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Pergamon

Child Abuse & Neglect 26 (2002) 481– 495

Adaptación del Child Abuse Potential Inventory en Chile:


análisis de las dificultades y desafı́os de su aplicación a
partir de dos estudios Chilenos
Ana Marı́a Haz*, Valeria Ramı́rez
Escuela de Psicologı́a, Pontificia Universidad Católica de Chile, Avda Vicuña Mackenna 4860,
Santiago, Chile

Received 1 February 2001; received in revised form 17 September 2001; accepted 21 October 2001

Abstract
Objetivo: Se describen dos investigaciones realizadas en Chile para validar un instrumento basado en
el Inventario Child Abuse Potential (CAP). A partir de las dificultades que surgieron en el proceso de
investigación, se discuten problemas de detección y conceptualización del maltrato infantil en un
contexto cultural especı́fico.
Método: Ambos estudios administraron un instrumento basado en el Child Abuse Potential Inventory
a una muestra extrema de 134 personas y a una muestra intensa de 280 personas. Se comparan ambos
estudios respecto de la consistencia interna del instrumento, análisis factorial y respecto del poder de
discriminación del instrumento.
Resultados: El instrumento presenta en ambos casos una buena consistencia interna (.98 y .95) y una
estructura factorial similar al instrumento original, pero presenta problemas en el segundo estudio
respecto de la clasificación correcta de los individuos. El instrumento parece apropiado para detectar
el comportamiento de individuos extremos, es decir, casos de maltrato fı́sico severo y casos de muy
buen trato. El área de indecisión en la clasificación es del 67%.
Conclusiones: Los resultados de ambas investigaciones resaltan la necesidad de conceptualizar y
operacionalizar el maltrato fı́sico infantil en un contexto cultural especı́fico. La distinción entre
maltratadores y no maltratadores es menos clara en los casos menos extremos. © 2002 Elsevier
Science Ltd. All rights reserved.

Keywords: Physical child abuse; Instrument’s transcultural validation

* Corresponding author.

0145-2134/02/$ – see front matter © 2002 Elsevier Science Ltd. All rights reserved.
PII: S 0 1 4 5 - 2 1 3 4 ( 0 2 ) 0 0 3 2 4 - 1
482 A.M. Haz, V. Ramı́rez / Child Abuse & Neglect 26 (2002) 481– 495

Introduction

El maltrato infantil es un problema grave y de importante magnitud en Chile. El estudio


nacional más reciente sobre el tema, el cual fue realizado en una muestra representativa de
alumnos de 8° año básico, indicó que 6 de cada 10 niños chilenos son disciplinados con
conductas que incluyen el uso de castigo fı́sico por parte de sus padres y el 34,3% sufre
agresiones consideradas graves (UNICEF, 1994).
Este reconocimiento se ha traducido en Chile en diferentes ámbitos de acción como, por
ejemplo, el ámbito legal, que ha incluido la promulgación de una ley de violencia intrafa-
miliar, el ámbito de polı́ticas sociales, el desarrollo de modalidades de prevención y
tratamiento e investigación sobre el tema.
En este perı́odo de reconocimiento del problema ha surgido la necesidad de implementar
acciones en etapas previas o precoces a la situación de maltrato. En este contexto, se hizo
evidente la necesidad de desarrollar instrumentos válidos y confiables que permitieran
detectar la potencialidad de la conducta de maltrato antes de que ésta ocurra.
Un estudio chileno (Haz & Ramı́rez, 1994) propuso la realización de una versión
preliminar de un instrumento que detectara potencial de maltrato fı́sico infantil, basado en el
Inventario Child Abuse Potential (CAP), desarrollado en Estados Unidos por J. S. Milner en
1979 (Milner, 1986).
Dicho Inventario fue diseñado para evaluar caracterı́sticas de personalidad y de interac-
ción de la persona con su entorno social y familiar, determinando especı́ficamente un
potencial de maltrato fı́sico infantil. El CAP ha sido utilizado más como un instrumento de
sondeo (screening) que de diagnóstico.
En 1980, Milner construyó la versión definitiva de este instrumento. Consta de 160 itemes
o aseveraciones, de los cuales 77 constituyen la Escala de Abuso propiamente tal. Sobre la
base de los estudios realizados en Estados Unidos, Milner llegó a determinar, por medio de
un análisis factorial, seis subescalas en la Escala de Abuso: disforia (molestia combinada con
un ánimo triste), rigidez, infelicidad, problemas con el niño y consigo mismo, problemas con
la familia y problemas con otros (Milner, 1990).
Además, el Inventario contiene tres escalas de validez: una escala de mentira, una escala
de inconsistencia y una de respuestas al azar. Con estas escalas se construyen ı́ndices que
permiten detectar aquellos cuestionarios cuya validez es discutible (Milner, 1990).
Diversos estudios han mostrado que este instrumento ha clasificado correctamente a
individuos maltratadores y no maltratadores (Milner, 1986). Dado su considerable poder
discriminatorio, además de su alta confiabilidad y validez (Milner, 1986), pareció conve-
niente adaptar este instrumento a Chile.
El instrumento fue traducido, adaptado al lenguaje cotidiano del paı́s y expandido (ver
Primer Estudio más adelante). Para la expansión del CAP original, se revisó ampliamente la
literatura con el fin de determinar las variables asociadas al potencial de maltrato fı́sico
infantil. Una vez hecha la revisión de las variables, se analizaron los itemes del instrumento
original que daban cuenta de ellas. Ası́, se detectó la existencia de itemes respecto de las
siguientes variables: infelicidad, autoestima, ansiedad, impulsividad, irritabilidad, rigidez,
locus de control, expectativas no realistas respecto del niño, historia de maltrato, actitud
hacia el castigo de los niños, problemas en la familia de origen y en la familia actual, calidad
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de relación de la pareja, inversión de roles, estrés, aislamiento, sentimiento de soledad y


