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Néstor J. Gutiérrez: Semblanza de JUAN ERNESTO PIVEL DEVOTO 

Juan E. Pivel Devoto en su escritorio de trabajo. 

 
 
Juan Ernesto Pivel Devoto (Payusandú, 1910 - Montevideo, 1997) fue historiador y
editor del Estado uruguayo. Es considerado uno de los fundadores de la historiografía
nacional por varias de sus obras fundamentales, como la Historia de los partidos
políticos en el Uruguay (1942), la Historia de la República Oriental del Uruguay
(1945), Raíces coloniales de la Revolución Oriental (1952), la Historia de los partidos y
de las ideas políticas en el Uruguay (1956), y Los bancos, 1868- 1876 (1976), entre
otras. A su extensa obra personal es necesario agregarle la edición de las 44 entregas de
la Revista Histórica (publicación oficial del Instituto Histórico y Geográfico del
Uruguay que inició su segunda época con la dirección de Pivel a partir de 1942), los 28
volúmenes del Archivo Artigas (recopilación y transcripción de documentos sobre el
prócer oriental) y los 166 tomos de la Colección de Clásicos Uruguayos (1953-1982) en
los que tuvo directa responsabilidad.
Hijo de Juan Pivel, de origen vascofrancés, y Laura Devoto, hija de italianos,
nació y se crió en un hogar de clase media en el departamento de Paysandú. A los ocho
años, con un grupo de compañeros, decidió publicar un periódico titulado El Uruguay,
donde comenzó escribiendo sobre personajes históricos. Ayudado por el Ensayo de
Historia Patria (1913), de HD (Hermano Damasceno, seudónimo de Gilberto Eduardo
Perret), el primer artículo fue sobre Leandro Gómez, héroe de la resistencia en
Paysandú, considerado por la historiografía como uno de los primeros defensores de la
nacionalidad uruguaya.
Ya en 1919 llegó a Montevideo, donde estudió en los Talleres Don Bosco de
enseñanza privada y religiosa. Según cuenta, en aquellos años, leía y recortaba todos los

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diarios, y los pocos ahorros que conseguía guardar los invertía en libros con los cuales
fue conformando lo que más adelante será una de las bibliotecas más importantes y
numerosas de nuestro país con cerca de 30.000 volúmenes (Rama, 1961).
En 1923 ingresó en educación secundaria, en el mismo año en que culminaban
las obras para la erección del monumento de Artigas en la Plaza Independencia. Su
relación con la figura del prócer quedó marcada por la lectura de La Epopeya de
Artigas, de Zorrilla de San Martín regalado por su madre, que también le obsequió la
Historia de la dominación española en el Uruguay, de Francisco Bauzá, historiador al
que consideró el más importante de su vida. El día de la inauguración del monumento,
un 28 de febrero de 1923, Pivel se encontraba entre los asistentes donde escuchó todos
los discursos, entre ellos, el del propio Zorrilla.
Los estudios secundarios los desarrolló en el Instituto Alfredo Vázquez Acevedo
(IAVA) donde se encontraban los mejores docentes del país y que contaba con una
nutrida biblioteca. Allí se dedicó enteramente al estudio de la historia utilizando a Bauzá
como guía de sus lecturas. A la hora de ingresar al nivel terciario su decisión era
continuar con los estudios humanísticos lo que lo condujo a estudiar abogacía, ya que
no existía aún la Facultad de Humanidades. Sin embargo, decidió cursar únicamente las
materias que le interesaban.
Debido a la cercanía con la polémica sobre la conmemoración del centenario de
la independencia desatada hacia 1925, Pivel se interesó en el período histórico de 1825
a 1828, años de la Cruzada Libertadora. Para ello, organizó y copió a máquina los
documentos encontrados en el Estado Mayor del Ejército (donde para continuar con el
trabajo en el Archivo tuvo que alistarse como soldado sin contrato), que luego fueron
publicados en dos tomos. Hacia finales de 1928, y por intermedio del Dr. Julio Lerena
Juanicó, conoció a varios historiadores y figuras políticas relevantes, como Pablo
Blanco Acevedo, Felipe Ferreiro, Mario Falcao Espalter, Gustavo Gallinal, Daniel
García Acevedo y Luis Alberto de Herrera quien generará una gran influencia política y
personal (Vidaurreta, 2001: 29).
Fue por intermedio de uno de sus amigos que ingresó recomendado al Instituto
Magisterial Gabriela Mistral de carácter privado, para dictar un curso de cuarto grado
denominado Historia y Constitución. Ya hacia 1931 comenzó a trabajar en forma
rentada en el Instituto Histórico y Geográfico (al que ingresó como miembro en 1935) y
en el Archivo General de la Nación. A partir de 1936 comenzó su actividad como
profesor en la Escuela Militar y posteriormente en el Liceo Francés, donde su rol
docente no lo dejará de ejercer hasta la destitución por parte de la dictadura en 1982.
Su larga carrera política e intelectual lo llevó a ser director del Museo Histórico
Nacional (1940-1982), integrar diversas comisiones interesadas en la conservación
documental del Uruguay, así como su patrimonio histórico. Fue por Herrera que Pivel
ingresó como director al Museo Histórico luego de la muerte de Daniel Martínez Vigil
en 1940. Desde allí, organizará y aumentará la documentación existente, adquirirá obras
a través de canjes con otras instituciones similares en América, además de la obtención
de ocho nuevos locales que organizará como museos y retomará la publicación oficial
denominada la Revista Histórica a partir de 1942. También escribió durante su actividad

