Historia
La capilla San Juan de Letrán fue levantada por Don Diego Sandoval, trajo
consigo la imagen de San Juan de Letrán y la colocó en un retablo Barroco, para
construir la primera Iglesia, se traía cal de la calera y fabricaban ladrillos y teja en
la recoleta del Tejar.
Fachada Lateral
Atrio
Fue creado para disimular el desnivel del suelo y para dar una perspectiva a las
monumentales fachadas a causa de la estrechez de las calles. Está hecho con
sillares de piedra, y a los bordes de piedra labrada para defenderla de los
mercachifles ( ) y en la época colonial fue utilizado como cementerio de la gente
pobre. Mide 40 metros de largo y 15 metros de ancho.
Cruz
La puerta principal
Está hecha de piedra, tiene dos pilastras corintias, tiene una cornisa y en la parte
de encima se encontraba una hornacina con la imagen de San Pedro de Nolasco,
pero ahora se encuentra una placa de mármol traída desde Cuenca.
Fachada Principal
Tiene unos portones de madera tallada. El ingreso es un arco de medio punto que
en la parte superior posee dos querubines en bajo relieve, sobre los capiteles se
asienta un friso y una cornisa y sobre estos el segundo cuerpo de la fachada que
tiene en el centro una hornacina con la escultura de San Pedro de Nolasco.
Torre
El segundo cuerpo tiene 4 arcos de medio punto dovelados, de las cuales penden
cinco campanas, a sus flancos llevan semi columnas pareadas sobre sus
respectivos pedestales y cuyos capiteles sostienen un entablamento que circunda
los cuatro frentes de la torre, y la crestería que corona es ondulada y calada.
Antes del terremoto de 1868 la torre remataba en una cúpula nervada con una
preciosa y original linterna y cupulín después del terremoto se eliminó este
singular remate y con quitar esto se fue tres metros de la altura.
La iglesia cuenta con tres naves: Nave central (70m de largo por 25m de ancho), y
las laterales (70m de largo y 6m de ancho).
Mampara
Está decorada con varios cuadros, son 18 cuadros de Víctor Mideros, a los lados
de la mampara se encuentran cuatro cuadros pintados sobre roca. En el cielo raso
se encuentra un lienzo que representa la Santísima Virgen de la Merced con el
niño en brazos y a su lado mártires Mercedarios.
A lado derecho encontramos el retablo del Señor del Divino Amor, este retablo se
terminó el 20 de octubre de 1773, siendo maestro mayor Don Gregorio Silvestre.
Se manifiesta un arte clásico que consta de un nicho central de arco semicircular,
de preciosas molduras sobre columnas salomónicas; además este nicho está
canteado por dos grandes cuerpos de pilastras ricamente decoradas. Tiene un
entablamento de la cual destaca la cornisa por su estilo rectilíneo. La base de
cada columna al igual que la mesa del altar, están decorados con florones de alto
relieve. La superficie está dorada con láminas de oro de subidos quilates.
Antes estaba cubierta con morete que era un falso oro, el problema de este orete
es que al cabo de un corto plazo pierde su brillo y se hace de un color verdoso que
tiende a color negro. El sagrario está ornamentado con ángeles, una custodia,
rodeado de serpenteantes, y con cuatro columnas jónicas pareadas,
delicadamente talladas y decoradas con hojas de acanto.
Mampara de Piedra
Fue un importante doctor que aporto con dinero a los mercedarios, por lo cual en
gratitud se le creó ese mausoleo.
Al costado izquierdo del retablo se encuentra la puerta denomina “del perdón” que
es de ingreso al convento de los Padres Mercedarios
Fue tallado por Manuel Gualoto en 1802. Se dice que San Pedro de Armengol iba
a morir en la orca, y le pidió ayuda a la Virgen. La Virgen acompañada de un grupo
de ángeles lo tomaron por la parte de los costados, evitando que San Pedro de
Armengol muera ahorcado.
Este retablo es una copia idéntica de los retablos de la Compañía de Jesús, con la
única diferencia que tiene paneles más anchos para abarcar toda la pared por la
razón La Merced tiene las naves de crucero más anchas que las de La Compañía.