problemas con los otros. Por una parte, se constató que habı́an algunas variables para las
cuales la cantidad de itemes indicadores en el CAP era muy baja. Se estimó que seis itemes
por variable era una cantidad adecuada. Por lo tanto, se agregaron itemes relativos a las
variables ansiedad, impulsividad, problemas con otros, problemas en la familia de origen y
en la familia actual, historia de maltrato, inversión de roles, calidad de la relación de pareja
y actitud frente al castigo de los niños. Se agregó, también, la variable redes sociales, la que
no estaba incluida y habı́a mostrado una importante incidencia en el maltrato infantil en un
estudio piloto preliminar (Ramı́rez, Haz, & Browne, 1994). En definitiva, al CAP original se
le agregaron 33 itemes nuevos y se eliminó uno que no era aplicable a Chile (se refiere a
aparecer en la guı́a de teléfonos). De este modo, la versión a ser adaptada a Chile constó de
192 itemes. Todos los itemes fueron puntuados 0 y 1, puesto que Milner (1994) señala que
el CAP también puede ser puntuado sin ponderar los itemes, dado que la ponderación sólo
mejora modestamente las tasas de clasificación. En Haz y Ramı́rez (1995) se hace un análisis
exhaustivo sobre la validez predictiva del CAP en Chile, con puntuación simple y con la
puntuación ponderada.
Se hicieron dos estudios consecutivos del instrumento. El primero (FONDECYT
1930695, 1993–1994) se propuso la validación de un instrumento para la detección precoz
del maltrato fı́sico infantil y el segundo (FONDECYT 1960563, 1996 –1997), la elaboración
de una versión definitiva para Chile en base a los resultados del primer estudio.
El presente estudio tiene como objetivo realizar un análisis respecto de las dificultades y
desafı́os que presenta la construcción de un instrumento para detectar potencial de maltrato
fı́sico infantil en Chile, a partir de los resultados de las investigaciones ya señaladas. A
continuación se presentan los datos de ambos estudios para posteriormente analizar las
dificultades de conceptualización del maltrato y buen trato fı́sico infantil.

Primer estudio

En el primer estudio el instrumento fue aplicado a una muestra de 134 personas, consti-
tuyéndose dos grupos, según un diseño de muestras extremas. El grupo de estudio estuvo
compuesto por 67 padres o madres identificados como maltratadores fı́sicos por un profe-
sional experto en el tema. El grupo de comparación estuvo compuesto por 67 madres y
padres no maltratadores. Para pertenecer a este grupo se requerı́a contar con la referencia del
profesor jefe del curso del establecimiento educacional o pre-escolar al cual asistı́a el niño,
que afirmara que el padre o madre en cuestión criaba a sus hijos sin la utilización de métodos
fı́sicamente violentos. Además de ello, el progenitor no podı́a presentar más de un factor de
riesgo de una lista de 10 factores de riesgo asociados al maltrato fı́sico infantil (embarazo no
deseado, niños prematuros o con bajo peso al nacer, niños con defectos congénitos, niños con
problemas médicos de alimentación o con problemas de desarrollo o aprendizaje, enfer-
medad relativamente grave del encuestado o de su pareja en el último año, adicción del
encuestado o de su pareja al alcohol y/o drogas, historia de abandono parental, abuso sexual
o maltrato fı́sico en la niñez, conflictos de la pareja, desempleo del jefe/a de hogar, abandono
de la pareja en el último año y madre adolescente). Los dos grupos fueron pareados en nivel
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Tabla 1
Caracterı́sticas de las Submuestras del Estudio 1
Sexo participante Maltratador Control Sexo hijo Maltratador Control
Mujer 64 64 Mujer 21 22
Hombre 3 3 Hombre 46 45
Edad participante Edad hijo
17–19 1 0–2 5 8
20–24 7 6 3–5 28 19
25–29 15 24 6–8 14 19
30–34 21 12 9–11 12 12
35–39 14 13 12–14 4 6
40–44 3 7 15–17 4 3
45–49 4 4
50–54 2 1
Nivel educacional Status marital
participante participante
Sin educación 2 1 Casado 31 32
Básico 22 21 Unión libre 13 13
Medio 40 41 Separado o 13 12
viudo
Superior 3 4 Soltero 10 10
Nivel
socioeconómico
Medio-alto y medio 22 25
Medio-bajo 26 23
Bajo 19 19
Total 67 67 Total 67 67
␹2 (Sexo participante) ⫽ 0.00 (p ⫽ 1.00); ␹2 (Grupo de edad participante) ⫽ 8.07 (p ⫽ 0.33); ␹2 (Status marital
participante) ⫽ 0.06 (p ⫽ 1.00); ␹2 (Nivel socioeconómico) ⫽ 0.40 (p ⫽ 0.94); ␹2 (Nivel educacional
participante) ⫽ 0.83 (p ⫽ 0.97); ␹2 (Sexo hijo) ⫽ 0.03 (p ⫽ 0.85); ␹2 (Grupo de edad hijo) ⫽ 3.72 (p ⫽ 0.59).

