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TÉCNICAS EN LA

ELABORACIÓN DE
DICCIONARIOS
Análisis de entrada lexicográfica

Grado en Lingüística y Lenguas Aplicadas


Laura Castro Alcocer
Las entradas de la unidad léxica canario, ria que a continuación analizaremos forman
parte del Diccionario de la Lengua Española (DLE) y lo sabemos gracias al análisis de su
macroestructura y microestructura. Este es un diccionario descriptivo y panhispánico,
pues recoge las palabras más empleadas de cualquier territorio de habla hispana, es decir,
tanto en España, como en países de Latinoamérica donde el español es una lengua oficial
(aunque la mayoría de estas son de la península). Las unidades que recoge son palabras
consideradas de la lengua, aunque también contiene tecnicismos. Estas unidades léxicas
en general son actuales, sin embargo, también recoge anteriores, de otras épocas, pues
este es un diccionario del español desde el siglo XVI por lo que contiene palabras que
están en textos clásicos. No obstante, en el pasado este era prescriptivo ya que se centraba
en señalar lo que se consideraba correcto o no. Por otra parte, el público al que está
destinado este diccionario es un público general con cierta formación para poder usarlo
que lo emplea por ejemplo para consultar mientras lee o para resolver alguna duda. De
hecho, en su mayoría son nativos y no extranjeros debido a las dificultades que estos
tienen al buscar una palabra, pues este diccionario no es bilingüe, sino monolingües.

Dentro de la macroestructura, el criterio de selección es normativo y las unidades que


componen las entradas son unidades léxicas simples, a diferencia de las subentradas que
están formadas generalmente por unidades léxicas compuestas. El orden de las entradas
y subentradas del DLE es semasiológico o alfabético (es decir, de la palabra al contenido,
estando estas clasificadas según el alfabeto: desde la letra A hasta la Z) y directo (la
alfabetización se realiza de izquierda a derecha). En este caso, encontramos dos entradas
que son unidades léxicas simples: canario1, ria y canario2, ria, incluyendo la segunda
dos acepciones y la primera diez más una subentrada, siendo esta una excepción, pues no
es una unidad léxica compuesta como hemos descrito anteriormente, sino que se trata de
una unidad léxica simple, es decir, es una interjección.

Por tradición, en los diccionarios españoles se lematiza en singular, por ello encontramos
ambas entradas en singular. Además, estamos ante un caso de polimorfismo gramatical
pues las dos reúnen las formas masculino y femenino (variación género). Sin embargo, la

subentrada se encuentra en singular y masculino, probablemente porque esa unidad no se


use en femenino.

Centrándonos en la microestructura, este diccionario incluye en los artículos


lexicográficos una serie de informaciones semánticas que ayudan a situar las propias
acepciones, pero ¿qué se entiende por acepción? El DLE recoge este término como ‘’cada
uno de los significados de una palabra según los contextos en que aparece’’, sin embargo,
existen varias posturas sobre ello, por ejemplo, Trujillo en 1976 introduce la discusión
teórica de este término. Describe que normalmente se incluye dentro de acepción ‘’todos
los sentidos que se registran en el habla para una palabra dada, sin distinguir entre
variantes e invariantes’’, sin embargo, anteriormente Bloomfield declaraba que una
palabra adquiere significado solo cuando se usa en el discurso dependiendo este según el
contexto en el que se utilice. Otra postura, es la de Coseriu que declara que el significado
se representa por el contenido que cada palabra tiene en el nivel del habla según sus
relaciones y oposiciones con las demás que están en el mismo paradigma. De esta forma,
para él los diccionarios de lengua no existen, sino que estos son diccionarios del habla
(pues se basan en realizaciones específicas de los significados). Podemos comprobar, por
tanto, que este término nunca ha estado claramente delimitado lo que ha provocado que
diferentes teóricos lo describieran desde su punto de vista. Sin embargo, los lexicógrafos
entienden las acepciones como ‘’cada una de las invariantes o variantes de significado
que se recogen separadas dentro de un artículo lexicográfico’’, es decir, que la acepción
podría concebirse como el sentido consolidado por el uso de este (diferentes sentidos o
valores de una palabra que están separados en las entradas léxicas) y que además es
aceptado por una comunidad de hablantes, de ahí que, el DLE recoja todo tipo de unidades
léxicas.

De acuerdo con lo anteriormente descrito y volviendo a las entradas canario, ria,


podemos apreciar que la separación entre ambas se ha basado en la distinción de
homónimos, es decir, dichas entradas están numeradas porque son unidades léxicas
diferentes. Además, dentro de cada entrada encontramos varias acepciones (diez en la
primera entrada y dos en la segunda), es decir, distintos sentidos de la unidad léxica
simple canario,ria por lo que estamos ante un caso de polisemia.

Las acepciones en cada entrada están ordenadas en el DLE según el valor categorial de
estas, pero el orden de las acepciones que tienen un mismo valor puede ser que estén
ordenadas así por la frecuencia de uso (como ocurre en ambas entradas) o la etimología
que tiene (debido a la cercanía del significado al étimo). En esta misma línea, las
acepciones se organizan según el siguiente orden: 1º los adjetivos, 2º los pronombres, 3º
los sustantivos (apareciendo los primeros aquellos que contienen género masculino y
femenino, después los que tienen el mismo sexo y si hubieran sustantivos masculinos y
femeninos a la vez, en primer lugar estarían los masculinos), 4º los verbos (encontrándose
por orden los transitivos, los intransitivos y los pronominales), 5º los adverbios y por
último, las acepciones que contienen marcas.

