SONIDOS
Y ALGUNAS DE
SUS MAS
INTERESANTES
Y MODERNAS
APLICACIONES.
LEOPOLDO MUZZIOLI
L O S
U L T R A
S O N I D O S
y algunas de sus más
interesantes y modernas
aplicaciones
UNIVERSIDAD DE CONCEPCION
PUBLICACION PATROCINADA POR
EL CONSEJO DE INVESTIGACIONES
CIENTIFICAS DE LA UNIVERSIDAD
DE C O N C E P C I O N (CHILE)
4
de un desarrollo de carácter simplemente informativo y de
divulgación, no he pretendido presentar un cuadro comple-
to y acabado del estado actual del mundo ultinsonoro. Sin
embargo, espeto que este trabajo podrá, por lo menos, hacer
vislumbra)- cómo se pudieron superar las notables dificulta-
des científicas y técnicas y realizar las múltiples aplicacio-
nes que tienen los ultrasonidos en el estado actual d,e la
ciencia y de la técnica, sea en la física como en la química,
en la físico-química, en la metalurgia, en la técnica en ge-
neral, en la biología y medicina.
Deseo agradecer vivamente al profesor Don David
Stitchkin B., Magnífico Rector de la Universidad de Con-
cepción, porque no sólo me aconsejó e indujo a modificar
la redacción de las conferencias que dicté por encargo de la
Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, según una nue-
va recopilación apta para formar un todo orgánico para ser
publicado como libro, sino también porque contribuyó enor-
memente con su autorizada acción, para su publicación.
Deseo además agradecer vivamente al Honorable
Consejo de Investigación Científica de la Universidad de
Concepción y en particular al señor Secretario General de-
dicho organismo, el distinguido colega y amigo Prof. Don
César Fighctti S., por haber acordado el financiamiento pa-
ra la publicación de esta obra.
Deseo agradecer en fin, a los señores profesores Alex
Trautmann y Adolfo Sickinger, por su valiosa ayuda en la
corrección de las pruebas.
Dr. Ing. Leopoldo Muzzioli A.
Director del Instituto Central
d e F í s i c a Experimental y T e ó r i c a
Universidad de Concepción (Chile)
Introducción
7
En estos casos se provocan en los puntos del medio don-
de se propaga el infrasonido (por ejemplo, aire) oscilaciones (va-
riaciones) de presión bastante débiles.
Sin embargo se producen a veces infrasonidos de des-
arrollo lento pero intensísimo.
TABLA 1
SONIDOS :
Sonidos b a j o s de 16 Hz a 160 Hz
AUDIBLES Sonidos medios de 160 Hz a 1.600 Hz
Sonidos agudos de 1.600 Hz a 16.000 Hz
ULTRASONIDOS :
8
En efecto, para cada frecuencia existe un valor mínimo
de intensidad por debajo del cual el oído no puede captar el
sonido correspondiente; además para cada frecuencia se tiene
un valor límite máximo para la intensidad, superado el cual se
tiene una sensación doloroso.
TABLA 2
VELOCIDAD DE PROPAGACION
- MEDIO DE PROPAGACION
m . seg-1 km . hora-1
LIQUIDO
1.440 5.184 agua (10? C.)
1.484 5.342 agua (21? C.)
1.200 4.320 alcohol metílico
1.530 5.508 cloruro de sodio (solución 15%)
SOLIDO
5.000 18.000 fierro
5.105 18.378 aluminio
3.480 12.528 latón
2.700 9.720 plata
1.300 4.680 plomo
40 144 goma
9
Los sonidos audibles o no audibles se propagan en los
gases y en los líquidos bajo forma de ondas elásticas longitu-
dinales; en los sólidos se tienen también ondas transversales.
La velocidad de propagación depende del medio donde
los sonidos se propagan:
a) para los gases depende de la presión del gas, de su
densidad y de la relación entre el calor específico a
presión constante y a volumen constante (2);
b) para los líquidos depende de la densidad y de su co-
eficiente de compresibilidad (3);
c) para los sólidos depende del módulo de elasticidad y
de la densidad (4).
La velocidad de propagación depende, en general, tam-
bién de la temperatura y de varias otras magnitudes físicas ca-
racterísticas del medio.
Como datos de orientación, creemos oportuno exponer
los valores aproximados de la velocidad de propagación de los
sonidos en algunos gases, líquidos y sólidos, indicados en la
Tabla 2.
Después de estas premisas, referentes a los sonidos en
general, entremos ahora en el mundo de los ultrasonidos y de
sus aplicaciones, tema de este trabajo.
10
(di*01 • a»' )
fOOOO
1000
K
0,01 a Principio de Audibilidad
Q001
qooo 1
V? 10' 2 1.0» 5 »' f ¡Hertz)
FIGURA 1
100 Km
FIGURA 2
mente para conseguir una mejor comprensión de las múltiples
aplicaciones de los ultrasonidos, sino también para formarse una
primera idea de este mundo ultrasonoro que, como veremos,
corresponde a uno de los más fascinantes campos explorados
por la ciencia y la técnica moderna.
I.—Con las altas frecuencias, es decir, con las frecuen-
cias muy elevadas con respecto a las de la acústica ordinaria,
se tienen longitudes de onda bastante pequeñas debido a la
conocida relación según la cual la longitud de onda es igual a
la velocidad de propagación partida por la frecuencia (5).
Por ejemplo, un sonido audible de frecuencia 343 Hz,
tiene en el aire una longitud de onda de 1 metro; en cambio un
ultrasonido de 343 M Hz tiene una longitud de onda de 1/1000
de milímetro.
En el agua, con las mismas frecuencias, los valores apro-
ximados de las longitudes de onda serían respectivamente 4 me-
tros y 4/1000 de milímetro.
Consecuencia importantísima de las pequeñas longitu-
des de onda, es la dirigibilidad en la propagación de los ultra-
sonidos, dirigibilidad que no tienen los sonidos de la acústica
ordinaria, debido a su gran longitud de onda, y que para los
ultrasonidos se realiza en forma tanto más notable cuanto más
pequeña es la longitud de onda con respecto a las dimensiones
de la fuente ultrasonora (6).
Con los ultrasonidos se tiene, por lo tanto, la posibili-
dad de concentrar la energía ultrasonora en un cono de aber-
tura muy pequeña, es decir, en un haz prácticamente cilindrico.
Por otra parte, si un dispositivo receptor de los ultrasonidos, de
dimensiones relativamente grandes en relación a la longitud de
onda, es oblicuo con respecto a la dirección de propagación,
los diferentes puntos de su superficie no captarán en el mismo
instante vibraciones idénticas y, restándose el efecto producido
en un punto con el efecto producido en otro, el receptor recibi-
rá un efecto total nulo.
Por consiguiente, debido a la dirigibilidad en la propa-
gación de los ultrasonidos de onda corta será posible determi-
nar la dirección exacta desde la cual proviene el haz ultraso-
noro orientando oportunamente el receptor, esto es, poniendo su
superficie en dirección perpendicular al haz ultrasonoro.
Los generadores ultrasonoros realizables en el estado
actual de la ciencia y de la técnica, pueden tener una frecuen-
cia elevadísima y una notable potencia; es posible, por lo tanto,
dirigir en una dirección determinada una enorme energía que
11
puede provocar fenómenos y efectos que con los generadores de
la acústica ordinaria ni podían preveerse.
Además, se puede notar que con los ultrasonidos de
alta frecuencia, debido a sus pequeñas longitudes de onda, se
tiene la posibilidad de experimentar en condiciones muy próxi-
mas a las de la óptica, sea geométrica o física, pudiéndose con
un haz ultrasonoro obtener, por ejemplo, los fenómenos de re-
flexión, refracción y difracción guiados por leyes del mismo tipo
de las correspondientes a la luz.
A pesar de tratarse de fenómenos de naturaleza com-
pletamente diferente, nos parece que se puede decir que para los
ultrasonidos se verifica algo semejante a la propagación de las
ondas radio cortas en comparación con las ondas medias y lar-
gas. En efecto, se sabe muy bien que solamente con las ondas
cortas es posible transmitir a grandes distancias (por ejemplo
de Europa a América o viceversa). Las antenas reflectoras de
las ondas radio a haz deben tener dimensiones del orden de
magnitud de las longitudes de onda; y solamente con las ondas
cortas es posible satisfacer esta condición.
II.--La intensidad de la radiación, correspondiente a las
altas frecuencias (a paridad de amplitud de vibración) es mu-
cho mayor que la intensidad correspondiente a las bajas fre-
cuencias, es decir, a las frecuencias de los sonidos de la acús-
tica ordinaria.
En efecto, dado que se puede demostrar que la inten-
sidad de una radiación es proporcional al cuadrado de la fre-
cuencia, se pueden obtener radiaciones de notable intensidad
aún con pequeñísimas amplitudes de vibración, siempre que se
aumente convenientemente la frecuencia (7).
Para dar una idea de las notables energías que se pue-
den desarrollar con los ultrasonidos de alta frecuencia nos pare-
ce interesante exponer los datos siguientes: en el estado actual
de la ciencia y de la técnica, se pueden realizar fácilmente ge-
neradores ultrasonoros capaces de emitir potencias de 20 W/cm2;
en cambio un cañón de calibre mediano emite una potencia so-
nora que es del orden de 1/1000 de W/cm2.
En otros términos, la potencia ultrasonora por unidad de
superficie, en este caso, es 20.000 veces más grande que una de
las mayores potencias sonoras conocidas.
Puede ser interesante añadir que, por ejemplo, un vio-
lín tocado despacio emite una potencia total de 4/1.000.000 de
W, un piano tocado muy fuerte 0,4 W y una orquesta de 75
ejecutores que toca un "fortísimo" emite (como máximo) una
potencia total de 70 W.
12
¿No es asombroso que un pequeño generador de ultra-
sonidos a cuarzo de 10 cm2 de superficie pueda emitir en cam-
bio una potencia total de 200 W?
III.—En correspondencia a una determinada amplitud de
vibración el valor máximo de la velocidad de dicha vibración
aumenta muy rápidamente con la frecuencia (8).
IV.— Con el aumento de la frecuencia aumenta también
notablemente el valor máximo de la aceleración de vibración (9).
A título de información podemos notar que las partícu-
las de un medio donde se propagan ultrasonidos adquieren, en
general, aceleraciones de vibración enormes, que pueden alcan-
zar muy a menudo valores 100.000 veces el valor de la acelera-
ción de gravedad.
V.-—Si una onda ultrasonora de alta frecuencia se pro-
paga en un líquido, la presión en un punto del líquido puede
subir notablemente, mientras que en otro punto a la distancia
de algunos milésimos de milímetro del primero, la presión dismi-
nuye en igual medida; y lo que es aun más interesante señalar,
es que estas variaciones de presión en puntos tan cercanos se
verifican en un tiempo que puede ser cientos de veces menor que
un millonésimo de segundo.
Las consideraciones generales sintetizadas en las cinco
características anteriormente expuestas, y que a nuestro juicio
pueden considerarse fundamentales para la interpretación del
comportamiento y de los efectos de los ultrasonidos, pueden re-
sumirse en la siguiente forma:
1'- Dirigibilidad de los ultrasonidos debido a su peque-
ña longitud de onda en relación a las dimensiones de las fuen-
tes ultrasonoras.
2" Elevado valor de la energía emitida por una fuente
ultrasonora debido a su alta frecuencia.
3" Valores máximos de la velocidad de vibración muy
notables.
49 Valores máximos de la aceleración de vibración
enormes.
5? Grandes variaciones de presión entre puntos muy
vecinos del medio donde se propagan los ultrasonidos y que se
verifican en un intervalo de tiempo extremadamente pequeño.
Estas consideraciones tienen, sin embargo, un carácter
evidentemente cualitativo y de simple orientación.
En efecto, las ondas ultrasonoras pueden tener frecuen-
cias muy diferentes en el campo de la extendida gama de las
13
bajas, medias y altas frecuencias exploradas al estado actual de
la ciencia y de la técnica, así que caso por caso deberá preci-
sarse y calcularse cuantitativamente lo que simplemente hemos
señalado en forma cualitativa.
Como ejemplo de estas precisaciones t e n e m o s en
Fig. 2 un gráfico donde se pueden apreciar los valores de las
longitudes de onda en función de las frecuencias para diferen-
tes medios de propagación.
Después de estas premisas, y antes del desarrollo de las
aplicaciones científico-técnicas de los ultrasonidos, es evidente-
mente oportuno hablar de los generadores ultrasonoros, es de-
cir, de los dispositivos técnicos aptos para transformar una de-
terminada energía en energía ultrasonora, llamados actualmen-
te "transductores" ultracústicos o ultrasonoros.
14
CAPITULO PRIMERO
TRANSDUCTORES. CONCENTRADORES,
LENTES Y REVELADORES ULTRASONOROS
VISUALIZACION DE LOS ULTRASONIDOS
TRANSDUCTORES ULTRASONOROS
USADOS ACTUALMENTE EN LAS APLICACIONES
CIENTIFICAS Y TECNICAS
15
Como se verifica muy a menudo en las realizaciones
técnicas, cada uno de estos transductores tiene ventajas y des-
ventajas que lo hacen más apto para determinadas utilizacio-
nes y menos apto para otras.
Por ejemplo, los transductores a), b), c), d) sirven sola-
mente para irradiar ultrasonidos en los gases; los del tipo e)
sirven solamente para los líquidos; mientras que los transducto-
res f), g), h), i) pueden utilizarse para la propagación de los
ultrasonidos en los gases, líquidos y sólidos. El desarrollo com-
pleto del estudio del funcionamiento de todos estos transducto-
res llevaría demasiado tiempo, así que, tomando en cuenta tam-
bién el carácter simplemente informativo de este trabajo, cree-
mos oportuno desarrollar en forma completa solamente el fun-
cionamiento del tipo a cuarzo que, por sus características es,
quizás, uno de los más interesantes e importantes.
Los transductores a cuarzo aprovechan el efecto piezo-
eléctrico. El descubrimiento de la piezoelectricidad, que es una
de las varias maneras conocidas en el estado actual de la cien-
cia y de la técnica, para obtener separación de cargas eléctricas,
se debe a dos sabios franceses Pedro y Jaime Curie.
En base a consideraciones puramente teóricas sobre la
simetría de los sistemas cristalinos, pusieron en evidencia el fe-
nómeno piezoeléctrico que (como es sabido) ha dado lugar a apli-
caciones técnicas muy interesantes y de importancia notable.
En efecto, aprovechando este fenómeno, no solamente
es posible producir ultrasonidos, sino que el cuarzo piezoeléc-
trico es uno de los dispositivos más importantes para la estabi-
lización de las emisiones radiofónicas, para la selectividad de
las transmisiones telefónicas múltiples, etc.
La piezoelectricidad es un ejemplo maravilloso de la in-
fluencia en la técnica y en la vida diaria de trabajos puramente
teóricos y especulativos de los hombres de ciencia.
La piezoelectricidad fue descubierta para el cuarzo, pe-
ro también otros cristales, como por ejemplo, el tartrato de po-
tasio y sodio (Sal de Seignette), el fosfato de rubidio, el silicato
de zinc, el fosfato de cesio, etc., gozan de esta propiedad.
LJn cristal de cuarzo (Fig. 3 a) se presenta bajo forma
de un prisma exagonal con dos pirámides exagonales. El eje 00'
es un eje de simetría ternaria y se denomina eje óptico del cristal.
Si se corta la parte prismática del cristal, con dos planos
P y P' perpendiculares al eje óptico, se obtiene un prisma exa-
gonal ABC A'B'C' (Fig. 3 b).
Los tres ejes AA', BB', CC', son ejes de simetría binaria
y se denominan ejes eléctricos del cristal.
