por Jose Pedro
en la parte que le correspondía, lo que no hizo el acusado quedando un débito contra él
de 1.939.238 pesetas, es evidente, decimos, que conociendo el procesado la exigibilidad
de su parte de deuda, no la hizo efectiva pese a los requerimientos de la entidad bancaria
la que, al final, se vio obligada a promover un juicio ejecutivo en 22 noviembre de 1982
y que en 23 diciembre 1982, el procesado vendió los dos inmuebles que constituían su
garantía patrimonial, toda esta actividad antecedente, concomitante y posterior a la
321
concesión del crédito bancario e impago del mismo por parte del acusado, está ligada a
una serie de operaciones mercantiles que transfunden la condición de comerciante a
quien las realiza.
Otros aspectos incluidos en este motivo, como la existencia de una venta real y
no simulada y fraudulenta de los bienes inmuebles realizada por el acusado, han sido ya
contestados en el motivo anterior.
FALLO:
ANTECEDENTES DE HECHO:
326
MOTIVO CUARTO.- Por infracción de Ley, con base en el número 1º del
artículo 849 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, al haber cometido la sentencia
recurrida error de derecho, con violación del artículo 519 del Código Penal que ha sido
infringido por aplicación indebida.
MOTIVO SEGUNDO.- Por infracción de Ley, al amparo del número dos del
artículo 849 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, por haber existido error en la
apreciación de la prueba, basado en documentos que obren en autos, que demuestren la
equivocación del Juzgador sin resultar contradichos por otros elementos probatorios.
MOTIVO TERCERO.- Por infracción de Ley, al amparo del número uno del
artículo 849 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, al haberse infringido por aplicación
indebida el artículo 519 del Código Penal.
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
Quiere decirse que todos los inculpados referidos fueron considerados autores
por razón del artículo 519 del Código Penal, en su consideración de comerciantes. Los
tres recursos, de otro lado, se desarrollan a través de semejante motivación con la
excepción que se dirá.
Este primer motivo de todos y cada uno de los tres recursos, ha de ser
desestimado porque el particular que se indica, como integrante de la resultancia
probatoria, no supone en modo alguno el vicio procesal denunciado.
Los dos principales acusados, por medio de la empresa mercantil por ellos
creada, se vieron abocados a una situación económica difícil, por lo que proyectaron "la
realización de algunos convenios de compraventa con familiares allegados al objeto de
328
hacer desaparecer de su patrimonio determinados bienes, buscando una situación de
insolvencia" para hacer ilusorios los derechos de sus acreedores, por lo cual el 8 de
septiembre de 1981 firmaron un documento privado, con membrete de la empresa
propia, en el que reconocían adeudar a la entidad comercial que se menciona, poco más
de dos millones y medio de pesetas.
329
Con la infracción se protege indirectamente al acreedor respecto de las
discriminaciones patrimoniales fraudulentas provocadas por el deudor (Sentencia de 8
de mayo de 1990).
Por eso no se exige en el tipo penal que la insolvencia a la que se llegue, sea real
y efectiva, porque puede ser real o ficticia, total o parcial.
1./ Para que se consume el delito basta con que se haya llegado a una
insolvencia parcial provocada con el propósito de burlar la acción judicial (Sentencia de
13 de junio de 1990).
331
Obviamente el motivo se ha de desestimar en tanto que tal nominación
corresponde a una expresión vulgar, de las que están en el lenguaje común, en ningún
caso se trata de palabra con contenido jurídico aún a pesar de que esté incluida en la
definición penal del delito o al menos en su contexto general. Palabra que de otro lado
es necesario indicar y utilizar en esa premisa del silogismo judicial si se quiere que éste
sea acorde y adecuado. La denominación del comerciante se corresponde con un
significado fácilmente entendible por cualquier persona, aun careciendo de
conocimientos jurídicos.
SEXTO.- El último motivo (tercero para dos de los recurrentes, cuarto para el
otro) viene formulado por infracción de Ley al amparo del artículo 849.1 procesal, para
denunciar, a su través, la aplicación indebida del artículo 519 del Código Penal.
Así, son evidentes el precio inferior al real en cuanto a la venta de las viviendas.
Como también el vínculo de parentesco y las demás connotaciones que alrededor de tal
transacción se mueven (la dudosa capacidad adquisitiva de los compradores, la
continuidad de los vendedores en el disfrute de las viviendas después de la transmisión,
etc.). Finalmente, la situación de insolvencia en que los acusados quedaron respecto de
la deuda contraída con sus acreedores.
332
conclusión un mayor rigor penal del artículo 519, cuya aplicación lleva consigo una
referencia necesaria al artículo 1 del Código de Comercio.
Los motivos deben por eso ser parcialmente estimados en el solo aspecto que se
dirá ya que (Sentencias de 30 de abril y 2 de junio de 1990) sólo se aplica dicho inciso a
quien efectivamente tuviera la cualidad personal de comerciante, lo que afecta a los
acusados Filomena, María Teresa, Romeo y Esteban.
FALLO:
SEGUNDA SENTENCIA
UNICO.- Por las razones expuestas en la anterior sentencia, los cuatro acusados
que se dirán, no pueden ser condenados sino con base, exclusivamente, en lo dispuesto
por el artículo 519, último inciso.
335
Así por esta nuestra sentencia, que se publicará en la Colección Legislativa lo
pronunciamos, mandamos y firmamos.
ANTECEDENTES DE HECHO:
Llegada la fecha del vencimiento, la letra no fue atendida por Pedro Miguel,
entablándose por el tenedor de la misma un juicio ejecutivo, en el que con fecha 5 de
Mayo de 1.982 se dictó auto despachando la ejecución.
337
6.- Hecho el señalamiento del fallo prevenido, se celebró la votación el día 29 de
Junio de 1.992.
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
Como han señalado numerosas sentencias de esta Sala los conceptos jurídicos
predeterminantes del fallo se caracterizan esencialmente por: 1º. Ser expresiones
jurídicas de carácter sustantivo penal que dan nombre, individualizan o definen la
esencia del tipo de la infracción criminal; esto es, palabras que contienen lo que es la
medida y entraña del tipo delictivo; 2º. Que tales expresiones, por consiguiente sólo son
asequibles ordinariamente a los juristas, porque no son propias del lenguaje común
ordinario que es el que se debe emplear para narrar conductas sometidas a
enjuiciamiento y fallo; 3º. Que predeterminan el fallo en cuanto que son juicios de valor
que encierran una verdadera calificación jurídico penal de los hechos, cuyo lugar
adecuado y procesal son los fundamentos jurídicos de la sentencia y han sido
desplazados inadecuadamente a la narración fáctica; 4º. Predeterminan el fallo,
negativamente, en cuanto que si se suprimen dejan sin base el hecho y vacía la narración
fáctica, reduciéndola al juicio de valor que encierra.
338
El procesado como consecuencia de estas operaciones se constituyó en estado de
insolvencia por lo que la definición y calificación que realiza la sentencia recurrida no
incurre en el vicio procesal que se denuncia en cuanto que la expresión insolvente es
perfectamente clara y definidora de la situación económica en que se encontraba con
respecto a su acreedor que trataba infructuosamente de lograr el pago de lo que se le
debía.
1.- En el desarrollo del motivo se invocan una serie de documentos en los que se
fundamenta el posible error de hecho que se atribuye a la Sala sentenciadora. Se
concreta la fundamentación argumental en los documentos que incorporan el Auto
judicial despachando ejecución (Folio 8), la diligencia de embargo (Folio 9) la letra de
cambio en la que se incorporaba la deuda contraída (Folio 14) y los Folios 21 al 34 en
los que se contienen las capitulaciones matrimoniales concertadas entre los procesados.
No se precisa cual debía ser el sentido del hecho probado que sustituyese al
originalmente redactado.
2.- Precisamente los documentos invocados como base y fundamento del error
del juzgador han sido los que ha utilizado la Sala sentenciadora para sustentar el hecho
probado ya que su contenido no se opone o contradice la redacción definitiva que se
incorpora al hecho probado.
339
En virtud de la realidad que se desprende de los mencionados documentos se
puede afirmar que el procesado suscribió la letra de cambio en pago de la cantidad
adeudada. Está perfectamente acreditado que cuando llega el día del vencimiento la
letra no fue atendida lo que dio lugar al consiguiente juicio ejecutivo en el que se dictó
auto despachando ejecución y acordada la práctica de la diligencia de embargo resultó
infructuosa debido a que el procesado, -de acuerdo con su esposa-, había liquidado la
sociedad de gananciales otorgando nuevas capitulaciones matrimoniales.
340
negocios jurídicos fingidos que denotan el elemento subjetivo del tipo exigido por el
principio de culpabilidad; c) Materialización de la ocultación o disipación del
patrimonio merced a la actividad desplegada por el deudor, actividad que puede adoptar
numerosas formas no todas ellas previstas o encajables en las relaciones jurídicas
reconocidas por el ordenamiento ya que lo verdaderamente efectivo es la desaparición
material y jurídica de los bienes que abandonan el patrimonio del deudor, colocándole
en una situación de insolvencia real y efectiva al no existir bienes susceptibles de ser
sometidos a la acción de los acreedores; d) Situación de insolvencia total o parcial, real
o aparente del deudor que sea consecuencia o efecto de las maniobras elusivas o
fraudulentas, haciéndose de tal modo inefectivos los derechos de los acreedores al
devenir estériles el ejercicio de sus normales pretensiones de ejecución, tras el
reconocimiento judicial del crédito y el imperativo pronunciamiento de condena
subsiguiente, situación fáctica del deudor que obstruye el juego normal de la
responsabilidad universal recogida en el artículo 1.911 del Código Civil.
341
capitulaciones matrimoniales ya que existían bienes suficientes para que el actor trabara
el correspondiente embargo.
2.- Frente a esta línea de defensa, existe en las actuaciones una serie de pruebas
objetivas e inequívocas que demuestran que la relación de hechos probados responde al
resultado de la prueba legítimamente traída a las actuaciones y practicada en el
momento del juicio oral.
FALLO:
342
13-SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO DE 17 DE SEPTIEMBRE
DE 1992
ANTECEDENTES DE HECHO:
343
condenado en sentencias de 11 de junio de 1980, 16 marzo de 1984 y 4 octubre de 1984
por delitos de receptación y cheque en descubierto, habiéndose apreciado la
circunstancia agravante de reincidencia en la última de las sentencias dictadas; Luis
Pedro, mayor de edad, carece de antecedentes penales así como Luis Francisco; también
mayor de edad."
344
amparo del nº 1 del art. 849. Segundo.- Al amparo del art. 849-1º de la Ley procesal,
por infracción del art. 519 del C.P. y art. 142 de la L.E.Cr. Tercero.- Infracción de ley
acogido al nº 2 del art. 849. Por quebrantamiento de forma. Cuarto.- Al amparo del art.
850 de la L.E.Cr.
5.- Instruido el Ministerio Fiscal impugnó todos los motivos y la Sala admitió
los mismos, quedando conclusos los autos para señalamiento de fallo cuando por turno
correspondiera.
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
SEGUNDO.- Por lo dispuesto en los arts. 901 bis a) y 901 bis b) de la L.E.Cr.
procede examinar en primer lugar el único de los motivos que se interpuso por
quebrantamiento de forma, el formulado por Luis Francisco , en el que, al amparo del nº
1º del art. 850 de la L.E.Cr., se dice que fue indebidamente rechazada una prueba
pertinente, concretamente la declaración de un testigo, Fermín , ante cuya falta de
comparecencia al juicio oral la Audiencia acordó no suspender dicho acto, pese a la
petición y la consiguiente protesta de la parte proponente.
Este último requisito faltó en el caso presente y por ello este Tribunal no puede
conocer ahora el alcance de esa prueba frustrada, lo que obliga a rechazar este motivo.
1ª. Han de existir uno o varios derechos de crédito reales y existentes, aunque
puede ocurrir que cuando la sustracción se produce todavía no fueran vencidos o fueran
ilíquidos, y, por tanto, aún no exigibles, porque nada impide que ante la perspectiva de
una deuda, ya nacida pero aún no ejercitable, alguien realice un verdadero y propio
alzamiento de bienes.
3ª. Se configura así este tipo penal como un delito de tendencia en el que basta la
intención de perjudicar a los acreedores mediante la ocultación que obstaculiza la vía de
apremio, sin que sea necesario que esta vía ejecutiva quede total y absolutamente
cerrada, ya que basta con que se realice esa ocultación o sustracción de bienes que es el
resultado exigido en el tipo, pues el perjuicio real pertenece, no a la fase de perfección
del delito, sino a la de su agotamiento.
Ninguna prueba directa hubo en el caso presente respecto de que los ahora
recurrentes hubieran transmitido la explotación del supermercado de autos a uno de
ellos, concretamente a Guillermo, con intención de impedir la ejecución del derecho de
crédito de la entidad querellante. Siempre lo negaron los procesados, quienes
manifestaron haber actuado así para dejar a uno solo de ellos que llevara el negocio, que
no deba beneficios para poder vivir los tres, y sacar así el dinero necesario para poder ir
pagando las deudas y salir adelante.
Entiende esta Sala que no es conforme con las reglas de la lógica tal
razonamiento de la Audiencia, porque las mencionadas circunstancias son
348
perfectamente compatibles con la explicación dada por los acusados, antes referida, que
es coherente y ofrece credibilidad teniendo en cuenta la forma en que los hechos
acaecieron.
Conviene poner de manifiesto, aquí y para terminar, que en los casos en que se
somete al Tribunal de casación el resultado de una prueba de indicios, la Sala "ad quem"
ha de respetar los hechos básicos en que tal prueba se funda (a salvo siempre su
posibilidad de impugnación por carencia de prueba en base a la presunción de inocencia
o por la vía del nº 2º del art. 849 de la L.E.Cr.); pero puede revisar el mecanismo de
inferencia del hecho necesitado de prueba y resolver en contra del razonamiento del
Tribunal "a quo" cuando éste no responda a las reglas del criterio humano a las que se
refiere el mencionado art. 1.253 del C.C. (sentencias de esta Sala de 14-2-90, 11-3-91,
12-3-92 y 23-3-92, entre otras muchas).
Por todo lo expuesto han de ser estimados estos motivos lo que excusa del
examen del otro que también fue formulado por infracción de ley por los recurrentes
Guillermo y Luis Pedro.
FALLO:
SEGUNDA SENTENCIA
349
En la Villa de Madrid, a diecisiete de Septiembre de mil novecientos noventa y
dos.
PRIMERO.- Por las razones expuestas en la anterior sentencia dictada por esta
misma Sala en la presente causa, no existió el delito de alzamiento de bienes por el que
fueron acusados Luis Francisco, Guillermo y Luis Pedro, por lo que procede su
absolución.
SEGUNDO.- Por lo dispuesto en los arts. 109 del C.P. y 239 y ss. de la L.E.Cr.,
hay que declarar de oficio las costas devengadas en la instancia.
350
14-SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO DE 20 DE ENERO DE
1993
ANTECEDENTES DE HECHO:
352
procesada, Mari Trini, respecto de la mitad indivisa de una parcela de tierra de secano
de 20,19 áreas sita en la partida del CAMINO000 o DIRECCION002 del término de
Liria.
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
353
número 2º del artículo 849 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, en el que invoca error
de hecho en la apreciación de las pruebas que resultan de documentos que muestran la
equivocación evidente del juzgador y no están desvirtuados por otras pruebas, con la
consiguiente infracción, por inaplicación, del artículo 519 del Código Penal.
354
alegaciones que se vierten en el escrito que contiene el recurso de reforma interpuesto
por los querellados contra el auto de procesamiento.
355
SEGUNDO.- En el segundo motivo del recurso, por infracción de Ley, al
amparo del número 1º del artículo 849 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, se invoca
falta de aplicación del artículo 519 del Código Penal.
FALLO:
356
QUE DEBEMOS DECLARAR Y DECLARAMOS NO HABER LUGAR AL
RECURSO DE CASACION por infracción de Ley, interpuesto por BANCO
COMERCIAL ESPAÑOL S.A., contra sentencia dictada por la Audiencia Provincial de
Valencia, de fecha 2 de mayo de 1986, en causa seguida por alzamiento de bienes.
ANTECEDENTES DE HECHO:
357
convenció a su esposa, persona de escasa cultura y con problemas psíquicos, nada
entendida en operaciones comerciales y que obraba al dictado de su cónyuge, que era
conveniente que la titularidad del piso propiedad del matrimonio sito en la calle
DIRECCION001 nº NUM000 pasara a nombre de la hija y el esposo de ambos,
recientemente casados, los también procesados Luz y Jose Ramón , quienes conocían la
delicada situación económica de DIRECCION000 y el riesgo de que el piso fuera
embargado y adjudicado a terceros y querían ayudar a su padre y suegro, evitar ese
presumible resultado. En efecto, el día 29 de diciembre de 1982 los cónyuges Salvador
y Sofía otorgaron escritura de compraventa ante el Notario de Madrid D. Emilio Garrido
Cerda, en favor de D. Jose Ramón que lo adquiría en el precio de 2.000.000 pts. que
figuraban como ya entregados al vendedor por el comprador, para la sociedad conyugal
ya que estaba casado en régimen de gananciales con Luz. Ello no obstante el
matrimonio formado por Salvador y Sofía continuó habitando en el mismo piso, junto a
su hija y yerno.
Sus linderos son: frente Oeste, caja de escalera y patio derecha de la finca, al que
tiene cuatro huecos; derecha entrando Sur, con el piso letra NUM002; izquierda Norte,
con terrenos propiedad de los señores Miguel Ángel y Sara; y fondo, con la citada calle
de DIRECCION001, a la que tiene cuatro huecos, dos volados y dos con terraza. Consta
de cuatro dormitorios, comedor, cocina, baño, aseo de servicio, vestíbulo y pasillo.
359
QUINTO.- Al amparo del art. 849,1º por indebida aplicación del art. 519 del
C.P., al apreciarse en la sentencia recurrida una insolvencia deliberada, que no es tal.
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
El párrafo del relato probado que se tacha como predeterminantes del fallo
condenatorio de la sentencia recurrida es el siguiente: <<El procesado Salvador
convenció a su esposa, persona de escasa cultura y con problemas psíquicos, nada
entendida en operaciones comerciales y que obraba al dictado de su cónyuge, que era
conveniente que la titularidad del piso propiedad del matrimonio, sito en la c/
DIRECCION001 NUM000, pasara a nombre de la hija y el esposo de ambos...>> A la
361
vista de la doctrina expuesta debe desestimarse inexcusablemente el motivo, habida
cuenta que la expresión "convenció a su esposa" constituye una locución tan usual y
corriente, que puede ser comprendida por cualquier persona y que, además, carece de
carga jurídica alguna, no sólo porque es totalmente ajena a la tipicidad de la figura del
art. 519 del Código Penal, sino porque está absolutamente falta de cualquier
significación normativa. Por último hace referencia a una persona no condenada.
No hace falta por ello examinar en este caso, como en otros acontece, la
virtualidad documental de los aducidos escritos, para desestimar el motivo, pues aun
admitiendo tal carácter a efectos casacionales y como aptos para demostrar el error facti,
nunca enervarían la otra parte del hecho probado. La sentencia impugnada, modélica,
describe en primer lugar los hechos acreditados y el mecanismo probatorio determinante
362
para después realizar diversas refutaciones, entre ellas el argumento defensivo del
motivo, relativo a que los anteriores negocios del procesado Salvador originaron
diversos gastos que fueron satisfechos con préstamos del coprocesado Jose Ramón y
que se reintegraron con la venta del piso. Destaca al respecto la sentencia de instancia:
a) El dato que la transmisión se realizara veinte días antes del vencimiento del crédito
bancario.
d) Por ser hecho notorio que el mencionado yerno no podía disponer de dinero
para realizar tales préstamos, por carecer de fortuna propia y sus ingresos ser los propios
de un Oficial del Ejército.
Así, aun dando por supuesto que existieran tales deudas que los sedicentes
documentos acreditarían, ello no alteraría el dato de que fue, no para pagar las mismas,
sino para evitar que el piso fuera embargado por un acreedor legítimo, lo que determinó
tal venta simulada.
363
Banco querellante. Pretende el motivo que el crédito del Banco de Santander no era real
y legítimo, ni generador de una deuda vencida y líquida, con olvido que la vía
casacional emprendida por los recurrentes exige un respeto absoluto al hecho probado y
cualquier alteración del mismo desencadena la inadmisión -en este trámite procesal la
desestimación-. El hecho probado 1, "in fine" describe al respecto que <<cuando el
Banco de Santander instó ante el Juzgado de Primera Instancia nº 21, el juicio ejecutivo
nº 173/83 y se acordó con fecha 1 de marzo de dicho año el embargo del piso citado y
con fecha 7 de marzo se dictó sentencia de remate, la misma no pudo ejecutarse por
estar inscrito el piso a nombre de personas distintas de las demandadas, con lo que el
Banco de Santander no pudo hacer efectivo su crédito>>. Tal relato patentiza la
existencia de un crédito real y fue estimado en la sentencia de remate, o sea tras un
proceso ejecutivo. No fue la carencia de virtualidad, ni la falta de legitimidad del
crédito, sino la elusión de la responsabilidad patrimonial contraída para burlar el
derecho del acreedor a recuperar su dinero e intereses.
No se precisa la ocultación material que, por otra parte resulta imposible en los
inmuebles, bastando cualquier ardid para sacar dicho bien, afecto a la responsabilidad
universal proclamada en el art. 1911 del Código Civil, para la existencia de la
infracción.
En cuanto al otro punto del motivo, respecto al pago a otro acreedor que el
hecho probado no niega tajantemente, omite la realidad del pago entre los coprocesados,
al contradecir que el recurrente Jose Ramón hubiese prestado dinero a su suegro, el
coprocesado Salvador, por lo que tal alegación del motivo, frontalmente contraria al
factum , determina su desestimación.
SEXTO.- Por la misma vía casacional que los precedentes, sigue estimando la
indebida aplicación del art. 519 del Código Penal "al considerar existente el inexistente
ánimo de defraudar de los condenados" (sic).
Se sostiene que otro Banco presentó otra querella en otro Juzgado de Instrucción
de Madrid, por los mismos hechos aquí perseguidos y condenados y se archivó por no
estimar los hechos constitutivos de delito.
La igualdad ante la Ley hay que entenderla como parificación de los ciudadanos
ante el ordenamiento jurídico en idénticas circunstancias, con las mismas cualidades,
méritos o servicios y con paralelo comportamiento y conducta.
OCTAVO.- El último motivo del recurso, por la vía del nº 1º del art. 849 de la
Ley procesal penal, denuncia indebida aplicación del art. 519 del Código Penal por
declararse en la sentencia la nulidad del contrato que no han solicitado ninguna de las
acusaciones.
El motivo debe rechazarse por su inexactitud, porque en el acto del juicio oral
consta que la acusación particular modificó la sexta conclusión en el sentido de solicitar
la nulidad de la escritura pública y las demás a definitivas.
FALLO:
367
16-SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO DE 25 DE FEBRERO DE
1993
ANTECEDENTES DE HECHO:
Primero.- Por infracción de ley, al amparo del número 1º del artículo 849 de la
Ley de Enjuiciamiento Criminal, por aplicación indebida del artículo 519 del Código
Penal.
Segundo.- Por infracción de ley, al amparo del número 1º del artículo 849 de la
Ley de Enjuiciamiento Criminal, por inaplicación del artículo 8.11º del Código Penal.
Tercero.- Por infracción de ley, al amparo del número 1º del artículo 849 de la
Ley de Enjuiciamiento Criminal, por infracción del artículo 101 del Código Penal en
relación con el 1.392 del Código Civil.
369
5.- Instruido el Ministerio Fiscal del recurso interpuesto, la Sala admitió el
mismo, quedando conclusos para el señalamiento de fallo, cuando por turno
correspondiera.
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
2º) La expresión "en perjuicio de sus acreedores", que emplea la dicción del
artículo 519 del Código Penal, ha sido interpretada por la doctrina de esta Sala -cfr.
Sentencias 13 y 14 Febrero, 13 Mayo y 17 Setiembre 1.992-, no como exigencia de un
perjuicio real y efectivo en el titular de un derecho de crédito, sino en el sentido de
intención del deudor que pretende poner a salvo algún bien o todo su patrimonio en su
propio beneficio, o en el de alguna persona muy allegada, obstaculizando así la vía de
apremio de los acreedores. Es por ello, que el delito de alzamiento de bienes, se
configura como un delito de tendencia en el que basta que se lleve a cabo esa ocultación
de bienes que es el resultado exigido por el tipo, ya que el perjuicio real pertenece no a
la fase de perfección del delito, sino a la de agotamiento.
Mas al argumentar así, olvida el recurrente, que el propio Código Civil que
invoca en su artículo 7º, establece que los derechos deberán ejercitarse conforme a las
exigencias de la buena fe y que la ley no amparará el abuso del derecho o el ejercicio
antisocial del mismo. Y mucho menos, que al amparo del ejercicio de un derecho
legítimo, se incida en una infracción del tipo penal, siendo aquel el medio "legal" para
su realización. Las capitulaciones matrimoniales, son válidas y ésta regulado su
otorgamiento por el ordenamiento civil entre los cónyuges, pero no cuando aquéllas
tienen una finalidad ilícita, cual es, salvaguardar la vivienda del procesado, de las
acciones, también legítimas, del trabajador dirigidas a obtener el resarcimiento de su
372
crédito. El delito de alzamiento de bienes, exige como uno de sus requisitos esenciales,
el de la ocultación, enajenación o desaparición de los bienes del deudor, sea cual fuere
el medio utilizado para ello, imposible de delimitar en un numerus clausus, pudiendo
indudablemente cometerse a través de un negocio jurídico ficticio o bien real, pero con
una finalidad que incida en dicho tipo penal. Procede, pues, la desestimación del
motivo.
