Received 1 February 2001; received in revised form 17 September 2001; accepted 21 October 2001
Abstract
Objetivo: Se describen dos investigaciones realizadas en Chile para validar un instrumento basado en
el Inventario Child Abuse Potential (CAP). A partir de las dificultades que surgieron en el proceso de
investigación, se discuten problemas de detección y conceptualización del maltrato infantil en un
contexto cultural especı́fico.
Método: Ambos estudios administraron un instrumento basado en el Child Abuse Potential Inventory
a una muestra extrema de 134 personas y a una muestra intensa de 280 personas. Se comparan ambos
estudios respecto de la consistencia interna del instrumento, análisis factorial y respecto del poder de
discriminación del instrumento.
Resultados: El instrumento presenta en ambos casos una buena consistencia interna (.98 y .95) y una
estructura factorial similar al instrumento original, pero presenta problemas en el segundo estudio
respecto de la clasificación correcta de los individuos. El instrumento parece apropiado para detectar
el comportamiento de individuos extremos, es decir, casos de maltrato fı́sico severo y casos de muy
buen trato. El área de indecisión en la clasificación es del 67%.
Conclusiones: Los resultados de ambas investigaciones resaltan la necesidad de conceptualizar y
operacionalizar el maltrato fı́sico infantil en un contexto cultural especı́fico. La distinción entre
maltratadores y no maltratadores es menos clara en los casos menos extremos. © 2002 Elsevier
Science Ltd. All rights reserved.
* Corresponding author.
0145-2134/02/$ – see front matter © 2002 Elsevier Science Ltd. All rights reserved.
PII: S 0 1 4 5 - 2 1 3 4 ( 0 2 ) 0 0 3 2 4 - 1
482 A.M. Haz, V. Ramı́rez / Child Abuse & Neglect 26 (2002) 481– 495
Introduction
Primer estudio
En el primer estudio el instrumento fue aplicado a una muestra de 134 personas, consti-
tuyéndose dos grupos, según un diseño de muestras extremas. El grupo de estudio estuvo
compuesto por 67 padres o madres identificados como maltratadores fı́sicos por un profe-
sional experto en el tema. El grupo de comparación estuvo compuesto por 67 madres y
padres no maltratadores. Para pertenecer a este grupo se requerı́a contar con la referencia del
profesor jefe del curso del establecimiento educacional o pre-escolar al cual asistı́a el niño,
que afirmara que el padre o madre en cuestión criaba a sus hijos sin la utilización de métodos
fı́sicamente violentos. Además de ello, el progenitor no podı́a presentar más de un factor de
riesgo de una lista de 10 factores de riesgo asociados al maltrato fı́sico infantil (embarazo no
deseado, niños prematuros o con bajo peso al nacer, niños con defectos congénitos, niños con
problemas médicos de alimentación o con problemas de desarrollo o aprendizaje, enfer-
medad relativamente grave del encuestado o de su pareja en el último año, adicción del
encuestado o de su pareja al alcohol y/o drogas, historia de abandono parental, abuso sexual
o maltrato fı́sico en la niñez, conflictos de la pareja, desempleo del jefe/a de hogar, abandono
de la pareja en el último año y madre adolescente). Los dos grupos fueron pareados en nivel
484 A.M. Haz, V. Ramı́rez / Child Abuse & Neglect 26 (2002) 481– 495
Tabla 1
Caracterı́sticas de las Submuestras del Estudio 1
Sexo participante Maltratador Control Sexo hijo Maltratador Control
Mujer 64 64 Mujer 21 22
Hombre 3 3 Hombre 46 45
Edad participante Edad hijo
17–19 1 0–2 5 8
20–24 7 6 3–5 28 19
25–29 15 24 6–8 14 19
30–34 21 12 9–11 12 12
35–39 14 13 12–14 4 6
40–44 3 7 15–17 4 3
45–49 4 4
50–54 2 1
Nivel educacional Status marital
participante participante
Sin educación 2 1 Casado 31 32
Básico 22 21 Unión libre 13 13
Medio 40 41 Separado o 13 12
viudo
Superior 3 4 Soltero 10 10
Nivel
socioeconómico
Medio-alto y medio 22 25
Medio-bajo 26 23
Bajo 19 19
Total 67 67 Total 67 67
2 (Sexo participante) ⫽ 0.00 (p ⫽ 1.00); 2 (Grupo de edad participante) ⫽ 8.07 (p ⫽ 0.33); 2 (Status marital
participante) ⫽ 0.06 (p ⫽ 1.00); 2 (Nivel socioeconómico) ⫽ 0.40 (p ⫽ 0.94); 2 (Nivel educacional
participante) ⫽ 0.83 (p ⫽ 0.97); 2 (Sexo hijo) ⫽ 0.03 (p ⫽ 0.85); 2 (Grupo de edad hijo) ⫽ 3.72 (p ⫽ 0.59).