16
FIGURA 3
ff* Eléctrico
A'
, 1t 1 1,
Dí/erlo de ihdrenn 1 b
HH í
[tceto de Ílectrontí
1, / h
11 t f
A
A'
, 11 t P
hceio de Electrones 1 b
Defecto de Electrones
1 1 11
A
FIGURA 13
Cortemos ahora el prisma exagonal con dos planos per-
pendiculares a uno de los tres ejes eléctricos; por ejemplo al eje
AA'. Se tendrá una lámina paralelepípedo MM' NN' (Fig. 3 c).
Es esta lámina paralelepípedo la que tiene las propie-
dades piezoeléctricas. En efecto, si se coloca esta lámina entre
dos armaduras metálicas S y S' (Fig. 4 a) unidas a un electró-
metro E, y se comprime mecánicamente el cuarzo Q, el elec-
trómetro indica que las dos armaduras metálicas se han carga-
do eléctricamente. Una armadura se ha cargado positivamente,
la otra negativamente.
Si en vez de actuar sobre el cuarzo por compresión se
actúa por tracción, el electrómetro indica siempre una desvia-
ción, pero de sentido contrario (Fig. 4 b). Una tracción da ori-
gen a cargas de signo opuesto a las correspondientes a una
compresión.
Dada la trascendental importancia que tiene el fenóme-
no piezoeléctrico en la moderna técnica de los ultrasonidos, es
quizás conveniente profundizar un poco más el estudio de dicho
fenómeno, tratando de explicar (y lo haremos en la forma más
simple y elemental posible) las razones por las cuales este fe-
nómeno (tan extraño y sin embargo tan interesante) se verifica
en la naturaleza.
Para comprender la íntima esencia de la piezoelectrici-
dad es necesario partir de la estructura del cristal de cuarzo
que corresponde (como se sabe) a Sílice cristalizada. La molé-
cula de Sílice está formada por la combinación de un átomo de
Silicio con dos átomos de Oxígeno.
El átomo de Silicio es el átomo N9 14, constituido por
un núcleo y 2 + 8 + 4 = 14 electrones superficiales (Fig. 5 a).
El átomo de Oxígeno es el átomo N9 8, constituido por
un núcleo y 2 + 6 = 8 electrones superficiales (Fig. 5 b).
En el cuarzo (o sea Sílice cristalizada) los dos átomos
de Oxígeno y el átomo de Silicio (Fig. 6) se unen de manera
tal que cada átomo resulta rodeado de dos electrones y de una
capa periférica de ocho electrones. Como se ve en la figura, el
átomo de Silicio cede sus cuatro electrones externos a los dos
átomos de Oxígeno, de manera que cada átomo de Oxígeno re-
sulta con ocho electrones periféricos en vez de los seis que tiene
normalmente. En la figura está representado también el eje eléc-
trico correspondiente al eje A A' perpendicular a las caras MN y
M'N' de la Fig. 3.
Ahora bien, es el electrón E, indicado en la figura, el
que representa un papel substancial en el efecto piezoeléctrico.
Este electrón, estando relativamente lejos de los tres
centros de atracción constituidos por los tres núcleos atómicos
17
positivos, es relativamente libre de moverse, y puede desplazar-
se por efecto de acciones exteriores, también de tipo mecánico.
Por esta razón, una compresión o una tracción en la
dirección de un eje eléctrico, hace desplazar los electrones E en
un sentido o en sentido contrario, dando lugar a una electriza-
ción en las caras de la lámina piezoeléctrica de cuarzo.
Por efecto de una compresión, una de las caras tendrá
una exceso de electrones (carga negativa) y la otra un defectc
de electrones (carga positiva). Una tracción producirá el efecto
contrario.
La Fig. 7 representa la disposición de las moléculas de
Sílice de un cristal de cuarzo, en una sección perpendicular al
eje óptico.
Se ve que estas moléculas poseen tres orientaciones
diferentes.
Las moléculas indicadas con 1, tienen la misma orienta-
ción de la molécula representada por la figura precedente; el
conjunto de las moléculas 1 generan el eje eléctrico AA' de Fig. 3.
Las moléculas indicadas con 2 son como las 1, pero gi-
radas 120? en sentido contrario a los punteros del reloj, dando
lugar a otro eje eléctrico.
• Las moléculas 3 son como las 2, giradas en el mismo
ángulo y en el mismo sentido, y establecen el tercer eje eléctrico.
El cristal de cuarzo contiene pues un sinnúmero de mo-
léculas de Sílice, todas iguales, pero orientadas según tres di-
recciones diferentes.
Estas tres direcciones constituyen los tres ejes eléctricos
del cristal y es precisamente según estos ejes que se verifica el
fenómeno piezoeléctrico.
Después del descubrimiento del efecto piezoeléctrico di-
recto, otro físico francés, Lipmann, puso en evidencia la existen-
cia del fenómeno inverso.
Pongamos la lámina de cuarzo Q entre las dos armadu-
ras metálicas S y S', y establezcamos entre ellas una diferencia
de potencial, por medio (por ejemplo) de una batería E.
Con el microscopio M se podría constatar que el espe-
sor de la lámina aumenta (Fig. 8).
Si por medio del conmutador I cambiamos el sentido de
la tensión E, se puede observar que en este caso el espesor de
la lámina disminuye.
Sin embargo, es oportuno señalar que en realidad las
deformaciones son pequeñísimas, y se necesitan aparatos espe-
ciales aptos para amplificarlas y poderlas observar.
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FIGURA 6
FIGURA 7
Las consideraciones precedentes relativas al fenómeno
piezoeléctrico directo, pueden aprovecharse para comprender la
íntima esencia del efecto inverso; por esta razón no creemos con-
veniente alargarnos en ulteriores explicaciones.
Parece en cambio oportuno resumir en forma sintética
los dos fenómenos, para poder seguir con mayor provecho el
desarrollo de nuestro estudio.
Una lámina de cuarzo sometida a tracción o a compre-
sión, se polariza eléctricamente; esto es, se generan, en las ca-
ras del cristal, perpendiculares a un eje eléctrico, cargas opues-
tas; recíprocamente una lámina de cuarzo sometida a un cam-
po eléctrico de orientación paralela a un eje eléctrico, se dilata
o se contrae según la dirección del campo.
Otro físico francés, Pablo Langevin, tuvo la genial idea
de estudiar la posibilidad de aprovechar el fenómeno piezoeléc-
trico, para producir ultrasonidos.
Si en vez de aplicar a las armaduras metálicas SS' del
cuarzo Q una tensión continua, se aplica una tensión alterna, la
lámina continuará dilatándose y contrayéndose, esto es, oscilará
con una frecuencia igual a la de la tensión alterna aplicada.
En otros términos, cada cara de la lámina vibrará y emi-
tirá un ultrasonido, si la frecuencia de la tensión aplicada es su-
ficientemente elevada.
Parece entonces que el cuarzo es un transductor que
resuelve en forma brillante el problema técnico de la transfor-
mación de tensiones alternas de alta frecuencia (muy fáciles de
obtener al estado actual de la técnica electrónica) en vibracio-
nes elásticas aptas para producir ultrasonidos.
Sin embargo, antes de establecer si el cuarzo podrá uti-
lizarse como generador de ultrasonidos, será necesario conocer
el orden de magnitud de las oscilaciones piezoeléctricas.
Si estas oscilaciones resultaran demasiado pequeñas, evi-
dentemente el fenómeno piezoeléctrico no podría utilizarse.
Es el control normal que el técnico debe siempre hacer
para decidir si es o no posible la utilización práctica de un fe-
nómeno físico nuevo.
Antes de Langevin ya los físicos y los técnicos presen-
ciaron un maravilloso ejemplo de pasaje de la ciencia teórica y
experimental a la aplicación técnica; me refiero al pasaje desde
el descubrimiento y la previsión de la realidad de las ondas
electromagnéticas, hecho por Maxwell con su teoría electromag-
nética de la luz, (ejemplo casi pavoroso de lo que puede la ge-
nialidad humana en una expresión puramente especulativa y
teórica) hasta la verificación experimental hecha por Hertz y la
19
maravillosa realización técnica de las radiocomunicaciones he-
cha por Marconi.
Creemos, por lo tanto, interesante exponer el desarrollo
(diríamos histórico) referente a nuestro caso, porque correspon-
de (a nuestro parecer) a otro de los más característicos ejem-
plos del esfuerzo y, séame permitida la palabra, del tormento,
necesarios para trasladar un fenómeno físico, descubierto por
efecto de puras especulaciones teóricas e investigaciones cientí-
ficas experimentales, en el campo de las aplicaciones técnicas.
El estudio experimental del fenómeno piezoeléctrico, ha
demostrado que la dilatación o la contracción, o mejor dicho, el
aumento o la disminución de espesor de la lámina de cuarzo
según la dirección del eje eléctrico, es proporcional a la tensión
eléctrica aplicada; y precisamente, si la variación de espesor se
mide en centímetros y la diferencia de potencial en Volt, el co-
eficiente de proporcionalidad es 0.216 milmillonésimos (10).
Si por ejemplo se aplica a las armaduras metálicas de
cuarzo una tensión relativamente grande, de 10.000 Volt, resulta
una dilatación o contracción del orden de magnitud de 2 millo-
nésimos de centímetro.
Se trata, por lo tanto, de un fenómeno pequeñísimo, y
parece que existe el riesgo que para obtener una potencia ul-
trasonora suficiente para las aplicaciones prácticas, tendremos
que emplear tensiones eléctricas elevadísimas, dando lugar a
inconvenientes de evidente gravedad.
Por ejemplo, para fijar las ideas, en el caso de una de
las aplicaciones más antiguas y sin embargo más interesantes
de los ultrasonidos, el sondaje submarino, el transductor ultra-
sonoro debe poder emitir una potencia del orden de magnitud
de 1/3 de W/cm2.
Ahora bien, para poder emitir esta potencia, si la fre-
cuencia es, por ejemplo 40.000 Hz, la amplitud de dilatación o
contracción debe ser de 26 millonésimos de centímetro.
En otros términos, la amplitud de la deformación del
cuarzo, en este caso debe ser aproximadamente 13 veces la que
corresponde a la tensión eléctrica de 10.000 Volt.
De manera que para producir "estáticamente"la elon-
gación requerida para la aplicación antes mencionada, es necesa-
rio aplicar una tensión eléctrica de nada menos que 130.000 Volt.
Este primer estudio como se ve da lugar a resultados en
realidad nada de halagadores.
Afortunadamente existe un fenómeno que, aprovechado
oportunamente, permite una sensible mejoría de la situación. Si
se actúa sobre la lámina de cuarzo con compresiones y dilatacio-
20
n
FIGURA 8
Amplitud Máxima
FIGURA 13
nes periódicas, se observa en general que los desplazamientos
correspondientes son muy pequeños, debido a la resistencia del
cristal a la deformación. Pero si vamos a dar al cristal la defor-
mación inicial, y después lo dejamos libre de toda acción exterior,
se puede observar que el cuarzo vuelve a su estado de reposo
solamente después de haber realizado "espontáneamente" un
cierto número de vibraciones; y esto con una frecuencia que de-
pende exclusivamente de las dimenciones del cristal.
Esta frecuencia, a la cual el cristal puede vibrar cuando
está libre de cualquier fuerza exterior, se llama "frecuencia pro-
pia" o "frecuencia de resonancia" del cuarzo.
Es lógico pensar que será más fácil, y se tendrán mayo-
res efectos, si se hace vibrar el cuarzo con esta frecuencia parti-
cular en lugar de hacerlo vibrar forzadamente con cualquier otra
frecuencia.
En efecto, Fig. 9, si aplicamos a las armaduras metálicas
S y S' del cuarzo Q una diferencia de potencial alterna, y au-
mentamos gradualmente la frecuencia de dicha tensión, obser-
vamos que a un determinado valor de la frecuencia, que es la
de resonancia, se tiene un aumento brusco y considerable de la
amplitud de las vibraciones.
Si se aumenta todavía la frecuencia, la amplitud se
vuelve pequeñísima, es decir, al valor que tenía inicialmente.
La frecuencia propia o de resonancia, determinada ex-
perimentalmente para una determinada lámina de cuarzo, pue-
de también calcularse con mucha facilidad (11).
Por otra parte, puede también calcularse fácilmente el
espesor de la lámina de cuarzo, apta para oscilar con una fre-
cuencia propia o de resonancia determinada; dicho espesor de-
be ser la mitad de la longitud de onda correspondiente al ul-
trasonido que se propaga en el cuarzo (12).
Por ejemplo, una lámina piezoeléctrica de cuarzo en re-
sonancia con la frecuencia de 40.000 Hz debe tener un espesor
de 6,25 cm.
Si se aplica a las armaduras metálicas de un cuarzo
de 6,25 centímetros de espesor, una diferencia de potencial al-
terna de frecuencia 40.000 Hz, la amplitud de deformación es
cinco veces la que se tendría para la misma tensión, pero con-
tinua. En esta forma, si aprovechamos el fenómeno de la reso-
nancia, bastará una tensión de 26.000 Volt en vez de 130.000, pa-
ra obtener las mismas elongaciones de 26 millonésimos de centí-
metro aptas para dar lugar a una potencia de 1/3 de W/cm2.
Como se ve, ya se ha alcanzado un notable progreso;
pero todavía insuficiente para las realizaciones prácticas, por-
25
que, no sólo la tensión de 26.000 Volt es en muchos casos de-
masiado elevada para determinadas aplicaciones técnicas, sino
que también resultaría de un costo enorme y de difícil realiza-
ción una lámina piezoeléctrica de espesor mayor de 6 centíme-
tros, dado que es muy raro encontrar en la naturaleza cristales
de cuarzo tan grandes.
Langevin tuvo la genial idea de asociar el cuarzo con
el acero, dado que los sonidos tienen la misma velocidad de
propagación para los dos cuerpos, realizando en esta forma el
llamado "Triplete Langevin".
Si dos láminas de acero (Fig. 10) se adhieren a una
delgada lámina de cuarzo piezoeléctrico y se aplica una tensión
alterna al sistema, todo el conjunto deberá vibrar como un úni-
co bloque.
En esta forma se tendría una economía de cuarzo muy
notable, porque es el espesor total del triplete que debe ser igual
a una media longitud de onda.
Para la frecuencia de 40.000 Hz, el espesor debe ser (co-
mo hemos visto) 6,25 centímetros; ahora bien, la lámina de cuar-
zo puede cortarse con un espesor de 5 milímetros, por consiguien-
te los discos de acero tendrán un espesor de 2.87 centímetros
cada uno.
Todavía hay otra ventaja más.
En el caso de triplete, la amplificación de la deformación
estática provocada por la resonancia, es mucho mayor que la
correspondiente al cuarzo solo. Se puede demostrar que en vez
de un factor cinco, se tiene un factor de amplificación veinti-
cinco.
Por consiguiente, la tensión eléctrica necesaria para dar
lugar a una elongación apta para obtener 1/3 de W/cm2 con
el "Triplete Langevin", se reduce a 5.200 Volt.
Pero hay otro problema más y de importancia funda-
mental para la realización racional de un transductor ultracús-
tico a cuarzo piezoeléctrico.
En las consideraciones generales sobre las propiedades
y las características de los ultrasonidos, desarrolladas al princi-
pio de este trabajo, hemos señalado que la dirigibilidad en la
propagación de los ultrasonidos se tiene cuando, y solamente
cuando, la longitud de onda correspondiente al medio en el cual
los ultrasonidos se propagan, es relativamente pequeña con res-
pecto a las dimensiones de la fuente ultrasonora.
Ahora bien, en el caso de ultrasonidos de baja frecuen-
cia, las longitudes de onda correspondientes no son muy peque-
ñas, por consiguiente las dimensiones del generador para obte-
26
Eje [lectrico del Cuarzo
FIGURA 10
26 cm
. 1
Acero 2,87 cm |
flosaico SSSSSNgSSSSSSSS Q5cm 6,P5
Acero 2,87cm 1
Ejes Eléctricos del
tío sa ico
FIGURA 13
ner una buena dirigibilidad, deberán ser relativamente grandes.
