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Ce 2 Paidés Basica Ultimos titulos publicados: 1. LR Popper - Cnenrsyrefuaina Bt sara dl oacnin end Elica? ena . Se paisa hon i login xiractural D. Kats? Let maodes de nvesigacin en las eencias scales lorena "La naturalsa del conocss Phar PyEpe ce sss e & grr e J Goodlield ~ El desaubrimiento del siempo ENE ER SCH ROR SOZErpemmemEnS Bourdiew = La ontologia poltin de Martin Heidegger Ra sia soldantad Cruz ria Bla To Wi 10*) | Claude Lévi-Strauss Antropologia estructural ae ee bolog : Prot) De la ceve - 11 89d “9gsr/v/ez “som oping wopuoy ue ‘Ko|LON TOMY me eussipal un “e Bet TAIT Tea “ew aepfojodouyyuy wwouowy “agieeg ,oopoo,,* ‘woumeD “aM wee StU 98 ‘Gp “IHW ‘ch ove ‘soUapopY sduey 527 UO OM Tepes pep & soypasap 2p ovafns E IS S0}S2 op EAIsIO ‘ap ugiss9auy"e] ap swuauijeuy £ odna8 [ap efouaayutiod e| 10d sopeuol> -20do1d ejouarayar ap sei iat SO] 9p Teor £ ovgns oywapur eayer [ap ‘wusurtsodyo onb rox) osuayur jap epeutquios ug!98 e © apao OpeZIyDy [q “SOAIA so] ep opunuT Jap o}Le10g ELEM OFS xed ‘sepemfuoo aquaureaonu sesoliodull sezionJ seulsim seso ienuoous ‘oust Js ep elousIou0D equuOr sefeno se] op 38 & sauo}suny se] Sepo; ap opmyoxs & sapeIs0s huey soze] sns sopor ap orau1zd operedas ayuampemag “seiquios se 9p oulez [2 upsfonpuod eI anb sopesses sours So] 1ouoY ns uD weg ‘ajao 9s ‘sured eno sod ‘oyuoad watg “ajqzionjaut ounsap ns exepisu09 ‘anb of © sedvase wf apuatazd ou and ‘eumosa epeypipsap eI e 2ysoNUL ‘bj axoiSns.feIo0s odzano Ia ‘seionpuad sms SEpor UD A UpISeD0 EpED ua souroque [2 opor ered o8t[ad ap syuony eun ap upLquIE oms oyanUF uM ap ef [gs ou aseyen a J00 Jp 214e BoNpUOD as ‘OUI efor as :serjaz 9s peprunusod vf “oiuswou aso 2p 4 uairedmos soBture £ saywetred ‘opewapuos exiuanaua as anb ap ‘odnad souajos spur se] 10d ‘oprp (qo 425 ap ayde!osuoo ‘onpratpur un ,:sauorHax sts0s ‘suinu ue sopendinsare ‘o1B9[1110s 0 ugisein{uod 10d, a}sanut ap Soseo soy ueseq as anb so] azqos soo18 od souisqunaaut so] uos Soqen> sjuaurerey> sym apuarduios os ‘uouueD 9p sofeqen so] op spndsoq. 1 VIOVW NS A O8SOIHOSH TE 6 ornaydea, 196 MAGIA Y RELIGION {Cémo se expresan estos icomplejos fenémenos en el plano fisiols- gico? Cannon ha mostrado que el miedo, como la rabia, se acompafia del 1a nervioso simpa- entrafia modificaciones or- jones de adaptarse a una ‘duo no dispone de ninguna respuesta .cién extraordinaria, o que él se repre- la actividad del simpédtico se amplifica y desorganiza y puede, a veces en pocas horas, determinar una disminucién del vo- jumen sanguineo y una correspondiente cafda de tensién, que da por resultado dafios irreparables en los érganos de la circulacién. El re- capilares, Estas hipétesis han sido confirmadas por el estudio de va- ios de estos traumatismos consecutivos a bombardeos, encuentros en el campo de batalla ¢ inclusive a operaciones quirirgicas: se produce la muerte sin que la autopsia pueda descubrir lesién alguna, No hay razones, pues, para dudar de la eficiencia de ciertas prfc- tieas mégicas, Pero al mismo tiempo se observa que la eficacia de la magia implica Ia creencia en la magia, y que ésta se presenta en tres aspectos complementarios: en primer lugar, la creencia del hechicero ia de sus técnicas; luego, la del enfermo que aquél cuida ima que persigue, en el poder del hechicero mismo; final- fianza