Mas al mantener tal tesis el recurrente, olvida que una reiteradísima doctrina
jurisprudencial, -cfr. Tribunal Supremo Sentencia, 16 Marzo, 16 Abril, 8 Julio 1.992-,
ha declarado que en materia de responsabilidad civil dimanante del delito de alzamiento
de bienes, lo que tiene que efectuar la Sentencia condenatoria, es restituir el orden
jurídico perturbado por la infracción, que en tales supuestos, no puede ser otro que el de
reintegrar al patrimonio del deudor los bienes indebidamente extraídos del mismo, para
que respondan del crédito existente, decretando la nulidad de los contratos fraudulentos,
siempre que lo hayan solicitado el Ministerio Fiscal o la parte acusadora y figuren en la
causa las partes del negocio cuestionado. En concordancia con la doctrina expuesta y la
petición verificada por el Ministerio Fiscal a la que se adhirió la acusación particular y
presentes todas las partes, no puede estimarse infringido el precepto penal alegado, y el
motivo debe rechazarse.
FALLO:
373
Audiencia Provincial de Madrid, de fecha nueve de octubre de mil novecientos noventa,
en causa seguida a Franco, por delito de alzamiento de bienes. Condenamos a dicho
recurrente al pago de las costas ocasionadas en el presente recurso.
ANTECEDENTES DE HECHO:
375
FALLAMOS: Que debemos ABSOLVER y ABSOLVEMOS a Octavio del
delito de complicidad en insolvencia fraudulenta que le imputaba por el Ministerio
Fiscal, declarando de oficio la mitad de las costas causadas.
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
a) El texto del art. 520 CP. no hace referencia alguna a especiales elementos
subjetivos de la autoría, para decirlo con una terminología más clásica, a especiales
elementos subjetivos de lo injusto. La cuestión de si además del dolo este delito requiere
un particular "animo de defraudar a los acreedores", por otra parte, ha dividido la
opinión de la doctrina. Mientras algunos autores requieren tal "animo de defraudar",
otros se limitan a exigir que el autor haya obrado con dolo, es decir, con conocimiento,
y en su caso voluntad, de la realización de la acción descrita en el tipo penal. En la
jurisprudencia se ha sostenido que es preciso que el autor haya obrado con "ánimo de
defraudar a los acreedores" y se ha considerado este elemento, ocasionalmente, como
dolo específico (ver SSTS 13-6-59; 29-3-68; 20-12-69; 23-6-78; 23-3-79, entre otras).
Sin embargo, la jurisprudencia ha reconocido que el delito del art. 520 CP. puede ser
377
cometido en forma imprudente, es decir, que puede ser sancionado mediante el art. 565
CP (ver también entre otros SSTS 13-6-59; 9-4-69; 20-12-69; 27- 6-72; 20-6-77), punto
de vista que da lugar a la cuestión de si este ánimo de defraudar constituye realmente un
elemento subjetivo diferente del dolo. En efecto, por regla, la jurisprudencia ha excluido
una aplicación del art. 565 CP. cuando el delito requiera un especial elemento subjetivo
no compatible con la realización imprudente del tipo. De ello cabe deducir que cuando
en los precedentes de esta Sala se ha entendido que la punibilidad requiere que el autor
haya obrado con ánimo de defraudar, en realidad, ha hecho referencia simplemente al
carácter doloso de la acción típica.
Esta visión del problema resulta, además, confirmada por la sencilla razón que el
carácter criminal de la quiebra fraudulenta no es consecuencia de una actitud anímica
especial del autor, sino que el disvalor de la conducta punible, al menos en el caso de
ocultamiento y alzamiento (art. 890,1º C. Com.), está ya íntegramente dado en el caso
en el que el autor sabe que oculta bienes a la masa, pues ello implica necesariamente
una reducción de las posibilidades de ésta de satisfacer sus créditos. La cuestión de si
todos los supuestos del art. 890 C. de comercio tienen la misma estructura subjetiva que
el número primero de dicho artículo, puede quedar aquí abierta a nuevas
consideraciones, dado que en el presente caso la Audiencia aplicó dicho supuesto y el
recurrente no cuestiona este aspecto de la sentencia recurrida.
b) Aclarada la configuración del tipo subjetivo del delito del art. 520 CP.,
aplicado en relación al art. 890,1º C. de Com., la decisión del presente caso no resulta
problemática. En la medida en la que de los precedentes jurisprudenciales de esta Sala
no es posible deducir que el ánimo de defraudar sea un elemento distinto del dolo, la
pretensión del recurrente no puede prosperar, dado que se fundamenta en una exigencia
que la ley no establece y que la jurisprudencia no ha entendido necesaria.
Tampoco cabe pensar en una vulneración del art. 24.2 CE., dado que el derecho
a la presunción de inocencia no puede ser vulnerado por la falta de prueba de un
elemento que no constituye un presupuesto de la punibilidad recogido en el tipo
(garantía) del delito, es decir, en aquella forma más general del tipo penal que recoge
íntegramente todos los presupuestos que condicionan la punibilidad.
378
Por lo demás, si el procesado supo -como ha establecido el hecho probado- que
entregaba parte de los bienes a un tercero y que otros los trasladaba fuera de la sociedad
quebrada, sin comunicarlo a los interventores de la suspensión de pagos y sin asentarlo
registralmente, no puede haber ignorado que, de esa manera, excluía del activo bienes
sobre los que no sería posible la ejecución, pues difícilmente podrían ser encontrados
por los acreedores. Acreditado esto no ofrece dudas que el saber lo que hacía, el
recurrente también sabía que perjudicaba a sus acreedores.
FALLO:
ANTECEDENTES DE HECHO:
379
a la Audiencia Provincial de la misma Capital, que con fecha dos de mayo de mil
novecientos noventa y cinco, dictó sentencia que contiene el siguiente hecho probado:
380
necesarios para la forma de financiación acordado por éste y el Sr. Carlos Antonio. Así:-
Carlos Ramón, cotitular de la Empresa "DIRECCION008" al 50% con Carmen, esposa
de Benedicto, a quien éste le pidió firmar algunas letras a lo que aquél accedió con el
propósito de colaborar con Benedicto a quien le estaba muy agradecido ya que lo que
tenía se lo debía a la ayuda pasada de Benedicto- - Carmen, ya mencionada, esposa de
Benedicto, quien colabora con su firma siempre que su esposo lo solicita.- - Carlos
Alberto , agente de ventas del DIRECCION009, quien también firmó cheques y letras a
petición inmediata de Pedro pero en el entendimiento de que provenía de Benedicto,
firma que plasmaba sin saber y en blanco en la confianza de que se hacía en interés del
éxito de la Empresa, y los descuentos no se ingresaron en su cuenta personal sino en las
del DIRECCION009- - Pedro, ya nombrado, hacía la función de contable en directo e
inmediato contacto con Benedicto y bajo su dirección, y a través del cual se solicitó la
firma de la mayoría de las letras financieras. Esta persona también obtuvo un crédito
personal, pero como tenía también como finalidad financiar el DIRECCION009, su
importe fue ingresado en cuenta de uno de los hermanos Benedicto (Juan Pedro). Por
este crédito se siguió procedimiento judicial ejecutivo, habiéndose ejecutado el crédito
sobre su vivienda.- - Narciso, hermano de Carmen, y, por consiguiente, cuñado de
Benedicto, trabajador de la Empresa y firmante de efectos a petición de Pedro, con
idéntica finalidad- - Silvio, jefe- administrativo de "DIRECCION004".- -Hermanos de
Benedicto: 1.- Juan Pedro : empleado y socio de algunas de las Empresas, administrador
único de "DIRECCION004".- 2.- Inocencio: colaborador, también, en su cuenta se
ingresan algunos de los préstamos solicitados por otros.- 3.- Daniel: hermano pequeño,
que explotaba el negocio familiar de vacas, que figuraba como presidente de la
"DIRECCION003".- 4.- Federico: Secretario de "DIRECCION004"; llevaba el
departamento del matadero.- 4.- La fórmula de financiación acordada, si bien ideada por
parte de la DIRECCION001 por el Sr. Carlos Antonio, tuvo su formalización y
ejecución a través de los distintos órganos de la Cooperativa, órganos decisorios, de
gestión e inspección, y sus resultados tuvieron en todo momento puntual expresión en la
documentación y Contabilidad de la Caja, con la excepción de que no pasaba el filtro
del Departamento de Riesgos, trámite ordinario para valorar las garantías del
solicitante.- Esta fórmula de financiación, a corto plazo, era frecuente en el tiempo a que
se contraen los hechos (1.977- 1981), y se basa en la confianza que suscitan la persona y
381
los proyectos de quien la demanda, y el excepcional riesgo que se asume (sin garantías
reales) se compensa con los beneficios excepcionales que se obtienen con los elevados
intereses que se devengan.- 5.- Las expectativas ofrecidas por el Sr. Benedicto no
tuvieron el refrendo de la realidad; y de esa manera en el año 1.981 una inspección del
Banco de España observó una deuda superior a 300 millones de ptas.; un riesgo
insoportable (concentración en el Sr. Benedicto de un riesgo superior al 10 % del total);
y una financiación irregular en cuanto se canalizó sin la garantía hipotecaria.- 6.- El Sr.
Benedicto a la vista de que se le exige una inmediata regularidad de la situación, pone
en marcha un mecanismo de reconocimiento de deuda con los siguientes datos: a) El 9
de Noviembre de 1.981 Carlos Alberto , avalado por el Sr. Silvio y Inocencio, otorga
Póliza de afianzamiento por importe de 25 millones de ptas. a favor de
DIRECCION001- b) El 13 de Enero de 1.982 "DIRECCION004" firma póliza de
préstamo de 97.998.000 ptas. con el Banco de Crédito Agrícola.- c) El 7 de Agosto de
1.982 se otorgan sendas Escrituras de Reconocimiento de Deuda por DIRECCION005 a
favor de DIRECCION001 por importe de 46.840.350 ptas., con la garantía hipotecaria
de finca de DIRECCION010, y por Daniel, por importe de 24.623.616 ptas. con
garantía hipotecaria.- d) El 24 de Agosto de 1.982 se otorgan tres escrituras de
reconocimiento de deuda a favor de DIRECCION001 por Narciso, por importe de
80.681.106 ptas., por DIRECCION005, por importe de 51.499.314 ptas., ambas con
garantía hipotecaria, y por Benedicto y Daniel y la sociedad "DIRECCION003" por
importe de 74.521.520 ptas., que posteriormente, el 7 de Octubre de 1.982 afianzan
personal y solidariamente Benedicto y Juan Pedro.- e) Por último, tras conversaciones
entre el Letrado Sr. Fontecha (Abogado de Benedicto) y el Sr. Ruiz de Velasco (por
Caja Madrid), el Sr. Notario de Santander, Roiz Quintanilla, elabora un Proyecto de
Escritura de Transacción que se rechaza por cartas de 18 de Septiembre de 1.989 y 3 de
Enero de 1.990 (Caixa y Caja Madrid), en las que se dicen las razones técnico-
económicas por lo que no es aceptable para la parte acreedora tal proyecto y se señala
cuál sería, a su juicio, la formulación correcta. En ambas cartas se expresa la necesidad
de que comparezca y afiance la esposa de Benedicto, en cuyo proyecto de transacción
no aparece.- HECHO -B.- El 12 de Octubre de 1.962 contrajeron matrimonio Benedicto,
comerciante, y Carmen bajo el régimen económico de gananciales.- El 28 de Mayo de
1.982 -79 días después del nombramiento de administradores provisionales en
382
DIRECCION001 por el Banco de España (Marzo de 1.982), y algo más de dos meses
antes al reconocimiento de deuda del grupo de Empresas DIRECCION009 con los
citados administradores- el matrimonio citado otorga Escritura Pública de
Capitulaciones Matrimoniales, pactándose la separación absoluta de bienes. Con
posterioridad Carmen hipotecó bienes adjudicados en la liquidación de gananciales en
garantía de deudas contraídas por su esposo y Empresas del Grupo.- HECHO -C.- 1.-
Lorenzo , dedicado a la industria de productos de la mar (pescado), en los años 70 idea
dar vida a una organización empresarial de importancia, para lo que necesita fuertes
inversiones lo que le obliga a pedir colaboración de personas, financiación externa para
la actividad que se pretende y la formalización de un marco jurídico de titularidad
empresarial. De este modo logra crear una red de Empresas y oficinas en diversos
puntos de la Península, Huelva, Madrid, Valladolid, Santander. En concreto: En el año
1.977 funda la DIRECCION011, con sede social en Huelva, capital social de 20
millones de ptas. y cuyo fin social es la explotación - comercialización de productos del
mar (pescado y marisco) -contando para esos fines con otra sociedad de la que también
es titular "DIRECCION012", que disponía de cinco barcos- contando con un
colaborador, Lucio , empleado -administrativo pero con poderes de la Empresa para
firmar efectos mercantiles (letras, cheques), teniendo tal Empresa abiertas cuentas
corrientes en Banco de Andalucía de Huelva (c/c nº NUM000, fecha de 29 de Mayo de
1.979).- 2.- En el año 1.979 funda en Santoña la Sociedad DIRECCION013 , con 1
millón de ptas. de capital social, con la finalidad de comercializar pescado en
colaboración con DIRECCION011 ., para la que nombró gerente a un pariente suyo,
Hugo, comenzando a trabajar con diversas entidades financieras de Santander, aunque
después se polarizó en la DIRECCION001, a través de su oficina en DIRECCION014,
en que se abrió el 3 de Julio de 1.979 cuenta corriente Nº NUM001, por motivo de que
en esta delegación trabajaban dos personas próximas a Lorenzo y Hugo, esto es, Juan
Miguel y Pedro Jesús.- 3.- Los ingresos en c/c de DIRECCION013 venían constituidos
en gran parte por remesas de talones procedentes de la cuenta de DIRECCION011,
firmados generalmente por Lucio. Cuando se recibían en la oficina de DIRECCION014
los citados empleados simplemente los posicionaban, con la única cautela impuesta
desde la Central desde mayo de 1.980, de que llamaban al interventor de la oficina
principal, José Carlos, indicándole que había llegado una remesa de talones (cantidad y
383
número), y el mismo día, se remitían a dicha oficina principal a través del taxi que
diariamente recorría los pueblos para esta función u otros propios del negocio. La
función de esta sucursal, de tan solo dos empleados, un local en extremo pequeño, era la
de captación de clientes, sin facultades, y como única documentación tenían las fichas
de posición. El control, la ficha contable y ficha valor y el establecimiento de relaciones
jurídicas se reservaban a la oficina principal. Los extractos enviados mensualmente a
DIRECCION013 fueron siempre positivos (algún mes llegó a 91 millones) hasta los
meses de febrero, marzo y abril de 1.981 que van apareciendo saldos negativos, por lo
que DIRECCION001, en Abril, pese a que acepta en primera instancia cheques contra
esta cuenta del Banco de Bilbao, posteriormente intenta sin éxito su devolución.- Con
periodicidad irregular (cada mes o dos meses) y por sorpresa un inspector interno de la
DIRECCION001 visitaba esta sucursal sin que se manifestara irregularidad alguna.- En
la Dirección de la DIRECCION001 llegó a ser considerado el Sr. Lorenzo por su
Presidente (Sr. Carlos Antonio) como un cliente a cuidar, de suerte que fue agasajado
con espléndidos almuerzos. La propia Caja le concedió una línea de descuento de 5
millones de ptas, y sobre todo, cuando hubo necesidad de mayor financiación la Caja se
la concedió mediante la firma de una póliza por importe de 50 millones de ptas. en
febrero de 1.981, para cubrir posibles descubiertos en cuenta. Se ha de recordar al
respecto que el Sr. Lorenzo a través de la Sociedad "DIRECCION012" arrastraba una
deuda inicial de 150 millones de ptas por la adquisición de cinco barcos a Astilleros de
Huelva, con lo que la necesidad de financiación era evidente.- 4.- A su vez gran parte de
los ingresos en la c/c de DIRECCION011 se producía por la remesa de talones de la
cuenta de DIRECCION013 que se rellenaban por el contable Sergio y se firmaban por
el ya citado gerente Hugo, quien firmó varios talones en blanco que justifica por su
ausencia por motivo de su boda, y que se enviaban por correo a su sede social de
Huelva, en donde a la fecha fijada en el talón se procedía a ingresar en alguna de las
cuentas de los referidos bancos del Sur de España según las previsiones de pagos, por el
Sr. Lorenzo o el Sr. Lucio.- Al no haberse aportado al juicio la Contabilidad de las
Empresas implicadas desconoce la Sala la causa jurídica y la razón de los cheques
origen de las remesas, si se trataba de una ayuda a la financiación de una Empresa
hermana o respondía a la facturación consecuente a envío y recepción de mercancía.- En
cualquier caso en abril de 1.981 algunos Bancos, entre ellos el Popular, rechazan talones
384
a ingresar en DIRECCION013, y la DIRECCION001 deja de adeudar a
DIRECCION013 talones girados contra este cuenta por falta de saldo, como ya quedó
dicho.- Detectada la irregular financiación por el Banco de España a la vez que se pone
fin a la misma se pretende su regularización, para lo que el Sr. Lorenzo se reúne en
diversas ocasiones con los responsables de DIRECCION001, llegando a un acuerdo que
cristaliza en el otorgamiento de documento de reconocimiento de deuda de 20 de Enero
de 1.982 por importe de 173.504.894?93 ptas., firmado por el Sr. Lorenzo como deudor
y el Sr. Luis Carlos y otro como apoderados de DIRECCION001.- HECHO -D.- -Entre
los años 1.971 y 1.982 la DIRECCION001 concedió diversos créditos a diversas
Cooperativas: DIRECCION016 (Unión Territorial de Cooperatvas del Campo), .-
DIRECCION015 (Cooperativa Agrícola Ganadera y Forestal de Santander), .-
DIRECCION017 (Cooperativa Provincial de Suministros Ganaderos), créditos que no
se amortizaban y se concedían nuevos créditos superiores a los anteriores con lo que se
pretendía saldar los pendientes.- La concesión de dichos créditos se producía de modo
formalmente correcto en cuanto seguían los trámites de previo informe técnico y
decisión de los órganos competentes de la DIRECCION001 con la constancia
documental y contable correspondiente.- No obstante Carlos Antonio (hoy fallecido) era
a la vez Director de la DIRECCION001 y gerente de mencionadas cooperativas. En
DIRECCION016, y, posteriormente al desaparecer éstas por disposición legal,
DIRECCION015 y DIRECCION017, el Sr. Carlos Antonio tenían un empleado, Luis,
que pese a firmar talones, lo hacía desconociendo la realidad y las finalidades últimas de
tales operaciones, pues seguía, confiado, las órdenes del Sr. Carlos Antonio , cerebro
del sistema y jefe de dicho empleado.- En dichas relaciones (DIRECCION001 -
Cooperativas), intervino también Blas en quien concurría la cualidad de Presidente de
DIRECCION015 y Consejero de la DIRECCION001 , aunque su profesión era la de
constructor, en cuyos órganos intervenía para la aprobación de los créditos. Asimismo
participó Lázaro (hoy fallecido) como secretario de la DIRECCION001, y más tarde
como nuevo presidente de dicha institución.- Luis y Blas firman una póliza de crédito
(nº 1.890) el 31 de Diciembre de 1.977 a favor de DIRECCION015 por un límite
máximo de 65 millones de ptas, pero el mismo día se transfieren 50 millones a la cuenta
de DIRECCION016, sociedad ésta de la que era gerente el Sr. Carlos Antonio.-
HECHO -G.- 1.- Fermín, que perteneció al sindicato ganadero, entre el año 1.980 y
385
1.982 fue miembro del Consejo Rector de la DIRECCION001 , y de su Comisión
Permanente algunos meses.- En 26 de Diciembre de 1.977 la Caja representada por su
Director, Carlos Antonio le concede un crédito personal de 5.500.000 ptas. El 19 de
Octubre de 1.978 el saldo deudor en la cuenta de crédito es de 5.919.574 ptas., y al
tiempo de su vencimiento (30 de Diciembre de 1.978), de 10.124.198 ptas., que la Caja
no le reclama.- El 12 de Enero de 1.981 el Sr. Carlos Antonio, como representante de la
DIRECCION001 concede a Beatriz, hermana de Fermín, un préstamo personal de 7
millones de ptas. instrumentalizado en póliza de crédito nº NUM002. Su importe se
ingresa en c/c de su hermano Fermín.- El 31 de Diciembre de 1.983 la deuda por este
préstamo llega a 9.386.000 ptas.- el 17 de Febrero de 1.981 el Sr. Carlos Antonio
concede a Fermín un nuevo préstamo personal por importe de 12 millones de ptas. Los
préstamos concedidos a Fermín van avalados por su padre - Alonso - y por su hermana -
Beatriz; el solicitado por ésta, va avalado por su citado padre y su hermano Fermín,
enumerándose en la documentación pertinente los bienes rústicos, urbanos y cabezas de
ganado que cada una de las tres referidas personas tenían a efectos de garantía.- 2.- a) El
15 de Enero de 1.981 Fermín -ganadero- compró una finca que sintéticamente se
describe e identifica así: Prado y Labrantío, al sitio del DIRECCION018 , 6 Ha, 7 a y 60
Ca, con su casa-cabaña y accesorios, inscrita al Tomo NUM003 , Libro NUM004 , folio
NUM005 , finca NUM006 , que hasta el momento poseía en calidad de arrendatario.
Para evitar que DIRECCION001 cobrase la deuda, que a finales de 1.982 estaba
próxima a los 22 millones de ptas., Fermín busca el modo de despojarse aparentemente
de sus fincas. Y así: b) El 25 de Octubre de 1.982 Beatriz , viuda, emancipa a su hijo,
Javier , de 16 años por Escritura Notarial.- En la misma escritura se formaliza
compraventa en virtud de la cual Fermín vende a su sobrino, Javier, cuatro fincas, esto
es, por una parte tres fincas rústicas cuya titularidad correspondía a Fermín por compra
en Escritura Pública de 4 de Abril de 1.975: 1.- Finca a DIRECCION019 y erial de 290
carros inscrita Tomo NUM007, Libro NUM008 , v, finca NUM009, NUM010; .- 2.-
Finca al sitio del "DIRECCION020 de 13 Ha y 8 áreas, inscrita en Tomo NUM011,
libro NUM012, folio NUM013, finca NUM014, 1ª;.- 3.- Heredad a DIRECCION019 y
erial, con dos casas cabañas unidas, de 6 Ha, inscrita al Tomo NUM011, libro
NUM012, folio NUM015, V, finca NUM016, 2ª; y la cuarta finca referida en a), por un
precio total de 4.450.000 ptas. que confiesa el comprador haber previamente recibido,
386
aunque ningún precio abono el sedicente comprador.- Dicha compraventa se inscribe en
el Registro de la Propiedad el 13 de Enero de 1.983, el 14 de Enero de 1.983 la
DIRECCION001 insta procedimiento ejecutivo contra Beatriz, Fermín y el padre,
Alonso. Se embargan bienes por el Juzgado. Las fincas aquí citadas (b) están inscritas a
nombre del sobrino por lo que no se practica anotación (respuesta del Registrador de la
Propiedad de 3 de Octubre de 1.983). El 30 de Julio de 1.983 el Juzgado dictó Sentencia
en el proceso civil indicado estimando sustancialmente la Demanda ejecutiva. Parte de
la deuda se cobró sobre los bienes del padre, Alonso.- HECHO -I.- I. Con fecha 6 de
Junio de 1.968 Ricardo recibe de sus padres por compraventa diversas fincas.- Entre los
años 1.978 y 1.980 Ricardo obtiene diversos préstamos de la Caja DIRECCION001 que
no se amortizan.- La Caja entabla juicios ejecutivos (27 de Diciembre de 1.980 y 23 de
Octubre de 1.980) en reclamación de la deuda, embargándose los bienes de Ricardo .-
Estos embargos resultan ineficaces ya que en el año 1.981 los hermanos de Ricardo
entablaron Demanda contra éste pretendiendo y obteniendo la nulidad de aquella
compraventa, hecho con perjuicio de estos coherederos.- Al tiempo de los hechos
Ricardo era titular de unas 100 vacas de raza frisona, valoradas en unos 20 millones de
ptas, amén de los derechos sobre la herencia de su padre.- En Somo, era titular de finca
rústica valorada en unos 17 millones de ptas., y un edificio con anexo de almacén y
huerta valorados en unos 20 millones, Su patrimonio en esos momentos, pericialmente,
queda globalmente valorado en unos 40 millones de ptas.- HECHO J.- 1.- Clemente era
gerente de la Empresa "DIRECCION021" que se inició como Empresa individual hasta
que en enero de 1.978 se constituyó en Sociedad; empresa dedicada a la fabricación de
Caucho y plástico con proyección internacional, exportando, por ejemplo, a Alemania.-
La DIRECCION001 entendió que le era beneficiosos trabajar con aquel empresario en
vista de las expectativas que ofrecía, de suerte que tras conversaciones de su Director,
Carlos Antonio, con el propio Clemente, se abrió una línea de crédito instrumentalizado
a través de una cuenta corriente.- Las esperanzas de explotación exitosa se frustran
cuando desde Alemania se devuelven dos importantes pedidos por defectos y se
produce un exagerado adeudo por saldo negativo y efectos devueltos. La regularización
de esta cuenta era delicada ya que la DIRECCION001 estaba financiando una Empresa
que no era precisamente Agrícola y si se cortaba la relación de forma fulminante
llevaría necesariamente a un crédito fallido, de ahí que pensando que la situación era
387
simplemente transitoria y con posibilidad de superar el contratiempo, la Caja, con la
intervención personal del Apoderado y a la sazón Jefe de Inversiones (1.977-1.979),
Juan Carlos , pero con la aprobación de la Comisión Permanente a la que informaba, y
sin perjuicio de la intervención intensa a cargo del Sr. Simón y los informes mensuales
a los organismos correspondientes, idea la fórmula de garantizar los cobros de los
excedidos en cuenta a través del mecanismo de la emisión de varias letras financieras
que, por consiguiente, no se utilizan para descuento, avaladas por su padre Juan Enrique
y por su suegra Amelia, exigiéndosele y aceptando también la firma de 3 pólizas
personales de afianzamiento, llegando a firmar también documento de cesión de
derechos de traspaso, instalaciones, maquinaria, etc. a favor de la Caja. El 5 de Febrero
de 1.980 otorga Escritura Pública de Reconocimiento de deuda por negociación de
efectos financieros.- La intervención del Banco de España puso al descubierto los
hechos relatados.- 2.- Clemente y su esposa, Ángela, comenzaron a tener problemas de
relación personal aproximadamente desde el año 1.976, rompiendo de hecho en 1.979, y
hoy se hallan divorciados. La Sra. Ángela ignoraba las actividades financieras de su
esposo.- Tienen una relación puntual en beneficio de las hijas cuando el abuelo paterno,
Juan Enrique , entonces habitante en calidad de inquilino del piso NUM017 D del nº
NUM018 de Madrid, resuelve comprar dicha vivienda, pero para evitar trasmisiones y
los tributos y gastos inherentes, decide de acuerdo con el vendedor (Juan Pablo), que
formalmente sean sus dos nietas (hijas del Sr. Clemente y la Sra. Ángela ) las
compradoras adquirientes. Sin embargo al ser menores su padre (Clemente) intervenía
en representación de sus hijas, circunstancia que no se hizo constar en la Escritura de
compraventa de 28 de Enero de 1.980; de modo que formalmente el comprador lo fue el
Sr. Clemente ; para dar cumplimiento a la voluntad del abuelo, al día siguiente, 29 de
Enero de 1.990 vuelven al Notario y el Sr. Clemente , y su esposa, la Sra. Ángela, hacen
donación del piso ayer comprado, a sus dos hijas, tras emancipar a la mayor de ellas".-
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
Aún a fuer de repetitivos, pero en aras a una mayor claridad de los problemas
que se plantean en el recurso, los hechos base de la sentencia condenatoria deben ser de
esta manera resumidos: a) El encausado y ahora recurrente, que fue miembro del
Consejo Rector de la DIRECCION001, obtuvo de esta entidad diversos créditos a su
favor que llegaron a alcanzar a finales del año 1.982 la cantidad de veintidós millones
de pesetas. b) Con fecha 25 de Octubre de ese mismo año, una hermana del encausado
otorga escritura pública por la que concede la emancipación a un hijo suyo de 16 años
de edad, Javier, y en la misma escritura dicho encausado hace venta al recién
emancipado, ya con plena capacidad de obrar, de diversas fincas de su propiedad que
constituían prácticamente todo su patrimonio y servían de sostén y lógica garantía a los
préstamos obtenidos de la indicada entidad bancaria.