Por ejemplo, para la frecuencia de 40.000 Hz los cálculos esta-
blecen que el diámetro del generador debe ser por lo menos de
26 centímetros. Es imposible encontrar en la naturaleza cristales
de cuarzo de estas dimensiones; muy raramente pueden reali-
zarse discos de diámetro superior a 6 ó 7 centímetros. Se supera
esta dificultad poniendo entre los dos discos de acero del tri-
plete, un gran número de laminillas de cuarzo cortadas en for-
ma tal que tengan todas el eje eléctrico en la misma dirección
y tengan también el mismo espesor realizado con la precisión
de 1 micrón.
El transductor (Fig. 11) estará, por lo tanto, constituido
por un "mosaico" de cuarzo entre dos bloques de acero. Esto,
para los ultrasonidos de baja frecuencia.
Pero en las investigaciones científicas en general y en
algunas aplicaciones técnicas, es oportuno usar, en cambio, ul-
trasonidos de alta frecuencia.
En este caso el diámetro que permite una propagación
orientada, es mucho más reducido, así en lo que se refiere a las
dimensiones superficiales del generador no hay dificultades téc-
nicas especiales. No se puede decir lo mismo en lo que se re-
fiere a los espesores de las láminas de cuarzo, que para los ul-
trasonidos de alta frecuencia resultarían extremadamente pe-
queños.
Por ejemplo, a la frecuencia de 1 millón de Hz, la longi-
tud de onda en el cuarzo es de 5 milímetros, y necesitará usar
una lámina piezoeléctrica de 2,5 milímetros de espesor, que, por
la verdad, puede realizarse fácilmente.
Claro que sobre las dos caras de este disquito de cuar-
zo no se harán adherir armaduras metálicas de acero, mas se
depositará por medios químicos o por pulverización catódica una
delgadísima capa de plata, o de oro, o de platino o de rodio
cuyo espesor puede ser muy pequeño, precisamente del orden
de magnitud de 1 micrón.
Pero para frecuencias muy elevadas, como por ejemplo
de 50 MHz, sería necesario utilizar láminas piezoeléctricas de
cuarzo de espesor 5/100 de milímetro.
Estas láminas serían demasiado frágiles y se quebrarían
rápidamente bajo la influencia de la tensión eléctrica aplicada.
Afortunadamente es posible utilizar láminas de espeso-
res más grandes sin perder las notables ventajas que proporcio-
na la resonancia.
Hemos visto que aumentando gradualmente la frecuen-
cia de la tensión alterna aplicada a las armaduras metálicas de
23
un cuarzo piezoeléctrico, se encontraba una frecuencia a la cual
el cuarzo se ponía en resonancia, esta frecuencia propia o de
resonancia es llamada también frecuencia fundamental del cristal.
Si se continúa el experimento (Fig. 12), es decir si se
continúa aumentando la frecuencia de la tensión alterna, se en-
cuentran otros valores de la frecuencia para los cuales la ampli-
tud de las vibraciones del cristal aumenta bruscamente.
Precisamente estas sucesivas resonancias se verifican
con las frecuencias para las cuales el espesor de la lámina pie-
zoeléctrica es igual a un número impar de medias longitudes de
onda; o sea, para las frecuencias llamadas frecuencias armó-
nicas (13).
Por consiguiente, para emitir ultrasonidos de frecuencia
50 MHz, en vez de utilizar una laminilla de 5/100 de milímetro*
de difícil realización y con los inconvenientes antes señalados,
se puede utilizar una lámina de espesor 2,55 milímetros que con
la frecuencia de 50 MHz oscilará según la armónica de resonan-
cia de orden 51.
En definitiva, podemos afirmar que el desarrollo, que
podríamos llamar histórico, de los estudios físico-técnicos ten-
dientes a la realización práctica de los transductores piezoeléc-
tricos a cuarzo, demuestran como se pudieron resolver todos los
problemas y las dificultades relacionadas. Primero: aprovechan-
do el fenómeno de la resonancia de primer orden se logró una
notable disminución de la diferencia de potencial necesaria para
alcanzar una amplitud de deformación, apta para emitir poten-
cias suficientemente elevadas para lograr los efectos correspon-
dientes a las varias aplicaciones prácticas; segundo: con el tri-
plete a mosaico se pudo resolver el problema técnico de la dis-
minución del espesor y de las dimensiones superficiales del trans-
ductor apto para emitir ultrasonidos de baja frecuencia; tercero:
aprovechando el fenómeno de las resonancias de orden supe-
rior, fue posible obtener la posibilidad de utilizar, para los ul-
trasonidos de alta frecuencia, láminas no extremadamente del-
gadas cuya fragilidad daba lugar a inconvenientes insuperables.
Sin embargo, todos estos estudios pueden considerarse
como una primera etapa.
En efecto, hay otra y de importancia fundamental: es la
determinación de las constantes eléctricas equivalentes a un
transductor a cuarzo que trabaja con una determinada frecuencia.
A pesar que desde hace mucho tiempo, los transducto-
res a cuarzo se usan normalmente, sólo en estos últimos años
ha sido elaborado correctamente el cálculo de sus constantes
eléctricas equivalentes, así que sólo recientemente se tuvieron
24
o
FIGURA 13
FIGURA 14
los elementos para proyectar racionalmente el generador de al-
ta frecuencia apto para alimentar un determinado transductor
a cuarzo.
Este estudio, no obstante su notable interés, nos llevaría
demasiado lejos, por consiguiente nos limitaremos a observar
que para obtener el traspaso de energía desde el generador al
transductor a cuarzo con el máximo rendimiento, es necesario
que la impedancia, que bajo carga el transductor a cuarzo ofre-
ce al tubo de potencia del circuito oscilante del generador sea
igual a un determinado valor dependiente de las características
del tubo mismo. Esta condición no se puede (en general) satis-
facer poniendo simplemente el transductor a cuarzo en paralelo
con el condensador del circuito oscilante.
En efecto, si por ejemplo la resistencia equivalente del
transductor fuera del orden del megaohm, el traspaso de poten-
cia sería irrisorio, mientras que con una resistencia equivalente
del orden del ohm el circuito oscilante resultaría en corto circuito.
Por esto que el cálculo de las constantes eléctricas equi-
valentes de un transductor a cuarzo proporciona datos de im-
portancia fundamental para lograr el máximo rendimiento del
sistema generador — transductor. En el estudio de los aspectos
físicos de las aplicaciones biológicas de los ultrasonidos, volve-
remos sobre este tema.
La Fig. 13 muestra un típico transductor a cüarzo reali-
zado en el Instituto Nacional de Ultracústica de Roma, dirigido
por Amadeo Giacomini, uno de los sabios más destacados en el
campo de la ultracústica. Este transductor está constituido por
una lámina de 5 cm. de diámetro cuya frecuencia de resonan-
cia es de 1 MHz.
Se ve también el soporte apto para sumergir el trans-
ductor en un líquido aislador.
La Fig. 14 muestra un típico generador de alta frecuen-
cia y de media potencia (250 W) realizado también en el mismo
Instituto, apto para experimentos de carácter físico-químico. A
la derecha tenemos el recipiente que contiene el transductor a
cuarzo, de la figura precedente, sumergido en petróleo. Es vi-
sible la neblina de petróleo producida por la presión de radiación.
Después de esta sintética exposición sobre los transduc-
tores piezoeléctricos a cuarzo, es conveniente decir algunas pa-
labras sobre los modernos métodos ideados para concentrar la
radiación ultrasonora.
FIGURA 13
FIGURA 19
t 1
¥ 1
FIGURA 13
eos y cónico-parabólicos a reflexión son óptimos, también para
potencias ultracústicas elevadas.
Las tres interesantes fotografías de la Fig. 21 represen-
tan la radiación ultrasonora de un transductor a cuarzo respec-
tivamente sin concentrador, concentrador a bicono, y con concen-
trador cónico-parabólico a reflexión. Se ve que a paridad de po-
tencia el concentrador de máxima eficiencia es el reflector cónico-
parabólico.
Después del estudio de la generación sigue lógicamente
el estudio de la recepción o revelación de los ultrasonidos.
TABLA 4
REVELADORES ULTRASONOROS
a) Radiómetros a torsión
REVELADORES MECANICOS
b) Radiómetros a balanza
c) A visualización de partículas
REVELADORES OPTICOS d) Difractivos
e) Interferométricos
f) Termoresistivos
g) Electroestáticos
REVELADORES ELECTRICOS h) Electromagnéticos
i) Magneto estrictivos
i) Piezoeléctricos
37
La revelación de un campo ultrasonoro puede efectuar-
se, ya sea con el objeto de medir su intensidad en cada punto,
o simplemente con el fin de revelar la existencia de una pertur-
bación ultrasonora.
Los reveladores aptos para la medida del campo ultra-
sonoro, no deben evidentemente producir modificaciones sensi-
bles del campo; por consiguiente, las dimensiones del cuerpo
receptor deberán ser bastante pequeñas, especialmente en el
caso de campos ultrasonoros de onda corta.
Los tipos de reveladores mecánicos se emplean exclusi-
vamente para la medida; precisamente para obtener medidas
cuantitativas absolutas del campo ultrasonoro.
Tanto el tipo a) Radiómetro a Torsión, como el tipo b)
Radiómetro a Balanza, se basan sobre el hecho que una onda
elástica ejerce una determinada presión de radiación sobre los
obstáculos que encuentra en su recorrido.
Las vibraciones ultrasonoros que se propagan en un
gas o en un líquido pueden revelarse con métodos ópticos, que
tienen la notable ventaja de visualizar el fenómeno, es decir,
poner bajo el dominio de un sentido (la vista) lo que otro sen-
tido (el oído) ya no puede captar.
Los tres tipos de reveladores ópticos c), d), e), aprove-
chan precisamente el fenómeno de la visualización.
Los reveladores eléctricos se basan en general en la po-
sibilidad de transformar las vibraciones elásticas, en variaciones
de magnitudes eléctricas, que, previa amplificación, necesaria en
muchos casos pueden ser reveladas oportunamente.
Los dispositivos f), g), h), i), 1), realizan esta posibilidad
aprovechando fenómenos diferentes.
Como se habrá notado también en el estudio de la re-
velación, dado el carácter simplemente informativo de este tra-
bajo, nos hemos limitado a proporcionar solamente algunas in-
formaciones someras sobre los diferentes tipos de reveladores
ultrasonoros; sin embargo también aquí creemos conveniente
tratar en forma un poco más completa el revelador piezoeléctrico
a cuarzo, por cuanto puede considerarse quizás uno de los más
interesantes e importantes.
En los transductores o generadores a cuarzo, un campo
eléctrico alterno provoca contracciones y dilataciones en una
lámina piezoeléctrica; recíprocamente, si se ejerce una presión o
una tracción sobre la lámina nace una diferencia de potencial
entre las dos armaduras metálicas puestas sobre las dos caras
de la lámina misma. Es precisamente en esta forma que Pedro
38
FIGURA 21
FIGURA 22
y Jaime Curie descubrieron inicialmente las propiedades piezo-
eléctricas del cuarzo.
Dispongamos, como indica la Fig. 22, el triplete cuarzo-
acero de Langevin, perpendicularmente a la dirección de propa-
gación de un haz ultrasonoro.
Si un grupo de ondas ultrasonoras incide sobre la cara
S del triplete, todo el bloque cuarzo-acero resultará recorrido
por la onda elástica; y por consiguiente sufrirá contracciones y
dilataciones determinadas.
Por efecto de estas deformaciones entre las dos armadu-
ras metálicas S y S' del triplete, se establecerá una diferencia
de potencial alterna.
Será suficiente unir las dos armaduras, con los bornes
X e Y de un amplificador A, para revelar con un dispositivo eléc-
trico conveniente R, la tensión alterna correspondiente a los ul-
trasonidos que han embestido al triplete.
En otros términos, el transductor, generador de ultraso-
nidos, puede funcionar también como receptor.
Es quizás necesario exponer ahora algunas considera-
ciones más, para tener una idea un poco más completa del im-
portante fenómeno de la recepción o captación de los ultrasoni-
dos en los reveladores a cuarzo. Ante todo, se podría notar que
si se varía la orientación del receptor, varía notablemente la in-
dicación del revelador eléctrico. Precisamente se tiene una indi-
cación máxima cuando la superficie S del triplete receptor es
exactamente perpendicular a la dirección de propagación de los
ultrasonidos.
Este hecho permite, por lo tanto, establecer con absolu-
ta precisión la dirección desde la cual proviene una emisión ul-
trasonora. Además, como para la emisión, también en la recep-
ción convendrá evidentemente aprovechar el fenómeno de la re-
sonancia.
Si en el dispositivo indicado en la figura, suponemos de
poder variar con continuidad la frecuencia de los ultrasonidos
que llegan al receptor, se puede constatar que cuando esta fre-
cuencia es tal que el espesor total del triplete es igual a
la mitad de la longitud de onda del ultrasonido que lo atraviesa,
se tiene un aumento considerable de la diferencia de potencial
alterna entre X e Y.
En otros términos se obtiene un efecto máximo cuando
la frecuencia propia del receptor y la frecuencia de las ondas
ultrasonoras que llegan son idénticas.
En las aplicaciones técnicas donde el transductor usado
para emitir una señal ultracústica es también el receptor que
40
recibe el eco correspondiente, esta condición está evidentemente
satisfecha automáticamente.
La amplitud de deformación de las caras de un trans-
ductor es siempre muy pequeña.
Para una potencia emitida de 1/3 de Watt/cm2 en el
agua y a la frecuencia de 40.000 Hz hemos visto que esta am-
plitud es de 0,26 micrón solamente. A la recepción, la experien-
cia ha permitido constatar que es posible revelar ultrasonidos
cuya amplitud es 1 millón de veces más pequeña que la ampli-
tud obtenida en la emisión.
El cuarzo piezoeléctrico revela, por lo tanto, oscilaciones
en el agua cuya amplitud es de 0,26 mil millonésimos de milí-
metro.
Este valor es aproximadamente mil veces más pequeño
que el diámetro de una molécula de agua.
¿No es asombroso que el cuarzo piezoeléctrico, este ma-
ravilloso dispositivo de la ciencia y de la técnica moderna, pue-
da revelar desplazamientos tan extremadamente pequeños, es
decir mil veces más pequeños que las dimensiones de las mo-
léculas mismas? Este hecho, como tantos otros que podrían se-
ñalarse, demuestra la enorme superioridad que en la naturaleza
tiene el orden sobre el desorden.
Las moléculas del agua, por efecto de la agitación tér-
mica, siempre se mueven; sin embargo, estos movimientos que
se verifican de manera completamente desordenada, no influyen
en lo más mínimo en el cuarzo receptor. Es suficiente comunicar
a estas moléculas un movimiento de conjunto mil veces más
pequeño que su propio diámetro, para que esta perturbación
microscópica sea relevada.
FIGURA 23
FIGURA 13
rador de alta frecuencia que alimenta un transductor a cuarzo
Q sumergido en una cubeta llena de un líquido transparente y
cuyas paredes, paralelas al haz ultrasonoro emitido por el cuar-
zo, son dos láminas de vidrio, planas y de precisión óptica. En S
se tiene una pequeña lámina de vidrio con caras planas y pa-
ralelas de precisión óptica, sobre la cual se ha puesto una pe-
queña mancha circular negra S (por ejemplo mediante tinta
china); esta mancha circular negra es, como veremos, el elemen-
to fundamental sobre el cual se basa el principio de la visuali-
zación.
Una fuente luminosa F (luz blanca) ilumina una hendi-
dura circular H.
P es una pantalla de vidrio esmerilado sobre la cual se
observa la visualización del haz ultrasonoro.
En la mancha S, mediante los lentes L1 y L2, se obtiene
la imagen real de la hendidura luminosa H, y en la pantalla es-
merilada P, mediante los lentes Ll, L2, L3 y el espejo E, se obtiene
la imagen real de la cubeta. Las distancias de los diferentes ele-
mentos del método están indicadas en el esquema expresadas
en centímetros.