y las exigencias de la opinién colectiva, que forman cada instante una especie de campo de gravitacién en cuyo seno se definen y se sittian las relaciones entre el brujo y aquellos que él he- chiza Ninguna de las tres partes en juego esté evidentemente en con- diciones de alcanzar una representacién clara de Ia actividad del sim- 0 ni de los trastornos que Cannon ha lamado homeostaticos. iando el hechicero pretende extraer por st | cuerpo de su enfermo, un objeto patolégica cuya presenci icaria el estado mérbido, y presenta un guijarro que habia disimulado en su boca, zcémo se justifica este procedimiento ante sus ojos? ;Cémo logra dis- culparse un inocente acusado de brujerfa si la imputacién es undnime, puesto que la situacién magica es un fenémeno de consenso? En fin, gcual es Ia parte de credulidad y cual la de critica en'la actitud del Brupo, respecto de aquellos en ios que reconoce poderes excepciona- los que otorga privilegios correspondientes, pero de los cuales jismo satisfaccionés adecuadas? Comencemos por examinar imo punto. BL HECHICERO Y su MAGIA 197 Era en el mes de setiembre de 1938, Hacfa algunas semanas que acampabamos con una pequefia banda de indios nambikwara no lejos de las fuentes del Tapajoz, en esas sabanas desoladas del Brasil central donde durante la mayor parte del afio los indigenas vagan en busca 10 y frutos salvajes, de pequetios mamiferos, de insectos y de ‘que puede ayudarles ano morir intena, al azar de la vida némada, agrupados por familias bajo los frdgiles abrigos de ramas, que aportan una proteccién irrisoria contra el sol aplastante del dia, el frio nocturno, la Iuvia y el viento. Como la mayoria de las bandas, tenia ésta un jefe civil y un hechicero cuya actividad cotidiana en nada se distinguia de la de los demas hombres del grupo: caza, pesca, traba- Jos artesanales, Era un hombre robusto, de unos cuarenta y cinco aiios, muy alegre, ‘Una noche, sin embargo, no regresé al campamento a la hora ha- Cayé la oscuridad pamento que ora se alejaban o se acercaban a los nuestros. Ahora bien, toda banda desconocida es de espera, la conviccién de que emboscada se genet hijo fencialmente hostil. Tras dos horas ompafiero habia sucumbido en una mientras sus dos jévenes mujeres y su yraban ruidoss Ta muerte del esposo y padre, los otros aS evocaban las consecuencias trégicas que sin duda anunciaba la desaparicién de su dignatario. ‘Alrededor de las diez de la noche, esta espera ansiosa de una ca- tastrofe inminente, los gemidos a los que comenzaban a sumarse otras masculina, habfan conseguido crear un am- en reconocimiento con algunos iva calma, No habfamos hecho ‘on una forma inmévil: era doscientos metros cuando tropezamo: nuestro hombre que, acurrucado y en silencio, tiritaba en el frio noc: turno, desgrefiado y privado (los rambikwara no'llevan otra vestimen- ta) de su cinturén, Se dejé conducir sin dificul- tad al campamento, pero fueron necesarias largas exhortaciones de todos y las stplicas de los suyos para que abandonara su mutismo, Por fin se le pudieron arrancar, pedazo a pedazo, los detalles historia. Una tormenta —I i por la tarde, y el trueno tancia, hasta un Tugar que él indicé, y Iuego lo habia traido nuevamen- te al lugar donde Jo habfamos encontrado, tras haberlo despojado com-

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