San Ramón fue realizado en 1916 en Barcelona, por Don Francisco Villa. Este
retablo antes fue dedicado para San Joaquín, por lo que en el Rosetón apenas se
avanza a leer San Joaquín y hoy, ocupa una escultura de autor anónimo.
El retablo se apoya sobre una mesa altar que se apoya a su vez sobre cuatro
pilares y cuyo fuste se encuentra con una sobrecargada decoración. Se compone
por tres paneles separados por cuatro balaustres, que se levantan desde cuatro
bases y las columnas tienen fuste de estilo barroco, que están formadas por torsos
humanos. El sagrario de esta capilla está realizado en metal niquelado para dar
seguridad en caso de un incendio, rodeado de cuatro columnas que llevan en su
parte superior un frontón interrumpido, para darle sitio a una enorme y preciosa
hornacina, en la que está colocada una esbelta y clásica escultura francesa del
Ángel de la Guarda, con su mano izquierda en alto, mientras con la derecha
protege y guía a un niño.
A los costados del ángel de la Guarda se encuentran otros dos ángeles con el
brazo levantado para aportar equilibrio. Al costado izquierdo está la imagen del
Sagrado Corazón de Jesús y a lado derecho se representa al Inmaculado Corazón
de María, obra del singular artista cuencano Don Manuel Ayabaca.
En el sócalo se hallan siete ángeles que sostienen en sus manos uvas y espigas
de trigo, todo el conjunto resplandece por la claridad de sus colores suaves y
discretos. A lado de las pilastras se encuentran dos ángeles de tamaño real que
sostienen los escudos de la Orden Mercedaria. La tarima es de fino parquet.
Retablo Mayor
Es obra del inmortal Bernardo de Legarda, está compuesto por dos cuerpos:
superior e inferior; con tres ejes, se encuentran dos puertas elegantemente
talladas y tienen en el centro el tradicional escudo del orden mercedario que
comunican la sacristía con el altar. En su primera grada está el sagrario o
tabernáculo donde se representa el santísimo sacramento. En el cuerpo inferior
está organizado por cuatro columnas salomónicas, entre las cuales a la derecha
se encuentra San Pedro Pascual y a la izquierda San Pedro Nolasco. El nicho
tiene un marco semicircular que se apoya en columnas salomónicas. Su tercio
inferior está decorado con mascarones, tallos de hojas de acanto y uvas.
El cuerpo superior está compuesto de dos nichos más pequeños en los cuales a la
derecha se encuentra San Lorenzo Mártir y a la izquierda San Nicolas de Bary.
Estos nichos son de medio punto y fueron colocadas solamente dos columnas
salomónicas en el límite del eje central, que soportan sobre su capitel un arco
mistilíneo, formado por su propia moldura de la cornisa de las ménsulas
sobrepuestas a las columnas.
En el gran cuerpo central del retablo estaba conformado por un arco que aloja un
nicho aconchado en su absidiola (Capilla semicircular del ábside o del transepto
de una iglesia), donde se halla la venerada imagen de Nuestra Madre de la
Merced, esta imagen fue tallada en piedra y en sus brazos sostiene al niño Jesús.
La estatua que se puede ver tiene brazos postizos y el niño Jesús es sobrepuesto,
porque el original está pegado al cuerpo.
El presbiterio está decorado con dos cuadros gigantes que se encuentran a los
costados con la autoría de Víctor Mideros. Al lado derecho está el cuadro de “La
ofrenda del padre”, llamada así por el artista (el padre eterno arriba al fondo
acepta el sacrificio de Jesús que dio su vida para reparar la ofensa del pecado del
hombre). Al lado izquierdo el cuadro “He aquí que vuelvo”, original en su
concepción, como testimonio de su intensa vida espiritual de consagrado y
comprometido, Mideros se manifestó en esta creación pictórica. En el subsuelo del
presbiterio se halla levantada la cripta por expresa petición de Francisco Pizarro y
de su hermano Gonzalo, en los primeros días de la fundación.