Si el cuarzo Q no emite ultrasonidos, puesto que la ima-
gen real de la hendidura H se encuentra en el centro de la man-
cha negra S, en la pantalla P se tendrá una imagen "semiobs-
cura" de la cubeta debido a la casi falta de transparencia de
la mancha negra S.
til en cambio el cuarzo Q emite ultrasonidos, el haz ul-
trasonoro que se propaga en el líquido, produce en el líquido
mismo, una especie de retículo óptico, cuya constante es la mi-
tad de la longitud de onda de los ultrasonidos, en el líquido.
Como consecuencia de este hecho, la luz, que ilumina y atraviesa
toda la cubeta, sufre una difracción, pero solamente en la zona
donde hay esa especie de retículo óptico, es decir, precisamente
donde se propaga el haz ultrasonoro.
La luz que ha experimentado la difracción, y solamente
esa luz, puede pasar por los bordes de la mancha negra S, así
que en la pantalla P, donde se tiene la imagen "semiobscura"
de la cubeta, se obtendrá la "visualización" del haz ultrasonoro,
puesto que, como hemos dicho, solamente la luz que lo ha atra-
vesado ha sufrido la difracción y ha podido pasar por los bordes
de la mancha negra S.
Creemos oportuno exponer algunas fotografías que re-
presentan algunos ejemplos de los resultados obtenidos.
La Fig. 25, representa la visualización de un haz ultra-
sonoro de 4 MHz que se propaga en kerosene e incide sobre
43
una lámina metálica cuyo espesor es 1/4 A. Se nota que el haz
es completamente absorbido por la lámina.
La Fig. 26 representa la visualización del mismo haz ul-
trasonoro que incide sobre una lámina metálica cuyo espesor
es 1 /2 A. Se nota que en este caso la lámina de espesor doble
de la precedente, es completamente transparente.
Las figuras 27 y 28 representan la visualización del mis-
mo fenómeno; solamente que en este caso, los espesores reque-
ridos se han obtenido mediante una lámina metálica cuya incli-
nación, con respecto al haz puede variarse.
En la Fig. 27 la inclinación es tal que el espesor que la
lámina presenta al haz ultrasonoro, es un múltiplo impar de
A /4; en cambio en la Fig. 28 la inclinación es tal que el espesor
que la lámina presenta al haz ultrasonoro es un múltiplo par de
A/4.
En el primer caso tenemos una absorción completa, y
en el segundo caso, una transparencia completa acompañada
por una desviación y aumento del ancho del haz, debido a la
refracción que sufre el haz en la lámina inclinada.
La Fig. 29 representa la visualización de un haz ultra-
sonoro siempre de 4 M Hz y que se propaga en kerosene y es-
reflejado totalmente por una lámina metálica.
La Fig. 30 representa la visualización de un haz ultra-
sonoro de 4 M Hz que experimenta una refracción al atravesar
un prisma metálico y pasar en kerosene; el haz experimenta
sucesivamente una reflexión debida a un "espejo" metálico y
llega a otro prisma igual al precedente.
Con el fin de obtener un cuadro completo de la técni-
ca de la visualización de los ultrasonidos, creemos oportuno se-
ñalar además, que con modificaciones oportunas al método an-
tes descrito, es posible visualizar las ondas estacionarias y ob-
tener la visualización de las franjas de difracción producida por
un retículo ultracústico.
Eliminando la pequeña lámina de vidrio con la man-
cha S, y modificando el esquema óptico de la Fig. 23, de modo
de obtener directamente en la pantalla P la imagen de la cu-
beta, hemos podido obtener la visualización de ondas estacio-
narias.
La Fig. 31 representa la visualización de estas ondas, en
kerosene, que hemos obtenido mediante ultrasonidos emitidos
por un cuarzo de 1 M Hz sumergido en la cubeta, y que son
reflejados por un "espejo" metálico, puesto frente a él y al fon-
do de la cubeta.
Eliminando la mancha S y modificando el esquema óp-
44
FIGURA 25
FIGURA 23
FIGURA 27
FIGURA 13
FIGURA 29
FIGURA 13
ZE VHflOIJ
tico de la Fig. 23, de modo de obtener en la pantalla P la ima-
gen de una hendidura luminosa rectangular H, se puede reali-
zar la visualización de las franjas de difracción, producidas por
el retículo óptico, que se forma en la cubeta por la propagación
de las ondas ultracústicas en el líquido.
Experimentando en kerosene, con cuarzo de 4 M Hz
hemos obtenido (utilizando una fuente de luz monocromática de
vapores de sodio) las franjas de difracción representadas en la
Fig. 32.
Antes de terminar este párrafo, deseamos agradecer vi-
vamente al Prof. Amadeo Giacomini, Director del "Istituto Na-
zionale di Ultracústica 'O. M. Corbino'" de Roma, por sus valio-
sos consejos que ayudaron eficazmente a superar muchas difi-
cultades encontradas en la realización experimental de este mé-
todo de "visualización de los ultrasonidos".
49
SEGUNDA PARTE
LAS APLICACIONES
DE LOS ULTRASONIDOS
Introducción
7. Generalidades sobre las aplicaciones de los ultra-
sonidos.—Las aplicaciones científicas y técnicas de los ultrasoni-
dos pueden dividirse en tres grupos fundamentales indicados
en la Tabla 5.
TABLA 5
35
lacionadas con el tercer grupo son quizás las más interesantes,
creemos oportuno desarrollar solamente las principales aplica-
ciones correspondientes a los dos primeros grupos.
Sin embargo, antes de este desarrollo, deseamos seña-
lar que, si bien es cierto que muchos de los objetivos que se
perseguían son todavía inalcanzables, que otros deben todavía
considerarse en la etapa de las averiguaciones por la insuficien-
cia de los controles necesarios, que otros todavía, a pesar de
haber tenido suceso en las investigaciones científicas de labo-
ratorio, han defraudado hasta ahora los esfuerzos de los técni-
cos que trataron de realizarlas en la escala más amplia de la
práctica industrial, hay en cambio aplicaciones (y son muchas)
que pueden considerarse de realización práctica definitiva.
En el desarrollo que sigue, trataremos por lo tanto, en-
tre otras cosas, de distinguir y expresar en forma bien explíci-
ta, lo que puede simplemente considerarse posible, de lo que,
en cambio, ha alcanzado la etapa de una efectiva realización
práctica.
36
CAPITULO PRIMERO
APLICACIONES QUE UTILIZAN
PRINCIPALMENTE LAS PROPIEDADES
CASI OPTICAS DE LOS ULTRASONIDOS
37
De actualidad es el uso de los ecómetros ultracústicos
para revelar bancos de peces.
La Fig. 34 muestra la registración obtenida con el apa-
rato de la figura precedente; es claramente visible el perfil del
fondo marino, y a diferentes profundidades la presencia de car-
dúmenes.
Muy a menudo se puede poner en evidencia también la
existencia de peces aislados; y esto no debe aparecer como una
ilusión optimista porque en análogas registraciones se pudo re-
velar la caída al agua de una piedra de algunos centímetros
de diámetro.
El primer problema que se presenta en el estudio de un
ecómetro ultracústico apto para un uso determinado, es la elec-
ción de la frecuencia ultrasonora más conveniente.
Ahora bien, en base a las consideraciones generales
expuestas al principio de este trabajo, sabemos que para obte-
ner un haz bien orientado, es necesario un transductor ultra-
cústico de dimensiones tanto más pequeñas, cuanto más peque-
ña es la longitud de onda del haz ultrasonoro.
Por consiguiente, para obtener una buena dirigibilidad,
parecería oportuno adoptar frecuencias muy elevadas.
Pero hay otro factor que debe tomarse en cuenta: la
absorción de los ultrasonidos, que es proporcional al cuadrado
de la frecuencia.
Por ejemplo, en el agua del mar la amplitud y la ener-
gía de un impulso emitido por un transductor ultracústico, se
reducen en 8 6 % y 98%, respectivamente, para un recorrido de
46 Km., si la frecuencia es de 40 K Hz; un impulso de la misma
amplitud y energía, mas, de frecuencia de 10 M Hz, tendría la
misma absorción después de un recorrido de 74 cm. solamente.
Por esta razón y tomando en cuenta también las considerables
pérdidas de energía en la reflexión sobre el fondo del mar, las
frecuencias preferentemente empleadas son del orden de algu-
nas decenas de K Hz; en general se usa la frecuencia de 40 K Hz.
Este valor da lugar, en efecto, a una buena dirigibilidad
y al mismo tiempo una limitada absorción.
La realización de los ecómetros ultrasonoros adquiere
formas muy diferentes según su empleo. Hay ecómetros aptos
para pequeñas profundidades; otros para grandes profundida-
des; otros para empleo en buques hidrográficos; otros para bar-
cos pesqueros; otros para la puesta de cables submarinos, etc.
En general, el transductor se coloca en el fondo del cas-
co, de manera tal que los filetes fluidos del agua, debidos al
movimiento del buque, no provoquen disturbios. El transductor
38
FIGURA 13
es generalmente a cuarzo o a magneto-estricción y en los tipos
más modernos funciona también de receptor.
El impulso de emisión tiene la duración de más o me-
nos 1/1.000 de segundo; después de esta emisión el transductor
se desconecta automáticamente del generador de alta frecuen-
cia y se conecta también automáticamente a la entrada del re-
ceptor. Después de un tiempo determinado (que depende de la
profundidad del mar o de la distancia del obstáculo) llega el
eco ultrasonoro que convenientemente amplificado es enviado
al registrador.
Resumiendo, un equipo para el sondaje está compuesto
en general por:
l 9 ) Un generador de alta frecuencia.
2?) Un transductor ultracústico a cuarzo o a magneto
estricción que sirve generalmente también de revelador.
39) Un registrador o indicador de señales de eco con
amplificador.
39
ultrasonora, se tiene evidentemente la posibilidad de calcular la
exacta distancia que todavía hay entre el barco y el puerto.
Naturalmente el cálculo viene realizado automáticamen-
te por medio de aparatos especiales que suministran directa-
mente el valor de la distancia del barco al puerto.
40
•Sí,
I
A *
y
FIGURA 35
FIGURA 13
Los murciélagos, por ejemplo, emiten impulsos ultraso-
noros de frecuencia de más o menos 45 K Hz y de duración en-
tre 1/200 ó 1/100 de segundo. Percibiendo el eco de estos ul-
trasonidos pueden orientarse y evitar los obstáculos.
Se ha tratado de realizar aparatos aptos para conferir
también al hombre esta posibilidad.
Después de numerosas tentativas la firma Bell Telephone
Labs patentó recientemente un dispositivo basado sobre el prin-
cipio del Sonar y que parece que está dando buenos resultados,
por lo menos mucho mejores que los obtenidos con otros apara-
tos estudiados anteriormente. Vamos a referir brevemente este
dispositivo que nos parece de un cierto interés, a pesar de que
todavía debe considerarse en la fase experimental y no es posi-
ble preveer si tendrá el éxito que se espera.
El dispositivo, esquematizado en la Fig. 35 consiste en
un bastón en el cual se encuentran las minúsculas pilas para
la alimentación, un transductor a cuarzo T, y un receptor tam-
bién a cuarzo R.
El funcionamiento es el de los ecómetros; del transductor
T parten breves impulsos ultrasonoros de frecuencia 20 K Hz,
que encontrando un obstáculo Z se reflejan y llegan al receptor
R. Este receptor está dotado de un minúsculo amplificador a
cambio de frecuencia, donde el valor de la frecuencia del osci-
lador es de 19,6 K Hz, de manera que el sonido que se obtiene
es de 400 Hz y por consiguiente audible.
El ciego puede escuchar este sonido por medio de un
fono unido eléctricamente con el sistema R.
Si la onda ultracústica no encuentra obstáculos el cie-
go no capta evidentemente ningún sonido.
El valor de la frecuencia de 20 K Hz, se ha obtenido des-
pués de largos y cuidadosos estudios, por cuanto en este caso,
debiendo revelarse obstáculos relativamente vecinos, la absor-
ción tiene una importancia relativa; en cambio tiene mucha im-
portancia la mayor o menor dirigibilidad, y el valor de la longi-
tud de onda.
Una exagerada dirigibilidad y una longitud de onda de-
masiado pequeña darían lugar a reflexiones de tipo especular,
revelando por consiguiente sólo los obstáculos frente al ciego,
y ni siquiera éstos si por casualidad tuvieran aberturas y si
desgraciadamente el haz incidiera precisamente en ellas.
Con la frecuencia "óptima" de 20 K Hz se tiene refle-
xión acompañada por una apropiada difusión.
41
fuciles defectos internos de piezas metálicas, se utilizaban ex-
clusivamente los rayos X.
Pero, como es conocido, los rayos X no atraviesan, en
general, grandes espesores de metal; además pueden revelar
fallas de una pieza (burbujas gaseosas, hendiduras, etc.), apro-
vechando la diferencia entre el coeficiente de absorción del me-
tal y el de las fallas.
Por estas razones los rayos X pueden utilizarse solamen-
te cuando la longitud del sólido (en la dirección del examen) no
es demasiado grande, además la relación entre la longitud del
sólido y el de las fallas debe tener un valor conveniente. Pre-
cisamente este valor es tal, que con los rayos X no es posible
revelar fallas muy pequeñas. En cambio el examen y control de
homogeneidad de los metales realizado utilizando los ultrasoni-
dos, no tienen ninguno de estos inconvenientes.
En efecto, por medio de los ultrasonidos es posible re-
velar fallas también pequeñísimas, por cuanto en este caso se
aprovecha un fenómeno completamente diferente que da lugar
a un rendimiento incomparablemente mayor.
Con los ultrasonidos se utiliza el fenómeno de la reflexión
que se verifica, en forma casi completa cuando un haz ultraso-
noro encuentra una falla, debido a la notable diferencia de re-
sistencia acústica de los dos medios: metal y gas, contenido en
la falla. Con este método, no sólo no se aprovecha el fenómeno
de la absorción, sino que se puede afirmar que prácticamente
la absorción es casi nula.
Al estado actual de la ciencia y de la técnica ultraso-
nora, existen varios métodos para el examen y el control de ho-
mogeneidad de los metales.
A título de información, creemos oportuno señalar ante
todo un método ideado hace tiempo por Amadeo Giacomini, que
aprovecha el fenómeno de la visualización.
La Fig. 36 es tan expresiva que casi no tiene necesidad
de explicaciones.
Un haz ultrasonoro, después de haber atravesado una
pieza metálica (por ejemplo cilindrica) se propaga en un líquido,
donde es visualizado.
El sólido de la izquierda es perfectamente homogéneo;
el de la derecha tiene, en cambio, con toda certidumbre, una fa-
lla que detiene el pasaje de una parte del haz.
Puede ser interesante notar que, con este método, pue-
den revelarse hendiduras cuyo espesor puede ser inferior a 1/10
de milímetro.
42
2 4
1 3
FIGURA 37
FIGURA 13
Los métodos actualmente usados pueden reducirse a dos
tipos fundamentales.
El primero se encuentra esquematizado en la Fig. 37. En
1 se tiene un haz ultrasonoro muy concentrado. La propagación
se verifica en la pieza metálica por examinar S según la direc-
ción 1-2; si la pieza es homogénea según dicha dirección, otro
cuarzo puesto en 2 y usado como receptor dará lugar a una re-
velación máxima. Si en cambio el receptor revela un máximo
cuando se encuentra en una posición 4, oblicua con respecto a
la dirección del haz generado por el transductor, puesto en 3,
entonces seguramente en esta zona hay una falla G.
Como se ve en la figura, la hendidura G refleja el haz
ultrasonoro, que efectúa el recorrido 3 G 4.