socioeconómico, nivel educacional, sexo, status marital y edad del padre o madre, y sexo y
edad del niño maltratado. La Tabla 1 muestra las caracterı́sticas de ambos grupos y revela
que no difirieron significativamente entre sı́ respecto de las variables de pareamiento.
Una vez analizados los itemes del instrumento en la población chilena, la investigación
señalada (Haz & Ramı́rez, 1995) propuso una escala de maltrato fı́sico modificada para
Chile, que contiene 83 itemes altamente discriminativos entre el grupo de maltratadores y el
grupo de comparación (F ⬎ 25, p ⬍ 0.0000). Esta escala contiene 51 itemes de la escala
original de abuso de Milner, 14 itemes de su escala experimental de abuso, un ı́tem de su
escala de negligencia (“La escuela es la principal responsable de educar al niño”), un ı́tem
de su escala de mentira (“Algunas veces actúo sin pensar”), un ı́tem de su escala de azar (“Me
desagrada la mayorı́a de los niños”), un ı́tem que Milner habı́a agregado como relleno
(“Tengo un hijo que rompe cosas”) y 14 itemes de los agregados adicionalmente a la escala
original de Milner. La escala puede revisarse en el Anexo.
La escala modificada para Chile mostró, para el total de la muestra, una consistencia
interna (medida por el coeficiente alpha de Cronbach) de 0,98. Realizado un análisis factorial
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Tabla 2
Promedios y grados de discriminación de los factores del Estudio 1
Grupo de maltratadores Grupo control p
M % de M % de
discriminación discriminación
Factor 1 9.35 79 2.33 78 0.000
Factor 2 8.56 84 3.01 73 0.000
Factor 3 6.97 70 1.55 90 0.000
Factor 4 8.25 66 1.26 95 0.000
Factor 5 7.33 82 2.58 75 0.000
Factor 6 13.19 88 5.92 63 0.000
Factor 7 3.79 66 0.45 91 0.000

para detectar las dimensiones reflejadas por la escala, el mejor resultado se obtuvo con siete
factores, los que explicaron el 56,2% de la varianza. Estos factores resultaron semejantes a
los obtenidos por Milner respecto de su escala original. El Factor 1 (conformado por 14
itemes) fue denominado Infelicidad por locus de control externo y problemas con otros y
explicó el 34,4% de la varianza; el Factor 2 (conformado por 12 itemes), Expectativas rı́gidas
hacia el niño e inversión de roles explicó el 5,8% de la varianza; el Factor 3 (conformado
por 11 itemes) Historia de maltrato y malas relaciones con los padres explicó el 4,9% de la
varianza; el Factor 4 (conformado por 14 itemes) Malas relaciones de pareja y familiares
explicó el 3,8% de la varianza; el Factor 5 (conformado por 9 itemes) Irritabilidad e
impulsividad explicó el 2,9% de la varianza; el Factor 6 (conformado por 15 itemes) Disforia
dio cuenta del 2,4% de la varianza y, finalmente, el Factor 7 (conformado por 8 itemes)
Problemas referidos al niño explicó el 2% de la varianza.
Para analizar el grado de discriminación de la escala, se realizó un análisis discriminante.
Según este análisis, la escala discriminó bien al 91,8% de los participantes (92,5% del grupo
de maltratadores y 91% del grupo de no maltratadores).
La Tabla 2 muestra los promedios, las pruebas de diferencias de promedios entre el grupo
de maltratadores y no maltratadores y el grado de discriminación entre los grupos, conside-
rando cada uno de estos factores.
La variable historia de maltrato fı́sico en la niñez resultó tener la más alta asociación con
la condición de maltrato. La diferencia de los promedios en la escala de abuso fue la más
significativa entre ambas submuestas (t ⫽ 6,23, p ⫽ 0,0000), revelando que el 81% de los
maltratadores tenı́a historia de maltrato fı́sico en su niñez.