390
De estos hechos así resumidos, que consideramos los únicos importantes a los
efectos que nos ocupan, el Tribunal "a quo" llega a la conclusión de que el vendedor de
sus fincas cometió un delito de alzamiento de bienes en perjuicio de su acreedor,
exonerando no obstante del mismo, tanto al comprador directo, el menor emancipado,
como a su madre, que le otorgó ese beneficio sin una causa que realmente lo justificara.
De una interpretación lógica de ese precepto se deduce que el tipo delictivo que
en él se describe se compone de dos elementos esenciales, uno objetivo y otro subjetivo.
El requisito objetivo que exige el tipo lo constituye la existencia de uno o varios
créditos reales y exigibles en su día de los que sea deudor el acusado del delito, sin la
necesidad de que esos créditos estén vencidos o fueran líquidos en el momento del
alzamiento, de ahí que digamos "exigibles en su día", pues entender la necesidad del
vencimiento como requisito comisorio sería tanto como desnaturalizar la esencia de este
acto defraudatorio, ya que es precisamente el temor a que llegue el momento del
cumplimiento de la deuda lo que induce en pura lógica al vendedor a evitarlo con la
necesaria anticipación, deshaciéndose de todos sus bienes o parte de ellos para así caer
en insolvencia total o parcial e impedir a los acreedores o dificultarles el cobro de lo
debido. En el caso que nos ocupa es obvio que este primer requisito se cumple
plenamente según anteriormente hemos indicado y nos señalan los hechos probados de
la sentencia.
A este respecto hemos de señalar con carácter muy breve que: a) De un examen
de lo actuado y del propio reconocimiento del Tribunal, si bien se aprecia la existencia
de unas ciertas dilaciones en el trámite, no cabe olvidar que el concepto de "indebidas"
es difícil de apreciar, no habiéndose probado por quien correspondía. b) En todo caso, y
de manera principal, hay que razonar, según reiterada jurisprudencia de este Tribunal
Supremo y del Constitucional, que las dilaciones indebidas sólo pueden ser corregidas o
compensadas a través de dos mecanismos, el del indulto o el indemnizatorio,
394
mecanismos ambos que carecen de naturaleza jurisdiccional, ya que la solución de
ambas peticiones corresponde o entra dentro del área administrativa, el primero a través
de la solicitud del derecho de gracia, y el segundo por medio del trámite del anormal
funcionamiento de la Administración de Justicia que regulan los artículos 292 y
siguientes de la Ley Orgánica del Poder Judicial. Por ello, al no tener el necesario
carácter jurisdiccional lo planteado en el motivo, este Tribunal carece de competencia
para dar soluciones dentro del ámbito de la casación, sin perjuicio de que sea la parte
afectada quien pueda promover, si lo desea, el trámite adecuado para compensar o
corregir esas dilaciones que se denuncian.
Que pudiendo estar afectados los hechos por la entrada en vigor del nuevo
Código Penal, corresponde a la Audiencia de instancia realizar la oportuna
acomodación, en el caso de que procediere.
FALLO:
395
19-SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO DE 20 DE ENERO DE
1997
ANTECEDENTES DE HECHO:
396
términos de Manuel y Jativa, por Sur, con propiedades de la Entidad Mercantil
FUENTE AMARGA, S.L. y por el Oeste con terrenos de la herencia de D. Plácido , Sr.
Oscar y otros, camino de la Fillola en medio.
398
A.- RUSTICA: cincuenta y nueve fanegadas, o cuatro hectáreas, noventa Áreas
y veintinueve centiáreas de tierra de labranza y monte denominada del Castellet, y
secano con olivos y algarrobos, naranjos y arrozal. Está sita en el término de Villanueva
de Castellón.
399
1ª.- Dicha Explotación, se iniciará para las referidas Fincas en el Exponendo 1º,
tan pronto las mismas sean propiedad de Everardo , y para las demás consignadas en el
Exponendo 3º del presente contrato, tan pronto figuren las mismas inscritas
registralmente a nombre de María Teresa o de la persona o personas que esta designe.
Todo ello, sin perjuicio de que por parte del interviniente Isidro se realicen sobre dichas
fincas, aquellos trabajos que se estimen necesarios para iniciar, sobre las mismas la
explotación aquí pretendida.
C.- Una vez reintegradas a Isidro, las cantidades anticipadas los beneficios netos
obtenidos por la explotación de las Fincas en cuestión se distribuirán, por mitad, entre
ambas partes contratantes.
400
SEGUNDA.- Los Sres. Gaspar podrán en cualquier momento, proceder a la
venta de las fincas o finca de su propiedad en cuyo supuesto los comparecientes
convienen lo siguiente:
Que Isidro o quien de él traiga causa, tendrá derecho de tanteo sobre la finca o
fincas cuya venta se pretende.
402
Por escritura nº 1.913 de 10 de septiembre de 1986 autorizada por el Notario D.
Antonio Beaus Codes, María Teresa y Gaspar, tras manifestar como de sus respectivas
propiedades las fincas que se detallan en el HECHO PRIMERO como dación en pago
del préstamo de 4.151.497 ptas. realizado por Elena también presente le transmiten el
pleno domicilio de dichas fincas haciendo constar que las mismas no están arrendadas
ni cedidas en aparcería.
Firme que fuere esta resolución, álcense y déjense sin efecto cuantas medidas
cautelares se hubiesen adoptado en las piezas de situación y responsabilidad civil."
5.- Instruidas las partes del recurso interpuesto, el Ministerio Fiscal impugnó
todos los motivos presentados.
404
6.- Conferido nuevo traslado a los efectos convenidos en la Disposición
Transitoria Novena Letra C de la Ley Orgánica 10/95, de 23 de noviembre, la
representación del recurrente adaptó los motivos de su recurso de casación a los
preceptos del nuevo Código Penal, de acuerdo con las modificaciones recogidas en su
escrito de fecha 10 de junio de 1.996 obrante en autos.
7.- Instruidas las partes del recurso interpuesto, el Ministerio Fiscal en escrito de
fecha 16 de julio de 1996, dice: Que los acusados en la causa, fueron absueltos, y contra
dicha sentencia se interpuso recurso de casación por la Acusación Particular, quien ha
hecho uso de la facultad que le otorga la disposición transitoria novena de la L.O. 10/95,
de 23 de noviembre y dado que el Ministerio Fiscal solicitó la conformidad con la
sentencia recurrida no procede la adaptación de esta resolución con el nuevo Código
Penal vigente, y en el supuesto de que la sentencia fuera revocada, procederá imponer la
pena de acuerdo con el nuevo Código Penal. La Sala lo admitió a trámite, quedando
conclusos los autos para señalamiento de fallo cuando por turno correspondiera.
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
405
Tiene razón el recurrente en cuanto a la realidad de la carencia de motivación
que aquí se denuncia: la Audiencia reconoce la acusación por falsedad, absuelve por tal
delito y nada razona al respecto en el texto de la sentencia.
La acusación particular entendió que hubo un delito del art. 303 en relación con
el 302-4º (faltar a la verdad en la narración de los hechos) por haber manifestado el
acusado Gaspar en las dos escrituras públicas de 16 de septiembre de 1986 que las
fincas rústicas objeto del mismo "no están arrendadas ni cedidas en aparcería" (folio 61
de las diligencias previas y 120 vuelto del rollo de la Audiencia), cuando la realidad era,
se dice, que había un arrendamiento por 50 años hecho a favor de "Explotaciones
Agropecuarias DIRECCION003.".
CUARTO.- Nos quedan por examinar los motivos 2º, 4º y 5º en los cuales, todos
ellos por la vía del nº 2º del art. 849 LECr; se denuncia error en la apreciación de la
prueba que se pretende acreditar por medio de sendos documentos (los que reflejan los
diversos contratos de autos), con los cuales se quiere completar el relato de hechos
probados, razonando de modo muy extenso sobre cada una de las estafas por las que se
acusó y sobre el alzamiento de bienes que, además de la falsedad y de la estafa del
531.2 del anterior CP, entiende el recurrente que existieron en los hechos de autos.
1º. El valor de cada fanegada de las fincas objeto del contrato de 17-2-86 que en
el documento privado correspondiente (folio 27, apartado B) se fijó en 225.000 pts.,
muy superior al que resulta de la dación en pago (así la llama el recurrente) hecha por
escritura pública nº 1.913 de 10-9-86.
408
2º. El derecho de Isidro, pactado en el citado documento de 17-2-86, sobre la
mitad del precio de la venta, para el caso de que alguna finca rústica se vendiera sin
haberle hecho la notificación para el tanteo asimismo prevista en dicho documento
(folio 27, apartado G).
A) Pretende el recurrente que hubo un delito de estafa ordinaria del art. 528 con
la agravación específica del nº 7º de 529 del CP recién derogado.
La estafa ordinaria por la que se acusó en la instancia (folios 287 y ss. y 577 y
ss. de las diligencias previas en la que constan las calificaciones provisionales
ampliadas con posterioridad, y las definitivas, unidas sin foliar en el rollo de la
Audiencia, antes del testimonio de la sentencia recurrida) no aparece bien precisada en
tales escritos, pero en todo caso nada tiene que ver con el citado pago de 1.810.864 pts,
que no aparece recogido en los hechos que tales escritos de acusación recogieron y que
sirvieron para fijar el objeto del presente proceso penal. Si nosotros ahora utilizáramos
tal pago y las circunstancias que lo rodearon para construir sobre los mismos un delito
de estafa, como pretende el recurrente, infringiríamos el principio acusatorio. Estos
últimos hechos quedaron fuera del proceso en la instancia, lo que impide su
introducción en la casación.
En todo caso, entendemos que no hay prueba de que la llamada dación en pago y
la escritura posterior de la misma fecha (1.913 y 1.914 de 10-9-86), por las que el
recurrente dice que se cometió el alzamiento de bienes ahora examinada, se hicieran con
la intención de sustraer las fincas a las obligaciones a que estaban afectas por el contrato
de 17-2-86. La prueba con que ordinariamente queda acreditada tal intención es la de
indicios, y algunos de los que hay al respecto en el caso presente apuntan en la dirección
opuesta: hubo un préstamo real de Elena a favor de la familia de Gaspar para impedir
una subasta púbica de dos de los inmuebles de autos y toda la operación posterior (las
dos mencionadas escrituras, 1.913 y 1.914 de 10-9-86) estaban dirigidas a permitir que
ese crédito pudiera ser pagado. En todo caso las fincas no habían salido de la familia y
continuaron bajo la posesión de Isidro que siguió administrándolas, y aún continúa así
con relación a parte de las mismas, todo ello sin rendición alguna de las cuentas que
habría de llevar en calidad de administrador de la S.L. "Explotaciones Agropecuarias
DIRECCION003”.
C) Las mismas razones antes expuestas valen respecto del otro delito por el que
acusó la parte querellante, el de simulación de contrato en perjuicio de otro del art.
532.2º del CP anterior que aparece con idéntica redacción en el nº 3º del art. 251 del
ahora en vigor.
Nos hallamos ante una figura de delito que requiere los siguientes elementos:
410
2º. Todo ello con un resultado que ha de consistir en un perjuicio evaluable
económicamente, de acuerdo con la naturaleza patrimonial que siempre tienen las
estafas.
En conclusión, en cuanto a estos tres motivos del presente recurso (2, 4º y 5º),
hemos de decir que la pretendida omisión de datos esenciales acreditados por prueba
documental no existió, porque, aun introduciendo en el relato de hechos probados de la
sentencia recurrida los relativos al valor de la fanegada y al derecho de Isidro al cobro
de la mitad del precio de la venta, ninguno de los delitos objeto de la acusación se
habrían cometido, ninguno de los tres examinados en este Fundamento de Derecho
(estafa del 532-2º, alzamiento de bienes o estafa ordinaria del 528), ni tampoco los otros
dos a que nos hemos referido antes (estafa del 531-2 y falsedad).
Así pues, no existió el error en la apreciación de la prueba del nº 2º del art. 849
de la LECr, denunciado en estos tres motivos: la sentencia recurrida en sus hechos
411
probados recogió los elementos esenciales de los contratos escritos que en estos tres
motivos se utilizan como prueba documental con la que se intenta acreditar el citado
error.
FALLO:
412
20-SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO DE 24 DE ENERO DE
1997
ANTECEDENTES DE HECHO:
414
ocasionada a los acreedores, siendo en todo caso inferior al 10 de sus respectivos
créditos.
4.- El recurso interpuesto por la representación del acusado José , lo basó en los
siguientes MOTIVOS DE CASACION: Primero.- Al amparo del artículo 5.4 de la
L.O.P.J. en relación con el artículo 24.2 de la Constitución por infracción del derecho
constitucional a la presunción de inocencia; Segundo.- Al amparo del nº 4 del artículo 5
de la L.O.P.J. en relación con el artículo 24.1 de la Constitución, por entender vulnerado
el derecho constitucional a la tutela judicial efectiva; Tercero.- Al amparo de lo
establecido en el artículo 849, número primero, de la L.E.Cr., por aplicación indebida
del artículo 520 del Código Penal, dados los hechos declarados probados; Cuarto.- Al
amparo de lo establecido en el número segundo del artículo 849 de la L.E.Cr. por error
en la apreciación de la prueba resultante de documentos, consistentes en escritura
pública de cesión de fecha 29 de septiembre de 1.975 y sentencia de fecha 17 de marzo
de 1.990, obrantes en autos y no contradichos por otros elementos probatorios; Quinto.-
Al amparo del número primero del artículo 849 de la L.E.Cr., por aplicación indebida
415
del artículo 520 del Código Penal dados los hechos declarados probados, modificados
por el motivo anterior.
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
417
El propio acusado, en su declaración en el Juzgado (f. 55) viene a reconocer que
la Sociedad "Vinos DIRECCION000" supone una continuidad de "Vinos
DIRECCION001.". Rita, en su primera declaración, manifiesta que "desde el año 1.975
Vinos DIRECCION001 y luego Vinos DIRECCION000 ha sido dueño del local de
Sevilla ya que en esa fecha la declarante se lo vendió a dicha Sociedad".
419
QUINTO.- Se aduce por el recurrente que el tipo delictivo del artículo 520
requiere que las acciones u omisiones que provoquen la insolvencia se hubieran
producido con anterioridad a la ocupación de papeles, bienes y demás diligencias a las
que hace referencia el artículo 1.334 de la Ley de Enjuiciamiento Civil. El enunciado de
Hechos Probados de la sentencia que se recurre -se dice- relata las actuaciones que
según la misma organizó el ahora recurrente para sustraer del patrimonio de la entidad
"Vinos DIRECCION000." la nave de Sevilla, siendo la última de estas actuaciones y
siempre según la propia sentencia, instar a su esposa Laura para que en fecha 18 de julio
de 1.985 vendiera la finca-nave a la entidad "Unión de Drogueros y Perfumistas
Andaluces S.A.", cosa que efectivamente se hizo. Por lo tanto -concluye el recurrente- si
tenemos en cuenta que la propia sentencia (en sus Fundamentos de Derecho) considera
esta fecha, la del 18 de julio de 1.985, como fecha de comisión del delito y que la
ocupación de papeles, bienes y demás diligencias referidas en el artículo 1.334 de la
L.E.C. se produjo con anterioridad, en fecha 14 de febrero de 1.985 (consta a folio 230
de las actuaciones), se debe colegir que no puede tipificarse la conducta de José como
constitutiva del delito del art. 520 del Código Penal por la ausencia del mencionado
requisito.
420
fechas son las decisivas al objeto de confrontar con la de 14 de febrero de 1.985 de
ocupación de libros y papeles en la quiebra (f. 230).
El motivo ha de desestimarse.
FALLO:
421
QUE DEBEMOS DECLARAR Y DECLARAMOS NO HABER LUGAR al
recurso de casación por infracción de ley e infracción de precepto constitucional,
interpuesto por el acusado José, contra sentencia dictada por la Audiencia Provincial de
Toledo, Sección Primera, de fecha 9 de octubre de 1.995, en causa seguida contra el
mismo, por delito de quiebra fraudulenta. Condenamos a dicho recurrente al pago de las
costas procesales ocasionadas en su recurso. Todo ello sin perjuicio de que por el
Tribunal de instancia pueda llevarse a efecto la revisión de la sentencia, si procediese,
para su acomodación al nuevo Código Penal de 1.995. Comuníquese esta resolución, a
la mencionada Audiencia a los efectos legales oportunos, con devolución de la causa,
que en su día remitió.
ANTECEDENTES DE HECHO:
423
- Tres prensas de tipo fricción Gamei de 100 Tm valoradas en 900.000 ptas.
-- Dos Gairu.
424
septiembre de 1989 Rodolfo vendió sus acciones en DIRECCION001. al ya aludido
procesado Carlos Jesús y al también procesado Ernesto, mayor de edad, sin
antecedentes penales, quedando el primero -- Carlos Jesús -- como socio mayoritario y
los dos -- Carlos Jesús y Ernesto -- como administradores solidarios. Desde esa fecha
Rodolfo dejó de tener relación con la sociedad desentendiéndose por completo de
aquellos bienes de los que era depositario, los cuales permanecían en la nave industrial
y eran utilizados como elementos productivos de DIRECCION001. desde su fundación.
c) Un horno marca Sitjes. (Elementos estos que ya habían sido objeto de embargo en el
juicio de menor cuantía 315/88).
d) Un ordenador Olivetti.
426
Se aprueba por sus fundamentos y con las reservas que contiene el auto de
insolvencia dictado por el Instructor en la correspondiente pieza de responsabilidad
civil.
427
MOTIVO QUINTO.- Por infracción de Ley, amparado en el artículo 849 de la
Ley de Enjuiciamiento Criminal, por aplicación indebida del artículo 519 del Código
Penal, y jurisprudencia que lo interpreta.
428
recurso y plantea la posible prescripción del delito de alzamiento de bienes. El
Ministerio Fiscal impugnó el recurso.
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
QUINTO.- El segundo motivo alega, a través del artículo 5.4 orgánico citado, la
infracción de los artículos 24.1 y 120.3 de la Constitución porque considera que la
sentencia de la Audiencia no razona ni motiva suficientemente los elementos de cargo
tenidos en cuenta para llegar a la culpabilidad.
SEXTO.- El motivo tercero se alega por supuesto error de hecho, artículo 849.2
procedimental, para acreditar que en la tan repetida diligencia de embargo no hubo
aceptación por parte del acusado, aparte de indicar la desvinculación del mismo, desde
una determinada fecha, de las obligaciones derivadas de una posible aceptación, lo cual
no deja de ser contradictorio con lo afirmado antes.
SEPTIMO.- Los motivos cuarto y quinto denuncian, a través del artículo 849.1
procesal, la indebida aplicación del artículo 519 del viejo Código, pues la conducta del
acusado en modo alguno puede ser incardinada dentro del alzamiento de bienes.
El respeto, obligado en este cauce procesal, a los hechos dados como probados
por los Jueces de la instancia, acreditan y justifican la infracción pues con base en los
mismos es concluyente la existencia de todos y cada uno de los requisitos exigidos para
considerar conculcado el precepto penal.
Los elementos del tipo, hoy acogido con mucha mayor precisión en el artículo
257 del Código de 1995, se descomponen así: a) existencia de un derecho de crédito por
parte de un acreedor y en consecuencia unas obligaciones dinerarias por parte del
435
deudor, generalmente vencidas, líquidas y exigibles; b) ocultación, enajenación real o
ficticia, onerosa o gratuita de los propios bienes, simulación fraudulenta de créditos o
cualquier actividad que sustraiga los bienes citados al destino solutorio a que se hayan
afectos; c) situación de insolvencia total o parcial, real o aparente, del deudor como
consecuencia de la actividad dinámica antes mencionada; y d) concurrencia de un
elemento subjetivo específico, tendencial, consistente en la intención de causar perjuicio
al acreedor, bien entendido no obstante que el alzamiento es un delito de mera actividad,
de riesgo, de resultado cortado, con lo cual basta con que se lleve a cabo la ocultación
de bienes, como resultado exigido por el tipo en relación a la simple intención de
perjudicar, pues el perjuicio real pertenece no a la fase de perfección sino a la de su
agotamiento (Sentencias de 8 de octubre de 1996, 20 de enero y 19 de febrero de 1993,
26 de junio y 7 de abril de 1992, etc.)
436
ello implica para el desarrollo de sus actividades jurídico-mercantiles, con todo lo cual
se configura un "status" caracterizado por una mayor exigencia respecto de las
obligaciones contraidas, un "plus" de culpabilidad y, en conclusión, un mayor rigor
penal, todo lo cual lleva consigo una necesaria conexión del tema con el citado artículo
1 mercantil (Sentencias de 26 de junio y 13 de febrero de 1992, 14 de mayo de 1991,
etc.).
Es así por tanto que por haber dejado de tipificarse la infracción por la que venía
condenado el recurrente, en cuanto a la malversación, y de acuerdo con lo expuesto en
este trámite por el Fiscal y el propio acusado, procede casar la sentencia en este
particular en tanto la Disposición Transitoria Primera y el artículo 2.2 del nuevo Código
establecen la aplicación retroactiva de la norma penal más favorable.
FALLO:
SEGUNDA SENTENCIA
438
UNICO.- Se aceptan y reproducen íntegramente los fundamentos fácticos de la
sentencia dictada por la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Oviedo y los
demás antecedentes de hecho de la pronunciada por esta Sala Segunda del Tribunal
Supremo.
ANTECEDENTES DE HECHO:
5.- Instruidas las partes del recurso interpuesto por la Acusación Particular, la
Sala lo admitió a trámite quedando conclusos los autos para señalamiento de vista y
fallo cuando por turno correspondiera.
442
6.- Hecho el señalamiento para la vista, ésta se celebró el día 31 de Enero de
1997.
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
443
probados sólo se da cuando el Tribunal de instancia ha declarado la subsunción de un
hecho bajo los presupuestos de hecho de una norma, sin exponer el hecho que subsume.
Es evidente que en tales casos este quebrantamiento de forma afecta al derecho al
recurso, es decir, a la tutela judicial efectiva, dado que impide materialmente al
recurrente cuestionar la subsunción practicada por el Tribunal a quo. Por lo tanto, carece
de toda relevancia si las palabras de la descripción de los hechos tienen alguna acepción
técnico-jurídica (tales como "crédito" o "acreedores") pues lo que verdaderamente es
significativo es si en la casación es posible diferenciar los hechos del derecho aplicado.
Asimismo se citan los documentos obrantes a los folios 702 a 706 (ó 628/633),
los de los folios 822 a 824 (ó 709/711), los de los folios 690 a 795 (ó 617 a 622) y las
sentencias del Juzgado de Instrucción Nº 5 de Alicante, de 21-4-84 , en la que se califica
la quiebra como fraudulenta (pieza de responsabilidad civil folios 18/23) y la de la
Audiencia Territorial de Valencia de 13-1-86 (folios 24/27 de la misma pieza). Con
tales documentos el recurrente estima poder controvertir la afirmación del Tribunal de
instancia relativa a las transferencias de fondos sociales a favor de los socios Sres.
Ernesto y Juan Pablo.
444
El motivo debe ser desestimado.
c) Lo mismo ocurre con las transferencias de fondos a los socios, que el Tribunal
a quo ha considerado en el Fundamento Jurídico cuarto de la sentencia recurrida, en la
que, además se señala que estos hechos deben ir acompañados de un elemento subjetivo
consistente en el propósito de causar perjuicio a terceras personas. Este propósito no ha
sido apreciado por la Audiencia por las razones que expuso en el Fundamento Jurídico
sexto de la sentencia, cuyas conclusiones no dependen en modo alguno de los
documentos citados en el recurso.