socioeconómico, nivel educacional, sexo, status marital y edad del padre o madre, y sexo y
edad del niño maltratado. La Tabla 1 muestra las caracterı́sticas de ambos grupos y revela
que no difirieron significativamente entre sı́ respecto de las variables de pareamiento.
Una vez analizados los itemes del instrumento en la población chilena, la investigación
señalada (Haz & Ramı́rez, 1995) propuso una escala de maltrato fı́sico modificada para
Chile, que contiene 83 itemes altamente discriminativos entre el grupo de maltratadores y el
grupo de comparación (F ⬎ 25, p ⬍ 0.0000). Esta escala contiene 51 itemes de la escala
original de abuso de Milner, 14 itemes de su escala experimental de abuso, un ı́tem de su
escala de negligencia (“La escuela es la principal responsable de educar al niño”), un ı́tem
de su escala de mentira (“Algunas veces actúo sin pensar”), un ı́tem de su escala de azar (“Me
desagrada la mayorı́a de los niños”), un ı́tem que Milner habı́a agregado como relleno
(“Tengo un hijo que rompe cosas”) y 14 itemes de los agregados adicionalmente a la escala
original de Milner. La escala puede revisarse en el Anexo.
La escala modificada para Chile mostró, para el total de la muestra, una consistencia
interna (medida por el coeficiente alpha de Cronbach) de 0,98. Realizado un análisis factorial
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Tabla 2
Promedios y grados de discriminación de los factores del Estudio 1
Grupo de maltratadores Grupo control p
M % de M % de
discriminación discriminación
Factor 1 9.35 79 2.33 78 0.000
Factor 2 8.56 84 3.01 73 0.000
Factor 3 6.97 70 1.55 90 0.000
Factor 4 8.25 66 1.26 95 0.000
Factor 5 7.33 82 2.58 75 0.000
Factor 6 13.19 88 5.92 63 0.000
Factor 7 3.79 66 0.45 91 0.000
para detectar las dimensiones reflejadas por la escala, el mejor resultado se obtuvo con siete
factores, los que explicaron el 56,2% de la varianza. Estos factores resultaron semejantes a
los obtenidos por Milner respecto de su escala original. El Factor 1 (conformado por 14
itemes) fue denominado Infelicidad por locus de control externo y problemas con otros y
explicó el 34,4% de la varianza; el Factor 2 (conformado por 12 itemes), Expectativas rı́gidas
hacia el niño e inversión de roles explicó el 5,8% de la varianza; el Factor 3 (conformado
por 11 itemes) Historia de maltrato y malas relaciones con los padres explicó el 4,9% de la
varianza; el Factor 4 (conformado por 14 itemes) Malas relaciones de pareja y familiares
explicó el 3,8% de la varianza; el Factor 5 (conformado por 9 itemes) Irritabilidad e
impulsividad explicó el 2,9% de la varianza; el Factor 6 (conformado por 15 itemes) Disforia
dio cuenta del 2,4% de la varianza y, finalmente, el Factor 7 (conformado por 8 itemes)
Problemas referidos al niño explicó el 2% de la varianza.
Para analizar el grado de discriminación de la escala, se realizó un análisis discriminante.
Según este análisis, la escala discriminó bien al 91,8% de los participantes (92,5% del grupo
de maltratadores y 91% del grupo de no maltratadores).
La Tabla 2 muestra los promedios, las pruebas de diferencias de promedios entre el grupo
de maltratadores y no maltratadores y el grado de discriminación entre los grupos, conside-
rando cada uno de estos factores.
La variable historia de maltrato fı́sico en la niñez resultó tener la más alta asociación con
la condición de maltrato. La diferencia de los promedios en la escala de abuso fue la más
significativa entre ambas submuestas (t ⫽ 6,23, p ⫽ 0,0000), revelando que el 81% de los
maltratadores tenı́a historia de maltrato fı́sico en su niñez.
Segundo estudio
Dados los buenos resultados obtenidos en el primer estudio, se realizó una segunda
investigación para establecer normas del instrumento propuesto para Chile (Haz & Ramı́rez,
1998b). Dado el objetivo de este estudio, se diseñó una muestra intensa (respecto del grupo
de comparación) y de mayor tamaño que la anterior. Esta estuvo compuesta por 280
personas, divididas en dos grupos. El grupo de estudio fue conformado por 140 padres o
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madres identificados como maltratadores fı́sicos de alguno de sus hijos por el profesional
más cercano al niño de la institución contactada. En un principio se pensó extraer la muestra
de maltratadores solamente en instituciones de salud y centros comunitarios pero, dado que
hubo muchas dificultades para la pesquisa de casos (dichas instituciones tenı́an muy bajo
registro de casos, lo cual hacı́a imposible cubrir el número necesario para la muestra) (Haz,
Osorio y Castillo, 2001), se decidió expandir la extracción al sector educacional para lograr
contar con el número suficiente de casos. Ası́, la muestra fue conformada por un 4% extraı́do
de centros de salud, 31% de centros comunitarios y un 65% de establecimientos educaciona-
les. En los centros de salud y comunitarios, los profesionales a cargo de la identificación
fueron en su mayorı́a asistentes sociales o psicólogos; en los establecimientos educacionales,
en cambio, fueron los profesores jefes de curso. A los profesores se les entregó la misma hoja
de identificación de niños maltratados que se habı́a entregado a los profesionales de la salud.
El grupo de comparación estuvo compuesto por 140 padres o madres no maltratadores y
que no tuvieran una historia de maltrato fı́sico en su niñez, dada la alta asociación que mostró
dicha variable con la muestra de maltratadores en el primer estudio. La historia de maltrato
en la niñez fue evaluada a través del instrumento Conflict Tactics Scale (Straus, 1990),
utilizando la adaptación de Larraı́n (1992) para Chile, y haciendo un nuevo ajuste para poder
preguntar por conductas referidas al pasado.
Al igual que en el primer estudio, los dos grupos fueron pareados en nivel socioeco-
nómico, nivel educacional, sexo, status marital y edad del padre o madre, y sexo y edad del
niño maltratado. La Tabla 3 muestra las caracterı́sticas de ambos grupos y el éxito del
pareamiento.
La escala de maltrato fı́sico modificada para Chile en el primer estudio (de 83 itemes)
mostró también en esta oportunidad una alta consistencia interna (medida también por el
coeficiente alpha de Cronbach): 0,95 para la muestra total. El análisis factorial, en este caso,
arrojó el mejor resultado con seis factores, los que explicaron el 42,5% de la varianza, a
diferencia del primer estudio en el que siete factores explicaron el 56,2%. Aun cuando
disminuyó la varianza explicada, las dimensiones reflejaron un perfil más nı́tido que en el
primer estudio. Los factores obtenidos fueron Disforia, con 19 itemes (explicando el 22,3%
de la varianza), Expectativas rı́gidas del niño e inversión de roles, con 13 itemes (6,1%),
Historia de maltrato y malas relaciones con los padres, con 14 itemes (5,1%), Malas
relaciones de pareja y familiares, con 14 itemes (3,5%), Problemas en o con los niños, con
9 itemes (3,1%) e Irritabilidad, impulsividad y baja autoestima, con 14 itemes (2,4%).
En cuanto al poder de discriminación de los individuos, el resultado fue moderado. La
escala discriminó bien al 70% (70,7% del grupo de personas que maltratan a sus hijos y el
69,3% del grupo de comparación). Resultaron falsos negativos el 14,6% y falsos positivos el
15,4%.
La Tabla 4 muestra los promedios, las pruebas de diferencias de promedios entre el grupo
de maltratadores y no maltratadores y el grado de discriminación entre los grupos, conside-
rando cada uno de estos factores.