Segundo estudio

Dados los buenos resultados obtenidos en el primer estudio, se realizó una segunda
investigación para establecer normas del instrumento propuesto para Chile (Haz & Ramı́rez,
1998b). Dado el objetivo de este estudio, se diseñó una muestra intensa (respecto del grupo
de comparación) y de mayor tamaño que la anterior. Esta estuvo compuesta por 280
personas, divididas en dos grupos. El grupo de estudio fue conformado por 140 padres o
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madres identificados como maltratadores fı́sicos de alguno de sus hijos por el profesional
más cercano al niño de la institución contactada. En un principio se pensó extraer la muestra
de maltratadores solamente en instituciones de salud y centros comunitarios pero, dado que
hubo muchas dificultades para la pesquisa de casos (dichas instituciones tenı́an muy bajo
registro de casos, lo cual hacı́a imposible cubrir el número necesario para la muestra) (Haz,
Osorio y Castillo, 2001), se decidió expandir la extracción al sector educacional para lograr
contar con el número suficiente de casos. Ası́, la muestra fue conformada por un 4% extraı́do
de centros de salud, 31% de centros comunitarios y un 65% de establecimientos educaciona-
les. En los centros de salud y comunitarios, los profesionales a cargo de la identificación
fueron en su mayorı́a asistentes sociales o psicólogos; en los establecimientos educacionales,
en cambio, fueron los profesores jefes de curso. A los profesores se les entregó la misma hoja
de identificación de niños maltratados que se habı́a entregado a los profesionales de la salud.
El grupo de comparación estuvo compuesto por 140 padres o madres no maltratadores y
que no tuvieran una historia de maltrato fı́sico en su niñez, dada la alta asociación que mostró
dicha variable con la muestra de maltratadores en el primer estudio. La historia de maltrato
en la niñez fue evaluada a través del instrumento Conflict Tactics Scale (Straus, 1990),
utilizando la adaptación de Larraı́n (1992) para Chile, y haciendo un nuevo ajuste para poder
preguntar por conductas referidas al pasado.
Al igual que en el primer estudio, los dos grupos fueron pareados en nivel socioeco-
nómico, nivel educacional, sexo, status marital y edad del padre o madre, y sexo y edad del
niño maltratado. La Tabla 3 muestra las caracterı́sticas de ambos grupos y el éxito del
pareamiento.
La escala de maltrato fı́sico modificada para Chile en el primer estudio (de 83 itemes)
mostró también en esta oportunidad una alta consistencia interna (medida también por el
coeficiente alpha de Cronbach): 0,95 para la muestra total. El análisis factorial, en este caso,
arrojó el mejor resultado con seis factores, los que explicaron el 42,5% de la varianza, a
diferencia del primer estudio en el que siete factores explicaron el 56,2%. Aun cuando
disminuyó la varianza explicada, las dimensiones reflejaron un perfil más nı́tido que en el
primer estudio. Los factores obtenidos fueron Disforia, con 19 itemes (explicando el 22,3%
de la varianza), Expectativas rı́gidas del niño e inversión de roles, con 13 itemes (6,1%),
Historia de maltrato y malas relaciones con los padres, con 14 itemes (5,1%), Malas
relaciones de pareja y familiares, con 14 itemes (3,5%), Problemas en o con los niños, con
9 itemes (3,1%) e Irritabilidad, impulsividad y baja autoestima, con 14 itemes (2,4%).
En cuanto al poder de discriminación de los individuos, el resultado fue moderado. La
escala discriminó bien al 70% (70,7% del grupo de personas que maltratan a sus hijos y el
69,3% del grupo de comparación). Resultaron falsos negativos el 14,6% y falsos positivos el
15,4%.
La Tabla 4 muestra los promedios, las pruebas de diferencias de promedios entre el grupo
de maltratadores y no maltratadores y el grado de discriminación entre los grupos, conside-
rando cada uno de estos factores.
Dado que la escala modificada para Chile habı́a sido probada en grupos extremos en el
primer estudio, se seleccionaron los casos de maltrato que en esta oportunidad fueron
reportados por asistentes sociales de establecimientos de salud y centros comunitarios, para
hacerlos comparables con los de la investigación anterior. Cabe señalar que se supuso que
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Tabla 3
Caracterı́sticas de las Submuestras del Estudio 2
Sexo Maltratador Control Sexo hijo Maltratador Control
participante
Mujer 131 134 Mujer 57 57
Hombre 9 6 Hombre 83 83
Edad Edad hijo
participante
18–19 2 1 0–2 22 21
20–24 22 22 3–5 53 55
25–29 27 37 6–8 25 23
30–34 37 33 9–11 25 21
35–39 25 23 12–14 13 17
40–44 12 13 15–17 2 3
45–49 7 6
50–54 6 5
55–62 2
Nivel Status marital
socioeconómico participante
Medio 67 70 Unido 103 108
Bajo 73 70 Solo 37 32
Nivel
educacional
participante
Básico 70 59
Medio 67 77
Superior 3 4
Total 67 67 Total 67 67
␹2 (Sexo participante) ⫽ 0.63 (p ⫽ 0.43); ␹2 (Grupo de edad participante) ⫽ 4.42 (p ⫽ 0.82); ␹2 (Status marital
participante) ⫽ 0.48 (p ⫽ 0.49); ␹2 (Nivel socioeconómico) ⫽ 0.13 (p ⫽ 0.72); ␹2 (Nivel educacional
participante) ⫽ 1.78 (p ⫽ 0.41); ␹2 (Sexo hijo) ⫽ 0.00 (p ⫽ 1.00); ␹2 (Grupo de edad hijo) ⫽ 1.23 (p ⫽ 0.94).