CUARTO.- El restante motivo, sexto del recurso, se basa en la infracción del art.
520 CP. La Acusación particular recurrente sostiene que la realización del tipo se
445
deduce de la compra y pago de terrenos de la sociedad, de la construcción de una nave y
su escrituración a nombre de los socios como personas físicas, la contabilización de las
ventas al contado como ventas a favor de los socios y figuración de créditos ficticios a
favor de éstos contra la sociedad.
a) En los hechos probados consta que los terrenos adquiridos por la empresa
"Talleres Besán S.A." el 10-11-71 y 28-12-72 por 5.440.000 pts. y 3.312.000 pts.,
fueron cedidos a los querellados en proporción idéntica a sus respectivas participaciones
en el capital de la sociedad. Consta asimismo que se efectuaron transferencias por
5.083.500 pts., 10.060.953 y 12.400.000 pts. a favor de los acusados Ernesto y Alfonso
(fallecido) que no responderían más que a pretendidos créditos a favor de los mismos.
Por último se establece en los hechos probados que en las parcelas señaladas se
construyeron naves industriales por cuenta de la empresa, naves que posteriormente
fueron alquiladas a "Talleres Besán S.A.".
Las Defensas han alegado, por otra parte, otras razones adicionales que tampoco
son atendibles. En efecto, la circunstancia que en el momento de la extracción de los
bienes no existieran todavía los conflictos que finalmente condujeron a la quiebra, no
447
otorgaba a los socios derecho alguno a extraer parte del activo de la sociedad para su
propio provecho.
e) El contenido del tipo penal del art. 520 CP. (1973) no ha sido modificado por
el nuevo delito del art. 260 CP. (L.O. 10/95), pues éste sólo ha explicitado lo que la
doctrina y la jurisprudencia venían entendiendo respecto de la conducta típica. Sin
embargo la nueva redacción del art. 260 CP. conmina el hecho punible con una pena de
dos a seis años de prisión y multa de ocho a veinticuatro meses, que es evidentemente
más favorable a los acusados y que, por tal razón, configura el marco penal aplicable
según el art. 2º.2 CP .
FALLO:
448
al caso el art. 260 (L.O. 10/95 ) en razón de lo dispuesto por el art. 2º.2 CP .; y en su
virtud casamos y anulamos dicha sentencia declarando de oficio las costas ocasionadas
en este recurso.
SEGUNDA SENTENCIA
ÚNICO.- a) Los hechos motivo de acusación se subsumen bajo el tipo del art.
520 CP. (1973 ) y deben ser sancionados con el marco penal del art. 260 CP. (L.O.
10/95 ) de acuerdo con los fundamentos expuestos en la primera sentencia.
b) Autores de estos hechos son los procesados Ernesto, Rafael y Gaspar, dado
que en el periodo de su actuación, como consta en los hechos probados, "se efectuaron
transferencias de fondos sociales a favor de los dos socios" (Ernesto y Alfonso,
449
fallecido). Asimismo al tiempo de ser otorgadas las escrituras públicas a favor de los
querellados (3 de Octubre de 1974 y 12 de Abril de 1975) Ernesto y Rafael actuaban en
"forma compartida" como administradores.
c) Dada la reforma operada por el Código Penal (L.O. 10/95 ) que establece una
pena más favorable al acusado, se debe aplicar la ley más favorable a los mismos y
graduar la sanción dentro del nuevo marco penal que la ley penal vigente establece.
AUTO DE ACLARACIÓN
I.- H E C H O S
450
II.- RAZONAMIENTOS JURÍDICOS
III.- RESOLUCIÓN
ANTECEDENTES DE HECHO:
"Los acusados Juan María y Millán -ambos mayores de edad, con instrucción y
sin antecedentes penales-, constituyeron en Madrid el día seis de marzo de mil
451
novecientos ochenta y cinco con un capital social de veinticinco millones de pesetas la
sociedad mercantil DIRECCION000 ., fijando su domicilio social precisamente en la
ciudad de Llodio. Su finalidad era adquirir la planta embotelladora de Vinícola
Internacional S.A. conocida con el nombre de "Bodegas Areta", y así en fecha trece de
marzo de mil novecientos ochenta y cinco se adquieren los activos de esta última por
diez millones de pesetas, haciéndose cargo incluso de los ciento tres trabajadores que
formaban la plantilla de Vinícola Internacional, S.A. Los acusados, Consejero-Delegado
y Presidente del Consejo de Administración de DIRECCION000, asumieron la gestión
directa de la empresa sin perjuicio de designar un gerente.- El día diecinueve de
septiembre de mil novecientos ochenta y cinco los acusados, junto con Rafael que era a
la sazón gerente de DIRECCION000 constituyeron la sociedad DIRECCION001, con el
mismo domicilio que la anterior y con un capital social de un millón de pesetas. En el
mes de julio del siguiente año el gerente vendió sus doscientas acciones a los acusados
que de esta forma eran titulares del cien por cien del capital social. DIRECCION001 .,
no consta dada de alta en el régimen general de la Seguridad Social, ni en la Cía.
Telefónica, así como tampoco figuran trabajadores dependientes de la misma.- El
catorce de enero de mil novecientos ochenta seis se constituyó una póliza de crédito en
cuenta corriente con garantía personal por parte de la Caja de Ahorros Municipal de
Bilbao por un importe de veinticinco millones de pesetas a favor de Bodegas Ribera
Alta, S.A., prestando garantía solidaria de dicha responsabilidad junto con la
mencionada sociedad DIRECCION000 ., formalizando la operación en representación
de ambas sociedades los acusados.- El cinco de marzo de mil novecientos ochenta y seis
se constituyó una póliza de garantía, avalando la Caja de Ahorros Municipal de Bilbao
siete letras de cambio por un importe de veinticuatro millones doscientas setenta y siete
mil novecientas noventa y cinco pesetas, letras giradas a cargo y aceptadas por Bodegas
Ribera Alta, S.A., afianzando solidariamente la operación ésta última y
DIRECCION000 figurando en representación de la primera Millán y de la segunda éste
y Juan María.- El veintisiete de noviembre de mil novecientos ochenta y seis en
Logroño, DIRECCION000 reconoce adeudar a DIRECCION001 la suma de ciento
millones de pesetas, constituyéndose en garantía de ello hipoteca mobiliaria e
inmobiliaria y prenda sin desplazamiento en favor de la última para garantizar el pago
de la deuda reconocida. En nombre y representación de DIRECCION000 intervinieron
452
los dos acusados y por parte de DIRECCION001 Juan María.- El día tres de febrero de
mil novecientos ochenta y siete DIRECCION001 fue vendida a Cosecheros Riojanos,
S.A. transmitiéndole, naturalmente, la garantía hipotecaria mencionada anteriormente.
A finales del año mil novecientos ochenta y seis comienza a retrasarse el pago
de las nóminas correspondientes a DIRECCION000 dejándose de abonar el veinte por
ciento de la paga extraordinaria, no satisfaciéndose ya la nómina correspondiente al mes
de enero de mil novecientos ochenta y siete. El día nueve de febrero de este último año
los trabajadores inician una huelga, previo cumplimiento del plazo correspondiente. Los
trabajadores en el curso de la misma deciden ocupar la fábrica. El diecinueve de febrero
siguiente DIRECCION000 comunica a la autoridad administrativa correspondiente el
cierre patronal de la empresa, requiriéndose a los representantes de la misma su
reapertura el cuatro de marzo, levantándose acta de infracción el día treinta y uno
siguiente por la Delegación de Trabajo, Sanidad y Seguridad Social del Gobierno
Vasco, Delegación Provincial de Alava, por entender que las instalaciones industriales
se encontraban en estado de seguir produciendo. La orden de reapertura fue recurrida en
alzada sin cumplir el requerimiento, desestimándose dicho recurso el veinticinco de
julio de mil novecientos ochenta y siete. El diez de marzo de mil novecientos ochenta y
siete el letrado de la empresa Sr. Montaña en reunión mantenida con el Delegado
Territorial de Trabajo, Sanidad y Seguridad Social y miembros del Comité de
Trabajadores expone que la empresa en esos momentos debe cien millones a distintos
acreedores, tiene una hipoteca de ciento veinte millones y debe cincuenta y cinco
millones a entidades públicas.- Instada la quiebra necesaria de la empresa por la
representación del Banco Atlántico, Banco de financiación Industrial, Banco Hispano
Americano, Banco Zaragozano y Banco Guipuzcoano, el Juzgado de primera Instancia
nº 1 de Bilbao en fecha diecinueve de agosto de mil novecientos ochenta y siete declaró
en estado de quiebra necesaria a la sociedad DIRECCION000 ., retrotrayendo los
efectos de la quiebra al día de uno de enero de mil novecientos ochenta y seis. El día
dos de junio de mil novecientos ochenta y nueve se dictó sentencia por el Juzgado
calificando como fraudulenta la quiebra.. Con posterioridad a la declaración de quiebra
el acusado Juan María ha continuado utilizando y disponiendo del vehículo marca
Peugeot 505, matrícula KA-....-K , propiedad de DIRECCION000 ., sin contar con
453
autorización de los órganos de la quiebra, sin que se haya acreditado que el valor de
dicho vehículo excede de cincuenta mil pesetas.- El Ayuntamiento de Llodio ha
justificado subvenciones entregadas a los trabajadores de DIRECCION000 . por
importe de seiscientas mil pesetas."
455
la aplicación de tal artículo para con las conductas y premisas obrantes en autos y
hechos probados en la sentencia. SEGUNDO.- Por infracción de Ley, con apoyo en el
art. 849.1 de la LECrim., al cometerse la infracción de precepto penal de carácter
sustantivo cuya apreciación debió ser observada en la sentencia recurrida, refiriéndose
concretamente a la inobservancia del art. 260.1 y 2 del vigente C.P., en relación con el
artículo 520 del viejo C.P., al producirse un error de derecho en la aplicación de tal
artículo para con las conductas y premisas obrantes en autos y hechos probados en la
sentencia. TERCERO.- Por infracción de Ley del art. 849.2 de la LECrim., al apreciarse
error en la apreciación de la prueba, basado en documentos que obren en autos que
demuestran la equivocación del Juzgador sin resultar contradichos por otros elementos
probatorios. Designando a tal efecto como documentos relativos al informe pericial de
la quiebra, el informe emitido por el Comisario de la Quiebra en el acta del juicio oral
en relación con las manifestaciones de los peritos intervinientes en el acto del juicio
oral, que consta en el acta del juicio. CUARTO.- Por infracción de Ley del art. 849.2 de
la LECrim., al apreciarse error en la apreciación de la prueba, basado en documentos
que obren en autos que demuestran la equivocación del Juzgador sin resultar
contradichos por otros elementos probatorios. Designando a tal efecto como
documentos relativos a la venta de la Sociedad DIRECCION001 a la sociedad
Cosecheros Riojanos S.A. QUINTO.- Por infracción de Ley con apoyo en el art. 849.1
de la LECrim., al cometerse la infracción de una norma jurídica de carácter sustantivo
cuya apreciación hubiera debido ser observada en la sentencia recurrida, refiriéndose
concretamente a la inobservancia del art. 131.1.3 del vigente C.P. SEXTO.-Por
infracción de Ley con apoyo en el art. 849.1 de la LECrim., al cometerse la infracción
de una norma jurídica de carácter sustantivo cuya apreciación hubiera debido ser
observada en la sentencia recurrida, refiriéndose concretamente a la inobservancia de
los arts. 118 y 520 de la LECrim.
Impugnan cada uno de los condenados dicha resolución con sendos recursos de
casación. El de Juan María , con un recurso mixto de quebrantamiento de forma e
infracción de ley con un motivo, los tres primeros acogidos al cauce casacional del nº 1º
del artículo 849 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal y los dos siguientes de error de
hecho en la apreciación de la prueba, del nº 2º del citado precepto procesal, el sexto de
quebrantamiento de forma y los restantes de infracción de ley, los tres primeros
acogidos al cauce casacional del nº 1º del artículo 849 de la Ley de Enjuiciamiento
Criminal y los dos siguientes de error de hecho en la apreciación de la prueba, del nº 2º
del citado precepto procesal.
En el recurso de Juan María debe comenzarse, por razones lógicas, amén de por
expreso mandato legal de los artículos 901, 901 bis a), 901 bis b) y 902 de la Ordenanza
procesal penal, por el motivo de quebrantamiento de forma y tan sólo si este es
desestimado, se procederá al examen de los restantes motivos. En ambos recursos serán
preferentes en su examen los motivos de error de hecho sobre los de infracción de
precepto sustantivo penal.
457
PRIMERO.- El sexto motivo, antepuesto a los demás, se ampara en el nº 1º del
artículo 851 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, por no expresar claramente la
sentencia cuáles son los hechos probados, o si resulta manifiesta contradicción entre
ellos, o se consignen como hechos probados conceptos que, por su carácter jurídico,
impliquen la predeterminación del fallo. Con un laconismo impropio del recurso de
casación señala que, por razones expuestas en anteriores motivos, no se resuelve en la
sentencia objeto del recurso sobre alguno de los defectos formales alegados: la
prescripción de delito y la falta de emplazamiento a este recurrente en el expediente de
quiebra.
Esta Sala tiene repetido en numerosas ocasiones que bajo el nº 1º del art. 851 de
la LECrim. se agrupan tres motivos diversos, que ya fueron diferenciados y separados
por la doctrina jurisprudencial de esta Sala -ad exemplum, sentencias de 26 de abril de
1966, 20 de octubre de 1967, 3 de febrero de 1969 y más recientemente en la sentencia
de 8 de junio de 1992- consistentes: a) En la falta de claridad en los hechos probados, b)
En la contradicción entre ellos y c) En la consignación en el probatum de conceptos
jurídicos determinantes del fallo.
Esta Sala, para evitar repeticiones innecesarias, se remite a la última parte del
fundamento jurídico primero de la sentencia, donde se da condigna respuesta a las
cuestiones planteadas que ahora inexplicablemente, se dicen irresueltas o incontestadas.
459
Así, si no hay error, ni siquiera se dice dónde está la equivocación del relato, si
los documentos son acordes con lo que describe la sentencia, el motivo tiene que
perecer inexcusablemente.
A solicitud de la defensa de los acusados, por ser más favorable el Código Penal
de 1995, se elevaron a definitivas las calificaciones de conformidad con esta normativa.
En cuanto a la invocada prescripción del art. 131, 1 y 3, hay que tener en cuenta que el
delito de quiebra se encuentra sancionado con pena de prisión de dos a seis años y multa
460
de ocho a veinticuatro meses y el precepto citado como infringido, el art. 131, recoge la
prescripción a los diez años cuando la pena señala sea de más de cinco y menos de diez
años.
Con tal claridad el motivo tiene que perecer, habida cuenta demás de los
argumentos de la Sala de instancia que este Tribunal ratifica para evitar repeticiones.
QUINTO.- El motivo segundo, también por la vía del error iuris del precedente,
señala que se ha aplicado indebidamente el art. 260 y en todo caso quedaría incardinado
en el art. 520.
El acta del juicio patentiza -y de ello se hace eco el fundamento jurídico primero
de la sentencia de la Audiencia- que todas las defensas solicitaron de forma contundente
y categórica la aplicación de las disposiciones del Código Penal de 1995, por
considerarlas más favorables, debiendo tenerse en cuenta al respecto que las partes
acusadoras habían formulado conclusiones alternativas para el supuesto de aplicación de
una u otra legislación y si optaron por la nueva normativa era porque sus disposiciones
en este punto son mucho más beneficiosas para el condenado.
Si se aplicara el artículo 520 del texto de 1973, castigado con prisión mayor, su
prescripción, por exceder de seis años, en cuanto se extendía de seis años y un día a
doce años, se fijaba en los diez años y tampoco habría prescrito la infracción y el
motivo tendría que perecer inexcusablemente.
Por tanto, no puede ahora la defensa de este acusado solicitar que se le apliquen
disposiciones del texto punitivo de 1973, cuando ella, juntamente con la del coacusado,
solicitó -y así fue aceptada por el Tribunal de instancia- la aplicación del Código de
1995. Mas, y ello se dice tan sólo a efectos dialécticos y puramente discursivos, si se
aplicara el texto derogado habría que partirse del presupuesto acusatorio de las
alternativas fijadas en las calificaciones provisionales, luego elevadas a definitivas.
461
Lamentablemente la parte impugnante aduce la vulneración de un precepto
procesal, con manifiesto olvido, que el precepto procedimental de cobertura, el nº 1º del
artículo 849 de la LECrim. se refiere a que <<se hubiere infringido un precepto penal de
carácter sustantivo u otra norma jurídica del mismo carácter que deba ser observada en
aplicación de Ley penal>> Ello quiere decir que por esta vía del error iuris no puede
alegarse un vicio in procedendo (estos aparecen taxativamente recogidos en los artículos
850 y 851) y así se recoge en una constante, pacífica y reiterada doctrina casacional -ad
exemplum, sentencias de 6 de julio de 1963, 6 de julio de 1990 y 15 de julio de 1993-.
Mas aunque se mantenga un criterio extensivo en favor del principio constitucional de
la tutela judicial efectiva, con apoyo en la doctrina del Tribunal Constitucional en su
resolución de 27 de enero de 1994, y que esta propia Sala ha seguido en alguna ocasión
-sentencia de 8 de octubre de 1990- tampoco puede prosperar el motivo.
Ello, sin tener en cuenta que tanto este acusado, como su compañero y también
recurrente, por sus cambios de domicilio y ausencias del mismo, determinaron una
reiterada actuación del Juez de Instrucción de Amurrio para poder recibirles declaración
-folios 523, 547, 594, etc.-.
462
En todo caso, ambos acusados comparecen en las actuaciones penales con
Procurador (folio 595) con poder conjunto de ambos, representándoles el causídico,
Don Federico de Miguel Alonso, que se persona en las diligencias Previas en nombre de
ambos.
Juan María es instruido nuevamente del art. 118 y conoce los hechos de que se
le acusa (folios 606 a 609) y el 10 de diciembre de 1988 se presenta un escrito del
Procurador y Letrado de ambos haciendo extensas consideraciones sobre la no
responsabilidad en los hechos por parte de los mismos (folios 700 a 702).
RECURSO DE Millán
Con independencia de tal irregularidad impropia de esta vía del error facti del nº
2º del art. 849 de la LECrim., esta Sala para evitar innecesarias repeticiones, se remite al
fundamento jurídico segundo de esta resolución que da condigna respuesta a esta
cuestión.
Aún añade el relato fáctico, que Juan María después de la declaración de quiebra
ha seguido utilizando el Peugeot 506, propiedad de DIRECCION000 sin estar
autorizado por los órganos de la quiebra y el Ayuntamiento de Llodio ha justificado
subvenciones a los trabajadores de la citada empresa por importe de seiscientas mil
pesetas.
El delito es paradigma del art. 260 aducido y por ello el motivo debe ser
desestimado.
DECIMO.- El motivo segundo, por la misma vía que el anterior aduce de nuevo
la inobservancia del art. 260, 1 y 2 del actual Código Penal, en relación con el art. 520
del texto de 1973.
466
Esta Sala para evitar repeticiones superfluas, se remite al ordinal quinto de los
fundamentos jurídicos de esta resolución.
DECIMOSEGUNDO.- También por la vía del error iuris del nº 1º del art. 849 de
la LECrim. se aduce la inobservancia de los artículos 118 y 520 de la LECrim.
FALLO:
ANTECEDENTES DE HECHO:
Para eludir el pago de estas y otras deudas D. F.H.R.el día 7 de Marzo de 1991,
ante Notario de Fregenal de la Sierra, y en calidad de representante de DDDDDDDD
S.C.L. vendió a la mercantil EEEEEEEE S.L. representada por su hijo, el también
inculpado D. J.M.H.C., mayor de edad, con D.N.I. FFFFFFFF y sin antecedentes
penales, todos los activos de DDDDDDDD S.C.L., dejando a ésta en situación de
468
insolvencia.- A resultas de esta operación, cuya transcendencia era conocida por ambos
inculpados, los acreedores de la S.C.L. DDDDDDDD vieron cercenada cualquier
posibilidad de cobrar sus créditos sobre los bienes de la entidad.
QUINTO.- Infracción de Ley y de doctrina legal al amparo del art. 849.1 LECr.
por aplicación indebida del art. 519 del anterior CP.
470
SEXTO.- Infracción de Ley y de doctrina legal al amparo del art. 849.1 LECr.
por inaplicación del principio de presunción de inocencia que consagra el art. 24 CE.
5.- Instruidas las partes del recurso interpuesto, la Sala lo admitió a trámite
quedando conclusos los autos para señalamiento de deliberación y fallo cuando por
turno correspondiera.
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
El motivo debe ser desestimado. De acuerdo con la STC 290/93 (que condensa
la doctrina expuesta en las SSTC 135/89, 186/90, 128/93, 129/93, 152/93 y 273/93) en
el proceso penal abreviado no puede clausurarse una instrucción sin haber puesto en
conocimiento del imputado el hecho punible de que tratan las diligencias previas,
haberle ilustrado de sus derechos (...) y haberle permitido alegar frente a la imputación.
De estas consideraciones surge que lo exigido es que el acusado haya tenido durante la
instrucción conocimiento de la imputación, de sus derechos y de ejercer su defensa. En
modo alguno se exige en estos precedentes que la imputación o inculpación haya tenido
la forma ad-solemnitatem de auto.
Otro tanto cabe decir respecto de las supuestas coacciones que los acreedores
habrían tratado de ejercer sobre los recurrentes. En sí mismas no significan la
vulneración de las dilaciones indebidas.
Por otra parte, el derecho a ser juzgado dentro de un plazo razonable no tiene
efectos horizontales y, por lo tanto, su vulneración debe ser producto del mal
funcionamiento del órgano judicial, lo que en el caso no se percibe que haya ocurrido
Sin perjuicio de ello, los recurrentes no acreditan haber reclamado ante demoras
concretas el pronto despacho de cuestiones pendientes que hayan demorado la
tramitación del proceso y no tienen en cuenta que ciertas demoras, como las originadas
por la tramitación de exhortos o la entrada en vigor del nuevo Código Penal, son por sí
mismas justificadas.
472
desprende que la sentencia no ha podido declarar probada la simulación del contrato, de
forma que si el contrato no es simulado sino totalmente real, hay que afirmar
rotundamente que el sustento de hecho del delito de alzamiento de bienes se derrumba
por su base. La argumentación se continúa en el motivo quinto, que constituye una
unidad con el cuarto, en el que se afirma la aplicación indebida del art. 519 CP. 1973,
por no concurrir los elementos del tipo.
QUINTO.- El sexto y último motivo del recurso se basa en la infracción del art.
24 CE. Considera la Defensa que es lamentable que (la Audiencia) interprete que el
473
hecho de haber vendido un bien, con cuyo producto se ha pagado a varios acreedores,
persiguiese la intención de dejar de pagar a los Sres. G.M.
FALLO:
474
25-SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO DE 21 DE OCTUBRE DE
1998
ANTECEDENTES DE HECHO:
476
de la L.E.Cr., fundado en la infracción del art. 519 del Código Penal vigente en el
momento en que ocurrieron los hechos, por indebida aplicación.
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
Pero es que, además, existe en las actuaciones prueba de cargo suficiente para
constatar que el acusado, con conocimiento del auto judicial que declaró la Quiebra
Necesaria de DIRECCION000 con efectos desde el 25 de mayo de 1.992, enajenó en
octubre de 1.994 los inmuebles que como administrador único de la citada empresa
había ingresado en el patrimonio de la sociedad mercantil DIRECCION001 en enero de
1.993, esto es, en fecha en que esta operación estaba afectada por el efecto retroactivo
de la declaración de quiebra, privando así al acreedor de DIRECCION000 de ejercer su
derecho de cobro sobre aquellos bienes que, como consecuencia de la retroacción de la
quiebra, seguían siendo patrimonio de la empresa DIRECCION000. No sólo está
478
acreditado este extremo con prueba de cargo documental y testifical, con lo que queda
claro el hecho básico de la detracción de los bienes a que antes nos referíamos, sino que
la misma prueba de cargo existe sobre el hecho de que el acusado dispuso del importe
de la enajenación por compraventa, y no para reservarlo a disposición del acreedor, sino
para otros fines muy diferentes como solventar ciertas obligaciones precedentemente
asumidas. Así, en declaración prestada ante el Juez de Instrucción (f. 256), manifiesta
que del precio de sesenta millones de pesetas que figura en la escritura de compraventa,
fueron retenidos treinta millones por parte del comprador para indemnizar a los
arrendatarios de las viviendas; del resto, veinte millones se constituyeron en depósito a
favor de otra empresa, y los últimos diez millones "... de momento no pueden
justificarse documentalmente, requiriendo más tiempo para justificarlos", justificación
que nunca tuvo lugar. Pero todavía más ilustrativa a los efectos que examinamos es la
declaración precedente ante el mismo Juez de Instrucción (folio 126) en la que como
inculpado y, tras ser instruido de sus derechos y asistido por Letrado, afirma que "el
destino que dio a los 30 millones fue pagar deudas personales del declarante". Estas
declaraciones junto a la variada prueba documental que las sostienen, constituyen
prueba de cargo sobre el dato fáctico discutido por el recurrente que consta en la
sentencia sobre el uso con fines particulares dado por el acusado al metálico procedente
de la venta de los inmuebles.
En este mismo motivo alega el recurrente que tampoco existe prueba de cargo
sobre la actuación dolosa del acusado. Esta cuestión la abordaremos con más
detenimiento al examinar el tercer motivo del recurso, en el que se denuncia la falta de
concurrencia en el caso de autos de los elementos constitutivos del delito de alzamiento
de bienes. Por ahora, bastará con reiterar que el derecho fundamental a la presunción de
inocencia no abarca los juicios de inferencia sobre las intenciones del agente, ni en
general a los juicios de valor sobre la culpabilidad, toda vez que el animus que
configura el elemento subjetivo del delito no es un hecho y, por consiguiente, no puede
ser objeto de prueba directa.
