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CAP.

V TUMBA DEL JEFE GUERRERO SIPAN


1. Descubrimiento: Procesos, técnica, métodos e ilustraciones.

En 1987 surgió el hallazgo de la tumba


preincaica del Señor de Sipán, donde
supuso el empuje económico definitivo
que necesitaba Perú para su estudio
arqueológico, Pero también sirio para
humanizar la cultura mochica, que por
primera vez se le establecía rostro a esta
civilización.

El descubrimiento es uno de los mas importantes del siglo pasado


comparado con la importancia del Tutankamón que se encuentra expuesto
desde casi 10 años en el museo Tumbas Reales de Sipán.

La alarma salto cuando comenzaron a pagarse


botellas de chicha (Bebida fermentada de
maíz) con pequeñas chaquiras de oro
(Cuentas de collares) en las bodegas de la
zona, al tiempo, un huaquero (saqueador)
descontento con el reparo del botín confirmo
las sospechas al denunciar la existencia de un
yacimiento junto al pueblo de Sipán, en la
costa norte del Perú. Las excavaciones no
fueron fáciles, los arqueólogos necesitaban
protección policial y sufrieron amenazas vía telefónica, las piezas expoliadas
se vendían a buen precio y los salteadores empezaban a sospechar que le
botín podía ser mayor.
2. Antigüedad.

El Seño de Sipán fue un antiguo gobernante


mochica del Siglo III, dominado en el norte del Perú
cuyos restos fueron descubiertos en Julio de 1987
por los arqueólogos peruanos Walter Alva y Luis
Chero Zurita junto a su equipo arqueológico.

Este hallazgo marco un importante hito en la


arqueología del continente americano porque por
primera vez, se hallo intacto y sin huellas de saqueos, un entierro real de una
civilización peruana anterior a los incas. El ataúd de madera en el que fue
enterrado fue el primero en su tipo, se encontró en América y se revelo la
magnificencia y majestuosidad del único gobernante y guerrero del antiguo
Perú encontrado hasta la fecha de su descubrimiento, cuya vida transcurrió
alrededor del año 250 de nuestra era.

3. Funciones.

Es aquel momento donde Walter Alva se hizo cargo de la excavación con


muy pocos medios económicos y con tan solo dos policías de escolta. Todas
las noches hacían guardia y todas las noches sucedían propicios. Los
huaqueros seguían saqueando, el arqueólogo y su familia fueron
amenazados de muerte por los marchantes de lima, pero el no cejo en su
empeño, varias veces al día subía a una garita de vigilancia que había en el
centro de la excavación y disparaba al aire con su revolver para asustar a los
huaqueros que huían despavoridos.

Era una situación realmente complicada para el desarrollo de un proyecto


arqueológico, pero tras muchas penalidades y meses viviendo en constante
peligro, Walter descubrió en una de las pirámides (huacas) construidas
totalmente con adobe, una hornacina subterránea con un esqueleto sin pies
que parecía condenado a vigilar un tesoro, siguió sacando tierra y hallaron
otro esqueleto, otro guardián con los pies amputados para que no escapara.
El tesoro custodiado debía de ser muy importante finalmente apareció debajo
de un enrejado de troncos de algarrobo y adobe en el que enseguida
llamaron Señor de Sipán, cubierto de fundas y atributos de oro, flanqueado
a ambos lados por los edecanes, tal vez su jefe civil y militar, a la cabecera,
un esqueleto de mujer, su esposa y a los pies otro esqueleto femenino, con
su concubina y también su perro.
El Señor de Sipán murió en torno a los cuarenta años, por alguna epidemia,
sus compañeros de eternidad fueron sacrificados en solemnes ritos
funerarios. Se trataba de un gran gobernante de la máxima estructura social
y política de la cultura mochica que se desarrollo entre los siglos I a. C y VI
d. C en la zona.
4. Importancia del descubrimiento.

Walter Alva expreso que la conmemoración de los 25 años de descubrimiento


es importante porque permite mirar en la perspectiva del tiempo que ha
significado este hecho, las gestiones para la construcción del museo y el
impacto en la arqueología, la identidad y el desarrollo de Lambayeque.