éstos constituı́an los casos más graves ya que, por lo general, la atención de casos de maltrato
infantil en establecimientos de salud y centros comunitarios se hace cuando hay evidencia
fı́sica de maltrato. De los 49 casos (35% de la muestra) que estaban en estas condiciones, esta
escala clasificó bien al 81,6% de las personas que maltratan a sus hijos, frente al 64,8% de
los reportados como maltratadores por profesores de los colegios.
Por su parte, del grupo de comparación se seleccionaron las personas con menor cantidad
de factores de riesgo de los señalados anteriormente. De un total de 49 personas en esta
situación, la escala clasificó bien al 80,4%, frente al 63,8% de las personas con mayor
cantidad de factores de riesgo.
Cuando se seleccionan los casos más extremos de la muestra, la clasificación de los
individuos mejora notablemente, lo cual significa que la escala modificada para Chile sólo
funciona bien cuando las muestras son extremas. Los resultados indican, entonces, que el
instrumento posee una sensibilidad menor ante la mayor heterogeneidad de esta muestra, en
comparación a la muestra extrema del primer estudio.
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Tabla 4
Promedios y grados de discriminación de los factores del Estudio 2
Grupo de maltratadores Grupo control p
M % de M % de
discriminación discriminación
Factor 1 16.15 81 13.72 46 0.000
Factor 2 9.17 67 7.74 52 0.000
Factor 3 8.43 64 4.33 76 0.000
Factor 4 6.86 65 3.11 71 0.000
Factor 5 2.80 54 1.82 76 0.000
Factor 6 9.01 71 6.86 55 0.000

Las dificultades surgidas en el segundo estudio pueden estar relacionadas con la concep-
tualización del maltrato y del buen trato existentes en nuestro paı́s, aspectos que a continu-
ación se discuten.

Conceptualización del maltrato fı́sico infantil intrafamiliar

En primer término, existe un aspecto de conceptualización que es importante considerar. Es


posible hipotetizar que la conceptualización del maltrato fı́sico infantil no esté clara y que sólo
existe acuerdo respecto de los casos más graves. Hay varios indicadores que apuntan hacia este
problema. Dos de ellos son indicadores relacionados con antecedentes de otros estudios realiza-
dos en Chile y dos son indicadores relacionados con los dos estudios reportados.

Los dos primeros indicadores se refieren a

Diferencias en las cifras de prevalencia. Existen importantes diferencias reportadas en


diferentes investigaciones efectuadas en Chile, que van desde un 2,7% a un 53% de casos
de maltrato infantil (Aracena, Haz, Román, Muñoz, & Bustos, 1999), lo cual significa
que existen discrepancias importantes en la actualidad entre los datos entregados por los
medios de comunicación social, la información documentada por organismos públicos
del área de salud, justicia y educación y la información generada por la investigación.

Bajo registro de los casos de maltrato infantil (incluyendo maltrato fı́sico, abuso sexual y
negligencia). En un estudio sobre registro y seguimiento epidemiológico de violencia in-
trafamiliar, efectuado por el Ministerio de Salud en 1996 (Chile, Ministerio de Salud, 1996),
se da cuenta que, en un total de 12 establecimientos de salud (de nivel primario, secundario
y terciario) se registraron solamente 499 casos de violencia intrafamiliar, y de éstos, sólo 99
correspondı́an a casos de maltrato infantil.

Los indicadores relacionados con los dos estudios reportados aquı́ son los siguientes

Dificultades de ambos estudios en la selección de casos de maltratadores fı́sicos necesarios


para la muestra. Esta fue la principal dificultad del segundo estudio (Haz & Ramı́rez,
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1998b), dificultad que también es reportada por un equipo de investigación de la Universidad


de La Frontera que realizó un estudio de caracterı́sticas similares (Aracena et al., 1999). Uno
de los problemas más habituales fue detectar registros incompletos en las instituciones de
salud y centros comunitarios, lo cual impidió conocer a cabalidad la cantidad de casos que
ingresan a estas instituciones y la severidad de los mismos. Esta dificultad podrı́a estar
reflejando problemas de conceptualización, en el sentido que dichas instituciones sólo
detectan los casos graves, es decir, los casos en los cuales hay evidentes signos fı́sicos de
maltrato. Los casos menos graves podrı́an no ser registrados por no existir certeza que
constituyan casos de maltrato infantil.

Diferencias en la clasificación correcta de los participantes (según el análisis discrimi-


nante), en función del profesional que señala el maltrato. En ambos estudios la identificación
de los casos de maltrato fue efectuada por un profesional de la institución a través de la cual
fue contactada la persona en estudio. Los resultados del análisis discriminante llevado a cabo
en el segundo estudio, respecto de la escala de potencial de maltrato fı́sico modificada para
Chile, indicaron que existı́an diferencias en función del profesional que habı́a reportado.
Cuando se consideran los casos identificados por asistentes sociales y psicólogos, la clasifi-
cación correcta de la escala fue de un 81,6%. Al considerar los casos identificados por
profesores, la clasificación correcta fue de un 64,8%. Esta diferencia podrı́a estar reflejando
que los asistentes sociales y psicólogos están en mejores condiciones para efectuar la
detección que los profesores, los que tendrı́an dificultad para conceptualizar el maltrato. Sin
embargo, también es posible que los primeros reciban los casos más severos, sobre los cuales
hay más acuerdo; en cambio, los profesores podrı́an estar detectando casos menos severos,
sobre los cuales no existe acuerdo unánime.
También podrı́a hipotetizarse que, dado que la conceptualización de maltrato fı́sico no es
clara, tampoco lo es respecto de lo que no constituye maltrato fı́sico. ¿Se puede señalar
claramente cuándo un niño no está siendo maltratado?, interrogante que lleva al segundo
problema a considerar.