Dos son las cuestiones que se derivan de este motivo: la legitimidad del
recurrente -representante procesal del acusado y condenado- para denunciar la
vulneración de los derechos constitucionales que hubiera podido sufrir un tercero, y, por
otro lado, la comprobación de si, en todo caso, efectivamente se ha ocasionado a éste la
indefensión que se reclama.
TERCERO.- Finalmente, el tercer motivo se articula por el cauce del art. 849,1º
de la L.E.Cr., por indebida aplicación del art. 519 del C.P. vigente, que recoge la figura
delictiva del alzamiento de bienes.
Dice el recurrente que no concurren los elementos que configuran el ilícito penal
por el que fue condenado el acusado, y al desarrollar el motivo introduce una serie de
factores y datos que no figuran en el factum de la sentencia combatida procediendo,
481
seguidamente, a hacer una crítica de la valoración de la prueba efectuada por el Tribunal
de instancia, quebrantando de esta manera la esencia de esta vía impugnativa, que exige
un absoluto respeto al relato de hechos probados, que deben permanecer incólumes a
todo tipo de añadido o de exclusión de los que allí se contienen, a partir de los cuales
sólo se permite el análisis de los mismos a fin de determinar si la subsunción que se
realiza en el fallo es o no ajustada a la ley, Tiene declarado esta Sala que el delito de
alzamiento de bienes es un tipo penal de actividad o riesgo, o de resultado cortado, pues
basta la existencia de una situación de insolvencia parcial provocada para burlar la
actuación judicial o extraprocesal de los acreedores para que se produzca la
consumación del mismo.
FALLO:
ANTECEDENTES DE HECHO:
485
uno con vencimiento 27-9-93 por importe de 1.253.200 ptas. y otro con vencimiento 16-
11-93, por importe de 1.182.520 ptas.- R.B.S., quien vendió 181.680 kg. de cebada por
importe de 4.621.939 ptas. de las que se abonaron parte, entregándose por el resto dos
cheques, librados con fechas 13-4-93 y 26-4-93, por importe, total de 1.541.193 ptas.
que también fueron impagados.- J.C.A., que vendió 19.705 kg. de maíz, en día 1-3-93,
por importe de 532.823 ptas. entregándose un pagaré con vencimiento 29-3-93.- J.J.A.,
quien vendió 55.097 kg. de maíz por importe de 2.044.465 ptas. entregándosele tres
pagarés con vencimientos, 14--93; 18-4-93 y 4-5-93, por importe cada uno de 300.000
ptas. 232.740 ptas. y 1.511.725 ptas.-
D.L.M., que vendió el 25-3-93, maíz en cantidad de 9.272 kg. por importe de
250.715 ptas. extendiéndosele un pagaré con vencimiento 2-0-4-93.- L.L.M., quién
vendió 49.453 kg. de maíz el día 25-3-93, por importe de 1.337.209 ptas., recibiendo un
pagaré con vencimiento 2-5-93.- P.Q.A..- que con fecha 1-3-93 vendió 9.798 kg. de
maíz, por el precio de 264.938 ptas. recibiendo un pagaré con vencimiento de 29-3-93.-
E.A.P., que con fecha 1-3-93, vendió 35.538 kg. de maíz por importe de 960.948 ptas.
recibiendo un pagaré con vencimiento 29-3-93.-
A.Q.E., que con la misma fecha que el anterior vendió 58.154 kg. de maíz por
importe de 1.572.484 ptas. siéndole entregado un pagaré con vencimiento 29-3-93; y -
D.C.T., que con fecha 5-8-93, vendió maíz por importe de 1.500-000 ptas.,
entregándosele un pagaré con vencimiento 6-11-93.- Todos los pagarés anteriores
fueron librados contra BANESTO a excepción de 4 que lo fueron contra el Banco de
Madrid.- Ante el impago de tales documentos, se presentaron en los Juzgados de
Almansa los Juicios Ejecutivos número 163 y 164/93 (en el nº 2) y 248/93 (en el nº 1),
sin que en ninguno de ellos se consiguiera cobrara las cantidades reclamadas al no
poderse llevar a efecto la ejecución sobre los bienes embargados debido a que el
acusado, con la colaboración de V.P.R. hoy también acusado, mayor de edad y con
antecedentes penales cancelables, realizó diversas operaciones tendentes directamente a
situar a las empresas Motrans y Maycer SS.LL. y a él mismo, en situación de
insolvencia, con objeto de evitar que sus acreedores pudieran cobrar su crédito; y así el
día 23 de abril de 1993, actuando en nombre de Motrans S.L. ante la Notario de Elche,
Dña. P.C.O., otorgó escritura de permuta a virtud de la cual permutó los siguientes
486
bienes: A) Finca registral nº XXX, rústica, de 6.422 metros cuadrados, propiedad de la
referida mercantil (posteriormente aportada por R.G.M. a la Junta de Compensación
para el Sector Sur nº 1 del Plan General de Ordenación Urbana de Almansa) con un
valor declarado de 24.700.000 ptas.; B) cinco camiones y un turismo, también
propiedad de la empresa dando a los mismos un valor de 11 millones de pesetas; C) la
finca nº XXX, urbana, vivienda en la planta baja, de 196 metros cuadrados de
superficie, en Montealegre del Castillo, c/ XXX 71, a la que otorgan un valor de
f4.300.000 ptas.; esta finca era propiedad de V.S.M., esposa de R.G.M.; y D) 3.000.000
de pesetas, en metálico, por un trozo de terreno rústico, tierra monte, en Tibi (Alicante)
con una extensión de 6.384 metros cuadrados, al que se le dió un valor de 43.000.000 de
pesetas., propiedad del también acusado J.P.R.; dicho terreno en Tibi fue valorado a
instancia del acusado por el perito Sr. B.S., en la cantidad de 12.129.600 ptas. a razón
de 1.900 ptas. metro cuadrado; por su parte el perito insaculado Sr. T.G. valoró los
6.384 de terreno permutado en 1.276.800 ptas. a razón de 200 ptas. metro cuadrado. Las
fincas citadas, tanto rústicas como urbana, no se inscribieron nunca a nombre de los
permutantes, que siguieren disponiendo de ellas como si tal permuta no se hubiese
efectuado, enajenándolas, posteriormente, a terceras personas, a excepción dela urbana,
propiedad de V.S.M. que continúa figurando a su nombre en el Registro de la Propiedad
de Almansa; los camiones y el turismo fueron transferidos por Motrans con fecha 9-11-
95 a la entidad U.S.F., S.L; hasta dicha fecha, los mismos habían seguido siendo
utilizados por la empresa Motrans S.L. y el acusado Sr. G.M.. Posteriormente, con fecha
3 de mayo de 1993, el acusado R.G.M., actuando en representación de Maycer, S.L.
otorgó escritura pública de venta, a su sobrino F.G.G. (también socio de Maycer S.L.)
en la mitad indivisa de la finca urbana nº XXX de 165'24 metros cuadrados ubicada en
la C/ XXX nº 31 de Montealegre del Castillo, que pertenecía a dicha sociedad y a
F.G.G., desde el día 3-5-89, por el precio de 4.015.000 pesetas, que fue rectificado por
escritura de subsanación de 9-7-93 a 2.007.500 ptas; con la misma finalidad de evitar
que los acreedores de dicha entidad pudieran hacerse pago con la misma.- Con fecha 3-
9-93, el acusado R.G.M., en nombre de Motrans, S.L., comparece ante Doña P.C.O.,
Notario de Elche, y reconoce tener una deuda con varios acreedores (los que en dicha
escritura se describen) por valor de 86.579.942 ptas., ofreciendo en garantía, el citado
trozo de terreno de 6.384'33 metros cuadrados de Tibi, comprometiéndose a abonar, con
487
al precio de su venta, a cada acreedor de los designados, la parte proporcional que
pudiera corresponderles; dicha escritura tampoco tuvo entrada en el Registro, sin que
conste se efectuase, fehacientemente el correspondiente ofrecimiento.-
488
para su sustanciación y resolución, formándose el correspondiente rollo y
formalizándose el recurso.
RECURSO DE R.G.M.
SEGUNDO.- Infracción de Ley del art. 849-2º de la L.E.Cr. por error de hecho
en la apreciación de la prueba.
TERCERO.- Infracción de Ley del art. 849-2º de la L.E.Cr. por error de hecho
en la apreciación de la prueba.
CUARTO.- Infracción de Ley del art. 849-2º de la L.E.Cr. por error de hecho en
la apreciación de la prueba basado en la ausencia de actividad probatoria y vulneración
del art. 24 de la C.E.
RECURSO DE J.P.R.
PRIMERO.- Infracción de Ley al amparo del art. 849-2º de la L.E.Cr. por error
de hecho en la apreciación de la prueba.
SEGUNDO.- Infracción de Ley al amparo del art. 849-2º de la L.E.Cr. por error
de hecho en la apreciación de la prueba.
TERCERO.- Infracción de Ley al amparo del art. 849-2º de la L.E.Cr. por error
de hecho en la apreciación de la prueba.
489
CUARTO.- Infracción de Ley al amparo del art. 849-2º de la L.E.Cr. por error
de hecho en la apreciación de la prueba.
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
RECURSO R.G.M.
b) Que tales expresiones sean por lo general asequibles tan sólo para los juristas
y no sean compartidas en el uso del lenguaje común;
d) Que suprimidos tales conceptos jurídicos dejen el hecho histórico sin base
alguna -por todas, sentencia de 23 de diciembre de 1991-.
SEGUNDO.- El segundo apartado del Recurso -al igual que el tercero y cuarto-
escogen la vía del número 2º del art. 849 de la L.E.Cr. para denunciar error en la
apreciación de la prueba basado en documentos consistentes en certificaciones y
extractos de las entidades Central Hispano y Banesto y declaraciones del Impuesto de
Sociedades de la mercantil "MOTRANS, S.L." correspondientes a los ejercicios 1988 a
491
1993 y ello -dice el recurrente- "por violación del Principio de Presunción de Inocencia
del art. 24-2º de la C.E."
Por otra parte, el artículo 855.2º de la Ordenanza Procesal Penal prescribe que
"cuando el recurrente se proponga fundar el recurso de casación en el núm. 2º del
artículo 849, deberá designar, sin razonamiento alguno, los particulares del documento
que muestren el error en la apreciación de la prueba", sin que se pueda tener por
cumplida tal exigencia con la cita de los correspondientes folios, como sin designación
de particular alguno.
A partir de tales parámetros analíticos, el Motivo está abocado al fracaso una vez
que se constata como el fundamento jurídico primero de la sentencia recurrida
pormenoriza de forma minuciosa la situación deudora del acusado previa a la
adquisición del maíz y cereales, la cual evidencia que, a pesar de saber que no podía
pagar, compraba todo lo que le llevaban.
493
El desarrollo del Motivo está exclusivamente destinado a comentar las
declaraciones testificales citadas y sólo contiene una breve referencia a la meritada
diligencia de ocupación de bienes. Con tal estructura impugnativa se pretende fundar la
censura de "error facti" que el recurrente residencia en la expresión de los hechos
probados "sin que conste efectuare, fehacientemente, el correspondiente ofrecimiento".
494
destinadas a acreditar -en paralela y, lógicamente, discrepante y crítica evaluación- la
ausencia de dolo en el alzamiento de bienes.
Tal planteamiento -tan real que su propio autor intenta justificarlo excluyéndolo
formalmente al reconocer estar en presencia de un juicio de valor- no puede alcanzar el
éxito pretendido una vez que existe en la causa un patrimonio probatorio en el que se
integran no sólo acreditaciones indiciarias, sino directas de carácter testifical y
documental que privan de literosuficiencia a la referida diligencia de ocupación en tanto
que ésta, "per se", no permite verificar la existencia del error denunciado a través de tan
heterodoxa formula de censura.
La exposición que ofrece la combatida del proceso evaluador llevado a cabo por
la Sala "a quo" para fijar el relato de hechos evidencia una realidad probatoria que
descalifica la postulación recurrente en términos contundentes, pues la indiscutida
ejecución de las maniobras precedentes a la declaración de quiebra anulan la pretendida
efectividad rectificatoria asignada al contenido de ésta una vez que se constata como,
debiendo a los perjudicados por la venta del cereal 43.089.402 de pesetas que se debían
abonar al vencimiento de los pagarés entregados al efecto (vencimientos que se
iniciaban el 29 de marzo de 1993 hasta el 6 de noviembre de 1993), los acusados
simularon, a través de la escritura pública fechada el 23 de abril de 1993, la permuta de
los bienes de las sociedades "Motrans y Maycer" con la única finalidad de que,
aparentando que salían de su patrimonio a cambio de una finca rústica de escaso valor,
los acreedores no pudieran hacerse pago con dichos bienes, a pesar de que aquéllos
siguieron disponiendo y poseyendo las fincas que fingieron permutar.
En este caso, desde un punto de vista sustantivo aunque con referencia a las
carencias probatorias que justificarían tan peculiar y conjunta censura, mantiene el
recurrente que falta el dolo defraudatorio característico del delito de estafa y que no
existe prueba de que se actuara con un plan preconcebido.
495
La sustancial incompatibilidad de ambas formulaciones en un solo Motivo ya es
de por sí expresiva de la fragilidad de una estructura casacional cuyo desarrollo pone de
relieve que la invocación del socorrido Principio presuntivo trata de reafirmar -
aludiendo a la ausencia de prueba- la aseveración recurrente de inexistencia de Dolo y
engaño.
"1.- Por el reconocimiento del propio acusado, quién en el acto del juicio (f. 386
vto. del Rollo), admitió que el dinero que obtuvo de vender los cereales comprados, lo
dedicó a pagar a otros acreedores (no consta tal pago en todo el proceso) y sobre todo
para montar un negocio de alimentación con unos checoslovacos y belgas en Tibi;
negocio que tampoco ha quedado acreditado ni siquiera indiciariamente; no existe en
autos la más mínima prueba no solo de que el negocio se llevara o no a efecto sino que
no consta ni que hubiere conversaciones previas con tales ciudadanos; no obstante,
tampoco puede entenderse como un negocio que no llega a formalizarse puede suponer
una pérdida de decenas de millones máxime cuando ni siquiera existió compra del
terreno, sino que este, en todo caso, se habría adquirido mediante una permuta que, en el
peor de los supuestos, y aunque se admitiese que la misma existió (que no se admite por
lo que posteriormente se dirá) únicamente hubiera producido un desembolso en
metálico de tres millones de pesetas;
496
2.- Porque cuando se adquiere el maíz, y se entregan los pagarés, no solo
existían constituidas hipotecas sobres las fincas de Maycer y Motrans, sino sobre las
propias del matrimonio G.S. e incluso sobre las privativas de V.S.M.."
Por ello, a partir de una narración fáctica inalterada -una vez que han fracasado
los Motivos destinados a conseguir su rectificación- no procede tachar de indebida la
aplicación del tipo descrito en el art. 528 del C. Penal a la conducta enjuiciada por
ausencia de Dolo, pues del "factum" fluye naturalmente el elemento subjetivo propio de
la estafa en tanto que se refleja la existencia de un conocimiento previo por parte del
acusado de la situación económica en la que se encontraba, la cual le impedía hacer
frente al pago de la mercancía que iba a adquirir. Así si se dice en el relato de hechos
probados: "siendo consciente de que no iba a poder abonar el precio del maíz y
cereales", y a pesar de ello, el acusado actúa y no paga disponiendo de la mercancía, se
está afirmando la existencia de un engaño omisivo en el que, como dice la Sentencia de
esta Sala de 7-2-97, "se ocultan datos significativos decisivos para que la parte
desinformada acceda a realizar la prestación y el consiguiente desplazamiento
patrimonial". Tal actitud lleva a los perjudicados a confiar en el resultado de
transacciones de años anteriores sin conocer la difícil situación financiera del
comprador que, de antemano, sabía que no cumpliría con el pago.
SEXTO.- El último Motivo del Recurso toma también el cauce del nº 1 del art.
849 de la L.E.Cr. para censurar como indebida la aplicación del art. 519 del Código
Penal así como denunciar infracción del Principio de Presunción de Inocencia del art.
24-2º de la C.E.
498
entidad y función impugnativa cuando, además en este que ahora se examina la
referencia a la Presunción de Inocencia queda reducida a un mero aderezo formal sin
otro contenido que su pura reseña en el enunciado y, por tanto, carente de desarrollo
sustantivo alguno. Ello ya nos exime de formular consideraciones acerca de tan
instrumentado Principio, si bien nos sirve para retomar la línea de respuesta casacional
incorporada al anterior fundamento jurídico de esta resolución, pues únicamente
variando el tipo penal de referencia -en este caso Alzamiento de bienes en lugar de
Estafa- el desarrollo argumental del Motivo discurre por derroteros de análoga
consistencia y dirección que los del precedentemente analizado.
Una vez que constata que, no obstante elegir la vía del nº1 del precitado
precepto procesal, alejado de los hechos, todo el discurso del recurrente gira en torno a
la valoración de la prueba efectuada por el Tribunal Provincial para así activar desde
una lógica perspectiva exculpatoria la justificación de su propia interpretación fáctica en
la que destacan pasajes destinados a resaltar omisiones valorativas, evaluaciones
probatorias discrepantes o consideraciones críticas más propias de una censura de error
"facti" al residenciarse en documentos incorporados a la causa, frente a un exhaustivo
análisis del tipo y de sus connotaciones probatorias pormenorizados en el fundamento
jurídico quinto de la impugnada, hemos de rechazar la viabilidad de tal proceder
casacional en tanto que la estructura y funcionalidad de este Recurso extraordinario está
diseñada desde parámetros tasados de revisión que no se corresponden en absoluto con
una segunda instancia. Tal determinación no excluye, sin embargo, el reconocimiento
de un infructuoso intento por conseguir la exclusión punitiva de la conducta enjuiciada a
base de activar el Principio de Intervención mínima del Derecho Penal, esfuerzo que,
por otra parte, resulta vano ante la contundencia de una conducta que sobrepasa con
creces los márgenes del ilícito civil y transforma en realidad la figura del Delito de
Alzamiento de bienes del art. 519 del Código de 1973 que -como dice la Sentencia de
24-1-98- no es un delito de insolvencia, sino de frustración de la ejecución de las
obligaciones por parte del deudor y, a tales efectos, cuando en la jurisprudencia se hace
referencia a la insolvencia real o ficticia se quiere decir, en verdad, que ésta, como tal,
es innecesaria para la configuración del delito.
SÉPTIMO.- Los cuatro primeros Motivos se basan todos ellos en el nº 2 del art.
849 de la L.E.Cr. para encauzar sendas y respectivas denuncias de error en la
apreciación de la prueba.
Afirma quién recurre que el pasaje transcrito "no se ajusta con las pruebas
obrantes en autos" y a tal fin cita una escritura de permuta de 23-4-93 y una
certificación del Ayuntamiento de Tibi de 10 de junio de 1997 para acreditar que las
valoraciones citadas no pueden aceptarse dada la naturaleza de los terrenos y las
circunstancias en que fue realizada la tasación.
Frente a tal alegato, hemos de decir que las declaraciones prestadas en el Juicio
Oral que se citan como complemento para dotar de valor argumental al alegato carecen
de virtualidad por no ser documentos en el sentido casacional de la expresión sino
pruebas personales documentadas.
Por otra parte, destacamos que, valorando en sentido negativo los informes
periciales incorporados a la causa a lo largo de la instrucción que, -incluso el emitido a
instancias del propio acusado-, el recurrente no hace sino usurpar la función exclusiva y
excluyente que el art. 117-3º de la C.E. y 741 de la L.E.Cr. asigna a los órganos
judiciales. Si ello ya es razón bastante para rechazar el Motivo, dicha decisión encuentra
su refuerzo definitivo en el propio desarrollo impugnativo que viene a destacar, con tan
500
invasivo proceder evaluador, que los documentos citados carecen de literosuficiencia,
en tanto que para plasmar la afirmación fáctica cuestionada la Sala "a quo" ha
ponderado conjuntamente pruebas de distinta naturaleza -pericial y documental- que
inciden sobre idénticos extremos cuyo resultado valorativo queda indemne frente a
invocaciones de error precisamente por esa conjunción de acreditaciones diversas,
ninguna de las cuales prevalece sobre las demás, porque el Tribunal que conoció de la
causa en la instancia habiendo presidido la práctica de todas ellas y habiendo escuchado
las alegaciones de las partes, tiene facultad para, sopesando unas y otras, apreciar su
resultado con la libertad de criterio que le reconoce el citado art. 741 de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal.
OCTAVO.- En este caso para rectificar el pasaje fáctico que sigue: "Las fincas
citadas, tanto rústicas como urbana, no se inscribieron nunca a nombre de los
permutantes, que siguieron disponiendo de ellas como si tal permuta no se hubiese
efectuado, enajenándolas, posteriormente a terceras personas, a excepción de la urbana,
propiedad de V.S.M. que continúa figurando a su nombre en el Registro de la Propiedad
de Almansa; los camiones y el turismo fueron transferidos por Motrans con fecha 9-11-
95 a la entidad U.S.F., S.L.; hasta dicha fecha, los mismos habían seguido siendo
utilizados por la empresa Motrans, S.L. y el acusado Sr. G.M.", el recurrente acude a las
declaraciones de su patrocinado en el acto del Juicio Oral. El alegato carece de utilidad
dado que dichas manifestaciones -según una pacífica doctrina jurisprudencial- carecen
de valor documental en casación. E igualmente la pretensión rectificatoria es rechazable
si toma como referencia la cantidad de tres millones que se dicen pagados en el
momento de la permuta, pues basta la lectura del fundamento jurídico quinto de la
sentencia recurrida, para constatar la existencia de variadas y suficientes elementos
probatorios que, correcta y minuciosamente valorados por el juzgador, permiten
concluir que todas las maniobras descritas constituyeron una "puesta en escena" para
que, sin llevar a efecto la permuta, cada uno de los intervinientes pudiera disponer de
los bienes que eran el objeto de la relación jurídico-mercantil, en tanto que esta no
existía más que en apariencia. A tan múltiple acreditación nos remitimos por vía
reproductiva para descalificar definitivamente la virtualidad rectificatoria que atribuye
el recurrente a sus citas pseudo documentales.
501
NOVENO.- El pasaje del "factum" en el que el recurrente localiza el "error
facti" denunciado es el siguiente: "Las fincas citadas, tanto rústicas como urbanas, no se
inscribieron nunca a nombre de los permutantes, que siguieron disponiendo de ellas
como si tal permuta no se hubiera efectuado, enajenándolas posteriormente a terceras
personas". En apoyo de tal censura se reseñan las manifestaciones del acusado en juicio
y una escritura de compraventa de 20-2-94.
502
citada casa y además habría vendido su finca y, todo ello, sin conocer para nada al Sr.
G.M., (así lo tiene admitido el Sr. P.R. al folio 389 del rollo) y sin dar nada a cambio;
esto resulta totalmente absurdo y lo único que viene a demostrar es la intención de los
acusados al otorgar la escritura de permuta; si el Sr. G.M. alega que adquirió (tal
adquisición no se produjo) el terreno de Tibi para un supuesto negocio con checos y
belgas, no tiene sentido que sobre ese terreno constituyera hipoteca unilateral y ofrezca
el mismo a los acreedores (o a alguno de ellos) y si quería pagar a sus acreedores no
puede entenderse por qué esa hipoteca unilateral no la constituyó sobre sus fincas y
vehículos, simuladamente permutados y lo hace sobre el terreno de Tibi, que a decir del
perjudicado Sr. C.D. (f. 392 vto. del rollo) "era un barranco"; la explicación es sencilla,
porque quería conservar sus fincas que tenían gran valor y contentar "con un barranco"
a los acreedores".
504
b) un elemento dinámico que puede estribar en destrucción u ocultación de su
activo, en enajenaciones reales o ficticias, onerosas o gratuitas, y en otras muchas más
modalidades comisivas;
Pues bien, el detalle con que la Sala de instancia analiza las circunstancias del
caso enjuiciado ratificando la presencia del mencionado tipo delictivo permite
homologar su decisión en este trance procesal.
FALLO:
Todo ello sin perjuicio de que por el Tribunal que conozca de la ejecutoria se
lleve a efecto la revisión de la sentencia de instancia, si ello fuere procedente.
505
27-SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO DE 10 DE JUNIO DE 1999
ANTECEDENTES DE HECHO:
Dichos acusados, y con ánimo de que los acreedores no pudiesen cobrar sus
deudas, eliminaron los elementos del inmovilizado registrados en las cuentas de
Instalaciones Técnicas y Maquinaria, adquiriendo derecho de cobro sin soporte
documental, produciéndose en consecuencia la salida de activos de DIRECCION000 a
favor de Huerta Peralta, consistente en maquinaria e instalaciones como inmovilizado
por un total de 22.804.041 pesetas y que aparecen como cargos en la contabilidad de
Huerta Peralta.
506
fraudulenta una vez acreditado, el alzamiento de bienes y la inexistencia de libros
oficiales de contabilidad.
Notifíquese la presente resolución a las partes, a las que se les instruirá de los
recursos a interponer contra esta sentencia y, una vez firme, comuníquese al Registro
Central de Penados y Rebeldes. >> 3.- Notificada la sentencia a las partes, se preparó
recurso de casación por infracción de Ley y de precepto constitucional, por la
representación de José Antonio , Eugenio y Carlos Antonio , que se tuvo por anunciado,
remitiéndose a esta Sala Segunda del Tribunal Supremo las certificaciones necesarias
507
para su sustanciación y resolución, formándose el correspondiente rollo y
formalizándose el recurso.
MOTIVO
MOTIVO
MOTIVO
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
510
oficiales de contabilidad en base a todo lo cual se entiende que tales expresiones
suponen un verdadero y auténtico pre-juicio.
TERCERO.- Los motivos segundo, tercero y cuarto giran los tres alrededor de
una serie de derechos fundamentales íntimamente relacionados entre sí, de los cuales se
extraen las conclusiones que los recurrentes estiman procedente para la defensa de su
caso.
