“ FRANCISCO MORAZAN”
MODALIDAD: CUED.
SECCION: A
REGISTRO: 409199400213
Vivir. Probablemente usted piensa lo maravilloso que sería a la hora de estudiar un examen,
ya que no sería necesario leer el libro de texto más que una sola vez para poder repetir una
serie de datos sin significado para usted.
En un momento dado, nuestra interpretación del entorno (la percepción) suele ser por una
parte menor y por otra parte mayor que la información que realmente recibimos del entorno
(sensación).La percepción es menor que la sensación debido a que las personas no pueden
interpretar la totalidad de la información que bombardea sus receptores sensoriales en cada
momento. En efecto, mientras usted está mirando este libro, las ondas luminosas están
rebotando en la página y alcanzándolas células sensibles a la luz que componen la retina de
sus ojos. A la vez, probablemente, también estén captando ondas luminosas procedentes de
la mesa en la que está trabajando, de la alfombra del suelo o de los cuadros de la pared.
También sus oídos, probablemente, estén recibiendo numerosas ondas sonoras, quizá
procedentes de una radio, de una conversación cercana, del aparato de aire acondicionado o
el tráfico de la calle. Puede ser que algún aroma llegue a través de la ventana, o que en sus
labios persista cierto sabor de algo que acaba de comer. Desde luego, para usted no es
necesario ni tampoco posible interpretar la totalidad de estas sensaciones, de manera que
lloque hará será atender algunas e ignorar el resto. Incluso aunque el ojo humano
funcionase durante el 100% del tiempo, también entonces, proporcionaría una imagen
incompleta del entorno, y todavía tendríamos que rellenar mentalmente los fragmentos de
información que no llegamos a sentir. Imagínese que entra en una librería y ve al vendedor
tras el mostrador. Sólo está sintiendo imágenes de su cabeza y su torso, aunque sin embargo
lo que percibe es una persona completa. Usted parte de la base de que el vendedor también
tiene dos piernas, y de hecho le sorprendería enormemente encontrar cualquier otra cosa en
su lugar.
Resulta curioso que una vez que se ha construido el significado para lo que se está viendo u
oyendo, ese significado aparece entonces de manera obvia. Es más, en ocasiones sucesivas
se tiende
a percibir el mismo patrón de información sensorial de una misma manera; es como si una
determinada
construcción de información sensorial se quedase adherida. Por ejemplo, si usted cerrase
ahora este libro y no volviese a abrirlo hasta dentro de una semana, cuando lo hiciera sería
capaz
de ver los tres rostros de la figura 10.1 de manera casi inmediata, aunque cuando lo ha
intentado hace
unos instantes le haya costado mucho más trabajo.
Cada persona puede construir una interpretación diferente de un acontecimiento
determinado.
Un ejemplo puede ser la interpretación poco convencional del verso de Joan Manuel Serrat.
Otro
ejemplo puede ser el que aparece en la figura 10.2. Describa para sí mismo lo que ve en esa
figura.
Observe la forma de la cabeza, el ojo, la nariz, la boca, la línea de la mandíbula. ¿Pero qué
es lo
que está viendo? ¿La imagen de un hombre? O quizá, la imagen de un ratón o una rata.
Capítulo 10 _ Memoria a largo plazo I: almacenamiento 247
1. Las propias palabras habían cambiado. Así pues, el recuerdo no se basaba en las
palabras.
El procedimiento resulta muy sencillo. En primer lugar, hay que poner las cosas en grupos
diferentes. Por supuesto, puede que haya suficiente con un montón, según cuantos
elementos tengamos. Es importante no excederse. Esto es, es mejor hacer bien unas cuantas
cosas que hacer demasiadas, pero mal. A corto plazo puede que esto no parezca importante,
pero enseguida aparecerían complicaciones. Un error puede costar muy caro. Al principio,
el procedimiento parecerá complicado. Sin embargo, enseguida pasará a formar parte de
nuestra vida. Resulta difícil predecir la utilidad de esta tarea para un futuro inmediato, pero
nunca podemos saberlo con certeza. Una vez que terminemos el procedimiento, es
necesario colocar el material de nuevo en grupos diferentes. Entonces pueden colocarse en
su lugar apropiado. Eventualmente se utilizará una vez más y habrá que repetir el ciclo
completo. Sin embargo, esto forma parte de la vida. Algún significado. Por ejemplo, en un
estudio de Bower, Karlin y Dueck (1975), se pidió a un grupo de estudiantes que
recordaran dibujos lineales sin significado; la figura de 10.3 muestra algunos ejemplos de
estos dibujos. Los alumnos a los que se les proporcionaron etiquetas significativas para los
mismos, como por ejemplo «un enano tocando el trombón en una cabina telefónica» o «un
polluelo que ha capturado a un gusano demasiado fuerte», los recordaron con más facilidad
una semana, después que aquéllos a los que no se les proporcionó ningún tipo de etiqueta.