Dado que la escala modificada para Chile habı́a sido probada en grupos extremos en el
primer estudio, se seleccionaron los casos de maltrato que en esta oportunidad fueron
reportados por asistentes sociales de establecimientos de salud y centros comunitarios, para
hacerlos comparables con los de la investigación anterior. Cabe señalar que se supuso que
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Tabla 3
Caracterı́sticas de las Submuestras del Estudio 2
Sexo Maltratador Control Sexo hijo Maltratador Control
participante
Mujer 131 134 Mujer 57 57
Hombre 9 6 Hombre 83 83
Edad Edad hijo
participante
18–19 2 1 0–2 22 21
20–24 22 22 3–5 53 55
25–29 27 37 6–8 25 23
30–34 37 33 9–11 25 21
35–39 25 23 12–14 13 17
40–44 12 13 15–17 2 3
45–49 7 6
50–54 6 5
55–62 2
Nivel Status marital
socioeconómico participante
Medio 67 70 Unido 103 108
Bajo 73 70 Solo 37 32
Nivel
educacional
participante
Básico 70 59
Medio 67 77
Superior 3 4
Total 67 67 Total 67 67
2 (Sexo participante) ⫽ 0.63 (p ⫽ 0.43); 2 (Grupo de edad participante) ⫽ 4.42 (p ⫽ 0.82); 2 (Status marital
participante) ⫽ 0.48 (p ⫽ 0.49); 2 (Nivel socioeconómico) ⫽ 0.13 (p ⫽ 0.72); 2 (Nivel educacional
participante) ⫽ 1.78 (p ⫽ 0.41); 2 (Sexo hijo) ⫽ 0.00 (p ⫽ 1.00); 2 (Grupo de edad hijo) ⫽ 1.23 (p ⫽ 0.94).
éstos constituı́an los casos más graves ya que, por lo general, la atención de casos de maltrato
infantil en establecimientos de salud y centros comunitarios se hace cuando hay evidencia
fı́sica de maltrato. De los 49 casos (35% de la muestra) que estaban en estas condiciones, esta
escala clasificó bien al 81,6% de las personas que maltratan a sus hijos, frente al 64,8% de
los reportados como maltratadores por profesores de los colegios.
Por su parte, del grupo de comparación se seleccionaron las personas con menor cantidad
de factores de riesgo de los señalados anteriormente. De un total de 49 personas en esta
situación, la escala clasificó bien al 80,4%, frente al 63,8% de las personas con mayor
cantidad de factores de riesgo.
Cuando se seleccionan los casos más extremos de la muestra, la clasificación de los
individuos mejora notablemente, lo cual significa que la escala modificada para Chile sólo
funciona bien cuando las muestras son extremas. Los resultados indican, entonces, que el
instrumento posee una sensibilidad menor ante la mayor heterogeneidad de esta muestra, en
comparación a la muestra extrema del primer estudio.
488 A.M. Haz, V. Ramı́rez / Child Abuse & Neglect 26 (2002) 481– 495
Tabla 4
Promedios y grados de discriminación de los factores del Estudio 2
Grupo de maltratadores Grupo control p
M % de M % de
discriminación discriminación
Factor 1 16.15 81 13.72 46 0.000
Factor 2 9.17 67 7.74 52 0.000
Factor 3 8.43 64 4.33 76 0.000
Factor 4 6.86 65 3.11 71 0.000
Factor 5 2.80 54 1.82 76 0.000
Factor 6 9.01 71 6.86 55 0.000
Las dificultades surgidas en el segundo estudio pueden estar relacionadas con la concep-
tualización del maltrato y del buen trato existentes en nuestro paı́s, aspectos que a continu-
ación se discuten.
Bajo registro de los casos de maltrato infantil (incluyendo maltrato fı́sico, abuso sexual y
negligencia). En un estudio sobre registro y seguimiento epidemiológico de violencia in-
trafamiliar, efectuado por el Ministerio de Salud en 1996 (Chile, Ministerio de Salud, 1996),
se da cuenta que, en un total de 12 establecimientos de salud (de nivel primario, secundario
y terciario) se registraron solamente 499 casos de violencia intrafamiliar, y de éstos, sólo 99
correspondı́an a casos de maltrato infantil.
Los indicadores relacionados con los dos estudios reportados aquı́ son los siguientes
detectados por el sistema de salud, o que el riesgo de ser un maltratador es muy alto y está
presente en forma importante en la población.