El derecho al proceso con todas las garantías, de acuerdo con los artículos 11 de
la Declaración Universal de Derechos Humanos, 14 del Pacto Internacional de Nueva
York de 1996 y 6 del Convenio de Roma de 1950, implica solo que, para evitar el
desequilibrio entre las partes, todas ellas dispongan de las mismas posibilidades en
cuanto a alegaciones, pruebas e impugnaciones, lo que cobra singular relevancia en el
juicio oral y en lo que es propiamente la actividad probatoria ( Sentencia del Tribunal
Constitucional de 17 de abril de 1989).
Mas la finalidad de esa exigencia, para un proceso con todas las garantías, es
doble. De una parte el juicio oral supone dar a los acusados, y en general a las partes
que intervienen, la plena posibilidad de exponer sus argumentos y de defender sus
derechos, siendo así que para el acusado en particular se manifiesta, durante el juicio
oral, su derecho a la defensa de manera más transcendente.
CUARTO.- En el segundo motivo, por la vía del artículo 5.4 de la Ley Orgánica
del Poder Judicial, se denuncia la infracción del artículo 24.2 de la Constitución
Española, derecho a la tutela jurisdiccional, en cuanto al derecho a utilizar los medios de
prueba pertinentes para la defensa, que concreta en no haber podido efectuar el perito
propuesto el informe interesado al no facilitársele la documentación que tuvo a la vista
un anterior perito contable para elaborar el informe presentado en el expediente de
quiebra y que obra en los folios 66 a 78 de esta causa penal.
Hay que indicar, por último, siguiendo al Fiscal, que ante las manifestaciones en
el juicio oral, por parte del primer perito, de "no traer por escrito el informe", no se
solicitó la suspensión del juicio, lo que, desde luego, habría carecido, como ahora el
motivo, de fundamento, al no existir en la causa los referidos documentos.
De manera concreta denuncia tal arbitrariedad por haberse admitido, como parte
acusadora, a los Síndicos de la quiebra, los cuales habían interpuesto querella por
quiebra fraudulenta y se habían personado en nombre de la Sindicatura de la quiebra sin
el preceptivo acuerdo de la Junta General de acreedores que exige el artículo 1387,
párrafo primero, de la Ley de Enjuiciamiento Civil, también sin el poder especial del
artículo 277 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal.
El motivo se ha de desestimar.
SEPTIMO.- Los elementos del tipo acogido en el artículo 257 del Código Penal
se descomponen así, a) existencia de un derecho de crédito por parte de un acreedor y
en consecuencia unas obligaciones dinerarias por parte del deudor, generalmente
515
vencidas, líquidas y exigibles; b) ocultación, enajenación real o ficticia, onerosa o
gratuita de los propios bienes, simulación fraudulenta de créditos o cualquier actividad
que sustraiga los bienes citados al destino solutorio a que se hayan afectos; c) situación
de insolvencia total o parcial, real o aparente, del deudor como consecuencia de la
actividad dinámica antes mencionada; y d) concurrencia de un elemento subjetivo
específico, tendencial, consistente en la intención de causar perjuicio al acreedor, bien
entendido no obstante que el alzamiento es un delito de mera actividad, de riesgo, de
resultado cortado, con lo cual basta con que se lleve a cabo la ocultación de bienes,
como resultado exigido por el tipo en relación a la simple intención de perjudicar, pues
el perjuicio real pertenece no a la fase de perfección sino a la de su agotamiento
(Sentencias de 8 de octubre de 1996, 20 de enero y 19 de febrero de 1993, 26 de junio y
7 de abril de 1992, etc.).
516
Es así que ese relato fáctico de la instancia acoge los requisitos del tipo penal
asumido por los Jueces de la Audiencia. Los tres acusados, como administradores de la
sociedad que se indica, con ánimo de que los acreedores no pudieran cobrar sus deudas,
provocaron la salida de activos de la sociedad en beneficio de otra, por un total de casi
veintitrés millones de pesetas, para lo cual, previa eliminación de los elementos
necesarios registrados, adquirieron los oportunos derechos de cobro sin soporte
documental.
NOVENO.- Más como quiera que también se plantea el problema del precepto
más favorable, artículo 257 o artículo 519 de los Códigos de 1995 y 1973,
respectivamente, el problema ha de ser resuelto con la aplicación del precepto vigente
cuando los hechos acaecieron, que además es más beneficioso en principio que el
Código de 1995.
Para tal conclusión ha de tenerse en cuenta de un lado los artículos 519 y 61.4
del Código de 1.973, y de otro los artículos 257.1 y 66.1 del Código de 1995. En el
primer caso la pena a imponer oscilaría entre seis meses y un día a 4 años y dos meses
de prisión menor (grados mínimos y medio). En el segundo supuesto la pena, aparte de
la multa, sería en principio de uno a cuatro años de prisión, que lógicamente tendría que
oscilar en la forma que el Código autoriza ante la ausencia de agravantes y atenuantes,
517
no obstante consignar que la Audiencia, al aplicar el Código de 1995, impuso la pena en
el mínimo de la mitad inferior, esto es, un año de prisión. Queda por decir que, como es
sabido, en el nuevo Código no cabe la redención de penas por el trabajo. También que,
teniendo en cuenta lo dispuesto en la disposición transitoria segunda del nuevo Código,
no han sido oídos los acusados sobre tal problema.
FALLO:
518
Identidad nº NUM002 , nacido en Peralta (navarra) el 23 de abril de 1952, hijo de
Enrique y Flora, con domicilio en Peralta, calle DIRECCION002 nº NUM003 ; y contra
Carlos Antonio , con Documento Nacional de Identidad nº NUM004 , nacido en Peralta
(navarra) el 29 de julio de 1950, hijo de Gustavo y Paloma , con domicilio en Peralta,
calle DIRECCION003 nº NUM005 -Izquierda, todos ellos con instrucción, cuyos
antecedentes penales y solvencia no constan, y en libertad provisional por esta causa de
la que no han estado privados y en cuya causa se dictó sentencia por la mencionada
Audiencia, con fecha cinco de marzo de mil novecientos noventa y ocho, que ha sido
casada y anulada por la pronunciada en el día de hoy por esta Sala Segunda del Tribunal
Supremo, integrada por los Excmos. Sres. expresados al margen y bajo la Ponencia del
Excmo. Sr. Don José Augusto de Vega Ruiz, hace constar lo siguiente: I.
ANTECEDENTES 1.- Se dan por reproducidos todos los antecedentes de hecho y
hechos probados de las sentencias de instancia y casación.
ANTECEDENTES DE HECHO:
PRIMERO.- Al amparo del nº1 del art. 851 de la L.E.Cr. por quebrantamiento
de forma, ya que en la Sentencia recurrida existe contradicción manifiesta entre los
hechos que se consideran probados.
TERCERO.- Al amparo del nº 2 del art. 849 de la L.E.Cr. por infracción de Ley
al existir error en la apreciación de la prueba, basado en documentos que obren en
Autos, que demuestren equivocación del juzgador sin resultar contradicho por otros
elementos de prueba.
CUARTO.- Al amparo del nº 1 del art. 849 de la L.E.Cr. por infracción de Ley
al infringir la sentencia recurrida los artículos 5-4 de la L.O.P.J. en relación con el art.
24-2 de la C.E., relativo al derecho de presunción de inocencia y el art. 257-1.2º del C.
Penal, en relación con el art. 5 de la misma norma sustantiva, así como el art. 28 del C.
Penal.
522
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
Primero.- Por la representación legal del matrimonio formado por Juan Ramón y
su esposa Esther, así como de sus tres hijos Íñigo, Raquel y Luis Pablo se formaliza un
único y común recurso de casación contra la sentencia de 28 de Septiembre de 1998
dictada por la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Valencia que les condenó
como autores de un delito de insolvencia punible.
El recurso aparece formalizado por cinco motivos, que serán estudiados por
razones de lógica y sistemática jurídica por orden distinto del propuesto, comenzando
por la denunciada vulneración de principios constitucionales --quinto motivo-- para
continuar por los motivos de quebrantamiento de forma --primero y segundo--,
concluyendo por el de Infracción de Ley.
b) Que sea interna, es decir, debe encontrarse entre los distintos apartados de los
hechos probados, y no entre estos y la fundamentación jurídica -- STS de 11 de Marzo
de 1996--.
c) Que sea esencial al afectar a extremos capitales del relato fáctico -- STS de 15
de Abril de 1988--.
La argumentación discurre por cauces que nada tienen que ver con el vicio
procesal que se denuncia.
527
El motivo incurre en causa de inadmisión ya que por presupuesto de esta se
exige la presencia de documentos en el preciso sentido casacional que tiene tal término
en esta sede -- STS de 10 de Noviembre de 1995 y en innumerables sentencias
posteriores--. No son documentos las pruebas personales --testificales, acta de juicio
oral, confesiones, etc al no perder el carácter de pruebas personales aunque aparezcan
documentadas, generalmente en papel.
FALLO:
528
29-SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO DE 27 DE ABRIL DE 2000
ANTECEDENTES DE HECHO:
532
4.- El recurso interpuesto por la representación del acusado Gonzalo, se basó en
el siguiente MOTIVO DE CASACION: Único.- Infracción de ley, con base en el nº 1
del art. 849 LECr, denuncia indebida inaplicación del art. 257 nuevo CP.
5.- Instruidas las partes del recurso interpuesto, la Sala lo admitió a trámite y
quedaron conclusos los autos para señalamiento de fallo, cuando por turno
correspondiera.
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
533
Prescindiendo del concepto tradicional que tuvo en nuestra historia, referido al
supuesto de fuga del deudor con desaparición de su persona y de su patrimonio, en la
actualidad alzamiento de bienes equivale a la sustracción u ocultación que el deudor
hace de todo o parte de su activo de modo que el acreedor encuentra dificultades para
hallar bienes con los que poder cobrarse.
1ª. Han de existir uno o varios derechos de crédito reales y existentes, aunque
puede ocurrir que cuando la ocultación se produce todavía no fueran vencidos o fueran
ilíquidos y, por tanto, aún no exigibles, porque nada impide que ante la perspectiva de
una deuda, ya nacida pero todavía no ejercitable, alguien realice un verdadero y propio
alzamiento de bienes.
534
3ª. Se configura así este tipo penal como un delito de tendencia en el que basta la
intención de perjudicar a los acreedores mediante la ocultación que obstaculiza la vía de
apremio, sin que sea necesario que esta vía ejecutiva quede total y absolutamente
cerrada, ya que es suficiente con que se realice esa ocultación o sustracción de bienes,
que es el resultado exigido en el tipo, pues el perjuicio real pertenece, no la fase de
perfección del delito, sino a la de su agotamiento.
Conviene precisar que como resultado de este delito no se exige una insolvencia
real y efectiva, sino una verdadera ocultación o sustracción de bienes que sea un
obstáculo para el éxito de la vía de apremio. Y por eso las sentencias de esta Sala, que
hablan de la insolvencia como resultado del alzamiento de bienes, siempre añaden los
adjetivos total o parcial, real o ficticia (sentencias de 28-5-79, 29-10-88 y otras muchas),
porque no es necesario en cada caso hacerle la cuenta al deudor para ver si tiene o no
más activo que pasivo, lo cual no sería posible en muchos casos precisamente por la
actitud de ocultación que adopta el deudor en estos supuestos.
Desde luego no se puede exigir que el acreedor, que se considera burlado por la
actitud de alzamiento del deudor, tenga que ultimar el procedimiento de ejecución de su
crédito hasta realizar los bienes embargados (sentencia de 6-5-89), ni menos aún que
tenga que agotar el patrimonio del deudor embargándole uno tras otro todos sus bienes
para, de este modo, llegar a conocer su verdadera y real situación económica.
Volvemos a repetir que lo que se exige como resultado en este delito es una
efectiva sustracción de alguno o algunos bienes, que obstaculice razonablemente una
posible vía de apremio con resultado positivo y suficiente para cubrir la deuda, de modo
que el acreedor no tiene la carga de agotar el procedimiento de ejecución, precisamente
porque el deudor con su actitud de alzamiento ha colocado su patrimonio en una
535
situación tal que no es previsible la obtención de un resultado positivo en orden a la
satisfacción del crédito.
536
encontrado ninguno en que pudiera hacer efectivo su crédito que aparece incluso
reconocido en sentencia firme cuya ejecución ha quedado frustrada.
1º. Había un derecho de crédito respecto del cual, incluso, ya se había iniciado
procedimiento judicial;
3º.- Tal sustracción impidió que en el proceso judicial que se hallaba tramitando
se pudiera embargar el mencionado vehículo;
4º.- Por la proximidad de las fechas y por las prisas con que el coche fue
vendido no cabe duda alguna de que la finalidad de Gonzalo al enajenarlo fue impedir
que pudiera ser embargado en el mencionado procedimiento judicial, tal y como lo
razona la sentencia recurrida en el párrafo penúltimo de su fundamento de derecho
segundo;
FALLO:
537
de mil novecientos noventa y ocho, imponiendo a dicho recurrente el pago de las costas
de esta alzada.
ANTECEDENTES DE HECHO:
3.- Notificada la sentencia a las partes, se preparó recurso de casación por los
procesados, que se tuvieron por anunciados, remitiéndose a esta Sala Segunda del
Tribunal Supremo las certificaciones necesarias para su substanciación y resolución,
formándose el correspondiente rollo y formalizándose el recurso.
540
- La representación del procesado J.A.H.L., basa su recurso en los siguientes
MOTIVOS DE CASACION:
5.- Instruido el Ministerio Fiscal de los recursos interpuestos, la Sala admitió los
mismos quedando conclusos los autos para señalamiento de fallo cuando por turno
correspondiera.
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
541
del artículo 849.2º de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, por estimar que ha existido
error de hecho en la apreciación de la prueba.
1.- En el desarrollo de los motivos por error de hecho, ambos acusados alegan,
que según las pruebas existentes, los activos de la empresa se entregaron a los
trabajadores para atender las deudas apremiantes derivadas de las relaciones laborales.
Añaden que los salarios tienen la consideración de créditos preferentes en los
procedimientos concursales y, por otro lado, no existe constancia de que desaparecieran
otros bienes de la sociedad, ni que se hubieran dispuesto de ellos. Entrando en el fondo
de la cuestión plantean, incorrectamente, la inexistencia del elemento subjetivo del
injusto consistente en el ánimo de perjudicar o defraudar a los que legítimamente
pudiesen reclamar el pago de las cantidades que se les adeudasen. A su vez consideran
que falta también el elemento objetivo, al no existir otros bienes que aquellos que se
adjudican con su entrega a los trabajadores, según consta acreditado documentalmente
en la causa.
4.- Los documentos de los folios 155 a 159 son contundentes, en cuanto a la
demostración de la maniobra fraudulenta realizada por los acusados en cuanto que la
sociedad ficticia, se crea bajo un contrato de fiducia en él que, los que figuran
aparentemente como accionistas, admiten la titularidad encubierta de los recurrentes. De
la misma manera no es motivo suficiente para demostrar el error del juzgador, el hecho
de que se acordara,- en septiembre de 1992-, instar la suspensión de pagos, pues en
realidad no hubo tramitación judicial y, en su lugar, apareció la sociedad ficticia a ,la
que continuamente nos venimos refiriendo. En definitiva, debemos concluir afirmando
que todos los hechos incorporados al relato fáctico corresponden a la realidad de lo
acontecido y que no ha existido ningún error en la apreciación de las pruebas que pueda
ser sustentado, por los documentos esgrimidos genéricamente por los recurrentes.
543
1.- Consideran que no existe una base fáctica que acredite la concurrencia del
elemento subjetivo del injusto, ni tampoco del elemento objetivo.
2.- A la vista del contenido del hecho probado, que debe permanecer intangible
al haberse desestimado los motivos por error de hecho, se puede constatar que
concurren todos los requisitos necesarios para la configuración de un delito de
alzamiento de bienes del artículo 519 del anterior Código Penal, tal como lo ha señalado
la sentencia recurrida.
1.- Afirma que del examen de la prueba, la única evidencia que se desprende
como indiscutible, es la existencia de una deuda contraída por las sociedades originarias
y los anteriores recurrentes a título individual con la entidad financiera y una efectiva
situación de grave crisis económica de las citadas sociedades, al tiempo de ocurrir los
hechos. En su opinión, ninguna de las actividades señaladas por la sentencia recurrida,
acredita que la finalidad que presidía la creación de una nueva sociedad fuera la de
evitar el pago de las sumas debidas a sus acreedores. Se apoya para hacer esta
afirmación, en las declaraciones de los anteriores recurrentes en el acto del juicio oral,
así como en la diversa prueba testifical practicada en el plenario. Asimismo acude a la
prueba documental contenida en el escrito de acusación del Ministerio Fiscal, que se da
por reproducida en el mismo acto, así como a los documentos presentados por la parte
recurrente, en el momento de comenzar las sesiones públicas de esta causa. Termina
afirmando que la sentencia, sin base probatoria alguna, declara la existencia e ideación
de una trama fraudulenta y de un ánimo de perjudicar a los acreedores. A manera de
colofón señala que se está expresando un juicio de valor que no ha podido ser
objetivado.
2.- Como se ha dicho reiteradamente por la doctrina de esta Sala y del Tribunal
Constitucional el ámbito protector de la presunción de inocencia, se extiende
únicamente a la existencia o inexistencia de los elementos objetivos del tipo penal
aplicado y a la participación, que el acusado que la invoca, haya tenido en su realización
546
o comisión. Por lo que respecta a la primera cuestión, el relato fáctico imputa al
recurrente, la ideación de un plan encaminado a conseguir que, los otros otros dos
recurrentes a los que anteriormente nos hemos referido, pudieran continuar su actividad
empresarial y, al tiempo, evitar el pago de las sumas debidas a sus acreedores. Se
precisa todavía más y se añade, que fue él, quien dirigió la constitución en escritura
pública de una sociedad denominada Fistop S.L. cuyo objeto era el almacenamiento,
comercialización, distribución y representación de artículos y productos de hierro y
cerrajería en general.
3.- Esta realidad se deriva de una serie de pruebas existentes en las actuaciones
y, sobre todo, de las declaraciones de los dos acusados, -cuyos motivos ya hemos
examinado-,, en el acto del juicio oral. Estas manifestaciones las considera la Sala
sentenciadora como una verdadera confesión. Ante la existencia de una prueba de esta
naturaleza, difícilmente se puede abrir paso la tesis de la presunción de inocencia, ya
que está perfectamente acreditado, por prueba directa, que el recurrente, haciendo uso
de sus conocimientos de jurista especializado, ideó y puso en práctica la trama
defraudatoria. En el siguiente motivo se plantea la posibilidad de que este relato de
hechos sea erróneo, lo que nada tiene que ver con la presunción de inocencia, sino que
se incardina con la infracción de ley, derivada de la existencia de documentos que
acrediten el error del juzgador en la valoración de la prueba.
Para sustentar esta afirmación acude a la cita de una serie de documentos que
obran en las actuaciones y que fueron presentados, en su mayoría, por el recurrente en el
trámite de intervenciones previas que contempla el artículo 793.2 de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal. Expone que existen documentos acreditativos de la intención
de solicitar la suspensión de pagos. También combate documentalmente, la afirmación
de la Sala sentenciadora en el sentido de que los posibles pagos se han realizado tras
consumarse el alzamiento, sin que aparezca plenamente demostrada la realidad de los
pagos. Sostiene que esta realidad se demuestra, mediante los treinta y ocho documentos
presentados en el trámite previo y que sirven para acreditar que se vieron forzados a
enajenar los bienes de las empresas, para saldar las deudas contraídas por ellas y
preferencialmente los salarios de los trabajadores.
548
Los documentos esgrimidos por la parte recurrente y que son en esencia los que
se presentaron en el momento previsto al comienzo de la prueba en el juicio oral, tratan
de acreditar que se acordó solicitar judicialmente la suspensión de pagos y que se
solventaron algunas deudas con ciertos acreedores. Asimismo se trata de demostrar la
existencia de varios procedimientos judiciales de desahucio, cesiones de créditos y
acuerdos con determinados trabajadores en los que estos manifiestan la satisfacción de
sus créditos laborales.
Todo este arsenal documental, sólo sirve para acreditar datos o aspectos fácticos
que ya han sido tenidos en cuenta por la Sala sentenciadora y que incluso se pueden
tener como ciertos y verdaderos pero no por ello, evidencian el error del juzgador ya
que su contenido es perfectamente compatible con las valoraciones y apreciaciones
realizadas por el órgano juzgador sobre los hechos que constituyen el soporte
inmodificable de los elementos constitutivos del delito de alzamiento de bienes.
1.- El motivo se formula con carácter subsidiario de los dos anteriores y para el
caso de que no prosperasen y admite, como no podía ser de otra forma, el contenido del
hecho probado. En consecuencia estima, que su actividad se limitó a proporcionar sus
consejos profesionales como abogado especializado en quiebras y suspensiones de
pago. Señala que, en el primero de los fundamentos de derecho, se califican los hechos
como constitutivos de un delito de alzamiento de bienes del artículo 519 del anterior
Código Penal estableciendo que se aplica el subtipo agravado dada la condición de
comerciantes de los autores directos. En el segundo fundamento de derecho, se
considera al recurrente cooperador necesario del artículo 14.3 del anterior Código Penal.
Señala que la propia sentencia declara que el acusado es abogado de profesión y que,
por esta condición, intervino en los hechos objeto de enjuiciamiento, por lo que resulta
obvio que no ostenta la condición de comerciante. Reconoce que existe una línea
549
jurisprudencial uniforme, que entronca con la polémica suscitada en torno al parricidio,
en la que se rompe el título de imputación, no ya por la aplicación inmediata del anterior
artículo 60 del Código penal, sino porque su espíritu puede trasladarse analógicamente,
en favor del reo, a los supuestos en que la agravante es específica y no generalizada.
2.- El artículo 519 del Código Penal derogado, establecía una pena mínima de
arresto mayor, para el supuesto de alzamiento de bienes que pudiéramos denominar
básico, es decir, el cometido por cualquier deudor en perjuicio de sus acreedores.
Paralelamente contemplaba una pena de prisión menor, cuando el hecho fuera realizado
por un comerciante, matriculado o no. El vigente Código Penal dispone, en el artículo
257.1.1ª, que comete este delito el que se alce con sus bienes en perjuicio de sus
acreedores, sin hacer especificaciones o matices en función de la condición de
comerciante del sujeto activo, si bien esta circunstancia podría tenerse en cuenta,
cuando fuera relevante, a la hora de individualizar la pena.
Esta doctrina se ha recogido en varias sentencias de esta Sala entre las que
podemos citar la de 26 de Junio de 1.992 que, al contemplar un supuesto de
550
coparticipación en un delito de alzamiento de bienes, declara que los cuatro
cooperadores necesarios se hacen acreedores a la condena, al igual que los otros dos
coautores por participación directa. Ahora bien, la doctrina de esta Sala ha declarado
que no puede hacerse extensivo el carácter de comerciante a todos los que hayan
coparticipado en los hechos, sino solamente a los que ostentan el "status" de
comerciante, que es a los que se les puede reprochar un plus de culpabilidad, por existir
una mayor exigencia en el cumplimiento de sus obligaciones.
2.- Habiéndose adoptado la vía del error de derecho, el contenido del relato
fáctico se convierte en el punto de referencia inmutable, para contrastar la existencia de
los elementos integrantes del delito de alzamiento de bienes y de la participación que en
él haya tenido el recurrente.
Por último, como señala el Ministerio Fiscal, no es procedente invocar que los
hechos podían haber sido tipificados en los artículos 520 a 527 ya que ello supondría la
aplicación de una penalidad mayor al concurrir además los elementos integrantes del
alzamiento de bienes.
FALLO:
552
por la representación procesal de R.J.J.D., casando y anulando la sentencia dictada el
día 8 de Abril de 1.998 por la Audiencia Provincial de Barcelona. Declaramos de oficio
las costas causadas.
VOTO PARTICULAR:
La Sala Segunda de lo Penal, del Tribunal Supremo, constituida por los Excmos.
Sres. mencionados al margen, en el ejercicio de la potestad jurisdiccional que la
Constitución y el pueblo español le otorgan, ha dictado la siguiente SENTENCIA
ANTECEDENTES DE HECHO
553
1.- Se dan por reproducidos los antecedentes de hecho y hechos probados de la
sentencia recurrida.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
FALLO
ANTECEDENTES DE HECHO:
554
DIRECCION000, dedicada a la comercialización al por mayor de carnes frescas, con
facultad de sacrificar reses para su despacho en fresco, a partir de julio de 1992 dejo de
satisfacer, pagares que emitió para pagar los proveedores que le suministraban ganado;
por valor de 9.262.388. - pesetas a Alexander (con vencimientos de 10.7.93, 23.7.93,
29.7.93, 13.8.93); a Carlos Ramón (con vtos. de 10.7.93 y 5.8.93 por la suma de
4.951.368 pesetas; al Turrullón, SA por la cantidad de 1.997.307 pesetas (con
vencimiento de 16.9.93; a Millán por la cifra de 1.894.480 pesetas (con vencimiento de
14.7.93). El acusado en fecha 24 de Agosto de 1993, de común acuerdo con el acusado
Carlos María , mayor de edad y con antecedentes no computables por delitos de estafa,
con el objetivo de eludir las responsabilidades contraídas por la mercantil
DIRECCION000 administraba y dirigía, y con el resultado de descapitalización total de
la empresa, trasmitió al acusado Carlos María la casi totalidad de las participaciones de
esta sociedad, asumiendo este acusado la condición de administrador único de la
Sociedad y cambiando el domicilio social de la localidad de Argentona, a la calle
DIRECCION001 NUM000 de Barcelona, transmisión que no conocieron los citados
acreedores que reclamaron insistentemente el pago de sus créditos al acusado Armando
, quien no les comunico la venta de la empresa.- En fecha 6 de Junio de 1994, el
acreedor El Turrullón S.A, instó la quiebra necesaria de DIRECCION000 , que
correspondió al Juzgado nº 5 de Barcelona. En fecha 22 de Julio de 1995 se declaró a
esta sociedad en estado de quiebra necesaria acordando retrotraer sus efectos al día 6 de
Julio de 1992, expediente en el que no resulto posible ocupar bienes, libros de
contabilidad, ni documentación de la quebrada, al no encontrarse dicha sociedad ni su
nuevo administrador el acusado Carlos María en el domicilio que constaba
registralmente ni en ningún otro, siendo declarada fraudulenta la quiebra en sentencia de
30 de Noviembre de 1996, que no ha sido recurrida.- A la fecha de la venta de la
empresa DIRECCION000 ., esta sociedad disponía entre su activo, en concepto de
impagos por devolución de pagarés de clientes de empresas sólidas en el sector, la suma
de 40 millones de pesetas.- El pasivo de DIRECCION000, según estado de acreedores
presentado ante el Comisario de la Quiebra asciende a 18.105.543 pesetas". (sic)
Segundo.- La Audiencia de instancia dictó el siguiente pronunciamiento:
"FALLAMOS: Condenamos a los acusados Armando y Carlos María como autores
responsables de un delito de quiebra, ya definido, sin circunstancias modificativas de la
555
responsabilidad criminal, a la pena para cada uno de los acusados de dos años de prisión
y multa de 8 meses con una cuota día de 2.000 pesetas con responsabilidad personal
subsidiaria de 4 meses y al pago de las costas procesales por mitad, incluidas las de la
acusación particular. Por vía de responsabilidad civil abonaran a los acreedores El
Turullon S.A, Alexander , Carlos Ramón y Millán , la cantidad en que se determine en
ejecución de sentencia los perjuicios causales de los activos realizables de
DIRECCION000 , en proporción a sus respectivos créditos, a incorporar en su caso a la
masa de la quiebra.- Para el cumplimiento de la pena que se impone declaramos de
abono todo el tiempo que haya estado privado de libertad por la presente causa, siempre
que no le hubiera sido computado en otra". (sic) Tercero.- Notificada la sentencia a las
partes, se prepararon recursos de casación por las representaciones de Armando y
Carlos María , que se tuvieron por anunciados remitiéndose a esta Sala Segunda del
Tribunal Supremo las certificaciones necesarias para su sustanciación y resolución,
formándose el correspondiente rollo y formalizándose los recursos.