Este orden podemos verlo en ambas entradas. En el caso de canario1, ria encontramos 4
primeras acepciones que están catalogadas como adj., siendo este la abreviatura de
adjetivo. Las demás acepciones son sustantivos, pero el DLE no los clasifica como sust.,
sino que esto se omite y se señala si es masculino (m.), femenino (f) o ambos (m. y f.).
Este diccionario solo indica las subcategorías como m. (de sustantivo masculino) o tran.
(de verbo transitivo), no añade más información. De ahí que la quinta acepción aparezca
como m. y f., y las demás tengan m. para detallar que son masculino singular (no
olvidemos que el DLE lematiza en singular). La última acepción aparece al final porque
contiene una marca, la de Chile. La subentrada de canario1, ria es también una unidad
léxica simple, en este caso, es una interjección, sin embargo, lo más común es que estas
sean unidades léxicas compuestas (como ocurre por ejemplo con la subentrada brazo de
gitano de la entrada brazo), por lo que estamos ante una excepción, un caso especial. En
cuanto a la acepción canario2, ria, las dos acepciones que contiene son adjetivos.

Solo en la entrada canario1, ria encontramos plecas que sirven para separar los distintos
significados o acepciones de las unidades léxicas que se definen tal y como vemos en las
acepciones 3, 9 y 10. También vemos ejemplos en las acepciones 3 y 4.

Para proceder al análisis lexicográfico de estas entradas, debemos aclarar previamente


qué se considera definición, siendo este término, según el DLE una ‘’proposición que
expone con claridad y exactitud los caracteres genéricos y diferenciales de algo material
o inmaterial’’. Esto es, por lo tanto, la manera en la que se ha expresado en el diccionario
las acepciones de la entrada para catalogarlas (expresión por la que se describe un
sentido). Las definiciones pueden ser de dos tipos según la naturaleza del metalenguaje
empleado, es decir, estas pueden ser propias (o parafrásticas) o impropias (o
metalingüísticas). También se clasifican por la naturaleza de lo definido y de las propias
informaciones proporcionadas, pudiendo ser estas definiciones por un lado
enciclopédicas o lexicográficas, o por otro, explicativas o constructivas.

Una vez aclarado esto, podemos analizar las definiciones de la primera entrada. Las
acepciones 1, 6, 8 y 9 contienen definiciones que son propias o parafrásicas (pues pueden
sustituirse), sustanciales (pues empiezan por una palabra que tiene la misma categoría que
la acepción), lexicográficas (pues no son enciclopédicas) y explicativas (ya que sirven
para aclarar los diferentes sentidos de dicha entrada o unidad léxica simple). La definición
de la acepción 9 también contiene una remisión (‘’canario’’) y una pleca que contiene
‘’baile’’. Las definiciones de las acepciones 2, 3, 4, son impropias (pues las dos primeras
comienzan por ‘’perteneciente o relativo a’’ y la última por ‘’ dicho de’’), lexicográficas
y explicativas. Además, la definición de la acepción 3 contiene una remisión (‘’canario’’),
una pleca donde aparece ‘’variedad’’ y un ejemplo de este (Acento canario). La acepción
4 también tiene un ejemplo (Viste con colores llamativos como naranjas y amarillos
canario). En el caso de la acepción 5, encontramos que es una definición propia,
hiperonímica hasta ‘’pájaro’’ y ostensiva después de este, además de ser enciclopédica y
explicativa. La definición 7 contiene una remisión (‘’gayomba’’) al igual que la 10
(‘’pito’’). Ambas no contienen ninguna definición, solo dichas remisiones, excepto la
definición de la acepción 10 donde además aparece una pleca que comprende ‘’vasija
para imitar el gorjeo de los pájaros’’. Por último, la subentrada que encontramos en esta
primera entrada, contiene una breve definición que podríamos catalogarla como impropia,
lexicográfica y explicativa. Asimismo, incluye una remisión (‘’pamplina de canarios’’) e
información <<secundaria>>, es decir, varias marcas: eufem. (eufemismo, eufemístico o
eufemística) que es una marca connotativa, y p. us. (poco usado o usada, poco usados o
usadas) es una marca de frecuencia. En esta subentrada además aparece U. de ‘’usado’’
que puede entenderse como indicación de uso y aunque esté aparte, puede que forme parte
de la definición (quedando: ‘’usado para…[…]’’). En cualquier caso, la subentrada de la
entrada canario1, ria ha sido analizada sin tener en cuenta lo anteriormente descrito, es
decir, basándonos solo en la propia definición.

Respecto a la entrada canario2, ria encontramos una primera acepción que contiene una
definición propia, sustancial, lexicográfica y explicativa a diferencia de la segunda, que
es impropia, lexicográfica y explicativa. La primera acepción, además, contiene
indicaciones de uso (U. t. c. s: usado también como sustantivo) al igual que la primera
acepción de la entrada canario1, ria que tiene la misma. Esta última también tiene otras
indicaciones de uso en la quinta acepción, pero en este caso es U. en m. ref. a la especie,
es decir, ‘’usado en masculino referido a la especie’’.

La indicación gramatical que está presente en ambas entradas es adj. de adjetivo (en la
primera entrada en las 4 primeras acepciones, en la segunda en sus dos acepciones). En
la primera entrada en cambio, observamos otras indicaciones como: m. y f. de masculino
y femenino (en su quinta acepción) y m. de masculino (en el resto de las acepciones). No
olvidemos que el DLE incluye sólo la abreviatura de género en el caso de los sustantivos,
pues no es necesario incluir sust., sino que detallando si es masculino o femenino basta
pues este diccionario lematiza en singular.

Por último, añadir que en ninguna de las dos entradas aparecen indicaciones de adopción
léxica.

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