Conceptualización del Buen Trato

La consideración del riesgo de maltrato infantil que presenta la población de Chile se


relaciona con la pregunta ¿qué significa no maltrato? Con el propósito de validar el mismo
instrumento de Milner (1986), en Argentina se realizó un primer estudio (Bringiotti, Barbich,
& De Paul, 1998) de modo similar al primer estudio chileno, es decir, se elaboró una versión
preliminar a partir de muestras extremas. El porcentaje de clasificación correcta obtenido fue
de un 97% (94,4% de los maltratadores y 100% de los no maltratadores). En una segunda
etapa, los investigadores argentinos decidieron validar el instrumento con muestras más
heterogéneas. La muestra de estudio siguió estando compuesta por casos severos extraı́dos
del sistema de salud; la de no maltratadores fue extraı́da de la población general. Los
individuos de la población general que se ubicaron en el cuartil superior obtuvieron puntajes
más altos que los propios maltratadores (A. Barbich, comunicación personal, Octubre 1997).
Esto podrı́a estar indicando que existen muchos casos de maltrato activo que no han sido
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detectados por el sistema de salud, o que el riesgo de ser un maltratador es muy alto y está
presente en forma importante en la población.
Cabe señalar que el supuesto con el cual se trabaja para determinar que existe potencial
de maltrato es que los potenciales maltratadores tienen caracterı́sticas similares a los mal-
tratadores activos. Si el riesgo de convertirse en un maltratador fı́sico infantil es muy alto en
una determinada población, entonces aquellos que no presentan riesgo son menos en
cantidad y, por lo tanto, se necesita contar con indicadores claros para clasificarlos. Si la
situación, en cambio, es que hay muchos maltratadores activos en la población que no son
detectados por el sistema de salud, entonces también se requiere contar con indicadores
claros para conceptualizarlos.
En el primer estudio chileno, la muestra de comparación seleccionada provenı́a del reporte
de los profesores, pero además se requerı́a que los individuos no presentaran más de un factor
de riesgo asociado a maltrato infantil. El cumplimiento de esta condición aseguraba una
mayor probabilidad de buen trato, lo cual puede no ser la caracterı́stica común de la
población. De hecho, la muestra fue de difı́cil extracción, dado que habı́a que eliminar a todas
aquellas personas que presentaran más de un factor de riesgo.
Los dos aspectos anteriores-dificultades en la conceptualización y probabilidad alta de
maltrato o riesgo en la población general-llevan a considerar un aspecto fundamental para la
construcción de un instrumento. Si la conceptualización no es clara, es difı́cil seleccionar las
muestras necesarias para su construcción. Si el riesgo de maltrato o presencia de maltrato es
una caracterı́stica común de la población, se necesitan indicadores claros para seleccionar las
muestras necesarias.
Se supone que una persona con potencial de maltrato fı́sico es un individuo con carac-
terı́sticas similares a las de aquellos que son maltratadores activos y, por lo tanto, puede
convertirse en un maltratador. Por tanto, para la construcción de un instrumento que detecte
potencial de maltrato fı́sico se necesitan dos muestras claramente identificadas en su con-
dición de maltrato o no maltrato, de modo de construirlo con aquellos itemes que discriminen
entre ambas muestras.
Por las dificultades mencionadas, es posible hipotetizar que hubo dificultades impor-
tantes en este aspecto en el segundo estudio. Contar con el señalamiento del profesor en
el 65% de los casos pudo significar que la inclusión de la persona en una u otra de las
muestras haya dependido de la perspectiva de éste, especialmente de su conocimiento del
tema y de su habilidad perceptiva. Es posible, entonces, que las muestras se asemejen,
puesto que casos leves de maltrato pudieron haber sido considerados como maltrato por
profesores más perceptivos y como no maltrato por otros menos perceptivos. De este
modo, si las muestras son similares, es razonable pensar que son pocos los itemes que
discriminan.
La selección de la muestra de comparación también presenta dificultades. Para la valida-
ción definitiva del instrumento de Milner, realizada en Estados Unidos y España (De Paul,
Arruabarrena, & Milner, 1991; Milner, 1986), ésta se extrajo de la población general. Sin
embargo, es necesario señalar que ambos paı́ses presentan sistemas de protección infantil
más desarrollados que Chile o Argentina, por locual es posible suponer que no hay (o hay
pocos) casos de maltrato activo no detectados.
A.M. Haz, V. Ramı́rez / Child Abuse & Neglect 26 (2002) 481– 495 491