556
La representación de Carlos María, formalizó su recurso de casación alegando
un UNICO MOTIVO: Al amparo del art. 849-1º de la LECriminal en relación con los
arts. 24-2 de la Constitución Española y 5.4 de la LOPJ, por aplicación indebida al
recurrente de los arts. 28.2 y 260 del vigente C.P.
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
Contra dicha sentencia se han formalizado sendos recursos por los recurrentes,
que serán estudiados seguida y separadamente.
558
Al respecto debemos efectuar dos observaciones: a) En relación a los activos
citados, en la sentencia sometida al presente trance casacional se reconoce que
DIRECCION000, en la fecha de la venta al Sr. Carlos María disponía de unos 40
millones de Ptas. en conceptos de impagados a la empresa, pero de clientes sólidos en el
sector, activos en favor de DIRECCION000 que eran realizables, que incluso algunos
fueron cobrados por el Sr. Armando , pero que fueron ocultados en el procedimiento
civil de quiebra en perjuicio de los instantes de la misma -- Fundamento Jurídico
primero-- siendo hecho cierto que DIRECCION000 tras la venta dejó de funcionar.
El cauce casacional parte del presupuesto del respeto a los hechos probados, lo
que el recurrente no cumple en la medida que alegando inexistencia de los elementos
que vertebran el delito de quiebra, obvia tales elementos que se encuentran en el factum.
559
En este control casacional se comprueba la consecuencia de todos los elementos
que vertebran el tipo.
Precisamente aquí pudiera estar el móvil de la concertada acción entre los dos
recurrentes y al que se refería la representación del Sr. Armando en el anterior motivo,
pues es lo cierto, como se afirma en la sentencia, que no se tiene conocimiento del
destino de aquellos activos --40 millones-- cobrables en gran medida de que disponía
DIRECCION000, pudiendo apuntarse como especulación sobre el móvil de la
transmisión rechazada, el impago a los acreedores, poniendo a salvo dicho activo
realizable mediante el velo de la transmisión realizada y el cese de la actividad
empresarial, todo ello con el acuerdo de ambos condenados.
560
en el factum "....con el objetivo de eludir las responsabilidades contraídas por la
mercantil DIRECCION000.
Cuarto motivo, por el cauce de la Infracción de Ley del art. 849-1º por
vulneración del art. 50 del vigente Código Penal.
562
En cumplimiento a este mandato legal de motivación de la cuantía de las cuotas
de la multa, el Fundamento cuarto de la sentencia fija la misma en 2.000 Ptas diarias en
base al argumento del potencial económico de cada recurrente que puede deducirse de
haberse costeado letrado particular que les defienda en el proceso penal.
563
El recurrente más que cuestionar la inexistencia de prueba, discrepa de la
valoración dada a la existente por la Sala sentenciadora.
Cuarto.- De conformidad con el art. 901, procede la imposición de las costas del
recurso, respectivamente, a cada recurrente.
FALLO:
ANTECEDENTES DE HECHO:
Quinto.- Instruidas las partes del recurso interpuesto, la Sala admitió el mismo,
quedando conclusos los autos para señalamiento de Fallo, cuando por turno
correspondiera.
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
Antes de pasar al estudio del recurso, y como referente indispensable para una
mejor comprensión, debemos recoger, someramente, los hechos declarados probados.
Estos se refieren al despido acordado por el recurrido-absuelto, administrador único de
las empresas DIRECCION002, DIRECCION003 e DIRECCION004 respecto de quien
había sido el contable Mariano. El despido fue declarado finalmente improcedente,
optando Mariano por la indemnización que fue fijada en 7.623.654 Ptas. El Sr. Mariano
solicitó del Juzgado de lo Social la ejecución por la vía de apremio de la sentencia
condenatoria interesando el embargo del piso propiedad de DIRECCION004 sito en la
c/ DIRECCION000 de Madrid. Por proveído de 24 de Septiembre de 1996 se acuerda el
embargo notificado al Sr. Pablo el 1 de Octubre de 1996.
Dicho piso, previamente a lo señalado, ya estaba gravado con una hipoteca por
importe de 24 millones de Ptas. en favor de la Caja Madrid desde el 12 de Noviembre
de 1994, habiéndose valorado el piso en 48.641.250 Ptas.
567
El Sr. Pablo , mediante escritura pública constituyó el día 17 de Octubre de 1996
nueva hipoteca en favor de Caja Madrid en garantía de un préstamo de 31 millones de
Ptas. que solicitó. Dicho importe fue destinado a satisfacer deudas contraídas por
DIRECCION004 con Caja Madrid procedentes de una línea de crédito que tenía
concedida por importe de 30 millones de Ptas. y vencimiento 20 de Octubre de 1996, así
como a amortizar parte del préstamo garantizado con la hipoteca de 12 de Noviembre de
1994. Con estos datos, la tesis de la sentencia que justifica la absolución es que la
segunda hipoteca constituida sobre el piso no fue en fraude de acreedores, sino que el
acusado optó por cancelar en primer lugar los créditos que tenía concedidos con Caja
Madrid con preferencia al que tenía con Mariano.
El actual art. 257 del Código Penal, no solo es el sucesor del art. 519 que
sancionaba el alzamiento de bienes, sino que además ha ampliado notablemente su
contenido, pues junto con el tipo básico de alzamiento, consistente en la desaparición
física del deudor con sus bienes, incluye una nueva modalidad de alzamiento
568
consistente en la realización de "....cualquier acto de disposición patrimonial o
generador de obligaciones....", siempre que a consecuencia de este acto patrimonial u
obligacional, el deudor se muestre insolvente ante la obligación, esta ampliación del
tipo ha reforzado la naturaleza del delito como de estructura abierta. Esta nueva
modalidad delictiva que supone un acto de disposición u obligacional en perjuicio de un
acreedor, puede entrar en colisión con la consolidada doctrina jurisprudencial que tiene
declarado que el delito de alzamiento castiga la insolvencia, no la pretensión de
acreedores, puesto que si el que recibe los bienes con injusta preferencia, es en todo
caso titular de un crédito, se tratará de un problema de anulabilidad del negocio, situado
extramuros del Código Penal. Es preciso deslindar en cada caso los ámbitos del ámbito
civil y penal o dicho de otro modo, separar el negocio civil impugnable del delito de
alzamiento de bienes.
Estos datos acreditan que el recurrido absuelto, con quebrantamiento del deber
de lealtad que expresamente se le había notificado, efectuó un acto generador de
obligaciones que impidió de hecho el cobro de la indemnización debida al empleado
que ilegalmente había despedido, y para cuya efectividad ya se había despachado
ejecución con embargo, precisamente del piso de la c/ DIRECCION000 sobre el que
días después constituyó nueva hipoteca.
Solo un extremo resta por verificar: es el relativo a si los otros créditos atendidos
preferentemente por el recurrido, también este estaba constreñido jurídicamente a
satisfacerlos o no. Al respecto la sentencia recurrida afirma en el Fundamento Jurídico
primero que en relación a la póliza de crédito que Caja Madrid tenía concedida a
DIRECCION002 este debía ser cancelado el 20 de Octubre y ascendía a 30 millones de
Ptas. Hay que decir que si bien el importe máximo de la línea de crédito era 30 millones
de Ptas. y la línea de crédito vencía el 20 de Octubre de 1996 --Documento de póliza de
570
crédito obrante al folio 68 del Tomo I de las actuaciones--, se desconoce la cuantía del
saldo acreedor final a favor del banco por capital, intereses y comisión, ya que se
canceló antes de su vencimiento. Que el vencimiento de la misma fuera el 20 del mismo
mes de Octubre de 1996, pone además de manifiesto un vencimiento posterior al del
crédito del empleado despedido, pues la ejecución se despachó el día 3 de Septiembre y
se le notificó el 3 de Octubre sin que conste que por Caja Madrid se hubiese instado
embargo o procedimiento ejecutivo en reintegro del saldo deudor que pudiera arrojar
dicha línea de crédito. También se refiere la sentencia al préstamo garantizado con la
primera hipoteca que gravaba la vivienda. Dicha hipoteca lo era por importe de 24
millones de Ptas., de los que en el mes de Agosto de 1996 quedaban pendientes de
devolución 15.146.233 Ptas. estando garantizada la devolución del préstamo con la
hipoteca existente sobre el piso valorado a tal efecto en 48.641.250 Ptas. sin existir
prueba ni del transcurso del plazo de devolución del préstamo garantizado con la
repetida hipoteca, ni tampoco del ejercicio de la correspondiente acción hipotecaria.
571
potencia acreditativa del indicio, no desvirtuado por contraindicios, obtener el juicio de
inferencia de que esta segunda hipoteca tuvo como finalidad eludir el pago de aquella
deuda.
FALLO:
SEGUNDA SENTENCIA:
572
Que debemos condenar y condenamos a Pablo, como autor de un delito de
insolvencia sin la concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidad, a
las penas de un año de prisión y doce meses de multa a razón de cuota diaria de 3.000
Ptas.
ANTECEDENTES DE HECHO:
573
mediante escrito presentado el día 11 de junio.- Con fecha 3 de Junio de 1996, se dictó
auto por el que se acordó el embargo prevent8vo de bienes del deudor y por providencia
de 11 de julio se decretó la anotación preventiva de embargo en el Registro de la
Propiedad de la parcela de terreno en el lugar de la Reyerta, término municipal de
Santander, de cabida quinientos once metros cincuenta decímetros cuadrados dentro de
la cual existe una nave industrial, finca registral XXX y propiedad de la empresa
Recambios del Norte, S.L. la cual se llevó a efecto con fecha 29 de julio de 1996.- Por
el Juzgado de Primera Instancia nº 10 se dictó sentencia el día 21 de abril de 1997
condenado a Recambios del Norte, S.L. a abonar la cantidad debida a Hercos Parayas.-
Por escritura otorgada el día 26 de junio de 1996, ante el Notario Don J.M.P.D., vendió
la finca descrita a la compañía mercantil denominada "Gráficas Calima, S.A." por el
precio de 29.500.000 pts., ignorando ésta última entidad la existencia de la anotación
preventiva de embargo por no encontrarse, en la fecha de otorgamiento de la escritura,
anotada en el Registro de la Propiedad.- Con fecha 9 de octubre de 1997, la empresa
Gráficas Calima, SA., presentó demanda de tercería de dominio contra Hercos Papayas,
SA. y Recambios del Norte, S:L.- El inculpado tuvo noticia del embargo en 8-7-1996.-
Con el precio de la venta de la finca el inculpado pagó deudas pendientes a Banco
Central, Caja Cantabria, Bankinter, trabajadores, proveedores y otras deudas por valor
superior a 30 millones en fechas inmediatas a dicha venta".
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
En siete líneas introductorias del escrito del recurso, se señala de forma general e
indeterminada los cauces impugnativos utilizados: art 849-1º y 2º L.E.Cr., por
infracción de ley, y 851 ap.2º y 3º, por quebrantamiento de forma.
1. En la motivación del recurso, nada se precisa sobre las posibles carencias del
factum. Quizás constituya un error la invocación, pero de la simple lectura de los hechos
575
probados, se observa, cómo existe un perfecto desarrollo descriptivo de lo que fue
objeto de la pretensión penal.
CUARTO.- Al amparo del art. 849-1º, la Sala interpreta que el acusado denuncia
inaplicación del art. 257 del C. Penal.
577
1. La naturaleza de la censura obliga al más absoluto respeto a los hechos
probados. De ellos se colige, que el acusado desplegó una conducta, que objetivamente
podía incardinarse en el art. 257 del C. Penal, si no fuera porque el Tribunal, no estimó
concurrente el elemento subjetivo del injusto, integrado por el propósito de perjudicar a
los acreedores.
Pues bien, a pesar de darse tales requisitos, no puede desconocerse la ausencia del
elemento subjetivo del delito, dadas las circunstancias concurrentes en el hecho, a partir
de las cuales y en racional inferencia el Tribunal pudo alcanzar la convicción que el
factum refleja
Esta Sala no podrá sustituir el arbitrio ejercido si no contraviene (en los casos en
que los haya y éste no es uno de tales) los condicionamientos o parámetros legales sobre
los que ha de descansar dicho arbitrio; o bien cuando éste se aparta de la racionalidad,
moderación y prudencia exigidos en la función enjuiciadora, como contrapunto de la
prohibición de la arbitrariedad proclamada por el art. 9-2 de la Constitución Española.
579
a) En primer lugar, no puede un Tribunal ser riguroso, acudiendo a criterios
próximos al vencimiento, a la hora de calificar una denuncia, querella o acusación como
temeraria, si no quiere coartar el libre ejercicio del derecho de acción penal, como
instrumento de la tutela judicial efectiva.
c) En los hechos se daban los elementos objetivos del tipo. El subjetivo, que no
se estimó concurrente, debió inferirse del conjunto de circunstancias concomitantes,
valoradas en el momento del plenario, y no antes, con la adecuada contradicción, habida
cuenta de la inmediación de que gozó el Tribunal.
d) En el juicio oral se pudo haber acreditado, por ejemplo, que el valor por el
que se vendió el inmueble era ficticio, y pudo haber pactos privados (extranotariales)
con el adquirente; o se pudo probar que alguno de los créditos que satisfizo el acusado
ya estaba pagado, se había simulado, o elevado subrepticiamente su cuantía, o todavía
no había vencido, y no era exigible su pago; etc, etc., elementos de hecho todos, cuya
concurrencia o ausencia no pudo quedar despejada, sino en el momento del juicio oral.
A la vista de las razones expuestas, que deben prevalecer, frente a las que ha
tenido en consideración la Sala, se estima, como decisión más razonable y plenamente
acomodada a las reglas de la experiencia, no hacer expresa imposición de costas al
querellante, decisión apoyada por el Ministerio Fiscal.
FALLO:
VOTO PARTICULAR:
ANTECEDENTES DE HECHO
FUNDAMENTOS DE DERECHO
FALLO
582
34-SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO DE 8 DE NOVIEMBRE
DE 2001
ANTECEDENTES DE HECHO:
583
(Tarragona) haciendo constar que el valor del bien donado a efectos fiscales era de
450.000 pesetas.
Dichos bienes que deberán reintegrarse al patrimonio del acusado Agustín a los
efectos de lo dispuesto en el art 1.911 del C. Civil."
584
TERCERO.- Notificada en forma la Sentencia a todas las partes personadas se
prepararon por las representaciones de los acusados Agustín y Almudena recursos de
casación por infracción de Ley y de precepto constitucional, que se tuvieron
anunciados; remitiéndose a esta Sala Segunda del Tribunal Supremo las certificaciones
necesarias para su sustanciación y resolución, formándose el correspondiente Rollo y
formalizándose el recurso.
SEXTO.- Por Providencia de esta Sala se señaló el recurso para FALLO, sin
celebración de vista, el día 18 de septiembre de 2001. Por Providencia de fecha 12 de
septiembre de dos mil uno, y por necesidades del servicio, se suspende el mismo
quedando las actuaciones pendientes de nuevo señalamiento.
585
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
Recurso de Agustín.
586
constar deudas anteriores a favor de la coacusada Sra. Almudena , y que sustentaban el
pago de la compraventa y al parecer el objeto de la donación; 2) la coincidencia en el
tiempo con el inicio de las actuaciones civiles tendentes a la ejecución del crédito por
parte de la querellante; 3) la circunstancia acreditada de que el acusado siguió estando
en posesión de los bienes que formalmente había enajenado, pues así lo reconocieron
los acusados en declaración efectuada en fase de instrucción. Tales indicios son
razonablemente suficientes, a efectos de este control casacional, para llegar a la
conclusión que obtiene la Sala sentenciadora.
Recurso de Almudena.
587
realidad de los hechos, pudiendo para ello confrontar entre sí las distintas declaraciones
prestadas para elegir la que, en conciencia, considere ajustada a la verdad.
El tipo penal aplicado por la Sala sentenciadora fue el número segundo del
citado art. 257 del Código penal, habiéndose cumplido en este caso todos los citados
requisitos constitutivos de la infracción (segundo apartado de este reproche casacional),
589
ya que no existe -como alega el recurrente- crédito posterior a las enajenaciones
llevadas a cabo, sino anterior que se produjo como consecuencia del impago de las
pensiones que el Sr. Agustín debía (en el mes de julio de 1996), lo que determinó que
Estíbaliz instara la ejecución de la Sentencia de divorcio en tal apartado económico, y
para ponerse a salvo de cualquier traba judicial en su patrimonio, se realizaron las
enajenaciones que constan en el "factum" con la finalidad de burlar tal procedimiento
ejecutivo, lo que constituye la esencia del delito aplicado, deduciendo el Tribunal
sentenciador la connivencia en el fraude por las relaciones habidas entre los acusados,
pero fundamentalmente por el hecho de mantenerse en poder del Sr. Agustín la posesión
de los bienes enajenados, como consta en las declaraciones prestadas en los folios 116 y
117 de los autos, cuya valoración probatoria no podemos invadir.
FALLO:
590
localidad de Cornella; 2) La donación realizada por el acusado Agustín a favor de
Almudena relativa a la finca rústica sita en la localidad de Cabra del Campo (Tarragona)
otorgada mediante escritura pública de fecha 20 de septiembre de 1996; y 3) El contrato
privado de compraventa celebrado por los acusados relativo al vehículo de colección
marca Mercedes Benz modelo 170- D, matrícula W-.... ; dichos bienes deberán
reintegrarse al patrimonio del acusado Agustín a los efectos de lo dispuesto en el art
1.911 del C. Civil. Asimismo condenamos a dichos recurrentes al pago por mitad de las
costas procesales ocasionadas en la presente instancia.
ANTECEDENTES DE HECHO:
Y en la misma fecha y ante el mismo señor Notario vende a los ahora sus
suegros Imanol y Blanca, ambos mayores de edad y sin antecedentes penales, una finca
sita en el dicho lugar con nº Registral NUM004, y otra con nº NUM005, pericialmente
tasada la primera en 8.120.000 pesetas, por precio manifestado de 3.800.000 pesetas,
que en su mayor parte se dice retenido para el pago de unas hipotecas por 3.500.000
pesetas.
El Banco Atlántico S.A. siguió contra Cornelio juicio ejecutivo con el nº 273/94
ante el Juzgado de Primera Instancia nº 2 de Gandía, frustrado por no poseer el
ejecutado capital alguno sobre el que hacer efectiva la sentencia".
592
Cornelio de cuatro meses de arresto mayor, con la accesoria en cada caso de
inhabilitación para el derecho de sufragio pasivo por el tiempo de la condena.
593
TERCERO.- Al amparo de lo dispuesto en el artículo 849, número 2º de la Ley
de Enjuiciamiento Criminal, por error en la apreciación de la prueba.
PRIMERO.- Al amparo del artículo 5.4 de la Ley Orgánica del Poder Judicial,
en relación al artículo 24 de la Constitución Española
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
Recurso de Cornelio
El motivo es improsperable.
Por último, aun cuando se atribuyera algún efecto a dicho vicio, es evidente que
el mismo no supone vulneración de los derechos constitucionales, que se invocan, y más
concretamente el de indefensión, pues según una retirada doctrina de esta Sala, y del
Tribunal Constitucional, han declarado que no puede alegarse dicha indefensión, si
efectivamente no se ha producido tal indefensión y se ha acreditado en autos, lo que
indudablemente no ha efectuado el recurrente.
597
a realizar distintos actos de disposición; y que para cada uno de dichos actos, recabase la
cooperación de diversas personas.
Como requisitos del tipo, se exigen: 1º) Existencia de uno o más créditos
generalmente preexistentes, reales, y de ordinario, vencidos, líquidos y exigibles,
aunque es frecuente que los defraudadores ante la inminencia del vencimiento de un
crédito futuro, se anticipen, frustrando las legítimas expectativas de su acreedor o
acreedores - Tribunal Supremo sentencias de 14 febrero y 7 abril de 1992, y 20 febrero
y 8 octubre de 1996-.
4º) Insolvencia total o parcial, real o aparente del deudor - sentencia 6 de marzo
de 1991-.
Efectivamente, la Sala "a quo" yerra al citar como aplicable el artículo 116 del
Código Penal de 1995, cuando por la fecha de comisión de los hechos, lo correcto sería
hacerlo con el de 1973.
Sin embargo, hay que reconocer que el artículo 19 y 101 y siguientes del texto
punitivo entonces vigente, tienen idéntico contenido que el 116 y siguientes del Código
Penal de 1995, por lo que el defecto queda reducido a un mero error material sin
transcendencia jurídica alguna, por lo que el motivo debe rechazarse.
600
Criminal, se denuncia haberse aplicado indebidamente los artículos 123 y 124 del
Código Penal de 1995, en cuanto que el Tribunal juzgador condena a los acusados, y en
concreto al Sr. Cornelio, al pago de las costas de la acusación particular.
No obstante la opinión del recurrente, lo cierto es que fue la denuncia, del que
luego se constituyó en acusación particular, el que originó el presente procedimiento.
En modo alguno, pues puede mantenerse que dicha actuación haya sido
extravagante o perturbadora, por lo que el motivo ha de rechazarse.
Aunque es cierto que el juicio oral tuvo que suspenderse en cuatro ocasiones, no
lo es menos, que entre el escrito de acusación del Ministerio Fiscal -31 Julio de 1997-, y
la sentencia -20 marzo de 1999-, no ha transcurrido un importante periodo de tiempo,
como para justificar la alegación, máxime si tenemos en cuenta el número de partes
personadas y la complejidad del procedimiento.
601
etc., extremos estos que por sí rechazan el motivo esgrimido por el recurrente, pues
como bien señala la Audiencia constan acreditada las notables facultades escurridizas de
uno de los acusados y la complejidad del asunto en el que intervienen dos acusadores -
público y privado- y cinco acusados. Sin que sea de apreciar un excesivo lapso temporal
ni que se haya causado perjuicio alguno al recurrente, el que sólo ha acudido ante los
Organos Judiciales en unas cuantas y escasas ocasiones y por poco espacio de tiempo,
pese al perjuicio millonario ocasionado a la entidad bancaria.
La tesis del motivo resulta inaceptable, por cuanto que lo que necesita ser
sometido a debate contradictorio son los hechos que se declaran probados, y no los
razonamientos en función de los cuales el Tribunal ha llegado a fijarlos. Estos pueden
ser cuestionados por infracción de ley, en el caso de que fuesen absurdos e ilógicos, o
incluso, de tener contenido fáctico, por la vía del nº 2 del artículo 849, apoyándose en
documentos que obren en Autos.
602
sentencia, ya dentro del apartado de la motivación específicamente destinada a ello - art.
142.1º L.E.Cr.-, ya en las afirmaciones de carácter fáctico que se contengan en la
fundamentación jurídica, sin que las omisiones tengan cabida dentro de este vicio
sentencial, ya que el lugar adecuado para denunciarlas es el previsto en el art. 849.2º
L.E.Cr.; 2º los hechos han de ser necesarios para la subsunción, entendiéndose por
hecho, en cuanto objeto del proceso penal, el conjunto de los requisitos mínimos que
concurren a perfilar en un plano histórico, un cierto acaecer que encuentra dentro de sí,
los extremos mínimos previstos en una hipótesis normativa; 3º la falta de claridad
propiamente dicha existe cuando en los hechos probados, se produce una incomprensión
por la falta de inteligencia de las frases utilizadas, o por la omisión de datos
fundamentales para la construcción mantenida, lo cual provoque una laguna o vacío en
la descripción de los hechos; 4º la declaración fáctica ha de ser terminante, es decir, han
de utilizarse términos apodícticos, evitando la utilización de términos dubitativos o
ambiguos - SS.T.S. de 19 de enero y 3 de febrero de 1.998-.
El motivo parece ser consecuencia necesaria del articulado como segundo, por lo
que la desestimación de aquél conduce a que éste corra igual suerte.
El motivo se corresponde con los numerados como sexto y séptimo del anterior
recurrente y desestimado en el fundamento de derecho sexto de esta resolución, por lo
que nos remitimos a lo allí dicho para acordar su desestimación.
