El ciclo del agua ha tenido lugar en la Tierra por billones de años, y toda forma de vida en el
planeta ha dependido y depende de su existencia. Esto quiere decir que si no existiese el ciclo
del agua, la vida en la Tierra no sería posible (Perlman, 2016).
Hace billones de años, la Tierra estaba compuesta por magma volcánico. Este magma contenía
agua, la cual fue liberada paulatinamente a la atmósfera de la tierra, permitiendo que ésta se
enfriase.
Eventualmente, la atmósfera terrestre se enfrió lo suficiente como para permitir que el agua
presente en la superficie terrestre pasara a estado líquido y sólido.
De este modo se puede evidenciar cómo el ciclo del agua está sujeto a los diferentes cambios
de temperatura que le permiten modificar su estado.
Por otro lado, cabe anotar que el ciclo del agua se rige completamente por la actividad del Sol
(University, 2014).
El ciclo del agua entonces inicia cuando una porción del agua que se encuentra en los océanos
se evapora gracias a la incidencia de la luz solar.
La luz del Sol calienta el agua y hace que ésta cambie de estado, evaporándose y pasando a la
atmósfera junto con el aire.
Una pequeña porción de este vapor proviene directamente del estado sólido cuando
fragmentos de hielo y nieve son sometidos a un estado de sublimación.
Cuando las corrientes de aire se elevan, el vapor de agua sube a la atmósfera. Esto incluye el
vapor del agua de los océanos, el hielo, la nieve y algunas otras fuentes, como la transpiración
de las plantas y el agua que se evapora del suelo.
El vapor se eleva hasta la parte más alta de la atmósfera, donde alcanza el aire más frío. Gracias
a este fenómeno, el agua pasa a condensarse en forma de nubes.
Las corrientes de aire alrededor de la Tierra, hacen que las partículas de las nubes colisionen,
crezcan y caigan a la tierra en forma de precipitación (Paul, 2015).
Algunas precipitaciones pueden caer a la Tierra en forma de nieve, y pueden acumularse para
formar cubiertas de hielo y glaciares, permaneciendo sólido por miles de años. Estas cubiertas y
glaciares son responsables del almacenamiento de grandes cantidades de agua.
Algunas nevadas en climas más cálidos usualmente pasan a estado líquido y se derriten cuando
la primavera llega. Luego, el agua líquida fluye por la superficie terrestre en la medida en la que
la nieve se derrite.
De este modo, la mayoría de las precipitaciones que cayeron a la tierra en forma de nieve
vuelven a los océanos o se escurren sobre el suelo a manera de corrientes superficiales (Frost,
2004).
El agua que no fluye a los ríos o al océano, y no se queda contenida en los lagos, es filtrada por
el suelo.
A veces, esta agua se encarga de abastecer rocas acuíferas (rocas subterráneas saturadas), las
cuales almacenan grandes cantidades de agua fresca por largos períodos de tiempos.
En otras ocasiones, el agua filtrada por el suelo se sitúa de forma próxima a la superficie
terrestre, creando cuerpos acuáticos que pueden emitir descargas de agua periódicamente,
como los son las fuentes de agua dulce o nacimiento de agua.
Sin embargo, la mayor parte del agua que es filtrada por el suelo es absorbida por las raíces de
las plantas y árboles, y retorna a la atmósfera cuando éstas le liberan en forma de vapor.
Almacenamiento y transferencia
El agua que participa dentro del ciclo del agua se encuentra almacenada principalmente en el
océano.
Sin embargo, otros lugares donde se almacena el agua pueden ser los glaciares, la tierra y la
atmósfera. De este modo, el movimiento del agua entre estos lugares de almacenamiento a lo
largo del ciclo se conoce como transferencia.
Cuencas hidrográficas
Los ríos son la principal cuenca hidrográfica que se encarga de depositar el agua recolectada en
el territorio continental y de verterla de vuelta en el océano.
Cada río se encarga de “atrapar” el agua que escurre por el efecto de la gravedad sobre la tierra.
De esta manera, los ríos son los responsables del desplazamiento del agua a lo largo de la tierra.
En ocasiones, el punto de vertimiento de los ríos no es el océano, sino un lago (BBC, 2017 ).
Como se dijo anteriormente, el ciclo del agua no tiene un comienzo ni un fin. Sin embargo, al
partir de la idea de que este ciclo comienza con la evaporación del agua y su paso en estado
gaseoso a la atmósfera, se puede afirmar que el ciclo concluye cuando el agua, después de
haberse desplazado por numerosos lugares, retorna al océano.
Referencias
(2017 ). Bitesize. Obtenido de The water cycle and river terminology: bbc.co.uk
Frost, H. (2004). El Ciclo Del Agua/The Water Cycle. Mankato: Capstone Press.
Paul, M. (2015). Water Is Water: A Book About the Water Cycle. New York: Roaring Book Press.
Perlman, H. (15 de December de 2016). USGS. Obtenido de Summary of the Water Cycle:
water.usgs.gov
University, W. J. (2014). Wheeling Jesuit University. Obtenido de The Water Cycle: cotf.edu.
Los 10 Tipos Principales de Glándulas en Humanos » « ¿Por qué evitar el consumo frecuente de
los alimentos ácidos?
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