Este método no sólo permite verificar la homogeneidad
de una pieza metálica, sino que permite también, ubicar la po-
sición de las fallas; sin embargo, es bastante lento y laborioso,
por cuanto es necesario explorar toda la pieza punto por punto,
asegurando cada vez un buen contacto entre transductor, re-
ceptor y pieza, por medio de delgadas capas oleosas; además
es necesaria una notable habilidad del operador para interpretar
correctamente los resultados.
La Fig. 38 representa esquemáticamente el segundo mé-
todo, basado esencialmente en el principio del Sonar.
Se tienen dos cuarzos piezoeléctricos, de la misma fre-
cuencia propia de resonancia, armados sobre dos prismas me-
tálicos.
El primer cuarzo funciona como transductor y el segundo
como receptor.
La emisión del transductor es a impulsos, y el haz ul-
trasonoro emitido tiene una dirección inclinada en 459 con res-
pecto a la superficie superior de la pieza metálica por examinar.
Si no hay fallas, el haz ultrasonoro se refleja solamente
en la superficie inferior de la pieza metálica; si hay fallas, ade-
más del eco fundamental se tendrán otros ecos recibidos por el
revelador.
El fenómeno es observado por medio de un oscilógrafo
a rayos catódicos.
Si en la pantalla del oscilógrafo se tiene una imagen
como en a), donde P corresponde a la partida del impulso emi-
tido por el transductor y E corresponde a la llegada del eco re-
cibido por el revelador, entonces en este caso no hay fallas; si
en cambio en la pantalla se tiene una imagen como en b) don-
de, además del eco fundamental E2 se tiene otro eco secunda-
rio El, entonces en este caso seguramente hay fallas.
43
Calibrando el eje de los tiempos del oscilógrafo, se pue-
de, con este aparato, localizar fallas de una pieza metálica con
una cierta facilidad.
El aparato ha sido recientemente perfeccionado constru-
yendo los soportes de los cuarzos con inclinaciones menores, ob-
teniéndose, en esta forma, la posibilidad de individualizar de-
fectos también muy cercanos a la superficie de la pieza metálica.
Sin embargo, es oportuno señalar, que se tienen resulta-
dos notablemente mejores, usando el mismo método pero apro-
vechando un solo cuarzo que funciona sucesivamente de trans-
ductor, emitiendo impulsos ultrasonoros y de receptor, recibiendo
los ecos correspondientes.
En definitiva, se puede afirmar que los metaloscopios a
cuarzo único, tienen muchas ventajas con respecto a los otros ti-
pos; sin embargo, en algunos casos, especialmente cuando el
espesor de la pieza por examinar es pequeño, es aconsejable
el primer método a radiación directa.
La solución ideal estaría, por lo tanto, representada por
un aparato que pudiera funcionar según los distintos métodos.
Se puede afirmar que fue sobre todo la industria italia-
na la que se orientó según este criterio, y en efecto logró reali-
zar un equipo que reúne las condiciones ideales antes mencio-
nadas.
La Sociedad R. N. R. de Milán, ha realizado un aparato
que permite hacer las investigaciones metaloscópicas según to-
dos los métodos conocidos actualmente, reuniendo en un solo
equipo, las características de los diferentes equipos realizados
hoy día separadamente.
La Fig. 39 representa dicho aparato denominado Reflec
toscopio Supersónico Modelo MI rus/5. Está dotado de un trans-
ductor apto para irradiar ultrasonidos de diferente frecuencia,
bajo forma de impulsos rectangulares de diferente duración. Tie-
ne además un receptor que a través de un sensible amplificador,
realiza sus revelaciones en un oscilógrafo a rayos catódicos.
El empleo práctico del equipo (Fig. 40) es bastante sen-
cillo y no necesita personal muy especializado.
Los ultrasonidos además de usarse, para el examen y el
control de homogeneidad de los metales, pueden usarse con bas-
tante eficacia para examinar eventuales defectos en el interior de
vigas de cemento y en algunos casos, para revelar nudosida-
des en el interior de vigas de madera.
Sin embargo, es necesario notar que en este caso es
más conveniente usar transductores y reveladores magnetoestric-
tivos, en cambio de los transductores y reveladores a cuarzo.
44
FIGURA 13
^ Q 1-VJUL JLr
L - 0 -
FIGURA 42
14. Medidas de espesores.—Se tienen actualmente mu-
chos métodos aptos para medir espesores de piezas metálicas,
sin embargo, para poder realizar la medida, es necesario en
general, que ambas caras del sólido sean accesibles.
En muchos casos, especialmente en las construcciones
aeronáuticas, es necesario, en cambio, medir espesores de pie-
zas en fase de trabajo o de montaje donde solamente una de las
caras es accesible.
Los ultrasonidos, también en este caso, resuelven el pro-
blema en forma notablemente satisfactoria y precisa.
El principio del funcionamiento de un calibre ultracús-
tico está representado esquemáticamente por la Fig. 41.
Un cuarzo Q, cuya cara superior es plateada, se hace
adherir a la superficie superior de la pieza. Esta adhesión debe
ser lo más perfecta posible, lo que se obtiene mediante una fuer-
te presión aplicada al cuarzo y mediante una delgada capa de
agua entre el cuarzo y el metal para eliminar eventuales trazas
de aire.
El cuarzo Q es alimentado por un generador de alta
frecuencia G, cuya frecuencia puede variar entre límites bas-
tante grandes. El conjunto, cristal Q y pieza S, constituye un
biplete, semejante en su comportamiento al triplete cuarzo-acero
de Langevin.
La frecuencia de resonancia de este biplete dependerá
evidentemente del espesor de la pieza S.
Un instrumento apropiado le indicará cuándo el sistema
ha llegado a la resonancia, así que en base al valor de la fre-
cuencia correspondiente, conociendo la velocidad de propagación
de los ultrasonidos en el metal, dato que hoy día se encuentra en
todos los modernos manuales, se puede determinar el espesor
de la pieza metálica, con una precisión del 2-f-3%.
45
En el fondo de dicho recipiente, se pone un transductor
a cuarzo Q que, unido a un generador de alta frecuencia, pro-
duce ultrasonidos que se propagan en el líquido según un haz
vertical.
Una fuente luminosa S puesta en el foco del lente L, da
lugar a un haz luminoso paralelo; parte de este haz pasa la
hendidura rectangular F y atraviesa el recipiente C en dirección
perpendicular al haz ultrasonoro.
El lente L' forma sobre la pantalla E la imagen de la
fuente luminosa.
Sin ultrasonidos se nota en la pantalla E solamente una
imagen luminosa rectangular no desviada; cuando se excita el
cuarzo Q se observa, en cambio, que además de la imagen cen-
tral no desviada, se forman imágenes simétricas con respecto a
la imagen central.
Si la luz de la fuente S es monocromática, estas imá-
genes de difracción son simples; si la luz es blanca, cada imagen
corresponde a un espectro de difracción semejante al espectro
producido por un retículo óptico.
Una explicación elemental del fenómeno de difracción
de la luz mediante los ultrasonidos, podría ser la siguiente: los
ultrasonidos que se propagan en el líquido provocan, como sa-
bemos, aumentos y disminuciones de presión; ahora bien, las
variaciones de presión provocan correspondientes variaciones
del índice de refracción, y dado que estas variaciones se veri-
fican a pequeñísima distancia, el líquido bajo la acción de los
ultrasonidos se comporta como un retículo óptico.
La distancia entre dos rayas del retículo es reemplaza-
da en este caso por una media longitud de onda de la pertur-
bación ultrasonora.
Hay dos tipos de modulación.
En el primer tipo, se modula a frecuencia acústica el
haz ultrasonoro y se obtiene luz modulada a la misma frecuen-
cia, ya sea en la imagen central como en una cualquiera de las
imágenes laterales de difracción. Este método de modulación
requiere ultrasonidos constituidos simplemente por ondas pro-
gresivas.
En el segundo tipo, el haz ultrasonoro no viene modu-
lado sino que se realiza la formación de un sistema de ondas
estacionarias, poniendo en la parte superior del recipiente C y
paralelamente al cuarzo Q, un reflejo apropiado constituido, por
ejemplo, por una lámina metálica plana.
En este caso, la luz de la imagen central y de las imá-
46
FIGURA
FIGURA 45
genes difractadas resulta modulada con una frecuencia doble
de la frecuencia ultrasonora.
En el Instituto Nacional de Ultracústica de Roma, Ama-
deo Giacomini realizó interesantes investigaciones aplicando a
la fototelefonía, el método de la modulación de la luz a frecuen-
cia acústica.
Giacomini, para obtener la modulación de haces lumi-
nosos de notable sección, logró realizar en 1944 una celda ul-
trasonora de gran área. Dada la imposibilidad de encontrar cris-
tales de cuarzo suficientemente grandes, construyó un "mosaico
lineal" de laminillas rectangulares, cuya longitud es bastante
grande y de ancho en cambio muy pequeño. El soporte del "mo-
saico lineal" se encuentra en el centro de la celda.
En la Fig. 43 a la izquierda, se ve la realización en fase
experimental, del primer tipo de celda ultrasonora de gran área
para la modulación de la luz, y a la derecha, se notan los haces
ultrasonoros emitidos por tres laminillas de cuarzo del mosaico
lineal.
Esta celda no implica una limitación al diámetro del
haz luminoso, por modular mediante los ultrasonidos, porque
evidentemente basta aumentar en forma conveniente el número
de laminillas que constituyen el mosaico.
La Fig. 44 representa el tipo definitivo de celda de gran
área. Los ultrasonidos emitidos por el "mosaico lineal", tienen
una frecuencia de 8 MHz y se propagan en el petróleo. Las fre-
cuencias acústicas de modulación pueden alcanzar valores cu-
yo orden de magnitud es de 6 KHz.
Los experimentos de fototelefonía realizados con este
sistema, comparados con los sistemas actualmente usados, es
decir, con la modulación directa de una fuente luminosa, confir-
maron la superioridad de este modernísimo método con respec-
to a todos los otros precedentemente utilizados, especialmente
para usos militares.
La fidelidad en la recepción es óptima, comparable a la
que se alcanza en la radiotelefonía.
El segundo tipo de modulación, llamado de alta fre-
cuencia, hasta hoy día se aprovechó solamente para investiga-
ciones de laboratorio y para la realización de experiencias es-
troboscópicas y flurométricas.
El defecto principal de las celdas para la modulación
de la luz a alta frecuencia, consiste en el hecho que emplean on-
das estacionarias, cuyo comportamiento depende notablemente
de las variaciones de temperatura del líquido, donde se propa-
gan los ultrasonidos. Para eliminar este grave inconveniente,
47
Amadeo Giacomini realizó en 1947 una celda cuyo soporte se
ve representada en la Fig. 45. Con este aparato, el sistema de
ondas estacionarias queda reemplazado por dos haces de ondq
progresivas que se propagan en sentido opuesto.
Q1 y Q2 son dos transductores a cuarzo, paralelos con la
misma frecuencia de resonancia y alimentados con la misma fre-
cuencia; Al y A2 son dos paredes de material especial, aptos para
absorber los ultrasonidos que no corresponden al campo ultraso-
noro principal
Se puede prever que con este dispositivo, entre otras
cosas, se podrán realizar medidas de velocidad de la luz en los
varios medios y obtener estos datos de tan trascendental impor-
tancia científica, con una precisión enorme no alcanzable con los
métodos utilizados hasta ahora.
Después del esquemático e incompleto desarrollo, de las
aplicaciones que utilizan sobre todo las propiedades casi ópticas
de los ultrasonidos, deberíamos exponer las principales aplica-
ciones que aprovechan, sobre todo, las elevadas energías aso-
ciadas a las vibraciones ultrasonoras.
Sin embargo, para una mejor comprensión de esta expo-
sición, nos parece necesario indicar antes algunas consideracio-
nes relacionadas con los efectos que los ultrasonidos, de notable
amplitud de vibración, provocan en los medios donde se propagan.
48
CAPITULO SEGUNDO
49
En sus experiencias, bastante expresivas, utilizaron una
disposición representada esquemáticamente en la Fig. 46. Un
transductor a cuarzo excitado con la frecuencia de 300 KHz y
con una tensión eficaz de 50 KV, se encuentra sumergido en un
recipiente que contiene aceite. Un disco de 80 mm. de diámetro,
puesto en la superficie del líquido, puede en este caso flotar,
por efecto de la presión de irradiación, aún con una sobrecarga
de 150 gr.
Sin el disco, el líquido subiría al centro del recipiente a
una altura de 7 cm. con respecto a la superficie libre y gotas
de aceite serían lanzadas hasta 40 cm. de altura.
Si se sumerge en el líquido una delgada barrita de vi-
drio del diámetro de 2/10 de mm. y de longitud de 1 m. las vi-
braciones transmitidas al vidrio son tan enérgicas, que si se to-
ma la barrita entre el pulgar y el índice, se sufre una violenta
quemadura.
50
Por consiguiente, hay instantes en que puntos del líquido, por
efecto del pasaje de la onda ultrasonora, pueden tener presio-
nes extremadamente pequeñas. Es precisamente en estos mo-
mentos y en aquellos puntos, cuando y donde se forman cavida-
des en el líquido y se liberan las burbujas del gas disuelto o
del vapor del líquido. Si se deja constante la energía ultrasono-
ra, y se comprime el líquido estáticamente, se puede comprobar
que la "cavitación" desaparece. El fenómeno se manifiesta nue-
vamente si se aumenta oportunamente la energía ultrasonora.
Para expresarnos en forma un poco más precisa, podría-
mos decir que la cavitación se produce cuando en un punto del
líquido, la presión estática coincide con el valor de la tensión
de vapor del líquido mismo.
Lord Rayleigh con su teoría, pudo demostrar que des-
pués que se ha formado una cavidad en un líquido, cuando las
condiciones resultan tales que la cavidad desaparece, se des-
arrollan localmente por un tiempo brevísimo, presiones que al-
canzan a miles de atmósferas.
Es el gorgoteo debido a la cavitación el que se oye
cuando el agua empieza a hervir; es la cavitación la responsable
de los fenómenos de corrosión que se notan en los rodetes de
las turbinas y de las hélices de propulsión de los navios; y es
precisamente para disminuir al míninlo las corrosiones y las
pérdidas de rendimiento, debidas a la cavitación, que las héli-
ces marinas se proyectan y se construyen para un bajo número
de vueltas y con un perfil completamente diferente al de las
hélices aéreas, donde el fenómeno de la cavitación nunca se
verifica.
Es finalmente, el fenómeno de la "cavitación" el que
(como veremos), permite explicar muchas acciones químicas y
físicas debidas a las perturbaciones ultrasonoras.
51
sulta suficientemente pesado y cae o se deposita en las paredes
del recipiente que contiene el medio.
52
FIGURA 48
FIGURA 49
20. Luminiscencia de los líquidos.—Un líquido some-
tido a una intensa radiación ultracústica puede ponerse luminis-
cente.
Las primeras observaciones se hicieron con el agua, y
se pudo constatar una débil luminiscencia visible solamente
cuando el experimentador había quedado una hora en la obs-
curidad completa.
Análogos resultados se tienen con soluciones acuosas
diferentes. La luminosidad es mucho más intensa en ciertos lí-
quidos, como la glicerina y el nitrobenzol. Con estos dos líqui-
dos la luminosidad es visible sin necesidad de acostumbrar el
ojo a la obscuridad.
La teoría de este fenómeno está muy atrasada, nos li-
mitaremos a señalar simplemente que el fenómeno de la lumi-
niscencia, se verifica solamente cuando hay cavitación; y son
precisamente los puntos donde se forman burbujas gaseosas, los
que se ponen luminosos.
53
CAPITULO TERCERO
APLICACIONES METALURGICAS
DE LOS ULTRASONIDOS
54
El molde S se apoya sobre el transductor magneto-es-
trictivo G, sumergido en una notable masa de aceite contenida
en el cajón C, provisto de aletas para la refrigeración. Después
de la fusión, que se verifica en el crisol del horno F, el metal
fundido es colado en el molde S y simultáneamente, por medio
del conmutador R, se conmuta de a a b. El generador M que
alimentaba antes el horno F, alimenta ahora el transductor mag-
neto-estrictivo G.
Los ultrasonidos de notable intensidad producidos por
G, se transmiten al molde S dando lugar a la eliminación de
los gases ocluidos en el metal.
Si en lugar de un horno de alta frecuencia, se tratara
de un horno de frecuencia industrial normal, surgen mayores di-
ficultades, por razones evidentes.
Antes de terminar, deseamos señalar que en cada caso,
la degasificación de los metales por medio de los ultrasonidos,
dado su costo elevado, no se emplea más que en casos especiales.
Uno de los usos más importantes es el propuesto por
Kruger en una patente alemana de 1935, que consiste en la eli-
minación de las burbujas de aire en el vidrio fundido, que, como
se sabe, constituyen un gravísimo inconveniente para la indus-
tria del vidrio de óptica.
55
que se propaga en una barra de duraluminio, obtenida por so-
lidificación bajo la acción de los ultrasonidos. Son precisamente
los cristales obtenidos por el proceso de refinamiento del metal
que, por su pequeñez y su ordenada disposición, dan lugar a
una difracción comparable a la de un retículo de puntos. Tam-
bién en los metales puros las intensas vibraciones elásticas, apli-
cadas durante la solidificación, producen transformaciones su-
mamente interesantes.
El físico ruso Sokoloff, puso de relieve (por ejemplo) que
el zinc fundido irradiado, durante el enfriamiento, por ultraso-
nidos de frecuencia comprendida entre 650 KHz y 4,5 MHz, cris-
taliza en una nueva forma.
También las cualidades mecánicas de los metales y de
las aleaciones metálicas son notablemente mejoradas por soli-
dificación bajo la acción ultrasonora; ya sea en lo que se re-
fiere a la dureza como a la elasticidad.
La dureza Brinell del duraluminio pasa de 78 Kg.cm-2
a 96 Kg.cm-2; la del antimonio de 34 Kg.cm-2 pasa a 52 Kg.cm-2,
etcétera.
El método de refinamiento ultracústico ha encontrado ya
aplicaciones industriales en muchas fábricas de aleaciones es-
peciales.
La Fig. 51 representa esquemáticamente un tipo de equi-
po apto para este fin.
Se trata del llamado método Sokoloff.
En este caso, el transductor ultrasonoro es a mosaico de
cuarzo, cuyas armaduras de acero son las placas B y C. El trans-
ductor es alimentado por el generador de alta frecuencia G, y
está sumergido en un baño de aceite para la refrigeración,
contenido en el recipiente V. El aceite entra en D y se descar-
ga en E.
La lámina de acero B transmite sus vibraciones al crisol
F, donde se funde el metal por medio del enrollamiento inductor A.
56
FIGURA 50
FIGURA 13
Un pequeño porcentaje de plomo del 2-f-3%, tiene la
propiedad de dar al aluminio cualidades semejantes a las del
latón. Pero en el estado líquido, estos dos metales (como se sa-
be) no son miscibles; sin embargo una perturbación ultrasono-
ra, de conveniente intensidad, logra producir una difusión del
plomo en el aluminio tan eficaz que, con este método, se obtu-
vieron aleaciones plomo-aluminio con porcentajes en plomo que
alcanzan hasta el 25%. El examen microscópico de los granos
de plomo difundidos en el aluminio por la acción ultracústica
ha demostrado que tienen un diámetro nunca superior a 50
micrones.
La Fig. 52 muestra precisamente la estructura de una
aleación aluminio plomo obtenida irradiando los metales, al
estado líquido, por una intensa vibración ultrasonora.
Los físicos alemanes G. Schmid y L. Ehret, ya desde
1937 desarrollaron el método aprovechando un equipo que se
ve esquemáticamente en la Fig. 53.
El transductor ultrasonoro es del tipo a magneto-estric-
ción, y está constituido por el tubo de níquel T, soldado en la
parte superior al crisol C, donde el plomo se añade al alumi-
nio puro.
El crisol C, se encuentra en el interior de un horno eléc-
trico F cuya tapa es la placa Z.
El tubo T vibra y produce los ultrasonidos, por medio
de los campos magnéticos, continuo y alterno, producidos por
las corrientes, continua y alterna, que circulan respectivamente
en los enrollamientos SI y S2.
La frecuencia propia del tubo T, tomando en cuenta tam-
bién la carga del crisol C, es en este caso de 10 KHz; por con-
siguiente la corriente alterna que circula en S2 tiene esta mis-
ma frecuencia.
Durante el funcionamiento, el tubo T se calienta nota-
blemente, tanto por las corrientes inducidas, como por el calor
transmitido por C; el enfriamiento se obtiene mediante una circu-
lación de agua en el tubo no metálico V.
Es interesante notar que la frecuencia de 10 KHz, usada
en este caso, es en realidad relativamente baja; tanto que to-
mando en cuenta la subdivisión convencional de las vibracio-
nes elásticas en infrasonidos, sonidos y ultrasonidos, en este ca-
so, más bien que de ultrasonidos se debería hablar de sonidos
notablemente agudos.
Pero se puede, a propósito, hacer una observación muy
importante; y precisamente que en la actualidad parece induda-
ble que muchos de los fenómenos que se obtienen con los ul-
57
trasonidos podrían obtenerse también con frecuencias del orden
acústico, siempre que se pudiera realizar una conveniente con-
centración de eneraía. Sin embargo, al tratar las característi-
cas y propiedades físicas de las vibraciones elásticas audibles
y no audibles, hemos visto como esta concentración y dirigibi-
lidad de la energía, sólo con los ultrasonidos puede obtenerse
en forma notable. Además de la preparación del aluminio al
plomo, otras aleaciones especiales y de estructura muy fina,
pueden obtenerse mediante los ultrasonidos.
Podemos indicar las aleaciones fierro-silicio, fierro-tungs-
teno, fierro-plomo, etc.
Resumiendo, se puede afirmar que en cada caso la ac-
ción de vibraciones elásticas de elevada frecuencia, da lugar
a mezclas tan íntimas que las aleaciones metálicas así produ-
cidas tienen una homogeneidad y calidades mecánicas muy
superiores a las que se obtendrían por los métodos normales.
58
o
FIGURA 54
El soldador ultracústico para el aluminio, representa-
do en su aspecto exterior en la Fig. 54, es generalmente a mag-
netoestricción.
La punta del soldador vibra a una frecuencia que va-
ría según los tipos, pero puede ser relativamente baja, es de-
cir, del orden de 10 KHz.
Las vibraciones ultrasonoras de la punta del soldador
logran destruir la capa de óxido que cubre el aluminio y que,
como hemos dicho, impide normalmente la soldadura.
El desarrollo ahora expuesto de las aplicaciones prin-
cipales y más interesantes de los ultrasonidos a la metalurgia,
está muy lejos de representar un cuadro completo y acabado
de lo que, en el estado actual de la ciencia y de la técnica,
se ha realizado o se está realizando en este campo; esperamos,
sin embargo, que esta exposición que, dado el carácter simple-
mente informativo de este trabajo, tuvo que ser tan rápida e
incompleta, pueda por lo menos hacer vislumbrar la eficacia,
también en este importantísimo campo de la técnica, de las ma-
ravillosas propiedades de las ondas elásticas ultrasonoras.
59
CAPITULO CUARTO
60
FIGURA 13
Sin embargo, estos métodos daban lugar a una oxida-
ción demasiado enérgica, de manera que la calidad del pro-
ducto que se obtenía empeoraba en vez de mejorar.
En estos últimos años se difundió en forma notable, y
con óptimos resultados, el método del envejecimiento por efec-
to de un campo ultrasonoro.
La bebida por tratar, se pone en recipientes especiales
de acero inoxidable, donde actúa una intensa perturbación ul-
trasonora que por cavitación da lugar a la liberación de oxí-
geno activo, cuya acción oxidante, unida a las rápidas e inten-
sas vibraciones que experimenta el líquido en el cual se pro-
pagan las ondas ultrasonoras, da lugar a óptimos resultados.
Recientemente en Francia se ha aprovechado el mismo méto-
do para el envejecimiento de los perfumes finos.
Se han obtenido efectos notables, especialmente en el
tratamiento de mezclas de varias esencias, porque en estos ca-
sos, además del envejecimiento, se obtienen mezclas más ho-
mogéneas y una acción decolorante especial, que mejora nota-
blemente las cualidades de los perfumes.
61
31. Coagulación de "hidrosoles" y "aerosoles".—El fe-
nómeno de la coagulación de los "hidrosoles" y "aerosoles" me-
diante los ultrasonidos, estudiado anteriormente, ha dado lugar
a numerosas aplicaciones industriales. A simple título de infor-
mación señalamos (Fig. 55) la deposición de neblina de ácido
sulfúrico mediante ultrasonidos generados por un transductor a
sirena de la Ultrasonic Corporation, Cambridge, USA.
62
CAPITULO QUINTO
APLICACIONES DE LOS ULTRASONIDOS
A LA MEDICINA Y ASPECTOS FISICOS
DE LAS APLICACIONES BIOLOGICAS
DE LOS ULTRASONIDOS
63
ya sea en lo que se refiere a los generadores y transductores,
como en lo que se refiere a los aparatos de medida, de manera
que actualmente es posible dosificar, con suficiente precisión, la
intensidad de la radiación.
Los transductores son generalmente a cuarzo, sin em-
bargo, en algunos casos es conveniente usar transductores a
magneto-estricción o a titanato de bario.
Por lo que se refiere a los resultados obtenidos, nos
limitaremos a decir que son muy diferentes según las enferme-
dades tratadas.
64
Un cierto número de microorganismos han sido someti-
dos a las ondas ultrasonoras y el efecto generalmente observa-
do es una segmentación del individuo tratado.
Entre los organismos monocelulares, los paramacios,
sometidos a una breve y moderada irradiación son inmovili-
zados; pero este estado anormal desaparece inmediatamente
después que termina la irradiación. En cambio, si la intensidad
ultrasonora es mayor, se obtiene una pulverización instantánea.
Una experiencia realizada por Marinesco demuestra que
paramacios de 0,15 mm. de longitud, sometidos a una irradia-
ción ultrasonora muy potente de frecuencia 1 MHz quedan pul-
verizados en un tiempo inferior a 1/30 de segundo: esta valo-
ración del tiempo la obtuvo mediante una microcinematografía
del fenómeno. Disminuyendo la intensidad, se pueden observar
las diversas fases de la destrucción y constatar entre otras co-
sas, la formación de burbujas gaseosas de ácido carbónico en
el citoplasma. Es también interesante señalar que los parama-
cios más grandes (que son también los más jóvenes) quedan
destruidos mucho antes que los más pequeños (que son los más
viejos).
Los glóbulos rojos de la sangre, puestos en una solución
conveniente y sometidos a la acción de los ultrasonidos, son
destruidos rápidamente.
Se puede señalar también tentativas que se hicieron en
lo que se refiere a la acción sobre los bacterios.
En general parece que los bacterios son muy poco sen-
sibles a la acción ultrasonora.
Sin embargo, N. Gaines y L. A. Chambers pudieron es-
tablecer una acción bactericida de los ultrasonidos sobre la le-
che y realizaron un procedimiento continuo, apto para la es-
terilización de la leche.
Parece por fin interesante mencionar que K. Owada
mediante el método microrespirométrico, pudo comprobar una
notable disminución en la respiración de fragmentos de tejidos
sometidos a una conveniente acción ultrasonora, inferior a la
necesaria para producir su destrucción.
Esta exposición corresponde, en realidad, simplemente a
una esquemática e incompleta reseña de algunos de los nu-
merosos estudios relacionados con las acciones biológicas de
los ultrasonidos. Sin embargo, a pesar de la notable actividad
científica en este campo, se puede afirmar, con el célebre físico
francés Pedro Biquard, que el estudio, tan importante, de las ac-
ciones biológicas de los ultrasonidos se enfrentó en forma seria,
con métodos científicos racionales, solamente desde hace pocos
años.
65
Dada la trascendental importancia de las aplicaciones
de los ultrasonidos a la biología, creemos oportuno esclarecer
y demostrar esta afirmación, para comprender las razones de
esta laguna, que existió por tantos años en este capítulo de la
ciencia ultrasonora.
Con este objeto, vamos a exponer los conceptos y las
ideas fundamentales relacionadas con el aspecto físico de este
tema, tratando de hacerlo en la forma más simple y clara po-
sible, evitando todos los desarrollos matemáticos correspondientes.
66
FIGURA 57
condensados todos los inconvenientes de una técnica experi-
mental mala.
La Fig. 57 muestra esquemáticamente la disposición que
se desea criticar.
Una lámina de cuarzo (1) apoyada sobre una base de
plomo (2) se encuentra sumergida en aceite para transforma-
dores (3), e irradia principalmente, pero no exclusivamente, ha-
cia arriba.
Los ultrasonidos, después de haber recorrido un cierto
camino en el aceite, entra (en parte) en la probeta (4) donde
se encuentra el preparado biológico (6) y prosiguen su reco-
rrido hasta encontrar las paredes del recipiente.
Ahí se verifica una reflexión aproximadamente com-
pleta, a la cual siguen otras reflexiones, así como está esque-
máticamente indicado en la figura.
Las críticas surgen de inmediato.
Sin mencionar el caso (que también por desgracia se
verifica muy a menudo) en que el autor no indica la tensión
de radio frecuencia aplicada al cuarzo, se observa que la uti-
lización de la lámina de plomo y del aceite de transformado-
res, hacen muy problemático el cálculo de la potencia ultra-
cústica emitida por el transductor a cuarzo.
Admitiendo también que se pueda calcular la poten-
cia transmitida hacia arriba, se puede notar que solamente
una parte llega al preparado biológico, debido no sólo a la
existencia de la base sólida (5) de la probeta, sino también
al hecho que las resistencias acústicas características de los
dos líquidos, fuera y dentro de la probeta, no son iguales. Ade-
más, cuando finalmente los ultrasonidos han atravesado (siem-
pre que hayan podido hacerlo) la base sólida, irradian la pri-
mera vez el preparado, recorriéndolo en la dirección hacia
arriba y otras veces, recorriéndolo en varias direcciones, de-
bido a las múltiples reflexiones que se verifican sobre las pa-
redes de la probeta.
Esto contribuye a aumentar la temperatura del prepa-
rado, pero impide cualquier precisación relativa a la intensidad
de la radiación que actúa.
Puestos esquemáticamente en evidencia los defectos en
las disposiciones experimentales, generalmente descritas en la
literatura, es oportuno (dada la importancia del tema) volver a
considerar dichos defectos y analizarlos en forma más ordena-
da y precisa, para poder deducir las características que debe-
rá tener una disposición experimental racional.
67
Con este objeto, vamos a considerar sucesivamente los
fenómenos que se verifican en los varios elementos que consti-
tuyen el equipo experimental, tratando de desarrollar (en la
forma más simple y clara posible) las precisaciones cuantitati-
vas correspondientes.
Ante todo vamos a considerar el transductor ultrasonoro.
Se puede demostrar que un transductor ultrasonoro a
lámina de cuarzo, excitado por una tensión alterna, cuya fre-
cuencia es la de resonancia de la lámina, y que irradia la
perturbación ultrasonora en un líquido, Fig. 58, tiene un esque-
ma eléctrico equivalente, compuesto de un condensador de ca-
pacidad Cp y un resistor en paralelo de resistencia Rp. Se pue-
de demostrar también que la potencia transformada en radia-
ción ultracústica es precisamente V2/Rp, es decir, es la rela-
ción entre el cuadrado de la tensión eficaz V aplicada al cuar-
zo, y la resistencia Rp. Ahora bien, la tensión eficaz V del ge-
nerador es conocida; por consiguiente para poder determinar la
potencia transformada en radiación ultracústica (dato eviden-
temente de transcendental importancia) es absolutamente ne-
cesario conocer la resistencia Rp.
La resistencia Rp tiene evidentemente valores diferen-
tes según si el cuarzo irradia por las dos caras, o irradia (casi
exclusivamente) por una cara.
En el caso de la irradiación bilateral, el cálculo de la
resistencia Rp ha sido realizado por el físico francés Biquard.
Biquard demostró que la resistencia Rp es proporcio-
nal a la resistencia acústica Ra del líquido donde se propaga
la perturbación ultrasonora e inversamente proporcional a la
superficie S de una de las caras de la lámina de cuarzo y al
cuadrado de la frecuencia f de resonancia.
En base a estas consideraciones, se deduce que, para
calcular la potencia convertida en radiación ultracústica, es
necesario (en definitiva) conocer la resistencia acústica caracte-
rística del líquido donde la radiación se propaga.
La resistencia acústica de un líquido puede determinar-
se de dos maneras: o calculando la raíz cuadrada de la rela-
ción entre la densidad del líquido p y el coeficiente de com-
presibilidad ¡3 o simplemente multiplicando la densidad p por
la velocidad c de propagación de la perturbación ultrasonora
en el líquido.
Por estas razones no son absolutamente aconsejables
aquellos líquidos (como el aceite de transformadores) que no
tienen una composición química de fácil determinación, siem-
pre que no se conozcan ya sea p; ¡3; o c.
68
w = Potencia convertido en radiación
ultracústico ¿WatiJ
Tensión eficaz aplicada o/ cuarto
¿VoltJ
Resistencia equivalente ÍOhmJ
Coeficiente de compresibilidad
fkft m seq
Velocidad de propagación en
c = el liquido fm seq~J J
FIGURA 58
FIGURA 13
Cuando el transductor a cuarzo se usa por irradiación
bilateral, evidentemente debe sumergirse en un líquido aislador.
En este caso se consigue un buen aislamiento entre las dos ca-
ras metalizadas del cuarzo y se pueden aprovechar tensiones
relativamente elevadas.
Además la lámina resulta, sensiblemente, sin vínculos,
de modo que la expresión dada por la resistencia equivalente
es valedera con bastante buena aproximación.
Es necesario, sin embargo, que los ultrasonidos emiti-
dos en dirección opuesta no sean reflejados por la pared del
recipiente, para evitar la formación de ondas estacionarias,
que darían lugar a una reacción acústica sobre el cuarzo emi-
sor y por consiguiente, a una alteración del valor de la resis-
tencia equivalente.
Se pueden obtener buenos resultados, y evitar este in-
conveniente, poniendo por detrás del transductor a cuarzo, una
lámina de lana mineral que es un óptimo absorbente de ul-
trasonidos.
La Fig. 59 representa un simple soporte que reúne to-
das estas ventajas, usado corrientemente en el Instituto de Ul-
tracústica "O. M. Corbino" de Roma.
Hemos visto anteriormente que, para calcular la poten-
cia convertida en radiación ultracústica, es necesario determi-
nar la resistencia equivalente Rp del transductor; y para de-
terminar Rp es necesario conocer la resistencia acústica ca-
racterística del líquido Ra.
Sin embargo, no es suficiente usar un líquido de resis-
tencia acústica conocida; es necesario que esta resistencia acús-
tica sea elegida convenientemente.
En la Tabla 6 están indicados los valores de la resis-
tencia acústica característica de algunos líquidos.
Se puede demostrar, que cuando una perturbación ul-
trasonora llega a la superficie de separación entre dos medios
diferentes, no se transmite integralmente al preparado biológico.
Esta pérdida de energía debida a la reflexión se puede
determinar cuantitativamente, Fig. 60, y depende de la relación
m entre la resistencia acústica R'a del primer medio y la re-
sistencia acústica R"a del segundo medio.
La pérdida de energía por reflexión es nula cuando
m es igual a 1, es decir, cuando las resistencias acústicas de
los dos líquidos son iguales; no supera el 5 % cuando la rela-
ción m queda comprendida entre 0,63 y 1. Pero, para valores
de m menores que 0,5, las pérdidas de energía por reflexión
aumentan rápidamente.
69
Las fotografías de la Fig. 61 obtenidas mediante el
procedimiento de la visualización, demuestran experimentalmen-
te, en forma bastante expresiva, las afirmaciones precedentes.
TABLA 6
RESISTENCIA ACUSTICA
LIQUIDO Ra a 20? C
70
/. — intensidad
$'(} ' incidente
Jt:
— — ( ^ T — intensidad
/ / \f7)+f) r reflejada
Pía
O Vrfffi
A\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\N
Lona Mineral
¡L - lm-f
f J intensidad
// Mm+Z ' transmitida
FIGURA 60
•MM
i
FIGURA 13
tencia acústica de 745.000 Kg.m-2.seg-l; la resistencia acústica del
agua es (como hemos visto) 1.490.000 Kg.m-2.seg-l; por consi-
guiente m resulta 0,5.
En este caso, con resistencias acústicas tan diferentes
se debe tener una fuerte pérdida por reflexión.
En efecto, se observa que, además del haz refractado,
se tiene un haz reflejado de intensidad bastante apreciable.
En base a las consideraciones ahora expuestas, se de-
duce que si se quiere investigar experimentalmente las accio-
nes de los ultrasonidos sobre un líquido biológico, no es sufi-
ciente conocer la resistencia acústica del líquido desde el cual
proviene la radiación, sino que es necesario también asegurar-
se que dicha resistencia acústica sea suficientemente vecina
a la del líquido biológico.
Sin esta precaución, no solamente se corre el riesgo
que la mayor parte de la energía emitida no atraviese el lí-
quido biológico, sino que resulta problemático el conocimiento
cuantitativo de la energía utilizada.
A pesar de que no es posible hacer afirmaciones de
amplia generalidad, se puede presumir que, en la mayoría de
los casos, el líquido biológico tendrá una resistencia acústica
no muy diferente de la del agua. Es el caso, por ejemplo, de
una solución fisiológica que contiene una suspensión microbia-
na no muy concentrada.
En estos casos, será oportuno usar un líquido exterior
cuya resistencia acústica sea aproximadamente igual a la del
agua.
En las consideraciones desarrolladas hasta ahora, he-
mos admitido que no existe la pared sólida de separación de
los líquidos y hemos llegado a la conclusión que, para obtener
el máximo rendimiento, es necesario alcanzar la condición de
igualdad entre las resistencias acústicas de los dos líquidos
mismos.
Debemos ahora, tomar en cuenta la presencia de la
pared sólida de separación y estudiar una racional elección
de la pared misma con el fin de que la transparencia de dicha
pared a las ondas ultracústicas utilizadas, sea la máxima posible.
Si se admite que las resistencias acústica de los dos lí-
quidos son iguales, el problema se reduce entonces a la elec-
ción de una pared sólida de transparencia máxima, cuando se
encuentra sumergida en un único medio líquido, de resistencia
acústica conocida.
Surge espontáneamente la idea de usar una lámina,
por ejemplo metálica, muy delgada.
71
Este modo de proceder, correcto en líneas generales, de-
be, sin embargo, aprovecharse con notable cuidado. En efecto,
de la energía ultrasonora Ii que incide sobre una lámina só-
lida, sólo una parte It se transmite generalmente a través de
la lámina, porque otra parte Ir es reflejada y no logra por con-
siguiente atravesar la lámina misma.
Se puede demostrar, Fig. 62, que la relación entre la
energía ultrasonora reflejada y la energía incidente sobre una
lámina sólida, sumergida en un líquido donde se propagan ul-
trasonidos, depende de la relación m entre la resistencia acús-
tica Rs de la lámina sólida y la resistencia acústica Ra del
líquido, y es función de la relación entre el espesor de la lá-
mina y la longitud de onda de los ultrasonidos en la lámina
misma.
La transparencia a los ultrasonidos de una lámina só-
lida es precisamente una función periódica de la relación en-
tre espesor y longitud de onda. La transparencia es máxima
cuando el espesor s es igual a un múltiplo par de /4; es mí-
nima cuando el espesor s es igual a un múltiplo impar de /4.
Como casos particulares, podemos señalar, que (como
hemos visto en el párrafo "Visualización de los Ultrasonidos")
la transparencia es máxima cuando el espesor de la lámina es
igual a /2 y es mínima cuando el espesor es igual a /4.
Se puede señalar además que la transparencia es máxima
también, cuando el espesor de la lámina tiende a cero.
Estas son consideraciones que, absolutamente, deben
tomarse en cuenta, para la elección racional de la lámina só-
lida, que separa el líquido donde se propagan los ultrasonidos
y el líquido correspondiente al preparado biológico.
Una lámina sólida, también notablemente delgada, pue-
de no servir, mientras que en cambio una lámina más gruesa
de material determinado y de espesor calculado racionalmente,
puede servir en forma perfecta.
Las fotografías de la Fig. 63 demuestran experimen-
talmente las afirmaciones que preceden.
A la izquierda, un haz ultrasonoro de frecuencia 4 MHz
se propaga en el agua y es notablemente reflejado por una
lámina de vidrio muy delgada, de espesor inferior a 2/10 de
milímetro; a la derecha, el haz ultrasonoro de frecuencia 8 MHz
se propaga en el agua y es notablemente reflejado por una
lámina de mica delgadísima, de espesor inferior a 5/100 de
milímetro.
Las fotografías de la Fig. 64 son todavía más expresivas.
A la izquierda, un haz ultrasonoro de frecuencia 4 MHz
se propaga en el agua y llega a una lámina de aluminio de
72
FIGURA 64
espesor 0,38 mm.; se observa que la lámina es completamente
opaca y no se deja, por consiguiente, atravesar por la pertur-
bación ultrasonora; a la derecha, el mismo haz ultrasonoro de
frecuencia 4 MHz se propaga, siempre en el agua, y llega aho-
ra a una lámina de aluminio de espesor 0,76 mm.; se observa
que en este caso, a pesar que el espesor de la lámina es doble
del anterior, la lámina es completamente transparente para los
ultrasonidos que, como se ve, la atraviesan y se propagan en
la otra parte de la masa líquida. Este resultado, a primera vis-
ta bastante raro, resulta esclarecido en forma perfecta tomando
en cuenta las consideraciones que preceden.
En efecto, para la frecuencia de 4 MHz, la longitud de
onda de los ultrasonidos en el aluminio es 1,52 milímetros, por
consiguiente, la lámina de aluminio será opaca cuando su
espesor sea 1/4 de este valor (0,38 mm.) mientras que será
transparente cuando su espesor sea 1/2 de este valor (0,76 mm.)
como en realidad se verifica.
A la luz de todas estas consideraciones y de todos es-
tos hechos, es fácil deducir las siguientes conclusiones;
l 9 —El líquido desde el cual proviene la radiación ul-
tracústica tomado generalmente sin ninguna precaución espe-
cial, debe en cambio ser elegido en forma tal que su resisten-
cia acústica sea aproximadamente igual a la resistencia acús-
tica del cultivo por estudiar.
2°—La irradiación del transductor a cuarzo debe ser
bilateral; porque solamente en este caso el cálculo de la po-
tencia convertida en radiación ultracústica puede hacerse en
forma precisa; sin embargo, es necesario absorber, por medio
de una lámina de lana mineral, los ultrasonidos emitidos en la
de utilización, para evitar la formación de ondas estacionarias
que darían lugar a una reacción acústica sobre el transductor,
haciendo variar su resistencia equivalente.
73
inferior a 0,01 mm. Ambas soluciones tienen ventajas y des-
ventajas.
La primera (s- 0,76 mm.) puede recomendarse cuando
se requiere experimentar con una sola frecuencia, 4 MHz; la
segunda, (s- 0,01 mm.) tiene la ventaja que puede usarse para
todas las frecuencias, siempre que sean inferiores a aquélla
para la cual la lámina ha sido elegida.
Evidentemente, cuando se debe experimentar con fre-
cuencias relativamente elevadas, la primera solución s = /2
es la única posible, porque el uso de láminas de espesores in-
feriores al centésimo de milímetro, da lugar evidentemente a
graves inconvenientes técnicos.
Por otra parte es importante poner en evidencia otro
aspecto cuantitativo relacionado con la pared a lámina sólida.
Hemos visto que la transparencia de una lámina sóli-
da, no solamente depende de su espesor en relación a la lon-
gitud de onda de los ultrasonidos en la lámina misma, sino
que depende también de la relación m entre la resistencia acús-
tica del sólido de la lámina, y la resistencia acústica del líquido.
Ahora bien, si el valor de m se acerca al valor máximo
uno, la transparencia es buena tanto si el espesor de la lámina
es igual a /2 como si es suficientemente inferior a /4. En
otros términos, para los sólidos cuya resistencia acústica se
acerca a la de los dos líquidos, el de donde provienen los ul-
trasonidos, y el correspondiente al cultivo, la elección del es-
pesor conveniente de la lámina sólida, es menos crítica.
Desgraciadamente los sólidos, cuya resistencia acústica
se acerca (por ejemplo) a la del agua, no son muy numerosos.
Recientes investigaciones han demostrado que entre es-
tos se puede señalar la goma (caucho), la acetil-celulosa y el
cloruro de polivinilo.
Estos serán los sólidos más aptos para la realización
de la pared donde deberán entrar los ultrasonidos.
49—Además, es indispensable evitar que la radiación
que entra en el recipiente que contiene el cultivo, quede ence-
rrada en el recipiente mismo para evitar las reflexiones relativas
que, como hemos visto, complicarían el cálculo de la intensidad
de la radiación que actúa.
Será, por lo tanto necesario, poner frente a la lámina
de entrada, otra lámina igual, también transparente a los ul-
trasonidos, para la salida de la radiación.
5'—En fin, es conveniente que la dirección de propaga-
ción de los ultrasonidos sea horizontal, para evitar que la ra-
74
FIGURA 65
FIGURA 67
diación encuentre la superficie libre del líquido, no solamente
con el fin de eliminar las reflexiones correspondientes, que com-
plicarían el cálculo de la intensidad ultracústica que actúa, si-
no que para tener la posibilidad de examinar y controlar (por
ejemplo con un método de visualización) todo el recorrido de la
radiación ultrasonora, es decir, antes de la entrada al recipien-
te que contiene el cultivo, durante la propagación en el cultivo
y después de la salida.
Nos parece haber puesto en evidencia, en la forma
más simple y clara posible, los fenómenos y sus precisaciones
cuantitativas, que se deben considerar, con el fin de realizar un
método experimental racional para el estudio de las acciones
biológicas de los ultrasonidos y apto para determinar correc-
tamente, el valor de la intensidad de la radiación que efectiva-
mente actúa sobre el preparado biológico.
La Fig. 65 representa la primera realización hecha por
Giacomini en el Instituto Nacional de Ultracústica "O. M. Cor-
bino" de Roma. Consiste simplemente en una cubeta que con-
tiene el preparado biológico y en un tubo de vidrio que, ade-
más de utilizarse como soporte, permite la introducción del cul-
tivo en la cubeta y en un termómetro apto para el control de
la temperatura. Casi no es necesario notar que el termómetro
deberá sacarse durante la acción de los ultrasonidos para evi-
tar cualquier perturbación anómala en la propagación de las
ondas ultrasonoras. Como hemos dicho, se trata en realidad
simplemente de una cubeta, es decir, de un dispositivo de ex-
cepcional sencillez, sin embargo se puede afirmar que, tanto
la elección de los materiales, como la determinación de las di-
mensiones, espesores, etc., son el producto de un largo y pro-
fundo estudio físico-matemático, de ningún modo fácil y sencillo.
En la Fig. 66, a la izquierda, se ve la imagen de la
cubeta sumergida en el líquido desde el cual se irradian los
ultrasonidos; y a la derecha, se ve la misma cubeta atravesada
por los ultrasonidos. Se puede notar que las dos láminas igua-
les de acetilcelulosa, puestas a la entrada y a la salida de
los ultrasonidos, y cuyos espesores son una media longitud de
onda, se dejan atravesar completamente por la radiación ul-
trasonora.
Esta figura demuestra, además, cómo es conveniente
y ventajoso asegurarse, con un método óptico de visualización,
de la regularidad con que los ultrasonidos proceden en su re-
corrido.
Nos parece interesante, por fin, presentar (Fig. 67) una
ulterior disposición experimental, todavía más perfeccionada, rea-
75
lizada recientemente, por Giacomini en el Instituto Nacional de
Ultracústica "O. M. Corbino" de Roma.
Los principios físicos utilizados son los mismos, sola-
mente que en este caso se han aportado algunas modificacio-
nes técnicas que hacen el dispositivo bastante más práctico.
Se nota, entre otras cosas, la utilización de un agitador apto
para mantener la temperatura uniforme en todas partes.
76
NOTAS
NOTAS
78
/1.4 . 100940 / m
V = V109547 ~ 300 '
1,29 seg
/ 1
c = V , donde:
K P
c = velocidad de propagación del sonido en un líquido,
m
medida en [ ].
seg
1 8V
K = comprensibilidad del líquido = — ( )T, donde V
V Sp
es el volumen del líquido y ( s v )T es la variación
Sp
de volumen con respecto a la presión, a temperatura
constante. Es homogéneo con el inverso de una pre-
m2
sión y es medido en [ ]
m2 Kg—m . m . seg—2
Newton Kg—m
p — densidad del líquido, medida en [ ].
m3
Por ejemplo para el agua a 09C:
m2 50 . 10-10 m2
K S 50 . 10-10 [ ] = [ ]
Kg—p 9,8 Kg—m . m . seg—2
m2
= 5,102 . 10-10 [ ].
Newton
Kg—m
p S 1000 [ ]
m3
/ 1 / m
V = V1960035 32 1400 [-
5,102 . 10-10 . 1000 seg
c = V — - donde:
P
c = velocidad de propagación del sonido en un sólido,
m
medida en [ ].
seg <r
E = módulo de elasticidad del sonido = —, donde:
£
79
N
a = — = relación entre la fuerza N y la superficie
A AL
A, y f = = relación entre el alargamiento AL
L
del sólido y su longitud L. Es homogéneo con una
fuerza partida por una superficie y es medido en
[ Kg—m . m . seg—2 ] = [ Newton ].
m.2 m2
Kg—m
p = densidad del sólido, medida en [ ].
m3
Por ejemplo para el acero:
Kg—p 20000 . 9,8 Kg—m . m . s e g - 2
E S 20000 [ ] = [ ]
mm2 10—6 m2
Newton
= 196 . 109 [ ].
m2
Kg—m
P S 7800 [ ].
m3
/196 . 109 / m
c = V- = V25128205 ^ 5000 [-
7800 seg
c
(5) A. = — , donde:
f
c = velocidad de propagación del sonido en el medio, me-
m
dida en [ ].
seg
A = longitud de onda, medida en [m],
f = frecuencia, medida en [Hz],
Por ejemplo para un haz ultrasonoro de 4 MHz que se pro-
m
paga en agua, c = 1400 [ ] es:
seg
1400
A = = 35 . 10—5 [ m ] = 0,35 [mm],
4 . 106
(6) Para una fuente circular, el 90% de la energía se propaga
en un cono cuya abertura está dada por la relación:
A
sen a ~ 1,22 . — , donde:
D
a = abertura del cono.
80
D y X respectivamente: diámetro de la fuente circular y
longitud de onda, expresados con la misma unidad de me-
dida.
81
Por ejemplo:
A = 2 . 10-8 [m].
f = 4 [MHz] = 4 . 106 [Hz],
m
vmax = 2 . 3,14 . 2 . 1 0 - 8 . 4 . 106 = 0,5 [ ].
seg
(9) amax = 4 . 7T2 . A . f2, donde:
amax = aceleración máxima de vibración de una partícula
m
de un medio, medida en [ ].
seg2
A = amplitud de vibración, medida en [m].
f = frecuencia, medida en [Hz],
Por ejemplo:
A = 2 . 1 0 - 8 [m],
f = 4 [MHz] = 4 . 106 [Hz], m
amax = 4 . 3,142 . 2 . 10-8 . 16 . 1012 = 12,62 . 106 [ ].
(10) A s = 8 . V , donde: seg2
A s = variación de espesor de la lámina de cuarzo (dila-
tación o contracción), medida en [m].
V = tensión eléctrica aplicada, medida en [V],
m
8 = 0,216 . 10-11 [—].
V
Por ejemplo:
V = 10.000 [V],
A s = 0,216 . 1 0 - H . 10.000 = 2,16 . 1 0 - 8 [ m ]
= 2,16 . 1 0 - 6 [cm],
(11) f0 = — , donde:
2s
f0 = frecuencia propia o de resonancia de una lámina pie-
zoeléctrica de cuarzo, medida en [Hz].
c = velocidad de propagación del sonido en el cuarzo,
m
medida en [ ].
seg
s = espesor de la lámina, medida en [m].
Por ejemplo:
s = 2,5 [mm] = 2,5 . 1 0 - 3 [m],
m
c = 5000 [ ].
seg
f0 = 5000 = 1 . 106 [Hz] = 1 [MHz],
2 . 2,5 . 1 0 - 3
82
1 c 1
(12) s = = — A, donde:
2 f„ 2
s y X respectivamente: espesor de la lámina y longitud de
onda, expresados en la misma unidad de medida.
Por ejemplo:
s = 2,5 [mm].
X = 5 [mm].
Al 3 . A3 5 . A5 A
(13) s = _ = = = = (2n + 1) —
2 2 2 2
83
BIBLIOGRAFIA
LIBROS
TRABAJOS ESPECIALES
BIBLIOGRAFIA GENERAL
Se cree conveniente señalar l a s fuentes de la bibliogra-
fía ultrasonora que actualmente pueden considerarse entre las
más importantes y que comprenden más de 3.500 trabajos;
esto e s :
a) Los trabajos indicados en la bibliografía del tratado:
L. Bergman: Der Ultraschall; Hirzel Verlag Zürich, (5?
Edición), (1949); desde el trabajo N? 1 hasta el traba-
jo N? 2322.
85
APENDICE
A P E N D I C E
RESUMEN
88
derado (por la ciencia oficial europea y americana) como uno
de los más importantes centros de investigación en el campo
de los ultrasonidos. Ver Bibliografía: (1), (2), (3).
Una exposición sobre la organización y actividad cien-
tífica del Instituto puede subdividirse en cinco partes: (a) Equi-
pos generales y técnicas experimentales, (b) Estudio de los lí-
quidos, (c) Estudio de los sólidos, (d) Modulación de la luz,
(e) Optica de los ultrasonidos.
89
(b) Estudio de los líquidos: En el Instituto Nacional de
Ultracústica "O. M. Corbino" de Roma, se desarrolló y se está des-
arrollando, una notable actividad relacionada con el estudio de
los líquidos mediante los ultrasonidos.
Se ha medido la velocidad de propagación en soluciones
electrolíticas (13), se ha estudiado el comportamiento de algunos
isómeros, encontrando que la velocidad de propagación es mayor
en los compuestos "cis" que en los "trans" (14), (15), (16). Se ha
estudiado la velocidad de propagación en las mezclas de líquidos.
(17), (18), (19), (20), (21). Se han hecho estudios para establecer
las relaciones entre la velocidad de propagación y la estructu-
ra molecular de los líquidos (22).
Además de las determinaciones de la velocidad de propa-
gación en los líquidos, se han hecho las determinaciones del coefi-
ciente de absorción (23).
Se han desarrollado también trabajos de carácter teó-
rico, para la interpretación de resultados experimentales (24), (25).
90
cia de la luz, donde la luz resulta modulada a frecuencia doble
de la frecuencia ultrasonora, se ha realizado una celda especial
que permite variar con continuidad la frecuencia de modula-
ción (33). Las investigaciones sobre estas celdas de modulación
permitieron poner en evidencia, una causa de disimetría en los
espectros de difusión que, a pesar de ser previsible teóricamen-
te, no se había comprobado experimentalmente (34).
91
que me honra con su cordial amistad y con el cual he tenido
varios cambios de ideas con ocasión de mi estadía en Roma,
donde he trabajado por algunos meses en su Instituto, para la
realización de un Instituto Central de Ultracústica en la Univer-
sidad de Concepción. Además de todos los consejos que se po-
drían necesitar para la formación de un conjunto orgánico de
equipos experimentales racionales, aptos para las diferentes in-
vestigaciones científicas y técnicas correspondientes a la orien-
tación más apropiada para un Instituto de Ultracústica en la
América Latina, el Prof. Giacomini ofreció entregar a la Univer-
sidad de Concepción, copias de varios miles de tarjetas biblio-
gráficas y copias de numerosos microfilms y apartados de im-
prenta, todo racionalmente clasificado y apto, como he señala-
do en el párrafo anterior, para una rápida búsqueda de la
bibliografía relacionada con cualquier argumento en el campo
de la ultracústica.
Ofreció también, hecho verdaderamente inusitado, las
copias de los numerosos dibujos técnicos correspondientes, co-
mo he señalado en el párrafo anterior, a los proyectos de los
diversos equipos ideados y realizados en el Instituto de Roma,
desde su creación hasta hoy día.
Deseo poner de relieve la enorme, la trascendental im-
portancia de todos estos desinteresados y preciosos ofrecimien-
tos, que combinados con una intensa y activa labor y con los
medios económicos adecuados, podrán transformar esta inicia-
tiva en segura realidad.
3 ? ) La orientación más oportuna del Instituto de Ul-
tracústica en la Universidad de Concepción, deberá ser sobre
todo de carácter técnico. Sin eliminar los estudios teóricos, la
actividad científico-técnica del Instituto deberá tener una pre-
ferencia especial hacia las investigaciones relacionadas con las
aplicaciones de los ultrasonidos.
Precisamente, se estudiarán las aplicaciones que utili-
zan las propiedades casi ópticas de los ultrasonidos, como el
examen y control de homogeneidad de los materiales, medidas
de espesores, etc., y las aplicaciones que aprovechan sobre to-
do las elevadas energías asociadas a las vibraciones ultrasono-
ras, como la eliminación de los gases ocluidos en las piezas de
fundición, el refinamiento de la estructura cristalina de las fun-
diciones, la preparación de aleaciones metálicas normalmente
imposibles, la nitruración profunda del acero, la liberación del
oxígeno activo por cavitación, la preparación de emulsiones
normalmente imposibles, la coagulación de "aerosoles" e "hi-
drosoles", la acción detersiva de productos industriales, etc.
92
También el estudio de las acciones biológicas de los
ultrasonidos, realizados con métodos racionales controlados por
la visualización, es decir, con los métodos aconsejados por A. Gia-
comini en sus trabajos sobre las acciones biológicas de los ul-
trasonidos, deberán tener un notable desarrollo.
El Instituto de Ultracústica deberá tener una estrecha y
fructífera colaboración, no sólo, entre las diferentes facultades
de la Universidad de Concepción, la de Ciencias Físicas y Ma-
temáticas, la de Filosofía y Educación, la de Química y Farma-
cia, la de Ciencias Médicas y Odontología, y una íntima rela-
ción ya sea didáctica (memorias de Grado, cursos especiales,
etc.) como científico-técnica, con todas las Universidades de
Chile y de Latinoamérica, sino que esta colaboración deberá
extenderse a otras entidades científicas e industriales.
La ultracústica es una ciencia muy moderna y por con-
siguiente en pleno desarrollo.
A pesar que mucho se ha hecho en estos últimos años,
mucho queda todavía por hacer, ya sea en el aspecto teórico
como en las aplicaciones prácticas.
El Instituto de Ultracústica en la Universidad de Con-
cepción podrá contribuir en forma notable a aumentar, en la
ciencia y en la técnica Latinoamericana, el interés y la utiliza-
ción de la Ultracústica que tanta importancia ha adquirido en
estos últimos años en casi todos los aspectos de la vida moderna.
Leopoldo Muzzioli
Director del Instituto Central
de Física Experimental y Teórica
Universidad de Concepción (Chile)
93
BIBLIOGRAFIA DEL PARRAFO I
379 (1945).
(7) A. GIACOMINI: Rend. A ce. Naz, Lincei, 2, 791 (1947); Ric. Scient.,
17, 900 (1947).
(9) P. G. BORDONI: NUOTO Cimento, 4, 177 (1947); Ric. Scient., 18, 103
(1948).
(10) A. GIACOMINI: Nuovo Cimento, 6, 139 (1949); Ric. Scient. 18, 1585
(1948).
94
(15) M. BACCAREDDA e A. GIACOMINI: Atti. Acc. Naz. Linzei, 1, 401
(22) D. SETTE: Zeits, f. Naturforschung, 5' 170 (1950); Ric. Scient., 20,
673 (1950).
(26) P. G. BORDONI: Aliuminio A, 16, 495 (1947; Ric. Scient., 18, 570 (1948).
(34) D. SETTE: Nuovo Cimento, 5, 493 (1948); Ric. Scient., 18, 1332 (1948).
95
(37) D. SETTE: Nuovo Cimento, 6, 135 (1949); Journ, of the Acoustical
96
La Comisión que representa a la Universidad de
Concepción en el II Congreso Universitario y I Asamblea
General de la Unión de Universidades Latinoamericanas, por
iniciativa del Prof. Luciano Cabaló P., Decano de la Facultad
de Ciencias Físicas y Matemáticas, presenta el trabajo del
Prof. Leopoldo Muzzioli A., Director del Instituto de Física
de la Escuela de Ingeniería Química, sobre "Posibilidad de
creación de un Instituto de Ultracústica en la Universidad
de Concepción (Chile)", y propone la siguiente moción:
MOCION
Considerando:
97
aplicaciones científicas, técnico-industriales y de biolo-
gía aplicada,
5 9 ) que todas estas aplicaciones son de gran interés
en el desarrollo científico-técnico de los países de Latinoamérica,
6 9 ) que el Dr. Muzzioli, por su larga carrera científica
y docente, como profesor de Física Experimental en las Univer-
sidades de Modena y Siena en Italia y de Concepción en Chi-
le, y por su preparación en el campo de la Ultracústica, perfec-
cionada en su estadía en Roma donde trabajó en el Instituto
Nacional de Ultracústica "O. M. Corbino", es apto para orga-
nizar un Instituto Central de Ultracústica.
Se propone al II Congreso Universitario y I Asamblea
General de la Unión de Universidades Latinoamericanas, lo si-
guiente:
a) Recomendar la creación, en la Universidad de Concep-
ción, de un Instituto de Ultracústica, y
b) Propiciar ante los organismos internacionales de coope-
ración cultural, el apoyo a esta iniciativa.
98
I N D I C E
I N D I C E
Primera Parte
LOS ULTRASONIDOS
INTRODUCCION
CAPITULO PRIMERO
Segunda Parte
INTRODUCCION
CAPITULO PRIMERO
100
10.—La guía de los barcos en la neblina 39
11.—Telegrafía y telefonía submarina 40
12.—Los reveladores de obstáculos para ciegos 40
13.—Examen y control de homogeneidad de los metales . . . 41
14.—Medida de espesores 45
15.—La modulación de la luz 45
CAPITULO SEGUNDO
CAPITULO TERCERO
CAPITULO CUARTO
CAPITULO QUINTO
101
34. —Terapéutica 63
35.—Generalidades físicas de las aplicaciones biológicas de
los ultrasonidos 64
36.—Aspectos físicos de las aplicaciones biológicas de los
ultrasonidos 66
NOTAS 77
BIBLIOGRAFIA 84
APENDICE 87
INDICE 99
102
ESTE TEXTO
SE TEBMINO
DE IMPRIMIR EN LOS
TALLERES DE LA IMPRENTA
UNIVERSIDAD DE CONCEPCION
L 28 DE M A H Z O DE 1961