Sipán genero un gran un impacto académico, impulso la investigación


arqueológica en el norte y un impacto en la colectividad regional con el
sustento de la identidad y por supuesto un impacto económico al convertir a
Lambayeque en uno de los distintos centros turísticos mas importantes del
País.

5. Ornamentos o joyas encontradas.

OREJERAS DE GUERRERO

Representa la figura de un pequeño jefe guerrero


hecho en oro laminado y martillado, vestido con
una túnica de turquesas, estas orejeras son una
de las mas bellas e impresionantes joyas que
acompañaron la tumba del Señor de Sipán, es
una miniatura perfecta con piezas colgantes y
removibles, Es tan perfecta que cada nudillo del
guerrero es visible, mide 9.4cm de diámetro.

PECTORALES

Su función era cubrir el cuerpo, pecho y hombros


del dignatario, cuando fueron retirados de los
sepulcros representaron todo un reto para los
arqueólogos, pues lo hilos que mantenían unidas
las cuentas se desintegraron con el paso del
tiempo y muchos estaban superpuestos, Hoy,
plenamente reconstruidos, nos deslumbran con
su refinada elegancia.

HOMBRE CANGREJO

Muestra de la pieza original del hombre cangrejo


de la cultura moche. Dios del Mar que
frecuentemente se le representa en mítica lucha
con el dios felínico.
CETRO CEREMONIAL DEL SEÑOR DE
SIPAN

HOMBRE PULPO Ajuar funerario del Viejo


Señor de Sipán

COLLAR REALIZADO EN ORO, SON


ARAÑAS CON UNA CARA Y SU RED.

EMBLEMA DE BRAZOS ABIERTOS DE


COBRE DORADO (CONOCÍAN LA
TÉCNICA PARA DORAR)
6. Características del entierro.