Púlpito
Costó 1586 pesos, por la madera, carpinteros, clavazón, libros de oro y doradores,
esta tribuna sagrada sigue exhibiendo el arte barroco en todo su esplendor, tallada
a fines del siglo XVII y fue trasladado de la antigua iglesia a la nueva.
Tiene la forma típica de un cáliz al que se asciende por unas escaleras suaves con
un pasamano y un corredor. Tiene base octogonal, cubierta de volutas talladas en
madera, se levanta un fuste adornado con cabezas de querubines que sostienen
el asiento de la copa formando una gran concha agallona, se halla decorada con
nueve nichos entre cariátides y ángeles. Contiene nueve preciosas esculturas
policromadas teniendo a sus costados pequeñas columnas salomónicas con
discretas cornisas, esta decoración continúa en el pretil del corredor, hacia la
grada.
Flanqueado por cuatro columnas de fuste liso con capitel corintia y anilladas en el
tercio inferior, el capitel sigue una línea sinuosa sobre el que descansa el remate,
donde está un baldaquino ( ), bajo el cual está la escultura está la escultura del
padre Eterno, en el nicho central se venera un conjunto escultórico compuesto de
tres imágenes de tamaño natural, que representan al niño Jesús en el centro, en
medio de la Virgen María y de San José. Este conjunto fue traído desde
Barcelona, en la antigüedad estaba cubierta de orete y en la actualidad se cambió
por láminas de oro.
Coro
Posee arcos fajones decorados con lazos moriscos igual que la bóveda central, el
coro es una extensión de la bóveda central, la única diferencia que faltan unos
remates en los espacios de los arcos, en cambio estos no descansan sobre
pilastras, sino que se pierden en los muros. En el conjunto del sillar se encuentra
un delicado tallado en la urna central de la escultura de la santísima Virgen de la
Merced, vestida de blanco con tela endurecida y con un niño Dios en brazos; el
coro tiene una decoración floral y en el fondo se halla un gran ventanal que ilumina
todo el recinto, en el jube se observa una decoración lineal tanto en la bóveda
como en el antepecho, los corredores colgantes únicos en Quito y los remates que
se elevan junto a las bóvedas, todo dorado y bruñido con láminas de oro. El jube
que sierra el coro está tallado en madera de cedro rojo, está dividido en tres
partes: un sócalo compuesto de paneles separados por figuras de niños a manera
de cariátides y en el tercio intermedio se halla una columna salomónica coronada
con abultado capitel y hacia arriba una reja también separada por otros angelitos
de cuerpo entero muy iguales como en el tercio inferior, los dos corredores están
ocupados por órganos que rematan con el sello del escudo Mercedario; todo el
conjunto es dorado y bruñido.
Para acceder a los corredores hay que atravesar dos puertas talladas con
opulencia del arte barroco, estos corredores son únicos en Quito cuyas tallas son
verdaderos encajes.
Los órganos fueron traídos de la Villa de Ibarra, hoy están destruidos por los
terremotos y apenas se conservan los fuelles que son los pergaminos que están
detrás del armazón. Los ángeles que sostienen en sus manos las trompetas y
situados a los costados y delante, se dice que cuando funcionaban los órganos,
los sonidos musicales se emitían por dichas cornetas.
“El primer órgano musical que llegó a Quito fue comprado por el presidente
Gabriel García Moreno en Francia para el conservatorio de Música pero ahora se
encuentra en la torre de la iglesia”.
El Cristo del centro del jube tiene una belleza, y naturalidad además de que tiene
una perfecta anatomía, no consta el año ni la fecha de elaboración, esta obra se le
atribuye al famoso Padre Carlos.
Tanto la pilastra como el intradós y los arcos torales del crucero tienen una
decoración lineal de lazo, los arcos se dividen en la nave central de los laterales,
tienen florones en medio de entrelazados de diferentes variedades, en las enjutas
y del friso son serpenteantes y la bóveda también de serpenteantes con figuras de
angelitos en los remates, en la clave de la bóveda del presbiterio se encuentra el
escudo de la Orden y en la nave central tres florones redondos con resplandores
que le sostienen dos ángeles con los monogramas de Jesús y María.
Las cúpulas pequeñas de las capillas están decoradas con sarmientos y uvas.
Bibliografía: