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UNIVERSIDAD DE EL SALVADOR

____________________________________________________________________________
CONSEJO DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS

POBLACIÓN, EDUCACIÓN Y DESARROLLO


EN EL SALVADOR
_________________________________________________________________________________________

José Luis Argueta Antillón

Ciudad Universitaria, Mayo de 2011


Población, educación y desarrollo en El Salvador 5

PRESENTACIÓN

La problemática de la interrelación ‘población, educación y desarrollo’ reviste


una importancia fundamental en la evolución de las naciones, puesto que trata
de explicar la interdependencia de las tres variables en cada contexto de espa-
cio y tiempo, ofreciendo una visión de las condiciones en que se desenvuelve
la población.

En El Salvador poco interés se ha manifestado por indagar las relaciones de


causalidad entre las variables referidas, con la honrosa excepción del muy re-
cordado Alex Antonio Alens (QDDG), prestigioso demógrafo y apreciado ami-
go, a quien un día de 2004 invité a que presentáramos un proyecto de inves-
tigación sobre la problemática al Consejo de Investigaciones Cientí icas de la
Universidad de El Salvador (CIC-UES), fue así como de inmediato el proyecto
fue presentado, pero el infausto e inimaginable fallecimiento de Alex frustró
esta iniciativa.

Fue hasta 2009 cuando, contando con el apoyo de la Licda. Karla Cardoza de
López y del Ing. Ricardo Alfredo Hernández, el proyecto fue nuevamente pre-
sentado y aprobado por el CIC-UES.

Los resultados de la investigación que aquí se presentan tratan de enfatizar so-


bre las relaciones de causalidad entre factores y variables demográ icas, eco-
nómicas y sociales, destacando en estas las educativas; pero quedan muchos
ángulos y dimensiones por abordar, esperando que futuras investigaciones
amplíen y profundicen los análisis.

Para la sustentación de los resultados se ha aprovechando la información del


VI Censo de Población y V de Vivienda 2007, las Encuestas de Hogares y Pro-
pósitos Múltiples, la Encuesta Nacional de Salud Familiar Fesal-2008 y otras
publicaciones igualmente importantes.

No puedo dejar de reconocer y agradecer el apoyo administrativo de la Licda.


Cardoza de López y la asistencia técnica del Ing. Hernández.

José Luis Argueta Antillón


ÍNDICE

Presentación ............................................................................................................................... 2

Introducción ................................................................................................................................ 9

I. Marco teórico .................................................................................................................... 11


1. Marco conceptual ........................................................................................... 12

II. Per il socio-demográ ico y económico de El Salvador ..................................... 17


1. Breve historia de la dinámica de la población de El Salvador ..... 17
1.1. Cambios de la dinámica poblacional de los años 60 ....................... 19
1.2. Tendencias en la Posguerra ........................................................................ 21
2. Características demográ icas .................................................................... 22
2.1. Tamaño y dinámica de la población ....................................................... 22
2.1.1. La variable Natalidad .................................................................................... 23
2.1.1.1. La fecundidad ................................................................................................... 24
2.1.1.2. La educación como eeterminante de la fecundidad ........................ 26
2.1.1.3. Interrelación de los determinantes de la fecundidad ..................... 29
2.1.1.4. La plani icación familiar .............................................................................. 32
2.1.2. La variable Mortalidad ................................................................................. 34
2.1.2.1. La mortalidad infantil ................................................................................... 35
2.1.3. Distribución espacial y movimiento migratorio ............................... 38
2.1.3.1. La migración internacional ........................................................................ 40
2.1.3.2. La migración interna ..................................................................................... 42
2.1.3.3. La migración regional centroamericana ............................................... 45

ANEXO ESTADÍSTICO CAPÍTULO II ................................................................................. 47

III. Características económicas y sociales .................................................................... 53


1. Macroeconomía y demogra ía ................................................................... 53
1.1. Diversos indicadores y características .................................................. 56
2. Población y escenario socioeconómico ................................................. 59
2.1. Salud sexual y reproductiva ....................................................................... 60
2.2. Ingresos y condiciones sociales ............................................................... 62
2.3. Personal ocupado según rama de actividad económica ................ 63
2.4. Situación de la vivienda ............................................................................... 65
2.5. Dotación de servicios básicos ................................................................... 66
3. Situación de la pobreza ................................................................................ 67

IV. Requerimiento de recursos humanos para el desarrollo humano ............. 71


1. Coyuntura actual ............................................................................................. 71
1.1. Población, empleo y productividad ........................................................ 71
2. Fuerza de trabajo y estructura de la población ................................. 71
2.1. Una aproximación a la productividad de la fuerza de trabajo .... 74
3. Per il educativo y estructura profesional de la población ............ 78
4. Oferta y demanda en el sistema educativo .......................................... 80
4.1. Deserción en sistema educativo ............................................................... 81
4.2. Repetición de grados ..................................................................................... 81
4.3. Educación no formal ..................................................................................... 82

ANEXO ESTADÍSTICO CAPÍTULO IV ................................................................................ 85

V. Proyecciones hacia el Año 2025 ................................................................................ 89


1. Proyecciones de población ......................................................................... 89
1.1. Estructura por edades y sexo .................................................................... 90
1.2. Cambios estructurales en las poblaciones departamentales ...... 94
2. La transición demográ ica en perspectiva ........................................... 94
3. El crecimiento urbano .................................................................................. 97
4. Propuestas y apuestas .................................................................................. 97

ANEXO DEL CAPÍTULO V


Análisis comparado de las tasas especí icas de participación
de la PEA masculina y femenina ....................................................................................... 99

VI. Educación y problemas de desarrollo en El Salvador ................................... 103


1. Educación y desarrollo .............................................................................. 103
2. El analfabetismo en El Salvador ............................................................ 104
3. La variable Escolaridad ............................................................................. 108
4. Elementos para la intervención ............................................................ 109

VII. Planeamiento estratégico y educación ................................................................ 111


1. La plani icación del desarrollo en América Latina ........................ 111
2. La plani icación en El Salvador .............................................................. 113
3. Plani icación de la educación ................................................................. 116
3.1. Indicadores para evaluación de la educación .................................. 119
4. La senda del desarrollo ............................................................................. 120

ANEXO ESTADÍSTICO ......................................................................................................... 123

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS .................................................................................. 145


EL SALVADOR: PROBLEMAS DE POBLACIÓN EDUCACIÓN
Y DESARROLLO

INTRODUCCIÓN

En El Salvador, por las características de su particular evolución socioeconó-


mica, desde hace mucho tiempo se ha hecho sentir la necesidad de un estudio
a profundidad de la relación entre población y desarrollo, es decir, de la inter-
dependencia que se produce entre el comportamiento de la población y los
cambios socioeconómicos, sabiendo que esta es compleja y diversa en cada
país y en cada momento, y que se concreta cuando se toma en cuenta o se in-
troduce la variable población dentro de la estrategia del desarrollo.

La iniciativa de este estudio, como una primera aproximación a la problemá-


tica, se ha planteado en el Consejo de Investigaciones Cientí icas de la Univer-
sidad de El Salvador (CIC-UES) desde hace algunos años atrás, pero es en el
momento actual que se presentan las condiciones para realizarlo, en particu-
lar, por la disponibilidad de la información del Censo de Población y Vivienda
de 2007, cuyo acceso irrestricto ha sido posible dos años después de realizado

Pero la mayor motivación es la perspectiva de que, con el ambiente de cambio


sociopolítico, se abre la posibilidad —real o ilusoria— de pasar de un modelo
neoliberal a una estrategia de desarrollo endógeno, humano y sustentable, con
las implicaciones sobre la equidad y la inclusión, cuya ausencia ha estado gol-
peando a las grandes mayorías de la población salvadoreña.

Para no caer en análisis y resultados simplistas, sesgados y parciales, en esta


investigación se trata de aplicar la demogra ía como ciencia que involucra to-
dos los elementos del método cientí ico y sus relaciones con otras ramas del
conocimiento, esperamos así superar las de iciencias de la demogra ía formal
tradicional, especí icamente cuantitativa.
Población, educación y desarrollo en El Salvador 11

I. MARCO TEÓRICO

Tradicionalmente, la demogra ía se ha caracterizado como una disciplina


cuantitativa, como una especialidad de la estadística. En los análisis de los de-
mógrafos ha sido frecuente que se haya dejado de lado las explicaciones de
los procesos. En algunos documentos o iciales en El Salvador no se abordan
las causas y las consecuencias de los fenómenos demográ icos, en el mejor de
los casos, estos han sido objeto de discusiones de carácter político, no técnico-
cientí ico.

Ha sido en los eventos internacionales, con la participación de otros especialis-


tas —como sociólogos y economistas—, que la demogra ía se ha enriquecido,
y se ha comenzando a investigar las implicaciones de los fenómenos demográ-
icos; ahora estos fenómenos se expresan en cantidades y cualidades, en un
proceso de análisis socio demográ ico, en el cual se identi ican los determi-
nantes, se describen las tendencias, se analizan las consecuencias y se aportan
pautas para políticas públicas orientadas a modi icar o revertir las tendencias
y los efectos indeseables para el desarrollo humano y sustentable.

En los medios académicos la demogra ía ha ganado espacio como ciencia,


adoptando, para la búsqueda de la verdad, todos los elementos del método
cientí ico, con los siguientes procedimientos cientí icos:
a) Aceptación de generalizaciones solo sobre la base de evidencias.
b) Empleo de técnicas objetivas, susceptibles de replanteo.
c) El reconocimiento del carácter provisional del conocimiento, en el senti-
do de que este puede ser mejorado.
d) La determinación de continuar veri icando las generalizaciones alcanza-
das y de incrementar los conocimientos.

Además de la interrelación de las variables de la demogra ía con la sociología y


la economía, es notoria la interrelación1 con la historia, la geogra ía, la biología,
la medicina, la etnogra ía, las ciencias jurídicas y la estadística; esto se eviden-
cia en estudios en los que las variables demográ icas fecundidad, mortalidad y
migración aparecen dependientes de:
a) Variables económicas como: producto nacional, inversión, empleo, etc.
b) Variables geográ icas como: área de residencia, clima, relieve, medio am-
biente, etc.
c) Variables sociológicas como: conductas tradicionales, estatus social, es-
colaridad, etc.
d) Variables biológicas como: fertilidad, peso al nacer, color de la piel, etc.
1 Se habla de interrelación porque también la demograİa suele influir en variables de las discipli-
nas que la influyen.
12 José Luis Argueta Antillón

A partir de la red de interrelaciones, se dice que existe un sistema demográϔi-


co, dado que el cambio de una variable altera a otra con resultados demográ i-
cos diversos como diversas son las relaciones entre variables.

En consecuencia, los estudios de población tienen como objetivo básico iden-


ti icar, plantear, investigar y solucionar los problemas de población a partir
de la integración de factores demográ icos con elementos de índole biológica,
social, económica, psicológica y geográ ica.

En el presente estudio se cubrirán las tres dimensiones: la demográ ica, la


económica y la social. Enfatizamos en el ámbito social la variable educación,
a efecto de precisar la relación población-educación-desarrollo. Al poner el
acento en la variable económica se analizará la fuerza de trabajo, su compor-
tamiento, su estructura y su reproducción, lo que permitirá visualizar la rela-
ción entre población y desarrollo, es decir, la relación que se produce entre el
comportamiento demográ ico y el cambio socioeconómico, sabiendo que esa
relación es compleja y muy especí ica en El Salvador de hoy, dadas las heren-
cias perniciosas de las políticas públicas que han ignorado el desarrollo de la
variable población. Por el contrario, esperamos que el resultado más impor-
tante del presente estudio ha de ser la generación de pautas que consideren
la población como variable central dentro de la estrategia de desarrollo de El
Salvador del futuro.

1. MARCO CONCEPTUAL

Para facilitar la lectura de este documento se ha considerado pertinente incor-


porar previamente un glosario de conceptos de uso corriente en demogra ía.

Demograϐía: Es la ciencia que estudia los procesos de fecundidad, mortalidad


y migraciones como determinantes de la formación, conservación y desapari-
ción de las poblaciones.

Los tres procesos son interdependientes y sus combinaciones determinan el


volumen y las transformaciones de la población

Población: Conjunto de individuos que desarrollan las actividades de su vida


en el marco de ciertas comunidades sociales, generalmente identi icadas por un
territorio único y estable. Excluye a las colectividades transitorias (evento de-
portivo, fábrica, ejército) y a las colectividades que no se reproducen (cárceles).

De esta de inición se colige que la población es dinámica puesto que se repro-


duce a través de tres tipos de movimientos: a) movimiento natural: natalidad,
Población, educación y desarrollo en El Salvador 13

mortalidad, nupcialidad y divorcialidad; b) movimiento territorial o mecánico:


migraciones y c) movimiento social que se re iere al desplazamiento de los
elementos propios de la calidad de la población

Fecundidad: se re iere al número medio de hijos que tienen las mujeres. Para
medirla con exactitud es necesario delimitar con precisión la variable que se
trata de medir, ya que la cifra que la exprese será muy distinta según se con-
sidere a todas las mujeres que viven en un momento determinado en un país,
o solo a las mujeres fértiles, eliminando las que mueren antes de alcanzar la
edad fértil. Se puede estimar también tasas de fecundidad por edades o tasa de
fecundidad de cohortes.

Tasa de natalidad depende de la tasa de fecundidad, y es el resultado de divi-


dir el número de nacimientos por la población total. Normalmente se expresa
en tantos por mil y por año.

Las tasas de natalidad y mortalidad son el resultado de dividir el número de


nacimientos o defunciones por la población total. Normalmente se expresan
en tantos por mil y por año.

Morbilidad (del inglés morbility) es la cantidad de personas o individuos que


son considerados enfermos o que son víctimas de enfermedad en un espacio
y tiempo determinados. La morbilidad es, entonces, un dato estadístico de al-
tísima importancia para poder comprender la evolución y avance o retroceso
de alguna enfermedad, así también como las razones de su surgimiento y las
posibles soluciones.

El crecimiento natural o vegetativo es la diferencia entre las tasas de natali-


dad y de mortalidad.

El crecimiento demográϐico mide el aumento, en un período especí ico, del


número de personas que viven en un país o una región. La tasa de crecimiento
demográ ico depende de la tasa de natalidad, de la tasa de mortalidad y de los
movimientos migratorios.

La longevidad es la duración de la vida de una persona. Se mide mediante el


concepto de esperanza de vida.

La esperanza de vida de un tipo de persona es la media de la duración de la


vida de ese tipo de personas. Así, la esperanza de vida de los nacidos en un país
en 1900 es la media del número de años que vivieron los nacidos en ese país
en ese año.
14 José Luis Argueta Antillón

Los índices demográϐicos se suelen referir a las cohortes, el conjunto de per-


sonas nacidas en un período determinado. Una forma muy habitual de repre-
sentar grá icamente el tamaño de diferentes cohortes en un momento deter-
minado es la pirámide de población. El análisis longitudinal de las cohortes y
las comparaciones entre cohortes son también muy ilustrativas de la dinámica
de población.

La pirámide de población es una forma grá ica de representar datos esta-


dísticos básicos, como sexo y edad de la población de un país, que permite las
comparaciones internacionales y una fácil y rápida percepción de varios fenó-
menos demográ icos tales como el envejecimiento de la población, el equili-
brio o desequilibrio entre sexos, e incluso el efecto demográ ico de catástrofes
y guerras.

El concepto de transición demográϐica fue propuesto inicialmente por Frank


Notestein2. El autor lo explicaba a irmando que las sociedades agrícolas tradi-
cionales necesitaban altas tasas de fecundidad para compensar las altas tasas
de mortalidad; que la urbanización, la educación y los cambios económicos y
sociales concomitantes causaron una disminución de las tasas de defunción,
en particular las tasas de mortalidad de menores de un año; y que las tasas de
fecundidad comenzaron a declinar a medida que los hijos pasaron a ser más
costosos y menos valiosos en términos económicos…

Gráϐico I.1. Esquema teórico de la transición demográϐica


% población

Tasa de natalidad

Tasa de mortalidad

Tasa de crecimiento
La transición
demográfica
presentación mulƟmedia

Ɵempo

2 Notestein, Frank. 1953. “Economic Problems of PopulaƟon Change”. En Proceedings of the


Eighth InternaƟonal Conference of Agricultural Economists. Londres: Oxford University Press.
pp. 13-31
Población, educación y desarrollo en El Salvador 15

En efecto, se observa que en las sociedades primitivas las tasas de fecundidad


y de mortalidad son muy altas, pero la diferencia entre ellas es muy estrecha
por lo que, en ausencia de cambios sociodemográ icos, la población se man-
tiene estable a largo plazo. Esta fue la situación de todo el mundo hasta hace
trescientos años, pero aún siguen existiendo grupos marginales de población
con estos parámetros demográ icos. En los países subdesarrollados la tasa de
mortalidad desciende mucho más rápidamente que las tasas de natalidad y de
fecundidad, ya que los avances en la medicina occidental se extienden y se apli-
can con facilidad mientras que los cambios culturales requieren más tiempo.
Como consecuencia de esa disparidad, la tasa de crecimiento de la población
aumenta de forma explosiva. En los países desarrollados, los cambios cultu-
rales y las aplicaciones de políticas y técnicas de control familiar permiten el
descenso de la tasa de fecundidad y de crecimiento. Así, las sociedades avan-
zadas se caracterizan por tasas demográ icas muy bajas y población estable;
esta es la situación que se ha constituido en un factor favorable en los países
que actualmente iguran como más desarrollados.
Población, educación y desarrollo en El Salvador 17

II. PERFIL SOCIODEMOGRÁFICO Y ECONÓMICO DE EL SALVADOR

1. BREVE HISTORIA DE LA DINÁMICA DE LA POBLACIÓN DE EL SALVADOR

Las primeras informaciones sobre la población de El Salvador datan desde


1920, según fuentes del Centro Latinoamericano de Demogra ía (Celade), pero
los registros demográ icos nacionales se inician con el censo de 1930 y con-
tinuaron de forma muy irregular como en el caso del segundo censo que se
realizó hasta 20 años después, en 1950. En los años siguientes hasta 2007, la
secuencia intercensal se ha visto interrumpida por diferentes eventualidades,
incluidas las políticas.

Por el lado de los componentes de la población, se ha advertido un mayor in-


terés por el registro de nacimientos que de defunciones; el valor económico
de los hijos, dedicados desde edades tempranas a complementar la fuerza de
trabajo de la unidad familiar, ha sido un incentivo para poner atención a las
formalidades registrales; por el contrario, las condiciones de pobreza y de po-
breza extrema de las áreas rurales, así como las largas distancias a las alcaldías
y a los cementerios, han sido unas de las causas de los relativamente más bajos
registros de defunciones.

Cuadro II.1
El Salvador: Crecimiento natural de la población 1930-1961
(En miles)

Fuente: Primer Plan de la Nación para el Desarrollo Económico y Social 1965-1969.

Esta evolución poblacional de El Salvador 1930-61 es consistente con la in-


formación del Celade que presenta poblaciones de 1.168 y 1,301 (miles) para
1920 y 1925, respectivamente3, y es un per il característico de las socieda-
des agrícolas con altas tasas de fecundidad y mortalidad y con una diferencia
bastante estrecha entre ambas, por lo que la población tendía a mantenerse
estable; no obstante, esta tendencia se vio interrumpida en 1932, cuando se
3 Asamblea Mundial de la Juventud, Juventud y Población, Editorial Universitaria, San Salvador,
1970.
18 José Luis Argueta Antillón

registró un con licto social y político que desembocó en un atroz genocidio ele-
vando la tasa de mortalidad de 21.6 a 25.3 en el quinquenio 1930-35, al tiem-
po que bajó la tasa de crecimiento natural de 24.4 a 14.9 por mil en el mismo
periodo. Según la información del Celade, la población creció en 88,000 per-
sonas, muy por debajo del crecimiento de 142,000 en el anterior quinquenio
1925-30. Se trató de un genocidio porque la matanza estaba dirigida a los in-
dígenas que reclamaban sus derechos usurpados sobre la tierra4. La caída de
la tasa de natalidad se explica no solo por el impacto del número de muertos
sobre la disminución de la población, sino también porque los muertos fueron
hombres, con lo cual disminuyeron las tasas de masculinidad y fecundidad.

La dinámica poblacional también cambió a partir de 1950, pero con sentido


inverso, como resultado de algunos cambios socioeconómicos que se susten-
taron en la Constitución de 1950, tal era el caso del artículo 35 que de inía el
régimen económico respondiendo “esencialmente a principios de justicia so-
cial, que tiendan a asegurar a todos los habitantes del país una existencia digna
del ser humano”. En la práctica no se trataba de un rompimiento con el pasado,
pero algunos avances se iniciaron en la atención de la salud y de la educación
de la población que repercutieron gradualmente en el ámbito sociodemográ-
ico. Así, la tasa de natalidad creció levemente y la tasa de mortalidad decreció
sostenidamente, resultando un crecimiento de la población con tendencia ex-
plosiva. Los cambios referidos se tradujeron, en alguna medida, en el mejora-
miento de las condiciones sanitarias y de salud de la población, mientras que
en el ámbito cultural no hubo cambios que afectaran las tasas de fecundidad y
natalidad.

En el periodo 1930-61 se puede hacer caso omiso del efecto de las migracio-
nes, dado que las emigraciones y las inmigraciones han sido poco signi icativas
y se compensaron con saldos migratorios que tendían a cero.

La tendencia explosiva se aprecia con el crecimiento de la población que, se-


gún los resultados del censo de 1971, llegó a 3,554,648 habitantes y una tasa
histórica de crecimiento de 3.42 por ciento en el periodo intercensal 1961-71;
de haberse mantenido esta dinámica, la población de El Salvador se habría
duplicado en solo 20 años. Esto no ocurrió por varias circunstancias, una de
ellas pudo haber sido el inicio de la aplicación de las políticas de “plani icación
familiar” por parte de la Asociación Demográ ica Salvadoreña, más otros facto-
res socioeconómicos que luego se explicarán.

4 El levantamiento de los Nonualcos encabezado por el indígena Anastasio Aquino en 1833, es


un antecedente de estos acontecimientos.
Población, educación y desarrollo en El Salvador 19

Cuadro II.2
El Salvador: Población censada, crecimiento y años de duplicación

La fuente, Digestyc, informa que el censo oficial 2007 es de 6,098,715 habitantes.


*Censo bruto o padrón poblacional.

Para complementar la información del cuadro II.2 se ha incorporado un


anexo II.1 a este capítulo, abriendo casillas para la población por región y
por sexo.

1.1. Cambios de la dinámica poblacional de los años 60

En el quinquenio 1960-65 se registra la tasa de crecimiento de 3.18 % (cuadro


II.3), la más elevada en la historia demográ ica del país; esta marcó un punto
de in lexión, porque de allí en adelante se inicia una gradual declinación que se
explica por fenómenos sociodemográ icos. En este quinquenio, por ejemplo, se
registran cambios que se asocian con la historia económica centroamericana;
en efecto, en 1960 los cinco países centroamericanos suscribieron el Tratado
General de Integración Económica Centroamericano y adoptaron el modelo
económico de sustitución de importaciones, tratando de superar los resabios
del modelo de acumulación agroexportador.

Las políticas integracionistas no cambiaron la concentración de la riqueza, que


se materializaba especialmente a través de la tenencia de la tierra, pero pro-
piciaron una relativa movilidad regional de personas, llevando a muchos sal-
vadoreños a tomar la decisión de emigrar hacia Centroamérica, especialmente
a Honduras, en busca de mejores horizontes; así, el saldo migratorio aumentó
con signo negativo, impactando hacia la baja la tasa de crecimiento poblacio-
nal de 3.18 % a 2.89 % (cuadro II.3).
20 José Luis Argueta Antillón

Pero el modelo de sustitución de importaciones pronto entró en crisis, la cual


se dramatizó con un con licto armado entre El Salvador y Honduras en 1969.
Los más afectados fueron los salvadoreños que habían emigrado a Honduras,
pues estos fueron objeto de feroces represalias y expulsados hacia El Salva-
dor, provocando el efecto contrario de los primeros ocho años de los 60: un
éxodo que, según diferentes estimaciones, se situó entre 200,000 y 400,000
personas. No obstante este hecho, las estadísticas demográ icas registraron
inexplicablemente un crecimiento promedio anual de solo 99,419 habitantes y
una disminución en la tasa de crecimiento en el quinquenio 1965-70, respecto
del quinquenio anterior. La referida repatriación de población ha tenido, sin
duda, un efecto expansivo de aproximadamente 12 %, por lo que resulta incon-
sistente una tasa neta de migración de -2.44 para el quinquenio (cuadro II.4)5.

En el quinquenio 1970-75 continúa la tendencia de crecimiento de la pobla-


ción con una tasa ligeramente inferior a la del quinquenio anterior. Esta ten-
dencia se acentúa en el quinquenio 1975-80 cuando comienza a exacerbarse
el con licto político militar, el cual se profundizará y prolongará hasta que se
suscriben los acuerdos de paz en 1992. Los efectos del con licto sobre la diná-
mica demográ ica fueron de dos tipos: por el lado de las tasas de mortalidad,
las bajas en los dos bandos contendientes estimadas en 75,000 muertos y por
el lado del saldo migratorio, la creciente emigración en la búsqueda de segu-
ridad y de oportunidades de trabajo; es así como la tasa de crecimiento de la
población disminuye a 1.45 % en el quinquenio 1990-95. Como el con licto
inaliza en 1992, el mayor impacto en la contracción de la tasa de crecimien-
to de la población fue la emigración por el acentuado efecto de la escasez de
oportunidades que signi icó el modelo neoliberal.

5 Queda la interrogante porqué estos hechos se pasaron por alto y porqué no se han corregido las
estadísƟcas.
Población, educación y desarrollo en El Salvador 21

Cuadro II.3
El Salvador: Población proyectada, tasa de crecimiento
y año de duplicación
p

(*) Tomada de la página WEB de Digestyc: Presentación “EsƟmaciones y Proyeccio-


nes de Población”

1.2. Tendencias en la posguerra

Desde los años subsiguientes al con licto hasta el año 2009, las tendencias des-
cendentes en el crecimiento de la población continuaron, llegando a 0.37 %
en el quinquenio 2000-05 y a 0.44 % en los años siguientes, todo a causa del
22 José Luis Argueta Antillón

incontenible lujo migratorio provocado por un modelo económico discrimi-


natorio y expulsor de población6.

En los párrafos precedentes se ha realizado un examen general de la dinámica


de la población salvadoreña; en las siguientes páginas se profundizará el análi-
sis de los factores determinantes, con la intención de identi icar las relaciones
de causalidad.

2. CARACTERÍSTICAS DEMOGRÁFICAS

En este apartado se tratará de presentar una panorámica demográ ica, desta-


cando sus relaciones con el entorno social y económico del país, que no es otra
cosa que los diversos problemas que afrontan los habitantes del país.

Es obvio que las variables demográ icas son parte de los diversos aspectos que
atañen a la vida de los salvadoreños y salvadoreñas; por lo tanto, es de sumo
interés despejar: i) cómo la fecundidad, la mortalidad y la migración repercuten
en la estructura por sexo y edad de la población; ii) cómo estas variables se aso-
cian con factores socioeconómicos como el estado civil, la educación, la salud,
la distribución geográ ica de la población, la constitución de la familia, la oferta
de mano de obra, el empleo, la distribución del ingreso, etc., y iii) cómo estos
factores determinan, a su vez, el comportamiento de las variables demográ icas.

El dé icit de información provocado por la suspensión del Programa Censal de


1980 limita la exactitud del análisis del comportamiento de los factores diná-
micos durante el periodo intercensal 1971-92; a ello se agrega que el VI Cen-
so de Población 2007 ha estado rodeado de singularidades, pues “el gobierno
anterior publicó dos cifras sobre el mismo”7: un censo bruto y un censo o icial
con una diferencia de 354,601 pobladores entre ambos; con la complemen-
tación de las Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM) se tiene
la oportunidad de actualizar y medir con alguna aproximación, en la última
década, las relaciones de causalidad entre las variables asociadas.

2.1. Tamaño y dinámica de la población

Para profundizar un poco en el análisis precedente sobre los rasgos generales


de la dinámica de la población, en este apartado se enfocará cada uno de sus
componentes: la natalidad, la mortalidad y la migración.

6 Es ampliamente reconocido que el modelo neoliberal abandonó el sector agropecuario, concen-


trando los beneficios y los esơmulos hacia la industria (maquila) y los servicios.
7 Ver LPG, 18.07.2011, p12.
Población, educación y desarrollo en El Salvador 23

2.1.1. La variable natalidad

Esta variable ha evolucionado con una tendencia sostenida hacia la disminu-


ción, respondiendo a factores de contracción diferenciados según el periodo.

De 1950 a 1980 se observa una disminución de la tasa bruta de natalidad, de


46.83 por mil habitantes en el quinquenio 1950-55 a 39.84 en el quinquenio
1975-80 (cuadro II.4). En términos absolutos, los registros de nacidos vivos se
incrementaron de 108,471 en 1953 a 176,937 en 1980 (anexo II.2 de apéndice
estadístico), lo que signi ica una tasa media anual aproximada de 44.8 por mil
de crecimiento, pero lo más importante —por los cambios en la estructura de
la población— es la tendencia de la evolución de los nacimientos vivos, cuya
tasa decrece moderadamente a partir de 1960 y, signi icativamente, al inal del
periodo, al grado que la cifra de nacimientos en 1980 es menor que la cifra de
1979, manteniéndose estas disminuciones absolutas año con año hasta 2009.
Como se ha esbozado anteriormente las causas del comportamiento de la fe-
cundidad en este periodo están asociadas a la evolución socioeconómica del
país, como los cambios socioeconómicos a partir de 1950, los cuales pudieron
tener algún efecto positivo sobre la salud y la educción; también han tenido
algún impacto: i) las prácticas de plani icación familiar de la Asociación Demo-
grá ica Salvadoreña; ii) el proceso de migración interna rural-urbano y la emi-
gración internacional y iii) el con licto político militar que comenzó a agudi-
zarse al inal de los setenta. Merecen mención algunos cambios en materia de
educación durante el periodo, los cuales afectaron las conductas reproductivas
y propiciaron una mayor participación de la mujer en actividades productivas.
Es el caso, por ejemplo, de la proliferación de las universidades privadas en la
década de los ochenta, que probablemente indujo un mayor acceso a la educa-
ción superior, lo cual tendría una incidencia en la continuada caída de la tasa
bruta de natalidad que se había iniciado en los años setentas.8

8 Como se verá más adelante, el mayor acceso a la educación superior estuvo acompañado con el
ingreso, cada vez mayor, de niñas y adolescentes a la educación.
24 José Luis Argueta Antillón

Cuadro II. 4
Tasas de natalidad, mortalidad, tasas netas de migración y tasas medias anua-
les de crecimiento (por mil habitantes) 1950-2010

Durante el periodo 1980-2009 la disminución, en términos absolutos y relati-


vos, de los nacimientos en 1980 será la norma de allí en adelante, hasta el 2009
(con 124,559 nacidos vivos), con la consecuente acentuada caída de la tasa
bruta de natalidad a 20.40 por mil en el quinquenio 2005-2010.

2.1.1.1. La fecundidad

El análisis del comportamiento reproductivo requiere de un marco teórico


para identi icar los factores de tal comportamiento. Si las proposiciones clási-
cas de Kingsley Davis y Judith Blake y Ronald Freedman siguen teniendo vali-
dez, se postularía que la fecundidad depende básicamente de:

a) los factores que condicionan la formación de las uniones sexuales relativa-


mente estables;
b) los factores que condicionan la orientación del comportamiento reproduc-
tivo hacia un grande, mediano o pequeño número de hijos, y
c) los factores que condicionan el uso de medios para disociar la actividad
sexual de sus consecuencias reproductivas (anticoncepción en sentido am-
plio) o eliminar esta consecuencia. Sin olvidar que entre estas tres cate-
gorías existen factores de interdependencia y que también pueden existir
conexiones de subordinación entre ellas.
Población, educación y desarrollo en El Salvador 25

La experiencia histórica de América Latina, en términos de desarrollo capita-


lista dependiente, ha generado una heterogeneidad en la estructura económi-
ca con consecuencias en las estructuras políticas y sociales, las cuales, a su vez,
generan los factores condicionantes del literal b) en el postulado citado.

Un aporte importante para el estudio de la fecundidad se encuentra en las


Encuestas Nacionales de Salud Familiar, más conocidas como Fesal, respon-
sabilizadas por la Asociación Demográ ica Salvadoreña, con la cooperación de
diferentes organismos e instituciones internacionales.

En el periodo de 1977 a 2008 las encuestas Fesal presentan información sobre


la tendencia decreciente de la tasa global de fecundidad (TGF) —de las mu-
jeres de 15 a 49 años de edad— coincidiendo con la información o icial de la
Digestyc en lo que se re iere a la tendencia, aunque con algunas divergencias
en las cuantías, ya que en el referido periodo la disminución es de 6.3 a 2.5
hijos por mujer (ver grá ico II.1); pero además, las referidas encuestas permi-
ten profundizar en el análisis del fenómeno de la fecundidad proporcionando
información sobre: desagregación, determinantes y características.

Gráϐico II.1: Tendencia de la tasa global de fecundidad

ELSALVADOR:TENDENCIADELATASAGLOBALDEFECUNDIDAD
7 6.3
6
HIJOSPORMUJER

5 4.5
4.2
3.8
4 3.5
3
3 2.5

2
1
0
1977/78 1980/85 1983/88 1988/93 1993/98 1997/2002 2003/2008
Periodos:ReferidosalasencuestasFESALdelaAsociaciónDemográfica
Salvadoreña

Fuente: Encuesta Fesal 2008, Asociación Demográfica Salvadoreña, San Salvador, octubre de 2009

La desagregación por tasas especí icas de fecundidad es un punto de vista im-


portante de la dinámica de la población salvadoreña, puesto que permite vi-
sualizar cómo la maternidad afecta la vida de las mujeres a lo largo de su vida
fértil. En concordancia con la TGF, las tasas especí icas descendieron en todas
las edades de las mujeres entre la Fesal 1983/88 y Fesal 2003/08; por ejem-
plo, en los últimos 10 años, el mayor cambio ocurrió en las edades menores de
26 José Luis Argueta Antillón

los 35 años, con descensos relativos sustanciales del 23 por ciento en el grupo
de 15 a 19 años, 36 por ciento para el grupo de 20 a 24, 30 por ciento en el
grupo de 25 a 29 y 31 por ciento en el de 30 a 34 años. Esto quiere decir que
las adolescentes están dedicando más tiempo a su educación; que el grupo de
mujeres de 20-24 está dedicando más esfuerzos a la educación superior y que
los grupos de mujeres comprendidos entre 25 y los 34 años han logrado mayor
participación en el mercado de trabajo (Anexo II.4).

La interrogante que se impone es cómo mantener esta tendencia hasta lograr


una participación más equilibrada de la mujer en el desarrollo humano susten-
table. La respuesta parece per ilarse con los postulados de equidad e inclusión
que han comenzado a incorporarse en los programas y políticas sociales que
actualmente se están gestando.

Gráϐico II.2: Tendencias de las tasas especíϐicas de fecundidad


(por mil mujeres)

ElSalvador:Tendenciadelastasasespecíficasdefecundidad
250
Nacimientosanuales

200
(por1000mujeres)

150

100

50

0
15Ͳ19 20Ͳ24 25Ͳ29 30Ͳ34 35Ͳ39 40Ͳ44
Edadactual(años)
1983Ͳ1988 1988Ͳ1993 1993Ͳ1998 1997Ͳ2002 2003Ͳ2008

Fuente: Encuesta Fesal 2008, Asociación Demográfica Salvadoreña. San Salvador, octubre de 2009.

2.1.1.2. La educación como determinante de la fecundidad

El nivel educativo de las mujeres es un factor determinante de la fecundidad,


según estudios para los años 70, se con irmó el postulado que establece una
relación inversa entre el nivel de fecundidad y el nivel educativo; la informa-
ción que se obtuvo para 1971 y 1978 indicaba que, en promedio, la mujer alfa-
beta tenía dos hijos menos que la mujer analfabeta9.
9 Ver Médica, Vilma N. El Salvador. DiagnósƟco Demográfico Regionalizado, Ministerio de Planifi-
cación y Coordinación del Desarrollo Económico y Social, San Salvador, diciembre de 1983.
Población, educación y desarrollo en El Salvador 27

La encuesta Fesal 2008 rati ica la importancia de la educación en la disminu-


ción de la fecundidad al comparar la fecundidad deseada, no deseada y obser-
vada, según nivel educativo; el resultado es que en las tres categorías las tasas
se duplican al comparar la tasa de fecundidad de la madre sin ningún nivel
educativo con la tasa de fecundidad de la madre con 10 años o más de educa-
ción. Esta información también es importante porque indica cómo puede dis-
minuir la fecundidad si se pone atención en la prevención de la fecundidad no
deseada, particularmente con programas que hagan valer los derechos sexua-
les y reproductivos, en los grupos con menor nivel educativo.

Cuadro II.5: Tasa global de fecundidad deseada y no deseada


Periodo 2003-2008, según nivel educativo

Fuente: Elaboración con información de Fesal 2008, ADS.

Una idea del impacto que tiene y puede tener la educación sobre las tasas de fe-
cundidad se puede obtener en las situaciones que se observan en la educación
superior; lo más notable es el predominio del género femenino en las aspira-
ciones por este nivel educativo, tal como se aprecia en los registros de solicitu-
des para nuevo ingreso a la Universidad de El Salvador; aproximadamente el
57 % de las solicitudes son presentadas por estudiantes del género femenino.
Trascendiendo el tema de la fecundidad, lo lamentable es que por limitaciones
de espacios ísicos, de docentes y de presupuesto en general, la institución se
ve en la necesidad de aplicar políticas selectivas, negando el ingreso a porcen-
tajes que van del 54 % al 40 % de estudiantes que no tienen alternativa de
ingresar a la educación superior. Algo semejante estaría ocurriendo en las ins-
tituciones privadas de educación superior, en este caso por limitaciones en la
capacidad de pago para la cobertura de las cuotas de matrícula y escolaridad.
28 José Luis Argueta Antillón

Cuadro II.6: Aspirantes a ingreso en la Universidad de El Salvador

Fuente: Universidad de El Salvador.

El solo hecho del mayor nivel de educación explica la disminución de la fecun-


didad, pero también es un hecho que, al buscar una titulación en educación su-
perior, el propósito fundamental de la mujer es acceder al mercado de trabajo
profesional para mejorar su nivel de vida y el de su familia, así como obtener
una mayor independencia (en el año 2003 las mujeres casadas o acompaña-
das, de 15 a 44 años, representaban el 52.9% y 59.3% en el área urbana y
rural, respectivamente)10. Es así como la educación tiene consecuencias en la
conducta sexual y reproductiva de la mujer.

Este impacto de la educación sobre la fecundidad atañe básicamente a la po-


blación femenina urbana, pero si se considera algunos fenómenos ocurridos
después de 1975, como la migración interna rural-urbana y la ampliación de
la cobertura geográ ica de la educación, la disminución de la fecundidad abar-
caría a un amplio sector de población femenina que, en el pasado cercano, ha
residido en áreas rurales. De todas maneras, las tasas de fecundidad rural han
tendido a mantenerse a niveles altos y constantes. En 1975 se registraban en el
área rural 7.1 hijos por mujer, en contraste con 4.9 para la mujer urbana; para
1980 (como año de in lexión), en el departamento de Cabañas se registraron
6.7 hijos por mujer, referencia que se puede tomar —a falta de información
directa— como indicativa de la tasa global de fecundidad rural, dadas las ca-
racterísticas de este departamento.

En el año 2003 la situación ha cambiado sustancialmente, la tasa global de


fecundidad en el área rural ha disminuido en un poco más de la mitad a 3.77
y la del área urbana a 2.97 (hijos por mujer)11. Para 2008 la fecundidad de las
mujeres del área rural disminuiría más que en las mujeres urbanas, pero las
primeras tendrían un hijo más que las segundas.
10 Fesal-2002/2003
11 Ibidem
Población, educación y desarrollo en El Salvador 29

2.1.1.3. Interrelación de los determinantes de la fecundidad

En la realidad, los factores determinantes no afectan aisladamente la dinámica


de la fecundidad, sino que se relacionan para reforzar, mantener o atenuar de-
terminadas conductas reproductivas.

En el grá ico II.3 se trata de ilustrar la interrelación de algunas variables que


con iguran un círculo pernicioso demográ ico, característico de los países sub-
desarrollados, con el agravante de que suele existir una articulación con otros
dos círculos perniciosos: el económico y el cultural, constituyendo una verda-
dera trampa del subdesarrollo.

Gráϐico II.3. Círculo pernicioso demográϐico

Alta
fecundidad
Incultura

Limitados Sobre
servicios población
sociales relativa

Pobreza

La variable incultura, que incide sobre la alta fecundidad en el grá ico, expresa
precisamente la articulación de los círculos perniciosos cultural y demográ i-
co. De allí la importancia del análisis de los temas relacionados y los hallazgos
de soluciones que permitan romper las relaciones de causalidad.

En el presente apartado se trata de visualizar los impactos de determinantes


próximos como el lugar de residencia, el nivel de bienestar socioeconómico y
el nivel educativo de las mujeres de 15 a 49 años de edad; los datos del cuadro
7 corresponden a tres periodos que re lejan la tendencia de la tasa global de
fecundidad (TGF) entre 1993 y 200812. Esta se desplazó de 3.6 hijos en el quin-
quenio 1993/98 a 3.0 en 1997/2002 y a 2.5 en 2003/08; es decir que en 15
años las mujeres han disminuido su fecundidad en el equivalente a un hijo. En
cuanto al área de residencia, se aprecia que las mujeres rurales han contribui-
12 En realidad, los datos corresponden a las encuestas Fesal 98, Fesal 2002/03 y Fesal 2008 de la
ADS.
30 José Luis Argueta Antillón

do con el equivalente de un hijo y más, a la disminución; este comportamiento


de altas TGF se observa en algunos departamentos, entre los que se destaca el
departamento de La Paz con una disminución de dos hijos en los 15 años; una
situación similar se observa en los departamentos de Chalatenango y Cabañas.
Aparentemente en estos departamentos se localizarían los menores niveles de
bienestar y de educación. Según estas características, en el primer quintil de
bienestar y en el nivel más bajo de educación se localizaron las mayores tasas
de fecundidad y las mayores disminuciones equivalentes a un hijo y más.

Por otra parte, los niveles más bajos de fecundidad y de menor disminución de
la misma, en los 15 años de este análisis, son característicos del área urbana,
de departamentos más urbanizados como San Salvador y de los quintiles más
altos de bienestar y de los mayores niveles de educación. Sobre la característi-
ca educativa de la mujer debe entenderse la inclusión de la educación sexual y
reproductiva; al respecto, se recomienda remitirse al cuadro No. 12 y el análi-
sis correspondiente, para una visión de las implicaciones.

Otras características no abordadas directamente como el estado civil/familiar


y la situación laboral también son determinantes, pero a su vez son determi-
nadas por las características analizadas, de tal forma que su incidencia estaría
implícitamente considerada.
Población, educación y desarrollo en El Salvador 31

Cuadro II.7: Tendencias de la TGF por periodo de referencia según


características seleccionadas: Mujeres de 15 a 49 años de Edad

a) Fuente: Elaboración con información de la tabla 4.2 de Fesal-2008.


b) 1 El período comprende de marzo 1993 a febrero 1998-Fesal 98
c) 2 El período comprende de nov. 1997 a oct. 2002- Fesal 2002/03
d) 3 El período comprende de abril 2003 a marzo 2008-Fesal 2008

Esta realidad de la fecundidad en El Salvador desvirtúa totalmente los enfo-


ques ideológicos sobre población, como el denominado Enfoque Paternalista
Occidental del “establishment demográ ico”, que ha sido el catalizador de i-
nanciamiento público de EUA para el control de la natalidad. Esgrimiendo el
argumento de que lo mejor para la gente es tener menos hijos, se instrumen-
talizó el Fondo de las Naciones Unidas para Actividades de Población (Unfpa)
como canalizador de fondos para los programas de control de la natalidad en
32 José Luis Argueta Antillón

los llamados PMD. Es por eso que Paul Demeney del Population Council ha
dicho a inales de los 60 que la Usaid convirtió a la demogra ía en sirvienta de
los programas controlistas.

Otro enfoque de los controlistas sostiene que aunque las personas de los PMD
sean responsables, existe una “demanda insatisfecha de anticonceptivos”.
Frente a esta idea, Land Prichett13 sostiene que la fecundidad en los PMD no
depende de la disponibilidad de los anticonceptivos, sino de las condiciones
sociales y económicas. A irma que la “demanda insatisfecha” es una idea falsa
y que las encuestas realizadas para medirla están mal hechas: no “descubren”
sino lo que van buscando, ya que las preguntas inducen al encuestado a decir
lo que el encuestador supone que necesita; en realidad, las mujeres de los PMD
tienen más hijos porque los desean, este deseo solo disminuye cuando las con-
diciones sociales y económicas cambian.

2.1.1.4. La planiϐicación familiar

El uso de métodos anticonceptivos ha tenido un impacto importante sobre la


TGF, su aplicación tiene una larga historia con resultados importantes en la
plani icación familiar. Los registros sistemáticos de la Asociación Demográ i-
ca Salvadoreña datan desde la Encuesta Fesal de 1975, cuando solamente el
21.6 % de las mujeres casadas/acompañadas de 15 a 44 años de edad usaban
algunos de los métodos conocidos; desde entonces el porcentaje de mujeres
usuarias de anticonceptivos ha aumentado sostenidamente hasta el 72.5% en
la encuesta de 2008, la cual presenta los siguientes resultados:

Cuadro II.8
El Salvador: Condición de uso de anticonceptivos de mujeres casadas/
acompañadas de 15 a 44 años de edad.

Fuente: Elaborado con información Fesal 2008, Datos básicos por región de salud.

13 Land PrinceƩ, economista del Banco Mundial publicó expresó su críƟca en un arơculo publi-
cado en 1994.
Población, educación y desarrollo en El Salvador 33

Al relacionar el uso actual de anticonceptivos con las características selecciona-


das de las mujeres casadas/acompañadas de 15 a 44 años de edad, los resulta-
dos son congruentes con los observados en las tendencias de las tasas globales
de fecundidad (TGF) en el cuadro II.7: según el nivel educativo, el 68.8 % de las
mujeres con 1-3 años de educación usa actualmente anticonceptivos, en tanto
que de las mujeres con 10 o más años de educación el 76.4 % usa anticoncep-
tivos. En cuanto al quintil de bienestar, de las mujeres ubicadas en el primer
quintil (más bajo), el 65.1 % los usa actualmente, mientras que del quintín más
alto, el 78.6% de las mujeres los usa. Diferencias semejantes también se re lejan
entre las mujeres de las áreas rural y urbana. Esto signi ica que el uso de anticon-
ceptivos con sus variantes es también un factor que incide en el comportamiento
de la TGF (y en las tasas especí icas de fecundidad).

Adicionalmente, es pertinente mencionar algunos elementos que suelen dejar-


se al margen del análisis de los determinantes de la fecundidad:

a) El papel de las religiones, que a través de ciertas normas prohíben el uso


de los métodos de plani icación familiar, excepto los considerados como
naturales. Es patente que estas orientaciones son asumidas como manda-
mientos por un sector de población de comunidades rurales y semiurba-
nas, y trae como consecuencia altos índices de fecundidad en familias que
se encuentran en los umbrales de la pobreza.
b) La conducta sexual y reproductiva del hombre que requiere de mayor aten-
ción. Por una parte, debería darse mayor énfasis a la educación sexual y
reproductiva de los varones. Debería realizarse investigaciones especiales
sobre los factores que inhiben la participación del hombre, a in de promo-
ver su participación y su responsabilidad en la plani icación de la familia.
En las investigaciones sobre la salud sexual y reproductiva debería prestar-
se especial atención a las necesidades de los adolescentes.

Por otra parte, aunque se habla del machismo, no se invierten esfuerzos en


abordar asuntos como las causas y las consecuencias del comportamiento
irresponsable para la sociedad, para la familia y para el mismo padre. Es co-
mún, por ejemplo, que muchos padres tengan que responder, obligados por
una sentencia judicial, al sostenimiento de más de una familia, con graves con-
secuencias en lo laboral, en la armonía familiar, en la solvencia económica y en
la estabilidad emocional del padre.

Si estas situaciones fueran objeto de una difusión sistematizada con propósi-


tos educativos y disuasivos, no cabe duda que contribuirían a corregir aquellas
conductas sexuales y reproductivas perniciosas, con apreciables bene icios
para la evolución de la población.
34 José Luis Argueta Antillón

En conclusión, la fecundidad es una variable demográ ica que se relaciona con


otras variables determinantes, las cuales de inen conjuntamente el nivel po-
blacional y su dinámica; aunque resulta complicado medir el impacto especí i-
co de cada variable, lo importante es que todas dependen y determinan el nivel
de desarrollo económico y social del país en cuestión; en consecuencia, puede
haber certeza de que si mejora una de las variables, otra u otras también me-
jorarán y generarán movimientos en la fecundidad en el mismo sentido, rom-
piendo los círculos perniciosos demográ ico, de la pobreza y de la incultura.

2.1.2. La mortalidad

Los primeros registros censales y no censales en el país muestran que las tasas
brutas de mortalidad se mantuvieron considerablemente altas, y es hasta el
quinquenio 1955-60 cuando se observa una disminución en ellas, que inau-
gura una tendencia decreciente sostenida. Esta es atribuible, según se apuntó
arriba, a las modestas mejoras en las condiciones de vida, que tuvieron alguna
incidencia particularmente en el área sanitaria. No obstante, hay que acotar
dos situaciones: i) que a partir de 1978 el país entra en una situación de con-
lictividad creciente; ii) que después del censo de 1971 es hasta 1992 que se
levanta un nuevo censo, por lo que en ese largo periodo solamente se dispone
de estimaciones y proyecciones.

Según algunas estimaciones, la tasa bruta de mortalidad en el periodo 1971-


78 sería de 8.1 por mil habitantes y de 9.6 para 1980, como efecto de la agudi-
zación de la represión contra la población, pero hay que apuntar que para esta
tasa bruta de mortalidad no se disponía de estimaciones por lo que se obtuvo
por diferencia entre la tasa bruta de natalidad (39.4 por mil habitantes) y la
tasa de crecimiento vegetativo (2.98 por 100 habitantes), para las cuales sí se
disponía de estimaciones14.

Al recurrir a la información o icial procesada por la Digestyc, la tendencia de-


creciente de la tasa bruta de mortalidad se mantiene para los quinquenios
1975-80 (11.90) y 1980-85 (11.53), por lo que aparentarían una situación
normal, sin embargo las tasas son más elevadas que la obtenida por estimacio-
nes. Pero aún más, en los quinquenios sucesivos, las cifras o iciales mantienen
la tendencia decreciente de la tasa bruta de mortalidad, aparentando un nulo
o insigni icante impacto de la mortalidad generada por el con licto político mi-
litar de 1980-1992. Algo semejante se rati ica en términos absolutos con las
cifras de defunciones, las cuales se incrementan para los primeros años del
con licto —pero disminuyen a partir de 1984— justamente cuando la contien-
da militar se vuelve más cruenta.

14 Ver Médica, Vilma N. (1983)


Población, educación y desarrollo en El Salvador 35

Al respecto, se cuenta con otros datos de la Digestyc sobre defunciones proyec-


tadas (grá ico II.4), las cuales parecen ser más realistas, y re lejan luctuacio-
nes muy suaves entre los quinquenios 1950/55 y 1970/75, con un aumento de
239,629 a 245,716 defunciones totales en los 25 años. Esta tendencia se altera
en el quinquenio 1975/80 al aumentar a 266,456 las defunciones totales, en
coincidencia con la violenta represión que sufrió la sociedad civil en esos años.

Gráϐico II.4: Proyección de defunciones, quinquenios 1950/55-


2005/2010

ElSalvador:DefuncionesProyectadas1950Ͳ2010

300,000

250,000

200,000

150,000 Total
100,000 Hombres

50,000 Mujeres


Fuente: Proyecciones de defunciones 1950-2025 de la Digestyc.

Durante el quinquenio 1980/85, el cual abarca los primeros cinco años del
con licto armado, las defunciones se elevan a 281,417, la máxima cifra en toda
la historia demográ ica del país. Es un hecho signi icativo que en estos dos
quinquenios las defunciones de las mujeres se mantienen virtualmente al nivel
del quinquenio1970/75, por lo que los aumentos los determinan las defuncio-
nes de hombres. En el siguiente quinquenio 1985/90 las defunciones totales y
por sexos disminuyen, con una tendencia que se prolonga a los años 1990/95;
en los siguientes años (de 1995 a 2010) se registra un tendencia ligeramente
creciente de las defunciones, atribuible posiblemente al envejecimiento de la
población (ver Anexo II.5)

2.1.2.1. Mortalidad infantil

Consideración especial amerita la mortalidad infantil, objeto de compromiso


nacional, pero también internacional. A partir de la Cumbre del Milenio, se
estableció el cuarto Objetivo de Desarrollo (ODM), que consiste en “reducir
36 José Luis Argueta Antillón

en dos tercios la tasa de mortalidad” de las niñas y niños menores de 5 años.


Con 10 años transcurridos, en el país se aprecian algunas tendencias hacia el
cumplimiento de este compromiso para el año 2015.

Según encuestas Fesal, grá ico II.5, la mortalidad conjunta infantil y en la niñez
(0-4 años) ha evolucionado de 68 a 19 (por mil nacidos vivos) en aproximada-
mente 25 años, entre 1983/88 y 2003/08; pero lo importante son las disminu-
ciones dentro del periodo de los ODM, por ejemplo —según la información de
referencia— entre 1998-2002 y 2002-2008 se ha registrado una disminución
de 31 a 19 (por mil), de tal suerte que si se toma como base la tasa de 31, en El
Salvador se requeriría de una disminución adicional en la tasa de mortalidad
infantil de 8.6 (por mil) en los siete años (de 2008 a 2015), para cumplir con el
compromiso ODM; ¿será posible?

Gráϐico II.5: Tendencias de la mortalidad infantil y en la niñez

GráficoII.5:TendenciasdelaMortalidadInfantilyenlaNiñez
80
70
60
Mortalidad

50
40
30
20
10
0
1983Ͳ1988 1088Ͳ1993 1993Ͳ1998 1998Ͳ2002 2003Ͳ2008
Periodosdereferencia

Infantil EnlaNiñez Total(0Ͳ4años)



Fuente: Tabla 11.2 de Fesal-2008
InfanƟl (0-1 año), Niñez (1-5 años)

El grá ico II.6 muestra, además de la tendencia reseñada, la disminución de la


mortalidad infantil destacando el efecto de importantes características de la
madre; nuevamente, en el área rural se registran las mayores tasas de morta-
lidad en 1998, con una disminución importante en 2008, aproximadamente
en la misma proporción que la disminución de las tasas en el área urbana. Lo
sobresaliente es el efecto que tiene la pobreza y el analfabetismo de las madres
en las altas tasas de mortalidad infantil, así como el efecto positivo (bajas tasas
de mortalidad infantil) de los niveles altos de bienestar y de educación de las
madres (Ref. Anexo II.7).

Es importante acotar que muchas de las madres de bajo nivel de bienestar y


educativo son a su vez del área rural, pero también en el área urbana reside
Población, educación y desarrollo en El Salvador 37

una importante proporción de madres pobres y de bajo nivel educativo. Esto


es así porque el abandono del sector agrícola de las últimas décadas, ha ge-
nerado la migración interna rural-urbana, especialmente hacia las principales
ciudades.

Estas características de la mortalidad infantil y materno-infantil son propias


de países subdesarrollados y han suscitado iniciativas para prevenir y mitigar
las causas y los efectos, tal es el caso del lanzamiento, el 9 de marzo de 2011,
del fondo “Salvar vidas en el nacimiento” por US$50,000,000, auspiciado por la
Usaid, el Gobierno de Noruega, la Fundación Bill & Melinda Gates Foundation,
Grandes Desa íos Canadá y el Banco Mundial.

Gráϐico II.6. Tasas de mortalidad en menores de 5 años (0-4), según


características seleccionadas de las madres
ElSalvador:MortalidadInfantilsegúncaracterísticas
70
Seleccionadas
Tasasdemortalidadinfantil

60
50
40
30
20
10
0 1998
2008


Fuente: Tabla 11.4, Fesal-2008

Es indudable que en la mortalidad infantil inciden otras situaciones no ponde-


radas que han caracterizado a la sociedad salvadoreña en esta última década,
y es que no ha existido una estructura institucional debidamente integrada y
coordinada para asegurar la atención a los requerimientos nutricionales, de
salud y educativos propios de la primera infancia; han faltado además, políti-
cas públicas que eliminen las exclusiones y discriminaciones en el goce de los
derechos de los niños y niñas y que corrijan las manifestaciones culturales que
atentan contra el desarrollo integral de la niñez temprana. En el ámbito nor-
mativo han sido ostensibles las actitudes de tolerancia social y de impunidad
jurídica frente a todo tipo de violaciones de los derechos de los niños y niñas.

En de initiva, en el tema de la mortalidad total, surge la interrogante de cómo


interpretar la información disponible que re leja una disminución sistemática
38 José Luis Argueta Antillón

de la mortalidad y la morbilidad, inalizando en el quinquenio 2005-2010 con


una tasa bruta de mortalidad de 6.79 por mil habitantes. Por el contrario, la
realidad de la violencia cotidiana está clasi icando a El Salvador como uno de
los países más violentos del mundo; según datos preliminares del Instituto de
Medicina Legal15, en 2009 se registraron 4,382 homicidios que representaron el
40.5 % de las 10,822 defunciones totales, superando a las enfermedades (30.3
%) como causa de muerte en el referido año; si la población proyectada fue de
6,098,714 habitantes, la tasa de homicidios fue de 72 por 100,000 habitantes.

Por otra parte, lo realmente importante de la disminución de la mortalidad es


que expresa las consecuencias de la evolución socioeconómica reciente y, por
lo tanto, se puede inferir que la disminución de la morbilidad y la mortalidad
no obedece a cambios en el proceso de desarrollo económico y social, sino a
otras circunstancias como políticas comerciales que han facilitado la impor-
tación de elementos de cura, de prevención y de saneamiento para la salud y
nutrición de las personas, cuyo uso ha sido promovido por el comercio para la
población con poder de compra.

Por lo que precede, también es importante examinar los efectos económicos


del descenso de la mortalidad y la morbilidad en varios aspectos, como el im-
pacto de los programas sociales, entre ellos, los sistemas de pensiones, la ca-
lidad del trabajo y otros como los efectos de los programas de cooperación
internacional en salud y medio ambiente.

2.1.3. Distribución espacial y movimiento migratorio

Es indudable que el estudio de los componentes dinámicos y su decidida in-


luencia en las tendencias de tamaño y composición de la población salvado-
reña conlleva el análisis de los desplazamientos y asentamientos humanos en
todos los sentidos: rural-rural; rural-urbano; urbano-urbano; rural-extranjero
y urbano-extranjero. Los tres primeros caracterizan la “migración interna”,
mientras los dos últimos se re ieren a “migración internacional”.

Como en muchos países, problema fundamental son las fuentes de informa-


ción disponibles, las cuales presentan serias de iciencias en cantidad y calidad,
y lo que es más precario, no presentan datos desagregados sobre variables
claves directamente relacionadas. Se destacan aquí 3 clásicas limitantes que
podrían abordarse en futuras investigaciones:

• Ausencia de un sistema coherente de de iniciones operacionales para cuan-


ti icar el fenómeno migratorio, con claro concepto de “migrante”.
15 Periódico LPG, San Salvador, El Salvador,11/octubre/2010, pp. 2.
Población, educación y desarrollo en El Salvador 39

• Indicadores disponibles inadecuados e incompletos, en general, proceden-


tes de censos de población, registros vitales y registros de entradas y sa-
lidas de pasajeros. Pocas veces se ha investigado la migración a través de
encuestas de hogares por muestreo.
• Falta de un marco de referencia (teórico) que permita orientar el diseño y
desarrollo de investigaciones sobre migración.

Particularmente, en El Salvador no se llevan registros continuos sobre movi-


mientos de la población dentro del territorio nacional, tal como es práctica
en algunos países europeos; por su parte, son incompletos los registros sobre
entradas y salidas de población por puertos o iciales (terrestres, marítimos y
aéreos). De aquí que deba recurrirse a las fuentes tradicionales mencionadas
con sus notorias de iciencias. Además, se tiene el agravante de que entre los
dos últimos censos de población realizado en El Salvador en 1992 y 2007, ha
transcurrido un lapso de 15 años en el que ocurrieron cambios económicos
con serias repercusiones sociodemográ icas que no fueron registradas, ade-
más de las di icultades de representatividad y cobertura geográ ica en el censo
de 1992.

La tercera fuente de información son las encuestas de hogares, las que solo
esporádicamente han investigado el tema migratorio. Los censos proporcio-
nan información retrospectiva, en general, referida a los últimos 5 años, dadas
las di icultades de su aplicación en períodos más largos. En cualquier caso,
resulta complejo identi icar a las personas que realizan más de un movimiento
migratorio en determinado período de tiempo; además, siempre se investiga a
migrantes sobrevivientes, lo que distorsiona su de inición y consecuente cuan-
ti icación.

Lo expuesto di iculta la aplicación de criterios en algunos aspectos determi-


nantes, tales como tiempo de residencia en determinado lugar, migrantes esta-
cionales (temporales), estudiantes que viven varios meses fuera de su residen-
cia habitual, poblaciones en tránsito, etc. A modo de propuesta, es prioritaria
la investigación sobre políticas de redistribución de la población en el territorio
salvadoreño, patrones prevalecientes sobre corrientes migratorias, característi-
cas demográϔicas y económico-sociales de los migrantes, procesos de urbaniza-
ción y desarrollo. En todo caso, deben establecerse claramente las variables a ser
investigadas, tanto en la migración interna como en la migración internacional,
sobre la base realista de datos disponibles. Todo ello, para no caer en apreciacio-
nes descriptivas, pasando por alto relaciones básicas.
40 José Luis Argueta Antillón

2.1.3.1. La migración internacional

La estrechez territorial, la limitación de recursos naturales y la aplicación de


políticas económicas y sociales excluyentes y concentradoras que limitan las
oportunidades han hecho de El Salvador un país expulsor de población, con
una clara tendencia al incremento a partir de los años setentas, a tal grado que
se estima que un tercio de la población se encuentra en Estados Unidos.

Con todo y lo importante que es el fenómeno de la migración interna e inter-


nacional en el país, persisten las de iciencias antes apuntadas; así por ejemplo,
para cuanti icar la emigración (urbana-internacional y rural-internacional) se
recurre a los censos de población de los países receptores de inmigrantes sal-
vadoreños, con todos los errores y omisiones que eso implica.

En las décadas de los cincuenta y sesenta la emigración aún no mostraba una


magnitud considerable. Sin embargo, la población, especialmente campesina,
sufría la escasez del recurso tierra, dada la concentración del recurso en po-
sesión de latifundistas; por ello entre los países de destino estaban los países
centroamericanos, Honduras en particular, lo que permitía una relativa movi-
lidad de salida y retorno. Esto es lo que se observa en la década de los sesenta,
cuando disminuye la tasa neta negativa de migración, debido a que la incipien-
te industrialización del modelo de sustitución de importaciones estimuló el
retorno de mano de obra que había emigrado. En el año de 1969 el retorno
se vuelve un verdadero éxodo (entre 200,000 y 400,000 salvadoreños según
distintas referencias de la época)16, esta vez por la represión de que fueron
objeto en Honduras al estallar la Guerra de las cien horas, como manifestación
de la crisis del referido modelo de sustitución de importaciones. Este éxodo,
que tuvo per iles dramáticos, aparentemente no es registrado por las cifras
o iciales; por el contrario, en algunas publicaciones el saldo neto negativo mi-
gratorio (inmigración-emigración) de 1969 aparece incrementado como si hu-
biese aumentado la salida de salvadoreños al exterior, habiendo ocurrido lo
contrario.

En la serie histórica o icial de las migraciones, es precisamente 1969 el año


de la in lexión, desde el cual se inicia un crecimiento sostenido del saldo neto
migratorio de signo negativo.

16 En el gráfico II.7 se han incluido las discrepancias entre los datos oficiales y los datos ajustados,
pero en el caso del quinquenio 1965/70 no parece reflejarse la magnitud del éxodo de 1969.
Población, educación y desarrollo en El Salvador 41

Gráϐico II.7. El Salvador: Saldos netos migratorios por quinquenios

ElSalvador:SaldosNetosMigratorios
50,000
0
Ͳ50,000
Ͳ100,000
Ͳ150,000
Ͳ200,000
Ͳ250,000
Ͳ300,000
Ͳ350,000
Ͳ400,000
Ͳ450,000

Saldosnetos Discrepancias

Fuente: Cuadro 27, Pág. 53, Censo de Población 2007.

Al respecto, cabe recordar que los efectos de la guerra de las cien horas se
prolongaron con una crisis del comercio intrarregional centroamericano, que
afectó primordialmente a la economía salvadoreña. Este sería, entonces, un
importante factor que impulsó el incremento de la emigración internacional
durante la década de los setenta y sucesivas.

Aunque se han hecho ejercicios para ajustar los saldos netos, las discrepancias
resultantes no son signi icativas, especialmente en el quinquenio que com-
prende el masivo retorno de 1969 (ver grá ico II.7 y cuadro Anexo II.8)17.

Entre los quinquenios 1975-80 y 1985-90 se registró el otro éxodo (hacia el ex-
terior), ocasionado indudablemente por el con licto político militar, ya que en-
tre los motivos de la emigración se agregó el de los refugiados acosados por las
masacres y estrategias militares de despoblación. La solidaridad internacional
signi icó una diversi icación de países de destino como Canadá, Australia, países
nórdicos y otros que ofrecieron programas para refugiados. En el quinquenio
1990-95 disminuye el lujo de emigrantes, en virtud de las expectativas genera-
das por los Acuerdos de Paz, las cuales no duraron mucho, pues en el siguiente
quinquenio (1995-2000) el desarraigo llegó a los máximos niveles en la historia
demográ ica del país, la posguerra no se caracterizó, precisamente, como un pe-
riodo de desarrollo con equidad y oportunidades para las mayorías. En la déca-
da 2000-2009 la emigración se ha mantenido alta con una tendencia a disminuir,

17 Paradójicamente, en el quinquenio 1965/70 aparece una discrepancia en el saldo migratorio


neto de -609, no obstante que hubo una emigración masiva que no se ha registrado en ningún
otro periodo.
42 José Luis Argueta Antillón

lo cual es atribuible, en parte, a las crisis económicas y inancieras en los Estados


Unidos y a diversas restricciones migratorias en este país.

La actual situación migratoria y la consecuente disminución de las remesas han


dejado al descubierto la vulnerabilidad socioeconómica del país; el deterioro de
la sustentación inanciera —que han representado las remesas para la econo-
mía del país— ha sido un factor depresivo en la recesión económica actual18. La
disminución del lujo de remesas también ha dejado al descubierto un efecto
negativo en una parte de los receptores de esas transferencias, quienes se han
acostumbrado a vivir sin trabajar, generando situaciones de parasitismo social.

El reconocimiento, por parte de la actual gestión gubernamental (2009-2014),


del fenómeno de la emigración masiva de salvadoreños como una consecuencia
de la concentración, de la inequidad y de la exclusión de los modelos de acumu-
lación en El Salvador, están generando propuestas de políticas económicas y so-
ciales para mitigar las consecuencias y contener la expulsión de salvadoreños19.
En la perspectiva optimista del cumplimiento de las metas socioeconómicas, se
han proyectado, a partir de 2010, disminuciones graduales de las tasas netas de
migración.

2.1.3.2. Migración interna

Desde el punto de vista regional, todavía más del 40 % de la población de El


Salvador vive en áreas de initivamente rurales en condiciones estructurales de-
icitarias (calidad de vivienda, subempleo, falta de servicios básicos y de buenos
caminos de acceso). Pero también en los 262 núcleos municipales conceptuali-
zados como urbanos, la gran mayoría carece de las características de tamaño, es-
tructura urbana y concentración de servicios. La excepción es el Área Metropo-
litana de San Salvador Ampliada (AMSSA) que ha sido el centro de atracción de
la migración interna (rural-urbana y urbana-urbana). En menor medida, otras 4
ciudades (Santa Ana, San Miguel, Sonsonate y Usulután) parecen haber atraído
migración interna, acumulando junto con la AMMS el 75 % de la población ur-
bana total.

Factor determinante de la velocidad y el estado actual del tamaño del AMSSA


ha sido la migración interna, con evidencias de aceleración entre los años del
con licto bélico; pero que también se presentan durante el periodo posbélico,
a causa del abandono del sector agropecuario. Este fenómeno ha sido paralelo

18 A mediados de la presente década 2000, cuando se ha hecho notorio el agotamiento del mo-
delo neoliberal, las remesas han oscilado en torno a los $3,000 millones, representando aproxi-
madamente el 17% del producto interno bruto.
19 Ver Plan Quinquenal 2010-2014 del Gobierno Salvadoreño.
Población, educación y desarrollo en El Salvador 43

a la emigración internacional, con la mani iesta aceleración, ya explicada, con


una alta proporción dirigida hacia Estados Unidos de América y, en menor gra-
do, hacia Canadá, Australia, Belice, México y los países centroamericanos. Estos
desplazamientos humanos han generado compensaciones internas que condu-
jeron, inalmente, a signi icativos saldos de transferencia de población urbana-
rural, urbana-urbana, rural-extranjera y urbana-extranjera.

Sobre las dos primeras transferencias poblacionales, el Censo de Población 2007


contiene información que permite visualizar corrientes migratorias internas
como las interdepartamentales.

En el cuadro II.9 se ha obtenido el saldo migratorio por departamento con infor-


mación censal que se obtuvo a partir de la pregunta: “departamento donde vivía
antes”.

Lo primero que se destaca es que San Salvador y La Libertad20 son los departa-
mentos receptores netos de población procedente del resto de departamentos,
los cuales aparecen como emigrantes netos, es decir, con saldos netos migrato-
rios negativos. De estos, el departamento de Usulután sería el que más emigra-
ción genera, y esto no deja de llamar la atención por su posición de desarrollo
relativo, pues su capital ha sido cali icada como una de las cuatro ciudades más
urbanizadas; por lo cual podría esperarse una posición migratoria más equili-
brada.

Cuadro II.9: Corrientes Migratorias Interdepartamentales

Fuente: Censo de Población 2007, (Pregunta 8B)

20 La inmigración al departamento de La Libertad se circunscribe a lo que corresponde al Area


Metropolitana de San Salvador Ampliada.
44 José Luis Argueta Antillón

En el caso especí ico del AMSSA, el proceso inmigratorio ha sido relevante y


también desordenado, hecho que profundiza las crisis urbanas. Sus efectos
se hacen notar al observar el gran crecimiento de municipios aledaños a la
capital, tales como Soyapango (en tamaño poblacional es la segunda ciudad),
Mejicanos, Ayutuxtepeque, Ilopango, Apopa, Antiguo Cuscatlán y Nueva San
Salvador. La consecuencia más grave de este escenario es la acentuada vulne-
rabilidad a los desastres socionaturales21, a tal grado que El Salvador ha sido
cali icado como el país más vulnerable del mundo; según la Comisión Económi-
ca para América Latina y el Caribe (Cepal), “las pérdidas de vida desde el Mitch
hasta la actualidad suman 1,279 fallecidos y los daños económicos ascienden
a $2,738 millones”22. No cabe duda de que se trata de un problema estructural
de pobreza y de sus manifestaciones, mezclado con costumbres ancestrales y
hábitos de consumo que son devastadores de la naturaleza y contaminadores
del medio ambiente. Tampoco se puede poner en duda que esta situación debe
revertirse —dados los costos económicos, sociales y de vidas humanas que
provoca— pero no restringiendo la migración hacia las ciudades, el proceso
de urbanización es inevitable. En una reciente conferencia sobre esta temáti-
ca, organizada por la University College London, se recomendó recurrir a las
tecnologías ecoamigables en vivienda y provisión de servicios para mitigar los
efectos ambientales de la población, con la condición de que las soluciones se
diseñen desde el principio con los habitantes locales.23

Volviendo a los resultados de las corrientes migratorias internas, en El Salvador


estas han conducido a un proceso de urbanización que tipi ica al país, global y
regionalmente, como un país con comunidades mayoritariamente semiurba-
nas y una alta proporción eminentemente rural. Lo que pudiera llamarse pro-
ceso de metropolización, solo se mani iesta en el Municipio de San Salvador y
los municipios circundantes que conforman la nominada Área Metropolitana
de San Salvador Ampliada (AMSSA). En efecto, esta es la única región geográ-
ica que mani iesta una particular estructura de forma social y económica, con
un alto grado de concentración de población y sus servicios.

Consecuentemente, el AMSSA debe ser cali icada como un subconjunto espe-


cialmente determinante dentro del sistema de la economía y la sociedad salva-
doreñas, ya que es en el AMSSA donde se centralizan actividades, funciones y
relaciones de todo tipo. Esta es una realidad trascendental a tomar en cuenta
dentro de cualquier esquema que haga relación a un plan de ordenamiento y
desarrollo regional sostenido y sostenible.

21 Los desastres Ɵenen un componente social derivado de la pobreza y la incultura, sin el cual los
daños no serían tan desastrosos.
22 LPG, 14/octubre/2010, pp. 14.
23 Conferencia PopulaƟon Footprints, University College London, Londres 25-26 de mayo.
Población, educación y desarrollo en El Salvador 45

Aunque los indicadores mencionados de manera general son globales y pre-


sentan grandes disparidades internas, tanto a nivel departamental como mu-
nicipal, permiten a irmar que El Salvador tiene una estructura social, económi-
ca y demográ ica heterogénea, muy desigual por regiones geográ icas, lo que
rati ica su condición de país subdesarrollado.

2.1.3.3. La migración regional centroamericana

Un fenómeno migratorio muy particular es la movilidad regional centroame-


ricana de trabajadores, la cual —no obstante su limitada cuantía— es cualita-
tivamente importante al anticiparse a una etapa más avanzada de integración
regional centroamericana que nunca llega: el mercado común. Dentro de esta
dinámica migratoria regional se ha generado una movilidad vinculada con la
migración internacional y las remesas; es ampliamente reconocido que mu-
chos salvadoreños receptores de estas transferencias se han convertido en
una especie de “rentistas” que se han acomodado a una vida de holganza y se
niegan a trabajar24. Esta circunstancia ha propiciado la inmigración por la vía
ilegal de trabajadores nicaragüenses y hondureños, especialmente en las tem-
poradas de recolección de cosechas; muchos de estos trabajadores terminan
siendo expulsados, como en el año 2006, cuando fueron deportados 725 indo-
cumentados, según cifras de la migración salvadoreña.

Pero como existe un déficit real en la oferta de trabajo, algunos empre-


sarios del sector agrícola salvadoreño han tenido que desplazarse a Nica-
ragua y Honduras a contratar trabajadores, para quienes luego gestionan
los permisos de trabajo. En el año 2009, los nicaragüenses encabezan el
listado, con 908 permisos autorizados, seguidos por 771 hondureños y 552
guatemaltecos.

Esta realidad ha forzado a las autoridades de Guatemala, El Salvador, Nicara-


gua y Honduras a avanzar algunas propuestas para facilitar la movilidad en sus
fronteras, e incluso han retomado la vieja idea del pasaporte único, adhirién-
dose además a la convención internacional sobre protección de los trabajado-
res inmigrantes.

Esta situación es una exigencia más de la realidad, para el avance del proceso
de integración regional. Desde el siglo pasado, la subregión centroamericana
está anclada en la creación de la unión aduanera, la cual no se ha completado
ni con las presiones que ha ejercido la Unión Europea para irmar el Tratado
de Asociación. Lamentablemente para los pueblos centroamericanos, no se
24 Estas realidades dramaƟzadas con la creciente delincuencia están dejando como un mito la
renombrada fama del salvadoreño trabajador emprendedor.
46 José Luis Argueta Antillón

vislumbra, por parte de los organismos de integración, un genuino interés por


impulsar una agenda de integración que aspire a etapas más avanzadas como
podría ser la construcción de una comunidad económica social y política cen-
troamericana.

No obstante las limitaciones de información afrontadas en este apartado sobre


la migración en El Salvador, queda demostrada la naturaleza cambiante y el
grado de movilidad de la población; en consecuencia, se puede adelantar una
propuesta para investigar urgentemente y comprender en toda su magnitud
las causas y las consecuencias de la migración y de la movilidad interna, regio-
nal (centroamericana) e internacional. Un requisito para que esas investiga-
ciones tengan una sólida base, consiste en mejorar la calidad, la oportunidad y
accesibilidad a los datos sobre los niveles, las tendencias y las políticas inter-
nas e internacionales de migración.
Población, educación y desarrollo en El Salvador 47

ANEXO ESTADÍSTICO. CAPÍTULO II

Anexo II.1.
El Salvador: Población censada, por área y sexo, según año censal

FUENTE: Ministerio de Economía, Dirección General de EstadísƟca y Censos (Digestyc).


*Cifras del “censo bruto”, el “censo oficial” 2007 es de 6,098,714 pobladores.
48 José Luis Argueta Antillón

Anexo II.2
El Salvador: Dinámica poblacional proyectada. 1950 – 2010

Fuente: Digestyc, Proyecciones de Población 1950-2010


Población, educación y desarrollo en El Salvador 49

Anexo II.3
El Salvador: Tasas de natalidad, mortalidad, tasas netas de migración y
tasas medias anuales de crecimiento (por mil habitantes) 1950-2050

Fuente: Digestyc, Proyecciones de población 1950-2050.

Anexo II.4
El Salvador: Tendencias de las tasas especíϐicas de fecundidad por edad
(por 1000 mujeres)

Fuente: Fesal, 2008, Asociación Demográfica Salvadoreña, Octubre, 2009.


Los periodos corresponden a las encuestas Fesal correspondientes
( ) Tasas truncadas parcialmente.
50 José Luis Argueta Antillón

Anexo II.5
El Salvador: Defunciones proyectadas 1950-20010

DEFUNCIONES PROYECTADAS

Quinquenio Total Hombres Mujeres


1950/1955 239,629 126,448 113,181
1955/1960 232,552 125,335 107,217
1960/1965 233,391 126,954 106,437
1965/1970 236,465 130,579 105,886
1970/1975 245,716 139,373 106,343
1975/1980 266,456 157,682 108,774
1980/1985 281,417 173,229 108,188
1985/1990 227,273 137,752 89,521
1990/1995 192,525 113,851 78,674
1995/2000 201,046 118,385 82,661
2000/2005 204,681 119,005 85,676
2005/2010 210,624 120,817 89,807
Fuente: Proyecciones de defunciones de Digestyc, 1950-2050

Anexo II.6
El Salvador: Tendencias de las tasas de mortalidad infantil y en la niñez, por
periodo de referencia, según edad al morir (por 1,000 nacimientos vivos)

Fuente: Encuestas Fesal-88, 93, 98, 2002/03, 2008


Población, educación y desarrollo en El Salvador 51

Anexo II.7
El Salvador: Tasas de mortalidad en menores de 5 años (0-4) por edad al
morir y características seleccionadas.

Fuente: Tabla 11.4 de Fesal-2008.

Anexo II.8
El Salvador: Discrepancia en los saldos netos migratorios
Anexo II.8a Anexo II.8b

Cuadro 27, Página 53


52 José Luis Argueta Antillón

Anexo II.9. Migración internacional por departamento

Fuente: Ministerio de Economía-Digestyc, VI Censo de Población 2007


*Censo bruto

AnexoII.10. El Salvador: Migración interna

Fuente:Ministerio de Economía, Digestyc, Censo de Población 2007.


Población, educación y desarrollo en El Salvador 53

III. CARACTERÍSTICAS ECONÓMICAS Y SOCIALES

1. Macroeconomía y demograϐía

En general, la con iguración demográ ica y socioeconómica de los países sub-


desarrollados aplica al caso particular de El Salvador. Efectivamente, caracte-
rísticas claves de la población y del desarrollo salvadoreño son similares a las
de muchos países subdesarrollados. Pero, indudablemente, El Salvador tiene
sus propias particularidades sociodemográ icas y económicas, y esto lo con-
vierte en un caso especial desde el punto de vista estructural. Al respecto, una
parte de la población del país se encuentra nuevamente entre la duda y la es-
peranza respecto a los avances hacia cambios estructurales, partiendo de lo
que propone el nuevo gobierno en su Plan Quinquenal 2010-2014 y de sus
apuestas hacia el año 2024.

Los estudios que se han realizado son indicativos de que la dinámica de la po-
blación salvadoreña ha sido parte integrante de su proceso socioeconómico e
impone la necesidad de efectuar grandes transformaciones, considerando la
clásica integración de condiciones sociales y económicas con las demográ icas.
Sin esta consideración resulta prácticamente imposible plani icar el desarrollo
de El Salvador (global, sectorial, y regional) con la aspiración de que sea sos-
tenido y sostenible, y no se podría propender al mejoramiento sustantivo del
bienestar general de la población, si no se aplican programas y proyectos que
logren un apreciable impacto en la disminución de los altos niveles de margi-
nación y pobreza que se han entronizado en las última décadas

Hasta 1978, los avatares políticos propios de El Salvador no habían interrum-


pido una evolución económica y social que, luctuando en torno a indicadores
estáticos, había permitido algún crecimiento industrial y comercial. Estaba
sustentado en la acumulación de la agro exportación y en incipientes proyec-
tos integracionistas,25 como ocurrió en la década de los 60 con el modelo de
sustitución de importaciones. Fue cuando las inequidades y la exclusión social
y política se volvieron insoportables que este proceso se revirtió, con conse-
cuencias desastrosas durante el lamentable con licto político-militar, particu-
larmente ubicado entre los años 1978 y 1992. De ahí que se aplica en El Salva-
dor el adjetivo “década perdida”, acuñado a otros países latinoamericanos por
esta época26. El grá ico III.1 describe la evolución del PIB y del PIB per cápita

25 Anclados en la etapa de zona de libre comercio.


26 En una visión de largo plazo se podría hablar de una historia perdida, parƟendo de las proyec-
ciones y de las quimeras de los años 50 cuando se inician los planes y programas de coopera-
ción para el desarrollo. A inicio de los años 60 se rechazó la denominación de país subdesarro-
llado por denigrante y se adoptó la de país en desarrollo, bajo la ilusión de que el desarrollo
54 José Luis Argueta Antillón

en una historia de 58 años, como indicadores de las luctuaciones en el des-


empeño de la economía, los cuales presentan profundas implicaciones en la
dinámica y las tendencias demográ icas.

Gráϐico III.1: Evolución de la economía salvadoreña, 1950-2008

 ElSalvador:TasasdecrecimientodelPIBrealydelPIBpercápita1950Ͳ2008

 15%

10%

5%

0%
50

52

54

56

58

60

62

64

66

68

70

72

74

76

78

80

82

84

86

88

90

92

94

96

98

00

02

04

06

08
-5%

-10%

 -15%

PIBreal PerCápita


Fuente: Francisco Lazo, PerspecƟvas de la Dolarización, COLPROCE 2010

A partir del año 1991, al implementarse el “ajuste estructural y reactivación eco-


nómica”, se produce un crecimiento global de la economía que alcanza un um-
bral hacia 1995 (con un máximo de 6 % de crecimiento del PIB); desde entonces,
se dan manifestaciones de inconsistencias del modelo hasta llegar, a la altura de
2004, a una caída de 1.5 % en el crecimiento del PIB. El grá ico de referencia es
elocuente, revelando cómo la economía, en un periodo de 60 años, solo en dos
oportunidades ha superado penosamente la tasa del 5 % en el crecimiento del
PIB per cápita. Esto da como resultado un poco menos del 3 % como tasa histó-
rica de crecimiento 1950-2010.

El panorama crítico se mani iesta con otros indicadores (cuadro III.1) que ge-
neraron la caída del PIB como la brusca disminución de la formación bruta de
capital ijo, de 15.5 % a 1.0 % entre los quinquenios 1991-1995 y 1996-2000;
en el sector externo los dé icit comerciales crecieron a ritmos mayores del 15 %.
Durante este periodo 1991-2004, los gobiernos de turno recurrieron al endeuda-
miento externo para inanciar la inversión pública y también para gastos corrien-
tes, de tal forma que ya para el año 2004 la deuda del sector público no inanciero
superaba el 40 % del PIB.

era un designio del desarrollo del capitalismo en el país; después de 60 años el desarrollo sigue
siendo una ilusión.
Población, educación y desarrollo en El Salvador 55

La disminución de las tasas de interés activas que se inició con la dolarización


de 2001, no tuvieron un impacto dinamizador en la economía.

Cuadro III.1
El Salvador: Indicadores económicos claves (tasas de variación)

Elaboración con información del Banco Central de Reserva de El Salvador

En los años posteriores a 2004 la economía continuó luctuando en estos nive-


les, empalmando en 2009 con una recesión con tasas negativas de crecimiento.
Esta recesión ha sido tan profunda como lo ha permitido la crisis general del
modelo neoliberal y la estrecha vinculación con la economía de Estados Uni-
dos, centro neurálgico de la crisis global.

A propósito de la dolarización, hay que decir que ha sido una de las decisiones
de política económica más trascendentales y con grandes impactos socioeco-
nómicos. En la década previa (1991-2000), el producto interno bruto (PIB)
creció a una tasa promedio de 4.5 % anual y el crecimiento del PIB per cápita
fue de 3.2 %, siendo la in lación de 7.9 %. El cambio con la dolarización en los
primeros ocho años (2001-2008) signi icó caídas en estos indicadores econó-
micos: 2.8 % del PIB, 2.4 % del PIB per cápita y 4.0 % de la in lación (siendo
esto último lo único bene icioso de la dolarización).

Desde mediados de 2009, se ha logrado en El Salvador —después de 20 años— la


alternancia en el gobierno, generando promesas y expectativas de cambio que es-
tarían por verse de aquí al 2014; mientras tanto, el país sigue caracterizado como
país subdesarrollado, si consideramos integralmente otros indicadores claves.

En los años de la recesión económica (2009-2010), se han conjugado factores


externos e internos contra la recuperación, limitando los niveles de inversión
privada, pública y extrajera para el inanciamiento de los planes, programas
y proyectos contenidos en el Plan quinquenal de desarrollo 2010-2014. En el
ámbito de las políticas públicas, una decisiva limitación para la recuperación
es la inhibición (por la dolarización) para aplicar políticas monetarias y credi-
ticias que apoyarían la reactivación económica.
56 José Luis Argueta Antillón

Las estimaciones y proyecciones de crecimiento para 2010 y 2011, en el grá-


ico III.2, estarían condicionadas a algunos cambios en el trienio 2009-2011:
una ligera mejoría de la carga tributaria de 14.0 a 14.7; a un incremento de la
inversión de 2.8 a 3.3 y a un incremento de la deuda pública del 49.0 al 50.4,
como porcentajes del PIB; también se espera que las remesas familiares crez-
can 5.0 % en 2010 y 7.5 % en 2011.

Gráϐico III.2: Evolución y proyecciones de crecimiento económico

ElSalvador:EvoluciónEconómica2001Ͳ2011
5 4.2 4.3
4 3.3
3 2.3 2.3 2.4 2.5
1.7 1.8
2
%devariación

1
1
0
Ͳ1 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010E 2011P

Ͳ2
Ͳ3
Ͳ4 Ͳ3.5

Fuente: Ministerio de Hacienda y BCR

¿Y luego qué? ¿Continuará el sube y baja de los ochenta años pasados, o se


iniciará una nueva historia de un verdadero país en desarrollo o emergente?

1.1. Diversos indicadores y características

Los desa íos para que El Salvador se caracterice efectivamente como un país
subdesarrollado son formidables, teniendo en cuenta que actualmente el in-
greso medio por habitante es como la séptima parte del que registran países
desarrollados. En lo que corresponde al potencial de los recursos productivos,
la tasa bruta de participación (PEA/población total) está creciendo, alcanzan-
do niveles arriba del 40 %, pero cualitativamente la PEA padece una baja pro-
ductividad, resultado de los rezagos educativos y culturales, cuya reversión
requiere de un proceso de largo plazo.

El sector primario, en notoria decadencia durante las últimas 2 décadas, sigue


siendo receptor de población ocupada27, con una productividad más baja que
el promedio, por el abandono en que se ha debatido desde los años ochenta;
27 En 2007 el sector agropecuario creó 1,247,704 puestos de trabajo remunerados en acƟvidades
permanentes y eventuales, según el Censo Agropecuario 2007-2008.
Población, educación y desarrollo en El Salvador 57

aun considerando un periodo de 36 años transcurridos entre el censo agro-


pecuario de 1971 y el IV Censo agropecuario 2007-2008 (cuadro III.2), el cre-
cimiento del sector agropecuario, desde el punto de vista de la cantidad de
productores, apenas creció a un promedio anual de 1.3 %, con notables dife-
rencias por departamentos: un máximo de 2.6 % de incremento anual prome-
dio en La Libertad y un deterioro de -3.0 % en Chalatenango, con una pérdida
de 551 productores en los 36 años. En cuanto al inanciamiento del sector, se-
gún el IV Censo Agropecuario, solo 40,578 productores (10 % de los 395,588)
recibieron créditos de diferentes fuentes (incluyendo un 22 % de prestamistas
locales).

Cuadro III.2: Productores agropecuarios censados. Años 1971/2007

Fuente: IV Censo Agropecuario 2007-2008 y III Censo Agropecuario 1971

El bajo nivel de productividad y salarial se aprecia por la existencia de 550,171


puestos de trabajo no remunerados.

Mientras esto ocurre en El Salvador, varios países emergentes —especialmen-


te los suramericanos— están sustentando en exportaciones agrícolas altos ni-
veles de crecimiento.

En cuanto al desempleo global abierto en el país, según cifras o iciales, no ma-


ni iesta grandes proporciones (en el entorno de 8 %); pero, resulta alarmante
el subempleo abierto y disfrazado (superior a 40 %), más evidente en el gran
sector informal de la economía. El ingreso evidencia fuerte concentración,
58 José Luis Argueta Antillón

donde diferentes estimaciones indican que poco más del 75 % de los hogares
salvadoreños percibe solamente el 25 % del ingreso total.

En tiempos de globalización, el parque industrial actual es tecnológicamente


de icitario en equipamiento y en fuerza de trabajo tecni icada, con pocas op-
ciones de diversi icación de la producción y de elevación de la productividad
para la competitividad internacional.

El sector educativo, aunque con ligeras mejoras en los últimos años, presenta
tasas relativamente bajas de escolaridad, alta deserción y repitencia y 19.7 %
de analfabetismo, particularmente, en zonas rurales y urbanas menores que
son la mayoría; la gran esperanza estaría cifrada en la materialización de las
apuestas estratégicas en educación del actual gobierno.

La seguridad social es de cobertura muy baja, El Instituto Salvadoreño del Se-


guro Social (Isss), especí icamente cubre actualmente el 28 % de la población
económicamente activa; por el contrario, según declaraciones del Director del
Isss, se ha registrado un creciente excedente de contrataciones de personal de
9000 empleos en 2005 a 14000 empleos en 2011, explica el declarante que “…
han sido empleos innecesarios que responden a una línea ideológica partida-
ria y en el peor de los casos hasta clientelista”28. En el ramo de salud pública se
han registrado otras anomalías que, indudablemente, han generado los dé i-
cits en la atención a la salud del pueblo; en otros servicios básicos, se destaca la
escasa dotación de agua potable y alcantarillado sanitario. El deterioro de esos
dos sectores, educativo y de salud pública no ha pasado desapercibido por el
nuevo gobierno, asignándoles prioridad en cuanto a reorientación y fortaleci-
miento29; lamentablemente, no se ha generado un aglutinamiento de esfuerzos
y criterios de todas las fuerzas políticas y sociales, alrededor de los ineludibles
cambios en curso.

Como se ha a irmado antes, todavía cerca del 40 % de la población vive en


áreas catalogables como rurales en condiciones estructurales de icitarias (ca-
lidad de vivienda, subempleo, falta de servicios básicos y malos caminos de
acceso). Un factor de estancamiento es el estado de las escuelas que no cubren
la educación básica y, por el momento no existen los recursos para lograrlo.

De los 262 núcleos municipales conceptualizados como urbanos, en la gran


concentración del Área Metropolitana de San Salvador Ampliada (AMSSA) y en
4 ciudades importantes (Santa Ana, San Miguel, Sonsonate y Usulután), vive un
28 Periódico LPG, San Salvador, 5/04/2011, p 29.
29 Este es el senƟr de la población, según los resultados de encuesta de la Prensa Gráfica, publi-
cada el 3 de marzo de 2011.
Población, educación y desarrollo en El Salvador 59

aproximado de 75 % de la población urbana total. Es de destacar que estas 4


ciudades todavía están lejos de alcanzar las características de tamaño, estruc-
tura urbana y concentración de servicios que tiene el AMSSA. Como caracterís-
tica de la urbanización, no puede dejar de destacarse que los fenómenos hidro-
meteorológicos que han sido cada vez más cruentos, han dejado al descubierto
la vulnerabilidad de muchos asentamientos urbanos y de la infraestructura de
servicios como los de acueductos y alcantarillados, esto a causa de las impre-
visiones en la construcción y por falta de mantenimiento.

2. Población y escenario socioeconómico

La evolución de la población salvadoreña entre los quinquenios 1950-55 y


2005-2010, diagramada en el grá ico III.3, es la resultante de las interrelacio-
nes entre variables socioeconómicas y demográ icas, según el análisis en el
capítulo II.

En los últimos años, a partir de 1995, se observa una tendencia a la disminu-


ción de la diferencia entre las tasas de natalidad y de mortalidad, lo cual se tra-
duciría en el futuro en una estabilización de la población, con consecuencias
para la realidad socioeconómica del país.

Por lo que aparenta el grá ico III.3. la población de El Salvador se encontraría


en la etapa intermedia de la transición demográ ica, en la que se separa la na-
talidad de la mortalidad, dado que la primera se mantiene alta, en tanto que la
mortalidad desciende rápidamente. Esto signi ica que el crecimiento natural
de la población se acelera; pero en el caso de El Salvador, los crecientes lujo
de emigración internacional han determinado decrecientes tasas medias de
crecimiento poblacional.

Gráϐico III.3: Componentes de la tasa media de crecimiento demográϐico


por quinquenios 1950/55 – 2005/10 (por 1000 habitantes)
ComponentesdelaTasaMediadeCrecimientoPoblacional
Tasasbrutasdenatalidad TasasbrutasdeMortalid.
Tasasnetasdemigración TasaMed.decrecimiento
60
50
40
30
20
10
0
Ͳ10
Ͳ20

Fuente: Digestyc, Censo de Población 2007
60 José Luis Argueta Antillón

En estas circunstancias, conviene adoptar estrategias que tendrían entre sus


objetivos consolidar la transición demográ ica, minimizando los desequilibrios
entre las tasas demográ icas y sociales, económicas y medioambientales. Las
preocupaciones por el crecimiento de la población incluyen el reconocimiento
de la relación entre los niveles de fecundidad y mortalidad, poniendo atención
prioritaria a la disminución de la mortalidad infantil y materna. Para un aná-
lisis más completo, el tema de la transición demográ ica y sus consecuencias,
será abordado más adelante.

Al abordar la problemática demográ ica, debe recordarse que “El Salvador re-
conoce a la persona humana como el origen y el in de la actividad del Estado...
es obligación del Estado asegurar a los habitantes de la República, el goce de
la libertad, la salud, el bienestar económico y la justicia social”30. Al respecto,
resulta obligada una referencia al Capítulo III del Programa de Acción de la
Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo de El Cairo, ya que este
contiene recomendaciones para las actividades nacionales e internacionales
en los campos de población y desarrollo sostenible para los próximos veinte
años, con lo que se marca una nueva etapa de compromiso y voluntad de los
gobiernos, de la sociedad civil y la comunidad internacional con miras a incor-
porar efectiva y funcionalmente los factores demográ icos en las estrategias
económicas y sociales.

2.1 La salud sexual y reproductiva

La salud en El Salvador es un tema muy importante en el análisis del desarrollo,


con una amplitud y complejidad que amerita estudios diagnósticos y prospecti-
vos para efectos de plani icación del desarrollo social. En el contexto del presen-
te trabajo, el tema de la salud enfatiza en a) la mortalidad infantil y b) una parte
especí ica que se relaciona directamente con las características sociales claves,
que se relacionan con la dinámica de la población: la salud sexual y reproductiva.

El abordaje de este tema se enfoca en las mujeres de 15 a 24 años31, que repre-


sentan el 36.3 % del total de mujeres en edad fértil de 15 a 49 años. La justi ica-
ción de esta opción es planteada por la Fesal 2008 en los siguientes términos:

El desarrollo de las adolescentes y jóvenes dentro de un contexto de la promo-


ción de la salud en el país, el acceso a la educación de la sexualidad y salud
reproductiva que haya tenido este sector importante de la población en las
etapas de la niñez y la adolescencia, así como la prevención y control de las
enfermedades de transmisión sexual, pueden inϔluir de manera determinante
30 Art. 1 de la ConsƟtución de la República de El Salvador.
31 El Censo de Población 2008 registró 560,722 mujeres de 15 a 24 años de edad.
Población, educación y desarrollo en El Salvador 61

en su conocimiento, actitudes y comportamientos sexuales y reproductivos.


También podrían contrarrestar las presiones sociales y culturales a las que
se exponen las mujeres menores de 25 años.32

El cuadro III.3 integra información sobre los temas de educación en salud


sexual y reproductiva, según el área de residencia y el nivel educativo actual.
Resulta que el 76.1 % de las mujeres de 15 a 24 años recibió información de
al menos uno de los temas y, como es de esperar, las mujeres residentes en el
área urbana tienen mayor acceso a la información con un 83.5 %, en compara-
ción con el 67.7 % de las mujeres del área rural.

Cuadro III.3: Educación en salud sexual y reproductiva a mujeres de 15


a 24 años por área de residencia y nivel educativo actual

Fuente: Tabla 7.3 Fesal-2008.

De las mujeres que han recibido información sobre al menos un tema, pero
que no asistieron a ningún nivel educativo o que asistieron y no aprobaron el
primer grado, solo el 3 % ha reportado que recibió información, la diferencia
es notable y creciente al considerar las mujeres con niveles de educación de
1-3 a 10 o más años de educación.

La información revela que los temas menos informados son los métodos anti-
conceptivos y las infecciones de transmisión sexual y VIH-sida, lo cual es pre-
ocupante porque la ausencia de información sobre anticonceptivos en el 45 %
de las mujeres, propicia los embarazos no deseados, los cuales pueden truncar
el futuro de las adolescentes y jóvenes, pero además esta situación las pone en
riesgo de contraer las ITS y el VIH-Sida.

32 Fesal 2008 p. 139.


62 José Luis Argueta Antillón

2.2. Ingresos y condiciones sociales

Cuando se trata de analizar las características sociales y económicas de la po-


blación, surge como uno de los elementos más importantes la estructura de los
ingresos y los gastos de los hogares.

Según la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPH) de 2009, en


materia de ingresos también existen marcadas diferencias entre los hogares
del área urbana y los del área rural en una proporción aproximada de 2 a 1. En
efecto, el ingreso promedio en el área urbana fue de $597.11 y en el área rural
fue de $303.88, en tanto que el ingreso promedio mensual de los hogares a
nivel nacional ha sido de $498.09, teniendo la mayor ponderación los ingresos
del área urbana, especialmente del Área Metropolitana de San Salvador (cuyo
promedio mensual fue de $714.04). Por departamentos, San Salvador y La Li-
bertad superan el promedio nacional con ingresos de $642.95 y $620.00, res-
pectivamente, apareciendo en el otro extremo los departamentos de Morazán
con $344.20 y Ahuachapán con $342.71.

Gráϐico III.4: Ingresos promedio mensual de los hogares ($) por área

800 714.04
700 597.11
600 498.09
500
Dólares

400 303.88
300
200
100
0
Total Urbano Rural AMSS

Fuente: Digestyc, Encuesta de Hogares y Propósitos MúlƟples 2009.

El ingreso de la población ocupada en el país es de $ 307.30; resultando una


discriminación contra las mujeres, ya que los hombres perciben un ingreso
promedio de $324.96; mientras que las mujeres reciben $285.43; empero, la
tendencia en los últimos años es a la reducción de esta brecha.
Población, educación y desarrollo en El Salvador 63

En el cuadro III.4 se presentan los salarios promedios por rama de actividad


económica, apreciándose otras discrepancias de ingresos atribuibles a dife-
rentes factores, que no siempre tienen que ver con la productividad como en el
caso de los máximos salarios en la actividad `otros’ (Actividades de Organiza-
ciones y Organismos Extraterritoriales) y `Administración Pública y Defensa´.
Por lo que hace a los salarios bajos en Agricultura, Ganadería, caza y Silvicul-
tura, son consecuencia de la, ya referida, discriminación y abandono que han
acentuado las de iciencias tecnológicas; en el caso del Servicio Doméstico los
bajos salarios son resabios del tradicional carácter informal de la actividad y la
discriminación de la mujer, en materia salarial.

Cuadro III.4: Salario promedio mensual de los ocupados, según rama de


actividad económica, EHPM- 2009

2.3. Personal ocupado según rama de actividad económica

Los VII Censos Económicos 2005, los últimos realizados en el país, han tenido
como principal objetivo actualizar información de todos los sectores económi-
cos, pero inexplicablemente solo fueron censados los sectores industria, co-
mercio, servicios, transporte, construcción, electricidad y agua, minas y cante-
ras; excluyendo de la actualización las explotaciones agropecuarias, la mayoría
de actividades gubernamentales y el servicio doméstico.

Según los censos, los 175,178 establecimientos analizados generaron 699,581


ocupados; de estos, los que contaban con 5 y más ocupados, generaron las
mayores oportunidades de ocupación con 448,157 personas trabajando en di-
chos establecimientos (el 64.1 %). En consecuencia, 251,424 trabajadores rea-
64 José Luis Argueta Antillón

lizaban sus actividades en establecimientos de 4 o menos personas ocupadas,


representando el 35.9%.

Gráϐico No III.5
El Salvador: Personal ocupado, según sectores económicos. Año 2004

300000
258,137
250000
PeersonalOcupado

195,650
200000 183,126

150000

100000

50000 30,819
16,838 8,860 5,937 214
0


Fuente: Censos Económicos, 2005.

La mayor generación de empleo por sector económico (grá ico No III.5), la


realizan los establecimientos comerciales, ocupando al 36.9 % del total de la
fuerza laboral ocupada.

Los establecimientos industriales generan 195,650 oportunidades de ocupa-


ción a nivel nacional, lo que signi ica el 28 % del empleo total.

Los establecimientos que prestan servicios, proporcionan el 26.2 % del em-


pleo total con sus 183,126 trabajadores.

En establecimientos que realizan actividades relacionados con el transporte,


almacenamiento y comunicaciones, laboran 30,819 personas, lo que represen-
ta el 4.4% del empleo total.

Los trabajadores del sector construcción son 16,838, signi icando que el sector
proporciona el 2.4 % de la ocupación general.

En los sectores que se dedican a actividades agroindustriales, al suministro


de energía eléctrica y agua y los establecimientos de minas y canteras, en su
conjunto emplean al 2.1 % de los ocupados.
Población, educación y desarrollo en El Salvador 65

Obsérvese que el comercio y los servicios representan el 63.1 % del empleo


total, mientras que el empleo en la agroindustria es apenas el 1.2 %, re lejando
una dimensión determinante del modelo económico prevaleciente, como es la
tercerización de la economía.

2.4. Situación de la vivienda

La situación de la vivienda es un elemento que está estrechamente relaciona-


do con los ingresos y gastos de los hogares, siendo además un indicador de la
calidad de vida que condiciona las variables demográ icas.

A su vez, la calidad de la vivienda está directamente relacionada con los mate-


riales de construcción y con los servicios básicos.

Según la EHPM 2009, los materiales de construcción de los techos a nivel na-
cional son, en su orden de importancia, la lámina de asbesto con 36.5 % de las
viviendas, la lámina metálica buena con 30.2 %, la teja de barro o cemento con
el 28.1 %; el resto de materiales: la lámina metálica mala, la paja o palma, los
materiales de desecho y otros, representan el 5 %.

En la construcción de las paredes a nivel nacional el concreto mixto es aplica-


do en un 71 %, contrastando con el adobe que representa el 16 %, y un 13 %
que corresponde a madera, lámina metálica, palma. Materiales de desechos y
otros.

Cuadro III.5
El Salvador: Hogares en viviendas con materiales predominantes de
construcción del techo, paredes y piso

Fuente: Encuesta de Hogares y Propósitos MúlƟples, 2009.


66 José Luis Argueta Antillón

Los materiales predominantes en los pisos de las viviendas son: el ladrillo ce-
rámico con el 9.9%, el ladrillo de cemento con 46.6 %, el piso de cemento con
21.9 %, el piso de tierra con 20.7 %, el ladrillo de barro y otros materiales re-
presentan menos del 1 %.

Al desagregar esta información para las áreas urbana y rural se encuentran no-
tables diferencias; por ejemplo: las paredes de adobe en el área urbana están
en el 8.3 % de las viviendas y en el área rural en el 31.2 %. En lo que se re iere
a los materiales del piso en el área urbana predomina el ladrillo de cemento
en el 59 % de los hogares, mientras que en el área rural predomina el piso de
tierra con 41.6 %.

2.5. Dotación de servicios básicos

En cuanto a los servicios básicos se observan las diferencias “normales” entre


las áreas urbana y rural, pero llama la atención la menor dotación relativa de
agua por cañería a los hogares, en relación a la dotación de energía eléctrica.
La desventaja del área rural se cuanti ica en la dotación de agua, que repre-
senta el 70.6 % de los hogares en relación a la dotación de energía eléctrica
a los mismos hogares rurales. Al comparar la dotación de agua a los hogares
rurales, reciben solo un 63 % de la dotación de agua que reciben los hogares
del área urbano. En los hogares del área urbana, la dotación de agua represen-
ta el 93.2 % en relación a la dotación de electricidad de los mismos hogares
urbanos. Si se considera los hogares del Área Metropolitana de San Salvador
(AMSS) las brechas son mayores, ya que el 97.6 % de los hogares disponen de
electricidad y el 93.9 % de los mismos hogares disponen de agua por cañería.

Gráϐico N° III.6
El Salvador: Porcentaje de hogares que disponen
de electricidad y agua por cañeríam, EHPM 2009
120

100
96.6
80 91.1 90
78.7 80.3
60
56.7
40

20

0
Electricidad Agua Electricidad Agua Electricidad Agua
TOTAL URBANA RURAL

Fuente: Encuesta de Hogares y Propósitos MúlƟples, 2009.


Población, educación y desarrollo en El Salvador 67

Según la brecha en la disposición de servicios sanitarios medida por los hogares


que no los tienen, en el área urbana solo el 0.8 % de los hogares no disponen de
los servicios, mientras en el área rural el 11.5 % no disponen de tales servicios.

3. Situación de la pobreza

El in último del desarrollo es el bienestar de la población, el cual se logra con


el acceso a los bienes, servicios y condiciones que satisfacen las necesidades
materiales y espirituales de las personas. Sin embargo, por diferentes circuns-
tancias como la falta de empleo decente, la escasa educación, una proporción
de la población no obtiene lo mínimo para suplir sus necesidades vitales y las
de su familia, subsistiendo en condiciones tan desventuradas como es la situa-
ción de pobreza.

En El Salvador, para medir esta situación, la Digestyc aplica una metodología


que toma como referencia el valor de la Canasta Básica Alimentaria (CBA),
cuanti icando así el indicador de pobreza en sus dos dimensiones: la pobreza
extrema y la pobreza relativa.

Se tiene conocimiento que para contar con información más certera y para
aplicar políticas más efectivas, actualmente se dispone de una herramienta
metodológica para medir la pobreza y focalizar a la población objetivo, se tra-
ta del sistema de información del Mapa de Pobreza Urbana y Exclusión Social,
construido desde una óptica multidimensional.

En el año 2009, según la Encuesta de Hogares y Propósitos Múltiples de la Di-


gestyc, el costo de la CBA per cápita urbana fue de $44.33 y la rural de $27.86,
de tal forma que para un hogar urbano tipo promedio de 3.79 miembros la
CBA era de $168.01 y la CBA ampliada era de $336.02 (el doble). Para un ho-
gar del área rural tipo promedio de 4.34 miembros, el costo de la CBA era de
$120.91 y la CBA ampliada era de $241.82.

Con estos parámetros, la Encuesta de Hogares y Propósitos Múltiples de la Di-


gestyc, determinó que a nivel nacional el 37.8 % de los hogares se encontraban
en pobreza, de los cuales el 12 % se encontraba en pobreza extrema, debido a
que el ingreso per cápita no alcanzaba a cubrir el costo per cápita de la CBA; el
otro 25.8 % se encontraba en pobreza relativa porque sus ingresos per cápita
no alcanzaban a cubrir el costo de la CBA ampliada.

En el área urbana el 33.3 % de los hogares vivían en pobreza, el 9.2 % en po-


breza extrema y el 24.1 % en pobreza relativa.
68 José Luis Argueta Antillón

Como magnitudes de referencia, la pobreza en el Caribe solo disminuyó de 29


a 26 por ciento entre 1990 y 2005, pero la meta de los ODM es 15 por ciento
para el año 2015.

Si en El Salvador se tiene en cuenta que uno de los factores determinantes


para estos logros es el crecimiento económico con incremento del gasto social,
las posibilidades de de cumplir con el objetivo de disminuir la pobreza en los
próximos cuatro años, se ve muy remota.

Gráϐico III.7
El Salvador: Hogares en situación de pobreza. Año 2009

19.6
AMSS 5.4
25
29
Rural 17.5
46.5
24.1
Urbano 9.2
33.3
25.8
Pais 12
37.8

0 10 20 30 40 50
%deHogares

PobrezaRelativa PobrezaExtrema PobrezaTotal



Fuente: Digestyc, Encuesta de Hogares y Propósitos MúlƟples 2009.

En el área rural la situación es más dramática, pues se tiene el 46.5 % de po-


breza, 17.5 % de pobreza extrema y 29 % de pobreza relativa.

En el área metropolitana de San Salvador (AMSS), con mejor nivel socioeco-


nómico, los niveles de pobreza son menores: 25 % de los hogares en pobreza,
el 5.4 % en pobreza extrema, y el 19.6 % de los hogares se encontraban en
pobreza relativa.

Frente a esta realidad de pobreza, se impone la responsabilidad del gobierno


junto con todos los sectores de la sociedad salvadoreña, para adoptar las po-
líticas y las acciones apropiadas y efectivas hacia la reducción sustancial de la
Población, educación y desarrollo en El Salvador 69

pobreza33. No puede olvidarse que entre los ocho Objetivos de Desarrollo del
Milenio (ODM) proclamados por las Naciones Unidas en 2000, se incluye la ter-
minación de la pobreza y el hambre, en el plazo que termina dentro de escasos
cinco años. También resulta claro que este objetivo, que es un in en sí mismo,
es también un factor determinante del crecimiento sostenido en el contexto
del desarrollo humano sustentable. Por ejemplo, la disminución de la pobre-
za se traduciría en una disminución de la tasa de crecimiento de la población
generado por el grupo de mujeres (pobres, de bajo nivel educativo, ubicadas
en el más bajo quintil de bienestar, residentes en áreas rurales) con mayores
tasas de fecundidad, y consecuentemente, conllevaría a una racionalización y
estabilización de la población en armonía con los recursos disponibles.

El más claro e inapelable argumento para disminuir y prevenir la pobreza está


en el inclemente azote de la delincuencia, sabiendo que ha sido la inequidad de
la organización económica, social y política que, no obstante los acuerdos de
paz, continuó prevaleciendo en el país.

33 Sería deseable proponer la erradicación de la pobreza, pero en la actual realidad salvadoreña


con una organización social y económica individualista, sin democracia económica y parƟcipa-
Ɵva, sólo se puede aspirar a la miƟgación.
Población, educación y desarrollo en El Salvador 71

IV. REQUERIMIENTO DE RECURSOS HUMANOS PARA EL DESARROLLO


HUMANO SUSTENTABLE

El desarrollo humano sustentable es una aspiración que en El Salvador ha sido


frustrada en las políticas públicas del pasado, puesto que no se han dedicado
esfuerzos y recursos para la educación, la ciencia y la innovación, para desa-
rrollar la capacidad del país para gestionar el medio ambiente y los recursos
naturales, ni para integrar las dimensiones medioambientales y energéticas
en los objetivos de promover el crecimiento económico o para cumplir con los
compromisos de la reducción de la pobreza contenidas en estrategias interna-
cionales; mucho menos para fortalecer el papel de las comunidades y de las
mujeres para promover el desarrollo humano sustentable. Y ahora, al inal de
la primera década del nuevo siglo, no se tiene una expectativa clara sobre los
cambios que se anuncian.

1. Coyuntura actual

El relevo del nuevo gobierno en el país abre nuevas expectativas sobre los
cambios requeridos para buscar la senda del desarrollo, pero la realidad de
las actuaciones, la lenta recuperación de la recesión nacional en el marco de la
crisis global, las restricciones en el plano iscal inanciero, la persistencia de la
inseguridad, las estratagemas de la oposición política y las discrepancias con
la empresa privada, están limitando la posibilidad de gestionar un proyecto
nacional y su materialización a través de planes, programas y proyectos. La
ejecución del Plan Quinquenal de Desarrollo 2010-2014 del nuevo gobierno se
encuentra inmerso en ese escenario.

1.1. Población, empleo y productividad

En el momento histórico actual, el conocimiento se ha convertido en el prin-


cipal factor de producción y, en la medida en que la población se encuentre
mejor formada, podrá dar mejores respuestas a los retos que se le presenten
en el mundo del trabajo. En otras palabras, un trabajador con más y mejor
educación puede desempeñarse con mayor e iciencia en el campo de la pro-
ducción de bienes y servicios y ofrecer una mayor contribución al crecimiento
y desarrollo económico y social.

Bajo la concepción múltiple de la gestión de la educación, cuya orientación


debe reposar en la misma concepción del hombre como un ser bio-psicoso-
cial, se entiende a la formación integral como aquella función que le permite
al individuo desarrollarse en tres grandes dimensiones, es decir, la formación
implica desarrollo cognitivo, desarrollo psicomotriz y desarrollo afectivo. En
72 José Luis Argueta Antillón

este orden de ideas, cabe resaltar que la formación del llamado capital humano
debe ser vista como una función integral, ya que contribuye tanto al desarrollo
individual de cada integrante de la sociedad como al desarrollo económico,
social y cultural de su país.

La Organización internacional del Trabajo (OIT), a través de la Recomendación


195 sobre Desarrollo de Recursos Humanos, plantea sugerencias y recomen-
daciones vinculadas a distintas temáticas y problemas sociolaborales que con-
forman ejes cruciales del desarrollo de estrategias y políticas en los ámbitos
de la formación, relaciones laborales y el mundo del trabajo. Entre ellos se
destaca el rol de la formación en función del desarrollo económico y social de
cada país, su vinculación con el trabajo decente y los múltiples mecanismos a
desarrollar para generar procesos de formación e iciente y e icaz.

2. Estructura de la población y fuerza de trabajo

Partiendo de la estructura de la población por edad, como la del cuadro IV.1


y siguiendo recomendaciones internacionales se obtiene un esquema de con-
ceptos referidos a la fuerza de trabajo en los siguientes términos:

La población en edad de trabajar (PET) es la comprendida, por ejemplo, entre


las estratos de población 15-19 a 60-64 años; por diferencia se de ine la pobla-
ción dependiente por puerilidad comprendida entre los grupos de edad 0-4 a
10-14 y la población dependiente por senilidad entre los grupos de edad 65-
69 a 90 y más. Estos límites de edad no son de aplicación universal, cada país
los determina según sus características sociodemográ icas.

La población económicamente activa (PEA) es la parte de la PET que está en


condiciones de trabajar.

La población económicamente inactiva (PEI) es la parte de la PET que no está


en condiciones de trabajar como las amas de casa, los estudiantes, los rentis-
tas, los jubilados y otros inactivos.

La PEA se divide en población ocupada (PEAo) y población desocupada (PEAd),


estas a su vez comprenden:
PEAo = Plenamente ocupados y subocupados
PEAd = Cesantes, desalentados, buscan trabajo por primera vez.

La estructura de la población según el censo 2007 en el cuadro IV.1, facilita


esta conceptualización.
Población, educación y desarrollo en El Salvador 73

Cuadro IV.1
El Salvador: Límites de edad para el estudio de la PEA según
recomendaciones internacionales

EDAD POBLACION
CENSOͲ2007
 
TOTAL 5744,113
 

0ͲͲͲ4 555,893 POBLACION


DEPENDIENTEPOR
5ͲͲͲ9 684,727 PUERILIDAD
10ͲͲ14 706,347
15ͲͲ19 600,565 POBLACION
20ͲͲ24 486,542 P.E.A. OCUPADA
P.E.T. 
POBLACION
25ͲͲ29 457,890 POBLACION POBLACION
ECONOMICAMENTE
30ͲͲ34 402,249 ENEDADDE ACTIVA DESOCUPADA
TRABAJAR
35ͲͲ39 353,147
40ͲͲ44 303,631 P.E.I. Amasdecasa
45ͲͲ49 252,122 POBLACION Estudiantes
ECONOMICAMENTE Rentistas
50ͲͲ54 215,734
INACTIVA Jubilados
55ͲͲ59 183,075 Otrosinactivos
60ͲͲ64 151,864
65ͲͲ69 125,157
70ͲͲ74 97,457
POBLACION
75ͲͲ79 75,984
DEPENDIENTE
80ͲͲ84 46,870 PORSENILIDAD
85ͲͲ89 29,505
90ymás 15,354
 

Elaboración con información del Censo de Población, 2007.

Con información como la del cuadro IV.2 se obtienen indicadores que son muy
útiles para efectos de diagnósticos y pronósticos; por ejemplo es importante
conocer cuánto de la población total y de la población en edad de trabajar es
población económicamente activa, lo cual se obtiene con los indicadores:
Tasa bruta de participación: TBP = ; Tasa global de participación: TGP =

También es importante conocer los niveles de ocupación y/o de desempleo o


desocupación de la población económicamente activa:
Coe iciente de ocupación = PEAo/PEA ; Coe iciente de desempleo = PEAd/PEA

Con la información del cuadro IV.2 obtenida de las encuestas de hogares y


propósitos múltiples se pueden cuanti icar estos indicadores para la década
2000-2009.
74 José Luis Argueta Antillón

Cuadro IV.2
El Salvador: Tasas bruta y global de de participación de la PEA ,
2000-2009

Fuente: Digestyc, Encuestas de Hogares y Propósitos MúlƟples

2.1. Una aproximación a la productividad de la fuerza de trabajo

De los análisis precedentes se colige que la promoción de la productividad de


los factores productivos ha sido una materia pendiente en las políticas públi-
cas en el país, las cuales han mantenido literalmente estancado el presupuesto
en educación; por su parte, el sector privado se ha aferrado a los bene icios
del llamado sistema de libertades (laisser-faire laisser-passer) de las políticas
públicas neoliberales, las cuales han priorizado la especulación inanciera, la
maquila y el comercio, en detrimento de los esfuerzos y recursos destinados a
las innovaciones en la capacidad instalada y los procesos productivos. El resul-
tado lógico ha sido la baja productividad de los recursos productivos capital y
mano de obra, lo cual es más patente en el descuido del sector agropecuario.

El sector público desechó también el instrumento fundamental para gestionar


la productividad al eliminar el Consejo de Plani icación y Coordinación Econó-
mica, en el afán de reducir el tamaño del Estado y la participación de este en
la economía.
Población, educación y desarrollo en El Salvador 75

En el propósito de cuanti icar el concepto de productividad de la fuerza de


trabajo, en el grá ico IV.1 se ha representado la relación producto interno bru-
to/población económicamente activa, tanto en su magnitud total como su
magnitud ocupada; en ambos casos oscila alrededor de los 3,000 dólares; en
el trienio 2007-2009 se eleva el coe iciente, pero es un espejismo, efecto de la
disminución del denominador la PEA, en la misma proporción que disminuye
la población total, por los “desajustes” entre los censos de 1992 y el de 200734.
La tendencia a la disminución en 2008 y 2009 se explica por la recesión de la
economía.

Si se consideran como referencia de la productividad los ingresos per cápita de


los trabajadores salvadoreños (ver Anexo estadístico: El Salvador, caracterís-
ticas e indicadores de los hogares), la productividad así estimada resulta muy
baja y se traduce en un indicador poco alentador del modelo neoliberal como
alternativa para el desarrollo humano sostenido.

Gráϐico IV.1: Aproximación a la productividad de la fuerza de trabajo

4,000.00
RelaciónPIB/PEAyPEAo

3,500.00
3,000.00
2,500.00
2,000.00
1,500.00
1,000.00
500.00
0.00
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
PIB/PEA 3,016 2,908 3,046 2,962 3,013 3,022 3,059 3,729 3,552 3,352
PIB/PEAo 3,242 3,124 3,248 3,182 3,232 3,257 3,274 3,981 3,774 3,617
Año2000=1Ͳ 2009=10

Eje horizontal: el 1 al 10 corresponden a la década 2000-2009
Fuente: BCR y Digestyc.

Otro indicador para evaluar la situación de la productividad de los recursos


productivos, en particular de la fuerza de trabajo, es el coe iciente capital/tra-
bajo, que en términos técnicos representa la dotación de capital por trabajador
y se podría denominar como densidad de capital, teniendo como numerador
la capacidad instalada de capital (K) en la economía y como denominador la

34 La DIGESTIC ha reconocido la necesidad de presentar un Censo Oficial 2007 Ajustando las cifras
del denominado censo bruto.
76 José Luis Argueta Antillón

población económicamente activa ocupada (PEAo). Como en nuestro medio no


existe información sobre la capacidad instalada total se podría sustituir esta
por el incremento que se logra con la formación de capital ijo (∆K), el factor
trabajo se identi ica con la PEA ocupada. En el grá ico IV.2 se ha trazado el co-
e iciente con las limitaciones de información apuntadas, lo importante es que
re leja el mismo comportamiento que el de productividad de la mano de obra,
como para rati icar la prevalencia de una de las causas de la situación crítica
de la economía salvadoreña; las correcciones que se plantean para corregir la
tendencia de la productividad son las mismas para este indicador.

Tan útiles son estos coe icientes para efectos de diagnóstico, como lo serían
para las proyecciones en la plani icación estratégica que ha comenzado a apli-
carse en la actual gestión gubernamental con el Plan Quinquenal 2010-2014.
En esta perspectiva, se esbozan —en este y en un apartado especí ico de este
trabajo— algunos elementos metodológicos que pudieran ser útiles en las téc-
nicas de plani icación.

Productividad de la mano de obra en el año i:

Si por ejemplo se conoce el valor de ρ en el año i y se puede proyectar con


certeza la PEAo en el año i, se puede estimar el PIB en el año i:

En otra situación puede ocurrir que se ha proyectado una tasa de crecimiento


del producto y la productividad, por lo que la incógnita sería la creación de
puestos de trabajo

Gráϐico IV.2: Dotación de capital por trabajador


ElSalvador:IncrementodecapitalporunidaddePEAo
800
700
RelaciónѐK/PEAo

600
500
400
300
200
100
0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
ѐKi/PEAoi 595.5 593.6 612.2 601.5 620 584.3 563.4 738.8 704.4 666.6
Años1=2000,10=2009

Fuentes: BCR y Digestyc.
Población, educación y desarrollo en El Salvador 77

El coe iciente capital/trabajo del grá ico IV.2 se expresa con la información dis-
ponible:

Densidad de capital en el año i:

Pero en rigor, el incremento de la capacidad instalada en el año i (∆Ki) estaría


dado por la inversión neta del año anterior (INi-1), adoptando el supuesto que
la inversión tiene un periodo de gestación de un año: ∆Ki = INi-1. Por lo tanto
∆Ki en el grá ico IV.2 está sobreestimado en la cuantía de la depreciación o in-
versión de reposición.

Por otra parte, la verdadera densidad de capital debe determinarse con la ca-
pacidad instalada total y no con el incremento de esta, pero obtener esta varia-
ble, por ahora, es imposible.

La utilidad de este coe iciente, como instrumento de plani icación, se aprecia


al vincularlo con la relación producto/capital marginal:

Este coe iciente expresa la productividad de la nueva capacidad instalada (de-


rivada de la inversión neta). Si se establece una αm constante por un periodo35
y se proyecta un programa de inversión, se determina el crecimiento del pro-
ducto:
αmi∆Ki = ∆PIBi

Hasta aquí se ha dejado de lado un aspecto clave en el análisis de la produc-


tividad de la fuerza de trabajo: la existencia de un círculo pernicioso que ha
mantenido anclada la productividad del trabajo, como una manifestación del
subdesarrollo del país; en cuyo seno se generan además, otras “trampas” que
condicionan esta causalidad circular.

35 El supuesto de una alfa constante significaría una producƟvidad (tecnología) invariable.


78 José Luis Argueta Antillón

Gráϐico IV.3: Círculo pernicioso económico



Bajonivel
educativo

Baja
producti
vidad
laboral

Baja
relación Bajos
capital/t ingresos
rabajo

Baja Bajo
inversión ahorro

En el grá ico IV.3 se presenta la relación de las diferentes variables que deter-
minan la baja productividad laboral, la cual se traduce, a su vez, en bajos in-
gresos, desencadenando inde inidamente el círculo pernicioso que mantiene
la baja productividad de la fuerza de trabajo. No obstante, como se verá más
adelante, este círculo está relacionado con otro círculo pernicioso: el de la edu-
cación, de tal suerte que al romperse este a través de incrementos de inversión
en educación, se genera un círculo virtuoso que se gestaría con la elevación de
la productividad del trabajo.

3. Perϐil educativo y estructura profesional de la población

En El Salvador, como en toda sociedad, el nivel educativo es cada vez más de-
terminante para escalar mayores niveles de desarrollo económico y social. Es
así que el conocimiento ha llegado a considerarse —y lo será más en el futu-
ro— el principal recurso productivo.

Los procesos educativos se traducen en la formación de habilidades, destrezas


y competencias de la población, con igurando lo que se denomina como capital
humano con los atributos de cantidad, calidad y la pertinencia en relación a los
requerimientos del desarrollo humano sustentable.
Población, educación y desarrollo en El Salvador 79

En el sentido apuntado, es estratégica la correspondencia entre per il educati-


vo, estructura profesional y desarrollo humano.

Según la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples de 2009, la población


económicamente activa ocupada (PEAo) de 2008 presentaba el per il educati-
vo del cuadro IV.3, destacándose los siguientes hechos:

Cuadro IV.3: Población ocupada según años de estudio aprobados


por sexo, 2008

Fuente: III.1 del anexo

La participación de las mujeres es de aproximadamente el 42 %, situación que


está asociada con una participación aún menor que los hombres en las activi-
dades ocupacionales mejor remuneradas; tal es el caso de las categorías em-
pleador o patrono, por cuenta propia y asalariado permanente (Anexo IV.1).
Esto ocurre no obstante que la participación de las mujeres en la formación
técnico-profesional es del 53 % contra el 47 % de la participación de los hom-
bres, lo cual se rati ica con su mayor participación en la formación por título o
carrera (Anexo IV.2. Perϔil profesional de la población).

Por otra parte, un 13 % de la PEAo está en el rango “ningún grado aprobado”,


engrosando el analfabetismo del país y constituyéndose en un desa ío al sis-
tema educativo y a los procesos de formación vocacional. Otro tanto puede
decirse de los segmentos de ocupados con 1-3 a 10-12 años de estudio aproba-
dos, que representan porcentajes altos de la PEAo. Estos desa íos son priorita-
rios frente al objetivo de incrementar la productividad de la fuerza de trabajo,
el bienestar de la población y, en general, el desarrollo endógeno.

En términos de formación por áreas de conocimiento, debe realizarse una


prospectiva sobre las oportunidades de desarrollo del país en un horizonte de
15 o más años. En un informe de la Unesco (Naciones Unidas para la Educa-
ción, la Ciencia y la Cultura) esta institución hace un llamamiento generalizado
para aumentar la sensibilización pública y la política sobre la formación en in-
geniería como motor clave de la innovación y el desarrollo social y económico,
sabiendo que en los países subdesarrollados existen 5 ingenieros por 10,000
habitantes, mientras que en los países desarrollados la relación es entre 20 y
50 ingenieros por 10,000 habitantes.
80 José Luis Argueta Antillón

4. Oferta y demanda en el sistema educativo

La oferta actual del sistema educativo está en proceso de transición hacia un


nuevo esquema que se con igura en los niveles básico y medio, pero que no
termina por plantear cuestiones importantes sobre la educación superior, ta-
les como los requisitos de calidad, equidad y pertinencia. Es más, si la educa-
ción superior es la que forja el per il del técnico y del profesional que requiere
el desarrollo, ¿no debiera programarse de arriba hacia abajo? y, de paso, lograr
por in la articulación del nivel medio con el nivel superior del sistema educa-
tivo.

Por el lado de la demanda, los desa íos del sistema educativo aparecen de ini-
dos como requerimientos cientí icos y tecnológicos para el desarrollo, lo que
quiere decir que, en materia de educación, la demanda proporciona las pautas
para la oferta.

En términos de cobertura, el VI Censo de Población, por ejemplo, proporciona


información sobre asistencia y no asistencia de la población a los centros de
educación formal y sobre la estructura de la población total por edades. Al
contrastar por quinquenios de edad estas magnitudes, los resultados son de
sustanciales dé icit de asistencia (cuadro IV.4): solo en el primer quinquenio
(0-5 años), que corresponde a la educación parvularia la asistencia actual es
de 58,025, mientras que la población en la edad de 0-5 años es de 122,012.
Considerando toda la asistencia a centros de educación formal hasta los 26 y
más años, esta presenta un dato de 1,592,703 estudiantes, en tanto que la po-
blación total hasta los 26 (sin incluir los más) años es de 3,219,942.

Pero lo preocupante sobre las características del sistema educativo es que el


dé icit de asistencia podría minimizarse si las condiciones socioeconómicas
de los hogares fueran otras. Esto se re leja al cuanti icar la población que no
asiste pero asistió con un total de 2,674,595 y que representa una idea de titu-
laciones truncadas y la deserción acumulada a diferentes edades escolares36.
El mismo razonamiento vale para la población que nunca asistió y que para
todas las edades escolares es de 920,922, representando el 17.8 % del total de
la población, con el agravante de que el mayor porcentaje de 51.2 % de los que
nunca asistió se registra en la edad 0-5, es decir, el nivel parvulario. En la infor-
mación desagregada por sexos (anexo IV.2), se aprecia una ligera desventaja
para las mujeres, como se explica adelante.

36 Al respecto, es de reconocer los esfuerzos del actual Ministerio de Educación, que a parƟr de
2009 ha comenzado a aplicar algunos programas de ayuda y de esơmulo para aumentar la
asistencia y disminuir la deserción.
Población, educación y desarrollo en El Salvador 81

4.1. Deserción en el sistema educativo

En la búsqueda de las causas de la deserción, las razones reportadas en 2008


por las madres para el abandono de los estudios de sus hijos, re lejan carac-
terísticas del sistema educativo, tanto en el ámbito de la oferta, como de la
demanda, pero también por razones que tienen que ver con la situación so-
cioeconómica de los hogares:

Cuadro IV.4
El Salvador: Asistencia a centros de educación formal (Censo 2007)

El 9.0 % de estudiantes abandonó sus estudios por razones asociadas a la ofer-


ta, entre las cuales se citan: ya no había grado, por bajo rendimiento, muy lejos,
maltrato dentro del centro educativo, rechazo de compañeros(as), acoso por
otro(a) alumno(a), acoso del(la) docente, le expulsaron. El 33.0 % en cambio,
abandonó sus estudios por razones asociadas a la demanda, incluyendo pro-
blemas económicos, tenía que trabajar, cambio de domicilio y por delincuencia
o inseguridad. El porcentaje más elevado (55.5 %) de deserción se atribuyó a
razones asociadas a la oferta o a la demanda, siendo las siguientes: ya no qui-
so/no le gustó, se acompañó/se casó, por embarazo, problemas familiares, por
enfermedad/accidente, discapacidad mental y discapacidad ísica37.

4.2. Repetición de grados

Con los(as) niños(as) y adolescentes que están en la categoría “asiste actual-


mente” se registra el otro problema de ine iciencia en el sistema, a causa de la
situación socioeconómica de los hogares: la repetición de grados.

37 Para ampliar esta información consultar la encuesta Fesal-2008, Tablas 14.8 y 14.9.
82 José Luis Argueta Antillón

La encuesta Fesal 2008 proporciona información sobre los porcentajes de


repetición por edad y por grado en 2008, según variables y características
seleccionadas. En cuanto a la edad actual (2008), el 12.4 % de niños(as) de
7 a 14 años se encontraban repitiendo grado, y el 13.3 % de adolescentes de
15 a 19 años se encontraban en la misma situación. Estos porcentajes varían
según la edad especí ica y el grado al que asisten; empero, las variaciones
más preocupantes se re lejan al considerar las características de los hogares,
en las cuales se superan los porcentajes promedios; así, en el primer quintil
(más bajo) de bienestar de los hogares se registran porcentajes de 27 % de
repetición; en la situación de las madres sin ningún nivel educativo, se en-
contraban hasta 30 % de adolescentes repitiendo grado; cuando se considera
la edad en que comenzó el primer grado, quienes comenzaron a los 9 o más
años registraron hasta el 20 % de estudiantes repitiendo grado; porcentajes
semejantes de repetición se encontraron en los casos de asistencia a centro
educativo público; cuando la asistencia era en forma irregular el porcentaje
de repetición ha sido de 28.9 % y cuando el número de hermanos era de 7 o
más la repitencia era del 20.9%.

Al ampliar la información por sexo (anexo IV.2), las mujeres resultan un tanto
discriminadas; aunque son el 53 % de la población total, la asistencia en las
edades escolares de 0-5 a 13-18 años fueron menores que la asistencia mas-
culina. Las categorías que representan la excepción a este rasgo la conforman
las mujeres en las edades 19-25 y 26 y más años, lo cual indicaría el esfuerzo
personal de superación en esas edades. En cuanto a la situación “no asiste pero
asistió”, que cuanti ica la deserción de las mujeres, se concentra en las edades
19-25 y, sobre todo en la edad 26 y más, atribuible, en buena medida, a la ma-
ternidad.

4.3. Educación no formal

La educación no formal es aquella impartida a través de programas, al margen


del sistema educativo formal, atendida por academias o centros de capacita-
ción, que ofrecen, al inal de los mismos, diplomas de participación o aproba-
ción. Las áreas de enseñanza son de carácter vocacional como dibujo, pintura,
artesanías, corte y confección, cocina, cosmetología, carpintería, mecánica y
otras artes y o icios. La demanda de esta educación está constituida básica-
mente por aquella población que, por cualquier circunstancia, no ha podido
continuar en el sistema educativo formal y comprende las edades de 12 años
y más. Pero también se incluyen aquellas actividades complementarias a la
educación formal como las artes y los deportes, cuya formación es ofrecida por
academias especializadas; en estos casos las edades son las mismas compren-
didas en los niveles de educación formal.
Población, educación y desarrollo en El Salvador 83

En el cuadro IV.5 se presenta información obtenida de los censos de 1992 y


2007, sobre los porcentajes de persona que se encuentran o se encontraron
recibiendo este tipo de capacitación para incorporarse a la PEA. Para el total
de la población de 5 años y más se observa una leve variación de 6.2 % a 7.0 %
de asistencia, en el periodo intercensal de 15 años, lo cual podría interpretarse
optimistamente como una señal de que los índices de asistencia en la educa-
ción formal han mejorado.

Cuadro IV.5
El Salvador. Asistencia de la población de 5 años y más a centros de en-
señanza vocacional según área de residencia y sexo. Censos 1992 y 2007

Fuente: Digestyc, Censo de Población 2007, Tomo II.

Lo que sí merece atención es la disminución de la asistencia, de hombres y mu-


jeres, de 3.8 % a 3.5 % en el área rural. La explicación de tal retroceso estaría
en el abandono de que ha sido objeto el sector agropecuario, que se comenta
en otra parte. Adicionalmente y dentro de la misma causalidad se explica el
proceso de urbanización provocado por la migración interna rural-urbana.

Un fenómeno nuevo en esta modalidad es la oferta de formación, capacitación


y actualización a través de programas virtuales o a distancia, con potencialida-
des prometedoras a través de la expansión de la Internet.
Población, educación y desarrollo en El Salvador 85

ANEXOS DEL CAPÍTULO IV

Anexo IV.1
El Salvador: Ocupados por años de estudio aprobados, según sexo y ca-
tegoría ocupacional

Fuente: Ministerio De Economía, Digestyc, Encuesta de Hogares de Propósitos MúlƟples, 2009.


86 José Luis Argueta Antillón

Anexo IV.2
El Salvador: Asistencia a centros de educación formal. Censo 2007

Fuente: Digestyc, IV Censo de Población y Vivienda, 2007


Población, educación y desarrollo en El Salvador 87

Cuadro IV.3
El Salvador: Perϐil Profesional de la Población

Fuente: Digestyc, VI Censo de Población y Vivienda, 2007.


88 José Luis Argueta Antillón
Población, educación y desarrollo en El Salvador 89

V. PROYECCIONES HACIA EL AÑO 2025

1. Proyecciones de población

En el Capítulo III se ha presentado una visión de la actual situación sociodemo-


grá ica (hasta 2009), donde se mani iestan importantes cambios estructurales
de la población desde diferentes dimensiones (ver grá ico III.3). Al proyectar
las tendencias de las diferentes variables hacia el año 2025, los cambios es-
tructurales tenderían a mantenerse a través de una relación recíproca entre
cambios demográ icos y cambios socioeconómicos.

En cuanto a los componentes del crecimiento de la población las tasas brutas


de natalidad continuarían decreciendo para llegar a un 18.55 (por mil habitan-
tes) en el quinquenio 2020-2025, lo cual es consistente con el comportamiento
de la tasa global de fecundidad que disminuiría de 3.6 del periodo 1993/1998
a 2.5 del periodo 2003/2008 (ver cuadro II.7 y grá ico II.1). La situación pre-
vista para las tasas brutas de mortalidad es diferente, a partir de la tasa de
6.93‰ del quinquenio 1990-1995 se proyecta un crecimiento de la tasa a
7.12‰ en el quinquenio 2020-2025; esto, no obstante que se ha registrado
una disminución de la mortalidad infantil (menores de 5 años) de 31 a 19 por
mil nacidos vivos entre 1998 y 2008. Una de las explicaciones del incremento
de la tasa bruta de mortalidad estaría en el envejecimiento de la población y la
consecuente mayor morbilidad.

Cuadro V:1
El Salvador: Tasas de natalidad, mortalidad, tasas netas de migración y
tasas medias anuales de crecimiento (por mil habitantes) 1950-2025

Elaboraciones a base de información de Digestyc, Censo de población 2007.


90 José Luis Argueta Antillón

Con respecto a las tasas netas de migración se pueden considerar dos factores
de disminución; por una parte, las condiciones para emigrar a Estados Unidos
se vuelven cada vez más restrictivas y más riesgosas, y por otro lado, se plan-
tea a partir de 2010 una estrategia de desarrollo con énfasis en políticas socia-
les para ir corrigiendo la situación de país expulsor de población. Es así que se
proyecta una disminución de la tasa neta de migración de -9.15 en 2005-2010
a -3.24 en 2025, lo que signi icaría menos salvadoreños saliendo del país.

Al hacerse efectivos estos comportamientos proyectados, la disminución de las


tasas netas de migración superarían las disminuciones en las tasas brutas de
natalidad y el crecimiento de las tasas brutas de mortalidad, para establecer un
incremento de la tasa media anual de crecimiento de la población de 4.37 ‰ de
2005-2010 a 8.17 ‰ en el quinquenio 2020-2025.

1.1. Estructura por edades y sexo

Un aspecto importante del análisis de la población en su conjunto es su clasi i-


cación por subgrupos más homogéneos, como la estructuración por grupos de
edad; esto permite contemplar la dimensión y la dinámica de cada subgrupo
de la estructura de la población. La clasi icación por edades y sexos es la más
utilizada puesto que gran parte del comportamiento demográ ico está condi-
cionada por estas dos dimensiones.

Cuadro V.2: Estructura de la población, 2007

Fuente: Digestyc, Censo de Población 2007.


Población, educación y desarrollo en El Salvador 91

Para apreciar con mayor facilidad la estructura de la población, esta se repre-


senta en una grá ica en la que se ubica la población de acuerdo a la edad y el
sexo, la cual es conocida como pirámide de población o pirámide etaria. Para
la mayoría de poblaciones que crecen o que tienen alta mortalidad, el grá ico
tiene la forma de una pirámide con una cúspide con un número de personas,
tanto menor según aumenta la edad.

En el grá ico V.1a se representa la estructura de la población censada en 2007,


comparada con la estructura de la población censada en 1961 (grá ico V.1b),
con el propósito de apreciar los cambios que en el periodo de 45 años estarían
de iniendo una transición demográ ica.

Las diferencias que hacen de la transición demográ ica un proceso importante


se aprecian al cuanti icar el peso relativo de las poblaciones jóvenes entre los
grupos de edad 0-4 a 10-14 años y de las poblaciones mayores entre los gru-
pos 65-69 a 90 y más años. Estas son las poblaciones en edades potencialmen-
te inactivas y cuya proporción ha disminuido; por consiguiente, la proporción
de población en edad potencialmente productiva, de 15 a 64 años aumenta.
Estos límites en las edades pueden variar según las condicionantes socioeco-
nómicas de cada país.

Gráϐico V.1a: Pirámide de población, 2007



 EstructuradelapoblacióndeElSalvadorporsexoy
 edad,Año2007
 90ymás
 75ͲͲ 79

60ͲͲ 64

45ͲͲ 49 Hombres
GráficoV.1b:PirámidedePoblación1961
 30ͲͲ 34 Mujeres
15ͲͲ 19
GráficoV.1b:Pirámidepoblacional1961
 0ͲͲͲ 4
 10% 5% 0% 5% 10%

92 José Luis Argueta Antillón

Gráϐico V.1b: Pirámide poblacional, 1961


 EstructuradelapoblacióndeElSalvadorporsexoy
edad,Año1961

 90ymás
 75ͲͲ 79
 60ͲͲ 64
 45ͲͲ 49 Hombres
 30ͲͲ 34 Mujeres
15ͲͲ 19
 0ͲͲͲ 4
 10% 5% 0% 5% 10%

La disminución de la proporción de población en edades potencialmente inac-


tivas38 signi ica una disminución de la dependencia y del gasto en educación y
en salud, generando posibilidades de aumentos en el ahorro y en la inversión
para el crecimiento económico. En adición, el aumento relativo de la pobla-
ción potencialmente productiva es, por de inición, un aumento relativo de la
población en edad de trabajar (PET) y de la población económicamente activa
(PEA).

Para describir y analizar los cambios durante el periodo, en el cuadro V.3 las
estructuras de las poblaciones censadas en 1971, 1992 y 2007 se han agru-
pado en tres subpoblaciones: los menores de 15 años, las personas entre
15-64 años y las de 65 años y más. Aquí se veri ica cómo la población menor
de 15 años ha disminuido sucesivamente de 46.4 % en 1971 a 33.9 % en
2007, aumentando en cantidad y en porcentaje la población de 15-64 años,
pero también la de 65 años y más, con las potencialidades socioeconómicas
apuntadas.

38 En realidad, lo que ha disminuido es la suma de las edades potencialmente inacƟvas o depen-


dientes, pero la población mayor de 65 años y mas ha crecido en términos absolutos y relaƟ-
vos, como expresión de un proceso de envejecimiento de la población salvadoreña.
Población, educación y desarrollo en El Salvador 93

Cuadro V.3:
Estructura de la Población por grandes grupos de edades,
Censos 1971, 1992 y 2007

Censo 1971 % Censo 1992 % Censo 2007 %


TOTAL 3,554,648 100 5,118,599 100 5,744,113 100
Menores 15 1,650,691 46.4 1,980,346 38.7 1,946,967 33.9
15 – 64 1,780,850 50.1 2,882,638 56.3 3,406,819 59.3
65 y más 123,107 3.5 255,615 5 390,327 6.8
RDE 99.6 77.6 68.6
Mediana 16.7 19.9 23.3
Elaborado con información del VI Censo de Población.
RDE: Relación de dependencia de la edad.

Por una parte, la población de las edades 15-64 años —que es la población en
edad de trabajar— ha aumentado su importancia relativa en 9.2 % y casi se
ha duplicado en términos absolutos entre 1971 y 2007. Esto representa una
mayor potencialidad de fuerza de trabajo para la producción de bienes y ser-
vicios, es decir, para el crecimiento económico, pero a condición de que se ins-
tituya un modelo económico que propicie el pleno empleo (decente); de otra
manera, el llamado “bono demográ ico” se reduce a una vana potencialidad.

La mediana de edad lo que está re lejando es el envejecimiento de la pobla-


ción: en 1971 la mitad de la población tenía menos de 17 años, en 2007 la mi-
tad de la población tiene un poco más de 23 años; este fenómeno se rea irma
al haberse más que triplicado la población de los adultos mayores de 123,107
a 390,327 personas.

El otro indicador potencialmente favorable es el de la relación de dependencia


de la edad, que revela que en 1971 el número de personas dependientes era
casi de 100 por cada 100 en edad activa; en 2007 el cociente baja a 69 perso-
nas dependientes por cada 100 activas, con lo cual debieran mejorar las con-
diciones socioeconómicas de las poblaciones menor de 15 años y mayor de 65
años, puesto que el gasto y la inversión pública destinada a estas poblaciones
se distribuiría en un número relativamente menor de personas.

La tendencia al envejecimiento de la población representa, a primera vista, el


aspecto negativo de la transición demográ ica, en tanto su condición de depen-
dencia demandará mayor gasto e inversión en servicios sociales, especialmen-
te si se tiene en cuenta las proyecciones de mayores tasas de envejecimiento
hacia el 2025, pero una valoración más objetiva de estos estratos de población
re lejarían una diversidad de situaciones. Lo recomendable es tratar de reco-
pilar toda aquella información que abarque distintas perspectivas respecto al
94 José Luis Argueta Antillón

envejecimiento y longevidad de la población, intentando proporcionar una vi-


sión de un entorno que ofrece nuevas oportunidades para el desarrollo de una
nueva sociedad. Entre esas oportunidades estaría el aprovechamiento del po-
tencial de las personas mayores, partiendo del reconocimiento que es el sector
de la población que ha llegado a la plenitud y para quienes el sentirse útiles es
parte de su calidad de vida y de su dignidad.

1.2. Cambios estructurales en las poblaciones departamentales

Los cambios estructurales de la población a escala de país son la resultante


de los cambios que han ocurrido en los departamentos, los cuales son dife-
renciados, según el comportamiento y la interrelación de los factores sociode-
mográ icos determinantes. Sobre este tema, la Digestyc presenta un estudio
que contiene las pirámides de población según el censo de 2007 y según las
proyecciones para 2020, para cada uno de los 14 departamentos, con las con-
clusiones siguientes:

La dinámica y evolución de los componentes del crecimiento de la población


a nivel geográϔico presenta claros rasgos de heterogeneidad. En ciertas zonas
geográϔicas han alcanzando niveles similares a países de mayor desarrollo
mientras que otros grupos poblacionales mantienen condiciones de repro-
ducción y mortalidad equivalentes a la de los países de menor desarrollo re-
lativo en el contexto mundial. Ello se reϔleja de forma clara en los cambios
ocurridos en las pirámides de población del censo 2007 respecto a las que se
observaban en el censo del año 1992.
De cualquier manera es necesario señalar que en todos los departamentos,
con distinta intensidad se percibe ya el proceso de avance del envejecimiento
de las estructuras por sexo y edad de sus poblaciones, afectadas también por
la importante migración al exterior de personas en edades activas, particu-
larmente población masculina. Las más envejecidas están sin duda asociadas
al avance de la reducción de la fecundidad y corresponden en este caso a las
poblaciones de los departamentos de San Salvador y La Libertad39.

2. La transición demográϐica en perspectiva

Hacia el futuro están abiertas las posibilidades para aprovechar la “ventana


demográ ica de oportunidades” que se abre con la transición demográ ica,
pero para lograr una perspectiva más precisa del proceso, sería deseable con-
tar con información cualicuantitativa depurada hacia atrás y hacia adelante.
Sin embargo, como se ha dicho, enfrentamos una limitación de información
39 Ver EsƟmaciones y Proyecciones de la Población por Departamento, para el Periodo 1995-
2020- p. 24, DIGESTIC, Ministerio de Economía, San Salvador, marzo de 2009.
Población, educación y desarrollo en El Salvador 95

homogénea (sistemática de una misma fuente) para un análisis del comporta-


miento de la natalidad y de la mortalidad en etapas tempranas de la evolución
de la población.

La información del cuadro II.1, extraída del Primer Plan de Desarrollo del Mi-
nisterio de Plani icación y Coordinación del Desarrollo Económico y Social
(Miplan), proporciona una idea de las tasas de natalidad y mortalidad relativa-
mente altas desde el censo de 1930 hasta el censo de 1950; a partir de este año
disminuye la tasa de mortalidad40 por efecto de ciertas circunstancias, tales
como: uso de antibióticos, mejoras en la agricultura, terapias de rehidratación
oral, vacunas y otros. Estas condiciones conllevaron a una importante dismi-
nución en las muertes, principalmente en la población menor de cinco años.
Como consecuencia, la población creció aceleradamente en los años sesenta,
caracterizándose como explosión demográ ica41.

El grá ico V.2 ha sido elaborado con estimaciones y proyecciones de la Digestyc


para el periodo 1953-2025, y muestra los per iles de lo que sería la transición
demográ ica en El Salvador, con disminuciones de las dos variables, reprodu-
ciéndose la experiencia de otros países.

Gráϐico V.2. Transición demográϐica


El Salvador: Estimaciones y proyecciones de las tasas brutas de
natalidad y mortalidad 1953-2028
50.0

45.0

40.0

35.0

TasaBrutadeNatalidad
30.0
TasaBrutadeMortalidad
25.0

20.0

15.0

10.0

5.0

0.0

Elaborado con información procesada por la Digestyc.

40 MIPLAN reconoce que fue hasta en el censo de 1961 que se puso esmero en el empadrona-
miento de las personas.
41 Se advierte que los datos de MIPLAN no han sido ajustados ni corregidos.
96 José Luis Argueta Antillón

Al inal del periodo se observa una tendencia sostenida de la disminución de


la natalidad y una tendencia estática de la mortalidad, determinando un creci-
miento poblacional moderado; en el presente esta tendencia es acentuada por
los altos niveles de la emigración al exterior.

No está de más insistir que para entrar en esta ventana demográ ica de
oportunidades se requiere de la concurrencia de ciertas condiciones, como
aplicar la plani icación estratégica para un desarrollo endógeno, sostenido y
sustentable. Ello implicaría la promoción de programas, proyectos y políticas
para la inversión orientada a las metas y objetivos sociales y la inversión pro-
ductiva que genere empleo decente42, propiciando la cohesión social.

En el caso de El Salvador, es tiempo que la sociedad en su conjunto comience a


percibir bene icios reales a través de importantes inversiones en salud y edu-
cación, al tiempo que se generen oportunidades al ritmo de la creciente pobla-
ción en edad de trabajar, lo cual es una condición ineludible para minimizar la
emigración, el sector informal y para conjurar una de las causas de la pobreza
y la delincuencia.

No se puede dejar de advertir que la transición demográ ica puede generar


cargas adicionales si no se tiene la capacidad de aprovecharla; si no se apli-
can oportunamente las políticas de empleo, el país se puede enfrentar a con-
tingentes crecientes de PEA desocupada; a esto podría agregarse que, debido
al envejecimiento de la población, la relación de dependencia puede elevarse
nuevamente, aumentando las demandas de atención en seguridad social.

Como parte de la complejidad de los actuales problemas relacionados con la


dinámica de la población, se acentúa inevitablemente el proceso de urbaniza-
ción, demandando atención y acciones oportunas.

Por el lado positivo, se cuenta con el tan ponderado potencial creciente de la


población, resultante de la transición demográ ica con los cambios en la es-
tructura por edades y por sexo. Para proporcionar una visión de esta realidad,
se incorpora al inal de este capítulo un anexo sobre el análisis comparado de
la participación especí ica masculina y femenina, según los censos de 1961 a
2007.

42 El empleo decente es la alternaƟva apropiada a las políƟcas de flexibilidad laboral que, con
frecuencia, se han promovido, en el ámbito laƟnoamericano y local, pretendiendo desconocer
las reivindicaciones conquistadas por la clase trabajadora.
Población, educación y desarrollo en El Salvador 97

3. El crecimiento urbano

Con el advenimiento del nuevo milenio diversos acontecimientos están cam-


biando el mundo en que vivimos y El Salvador no es la excepción de procesos
relacionados con la población como el fenómeno de la urbanización.

Es de gran preocupación que en 2008 el mundo alcanzó un hito trascenden-


tal: por primera vez, más de la mitad de la población humana, 3.300 millones
de personas, vive en zonas urbanas, y se prevé que para 2030, esa cantidad
habrá llegado a casi 5.000 millones. Este fenómeno es más acentuado en el
mundo subdesarrollado y, en países como El Salvador, el modelo económico
individualista y concentrador ha condicionado el mayor empobrecimiento de
la población rural. Así, el futuro de la población depende, en mucho, de las de-
cisiones que se adopten hoy; si eso no ocurre, el drama de la urbanización con
los cinturones de pobreza, con los azotes de la delincuencia y con la creciente
vulnerabilidad seguirá profundizándose con consecuencias impredecibles.

Las necesidades futuras de la población rural y urbana son tan acuciantes que
los diseñadores de políticas públicas no han podido ignorarlas, tal es el caso de
problemas como la dinámica general de la población; la manera de albergar a
los pobres y mejorar sus condiciones de vida para lo cual se propone generar
más y mejores empleos, reducir la huella ecológica de las ciudades, mejorar la
gobernabilidad, gestionar mejor los sistemas urbanos cada vez más complejos,
mejorando, al mismo tiempo, las condiciones socioeconómicas de la población
rural, en busca de un equilibrio en la distribución geo-demográ ica.

4. Propuestas y apuestas

Para salirle al paso a estas preocupaciones, el actual gobierno ha formulado


un Plan Quinquenal de Desarrollo 2010-2014, en el cual se establecen líneas
estratégicas que reconocen la interrelación del desarrollo con la dinámica de-
mográ ica. Solo cabe esperar que los obstáculos y limitaciones se superen y el
plan se ejecute y que genere una inercia sostenible más allá de 2014, en direc-
ción a la materialización de las apuestas estratégicas del Plan Quinquenal:
Apuestas estratégicas de país para el año 2024 (acuerdo CES)
1. Contar con una población sana, educada y productiva, que tenga la ca-
pacidad y las oportunidades adecuadas para desarrollar plenamente sus
potencialidades y de convertirse en la base principal de nuestro desarrollo.
2. Construir una sociedad equitativa, incluyente y tolerante en donde exista
la equidad de género y en la que los derechos de toda la población, con
especial énfasis en los grupos en condiciones de vulnerabilidad, sean res-
petados.
98 José Luis Argueta Antillón

5. Revertir el proceso de degradación ambiental y convertir a El Salvador en


un país ambientalmente ejemplar y, por consiguiente, con menos condi-
ciones de vulnerabilidad frente a los fenómenos naturales y a las acciones
humanas.
6. Lograr la paz social y un ambiente de seguridad humana que favorezca la
cohesión social, el desarrollo económico equilibrado y la gobernabilidad
democrática.

Estas son las apuestas estratégicas referidas directamente a la promoción de


la población y el desarrollo y, para especi icar los programas y políticas opera-
tivas, las apuestas se desarrollan en el Plan Quinquenal 2010-2014, especí ica-
mente en las áreas prioritarias, en los objetivos y en las metas globales.

Como programaciones hacia el 2014, queda la expectativa de cuál será el grado


de cumplimiento. La incertidumbre es mayor hacia el año 2024, dado que las
apuestas estratégicas son solo un enunciado, no se han traducido en un plan
estratégico (de largo plazo) de desarrollo que pudiera comprometer a las su-
cesivas gestiones gubernamentales después de 2014. Una garantía de sosteni-
bilidad podría incarse en el Consejo Económico y Social (CES), en cuyo seno se
han discutido y aprobado las apuestas, pero esto depende de la consolidación
como organismo permanente y con decisiones vinculantes, para garantía de la
cohesión social y del avance de la democracia en el futuro.
Población, educación y desarrollo en El Salvador 99

APÉNDICE DEL CAPÍTULO V:

ANÁLISIS COMPARADO DE LAS TASAS ESPECÍFICAS DE PARTICIPACIÓN


MASCULINA Y FEMENINA

En el capítulo IV se de inió la tasa global de participación como la relación


entre la población económicamente activa (PEA) y la población en edad de
trabajar (PET). En el anexo V.1 se presenta la evolución de las tasas especí icas
(por edades), según los censos de 1961, 1971, 1992 y 2007, evidenciándose
—a partir de 1971— una disminución de las tasas en los grupos de edades me-
nores (10-14 a 20-24) y en los grupos de edades mayores (55-59 a 85 y más).

Anexo V.1. Tasas especíϐicas de participación total


Según censos de 1961 a 2007

Fuente: Ministerio de Economía, Digestyc. Censos de Población 1961 a 2007.

Lo contrario ocurre en las tasa de edades intermedias, lo cual es consistente


con lo que se ha a irmado sobre la transición demográ ica, de iniéndola como
bono demográ ico.
100 José Luis Argueta Antillón

Al examinar las tasas especí icas de participación masculina (anexo V.2), llama
poderosamente la atención la tendencia a la disminución en todos los grupos
de edad, desvirtuando, aparentemente la ventaja de los cambios en la estruc-
tura demográ ica, puesto que menores porcentajes de la población en edad de
trabajar estarían integrando la población económicamente activa, con dismi-
nución de las tasas de participación masculina en 2007.

Anexo V.2. Tasas especíϐicas de participación masculina


Según censos de 1961 a 2007

Fuente: Digestyc, Censos de Población 1961, 1971, 1992 y 2007.

El grá ico anexo V.1. ilustra el fenómeno, acentuando las dudas planteadas.
Población, educación y desarrollo en El Salvador 101

Gráϐico anexo V.1:


Participación especíϐica masculina según censos de 1961 a 2007
120.000

100.000

80.000

60.000

40.000 1961
1971
20.000 1992
2007

0.000

La incógnita se despeja al analizar las tasas de participación femenina (anexo


V.3), las cuales eran considerablemente menores que las masculinas en 1961 y,
aunque siguen siendo menores, las tasas de participación femenina han creci-
do sostenidamente en todos los grupos de edades, según los resultados de los
censos, en el grupo 35-39 años la participación femenina creció en aproxima-
damente 300% entre 1961 y 2007.

Anexo V.3. Tasas especíϐicas de participación femenina


Según censos de 1961 a 2007

Fuente: Digestyc, Censos de Población 1961, 1971, 1992 y 2007.


102 José Luis Argueta Antillón

Lo interesante de estos resultados es que revelan una dinámica de la pobla-


ción femenina diferente a la de la población masculina; en primer término, la
población femenina ha crecido a un mayor ritmo que la población masculina,
representando aproximadamente el 51.5 % de la población total; en segundo
término, el crecimiento se ha concentrado en las edades de la población en
edad de trabajar, con disminuciones en la población femenina menor de 10
años. El grá ico anexo V.2 enfatiza la participación femenina incrementada, di-
ferenciándose de la evolución de la participación masculina.

Gráϐico anexo V.2.


Participación especíϐica femenina según censos de 1961 a 2007

La conclusión es que la mayor potencialidad de la población salvadoreña recae


en el proceso gradual de crecimiento de PEA femenina en relación a la PET
femenina y la explicación radica en la gradual liberación de la mujer de su con-
dición de ama de casa. Pero la participación femenina así de inida es una po-
tencialidad, ya que la PEA puede ser ocupada o desempleada; la participación
efectiva en la producción de bienes y servicios está condicionada a que se le
faciliten a la mujer los atributos de competencias y aptitudes y se le ofrezcan
oportunidades efectivas.
Población, educación y desarrollo en El Salvador 103

VI. EDUCACIÓN Y PROBLEMAS DE DESARROLLO EN EL SALVADOR

Art. 1.- El Salvador reconoce a la persona humana como el origen y


el ϔin de la actividad del Estado, que está organizado para la conse-
cución de la justicia, de la seguridad jurídica y del bien común…En
consecuencia, es obligación del Estado asegurar a los habitantes de
la República, el goce de la libertad, la salud, el bienestar económico y
la justicia social.
Constitución de la República.

El espíritu del artículo 1 de la Constitución es la exaltación de la persona huma-


na como sujeto y objeto del desarrollo humano, pero para que ello sea efectivo,
el Estado está obligado a garantizar que las personas logren ciertas cualidades
a través de una formación integral. Está cada vez más claro que no existe otro
camino que la educación para que todos los habitantes del país desarrollen los
atributos para su realización personal y como sujetos del desarrollo humano
sustentable.

Por tanto, surge espontáneamente la siguiente pregunta: ¿Ha cumplido histó-


ricamente el Estado de El Salvador con la obligación de asegurar a todos los
salvadoreños la educación necesaria y su iciente para el goce de la libertad,
la salud, el bienestar económico y la justicia social? En las siguientes líneas se
irán desgranando algunas ideas en torno a la información empírica.

1. Educación y desarrollo

La educación y el desarrollo de un país son dos elementos unívocos, la educa-


ción es condición necesaria para el desarrollo y este genera condiciones para
una educación de calidad para todos con equidad. Es una realidad comproba-
da que el estancamiento económico no permite el cambio social; los niños de
países atrasados no tienen escuelas su icientes a las que acudir, y si las tienen
no están estimulados para asistir, y si asisten tarde o temprano las abandonan
para buscar medios de subsistencia para sí y sus familias.

La historia del subdesarrollo en El Salvador muestra la ausencia de esa rela-


ción unívoca; por el contrario, lo que ha prevalecido es el círculo pernicioso
que se ha originado en una desidia educativa y se ha retroalimentado con las
manifestaciones del subdesarrollo. Si se han registrado esporádicos cambios
en el sistema educativo, estos no han contado con los mínimos recursos mate-
riales, aunque la mayor penuria ha sido la falta de las acertadas concepciones
ilosó icas, antropológicas y psicopedagógica.
104 José Luis Argueta Antillón

En apartados precedentes se ha aludido a los círculos perniciosos demográ-


ico y económico, los cuales aparecen condicionados con variables del círculo
pernicioso de la educación; con ello se evidencia la importancia estratégica y
determinante de la educación en la solución de las complejas problemáticas
del desarrollo.

Gráϐico VI.1: Círculo pernicioso cultural educativo

Déficits
educativos

Escasa
formación
personal

Escasa Inadecua
inversión ción
en cultural
educación social

Subdesa
rrollo

El grá ico VI.1 trata de simpli icar las relaciones de causalidad que con igu-
ran el círculo pernicioso cultural educativo, enfatizando en que es inducido e
incide en los otros círculos perniciosos del subdesarrollo y que su ruptura es
condición para desencadenar un círculo virtuoso del desarrollo.

2. El analfabetismo en El Salvador

El dé icit más evidente y más lamentable en educación se dramatiza como


analfabetismo ¿cómo es posible que en el siglo XXI, en la era del conocimiento,
con un avance vertiginoso de la ciencia y la tecnología, aún existan personas
que no saben leer ni escribir? El cuadro V.1 presenta información sobre la evo-
lución del analfabetismo, a través de los censos de población de 1930 a 2007,
como proporción de la población que no ha tenido acceso a la educación; es
impresionante cómo en 1930 cerca del 80 % de la población era analfabeta, sin
contar la situación en el área rural, en la cual residía una elevada proporción
Población, educación y desarrollo en El Salvador 105

de la población. La “racionalidad” del analfabetismo de esta y posteriores épo-


cas ha tenido que ver con el modelo económico prevaleciente conocido como
agroexportador, siendo el motor del mismo el cultivo y la exportación de café y,
como el cultivo y la recolección de este grano requería de mano de obra sin casi
ninguna cali icación, se colegía que no había porqué invertir en educación, esta
era un privilegio y un lujo que solo era accesible para los hijos de una minoría
de ricos, aproximadamente el 20% de los niños de 5 años y más.

Veinte años después, la situación había cambiado muy poco, en el área rural aún
persistían en 1950 índices de analfabetismo (en el rango de 72 % a 83 %) seme-
jantes a los de 1930, veri icándose además los mayores índices en las mujeres,
como resultado de la discriminación que todavía se observa en el censo de 2007.

Cuadro VI.1
El Salvador. Tasas de analfabetismo por área de residencia y sexo, según
distintas edades de la población. Censos de 1930 a 2007

Fuente: Digestyc, Censo de Población 2007, cuadro A, p. XIX


* / El porcentaje de analfabetas se incrementó en 1.5 % a parƟr de los 5 años, y en 1.6 % en
el correspondiente a 15 años y más, incorporando las personas que “solo saben leer”, a las
personas que “no saben leer ni escribir”.

En el censo de 1961, se aprecia una disminución del analfabetismo, atribuible


a la introducción de algunas tibias reformas socioeconómicas en los años cin-
cuenta, incluyendo pequeños incrementos del gasto en educación.
106 José Luis Argueta Antillón

Como sería de esperar, en los 77 años transcurridos entre 1930 y 2007, han
ocurrido cambios, como el avance de 72.4 a 17.8 en la tasa de analfabetismo
en los grupos de edad de 15 años y más, pero aún persiste un dé icit que se
acentúa cuando se compara la situación educativa del área rural con respecto
a la del área urbana y más, cuando se comparan los niveles de analfabetismo
de las mujeres con respecto al de los hombres. La brecha se mantiene a lo largo
de las décadas, porque el analfabetismo de los hombres disminuye más que
el de las mujeres, por ejemplo, el analfabetismo de la población de 10 años y
más desciende de 1950 a 2007 en 73.2 %, siendo un 76.1 % la disminución
en hombres y 71.2 % en mujeres. Las mayores tasas en las edades de 15 años
y más comparadas con las de 10 años y más, se explican por el peso del anal-
fabetismo en las edades de las personas mayores, quienes tuvieron menores
oportunidades de educación.

El grá ico VI.2 presenta la brecha del analfabetismo de las mujeres con respec-
to al de los hombres y al total, para las edades de 15 años y más. Una imagen
semejante se observaría al contrastar las tasas de analfabetismo totales con las
tasas urbanas y rurales.

Gráϐico VI.2: Tasas de analfabetismo por sexo y edad de 15 años y más.


Censos de 1930 a 2007

80
70
60
50
40
30
20
10
0
1 2 3 4 5 6
Total 72.4 60.6 51 42.9 25.9 17.8
Hombres 67.7 57.6 46.1 39.2 22.6 15.1
Mujeres 77 64.5 55.5 46.4 28.7 20.3

Censos de 1930, 1950, 1961, 1971, 1992, 2007 (del 1 al 6).

Desde el punto de vista de la residencia por departamentos se evidencia la


relación de analfabetismo con respecto al desarrollo relativo de cada departa-
Población, educación y desarrollo en El Salvador 107

mento; así resulta que el analfabetismo en el departamento de San Salvador,


el departamento relativamente más desarrollado, es 49 % menor que el anal-
fabetismo a escala nacional en 2007, en cambio, el analfabetismo del depar-
tamento de Morazán supera en 80 % el analfabetismo nacional y en 265 % el
del departamento de San Salvador. La menor tasa de analfabetismo se registró
en los hombres del área urbana de San Salvador con 4.9 % y la tasa más alta
corresponde a las mujeres del área rural de Morazán con 33.7 %. En el resto de
departamentos se observan tasas intermedias, pero siempre proporcionales al
desarrollo relativo.

Cuadro VI.2: Tasas de analfabetismo de población de 10 años y más por


sexo, área de residencia y departamento. Censo 2007

Fuente: Digestyc, VI Censo de Población 2007

El 16.0 % de analfabetismo general sitúa a El Salvador en el cuarto país de


mayor nivel de analfabetismo en América Latina, superado solamente por
Guatemala, Nicaragua y Honduras; al respecto, el Sistema de Información de
Tendencias Educativas en América Latina (Siteal), sostiene que:

El número de personas adultas que carecen de competencias mínimas nece-


sarias de escritura, lectura y cálculo elemental se torna en un indicador crí-
tico de la situación de inequidad existente en Latinoamérica y en una eviden-
cia de la deuda que todavía tienen los Estados y el conjunto de la sociedad43

En el análisis también se a irma que esta situación incide en la imposibilidad


de alcanzar democracias efectivas.

En estas circunstancias, es altamente auspicioso el Plan Nacional de Alfabeti-


zación de las actuales autoridades de Educación, quienes lo consideran como
proyecto insignia y aspiran a una reducción del analfabetismo al 4 % hacia
43 Siteal: El analfabeƟsmo en A. L. es una deuda social (LPG, 12.01.2010, p.15).
108 José Luis Argueta Antillón

2014, superando así el 5 % considerado como valor crítico para dar por erra-
dicado el analfabetismo. Además, se estaría cumpliendo con una de los seis
objetivos y inalidades de la Educación Para Todos (EPT) del Foro Mundial de
la Educación suscrito en Dakar, en abril de 2000:
(iv) aumentar de aquí al año 2015 el número de adultos alfabetizados en un
50%, en particular tratándose de mujeres, y facilitar a todos los adultos un
acceso equitativo a la educación básica y la educación permanente;

3. La variable escolaridad

Al analizar lo otra cara de la moneda, los niveles educativos o de escolaridad,


las conjeturas que se obtienen son congruentes con las conclusiones prece-
dentes. En primer lugar, la situación de personas sin instrucción, según el cen-
so de 1950, coincide con los datos sobre analfabetismo del mismo año; de igual
manera, las tendencias a la disminución de las personas sin instrucción, según
el censo de 2007, se corresponden con las tendencias del analfabetismo.

En cuanto a la educación primaria, en términos globales aumentó en un 7.7 %


su importancia relativa en un lapso de 57 años; en lo que se ha registrado un
cambio más favorable ha sido en términos geográ icos, en favor de la educa-
ción en el área rural en donde el porcentaje de población con acceso a educa-
ción primaria se ha más que duplicado, en relación a la situación en 1950.

Más espectacular aún es el avance en educación secundaria en el área rural,


registrándose un salto de una escolaridad de 0.4% en 1950 a 19.7% en 2007.

Cuadro VI.3
El Salvador. Escolaridad de la población por área de residencia y sexo.
Censos de 1950 y 2007

Fuente: Digestyc , Censo de Población 2007, cuadro H, Pg. XXXVI.


* Población de 6 años y más
** Población de 5 años y más
Población, educación y desarrollo en El Salvador 109

Del total de la población con instrucción primaria terminada en 1950, solo el


8 % continuaba la instrucción secundaria; en 2007 este porcentaje sería com-
parativamente alto con el 71 %, correspondiendo el 95 % en el área urbana y
el 40 % en el área rural.

La continuidad del proceso formativo aparece truncado en la educación supe-


rior, ya que solo un 20 % de la población que pasa por la educación secundaria
accede a la educación universitaria según el censo de 2007.

Un rasgo positivo del panorama educativo es la tendencia a la igualdad de


oportunidades educativas de la mujer y el hombre, lo cual estaría augurando
a la equiparación en otros aspectos en los que aún hay discriminación de la
mujer.

La valoración del sistema educativo que se re leja en el cuadro VI.3 no puede


ser optimista en términos de expectativas de desarrollo humano sustentable.
Si se tiene en consideración que la inversión en educación tiene un periodo de
gestación de 20 años, se puede a irmar que El Salvador ha sufrido dos déca-
das perdidas y que es de esperar que en 2010 se haga efectiva la promesa de
comenzar a formular y ejecutar un plan estratégico de educación en el mar-
co de un plan estratégico de desarrollo humano sustentable, el cual para ser
estratégico debe superar los obstáculos estructurales; para ser humano debe
centrarse en el desarrollo de la persona humana; y para ser sustentable debe
fundamentarse en el avance cientí ico-tecnológico y en la promoción del me-
dio ambiente y los recursos naturales.

4. Elementos para la intervención

El propósito de la información analizada es el de complementar otros diversos


aportes que apuntan hacia un diagnóstico situacional, del cual se puede partir
para identi icar las pautas en la toma de decisiones del proceso de desarrollo
educativo, en áreas como las siguientes:

Erradicar el analfabetismo en el plazo propuesto por el Plan Nacional de Al-


fabetización y los objetivos y inalidades de la EPT, priorizando las interven-
ciones en las áreas rurales en los departamentos más atrasados, todo ello con
criterios de equidad de género.

Estos mismos criterios de prioridad serían aplicables a la plani icación del de-
sarrollo educativo por niveles, en orden a la consecución de unos objetivos
de coherencia y equidad; por lo que hace al objetivo de e iciencia, se requeri-
rán muchos esfuerzos en dos direcciones: 1°) para disminuir los coe icientes
110 José Luis Argueta Antillón

de reprobación, de repitencia, de deserción y de sobreedad y 2°) corregir la


desarticulación entre los diferentes niveles educativos; obsérvese que actual-
mente el nivel secundario representa el 71 % del nivel primario y que el nivel
universitario es apenas el 20 % del nivel secundario, y esto sin mencionar la
situación en el ámbito rural. La interrogante es ¿qué pasa, por ejemplo, con el
80 % de estudiantes de secundaria que no acceden a la universidad?

En cuanto al requisito de calidad y pertinencia de la educación en los diferen-


tes niveles, estaría orientado por la situación deseada o imagen objetivo del
país en el horizonte del plan estratégico de desarrollo, lo cual implica que la
formulación de programas y el diseño de proyectos tendrán que estar prece-
didos y presididos por las prospectivas del escenario cientí ico, tecnológico,
económico, social y político del futuro. Esto es de fundamental importancia
porque siendo El Salvador un país con escases de recursos naturales, en un
momento histórico de vertiginoso avance cientí ico tecnológico, se puede an-
ticipar como una apuesta prometedora la orientación de la educación hacia el
desarrollo de áreas como la biotecnología, la microbiología, la microelectróni-
ca y otras especialidades de tecnología avanzada para aprovechar el recurso
productivo renovable más importante: el conocimiento.
Población, educación y desarrollo en El Salvador 111

VII. PLANEAMIENTO ESTRATÉGICO Y EDUCACIÓN

En el contexto del presente trabajo el concepto de planeamiento es el de pla-


ni icación societaria como una metodología para la toma de decisiones, cuyo
objeto es la totalidad social o realidad como un todo estructurado y dialéctico
en el cual puede ser conocido cualquier hecho44; en tal concepto, lo social es
comprensivo de lo político y lo económico y no tendría sentido plani icar los
aspectos sociales y los aspectos económicos aisladamente.

1. La planiϐicación del desarrollo en América Latina

En América Latina, la plani icación del desarrollo comienza a ser aplicada con
la elaboración de diagnósticos en diferentes países en la década de los cin-
cuenta. A partir de los diagnósticos se formularon los primeros planes de desa-
rrollo con carácter normativo, en donde la norma cumplía un papel indicativo,
por tales características se trataba de una plani icación normativa o indicativa.
Con tales atributos, esa plani icación no removió las causas del subdesarrollo
de los países latinoamericanos y por ello, se comenzó a buscar, en los años se-
tenta, una metodología alternativa. Son los trabajos de Carlos Matus un aporte
esencial para darle contenido teórico y metodológico a la conocida planiϔica-
ción situacional o estratégica, la cual integra la plani icación del desarrollo con
la plani icación política, teniendo como categoría central la estrategia, enten-
dida como un análisis y un propósito de futuro donde se integra lo económico y
lo político-social mediante un modelo abstracto del proceso material de desa-
rrollo y donde se supone que ese modelo responde y reacciona como si fuera la
realidad misma frente a la simulación de hechos y perturbaciones que el analista
desea explorar en sus consecuencias, con objeto de encausarlas hacia objetivos
determinados45

La integración de estrategias de población y desarrollo responde al acuerdo


general sobre el hecho que la persistencia de la pobreza generalizada y las gra-
ves desigualdades sociales y de género tienen importantes in luencias sobre
factores demográ icos, y son a su vez in luidos por estos, tales como el creci-
miento de la población, su estructura y su distribución. Además, la experien-
cia está demostrando que insostenibles patrones de consumo y producción
contribuyen al uso insostenible de los recursos naturales y a la degradación
del medio ambiente. Es una exigencia, entonces, tratar de integrar plenamen-
te las cuestiones de población en las estrategias de desarrollo y en todos los
aspectos de la plani icación del desarrollo en todos los niveles. El crecimiento
económico sostenido así logrado ayudará a satisfacer las necesidades y mejo-
44 Kosík, Karel; DialécƟca de lo Concreto, México, Editorial Grijalbo, 1976, p. 45.
45 Matus, Carlos; Estrategia y Plan, Siglo XXI Editores, México, 1978.
112 José Luis Argueta Antillón

rar la calidad de vida de las generaciones presentes y futuras, promoviendo


asimismo, la justicia social y la erradicación de la pobreza.

2. La planiϐicación en El Salvador

La plani icación en El Salvador ha sido una versión de la plani icación norma-


tiva en América Latina, con las mismas motivaciones, con los mismos autores
y con resultados semejantes.

Formalmente se inicia la plani icación con la creación del Consejo de Plani i-


cación y Coordinación Económica (Conaplan) en mayo de 1962. En su primera
etapa, este organismo enfatizó su función en la elaboración de programas y
medidas de política de corto plazo para la expansión del sector público y pri-
vado. Es interesante traer a cuenta que una de las grandes preocupaciones de
entonces como hoy, era “el deterioro que arrojan las inanzas del Gobierno”.

A ines de 1963, Conaplan presentó el Primer Plan Bienal de Inversiones Públi-


cas para los años 1964-1965, orientado a la construcción de infraestructura,
pero también se declaraba que un 47 % de las inversiones estaría destinado a
cubrir los dé icits en educación, salud y vivienda46.

Empalmando con el plan bienal de inversiones, se presenta el Primer Plan de


Desarrollo Económico y Social 1965-1969, en momentos en que la economía sal-
vadoreña había salido de una recesión iniciada en 195847, de modo que el obje-
tivo fundamental del plan era el mantenimiento de la recuperación económica.
La persistencia de otros problemas, como el rápido crecimiento de la población,
obligaron a plantear otros objetivos en el orden social; hay que recordar que en
el quinquenio 1960-65, se registró la tasa media de crecimiento anual de la po-
blación de 31.29 por mil, la más alta de la historia demográ ica del país.

El último párrafo del prefacio (presentación) del Primer Plan expresaba el ca-
rácter indicativo y las pocas posibilidades de ejecución del mismo: La acepta-
ción de este documento y de las tareas que él signiϔica, por parte de toda la ciu-
dadanía, y el reconocimiento de la parte especíϔica que a cada uno corresponde,
serán factor decisivo en el éxito ϔinal.