El 20 de julio de 1987 surge uno de los más importantes descubrimientos


realizados en la historia de Perú, y del mundo, en el centro del valle de
Lambayeque, 35 km al este de Chiclayo en la zona norte cerca de la costa.
Se trata del entierro de un importante soberano, sacerdote guerrero moche,
llamado el Señor de Sipán.
Fue descubierto por casualidad luego de que la policía apresara a unos
saqueadores que poseían importantes objetos extraídos de los alrededores
del sitio los cuales usaban para pagar cervezas y los servicios de prostitutas.
Se le informó al arqueólogo peruano Walter Alva quien identificó el origen de
estas joyas como correspondientes a la sociedad moche. El rastro de estos
saqueadores los ubicó en la zona del pequeño poblado de Sipán, a media
hora de la capital Lambayecana.
Cuando las fuerzas del orden llegaron a la zona, se dieron con una imagen
propia de la fiebre de oro. Cientos de pobladores invadieron la zona
arqueológica para excavar en la denominada Huaca Rajada, con la
esperanza de hallar un tesoro como el saqueado en la víspera por la banda
de los Hermanos Bernal. En uno de los enfrentamientos de la policía con los
invasores murió uno de los saqueadores, identificado como Ernil Bernal.
Pocos días después, los arqueólogos, liderados por Walter Alva y con la
férrea vigilancia de la policía, expulsaron a los invasores e iniciaron las
excavaciones. En abril de 1987 se iniciaron los trabajos arqueológicos para
salvar el monumento con custodia policial.
Entre los escombros dejados por los saqueadores de tumbas se encontró un
cetro de cobre coronado con una representación de un templo en miniatura.
Un mes después se localizó un recinto con 1.200 piezas cerámicas, ofrendas
funerarias. A mediados de junio se inició el registro de la cámara funeraria y
se descubrieron los restos de un guardián sacrificado con los pies
amputados, también se encontraron evidencias de un ataúd confeccionado
con troncos de algarrobo. Los arqueólogos confirmarían, entonces que se
trataba de la primera tumba real con un sarcófago.
Es así como este equipo de arqueólogos realiza este importante
descubrimiento, su importancia radica en que corresponde a un sitio intacto
y sin huellas de saqueos. Semanas después, el 20 de julio de 1987, los
arqueólogos extraen los primeros ornamentos de oro que integraba el
fastuoso ajuar funerario del Señor de Sipán. La noticia dio la vuelta al mundo
cuando la revista de la Nacional Geographic le dedicó un amplio informe
donde comparaba este hallazgo con el de la tumba del faraón Tutankamón.
En este entierro que corresponde a un espacio de unos cinco metros de lado
cubierto por un techo dieciséis vigas de algarrobo colocados en sentidos
opuestos cubiertas con tierra y bloques de adobe. Se hallaron alrededor de
600 importantes objetos (expuestos en el Museo de las Tumbas Reales del
Señor de Sipán), usados en vida por este importante gobernante, como
orejeras de oro de turquesa, emblemas, ornamentos, armas (porras,
escudos), atuendos, máscaras, coronas, un collar que posee la
representación en oro y plata de alrededor de veinte frutos de maní, diez
están elaborados en oro y los otros diez en plata, indicando dualidad y que
representa, en su cosmovisión, su religión, las deidades principales del Sol y
la Luna. Este importante hallazgo marcó un hito en la arqueología de Perú,
de América y del mundo.
La tumba real de este importante soberano se encontró en una pirámide de
adobe pequeña y aislada. Allí fue enterrado el Señor de Sipán, junto a otras
ocho personas de su grupo, dos mujeres jóvenes, su esposa, un niño, un jefe
militar, el portaestandarte, el vigía, el guardián de la tumba, dos llamas y un
perro.
Debajo de la tumba del Señor de Sipán, se hallaron dos tumbas, la del
sacerdote y la del Viejo Señor de Sipán. En la del sacerdote, se hallaron
piezas que indicaban sería uno de los principales personajes en la jerarquía
religiosa de la civilización mochica. En las piezas que le acompañaban
destacan, como símbolos religiosos como el Sol y la Luna, la copa o el
cuenco destinados a los sacrificios, una corona de cobre bañado en oro
adornada con un búho con sus alas extendidas y otros elementos para el
culto a la Luna y el Sol. Los estudios de ADN de la tumba del Viejo Señor de
Sipán dieron como resultado que era un antepasado directo del mismo Señor
de Sipán, por lo que podría pensarse en una alta jerarquía hereditaria.
También pueden verse otras tumbas mochicas, algunas saqueadas y otras
con extraordinarios tesoros.
Se sabe por estudios relacionados con la Bioantropología o Bioarqueología
algunas características del señor Sipán, Su estatura era, aproximadamente,
de 1.67 m. (talla alta para ese periodo preincaico), una edad de
aproximadamente 30 años, su factor de sangre dio como resultado Rh
negativo, tipo de sangre poco común.
7. Cámara Funeraria
CAP. VI - OTRAS TUMBAS
1. Descubrimiento: Procesos, técnica, métodos e ilustraciones.

Tumba del sacerdote Guerrero.


Desenterrado en 2007
en Huaca Rajada, 20
años después del inicio
de las excavaciones.
Fue un integrante de la
élite mochica, casi del
mismo estatus que el
Señor de Sipán. Su ajuar
funerario no escatimaba
en honores: copas,
máscaras, coronas
ceremoniales, armas que demuestran su condición militar y hasta la lujosa
túnica que vestía en los ritos de culto que el pueblo mochica ofrecía al dios
Ai Apaec, incluyendo sacrificios humanos.

2. Antigüedad.
En esta tumba, junto al personaje principal, se hallaron a dos mujeres jóvenes
que lo flanqueaban y un guardián sin pies sepultado en un ataúd de caña. A
su izquierda, un ataúd de caña contenía el cuerpo de un hombre joven; a sus
pies, un ataúd de caña más pequeño contenía un niño, un perro y una
culebra. En la tumba igualmente se encontró una llama sin cabeza.