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cultural pública, once prólogos para el Archivo Artigas y doce para la Colección de
Clásicos, a las siguientes obras: Isidoro de María (1957), Montevideo Antiguo; José
María Reyes (1960), Descripción Geográfica del Territorio de la República Oriental
del Uruguay; Alejandro Magariños Cervantes (1963), Estudios históricos, políticos y
sociales sobre el Río de la Plata; Juan Zorrilla de San Martín (1963), La Epopeya de
Artigas; Juan M. de la Sota (1965), Historia del territorio oriental del Uruguay;
Francisco Bauzá (1965), Historia de la dominación española en el Uruguay; Manuel
Herrera y Obes y Bernardo Prudencio Berro (1966), El caudillismo y la revolución
americana. Polémica; Bernardo Prudencio Berro (1966), Escritos selectos; César Díaz
(1968), Memorias; Francisco Bauzá (1972), Estudios Sociales y Económicos; AA. VV.
(1975), La independencia nacional; Luciano Lira (1981), El Parnaso Oriental o
Guirnalda Poética de la República Uruguaya.
A su vez fue nombrado Ministro de Instrucción Pública y Previsión Social
(1963-1967) y presidente del SODRE (Servicio Oficial de Difusión, Radiotelevisión y
Espectáculos) entre 1959 y 1963. Durante la última dictadura cívico-militar (1973-
1985) Pivel continuó sus actividades dentro del Estado, editando la Colección desde
1973 hasta su destitución en 1982.
Una vez finalizada la dictadura, fue nombrado presidente del Consejo Directivo
Central de la Educación Pública durante la primera administración del Dr. Julio María
Sanguinetti como Presidente de la República, entre 1985 y 1990. Ese fue el último
cargo público que desempeñó. Falleció en Montevideo el 11 de febrero de 1997.

Néstor J. Gutiérrez
Universidad Nacional de La Plata

Selección bibliográfica 
 
 
RAMA, Ángel (1961). La biblioteca de un historiador. Montevideo: Marcha.
RILLA, José (2008). La actualidad del pasado. Usos de la historia en la política de
partidos del Uruguay (1942- 1972). Montevideo: Debate.
SANSÓN CORBO, Tomás (2011). «Proceso de configuración del campo
historiográfico uruguayo», História da Historiografia, n.° 6. Ouro Preto: UFOP.
VIDAURRETA, Alicia (2001). Conversaciones con Juan E, Pivel Devoto. Montevideo:
Ediciones de la Plaza.
ZUBILLAGA, Carlos (2002). Historia e Historiadores en el Uruguay del Siglo XX.
Montevideo: Librería de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la
Educación.

Para citar este documento: Gutiérrez, Néstor J. (2017). «Semblanza de Juan Ernesto Pivel Devoto
(1910-1997)». En Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes - Portal Editores y Editoriales
Iberoamericanos (siglos XIX-XXI) - EDI-RED: http://www.cervantesvirtual.com/obra/juan-ernesto-pivel-
devoto-payusandu-1910--montevideo-1997-semblanza-788502/ 

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