Conclusiones

Los resultados de los estudios mencionados señalan que el instrumento utilizado tiene sensi-
bilidad para detectar individuos extremos, es decir, casos de maltrato fı́sico severo y casos de muy
buen trato. Los casos de maltrato fı́sico severo corresponden a aquellos en los que el niño ha
debido ser llevado a un hospital o posta de urgencia por daños evidentes ocasionados por el
maltrato. Los casos de buen trato son aquellos que presentan no más de un factor de riesgo
asociado a maltrato fı́sico. Ambos casos parecen corresponder a porcentajes pequeños de la
población, desde la experiencia de las investigaciones realizadas en Chile y Argentina.
Las distribuciones de los puntajes de la escala modificada para Chile de las muestras de
actuales maltratadores y actuales no maltratadores se superpusieron en una extensión amplia,
lo cual significa que existe un área de indecisión en la clasificación del 67%. Este porcentaje
de indecisión es muy amplio para aplicar este instrumento a las poblaciones que asisten a
programas del sistema de salud.
Posiblemente mejorar la sensibilidad del instrumento no es la dirección adecuada que
surge de los resultados, ya que el problema principal parece radicar en la selección de las
muestras, lo cual a su vez depende de problemas de conceptualización, de la presencia en la
población general de maltratadores activos no detectados y de factores de riesgo asociados
a maltrato. Esta situación podrı́a estar explicando la presencia de dificultades semejantes en
los estudios efectuados por el equipo de investigación de la Universidad de la Frontera
(Aracena et al., 1999) y por el equipo de investigación de Buenos Aires (A. Barbich,
comunicación personal, Octubre 1997).
Los resultados del segundo estudio muestran que existe un desafı́o importante previo a la
validación de un instrumento definitivo: el estudio de la conceptualización que tiene tanto la
comunidad como los profesionales respecto de lo que significa maltratar fı́sicamente a un niño.
Esta conceptualización constituye el eje fundamental para la construcción de instrumentos de
medición de este problema. La conceptualización del fenómeno es también un eje fundamental
en las estrategias de prevención y de intervención. Si el problema no está claramente definido, es
difı́cil saber aquello que se está previniendo o aquello que mejora con el tratamiento.
Por último, las limitaciones que ha debido enfrentar la investigación en Chile lleva a refle-
xionar sobre caminos alternativos para enfrentar el problema del maltrato infantil. Uno de ellos
dice relación con el estudio de los factores protectores. Si la historia de maltrato fı́sico, por
ejemplo, es un factor de riesgo presente en la población chilena (Haz, 1997), resulta interesante
conocer por qué algunas personas con historia de maltrato fı́sico no se convierten en maltrata-
dores de sus propios hijos. También es interesante desarrollar un enfoque más promocional,
dados los problemas que enfrentan las actuales estrategias de prevención. En este sentido, las
estrategias encaminadas a mejorar el vı́nculo madre-hijo y padre-hijo, por ejemplo, pueden
constituirse también en estrategias de prevención del maltrato infantil que no necesitan de una
delimitación precisa de lo que se comprende por maltrato.

Anexo. Escala de abuso propuesta para Chile


5. Soy una persona confusa. (Soy una persona que no tiene las cosas claras)
6. No confı́o en la mayorı́a de la gente.
492 A.M. Haz, V. Ramı́rez / Child Abuse & Neglect 26 (2002) 481– 495

9. Muchas veces estoy confundido(a). (Muchas veces estoy enredado(a)


12. Generalmente actúo sin pensar.
14. Soy una persona feliz.
17. Muchas veces estoy enojado(a) por dentro.
18. A veces me siento completamente solo(a) en el mundo.
22. Muchas veces siento que me rechazan.
23. Muchas veces me siento solo(a) por dentro.
25. Muchas veces siento que las cosas no me salen como quiero.
26. Los niños nunca deberı́an desobedecer.
28. A veces me da miedo perder el control de mı́ mismo(a).
30. Tengo un hijo que es torpe.
38. Soy una persona con mala suerte.
41. En la vida las cosas generalmente han ido en mi contra.
47. A veces siento que no valgo nada.
48. Mis padres no se preocuparon realmente de mı́.
49. A veces estoy muy triste.
51. Tengo un hijo que rompe cosas.
52. Generalmente me siento preocupado(a).
54. Un niño nunca deberı́a contestar a sus mayores.
56. Muchas veces me altero con facilidad. (Muchas veces pierdo la paciencia).
63. Muchas veces estoy preocupado(a) por dentro.
67. La gente me ha causado mucho dolor. (La gente me ha hecho sufrir)
69. Tengo un hijo que se mete mucho en problemas.
74. En estos tiempos uno no sabe realmente con quién contar. (Uno no sabe realmente
a quién pedirle ayuda)
75. En general, mi vida es feliz.
78. Otras personas no entienden cómo me siento.
80. Los niños deberı́an callarse y escuchar.
82. La escuela es la principal responsable de educar al niño.
83. Mi familia actual pelea mucho.
84. Sufro de dolores de cabeza.
85. Cuando niño(a) abusaron de mı́ o me trataron mal.
87. En general, no me gusta que me toquen.
90. No me rı́o mucho.
94. Mi familia actual tiene problemas para llevarse bien.
95. Muchas veces me parece que la vida no tiene sentido. (Muchas veces me parece que
no vale la pena vivir)
98. La gente no me comprende.
99. Muchas veces siento que no valgo nada.
100. Alguna gente ha hecho mi vida infeliz.
102. A veces no sé por qué me comporto como lo hago. (A veces no entiendo por qué
hago algunas cosas)
103. Tengo muchos problemas personales.
104. Tengo un hijo que muchas veces se hace daño. (Tengo un hijo que se golpea)
A.M. Haz, V. Ramı́rez / Child Abuse & Neglect 26 (2002) 481– 495 493

105. Muchas veces me siento muy alterado(a).


107. En general, mi vida es buena.
109. Me altero fácilmente con mis problemas.
111. Mis padres no me entendı́an.
113. Mi hijo tiene problemas especiales. (Mi hijo tiene problemas poco comunes, que no
tienen todos los niños).
114. No me gusta la mayorı́a de los niños.
118. Generalmente me siento deprimido(a).
120. Generalmente estoy alterado(a).
123. Los niños deberı́an siempre hacer felices a sus padres.
126. A veces preferirı́a no tener que cuidar a mis hijos.
128. Tengo un(a) hijo(a) que es lento(a).
129. Los padres deben castigar a sus hijos si quieren que se porten bien.
130. Los niños nunca deberı́an dar problemas.
132. Un niño necesita reglas muy estrictas.
133. Los niños nunca deberı́an desobedecer a sus padres.
136. Cuando niño(a) muchas veces estaba asustado(a).
137. Los niños deberı́an ser siempre educados y tranquilos.
138. Muchas veces estoy alterado(a) y no sé por qué.
140. A veces tengo miedo que mis hijos no me quieran.
143. Muchas veces me siento muy solo(a).
144. La gente no deberı́a mostrar rabia.
145. Muchas veces me siento solo(a).
148. Mi familia actual tiene muchos problemas.
151. Otras personas han hecho mi vida difı́cil.
154. Generalmente me siento asustado(a).
158. Cuando niño(a) mis padres me pegaban.

Itemes agregados en la versión chilena


161. Tengo bonitos recuerdos de mi niñez.
162. Mis padres nunca me pusieron atención.
165. En general, es bueno confiar en los demás.
166. Mis padres se desquitaban con nosotros (o conmigo). (Mis padres descargaban su
rabia con nosotros (o conmigo)
171. Tengo una buena relación con mi pareja.
173. Mis padres eran cariñosos conmigo.
175. Los niños deberı́an dar siempre gusto a sus padres.
177. Mi pareja me trata mal.
179. Mi pareja siempre anda con mala cara.
180. Soy una persona que sabe controlarse.
183. En mi familia actual las cosas se conversan.
188. Le tenı́a miedo a mi padre.
190. Mi familia actual es muy unida.
494 A.M. Haz, V. Ramı́rez / Child Abuse & Neglect 26 (2002) 481– 495

191. Mis padres me apoyaban cuando tenı́a problemas.


Los números de los itemes del CAP corresponden a los originales de la versión en inglés; los
restantes, corresponden a la versión modificada del CAP en castellano.

References

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Disponible en: http://www.unicef.cl/ind 8.htm#maltrato.

Abstract

Objective: This paper describes two studies aimed at validating the Chilean version of Child Abuse
Potential (CAP). The paper also discusses problems in what respects conceptualizing and detecting
maltreatment within a process of research as it relates to a specific culture.
Method: An instrument based on the Child Abuse Potential Inventory was administered to two different
A.M. Haz, V. Ramı́rez / Child Abuse & Neglect 26 (2002) 481– 495 495

samples of 134 people and 280 people, respectively. Both studies are contrasted in terms of internal
consistency, factor analysis, and the instrument’s ability to discriminate between abusers and non-abusers.
Results: Both studies feature good internal consistency (.98 and .95) and a factor structure similar to that
of the original instrument; however, the second study shows problems concerning correct subject classi-
fication. The contrast of both studies suggests that the instrument is suitable for discrimating between
severe child physical abuse and very well-treated children. The indecision area of classification is 67%.
Conclusion: The results of both studies highlight the need to conceptualize and operationalize child
abuse within a specific cultural context. The distinction between abusers and non-abusers becomes
more blurred in the less extreme cases.

Résumé

Objectif: Cet article décrit deux études qui ont tenté de vérifier la validité de la version chilienne du
Child Abuse Potential Inventory. L’article discute aussi des difficultés à conceptualiser et déceler les
mauvais traitements dans le contexte de la recherche et dans un cadre culturel particulier.
Méthode: On a administré un instrument basé sur le Child Abuse Potential Inventory à deux
échantillons de 134 et 280 personnes respectivement. On compare les deux études au niveau de leur
cohérence interne, de l’analyse des facteurs afférents et de la capacité de l’instrument de distinguer les
agresseurs de ceux qui ne le sont pas.
Résultats: Les deux études démontrent une bonne cohérence interne (.98 et .95) et une structure
factorielle qui est semblable à l’instrument original. Toutefois, la deuxième étude révèle des difficultés
par rapport à la juste catégorisation des sujets. Les deux études suggèrent que l’instrument est capable
de distinguer entre les enfants gravement maltraités physiquement et les enfants très bien traités. La
cote d’indécision par rapport à la catégorisation est de 67%.
Conclusions: Les résultats des deux études soulignent l’importance de conceptualiser et de traiter de
l’enfance maltraitée dans un contexte culturel particulier. On note que la distinction entre les
agresseurs et les non agresseurs est diffuse dans les cas moins extrêmes.

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