Por su gran tocado de lechuza y la copa de cobre junto a la mano derecha,


ambos objetos utilizados en las ceremonias de sacrificio y representados en
el arte Mochica, estamos hablando de lo que pudo ser el Gran Sacerdote de
Sipán, que vivió en los años 220 d C.
3. Importancia
Los indicios preliminares de este contexto funerario, inicialmente
denominado “Tumba 14”, fueron localizados a fines del año 2000, cuando las
investigaciones debieron ser temporalmente paralizadas por la falta de
recursos y la necesidad de dirigir nuestros esfuerzos a la construcción e
implementación del Museo Tumbas Reales de Sipán. Durante el registro de
la unidad -IIY, en el sistema de cuadriculación técnica de la Plataforma
Funeraria, habíamos identificado una probable intrusión en la arquitectura
original, localizada en la sección central-Oeste, aproximadamente a pocos
metros de la tumba saqueada, antes de nuestra intervención el año 1987. Al
reiniciarse las investigaciones en Mayo del 2007 (1), reconfirmamos
cuidadosamente la asociación de este probable entierro con la arquitectura
original correspondiente a la cuarta fase constructiva de la Plataforma
Funeraria de Sipán, en base al estudio de los pisos arquitectónicos que
cubrieron o fueron alterados por la intrusión, una tarea difícil frente a la
presencia de las varias perforaciones, de diversa magnitud y profundidad,
practicadas por los saqueadores de tumbas, una de las cuales, como
constatamos posteriormente, había llegado a pocos centímetros del
contenido de la tumba.
4. Ornamentos o joyas encontradas.
Valvas de concha spondylus
conteniendo singulares objetos en
miniatura, representando porras,
conos, círculos y diminutas placas,
donde resalta una diadema con la
silueta estilizada de un búho que lleva
las alas abiertas insinuadas por
líneas incisas verticales y paralelas
en el caso de plumas, al centro va
engrapada la pequeña
representación de la cabeza de un felino. Estas y otras miniaturas metálicas
parecen ser replicas diminutas o modelos de objetos, ornamentos y
vestimentas reales. En la misma
sección del sarcófago se encontró una
extraordinaria escultura de cobre
sólido, representando al “Hombre-
búho”, una de las principales deidades
del mundo mochica. Este personaje
mítico aparece de pie sobre una
plataforma rectangular-escalonada
con diseños geométricos incisos. Las
facciones del rostro son pronunciadas
y detalladas, sobresaliendo un pico en
lugar de nariz y dientes felínicos en la boca. Lleva incrustaciones de turquesa
para las orejeras y ojos, cuyas pupilas son de color negro
brillante. Aun cuando el cuerpo y extremidades resultan
humanas, posee una silueta de ave, brindada por las alas
extendidas del ornamento de la espalda, que representa de
modo naturalista un búho. Este Ser aparece también
ataviado con un tocado en forma de búho de tres pares de
alas extendidas, un collar con siete representaciones de
cabezas de búho, que tienen minúsculas incrustaciones de turquesa en los
ojos y finalmente un segundo collar de diez piezas representando cabezas
felínicas. Debajo de los collares aparecen garras de búho sujetando
pequeños roedores.
5. Características del entierro: Acompañantes

El sacerdote y el Viejo Señor de Sipán


Debajo de la tumba del Señor de Sipán se encontraron otras dos, la
del sacerdote y la del Viejo Señor de Sipán.
En la del sacerdote, se hallaron piezas que indicaban que sería uno de los
principales personajes en la jerarquía religiosa de la civilización mochica.
Este sacerdote, por los análisis de ADN efectuados, fue contemporáneo al
Señor de Sipán. En las piezas que le acompañaban destacan, además de
símbolos religiosos como el sol y la luna, la copa o el cuenco destinados a
los sacrificios, una corona de cobre bañada en oro y adornada con un búho
con sus alas extendidas y otros elementos para el culto a la Luna y el Sol. La
presencia de este personaje hace suponer que los mochicas eran
gobernados mediante un estado teocrático.
Por los mismos análisis de ADN, se ha probado que con una diferencia de
cuatro generaciones, el Viejo Señor de Sipán era un antepasado directo del
mismo Señor de Sipán, por lo que se podría pensar en una alta jerarquía
hereditaria.
6. Cámara funeraria

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