Cabe señalar que el supuesto con el cual se trabaja para determinar que existe potencial
de maltrato es que los potenciales maltratadores tienen caracterı́sticas similares a los mal-
tratadores activos. Si el riesgo de convertirse en un maltratador fı́sico infantil es muy alto en
una determinada población, entonces aquellos que no presentan riesgo son menos en
cantidad y, por lo tanto, se necesita contar con indicadores claros para clasificarlos. Si la
situación, en cambio, es que hay muchos maltratadores activos en la población que no son
detectados por el sistema de salud, entonces también se requiere contar con indicadores
claros para conceptualizarlos.
En el primer estudio chileno, la muestra de comparación seleccionada provenı́a del reporte
de los profesores, pero además se requerı́a que los individuos no presentaran más de un factor
de riesgo asociado a maltrato infantil. El cumplimiento de esta condición aseguraba una
mayor probabilidad de buen trato, lo cual puede no ser la caracterı́stica común de la
población. De hecho, la muestra fue de difı́cil extracción, dado que habı́a que eliminar a todas
aquellas personas que presentaran más de un factor de riesgo.
Los dos aspectos anteriores-dificultades en la conceptualización y probabilidad alta de
maltrato o riesgo en la población general-llevan a considerar un aspecto fundamental para la
construcción de un instrumento. Si la conceptualización no es clara, es difı́cil seleccionar las
muestras necesarias para su construcción. Si el riesgo de maltrato o presencia de maltrato es
una caracterı́stica común de la población, se necesitan indicadores claros para seleccionar las
muestras necesarias.
Se supone que una persona con potencial de maltrato fı́sico es un individuo con carac-
terı́sticas similares a las de aquellos que son maltratadores activos y, por lo tanto, puede
convertirse en un maltratador. Por tanto, para la construcción de un instrumento que detecte
potencial de maltrato fı́sico se necesitan dos muestras claramente identificadas en su con-
dición de maltrato o no maltrato, de modo de construirlo con aquellos itemes que discriminen
entre ambas muestras.
Por las dificultades mencionadas, es posible hipotetizar que hubo dificultades impor-
tantes en este aspecto en el segundo estudio. Contar con el señalamiento del profesor en
el 65% de los casos pudo significar que la inclusión de la persona en una u otra de las
muestras haya dependido de la perspectiva de éste, especialmente de su conocimiento del
tema y de su habilidad perceptiva. Es posible, entonces, que las muestras se asemejen,
puesto que casos leves de maltrato pudieron haber sido considerados como maltrato por
profesores más perceptivos y como no maltrato por otros menos perceptivos. De este
modo, si las muestras son similares, es razonable pensar que son pocos los itemes que
discriminan.
La selección de la muestra de comparación también presenta dificultades. Para la valida-
ción definitiva del instrumento de Milner, realizada en Estados Unidos y España (De Paul,
Arruabarrena, & Milner, 1991; Milner, 1986), ésta se extrajo de la población general. Sin
embargo, es necesario señalar que ambos paı́ses presentan sistemas de protección infantil
más desarrollados que Chile o Argentina, por locual es posible suponer que no hay (o hay
pocos) casos de maltrato activo no detectados.
A.M. Haz, V. Ramı́rez / Child Abuse & Neglect 26 (2002) 481– 495 491
Conclusiones
Los resultados de los estudios mencionados señalan que el instrumento utilizado tiene sensi-
bilidad para detectar individuos extremos, es decir, casos de maltrato fı́sico severo y casos de muy
buen trato. Los casos de maltrato fı́sico severo corresponden a aquellos en los que el niño ha
debido ser llevado a un hospital o posta de urgencia por daños evidentes ocasionados por el
maltrato. Los casos de buen trato son aquellos que presentan no más de un factor de riesgo
asociado a maltrato fı́sico. Ambos casos parecen corresponder a porcentajes pequeños de la
población, desde la experiencia de las investigaciones realizadas en Chile y Argentina.
Las distribuciones de los puntajes de la escala modificada para Chile de las muestras de
actuales maltratadores y actuales no maltratadores se superpusieron en una extensión amplia,
lo cual significa que existe un área de indecisión en la clasificación del 67%. Este porcentaje
de indecisión es muy amplio para aplicar este instrumento a las poblaciones que asisten a
programas del sistema de salud.