Recurso de Federico.
604
Forzoso será reconoce que ello, por sí solo, integra prueba de cargo, directa y
legalmente obtenida y con virtualidad suficiente para enervar la vigencia del principio
constitucional alegado, pudiendo el Tribunal de instancia, en virtud de sus facultades de
apreciación de la prueba, otorgar mayor credibilidad a las iniciales declaraciones sobre
las posteriores, en virtud de los principios de inmediación, y contradicción de los que
carece esta Sala, y por tanto, no puede ser censurada en casación tal valoración
probatoria.
FALLO:
605
36-SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO DE 30 DE NOVIEMBRE
DE 2001
ANTECEDENTES DE HECHO:
607
partes, se preparó recurso de casación por Quebrantamiento de Forma e Infracción de
Ley, por las representaciones de los acusados Luis Carlos y Benjamín , que se tuvieron
por anunciados remitiéndose a esta Sala Segunda del Tribunal Supremo, las
certificaciones necesarias para su sustanciación y resolución formándose el
correspondiente rollo y formalizándose los recursos.
4.- I.- El recurso interpuesto por la representación del acusado Luis Carlos, se
basa en los siguientes motivos de casación: INFRACCION DE LEY.-
QUEBRANTAMIENTO DE FORMA.-
608
MOTIVO PRIMERO.- Por vulneración del art. 24, apartado 1º y 2º de la
Constitución Española, conforme autoriza el art. 5.4 de la LOPJ, en lo concerniente al
derecho del recurrente a la presunción de inocencia, a la tutela judicial efectiva, que
exige un conocimiento de la acusación concreta que es objeto (principio acusatorio).-
MOTIVO TERCERO.- Infracción de Ley, al amparo del núm. 1º del art. 849,
por haberse infringido preceptos penales de carácter sustantivo y normas jurídicas del
mismo carácter que debe de ser observadas en aplicación de la Ley Penal, y ello por
aplicación indebida del art. 257.1º.1 del Código Penal.-
609
todos y cada uno de los temas que fueron objeto de defensa, o lo que es lo mismo,
incongruencia omisiva.
5.- Instruido el Ministerio Fiscal y las partes de los recursos interpuestos, la Sala
admitió los mismos quedando conclusos los autos para señalamiento de Fallo, cuando
por turno correspondiera.
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
RECURSO DE Benjamín.
Hemos de empezar por decir que en el desarrollo del motivo nada se especifica
sobre la aplicación de ese principio al caso concreto, limitándose el recurrente a citar
entrecomillados una serie de sentencias del Tribunal Constitucional y del Tribunal
Supremo de carácter puramente genéricas, de doctrina general, pero sin exponer ni un
solo argumento que pueda fundamentar su pretensión en el supuesto enjuiciado. El
motivo carece, por tanto, de contenido y debió ser inadmitido "a límine" en fase de
610
instrucción del recurso por falta de fundamento, con arreglo a lo establecido en el
artículo 885.1º de la Ley de Enjuiciamiento Criminal.
No obstante ello se puede añadir que de lo actuado, tanto en fase sumarial como
de plenario, se deduce la existencia de una serie de pruebas inculpatorias que hacen
decaer ese principio presuntivo y que, muy brevemente, podemos resumir Así: a) El
juicio ejecutivo nº 137- 95, promovido ante el Juzgado de Primera Instancia nº 1 de
Murcia contra el ahora recurrente y otras personas en reclamación de 3.203.875 pesetas
de capital y otra cantidad para costas. b) Como consecuencia de tal juicio se practicó,
entre otras diligencias, la de embargo de los bienes de los demandados, entre ellos las
rentas de dos fincas propiedad de éstos. c) Por parte de la entidad arrendataria, de la que
era representante el otro acusado, Luis Carlos, se libraron a favor de la arrendadora un
total de sesenta pagarés, por importe cada uno de 287.500 pts., como pago anticipado de
las rentas embargadas y que de ese modo quedaron fuera del embargo efectuado. d) La
amplia prueba documental obrante en autos, a la que nos remitimos, demostrativa, entre
otras circunstancias, del acuerdo previo existente entre ambas personas.
Esa prueba fue valorada con todo rigor, coherencia y lógica por la Sala de
instancia, con arreglo a la competencia que le otorga el artículo 741 de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal, que trae causa de un principio tan importante como es el de
inmediación.
Se desestima el motivo.
Con carácter previo hemos de indicar que el recurrente parte de una base falsa
para defender su pretensión cuando dice textualmente que "se ha pasado de acusar por
un delito del artículo 435.3º, en relación con el 430.1 del Código Penal de 1.995, a
condenar por el tipificado en el artículo 257 del mismo texto legal".
611
Decimos que ello no es cierto en cuanto que no se pasó de una acusación
concreta a una calificación jurídica diferente, sino que existió previamente una
acusación concorde con la posterior calificación contenida en la sentencia, pués no otra
cosa significa que el Ministerio Fiscal, en trámite procesal oportuno, acusara del delito
que después aceptó la Sala, y aunque ello lo hiciera con carácter alternativo, por lo que
no puede hablarse de modo alguno de que se haya conculcado el principio acusatorio.
Por idéntica razón no cabe discutir si los dos delitos objeto de acusación alternativa, el
de malversación impropia y el de insolvencia punible (antes alzamiento de bienes)
tienen o no la naturaleza de delitos homogéneos.
Se rechaza el motivo.
612
TERCERO.- Al amparo del artículo 849.1º de la Ley de Enjuiciamiento
Criminal se considera indebidamente aplicado el artículo 257.1º del Código Penal que
tipifica el delito de insolvencia punible a través del alzamiento de bienes.
Se rechaza el motivo.
Muchos de los documentos que se citan como sostén de ese pretendido error no
tienen la naturaleza de tales, según exige la norma, bien por tratarse de una prueba
testifical, bien por constituir simples "actos documentados" en el proceso. El resto son
documentos que precisamente fueron tenidos en cuenta por la Sala de instancia y en
ellos se basó para hacer la calificación jurídica que ahora se rebate, como pueden ser el
contrato de arrendamiento del que surgió la obligación de pagar las rentas objeto de la
defraudación, el juicio ejecutivo que trajo como consecuencia la sentencia de remate, el
613
requerimiento de pago y el embargo de aquéllas, los pagarés que contienen el pago
anticipado de tales rentas con la finalidad espuria de ocultarlas al acreedor, etc.
Por tanto, el recurrente, a través de este motivo, lo único que hace es interpretar
tales documentos de forma distinta a como lo hizo el Tribunal "a quo", pero aquélla
interpretación, amén de ser parcial en su exclusivo interés, carece de la lógica y la
autenticidad que presenta la hecha por el Tribunal.
Se desestima el motivo.
Se citan estas tres frases como fundamento de esa pretensión: "Ante el hecho del
embargo, los acusados se concertaron para hacer ineficaz la traba"; "... el acusado
Benjamín continuó percibiendo las rentas de Alyser S.C.L., apropiándoselas en su
beneficio, pese a conocer la existencia del embargo"; y “....lo que cabe inferir que dicho
convenio, extraño a los usos mercantiles, tuvo por finalidad....".
Pues bien, de esas frases que el recurrente pone de relieve como base del defecto
formal, no puede apreciarse ni una sola palabra o vocablo que sirva por sí misma para
predeterminar el posterior fallo, todas son perfectamente inteligibles para el hombre
medio, aunque sea lego en Derecho, y constituyen sin más parte del texto de la premisa
mayor que toda sentencia judicial supone.
A ello podemos añadir con carácter general, que es ilógico casar una sentencia,
con devolución de los autos al Tribunal que la dictó para que sustituya una palabra (en
este caso p.e. "embargo") por otra distinta y de carácter más vulgar, pues ello, aparte de
perjudicar a las partes que así lo proponen, sería tanto como provocar la situación
indeseada y anticonstitucional de las "dilaciones indebidas".
Se rechaza el motivo.
El motivo debió ser inadmitido "a límine" en fase de instrucción por total falta
de fundamento, con arreglo a lo ordenado en el artículo 885.1º de la mentada Ley.
Se desestima el motivo.
Se desestima el motivo.
Se rechaza el motivo.
Se desestima el motivo.
616
En realidad no se señalan puntos oscuros e imprecisos en los que pudieran
descansar estos defectos formales, más bien, en su breve desarrollo, se pretende añadir o
completar el "factum" con nuevos hechos.
La verdad es, sin embargo, que de una lectura detenida de la narración fáctica, lo
único que cabe concluir es su total claridad expositiva y en su adecuada concisión,
resultando que el motivo carece del mínimo fundamento impugnatorio que pudo
producir su inadmisión "a límine", según lo establecido en el artículo 885.1º de la Ley
Rituaria.
FALLO:
ANTECEDENTES DE HECHO:
Queda perfectamente acreditado que el acusado vendió tres vehículos de que era
titular la entidad Alquiler de Maquinaria, de la que era único accionista, a sus hijas, sin
contraprestación alguna, como igualmente ha quedado acreditado las cuantiosas deudas
que tenía pendientes.
El artículo del Código Penal que se dice infringido tipifica las insolvencias
punibles y en su número segundo se refiere a unas específicas insolvencias asimiladas al
alzamiento de bienes y en concreto se castiga a quien con el fin de perjudicar a sus
acreedores realice cualquier acto de disposición patrimonial o generador de obligaciones
que dilate, dificulte o impida la eficacia de un embargo o de un procedimiento ejecutivo
o de apremio judicial, extrajudicial o administrativo, iniciado o de previsible iniciación.
No debe olvidarse que tanto en esta modalidad delictiva como en las otras
previstas en el mismo artículo del Código Penal, la insolvencia constituye el elemento
nuclear y común, de modo que se requiere, en todo caso, que el deudor se encuentre en
una situación de desequilibrio patrimonial entre los valores realizables y las
prestaciones exigibles, de modo que el acreedor no encuentre en el patrimonio del
deudor medios económicos con los que pueda satisfacer sus crédito.
621
Y tampoco debe olvidarse que no es la mera situación de insolvencia lo que se
persigue con estos delitos, ya que ello supondría reinstaurar una proscrita prisión por
deudas, sino aquella conducta dolosa que provoca o agrava la situación de insolvencia
del deudor en perjuicio de sus acreedores.
En los hechos que se declaran probados, que deben ser respetados, consta, sin
duda, que el acusado dificulta con la venta simulada de los vehículos las expectativas de
los acreedores de cobrar las importantes sumas que debe el recurrente, como tampoco
cabe duda que el acusado, consciente y voluntariamente provoca esa disminución
patrimonial aparentando una venta a sus hijas de bienes que pretende sustraer del pago
de sus deudas.
Han concurrido, pues, los elementos objetivos y subjetivos que caracterizan esta
figura delictiva correctamente apreciada por el Tribunal sentenciador.
Se dice que la contradicción existe cuando por un lado se expresa que llevó a la
gestoría la documentación para transferir los vehículos y por otro que existen dudas de
si previamente a la entrega de la documentación Ildefonso llamó a la gestoría para
advertir de esa transferencia.
Tiene declarado esta Sala que la manifiesta contradicción ha de ser tal que
desemboque necesariamente en conclusiones insostenibles y que los extremos fácticos
que se señalen se encuentren enfrentados en oposición o antítesis manifiesta y que
afecte a hechos o circunstancias esenciales que influyan causalmente en el fallo. Y eso
no sucede en el hecho que examinamos. Queda bien patente que fue el recurrente quien
llevó la documentación a la gestoría para realizar la transferencia de los vehículos a
favor de sus hijas, y ello es así haya o no llamado Ildefonso a la gestoría para prevenir
de la maniobra.
622
No se dice en que consiste la predeterminación del fallo que se denuncia ni
especifica cuáles son los conceptos que en la relación fáctica pueden predeterminar el
fallo, omisión que determina, por sí sólo, la presencia de la causa de inadmisión 4ª del
artículo 884 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal; y de la lectura de la totalidad de la
narración fáctica puede comprobarse que las palabras o locuciones empleadas son
perfectamente entendibles por cualquier persona sin que estén presentes expresiones
técnicas que definan o den nombre a la esencia del tipo aplicado.
FALLO:
ANTECEDENTES DE HECHO:
Andrea, mayor de edad, con DNI NUM000 y sin antecedentes penales y Jesús
Manuel, mayor de edad, con DNI NUM001 y con antecedentes penales no computables
por ser posteriores a los hechos, y Armando, en el año 2002 constituyeron la mercantil
DALMO CONSTRUCCIONES, S.L., cuyo objeto social era la compraventa y
urbanización de terrenos, saneamiento y embellecimiento de los mismos, construcción,
promoción y venta de villas, piscinas, depósitos, casas adosadas etc., siendo la acusada
Andrea la socia mayoritaria y su administradora única. El acusado Jesús Manuel se
encargaba, además, de la contabilidad de la mercantil y de asesorar a la acusada Andrea
en los temas fiscales y laborales.
626
abreviado, el día 15 de febrero de 2012, excepto la incorporación del expediente de
justicia gratuita de Gregoria».
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
Ambos acusados fueron absueltos del delito de estafa agravada que se les
imputaba, con declaración de costas de oficio respecto a dicho ilícito.
Los acreedores Fontanerías Rodríguez e Hijo, S.L.; Ximo Mora, S.L.; Begarcón,
S.L; y Fermina se quedaron sin cobrar las sumas que les adeudaba la entidad de los
acusados por prestaciones realizadas en los últimos meses, en las cuantías que se
especifican en la sentencia recurrida y que constan como indemnización en el fallo de la
sentencia.
630
la prueba basado en documentos que obran en los autos que demuestran la equivocación
del juzgador, sin resultar contradichos por otros elementos probatorios.
2. Como es sabido, esta Sala viene exigiendo para que prospere ese motivo de
casación (art. 849.2º LECr.), centrado en el error de hecho, que se funde en una
verdadera prueba documental y no de otra clase, como las pruebas personales, por más
que estén documentadas. Y, además, también se requiere que el documento evidencie el
error de algún dato o elemento fáctico o material de la sentencia de instancia, evidencia
que ha de basarse en el propio y literosuficiente o autosuficiente poder demostrativo
directo del documento, es decir, sin precisar de la adición de ninguna otra prueba ni
tener que recurrir a conjeturas o complejas argumentaciones. A lo que ha de sumarse
que no se halle en contradicción con lo acreditado por otras pruebas y que los datos que
proporciona el documento tengan relevancia para la causa por su capacidad
modificativa de alguno de los pronunciamientos del fallo de la sentencia recurrida
(SSTS de 1653/2002, de 14-10; 892/2008, de 26-12; 89/2009, de 5-2; 109/2011, de 22-
9; 207/2012, de 12-3; 474/2016, de 2-6; y 883/2016, de 23-11, entre otras).
631
Sabadell no aportó la documentación que la parte recurrente solicitaba, por lo que no se
habría podido averiguar si se ingresó realmente en la cuenta bancaria de la entidad de
los acusados, Dalmo Construcciones, S.L., ni tampoco si fue a parar a las cuentas de la
ahora impugnante. Sin embargo, tal como señala el Ministerio Fiscal en sus alegaciones
al recurso, en el folio 1721 del tomo X de la causa obra certificación emitida por Bankia
en la que se comunica que dicho pagaré aparece compensado por Cámara, por lo que se
ingresó en otra entidad, sin que conste que ingresara en alguna de las cuentas de Dalmo
Construcciones, ni tampoco que su importe fuera destinado al pago de las deudas de esa
sociedad.
Y con respecto a los otros dos pagarés (por las sumas de 108.660,94 € y
150.370,11 €) alega que consta documentado que fueron ingresados en las cuentas de la
entidad Dalmo Construcciones. Sin embargo, lo cierto es que después en ambos casos el
dinero fue extraído mediante cheques contra esas cuentas, de las que disponían ambos
acusados, y fueron a parar al patrimonio de los imputados.
Frente a los datos bancarios que evidencian la salida del dinero de la cuenta de
Dalmo Construcciones y su ingreso en cuentas de los acusados, contraargumenta la
defensa de la acusada tanto con pruebas testificales personales como con el estado de
sus propias cuentas particulares, aduciendo que con ese dinero se abonaron cargos
pendientes de la sociedad de los acusados.
633
Pues bien, en contra de lo que aduce la defensa, y tal como se comprobará a
continuación, las acusaciones aportaron prueba de cargo suficiente para enervar la
presunción constitucional.
634
Y también se queja de que no se haya valorado como prueba de descargo su
agenda personal con la excusa de que se aportó tarde a la causa, circunstancia que no
admite la acusada.
635
la cuenta de Dalmo Construcciones en esa entidad, respondió tras años de espera que no
podían localizar la documentación referida dado el tiempo transcurrido. Por lo cual, la
parte responsabiliza al Banco de no poder acreditar sus tesis exculpatorias. Sin embargo,
lo cierto es que la acusada era cliente del Banco y administradora única de la empresa
deudora. Y desde luego lo lógico es que el Banco le remita los extractos de sus cuentas
y en caso de que los extravíe siempre habría podido solicitar que se los reprodujeran. De
tal forma que ella como titular de la empresa tendría que tener a su disposición toda la
documentación bancaria.
Sin embargo, esos datos más que cuestionar la tesis incriminatoria acogida en la
sentencia lo que hacen es confirmarla. Pues, una vez que se acredita que el dinero pasa
de las cuentas de la sociedad a las particulares de la acusada, ya sea directamente o a
través de alguna cuenta del coacusado Jesús Manuel, queda confirmada la versión
637
acusatoria que ha acogido la sentencia recurrida. Sin que la agenda manual con la que
ha pretendido justificar esos pagos la parte recurrente haya convencido en modo alguno
al Tribunal de instancia, según se consigna en la sentencia, dada la naturaleza y la
procedencia del contenido de la referida agenda.
El hecho de que la recurrente haya admitido -los datos bancarios son, además,
inequívocos y concluyentes en ese punto- que transfería con cierta habitualidad ingresos
de la cuenta de la sociedad a sus cuentas particulares, argumentando que ello lo hacía
porque ella también anticipaba particularmente pagos de deudas de la entidad, acredita
fehacientemente que había establecido un sistema de contabilidad que permitía quedarse
con el dinero de la entidad en perjuicio de los acreedores sin que éstos tuvieran forma
alguna de constatarlo ni de conocer los ingresos reales de la sociedad.
En segundo lugar, también hay que destacar la fecha en que se vendió. Pues toda
la operación referente al destino del último pagaré ingresado por la suma de 150.000
euros se realizó en la primera quincena de noviembre de 2003; es decir, unos días antes
de la venta de la sociedad, ya que se formalizó el 21 de noviembre siguiente.
Por último, ninguno de los acreedores querellantes cobró dinero alguno a partir
de la fecha de la venta. Sin embargo, sí reintegró la acusada el importe del último
pagaré en su cuenta particular del Banco de Sabadell el día siguiente a la venta; esto es,
el 22 de noviembre de 2003.
Por consiguiente, las inferencias que hizo la Audiencia sobre las connotaciones
fraudulentas de la conducta de la acusada se ajustan a las máximas de la experiencia y a
la lógica de lo razonable. De modo que no cabe cuestionar que haya quedado enervado
el derecho fundamental a la presunción de inocencia de la recurrente, al concurrir
prueba de cargo suficiente para considerar acreditado el "factum" de la sentencia
recurrida.
Consta igualmente probado que, a los pocos días de recibir el grueso de lo que
se adeudaba a la entidad, vendió la empresa por un precio casi simbólico de 12.000
euros a un sujeto que ni siquiera la explotó, pues al poco tiempo se marchó a Chile,
concurriendo así también el requisito de despatrimonialización de la entidad en
perjuicio de los acreedores, que no pudieron por tanto cobrar lo que se les adeudaba.
Por último, es claro que también se constata el elemento subjetivo del tipo penal;
esto es, el elemento tendencial o el ánimo específico en el agente de defraudar las
legítimas expectativas de los acreedores de cobrar sus créditos. Pues, tal como ya se dijo
en su momento, las fechas y el modo en que vendió la empresa, y el estado en que ésta
quedó, sin posibilidades de que los acreedores cobraran el dinero que les debía la
sociedad de la acusada, evidencia que ésta ocultó el dinero cobrado y vendió después la
empresa a sabiendas de que con ello perjudicaba a los acreedores, al quedar éstos sin
ninguna expectativa de cobro.
Así pues, al darse todos los elementos del tipo penal, el motivo no puede
atenderse.
Considera la defensa que existe infracción del art. 851.1° y 3° de la LECrim por
cuanto en la sentencia se consignan como hechos probados conceptos jurídicos que
denotan la intencionalidad de los acusados de desviar los importes de Dalmo
Construcciones S.L. en beneficio propio y en perjuicio de los acreedores, sin entrar a
resolver algunos aspectos puntuales planteados por la parte, y omitiendo cualquier
pronunciamiento sobre los hechos relativos a cuál era el funcionamiento de las cuentas
641
corrientes de Andrea y de Dalmo Construcciones con referencia a los pagos realizados
por la acusada a proveedores de la entidad.
642
152/2006, de 1-2; y 755/2008, de 26-11). Por ello, en un cierto sentido los hechos
probados tienen que predeterminar el fallo, pues el "factum" en cuanto integra la base
de la calificación jurídica de los hechos enjuiciados es lógico que la predetermine, salvo
manifiesta incongruencia, de ahí que deba relativizarse la vigencia de este vicio formal
(SSTS 429/2003 de 21-3; 249/204, de 26-2; 280/2004, de 8-3; 409/2004, de 24-3;
893/2005, de 6-7; y 755/2008, de 26-11).
Además, también afirma este Tribunal que dentro del espacio de los hechos
probados deben integrarse tanto los hechos externos atribuibles a la actuación de sus
protagonistas como la intención que animara a los mismos, es decir, el conocimiento y
voluntad que concurrieron en sus autores; esta conciencia y voluntad son hechos
psíquicos, pero esta naturaleza subjetiva o psíquica no les priva de su condición de
hechos que deben estar incluidos en el "factum". Por lo tanto, las expresiones tales
como "....intención de acabar con la vida....", "....ánimo de lucro....", u otras semejantes,
deben estar situadas en los propios hechos probados como se ha dicho con reiteración
por la Sala (SSTS 1245/2006, de 17- 11; 547/2006, de 18-5; 528/2007, de 28-5;
253/2007 de 26-3; 755/2008, de 26-11; 89/2009, de 5-2; y 436/2011, de 13-5).
Pues bien, ninguna de las frases y locuciones que se citan en el recurso, y que
hemos transcrito supra, tienen un carácter técnico-jurídico ni son propias o exclusivas
del ámbito discursivo ni del léxico de los profesionales del derecho, sino que se trata de
expresiones asequibles al ciudadano común utilizadas y compartidas en el uso coloquial
del lenguaje. Y si bien es cierto que contribuyen a condicionar la fundamentación
jurídica y a determinar el fallo de la sentencia, ello no debe considerarse como un vicio
procesal sino más bien como todo lo contrario, dado que no cabría condenar a un sujeto
si los hechos naturales que se describen en la premisa fáctica de la sentencia no
resultaran subsumibles en un precepto penal.
644
acusada, entremezclando continuamente el patrimonio social con el suyo personal, con
transferencias claramente ilícitas de unas cuentas a otras y con una confusión de
patrimonios que cierra herméticamente las posibilidades de control de la sociedad ante
la reclamación de cualquier acreedor de buena fe.
Y lo mismo debe decirse, tal como se reiteró en su momento, sobre los claros
indicios fraudulentos confluyentes sobre la operación de venta de la sociedad: tanto por
el precio de venta que consta en el contrato, como por las fechas en que se realizó,
como, en fin, por el comprador que se buscó, dejando así un horizonte con unas
perspectivas de cobro nefastas para los acreedores.
FALLO:
Por todo lo expuesto, en nombre del Rey y por la autoridad que le confiere la
Constitución, esta sala ha decidido
645
de julio de 2016, dictada en la causa seguida por delito de insolvencia punible y de
estafa, en la que fueron condenados la recurrente como autora y Jesús Manuel como
cooperador necesario de un delito de insolvencia punible, con la circunstancia atenuante
muy cualificada de dilaciones indebidas. Se imponen a la recurrente las costas de esta
instancia. Comuníquese esta sentencia a la Audiencia Provincial de instancia con
devolución de la causa, interesando el acuse de recibo de todo ello para su archivo en el
rollo.
Notifíquese esta resolución a las partes haciéndoles saber que contra la misma
no cabe recurso e insértese en la colección legislativa.
VI. BIBLIOGRAFIA
- ANTÓN ONECA J., “Historia del Código penal de 1822”, Anuario de derecho
penal y ciencias penales, Tomo 18, Fasc/Mes 2, 1965, páginas. 263-278.
- BARÓN DUQUE M., MUNDUATE JACA L., BLANCO BAREA M.J., “La
espiral del Mobbing”. Papeles del Psicólogo, 2003. N. º 84, páginas. 55-61.
646
- CARRETERO DOMÍNGUEZ NOELIA. Tesis Doctoral “Validación empírica
de un modelo psicosocial del acoso psicológico en el trabajo (Mobbing)”. Departament
de psicología social. Facultat de Psicología. Universitat de Valencia. Servei de
Publicacions. 2011.
647
- KAHALE CARRILLO DJAMIL TONY. “Diferencias entre acoso laboral y las
tensiones ordinarias en el entorno de trabajo.”. www.acosolaboral.org.uy. 22, 33 horas.
15/11/2013.
648
- MAYORAL BLASCO SUSANA Y ESPLUGA TRENC JOSEP. “Mobbing:
¿un problema de perfiles psicológicos o un problema de organización del trabajo? Dos
estudios de caso”. Cuadernos de Relaciones Laborales. Vol. 28, Núm. 2 (2010),
Páginas. 233-255.
650
- PIÑUEL Y ZABALA, IÑAKI. Mobbing: cómo sobrevivir al acoso psicológico
en el trabajo. Ed. Sal Terrae. Santander, 2001
651
(Universidad de Gerona), en recuerdo del Profesor Juan Bustos Ramírez. Editorial
Trotta, abril de 2010.
652