Esta fue la tónica de la plani icación en El Salvador en la década de los setenta


y durante la cual nuevamente sobrevino el deterioro en lo económico, en lo
46 Por la variada información analizada en este trabajo, no parece que el plan de inversiones haya
tenido algún impacto en la reducción de los déficits en los años subsiguientes.
47 Vale recordar que la recuperación era, en buena medida, el resultado del Acuerdo General de
Integración Económica Centroamericana (1960) y del Régimen de Industrias de Integración, de
breve sobrevivencia.
Población, educación y desarrollo en El Salvador 113

social y en lo político. En el inicio de la década de los ochenta se dramatizó la


crisis política desembocando en el cruento con licto armado, durante el cual
desapareció todo vestigio de plani icación económica, hasta llegar a la deci-
sión de la eliminación del Conaplan en la primera administración del partido
Arena. Este partido alineó al país en la corriente neoliberal impuesta por el
Consenso de Washington, reduciendo el tamaño y la intervención del Estado
en la economía, lo cual también sintonizaba con los prejuicios ideológicos del
partido contra la plani icación.

Rescate de la planiϔicación en El Salvador

Entre los cambios que marcan el relevo en la gestión presidencial a partir de


2009, se cuenta la valorización y el rescate de la plani icación como metodolo-
gía para la búsqueda de rutas hacia el desarrollo y es a partir de abril de 2010
que se da a conocer el Plan Estratégico de Desarrollo 2010-2014.

Un primer comentario tiene que referirse al proceso de construcción del plan,


que ha consistido básicamente en la integración de aportes obtenidos en re-
uniones y consultas a organismos, instituciones y sectores, además de otros
insumos. Esto signi ica que se ha partido con una metodología de diagnóstico
no convencional, cuyo contenido se desconoce, pero que se percibe que ha su-
perado la falla de la plani icación tradicional de proyectar las tendencias histó-
ricas —incluyendo las negativas— a la hora de formular el pronóstico; cuando
esto ocurre, la situación futura que se proyecta no di iere de la situación ini-
cial. Por el contrario, la identi icación de tendencias históricas negativas en el
diagnóstico de la plani icación estratégica es lo que permite la priorización de
intervención para eliminar esas tendencias perniciosas y poder concebir una
situación deseada que represente, en el largo plazo, un salto en el desarrollo
del país.

El grá ico VII.1 pretende ser un aporte elemental para la plani icación estraté-
gica en línea con el desarrollo económico, social y político, con un horizonte de
largo plazo (± 20 años), teniendo en cuenta que la gestación o maduración de
los proyectos y programas sociales es de largo plazo.

Como el gobierno actual solo dispone de cuatro años, sería deseable la articu-
lación del plan quinquenal 2010-2014 con un plan estratégico, estableciendo
las bases y los compromisos estratégicos que garanticen la continuidad del
plan en los gobiernos sucesivos. Uno de esos compromisos sería un pacto so-
cial, cuya salvaguarda quedaría, eventualmente, a cargo del Consejo Económi-
co y Social48.
48 Como se ha reconocido antes, el escenario en que se desempeña actualmente el gobierno no
114 José Luis Argueta Antillón

Gráϐico VII.1 Brecha entre la situación futura y la situación deseada

 DIAGNOSTICO PRONOSTICO
 
 Tendencia Situación Tendencia Situación
Histórica Inicial
“Natural” Futura

PrioridadesdeintervenciónBRECHA=>ESTRATEGIA
Itinerario_____
Programas
Situación
Proyectos
Deseada
Políticas
 IMAGENͲOBJETIVO

El Grá ico VII.1 trata de ilustrar algunos de los elementos básicos de la plani-
icación estratégica y en él se puede apreciar la diferencia con la plani icación
convencional, normativa o indicativa; en esta, la imagen objetivo, en el media-
no plazo (5 años), es la situación futura que mantiene las tendencias históricas
como naturales, por lo que es una reproducción de la situación inicial, que no
genera desarrollo. La plani icación estratégica, en cambio, con un horizonte de
largo plazo, remueve las tendencias históricas perniciosas y promueve como
imagen objetivo, una situación deseada de la economía y de la sociedad en
general; esto implica que el plani icador se encuentra con una brecha entre lo
que sería la situación futura (sin desarrollo) y la situación deseada, por lo que
se plantea la gran interrogante de cómo cerrar esa brecha. La respuesta es la
formulación y la materialización de una estrategia, como lo esencial de la pla-
ni icación estratégica.

La estrategia se deslinda en políticas orientadas hacia objetivos y metas y tiene


como telón de fondo una concepción del mundo.

Por otra parte, la materialización de la estrategia se logrará con un conjunto


de proyectos sociales básicos a ejecutarse a lo largo del plan de desarrollo,
describiendo una trayectoria o itinerario que conducirá de la situación ini-
cial a la situación deseada. Uno de los proyectos sociales básicos, prioritario
para el caso de El Salvador, es el proyecto educativo que responda a la estra-

es, precisamente, propicio para concertar un pacto social, ni para consolidar el CES como un
organismo permanente con decisiones vinculantes; sólo cabe esperar que la nueva gesƟón
gubernamental se desarrolle en función del desarrollo humano y que el apoyo ciudadano haga
prevalecer el interés nacional sobre intereses espurios.
Población, educación y desarrollo en El Salvador 115

tegia de desarrollo; sin perder de vista la red de interrelaciones, algunas de


la cuales se han especi icado en este estudio: entre la educación y variables
sociodemográ icas.

En la realidad salvadoreña actual, llama la atención que, trascendiendo el pla-


zo quinquenal del plan, “el gobierno para el cambio” propone nueve apuestas
estratégicas hacia el 2024 avaladas por acuerdo del Consejo Económico y So-
cial (CES). Además, en el Plan Quinquenal se declara la decisión de “contribuir
a la de inición de una estrategia nacional de desarrollo”, de modo que —siendo
optimistas— las nueve apuestas estratégicas serían el punto de partida y las
orientaciones básicas para la formulación del plan estratégico de desarrollo de
largo plazo:
1. Construir una sociedad equitativa, incluyente y tolerante en donde exista la
equidad de género y en la que los derechos de toda la población, con especial
énfasis en los grupos en condiciones de vulnerabilidad, sean respetados.
2. Contar con una población sana, educada y productiva, que tenga la capaci-
dad y las oportunidades adecuadas para desarrollar plenamente sus poten-
cialidades y de convertirse en la base principal de nuestro desarrollo.
3. Tener vigente, en el marco del régimen de libertades que la Constitución de
la República establece, un modelo de crecimiento y de desarrollo integral,
sostenible, eϔiciente, equitativo e incluyente, basado en el ordenamiento y la
integración territorial y productiva interna, en el aumento de la producti-
vidad proveniente de la innovación, la tecnología y el conocimiento, en el
fortalecimiento del mercado interno, en la integración con el resto de Centro-
américa, y la profundización y diversiϔicación de las relaciones comerciales,
fomentando el dinamismo de un sector exportador diversiϔicado, consolidado
y competitivo.
4. Convertir a El Salvador en el líder de la integración centroamericana y en un
importante centro logístico y de servicios regionales.
5. Revertir el proceso de degradación ambiental y convertir a El Salvador en un
país ambientalmente ejemplar y, por consiguiente, con menos condiciones de
vulnerabilidad frente a los fenómenos naturales y a las acciones humanas.
6. Lograr la paz social y un ambiente de seguridad humana que favorezca la
cohesión social, el desarrollo económico equilibrado y la gobernabilidad de-
mocrática
7. Asegurar un régimen democrático consolidado, en el que tenga plena vi-
gencia el Estado de Derecho en todas sus expresiones, en el que la alter-
nancia en el ejercicio del poder político constituya un hecho normal, y en
el que cada persona ejerza los derechos establecidos en la Constitución de
la República en un marco de irrestrictas libertades y de responsabilidades
compartidas.
116 José Luis Argueta Antillón

8. Constituir un sector público responsable, eϔiciente, eϔicaz, moderno, descon-


centrado y descentralizado que brinde a la población servicios de calidad que
disponga de los recursos suϔicientes para cumplir de forma adecuada con las
atribuciones que le asigna la Constitución de la República y que cuente con un
sistema de rendición de cuentas diligente y transparente. La organización pú-
blica tendrá delimitada claramente las competencias del gobierno central y de
los gobiernos municipales
9. Situar a El Salvador como un actor político relevante en el ámbito internacio-
nal capaz de inϔluir de manera decidida en los destinos de Centroamérica y con
la suϔiciente credibilidad para que sus posiciones sean escuchadas, atendidas y
respetadas en los foros regionales e internacionales.49

De la forma cómo el gobierno logre sortear las di icultades y los escollos de un


complicado entorno local e internacional en crisis; pero sobre todo, de los com-
promisos del pueblo salvadoreño que garanticen la ejecución ininterrumpida de
un plan estratégico de desarrollo (con horizonte de 20 años o más), dependerá
que el país emprenda inalmente la ruta del desarrollo.

3. Planiϐicación de la educación

El contexto del presente trabajo no da para la formulación de una metodología


de plani icación de la educación, sin embargo, la intención es conjugar algunas
ideas que puedan ayudar a los plani icadores de la educación y a los responsa-
bles de la toma de decisiones políticas a integrar, en un plan estratégico global,
un plan sectorial de desarrollo de la educación. El aporte se limita a un juego de
indicadores pertinentes y útiles para diagnosticar, proyectar y monitorear el de-
sarrollo de la educación como determinante del desarrollo global sustentable50.

En el capítulo III, en ocasión de hacer una aproximación a las necesidades de


recursos humanos para el desarrollo humano sustentable, se han formulado al-
gunos indicadores referidos a la población económicamente activa (PEA), que
serían apropiados para efectos de diagnóstico, proyecciones y monitoreo o eva-
luación del desarrollo educativo. Hay que recordar que actualmente las mayores
potencialidades para el desarrollo se encuentran en el conocimiento que asimila
la población total de un país (PT), pero en particular, la población en edad de
trabajar (PET), de la cual es parte la población económicamente activa (PEA);
por eso es importante establecer cuáles son las tasas de participación.

49 Ver Plan Quinquenal del Gobierno de El Salvador 2010-2014, Segunda Parte, San Salvador, 30
de abril de 2010.
50 Los indicadores que se proponen conƟenen una información elaborada para poder estudiar un
fenómeno educacional, con sus impactos sobre el proyecto educaƟvo y el desarrollo en gene-
ral.
Población, educación y desarrollo en El Salvador 117

1. Tasa bruta de participación: TBP =

2. Tasa global de participación: TGP =

La tasa global de participación de la población económicamente activa, por


ejemplo, adquiere gran importancia porque re leja la ventaja de la transición
demográ ica; según la información del cuadro IV.2, la TGP se incrementó de
52.62 % en 2006 a 60.51 % en 2009, y continuará en esta tendencia en el
futuro. Para efectos de proyección, si bien con este incremento se cuenta con
un mayor potencial para el crecimiento del PIB, también es un reto para ge-
nerar mayores puestos de trabajo y, de ser posible, incrementar el coe iciente
de ocupación de la PEA, el cual ha caído en el mismo periodo 2006-2009, con
un aumento correlativo del coe iciente o tasa de desempleo de 6.6 % a 7.3 %,
según las expresiones de estos indicadores:

3. Coeϔiciente de ocupación:
Subíndices “o”: ocupación, “d”: desempleo

4. Coeϔiciente de desempleo:

Para medir la potencialidad de la PEA, según nivel educativo y periodo especí-


icos, se puede disponer de indicadores como el siguiente:

5 .Potencialidad productiva de la PEA =

El “x” grado puede ser sustituido por cursos, títulos o especialidades para co-
nocer o determinar la proporción de la PEA con ese potencial. Si se toma como
referencia la PEA ocupada en el numerador y en el denominador, se tendría un
indicador más realista y, podría conocerse o proyectarse los niveles de empleo
y desempleo, en cada caso.

En los indicadores relacionados con la PEA, aplicables para la plani icación o


análisis del desarrollo económico, está implícito el nivel educativo:

6. Productividad global de la PEA:

Para un conocimiento más preciso y especí ico se tendría que delimitar el nu-
merador como el denominador; si por ejemplo se trata de conocer la situación
o la evolución de la productividad de la mano de obra ocupada en el sector
agropecuario en un periodo determinado, la fórmula se podría presentar en
los siguientes términos:
118 José Luis Argueta Antillón

7. Productividad de la PEAoai: Productividad de la PEA ocupa-


da en el sector agropecuario en el año i

Pero la productividad de la PEA también está determinada por la cantidad y


calidad de los demás factores de producción utilizados y, por lo tanto, es preci-
so conocer esta realidad complementando los indicadores de potencialidad de
la PEA con indicadores que la relacionen con la dotación de medios de produc-
ción, tal es el caso del factor capital:

8. Dotación de capital de la PEA:

Este indicador se podría denominar como densidad de capital y está vinculado


a la productividad de la PEA, pues a mas K por unidad de mano de obra, ma-
yor productividad de esta. Aunque es deseable contar con un indicador como
este, no es fácil disponer del valor de la capacidad instalada de capital (K) en la
economía, pero podría obtenerse el valor del incremento ∆K en cada año, si se
adopta el supuesto de que la inversión neta de cada año se convierte en capital
en el siguiente año, es decir que:

INi = ∆Ki+1

Así se presentan dos alternativas: a) modi icar la expresión ∂ = alterando


su signi icado, o b) adoptar un supuesto de depreciación o vida útil de K, por
ejemplo 10 años, lo que permitiría estimar el valor de k por acumulación de
IN:

Ahora bien, importa tanto la cuantía del factor capital como su innovación, la
cual es determinada por los avances tecnológicos incorporados en los equipos,
las maquinarias, la infraestructura, etc. y se suele medir a través de la conocida
relación producto capital:

9. Relación producto capital: o su inverso: capital producto

En la práctica, por las razones de disponibilidad de información ya referidas,


se recurre a la versión marginal:

10. Relación marginal producto capital:

Donde el incremento de la capacidad instalada de capital de un año i es igual a


la inversión neta del año anterior: ∆Ki = INi-1
Población, educación y desarrollo en El Salvador 119

Debe tenerse en cuenta que todas las ecuaciones y las variables podrían refe-
rirse a sectores, regiones y periodos determinados.

Para visualizar la aplicación en la plani icación del desarrollo se puede recu-


rrir a los indicadores que se relacionan con el PIB como el No. 6:

Si se trata de proyectar el PIB para un año determinado: PIBi = βPEAi

De la misma manera se pueden despejar los requerimientos de recursos pro-


ductivos, fuerza de trabajo o de capital, conociendo los valores de los índices
de de productividad, los cuales pueden ser constantes o variables, según las
previsiones de los plani icadores en determinados periodos.

3.1. Indicadores para evaluación de la educación

Para las etapas especí icas de diagnóstico, proyección y evaluación o moni-


toreo de la educación básica se proponen, a vía de ejemplo, algunos indica-
dores:

11. Tasa neta de admisión =

Este es un indicador que mide la capacidad del sistema educativo para captar
niños de 6 años en la educación básica; es de interés estratégico para la pla-
ni icación, en razón que implica la proyección de recursos para maximizar la
cobertura de la población de 6 años y para la atención de los niveles sucesivos
de educación, según las proyecciones de desarrollo de la educación y los re-
querimientos de recursos humanos para el desarrollo.

Este indicador se complementa con uno que mida la proporción de los alum-
nos matriculados en la edad normal de 6 a 12 años:

12. Tasa neta de escolarización =

Este indicador se corresponde con el segundo de los seis objetivos de la educa-


ción para todos (EPT), la universalización de la enseñanza primaria, lo que
signi ica que debiera tender al 100%.

Los otros tres objetivos cuanti icables de la EPT son: i) la alfabetización de los
adultos, ii) la paridad entre los sexos y iii) la calidad de la educación.

En las tasas de admisión y escolarización se pueden ocultar situaciones de


ine iciencia que de hecho existen en el sistema actual, como la deserción, la
120 José Luis Argueta Antillón

repetición de grado, la edad mayor o menor a la o icial, la sobrepoblación por


aulas, la baja proporción docente/alumno, que son determinantes en la cali-
dad de la educación. Estas situaciones se diagnosticarían y se evaluarían con
indicadores como el siguiente:

13. Tasa de repetición =

Estos indicadores referidos al sistema educativo del país se elaborarían a nivel


nacional, departamental, por ciudades principales y por sexo, procurando las
siguientes características:

Que tengan pertinencia, capacidad para resumir la información sin deformar-


la, su carácter coordinado y estructurado, su precisión y comparabilidad; todo
lo cual permitirá ponerlos en relación con otros indicadores para efectuar aná-
lisis diagnósticos y evaluativos del sistema, pero también para proyectar el de-
sarrollo del sistema educativo como elemento esencial del desarrollo humano
sustentable.

Ese objetivo último es la empresa más compleja de una sociedad que requiere
de diversos enfoques, condiciones y aportes, algunos de los cuales son ponde-
rables y suelen representarse en modelos operativos.

4. La senda del desarrollo

El presente trabajo se ha desarrollado modestamente alrededor de determi-


nadas variables sociodemográ icas en el contexto del estado del desarrollo
nacional, sugiriendo en algunos temas conclusiones y propuestas orientadas
a contribuir en la superación de determinadas situaciones negativas. En el grá-
ico VII.2 se han representado algunos elementos que podrían revertir tales
situaciones como las que persisten en los que se han denominado como cír-
culos perniciosos. En contraste, se trata de ilustrar lo que se ha llamado un
laberinto virtuoso del desarrollo tratando de proyectar la idea simpli icada de
los complejos itinerarios del desarrollo; y es que la diversidad de problemas,
obstáculos y limitaciones de nuestras realidades plantean un verdadero pere-
grinar hacia el desarrollo. Por suerte, la crisis económica y social que sufre el
país ha comenzado a develar los errores, las laquezas y las de iciencias de los
modelos y políticas que han perpetuado el subdesarrollo.

Por suerte también, ha comenzado a surgir conciencia sobre las claves que a
futuro pueden abrir la senda del desarrollo, en un escenario de concertación
nacional. El más importante desa ío que enfrenta el país en estos momentos
y en los próximos años es la transformación del modelo de desarrollo con
Población, educación y desarrollo en El Salvador 121

el objetivo de construir una Nación que combine el crecimiento económico


sostenido con mayores niveles de justicia social.

Al respecto, ya no cabe ninguna duda que la educación, la ciencia y la tecno-


logía jugarían un papel determinante en este deseable proceso de desarrollo
y, en consecuencia, se propone la formulación de un plan estratégico de desa-
rrollo con un horizonte de 20 o más años, colocando en el núcleo del mismo el
proyecto de desarrollo de la educación, la ciencia y la tecnología.

La optimización de la cobertura educativa, tanto en términos cuantitativos y —


especialmente— en los cualitativos, elevará sustancialmente la capacidad de
agregar valor del trabajo cali icado de la población y de la capacidad de inno-
var y crear ciencia y tecnología propias, para convertirse en el factor principal
del crecimiento.

Por otra parte, en una sociedad caracterizada por la creciente importancia que
adquiere el conocimiento, la democratización de su gestión y distribución, así
como la función social de su aplicación, se transforman en estrategias claves
para favorecer la participación igualitaria de todas las personas.

Gráϐico VII.2:
El laberinto virtuoso del desarrollo

Inversión Menores Transicion


en tasasde demográ
educación fecundidad
fica

Mayor
Mejores
Proyecto capacida
condicio
educativo d
nessocia
ydeCYT productiͲ
les
va

Aumento
Optima Enla
productiv
cobertura sendadel
idadde
educativa desarrollo
laPEA

Fuente: Diseño propio


122 José Luis Argueta Antillón

En la secuencia del grá ico VII.2 se parte de un incremento plani icado de la


inversión pública (y privada) en educación, para inanciar un proyecto educa-
tivo con objetivos y metas de desarrollo cientí ico y tecnológico. Una condición
para el éxito del proyecto estaría en optimizar la cobertura del sistema edu-
cativo por niveles y por regiones, aumentado así la productividad de la pobla-
ción económicamente activa y los ingresos de los hogares; a mayores niveles
educativos y mejores condiciones socioeconómicas, se registrarán menores
tasa de fecundidad, a la par de menores tasas de mortalidad y de migración.
Al mantenerse estas dinámicas sociodemográ icas, la estructura de la pobla-
ción se transforma, consolidándose la denominada transición demográ ica y
el “bono demográ ico” que representa un incremento del potencial productivo
de la población, a la par de una disminución en el gasto en la economía, por
la reducción de la población dependiente (de 0-15 y 65 y más años de edad).
Estas condiciones demográ icas permitirían constantes aumentos del ahorro
nacional y de la inversión pública, agregadas a los niveles sostenidos de la in-
versión por el crecimiento económico.

Este es un esquema muy sintético de la senda del desarrollo, cuyo recorrido


debe ser sistematizado a través de la plani icación estratégica, a in de que los
cambios como el de la educación generen una dinámica acumulativa de creci-
miento armónico entre variables económicas, sociales, demográ icas, políticas
y medioambientales. Solo así se puede hablar de un país en desarrollo.
Población, educación y desarrollo en El Salvador 123

ANEXO ESTADÍSTICO

Anexo 1
El Salvador: Población censada, por área y sexo, según año censal
124 José Luis Argueta Antillón

Anexo 2
El Salvador: Dinámica poblacional proyectada, 1950 –2010

Fuente: Digestyc, Proyecciones y esƟmaciones de Población.


Población, educación y desarrollo en El Salvador 125

Anexo 3
Tasas de natalidad, mortalidad, tasas netas de migración y tasas medias
anuales de crecimiento (por mil habitantes), 1950-2050

Fuente: Digestyc, Proyecciones de población.

Anexo 4
El Salvador: Defunciones proyectadas, 1950-2010

Fuente: Digestyc, Proyecciones de población.


126 José Luis Argueta Antillón

Anexo 5. Estimación de saldos netos migratorios

Fuente: Cuadro 27, Pg. 53, Censo Población 2007.

Anexo 6. Migración interna por departamentos según VI Censo


de Población 2007

Fuente: Ministerio de Economía-Digestyc, VI Censo de Población 2007.


Población, educación y desarrollo en El Salvador 127

Anexo 7. El Salvador: Migración interna

Fuente: Ministerio de Economía, Digestyc, Censo de Población 2007.

Anexo 8. Tendencias de las tasas especíϐicas de fecundidad por edad


(por 1000 mujeres)

Fuente: Fesal 2008, Asociación Demográfica Salvadoreña, Octubre, 2009.


Los periodos corresponden a las encuestas Fesal correspondientes
( ) Tasas truncadas parcialmente.
128 José Luis Argueta Antillón

Anexo 9.
Tasas de mortalidad en menores de 5 años (0-4) por edad al morir y
características seleccionadas

Fuente: Tabla 11.4 de Fesal-2008.


Población, educación y desarrollo en El Salvador 129

Anexo 10.
Productores agropecuarios censados Años 1971/2007

Fuente: IV Censo Agropecuario 2007-2008 y III Censo Agropecuario 1971.

Anexo 11. Crédito a los productores agropecuarios según fuente de


recursos, año 2007

Fuente: IV Censo Agropecuario 2007-2008.


130 José Luis Argueta Antillón

Anexo 12
El Salvador: Características e indicadores de los hogares
Total País Urbano
Población, educación y desarrollo en El Salvador 131

Fuente: Ministerio de Economía, Dirección General de EstadísƟca y Censos. Encuesta de Hogares


de Propósitos MúlƟples, 2009.
132 José Luis Argueta Antillón

Anexo 13
El Salvador: Características e indicadores de los hogares
Total País Rural
Población, educación y desarrollo en El Salvador 133

Fuente: Ministerio De Economía, Dirección General de EstadísƟca y Censos. Encuesta de Hogares


de Propósitos MúlƟples, 2009.
134 José Luis Argueta Antillón

Anexo 14.
El Salvador: Tasas bruta y global de participación de la PEA

Fuente: Digestyc, VI Censo de Población 2007.


Nota: Las cifras de los años de 2007 a 2009 se han obtenido por extrapolación.
Población, educación y desarrollo en El Salvador 135

Anexo 15
El Salvador: Tasas de participación según censos de 1950 a 2007

FUENTE: Ministerio de Economía. Dirección General de EstadísƟca y Censos (Digestyc).

Anexo 16

Fuente: Ministerio de Economía – Digestyc.


136 José Luis Argueta Antillón

Anexo 17
Categoría ocupacional

Fuente: Ministerio de Economía, Dirección General de EstadísƟca y Censos. Encuesta de Hogares


de Propósitos MúlƟples, 2009.
Población, educación y desarrollo en El Salvador 137

Anexo 18
El Salvador: Escenario macroeconómico, 2009-2011
(US$ millones y % variación)

Fuente: Ministerio de Hacienda, FMI, BCR.

Anexo 19.
Aproximación a la productividad de la PEA

Fuente: Elaborado con información de BCR, Digestyc y EHPM


PEAo: Población económicamente acƟva ocupada, PIB en millones de US$.
138 José Luis Argueta Antillón

Anexo 20
El Salvador: Perϐil profesional de la población
Población, educación y desarrollo en El Salvador 139

Fuente: Digestyc, VI Censo de Población y Vivienda.


140 José Luis Argueta Antillón

Anexo 21.
El Salvador: Asistencia a centros de educación formal
Población, educación y desarrollo en El Salvador 141

Anexo 22.
El Salvador: Estructura de la población por edad y sexo, 2007
142 José Luis Argueta Antillón

Anexo 23.
El Salvador: Estructura de población, Censo 1961
Población, educación y desarrollo en El Salvador 143

Anexo 24.
El Salvador: Estructura de la población por edad y sexo, 2007

Anexo 25
El Salvador: Tasas de analfabetismo de población de 10 años y más por
sexo, área de residencia y departamento, Censo 2007

Fuente: Digestyc, VI Censo de Población 2007.


Población, educación y desarrollo en El Salvador 145

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Periódico La Prensa Grá ica, varias fechas, San Salvador, El Salvador.

Periódico Colatino, varias fechas, San Salvador, El Salvador.


Este libro se terminó de imprimir en
la Imprenta de la Universidad de
El Salvador, en mayo de dos mil doce.
San Salvador, El Salvador, C.A.

Cantidad 1,000 ejemplares

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