Posiblemente mejorar la sensibilidad del instrumento no es la dirección adecuada que
surge de los resultados, ya que el problema principal parece radicar en la selección de las
muestras, lo cual a su vez depende de problemas de conceptualización, de la presencia en la
población general de maltratadores activos no detectados y de factores de riesgo asociados
a maltrato. Esta situación podrı́a estar explicando la presencia de dificultades semejantes en
los estudios efectuados por el equipo de investigación de la Universidad de la Frontera
(Aracena et al., 1999) y por el equipo de investigación de Buenos Aires (A. Barbich,
comunicación personal, Octubre 1997).
Los resultados del segundo estudio muestran que existe un desafı́o importante previo a la
validación de un instrumento definitivo: el estudio de la conceptualización que tiene tanto la
comunidad como los profesionales respecto de lo que significa maltratar fı́sicamente a un niño.
Esta conceptualización constituye el eje fundamental para la construcción de instrumentos de
medición de este problema. La conceptualización del fenómeno es también un eje fundamental
en las estrategias de prevención y de intervención. Si el problema no está claramente definido, es
difı́cil saber aquello que se está previniendo o aquello que mejora con el tratamiento.
Por último, las limitaciones que ha debido enfrentar la investigación en Chile lleva a refle-
xionar sobre caminos alternativos para enfrentar el problema del maltrato infantil. Uno de ellos
dice relación con el estudio de los factores protectores. Si la historia de maltrato fı́sico, por
ejemplo, es un factor de riesgo presente en la población chilena (Haz, 1997), resulta interesante
conocer por qué algunas personas con historia de maltrato fı́sico no se convierten en maltrata-
dores de sus propios hijos. También es interesante desarrollar un enfoque más promocional,
dados los problemas que enfrentan las actuales estrategias de prevención. En este sentido, las
estrategias encaminadas a mejorar el vı́nculo madre-hijo y padre-hijo, por ejemplo, pueden
constituirse también en estrategias de prevención del maltrato infantil que no necesitan de una
delimitación precisa de lo que se comprende por maltrato.
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Abstract
Objective: This paper describes two studies aimed at validating the Chilean version of Child Abuse
Potential (CAP). The paper also discusses problems in what respects conceptualizing and detecting
maltreatment within a process of research as it relates to a specific culture.
Method: An instrument based on the Child Abuse Potential Inventory was administered to two different
A.M. Haz, V. Ramı́rez / Child Abuse & Neglect 26 (2002) 481– 495 495
samples of 134 people and 280 people, respectively. Both studies are contrasted in terms of internal
consistency, factor analysis, and the instrument’s ability to discriminate between abusers and non-abusers.
Results: Both studies feature good internal consistency (.98 and .95) and a factor structure similar to that
of the original instrument; however, the second study shows problems concerning correct subject classi-
fication. The contrast of both studies suggests that the instrument is suitable for discrimating between
severe child physical abuse and very well-treated children. The indecision area of classification is 67%.
Conclusion: The results of both studies highlight the need to conceptualize and operationalize child
abuse within a specific cultural context. The distinction between abusers and non-abusers becomes
more blurred in the less extreme cases.
Résumé
Objectif: Cet article décrit deux études qui ont tenté de vérifier la validité de la version chilienne du
Child Abuse Potential Inventory. L’article discute aussi des difficultés à conceptualiser et déceler les
mauvais traitements dans le contexte de la recherche et dans un cadre culturel particulier.
Méthode: On a administré un instrument basé sur le Child Abuse Potential Inventory à deux
échantillons de 134 et 280 personnes respectivement. On compare les deux études au niveau de leur
cohérence interne, de l’analyse des facteurs afférents et de la capacité de l’instrument de distinguer les
agresseurs de ceux qui ne le sont pas.
Résultats: Les deux études démontrent une bonne cohérence interne (.98 et .95) et une structure
factorielle qui est semblable à l’instrument original. Toutefois, la deuxième étude révèle des difficultés
par rapport à la juste catégorisation des sujets. Les deux études suggèrent que l’instrument est capable
de distinguer entre les enfants gravement maltraités physiquement et les enfants très bien traités. La
cote d’indécision par rapport à la catégorisation est de 67%.
Conclusions: Les résultats des deux études soulignent l’importance de conceptualiser et de traiter de
l’enfance maltraitée dans un contexte culturel particulier. On note que la distinction entre les
agresseurs et les non agresseurs est diffuse dans les cas moins extrêmes.